anisoles y brettanomyces - Fundacion para la Cultura del Vino
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anisoles y brettanomyces - Fundacion para la Cultura del Vino
INFORME TÉCNICO ANISOLES Y BRETTANOMYCES Causas, efectos y mecanismos de control www.culturadelvino.org Indice ÍNDOLE, ORIGEN Y CONSECUENCIA DE LA PRESENCIA DE ANISOLES EN EL MUNDO VINÍCOLA ...................................7 CONTROL DE CALIDAD DE LOS LOTES DE TAPONES NUEVOS PARA PREVENIR EL RIESGO DE CONTAMINACIÓN POR CLOROANISOLES......................................20 ORIGEN Y BIOSÍNTESIS DE TCA EN EL CORCHO: MECANISMOS MOLECULARES EN EL HONGO TRICHODERMA LONGIBRACHIATUM..............33 MÉTODO ROSA PARA LA REDUCCIÓN DE TCA EN EL TAPÓN DE CORCHO ......................................... 81 LA CONTAMINACIÓN DE LOS VINOS POR BRETTANOMYCES DURANTE LA VINIFICACIÓN Y LA CRIANZA ..................................................87 COMPARATIVA ENTRE DOS TÉCNICAS DE TOSTADO DE BARRICAS DE ROBLE FRANCÉS PARA CHARDONNAY .........................................97 PRETRATAMIENTO DE DATOS EN ANALISIS SENSORIAL...............................107 ÍNDOLE, ORIGEN Y CONSECUENCIA DE LA PRESENCIA DE ANISOLES EN EL MUNDO VINÍCOLA Cloroanisoles y Bromoanisoles resultan de la sustitución del núcleo llamado “anisol”, presente en gran número de moléculas volátiles y odoríferas, por ambos halógenos. Esta modificación de la estructura molecular da lugar a una molécula de características organolépticas de carácter “mohoso” y de gran potencial contaminante para la industria alimentaria y en concreto la vinícola. En este documento encontraremos el origen y las consecuencias de dichas contaminaciones en el vino. Pascal CHATONNET Laboratoire EXCELL MERIGNAC Francia Índole, origen y consecuencia de la presencia de anisoles en el mundo vinícola Introducción a estructura química metoxibencil, correspondiente al núcleo llamado "anisol", está presente en un gran número de moléculas volátiles y a menudo odoríferas. Estas diversas moléculas están muy presentes en la naturaleza, y en especial en el entorno vinícola. La sustitución del núcleo anisol por átomos de cloro o de bromo para originar haloanisoles da lugar a la formación de una molécula con propiedades organolépticas particulares. En un contexto vinícola, estas moléculas se caracterizan concretamente por olores relativamente desagradables, que evocan el carácter "mohoso". Además, en su mayoría presentan umbrales relativamente reducidos de detección olfativa. Estas características confieren a los haloanisoles en su conjunto un potencial contaminante considerado muy serio por el sector. En este trabajo, estudiamos las principales moléculas de cloroanisoles y de bromoanisoles que se pueden encontrar en el mundo vinícola, indicando, para cada una de ellas, tanto su origen como sus consecuencias en la calidad de los caldos. L 1- Los cloroanisoles En los vinos, los olores con carácter "mohoso" son uno de los defectos organolépticos más desagradables y más severamente juzgados tanto por los catadores expertos como por los consumidores. Se han identificado diversas moléculas que transmiten ese aroma desagradable a los caldos. Entre ellas, los cloroanisoles, y en especial el 2,4,6-tricloroanisol (TCA) y el 2,3,4,6-tetracloroanisol (TeCA) constituyen los compuestos identificables con mayor frecuencia en los vinos considerados "mohosos" o "con sabor a corcho" en la cata. 2,4,6-tricloroanisol (TCA) 2,3,4,6-tetracloroanisol (TeCA) pentacloroanisol Informe Técnico 9 ÍNDOLE, ORIGEN Y CONSECUENCIA DE LA PRESENCIA DE ANISOLES EN EL MUNDO VINÍCOLA mica de algunos plaguicidas a base de 2,3,4,6-tetraclorofenol (TeCP) o, más frecuentemente, de pentaclorofenol (PCP) que contiene TeCP como impureza (entre un 10 y un 15 % El carácter "con sabor a corcho", que indica una contaminade TeCP en el PCP técnico industrial). La metilación de los ción procedente del tapón de corcho utilizado tradicionalclorofenoles debida a una actividad O-metilasa, frecuente en mente para el taponado de las botellas, se aplica equivocanumerosísimos microorganismos y en especial en los damente con frecuencia, pese a ser cierto que, mohos existentes en las bodegas, produce el cloroanisol efectivamente, el corcorrespondiente (figura cho procedente de la 2). A partir de una molécorteza del alcornocula poco volátil y práctique (Quercus suber) camente inodora, se puede transmitir TCA obtiene un cloroanisol a los caldos si la que se transmite fácilcalidad de la materia mente a la atmósfera y prima o el proceso que resulta muy maloliende fabricación de los te. Estos compuestos tapones no son también pueden contamiFigura 2 - Metilación bioquímica del 2,3,4,6-tetraclorofenol en satisfactorios nar el caldo sin que éste 2,3,4,6-tetracloroanisol (Tanner et al., 1981, haya entrado en contacto Buser et al., 1982, con corcho (Dubois et Tanner et Zannier, 1983). El lavado con cloro, largo tiempo Rigaud, 1981, Chatonnet et al., 1994). Los mecanismos de utilizado por los corchotaponeros, era un factor agravante, degradación de estos precursores y las condiciones de conpero en ningún caso una causa de contaminación del cortaminación a distancia, cho por el precursor por vía de la atmósfera, directo del TCA: el han sido descritos deta2,4,6-triclorofenol lladamente (Chatonnet et (TCP). El abandono al., 1994). Resulta sumade ese método en la mente fácil la contaminaactualidad no por ción del vino durante su ello ha suprimido la manipulación al aire, su contaminación de conservación en recipienlos tapones, lo cual tes microporosos (barridemuestra claracas) o por contacto con mente que el origen materiales contaminados de la contaminación indirectamente (tapones del corcho es múltide silicona, madera de ple, y no obedece las barricas, bentonita, únicamente a una colas, tapones de corcontaminación inicial cho…). Figura 3 - Formación de 2,4,6-triclorofenol por cloración química a partir de de la materia prima El uso inconsiderado de solución clorada situada en un entorno ácido y al entrar en contacto con por TCP. productos de desinfecnúcleos fenilos Ulteriormente a su ción a base de sales de abandono, se ha hipoclorito también puede causar la contaminación de los podido identificar otras fuentes de contaminación por cloroamateriales orgánicos (en especial la madera) que están en nisoles. Y es que el corcho es un material da estructura contacto con el caldo o del ambiente de la bodega tras la microporosa rica en lípidos que puede fijar fácilmente los formación química de TCP (Burtschell et al., 1959) y su contaminantes presentes en fase gaseosa en la atmósfera degradación por ciertos hongos filamentosos (Maujean et de almacenamiento; tapones nuevos indemnes de contamial., 1985, Álvarez-Rodríguez et al., 2002). La utilización del nación pueden acabar contaminados a niveles molestos si cloro es indeseable para la limpieza y desinfección de cualhan permanecido almacenados en dependencias contaminaquier material poroso o microporoso, incluido el caucho das (Chatonnet et al., 1994, Chatonnet et Labadie, 1995). natural utilizado para la fabricación de canalizaciones flexiEl pentacloroanisol (PCA), poco oloroso (umbral de percepbles o de ciertos tapones para el cierre de las piqueras de ción > 50 µg/l), y sobre todo el 2,3,4,6-tetracloroanisol las barricas. (TeCA), son moléculas procedentes de la degradación bioquí(PCA) Figura 1 - Principales cloroanisoles considerados contaminantes de los vinos y responsables de los defectos tipo "mohoso". 10 Anisoles y Brettanomyces La reacción del cloro con el látex o los sedimentos de polifenoles produce químicamente TCP que se acumula en el polímero y que posteriormente se puede degradar bioquímicamente generando TCA (figura 3). Por el contrario, las siliconas son insensibles a la acción del cloro. La formación de tetra y de pentaclorofenol por esa misma reacción sólo se puede producir con pH inferiores a 6, pero siempre es limitada debido a la polaridad del medio de reacción (Noilet, 1996). El TCA tiene un umbral de detección olfativa relativamente bajo (300 pg L-1 en el agua, según Curtis, 1972; o 30 pg L1 según Griffiths, 1974). Dependiendo del tipo de caldos, las alteraciones del olor y sobre todo del aroma retroolfativo son significativas entre 1,5 y 3 ng L-1 (Duerr, 1985). El análisis de las primeras muestras de vinos contaminados por TeCA en la época en que se empezó a tomar seria- mente en cuenta el problema en el mundo vinícola se realizó sobre muestras que presentaban niveles de contaminación sumamente altos (varios µg/l) y se sobreestimó en buena medida los umbrales de alteración (CHATONNET et al., 1994). Se sospechaba entonces que el TeCA contaminaba los caldos a partir de 150 ng/l. En realidad, aunque en efecto el TeCA es menos oloroso (4 ng L-1 en el agua según Curtis, 1972) que el TCA, actualmente se detectan alteraciones notables a partir de 10-15 ng L-1 en los vinos tranquilos y de menos de 5 ng L-1 en los vinos espumosos (Chatonnet et Labadie, 1995). En todos los casos de contaminación atmosférica de la bodega - atmósferas a menudo húmedas y cerradas - la eliminación de la contaminación exige ante todo la identificación exhaustiva y previa de las fuentes contaminantes y su eliminación. El aumento de la ventilación de las estancias Tabla 1. Contenidos de halofenoles y haloanisoles en diversos vinos alterados por un carácter "mohoso" en la cata. Evidencia de la presencia de TBA MUESTRAS DE CALDOS ( NG L-1 ) TCA 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30 nd nd nd nd nd nd nd nd nd nd nd nd nd nd trazas 2,9 nd nd 2,6 trazas trazas nd nd nd nd nd nd nd nd nd TCP TeCA TeCP PCA 11,5 nd nd nd nd nd nd nd trazas nd nd trazas trazas nd nd nd nd nd 6,5 nd 7,6 nd 8,5 nd 7,1 nd 5,4 nd trazas nd trazas nd trazas nd 12,3 nd 17,1 nd 21,5 nd 72,0 nd 14,3 nd trazas nd nd nd trazas nd 11,7 nd 64,6 nd 3,2 nd trazas nd nd nd nd nd 22,4 13,2 71,0 7,5 6,9 nd nd nd nd nd nd nd nd nd nd nd nd 23,9 nd nd nd 27,0 nd nd nd nd 59,2 nd trazas nd trazas nd trazas trazas trazas trazas trazas trazas nd trazas nd trazas nd trazas nd trazas trazas trazas nd nd nd nd nd nd 11,0 122,9 trazas nd PCP TBA TBP 16,8 12,9 68,5 113,5 34,4 17,8 19,5 2,1 trazas 33,7 3,9 8,3 8,3 12,1 5,4 675,4 2,2 252,8 147,6 12,0 67,0 48,0 0,0 68,3 nd 2,5 11,1 nd trazas 7,2 40,2 12,3 37,1 28,5 26,7 31,3 nd 13,1 13,4 nd 9,1 14,6 trazas 26,1 32,4 trazas 17,9 36,1 nd 3,8 7,5 8,3 nd 3,6 29,8 3,5 37,4 45,2 6,3 18,8 10,7 nd trazas 12,9 13,7 43,5 nd 16,8 104,1 87,7 12,8 78,2 nd 37,9 108,1 23,7 28,3 100,8 nd 4,0 9,6 38,0 4,0 30,1 81,2 6,5 392,6 nd 6,3 44,9 TeBP PBP nd nd nd nd nd nd nd nd nd nd nd nd nd nd nd nd nd nd nd nd nd nd nd nd nd nd nd nd nd nd nd nd nd nd nd nd nd nd nd nd nd nd nd nd nd nd nd nd nd nd nd nd nd nd nd nd nd nd nd nd nd: nd < DL trazas: > DL, < QL Informe Técnico 11 ÍNDOLE, ORIGEN Y CONSECUENCIA DE LA PRESENCIA DE ANISOLES EN EL MUNDO VINÍCOLA siempre es deseable, pero no necesariamente suficiente. Todo depende del caudal de contaminantes emitida por la o las fuentes. La climatización de los locales a menudo agrava la contaminación del aire al reducir la renovación de la atmósfera; la introducción de aire fresco es pues una necesidad imperiosa en las estancias destinadas al almacenamiento de vinos a granel. 2- Los bromoanisoles Se ha recurrido mucho a los cloroanisoles para explicar la presencia de defectos de carácter "mohoso" en los vinos. Ahora bien, existen algunos caldos que presentan exactamente el mismo tipo de defecto organoléptico en la cata pero que no contienen cantidades suficientes de cloroanisoles para explicar la presencia de un carácter "mohoso". Soleas et al. (2002) señalan que en el control de un gran número de muestras de vinos, sólo una fracción menor (27 %) contenía una cantidad significativa de TCA (> 2 ng L-1). No obstante, estos autores no han procedido a la dosificación de los TeCA; por lo tanto no permiten una certeza concluyente sobre la intervención de otros cloroanisoles. La investigación y la dosificación exhaustiva de los diversos cloroanisoles en un número suficientemente importante de vinos comparativamente sospechosos tras su cata en nuestro laboratorio nos ha permitido identificar claramente situaciones que conducen a una frecuencia de alteración elevada sin que se pueda detectar o cuantificar TCA o TeCA a un nivel suficientemente alto para poder comunicar un defecto. Por primera vez, hemos evidenciado la presencia de 2,4,6- caldos que presentan un carácter "mohoso" en la cata. La tabla I presenta el resultado de la dosificación de diversos cloroanisoles y clorofenoles, considerados contaminantes clásicos de los vinos que presentan un defecto de carácter "mohoso", así como del TBP y del TBA. Con excepción de algunas muestras que contienen un contenido reducido de TCA, los vinos seleccionados en este trabajo son en su mayoría pobres (cantidades dosificadas inferiores al umbral de alteración) o incluso carentes de cloroanisoles (< límite de cuantificación). Se observa que la intensidad relativa del defecto "mohoso", medida sobre una escala arbitraria de intensidad de 0 a 5, presenta una correlación significativa (p< 0.05) con el contenido de TBA del vino y no con los demás cloroanisoles estudiados (figura 5). En los casos de fuerte contaminación por TBA (> 20 ng L-1), además de un intenso carácter "mohoso", los vinos presentan un carácter "fenólico" y "yodado" más o menos intenso. Este defecto se percibe fundamentalmente en la cata del vino, en retro-olfato, y persiste largo tiempo en boca. El olor evoca el del TBP, pero la intensidad del defecto no está vinculada de forma evidente con las concentraciones dosificables en los caldos. Además, el contenido de TBA de los vinos tampoco está correlacionado significativamente con el TBP dosificable Figura 4 - estructura molecular del 2,4,6-tribromoanisol (TBA) tribromoanisol (TBA) (figura 4) en caldos significativamente "mohosos" pero que no contenían cantidades suficientes de cloroanisoles para comunicar un defecto. Esta nueva forma de contaminación se ha podido demostrar en vinos con o sin contacto directo con materiales susceptibles de haberlos contaminado por contacto directo (Chatonnet et al., 2004). Se ha especificado el umbral de percepción y las condiciones de contaminación de los vinos en el transcurso de su elaboración, almacenamiento o crianza. 2.1- Identificación y aislamiento del 2,4,6-tribromoanisol en 12 Anisoles y Brettanomyces Figura 5 - Relación entre la intensidad relativa del defecto "mohoso, con sabor a corcho" en vinos que no contienen o contienen pocos cloroanisoles pero sí 2,',6-tribromoanisol en esos mismos caldos, lo cual hace pensar que la transformación del TBP no se lleva a cabo en el vino, sino que procede de una contaminación externa. A diferencia del pentabromofenol, del tetrabromobisfenol A (TBBPA) y de los éteres difenilpolibromados (polibrominated diphenyl ethers, PBDEs), moléculas utilizadas masivamente como ignífugos (Brominated Flame Retardants, BFR) que podrían ser perturbadores endocrinos (Ilonka et al., 2000), el TBA y el TBP no parecen tener una toxicología severa en las concentraciones medidas. El TBA se ha identificado como un contaminante presente en trazas en la fauna marina y en cier tos sedimentos marinos (Miyazaki et al., 1981; Watanabe et al., 1983) y en la atmósfera (Wittlinger and Ballschmiter, 1990). El TBA deriva de su precursor directo, el TBP, tras su O-metilación por microorganismos bacterianos (Allard et al., 1987). El TBP está presente en estado natural en numerosos organismos marinos (Whitfield et al, 1992a, Whitfield et al., 1992 b, Whitfield et al., 1988, Boyle et al., 1992, Whitfield et al., 1995) y concretamente en cier tas algas que pueden sintetizar de novo el TBP a par tir de los bro- muros de contenidos en el agua de mar, mediante un equipo enzimático específico (Flodin and Whitfield, 1999). El TBA es conocido por causar potentes defectos de carácter "mohoso" y "terroso" en la fruta embalada en cajas contaminadas por TBP degradado en TBA por Paecelomyces variotii (Whitfield et al., 1997), un hongo filamentoso también conocido por su capacidad de transformar el TCP en TCA por O-metilación (Tindale et al., 1989). Wylie (1997) también señala la presencia de TBP y de TBA en peras, aun cuando no se utilicen dichos productos en las huer tas. Hof fman et Sponholz (1997) también han señalado la contaminación indirecta de productos farmacéuticos a través de obturadores de polietileno contaminados por contacto de la madera de los palets impregnados de TBP. Por último, se sabe que el TBA en estado de trazas causa este mismo tipo de defecto organoléptico en las redes de abastecimiento de agua (Lahoussine, 2000, Malleret and Bruchet, 2001, Malleret and Bruchet 2002). Los umbrales de percepción del TBA contenidos en el Figura 6 - Estimación del umbral de percepción y del umbral de recuperación del TBA agua son sumamente bajos. Saxby et al (1982) han medido un umbral de 8 pg L-1; Whitfield et al. (1997) 20 pg L-1; Malleret y Bruchet (2002) un umbral de 30 pg L-1. Estos umbrales convier ten al TBA en uno de los contaminantes más potentes de todos los identificados; su potencial de perjuicio es parecido al del TCA, cuyo umbral de percepción en el agua también es próximo a 30 pg L-1 (Grif fiths, 1974). En el caso del vino, solución hidroalcohólica ácida (pH 3,5 a 4,0) que contiene entre un 10 y un 15 % vol. de etanol, los umbrales que hemos estimado en un 50 % de los catadores (entrenados pero no exper tos) en un medio modelo (Pt) o en un vino estándar (Rt) arrojan valores claramente más altos. El umbral de percepción Pt a: 50 % se estima en 3.4 ng L-1 y el umbral de recuperación Rt a: 50 % en 7.9 ng L-1 (figura 6). Estos resultados son compatibles con las catas de los vinos sospechosos estudiados en este trabajo (tabla I), pero es posible que el TBA altere la calidad y la tipicidad de los caldos por debajo de su umbral de detección o de identificación (umbral de recuperación). El TBP se puede formar químicamente en las aguas tratadas con cloro en presencia de iones bromuro y de trazas de fenoles orgánicos. El cloro puede oxidar los Informe Técnico 13 ÍNDOLE, ORIGEN Y CONSECUENCIA DE LA PRESENCIA DE ANISOLES EN EL MUNDO VINÍCOLA iones bromuros, liberando bromo que se puede combinar rápidamente con muchos contaminantes orgánicos y producir, además de clorofenoles, bromofenoles y bromoclorofenoles (Patnaik et al., 2002). En presencia de hipoclorito de sodio y de radiaciones UV, los bromuros presentes en las salmueras pueden formar 2-bromo-2metilfenol capaz de comunicar un potente olor "fenóli- co" o "químico" identificable en algunos quesos Gouda (Mills et al., 1997). En el presente estudio no se ha investigado ese compuesto, pero tal vez pueda explicar el carácter "yodado" y de "fenol" obser vado en algunos caldos además del carácter "mohoso". 2.2- Origen de la contaminación de los vinos por TBA El análisis de las diversas muestras de vinos tintos Tabla 2. Análisis de diversas atmósferas de bodega por atrapado estático en kits EXCELL ATMÓSFERA ( NG G-1 ABSORBENTE) TCA TCP TeCA TeCP PCA PCP TBA TBP TeBP PBP 1 2 3 4 5 nd nd nd nd nd nd nd nd nd nd nd nd nd 54 64 2 nd nd 5 2 15 nd nd 210 393 179 28 26 30 10 26 72 52 0 0 nd 1 48 1 2 nd nd nd nd nd nd nd nd nd nd nd: nd < DL trazas: > DL, < QL cuyas condiciones de vinificación y de almacenamiento en diversas bodegas ha permitido evidenciar varios modos de contaminación de los caldos. Al igual que los cloroanisoles derivados del PCP y del TeCP capaces de contaminar indirectamente los vinos a distancia a través de la atmósfera (Chatonnet et al., 1994, Chatonnet et al., 1995), se ha detectado TBA procedente a todas luces de la degradación microbiológica de TBP en la atmósfera de diversas bodegas. Los ambientes contaminados por derivados del PCP y del TeCP no contienen derivados del TBP y viceversa; nunca se ha identificado TeBP ni PBP en los casos estudiados (tabla III). Las características físico-químicas de estos contaminantes (tabla III) explican que, pese a sus puntos de ebullición elevados, los halofenoles y haloanisoles considerados se puedan encontrar tan fácilmente en las atmósferas de estancias que contienen fuentes de emisión de dichas moléculas. Todos los contaminantes en cuestión tienen una hidrofobia similar (log P). La escasa presión de vapor saturado de TeCA explica la facilidad de Tabla 3. Características físico-químicas de los halofenoles y haloanisoles (Fuente: PhysProp Database Syrres Inc. (2003)) MOLÉCULA [ NºCASR] PUNTO DE PUNTO DE Presión EBULLICIÓN FUSIÓN de vapor °C °C 760 MM Hg 760 MM Hg 10-3.mm Hg TCA [87-40-1] 241 61 0,228 TCP [88-06-2] 246 69 2,500 LOG P OCTANOL/ AGUA SOLUBILIDAD CTE EN AGUA DE HENRY MG L-1 10,0 130,000 4,11 800,0 2,600 1,0 20,200 TBA [607-99-8] 298 88 0,644 3,69 TBP [118-79-6] 286 95 0,303 4,74 70,0 0,035 1,4 96,100 TeCA [938-86-3] - 84 3,190 4,18 TeCP [58-90-2] 232 70 0,666 4,65 23,0 8,840 4,09 0,4 1930,000 14,0 0,025 PCA [1825-21-4] - 108 0,592 PCP [87-86-5] 309 174 0,110 En la bodega A (tabla IV), tanto los vinos conservados en depósito de acero inoxidable, libre de cualquier traza de contaminación, como los conservados en barricas que han acumulado contaminantes pueden presentar altos niveles 14 Anisoles y Brettanomyces 5,29 de contaminación. En este caso, el TBP poco volátil emitido por una fuente contaminante primaria se degrada microbiológicamente en TBA, más volátil y maloliente, que pasa fácilmente al aire. El vino manipulado en ese ambiente puede disolver los contaminantes presentes en la fase gaseosa, o contaminarse indirectamente por contacto con los materiales porosos fácilmente contaminados con los que está en contacto directo (madera de las barricas). En la bodega B (tabla V), la fuente que originaba contaminación fue suprimida varios años antes, pues en esa bodega sólo quedan barricas que no estaban contaminadas a su llegada. Aún así, todavía se puede detectar la presencia de cantidades notables de TBA en la atmósfera. Los contaminantes residuales, adsorbidos por la estructura microporosa de la bodega recubierta de ladrillo de tierra, que representa una considerable superficie desarrollada de intercambio, se volatilizan poco a poco en el aire. En la bodega C (tabla VI), los vinos criados en barricas sufren una fuerte contaminación por TBA y TBP. La concentración de contaminantes en el vino aumenta regularmente con la edad de las barricas, es decir con el tiempo que pasan en esta bodega; el grado de contaminación de la madera de las barricas aumenta en el mismo sentido. Pero la contaminación de los vinos también debe proceder de los tapones de silicona utilizadas para obturar las piqueras, pues éstos se encuentran en contacto directo con el vino. Igual que ocurre con los cloroanisoles, los materiales plásticos en general y las resinas elastómeras de silicona en particular pueden adsorber fácilmente el TBA, y en menor medida el TBP, igual de hidrófobo pero menos volátil (menor presión de vapor saturado y constante de Henry mucho más alta). El material a base de polietileno o de poliéster, las juntas de caucho vulcanizado y los tapones de silicona de las barricas pueden fijar fácilmente los contaminantes del aire y cederlos después a los caldos. El análisis de diversos materiales en contacto con la atmósfera de esta bodega permite demostrar que los elementos estructurales de madera se han impregnado masivamente de TBP que se degrada progresivamente en TBA debido a la acción de la microflora ambiente. Además, algunas pinturas contienen TBP en su formulación. Más difícil de explicar resulta el análisis de los vinos en botellas taponadas y contaminadas por TBA y, en ciertos casos, por TCA (tabla VII). Y es que en esta fase del proceso, ya no se sabe si la alteración del caldo se ha producido de resultas de la contaminación de los tapones almacenados en una atmósfera contaminada antes de su la utilización (en las depedencias del corchotaponero o del usuario), o si, como en el caso descrito para los TCA, la contaminación se debe a un tapón contaminado por TBA formado en situ en el corcho. Es obvio que evidencia de la presencia de importantes cantidades de contaminantes en tapones de polietileno extrusionado (PET) almacenados en un ambiente viciado demuestra que es posible una contaminación aerológica de los obturadores a gran distancia, a través de la atmósfera y de los embalajes, igual que en el caso de los tapones de silicona estudiados más arriba. Este resultado se debe considerar asimismo a la luz de las observaciones de Whitfield et al. (1997) sobre el TBA y el TCA en láminas de envasado de PET, y de Hoffman and Sponholz (1997) en tapones PET roscados almacenados sobre palets de madera tratados con TBP. Ahora bien, no sabemos en qué propor- Tabla 4. Concentración de halofenoles y haloanisoles en las atmósferas y en diversos materiales de la bodega (A) MATERIALES Atmósfera de bodega (en ng g-1 adsorbente) Bodega de cubas Bodega de barricas Caldos guardados en la bodega (en ng L-1) Guardados en cubas de acero inoxidable Guardados en barricas de 12 meses de antigüedad Fuentes de contaminación potenciales (ha) (en ng g-1) Barricas de roble de 12 meses de antigüedad Barricas de roble de 14 meses de antigüedad Estructura de madera nueva de la bodega de cubas Estructura de madera antigua de la bodega de cubas (ha) parte externa del material, con espesor de 0-3 mm TCA TCP TeCA TeCP PCA PCP TBA TBP TeBP PBP nd nd nd nd nd nd nd nd nd nd nd 3 trazas nd 8 7 nd nd nd trazas nd nd nd nd nd nd nd nd nd nd nd nd nd nd nd nd nd nd nd 33 nd: < DL nd nd nd nd trazas 675 trazas 148 46 162 13 4 nd nd nd nd 2 12 253 67 nd nd nd nd nd nd nd nd nd nd nd 835 nd nd trazas 143 902 224 1158 6 trazas: > DL, < QL Informe Técnico 15 ÍNDOLE, ORIGEN Y CONSECUENCIA DE LA PRESENCIA DE ANISOLES EN EL MUNDO VINÍCOLA Tabla 5. Concentración de halofenoles y haloanisoles en las atmósferas y en diversos materiales de la bodega (B) TCA MATERIALES Atmósfera de bodega (en ng g-1 adsorbente) Bodega subterránea 1 Bodega subterránea 2 Caldos guardados en la bodega (en ng L-1) Guardados en bodegas de barricas nuevas 1+2 TCP TeCA TeCP PCA PCP TBA TBP TeBP PBP nd nd nd nd nd nd nd nd nd nd nd 15 trazas 122 nd 5 nd 8 nd trazas 13 trazas 15 nd nd nd nd nd nd nd nd nd nd nd nd nd nd 78 Fuentes de contaminación residual (ha) (en ng g-1) Bodegas de suelo de tierra 1+2 Bodegas con paredes de hormigón 1+2 Bodega con paredes de ladrillo 1 nd nd nd nd (ha) parte externa del material, con espesor de 0-3 mm nd nd nd nd nd: < DL nd nd nd nd nd nd nd nd nd nd nd nd nd nd trazas trand zas nd 2 nd trazas trazas: > DL, < QL Tabla 6. Concentración en halofenoles y haloanisoles en las atmósferas y en diversos materiales de la bodega (C) MATERIALES TCA Atmósfera de bodega (en ng g-1 adsorbente) Caldos guardados en la bodega (en ng L-1) Guardados en barricas nuevas Guardados en barricas de 12 meses de antigüedad Guardados en barricas de 24 meses de antigüedad Fuentes de contaminación residual (ha) (en ng g-1) Barricas de roble nuevas (9 meses en la bodega) Barricas de roble de 12 meses de antigüedad Barricas de roble de 24 meses de antigüedad Barricas de roble de 36 meses de antigüedad Soportes de barricas Tapones de silicona Estructura de madera de la bodega: Parte superficial (0-3 mm) Parte interior (3-15 mm) Barniz (ha) parte externa del material, con espesor de 0-3 mm 16 Anisoles y Brettanomyces nd nd nd TCP TeCA TeCP PCA trazas nd 4 nd PCP TBA TBP TeBP PBP nd trazas nd nd 190 38 nd nd nd nd nd nd nd nd nd nd 13 38 78 108 nd nd nd nd nd nd nd nd 28 101 nd nd nd nd nd nd nd nd nd nd nd nd nd nd nd nd nd nd nd nd 22 143 224 1973 2185 1337 240 902 1158 2943 13127 57 nd nd nd nd nd nd nd nd nd nd nd nd nd nd nd nd nd nd nd nd nd nd nd nd trazas trazas 6 trazas trazas nd 234 82363 201 963 tra39 zas 4933 nd nd nd nd nd nd nd nd 12 nd nd nd nd nd nd nd nd nd nd nd nd trazas trazas nd nd nd nd: < DL trazas: > DL, < QL Tabla 5. Concentración de halofenoles y haloanisoles en las atmósferas y en diversos materiales de la bodega (B) MATERIALES Atmósfera de bodega (en ng g-1 absorbente) TCA TCP TeCA TeCP PCA nd nd tra- trazas trazas PCP TBA TBP TeBP PBP 5 14 2 nd nd zas Tapón de corcho nacional nuevo (ng por tapón) Tapón sintético de PET nuevo (ng por tapón) 16 13 nd nd 3 nd 15 24 9 33 nd nd 106 107 872 39 294 nd nd nd nd 2 5 17 48 13 68 275 117 nd nd nd nd 51 Vino embotellado contaminado: Vino (ng L-1) Tapón usado (ha) (ng por tapón) nd 27 12 8 (ha) una vez retirado 1/3 de la parte externa del tapón para evitar el riesgo de contaminación a través de la atmósfera nd: < DL trazas: > DL, < QL ciones pueden migrar al vino los contaminantes adsorbidos por el PET. 2.3- Origen del TBP en los ambientes vinícolas Los casos de contaminación de caldos por TBA y TBP evidenciados en este trabajo proceden a todas luces de elementos de madera o a base de madera impregnados o tratados super ficialmente con TBP, de forma similar a lo descrito sobre el PCP en contacto directo (Wurdig, 1975) o indirecto (Dubois and Rigaud, 1981, Chatonnet et al., 1994). En los vinos y materiales estudiados no se ha detectado PBP y TeBP, precursores potenciales del TBP, o, en todo caso, sólo en estado de trazas no cuantificables. El TBP y diversos derivados bromofenólicos se utilizan ampliamente como tratamiento fungicida de la madera en Latinoamérica, como alternativa al PCP (Towa Mokuzai, 1982; Pulido and Ayzaguer, 1991) y antiincendios (pirorretardante), pero también en numerosos materiales plásticos (Takashi and Sato, 1992; Nishibori and Kondo, 1993; Hoffman and Sponholz, 1997). A diferencia del PCP, cuyo uso está regulado en buena medida en todo el mundo o incluso prohibido, como es el caso concretamente en Europa (CEE, 1991), el TBP no está sujeto a restricción alguna. Además, el uso muy extendido de derivados del TBP como agentes ignífugos en numerosos materiales hace temer un riesgo muy generalizado de contaminación ambiental. La creciente utilización de materiales reciclados, tanto a base de madera como de polímeros plásticos que pueden estar más o menos impregnados de TBP o sus derivados, podría constituir una fuente de contaminación latente susceptible de contaminar los productos alimentarios sensibles, pero también las aguas subterráneas en caso de almacenamientos inconsiderados. La extensión de la presencia del TBP y de sus derivados mere- cería pues investigaciones más amplias. Conclusiones Prácticamente ha desaparecido la utilización del cloro para el lavado de tapones, sin que haya disminuido por ello la frecuencia de contaminación de los caldos debida al TCA apor tado por cier tos tapones de corcho. El corcho y el proceso de fabricación tradicional de tapones resultan fácilmente infestados por microorganismos capaces, en ocasiones, de sintetizar grandes cantidades de TCA. Por lo tanto, el control de la calidad de los lotes de tapones sigue siendo necesario. Otros materiales, como la madera de roble de las barricas nuevas, presentan en ocasiones una contaminación aleatoria por TCA. El origen de esta contaminación, poco frecuente, aún no se conoce bien; también por ello resulta imperativo el control de la ausencia de anisoles. La contaminación por productos de degradación de plaguicidas organoclorados a base de PCP utilizados en el interior de las bodegas, concretamente para el tratamiento de la madera o de los productos a base de madera, tiende a disminuir, pero se sigue produciendo. Nuestros trabajos han evidenciado claramente la posibilidad de contaminación de los caldos a distancia, a través de la atmósfera. La atmósfera contaminada también puede contaminar los productos que están en contacto directo con el vino, y por último los propios caldos. Aunque la utilización del PCP ya está prohibida en Europa, siguen subsistiendo numerosas fuentes de contaminación antiguas, impregnadas o contaminadas indirectamente por TeCA y accesoriamente por TCA. Para reducir el riesgo de contaminación accidental, conviene cerciorarse siempre de la ausencia de dichos productos en el entorno de las bodegas, y más especialmente en los materiales que entran en contacto directo Informe Técnico 17 ÍNDOLE, ORIGEN Y CONSECUENCIA DE LA PRESENCIA DE ANISOLES EN EL MUNDO VINÍCOLA con el vino. La selección de los materiales y revestimientos utilizados para la construcción o la reforma de las naves vinícolas sigue siendo muy útil para garantizar una buena fabricación y unas buenas condiciones de transpor te y almacenamiento. La reciente identificación de TBA en bodegas indemnes de clorofenoles impone el mantenimiento de una presión de control suficiente. La utilización del TBP como sucedáneo del PCP procede contaminaciones idénticas a las obser vadas con PCA y TeCA. La utilización de este tipo de derivados órganobromados en numerosos productos complica la identificación y la rápida erradicación de las fuentes de contaminación. Los anisoles constituyen una fuente de contaminación de los caldos relativamente extendida. La multiplicidad de moléculas implicadas, las reducidas cantidades de contaminantes suficientes para crear un defecto organoléptico y la gran variedad de circunstancias que permiten la contaminación invitan a una vigilancia especialmente rigurosa de todos los materiales y condiciones susceptibles de representar un riesgo de contaminación molesta de los vinos. CEE Journal Officiel des Communautés Européennes. Directive du conseil du 21 mars 1991. 91/173/CEE. 1991, JO N° L 85/34 du 5/04/1991, Chatonnet P. ; Labadie D. 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Con frecuencia es necesario bazuquear para mejorar la difusión de la dosis, y tanto más cuanto más voluminoso es el recipiente (600 litros o más). rápida (figura 10), y tanto más cuanto más alta es la temperatura. Por lo tanto, sólo se puede aplicar con dosificadores especiales cuando no hay posibilidad de recontaminación (por ejemplo, al embotellar). En el caso contrario, habría que reajustar continuamente la dosis de principio activo. De momento, este producto está prohibido en Europa. 3- Alternativas al dióxido de azufre El ácido sórbico no es eficaz respecto Brettanomyces sp. en las dosis clásicas, y no se puede utilizar en los vinos tintos debido a su inestabilidad en presencia de bacterias lácticas. El pirocarbonato de etilo, propuesto por BAYER desde 1995 con el nombre de Baycovin™ actúa sobre las levaduras y bacterias. Este compuesto no permanece estable en el vino, pues se hidroliza rápidamente en etanol y en gas carbónico, generando productos secundarios menores, entre ellos el carbonato de etilo, que puede transmitir al vino cierto olor "afrutado". La producción de uretanos (carbamato de etilo) ha descartado su utilización en enología. Actualmente, este producto muy antiguo reaparece en forma de dimetilo con el nombre de Vercorin™ o DMDC. La dosis de 60 mg/l es fungistática para S. cerevisiae y la dosis de 150 mg/l es fungicida. B. bruxellensis se inhibe a partir de 120 mg/l, pero para su destrucción total son necesarios más de 200 mg/l. La utilización del DMDC permite la destrucción eficaz de los gérmenes presentes, pero no una protección duradera, pues la hidrólisis de este tipo de compuesto en el vino es muy Conclusión El desarrollo de técnicas modernas de detección adecuadas para el seguimiento de la crianza de caldos y la elaboración de métodos de desinfección y de control de los recipientes de madera eficaces y que respeten el material permitirán sin duda en un futuro próximo controlar perfectamente el desarrollo de estos gérmenes de contaminación para reducir sus efectos indeseables, preservando al mismo tiempo la pureza y la tipicidad del aroma de los vinos. Referencias bibliográficas CHATONNET P., BOIDRON J.N. et PONS Monique, 1990, Elevage des vins rouges en fûts de chêne: Evolution de certains composés volatils et de leur impact aromatique. Sci. 