1 Sistemas de Producción Agrícola

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1 Sistemas de Producción Agrícola
Sistemas de Producción Agrícola
Traducido de Spedding, C.R.W., 1990. En: Theoretical Production Ecology: reflections and prospects.
R. Rabbinge, J. Goudriaan, H. van Keulen, F.W.T. Penning de Vries and H.H. van Laar (Eds).
1. Agricultura
A pesar de que se puede argumentar, y frecuentemente se hace, que los agricultores
siempre debieron pensar sobre sus granjas como sistemas y siempre las manejaron como
unidades enteras, esto en realidad refleja el tipo de pensamiento poco riguroso cuya
superación es el objetivo de la metodología de estudio de sistemas. Esta expresión es más
bien la reacción de aquellos quienes, encontrándose frente a la teoría de sistemas por
primera vez y demandando una explicación simple, responden concluyendo que es sólo
sentido común.
Aparte de la devaluación implícita de cualquier cosa que deja de ser un bien escaso, esta
reacción falla en confrontar los problemas de cómo se alcanza ese sentido común y también
falla en darse cuenta que el reconocimiento retrospectivo del “sentido común” (así como el
del éxito) puede no decirnos nada sobre como alcanzarlo.
Aún más, es interesante de comparar la gran cantidad de gente que ahora ve la metodología
de estudio de sistemas como valiosa (o aún esencial) con el muy reducido número de
personas que 30 (o aún 20) años atrás pensaban lo mismo. Lo que ahora parece sentido
común, parecía bastante diferente en aquella época y todos aquellos que se encontraban
envueltos en la tarea de desarrollar el enfoque de sistemas se les hizo muy familiar, primero,
la oposición de aquellos que no entendían este enfoque y más tarde el apoyo de aquellos
que tampoco lo entendían. Es un tema de discusión cual de los dos grupos era más
peligroso.
Mientras que es claro que la inmensa mayoría de los agricultores siempre entendieron las
interacciones fundamentales que ocurren dentro de sus sistemas de producción y que el
manejo debe tener en cuenta, durante la mayor parte de la historia de la agricultura no fue
posible expresar esta complejidad y por lo tanto comunicársela a otros, discutirla con otros y
aún más pensar claramente sobre ella. Aprender mediante la experiencia era aceptado como
la única forma de llegar a una comprensión adecuada del establecimiento agrícola y es muy
importante, por su puesto, no imaginarse que algún enfoque teórico podrá alguna vez
sustituir a la experiencia. El enfoque y la metodología de estudio de sistemas debe ser vista
como una herramienta adicional: pero esto no disminuye para nada la importancia de las
herramientas, ellas frecuentemente son las llaves para el progreso.
Los agricultores no pueden pensar cuantitativamente sobre sus problemas, no en el nivel de
detalle requerido, ni hacer la clase de cálculos que se necesitan para pensar en sistemas
complejos y dinámicos que están muy afectados por el contexto en el cuál tienen que operar
durante largos períodos de tiempo. Cuando el contexto estaba dominado por el clima, en el
sentido de cambios climáticos de largo plazo, los cambios ocurrían a un ritmo al cual el
agricultor podía evolucionar y adaptarse. Ahora la agricultura está dominada por un clima
económico que puede cambiar rápida y drásticamente. No es posible para el agricultor
adaptarse de la misma manera.
Por lo tanto, sin ignorar la importancia de la experiencia, la intuición y el conocimiento
acumulado de generaciones, la dominancia actual de los factores económicos en la
agricultura requiere un grado de habilidad directriz y de conocimiento sobre el funcionamiento
del sistema que ninguna de las cualidades mencionadas puede proveer sin ayuda.
Esta necesidad ejerció presión en los economistas agrícolas para producir modelos de
establecimientos agropecuarios que pudieran ser manipulados para explorar las
consecuencias de los cambios. La programación lineal fue un intento típico de hacer esto y
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los economistas agrícolas y especialistas en administración rural se vieron a si mismos como
las personas que miraban a los establecimientos agrícolas como “un todo”. Pero,
normalmente, su visión del “todo” fue una visión económica que solo usaba información
técnica como insumo: no incorporaba procesos biológicos o entendimiento sobre estos
procesos. Esto es entendible en el sentido de que la agricultura, aún la de subsistencia, es
esencialmente una actividad económica. Esto implica una preocupación sobre el uso
productivo de los recursos, pero no implica necesariamente que los insumos y productos del
sistema deban ser expresados en términos monetarios. Sin embargo, la agricultura es
también esencialmente biología aplicada y en un desarrollo paralelo los ecólogos se
dedicaron a pensar en los sistemas de producción incluidos aquellos agrícolas.
