Salvando al Futaleufú

Transcripción

Salvando al Futaleufú
Saving
Sa lva n d o a l Fu ta leu f ú
Futaleufú
A global treasure in Chilean Patagonia faces
an uncertain future.
Un tesoro global en la Patagonia chilena
enfrenta un futuro incierto.
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The big river under threat
E l Gra n R í o Baj o A m e n a z a
By JIMMY LANGMAN and NANCY MOORE
Photos by SEBASTIAN ALVAREZ
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he summer February sun was shining on the crowd of international rafting and kayak enthusiasts in the Chilean Patagonia
town of Futaleufú . They have come together for Futa Fest,
and the event’s director, Mitch Sasser, gets their attention by
talking through a bullhorn. In between explaining the day’s agenda,
he makes clear the overriding purpose of the weekend festivities –
protect the river. “Let the river flow!” he declares in Spanish. These
words are received with great enthusiasm from this audience, with
someone yelling back “Patagonia without dams!”
Coming from France, Brazil, the United States and diverse other
countries, they are here for a weekend whitewater competition but are
well aware that the powerful and magnetic turquoise blue Futaleufú
River – called by many the world’s best river for kayaking and rafting
- has joined the ranks of the threatened.
Outside this town of 2,400-persons there is a welcome sign that
boasts the message: “A landscape painted by God.” For sure, the
mountain scenery is idyllic here with lush green forests, Andean condors
soaring from towering cliffs above the mighty river, and an authentic
Patagonian huaso culture prevalent throughout. But the quickening
pace of change that has come with the arrival of modern technology,
better roads, and increased tourism over the past two decades, and
most important, the prospect that energy companies are now pursuing large-scale dams on the river, has led Futaleufú to a crossroads.
na multitud de entusiastas del rafting y el kayak están
reunidos en la ciudad de la Patagonia chilena, Futaleufú,
durante el soleado final de febrero. Llegaron para el Futa
Fest, y el director del evento, Mitch Sasser, tiene su atención
al hablar por medio de un megáfono. Mientras explica la agenda del
día, deja claro que el mayor propósito de las festividades del fin de
semana es proteger al río. “Dejen que el río fluya”, declara al final de su
discurso. Esas palabras son recibidas con gran entusiasmo por parte
de la audiencia, con alguien gritando atrás “¡Patagonia sin represas!”
Ellos no vienen sólo de Chile sino de Francia, Brasil, Estados Unidos,
entre otros países, y están aquí para disfrutar de un fin de semana de
competencia de rápidos, pero muy al tanto de que el prístino y magnético
azul turquesa del río Futaleufú – llamado por muchos el mejor río del mundo
para practicar kayak y rafting – se ha unido a la lista de los amenazados.
Afuera de este pueblo de 2.400 personas hay un cartel de bienvenida
con el mensaje: “Un paisaje pintado por Dios”. De seguro que el escenario
montañoso en este lugar es idílico, que con exuberantes bosques verdes,
cóndores andinos sobrevuelan desde lo alto de los acantilados sobre el poderoso
río, y una auténtica cultura huasa patagónica que prevalece en todo el lugar.
Pero el ritmo acelerado de los cambios que llegó con la tecnología moderna,
mejores caminos y un aumento del turismo en las últimas décadas, y más
importante aún, la posibilidad que grandes compañías energéticas busquen
construir represas a gran escala en el río, llevó a Futaleufú a una encrucijada.
Tourism arrives
La llegada del turismo
ocated in Chile’s Lakes Region, Futaleufú is just 10 km (6 miles)
from the border with Argentina and 153 km (95 miles) from Chaitén, the nearest port. The town has rich ties to agriculture and cattle
bicado en la región de Los Lagos en Chile, Futaleufú se encuentra
a solo 10 km desde la frontera con Argentina y a 153 km desde
Chaitén, la localidad chilena más cercana. El pueblo tiene fuertes
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ranching, though its history is relatively recent. The Futaleufú valley
was not officially declared part of Chile until 1881 after much dispute
with the Argentine government. In 1912, the first settlers arrived via
Argentina. The area’s colonos, or colonizers, relied on trade with
Argentina for goods, though that reliance lessened in 1955 when
Futaleufú built an airstrip and the Chilean government started to ship
products to the town by plane. It wasn’t until 1982 and the arrival of
Chile’s Carretera Austral, or Southern Highway, that Futaleufú’s connection to other parts of Chile began to really improve.
In the mid-1980’s, a few kayakers caught wind of the spectacular
roiling waters of the Futaleufú River and made the sojourn south.
One of the earliest paddling pioneers was Chris Spelius. A former
kayaker for the U.S. Olympic team in 1984, Spelius, like many of the
elite paddlers at the time, was first drawn to Chile by the Bio Bio River,
then considered the best whitewater river in South America before
a series of dams were later built. It was not long after that he heard
about the Futa, which his American friends Phil DeRiemer and Lars
Holbek, who had made a first kayak descent on the river, told him was
“in another league.”
Spelius, a tall man with a chiseled face that looks like someone who
would be more comfortable in a wrestling ring than sitting snugly in a
sleek kayak, had been coming
to Chile since 1980. Still, his
first journey to the Futaleufú in
1985 was a life changing experience. At the time, he says, Futa
had no electricity, no phones,
and with no bridges was virtually accessible only by ferry. For
Spelius, it was the holy grail of
rivers, and its distance from the
clutches of modern society made
it even more awesome. Eventually, he bought land and built a
home there, married a Chilean
woman, and began to introduce
the “big river” -- the meaning of
Futaleufú in the indigenous Mapuche language -- to a steady stream
of rafting and kayak enthusiasts from around the world.
