Pilares fundamentales para construir la educación que

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Pilares fundamentales para construir la educación que
Pilares fundamentales para construir la educación que Chile necesita, en el marco del proyecto de carrera profesional docente 1. Preámbulo Durante décadas se nos ha enseñado a aceptar la imposición de un sistema educativo formulado por “paneles de expertos” o tecnócratas quienes ­ sin haber pisado jamás una sala de clases­ se han encargado de construir el sistema educativo actual excluyendo a los profesionales de la educación; descontextualizando y desconociendo de esta forma, las realidades de todas las personas que hoy en día son parte del sistema educativo. Un ejemplo concreto de lo anterior es la gestión empresarial instaurada dentro de las instituciones que contribuyen a concebir la educación como un bien de consumo, perdiendo la concepción de ésta como un derecho social. Concebimos la educación como un proceso de construcción social en donde todos y todas podamos participar, siendo los actores de la educación los principales protagonistas, pues son quienes conocen y analizan las distintas realidades educativas. Desde esa línea, es que el rol de los y las docentes dentro de esta construcción social juega un rol fundamental en torno a la transformación del sistema educativo y de la sociedad, siendo la educación una herramienta para garantizar la inclusión en todos sus aspectos y no un medio para perpetuar las desigualdades sociales. Hoy en día nos enfrentamos a un proyecto de carrera profesional docente, que profundiza las lógicas empresariales instaurando la competitividad entre docentes, aumentando el agobio y la inestabilidad laboral. De esta forma este proyecto se presenta bajo una lógica antidemocrática y hace caso omiso a las demandas históricas de los(as) profesores y profesoras dentro del aula. Rechazamos el proyecto de carrera profesional docente en su totalidad, debido a que el trasfondo de este se contrapone directamente a los objetivos que tiene la educación dentro de la sociedad. 2. Análisis ¿Cómo a través de la carrera profesional docente potenciamos un trabajo colaborativo con la finalidad de contribuir directamente en los procesos de enseñanza y aprendizaje de nuestros estudiantes? Entendemos que debe existir un marco regulatorio que respalde el ejercicio docente en su etapa inicial, durante el desarrollo y hasta el retiro de este, teniendo como foco la transformación del sistema educativo, consigna que por años el movimiento social ha demandado en su conjunto. En torno a esto, es que proponemos los siguientes pilares fundamentales que debiese considerar un proyecto de carrera profesional docente legitimado en su totalidad: 1.­ Valoración del proceso de enseñanza y aprendizaje en su totalidad. El proceso de enseñanza y aprendizaje comprende la construcción colectiva de saberes en base a la experiencia y la teoría, que en todo momento es planteado de manera bidireccional donde los agentes involucrados se retroalimentan en base a un objeto de aprendizaje. En este sentido la evaluación se entiende como parte fundamental de este proceso debido a que nos permite evidenciar el nivel de alcance de los aprendizajes, donde ésta no debe darse como un hecho aislado que interrumpa la secuencia metodológica sino que debe ser parte integral y continua del proceso. Es bajo esta concepción de evaluación que explicitamos que los docentes no estamos en contra de someternos a una certificación y evaluación, sino que rechazamos la manera en que éstas están planteadas por el proyecto de carrera docente, donde no se nos considera como agentes participativos en la construcción de dichos instrumentos. En consecuencia rechazamos las evaluaciones estandarizadas presentes en el actual sistema educativo (simce, psu, evaluación diagnostica, certificación docente). 2.­Trabajo Colaborativo. En el aula encontramos diversas realidades ya cada estudiante posee características e intereses propios que representan un desafío en el proceso de enseñanza y aprendizaje. Cada realidad representa una necesidad de apoyo diferente a la cual debe haber una rama de diversas disciplinas preparadas para intervenir. En base a esto comprendemos el trabajo multidisciplinario como base de la actividad pedagógica, donde el docente es capaz de proponer en conjunto a otros profesionales una estrategia de enseñanza, un ejemplo de esto es la función de las educadoras diferenciales en el aula quien en conjunto con el profesor de la asignatura identifican falencias en la metodología y construyen en conjunto una propuesta que permita mejorar la construcción de aprendizajes por parte del estudiante. En base a lo anterior es que rechazaremos cualquier política que promueva la competencia entre los agentes educativos, categorizándolos y jerarquizándolos. 3.­Condiciones mínimas para la enseñanza El docente es el encargado de formular estrategias y actividades para mediar un aprendizaje, por lo tanto, consideramos fundamental proporcionar condiciones reales dentro de las cuales los(as) docentes puedan planificar y diseñar experiencias de aprendizajes en virtud de la diversidad presente dentro de las aulas. De esta forma es importante establecer un 50% horas lectivas y 50% no lectivas, siendo los y las profesores(as) quienes se deben encargar de mediar los conocimientos, habilidades, competencias, actitudes y valores que sus alumnos y alumnas requieren alcanzar para desenvolverse en la sociedad actual. Por otra parte, se hace imperante generar un clima adecuado para el aprendizaje, teniendo en consideración que se debe dar respuesta a todos los ritmos dentro del contexto educativo. En definitiva, proponemos la disminución de la cantidad de estudiantes por sala a un número promedio, ya que esto permitiría que el ejercicio docente se llevara a cabo de manera óptima, puesto que un número más reducido contribuiría a que estos desarrollen aprendizajes significativos, como consecuencia de una enseñanza personalizada entregada por el docente. Aportando también a las condiciones mínimas para la enseñanza, teniendo en consideración que los espacios físicos no son aptos, siendo reducidos, influyendo de manera negativa en la convivencia y el clima de aula. 4.­ Aumento del sueldo base Una de las aristas a considerar en torno a la revalorización de la profesión docente, supone un reajuste a la renta básica mínima nacional, siendo esta la que determina el valor de la hora y constituye el valor del sueldo base de los docentes. En ese sentido es que consideramos necesario generar una real estabilidad salarial para los profesores y profesoras, a través del aumento valor hora, teniendo en cuenta que la renta básica mínima nacional es la que determina el valor de la hora y constituye el sueldo base de los docentes. 3. Síntesis Como profesionales de la educación en formación, nos reconocemos como agentes críticos de nuestra realidad educativa actual, ante esto es que consideramos que la prueba de selección para acceder a la educación superior atenta contra lo expresado en cuanto a la evaluación, por ende no concebimos la PSU como un medio apropiado para determinar qué persona es “apta” para formarse como docente, ya que entendemos al educador no como un baúl de conocimientos disciplinares, sino que como una persona que posee una serie de habilidades que no son identificadas por este tipo de evaluación estandarizada. Creemos también que la formación de los profesores y profesoras debe fortalecerse mediante cambios estructurales a los sistemas de acreditación a las instituciones universitarias, teniendo en consideración la construcción de los conocimientos y el rol participativo de los estudiantes en ellos, eliminando en primera instancia a toda institución privada que ejerza esta labor y permitiendo su participación e incidencia directa en la formulación de las mallas curriculares, que deben estar enfocadas en preparar a profesionales que aporten al desarrollo social, entendido como la respuesta a las necesidades propias de nuestra sociedad. Bajo esta lógica no se pueden plantear evaluaciones diagnósticas durante el proceso de formación, sin que éstas respondan a la acreditación de sus instituciones y sin que las herramientas evaluativas (construidas por la comunidad educativa) tengan por objeto identificar habilidades declarativas, procedimentales y actitudinales. Esta nueva institución universitaria propuesta sólo es posible y alcanzable si generamos democratización en la toma de decisiones, teniendo la oportunidad que opinar e incidir en la formulación del quehacer docente. 

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