La Identidad de Fe y Alegría, Notas introductorias, J. Orbegozo S.J.

Transcripción

La Identidad de Fe y Alegría, Notas introductorias, J. Orbegozo S.J.
Taller: La identidad de Fe y Alegría
Consejo de Directores Nacionales
Caracas (Venezuela), 10 y 11 abril de 2002
La Identidad de Fe y Alegría
Notas introductorias al Taller
Jesús Orbegozo, s.j.
Coordinador General de la FIFyA
La Identidad de Fe y Alegría ha estado en construcción desde su fundación. Se pueden
distinguir, en razón de la brevedad y concisión, tres etapas. En una primera etapa, estuvo
signada por la poderosa personalidad de José María Vélaz, por sus intuiciones
fundacionales, por su capacidad de comunicación oral y escrita, por su presencia.
En una segunda etapa, a medida que se fueron consolidando las fundaciones en los países,
a partir de las intuiciones fundacionales, en el contexto de las nuevas vivencias de educación
liberadora y de educación popular y en diálogo con el fundador, fue gestándose un
pensamiento compartido por los que trabajaban en Fe y Alegría, que se plasmó en el Ideario
Internacional.
En una tercera etapa, con la muerte del fundador y la conformación de la Federación
Internacional de Fe y Alegría, los temas de los Congresos Internacionales fueron adquiriendo
un sentido de crisol de ideas, en los que se han ido decantando cómo hemos venido
entendiendo nuestra Identidad.
Los escritos de José María Vélaz, el Ideario Internacional, los documentos finales de los
Congresos, la Propuesta de Fe y Alegría y las vivencias que todos hemos venido
acumulando en nuestro trabajo son las fuentes de donde tenemos que beber en este
Seminario para concretar hoy los elementos que conforman la Identidad de Fe y Alegría.
En la reflexión sobre estas notas introductorias, no he podido evitar hacer una primera
enumeración de aquellos elementos que tienen que formar parte, de alguna manera, de la
Identidad de Fe y Alegría. Seguramente existen otros elementos tan importantes como este
decálogo y espero que en este Seminario los iremos explicitando. La función de estos
elementos será abrir el camino e introducir el tema.
Una reflexión previa antes de entrar en el tema. El corazón de Fe y Alegría está compuesto
por personas. (No por nada el logo de Fe y Alegría contiene a una niña y a dos niños). Es
decir, el Movimiento (y la Institución) está compuesto, primero que todo, por personas, con
características específicas. Personas que son portadoras de la Identidad, en su ser, en sus
vivencias y en su hacer. Personas que han ejercido y ejercen su impronta en el Movimiento
y en la Institución, constituyéndolas como tales, de modo que éstas reflejan en su
institucionalidad – Estatutos, Ideario, Propuesta Educativa, PGDFI y otros documentos,… estos rasgos de la Identidad de las personas. Es evidente, a su vez, que la Institución con
sus normativas, propuestas y toda su acerbo institucional ejerce también su propia impronta
sobre las personas, de modo que todos los que formamos Fe y Alegría somos tocados por
ella. Quiero señalar, solamente, que la Identidad institucional y la acción que ejerce sobre las
personas constituyen un segundo momento, no por segundo menos importante que el
constitutivo y que, por tanto, hay que cuidar con sumo esmero.
En lo que sigue, quiero presentar algunas de las características personales que, también,
constituyen la Identidad de Fe y Alegría. Es decir, Fe y Alegría está conformada por
personas:
1. Capaces de experimentar indignación ante realidades de injusticia
Fe y Alegría no nace de una planificación soportada por elementos técnicos impecables.
Nace de la indignación que causa el ver y compartir una situación de miseria e injusticia.
Nace de los corazones de hombres y mujeres afectados por impacto de una realidad que
hiere, por la exclusión social de grandes sectores sociales consecuencia de la ignorancia.
Nace como acto tremendamente humano, de corazones movidos a misericordia. En
palabras de José Mari nace de: “Planificar la generosidad, el ímpetu y el entusiasmo”.
Una breve digresión. Curiosamente, Ignacio Ellacuría señala a la “rabia” que produce
tanta injusticia, como punto de partida del filosofar latinoamericano, en contraposición a
la admiración, como punto de arranque de los filósofos griegos. Para Ellacuría, se
comienza a filosofar, a reflexionar sobre la realidad de AL, con el corazón.
2. Capaces de ser movidos por la realidad de injusticia a ponernos en acción
La indignación, la rabia y los sentimientos de misericordia nos deben de impulsar a la
acción, nos deben de poner en movimiento para superar las situaciones causantes de la
indignación y de la rabia. Y nos ponemos en movimiento no solamente con el corazón en
la mano sino haciendo uso de toda nuestra capacidad de entender, de razonar y de
transformar; es decir, ser capaces de analizar la situación, de comprender las causas que
han dado origen a las mismas y de poner en marcha dinamismos de cambio adecuadas
para superar las situaciones de injusticia.
3. Capaces de comprometernos con los pobres
No se trata sólo de entender ni de comprender ni de actuar. Se trata de comprometerse
con los pobres, con lazos de solidaridad, en donde nuestras personas estén dando lo
mejor de sí y, en definitiva, se desgasten para que los otros, los pobres, tengan vida.
Compartiendo vida es, también, como recibimos vida. Capaces de establecer lazos de
amistad. “La amistad con los pobres nos hace amigos del Rey Eterno” (San Ignacio).