Spelius was at the forefront of the burgeoning tourism industry in
the far flung Futaleufú . The modest residenciales in town began to
buzz with dusty-haired backpackers on shoestring budgets while fly
fishing lodges outside town cropped up to cater to the tastes of wealthy
anglers. Companies like Bio Bio Expeditions and Earth River Expeditions
joined Spelius and his Expediciones Chile early on, offering multi-day
rafting trips and ushering in the river’s rise to prominence among the
international whitewater community. The crowning moment arrived in
2000 when Futaleufú hosted the biannual World Rafting Championship.
Tourists also soon began to realize that Futaleufú has more adventure to offer than just a river. The stunning landscape is perfect for
multi-day backpacking trips, horse packing trips, canyoneering, and
much more. Nowadays, people are beginning to embrace Futa’s other
assets. There is the nearby National Futaleufú Reserve, a protected
area with dozens of miles of hiking trails. Mountain biking is gaining
popularity and the Futaleufú Municipality hosts a mountain bike race
called the “Route of the Valleys,” a 31 km (19 mile) ride that attracted
74 competitors from 5 countries this year.
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lazos con la agricultura y la ganadería, a pesar que su historia es
relativamente reciente.
El valle de Futaleufú fue oficialmente declarado parte de Chile en
1881declarado parte de Chile hasta 1881 luego de una larga disputa
con el gobierno argentino. En 1912 los primeros pobladores llegaron a
Futaleufú vía Argentina. Los colonos del sector dependían del comercio
con Argentina para bienes, a pesar que esa dependencia disminuyó
en 1955 cuando se construyó un aeródromo en Futaleufú. Pero no fue
hasta 1982, con la llegada de la Carretera Austral, que las conexiones
de Futaleufú con otras partes de Chile realmente comenzaron a mejorar.
A mediados de los 80, solo unos pocos kayakistas habían oído hablar de
las espectaculares aguas turbulentas del Futaleufú, quienes se trasladaron
a la zona. Uno de los primeros pioneros del remo fue Chris Spelius, un ex
miembro del equipo olímpico de kayak de Estados Unidos en 1984, que
al igual que muchos de los remeros de elite de ese tiempo, fue atraído
a Chile por el río Bío Bío, considerado el mejor río en Sud América para
deportes en rápidos, antes que una serie de represas se construyeran en
el lugar. Pero no pasó mucho tiempo hasta que se enteró del Futa, el que
sus amigos norteamericanos Phil DeRiemer y Lars Holbek, quienes hicieron
el primer descenso en kayak por el río, describieron como “en otra liga”.
Spelius, un hombre alto con un rostro cincelado que lo hace parecer
como a alguien que está más
cómodo en un ring de lucha
libre que estando apretado en
un kayak elegante, venía a Chile desde 1980. Sin embargo,
su primer viaje a Futaleufú,
en 1985, fue una experiencia
que le cambió la vida. En ese
momento, dice, Futa no tenía
electricidad, ni teléfono, y sin
puentes era prácticamente
accesible sólo por barco. Para
Spelius, fue como encontrar
el santo grial de los ríos, y la
distancia de las garras de la
sociedad moderna lo hacían aún
más asombroso. Con el tiempo, compró tierra y construyó un hogar
ahí, se casó con una chilena y comenzó a introducir el “río grande” – el
significado de Futaleufú en Mapudungún, lengua Mapuche – al mundo.
Spelius estaba al frente de la floreciente industria del turismo en Futaleufú.
Las sencillas residenciales en el pueblo comenzaron a hacer ruido entre
los mochileros, mientras lodges de pesca con mosca fuera de la ciudad
surgieron para atender los gustos de los pescadores más adinerados.
Compañías como Bio Bio Expeditions y Earth River Expeditions se unieron
en un principio a Spelius y su Expediciones Chile, ofreciendo viajes en balsa
de varios días y marcando el comienzo de la creciente fama en la comunidad internacional amante de los rápidos. El momento culminante llegó
en 2000, cuando Futaleufú organizó el torneo bianual de rafting mundial.
Los turistas también se dieron cuenta que Futaleufú tiene más
que ofrecer que solo un río. El paisaje maravilloso es perfecto para
acampar varios días, para montar a caballo, para realizar canotaje y
mucho más. Hoy en día, las personas estan comenzando a acoger
los otros atractivos del Futa. Cerca se ubica el Parque Nacional
Futaleufú, un área protegida con docenas de kilómetros de rutas
para hacer caminatas. El ciclismo de montaña también está ganado
popularidad y la municipalidad de Futaleufú organiza un campeonato
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"Control growth and make sure you are not
sacrificing your town or your culture’s soul
for the sake of a few dollars, because it
won’t be worth it in the long run."
"Es necesario controlar el crecimiento y
asegurarse que no sacrificas tu pueblo o el alma
de tu cultura por unos pocos dólares, ya que no
valdrá la pena en el largo plazo."
Still, twenty-eight years later, Spelius seems almost remorseful as
he considers Futaleufú . He has misgivings. When asked about whether
the river’s present popularity might actually contribute to doing some
good like keeping the Futaleufú River flowing free of dams over the
long-run, he nods in agreement with a hesitant, “Yes…” He says
that he also understands why the locals are happy with all the new
comforts of daily living such as cell phone service, Internet connection
and more. He admits it seems like things are getting better when you
look at it from such a glass-half-full perspective, but with a long pause
he ultimately declares: “I don’t think things are better, and I think I am
right about that.” He adds with a knowing look, “I think we were all
better off when nobody knew about this place.”
Cultural conservation
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eople who’ve spent time in Futaleufú agree that its beauty lies not
just in the magnificent landscape, but also the richness of a culture
steeped in camaraderie and hardship. Sharing a mate, roasting a
lamb Patagonian-style, traveling about on horseback -- these are just
a few of the many colorful and ingrained traditions of the region. But
many people are concerned that just as the river is in danger of being
exploited, the unique character of Futaleufú could be lost.
