Reflections - Saint John Paul II Parish
Transcripción
Reflections - Saint John Paul II Parish
Series III Number 15 Reflections A publication of St. John Paul II Parish intended to raise your Spirit. “We Walk in the Footsteps of Christ and Set Hearts on Fire” “The Gift of Reconciliation” In previous “Reflections” articles we addressed the concept of being open to God’s mercy and then letting that mercy flow out to others. Performing the corporal and spiritual works of mercy is a vital part of that concept. Both forms of mercy are accomplished by reaching out to others with love. The spiritual work of mercy that will help us to feel God’s mercy and extend it to others is: “to forgive offenses willingly.” This particular work of mercy is one of the more difficult as it requires a great deal of humility to perform it. It is usually not easy to forgive those who have hurt us. What makes it more difficult is the key word “willingly.” Experiencing God’s forgiveness for our sins and offenses is an important step in our ability to forgive. Repentance and forgiveness are important to getting and keeping ourselves on the straight path. This begs the question: Have you been to the Sacrament of Reconciliation lately? Perhaps the more predominant question is: Why go? As in all acts of worship, the focus of the Sacrament of Reconciliation is on God and what God does. Years ago, Saturday confession was a necessary way to prepare ourselves to be as holy as possible to receive the Holy Eucharist. Today, the Eucharist itself is seen as a sacrament of forgiveness; and the Sacrament of Reconciliation is not simply (or even primarily) a preparation for Holy Communion. It has its own meaning as a wonderful sign of God’s love and forgiveness. Many Catholics have less than pleasant experiences with the Sacrament of Reconciliation because they miss the real point of the sacrament. What is the real point? Confessing the sins is important, but it’s not the most important part of reconciliation. Contrition is important, but it too is not the most important part. Examining our consciences is important, but it isn’t the most important part either. What is the most important in this sacrament? It’s what Jesus does! That single aspect of the reconciliation process is what is most important. It is what we should focus on. The examination of conscience, sorrow for sin, telling the sins to the priest --- these are all essential. But, what Jesus does is the reason to experience this sacrament often. If we think about the sacrament as the Sacrament of Reconciliation and not as “confession” we will have a more positive, enriching experience. Confession is only one part of the sacrament. The word ‘reconciliation’ describes to us what is most important. It tells us that what Jesus does is most important. In the Sacrament, Jesus announces to us, through the priest, that our sins are forgiven and that we are loved by God. We hear the voice of Christ: “Go in peace, your sins are forgiven.” This is what Jesus does for us. This is his gift of reconciliation. The summary question: “why go to confession?” The simple answer: The gifts of peace, love and mercy are there waiting for us to ask for them. Why wait any longer to enjoy these wonderful gifts? Series III Número 15 Reflexiones Una publicación de la Parroquia de San Juan Pablo II con la intención de elevar su espíritu. “Caminamos en las huellas de Cristo y encendemos corazones” “El Regalo de la Reconciliación” En artículos anteriores de "Reflexiones" hemos hablado del concepto de estar abiertos a la misericordia de Dios y luego dejar que la misericordia llegue a otros. Practicando las obras corporales y espirituales de misericordia son una parte vital de ese concepto. Ambas formas de piedad se logran al acercarnos a los demás con amor. La obra espiritual de la misericordia que nos ayudará a sentir la misericordia de Dios y transmitirla a los demás es: "perdonar las ofensas de buena gana. "Esta particular obra de la misericordia es una de las más difíciles, ya que requiere una gran cantidad de humildad para poder lograrlo. Por lo general, no es fácil perdonar a quienes nos han lastimado. Lo que hace aún más difícil al perdonar es la palabra clave mencionada anteriormente "de buena gana”. Experimentar el perdón de Dios por nuestros pecados y ofensas es un paso importante en nuestra capacidad de perdonar. El arrepentimiento y el perdón son importantes para conseguir y mantenernos en el camino correcto. Esto plantea la pregunta: ¿Ha recibido el Sacramento de la Reconciliación últimamente? Tal vez la pregunta más predominante es: ¿Por qué ir? Al igual que en todos los actos de adoración, el centro del Sacramento de la Reconciliación está en Dios y lo que Dios realiza. Hace años confesarse en Sábado era necesario para prepararnos mejor y ser en la medida lo más santo posible para recibir la Santa Eucaristía. Hoy en día, la misma Eucaristía es vista como un sacramento del perdón; y el Sacramento de la Reconciliación no es simplemente (o incluso principalmente) una preparación para recibir la Santa Comunión. La comunión tiene su propio significado, una muestra maravillosa del amor y del perdón de Dios. A Muchos católicos les cuesta encontrar experiencias agradables en el Sacramento de la Reconciliación porque pierden el punto esencial del sacramento. ¿Cuál es el punto esencial? Confesar los pecados es importante, pero no es lo esencial de la reconciliación. La contrición es importante, pero no es la parte más importante. Examinar nuestra conciencia es importante pero al igual tampoco es lo más importante. ¿Qué es lo más importante en este sacramento? ¡Es lo que Jesús hace! Ese aspecto sencillo del proceso de la reconciliación es lo más importante. Es en lo que realmente debemos enfocarnos. El examen de conciencia, el dolor de los pecados, el confesar los pecados al sacerdote --- éstos son esenciales. Pero, lo que Jesús hace es la razón de experimentar este sacramento más a menudo. Si solo pensamos en el sacramento como el Sacramento de la Reconciliación y no solamente como una "confesión" vamos a tener una experiencia más positiva y enriquecedora. La confesión es sólo una parte del Sacramento. La palabra "reconciliación" nos describe lo que es más importante. Nos dice que lo que Jesús hace es más importante. En el Sacramento, Jesús nos anuncia a través del sacerdote, que nuestros pecados han sido perdonados y que somos amados por Dios. Escuchamos la voz de Cristo: "Ve en paz, tus pecados te son perdonados. " Esto es lo que Jesús hace por nosotros. Este es el regalo de la reconciliación. Resumiendo la pregunta: "¿Por qué debemos ir a la confesión? “La respuesta es sencilla: Por el regalo de la paz, por el amor y la misericordia que nos esperan para ser recibidos. ¿Por qué esperar más tiempo para disfrutar de estos maravillosos regalos?