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Food Agric., 60, 165-178 . Introducción Informe Técnico 21 CONTROL DE CALIDAD DE LOS LOTES DE TAPONES NUEVOS PARA PREVENIR EL RIESGO DE CONTAMINACIÓN POR CLOROANISOLES Figura 1 - TCA total en diver- sos lotes de tapones de Champagne evaluados y clasificados previamente mediante análisis sensorial individual Figura 2 - Figura 2 - TCA total en diversos lotes de tapones de corcho natural previamente evaluados y clasificados mediante análisis sensorial individual. Figura 3 - Relación entre el TCA total de los tapo- nes de corcho natural y el TCA dosificado en los vinos embotellados 22 Anisoles y Brettanomyces a contaminación de los vinos por los tapones de corcho es uno de los temas de mayor preocupación para la industria vinícola mundial. Los obturadores utilizados pueden causar diversos tipos de defectos que afectan más o menos gravemente a la calidad de los productos embotellados. No obstante, debido a su impacto y a las repercusiones económicas que conlleva, el problema del "sabor a tapón" es el que más atención moviliza hoy en día. Las tergiversaciones de ciertos fabricantes a la hora de reconocer la índole y la amplitud del problema, la exageración irracional de la frecuencia de alteración por este tipo de defecto muy concreto, la tentación de sustituir el taponado de corcho por diversos tipos de obturadores totalmente sintéticos sin una previa reflexión profunda, y el eco excesivo en los medios de comunicación han contribuido en buena medida a la pérdida de racionalidad para atender y solucionar este delicado problema. Los tapones de corcho o a base de corcho pueden ceder diversos contaminantes a los caldos (BUSER et al., 1982., RIBOULET, 1982., LEFEBVRE et al., 1983, BOIDRON et al., 1984., MAZZOLENI et al., 1993), incluidos los sintéticos (CHATONNET et al., 1999, CHATONNET et L Labadie, 2003). Aunque se puede sospechar de otros contaminantes organolépticamente muy activos (TANNER et BUSER, 1981, CHATONNET, 1994, SOLEAS, 2002), de hecho es el 2,4,6-tricloroanisol (TCA) identificado inicialmente por TANNER y BUSER en 1981, la molécula responsable de la gran mayoría de defectos calificados de "sabor a tapón", pero que en realidad corresponden a un olor a "moho"" (AMON et al., 1989). Los métodos de fabricación tradicional de los tapones y las condiciones que propician el desarrollo de un gran número de microorganismos en el material suberoso originan la aparición de este contaminante en los tapones y de la contaminación de los caldos (LEE y SIMPSON, 1993). En este trabajo, realizado a partir de casos concretos observados en la industria, estudiamos la distribución de la contaminación de lotes de tapones compuestos utilizados para el taponado de los vinos espumosos (discos pegados a un cuerpo de corcho aglomerado) y de tapones de corcho natural empleados para el taponado de los vinos tranquilos. Se comparan distintos enfoques de medición del contenido y de la migración del TCA de los tapones, con objeto de evaluar objetivamente el riesgo de utilizar un lote de obturadores determinado. La primera Figura 4 - Estimación de la variabili- dad de la migración del TCA total de los tapones en el interior de los vinos embotellados juzgados significativamente alterados en la cata (número de muestras: corcho natural = 85, disco y aglomerado de corcho compuesto = 33, corchos enteros naturales = 57) parte se dedica a un enfoque que toma en cuenta el contenido total (extraíble mediante un disolvente orgánico potente, CHATONNET et al., 2003) de TCA presente en los obturadores; la segunda parte trata sobre el interés del concepto de TCA fácilmente extraíble desarrollado más recientemente. 1-Utilización de la dosificación de los contaminantes totales presentes en los tapones El control de calidad de los lotes de tapones mediante análisis sensorial es una técnica laboriosa y más complicada de lo que podría parecer, pero hoy por hoy sigue siendo la única técnica que permite un análisis individual de una muestra sin resultar demasiado costosa. En el mundo se utilizan diversos enfoques. Cada uno de ellos presenta sus ventajas y sus inconvenientes, pero todos ellos exigen mucho tiempo, personal y competencia. Los lotes de tapones estudiados se han evaluado mediante la Informe Técnico 23 CONTROL DE CALIDAD DE LOS LOTES DE TAPONES NUEVOS PARA PREVENIR EL RIESGO DE CONTAMINACIÓN POR CLOROANISOLES Figura 5 - Distribución del TCA total en los discos de corcho natural y en el cuerpo aglomerado de diversos tapones de Champagne cata individual de maceraciones acuosas de tapones; la frecuencia de contaminación de los lotes de tapones por olores de carácter "mohoso" permite clasificar los lotes en diversos niveles de calidad. Los tapones tomados como muestras de lotes de 140.000 unidades se aplican a medias botellas que contienen 125 ml de agua mineral controlada previamente mediante cata. Las botellas se almacenan boca abajo durante 6 días. Pasado ese tiempo, se abren y catan individualmente les maceraciones anotando la intensidad (sobre una escala que varía de 0 a 3) y el tipo de defecto detectado, en su caso (Tabla I). Los tapones de corcho natural nuevos no han sido sometidos a lavado, y proceden de una selección visual realizada entre la 2ª y la 3ª calidad según la escala de referencia de la Fédération Nationale des Syndicats du Liège (FNSL, 1999) y una 1ª calidad para los tapones de Champagne según la escala de referencia CIVC (1999). Los lotes llamados "buenos" son los lotes aceptados en su mayor medida en un control de calidad rutinario, y en el control de recepción presentan como máximo un tapón defectuoso. Los lotes "medios" se rechazan en el ensayo simple, pero se aceptan en el control reforzado. Los lotes "malos" Figura 6 - TCA liberable medido en diversos lotes de tapones de Champagne evaluados previamente por análisis sensorial Figura 7 - TCA liberable medido en diversos lotes de tapones de corcho natural evaluados previamente por análisis sensorial 24 Anisoles y Brettanomyces son lotes rechazados en el control reforzado. La dosificación del TCA total del corcho se lleva a cabo sobre una muestra de entre 25 y 50 tapones nuevos triturados (CHATONNET et al., 2003). Se extrae una alícuota mediante un disolvente orgánico por agitación durante 60 minutos. El extracto así obtenido se separa del corcho, se concentra y se analiza por cromatografía en fase gaseosa combinada con la espectrometría de masa. La detección específica del TCA y de su precursor directo, el TCP, por fragmentometría de masa permite detectar de niveles de contaminación muy bajos. 1.1-Heterogeneidad de la contaminación de los tapones en los lotes comerciales El estudio de la distribución de la contaminación dentro de cada lote de tapones de corcho natural o compuesto indica claramente que el TCA no está repartido uniformemente dentro de cada lote. Incluso en los lotes de riesgo escasamente utilizados a la vista del resultado de los ensayos sensoriales, sigue existiendo una proporción de tapones que pueden contener grandes cantidades de TCA. El nivel medio de contaminación de TCA total no permite diferenciar los lotes de alto riesgo de los de bajo riesgo. Los lotes de riesgo potencialmente alto sólo se distinguen de los lotes de bajo riesgo por una mayor proporción de tapones contaminados por encima de 50 ng/ tapón. En la práctica, se puede considerar que no existen lotes totalmente indemnes de contaminantes y por tanto de riesgo sea cual sea el tipo de obturadores (figuras 1 y 2). 1.2-Utilización del contenido de TCA total para predecir la calidad de los lotes Se observa poca o ninguna correlación significativa entre el contenido total de TCA de los obturadores y la cantidad de TCA que afecta a los caldos (figura 3). En efecto, la migración del contaminante de los tapones al conteni- do de la botella depende de diversos factores, y no sólo de la cantidad de contaminante. En el marco de un tapón de corcho natural, o a fortiori compuesto, la contaminación no es homogénea. El estudio de un número considerable de casos de contaminación de vinos embotellados por sus tapones de corcho indica por una parte que en el vino sólo se difunde una fracción de los contaminantes totales, y por otra parte que la magnitud de la migración es bastante variable (figura 4). En los tapones de corcho natural, los casos marginales de fuerte migración (> 25% del TCA total) representan en torno a un 2,4%. Este porcentaje es próximo a la tasa máxima de alteración de un lote de botellas por encima de la cual son frecuentes las reclamaciones (en torno a un 3% según nuestra experiencia). En estas condiciones, teóricamente los obturadores no deberían contener más de 15 ng/ tapón de TCA total, considerándose un límite máximo admisible de 3 ng/l de TCA en el caldo. Pero en este caso, sólo estará en contacto con el vino una fracción imprevisible del tapón. Salvo que se sea excesivamente severo, esto impide sacar cualquier conclusión objetiva e irrefutable. En los tapones de Champagne, el uso del tapón tiene una orientación clara. A pesar de ello, la situación es más compleja, debido a la estructura compuesta y a la gran variabilidad inter-individual del nivel de contaminación de los discos y del aglomerado (figura 5). Por su fabricación, la migración del TCA de los discos es fácil. Sólo se oponen débilmente a una contaminación que puede proceder del cuerpo aglomerado. Si también aquí se considerara la fracción marginal del índice de migración (> 25%) con discos en contacto directo, situación que representa a una gran mayoría de los casos observados (> 40%), habría que admitir como máximo 6 ng de TCA total en la fracción correspondiente a los discos (considerándose una canti- Figura 9 - Correlación entre el TCA liberable medido en las maceraciones individuales de tapones de corcho natural y el nivel de calidad estimado a partir de la evaluación sensorial de los lotes. Calidad del lote según el ensayo sensorial: 1 = bueno, 2 = medio, 3 = malo(LD: límite de detección = 0,6 ng/l; LQ: límite de cuantificación = 1,4 ng/l) Informe Técnico 25 CONTROL DE CALIDAD DE LOS LOTES DE TAPONES NUEVOS PARA PREVENIR EL RIESGO DE CONTAMINACIÓN POR CLOROANISOLES a) corcho natural b) tapón de champagne Figura 9 - Relación entre la dosificación del TCA liberable en maceración individual o conjunta (25 tapones/500 ml) dad máxima admisible de TCA de 1.5 ng/l vino espumoso); es decir alrededor de 3 ng/g de TCA total en los discos de corcho natural. Dado el estado actual de las técnicas de fabricación, resulta bastante difícil garantizar sistemáticamente un nivel de contaminación tan bajo. 2- Utilización de la dosificación de contaminantes considerados fácilmente extraíbles o "TCA liberable" Habida cuenta de los resultados expuestos más arriba, de la localización superficial del TCA en las partes externas de los tapones (HOWLAND et al., 1997) y de la ausencia de migración a través de importantes espesores de tejidos suberosos (CAPONE et al., 2002), se estudia la noción de "TCA fácilmente extraíble", es decir que migra fácilmente en contacto con una solución hidroalcohólica modelo que simula el comportamiento de un obturador en una botella. Se trabaja con muestras de entre 25 y 50 tapones o con muestras múltiples de 10 tapones por lote. Los tapones enteros se sumergen en una solución hidroalcohólica a 12% vol de etanol durante 24 h. Al cabo de ese tiempo, se mide el TCA que ha migrado a la solución (TCA liberable) para representar la fracción del TCA del corcho susceptible de migrar al vino. Se utiliza la técnica de "head-space solid phase micro-extraction" (HSSPME) combinada con la cromatografía en fase gaseosa y con la detección de masa por fragmentometría ("selected ion monitoring" o SIM) para poder detectar y dosificar el TCA a niveles muy bajos (en torno a 1,5 ng/l). Apar te de los trabajos del Cork Quality Council en Estados Unidos (HERVE et al, 1999), no se ha realizado ningún otro trabajo de validación seria de este concepto. En efecto, la mayor par te de los trabajos se ha concentrado en la técnica de dosificación del TCA aplicando el principio propuesto inicialmente por EVANS et al. 1997 (BUTZKE et al., 1998, RIBOULET et al., 2003), pero nunca en la interpretación de los resultados obtenidos, es decir en la relación potencial entre el contenido medio de TCA extraíble medido en una muestra de 26 Anisoles y Brettanomyces trabajo y la frecuencia de alteración previsible en caso de utilización del lote de tapones en cuestión. En efecto, desde un punto de vista práctico, no importa tanto conocer el contenido potencial de TCA cedido por el tapón si no se puede estimar el número de botellas potencialmente afectadas por la utilización de tal o cual lote de tapones. 2.1 -Estudio de la distribución del TCA liberable en los lotes de tapones de corcho natural o compuestos En los tapones compuestos destinados al taponado de vinos espumosos, clasificados previamente en diversos niveles de calidad mediante cata individual, se obser va que no se puede diferenciar los lotes de tapones de uso más o menos arriesgado en función de su contenido medio de TCA liberable. En un lote de bajo riesgo (bueno) se pueden encontrar algunos tapones capaces de liberar cantidades impor tantes (> 7 ng/l) de TCA (figura 6). Tampoco existe una diferencia obvia entre los lotes considerados de riesgo "medio" y "alto". La única diferencia existente entre los lotes de tapones clasificados como de bajo o alto riesgo reside en la proporción de tapones que liberan más o menos de 3 ng/l de TCA liberable. Aunque se lleve a cabo una maceración orientada, limitando el contacto con la par te aglomerada de los tapones de Champagne, el cuerpo, con frecuencia más contaminado (figura 7), per turba la medida del TCA liberable. Dado el estado actual de las técnicas de fabricación y a la luz de los trabajos realizados en este estudio, parece pues más difícil prever la calidad de este tipo de obturador mediante la dosificación del TCA liberable (figura 8a). Por lo que se refiere a los tapones de corcho natural, se obser va que en cier tos casos, los lotes considerados satisfactorios por el ensayo sensorial individual pueden contener asimismo un porcentaje considerable de tapo- nes contaminados por encima de 8 ng/l/ tapón (figura 2). El contenido medio de TCA liberable de los tapones de Figura 10 - Correlaciones existentes entre el contenido de TCA liberable medido en maceración individual o conjunta y la frecuencia de contaminación medida en el lote para diversos tipos de tapones Tabla 2 - Relación entre el riesgo de utilización teórico y la dosificación de TCA liberable obtenida a partir de maceraciones conjuntas de tapones de corcho natural Ensayo 1 2 3 4 5 6 Nº total de tapones 25 25 25 25 25 25 Número de Tapones sin contaminación* 25 24 24 23 22 21 Número de tapones con un potencial significativo de contaminación (> 6 ng/l) y nivel individual de contaminación (ng/l) 0 1 [13 ng/l] 3 [14, 17, 21ng/l] 4 [ 12, 8, 7, 6 ng/l] 12 16 6,5 1,6 9 2 16,1 1,8 1 [121 ng/l] 2 [13, 28 ng/l] 0 4 Riesgo real de utilización % TCA liberable en la maceración conjunta Teórico (ng/l) 0 Medido nd* (ng/l) Riesgo evaluado (1) % 0 4 8 4,8 1,7 13 5 24,2 7,9 nd trazas ** 0 Informe Técnico 27 CONTROL DE CALIDAD DE LOS LOTES DE TAPONES NUEVOS PARA PREVENIR EL RIESGO DE CONTAMINACIÓN POR CLOROANISOLES corcho natural permite diferenciar más fácilmente los lotes de riesgo del resto. Se obser va una buena correlación entre el nivel medio de TCA liberable dosificado por maceración individual y la calidad del lote estimada por el procedimiento de evaluación sensorial (figura 8b). tenido de TCA liberable medido en una maceración conjunta (25 tapones/500 ml) y la media de las dosificaciones individuales de los mismos tapones de corcho natural y de Champagne. Además, en los tapones de corcho natural, existe una 2.2- Utilización de la medida del TCA liberable para la previsión del riesgo de la utilización Si se admite que el muestreo de trabajo utilizado es representativo de la realidad de un lote, la dosificación del TCA liberable por maceración individual de los tapones de corcho natural y de los tapones de Champagne debe permitir determinar la proporción de tapones cuya utilización presenta un riesgo. Como sólo disponemos de los datos obtenidos por HERVE et al (1999), consideraremos, como primera hipótesis, que la migración efectiva del TCA liberable del tapón al vino es idéntica a Figura 12 - Variabilidad y niveles de contaminación de diver- sos tipos de tapones por el TCA liberable (maceraciones individuales) Figura 11 - Correlaciones existentes entre el contenido de TCA liberable medido en maceración individual o conjunta y la frecuencia de contaminación medida en el lote para diversos tipos de tapones la obser vada en los tapones de corcho natural, es decir de alrededor de un 50%. En estas condiciones, admitiendo que una concentración de TCA superior a 1,5 ng/l en los vinos espumosos y a 3 ng/l en los vinos tranquilos puede causar un trastorno organoléptico, los tapones que liberan individualmente más de 3 ng/l en el primer caso y más de 6 ng/l en el segundo podrían causar contaminaciones excesivas y representan lo que hemos llamado tapones de riesgo. En un primer tiempo, hemos comparado el resultado de la dosificación del TCA liberable obtenida a par tir de maceraciones conjuntas o individuales de lotes de tapones comerciales de corcho natural y de Champagne. Los resultados de la dosificación del TCA liberable se presentan en las figuras 9 a) y b). Se obser va que existe una buena correlación entre el con- 28 Anisoles y Brettanomyces buena correlación entre el contenido de TCA medido en una maceración conjunta o en maceraciones individuales, y la frecuencia de contaminación por encima de 3 o de 6 ng/l (figura 10). En el caso de un bajo potencial contaminante (próximo al límite de detección en los vinos, es decir en torno a 3 ng/l), la calidad de la correlación es más satisfactoria con los resultados procedentes de las maceraciones individuales que con los obtenidos a par tir de las maceraciones conjuntas. En el caso de los tapones de Champagne, la correlación es más baja, y no disponemos de ningún dato sobre la cuota de migración del TCA liberable a la botella. Para comprobar estos resultados, después hemos trabajado sobre muestras formadas por tapones de corcho natural. Se han utilizado series de 25 tapones (2-3ª calidad de selección visual sin tratamiento super ficial) no contaminados (TCA liberable < 0,6 ng/l) en las que hemos incluido una proporción variable de tapones idénticos contaminados naturalmente a muy diversos niveles (de 1 a 4 tapones por cada 25) y seleccionados tras la maceración individual. Los resultados de la tabla II presentan la relación existente entre el riesgo de utilización real y el riesgo estimado por el modelo de regresión obtenido a par tir de las maceraciones conjuntas de tapones de corcho natural. Así pues, los tapones contaminados a un nivel no detectable (< 0,6 ng/l) desembocan en una ausencia de riesgo de la utilización (ensayo 1). En el caso de lotes con una proporción de tapones contaminados a un nivel moderado (13 ng/l individual de TCA liberable, potencial de migración = 6.5 ng/l si la migración admitida es del 50%), pero cuyo riesgo de utilización ya es alto (1 tapón/25: 4%), la dosificación del TCA liberable a par tir de una maceración conjunta no permite estimar la frecuencia de contaminación (ensayo 2). En el ensayo 3, con la misma proporción de tapones contaminados (4%), pero esta vez con un nivel muy alto (potencial contaminante = 60 ng/l), el riesgo de utilización estimado por la dosificación está muy sobrevalorado (24% frente al 4% en la realidad). Cuando los tapones tienen un potencial contaminante bastante moderado (migración teórica de 6-10 ng/l) y están presentes con una frecuencia superior al 4%, el riesgo de utilización se aprecia bien mediante la dosificación del TCA liberable en una maceración conjunta (ensayos 4 y 5). Pero en el caso de una contaminación frecuente (ensayo 6) por tapones cuyo potencial contaminante (3 a 6 ng/) supera más escasamente el límite de percepción organoléptica del TCA (# 3 ng/l), el riesgo de utilización está muy infravalorado (2% frente al 16% en realidad). En cuanto a los tapones de corcho natural, según el modelo obtenido a par tir de nuestras obser vaciones (figura 10b) y si se fija un riesgo máximo de utilización en un 3% de tapones contaminantes (que liberan al menos 6 ng/l de TCA liberable), no se debería aceptar lotes de tapones que liberen más de 2,6 ng/l en maceración conjunta (25 tapones/500 ml) para los vinos tranquilos (alteración por encima de 3 ng/l de TCA). Si el riesgo de utilización se reduce al 1%, el TCA liberable máximo alcanza 1,6 ng/l, es decir aproximadamente el límite de cuantificación de la dosificación. a) tapones contaminados a partir de 3 ng/l de TCA liberable (potencial contaminante teórico > 1,5 ng/l de vino) 2.3- Caso especial de los tapones sintéticos a base de corcho ALTEC de SABATE La aparición de una nueva generación de tapones industriales fabricados a base de granulados de corcho y de diversos coadytuvantes texturizantes ha permitido obtener obturadores técnicos muy eficaces y de calidad muy superior a la de los tapones aglomerados tradicionales. Se han sucedido varias fabricaciones tras el lanzamiento del tapón Altec de SABATE en Francia. Diversas peripecias en la selección de la materia prima utilizada y las técnicas de fabricación han podido afectar a la calidad de ciertas remesas, y han alterado la confianza en este tipo de obturador. Taras varias modificaciones del proceso de selección de granulados y de métodos de fabricación, el grupo SABATE ha recurrido a nosotros para validar los procedimientos de control de calidad de los tapones Altec de nueva generación, para permitir certificar la presencia de TCA y posible el riesgo de contaminación de los lotes de tapones fabricados. Habida cuenta de los métodos de fabricación de los granulados empleados, de las diversas etapas de mezcla de granulados con los distintos agentes aglomerantes y texturizantes utilizados y del moldeo individual de cada tapón, hemos demostrado que la utilización de la dosificación del TCA liberable en maceración individual o conjunta a partir de una muestra de tapones Altec nuevos daba resultados sumamente homogéneos entre tapones (figura 11). Comparados con los demás tipos de obturadores y concretamente con otros tipos de obturadores sintéticos a base de corcho inspirados en el modelo Altec, todos los demás tapones presentan un índice de variación del contenido de TCA contaminante muy superior (figura 12). Con Altec, para una misma categoría, y dentro de un mismo lote, la variación media es de 0,13 n/l de TCA liberable, con una desviación mínima que varía entre 0,2 y 0,6 ng/l (0,33 ng/l en promedio). Para un mismo tipo de fabricación, la variación entre lotes es de 0,37 ng/l para un potencial contaminante de 1,48 ng/l (la desviación mínima varía de 0,87 a 2,15 ng/l). En los tapones de corcho naturales o los tapones compuestos, que siempre presentan un grado de variabilidad considerable, la problemática del muestreo representativo siempre resulta difícil de resolver. Con los tapones Altec, la gran homogeneidad medida permite predecir fácil y seriamente la calidad de un lote de fabricación a partir del análisis de un solo tapón. Asimismo, en caso de mezcla de lotes considerados similares a raíz de un control previo, el control de calidad de lotes de Altec resulta infinitamente más sencillo, y permite certificar el riesgo de utilización con mucha más garantía. 3- Conclusiones Los lotes de tapones de buena calidad no están necesariamente libres de tapones contaminados; en realidad sólo se diferencian del resto por una menor proporción de tapones significativamente contaminantes. Aunque sólo la frecuencia de contaminación dentro de un lote es realmente representativa de su riesgo de utilización, hemos demostrado que se puede establecer una relación entre la calidad de los lotes de tapones de corcho natural y su contenido medio de TCA liberable, pero no con su contenido de TCA total. Esta relación es mucho menos evidente en los tapones compuestos de Champagne estudiados en este trabajo, pues, aunque se realice una maceración orientada conforme a sus condiciones de uso, su composición heterogénea afecta mucho a los resultados de dosificación. La dosificación del TCA liberable en maceraciones conjuntas está relativamente bien correlacionada con las dosificaciones en maceraciones individuales para todos los tipos de tapones. En los tapones industriales a base de corcho Altec, la gran homogeneidad de fabricación permite utilizar Informe Técnico 29 CONTROL DE CALIDAD DE LOS LOTES DE TAPONES NUEVOS PARA PREVENIR EL RIESGO DE CONTAMINACIÓN POR CLOROANISOLES muy fácilmente la dosificación del TCA liberable para controlar la calidad de los lotes. En el corcho natural, la frecuencia de tapones contaminados individualmente por encima de 3 o de 6 ng/l de TCA se puede relacionar satisfactoriamente con la dosificación del TCA en una maceración conjunta. Por lo tanto, y a condición de admitir que el muestreo de trabajo utilizado es realmente representativo, se puede estimar la frecuencia de contaminación de un lote de tapones en función del número de tapones de riesgo, es decir por los tapones capaces de liberar una cantidad suficiente de TCA para alterar la calidad de un vino tranquilo, a partir de la dosificación de una maceración conjunta. No obstante, los experimentos realizados sobre muestras compuestas demuestran bien que esta metodología puede conducir a una infravaloración del riesgo cuando el potencial contaminante de los tapones es moderado (3-6 ng/l) pero no por ello molesto. Por el contrario, una fuerte contaminación de los tapones puede provocar una importante sobrevaloración del riesgo y motivar el rechazo de lotes que son no obstante utilizables, pues poseen una frecuencia de tapones contaminados perfectamente aceptable. Por lo tanto, se podría considerar un control fácil y económico de los lotes de tapones antes de su uso, siempre que se ponderen las conclusiones a la luz de los resultados expuestos. Y es que según estos, los niveles de 4 a 6 ng/l utilizados a menudo en la actualidad como límite de rechazo parecen considerablemente excesivos. Queda por estudiar más finamente la relación entre el TCA liberable medido en las condiciones de dosificación en laboratorio y la migración real durante la crianza en botella. Hoy por hoy, no disponemos de medidas suficientes para permitir la admisión y la generalización del valor aproximado de 50% medido por HERVE et al. (1999) en condiciones precisas. Es posible que en esta migración influyan la calidad físico-mecánica del corcho y algunos de los tratamientos aplicados a los tapones. Es pues necesario llevar a cabo estudios complementarios para valorar mejor su variabilidad en condiciones de uso reales. A partir de ese dato, sin duda se podrá mejorar la estimación del riesgo de utilización en función del contenido medio de TCA de una maceración conjunta. No parece que se pueda apreciar tan sencillamente la calidad de los tapones compuestos que combinan corchos de diversas procedencias. La estructura heterogénea de estos obturadores y el riesgo de migración de TCA a partir de la parte aglomerada a pesar de la aplicación de uno o de varios discos de corcho natural complica mucho el problema. No se sabe si este razonamiento se puede generalizar a todos los tapones compuestos. Por lo tanto, es necesario acometer trabajos específicos sobre este tipo de obturadores. Hemos demostrado que la distribución de la contaminación de los tapones, tanto en términos de TCA total que de TCA 30 Anisoles y Brettanomyces liberable, dentro de un mismo lote no sigue claramente la ley normal de distribución. Ahora bien, la mayor parte de las técnicas de muestreo y de interpretación de resultados, como ANSI/ASQC Z 1.4-1993 Plan/US Military Standards (FUSELSANG et al.., 1995, AFNOR, 2000) se basan en la hipótesis de una distribución homogénea que cumple la ley normal o del binomio. El Sequential Probability Ratio Test (SPRT) (SIMPSON y VEITCH, 1993) exige tomar muestras hasta alcanzar el umbral de rechazo; esta solución resulta pues muy pesada y poco compatible con las condiciones de trabajo en enología. En realidad, es más conveniente utilizar, como modelo de distribución de la contaminación por el TCA, la ley de Poisson, que permite considerar los incidentes de escasa probabilidad dentro de una serie larga, en vez de la ley de Laplace-Gauss. En la práctica, sólo se puede utilizar el Fraction Defective Sampling Plan (FDSP) (BUTZKE y SURPRENANT, 1997). Además, incluye la noción de riesgo de proveedor a (probabilidad de rechazar un lote de calidad aceptable) y de riesgo de usuario b (probabilidad de aceptar un lote de mala calidad) para un nivel de calidad determinado (Average Quality Level AQL y la proporción de tapones defectuosos que debe ser rechazada Pt), cosa que no hacen el ANSI/ASQC o el SPRT. Salvo para los tapones de tipo Altec que presentan muy poca variación, la cuestión de la representatividad de la muestra sigue completamente abierta. Hoy por hoy, habida cuenta de la distribución y de la frecuencia de la contaminación del corcho observada en los lotes de tapones, es cierto que el examen de muestras de trabajo limitadas a 10, 25 o 50 unidades para controlar la calidad de un lote que contiene varias decenas de miles de tapones sólo permite descartar los lotes de peor calidad. La multiplicación de los controles a escala de los subembalajes, que sólo contienen algunos miles de unidades, es desde luego deseable, pero todavía queda por especificar un método serio y práctico de muestreo que responda satisfactoriamente a las exigencias de los fabricantes y de los usuarios de tapones. Referencias bibliográficas AFNOR 2000. Règle d'échantillonnage pour les contrôles par attributs. Indice de classement X 06-022 (1991). Nouvelle révision NF ISO 2859 2000, AFNOR (ed.) ; AMON J.M., VANDEPEER, SIMPSON R.F., 1989. Compounds responsible for cork taint. Australian & New Zealand Wine Industry Journal, 4, 62-69; BOIDRON J.N., LEFEBVRE A., RIBOULET J.M., RIBEREAUGAYON P., 1984. Les susbtances volatiles susceptibles d'ê- tre cédées au vin par le bouchon liège, Sci. Alim., 4, 609616 ; BUSER H.R., ZANIER C., TANNER H., 1982. identification of 2,4,6-trichoranisole as a potent compound causing cork taint, J. Agric. Food Chem., 30, 2, 359-362. 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El corcho es un biopolímero de origen vegetal obtenido a partir de la corteza externa del alcornoque (Quercus suber L). Este árbol es típico de la región mediterránea y ocupa extensas zonas de España, Portugal, Francia, Italia, Grecia, Argelia, Marruecos y Túnez. En estos países existen aproximadamente unas 2.178.000 hectáreas de alcornocales. La mayor extensión corresponde a Portugal con 725.000 hectáreas (33%), situándose España a continuación con 510.000 hectáreas, que se localizan principalmente en Extremadura y Andalucía. El corcho es un producto que tiene como principales propiedades una baja densidad, gran elasticidad, adherencia, impermeabilidad y compresibilidad. Además, posee otra serie de cualidades fundamentales: es compacto, resistente y se puede considerar inalterable. Estas características son bien conocidas desde la antigüedad. De hecho, ya se utilizaba 3000 años antes de Cristo en China como elemento de flotación en artes de pesca. Más tardíamente se utilizó en la Grecia antigua para cerrar vasijas de vino y aceite. Los romanos también conocían las extraordinarias propiedades del corcho como elemento capaz de proporcionar un cierre eficaz, como lo atestigua el hallazgo de ánforas cerradas con corcho en excavaciones en Pompeya, Campania o en numerosos barcos romanos hundidos a lo largo del Mediterráneo, y que en algunos casos han permitido mantener inalterable el contenido de dichos recipientes. Son las propiedades anteriormente reseñadas las que determinaron que desde el siglo XVIII se empezara a usar regularmente en la industria, sobre todo después de que el abad D. Perignon reinventara el tapón de corcho ya utilizado por griegos y romanos, aunque otros autores creen que tomó la idea de peregrinos españoles que visitaban la abadía. Ya en 1750 se estableció en la frontera francoespañola la primera factoría de tapones de corcho. En la Informe Técnico 35 ORIGEN Y BIOSÍNTESIS DE TCA EN EL CORCHO actualidad la principal aplicación del corcho es la fabricación de tapones para embotellar vinos y espumosos, alcanzando la producción mundial los 25.000 millones de unidades anuales ( http://www.amorimcork.com). En menor medida, el corcho también se utiliza en la fabricación desde utensilios domésticos hasta pernos, plumillas, papel de corcho, chalecos salvavidas, etc. Además es importante como elemento aislante y decorativo en construcción. Desde un punto de vista económico la producción mundial de corcho alcanzó en 1999 las 335.000 toneladas, siendo Portugal el primer país productor (55% de la producción mundial), seguido de España, cuya producción se elevó hasta 88.000 toneladas (26% del total). Sin embargo, y en lo que se refiere a producción de tapones, Portugal ocupa el primer puesto (78% de la producción mundial), mientras que la producción en España se reduce al 20%. Estos dos países prácticamente copan la producción mundial de tapones. De estos datos podemos deducir que al valor económico intrínseco del proceso de manufactura del corcho hay que sumarle el extraordinario valor ecológico de los alcornocales, sin duda uno de los más típicos ejemplos de bosque mediterráneo. Sin embargo, la enorme importancia económica del tapón de corcho se ve en la actualidad amenazada por el problema conocido como cork taint o contaminación del corcho, fenómeno por el cual el tapón sería el responsable de contaminar el vino con metabolitos de origen microbiano que le proporcionan olores y/o sabores desagradables que impiden su consumo. - La composición en polifenoles del corcho es muy variable (aproximadamente el 33% en peso), pero el principal componente de esta naturaleza es la lignina. La lignina (aproximadamente el 27% en peso) es un polímero formado por restos fenilpropanoides derivados casi exclusivamente de los ácidos p-cumárico, coniferílico y sinapílico, unidos entre sí por enlaces éter o carbono-carbono (Azcón-Bieto y Talón, 1993). Es una estructura muy estable y extremadamente resistente a la degradación, hecho que contribuye a aumentar tanto la resistencia química como física del corcho. Su objetivo fundamental es actuar como elemento de soporte que contribuye a la unión del resto de los componentes. Otros polifenoles presentes en corcho son los taninos (aproximadamente el 6% del peso) responsables, en último término, de la peculiar coloración del corcho. Muchos de estos polifenoles se descomponen, posiblemente por acción microbiana, en sus componentes básicos, de manera que en el corcho podemos encontrar una gran cantidad de fenoles de bajo peso molecular como ácidos (cinámicos, gálico, vainíllico, cafeico, ferúlico, protocatecuato y elágico), aldehídos (benzaldehído, vainillina, 1.2.- Composición química y estructura del corcho. La pared celular es uno de los rasgos más característicos de las células vegetales. Hay casos, como el del alcornoque, cuyas células tienen la capacidad de producir una pared celular secundaria muy engrosada (además de la primaria) que es lo que conocemos como corcho. 1.2.1. Composición química del corcho. El corcho es un heteropolímero muy complejo en el que químicamente se distinguen varias fracciones: - La suberina es el componente mayoritario del corcho (45%) y el principal agente responsable de su elasticidad. Desde un punto de vista químico, la suberina de corcho es una mezcla compleja de ácidos fenólicos (especialmente ácido ferúlico) esterificados a ácidos grasos de cadena larga (C14-C30). También encontramos ácidos α,ω-dicarboxílicos y ω-hidroxiácidos (García-Vallejo et al., 1997). Análisis realizados con suberina de peridermo de patata indican que los principales componentes de la fracción fenólica son polímeros derivados del ácido hidroxicinámico (Bernards et al., 1995). Una representación de su estructura se puede apreciar en la Figura 1.1. 