To encourage pride and knowledge about local culture, one group,
Patagonia Sur Foundation, has begun a “Rescue of Local Trades”
program that promotes the preservation of traditional weaving and
knitting. The foundation’s executive director, Daniela Diaz Morques,
says they provide support to local knitters, including helping the
women sell their products in new markets. “This project has been
a close collaboration,” she said. “The knitters have a very valuable
ancestral knowledge and we have tried to help them with design and
innovation, without them losing their identity.”
Several of the old-timers in town are also wary of the cultural changes.
Mario Moran, 91, was appointed as the town’s first political representative
to government officials in the provincial capital of Chaitén in 1948. Today,
he lives around the corner from the plaza and laments the loss of town
unity among today’s generation. “Before, people had to sacrifice a lot
more to earn money,” he says. “But life here before was more tranquil.
We raised our cattle and livestock and did not lack for food.” Moran
adds that the community had a close bond. “Someone would say, hey,
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llamado “La ruta de los valles", un competencia de 31 kms que atrajo
a 74 competidores de cinco países este año.
Aun así, 28 años después, Spelius parece casi arrepentido mientras
considera al Futaleufú. Tiene sus recelos. Cuando al preguntarle si la
actual popularidad del río puede ser útil para que se mantenga fluyendo
libre de represas a largo plazo, asiente con la cabeza con un indeciso
“Sí…”. Dice que también entiende por qué los locales están felices con
todas las nuevas comodidades para sus vidas diarias como servicio de
celulares, conexión de internet y más. Admite que parece que las cosas
están mejorando cuando lo vez con una perspectiva de vaso medio
lleno, pero con una larga pausa finalmente declara: “No creo que las
cosas sean mejores, y creo estar en lo correcto”. Agrega con una mirada
sabia: “Creo que estábamos mejor cuando nadie sabía de este lugar”.
La conservación cultural
L
as personas que han pasado tiempo en Futaleufú están de acuerdo
que su belleza recae no solo en su magnífico paisaje, sino también
en la riqueza de una cultura forjada en la camaradería y la adversidad.
Compartir un mate, un cordero asado al estilo patagónico, o transportarse
a caballo son solo algunas de las coloridas tradiciones enraizadas de la
región. Pero muchos están preocupados que tal como el rio está en peligro
de ser explotado, el carácter único de Futaleufú también se pueda perder.
Para motivar el orgullo y conocimiento sobre la cultura local, un
grupo, Fundación Patagonia Sur, comenzó el programa “Rescatar el
Comercio Local” que promueve la preservación de tejidos tradicionales.
La directora ejecutiva de la fundación, Daniela Díaz Morgues, dice que
proveen apoyo a las tejedoras locales, que incluye ayuda para que las
mujeres vendan sus productos en nuevos mercados. “La tejedoras
tiene un conocimiento ancestral valioso y tratamos de ayudarlas con
diseño e innovación sin que pierdan su identidad”.
Muchos de quienes llevan años en el pueblo también estan preocupados de los cambios. Mario Morán, 91 años, fue designado como
el primer “regidor,” el representante político del gobierno provincial
de Chaitén en 1948. Hoy, vive a la vuelta de la esquina de la plaza y
lamenta la pérdida de la unidad en la generación actual. “Antes, las
personas sacrificaban mucho más para ganar su dinero”, dice. “Pero
la vida antes era más tranquila. Criábamos nuestro ganado y no nos
faltaba la comida”. Morán agrega que la comunidad tenía un vinculo
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más cercano: “Alguien decía ´mañana necesito ayuda para construir un corral para
mis caballos´, al día siguiente estábamos
todos ahí para ayudar”.
Cansado de la vida dura y con oportunidades disponibles en otros lados, algunos
de los residentes originales de Futaleufú y
sus familias están ansiosos de vender sus
tierras a quien ofrezca el precio correcto.
Pero no Ángel Bernardo Vallejo Saavedra. Nacido en Futaleufú en 1927,
ahora vive en el pueblo en la casa de un
amigo debido a su delicada salud. Recuerda que cuando era niño su familia
era tan pobre que hacían sus zapatos de
piel de vaca. Sin embargo, con el paso del
tiempo, adquirió 500 hectáreas en el lago
Espolón y jura nunca vender. Sin educación
formal, su única opción es la ganadería y
no se arrepiente de su camino. Y a pesar
que siente que sus hijos generalmente lo
olvidan, constantemente ansía estar en
su rancho “Las Rosas” con su entorno
idílico. “No quiero ver una represa en el
rio Futaleufú”; dice con una tranquila,
casi temblorosa voz. “¿Por qué arruinar
el rio y tal vez cometer un error cuando
ahora tenemos todo lo que necesitamos
en Futaleufú?”.
tomorrow I need help with building a corral
for my horses. The next day, we were all
there to lend a hand.”
Tired of the hard, rural life, and with
opportunities seemingly available elsewhere, some of the original residents of
Futaleufú and their offspring are anxious
to sell their campo, or land, to whomever
offers the right price.
But not Angel Bernardo Vallejo Saavedra. Born in Futaleufú in 1927, he now
resides in town at the home of a friend
because of declining health. He remembers
that as a kid his family was so poor they had
to make his shoes from the leather hides
of cows. Over time, however, he acquired
500 hectares (1236 acres) of prime real
estate at Espolon Lake that he vows to
never sell. With no formal schooling, his
only option was cattle ranching and he
has no regrets about his path. Though he
feels like his children often forget him, he
constantly yearns to be at his “Las Rosas”
ranch and its pastoral natural surroundings. “I would not want to see a dam on
the Futaleufú River,” he says with a quiet,
almost trembling voice. “Why ruin the river
and risk a mistake when now we have all
that we need in Futaleufú .”
Development clashes
Conflictos de desarrollo
o development project in Futaleufú goes without controversy. The
development of new roads to rural sectors is one such source
of contention; rural residents eager to have better access to town
and emergency services welcome the new dirt roads, while others
concerned about aesthetic changes and associated environmental
impacts look on with dismay.