4. Capaces de enraizarnos en la fe
Fe es nuestro nombre y fe es el fundamento de nuestra identidad. Fe que hemos recibido
de la generosidad de Dios Padre. Fe que nos da nuevos ojos para ver la realidad con los
ojos del mismo Dios y que mueve a misericordia. Fe que nos da nuevo aliento y nos
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pone en una acción de liberación. Fe que nos hacer reconocer en nuestros barrios y en
nuestros campos los rostros de los cristos con los que nos queremos identificar. Fe que
no se ancla en ideologías sino que las supera y las coloca al servicio del hombre. Fe que
nos hace ponernos al lado de los perdedores de la historia para recorrer con ellos nuevos
éxodos y alimentarnos de su renovada esperanza.
5. En búsqueda constante de alternativas para dar las mejores respuestas
El fomento de una actitud crítica y constructiva nos lleva a ser críticos con las respuestas
que demos a la realidad. Porque no basta con responder, con pobres respuestas, a la
realidad sino de encontrar las mejores respuestas. Por tanto, no podemos ser
complacientes con lo que hacemos, puesto que la realidad en que nos movemos es
adversa y sumamente compleja y requiere de nuestras mejores dotes y esfuerzos. Esto
nos pone en constante búsqueda y renovación de estrategias, programas y acciones, en
la mejor tradición de Fe y Alegría, pues, para compensar las profundas inequidades
existentes en nuestros pueblos, a los pobres les debemos lo mejor.
6. Capaces de combinar un sano realismo con audacia
Con visión de futuro, con planes audaces concretos, conscientes de la desproporción
entre los medios y los fines, realizando milagros… Trabajo contracultural con respecto a
otras empresas de instituciones muy cercanas, donde todo se empieza cuando se
cuenta con garantías completas. Nos tenemos que sentir, con toda humildad, cocreadores con Dios, extensión del brazo de Dios. A eso hemos sido llamados y no
asumirlo es rechazar el don del Dios que nos invita a caminar con El. En este sentido, el
momento fundacional de riesgo, provisionalidad y estrechez se repetirá, en la medida en
que existan pobres que experimenten, también, tales riesgos, provisionalidades y
estrechez. Con claro sentido de la oportunidad, tan propia nuestra, donde las
planificaciones, aun las más rigurosas, se flexibilizan para dar paso a nuevas urgencias y
demandas.
7. Capaces de orientar la acción según el sentido del “magis”:
El “magis” ignaciano es el criterio de acción en el que está imbuida Fe y Alegría. Y no nos
tiene que extrañar puesto que José Mari era profundamente jesuita. Fe y Alegría es
fruto de la espiritualidad de los Ejercicios Espirituales y del sentido apostólico que se
derivan de las Constituciones de la Compañía de Jesús.
Las máximas de acción
plasmadas en las Constituciones, que son también las de Fe y Alegría, son:
 El bien mayor, donde “más se fructificará con los medios”
 El bien más universal, “el bien cuanto más universal más divino”
 El bien de los más necesitados, “la parte de ella que tiene más necesidad”
En resumen, se busca siempre el “mayor servicio divino y bien universal”. (Constituciones
N ° 622)
8. Libres, “hombres y mujeres para los demás”
Un signo de las personas comprometidas con Fe y Alegría es que se sientan
gozosamente libres en su compromiso, libremente comprometidas. Libertad de hijos.
Libertad comprometida en la entrega diaria al trabajo, en ese gastarse por dar uno de sí,
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en ser “hombres y mujeres para los demás”. Una vida llevada con una alegría profunda
que se contagia. Fruto de esa libertad comprometida es sentir alegría y desbordar
alegría. Es evidente que esto no resulta sustentable si nuestra vida no se alimenta
constantemente de una fe viva, de una espiritualidad fuertemente enraizada.
9. Con una opción por la Educación Popular
Para Fe y Alegría, la Educación Popular es una concreción de su Misión. La opción por
la Educación Popular implica un compromiso ético, político y pedagógico. Optamos por
los excluidos porque Jesús optó por ellos. Donde consideramos a los excluidos como
sujetos de poder y actores de su vida, sujetos autónomos y ciudadanos responsables.
Nos comprometemos con ellos a trabajar por un mundo inclusivo y fraterno. Con un
proyecto humanizador de sociedad y de país, en solidaridad y justicia.
Con una
pedagogía del diálogo y de negociación cultural.
10. Con capacidad de convocatoria
Capaces de crear Movimiento donde todos pueden tener su puesto – religiosas y
religiosos, laicos y laicas. Movimiento que transcienda fronteras – de escuela, de región
de país,… Catalizadores de voluntades… Con amplitud de miras… Corazones grandes,
capaces de soñar al estilo de Fe y Alegría, es decir, realizando sus sueños.
En este Seminario estamos invitados, ante todo, a un trabajo de escucha y diálogo.
Construiremos la Identidad de Fe y Alegría en la medida que seamos capaces de escuchar
al Espíritu que ha alentado hasta ahora su vida. Es, primeramente, en esta escucha orante
en donde descubriremos los elementos constitutivos de la Identidad de Fe y Alegría.
Escucha y diálogo con la tradición de la que somos herederos, con las intuiciones
fundacionales y con la historia que nos han marcado permanentemente. Escucha y diálogo
con las experiencias vividas y acrisoladas en nosotros. En esta Pascua de Resurrección
descubramos entre todos por dónde es el paso el Señor en Fe y Alegría.
Fe y Alegría, P. Gumilla, La Guanota, San Fernando de Apure
Jueves Santo, 28 de Marzo de 2002
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