36 Anisoles y Brettanomyces Figura 1.1. Representación simplificada de la estructura de la suberina (Kolatukkudy, 1981). Se indican en recuadros algunos de los derivados fenólicos más significativos. etilvainillina y aldehido coniferílico) y cumarinas (Conde et al., 1997; Peña-Neira, et al., 1999). - Los polisacáridos (en torno al 12% del peso) se localizan sobre todo en la pared celular y contribuyen a definir la textura del corcho. Los más importantes son la celulosa y la hemicelulosa. La celulosa es un polímero lineal no ramificado de alto peso molecular, formado por unidades de β-D-glucopiranosa unidas por enlaces glicosídicos β(1®4). Las hemicelulosas son polímeros de pentosas y hexosas asocia- das a celulosa y lignina en la pared celular (Cabral, 1988). - Las ceras (aproximadamente el 5% del peso) son componentes muy hidrófobos que reducen drásticamente la permeabilidad del corcho al agua y solutos. (Azcón-Bieto y Talón, 1993). Están formadas por mezclas complejas de compuestos alifáticos, siendo los mayoritarios los alcanos de número impar de carbonos (C29-C31). También podemos encontrar compuestos terpenoides, concretamente triterpenos como cerina y friedelina (Caldas et al., 1985). - El 5% restante está constituido por agua, minerales, sales y otros componentes minoritarios como el glicerol. 1.2.2. Estructura del corcho. El corcho estructuralmente se podría definir como un parénquima suberoso, producido por el meristemo felodérmico de Quercus suber, que recubre el tronco y ramas del árbol, y que tiene una gran capacidad de regeneración cada vez que es retirado del árbol, por término medio cada 8-11 años. Al microscopio está compuesto por células poligonales, ligeramente aplanadas, ocupadas principalmente por aire (Pérez y Pérez, 1996) y que presentan una disposición bastante regular en capas superpuestas. Esta estructura particular es consecuencia del proceso de suberificación durante el ciclo vegetativo de la planta. Con este proceso el lumen celular se restringe y el protoplasto desaparece al ser totalmente reabsorbido. De la célula original sólo queda la pared, formada por tres capas: 1.- Una capa celulósica, en contacto con las cavidades celulares. 2.- Otra capa suberificada de mayor espesor, compuesta por estratos superpuestos de suberina y cera y que es la que confiere al corcho su elasticidad. 3.- Otra más externa o capa lignificada. El tejido suberoso no es homogéneo, y de hecho está atravesado en su interior por poros o canales, con paredes más o menos lignificadas, que constituyen las lenticelas, rellenas de polvo rico en taninos (Suárez, 1992). La forma, tamaño y porcentaje de lenticelas son responsables de la porosidad del corcho y dependen fundamentalmente de factores genéticos. 1.3.- Microbiota del corcho. El corcho es desde el punto de vista microbiano un ecosistema muy complejo en el que encontramos gran cantidad y variedad de microorganismos, y ello a pesar de que el corcho es un material que por sus características tiende a limitar el crecimiento de los microorganismos. Entre ellas citaremos, la relativamente baja concentración de nutrientes y su baja actividad de agua. El valor de actividad del agua calculado para tapones de corcho almacenados en bolsas herméticamente cerradas es de 0.55-0.56, valor por debajo del límite del crecimiento microbiano (Beuchat, 1983; Sarrete et al., 1992), aunque suficiente para permitir la supervivencia de los microorganismos. La disponibilidad de agua no siempre es un factor limitante, ya que a lo largo del proceso de fabricación del tapón existen fases que suponen un gran incremento del nivel de humedad del corcho. De hecho, tras una incubación de tapones durante una semana en cámaras con humedad atmosférica se aprecia un aumento gradual en sus niveles de humedad, obteniéndose valores de actividad de agua de 0.86-0.89 (Danesh et al., 1997), adecuados para el crecimiento microbiano. En cuanto a la baja disponibilidad de nutrientes, debemos tener en cuenta que la compleja estructura del corcho determina que sólo aquellos microorganismos con capacidad suberolítica, ligninolítica, o con capacidad para degradar celulosas y hemicelulosas, puedan mediante su capacidad degradativa acceder a compuestos más sencillos y fácilmente metabolizables. Ambos factores determinan que los microorganismos se desarrollen preferentemente en la superficie del corcho. No obstante, algunos pueden penetrarlo profundamente y desarrollarse en las lenticelas, casi siempre como consecuencia de heridas producidas mecánicamente o por insectos. Estudios realizados con técnicas de microscopía electrónica confirman que en la mayor parte de los casos los hongos filamentosos (los de mayor capacidad invasiva) no penetran en profundidad más allá de ocho a 15 niveles celulares (Silva Pereira et al., 2000a). Estos microorganismos se pueden dividir en dos grandes grupos: I).- Aquellos con capacidad para crecer a expensas del corcho (microorganismos saprófitos del corcho). II).- Microorganismos naturales de otros nichos ecológicos (suelo, material vegetal, etc.) y que aparecen como contaminantes ocasionales del corcho. Sin embargo, diferenciar entre ambos grupos es prácticamente imposible. Si acaso los primeros presentarían una distribución prácticamente universal, mientras que la aparición de los segundos en el corcho sería ocasional. De hecho, la mayoría de los microorganismos aislados se encuentran en el corcho ya en el momento de la extracción del árbol, mientras que otros colonizan el corcho durante la etapa de reposo en patio, en el proceso de manufactura, en la fase de bodega o durante el almacenamiento en fábrica (Silva Pereira et al., 2000a). La microbiota del corcho es muy variada y podemos destacar la presencia de un elevado número de bacterias, hongos filamentosos y levaduras. En la tabla 1.1 se indican los microorganismos más frecuentemente aislados a partir de corcho (Bureau et al., 1974; Davis et al., 1981; Lefebvre et al., 1983; Simpson y Lee, 1990; Lee y Simpson, 1993; Danesh et al., 1997). Otros autores han descrito la presencia ocasional de otros microorganismos no incluidos en la tabla para no alargarla excesivamente. Informe Técnico 37 ORIGEN Y BIOSÍNTESIS DE TCA EN EL CORCHO Algunos de estos estudios se han realizado en España. Así, a partir de corteza de alcornoques y diferentes muestras de corcho (correspondientes a distintas etapas del proceso de fabricación de tapón) obtenidas de robledales de Cataluña se han aislado numerosos microorganismos: casi 50 especies de hongos filamentosos o mohos, tres levaduras (Cryptococcus sp., Rhodotorula glutinis y Saccharomyces cerevisiae) y varias cepas bacterianas pertenecientes a nueve géneros diferentes (Codina et al., 1993, Calvo et al., 1993; Calvo y Agut, 1996; Calvo et al., 1995). Por otro lado Muñoz et al. (1996) han detectado en la corteza de alcornoques del Parque Nacional de los Alcornocales (Cádiz) un total de 112 hongos de los cuales dos son zigomicetos, 24 ascomicetos, 42 basidiomicetos y 43 deuteromicetos. La mayor parte de estos estudios se han centrado en la caracterización de la microbiota de hongos filamentosos. Así Lee y Simpson (1993) indican que los hongos predominantes en corcho recién recogido son los Penicillium, y en menor medida Trichoderma y Acremonium. Por el contrario, en una partida de tapones de Australia los géneros dominantes fueron Penicillium, Trichoderma, Cladosporium y Rhizoctonia (Simpson y Lee, 1990). Otros autores indican que el hongo dominante en muestras de corcho portugués es Chrysonilia sitophila (Danesh et al., 1997). En todo caso, la microbiota del corcho puede variar considerablemente dependiendo de su origen, tipo de muestra (corteza, tapón, etc.) y condiciones ambientales. A pesar de las limitaciones del corcho para el crecimiento de los microorganismos, se trata de un material capaz de soportar poblacio- Tabla 1.1.- Microorganismos detectados con mayor frecuencia en muestras de corcho. BACTERIAS HONGOS FILAMENTOSOS Bacillus Corynebacterium Flavobacterium Kurtia Listeria Micrococcus M. luteus Nocardia Pseudomonas Streptomyces Acremonium Alternaria Aphanocladium Aspergillus A. niger A. flavus Armillaria Aureobasidium Cladosporium Chrysonilia (Monilia) C. sitophila Eurotium Fusarium Mucor M. hiemalis Neurospora Paecilomyces Penicillium P. glabrum P. chrysogenum P. citrinum P. decumbens P. frequentans P. granulatum P. glabrum P. meleagrinum P. purpurogenum P. spinolosum P. variabile Phoma Rhizopus Stachybotrys Trichoderma T. longibrachiatum T. viride Troncatella Verticillium 38 Anisoles y Brettanomyces LEVADURAS Candida C. famata Cryptococcus Rhodotorula R. glutinis Saccharomyces Sporodiobolus S. johnsonii nes microbianas enormes. Así, en corteza de corcho se han detectado hasta 3 x 106 hongos filamentosos y 7 x 105 bacterias por gramo. Estos niveles aumentan hasta alcanzarse en la fase de maduración en bodega unos valores máximos de 1 x 108 hongos filamentosos y 5 x 103 bacterias por gramo (Calvo y Agut, 1996). No obstante y a pesar de su alto contenido microbiano sabemos muy poco acerca de la posible influencia de la microbiota asociada a corcho en la calidad final del tapón. Sin embargo, los productores mantienen que los hongos que crecen sobre corcho tendrían un efecto beneficioso, ya que producirían un emblandecimiento que favorecería su manejo, además de producir el colapso de las lenticelas, lo cual resulta en un tapón más compacto y con menores pérdidas. Sin embargo, estas afirmaciones deben ser tomadas con cautela, ya que no existen datos experimentales que las confirmen (Silva Pereira et al., 2000a). 1.4.- Los microorganismos del corcho y el problema del cork taint o contaminación del corcho (sabor a corcho o sabor a moho de los vinos). El término cork taint, o contaminación del corcho, hace alusión al aroma terroso y/o mohoso que presentan en ocasiones los vinos, y que impide su comercialización. Este fenómeno es reconocido como un problema muy serio en la industria del vino, ya que a bajos niveles causa la pérdida de sus características frutales y enmascara su aroma (Amón et al., 1989). Según algunos autores, la incidencia del problema oscila entre el 2-7% del total de botellas (Butzke et al., 1999). Para otros el porcentaje es ligeramente más bajo, variando entre el 0.5-6% (Lee y Simpson, 1993). No obstante, independientemente de la incidencia real del problema, se estima que el vino estropeado por este fenómeno supone a las bodegas de todo el mundo unas pérdidas anuales de 10.000 millones de dólares, incluyendo las causadas por fugas y oxidaciones por defectos físicos del corcho (Butzke et al., 1999). Son muchas (unos 100 compuestos volátiles) las sustancias identificadas como posibles agentes causantes del cork taint (Amón et al., 1989). Ver Tabla 1.2. Entre ellos destacan los cloroanisoles como el pentacloroanisol (PCA), el 2,3,4,6-tetracloroanisol (2,3,4,6-TeCA) y especialmente el 2,4,6-tricloroanisol (2,4,6-TCA) como los agentes que contribuyen en mayor medida a este problema. Especialmente importante es el papel del 2,4,6-TCA, considerado como el compuesto responsable del 80% de los casos detectados, y que en un estudio sobre vinos australianos afectados por este problema, llegó a detectarse en el 100% de las botellas (Pollnitz et al., 1996). Además, algunos estudios establecen una clara correlación entre la presencia 2,4,6-TCA en vino y tapón o entre la presencia de 2,4,6-TCA e intensidad de la contaminación del corcho (Peña-Neira et al., 2000). Otro compuesto importante es el guayacol (un derivado del ácido vainíllico) que proporciona al vino un sabor medicinal, fenólico o a quemado y que podría originarse por la acción de microorganismos que degradarían la lignina (Maga, 1978). De menor importancia citaremos la geosmina (proporciona aromas y sabores terrosos) y el 2-metilisoborneol, que aporta desagradables sensaciones a lodo. Ocasionalmente también se han detectado compuestos alifáticos como octanol, octanona-3-octanal, 1-octeno-3-ona y 1octen-3-ol. Finalmente, citemos pirazinas y metoxipirazinas y diferentes sesquiterpenos identificados en muestras de corcho contaminadas por Penicillium roquefortii (Amón et al., 1989). Se cree que estas sustancias son producidas por microorganismos que crecen sobre el corcho utilizado en el taponado de las botellas de vino, aunque las evidencias al respecto son escasas. Sin embargo, es necesario mencionar que el fenómeno de la contaminación del corcho es muy complejo, ya que a menudo no es posible establecer una relación directa entre el cork taint y una única sustancia en una matriz químicamente tan compleja como el vino. Así, Silva Pereira et al. (2000a) sostienen que es probable que en muchos casos, varios compuestos contribuyan de forma simultánea y sinérgica a este fenómeno, siendo la contribución parcial de cada compuesto difícil de determinar. Tabla 1.2. Principales compuestos químicos y sus características organolépticas responsables de la contaminación del corcho. COMPUESTO QUÍMICO CARACTERÍSTICAS ORGANOLÉPTICAS POSIBLES MICROORGANISMOS PRODUCTORES Cloroanisoles (2,4,6-TCA; 2,3,4,6-TeCA y PCA) Sabor y olor a corcho y/o moho Hongos filamentosos? Guayacol Sabor y olor fenólico, medicinal o a quemado Geosmina Sabores y olores terrosos Actinomicetos? Actinomicetos? 2-metilisoborneol Compuestos alifáticos: octanol, octanona-3-octanal, etc Sabores y olores a lodo Sabores y olores a moho Pirazinas y metoxipirazinas Penicillium? / Aspergillus? Penicillium? / Aspergillus? Penicillium? / Aspergillus? Sabores y olores terrosos y/o a moho Sabor y olor a moho Penicillium roquefortii Terpenos (sesquiterpenos) Informe Técnico 39 ORIGEN Y BIOSÍNTESIS DE TCA EN EL CORCHO 1.4.1.- Posibles mecanismos de formación del 2,4,6-tricloroanisol. A pesar de la gran importancia del 2,4,6-TCA en el fenómeno del cork taint, el conocimiento que existe acerca de los mecanismos que conducirían a su formación es más bien escaso. Aunque son varias las hipótesis enunciadas, los datos experimentales para intentar confirmarlas o refutarlas son casi inexistentes. Los hipotéticos mecanismos para su formación se resumen en la Figura 1.2. 1.4.1.a.- Síntesis por catabolismo (deshalogenación y biometilación) de fenoles altamente clorados. El 2,4,6-TCA se originaría por catabolismo de fenoles altamente clorados (mecanismo 1 en Figura 1.2) como el PCP o el 2,3,4,6-TeCP (Maarse et al ,1989; Tanner et al., 1981). También el hexaclorobenceno o el lindano (hexaclorociclohexano) podrían originar 2,4,6-TCA por deshidrohalogenación (Neidlemann y Geigert, 1986). Estos compuestos son muy tóxicos y su metilación para dar lugar a anisoles podría ser un mecanismo de detoxificación, puesto que los fenoles menos clorados tienen una menor toxicidad y además son más fácilmente biodegradables por microorganismos anaerobios (Nicholson et al., 1992; Mohn et al., 1992). 1.4.1.b.- Deshalogenación de anisoles altamente clorados. El 2,4,6-TCA podría originarse por la eliminación de átomos de cloro (deshalogenación) de anisoles clorados como el PCA o el 2,3,4,6-TeCA (Maarse et al., 1989; Tanner et al., 1981). Ver mecanismo 2 en Figura 1.2. 1.4.1.c.- Síntesis por halogenación (cloración) de anisol por lavado de corcho con hipoclorito. Otros autores apuntan que la biometilación del fenol podría ser anterior a la cloración (Neidleman y Geigert, 1986). Así, los cloroanisoles se formarían a partir de anisol (metoxibenceno) durante la etapa de lavado con hipoclorito que en ocasiones se realiza en el proceso de fabricación del tapón (mecanismo 3 en Figura 1.2). Algunos estudios indican que el 18% del corcho lavado con hipoclorito contenía de 6 a 13 ng de 2,4,6-TCA por gramo y todos contenían 2,4,6-TCP en el rango 19-301 ng por gramo de corcho (Sponholz y Muno, 1994). Por ello, el baño clorado ha sido reemplazado por un lavado con peróxido de hidrógeno al 10% (conteniendo un 5% de amonio). Este proceso de cloración podría ser un proceso de destoxificación que algunos microorganismos poseerían para eliminar átomos de cloro presentes en el ambiente en el que crecen. También se ha postulado que la limpieza en la bodega con hipoclorito de los palés y estanterías donde se almacenan las botellas de vino sería otra posible causa de contaminación (Maujean et al., 1985). 1.4.1.d.- Síntesis endógena del núcleo fenólico y posterior 40 Anisoles y Brettanomyces cloración y metilación. Maujean et al., (1985) sugieren que el núcleo fenólico del 2,4,6-TCA podría formarse a partir de glucosa; ésta a través de la ruta de las pentosas fosfato originaría ácido siquímico que sería el precursor del fenol, el cual sería clorado para dar lugar a 2,4,6-TCP. Finalmente, este compuesto sería metilado para su destoxificación mediante una actividad metiltransferasa, en presencia de ácido fólico como cofactor y S- adenosilmetionina (SAM) como donador de grupos metilo (mecanismo 4 de la Figura 1.2). 1.4.1.e.- Biometilación a partir de clorofenoles como el 2,4,6-TCP. En este caso el 2,4,6-TCA se formaría por biometilación directamente a partir del 2,4,6-TCP (modelo 5 en Figura 1.2) (Silva Pereira et al., 2000b). Una posible fuente de clorofenoles sería su absorción por la corteza del árbol. Los clorofenoles podrían tener su origen en la contaminación ambiental, debido a su uso como fungicidas y pesticidas en los alcornocales, o durante el almacenaje de las planchas para prevenir el crecimiento de microorganismos (Kun y Suflita, 1989). Independientemente de cual sea el proceso que da lugar a la formación de anisoles, parece claro que existe una relación directa entre la contaminación del corcho con clorofenoles y la aparición de cloroanisoles. No podemos dejar de mencionar que los clorofenoles han sido ampliamente utilizados durante décadas como pesticidas y preservantes de la madera, tanto en agricultura como en industria. En consecuencia han llegado a convertirse en contaminantes que pueden encontrarse en prácticamente cualquier ecosistema (Chaudhry y Chapalamadugu, 1991). De hecho, algunos estudios han demostrado que el 2,4,6TCP y el 2,4,6-TCA son contaminantes de los ecosistemas acuáticos de agua dulce en Suecia (Nystrom et al., 1992). Este hecho se agrava por la elevada recalcitrancia de estos compuestos a la degradación, lo que determina su persistencia en los ecosistemas durante periodos de tiempo muy largos. 1.4.2.- Los microorganismos del corcho y la producción de 2,4,6-TCA. A pesar de que el 2,4,6-TCA es el principal agente responsable del cork taint (Amon et al., 1989; Buser et al., 1982), no existen apenas estudios que de manera inequívoca identifiquen microorganismos productores de este compuesto. La mayoría de los autores sugieren que los hongos filamentosos son los responsables de la síntesis de este compuesto: así Daly et al., (1984) y Sponholz y Muno (1994) hablan de un hongo que produce esporas negras que cuando crece sobre corcho puede producir 2,4,6-TCA. Silva Pereira y colaboradores (2000b) afirman que algunos hongos aislados del corcho tienen bajo potencial de producción de 2,4,6-TCA a partir de 2,4,6TCP (0.03% a 9,5%). Destacan el caso de Chrysonilia sitophila, hongo que tras la fase de cocido y durante el alma- cenamiento en bodega experimenta un desarrollo incontrolado (Calvo et al.,1995), debido a que la elevada humedad relativa favorece su desarrollo. A pesar de ello este hongo apenas puede sintetizar 2,4,6TCA (sólo un 0.03% de 2,4,6-TCP es biometilado), lo cual es un hecho muy beneficioso para el corcho dado que su Figura 1.2. Posibles mecanismos para la formación de 2,4,6-TCA: 1.- Síntesis por catabolismo de compuestos clorados (Maarse et al., 1989; Tanner et al., 1981; Neidlemann y Geigert, 1986; Nicholson et al., 1992; Mohn et al, 1992). 2.- Síntesis por deshalogenación de anisoles altamente clorados (Maarse et al., 1989; Tanner et al., 1981). 3.- Halogenación de anisol mediante lavado de corcho con hipoclorito (Neidleman y Geigert, 1986; Sponholz y Muno, 1994; Maujean et al., 1985). 4.- Síntesis endógena del núcleo fenólico y posterior halogenación y biometilación (Maujean et al., 1985). 5.- Biometilación directa de 2,4,6-TCP (Kun y Suflita, 1989; Silva Pereira et al., 2000b). crecimiento imposibilitaría el crecimiento de otros microorganismos posiblemente nocivos, la mayoría de los cuales habrían sido eliminados por el proceso de cocido. 1.4.3.- Posibles mejoras del proceso de fabricación para evitar el cork taint o contaminación del corcho. El grave problema que para las industrias que manufacturan tapón de corcho ha llegado a ser el cork taint ha hecho que algunos investigadores hayan propuesto que el tapón debiera ser considerado como una parte del vino y en consecuencia, tratado como un producto alimenticio a lo largo de todo el proceso de fabricación. Así, Butzke et al. (1999) han propuesto las siguientes medidas posibles a fin de disminuir la incidencia de este problema, y que tienen como principal objetivo minimizar el contacto de la materia prima, tanto con organoclorados, como con posibles microorganismos productores de 2,4,6TCA: 1).- El uso de pesticidas y fungicidas conteniendo trazas de clorofenoles debería ser prohibido en los alcornocales y áreas próximas, y los árboles sistemáticamente analizados para verificar que están libres de este tipo de com- Informe Técnico 41 ORIGEN Y BIOSÍNTESIS DE TCA EN EL CORCHO puestos. 2).- Puesto que ciertos niveles de clorofenoles y 2,4,6TCA se han encontrado en muestras de corteza de alcornoques, los alcornocales deberían, en lo posible, ser protegidos de la polución industrial y aérea. 3).- La corteza del alcornoque una vez retirada del árbol no debería entrar en contacto con el suelo, para evitar la contaminación microbiana. 4).- Las planchas de corcho no deberían almacenarse en el bosque, en condiciones ambientales que favorecen el desarrollo de microorganismos, sino en instalaciones industriales aireadas y saneadas (suelo de cemento). 5).- Las planchas no deberían ser almacenadas o transportadas en palés u otra estructura de madera que pueda contener clorofenoles como conservantes de la madera. 6).- El crecimiento microbiano sobre el corcho debería ser evitado a lo largo de todo el proceso de fabricación. 7).- El agua en que se cuece el corcho debería ser libre de cloro y cambiada frecuentemente. 8).- El tratamiento blanqueador con hipoclorito debería ser eliminado y en general se debería evitar el uso de cualquier agente halogenante. 9).- Los lotes de tapones deberían ser almacenados en condiciones de baja humedad para evitar el desarrollo de microorganismos, y siempre lejos de las planchas iniciales de alto contenido microbiano. 10).- Los tapones deberían ser almacenados en recipientes cerrados, sin contacto directo con el aire, para evitar la contaminación microbiana y la absorción de clorofenoles y cloroanisoles presentes en la atmósfera. 1.5.- Los anisoles en la naturaleza. Los anisoles no son compuestos que hayan merecido una gran atención por parte de los investigadores. Vamos a continuación a repasar las escasas referencias relacionadas con este tipo de compuestos. 1.5.1.- Significado de la O metilación de clorofenoles: los cloroanisoles como productos resultantes de la destoxificación de clorofenoles. Los clorofenoles son algunos de los xenobióticos más recalcitrantes que podemos encontrar en la naturaleza, con el agravante de su amplia utilización como pesticidas y fungicidas en la agricultura o para la conservación de la madera. Además, constituyen la base en muchas industrias químicas para la síntesis de otros plaguicidas más complejos y efectivos. No es pues de extrañar que muchos investigadores se estén centrando en la búsqueda de posibles estrategias degradativas de estos compuestos altamente contaminantes. Algunos estudios han demostrado que diversos anisoles y tioanisoles se pueden formar por O metilación a partir de clorofenoles y clorotiofenoles por bacterias de los géneros 42 Anisoles y Brettanomyces Rhodococcus, Acinetobacter y Pseudomonas aisladas del Mar Báltico y de sedimentos de lagos de Suecia (Neilson et al., 1988). Estos autores demuestran que dos especies del género Arthrobacter (aisladas de muestras de suelo) son capaces de llevar a cabo la O metilación de mono, di, tri y tetracloroguayacoles y PCP para dar lugar a los correspondientes anisoles derivados (Neilson et al., 1983). Esta reacción de O metilación no está limitada a microorganismos procariotas. Así Cserjesi y Johnson (1972) aislaron a partir de material vegetal de un bosque canadiense una cepa del hongo Trichoderma virgatum capaz de biometilar PCP para producir PCA. Otros autores han demostrado la O metilación de varios compuestos fenólicos por el alga Euglena gracilis (Drotar y Fall, 1985a y 1985b), el protozoo Tetrahymena thermophila (Drotar y Fall, 1986) y la levadura Saccharomycopsis lipolytica (Drotar et al., 1987). Esta reacción de O metilación sería un mecanismo que algunos microorganismos han desarrollado para destoxificar o neutralizar los clorofenoles altamente tóxicos, mediante la metilación de su grupo hidroxilo muy reactivo. Ello supone su transformación en cloroanisoles con una toxicidad despreciable si se compara con la del clorofenol del que proceden. De hecho, la importancia de la reacción de O metilación de clorofenoles como mecanismo de destoxificación ha sido señalada por varios autores (Cserjesi, 1967; Cserjesi y Johnson, 1972; Allard et al., 1987 y Neilson et al., 1988). Sin embargo, la información disponible sobre las reacciones de O metilación que conducen a la formación de anisoles es limitada. No obstante, en algunas bacterias como Rhodococcus, Acinetobacter y Pseudomonas se ha detectado una metiltransferasa constitutiva dependiente de S-adenosilmetiononina (SAM) implicada en la formación de anisoles y tioanisoles. Esta actividad puede metilar una amplia variedad de sustratos (cloro y bromofenoles, clorotiofenoles, cloro y bromoguayacoles y cloro o bromocatecoles) en mayor o menor grado, aunque muestra una mayor actividad hacia tiofenoles (Neilson et al., 1988). Por otro lado en el basidiomiceto Phanerochaete chrysosporium (hongo ligninolítico que causa la podredumbre blanca de raices), se han detectado varias O-metiltransferasas. Estas enzimas podrían estar implicadas en la degradación de lignina y secundariamente intervendrían en la metilación de fenoles clorados y dioxinas, cuya degradación parece tener lugar a través de intermediarios metoxilados. De hecho, se cree que en estos procesos degradativos el papel de la O metilación sería generar un sustrato intermediario capaz de ser atacado más fácilmente por las lacasas y lignina peroxidasas de este hongo (Jeffers et al., 1997). Hasta la fecha se han descrito en P. chrysosporium tres metiltransferasas diferentes implicadas en reacciones de O metilación: - Una 3-O-metiltransferasa específica de posición meta, con alta actividad hacia el grupo 3-hidroxilo de varios ácidos benzoicos sustituidos (Jeffers et al., 1997). - Una 4-O-metiltransferasa que podría participar en la metilación de productos de degradación de la lignina como ácidos vainíllicos y siríngicos específicamente en la posición para (Eriksson et al., 1984). - Una O-metiltransferasa específica de fenoles 2,4-disustituídos (Coulter et al., 1993). Esta enzima es interesante porque, aunque metila preferentemente 3-metoxi y 3,5dimetoxi-4-hidroxibenzaldehídos y ácidos benzoicos y acetofenonas 3,5-disustituídas, también puede metilar eficientemente 2,4-diclorofenol y 2,4-dibromofenol, para generar los correspondientes anisoles. Aunque el rango de sustratos de esta enzima sugiere un papel en el catabolismo de lignina, no podemos excluir la posibilidad de que sea responsable de la formación de 2,4,6-TCA y PCA observados cuando P. chrysosporium crece bajo condiciones no limitantes de fuente de nitrógeno (Bhasker Reddy et al., 1998 y 2000). Debemos mencionar también que se han descrito reacciones de O metilación en las que intervienen metiltransferasas que usan clorometano como donador de grupos metilo en vez de SAM. Estas enzimas son responsables de la producción de alcohol veratrilo (3,4-dimetoxibencil alcohol) por P. chrysosporium (Harper et al., 1990) y en el hongo Phellinus pomaceus de la producción de anisoles a partir de distintos compuestos como 2-, 3- y 4-clorofenol y 2,6-diclorofenol (Harper et al., 1989; McNally et al., 1991). 1.5.2.- Los cloroanisoles como intermediarios en la degradación de clorofenoles por basidiomicetos ligninolíticos. La lignina es el biopolímero más abundante en la naturaleza y es muy resistente a la degradación dada su gran estabilidad química, debida a su estructura polifenólica, muy parecida a la de la suberina (ver Figura 1.1). Existen sin embargo algunos hongos basidiomicetos que causan la podredumbre blanca de la raíz, como Phanerochaete chr ysosporium, que tienen una gran capacidad de degradación de este biopolímero. Curiosamente la batería de enzimas ligninolíticas son de un gran interés como agentes que pueden degradar clorofenoles. Bhasker Reddi et al., (1998) han demostrado que este hongo es capaz de mineralizar 2,4,6-TCP cuando crece en un medio en el que existe una limitación de la fuente de nitrógeno. Curiosamente cuando este microorganismo crece en un medio sin limitación de nitrógeno no degrada el 2,4,6-TCP sino que lo metila, aunque muy lentamente para producir 2,4,6-TCA. 1.5.3.- Los anisoles y su importancia en la industria alimentaria. Además del papel ya mencionado de los anisoles como responsables del cork taint, podemos encontrar en la bibliografía algún ejemplo más en los que se cita a los anisoles como agentes responsables de olores y sabores desagradables en distintos alimentos. La primera mención que se conoce en la literatura sobre el papel de los cloroanisoles como contaminantes de alimentos data del año 1966, cuando Engel y colaboradores informaron de la presencia de 2,3,4,6-TeCA en partidas de huevos y pollo con un desagradable sabor a moho (Engel et al., 1966). Más tarde se demostró que el 2,3,4,6-TeCA era el agente responsable del mal olor de un lote de pollos (Curtis et al., 1972 y 1974). Estos autores demostraron que la formación de este compuesto podía tener lugar a partir de 2,3,4,6-TeCP por hongos filamentosos que crecían sobre el pollo como Penicillium crustosum, Aspergillus sydowi y Scopulariopsis brevicaulis. Estos microorganismos también podían metilar PCP. En un trabajo paralelo Gee y Peel (1974) aislaron a partir de restos de comida de la basura en un restaurante un total de 116 aislados fúngicos pertenecientes a un total de 26 especies. De ellos 99 (el 85.3%) podían metabolizar 2,3,4,6-TeCP, mientras que 68 de 116 (58.6%) metilaban este compuesto a 2,3,4,6-TeCA, siendo las especies más eficientes en ese proceso Penicillium cor ylophilum, Paecilomyces variotii y Aspergillus sydowi. También se ha demostrado la implicación del 2,4,6-TCA y el 2,3,4,6-TeCA en el desagradable olor y sabor de un lote de frutas secas. En este caso se concluyó que estos compuestos se originaron a par tir de los clorofenoles presentes en grandes cantidades en los embalajes de cartón reciclado utilizados, de donde pasaron a los alimentos (Whitfield et al., 1985; Tindale et al., 1989). El microorganismo identificado como responsable fue el hongo Paecilomyces variotii (Whitfield et al., Informe Técnico 43 ORIGEN Y BIOSÍNTESIS DE TCA EN EL CORCHO 1991). También se ha demostrado la presencia de cloroanisoles en una par tida brasileña de café contaminada con un desagradable olor fúngico (Spadone et al., 1990). Estos compuestos también han sido señalados como productores de olores y sabores desagradables en agua para el consumo humano en Suecia (Nystrom et al., 1992). Así, el análisis de muestras de agua, tanto cloradas como no cloradas, permitió detectar niveles significativos de 2,4,6-TCA. Este estudio muestra que este compuesto está presente en los ecosistemas acuáticos de agua dulce (ríos y lagos) de Suecia. Los autores indican que el 2,4,6-TCA probablemente se originaría por metilación de 2,4,6-TCP, el cual podría aparecer en las muestras de agua como consecuencia del proceso de cloración. En este estudio se aislaron varios microorganismos responsables de la metilación del 2,4,6-TCP: hongos filamentosos de los géneros Acremonium, Phialophora y Penicillium y sorprendentemente, también varios actinomicetos con esta capacidad. 2.- RESULTADOS Y ANÁLISIS APARTADO 2A: CARACTERIZACIÓN DE LA MICROBIOTA ASOCIADA A MUESTRAS DE CORCHO EXTREMEÑO. Objetivo: Dado el escaso conocimiento de la microbiota asociada a corcho en la Comunidad de Extremadura, pretendíamos profundizar en el análisis de la evolución de la población microbiana a lo largo del proceso de fabricación del tapón, así como caracterizar aquellos grupos de microorganismos aislados que pudieran ser de interés. 2A.1.- Aislamiento de microorganismos a partir de muestras de corcho. Nuestro estudio comenzó con el aislamiento de microorganismos a partir de muestras de corcho correspondientes a distintas etapas del proceso de fabricación de tapón de corcho aglomerado. Se aislaron un total de 55 microor- ganismos diferentes, inicialmente seleccionados en base a propiedades morfológicas y/o fisiológicas fácilmente observables y típicas de cada grupo. De esta manera inicialmente seleccionamos un total de 69 aislados que parecían diferentes y que fueron artificialmente agrupados como sigue: - Hongos filamentosos. Se seleccionaron en base a características morfológicas macroscópicas un total de 25 aislados (denominados F1 a F25) que pertenecieron a 14 especies diferentes (ver apartado 2A.2.1). - Levaduras. Un total de 11 aislados, llamados Y1 a Y11, que correspondieron a ocho cepas diferentes (ver tabla 2.2) 2A.2.2. Su identificación se llevó a cabo mediante la secuenciación del ADNr 26S. - Bacterias no filamentosas. Aislamos 20 cepas (B1 a B20). Se seleccionaron en base a forma y coloración de la colonia en medio PCA, crecimiento a 30 ó 37ºC, tinción de Gram, producción de endosporas y morfología celular. - Finalmente, aislamos un total de 13 actinomicetos, (A1 a A13), seleccionados en base a su típica morfología filamentosa y el desarrollo de micelio en medio sólido. Los caracteres empleados en su diferenciación fueron: color de micelio sustrato y micelio aéreo, capacidad de esporulación y producción de exudado en medio MEY sólido, así como la producción de pigmentos en medio YPD líquido. 2A.2.- Caracterización de los microorganismos aislados. 2A.2.1.- Identificación de los hongos filamentosos aislados de corcho. La identificación, en colaboración con la Colección Española de Cultivos Tipo (CECT), se llevó a cabo en base a aspectos morfológicos de la colonia, características morfológicas macro y microscópicas del micelio y propiedades fisiológicas (capacidad de crecimiento en distintos medios a diferentes temperaturas). Tabla 2.1. Listado de las diferentes especies de hongos filamentosos aisladas a partir de corcho. AISLADO ESPECIE DEPÓSITO EN LA CECT F1, F2, F4, F5, F10 F3 F6 F7, F20, F25 F8 F11 F12 F13, F17 F14, F24 F15, F22, F23 F16 F18 F19 F21 Penicillium decumbens Acremonium strictum Fusarium oxysporum Trichoderma longibrachiatum Cladosporium oxysporum Mucor plumbeus Trichoderma viride Chrysonilia sitophila Penicillium purpurogenum Penicillium citreonigrum Paecilomyces viridis Verticillium sp. Penicillium chrysogenum Mortierella alpina Aislado F2: CECT 20418 CECT 20419 CECT 20420 Aislado F25: CECT 20431 CECT 20421 CECT 20422 CECT 20423 Aislado F13: CECT 20424 Aislado F14: CECT 20425 Aislado F15: CECT 20426 CECT 20427 CECT 20428 CECT 20429 CECT 20430 44 Anisoles y Brettanomyces Para la identificación a nivel de especie del aislado F18 recurrimos a la secuenciación de su ADNr 28S, mientras que las especies de Trichoderma se identificaron mediante un análisis RFLP de la región del ADNr 5.8S que contiene las regiones espaciadoras ITS1 e ITS2. Los hongos aislados pertenecían a 14 especies diferentes (ver tabla 2.1). El género dominante fue Penicillium con un total de cuatro especies aisladas. A continuación destacaba el género Trichoderma (dos especies), mientras que sólo se aisló una especie de los géneros Acremonium, Fusarium, Cladosporium, Mucor, Chrysonilia, Paecilomyces, Verticillium y Mortierella. En general se trata de hongos cosmopolitas que se pueden encontrar en suelo, aire y restos vegetales, especialmente cuando las condiciones ambientales son de humedad elevada. Muchos de ellos ya habían sido aislados de corcho por otros autores (ver tabla 1.1 en introducción), aunque hay que destacar que algunas especies como P. citreonigrum, M. alpina o Verticillium sp. han sido detectadas en corcho por primera vez. 2A.2.2.