Other conflicts include a fence built in the Las Escalas area that
some complain discourages horseback riding and ecotourism. In 2006,
a road was built near a highly valued section of the upper canyon of
Futaleufú River that rafters and kayakers call “Infierno Canyon.” River
outfitters say the road construction caused several tons of debris to
fall into the river below, ruining the rafting on this important stretch
of world-class whitewater. In the Rio Azul sector, the municipality
replaced an iconic hanging bridge in 2011 with a World War II-styled
army bailey bridge, prompting complaints about scenic decline and
the lack of an environmental impact assessment.
For years, the Futaleufú River has been lauded for the quality of its
fly fishing. Now, critics blame lax control by Sernapesca (Chile’s national
fishing service) for overfishing and a lowering of the fish population.
Anglers have been clamoring for the government to promote a “catch
and release” ethic at the river to conserve the fishing opportunities.
Most worrisome, three years ago, William Horvath, an American
kayak guide and biochemist, discovered the presence of the invasive
algae bloom called Didymo on the Futaleufú. A well-known plague
on several rivers throughout the Northern Hemisphere and in New
Zealand, Didymo has sparked alarm in Patagonia. This microalgae,
ingún proyecto de desarrollo en Futaleufú está libre de controversia. La construcción de nuevos caminos hacia sectores rurales
es una de las muchas fuentes de contención; los residentes rurales
entusiasmados por tener mejor acceso al pueblo y los servicios de
emergencia le dan la bienvenida a los nuevos caminos de ripio, mientras
que otros interesados acerca
​​
de los cambios estéticos y los impactos
ambientales asociados miran con consternación.
Otros conflictos incluyen una reja construida en el sector de Las
Escalas que algunos se quejan desalienta cabalgatas y ecoturismo.
En 2006, se construyó un camino cerca de un valioso sector en lo alto
del cañón del río Futaleufú llamada por los deportistas como "Cañón
Infierno”. Los armadores fluviales cuentan que la construcción del
camino causó que varias toneladas de escombros cayeran al rio,
arruinando el rafting en esta parte importante de aguas rápidas de
clase mundial. En el sector Rio Azul, en 2011, la municipalidad remplazó
un icónico puente colgante por un puente Bailey al estilo militar de la
segunda guerra mundial, provocando quejas por el daño al paisaje y
la falta de una evaluación de impacto ambiental.
Durante años, el río ha sido alabado por la calidad de la pesca con
mosca. Ahora, los críticos culpan al poco control de Sernapesca (Servicio
Nacional de Pesca de Chile) por la sobrepesca y por la disminución
de la población de peces. Los pescadores le pidieron al gobierno que
promueva una ética de pesca con devolución o ‘catch and reléase’ en
el río con el fin de conservar las oportunidades de pesca.
Aún más preocupante, tres años atrás, William Horvath, un guía de
kayak y bioquímico norteamericano descubrió la presencia de un alga
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which looks almost like wet paper or cardboard, can spread in no
time causing the displacement of aquatic species. At the moment, the
front line of attack is to prevent further expansion of Didymo through
decontamination centers and by educating tourists and fishermen
that they must promptly remove, clean and dry their gear or clothes
if they have been in contact with the water.
The direction in which tourism and the physical town develops is
also a pressing issue. To their credit, town officials are considering
implementing new regulations to ensure safety in rafting on the river
and land-use zoning policies are under discussion. Still, two large
hotels have gone up on the outskirts of town in the past two years
with no local guidelines to ensure sustainable tourism development or
preserve landmarks like old oxcart tracks. The continuing concern is
that uncontrolled growth could damage the rustic charm of Futaleufú,
something few residents want.
Adventure travel is fast-growing and lucrative; worldwide it is increasing by an astonishing 17 percent a year. Shannon Stowell, president
of the Adventure Travel Trade Association (ATTA), the international
authority on adventure travel
with more than 900 member
businesses in over 60 countries, told Patagon Journal that
popular destinations such as
Futaleufú must be careful. “It’s
important to consider carrying
capacity,” he said. “To control the
growth and make sure you are
not sacrificing your town or your
culture’s soul for the sake of a
few dollars, because it won’t be
worth it in the long run.”
Adds Stowell: “There are
places where adventure travel
destroys local communities so
I do not think it is a silver bullet. It has to be done responsibly. Typically that means making sure that local people are involved in the
decision making, and they are also beneficiaries of whatever is going
to be done there.”
Dams and gold
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ear the Espolon River -- a major tributary of the Futaleufú River,
and a cherished spot by fly fishermen in search of brown and
rainbow trout -- Canadian mining firm Kinross Gold and U.S.-based
Geocom Resources have acquired a formal mining claim on 3,800
hectares (9,390 acres) to build an open-pit gold mine. They began
exploratory work in 2005, and though plans were put on hold after
the Chaitén volcano eruption, as gold prices rise it’s expected they
will try to move forward.
Though some Futaleufú residents are interested in the jobs that a
mine might bring, most are prepared for an outright fight. Ten years
ago, just across the border in the Argentine city of Esquel, an historic
public referendum to turn down a similar gold mine was passed overwhelmingly by almost 80 percent of local residents. The most serious
environmental problem associated with gold mining is cyanide heap
leaching - the process almost all large-scale mines use to dissolve
microscopic bits of gold out of low-grade ore. The leftover cyanide-laden
rock is difficult to dispose of, and is sometimes dumped into rivers.
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invasiva conocida como Dídymo en el río. Una plaga conocida en diversos
ríos del hemisferio norte y Nueva Zelanda, Dídymo ha levantado alarma en
la Patagonia. Esta microalga que parece papel o cartón mojado se puede
esparcir en poco tiempo causando el desplazamiento de las especies
acuáticas. En este momento, la línea de ataque es prevenir la expansión
de Dídymo por medio de centros de descontaminación y educando a
los turistas y pescadores a remover, lavar y secar adecuadamente sus
equipos y vestimentas si han estado en contacto con el agua.