- Identificación de las levaduras aisladas de corcho. La identificación se llevó a cabo mediante la secuenciación parcial de una región del ADN ribosomal 28S que incluye las regiones D1 y D2. Las especies identificadas se recogen en la Tabla 2.2. Listado de las diferentes especies de levaduras aisladas a partir de corcho. AISLADO ESPECIE TIPO Nº DE ACCESIÓN EN GENBANK Y1 Cryptococcus sp. Y1 Basidiomiceto AY167602 Y2 Rhodosporidium kratochvilovae Basidiomiceto AY167603 Y3 Debaryomyces hansenii var. fabryi Ascomiceto AY167604 Y4 Sporobolomyces nylandii Basidiomiceto AY167605 Y5 Rhodotorula slooffiae Basidiomiceto AY167606 Y6, Y9 Sporobolomyces salmonicolor Basidiomiceto AY167607 Y7, Y8 Sporidiobolus johnsonii Basidiomiceto AY167608 Y11 Aureobasidium sp. Y11 Levadura negra (Hongo imperfecto?) AY167611 tabla 2.2. Apreciamos como la mayor parte de las levaduras aisladas son basidiomicetos, con la excepción del aislado Y3 perteneciente a los hongos ascomicetos, y del aislado Y11 perteneciente al enigmático grupo de las levaduras negras de clasificación incierta, aunque algunos investigadores incluyen el género Aureobasidium dentro de los hongos imperfectos (Muñoz et al., 1996). Un total de seis levaduras se identificaron a nivel de especie, mientras que dos de ellas fueron sólo identificadas a nivel de género y posiblemente se trate de nuevas especies. 2A.2.3.- Caracterización de las bacterias filamentosas aisladas de corcho. Se aislaron un total de 13 bacterias filamentosas con una clara capacidad de formar micelio, y que por tanto se seleccionaron como actinomicetos. De ellas únicamente se identificaron tres que para nosotros tenían algún interés como microorganismos con capacidad para degradar ácido vainíllico y producir guayacol (datos no mostrados). En concreto, se trataba de los actinomicetos A3, A5 y A13. Para su identificación se secuenció su ADNr 16S. Las secuencias obtenidas han sido depositadas en el GenBank con las calves de acceso AY154478 (ADNr 16S del actinomiceto A3) y AY154479 (la entrada uno corresponde al ADNr 16S del actinomiceto A5 y la entrada dos al ADNr 16S del actinomiceto A13). Las tres secuencias mostraron una homología mayor del 97% con secuencias de ADNr 16S de varias especies del género Streptomyces. Por tanto, podemos afirmar que los tres actinomicetos analizados pertenecen al género Streptomyces y por ello han sido denominados Streptomyces sp. A3, Streptomyces sp. A5 y Streptomyces sp. A13. 2A.2.4.- Caracterización de las bacterias no filamentosas aisladas de corcho. Tradicionalmente las bacterias no filamentosas son el grupo de microorganismos al que menos interés se ha prestado en cuanto a su posible papel en el cork taint. En nuestro caso obtuvimos 20 aislados diferentes, pero dado su escaso interés como posibles productores de cloroanisoles nuestro estudio se centró en identificar aquellas cepas que pudieran llevar a cabo la degradación del ácido vainíllico, como posibles responsables de la contaminación del corcho por guayacol. Informe Técnico 45 ORIGEN Y BIOSÍNTESIS DE TCA EN EL CORCHO Tabla 2.3. Número de microorganismos totales aislados a partir de las diferentes muestras correspondientes al proceso de fabricación de tapón de corcho aglomerado. MUESTRA Nº DE MICROORGANISMOS TOTALES/ GRAMO DE CORCHO (A) plancha no procesada de corcho crudo con corteza 3.57 (± 1.21) x 105 (B) plancha cocida (hervida) 1.17 (± 0.45) x 105 (C) plancha almacenada en bodega durante 3 semanas 6.91 (± 2.22) x 106 (D) plancha almacenada a la intemperie un periodo de tiempo indeterminado 6.67 (± 2.34) x 106 (E) granulado de corcho de 2-4 milímetros de diámetro 1.35 (± 0.41) x 104 (F) tapón aglomerado y suavizado 1.55 (± 0.68) x 101 (G) tapón aglomerado suavizado y tratado con SO2 (producto final) 0.40 (± 0.29) x 101 - El número de microorganismos decae notablemente a partir de la obtención del granulado (muestra E), posiblemente debido a los procesos químicos (mezcla con látex, poliuretano, colas, etc) y físicos (desintegración mecánica) a que se somete el granulado para la obtención del tapón, y que son nocivos para los microorganismos. - En el producto final (tapón aglomerado tratado con SO2 o muestra G) el nivel de microorganismos es prácticamente nulo. Sólo ocasionalmente se aislaron hongos filamentosos o bacterias no filamentosas en un número máximo de 4-6 por gramo. En esta etapa nunca se detectaron levaduras ni actinomicetos. - El mayor número de microorganismos correspondió a la muestra almacenada en bodega (muestra C) donde se detectaron los siguientes valores de microorganismos: * 2.23 (± 0.61) x 104 bacterias no filamentosas. * 6.19 (± 2.36) x 106 hongos filamentosos. * 6.90 (± 3.25) x 105 actinomicetos. * 5.35 (± 1.35) x 103 levaduras. En esta etapa y a diferencia con el resto de las muestras los hongos filamentosos constituyen el grupo predominante. Esto es debido a que las condiciones de baja temperatura (20-24ºC) y alta humedad en bodega favorecen su crecimiento masivo. - Hay que destacar también que las poblaciones de bacterias no filamentosas predominan siempre sobre los actinomicetos. Esta tendencia se invierte en la muestra C, donde el número de actinomicetos se dispara y llega a triplicar el número de otras bacterias. Aunque no hay una explicación clara para este fenómeno podemos suponer que el gran aumento de hongos filamentosos en esta fase podría resultar en la producción de antibióticos que llegarían a limitar el crecimiento bacteriano, excepto en el caso de los actinomicetos, grupo que por su alta capacidad de producción de antibióticos han desarrollado unos elevados niveles de 46 Anisoles y Brettanomyces resistencia. - Finalmente mencionemos que excepto en la muestra C el grupo dominante es el de las bacterias no filamentosas, a diferencia de lo descrito por otros autores, que apuntan a los hongos filamentosos como población dominante a lo largo del proceso de fabricación. 2A.3.1.- Evolución de la población de hongos filamentosos a lo largo del proceso. Tradicionalmente se ha considerado que los hongos filamentosos jugarían un papel fundamental en el proceso de maduración del corcho y en la calidad final del tapón (Lee y Simpson, 1993; Silva Pereira et al., 2000a). Por ello, una vez realizada la cuantificación de la población de hongos filamentosos decidimos tratar de determinar que cepas aparecían en cada etapa del proceso de fabricación, a fin de determinar la posible predominancia de alguna especie en cada paso. Los resultados obtenidos se recogen en la tabla 2.4. Las conclusiones que pudimos obtener de este estudio son: - Todas las especies pudieron ser aisladas a partir de corteza (muestra A). - Además, dos de los aislados, Mortierella alpina y Mucor plumbeus, sólo pudieron ser detectados en esta etapa. - El cocido o calentamiento del corcho (muestra B) provoca la desaparición de buena parte de los hongos filamentosos, puesto que un total de cinco especies nunca pudieron ser aisladas en esta etapa. - La posterior incubación en bodega o a la intemperie provoca que dos de estas especies vuelvan a aparecer en corcho (Acremonium strictum y Verticillium psalliotae). - El tratamiento químico y/o mecanico que sufren las muestras en la elaboración del tapón provoca en las muestras E y F la desaparición de un buen número de especies, manteniéndose sólo aquellas más resistentes a este tipo de tratamientos. - En el producto final (muestra F) sólo se han podido detectar de manera ocasional Cladosporium oxysporum, Penicillium citreonigrum y Trichoderma longibrachiatum. - El tratamiento del tapón con SO 2 es efectivo, puesto que el número de microorganismos en el producto final se reduce considerablemente. Este tratamiento también produce una disminución de la variedad de especies detectadas, ya que pasamos de siete espe- Tabla 2.4. Abundancia relativa (%) de las distintas especies de hongos filamentosos detectados en cada etapa del proceso de fabricación del tapón de corcho aglomerado. HONGO FILAMENTOSO MUESTRA A MUESTRA B MUESTRA MUESTRA D MUESTRA E MUESTRA F MUESTRA G C Acremonium strictum 3.0 (0.2) ND Chrysonilia sitophila 6.6 (0.4) 2.8 (0.3) Cladosporium oxysporum 10.4 (1.2) 6.3 (0.4) Fusarium oxysporum 2.1 (0.1) ND Mortierella alpina 1.8 (0.2) ND Mucor plumbeus 2.4 (0.2) ND Paecilomyces viridis 5.2 (0.1) 8.4 (0.7) Penicillium chrysogenum 12.9 (0.5) 9.2 (0.7) Penicillium citreonigrum 10.2 (0.2) 15.2 (0.9) Penicillium decumbens 14.8 (0.7) 2.8 (0.1) Penicillium purpurogenum 4.0 (0.4) 12.1 (0.5) Trichoderma longibrachia- 13.2 (1.0) 20.3 (1.6) tum 10.3 (0.9) 18.5 (1.4) Trichoderma viride 3.1 (0.4) 4.4 (0.1) 0.8 (0.1) 57.4 (3.9) 6.4 (0.3) ND ND ND 2.5 (0.2) 3.4 (0.1) 3.0 (0.1) 4.6 (0.2) 1.0 (0.1) 11.3 (0.6) 9.6 (0.6) 0.8 (0.2) ND ND ND 6.1 (0.3) 2.2 (0.2) 1.3 (0.3) ND 15.0 (1.0) 20.4 (1.7) 38.5 (2.8) 34.2 (4.6) 1.6 (0.2) ND ND ND ND ND ND ND ND ND ND ND 6.0 (0.7) ND ND ND 10.5 (0.8) ND 8.4 (0.5) ND 20.8 (1.2) 38.0 (4.1) 38.6 (3.2) 57.4 (7.8) 9.9 (1.0) ND 3.0 (0.2) ND 17.9 (2.0) 22.4 (3.3) ND ND 5.1 (0.4) 10.2 (1.2) 7.2 (0.8) 8.4 (1.3) 3.1 (0.4) 6.8 (0.7) 3.0 (0.5) ND 3.2 (0.4) ND ND ND Muestras de corcho: (A) plancha no procesada de corcho crudo con corteza; (B) plancha cocida (hervida). (C) plancha almacenada en bodega durante tres semanas; (D) plancha almacenada a la intemperie un tiempo indeterminado; (E) muestra de corcho granulado; (F) tapón aglomerado y suavizado; (G) tapón aglomerado suavizado tratado con SO2 (producto final). Los valores mostrados son la media de estimaciones hechas por duplicado en 3 experimentos independientes. La desviación estándar se muestra entre paréntesis. ND: no detectado. nas; (D) plancha almacenada a la intemperie un tiempo indeterminado; (E) muestra de corcho granuFigura 2.1. Evolución lado; (F) tapón aglomerade la población de do y suavizado; (G) tapón microorganismos a lo aglomerado suavizado tralargo del proceso de tado con SO2 (producto fabricación del tapón final). Los valores mostraaglomerado de cordos son la media de esticho. (A) plancha no maciones hechas por procesada de corcho duplicado en 3 experimencrudo con corteza; tos independientes. La (B) plancha cocida desviación estándar se (hervida). (C) plancha muestra entre paréntesis. almacenada en bodega durante tres semaInforme Técnico 47 ORIGEN Y BIOSÍNTESIS DE TCA EN EL CORCHO APARTADO 2B: ANÁLISIS DE LA FORMACIÓN DE 2,4,6TRICLOROANISOL POR HONGOS FILAMENTOSOS AISLADOS DE CORCHO. Objetivo: El objetivo de este apartado era profundizar en el conocimiento del origen y los posibles mecanismos implicados en la producción de 2,4,6-TCA por hongos filamentosos aislados de corcho. 2B.1.- Análisis de la formación de 2,4,6-TCA por hongos filamentosos creciendo directamente sobre corcho. Aunque son varias las hipótesis que intentan explicar el origen del 2,4,6-TCA en corcho, los datos disponibles en la bibliografía, sin ser concluyentes, indicaban que el mecanismo más probable para la formación del 2,4,6TCA sería la O metilación de 2,4,6-TCP. Con estos antecedentes decidimos ensayar la posible capacidad de todos los hongos filamentosos aislados para realizar esta bioconversión, cuando creciesen directamente sobre corcho. Para ello se desarrolló un ensayo que nos permitió imitar las condiciones de crecimiento de los hongos filamentosos en bodega durante el proceso de fabricación del tapón. Los resultados obtenidos se recogen en la tabla 2.5. En ella vemos como 11 de las 14 especies analizadas incrementaban significativamente los niveles de 2,4,6TCA en corcho cuando el granulado de par tida fue suplementado con 2,4,6-TCP. Por el contrario, las muestras de corcho no inoculadas con hongo filamentoso, o aquellas a las que no se adicionó 2,4,6-TCP, no mostraron un incremento apreciable de los niveles endógenos de 2,4,6-TCA. Por tanto, podemos concluir que la conversión de 2,4,6-TCP a 2,4,6-TCA es un proceso biológico mediado por la acción, en nuestro caso, de un hongo filamentoso. En función de los resultados obtenidos los hongos filamentosos se clasificaron en 4 grupos: - Grandes productores de 2,4,6-TCA. Aquellas especies como T. longibrachiatum, T. viride y F. oxysporum que podían bioconver tir más del 25% del precursor. - Moderados productores. La eficiencia de bioconversión oscilaba entre el 10 y el 25%. En este grupo se incluían A. strictum, C. sitophila y C. oxysporum. - Bajos productores, cuando el grado de bioconversión era del 5-10%. En este grupo se encontraban P. viridis, P. chr ysogenum y V. psalliotae. - Finalmente los no productores. Aquellos como M. alpina, M. plumbeus y P. decumbens para los que el porcentaje de bioconversión fue siempre menor del 5%, ya que sólo pudieron ser detectadas trazas de 2,4,6-TCA (la diferencia del contenido en 2,4,6-TCA respecto del control no era superior al 0.15%). Estas pequeñas variaciones podrían ser achacadas a variaciones normales del método de medida. Es necesario indicar que de estas tres cepas sólo P. decumbens mostró capacidad para crecer sobre granulado de corcho, por lo que la ausencia de 2,4,6-TCA en el caso de los cultivos de M. alpina y M. plumbeus podría ser debida a una falta de crecimiento más que a una incapacidad para sintetizar 2,4,6TCA. Sin embargo, puesto que en cultivos en medio líquido de estas tres especies, tampoco se detectaron niveles apreciables de 2,4,6-TCA podemos concluir que su ausencia en los cultivos sobre corcho debería atri- Tabla 2.5. Análisis por cromatografía de gases-masas de los niveles de 2,4,6-TCA formado a partir de 2,4,6-TCP por hongos filamentosos creciendo directamente sobre granulado de corcho. HONGO FILAMENTOSO Muestra de corcho no inoculada Acremonium strictum Chrysonilia sitophila Cladosporium oxysporum Fusarium oxysporum Mortierella alpina Mucor plumbeus Paecilomyces viridis Penicillium chrysogenum Penicillium citreonigrum Penicillium decumbens Penicillium purpurogenum Trichoderma longibrachiatum Trichoderma viride 48 Anisoles y Brettanomyces 2,4,6-TCAa 2,4,6-TCAa BIOCONVERSION (%) DE CRECIMIENTO SOBRE (- 2,4,6-TCP) (+ 2,4,6-TCP) 2,4,6-TCP EN 2,4,6-TCA CORCHO 9.9 11.0 18.0 12.4 6.0 5.5 6.3 9.9 9.7 11.0 9.5 6.4 20.5 17.2 6.5 10.1 153.4 128.2 155.5 292.5 6.6 6.6 88.7 86.5 143.8 10.6 116.6 396.1 278.9 75.5 0 14.24 11.02 14.31 28.65 0.11 0.03 7.88 7.68 13.28 0.11 11.02 37.56 26.17 6.90 ND b +c + + + -d + + + + + + + a Los valores indicados en ng/g de corcho son la media de medidas hechas por duplicado en dos experimentos independientes según la metodología descrita por Álvarez-Rodríguez et al., (2002a) b ND, no detectado. c El número de UFCs por gramo de corcho tras la incubación fue mayor de 5.5 x 105. d El número de UFCs por gramo de corcho tras la incubación fue menor de 4.5 x 105. buirse a la incapacidad de estas cepas para su formación. 2B.2.- Formación de 2,4,6-TCA a partir de distintos precursores. Diversos autores han postulado que el 2,4,6-TCA podría formarse por varios mecanismos diferentes a partir de distintos precursores. Por ello, una vez que habíamos identificado a T. longibrachiatum como el hongo filamentoso que podía producir con mayor eficiencia 2,4,6-TCA por O metilación de 2,4,6-TCP, y que además presentaba una alta capacidad de crecimiento sobre corcho, decidimos ensayar la posible existencia en este hongo de otros posibles de mecanismos de formación de 2,4,6-TCA. Para ello, muestras de corcho conteniendo diferentes precursores, se inocularon con este hongo (tanto en ausencia como en presencia de hipoclorito sódico como agente halogenante) determinándose tras un periodo de incubación adecuado el contenido de 2,4,6-TCA del corcho. Los resultados de este experimento (tabla 2.6) fueron los siguientes: - Los diclorofenoles, sólos o en presencia de hipoclorito, no son sustratos efectivos para la formación de 2,4,6-TCA mediante un mecanismo de O metilación y halogenación. - Tampoco detectamos niveles apreciables de 2,4,6-TCA en muestras que contenían como posibles precursores compuestos clorados como el hexaclorociclohexano, hexaclorobenceno, pentacloroanisol, 2,3,4,6-tetracloroanisol, PCP o 2,3,4,6-TeCP. En estos casos el 2,4,6-TCA podría haberse formado mediante un proceso degradativo que implicaría necesariamente la O metilación y deshalogenación del precursor. - Entre los triclorofenoles ensayados el único sustrato efectivo para la formación de 2,4,6-TCA fue el 2,4,6-TCP: el nivel de conversión detectado era del 34.72%. Tabla 2.6. Análisis por cromatografía de gases-masas de la formación de 2,4,6-TCA por el hongo filamentoso T. longibrachiatum a partir de diferentes posibles precursores. PRECURSOR 2,3-DCP 2,3-DCP 2,3-DCP 2,4-DCP 2,4-DCP 2,4-DCP 2,5-DCP 2,5-DCP 2,5-DCP 2,6-DCP 2,6-DCP 2,6-DCP 3,4-DCP 3,4-DCP 3,4-DCP Hexaclorociclohexano Hexaclorobenceno PCP PCA 2,3,4,6-TeCP 2,3,4,6-TeCA 2,3,6-TCP 2,4,5-TCP 2,4,6-TCP Anisol Anisol Anisol Fenol Fenol Fenol HIPOCLORITO T. LONGIBRACHIATUM SÓDICO + + + + + + + + + + + + + + + + + + + + + + + + + + + + + + + + + + + + + + + + - 2,4,6-TCAa BIOCONVERSIÓN (%) DEL PRECURSOR EN 2,4,6-TCAb 8.6c 9.6 13.2 8.0 9.6 8.0 4.5 8.9 4.7 7.2 9.7 15.5 6.2 3.1 3.2 8.3 9.1 6.8 7.0 7.0 9.7 7.3 9.9 4.6 1.5 7.5 355.8 8.8 18.8 15.5 17.4 25.2 13.6 0 0.10 0 0 0.03 0 0 0.11 0.83 0 0 0 0 0.05 0 0 0 0.11 0 0.13 0 0 0 34.72 0 1.02 0.69 0.88 1.66 0.50 Informe Técnico 49 ORIGEN Y BIOSÍNTESIS DE TCA EN EL CORCHO a Los valores mostrados en ng/g de corcho son la media de dos experimentos independientes realizados por duplicado según la metodología descrita por Álvarez-Rodríguez et al., (2002a). b Los valores indicados son el resultado de restar en cada caso el contenido endógeno de 2,4,6-TCA del corcho. c Valor considerado como contenido endógeno de 2,4,6-TCA del granulado de corcho utilizado en este experimento. - Tampoco detectamos niveles apreciables de 2,4,6-TCA en cultivos suplementados con anisol (ni siquiera en presencia de hipoclorito), compuesto a partir del cual el 2,4,6-TCA podría haberse producido directamente por halogenación. Una situación similar se dio en los cultivos desarrollados en presencia de fenol. En este caso la producción de 2,4,6-TCA implicaría una reacción de O metilación y una halogenación para introducir átomos de cloro en la molé- cula. Por tanto, podemos decir que en el hongo T. longibrachiatum el único mecanismo efectivo detectado para la formación de 2,4,6-TCA es la O metilación de 2,4,6-TCP. Dicha reacción, que resulta en la introducción de un grupo metilo sobre el grupo hidroxilo del clorofenol, podría ser llevada a cabo por un enzima metiltransferasa que podría usar S-adenosilmetionina (SAM) como dona- Figura 2.2. Probable mecanismo de formación por T. longibrachiatum de 2,4,6-TCA por O metilación de 2,4,6-TCP en una reacción catalizada por una actividad enzimática O-metiltransferasa (2,4,6-TCP metiltransferasa) que quizás pudiera usar SAM como donador de grupos metilo. dor de grupos metilo, como podemos apreciar en la figura 2.2. Una actividad enzimática similar, implicada en la formación de anisoles y tioanisoles, ha sido detectada en bacterias aisladas a partir de lodos del Mar Báltico (Neilson et al., 1988). 2B.3.- Bioconversión de 2,4,6-TCP a 2,4,6-TCA en medio líquido y su regulación. Los resultados resumidos en el apartado 2B.1 fueron importantes porque demostraban la capacidad de varios hongos filamentosos, y más específicamente de T. longibrachiatum, de producir 2,4,6-TCA en unas condiciones naturales similares a las de maduración del corcho en bodega. Sin embargo, los ensayos a partir de cultivos sobre corcho nos planteaban varios problemas metodológicos graves: incubaciones muy largas en el tiempo (25-30 días) y un complejo y costoso procedimiento de extracción del 2,4,6-TCA de las muestras. Para evitar estos inconvenientes decidimos ensayar la posible producción de 2,4,6-TCA en medio líquido y su 50 Anisoles y Brettanomyces valoración a partir de sobrenadantes de cultivos por HPLC, equipamiento disponible en nuestro laboratorio. 2B.3.1.- Desarrollo de un método para identificar 2,4,6-TCP y 2,4,6-TCA por HPLC en sobrenadantes de medios de cultivo. Nuestro primer paso consistió en la puesta a punto de un método de HPLC que nos permitiera separar eficazmente en sobrenadantes de cultivos el 2,4,6-TCP y el 2,4,6-TCA, (además de otros compuestos como el 2,3,4,6-TeCP y el 2,3,4,6-TeCA utilizados como estándares internos). La columna elegida fue una columna de fase reversa Zórbax SB-C8 y se ensayaron diferentes fases móviles (metanol:agua, acetonitrilo:agua y acetonitrilo:ácido fórmico 5mM) en distintas proporciones, y tanto en régimen isocrático (lineal) como en gradiente. Tras varios intentos se consiguió una eficaz separación de estos compuestos, que eluían en condiciones de régimen isocrático con una fase móvil de metanol:agua (75:25) con los siguientes tiempos de retención: 2,3,4,6-TeCP (2.7 minutos); 2,4,6-TCP (3.2 minutos), 2,4,6-TCA (5.8 minutos) y 2,3,4,6-TeCA (6.8 minutos), como podemos apreciar en la figura 2.3. Figura 2.3. Perfil cromatográfico de elución por HPLC de varios clorofenoles y cloroanisoles a una concentración de 50 mg/ml en una columna Zórbax SB-C8. La separación se realizó en una fase móvil de metanol:agua (75:25) a un flujo de 1 ml/minuto en régimen isocrático. Los compuestos se detectaron a una longitud de onda de 230 nm. 2B.3.2.- Análisis de la bioconversión de 2,4,6-TCP en cultivos en medio líquido. Una vez que disponíamos de un método de análisis por HPLC y a fin de profundizar más en el mecanismo de la reacción de O metilación decidimos comprobar si T. longibrachiatum podía producir 2,4,6-TCA en medio líquido. Para ello realizamos en paralelo dos cultivos en caldo extracto de malta: en uno adicionamos el precursor 2,4,6-TCP y en otro no. A continuación tomamos muestras a distintos tiempos de cultivo en las que determinamos los siguientes parámetros: crecimiento (determinado como peso seco de micelio), niveles de 2,4,6-TCP y 2,4,6-TCA en sobrenadantes y niveles de la hipotética actividad 2,4,6-TCP metiltransferasa asociada a micelio que sería responsable de la formación de 2,4,6TCA. Los resultados se recogen en las figuras 2.4 y 2.5. La figura 2.4 nos muestra el resultado de analizar por HPLC los sobrenadantes del cultivo desarrollado en presencia de 2,4,6-TCP en los que detectamos un compuesto cuyo tiempo de retención coincidía con el del 2,4,6TCA. Así, apreciamos como en un cultivo de cero horas (panel A) se aprecia un pico muy evidente de 2,4,6-TCP. Este pico decrece rápidamente a las 24 horas (panel B), a la vez que comienza a detectarse un pico incipiente de 2,4,6-TCA. Los mayores niveles de este compuesto se detectan entre las 48 y 72 horas de cultivo, momento en que los niveles de 2,4,6-TCP son indetectables (panel C). La identificación de este compuesto como auténtico 2,4,6-TCA se basó en los siguientes datos: - Su presencia en el medio de cultivo es dependiente de la adición del precursor 2,4,6-TCP, no detectándose nunca en caso contrario (datos no mostrados). - La adición a un sobrenadante de cultivo de 72 horas de una pequeña cantidad de 2,4,6-TCA exógeno produjo un incremento del pico identificado como 2,4,6-TCA (panel D de la figura 2.4). - Este compuesto migra como auténtico 2,4,6-TCA en cromatografía en capa fina (datos no mostrados). De las gráficas mostradas en la figura 2.5 podemos extraer varias conclusiones: - El hongo T. longibrachiatum tiene capacidad para transformar el 2,4,6-TCP presente en el medio de cultivo, como se puede concluir al ver su desaparición progresiva en el panel A. De hecho este compuesto no es detectado después de las 60 horas de cultivo. - Aproximadamente el 32% del 2,4,6-TCP es transformado a 2,4,6-TCA. Podemos apreciar como en el panel A ya detectamos la presencia de este compuesto a las 48 horas de cultivo, acumulándose de manera progresiva para alcanzar un máximo en torno a las 60-72 horas. Posteriormente los niveles detectados decaen ligeramente hasta el final de la fermentación (120 horas). No sabemos a que se debe esta ligera disminución de los niveles de 2,4,6-TCA en el cultivo. Podría deberse a un proceso de fijación al micelio, o a la posible evaporación al abrir los matraces para tomar las muestras (el 2,4,6TCA es un compuesto relativamente volátil). Tampoco se puede descartar una posible degradación, aunque creemos que es bastante improbable dada la gran estabilidad química de este compuesto. - Es muy importante reseñar que no existe una correlación directa entre la cantidad de 2,4,6-TCP que desaparece del cultivo y la cantidad de 2,4,6-TCA que se produce. El 68% restante de 2,4,6-TCP podría ser degradado, o alternativamente convertirse en otro producto no detectado que fuese secretado al medio o metabolizado. Sin embargo, debemos mencionar que ensayos de mineralización de 2,4,6-TCP [C14] por T. longibrachiatum realizados en el laboratorio de la Dra. Mª Jesús Martínez (CIB, CSIC, Madrid) resultaron negativos. Por tanto, podemos concluir que el 2,4,6-TCP que no es convertido a 2,4,6-TCA no se degrada hasta CO2. Este dato puede sugerir que parte del 2,4,6-TCP podría ser degradado hasta algún producto intermediario que pudiera ser incor- Informe Técnico 51 ORIGEN Y BIOSÍNTESIS DE TCA EN EL CORCHO Figura 2.4. Cromatogramas de HPLC correspondientes a sobrenadantes de un cultivo de T. longibrachiatum. (A). Cultivo de 0 horas. (B). Cultivo de 24 horas. (C) Cultivo de 72 horas y (D) cultivo de 72 horas al que se ha añadido 2,4,6-TCA exógeno para confirmar la identidad de este compuesto. Los picos correspondientes a 2,4,6-TCP y 2,4,6TCA se indican con flechas. Figura 2.5. Comportamiento de un cultivo de T. longibrachiatum crecido en presencia (A) y ausencia (B) de 2,4,6-TCP. Las gráficas mostradas son el resultado de analizar por duplicado muestras correspondientes a tres experimentos independientes. Los niveles de 2,4,6TCP y 2,4,6-TCA se determinaron por HPLC a partir de sobrenadantes de cultivos. 52 Anisoles y Brettanomyces porado como material celular, aunque la confirmación de esta hipótesis requeriría complejos estudios. - La producción de 2,4,6-TCA es absolutamente dependiente de la presencia de 2,4,6-TCP en el medio de cultivo (nótese la ausencia de 2,4,6-TCA en el panel B). Este dato sugiere que al menos en las condiciones de nuestro ensayo no hay síntesis endógena de 2,4,6-TCA a partir de precursores celulares. - Como era previsible detectamos asociada a micelio una actividad O-metiltransferasa, que denominamos 2,4,6-TCP metiltransferasa (ver panel A). Esta enzima sería la responsable de la O metilación del precursor 2,4,6-TCP. Esta actividad comienza a detectarse a las 36 horas de cultivo, alcanzando su actividad máxima alrededor de las 48 horas, precediendo por tanto en unas 12 a 24 horas la máxima acumulación de 2,4,6-TCA en sobrenadantes. A partir de las 48 horas, coincidiendo con la desaparición del precursor 2,4,6-TCP, esta actividad decae rápidamente. Este comportamiento, y el hecho de que esta actividad es sólo residual en cultivos desarrollados en ausencia de 2,4,6-TCP, (ver panel B), sugiere que se trata de un enzima inducible por sustrato. - Finalmente, se aprecia como en el caso del cultivo desarrollado en presencia de 2,4,6-TCP existe inicialmente un retardo notable del crecimiento del hongo de unas 20-24 horas (compárense los paneles A y B). Coincidiendo con la desaparición del 2,4,6-TCP, a partir de las 60 horas, ambos cultivos tienen un comportamiento similar. De hecho, los máximos niveles de crecimiento se producen con un pequeño desfase de sólo 6 horas, entre las 60 y 72 horas de cultivo y son parecidos en ambas condiciones. Estos datos sugieren un claro efecto tóxico del 2,4,6-TCP sobre el hongo, efecto transitorio que sin embargo desaparece en cuanto los niveles de 2,4,6-TCP en el medio de cultivo son bajos o indetectables. 2B.3.3.- Regulación de la formación de 2,4,6-TCA por glucosa y amonio en cultivos en medio líquido. En un intento de profundizar en la regulación de la formación de 2,4,6-TCA en T. longibrachiatum y dado el gran desconocimiento sobre los procesos implicados en la formación de este compuesto, decidimos abordar el estudio de su posible regulación por mecanismos generales, como la represión catabólica por fuente de carbono (glucosa) o la represión por fuente de nitrógeno (amonio). Para ello desarrollamos cultivos en caldo extracto de malta, en presencia de 2,4,6-TCP (10 mg/ml), que fueron suplementados con glucosa (2%), amonio (50 mM) y glucosa más amonio. De estos cultivos procedimos a tomar muestras de sobrenadantes a distintos tiempos, en las que determinamos crecimiento (peso seco de micelio) y niveles de 2,4,6-TCP y 2,4,6-TCA. Los resultados obtenidos se reflejan en la figura 2.6, de cuyo análisis podemos extraer las siguientes conclusiones: - La formación de 2,4,6-TCA no está sujeta a regulación por glucosa (2%), amonio (50 mM) o una combinación de ambos, puesto que la eficiencia de bioconversión obtenida en todos los casos fue muy parecida, variando ligeramente entre el 29.2 y el 39.5%. De hecho, el nivel de 2,4,6-TCA detectado en sobrenadantes de medios de cultivo es muy similar en todos los paneles (A, B, C y D), aunque con ligeras variaciones. - La desaparición del 2,4,6-TCP de sobrenadantes de medios de cultivo no está sometida a regulación nutricional. No obstante, se aprecia un aumento en el nivel de crecimiento del cultivo que va asociado a un incremento de la velocidad con que el 2,4,6-TCP desaparece del medio (compárense los paneles A y D). Este dato es perfectamente lógico: una mayor tasa de crecimiento va a permitir una eliminación más veloz Informe Técnico 53 ORIGEN Y BIOSÍNTESIS DE TCA EN EL CORCHO APARTADO 2C: PURIFICACIÓN Y CARACTERIZACIÓN DEL ENZIMA 2,4,6-TCP METILTRANSFERASA DE Trichoderma longibrachiatum IMPLICADA EN LA FORMACIÓN DE 2,4,6-TRICLO- tores. Resultados similares se obtuvieron con anisoles como el PCA o el 2,4,6-TCA, aunque en este caso si apreciamos una mayor actividad relativa (5.21% ± 0.28) respecto del control negativo. ROANISOL. Objetivo: El objetivo fundamental de esta parte de nuestro estudio era la purificación y caracterización de la actividad 2,4,6-TCP metiltransferasa de Trichoderma longibrachiatum implicada en la formación de 2,4,6-TCA. 2C.1.- Análisis de la inducción de la actividad 2,4,6-TCP metiltransferasa implicada en la formación de 2,4,6TCA Como se indica en el apar tado 2B.3.2, los resultados mostrados en la figura 2.5 sugerían que la actividad 2,4,6-TCP metiltransferasa se compor taba como un enzima inducible. Para tratar de confirmar esta posibilidad realizamos un experimento con un sistema de células en reposo. Los resultados obtenidos (figura 2.7), indicaban claramente la inducción de la actividad metiltransferasa por su sustrato 2,4,6-TCP. En dicha figura se aprecia como en ausencia de 2,4,6-TCP la actividad asociada a micelio es sólo residual, mientras que por el contrario los niveles de actividad enzimática detectados aumentaban considerablemente en micelio inducido. El efecto inductor se apreciaba rápidamente una hora después de la adición de 2,4,6-TCP y los niveles de actividad aumentaban notablemente hasta ocho horas después de la inducción, para descender a continuación. Una vez demostrado el carácter inducible de esta enzima nos planteamos analizar el posible efecto inductor de varios clorofenoles, anisoles y otros compuestos clorados, así como también de compuestos aromáticos no halogenados. Como se aprecia en la figura 2.8 el mayor efecto inductor correspondió al 2,4,6-TCP, al que arbitrariamente atribuimos un valor inductor de 100. Otros clorofenoles clorados como el 2,4,5-TCP, el 2,3,4,6-TeCP y el PCP también mostraron un claro efecto inductor. Por el contrario, tanto el 2-CP como el resto de diclorofenoles ensayados no fueron buenos inductores, puesto que los valores de actividad relativa obtenidos oscilaban entre el 5.89% (± 0.94) para el 2-CP y el 13.75% (± 0.81) del 3,4-DCP. Tengamos en cuenta que un cultivo no inducido (control negativo) mostró una actividad relativa del 4.02% (± 0.28). Otros compuestos clorados, derivados o no del benceno, como el hexaclorobenceno, el hexaclorociclohexano o el 1,3,5-triclorobenceno no actuaron como induc- 54 Anisoles y Brettanomyces Figura 2.7. Inducción de la actividad 2,4,6-TCP metiltransferasa de T. longibrachiatum por el sustrato 2,4,6TCP en un sistema de células en reposo. Por otro lado, los compuestos aromáticos no clorados (fenol, ácido vainíllico, guayacol y catecol) no actuaron como inductores. Estos resultados sugieren que la inducción de esta actividad enzimática es ejercida de manera específica por clorofenoles, especialmente si tienen tres o más átomos de cloro en su molécula. Un estudio complementario consistió en determinar la cantidad mínima de 2,4,6-TCP que podía inducir la síntesis del enzima. Para ello a un sistema de células en reposo se añadieron cantidades de 0, 1, 2.5, 5, 7.5, 10, 12.5, 15, 20, 30 y 40 mg/ml de 2,4,6-TCP. La cantidad más baja de este compuesto que fue capaz de inducir un aumento de la actividad fue 7.5 mg/ml. Los niveles de máxima actividad se obtuvieron para valores de inductor comprendidos entre 10 y 20 mg/ml, mientras que cantidades superiores tenían un efecto negativo y producían un descenso de la actividad catalítica detectada, posiblemente debido a que a estas concentraciones se pone de manifiesto el carácter tóxico del compuesto. Figura 2.8. Análisis de varios compuestos aromáticos como posibles inductores de la actividad enzimática 2,4,6-TCP metiltransferasa. El mayor efecto inductor observado correspondió al 2,4,6-TCP al que se asignó un valor arbitrario de 100. Los restantes datos mostrados son valores relativos respecto de ese valor. La actividad metiltransferasa se determinó según la metodología descrita por Coque et al., (2003). 2C.2.- Optimización del ensayo enzimático para la actividad 2,4,6-TCP metiltransferasa. Los primeros ensayos para detectar la actividad 2,4,6TCP metiltransferasa se realizaron según el método de Neilson et al. (1988). Los niveles así detectados eran bajos (Álvarez-Rodríguez, 2001) por lo que se intentó mejorar el rendimiento del ensayo enzimático. Para ello analizamos el efecto de varios parámetros en la reacción: pH, temperatura, tiempo de reacción, adición de distintos compuestos, concentración de sustrato (2,4,6TCP) y donador de grupos metilo S-adenosilmetionina (SAM). 2C.2.1.- Efecto de distintos compuestos sobre la actividad 2,4,6-TCP metiltransferasa. La tabla 2.7 muestra el efecto de varios compuestos sobre dicha actividad. Podemos apreciar como la reacción es absolutamente dependiente de la presencia del donador de grupos metilo SAM en la mezcla de reacción. La presencia de EDTA, compuesto cuya inclusión en la mezcla de reacción es esencial para la actividad metiltransferasa de Rhodococcus sp. 1395 (Neilson et al., 1988) no tuvo el mismo efecto en nuestro caso. De hecho, su adición provocó un ligero descenso de la actividad enzimática. La adición de metiltetrahidrofolato (MTHF), compuesto utilizado por algunas metiltransferasas como cofactor, produjo un ligero aumento de la actividad enzimática. Además su adición permitía contrarrestar el ligero efecto negativo que el EDTA tenía sobre la actividad. Por el contrario, varios agentes reductores con grupos tíol como el ditiotreitol (DTT), el β-mercaptoetanol y la cisteína no incrementaron la actividad. El fluoruro de p-metilenfenilsulfonilo (PMSF), uno de los inhibidores de serina-cisteína proteasas más ampliamente utilizados (Turini et al., 1969) para evitar problemas de digestiones proteolíticas en mezclas proteicas, tampoco tenía un claro efecto inhibidor de la actividad, a diferencia de lo que ocurre con otras metiltransferasas (James et al., 1995). Sorprendentemente la utilización conjunta de DTT y PMSF provocó un aumento del 47% en la actividad obtenida, revertiendo el pequeño efecto inhibidor del PMSF. Finalmente, la inclusión de glicerol al 10% (p/v) supuso un incremento de casi el 36% en los niveles de actividad, supuestamente debido a un efecto estabilizador sobre el enzima. A la vista de estos resultados decidimos incluir en la mezcla de reacción glicerol (10%,), DTT y PMSF (1 mM). Por el contrario, decidimos no incluir el EDTA en la mezcla de reacción, ni tampoco el MTHF, ya que aunque éste tenía cierto estimulante dejó de ser suministrado por los fabricantes. 2C.2.2.- Efecto del pH y la temperatura sobre la actividad 2,4,6-TCP metiltransferasa. Para determinar el efecto del pH sobre la actividad enzimática obtuvimos extractos proteicos en diferentes tampones que cubrían el rango de pH 5-10. Los resultados Informe Técnico 55 ORIGEN Y BIOSÍNTESIS DE TCA EN EL CORCHO obtenidos al valorar la actividad 2,4,6-TCP metiltransferasa de las distintas preparaciones se muestra en el panel A de la figura 2.9. El enzima mostró su máximo de actividad en un estrecho rango de pH de 8.2-8.5. A pH 8.0 y 9.0 el enzima retenía un 83.3% de actividad y un 87.5% respectivamente. El descenso de actividad era acusado para pHs superiores a 9.0 o inferiores a 7.0. De hecho a pH 5.0, 6.0 ó 10.0 la actividad enzimática detectada era casi nula. Por lo que respecta a la temperatura (figura 2.9, panel B), vemos como la máxima actividad se detectó en el rango 25-28ºC, disminuyendo rápidamente a temperaturas superiores. La caída en los niveles de actividad es apreciable a 30ºC y acusada a 37ºC, mientras que a 42ºC la actividad era sólo residual. A la vista de estos resultados seleccionamos como temperatura óptima de ensayo 28ºC y como pH óptimo de reacción el valor de 8.2. 2C.2.3.- Efecto del tiempo de incubación sobre la actividad 2,4,6-TCP metiltransferasa. Se trataba de determinar durante cuanto tiempo la reacción enzimática tenía lugar de manera lineal. Para ello realizamos varias reacciones enzimáticas con el mismo extracto proteico, que fueron paradas a distintos tiempos, determinándose en cada caso la cantidad de 2,4,6TCA acumulada. Los resultados obtenidos se representan en la figura 2.10. De la observación de esta gráfica se deduce que en las condiciones del ensayo el enzima mantiene su actividad durante las cuatro primeras horas de incubación de una manera casi lineal. Se trata de un aspecto llamativo puesto que no es normal que en una mezcla de reacción un enzima sea activa por un periodo de tiempo tan prolon- Tabla 2.7. Efecto de diferentes compuestos sobre la actividad enzimática 2,4,6-TCP metiltransferasa. REACCIÓN Normal - SAM - 2,4,6-TCP + MTHF + EDTA + MTHF + EDTA + β-Mercaptoetanol + L-Cisteína + DTT + PMSF + DTT + PMSF + Glicerol CONCENTRACIÓN (MM) ACTIVIDAD ESPECÍFICA a ACTIVIDAD RELATIVA (%)b -0 0 1 1 1+1 1 1 1 1 1+1 1085.7 (10% p/v) 11.71 0 0 13.97 10.01 11.95 9.81 10.25 10.62 9.31 17.22 15.91 100 0 0 119.3 85.5 102.0 83.8 87.5 90.7 85.2 147.0 135.9 a La actividad específica se expresa como picomoles de producto formados por minuto por mg de proteína. Los valores mostrados son la media de dos experimentos independientes realizados por duplicado. Las variaciones detectadas en todos los casos fueron menores del 10%. b Arbitrariamente se atribuyó el valor de 100 a la actividad de una reacción enzimática normal sin ningún aditivo. La actividad metiltransferasa se determinó según la metodología descrita por Coque et al., (2003). 2C.2.4.- Influencia de la concentración de los sustratos de reacción (2,4,6-TCP y SAM) sobre la actividad 2,4,6TCP metiltransferasa. Otros parámetros que tratamos de optimizar para mejorar el ensayo enzimático fueron la influencia de la concentración de los sustratos de reacción, 2,4,6-TCP y SAM sobre la actividad enzimática. Para ello realizamos dos series diferentes de reacciones: a).- reacciones en las que la concentración de 2,4,6-TCP en la mezcla de reacción variaba en el rango 0.04-4 MM, manteniéndose constante la concentración de SAM en un valor saturante de 2 MM. El resultado obtenido se resume en el panel A de la figura 2.11. Podemos apreciar como la máxima actividad se obtuvo para una concentración de sustrato 0.25 56 Anisoles y Brettanomyces MM, mientras que para valores superiores la actividad enzimática disminuía a valores de actividad relativa comprendidos entre el 41.6% y el 62.7%. Esta disminución del rendimiento de la reacción podría deberse a un fenómeno de inhibición por altas concentraciones de sustrato, como se indica también en el apartado 2C.6.4. b).- reacciones en las que la concentración de 2,4,6-TCP se mantuvo constante en 0.25 MM y variamos la concentración del donador de grupos metilo SAM para valores comprendidos entre 0.25-2.5 mM. Los resultados obtenidos (panel B de la figura 2.11) sugieren que la actividad enzimática aumenta cuando se incrementa la concentración de SAM, hasta alcanzar el máximo de actividad para una concentración 2 MM. En el ensayo decidimos, por una pura cuestión Figura 2.9. Efecto del pH (A) y la temperatura (B) sobre la actividad 2,4,6-TCP metiltransferasa. Los resultados mostrados corresponden a la media de los valores obtenidos en tres experimentos independientes realizados por duplicado. La actividad metiltransferasa se determinó según la metodología descrita por Coque et al., (2003). Figura 2.11. Efecto de la concentración de 2,4,6-TCP y SAM sobre la actividad 2,4,6-TCP metiltransferasa. Figura 2.10. Formación de 2,4,6-TCA por extractos acelulares de T. longibrachiatum a lo largo del tiempo. Los resultados mostrados son la media de tres experimentos independientes realizados por duplicado. económica, utilizar una concentración 1 mM de SAM, a pesar de que la actividad enzimática detectada era aproximadamente un 36.75% menor. Una vez analizados estos parámetros realizamos en paralelo dos tipos diferentes de reacciones enzimáticas: a).- reacciones según el ensayo inicialmente descrito por Neilson y colaboradores (1988) para una metiltransferasa bacteriana. b).- reacciones en las cuales se modificaron varios parámetros, de acuerdo a los resultados descritos anteriormente de pH y temperatura óptimas, influencia de distintos componentes en la mezcla de reacción, tiempo de reacción y concentración de sustratos, a fin de optimizar la reacción enzimática. Un resumen de las condiciones iniciales de reacción y todas las mejoras y modificaciones realizadas en el ensayo enzimático se recogen en la tabla 2.8. Las mejoras obtenidas en el ensayo enzimático nos permitieron aumentar de manera muy notable el nivel de actividad enzimática detectada, como se pone de manifiesto en la figura 2.12. Informe Técnico 57 ORIGEN Y BIOSÍNTESIS DE TCA EN EL CORCHO Tabla 2.8. Cambios realizados a fin de optimizar el ensayo enzimático de la actividad 2,4,6-TCP metiltransferasa (la actividad se valoró según la metodología descrita por Coque et al., (2003). REACCIÓN MEJORADACOQUE ET AL., (2003) REACCIÓN INICIAL BASADA EN EL ENSAYO DESCRITOPOR NEILSON ET AL., (1988) * * * * * * * * Tampón fosfato 100 mM pH 7.0 MgCl2 1 mM EDTA 1 mM MTHF 0.04 mM 2,4,6-TCP 0.06 mM SAM 0.1 mM Temperatura de reacción: 30ºC Tiempo de reacción: 1 hora+ Glicerol Obsérvese la ausencia de actividad cuando el ensayo de reacción no incluía SAM (panel A), la débil actividad detectada con el ensayo descrito por Neilson et al., (1988) (panel B) y la mejora considerable de actividad detectada con el ensayo optimizado en este trabajo (panel C), que * * * * * * * * * * * Tris 50 mM pH 8.2 MgCl2 1 mM No EDTA No MTHF 2,4,6-TCP 0.25 mM SAM 1 mM Temperatura de reacción: 28ºC Tiempo de reacción: 3 horas DTT 1 mM PMSF 1 mM Glicerol 10% (p/v) nos permitió pasar de una actividad específica de 108.7 pmoles minuto-1 mg de proteína-1 en el panel B, a una actividad específica en el panel C de 523.2 pmoles minuto-1 mg de proteína-1, lo que supuso una mejora de un 381.3%. Figura 2.12. Optimización del ensayo de reacción para la actividad 2,4,6-TCP metiltransferasa. (A) Reacción negativa sin SAM; (B) Reacción realizada de acuerdo con el ensayo desarrollado por Neilson et al., (1988). (C) Reacción optimizada realizada según las condiciones indicadas en la tabla 2.8. 58 Anisoles y Brettanomyces 2C.3.- Estudios previos a la purificación de la actividad 2,4,6-TCP metiltransferasa. 2C.3.1.- Precipitación con sulfato amónico. La precipitación con sulfato amónico es una técnica usada rutinariamente en la purificación de proteínas, generalmente como paso inicial del proceso. A veces también se utiliza para precipitar y concentrar las proteínas presentes en una mezcla. En nuestro caso varios experimentos de precipitación de las proteínas presentes en un extracto crudo libre de células de T. longibrachiatum, con distintos porcentajes de sulfato amónico, nos permitieron obtener las siguientes conclusiones: - La actividad enzimática se repar tía como sigue: un 0% en la fracción correspondiente a un porcentaje de sal del 0-40%; un 32.1% en la fracción 40-60%; un 66.8% en la fracción 60-80% y sólo el 1.1% en la fracción 80-100%. - El 93.4% de la actividad precipitaba con un porcentaje de sal del 50-75%, mientras que en la fracción correspondiente a un porcentaje de saturación 75100% se detectó únicamente el 6.6% de la actividad restante. - Estos estudios mostraron que concentraciones elevadas de sulfato amónico tenían un fuer te efecto inhibidor sobre la actividad metiltransferasa: la actividad detectada tras el fraccionamiento por precipitación nunca era superior al 10% de la actividad inicialmente presente en el extracto. La actividad, además, no se recuperaba aunque el sulfato amónico se eliminase por diálisis prolongada o por desalado en una columna de Sephadex G-25. 2C.3.2.- Interacción de la actividad 2,4,6-TCP metiltransferasa con columnas de interacción hidrofóbica. Para comprobar la interacción de la actividad 2,4,6TCP metiltransferasa por interacción hidrofóbica con varias resinas utilizamos el HiTrap HIC Selection Kit (Amersham Pharmacia Biotech). A fin de favorecer la interacción del enzima con cada resina se ensayaron tres condiciones salinas diferentes: NaCl 3.5 M, tampón fosfato 1.5 M y Na2SO4 0.5 M. El uso de tampón fosfato se desechó porque a la temperatura de trabajo de 4ºC se producía precipitación proteica e indicios de precipitación salina. De manera similar el uso de Na2SO4 se descar tó porque a 4ºC precipitaba en grandes cantidades y tenía un efecto inhibitorio de la actividad. Por tanto, la sal elegida fue el NaCl que no planteaba ningún problema de precipitación o inhibición de la actividad. El compor tamiento de las diferentes columnas del kit se indica en la tabla 2.9. Como podemos ver la columna HiTrap Phenyl HP fue la que mostró un mejor compor tamiento y por tanto la elegida para su uso en el proceso de purificación. 2C.3.3.- Interacción de la actividad 2,4,6-TCP metiltransferasa con columnas de intercambio iónico. Para comprobar la interacción de la actividad 2,4,6TCP metiltransferasa con varias resinas por intercambio iónico utilizamos el HiTrap IEX Selection Kit (Amersham Pharmacia Biotech). El tampón utilizado para ensayar la interacción con resinas de intercambio aniónico fue Tris-HCl 50 mM (pH 8.0), mientras que en el caso de intercambio catiónico utilizamos un tampón fosfato 50 mM (pH 6.8). El compor tamiento de las diferentes columnas del kit se indica en la tabla 2.9. Podemos apreciar como la metiltransferasa no se unía a los intercambiadores catiónicos. Entre los intercambiadores aniónicos, los que mostraron un mejor compor tamiento fueron el HiTrap DEAE FF (intercambiador débil) y el HiTrap Q FF (intercambiador fuer te) por lo que se seleccionaron para su uso en el proceso de purificación. 2C.3.4.- Estudio de la interacción de la actividad 2,4,6TCP metiltransferasa con matrices cromatográficas por afinidad o pseudoafinidad. Las técnicas cromatográficas de afinidad y pseudoafinidad son muy útiles para purificar proteínas ya que tienen la ventaja de permitir un alto grado de purificación en un único paso. Así, metiltransferasas de hojas de Wollastonia biflora (James et al., 1995) y de Brassica oleracea (Attieh et al., 1995) han sido purificadas gracias al uso de resinas de AMP-agarosa. Se trata de una técnica de pseudoafinidad basada en el parecido estructural que existe entre el AMP y la molécula de SAM. En nuestro caso intentamos dos estrategias diferentes para intentar purificar la metiltransferasa: a).- una cromatografía de pseudoafinidad a una matriz de AMP-agarosa. Desafor tunadamente todos los intentos realizados fueron negativos y aunque se repitieron varias veces en distintas condiciones (variando la fuerza iónica y el pH, inclusión o no de glicerol en el tampón, etc.) el resultado siempre fue el mismo: la actividad 2,4,6-TCP metiltransferasa no era retenida por ninguna de las dos matrices empleadas. Este resultado se puede considerar como normal, ya que de hecho, sólo un pequeño porcentaje de metiltransferasas interaccionan con matrices de AMP-agarosa (James et al., 1995). b).- una cromatografía de afinidad sobre una resina Informe Técnico 59 ORIGEN Y BIOSÍNTESIS DE TCA EN EL CORCHO Tabla 2.9. Interacción de la actividad enzimática 2,4,6-TCP metiltransferasa con varias columnas cromatográficas de interacción hidrofóbica e intercambio iónico. 1.2.3.4.5.- HiTrap Phenyl FF (high sub) HiTrap Phenyl FF (low sub) HiTrap Phenyl HP HiTrap Butyl FF Hitrap Octyl FF Aa +++b +++ +++ +++ +++ B +/- C - D + ++ +++ + ++ aniónico 1.2.3.4.- HiTrap HiTrap HiTrap HiTrap +++ +++ +++ +++ - - +++ +++ + ++ 5.- HiTrap CM FF 6.- HiTrap SP FF 7.- HiTrap SP XL +++ +++ +++ +++ +++ +++ - - Columnas de interacción hidrofóbica Columnas de intercambio ióni- NIVEL RELATIVO DE ACTIVIDAD 2,4,6-TCP METILTRANSFERASA DETECTADO EN CADA FRACCIÓN: catiónico COLUMNA DEAE FF Q FF ANX FF Q XL a Fracciones ensayadas: extracto crudo (A); fracción no unida a la columna (B); lavado de la columna (C); eluído (D). b Nivel relativo de actividad 2,4,6-TCP metiltransferasa: actividad detectada superior al 90% (+++); actividad detectada entre el 60-90% (++); actividad detectada entre el 30-60% (+); actividad detectada inferior al 30% (+/-); actividad no detectada (-). En cuanto a la columna de 2,4,6-TCPsefarosa creemos que la inmovilización del sustrato 2,4,6-TCP a través de su grupo hidroxilo reactivo puede suponer un impedimento a la interacción del sustrato con el enzima, ya que es obvio que para que tenga lugar el proceso catalítico, y posiblemente también el reconocimiento del sustrato, el grupo hidroxilo debe estar libre. 2C.3.5.- Estabilidad a 4ºC y -20ºC. El conocimiento del grado de estabilidad del enzima 2,4,6-TCP metiltransferasa a 4ºC era de interés, ya que todo el proceso de purificación se realizaría a dicha temperatura. El estudio se llevó a cabo con una preparación proteica semipurificada, correspondiente al paso 4 del proceso de purificación (columna DEAE FF. Ver apar tado 2C.4.4). La muestra en tampón A [Tris-HCl 50 mM (pH 8.0), MgCl2 2 mM] se suplementó con varias sustancias: glicerol al 10% (p/v), DTT 1 mM y 60 Anisoles y Brettanomyces Figura 2.13. Estabilidad a 4ºC del enzima 2,4,6-TCP metiltransferasa en tampón A (pH 8.0) suplementado con distintos compuestos. Los resultados mostrados son la media de medidas realizadas por duplicado en dos experimentos independientes. La actividad metiltransferasa se determinó según la metodología descrita por Coque et al., (2003). SAM 0.1 mM, solas o en combinación y a continuación se mantuvo a 4ºC hasta un máximo de 15 días. Los resultados obtenidos se pueden apreciar en la figura 2.13. El enzima mostró en tampón A una estabilidad pobre (vida media de 50 horas): tras cuatro días de incubación a 4ºC sólo retenía el 26.9% de la actividad inicial y únicamente el 6.6% cuando la incubación se prolongó a 15 días. Este comportamiento no mejoró significativamente por la inclusión de un 10% de glicerol (p/v) en el tampón. La estabilidad aumentó por la adición de SAM (0.1 mM): el enzima retenía el 24.7% de actividad el día 15 y su vida media aumentó hasta las 170 horas. Fue, sin embargo, el DTT (1 mM) el compuesto que produjo un efecto más notable: el enzima retenía el cuarto día el 100% de actividad y en torno al 60.1% el día 15, siendo su vida media de 290 horas. Por ello, en todos los pasos de purificación se procedió a incluir DTT 1 mM a las preparaciones proteicas. El estudio de estabilidad del enzima a -20ºC se realizó en el mismo tampón A conteniendo glicerol al 10% (p/v): el enzima retenía más del 85% de actividad tras 6 meses de congelación. Por otro lado, cuando el enzima fue sometida a cuatro ciclos de congelaciones y descongelaciones sucesivas experimentó una pérdida de actividad de aproximadamente el 35%. Finalmente, indicar que el enzima mostró una alta inestabilidad tras el último paso de purificación (filtración en gel en Superdex 200. Ver apartado 2C.4.6): su vida media a 4ºC en tampón A conteniendo DTT decayó a 20 horas y la actividad se perdía casi completamente tras congelación de las preparaciones a -20ºC. 2C.4.1.- Paso 1. Obtención de extractos enzimáticos acelulares. El primer paso del proceso de purificación se realizó a partir de 6.0 gramos de micelio inducido con 2,4,6-TCP. A partir de dicho micelio se obtuvo por sonicación un extracto crudo que fue filtrado en columnas PD-10 (G-25) a fin de eliminar pequeñas moléculas, especialmente trazas de 2,4,6-TCP y 2,4,6-TCA que pudieran interferir en los ensayos de valoración enzimática. Tras dicha filtración obtuvimos un total de 20 ml de extracto crudo que contenía 480.89 mg de proteína (aproximadamente 24.04 mg de proteína por ml de cultivo) y una actividad total de 1189.65 pmoles min-1. 2C.4.2.- Paso 2. Cromatografía de interacción hidrofóbica en una columna Resource PHE. El segundo paso del proceso de purificación fue una cromatografía de interacción hidrofóbica en columna Resource PHE que nos permitió captar la mayor parte de la actividad presente en el extracto. De hecho el rendimiento de este paso fue del 80.95%. La actividad, unida a la columna en condiciones de alta fuerza iónica (3.5 M de NaCl), se liberó a continuación usando un gradiente decreciente de NaCl, eluyendo la metiltransferasa en el intervalo 1.26-0 M de NaCl (ver figura 2.15). Este paso fue realmente el más efectivo de todo el proceso de purificación: sólo una pequeña fracción de las prote- 2C.3.6. Estabilidad a 42ºC. También se ensayó la estabilidad del enzima a 42ºC: la preparación proteica en tampón A suplementado con DTT 1 mM, se incubó a esa temperatura, retirando muestras a distintos intervalos en las que valoramos la actividad metiltransferasa a 28ºC. Los resultados obtenidos se recogen en la figura 2.14. El enzima mostró una baja tolerancia a la incubación a 42ºC. De hecho tras 15 minutos de exposición el enzima retenía sólo el 45.7% (±5.8) de actividad; para incubaciones de 60 minutos la actividad disminuyó hasta el 8.4% (±2.3) y hasta el 4.6% (±1.8) para prolongaciones de 240 minutos. 2C.4.- Purificación de la actividad 2,4,6-TCP metiltransferasa. Los resultados de aplicar técnicas convencionales para la purificación a homogeneidad de la actividad 2,4,6-TCP metiltransferasa se resumen en la tabla 2.10. El enzima se purificó 222.67 veces hasta una aparente homogeneidad, obteniéndose una preparación de una actividad específica de 550.00 pmoles minuto-1 mg de proteína-1. El rendimiento del proceso fue del 0.92%. Figura 2.14. Estabilidad a 4ºC del enzima 2,4,6-TCP metiltransferasa en tampón A (pH 8.0) suplementado con distintos compuestos. Los resultados mostrados son la media de medidas realizadas por duplicado en dos experimentos independientes. La actividad metiltransferasa se determinó según la metodología descrita por Coque et al., (2003). Informe Técnico 61 ORIGEN Y BIOSÍNTESIS DE TCA EN EL CORCHO Tabla 2.10. Etapas en la purificación de la actividad 2,4,6-TCP metiltransferasa de T. longibrachiatum. ETAPA DE PURIFICACIÓN 1.2.3.4.5.6.- ACTIVIDAD TOTAL PROTEÍNA TOTAL (pmoles min-1) (mg) Extracto crudo Resource PHE Ultrafiltración HiTrap DEAE Resource Q Superdex 200 1189.65 963.12 667.37 289.40 75.31 11.00 480.89 33.67 18.89 5.18 0.81 0.02 ACTIVIDAD RENDIMIENTO PURIFICACIÓN (%) (veces) ESPECÍFICA (pmoles min-1 mg de proteína-1) 2.47 28.60 35.32 55.87 92.97 550.00 100.00 80.95 56.10 24.33 6.33 0.92 1 11.58 14.30 22.62 37.64 222.67 2C.4.3.- Paso 3. Ultrafiltración. Posteriormente las fracciones activas de la columna Resource PHE (20 ml) se concentraron por ultrafiltración en un Vivaspin 6 (con una membrana de polietersulfona de baja adsorción de proteínas) con límite de exclusión molecular de 50.000 Da. Este paso nos permitió eliminar una buena cantidad de proteína (especialmente de tamaños nativos menores de 50.000 Da), obteniéndose una muestra purificada 14.3 veces con una actividad total de 667.37 pmoles min-1. Fig. 2.15. Comportamiento de la actividad 2,4,6-TCP metiltransferasa en una columna de interacción hidrofóbica Resource PHE. ínas del extracto crudo fueron retenidas en la columna, 2C.4.4.- Paso 4. Cromatografía de intercambio aniónico en columna HiTrap DEAE FF. La muestra se sometió luego a un intercambio aniónico débil (DEAE FF) a pH 8. La actividad se eluyó de la columna utilizando un gradiente discontinuo de NaCl, detectándose actividad en las fracciones que eluían en el intervalo 40 a 125 mM de NaCl (máxima actividad a 75 mM), como podemos apreciar en la figura 2.16. Este paso, aunque con una pérdida alta de actividad, nos permitió obtener una preparación purificada 22.62 veces con una actividad total de 289.40 pmoles min-1. 2C.4.5.- Paso 5. Cromatografía de intercambio aniónico en columna Resource Q. El comportamiento de la actividad enzimática en una columna del intercambiador aniónico fuerte Resource Q a pH 8.2 se representa en la figura 2.17: la actividad eluía en un rango muy estrecho de concentración de NaCl 25-65 mM (máximo alrededor de 45 mM). Este paso nos permitió obtener una muestra purificada 37.63 veces, aunque el rendimiento del proceso decayó considerablemente al 6.33% (equivalente a una actividad total de 75.31 pmoles min-1). Fig. 2.16. Comportamiento de la actividad 2,4,6-TCP metiltransferasa en una columna de interacción aniónico HiTrap DEAE FF. 62 Anisoles y Brettanomyces 2C.4.6.- Paso 6. Cromatografía de gel filtración en columna Superdex 200. El último paso del proceso de purificación fue una cromatografía de filtración en gel en una columna Superdex 200 que fracciona proteínas cuyo peso molecular se sitúa entre 10.000 y 600.000 Da. Aunque el rendimiento obtenido en este paso bajó hasta el 0.92% y la actividad total recuperada fue de 11.00 pmoles min-1, se trató de una técnica efectiva, ya que nos permitió obtener una preparación en la que la metiltransferasa eluía en un pico bien definido (ver figura 2.18) que correspondía al enzima purificada aparentemente a homogeneidad (el enzima había sido purificada 222.67 veces). El análisis en geles desnaturalizantes de poliacrilamida (SDS-PAGE) de las fracciones correspondientes al pico en el que detectamos actividad nos permitió detectar una única Fig. 2.17. Comportamiento de la actividad 2,4,6-TCP metiltransferasa en una columna de intercambio aniónico Resource Q. banda del tamaño esperado (52.500 Da) Fig. 2.19. SDS-PAGE del enzima 2,4,6-TCP metiltransferasa obtenida tras el último paso de purificación (Superdex 200). Carrill 1: marcadores de peso molecular; carril 2: enzima purificada. Fig. 2.18. Comportamiento de la actividad 2,4,6-TCP metiltransferasa en una columna de filtración en gel Superdex 200. banda proteica, que correspondía a un tamaño molecular de 52.500 Da (ver figura 2.19.) 2C.5.- Identificación del enzima 2,4,6-TCP metiltransferasa por fotomarcaje con sustratos radiactivos. Algunas metiltransferasas han podido identificarse mediante fotomarcaje (cross-linking inducido por luz ultravioleta) utilizando un sustrato radiactivo (Som et al., 1990; Ruíz et al., 1998). En nuestro caso utilizamos dos sustratos diferentes: - SAM[metil-3H]. En las fracciones correspondientes a los pasos finales 4, 5 y 6 del proceso de purificación detectamos una proteína de un peso molecular aproximado de 52.000 Da, que coincidía en tamaño con el enzima purificada, y que era marcada débilmente con SAM tritiada (figura 2.20). La reacción de fotomarcaje era inhibida cuando la muestra se preincubaba durante 10 minutos con SAHC 1 mM (compárense los carriles 3 y 4 de la figura), lo que indica la especificidad del fotomarcaje. - La utilización de 2,4,5-TCP [UL-14C] en los experimentos de fotomarcaje resultó insatisfactoria, debido al alto número de bandas que se marcaban, incluso en muestras correspondientes a los pasos 4 y 5 del proceso de purificación (datos no mostrados). Ello podría deberse a la gran reactividad del grupo hidroxilo de los clorofenoles (responsable de su alta toxicidad), el cual reaccionaría de manera inespecífica con una gran cantidad de proteínas. No obstante una se marcaba con una intensidad ligeramente superior al resto (datos no mostrados). Figura 2.20. Detección de la 2,4,6-TCP metiltransferasa (indicada por una flecha) por fotomarcaje con SAM[metil-3H]. Carriles 1 y 2: tinción con Azul Brillante de Coomasie de marcadores de peso molecular (carril 1) y mezcla de las fracciones activas del paso 4 del proceso de purificación -columna DEAE FF(carril 2). Carriles 3 y 4: reacciones de fotomarcaje de la muestra proteica en ausencia (carril 3) y presencia (carril 4) de SAHC. También se detectó fotomarcaje del enzima purificada y en una mezcla proteica de las fracciones activas de la columna ResourceQ (datos no mostrados). Informe Técnico 63 ORIGEN Y BIOSÍNTESIS DE TCA EN EL CORCHO 2C.6.- Caracterización de la actividad enzimática 2,4,6-TCP metiltransferasa. La purificación de la actividad 2,4,6-TCP metiltransferasa nos permitió abordar una serie de estudios que requieren un alto grado de pureza de la preparación proteica. La mayor parte de los estudios que se indican a continuación (a excepción de la determinación del peso molecular nativo) se llevaron a cabo con una preparación proteica semipurificada Tabla 2.11.Efecto de tioles y otros compuestos, así como diferentes cationes sobre la actividad 2,4,6-TCP metiltransferasa de T. longibrachiatum COMPUESTO AÑADIDOa CONCENTRACIÓN FINAL (MM) ACTIVIDAD RELATIVA (%)b CATIÓN AÑADIDOa Ninguno MTHF Glicerol b-mercaptoetanol DTT L-Cys Tioglicolato PMSF PMSF + DTT -1 1085.7 (10% p/v) 1 1 1 1 1 1+1 100 122.5 121.7 104.8 96.7 91.5 102.5 80.6 142.5 Ca2+ Cu2+ Fe2+ Hg2+ Mg2+ Zn2+ Ag+ Cs+ Li+ NH4+ CONCENTRACIÓN ACTIVIDAD FINAL (MM) RELATIVA (%)b 1 1 1 0.1 1 0.1 1 1 1 1 84.5 3.8 82.0 3.75 96.8 18.2 5.9 84.6 100.9 84.1 correspondiente al paso 5 del proceso de purificación (columna Resource Q). 2C.6.1.- Efecto de tioles y otros compuestos. El efecto de varios tioles (β-mercaptoetanol, DTT, L-Cys y ácido tioglicólico) y otros compuestos como el glicerol, el cofactor de metiltransferasas metiltetrahidrofolato (MTHF) o el reactivo para residuos de Cys y Ser PMSF se recoge en la tabla 2.11. La adición de glicerol o MTHF a la mezcla de reacción produjo un ligero incremento en la actividad (como ya vimos en el apartado 2C.2.1). a La preparación enzimática en Tris-HCl 50 mM (pH 8.0) se preincubó con cada compuesto o catión durante 10 minutos a 4ºC antes de añadir el resto de los componentes de la reacción. b Los valores de actividad relativa mostrados resultan de asignar a la reacción sin aditivos el valor de actividad 100. Los datos mostrados son la media de muestras ensayadas por duplicado en dos experimentos independientes. Por el contrario, los distintos tíoles ensayados no mostraron un claro efecto inhibidor ni estimulante del proceso catalítico. Sin embargo, la adición conjunta de PMSF y DTT producía de manera repetida un claro incremento del 42.5% de la actividad metiltransferasa. Resultados similares se obtuvieron con extractos crudos (apartado 2C.2.1). 2C.6.2.- Efecto de iones metálicos. Con frecuencia las metiltransferasas, sobre todo de plantas y animales, exhiben su máxima actividad en presencia de un cation bivalente como el Mg2+, mientras que otros como el Hg2+ pueden tener un claro efecto inhibitorio (Poulton, 1981). El efecto de varios cationes mono y divalentes comúnmente utilizados en este tipo de estudios, sobre la actividad 2,4,6-TCP metiltransferasa se recoge en la tabla 2.11. La preparación enzimática en Tris-HCl 50 mM (pH 8.2) 64 Anisoles y Brettanomyces se preincubó con cada ión durante 10 minutos a 4ºC, antes de la adición del resto de los componentes de reacción Ninguno de los cationes, ni siquiera el Mg2+, mostró un claro efecto estimulatorio, lo que permite concluir que la actividad 2,4,6-TCP metiltransferasa no presenta requerimientos por cationes. Por el contrario, los cationes Hg2+ y Zn2+ (0.1 mM) y Cu2+ y Ag 1+ (1 mM), ejercieron un fuerte efecto inhibitorio. 2C.6.3.- Efecto de varios inhibidores de metiltransferasas. Cálculo de Ki para SAHC. La búsqueda de inhibidores se limitó a una serie de compuestos que con frecuencia actúan como tales para las metiltransferasas dependientes de SAM. Entre ellos podemos citar tres tipos fundamentales: en priFigura 2.21. Representación de LineweaverBurk para determinar el efecto inhibitorio de la SAHC sobre la actividad 2,4,6TCP metiltransferasa. Tabla 2.12. Inhibición de la 2,4,6-TCP metiltransferasa por varios compuestos. INHIBIDOR (1 MM) Ninguno Iodoacetamida N-etilmaleimida p-cloro-mercuriobenzoato EDTA S-adenosilhomocisteína INHIBICIÓN (%)a 0 18.3 ± 2.9 16.5 ± 1.9 45.2 ± 6.6 5.8 ± 0.3 87.1 ± 5.6 la influencia en la velocidad de reacción de diferentes concentraciones de SAM (100, 150, 250, 350, 450 y 600 MM) para cuatro cantidades constantes de 2,4,6-TCP (100, 150, 200 y 300 MM). La representación gráfica generó varias líneas rectas que se cortaban en el segundo cuadrante, en un punto que corres- a Los datos mostrados son la media de tres experimentos independientes por duplicado. mer lugar reactivos de grupos tiol como la iodoacetamida, la N-etilmaleimida o el ácido p-cloro-mercuriobenzoico; en segundo lugar quelantes catiónicos, como el EDTA y finalmente inhibidores competitivos como la S-adenosilhomocisteína (SAHC). De hecho una de las características más notables de las metiltransferasas que utilizan SAM como donador de grupos metilo es el fuerte efecto inhibitorio que el producto desmetilado, SAHC, ejerce sobre ellas (Poulton, 1981). El efecto de todos estos compuestos sobre la actividad se refleja en la tabla 2.12. En primer lugar podemos apreciar como entre los reactivos de grupos tiol únicamente el p-cloro-mercuriobenzoato mostró un claro efecto inhibitorio. Por el contrario, el EDTA no se comportó como inhibidor, de acuerdo con las observaciones realizadas en el apartado anterior que indicaban la ausencia de un requerimiento de cationes para la actividad enzimática. Finalmente y como era de esperar la SAHC mostró un claro efecto inhibidor. A fin de determinar el tipo de inhibición así como la constante de inhibición (Ki) se recurrió a una representación gráfica de Lineweaver-Burk. El efecto de la SAHC (a una concentración 400 mM) sobre la actividad enzimática se analizó para una concentración constante de 2,4,6-TCP (200 MM) y concentraciones variables de SAM (100, 150, 250, 350 y 400 MM). La gráfica obtenida (figura 2.21) confirmaba que la SAHC se comporta como un inhibidor competitivo de la metiltransferasa, ya que se obtenían dos líneas rectas que se cortaban en el eje de ordenadas en un punto de valor 1/Vmax. El valor deducido de Ki fue de 378.84 MM. 2C.6.4. Análisis cinético: cálculo de los valores de Km. La 2,4,6-TCP metiltransferasa es una típica enzima bisustrato en la que intervienen el 2,4,6-TCP como sustrato aceptor y la SAM como sustrato donador del grupo metilo. Los valores de Km se determinaron, recurriendo a la representación de Lineweaver-Burk (figura 2.22). En primer lugar medimos Figura 2.22. Representación de Lineweaver-Burk para determinar el tipo de reacción bisustrato y los valores de Km para los sustratos SAM (A) y 2,4,6-TCP (B) del enzima 2,4,6-TCP metiltransferasa. pondía a una Km para el sustrato donador SAM de 284.1 MM (figura 2.22, panel A). Análogamente una Km de 136.0 MM se dedujo para el sustrato aceptor, o 2,4,6-TCP, de la representación (figura 2.22, panel B) de los valores de velocidad de reacción que se obtuvieron para concentraciones variables de 2,4,6-TCP de 50, 100, 150, 200, 250 y 300 MM respecto de cuatro concentraciones constantes de SAM (100, 200, 300 y 400 MM). En ambos casos comprobamos como el uso de concentraciones de 2,4,6-TCP superiores a 300 mM provocaban una pérdida de la linealidad de los resultados, lo cual sugiere un fenómeno de inhibición por altas concentraciones de sustrato. Una conclusión similar se deduce de los resultados del apartado 2C.2.4. Como en el caso anterior, se obtuvieron una serie de rectas que se cortaban en un punto del segundo cuadrante. La gráfica obtenida es típica de enzimas bisustrato que presentan Informe Técnico 65 ORIGEN Y BIOSÍNTESIS DE TCA EN EL CORCHO un mecanismo de reacción secuencial al azar. Esto es, el enzima tiene en su centro catalítico dos centros de unión, uno para cada sustrato. Ambos centros, además no son independientes, puesto que la unión de un sustrato va a favorecer la unión del otro, de tal manera que en el transcurso de la reacción los sustratos pueden unirse al enzima de manera alternativa en cualquier orden. 2C.6.5. Determinación del tamaño molecular de la proteína nativa. Como se ha indicado anteriormente en el apartado 2C.4, el análisis en geles de poliacrilamida de la proteína purificada nos permitió estimar un tamaño molecular de unos 52.500 Da para su forma desnaturalizada. Para calcular el tamaño de la forma nativa recurrimos a la cromatografía de filtración en gel, utilizando una preparación proteica correspondiente a la quinta etapa del proceso de purificación (columna Resource Q). Un estudio previo nos había permitido determinar que la actividad enzimática eluía en el volumen muerto en una columna Superdex 75 HR 10/30 (Amersham Pharmacia Biotech), que tiene un rango efectivo de fraccionamiento de 3.000 a 70.000 Da y un límite de exclusión de 100.000 Da para proteínas globulares, lo que obviamente sugería que el enzima presentaba un tamaño mayor al del límite de exclusión de dicha columna. Por tanto utilizamos una columna Superdex 200 HR 10/30, que tiene un límite de exclusión para proteínas globulares de 1.300.000 Da y un rango efectivo de fraccionamiento de 10.000 a 600.000 Da. La columna, en las mismas condiciones en que se realizó el ensayo, había sido previamente calibrada con varias proteínas globulares de peso molecular conocido: tiroglobulina (669.000 Da), ferritina (440.000 Da), aldolasa (158.000 Da), albúmina sérica bovina (67.000 Da) y anhidrasa carbónica (29.000 Da). Con los valores de Kav Figura 2.23. Determinación del tamaño molecular del enzima 2,4,6-TCP metiltransferasa por filtración en gel en una columna Superdex 200 HR 10/30. El perfil de elución proteico de una mezcla de las fracciones activas del paso 5 del proceso del purificación (columna Resource Q) se muestra en negro, mientras que en azul se indica la detección de la actividad enzimática en las fracciones recogidas. La calibración de la columna (ver recuadro de la parte superior derecha de la figura) se realizó con varias proteínas de tamaños conocidos. obtenidos de los volúmenes de elución se construyó una representación gráfica frente a los logaritmos de los pesos moleculares correspondientes (ver recuadro pequeño de la figura 2.23). Como podemos ver en dicha figura la actividad 2,4,6-TCP 66 Anisoles y Brettanomyces metiltransferasa eluyó entre los picos correspondientes a la aldolasa y la albúmica sérica bovina, con un valor de Kav de 0.254, que correspondía a un peso molecular aproximado de 112.202 ± 2000 Da. El valor obtenido sugiere que en su forma nativa el enzima es un dímero, hecho por otro lado relativamente común para muchas metiltransferasas (Jeffers et al., 1997), aunque también es normal que puedan ser monomeros, dímeros o incluso tetrámeros (James et al., 1995; Dhar et al., 2000). 