La dirección en la que el turismo y el pueblo evolucionan es también
una preocupación importante. Para su crédito, las autoridades del
pueblo están considerando implementar nuevas regulaciones para
garantizar la seguridad en el rafting y políticas de zonificación para
ordenamiento territorial se están debatiendo. Aun así, dos grandes
hoteles se construyeron a las afueras de la ciudad en los últimos
dos años sin directrices locales para asegurar un desarrollo que sea
compatible con el turismo sostenible y sin ningún plan para preservar
lugares de interés como antiguas vías carretas.
El turismo de aventura crece rápido y es lucrativo. En todo el mundo ha
aumentado en un impresionante
17% anual. Shannon Stowell,
presidente del Adventure Travel
Trade Association (ATTA), la autoridad internacional sobre turismo de aventura con más de 900
empresas miembros de más de
60 países, dijo a Patagon Journal
que destinos populares como
Futaleufú deben ser cuidados.
“Es importante que consideren
la capacidad de carga”, dijo. “Es
necesario controlar el crecimiento y asegurarse que no sacrificas
tu pueblo o el alma de tu cultura
por unos pocos dólares, ya que
no valdrá la pena en el largo plazo”.
Stowell agrega: “Hay lugares donde el turismo aventura destruye
comunidades locales. Por lo tanto tiene que hacerse con responsabilidad.
Típicamente eso significa asegurarse que los lugareños estén involucrados
en la toma de decisiones y que sean beneficiarios de lo que sea que se haga”.
Represas y oro
C
erca del río Espolón – uno de los afluentes más importantes del
Futaleufú, y un lugar muy apreciado por pescadores en busca de
trucha marrón y arcoíris –la empresa minera canadiense Kinross Gold
y la empresa estadounidense Geocom Resources han adquirido un
reclamo minero formal en 3,800 hectáreas para construir una mina
de oro a tajo abierto. Comenzaron a explorar el lugar en 2005, y a
pesar de que sus planes se estancaron debido a la erupción del volcán
Chaitén, se espera que traten de avanzar en el futuro.
Aunque algunos residentes de Futaleufú están interesados en
los trabajos que la mina puede traer, la mayoría está preparada para
dar la pelea. Hace 10 años, justo al frente de la frontera en la ciudad
Argentina de Esquel, un referéndum histórico rechazo con un impresionante 80% un proyecto de mina de oro similar a este. El problema
ambiental más serio asociado a las minas de oro es la lixiviación de
cianuro – el proceso que casi todas las minas a gran escala usan para
disolver los pedazos microscópicos de oro de los minerales de menor
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"Chile’s leaders must act with foresight and preserve Futaleufú and several
other iconic rivers for future generations."
"Los líderes de Chile deben actuar con previsión y preservar Futaleufú y otros ríos
emblemáticos para las generaciones futuras."
Another top concern is acid mine drainage. According to Geocom’s
May 2007 report on their explorations at Espolon, in addition to discovering an almost 2-mile long stratum of rock that contained highly
valuable gold deposits, it also contained a “massive sulfide layer.” The
tons upon tons of debris produced to extract gold from the ore are
called mine tailings. Those tailings would include sulfide metals that
break down into sulfuric acid and dissolve accompanying metals, such
as lead, zinc, cadmium, selenium, arsenic. The gold mine at Espolon
would likely include a dam to store the tailings, which remain toxic for
centuries. But according to the United Nations Environment Program,
on average, at least one major tailings dam failure occurs each year,
and most pertinent for rainy Futaleufú - the accidents at tailings dams
are mostly due to heavy rainstorms and floods.
The toxic, yellowish-orange liquid that seeps from tailings known
as acid mine drainage has a sordid history at gold mining projects of
leaking into streams and groundwater and killing any fish and vegetation
in its path. In May, Canadian mining firm Barrick Gold’s high profile,
$8.5 billion dollar Pascua Lama project in Chile’s northern Atacama
region was shut down and fined by environmental regulators for that
very reason. Among the 23 environmental violations, authorities found
that rains had increased acid runoff from rock debris that the company
had hastily generated without a proper storage site yet in place, and
they were cited for an illegal discharge at their acid treatment plant;
thereby contaminating the Estrecho River in the valley below that is
used by locals for agriculture and drinking water.
The big money to be made from gold mining is believed to be one of
the motives driving a push for new infrastructure: adequate roads and
sufficient energy are needed to operate a big mine. Though Futaleufú
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calidad. La roca de cianuro cargada sobrante es difícil de eliminar, y
a veces se vierte a los ríos.
Otra gran preocupación es el drenaje ácido de mina. De acuerdo
con el informe de mayo de 2007 de Geocom sobre sus exploraciones
en Espolón, además de descubrir un estrato de roca de 3 kms de largo
que contenía depósitos de oro altamente valiosos, también contenía
una “gran capa de sulfuro”. Toneladas y toneladas de desechos producidos para extraer oro del mineral se denominan residuos mineros.
Esos residuos pueden incluir sulfuro de metales que se divide en
acido sulfúrico y en metales acompañantes como el plomo, el zinc,
el cadmio, el selenio y el arsénico. La mina de oro en Espolón probablemente incluirá una presa de relaves para almacenar los residuos,
que siguen siendo tóxicos por siglos. Pero de acuerdo al Programa de
las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), en promedio,
una falla importante ocurre una vez al año en presas de relaves, y será
aún más probable en el lluvioso Futaleufú. Y es que los accidentes se
deben mayormente a grandes tormentas o inundaciones.
El liquido tóxico entre naranjo y amarillo que se filtra de los relaves
conocido como drenaje ácido de mina tiene una historia sórdida en proyectos
de la minería de oro donde se filtró en corrientes y agua subterráneas
matando a todos los peces y la vegetación en su camino. En mayo, el
proyecto de US$ 8.500 millones de la firma minera canadiense Barrick
Gold en Chile, Pascua Lama, en la región nortina de Atacama fue clausurado y multado por reguladores medioambientales por esa misma razón.