2C.6.6. Análisis de especifidad de sustratos de la actividad 2,4,6-TCP MT. Una vez purificada el enzima 2,4,6-TCP metiltransferasa realizamos un análisis sobre los posibles sustratos susceptibles de ser metilados por el enzima. Para ello elegimos una amplia variedad de alcoholes aromáticos y derivados, tanto halogenados como no halogenados, que se indican a continuación: -- Fenoles no halogenados como fenol, 1,2-dihidroxibenceno (catecol) y 2-metoxifenol (guayacol). -- Aldehídos aromáticos como el 3,4-dihidroxibenzaldehido y el 4-hidroxi-3-metoxibenzaldehído (vainillina). -- Ácidos benzoicos hidroxilados como el 4-hidroxi-3metoxibenzoico (ácido vainíllico), el 3-hidroxi-4-metoxibenzoico (ácido isovainíllico) y el ácido 3,4-dihidroxibenzoico -- Una amplia variedad de fenoles halogenados, sobre todo clorofenoles (mono, di, tri, tetra y pentaclorofenoles) y algunos otros fenoles halogenados con bromo, yodo y fluor. Los resultados obtenidos se resumen en la tabla 2.13, pudiéndose realizar el siguiente análisis: - La reacción es altamente específica para fenoles halogenados. De hecho el enzima no usa como sustratos alcoholes aromáticos no halogenados como el fenol, 2metoxifenol o el 1,2-dihidroxibenceno, benzaldehídos y derivados hidroxilados del ácido benzoico. - El sustrato metilado con mayor eficiencia fue el 2,4DCP, mientras que el nivel de metilación de otros DCPs disminuyó progresivamente para 2,3-DCP, 2,5-DCP, 2,6DCP y 3,4-DCP y no se detectó metilación del 3,5-DCP. - Entre los TCPs el mayor nivel de O metilación correspondió al 2,3,4-TCP, disminuyendo sucesivamente para 2,4,5-TCP, 2,4,6-TCP y 2,3,6-TCP. - El único TeCP biometilado fue el 2,3,4,5-TeCP, mientras que no se detectó el anisol correspondiente en el caso de los sustratos 2,3,4,6-TeCP y 2,3,5,6-TeCP. - Además el enzima puede metilar otros fenoles halogenados diferentes de los clorofenoles. De hecho se Tabla 2.13. Especificidad de sustratos del enzima 2,4,6-TCP metiltransferasa SUSTRATO Ácido 4-hidroxi-3-metoxibenzoico Ácido 3-hidroxi-4-metoxibenzoico Ácido 3,4-dihidroxibenzoico 2-Metoxifenol 1,2-Dihidroxibenceno 3,4-Dihidroxibenzaldehído 4-Hidroxi-3-metoxibenzaldehído Fenol 2-Clorofenol 3-Clorofenol 4-Clorofenol 2,3-Diclorofenol 2,4-Diclorofenol 2,5-Diclorofenol 2,6-Diclorofenol GRADO DE METILACIÓNa SUSTRATO GRADO DE METILACIÓNa 0 0 0 0 0 0 0 0 9.61 0 0 22.51 100.00 19.58 10.36 3,4-Diclorofenol 3,5-Diclorofenol 2,3,4-Triclorofenol 2,3,6-Triclorofenol 2,4,5-Triclorofenol 2,4,6-Triclorofenol 2,3,4,5-Tetraclorofenol 2,3,4,6-Tetraclorofenol 2,3,5,6-Tetraclorofenol Pentaclorofenol 2,4-Dibromofenol 2,4,6-Tribromofenol 2,4,6-Trifluorofenol 2,4,6-Triyodofenol 9.26 0 93.33 55.58 64.19 59.91 10.73 0 0 10.07 36.80 12.98 0 + (NC)b a Los datos mostrados son relativos respecto al sustrato metilado con más eficiencia (2,4-DCP), al que se le atribuyó un valor arbitrario de 100. Los valores son la media de dos experimentos independientes realizados por duplicado. La actividad metiltransferasa se determinó según la metodología descrita por Coque et al., (2003) pero variando en cada caso el sustrato de reacción. b El sustrato 2,4,6-TIP fue metilado pero la cuantificación del producto 2,4,6-TIA no fue posible por no estar comercialmente disponible. Informe Técnico 67 ORIGEN Y BIOSÍNTESIS DE TCA EN EL CORCHO detectó O metilación de bromofenoles como el 2,4-DBrP y el 2,3,4-TBrP, además de fenoles yodados (2,4,6-TIP). Curiosamente el derivado fluorado 2,4,6-TFP no fue metilado. En todos los casos el nivel de metilación detectado fue inferior al del clorofenol correspondiente, lo cual sugiere que el enzima tiene una mayor preferencia por el uso de clorofenoles. De estos datos parece deducirse que la halogenación de la posición dos (orto) parece ser importante para la actividad enzimática. Por otro lado, en clorofenoles con la posición dos (orto) ocupada y que tienen dos o más atomos de cloro, la introducción adicional de un átomo de cloro en la posición seis (orto) parece suponer un impedimento para la actividad enzimática. 3.- DISCUSIÓN GENERAL 3.1.- Caracterización de la microbiota asociada a muestras de corcho extremeño. La caracterización de las especies microbianas, especialmente fúngicas, que pueden ser aisladas a partir de muestras de corcho ha sido abordada por diversos autores (Davis et al. 1981; Lee y Simpson, 1993; Danesh et al.,1997). Algunos de estos trabajos se han realizado en España: así se ha caracterizado la microbiota de alcornoques y corcho de bosques catalanes (Codina et al., 1993; Calvo et al., 1993 y 1995; Calvo y Agut, 1996), o del Parque Nacional de los Alcornocales de Cádiz (Muñoz et al., 1996). Los géneros y especies identificados más representativos se han recopilado en la tabla 1.1. Estos trabajos nos muestran que la microbiota fúngica que podemos aislar de corcho es variable y está condicionada por la procedencia de las muestras, las condiciones ambientales y otros factores locales propios de la región origen de la muestra (Silva Pereira et al., 2000). Existen, sin embargo, una serie de especies que son aisladas de manera recurrente y que por tanto deberían ser consideradas como microorganismos saprófitos del corcho, ya que su presencia es casi universal, independientemente del origen de las muestras. Entre ellas podemos citar a Chrysonilia sitophila que es el hongo dominante durante la fase de crecimiento en bodega (Danesh et al., 1997; Silva Pereira et al., 2000a y 2000b), especies de Trichoderma como T. viride y T. longibrachiatum y varias especies del género Penicillium. En nuestro caso hemos aislado un total de 14 hongos filamentosos de los cuales 11 habían sido previamente descritos en corcho. Sin embargo, en nuestro trabajo hemos detectado por primera vez en corcho las especies Mortierella alpina, Penicillium citreonigrum y Verticillium psalliotae (Álvarez-Rodríguez et al., 2002a y 2003b). Del total de especies aisladas un total de 11 pudieron crecer de manera eficiente sobre corcho (ver tabla 2.5). 68 Anisoles y Brettanomyces Sin embargo, M. alpina, Mucor plumbeus y Penicillium decumbens no fueron capaces de crecer sobre granulado de corcho, lo que quizás sugiere que más que microorganismos saprófitos del corcho podrían ser considerados como contaminantes ocasionales de las muestras (Álvarez-Rodríguez et al., 2002a, 2003b y 2003c). En cuanto a la aparición de los aislados a lo largo de las distintas etapas de fabricación del tapón podemos destacar (ver tabla 2.4) como sólo las especies C. oxisporum, P. citreonigrum y T. longibrachiatum pudieron ser aisladas a lo largo de todo el proceso. Además, el tratamiento del tapón con S02, como método antimicrobiano, para prevenir el crecimiento de microorganismos durante el transporte y almacenamiento de los tapones es sólo parcialmente efectivo en el caso de los hongos filamentosos, puesto que pasamos de un total de siete especies detectadas en la muestra F (no tratada), a sólo tres en la muestra G, tras el tratamiento con este producto. A diferencia del elevado número de estudios analizando las poblaciones de hongos filamentosos asociadas a corcho, apenas si se han realizado intentos de aislar y caracterizar las levaduras presentes. Como consecuencia, de las ocho levaduras aisladas en este trabajo, todas excepto Sporidiobolus johnsonii, Aureobasidium sp. Y11 y Cryptococcus sp. Y1 han sido detectadas por primera vez a partir de corcho (Álvarez-Rodríguez et al., 2003a). En cuanto a las bacterias presentes en corcho, tradicionalmente se ha venido aceptando que su papel como microorganismos implicados en el cork taint es menos importante. Por ello en nuestro caso nos hemos centrado únicamente en la caracterización de aquellas con capacidad de degradación de ácido vainíllico. 3.2.- Mecanismo de formación de 2,4,6-TCA por hongos filamentosos creciendo directamente sobre corcho. De entre la amplia variedad de microorganismos que pudimos aislar de corcho los hongos filamentosos eran los candidatos más probables como agentes responsables del cork taint. Por ello este trabajo se ha centrado fundamentalmente en su análisis. 3.2.1.- Formación de 2,4,6-TCA por O metilación de 2,4,6-TCP. De todos los mecanismos posibles para la formación de 2,4,6-TCA propuestos por diferentes autores la O metilación de 2,4,6-TCP nos pareció el más probable. Para partir de esta hipótesis tuvimos en cuenta los trabajos previos de Cserjesi y Johnson (1972) que habían detectado biometilación de PCP por T. virgatum y los trabajos de Curtis et al., (1972, 1974) y Gee y Peel (1974) que habían detectado en pollos la presencia de 2,3,4,6-TeCA sintetizado a partir de 2,3,4,6-TeCP por varios hongos filamentosos. Otros autores han postulado que diferentes hongos filamentosos son los principales responsables de la producción de este com- puesto (Daly et al.,1984; Sponholz y Muno, 1994; Silva Pereira et al., 2000a), y apuntan a los géneros Penicillium y Trichoderma como los principales candidatos. Los resultados mostrados en la tabla 2.5 son de gran interés, ya que es la primera vez que se demuestra de manera concluyente que hongos filamentosos, creciendo directamente sobre corcho, pueden ser los responsables de la formación de 2,4,6-TCA y su acumulación en el tapón de corcho. Sorprendentemente un total de 11 de los 14 aislados (78.6%) mostraron capacidad, en mayor o menor medida, para sintetizar este compuesto. Ello sugiere que la O metilación de clorofenoles, en este caso 2,4,6-TCP, podría ser una reacción muy común en los hongos filamentosos. De hecho Gee y Peel (1974) apuntan que de 116 aislados de muestras de pollo un total de 68 podían producir 2,3,4,6-TeCA, porcentaje del 58.6% que es sensiblemente inferior al obtenido en nuestro caso. De manera llamativa, en nuestro estudio C. sitophila quedó incluido dentro del grupo de los moderados productores (eficiencia de bioconversión del 11.02%). Este resultado es de signo opuesto al apuntado por Silva Pereira et al., (2000b), que indican que este microorganismo exhibe una eficiencia de biometilacion del 2,4,6-TCP del 0.03%. Esta diferencia en los resultados obtenidos podría deberse a la diferente metodología empleada, o quizás a una distinta capacidad metabólica de las cepas empleadas en ambos estudios. 3.2.2.- Análisis de otros posibles mecanismos de formación de 2,4,6-TCA por T. longibrachiatum. Una vez establecido que un porcentaje elevado de los hongos filamentosos aislados podían producir 2,4,6-TCA decidimos elegir a T. longibrachiatum como microorganismo modelo de estudio. Para ello nos basamos en los siguientes hechos: a).- fue el hongo filamentoso que presentó un mayor nivel de bioconversión. b).- mostraba una buena capacidad de crecimiento sobre corcho. c).- se trata de un microorganismo para el que existen distintas técnicas de manipulación genética puestas a punto que podrían sernos de utilidad en un futuro. El análisis de otros posibles mecanismos para la formación de 2,4,6-TCA a partir de otros sustratos y por diferentes mecanismos fue negativo (ver tabla 2.6). Esto no es sorprendente si tenemos en cuenta los siguientes razonamientos: 1).- Parece improbable que el 2,4,6-TCA pueda originarse a partir del catabolismo de otros fenoles o anisoles altamente clorados como el PCP, PCA, hexaclorociclohexano, hexaclorobenceno, 2,3,4,6-TeCP o 2,3,4,6-TeCA como plantean diferentes autores (Maarse et al., 1989; Tanner et al., 1981; Neidlemann y Geigert, 1986; Nicholson et al, 1992; Mohn et al, 1992). Tengamos en cuenta que la degradación de clorofenoles es un proceso complejo en el que se originan intermediarios de tipo quinonas, como resultado de reacciones del tipo deshalogenación oxidativa (Bhasker Reddi et al., 1998 y 2000; Wieser et al., 1997; Xun, 1996 y Xun y Orser, 1991) que en ningún caso permiten explicar la aparición de 2,4,6-TCA como producto intermedio. 2).- Tampoco detectamos formación de 2,4,6-TCA por un mecanismo de síntesis endógena de fenol y posterior halogenación para dar lugar a 2,4,6-TCP que debería ser biometilado. Parece muy extraño que un microorganismo sintetice un compuesto tan tóxico como el fenol o el 2,4,6-TCP, con el elevado gasto energético que conlleva, para luego tener que detoxificarlo por un mecanismo de O metilación. 3).- El tratamiento de corcho con hipoclorito sódico en presencia de distintos compuestos susceptibles de ser clorados, como fenol, anisol o varios diclorofenoles (mecanismo propuesto por autores como Neidleman and Geigert, 1986; Sponholz y Muno, 1994 y Maujean et al., 1985) tampoco nos permitió detectar niveles apreciables de 2,4,6-TCA. 4).- La biometilación directa de 2,4,6-TCP fue el único mecanismo que permite explicar la formación de 2,4,6TCA. El uso como posible precursor de otros triclorofenoles también dio resultados negativos, lo cual es lógico porque la O metilación de 2,3,6-TCP debería producir 2,3,6-TCA y no se conoce ningún mecanismo que pueda explicar la transformación de éste a 2,4,6-TCA. Los resultados obtenidos, sin embargo, no nos permiten excluir la posibilidad de que el 2,4,6-TCA pueda ser sintetizado por alguno de estos mecanismos u otros, como resultado de la acción conjunta de dos o más microorganismos presentes en el corcho, en un típico ejemplo de cometabolismo. 3.3.- Análisis de la bioconversión en medio líquido de 2,4,6TCP por T. longibrachiatum. En un trabajo previo (Álvarez- Rodríguez, 2001) ya habíamos demostrado que T. longibrachiatum era capaz de biometilar aproximadamente un 35% de 2,4,6-TCP para dar lugar a 2,4,6-TCA, mientras que el resto de precursor desaparecía del cultivo líquido. 3.3.1.- O metilación del 2,4,6-TCP. El estudio realizado en medio líquido que se representa en la figura 2.5 confirmó que una parte del 2,4,6-TCP presente en el medio de cultivo era O metilado a 2,4,6-TCA. Este estudio nos permitió además extraer otra serie de conclusiones importantes: 1).- En ausencia de precursor no pudimos nunca detectar Informe Técnico 69 ORIGEN Y BIOSÍNTESIS DE TCA EN EL CORCHO 2,4,6-TCA, lo cual sugiere que no se sintetiza de manera endógena, como podemos también deducir de los resultados recogidos en la tabla 2.5. 2).- Se ha detectado una actividad enzimática 2,4,6-TCP metiltransferasa asociada a micelio que mostraba una cinética de expresión típica de enzimas inducibles. El análisis de la regulación de esta actividad enzimática por glucosa y amonio fue negativo (ver figura 2.6). De hecho los niveles de 2,4,6-TCA detectados en sobrenadantes de cultivo en todas las condiciones ensayadas fueron muy parecidos, oscilando el nivel de bioconversión en el rango 2939%. Este hecho es significativo si tenemos en cuenta que en el caso del basidiomiceto P. chrysosporium se ha observado formación de 2,4,6.-TCA y PCA, a partir de 2,4,6-TCP y PCP respectivamente, cuando el microorganismo crece en un medio que contiente amonio 12 mM (Bhasker Reddi et al., 1998 y 2000). Sin embargo, en ausencia de amonio el 2,4,6-TCP es mineralizado a CO2 y no se detectan niveles de 2,4,6-TCA, lo que sugiere la existencia de mecanismos regulatorios por fuente de carbono y nitrógeno que controlan la degradación de clorofenoles y lignina y la reacción de O metilación de estos compuestos en este hongo basidiomiceto. 3.3.2.- ¿Qué ocurre con el resto del 2,4,6-TCP que no es O metilado a 2,4,6-TCA?. La degradación de clorofenoles en condiciones aeróbicas es un fenómeno ampliamente estudiado tanto en hongos basidiomicetos (Bhasker Reddi et al., 1998 y 2000; Ullah et al., 2000; Leontievsky et al., 1997 y 2000) como en bacterias (Xun y Orser, 1991; Xun, 1996; Wieser et al., 1997). Sin embargo, no existen en la literatura trabajos sobre la degradación de estos compuestos por hongos filamentosos, a pesar de que como indican Gee y Peel (1974) un total de 99 de 116 aislados fúngicos de pollo podían metabolizar 2,3,4,6-TeCP. También Cserjesi y Johnson (1972) detectaron que T. virgatum podía metabolizar PCP. En este trabajo hemos detectado que T. longibrachiatum es capaz de biometilar del 29.2 al 39.5% del 2,4,6-TCP presente en el medio de cultivo, mientras que el resto del precursor desaparece totalmente (Álvarez-Rodríguez et al., 2002a y 2003c). Existen varias posibilidades para explicar este hecho: 1).- Puede que el 2,4,6-TCP sea fijado por el micelio del hongo. La extracción de éste con metanol y el posterior análisis por HPLC no permitieron detectar trazas de este compuesto, lo cual sugiere que no es esta la causa de su desaparición. 2).- Otra posibilidad es que el compuesto sea degradado totalmente hasta CO2 (mineralización). Sin embargo, estudios de mineralización de 2,4,6-TCP[14C] realizados en el laboratorio de la Dra. Mª Jesús Martínez (CIB, CSIC, 70 Anisoles y Brettanomyces Madrid) resultaron negativos, lo cual sugiere que T. longibrachiatum no puede mineralizar este compuesto. 3).- Una tercera posibilidad es que el 2,4,6-TCP sea parcialmente degradado hasta un intermediario incorporado a biomasa celular o eliminado al medio de cultivo. Dada la dificultad técnica de este tipo de análisis abordamos el estudio de esta hipótesis intentando detectar en el hongo alguna actividad enzimática que pudiera explicar su degradación. En condiciones aerobias la degradación de 2,4,6-TCP y PCP consiste en unos pasos iniciales de deshalogenación oxidativa (en bacterias y hongos) o deshalogenación reductora (detectada en P. chrysosporium) que producen intermediarios tipo quinonas, que normalmente son hidroxilados (ver figura 3.1). Sin embargo, las enzimas que llevan a cabo este paso inicial de deshalogenación son diferentes en bacterias y hongos: - en bacterias la desahalogenación inicial es catalizada por monooxigenasas intracelulares como la clorofenol 4monooxigenasa de Burkholderia cepacia (Xun, 1996) o la 2,4,6-TCP-4-monooxigenasa de Azotobacter sp. cepa G1 (Wieser et al., 1997), que convier ten 2,4,6-TCP en 2,4-diclorobenzoquinona; o la pentaclorofenol hidroxilasa de Flavobacterium sp. ATCC 39723 (Xun y Roser, 1991), que transforma PCP en tetraclorodihidroxibenceno. - por el contrario, en hongos la deshalogenación inicial es llevada a cabo por enzimas extracelulares del sistema ligninolítico. Así lignina peroxidasa y manganeso peroxidasa purificadas de Phanerochaete chr ysosporium pueden catalizar la conversión de PCP a tetraclorodihidroxibenceno (Bhasker Reddy et al., 2000) o de 2,4,6TCP a 2,6-dicloro-1,4-dihidroxibenceno (Bhasker Reddy et al., 1998). En otros basidiomicetos como Panus tigrinus o Coriolus versicolor, el 2,4,6-TCP se transforma en 2,6dicloro-1,4-dihidroxibenceno por la acción de manganeso peroxidasas y lacasas (Leontievsky et al., 2000). En nuestro laboratorio y en las condiciones en las que detectamos formación de 2,4,6-TCA y desaparición de 2,4,6-TCP hemos sido incapaces de detectar actividad monooxigenasa sobre diferentes sustratos como 2,4,5TCP, 2,4,6-TCP o PCP. Este hecho lo podríamos considerar como normal ya que se trata de actividades bacterianas. Por el contrario, el análisis realizado con sobrenadantes concentrados de cultivos nos ha permitido detectar la presencia en T. logibrachiatum de débiles actividades arilalcohol oxidasa, lacasa y peroxidasa independiente de manganeso. Estos datos sugieren que la desaparición de 2,4,6-TCP detectada podría deberse a la acción de estas actividades. En estas preparaciones no pudimos detectar actividad manganeso peroxidasa o lignina peroxidasa. En apoyo de esta posibilidad debemos mencionar que la presencia de lacasas está bien documentada en hongos filamentosos, aunque su función no es bien conocida: así en Aspergillus nidulans (Scherer et al., 2001) la lacasa TILA aparece en el extremo de hifas en crecimiento, aunque su papel se desconoce; en Botr ytis cinerea las lacasas están implicadas en la degradación de la fitoalexina resveratrol que actúa como un protector frente a infecciones fúngicas (Schouten et al., 2002); por último en Penicillium chr ysogenum se han detectado varias lacasas implicadas en la degradación de lignina (Rodríguez et al., 1996). 4).- Otra posibilidad es que el 2,4,6-TCP no sea degradado, sino polimerizado por alguna lacasa para generar polimeros de alto peso molecular. Así lacasa purificada de Coriolus versicolor puede destoxificar PCP generando polímeros de alto peso molecular y sin que exista liberación de cloro (deshalogenación) al medio (Ullah et al., 2000). En resumen, estudios preliminares sugieren que la desaparición de 2,4,6-TCP observada en las condiciones de cultivo utilizadas no es debida a la mineralización del compuesto o su unión a micelio, y sin descar tar una posible polimerización, podría deberse a una acción degradativa mediada por una actividad lacasa o peroxidasa independiente de manganeso. 3.4.- Caracterización de la actividad enzimática 2,4,6TCP metiltransferasa del hongo filamentoso T. longibrachiatum. Una vez detectada esta actividad enzimática en T. longibrachiatum abordamos su caracterización. 3.4.1.- La actividad 2,4,6-TCP metiltransferasa es inducible. Como hemos demostrado la actividad 2,4,6-TCP metiltransferasa de T. longibrachiatum es inducible. Este hecho es una diferencia notable con la metiltransferasa bacteriana implicada en la formación de anisoles y tioanisoles detectada en Rhodococcus y Acinetobacter (Neilson et al., 1988), que es constitutiva, por lo que para realizar la O metilación de un sustrato no se requiere una exposición previa a clorofenoles. Es posible que el carácter inducible del enzima de T. longibrachiatum proporcione al hongo alguna ventaja, ya que probablemente resulte en una respuesta más fuerte frente a clorofenoles en un tiempo más corto, con la posibilidad adicional de una modulación de la intensidad de la respuesta y el consiguiente ahorro energético para la célula. El análisis de diferentes compuestos aromáticos y organoclorados como posibles inductores indicó que esta actividad es inducida de manera eficaz y específica no sólo por 2,4,6-TCP, sino por clorofenoles con al menos tres átomos de cloro en su molécula. Otros compuestos clorados y derivados o no del fenol como triclorobenceno, hexaclorobenceno y hexaclorociclohexano no se comportaron como inductores, como tampoco el fenol y otros compuestos aromáticos no clorados. El efecto inductor parece ser independiente de las condiciones nutricionales del cultivo, como se deduce de las gráficas de la figura 2.6. En efecto, los niveles de bioconversión detectados variaban ligeramente en el rango 29.239.5%, aunque en el medio hubiese una alta concentración de glucosa (2%), amonio (50 mM) o ambos. Por el contrario, la formación de 2,4,6-TCA y PCA por P. chrysosporium (Bhasker Reddy et al., 1998, 2000) está regulada nutricionalmente, ya que sólo se detecta en condiciones HCHN (del inglés High Carbon-High Nitrogen); esto es, cuando el cultivo se desarrolla en condiciones no limitantes de fuente de nitrógeno (amonio 12 mM). Cuando el cultivo se realiza en condiciones limitantes de nitrógeno (condiciones HCLN) no se detecta producción de anisoles. La ausencia de regulación nutricional de la 2,4,6-TCP metiltransferasa de T. longibrachiatum sugiere un posible papel de la O metilación de clorofenoles en la destoxificación de estos compuestos altamente contaminantes. Parece claro que en la naturaleza podría ser peligroso para un microorganismos estar expuesto a clorofenoles en unas condiciones de represión de la reacción de O metilación, lo que evitaría su detoxificación y podría resultar en la muerte del microorganismo. 3.4.2.- Características de la 2,4,6-TCP metiltransferasa. La producción de anisoles está ampliamente documentada en la naturaleza. De hecho se han encontrado como contaminantes en alimentos como huevos y pollos (Engel et al., 1966; Curtis et al., 1974), patatas (Cserjesi y Johnson, 1972), frutas secas (Tindale et al., 1989), café (Spadone et al., 1990) y agua para bebida (Nystrom et al., 1992). Además se ha detectado la producción de anisoles por cepas de Rhodococcus y Acinetobacter (Allard et al., 1987, Neilson et al., 1988), el alga unicelular Euglena gracilis (Drotar y Fall, 1985a y 1985b), el protozoo Tetrahymena termophila (Drotar y Fall, 1986), la levadura Sacharomycopsis lipolytica (Drotar et al., 1987) y hongos basidiomicetos como Phanerochaete chrysosporium (Bhasker Reddy et al., 1998 y 2000) y Phellinus pomaceus (Harper et al., 1989; McNally y Harper, 1991). A pesar de ello, el significado biológico de las reacciones de O metilación es poco conocido: únicamente se ha caracterizado de manera muy preliminar una metiltransferasa de Rhodococcus sp. 1395 implicada en la formación de anisoles y tioanisoles (Neilson et al., 1988) y se ha purificado una metiltransferasa específica para fenoles 2,4-disustituídos de P. chrysosporium (Coulter et al., 1993), que puede O metilar 2,4-DCP y 2,4-DBrP. La 2,4,6-TCP metiltransferasa de T. longibrachiatum muestra una serie de características que podemos destacar: Informe Técnico 71 ORIGEN Y BIOSÍNTESIS DE TCA EN EL CORCHO - El pH óptimo del enzima se sitúa entre 8.2-8.5 (figura 2.9) frente a un pH de 7.0 del enzima de Rhodococcus sp. 1395 y un rango amplio de pH (7-9) en el caso de la metiltransferasa de P. chrysosporium. - La reacción transcurre de manera lineal durante las cuatro primeras horas de reacción (figura 2.10), mientras que en el caso del enzima bacteriana la linealidad sólo se mantiene durante la primera hora de reacción. - El enzima fúngica no requiere EDTA para su actividad, a diferencia del enzima bacteriano. - La influencia de varios grupos tíoles sobre la actividad enzimática fue escasa: únicamente la adición conjunta de DTT y PMSF supuso un incremento notable del rendimiento de la reacción (42.5%). Por otro lado, el efecto inhibitorio de varios reactivos de grupos tiol (iodoacetamida, Netilmaleimida o p-cloro-mercuriobenzoato) que generalmente se comportan como inhibidores de metiltransferasas fue pobre. Únicamente el p-cloro-mercuriobenzoato (1 mM) supuso una inhibición de la reacción del 45.2% (± 6.6). Estos datos parecen sugerir la existencia en el centro activo de al menos un grupo sulfidrilo (-SH), aunque su papel en el proceso catalítico pudiera no ser esencial, dado el escaso efecto inhibitorio de este tipo de compuestos. - Una de las características más notables de las metiltransferasas que utilizan SAM como donador de grupos metilo es que la reacción es fuertemente inhibida por el producto de la reacción SAHC (Poulton, 1981). Esta norma también es aplicable a la 2,4,6-TCP metiltransferasa de T. longibrachiatum: la inclusión de SAHC 1 mM en le mezcla de reacción producía una inhibición del 87.1% (± 5.6). 3.4.3.- Rango de sustratos utilizados por la 2,4,6-TCP metiltransferasa. Las dos metiltransferasas conocidas hasta la fecha implicadas en la formación de anisoles tienen una amplio rango de sustratos. Así el enzima de Rhodococcus sp. 1395 es capaz de llevar a cabo la O metilación de una amplia variedad de cloro y bromofenoles, cloro y bromoguayacoles y cloro y bromocatecoles. Por otro, la O-metiltransferasa específica para 2,4-fenoles disustituídos de Phanerochaete chrysosporium tiene, como indica su nombre, una alta afinidad por fenoles disustituídos en posiciones orto y para (Coulter et al., 1993). De hecho metila una gran variedad de 3-metoxi y 3,5-dimetoxi 4-hidroxibenzaldehídos, 4-hidroxiácidos benzoicos y 4-hidroxiacetofenonas. Ello sugiere un posible papel de esta enzima en la O metilación de compuestos generados en la degradación de la lignina, posiblemente para hacerlos más fácilmente atacables por enzimas del aparato ligninolítico. Además, de manera secundaria esta enzima metila con alta eficiencia 2,4-DCP y 2,4-DBrP. Esta 72 Anisoles y Brettanomyces enzima pudiera ser responsable de la formación del 2,4,6-TCA y PCA detectados en cultivos de este basidiomiceto en condiciones no limitantes de fuente de nitrógeno. El enzima 2,4,6-TCP metiltransferasa detectada en T. longibrachiatum tiene un rango de sustratos claramente diferente a ambas enzimas (ver tabla 2.13). Son varias sus características destacables al respecto: - Es altamente específica de fenoles halogenados. De hecho no es capaz de O metilar una amplia variedad de compuestos aromáticos no halogenados como fenol, guayacol (2-metoxifenol), catecol (1,2-dihidroxibenceno); aldehídos como el 3,4-hidroxibenzaldehído o la vainillina (4hidroxi-3-metoxi benzaldehído); o ácidos benzoicos como el vainíllico (4-hidroxi-3-metoxi benzoico) o el isovainíllico (3-hidroxi-4-metoxi benzoico). Este hecho la diferencia claramente de las dos enzimas antes mencionadas. A la vista de estos datos, y aunque a lo largo del texto el nombre que se ha utilizado para el enzima es el de 2,4,6-TCP metiltransferasa, creemos que una denominación más acertada seria la de clorofenol O-metiltransferasa o de manera abreviada CPOMT. - Entre los fenoles halogenados el enzima metila con mayor eficiencia clorofenoles que bromo o yodofenoles. Así la actividad relativa desarrollada frente a 2,4,6-TCP fue de 59.91%; muy superior que frente a 2,4,6-TBrP (12.98%) o 2,4,6-TIP. Curiosamente no pudimos detectar O metilación de 2,4,6-TFP. Estos datos son muy interesantes ya que parecen sugerir que la capacidad de metilación de esta metiltransferasa depende de características estructurales o estéricas de los sustratos, más que de propiedades electrónicas, pues en este caso cabría haberse detectado metilación del 2,4,6-TFP. Un comportamiento similar ha sido detectado para la O-metiltransferasa específica de fenoles 2,4-disustituídos de P. chysosporium (Coulter et al., 1993). El enzima parece poseer una mayor actividad hacia clorofenoles, posiblemente por ser más abundantes en la naturaleza que bromo y yodofenoles. De hecho a medida que el volumen del halógeno sustituyente aumenta el actividad del enzima parece disminuir. - En función de los niveles de metilación de los diferentes sustratos ensayados parece ser que la halogenación de la posición dos (orto) parece ser importante para la actividad, aunque no necesaria. De hecho el único CP metilado fue el 2-CP, mientras que 3-CP y 4-CP no fueron sustratos efectivos en la reacción. Además, entre los DCPs el sustrato biometilado con mayor eficiencia fue el 2,4-DCP, mientras que la eficiencia de la reacción disminuyó de manera progresiva para el 2,3-DCP, 2,5-DCP, 2,6-DCP y 3,4-DCP (no detectándose actividad sobre el 3,5-DCP). - Cuando se analiza el nivel de actividad frente a DCPs, TCP, y TeCPs se deduce que, una vez halogenada la posición dos, la introducción adicional de un átomo de cloro en la posición seis supone un impedimento estérico para la actividad enzimática. Para realizar esta aseveración nos basamos en los siguientes datos: * La actividad frente a 2,4-DCP (100%) es mucho mayor que frente a 2,6-DCP (10.36%) o 2,4,6-TCP (59.91%). * Si analizamos el nivel de metilación de TCPs y TeCPs vemos que la actividad frente a 2,3,4-TCP (93.33%) es mayor que frente a 2,3,6-TCP (55.58%), mientras que la halogenación de la posición seis del 2,3,4-TCP produce 2,3,4,6-TeCP, compuesto que no es metilado. Por otro lado el nivel de metilación del 2,4,5-TCP (64.19%) es superior que el del sustrato 2,4,6-TCP. * Entre los TeCPs el único metilado fue el 2,3,4,5-TeCP, mientras que la actividad fue nula frente a 2,3,4,6-TeCP y 2,3,5,6-TeCP, ambos con un átomo de cloro en posición seis. * Sin embargo, es necesario hacer notar que el nivel de O metilación del PCP (10.07%) fue sólo ligeramente menor que el del 2,3,4,5-TeCP (10.73%), cuando quizás habría cabido esperar una ausencia total de actividad frente a este compuesto, si tenemos en cuenta que el PCP tiene ocupada la posición seis y un átomo más de cloro que 2,3,4,6-TeCP y 2,3,5,6-TeCP. 3.5.- Perspectivas futuras. El trabajo que hemos descrito se enmarca dentro de una línea de investigación (iniciada en enero de 2000) que tiene como objeto la búsqueda de posibles soluciones biotecnológicas al problema de la contaminación del corcho, producido por 2,4,6-TCA. Este planteamiento tiene, sin embargo, que enfrentarse a un serio problema: el escaso conocimiento general sobre el cork taint. En efecto, aunque los compuestos químicos responsables de este fenómeno se identificaron en la década de los años 80 (Maujean et al., 1985; Amón et al., 1989), el conocimiento acerca de los microorganismos productores y, sobre todo, de los mecanismos moleculares implicados en su formación es muy escaso. Nuestro trabajo ha pretendido tratar de identificar los microorganismos productores de 2,4,6-TCA, así como los procesos implicados en su producción. A la vista de los resultados expuestos en este trabajo podemos establecer las siguientes premisas: - El verdadero problema del cork taint no es la presencia de microorganismos en el corcho, sino la absorción de pesticidas clorofenólicos por la corteza. Dichos clorofenoles serían destoxificados, principalmente por hongos filamentosos, para producir cloroanisoles no tóxicos. - Controlar el contacto de clorofenoles con el árbol es casi imposible si tenemos en cuenta que el amplio uso de estas sustancias durante décadas, unido a su recalcitrancia a la degradación, ha provocado que contaminen todos los ecosistemas aéreos, acuáticos y terrestres. - Algunos autores han postulado la posibilidad de manu- facturar los tapones de corcho en un ambiente libre de microorganismos (Butzke et al., 1999). Creemos que este planteamiento es equivocado por dos razones: en primer lugar, prácticamente todas las planchas de corcho tienen unos niveles basales de 2,4,6-TCA; por otro lado, la manufactura de tapones en un ambiente estéril encarecería tanto el tapón que posiblemente el coste económico para las bodegas sería inasumible. Por ello, planteamos como posible solución biotecnológica el desarrollo de dos tipos de estrategias para controlar la presencia de cloroanisoles en corcho: 1).- En primer lugar el desarrollo de inóculos microbianos para crecer sobre corcho basados en la cepa Trichoderma longibrachiatum CECT 20431 (caracterizada en este trabajo), aprovechando las propiedades que hacen del género Trichoderma un microorganismo ideal para su uso como agente de control biológico (Hjeljord y Tronsmo, 1998). Las características de estos inóculos serían las siguientes: a).- Buena capacidad de crecimiento sobre corcho. Esta cepa muestra un crecimiento invasivo sobre corcho, de manera que podría evitar el crecimiento de otros hongos indeseables. b).- Capacidad de degradar el precursor 2,4,6-TCP. En ensayos en medio líquido sólo una parte del 2,4,6-TCP se convierte a 2,4,6-TCA siendo el resto del precursor degradado (Álvarez-Rodríguez et al., 2002a y Álvarez-Rodríguez, 2003c) c).- Incapacidad de producir 2,4,6-TCA por interrupción del gen codificante de la metiltransferasa. La purificación de la clorofenol O-metiltransferasa (CPOMT) nos permitirá la determinación de la secuencia de algún péptido de la proteína. A partir de sus secuencias podremos clonar el gen. Una vez clonado el gen se procederá a su interrupción génica para obtener cepas deficientes en CPOMT. d).- Producción de lacasas por expresión de genes codificantes de lacasas que permitan la oxidación (polimerización) del precursor 2,4,6-TCP, evitando su disponibilidad para la síntesis de 2,4,6-TCA. Las lacasas son enzimas que muestran una alta capacidad de oxidación de derivados fenólicos (Reinhammar y Malmstrom, 1981; Bollag et al., 1988; Ullah et al., 2000). e).- Muy baja probabilidad de producción de micotoxinas. El género Trichoderma es reconocido como GRAS (Generally Recognized As Safe) (Nevalainen et al., 1994) y la producción de micotoxinas es anecdótica. Este hecho Informe Técnico 73 ORIGEN Y BIOSÍNTESIS DE TCA EN EL CORCHO hace del género Trichoderma un candidato ideales para su posible uso en aplicaciones agroalimentarias. 2).- Producción de preparados enzimáticos a base de lacasas para lavar el tapón antes del envasado y eliminar cualquier resto de clorofenoles y cloroanisoles. Se trata de obtener a partir de cultivos de hongos preparados que contengan lacasas que se utilizarían para el lavado superficial de tapones, a fin de eliminar cualquier resto de clorofenoles o cloroanisoles presentes en el tapón. La obtención de este tipo de extractos semipurificados podría una solución adicional y barata para el problema del cork taint. Para ello optimizaríamos la expresión de genes codificantes de lacasas de basidiomicetos en T. longibrachiatum. Una preparación de lacasa con el nombre comercial de SUBERASE es comercializada por Novo Nordisk. Sin embargo, su utilización por las industrias que manufacturan corcho ha sido ampliamente rechazada ante el prohibitivo precio de las preparaciones. En nuestro caso se trataría de transferir a las empresas una tecnología barata de producción propia o en su defecto poder proporcionar una alternativa mucho más económica. Ambos tratamientos deberían permitirnos obtener tapones libres de cloroanisoles, cuya utilización en el envasado de vinos españoles podría, sin duda, aumentar su calidad frente a vinos competidores producidos en otros países. 5.- La producción de 2,4,6-TCA en cultivos de T. longibrachiatum en medio líquido no está sometida a regulación catabólica por glucosa ni a represión por amonio. 6.- En T. longibrachiatum la O metilación de 2,4,6-TCP es llevada a cabo por una O-metiltransferasa inducible dependiente de S-adenosilmetionina como donador de grupos metilo que denominaremos clorofenol O-metiltransferasa. 7.- T. longibrachiatum posee unos niveles basales bajos de esta metiltransferasa, pero su síntesis es inducida de manera específica por exposición a clorofenoles, especialmente si tienen tres o más átomos de cloro en su molécula. 8.- El enzima clorofenol O-metiltransferasa de T. longibrachiatum ha sido purificada a homogeneidad, un total de 222.67 veces a par tir de extractos acelulares. 9.- Esta enzima tiene un peso molecular nativo de 112.000 daltons, mientras que el tamaño molecular en condiciones desnaturalizantes es de 52.500 daltons, lo que indica que en su forma nativa es un dímero. 4.- CONCLUSIONES 1.- El corcho es un ecosistema microbiano complejo a par tir del cual podemos aislar una gran variedad y cantidad de microorganismos. En nuestro caso se aislaron 55 microorganismos diferentes: 14 hongos filamentosos, 8 levaduras, 13 actinomicetos y 20 bacterias no filamentosas. 2.- La capacidad de producir 2,4,6-TCA a par tir de 2,4,6-TCP está muy extendida entre los hongos filamentosos. De un total de 14 aislados, 11 fueron capaces de producir este compuesto cuando crecían directamente sobre corcho. 3.- En Trichoderma longibrachiatum el único mecanismo detectado capaz de generar 2,4,6-TCA fue la O metilación de 2,4,6-TCP. 4.- En cultivos en medio líquido la eficiencia de O metilación del 2,4,6-TCP por T. longibrachiatum oscila entre el 29.2 y el 39.5%, mientras que el resto del pesticida desaparece del medio de cultivo. 74 Anisoles y Brettanomyces 10.- La clorofenol O-metiltransferasa de T. longibrachiatum puede ser identificada mediante fotomarcaje con Sadenosilmetionina tritiada. 11.- La reacción catalizada por esta enzima es altamente específica de fenoles halogenados, siendo el 2,4DCP el compuesto metilado con mayor eficiencia. 12.- La clorofenol O-metiltransferasa metila de mayor a menor eficiencia los sustratos 2,4,6-TCP, 2,4,6-TBrP y 2,4,6-TIF, mientras que no metila 2,4,6-TFP. Por lo tanto desarrolla una mayor actividad frente a clorofenoles que frente a fenoles halogenados con bromo, yodo o fluor. 13.- El corcho es por tanto un ecosistema microbiano en el que podemos encontrar microorganismos potencialmente responsables del problema del sabor a corcho y/o moho de los vinos (cork taint). ABREVIATURAS A: absorbancia ADN: ácido desoxirribonucleico ADNr: ADN ribosomal 5'-AMP: adenosina-5'-monofosfato ARN: ácido ribonucleico AU: unidades de absorbancia BSA: albúmina sérica bovina ºC: grado centígrado CECT: Colección Española de Cultivos Tipo Ci: curio CPOMT: clorofenol O-metiltransferasa Cys: cisteína Da: dalton DEAE: dietilaminoetil DMSO: dimetilsulfóxido DNAsa: desoxirribonucleasa DO: densidad óptica DTT: ditiotreitol EDTA: ácido etilén diaminotetraacético FPLC: cromatografía líquida de desarrollo rápido g: gramo h: hora HPLC: cromatografía líquida de alta presión Kav: constante de proporcionalidad de filtración en gel kb: kilobase. Ki: constante de inhibición Km: constante de Michaelis-Menten M: molar mAU: miliunidades de absorbancia Mr: masa molecular MTHF: 5-metiltetrahidrofolato p/v: relación peso-volumen PAGE: electroforesis en geles de poliacrilamida PMSF: fluoruro de p-metilenfenilsulfonilo RFLP: polimorfismo de longitud de fragmentos de restricción r.p.m.: revoluciones por minuto SAHC: S-adenosil-homocisteína SAM: S-adenosil-L-metionina SDS: dodecil sulfato sódico SDS-PAGE: electroforesis en geles de poliacrilamida con dodecil sulfato sódico Ser: serina Tris: tris (hidroximetil) aminometano U: unidad (de actividad enzimática) UFC: unidad formadora de colonia UV: ultravioleta v: velocidad de reacción Vmax: velocidad máxima de reacción v/v: relación volumen-volumen Abreviaturas de compuestos aromáticos y fenoles halogenados CA: cloroanisol CP: clorofenol DBrP: dibromofenol DCA: dicloroanisol DCP: diclorofenol 2,6-DMP: 2,6-dimetoxifenol HCB: hexaclorobenceno HCCH: hexaclorociclohexano TBrA: tribromoanisol TBrP: tribromofenol TCA: tricloroanisol TCB: triclorobenceno TCP: triclorofenol TeCA: tetracloroanisol TeCP: tetraclorofenol TFA: trifluoroanisol TFP: trifluorofenol TIA: triyodoanisol TIP: triyodofenol PCA: pentacloroanisol PCP: pentaclorofenol Informe Técnico 75 ORIGEN Y BIOSÍNTESIS DE TCA EN EL CORCHO 5.- Referencias bibliográficas - Álvarez-Rodríguez, ML. 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Deseamos agradecer también el apoyo prestado por el Instituto para la promoción del corcho (IPROCOR, Mérida), que amablemente nos ha cedido sus instalaciones para la realización de todos aquellos estudios que pudieran ser necesarios y especialmente a D. Miguel Elena Roselló y D. Luis Javier Ávila por su apoyo y su colaboración técnica en la realización de los análisis por cromatografía de gases-masas. A SANVICORK S.A. (San Vicente de Alcántara, Badajoz) y especialmente a su director D. Andrés Gilo, por el firme apoyo al trabajo realizado y la donación de muestras para su análisis. Informe Técnico 79 MÉTODO ROSA PARA LA REDUCCIÓN DE TCA EN EL TAPÓN DE CORCHO ROSA es la nueva arma de Amorim para combatir el TCA (2,4,6 tricloroanisol) en los tapones de corcho de las botellas de vino. Los ensayos científicos demuestran que ROSA reduce espectacularmente los TCA y la incidencia de la contaminación por mohos en el vino embotellado. Miguel Cabral AMORIM Sta. María de Lamas Portugal Informe Técnico 83 MÉTODO ROSA PARA LA REDUCCIÓN DE TCA EN EL TAPÓN DE CORCHO os TCA siguen siendo el mayor obstáculo para mejorar la regularidad de la fabricación de corchos para vinos. Se estima que los TCA, contaminantes en trazas corrientes en las industrias de alimentos y bebidas envasados, son responsables de entre un 70 y un 80% de las incidencias de contaminación relacionada con el corcho en los vinos. Confieren un sabor a humedad o a moho a la comida o las bebidas, y, en el vino, pueden empañar las cualidades afrutadas o volverlo simplemente imbebible. Los TCA son detectables en nariz y en el paladar a concentraciones extraordinariamente bajas, una característica que representa una tremenda dificultad para el control de calidad del proceso de producción de tapones de corcho y de la manipulación y el almacenamiento en post-producción. Los TCA, compuestos organoclorados L Prevención presentes en la cor teza del alcornoque y en el entorno de fábrica o de almacén, pueden ser absorbidos rápidamente por el corcho prácticamente en cualquier etapa de su proceso de fabricación. Derrotar un contaminante en trazas infinitesimales en estas circunstancias ha exigido tanto un enorme esfuerzo en I+D como una gran inversión en una nueva planta y en maquinaria, que, en su momento, se extenderá a todas las fábricas que Amorim tiene repar tidas por el mundo. La estrategia anti-TCA de Amorim A finales de los años 1990, Amorim acometió un esfuerzo coordinado para atacar las fuentes de TCA en la corteza de alcornoque y la formación de TCA durante el proceso de transformación del corcho. El objetivo consistía en Materias primas · Almacenamiento selectivo Limpieza · Nuevo sistema de cocción · Inos II Higiene · Ozono Control de calidad · Análisis químico Reducir los TCA Eliminación reducir drásticamente la incidencia de TCA en el vino, y, en última instancia, en conseguir que el corcho dejara de ser causa de contaminaciones por mohos. La estrategia adoptada por Amorim consistió en examinar y validar su proceso de producción y desarrollar una serie de técnicas para prevenir o evitar los TCA y suprimir o eliminar el contaminante en los productos de corcho de Amorim. Entre las técnicas preventivas aplicadas desde que se adoptó esta estrategia figuran las siguientes: ·Mejora de los métodos de cosecha del corcho y sus controles ·Controles rigurosos sobre el almacenamiento y el secado de la corteza bruta ·Nuevos procedimientos de compra y selección de corcho ·Sistema de cocción totalmente nuevo para la limpieza de las planchas de corcho 84 Anisoles y Brettanomyces ROSA ·Proceso de lavado agresivo (INOS I) para los discos de corcho ·Aplicación de ozono para desodorizar los corchos y prevenir la contaminación microbiana ·Análisis químico exhaustivo para detectar el corcho sospechoso Estas iniciativas han permitido conseguir un avance significativo en la lucha contra los TCA. Por ejemplo, el ensayo químico exhaustivo de las planchas de corcho para detectar la presencia de TCA ha eliminado prácticamente el rechazo sensorial de los tapones de corcho suministrados a los clientes estadounidenses de Amorim, gracias a lo cual han cesado las reclamaciones por presencia de TCA. Gracias a la utilización de las máquinas de cromatografía de gases quíntuples de que actualmente dispone el depar tamento de I + D de Amorim, esta sociedad puede analizar cerca de 2.500 muestras de corcho por semana, y detectar los TCA a muy bajas concentraciones. Una capacidad analítica de esta magnitud ha permitido al personal identificar y aislar rutinariamente los lotes de corcho sospechosos en todas las etapas de producción, mejorando significativamente con ello los procedimientos de control de calidad de Amorim. La introducción del sistema ROSA constituye el primer proceso a escala industrial que extrae fiable y significativamente los TCA y otros compuestos volátiles de los componentes del corcho y de los tapones enteros. Cómo funciona ROSA ROSA es la novedad más reciente, y tal vez más importante hasta la fecha de Amorim en su estrategia contra el TCA. Es un sistema de purificación patentado, desarrollado por Amorim a raíz de una intensa labor de investigación realizada durante más de tres años, que ha conllevado miles de experimentos y de análisis químicos y un programa de profunda revisión del diseño de procesos. Los ensayos de validación tanto internos como externos han confirmado que ROSA reduce los niveles de TCA volátil hasta en un 80%. Como consecuencia de estos ensayos, actualmente se está introduciendo progresivamente el sistema en las fábricas de productos de corcho para el vino de Amorim. ROSA se basa en una destilación al vapor controlada, mediante la cual el vapor y el agua a presión expulsan los compuestos presentes en cantidades infinitesimales en las células del corcho. Para reproducir los ensayos de laboratorio de ROSA a escala semi-industrial primero e industrial después para integrar el sistema en el proceso de fabricación industrial de tapones de corcho, los investigadores e ingenieros de Amorim han tenido que superar numerosos obstáculos, entre los que cabe destacar los siguientes. ·Irregularidad de los niveles de reducción de TCA ·Efecto adverso del proceso sobre las propiedades físicas y la apariencia visual del corcho ·Recontaminación del corcho debida a la condensación del vapor. El tratamiento al vapor puede alterar por ejemplo las propiedades mecánicas del corcho, reduciendo su elasticidad o compresibilidad y por ende su eficacia de cierre. También puede modificar su apariencia visual, que afecta a su clasificación y por lo tanto al valor comercial del corcho. En el caso de un disco de corcho o de un tapón de corcho acabado, el tratamiento al vapor puede deformar las dimensiones físicas del producto, y exigir una rectificación laboriosa y costosa. En su investigación de estos fenómenos, Amorim ha obser vado que el vapor a altas temperaturas - aún siendo más eficaz para eliminar los TCA - afecta proporcionalmente más al corcho que el vapor a menor temperatura. Esta obser vación ha exigido la realización de pruebas para determinar el equilibrio óptimo entre la supresión de TCA y el nivel de deformación o alteración mecánica, una labor de investigación que continúa todavía. En 2003, ya se ha per feccionado el proceso ROSA para el serrín de corcho utilizado en la fabricación de Informe Técnico 85 MÉTODO ROSA PARA LA REDUCCIÓN DE TCA EN EL TAPÓN DE CORCHO tapones aglomerados. El resultado son los tapones aglomerados tratados con ROSA que, desde el punto de vista mecánico y funcional, son casi idénticos a los tapones sin tratar - con la salvedad de que presentan un riesgo mucho más reducido de contaminación por TCA. Al día de hoy, la sociedad sigue realizando un gran esfuerzo de I + D con objeto de optimizar el pro- ceso para los tapones de corcho enteros. Incorporación de ROSA a la cadena de producción Durante los años 2003 y 2004 se irá integrando progresivamente el proceso ROSA en las plantas de pro- 86 Anisoles y Brettanomyces Pruebas de embotellado El objeto de esta investigación consiste en evaluar la incidencia de contaminación por TCA registrada en el vino embotellado con tapones tratados con ROSA y conservados en condiciones típicas de bodega. Conversaciones en el Reino Unido A los ocho meses de su creación, el Centro de Contacto Minorista de Amorim en el Reino Unido ya ha entablado un diálogo productivo con todos grandes minoristas de vino en Gran Bretaña. El centro dirigido por Ann Harkins, anteriormente directora de control de calidad de una destacada cadena de supermercados en el Reino Unido, es una iniciativa de Amorim. Se ha creado para fomentar aún más el contacto directo entre los minoristas del vino y los proveedores de tapones, con objeto de propiciar una mayor comprensión entre ellos. Uno de sus principales objetivos ha sido alejar a los minoristas y a los proveedores de tapones de los estériles debates públicos sobre asuntos referentes a los tapones de vino, para que inicien un proceso proactivo de diálogo privado y constructivo. Tras la última ronda de conversaciones celebrada en el mes de septiembre, la retroacción ha sido especialmente positiva.. "Los minoristas se han quedado impresionados ante el compromiso de Amorim con el mercado británico y el hecho de que haya dedicado recursos para atenderlo", dice la Sra. Harkins. "También se han enterado de lo que lleva conseguido Amorim hasta la fecha en su lucha contra los TCA, y la envergadura del esfuerzo continuo realizado por la empresa en este sentido." Se espera que el centro sea beneficioso para las dos partes. Para los minoristas, este diálogo es una oportunidad de conocer mejor el corcho y sus capacidades técnicas como tapón, y de transmitir directamente sus necesidades al proveedor de corcho. Según Ann Harkins, los minoristas valoran la formación técnica que Amorim está impartiendo a su personal. También han acogido favorablemente la disposición de Amorim para ayudarles a desarrollar normas para los tapones de sus vinos de marca propia. Además, por primera vez, Amorim recibe información directa sobre las necesidades del negocio británico del vino y sus LA CONTAMINACIÓN DE LOS VINOS POR BRETTANOMYCES DURANTE VINIFICACIÓN Y LA CRIANZA: Incidencia, Detección y Medios de lucha La aparición de olores fenólicos, animales, con recuerdos a cueros y orina de caballo en los vinos tintos se deben a la contaminación por levaduras del género Brettanomyces/Dekkera. Dichas levaduras se sientes especialmente confortables en ambientes con poca higiene y son capaces de contaminar el vino el los diferentes procesos de elaboración y crianza. Sólo una adecuada técnica de detección de la contaminación y unos procesos de desinfección de los recipientes eficaces y respetuosos con el material, reducirá los efectos indeseables producidos por estos gérmenes. Pascal CHATONNET Laboratoire EXCELL MERIGNAC Francia Figura 2-Limitación de la limpieza de barricas con los caños de Informe Técnico 89 LA CONTAMINACIÓN DE LOS VINOS POR BRETTANOMYCES DURANTE LA VINIFICACIÓN Y LA CRIANZA: Incidencia, Detección y Medios de lucha pollution. XIII C6-C14 organohalogens in the lower troposphere of the southern Indian ocean. 1990, Fresenius J. Anal. Chem., 336, 193-200. Würdig G. Vorsicht bei der Anwendung von Fassaussendesinfektionmitteln. Die Weinwir tschaft. 1975, 111, 44, 1250-1251. Introducción as levaduras de contaminación pertenecientes al género Brettanomyces (o a su forma esporulante Dekkera) son conocidas en enología por los numerosos disgustos que causan (figura 1). En efecto, el desarrollo de estos gérmenes provoca concretamente la aparición de olores "fenólicos" y "animales" que evocan el "cuero" o la "orina de caballo" en los vinos tintos. En el marco del programa de investigación de la tonelería SEGUIN MOREAU, hemos demostrado que este tipo de defecto, calificado de carácter "fenolado" de los vinos tintos, está directamente vinculado con la presencia de una cantidad excesiva (superior al valor de su umbral de recuperación en el vino, > 450 µg/l) de etilfenoles malolientes (etil-4-fenol y etil-4guaiacol # 8:1) (CHATONNET et al., 1990, 1992). El olor típico del etil-4-fenol pasa a ser claramente perceptible a partir de unos 600 µg/l, y especialmente dominante en concentraciones superiores a dicho valor. Debido a su equipo enzimático especialmente adaptado, sólo las levaduras del género Brettanomyces/Dekkera son capaces de formar cantidades importantes de etilfenoles en los vinos tintos; las bacterias lácticas son incapaces de generar los niveles necesarios para que aparezca un olor perceptible (CHATONNET et al., 1997). L A-Contaminación de los vinos durante su elaboración Brettanomyces/Dekkera es una levadura sumamente extendida. Siente predilección ante todo por los grifos poco limpios, los canalones, las piqueras de las barricas y las lías. Por lo tanto, no se puede hablar con propiedad de bodega contaminada o indemne: todas las dependencias de vinificación y de crianza alojan este tipo de gérmenes. Lo único que importa realmente es el nivel de contaminación y las condiciones de control de las poblaciones en la bodega. La contaminación más frecuente se produce en el caldo terminado, durante el proceso de crianza, cuando han concluido las fermentaciones alcohólica y maloláctica. A partir de ese momento cesan los fenómenos de antagonismo y de competencia entre microorganismos, y Brettanomyces bruxellensis, la especie más corriente en el vino, puede explotar las trazas de azúcares residuales presentes en todos los caldos (glucosa, fructosa, mano- 90 Anisoles y Brettanomyces sa, galactosa, trehalosa y sacarosa). El desarrollo de estos gérmenes se puede producir en estricta anaerobiosis; la fermentación de una cantidad próxima a 300 mg/l de azúcares residuales es suficiente para formar una cantidad de etilfenoles equivalente al valor de su umbral de percepción (425 µg/l) (CHATONNET et al., 1995). Al final de la fermentación maloláctica, los vinos secos contienen en promedio más de 400 mg/l de azúcares fermentables por Brettanomyces que, teóricamente, permiten la formación de cerca de 600 µg/l de etilfenoles, el valor del umbral de percepción del etil-4-fenol. Así pues, en principio todos los vinos podrían presentar un carácter "fenolado" en caso de contaminación y de desarrollo de Brettanomyces. Sin embargo, existe un "factor de terreno" importante. Los vinos más ricos, es decir de fuerte graduación alcohólica por proceder de las uvas más maduras, y por tanto de baja acidez y maceración prolongada, a menudo son más ricos en sustratos asimilables, y por lo tanto potencialmente más favorables al desarrollo de Brettanomyces sp. El control exacto del contenido de azúcares residuales al final de la fermentación alcohólica y maloláctica, en especial de la suma glucosa + fructosa fácilmente accesible, indica mucho mejor la "sensibilidad" de un vino respecto al desarrollo de Brettanomyces que la clásica medición de azúcares reductores químicos, totalmente superada hoy en día. Esta dosificación basada en ciertas propiedades reductoras de los azúcares se ve cada vez más expuesta a numerosas interferencias. Dependiendo de las cantidades de azúcares residuales dosificados, se podrá prestar más atención a ciertos lotes que a otros; de ese modo se podrá razonar de forma distinta ciertas mezclas con objeto de reducir el riesgo de desarrollo de los gérmenes. La crianza en barricas no induce sistemáticamente una contaminación de los caldos ni la aparición de un carácter "fenolado". Ahora bien, la conservación en madera, la utilización de barricas usadas sin someterlas a un buen tratamiento, de bodegas de crianza inadecuadas (variaciones de temperaturas), de rellenos (oxidación excesiva) y de trasiegos insuficientes (frecuencia de desinfección de barricas…), constituyen una suma de circunstancias que propician la contaminación y el ulterior desarrollo de gérmenes de contaminación en general y de Brettanomyces sp. en particular. La utilización de barricas nuevas también es favorable al desarrollo de estos gérmenes. Se barajan muchas hipótesis extravagantes para explicar la mayor frecuencia de contaminación de las barricas nuevas en ciertas salas de crianza. La madera de barricas no aporta azúcares en cantidad suficiente para crear un medio favorable al desarrollo de estas levaduras contaminantes; la madera nueva tampoco es fuente de innoculum pues el tueste esteriliza perfectamente las barricas. La realidad es que, debido a su potencial oxidante mucho mayor y a la merma a menudo más alta, en especial durante el periodo estival cuando sube la temperatura de la bodega, el contenido de dióxido de azufre libre tiende a disminuir mucho más rápidamente en las barricas nuevas que en las usadas. Se sabe que por debajo de cierto umbral de dióxido de azufre libre (ver más abajo), cesa la inhibición de Brettanomyces, y aparece una alteración proporcional a la población microbiana. La contaminación de los vinos también se observa con frecuencia en caso de dificultad en la terminación de la fermentación alcohólica y / o maloláctica. En estas condiciones, los caldos permanecen expuestos al calor durante vinos varias semanas o incluso meses, sin ninguna protección a base de dióxido de azufre y en presencia de altos contenidos de azúcares. Si por desgracia, los caldos entran en contacto con Brettanomyces/Dekkera, el resultado puede ser un incremento fuerte y rápido del contenido de etilfenoles. En caso de detección precoz de la contaminación, es preferible sulfitar y filtrar antes de volver a sembrar, con objeto de prevenir la alteración de todo el volumen, y sobre todo la contaminación masiva de la bodega. La flash-pasteurización es un procedimiento eficaz pero especialmente enérgico, y hay que reservarlo alas situaciones más críticas. La contaminación durante la fermentación alcohólica, aunque se puede producir, es mucho menos frecuente. En cambio, cuando se desencadena en el mosto durante la maceración (vinificación del tinto), a menudo tiene consecuencias dramáticas. Además de la aparición de olores desagradables, Brettanomyces puede formar cantidades importantes de acidez volátil (ácidos grasos volátiles, y en especial ácido acético). Hay que adelantar el trasiego, pero la contaminación rara vez se limita a una sola cuba, debido a las contaminaciones cruzadas provocadas por el material de bodega. Para prevenir este tipo de accidente son imprescindibles una higiene intachable y una sulfitación adecuada de la vendimia. En algunas situaciones, hemos observado que ciertas parcelas presentaban incidentes de contaminación precoz del mosto con mayor frecuencia que otras. Se ha demostrado (CHATONNET et al., 1999) que las viñas situadas a sotavento de destilerías, de desagües de bodega o de montones de orujos en ciertos casos pueden presentar contaminación en la uva. En efecto, en ocasiones los montones de orujos almacenados al aire libre contienen grandes cantidades de gérmenes que el viento y los insectos que habitan ese medio (en especial las drosófilas) pueden transportar fácilmente hasta las parcelas de viña. Normalmente, una sulfitación adecuada de la vendimia (al menos 5 g/hl) permite prevenir cualquier accidente durante la fermentación. En caso de cosecha mecánica, se recomienda desinfectar las parcelas de riesgo después de la vendimia. B- Detección precoz de la contaminación de los caldos Las técnicas de microbiología clásica utilizan el cultivo sobre medios que permiten el recuento específico de los gérmenes del género Brettanomyces/Dekkera gracias a la presencia de inhibidores específicos. El principal inconveniente del recuento por cultivo es el tiempo que lleva: hay que cultivar entre 5 y 8 días para obtener un recuento fiable. Con objeto de acelerar la respuesta, se puede combinar la técnica de cultivo con una hibridación directa de las colonias mediante una sonda específica de Figura 3 - Detección precoz del desarrollo de Brettanomyces en vinos en barricas por la método Suivi BRETT® de EXCELL (en línea de puntos … = umbral de percepción de etilfenoles # 430 µg/l, en línea continua __ = umbral de percepción del etil4-fenol # 600 µg/l) Brettanomyces sp. acoplada a una peroxidasa (STENDER H., et al., 1999). Tras el filtrado del cultivo sobre una membrana durante al menos 40 h, tras la hibridación con la sonda las microcolonias de Brettanomyces se detectan gracias a una reacción quimiluminescente. MILLIPORE™ fabrica un kit comercial (Brettanomyces Assay) basado en este principio, que teóricamente permite un recuento específico en 48 h. La sensibilidad es de menos de 10 colonias/ml. Sus mediocres resultados parecen ser el motivo de la retirada temporal de este kit. Los ensayos de detección immunoquímicos (ELISA) siguen siendo pesados y poco sensibles. La reacción de polimerización en cadena (PCR) permite amplificar específicamente determinados fragmentos de ADN. Tras la desnaturalización del ADN y la hibridación con ciertos oligonucleótidos para delimitar fragmentos específicos de ADN, se lleva a cabo la amplificación mediante una enzima termosensible (Taq DNA Polimerasa) que permite realizar un gran número de ciclos de amplificación con objeto de obtener una señal detectable en forma de una banda Informe Técnico 91 LA CONTAMINACIÓN DE LOS VINOS POR BRETTANOMYCES DURANTE LA VINIFICACIÓN Y LA CRIANZA: Incidencia, Detección y Medios de lucha de electroforesis. Este método permite un diagnóstico de presencia / ausencia, pero no una cuantificación de las poblaciones viables realmente presentes, ni siquiera la perfecta discriminación entre gérmenes vivos y muertos. Durante la crianza, en última instancia al vinificador no le interesa demasiado el recuento de las poblaciones de gérmenes. Aparte del momento del embotellado, no se intenta ni se puede perseguir el "cero Brettanomyces"; el mantenimiento de las poblaciones a un nivel tolerable es perfectamente suficiente. Ahora bien, esta población tolerable varía de un caldo a otro, y de una bodega a otra. Por ello, el seguimiento periódico de la evolución del contenido de etilfenoles durante la crianza, y concretamente durante el periodo estival crítico (periodicidad de mensual a bimensual), permite dar una respuesta mucho más adecuada a las necesidades del enólogo y del vinificador de terreno. El incremento del contenido de fenoles entre dos controles sucesivos es un indicio indudable de una multiplicación anómala de Brettanomyces/Dekkera. Pero sobre todo, se puede comparar directamente el contenido de etilfenoles observado y su tasa de incremento con el umbral de alteración máximo, con objeto de determinar la estrategia de acción más adecuada para la situación (sulfitación de corrección sin trasiego, trasiego, trasiego y desinfección de recipientes, aislamiento de lotes…). Se puede tomar una decisión eficaz en 48h. La Figura 3 presenta un ejemplo concreto de seguimiento de bodega en 1999. En el lote A, en todo el periodo estival propicio al desarrollo de gérmenes de contaminación, nunca hemos detectado contaminación. El lote B de la misma bodega (Pomerol), pero guardado en barricas distintas (nuevas), ha presentado un ligero incremento del contenido de fenoles en el mes de agosto. Dado que la medición del SO2 ha indicado un contenido un poco bajo (15 mg/l) y el trasiego no estaba programado hasta dos meses más tarde, el reajuste del SO2 en la barrica a un nivel suficiente (25 mg/l) ha permitido detener la formación de fenoles. En el lote C, procedente de otra bodega (Châteauneuf-duPape), se ha detectado un fuerte incremento durante el mismo periodo; también en este caso, el SO2 libre era demasiado escaso (12 mg/l) pero habida cuenta de la tasa de incremento de etilfenoles (rebasándose el umbral de percepción de los etilfenoles), se ha preferido adelantar más de un mes el trasiego del lote y desinfectar el tonel (lavado con agua caliente y azufrado a 5 g) antes de volver a embarrilar el vino sulfitado a 30 mg/l. El lote D corresponde al mismo caldo que el lote C pero sin ninguna intervención: el contenido de etilfenoles ha aumentado rápidamente, superando considerablemente el umbral de alteración (1780 g/l, indicio de carácter "fenolado" = 4 (concentración / umbral de percepción)); el vino presentaba un carácter "fenolado" característico que alteraba gravemente su tipicidad aromática. Se puede utilizar esta misma 92 Anisoles y Brettanomyces técnica para detectar las oxidaciones anómalas o el desarrollo de gérmenes bacterianos aerobios. El desarrollo de técnicas modernas de detección adecuadas para el seguimiento de la crianza de los vinos y la elabora- Figura 4 - Evolución de la temperatura de una barrica de 225 l a distintos niveles durante su lavado (cabezal EKINSA, 25 l/min, temperatura de salida del agua 85°C, Generador de agua caliente KARCHER) La línea de puntos indica el tiempo necesario para alcanzar 55°C a 6 mm en el centro de las duelas ción de métodos de desinfección de los recipientes de madera eficaces y que respeten el material permitirán en un futuro próximo controlar perfectamente el desarrollo de estos gérmenes de contaminación con objeto de reducir sus efectos indeseables y de preservar la pureza y la tipicidad de nuestros vinos. C- Medios de lucha contra Brettanomyces 1-Higiene de la bodega y los toneles La utilización de la madera facilita la contaminación de los vinos, pues este material puede albergar y proteger fácilmente los gérmenes. En caso de crianza prolongada en barricas (12 meses o más), el mantenimiento de los toneles y la higiene de la bodega son las únicas herramientas profilácticas de que dispone el bodeguero. Ya hemos demostrado que, a dosis de sulfitación equivalente, las condiciones de utilización del dióxido de azufre tienen una influencia considerable en la protección del vino. Así pues, el azufrado de las barricas, al permitir la desinfección simultánea de la madera y del vino, es la técnica preferente cuando no se dispone de un medio eficaz para la limpieza de las barricas. La mera sulfitación del vino no actúa sobre la madera. Los lavabarricas clásicos no permiten una limpieza suficiente de las barricas. El lavado in situ, a menos que se utilice hidrolimpiadoras de alta presión con sistemas eficaces de elimi- e incluso peligrosa. La limpieza de grandes contenedores por estabulación de agua caliente durante varias horas y con agitación a fin de reducir las diferencias de temperatura entre la par te superior y el fondo del recipiente resulta sencilla y más eficaz (Figura 5). Para reducir significativamente las poblaciones microbianas, es deseable una temperatura mínima de 65° C en el corazón de la madera. El tratamiento de grandes contenedores por aspersión a baja o a alta presión permite limpiar adecuadamente las paredes de las cubas, pero no calentar la masa de la madera a una temperatura suficientemente elevada. Incluso después del vaciado, la temperatura de las capas profundas sigue aumentando, pues el calor de las capas super ficiales se sigue difundiendo en la masa durante más de una hora (Figura 5). El agua caliente se puede reciclar para tratar entre dos y tres cubas seguidas, siempre que éstas hayan sido per fectamente limpiadas previamente. Figura 5 - Desinfección de una cuba de 35 hl por estabulación de agua caliente (temperatura de entrada 85° C, altura: 2,20 m). La flecha indica el comienzo del vaciado del contenedor nación del agua de lavado para evitar el impacto al fondo de la barrica y para reducir el agua residual, no asegura una limpieza suficientemente enérgica (Figura 2, Pag.89). Para reacondicionar las barricas para cambiar de caldo o de añada, es imprescindible utilizar agua caliente (85-95°C), a ser posible a alta presión. Si se desea limpiar realmente la madera, siempre hay que preferir la utilización de alta presión (120-180 bar) a la baja presión. La alta presión permite acelerar la limpieza, pero por lo general, el tiempo de tratamiento que se suele dedicar a una barrica resulta insuficiente para desinfectar perfectamente todo el espesor (5 a 10 mm de profundidad) de las barricas usadas. No hay que temer ningún deterioro de la fibra de la madera por debajo de 200 bar de presión. Siempre que se utilice agua a temperaturas próximas a 80°C, calentada mediante un generador adecuado, el aumento de la presión y la utilización de cabezales con rotación tridimensional rápida equipados con tubos adecuados (chorro de pincel, chorro de pincel giratorio…) permiten acortar el tiempo de tratamiento (que difícilmente podrá ser inferior a 5 minutos/ barrica) y conseguir un importante ahorro de agua (45 a 75 l/ barrica) con un resultado satisfactorio (Figura 4). La desinfección profunda de las barricas contaminadas exige un lavado prolongado con agua caliente, o, mejor aún, una pasada de vapor. Incluso al vapor, necesariamente aplicado a madera limpiada previamente, el tratamiento debe durar lo suficiente para eliminar totalidad de los gérmenes, pues la madera los protege mucho contra la subida de temperatura. Sin embargo, la manipulación del vapor en grandes cantidades resulta difícil Si se compran barricas de ocasión, es imprescindible comprobar que no estén contaminadas por contaminantes químicos ni microbiológicos (bacterias acéticas y Figura 6 - Relación entre el contenido de dióxido de azufre y la formación de etilfenoles en distintas barricas de un mismo vino en una misma bodega (según CHATONNET et al, 1992) Brettanomyces). La introducción de barricas mal conocidas en un parque sano es una fuente clásica de contaminación de bodegas cuyas condiciones de crianza y de trabajo de los vinos son por lo demás satisfactorias. El aclarado de barricas con agua cargada de ozono (O3), un gas dotado de importantes propiedades desinfectantes debido a su fuerte poder oxidante, se presenta actualmente como una técnica revolucionaria. Si bien es cierto que esta solución resulta eficaz en materiales lisos e impermeables (acero y resinas epoxias, por ejemplo), ¡hasta ahora no se ha aportado ninguna prueba seria de su eficacia sobre las Informe Técnico 93 LA CONTAMINACIÓN DE LOS VINOS POR BRETTANOMYCES DURANTE LA VINIFICACIÓN Y LA CRIANZA: Incidencia, Detección y Medios de lucha barricas de madera, material poroso por excelencia y que alberga gérmenes a una profundidad de hasta varios milímetros! Por una parte, la reacción muy rápida del ozono con los componentes de la madera y del vino en la superficie de las barricas puede impedir gravemente su difusión y su acción en profundidad. Por otra parte, la oxidación subsiguiente puede favorecer la aparición de ciertas sustancias volátiles (aunque no necesariamente nauseabundas) que pueden influir en el aroma de los vinos y de la madera de forma similar a lo observado en el caso del tratamiento del agua potable (producción de aldehídos volátiles por oxidación de materias orgánicas). El uso reiterado, así como con detergentes químicos, también puede reducir más rápidamente los aportes de la madera al vino. La utilización de productos de limpieza en las barricas se debe limitar a las barricas muy incrustadas o cuyo origen no se conozca bien. Los productos utilizados tienen que ser específicos para esta aplicación, y no se deben utilizar en cada trasiego, sino sólo para la recuperación periódica (como mucho anual) del parque de barricas usadas. Hay Figura 8 - Influencia de las condiciones de crianza en el contenido de etilfenoles de un vino (según CHATONNET et al., 1990). 2-Utilización de dióxido de azufre En la actualidad, el dióxido de azufre es el único antiséptico activo sobre Brettanomyces sp. y autorizado en enología. Por debajo de cierta cantidad de SO2 libre, ya no se inhibe el desarrollo de Brettanomyces y puede aumentar el contenido de etilfenol (Figura 6). Figura 7 - Evolución del SO2 molecular activo (A) y de la forma salificada (S) en función del pH del vino (log S/A = pH - pK con pK1 = 1,81 y pK2 = 6,91) que descartar el uso de cualquier producto que contenga sales de cloro que puedan entrar en contacto directo con la madera, debido a la formación sistemática de 2,4,6-triclorofenol y al riesgo de degradación de este último en 2,4,6-tricloroanisol (TCA) especialmente maloliente (olor a "moho"). Las formulaciones básicas que contienen fungicidas de amonio cuaternario son eficaces sobre Brettanomyces, aunque siempre resultan difíciles de eliminar perfectamente en el aclarado. La utilización de detergentes químicos exige siempre controlar la ausencia de residuos (control del pH del agua de aclarado y de la ausencia de residuos tensoactivos). 