Entre las 23 violaciones ambientales, la autoridades descubrieron que las
lluvias habían aumentado la escorrentía ácida de restos de rocas que la
empresa había generado a toda prisa y sin un lugar de almacenamiento
adecuado. También fueron acusados de
​​ una descarga ilegal en su planta
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"The toxic, yellowish-orange
liquid that seeps from
tailings known as
acid mine drainage has a
sordid history at gold
mining projects."
"El liquido tóxico entre
naranjo y amarillo que se
filtra de los relaves conocido
como drenaje ácido de mina
tiene una historia sórdida
en proyectos de la minería
de oro."
is already well-connected with Chaitén and the Carretera Austral, a plan is in place to build a
new, more scenic road along Espolon Lake that connects Futaleufú to the town of Termas de
Amarillo. Proponents claim the road is not for a potential mine; rather it shortens the journey
to Chaitén by 50 km (31 miles) and connects isolated residents in the Espolon area.
Perhaps even more pressing than a gold mine is the threat of dams on the Futaleufú River.
With the Italian-Spanish Endesa energy company and Chile’s Colbun planning to build an
electric transmission line from their HidroAysen project in the Aysen region through Palena and
northbound to Santiago, dams on the Futaleufú suddenly become a more interesting business
proposition for energy moguls.
Endesa acquired water rights on the Futaleufú in 1993
to build dams. Since then, the specter of possible dams has
always hung over the river’s future. But late last year, Endesa
announced to its shareholders that part of its portfolio of
projects under development this year is the “concept design”
of a 1,367 MW hydroelectric project on the Futaleufú that
would entail three dams, and could become the secondlargest project in the Patagonia region after HidroAysen.
The alarm bells have sounded throughout the environmental and whitewater communities worldwide, and
in Futaleufú . A new environmental group has set up in
town, Futaleufú Riverkeeper, which is affiliated with the
international Waterkeeper Alliance headed by American
environmental lawyer Robert F. Kennedy, Jr. Last March,
several local businesses, environmentalists, and even the
mayor’s office, together publicly voiced their opposition
during events in Futaleufú to celebrate the International
Day of Action for Rivers and against Dams, organized every
year by the Berkeley, California-based International Rivers Network.
That said, ever since water rights were snatched up by Endesa, some have been preparing
for this moment. Among them are American Eric Hertz, co-owner of Earth River Expeditions
and his Chilean partner Robert Currie, both widely credited with the first rafting descent down
Futaleufú’s 80 kms (50 miles) of Class IV and V whitewater. Hertz says with great regret that
they arrived too late to save the Bio Bio River from Endesa dams, but quickly learned from that
experience and recruited a group of conservation-committed individuals to participate in an
Earth River Land Trust that has bought some 50 hectares (124 acres) of the most valuable
stretches of property along the river, including strategic spots that would be needed in any
hydroelectric venture, to conserve the river and its surrounding valley in perpetuity.
Several others are moving to purchase land in the Futaleufú valley, too, and not without
controversy. Last year, a crew from Chile’s Television Nacional headed up by Chilean investigative
journalist Santiago Pavlovic came to Futaleufú to do a story and stumbled upon a hornet’s nest
of discontent in Puerto Ramirez, located 48 km (30 miles) from Futaleufú and another strategic
spot for any eventual hydroelectric project. More than a dozen families, mostly colonos, or
original settlers, have lived for numerous decades in the area, but some are facing potential
expulsion from their homes in a conflict with a real estate investment group called Agricola
Auchemo, which has been buying properties in the area since 2004.
Evo Soto, 84, tells of how he left Osorno in 1952 after his father sold his family’s land there
and as a 23-year-old arrived in Futaleufú intent on building his future here. He squatted on his
land, and after decades of legal pursuit, finally got his land deed in 1999. Under Chile’s laws
on adverse possession, if you can show that you have lived on otherwise unoccupied land for
more than five years and improved the land, such as building a house on it, the occupier has
priority claim. The other colonos assert that just like Soto they also applied for land titles to
Chile’s ministry of national property, and at least a decade before Agricola Auchemo appeared
on the scene, but are still waiting for some pronouncement from the government.
Cecilio Ganga’s parents migrated to the Futaleufú valley from Argentina in 1920, clearing
dense native forest on some 85 hectares (210 acres) to establish a livelihood raising livestock.
Outside his humble home, next to a fenced garden and a patch of pasture where sheep graze,
Ganga, 67, points to a giant, non-native alamo tree planted by his parents. He estimates that the
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de tratamiento de ácido, contaminando el río Estrecho en el valle que es
utilizado por los lugareños para la agricultura y el agua potable.
La gran cantidad de dinero que se obtiene de las minas de oros
es uno de los motivos que empuja nueva infraestructura: caminos
adecuados y energía necesaria para operar una gran mina. Si bien
Futaleufú está bien conectado con Chaitén y con la Carretera Austral,
hay un plan para construir un camino nuevo y más pintoresco a lo
largo del lago Espolón que conecta Futaleufú con el pueblo Termas de
Amarillo. Los que lo proponen dicen que el camino no es un potencial
camino minero, sino que acorta el viaje entre Chaitén a 50 kms y los
conecta con los habitantes aislados del sector de Espolón.
Tal vez más acuciante que la amenaza de minas de oro es el proyecto
de represas en el rio Futauleufú. Con la empresa energética italianaespañola Endesa y la empresa chilena Colbun planeando construir una
línea de transmisión eléctrica desde el proyecto Hidroaysén pasando
por Palena hasta Santiago muy al norte, las represas de Futaleufú se
transformaron en un interesante negocio para los magnates de la energía.
Endesa adquirió los derechos del agua de Futaleufú en 1993 para
construir represas. Desde entonces, el espectro de posibles represas
siempre ha estado presente en el futuro del rio. Pero el año pasado,
Endesa anuncio a sus accionistas que entre su portafolio de proyectos en
desarrollo está el hacer el “diseño conceptual” de un proyecto hidroeléctrico
de 1,367 MW en el Futaleufú que constaría con tres represas, y podría ser
el segundo proyecto más grande de la Patagonia después de HidroAysén.
Las campanas de alarma sonaron a través de todas las comunidades
medio ambientales y deportes de aguas rápidas en todo el mundo y en
Futaleufú. Un nuevo grupo ambiental se instaló en el pueblo, Futaleufú
Riverkeeper, que está afiliado al grupo internacional Waterkeeper
Alliance, dirigido por el abogado norteamericano medioambiental Robert
F. Kennedy, Jr. En marzo pasado, diversos negocios locales, ambientalistas, e incluso la oficina del alcalde, dieron a conocer públicamente
su oposición para celebrar el Día Internacional de Acción por los Ríos
y contra de las Represas, organizado cada año por International Rivers
Network, una ONG ubicada en Berkeley, California.
En realidad, desde que los derechos de agua fueron obtenidos por
Endesa, algunos se han estado preparando para este momento. El
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norteamericano Eric Hertz, copropietario de Earth River Expeditions
junto con su socio chileno Robert Currie, están acreditados con el primer
descenso por los 80 kms de rápidos de clase IV y V del Futaleufú. Hertz
dice con gran pesar que llegaron muy tarde para salvar al río Bio Bio de
las represas de Endesa, pero rápidamente aprendieron de la experiencia
reclutando un grupo conservacionista comprometido a través de la Earth
River Land Trust que ha comprado cerca de 125 hectáreas de las más
valiosas extensiones de propiedades a lo largo del río, incluyendo algunos
de los puntos estratégicos que serían necesarios en cualquier proyecto
hidroeléctrico, a fin de conservar el río y su valle circundante a perpetuidad.
Muchos otros se están movilizando para comprar tierras en el
valle de Futaleufú, y no sin controversia. El año pasado, un equipo de
Televisión Nacional de Chile, dirigido por el periodista investigativo
Santiago Pavlovic, fueron a Futaleufú a cubrir una historia y tropezó
con un grupo descontento en Puerto Ramírez, situado a 48 kms de
Futaleufú y otro punto estratégico para cualquier eventual represa
hidroeléctrica. Más de una docena de familias, en su mayoría colonos,
han vivido durante varias décadas en el área pero ahora algunos se
enfrentan a la expulsión potencial de sus hogares en un conflicto con
un grupo de inversión inmobiliaria denominada Agricola Auchemó, que
ha estado comprando propiedades en la zona desde 2004.
Evo Soto, 84, cuenta como dejó Osorno en 1952 después de que su
padre vendiera la propiedad de la familia y con tan solo 23 años llegó a
Futaleufú con intención de construir su futuro. Se estableció sin derechos
en su tierra, y luego de años de intentos legales, finalmente obtuvo su
título de propiedad en 1999. Bajo las leyes chilenas sobre posesión
adversa, si puedes demostrar que tú has vivido en tierras no ocupadas
por más de cinco años y mejorado la tierra, como construyendo una
casa, el ocupante tiene derecho prioritario. Otros colonos afirman que
al igual que Soto pidieron los títulos al Ministerio de Bienes Nacionales
por lo menos una década antes que Agrícola Auchemó apareciera en
la zona, pero aún esperan por algún pronunciamiento del Gobierno.
Los padres de Cecilio Ganga emigraron al valle de Futaleufú desde
Argentina en 1920, despejando un denso bosque nativo en unas 85
hectáreas para ganarse la vida por medio de la ganadería. Afuera de su
sencillo hogar, al lado de un jardín rodeado por una reja y sector donde
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tree is now around 90 years-old, and says that, just like that tree, “I was
born here. I want my children to live here when I am gone.” Speaking
with clear anxiety about his future, he talks about the threats he has
endured to intimidate him into abandoning his property. Ganga, whose
land likely has tremendous worth but his bank account does not, says
he cannot afford a lawyer while his counterparts are more than ready.
Several people with interests in the Futaleufú valley express fear
that behind the aggressive attempts to force the colonizers off the
land, much like the land grabbing that preceded Endesa’s arrival on
the Bio Bio River, there is a plain and simple land speculation scheme.
If Endesa does win approval to dam the Futaleufú, the company will
be forced to pay dearly to owners whose land is expropriated, flooded
and destroyed. Real estate prices are also skyrocketing in Patagonia.
For example, just outside of another booming southern Chilean resort
town, Pucon, some property values have increased by a factor of 20
over the past two decades.
In an email interview, Roberto Edwards, a Chilean lawyer in Santiago who both represents Agricola Auchemo and is a key investor in
the venture, said that he has also been buying land in the area with
partners under the business names of Agrícola El Olivar and Agrícola
San Rafael, among others. Now possessing nearly 100,000 acres
(40,000 hectares) between Futaleufú and Chaitén, Edwards stated
that he would not be interested in later flipping some of the properties
to Endesa, and that he moreover is against building dams on the river.
Edwards said in addition to some tourism projects, his intention with
these investments is to “conserve the lands for future generations
preventing an indiscriminate exploitation of them.”
Political will
W
ith presidential elections in November, there is some hope that
if center-left candidate Michelle Bachelet wins she will reinforce
her statements in a June political debate that HidroAysen is “not viable”
and kill that project. Before she left office in 2010, Bachelet’s govern-
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ment also did use a “water reserve” clause in the nation’s water code
to issue a decree that 11 watersheds, including such beloved rivers
as the Cochamo, Petrohue and Palena rivers, must be protected for
their high conservation and tourism value, in effect putting off-limits
hydroelectric dams. The Sebastian Piñera government later reversed
the decree, calling it illegal in the context of Chile’s ongoing fire sale
of its water courses to the highest bidder.