94 Anisoles y Brettanomyces En realidad, lo que conviene considerar es el SO2 molecular activo, y no el SO2 libre dosificable propiamente dicho. La cantidad de SO2 molecular activo depende en buena parte en primer lugar del pH del vino (Figura 7) y en segundo lugar de la temperatura; también el contenido de etanol, aunque en menor medida. El aumento del contenido de etanol y de la temperatura de crianza del vino incrementa el pK1 del SO2 lo cual favorece un aumento del SO2 molecular activo y por lo tanto una mayor protección. Brettanomyces sp. se inhibe con valores de SO2 molecular activo superiores a 0,30 mg/l aproximadamente, y se destruye rápidamente por encima de 0,50 mg/l. Así se explica que los vinos blancos, cuyo pH a menudo está comprendido entre 3,3 y 3,6 que permite entre un 2% y un 3% de SO2 molecular, rara vez sean terreno de desarrollo de Brettanomyces sp y en cualquier caso nunca "fenolado". Por ese mismo motivo, muchos de los vinos tintos, con pH comprendidos entre 3,6 y 4,0 y hoy en día a menudo entre 3,7 y 3,9, que permite como máximo entre un 1,5 y un 0,64% de SO2 activo, a menudo son terreno de importante desarrollo de esas mismas levaduras, pese al mantenimiento permanente de niveles de SO2 libre superiores a 25 mg/l. Para obtener la misma eficacia antiséptica, un vino correctamente protegido por 25 mg/l de SO2 libre a pH 3,65 debe- SO2 libre (mg/l) Figura 9 - Evolución del contenido de dióxido de azufre libre de los vinos en barricas entre Junio y Septiembre - Influencia de la edad de barricas ría contener más de 35 mg/l de SO2 libre a partir de pH 3,80 y cerca de 60 mg/l con pH 4,0. El incremento regular del pH de los vinos durante estos últimos años sin duda es responsable en buena parte del sensible aumento de los vinos tintos "fenolados" La crianza en barricas no induce sistemáticamente una contaminación de los vinos ni la aparición de un carácter "fenolado". No obstante, la conservación en madera, la utilización de barricas usadas mal recuperadas, de salas de crianza inadecuadas (variaciones de temperaturas) y de trasiegos insuficientes (frecuencia, desinfección de las barricas…), constituyen una suma de circunstancias que favorecen la contaminación y el desarrollo excesivo de Brettanomyces. La utilización de barricas usadas mal recuperadas facilita la contaminación de los vinos y los contamina precozmente, al aportar directamente etilfenoles atrapados en la masa de la madera (figura 8); este material es sumamente poroso y alberga las levaduras a mayor o menor profundidad, lo cual dificulta su eliminación. Pero el uso de barricas nuevas también propicia el desarrollo de esos mismos gérmenes. Circulan muchas hipótesis extravagantes para explicar la mayor frecuencia de contaminación de barricas las nuevas en ciertas salas de crianza: según se dice, las barricas nuevas se contaminan por Brettanomyces en la tonelería; o la madera aporta azúcar asimilables en cantidades importantes... Pero nada de eso es cierto. La explicación es mucho más sencilla. En una situación de contaminación, únicamente el contenido de dióxido de azufre libre y activo permite controlar las poblaciones de Brettanomyces. Debido su potencial oxidativo muy superior (mayor contenido de taninos elágicos), sobre todo durante el periodo estival, cuando Figura 10 - Hidrólisis del pirocarbonato de etilo en el vino sube la temperatura en la bodega, el contenido de dióxido de azufre libre tiene tendencia a disminuir mucho más deprisa en las barricas nuevas que en las barricas usadas (Figura 9). Por debajo de cierto umbral, próximo a 20 mg/l con un pH normal (3,6-3,7), ya no se inhibe Brettanomyces y aparece una alteración proporcional a la población microbiana. Las condiciones de utilización del dióxido de azufre pueden influir considerablemente en la eficacia de la protección (CHATONNET et al. 1993). Para los vinos en barrica, si no se utiliza regularmente el agua caliente o el vapor, la sulfitación por sulfatado siempre es más eficaz que el aporte directo al vino. La forma gaseosa del dióxido de azufre en la barrica vacía permite una desinfección más eficaz de la superficie interna de las barricas. La utilización de pastillas de azufre, siempre que se conserven perfectamente secas, es preferible a la de mechas, pues permite una dosificación más precisa. La utilización del SO2 licuado con un dispositivo dosificador adecuado es muy eficaz y de rápida aplicación. Las pastillas efervescentes de metabisulfito de sodio son muy fáciles de utilizar y permiten corregir sencillamente el contenido de dióxido de azufre. No obstante, a veces la Informe Técnico 95 COMPARACIÓN ENTRE DOS TÉCNICAS DE TOSTADO DE BARRICAS DE ROBLE FRANCÉS PARA CHARDONNAY La intensidad y la técnica de tostado influyen de manera decisiva sobre las características organolépticas que la barrica va a conferir al vino. La técnica sin circulación de aire aporta una mejor concentración de compuestos aromáticos que la técnica con circulación de aire. Organolépticamente, el vino queda significativamente más marcado por los aromas procedentes de la madera en el caso de la técnica de tostado sin circulación de aire, y en particular si la intensidad de tostado es fuerte. J. García-Berro Montilla Bodegas Miguel Torres S.A. Vilafranca del Penedès (Barcelona), España. N. Mourey Tonnellerie Radoux. Jonzac. France. M. Torres Maczassek Bodegas Miguel Torres S.A. Vilafranca del Penedès (Barcelona), España. R. Bobet Bodegas Miguel Torres S.A. Vilafranca del Penedès (Barcelona), España. Con la colaboración de J.L. Puech, J.C. Boulet y A. Razungles de INRA de Montpellier. Informe Técnico 99 COMPARACIÓN ENTRE DOS TÉCNICAS DE TOSTADO DE BARRICAS DE ROBLE FRANCÉS PARA e todas las fases de fabricación de la barrica, una de las que tiene una mayor incidencia sobre el carácter organoléptico final que se otorga al vino es, sin lugar a dudas, el tostado. Tradicionalmente, esta fase se confiaba al personal más experimentado de la tonelería, cuyo juicio y "pericia técnica" imprimían una huella muy personal al resultado final. Durante el proceso de tostado se producen aldehídos furánicos (Furfural, 5-hidroxi-metil-furfural, metil-furfural) debido a la degradación térmica de los polisacáridos de las paredes celulares. Chatonnet et al. (1996) indican una gran concentración de estos compuestos con los tostados de una intensidad considerada como "media", y una disminución con una intensidad "fuerte". La degradación de la lignina da lugar a la producción de diferentes fenoles volátiles como el eugenol y el guayacol con aromas de especias y de tostado. Las concentraciones de isómeros Cis y Trans de la ßmetil-γ-octalactona también se ven afectadas por el proceso de tostado, disminuyendo con los tostados más intensos (Pérez Prieto et al. 2001) y consiguiendo un nivel óptimo con las intensidades "medias". La mayoría de los compuestos sufren también los efectos de una pirólisis a altas temperaturas: al analizar las concentraciones de ácido gálico, de vanillina y de siringaldehído en función de la temperatura de tratamiento de la madera, Gimenez Martínez R. et al. (1996) determinan que las concentraciones máximas aparecen a una temperatura próxima a los 165ºC para el ácido gálico y de 185ºC-215ºC para la vanillina y el siringaldehído; Hale M.D. et al. (1999) llegan a una conclusión similar, precisando que la concentración óptima de vanillina y de siringaldehído se obtiene con temperaturas entre 180ºC200ºC. Los principales parámetros que el tonelero puede controlar durante el proceso de tostado son la intensidad del fuego y la circulación de aire en el interior de la barrica. Estos parámetros condicionan la velocidad de incremento de la temperatura de las duelas, los umbrales de temperatura a que se llega y la penetración del calor en el interior de la madera. Matricardi L. et al. (1999) han estudiado la influencia de estos parámetros, y han llegado a la conclusión de que limitando la circulación de aire se producen temperaturas superiores en la superficie de la madera; una de las consecuencias de ello, entre otras, es una mayor degradación de los elagitaninos. También han analizado la variación en el nivel de ennegrecimiento del interior de la barrica en relación con la concentración de elagitaninos, y han llegado a la conclusión de que el color no es un buen indicador de la concentración de elagitaninos de la barrica. En el trabajo presentado aquí intentaremos caracterizar D 100 Anisoles y Brettanomyces dos técnicas de tostado diferentes, prestando una atención especial al carácter organoléptico final del vino. 1.- Materiales y métodos 1.1.-Fabricación de las barricas Las barricas han sido fabricadas por la Tonelería Radoux en roble francés "Tradition Radoux". Las dos técnicas de tostado que evaluaremos son las conocidas como "Tipo Bordeaux" (BU) y "Tipo Bourgogne" (BO). Estas técnicas se diferencian, en la práctica, por el control de la evacuación del aire caliente en el momento del tostado. En efecto, en la técnica "Tipo Bordeaux" se limita la evacuación del aire caliente y la circulación de aire fresco. Los objetivos son dobles: - por un lado, conseguir una temperatura elevada en la superficie de la madera (> 230°C) que permita una generación más rápida de aromas de tostado - por otro lado, mantener una actividad moderada del fuego que permita un mantenimiento prolongado de la superficie de la madera a la temperatura de tostado y, en consecuencia, una buena penetración del calor en el interior de las duelas. En la técnica "Tipo Bourgogne" se permite una evacuación continua del aire caliente y una circulación de aire fresco manteniendo abierta la barrica durante el tostado. De esta manera, la temperatura obtenida en la superficie interior de la madera es menor (<230ºC) que en el "Tipo Bordeaux". La intensidad de tostado se controla mediante la duración de la fase de tostado. Aquí comparamos dos intensidades: Tostado Medio (TM) y Tostado Fuerte (TF). Los fondos no se tuestan en ninguno de los dos casos. La codificación de las muestras de ensayo es la siguiente: - CHNM Tostado medio técnica Bordeaux - CHNF Tostado fuerte técnica Bordeaux - CHNB Tostado medio técnica Bourgogne - CHNC Tostado fuerte técnica Bourgogne Para preparar las barricas antes de su uso, estas se llenan con agua fría a la que se han añadido 25 ppm de SO2, y se guardan 24 horas de esta manera antes de vaciarse y entonelarse. 1.2.- Vinificación La vinificación empezó al final de la vendimia de 2000 en una partida de Chardonnay. Después del prensado y desburbado, la fermentación alcohólica tuvo lugar en una cuba de acero inoxidable hasta una densidad 1050. A continuación pusimos el vino en barrica para terminar la fermentación alcohólica hasta un azúcar residual inferior a los 2 g/l. Una vez terminadas las fermentaciones alcohólica y maloláctica, añadimos 5 g/Hl de SO2 y los vinos se guardaron en lías, sin trasiego, y con un bastoneado regular. La duración total de la crianza en barrica fue de 8 meses antes de la clarificación (0,5 g/Hl de cola de pescado y 30 g/Hl de bentonita) y embotellado de las muestras. Los análisis químicos y sensoriales que se presentan aquí se realizaron después de una conservación de 6,5 meses en botella. Inyección directa para Columna Teknokroma Tracer Excel 120 ODSA 5µmx0,25x0,46. 1.3.- Análisis químicos Para los análisis por CLAR (cromatografía líquida de alta resolución) se ha utilizado un sistema compuesto por: - Bombas Waters 510 - Inyectores Waters 712WISP - Detector de fluorescencia Waters 474 - Detector Diodo-Array PDA 996 Para los análisis por GC-MS hemos realizado una extracción con cartucho LiChrolut Merck EN 200 mg/3ml Ref 1.19870.000, con el n-octanol como patrón interno. La cromatografía utilizada es un detector Agilent 6890 MS Ref 5973 con una columna DB-WAX (30m x 0,32mm x 0,50 µm) J&W Ref 123-7333 1.4.- Análisis sensorial Para el análisis sensorial, el formulario presentaba siete descriptores olfativos y cuatro descriptores gustativos, que debían valorarse sobre una escala continua de 0 a 5 para cada muestra. Los descriptores utilizados eran: - Carácter de madera en nariz - Especias - Vainilla - Mantequilla - Madera verde - Tostado - Ahumado - Carácter de madera en boca - Astringencia - Amargor - Persistencia p DESCRIPTOR Carácter de madera en nariz 0,000013** Especias 0,903966 Vainilla 0,069021* Mantequilla 0,085139* Madera verde 0,550241 Tostado 0,160454 Ahumado 0,090739* Carácter de madera en boca 0,016336** Astringencia 0,423483 Amargor 0,251211 Persistencia 0,000007* Para los análisis por GC-FID hemos realizado una extracción con freón, con el n-decanol como patrón interno. La cromatografía utilizada es un HP 5890 Serie II con una columna TR-WAX (60m x 0,25mm x 0,25 µm) Tracer Ref TR-140262. Al final de la degustación, cada miembro del jurado (once personas en total) tenía que clasificar las muestras por orden de preferencia (1ª, 2ª, 3ª, 4ª). Para eliminar el desvío ligado a la amplitud de notación propia de cada miemTécnica Bourdeaux Tostado medio Tostado fuerte 5-HMF Técnica Bourgogne Tostado medio Tostado fuerte 3,24 2,98 2,33 2,36 Almendra tostada 0,42 0,49 0,21 0,39 Herbáceo 0,047 0,039 0,022 0,025 Coco 0,129 0,135 0,057 0,063 Eugenol Especias, clavo 0,033 0,032 0,024 0,029 Guayacol Especias 0,009 0,018 0,007 0,012 Siringol Ahumado 0,027 0,058 0,028 0,051 Siringaldehído Vainilla 0,330 0,380 0,290 0,345 Vainillina Vainilla 0,070 0,073 0,060 0,061 0,013 0,010 0,013 0,009 Metil-furfural Trans-w-lactona Cis-w-lactona Escopoletina Informe Técnico 101 COMPARACIÓN ENTRE DOS TÉCNICAS DE TOSTADO DE BARRICAS DE ROBLE FRANCÉS PARA CHARDONNAY Figura 17 Figura 18 5,00 Figura 19 0,06 0,14 0,05 0,12 4,00 0,10 0,04 3,00 0,06 2,00 0,02 1,00 0,00 0,08 0,03 0,04 0,01 0,02 0,00 CHNM CHNF 5-HMF CHNB CHNC 0,00 CHNM Metil-Furfural x 10 CHNF Guayacol CHNB Eugenol CHNC 0,40 0,08 0,35 0,07 0,30 0,06 0,25 0,05 0,20 0,04 0,15 0,03 0,10 0,02 0,05 0,01 0,00 CHNB CHNC CHNC c-w-Lactona 0,016 0,012 0,008 0,004 0,000 CHNM CHNF Siringaldehído bro del jurado, las notas se han centrado y reducido por miembro y por descriptor antes de su procesamiento estadístico, tal como ha sido explicado por X. Tomàs et al. (2002). La obtención de los resultados del análisis sensorial y el procesamiento estadístico de los datos se ha realizado con la aplicación FIZZ. Las gráficas se han realizado con Microsoft Graph 2000. 2.- Resultados 2.1.- Análisis sensorial Después de la normalización de los datos y la aplicación de un análisis de varianza, aparecen diferencias significativas para los descriptores Carácter de madera en nariz, Carácter de madera en boca y Persistencia para un umbral de confianza del 95% (marcados **) y para los descriptores Vainilla, Mantequilla y Ahumado para un umbral de confianza del 90% (marcados *). La p representa la probabilidad del ensayo F. Las figuras 1 a 6 nos muestran estas diferencias con la media y el intervalo de confianza (95%) para cada uno de los descriptores. Si comparamos las técnicas de tostado a una intensidad 102 Anisoles y Brettanomyces CHNB Figura 22 0,00 CHNF CHNF t-w-Lactona Figura 21 Figura 20 CHNM CHNM Siringol CHNB Vainillina CHNC CHNM CHNF CHNB CHNC Escopoletina de tostado equivalente con el ensayo de Student, constatamos que para la intensidad Media aparecen diferencias significativas para el descriptor Carácter de madera en nariz en el umbral del 95% y para el descriptor Carácter de madera en boca en el umbral del 90%, y que los dos son más evidentes con la técnica "Bordeaux". Las figuras 7 y 8 nos muestran estas diferencias. Para la intensidad de tostado "Fuerte", aparecen diferencias significativas en el umbral del 95% entre las dos técnicas para los descriptores Carácter de madera en nariz, Vainilla, Mantequilla, Carácter de madera en boca y Persistencia; para el descriptor Tostado las diferencias son significativas en el límite del umbral del 90%. Todos los descriptores significativos son más marcados con la técnica de tostado "Bordeaux". Las figuras 9 a 14 nos muestran estas diferencias. Si analizamos las preferencias de los catadores, podemos ver muy bien que se prefieren los tostados "Tipo Bordeaux" (CH1NM y CH1NF) a los tostados "Tipo Bourgogne" (CH1NB y CH1NC), y que la modalidad menos apreciada es la Fuerte "Tipo Bourgogne" (ver las figuras 15 y 16). 2.2.- Análisis químico Los resultados analíticos más significativos son los siguientes: La técnica de tostado "Tipo Bordeaux" presenta las concen- GRÁFICAS Figura 2. Vainilla Figura 1. Carácter de madera en nariz. 1,5 1,5 1,0 1,0 0,5 0,5 0,0 0,0 -0,5 -0,5 -1,0 -1,0 -1,5 -1,5 CH1NB CH1NC CH1NM CH1NF CH1NB CH1NC CH1NM CH1NF Figura 4. Ahumado. Figura 3. Mantequilla. 1,5 1,5 1,0 1,0 0,5 0,5 0,0 0,0 -0,5 -0,5 -1,0 -1,0 -1,5 -1,5 CH1NB CH1NC CH1NM CH1NF CH1NB CH1NC CH1NM CH1NF Figura 5. Carácter de madera en boca. 1,5 1,0 0,5 0,0 -0,5 -1,0 -1,5 CH1NB CH1NC CH1NM CH1NF Informe Técnico 103 COMPARACIÓN ENTRE DOS TÉCNICAS DE TOSTADO DE BARRICAS DE ROBLE FRANCÉS PARA CHARDONNAY Figura 6. Persistencia. Figura 7. Carácter de madera en nariz. Tostado medio. 1,5 1,5 1,0 1,0 0,5 0,5 0,0 0,0 -0,5 -0,5 -1,0 -1,0 -1,5 -1,5 CH1NB CH1NC CH1NM Tipo Bourgogne CH1NF Tipo Bourdeaux Figura 9. Carácter de madera en nariz. Tostado fuerte Figura 8. Carácter de madera en nariz. Tostado medio. 1,5 1,5 1,0 1,0 0,5 0,5 0,0 0,0 -0,5 -0,5 -1,0 -1,0 -1,5 -1,5 Tipo Bourgogne Tipo Bourgogne Tipo Bourdeaux Figura 10. Vainilla Tostado fuerte 1,5 1,0 0,5 0,0 -0,5 -1,0 -1,5 Tipo Bourgogne 104 Anisoles y Brettanomyces Tipo Bourdeaux Tipo Bourdeaux Figura 12. Tostado. Tostado fuerte Figura 11. Mantequilla. Tostado fuerte 1,5 1,5 1,0 1,0 0,5 0,5 0,0 0,0 -0,5 -0,5 -1,0 -1,0 -1,5 -1,5 Tipo Bourgogne Tipo Bourdeaux Tipo Bourgogne Tipo Bourdeaux Figura 14. Persistencia. Tostado fuerte Figura 13. Carácter de madera en boca. Tostado fuerte 1,5 1,5 1,0 1,0 0,5 0,5 0,0 0,0 -0,5 -0,5 -1,0 -1,0 -1,5 -1,5 Tipo Bourgogne Tipo Bourdeaux Tipo Bourgogne Tipo Bourdeaux Figura 15. Preferencias 4,5 4,0 3,5 3,0 2,5 2,0 1,5 1,0 0,5 0,0 CH1NB CH1NC CH1NM CH1NF Informe Técnico 105 COMPARACIÓN ENTRE DOS TÉCNICAS DE TOSTADO DE BARRICAS DE ROBLE FRANCÉS PARA CHARDONNAY Nº de observaciones Figura 16. Preferencias 10 10 8 8 6 6 4 4 2 2 0 0 1 2 3 4 1 2 CH1NB 4 3 4 CH1NC 10 10 8 8 6 6 4 4 2 2 0 0 1 2 3 4 CH1NM Bibliografía Chatonnet P., Boidron J.N., 1996. INCIDENCE DU TRAITMENT THERMIQUE DU BOIS DE CHÊNE SUR SA COMPOSITION CHIMIQUE 1E PARTIE: DÉFINITION DES PARAMÈTRES THERMIQUES DE LA CHAUFFE DES FÛTS EN TONNELLERIE. J. Int. Sci. Vigne et Vin, vol 23 Nº 2, p. 77-87. Chatonnet P., Boidron J.N., 1996. INCIDENCE DU TRAITMENT THERMIQUE DU BOIS DE CHÊNE SUR SA COMPOSITION CHIMIQUE 2E PARTIE: ÉVOLUTION DE CERTAINS COMPOSÉS EN FONCTION DE L'INTENSITÉ DE BRÛLAGE. J. Int. Sci. Vigne et Vin, vol 23 Nº 4, p. 223-251. Gimenez Martinez R., López Garcia de la Serrana H., Villalon M., Quesada J., López Martinez M.C., 1996. INFLUENCE OF WOOD HEAT TREATMENT, TEMPERATURE AND MACERATION TIME ON VAINILLIN, SYRINGALDEHYDE, AND GALLIC ACID CONTENTS IN OAK WOOD AND WINE SPIRIT MIXTURES. American Journal of Enology & Viticulture, vol 47 Nº 4, p. 441-446. Hale M.D., McCafferty K., Larmie E., Newton J, Swan J.S, 1999. THE INFLUENCE OF OAK SEASONING AND TOASTING PARAMETERS ON THE COMPOSITION AND QUALITY OF WINE. American Journal of Enology & Viticulture, vol 50 Nº 4, p. 495-502. 106 Anisoles y Brettanomyces 3 1 2 CH1NF Matricardi L. Waterhouse A.L., 1999. INFLUENCE OF TOASTING TECHNIQUE ON COLOR AND ELLAGITANNINS OF OAK WOOD IN BARREL MAKING. American Journal of Enology & Viticulture, vol 50 Nº 4, 519-526. Pérez Prieto L.J., Moya Gálvez M., López Roca J.M., Gómez Plaza E., 2001. INFLUENCIA DEL ORIGEN DE LA MADERA Y EL NIVEL DE TOSTADO SOBRE LOS COMPUESTOS AROMÁTICOS EXTRAIBLES DE VIRUTAS DE ROBLE. Enólogos, Nº 13, 14-18. Tomàs X., Garcia-Berro J, Torres M., Bobet R., Mourey N., 2002. PRÉ-TRAITEMENT DE DONNÉES EN ANALYSE SENSORIELLE. Revue Française d'Oenologie, Nº 197, p. 26-29. Pretratamiento de datos en análisis sensorial Introducción a colaboración entre Tonnellerie Radoux y Bodegas Torres nos ha conducido a llevar a cabo un estudio sobre los diferentes tipos de tostado (tipo Burdeos y tipo Borgoña), las diferentes intensidades de tostado (tostado mediano y tostado fuerte) y los diferentes orígenes de la madera de las barricas. Los tostados tipo " Burdeos " o " Borgoña " se diferencian en la práctica en el control de la evacuación del aire caliente y en el control de la circulación del aire fresco, rico en oxígeno. El tostado tipo " Burdeos " limita la evacuación del aire caliente y la circulación del aire fresco. Los objetivos son dobles: L -Por un lado alcanzar un nivel de temperatura elevado en la superficie de la madera (> 230°C), lo que permite una generación más rápida de los aromas de tostado. -Por otro lado mantener una actividad moderada del fuego (ambiente de combustión progresivamente empobrecido en O2) que permite un mantenimiento prolongado de la superficie de la madera a esta temperatura, una mayor degradación de los taninos elágicos y la generación en la madera de aromas en profundidad (Matricardi (1)). La consecuencia principal es una cantidad de aromas de tostado extraíbles más importante. El tostado tipo " Borgoña " permite una evacuación continua del aire caliente y una circulación ligeramente más importante de aire fresco. La temperatura alcanzada en la superficie de la madera es menor (<230°C); la actividad moderada del fuego permite un mantenimiento prolongado a esta temperatura. La cantidad de aromas generados es más débil y la gama de aromas ligeramente diferente. Los tostados mediano y fuerte se diferencian al final del proceso por un calentamiento (bousinage) más o menos prolongado a niveles de temperatura diferentes (situándose el tostado mediano a niveles de temperatura más moderados). Para el estudio de los diferentes orígenes de las maderas, Informe Técnico 107 PRETRATAMIENTO DE DATOS EN ANALISIS SENSORIAL comparamos una selección de robles de la Europa del Este de grano fino (" Tradition Centre Europe ") con una selección de robles del Centro de Francia igualmente de grano fino (" Tradition Centre France ") efectuadas según las especificaciones de requisitos de la Tonnellerie Radoux. En principio, es conveniente suponer que las puntuaciones de cada juez en la valoración sensorial de las diferentes muestras serán homogéneas, de manera que cualquier diferencia en la puntuación no se deberá más que al tipo, a la intensidad del tostado o al origen del roble. También es conveniente suponer que los jueces que tengan un sentido crítico utilizarán un nivel de puntuación más desfavorable que los jueces que tengan un sentido crítico menos estricto. Este hecho puede introducir en los resultados de cualquier degustación una desviación debida al criterio previo y subjetivo propio de cada juez. La posible existencia de esta heterogeneidad obliga, cuando se analizan los resultados de una degustación, a considerar a los jueces como un posible factor de influencia sobre los resultados, pudiendo llegar a desnaturalizar las conclusiones sobre la posible existencia de diferencias significativas entre las muestras. Aparte de esta heterogeneidad, se debe considerar igualmente la que puede provenir de las diferentes sensibilidades (precisiones) con las cuales los distintos jueces puntúan (evalúan) las muestras. Otra hipótesis ideal de trabajo, muy utilizada en los numerosos tests estadísticos, como por ejemplo el análisis de la varianza, es que esta variabilidad en la puntuación de cada juez sea también estadísticamente homogénea para todos ellos (Bowker (2)). Todo lo que ha sido expuesto hasta el presente puede ser comprendido más fácilmente si se considera a cada juez como a un complejo instrumento de medida dotado de su exactitud y precisión propias. Con el fin de evitar estas dificultades, la Quimiometría ofrece la posibilidad de realizar, sobre los resultados de un análisis sensorial, tratamientos previos a su análisis estadístico, eliminando de esta forma estas posibles heterogeneidades y facilitando su estudio posterior (Meloun (3)). En este trabajo en curso exponemos dos tratamientos preventivos de los datos, el centrado y la normalización de éstos (en inglés " autoscaling "), aplicados a pruebas de puntuación sensorial realizadas sobre muestras del mismo vino, otorgadas por diez jueces expertos Técnicas experimentales y material utilizado Las pruebas han sido llevadas a cabo con el vino de variedad Merlot, habiendo realizado su fermentación maloláctica en barrica y que en el momento de la degustación de control había permanecido 2 meses en madera. El vino va a mantenerse todavía 10 meses en contacto con la barrica y va a estar sometido a otras degustaciones de control. Ha sido creado un panel de cata compuesto por personal de dos organizaciones y del INRA y que, además de la caracterización de cada muestra (ADQ), ha procedido a dar una puntuación global (escala predefinida 0-10). Resultados La codificación de las diferentes muestras es la siguiente : VINO VINO VINO VINO VINO VINO VINO VINO 1 2 3 4 5 6 7 8 Madera francesa Tostado mediano tipo Borgoña Madera francesa Tostado fuerte tipo Borgoña Madera francesa Tostado fuerte tipo Burdeos Madera francesa Tostado mediano tipo Burdeos Madera del Este Tostado fuerte tipo Burdeos Madera del Este Tostado mediano tipo Burdeos Madera francesa Tostado fuerte tipo Burdeos Madera francesa Tostado mediano tipo Burdeos El cuadro 1 resume los resultados experimentales obteniCuadro 1.- Datos brutos tras la degustación de 8 muestras de vino Merlot por 10 jueces: Nº Juez VINO 1 VINO 2 VINO 3 VINO 4 VINO 5 VINO 6 VINO 7 VINO 8 1 7,8 7,5 7,6 7,7 7,8 7,6 7,7 7,5 2 7,6 7,5 7,5 7,6 7,8 7,7 7,9 7,7 3 8 7,2 7,7 7,3 8,2 8 8,2 7,8 4 8,2 7 8,1 8,3 8,7 8 7,9 7,5 5 7,4 7,2 7,6 7 8 7,1 7,2 7 6 7,6 7,2 7,7 7,9 7,5 8 7,6 7 7 6 5 6 4 7 5 5 4 8 4 5 7 5 5 7 6 6 9 5 3,5 4,5 3 5 4,5 4 4 10 5 2 3 3 6 6 3 3 108 Anisoles y Brettanomyces Comentarios 1. El centrado de los datos Puede ser útil transformar las muestras brutas en muestras centradas para minimizar los efectos de escalón producidos entre los degustadores que puntúan con severidad y los que lo hacen de una forma más generosa (Samson (4)). Si se admite que su percepción para diferenciar los vinos será la misma, pero utilizando de manera diferente la escala de puntuación, el centrado de los datos puede minimizar esta diferencia y su tratamiento estadístico ten- drá más posibilidad de determinar las diferencias entre los vinos. El proceso consiste en calcular la puntuación media global ( x ) y las puntuaciones medias de cada uno de los i jueces ( xi ). Se obtendrá la nota centrada según la transformación : cij=xij + ( x - xi ) donde xij es la j-ésima nota del i-ésimo juez y donde ( x - xi ) es el punto de vista del juez i. De este modo, sobre los datos brutos obtenidos en los Cuadro 2.- Notas medias, desviación típica y desvío de cada juez. Nº de Juez Nota Media Desviación típica 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 GLOBAL 7.65 7.66 7.80 7.96 7.31 7.56 5.25 5.63 4.19 3.88 6.49 0.1195 0.1408 0.3817 0.5181 0.3441 0.3335 1.0351 1.0607 0.7039 1.5527 1.6813 Desvío - 1.16 1.17 1.31 1.47 0.82 1.07 1.24 0.86 2.30 2.61 Lo cual nos conduce a los datos centrados (Cuadro 3). Cuadro 3.- Datos centrados tras la degustación de 8 muestras de vino Merlot por 10 jueces. Nº Juez VINO 1 VINO 2 VINO 3 VINO 4 VINO 5 VINO 6 VINO 7 VINO 8 1 6,64 6,34 6,44 6,54 6,64 6,44 6,54 6,34 2 6,43 6,33 6,33 6,43 6,63 6,53 6,73 6,53 3 6,69 5,89 6,39 5,99 6,89 6,69 6,89 6,49 4 6,73 5,53 6,63 6,83 7,23 6,53 6,43 6,03 5 6,58 6,38 6,78 6,18 7,18 6,28 6,38 6,18 6 6,53 6,13 6,63 6,83 6,43 6,93 6,53 5,93 7 7,24 6,24 7,24 5,24 8,24 6,24 6,24 5,24 8 4,86 5,86 7,86 5,86 5,86 7,86 6,86 6,86 9 7,30 5,80 6,80 5,30 7,30 6,80 6,30 6,30 10 7,61 4,61 5,61 5,61 8,61 8,61 5,61 5,61 Informe Técnico 109 PRETRATAMIENTO DE DATOS EN ANALISIS SENSORIAL Las figuras 1 y 2 nos muestran, con la ayuda de diagramas de cajas, el efecto de estos procedimientos. Hay que resaltar la homogeneización de la escala de puntuación, siempre conservando la variabilidad propia de cada juez. Figura 1.- Datos brutos, diagramas de cajas para cada juez. 10 Nota bruta 8 6 4 2 0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 6 7 8 9 10 JUEZ Figura 2.- Datos centrados, diagramas de cajas para cada juez. Nota centrada 10 8 6 4 2 0 1 2 3 4 5 JUEZ Se puede apreciar la homogeneización de las notas centradas sobre la media global 6,49 y la conservación de la variabilidad de cada juez. Si se comprueba la homocedasticidad de los jueces, el test de Bartlett conduce a desestimar la hipótesis de la homogeneidad de las varianzas (Discriminante = 2.6899 ; p < 9,997 10 -11). Esto puede ser un problema para la aplicación posterior de otras pruebas estadísticas destinadas a la detección de las diferencias entre las muestras, como en el caso del análisis de varianza, debido a la no ejecución de las hipótesis de trabajo. 2. Normalización Un tratamiento alternativo anterior de los datos, muy frecuentemente utilizado en Quimiometría si se trabaja con 110 Anisoles y Brettanomyces las variables de diferentes magnitudes y/o variabilidad diferente, es la normalización. Esto consiste en evaluar para cada juez la puntuación media ( xi ) y su desviación típica (si), transformando a continuación cada nota siguiendo la formula : zij = (xij - xi ) / si Este tratamiento previo pretende otorgar a cada juez la misma importancia, independientemente de su percepción para diferenciar las muestras y de su poder de discriminación, dado que las nuevas puntuaciones transformadas corresponden, desde el punto de vista estadístico, a variables centradas y reducidas. De este modo, a partir de los datos brutos obtenidos en los casos del vino Merlot, se obtienen los datos transformados indicados en el cuadro 4. Cuadro 4.- Normalización. Notas transformadas (Z) tras la degustación de 8 muestras de vino Merlot por 10 jueces. Nº Juez VINO 1 VINO 2 VINO 3 VINO 4 VINO 5 VINO 6 VINO 7 VINO 8 1 1,255 -1,255 -0,418 0,418 1,255 -0,418 0,418 -1,255 2 -0,444 -1,154 -1,154 -0,444 0,977 0,266 1,687 0,266 3 0,524 -1,572 -0,262 -1,310 1,048 0,524 1,048 0,000 4 0,458 -1,858 0,265 0,651 1,424 0,072 -0,121 -0,893 5 0,254 -0,327 0,836 -0,908 1,998 -0,618 -0,327 -0,908 6 0,112 -1,087 0,412 1,012 -0,187 1,312 0,112 -1,686 7 0,725 -0,242 0,725 -1,208 1,691 -0,242 -0,242 -1,208 8 -1,532 -0,589 1,296 -0,589 -0,589 1,296 0,354 0,354 9 1,154 -0,977 0,444 -1,687 1,154 0,444 -0,266 -0,266 10 0,725 -1,208 -0,564 -0,564 1,369 1,369 -0,564 -0,564 La figura 3 nos muestra los diagramas de cajas del efecto de estos procedimientos. Es preciso destacar la homogenización de la escala de puntuación y la variabilidad propia de cada juez. Figura 3.- Notas transformadas (Z), diagramas de cajas para cada juez. 2.5 Nota Z 1.5 0.5 -0.5 -1.5 -2.5 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 JUEZ Como era de esperar, se puede apreciar la homogenización de las puntuaciones tanto en lo que concierne al valor medio como en lo que concierne a la dispersión de cada juez. Si se realiza la prueba de Bartlett sobre estas puntuaciones Z se aprecia que no hay diferencias significativas entre las varianzas de las puntuaciones de cada juez. En consecuencia, estas puntuaciones han sido analizadas por medio de un ANOVA con dos factores (jueces, vinos) y se han obtenido los resultados siguientes : Análisis de varianza: Nota Z para Vinos Merlot Fuente de variabilidad Total JUECES Suma de los cuadrados Grados de libertad 69.9998 79 1.8624 10 -10 Cuadrado medio 9 2.06934 10 VINOS 30.0961 7 1.29944 Residual 39.0937 63 0.633393 -11 Factor F Valor P 0.00 1.0000 6.79 0.0000 Informe Técnico 111 PRETRATAMIENTO DE DATOS EN ANALISIS SENSORIAL Por consiguiente, se puede llegar a la conclusión de que no existen diferencias significativas entre las puntuaciones de los jueces, mientras que se detectan diferencias significativas entre las 8 muestras de vino Merlot, como lo demuestran las figuras 4 y 5. Figura 4.-Merlot: Transformada Z. Promedio e Intervalo de confianza (95%) para cada juez. 1 0,5 0 -0,5 -1 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 JUEZ Figura 5.- Merlot: Transformada Z. Promedio e Intervalo de confianza (95%) para cada muestra. 2 1 0 -1 -2 1 2 3 4 5 6 7 8 Vino Marlet La muestra mejor calificada es la de roble del Este tostado fuerte tipo Burdeos (Vino 5). Después viene un grupo formado por el roble del Este tostado mediano tipo Burdeos (Vino 6) y el roble francés tostado mediano tipo Borgoña (Vino 1), seguido de cerca por un grupo formado por el roble francés tostado fuerte tipo Burdeos (Vinos 3 y 7). Como grupo menos bien clasificado encontramos al de roble francés tostado mediano tipo Burdeos (Vinos 4 y 8) y al de roble francés tostado fuerte tipo Borgoña (Vino 2). para diferenciar los vinos será la misma, pero utilizando diferentemente la escala de puntuación, el centrado de los datos puede minimizar esta diferencia y su tratamiento estadístico tendrá más oportunidad de determinar la diferencia entre los vinos. Si además de esta heterogeneidad se pretende minimizar la que puede derivarse de las diferentes sensibilidades (precisiones) con las cuales los distintos jueces puntúan (evalúan) las muestras, la normalización ofrece una posibilidad alternativa a la utilización de otros tests estadísticos para el análisis de resultados, como por ejemplo el test de Kruskal - Wallis o bien el test de Wilcoxon. 3. Conclusiones Este estudio describe dos formas de realizar un pretratamiento de los datos provenientes del análisis sensorial de diferentes muestras de un mismo vino. Por medio del centrado de los datos brutos, se minimizan los efectos de escalón producidos entre los degustadores que puntúan con severidad y los que lo hacen de una forma más generosa. Si se admite que su percepción 112 Anisoles y Brettanomyces En este caso, el tratamiento de normalización permite (a pesar de la heterogeneidad de las puntuaciones) clasificar las muestras con diferencias significativas (α = 0.05). La muestra mejor calificada después de dos meses es la de roble del Este tostado fuerte tipo Burdeos y un grupo formado por roble del Este tostado mediano tipo Burdeos y roble francés tostado mediano tipo Borgoña, seguido de cerca por un grupo formado por roble francés tostado fuerte tipo Burdeos. Los grupos con la peor nota son los de roble francés tostado mediano tipo Burdeos y roble francés tostado fuerte tipo Borgoña. Conviene hacer notar que los resultados son provisionales puesto que el vino permanece durante un año en barricas, pero son coherentes a pesar de todo puesto que muestras diferentes del mismo lote son calificadas de la misma manera. Agradecimientos Hacemos presente nuestro más vivo agradecimiento a J.L Puech, A.Razungles y J.C. Boulet del INRA(*) de Montpellier. Referencias bibliográficas Huelga decir que la normalización confiere la misma importancia a los jueces con un poder de discriminación bajo que a los que poseen una mayor sensibilidad. Cada situación concreta implicará el estimar la utilización de este pretratamiento de las calificaciones. Resumen En un estudio sobre la incidencia de los diferentes tipos de tostado (Burdeos y Borgoña), de las diferentes intensidades de tostado (tostado mediano y fuerte) y de los diferentes orígenes (roble francés y del Este) sobre un vino de Merlot, se han llevado a cabo diferentes pretratamientos estadísticos de los datos resultantes y del análisis sensorial. El centrado de los datos ha sido comparado con la normalización. (1): Matricardi L y Waterhouse A.L. 1999. Influence of Toasting Technique on Color and Ellagitanins of Oak in Barrel Making. Am. J. Enol. Vitic, vol 50, nº 4, 519-526. (2): Bowker A.H. y Lieberman G.J. 1965. Méthodes statistiques de l'ingénieur. Dunod. Paris (3): Meloun M., Militky J et Forina M. 1992. Chemometrics for Analytical Chemistry. Ellis Horwood. New York. (4): Samson A.et Saint-Pierre B. 2000. Les systèmes de saisie et d'acquisition des données de l'analyse sensorielle. Revue Française d'Enologie.nº 182, 25-30. (*) Institute National de la Recherche Agronomique. Palabras clave : Análisis sensorial, Pretratamiento, Normalización, Centrado, Vino Merlot. Dos técnicas de pretratamientos de datos, centrado y normalización son comparadas en el estudio del efecto del tostado (tipo Burdeos y Borgoña), la intensidad de tostado (mediano y fuerte) y el origen (roble francés o del Este) en la evaluación sensorial de una muestra de vino Merlot. Palabras clave : Evaluación sensorial, Pretratamiento de datos, Normalización, Centrado, Vino Merlot. Informe Técnico 113