In most any other country, a globally-cherished river like the Futaleufú River would be protected with maximum care as a national
park. But during the Augusto Pinochet dictatorship, Chile privatized
all of its water resources, the only country in the world that has done
so. Still, with support from all sectors, Chile could amend its water
laws to allow for conservation and even park status for some rivers,
or outright nationalize them. Just as it would be unthinkable today to
destroy the country’s renowned Torres del Paine to build a big dam,
Chile’s leaders must act with foresight and preserve Futaleufú and
several other iconic rivers for future generations.
At his small office in Futaleufú, the affable town mayor, Arturo Carvallo,
defends the river against dams and gold mines before he is even asked.
Mayor of the town since 2000, he has been speaking out against such
projects in Futaleufú for a long while. Carvallo reiterates that tourism is
the lifeblood of Futaleufú’s economy now and in the future. He says the
town is worried. He says a gold mine would lead to certain disaster and
dams would kill the river, and with it, the local economy.
“Nature, above all virgin nature, is our greatest wealth. This is
what attracts both Chilean and foreign tourists here,” said Carvallo.
“I believe this is a problem of national policies. How is it possible that
a company can do what it wants with our country’s rivers simply to
make more money?”
Carvallo looks firmly ahead, then says: “People always ask me,
don’t you want development? But if development only means goods
and capital and all of that without protecting our surrounding environment,” he says, “then this is not development.”
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las ovejas pastan, Ganga, 67, muestra un árbol gigante no nativo, un
álamo plantado por sus padres. Estima que el árbol ahora tiene unos 90
años y dice que al igual que ese árbol nació acá. “Quiero que mis hijos
vivan acá cuando me vaya”. Hablando con una clara ansiedad sobre
su futuro, cuenta sobre las amenazas que han tratado de intimidarlo
para que abandone su propiedad. Ganga, cuya tierra probablemente
tiene un enorme valor, pero su cuenta bancaria no, dice que no puede
costear un abogado mientras sus contrapartes están más que listos.
Muchas personas con intereses en el valle de Futaleufú expresan
miedo que detrás de los agresivos intentos para forzar a los colonos fuera
de sus tierras, al igual que el acaparamiento de tierras que precedió a la
llegada de Endesa en el río Bio Bio, es un simple plan de especulación de
la tierra. Si Endesa obtiene la aprobación para represas en el Futaleufú,
la compañía se verá forzada a pagarle a los propietarios de las tierras
expropiadas, inundadas y destruidas. Los precios inmobiliarios también
están por las nubes en la Patagonia. Por ejemplo, justo fuera de la ciudad
turística de Pucón, el valor de algunas de las propiedades ha aumentado
en un factor de 20 en las últimas dos décadas.
En una entrevista por email con Roberto Edwards, abogado en
Santiago que además de representar a la Agrícola Auchemó es uno de
sus principales inversores, dice que han estado comprando tierra en
la zona también con socios bajo los nombre comerciales de Agrícola
El Olivar y Agrícola San Rafael, entre otros. Ahora poseen casi 40.000
hectáreas entre Futaleufú y Chaitén. Edwards declara que no esta
interesado en vender a Endesa sus propiedades, y que está en contra
de construir represas en el rio. Dijo que, más allá de algunos proyectos
de turismo, su intención es “lograr conservar estos predios para las
futuras generaciones evitando una explotación indiscriminada de ellos.”
La voluntad política
Con las elecciones presidenciales en noviembre, hay esperanza que si la
candidata de centro-izquierda, Michelle Bachelet salga elegida, reforzará
sus dichos del debate nacional de junio de que HidroAysén “no es viable”
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y pondrá fin al proyecto. Antes de dejar el cargo en 2010, el gobierno
de Bachelet también hizo uso de una “reserva de agua”, cláusula en el
código de aguas, para emitir un decreto en que 11 cuencas, incluyendo
ríos como Cochamó, Petrohué y Palena, deben ser protegidos por su alta
conservación y valor turístico, en efecto, poner fuera del alcance de las
represas hidroeléctricas. Luego, el gobierno de Sebastián Piñera revirtió
el decreto, que calificó de ilegal en el contexto de la continua venta de
liquidación de los cursos de agua de Chile al mejor postor.
En casi cualquier otro país, un río mundialmente apreciado como el
río Futaleufú estaría protegida con el máximo cuidado como un parque
nacional. Sin embargo, durante la dictadura de Augusto Pinochet, Chile
privatizó la totalidad de sus recursos hídricos, el único país en el mundo
que lo ha hecho. Sin embargo, con el apoyo de todos los sectores, Chile
podría modificar su legislación de aguas para permitir la conservación e
incluso el estado del parque de algunos ríos. Del mismo modo que sería
impensable hoy destruir el Parque Torres del Paine para construir una gran
represa, los líderes de Chile deben actuar con visión y previsión y preservar
Futaleufú y varios otros ríos emblemáticos para las generaciones futuras.
En su oficina, en la municipalidad de Futaleufú, el amable alcalde, Arturo
Carvallo, sorprende con su espontánea defensa del rio contra las represas
y minas de oro antes que se le pregunte. Alcalde desde el 2000, ha estado
hablando en contra de los proyectos en Futaleufú por un largo tiempo. Carvallo
reitera que el turismo es la economía del Futaleufú ahora y en el futuro. Dice
que el pueblo está preocupado. Dice que la mina de oro llevará a un claro
desastre y que las represas matarán al río, y con eso a la economía local.
“La naturaleza, sobre todo la naturaleza virgen es nuestra riqueza más
grande. Esto es lo que atrae tanto a turistas chilenos como extranjeros”, dice.
“Creo que este es un problema del Estado. ¿Cómo es posible que una compañía
pueda hacer lo que quiera con los ríos de nuestro país para ganar dinero?”
Carvallo mira firme hacia el frente, y luego dice “La gente siempre
me pregunta: ¡No quieres desarrollo? Pero si el desarrollo significa
bienes, capital y todo eso sin proteger el ambiente que nos rodea,”
dice, “eso no es desarrollo”.
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