2. Sistemas de producción
A pesar de que los ecólogos y economistas están preocupados por las relaciones entre
insumos y productos, sus puntos de vista y su terminología a creado una gran brecha entre
ellos, mientras que los economistas han elegido al dinero como su expresión unificadora, los
ecólogos de la producción eligieron la energía. En ambos casos sospecho que la idea de una
forma común de expresarlo todo surge de un error fundamental de apreciación que es que
una sola fotografía del sistema es deseable y adecuada. Por su puesto, no lo es.
Para darse cuenta de la futilidad de esta idea basta contemplar una única fotografía de
cualquier cosa. Consideremos la fotografía de un caballo: casi siempre será la foto de un
lado del exterior del caballo. Imaginar que esta foto (una de las innumerables fotos posibles,
cada una valiosa para diferentes propósitos) puede ser “la foto” del sistema es sobre
simplificar en extremo la verdadera complejidad con la que tenemos que lidiar en el enfoque
de sistemas.
La esencia del enfoque de sistemas es que este trata con la complejidad real de los sistemas
sin sobre simplificaciones. Sólo se simplifica (en modelos) en relación a un propósito
específico y predeterminado. Y es la existencia de “propósito” lo que caracteriza a los
sistemas de producción agrícola. La agricultura es siempre una actividad con propósito, a
pesar de que estos son múltiples y normalmente no hay una forma fácil de conciliarlos o
integrarlos.
En ecología, el énfasis ha sido puesto generalmente en las relaciones que tienen propósito
sólo en el sentido impuesto por el punto de vista del observador, o que tal organismo
constitutivo del sistema pueda imaginársele tal propósito o que el ecosistema tenga que ser
mantenido en algún estado estable o casi estable (homeostasis). En el segundo caso, el
propósito debe ser deducido del comportamiento del organismo y puede ser ir demasiado
lejos el suponer que el propósito así deducido sea la real causa o variable conductora detrás
del comportamiento observado. Además el comportamiento del sistema no puede ser
deducido necesariamente del comportamiento de los organismos constituyentes. En el primer
caso uno puede, por supuesto, decir de cualquier sistema “yo elijo verlo de esta manera” y
defender la utilidad de hacerlo. Los ecosistemas pueden incluso ser manejados para cumplir
un propósito predeterminado pero nunca puede decirse que han sido diseñados para cumplir
con ese fin. Pero en la agricultura los sistemas si han sido diseñados con uno o múltiples
propósitos.
La primer contribución de la ecología a la agricultura fue enfatizar la importancia de
relaciones e interacciones no reconocidas o estudiadas hasta entonces. Esto reveló que una
visión parcializada de los sistemas de producción, enfocada sólo en los productos y objetivos
deseados, ignoraba algunas consecuencias muy importantes. La polución es quizás el mejor
ejemplo. Sistemas agrícolas que usan muy eficientemente los insumos para obtener los
productos deseados no pueden ser vistos como exitosos si también dan como resultado un
incremento de los productos indeseables.
Para saber si esto sucede o no es necesario disponer de un modelo que no este restringido
únicamente a los procesos de producción de mayor interés. Por lo tanto, el hecho de que los
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propósitos de la agricultura provean una forma de simplificar los modelos de los sistemas
agrícolas, conlleva el riesgo de no considerar otras consecuencias que los cambios pueden
ocasionar. Finalmente, esto conduce a una importante proposición general: aquellos que
promueven el cambio tienen la obligación de explorar las consecuencias completas de dichos
cambios. Esto significa que no es suficiente con estar razonablemente seguro del éxito del
cambio en los objetivos deseados: es necesario estar seguro también de que esto no
acarreará consecuencias indeseables no relacionadas a los objetivos principales. Y si lo hace
estas consecuencias deben ser cuantificadas y valuadas.
En la agricultura, estas dos ramas de pensamiento, económica y ecológica, aparecieron
simultáneamente a fines de los 50 y comienzo de los 60. La necesidad de una síntesis fue
emergiendo en forma gradual y se expreso en la demanda por modelos bio-económicos
(Charlton y Street, 1975). Esto rápidamente se reflejó en desarrollos en distintas partes del
mundo en administración rural, control de plagas, ecología, sistemas de producción en zonas
montañosas, manejo del pastoreo, investigación biológica, política agropecuaria y marketing
(se omiten las referencias bibliográficas de este párrafo).
En el Reino Unido, en la mitad de los años 60 la necesidad por síntesis surgió dentro de las
ciencias biológicas involucradas en investigación agrícola. Por esta razón fue que los
primeros pasos tomados en el Instituto de Investigación de Sistemas Pastoriles en Hurley fue
establecer un departamento de Síntesis de Sistemas.
3. Síntesis de sistemas
La investigación en pasturas fue la plataforma natural de lanzamiento para esta aventura, por
la necesidad de poner juntos, de una manera utilizable, los resultados de la investigación de
disciplinas separadas como suelos, fisiología vegetal y animal. Gradualmente se hizo más
clara la gran multidisciplinariedad involucrada en los establecimientos pastoriles incluyendo
administración, economía, veterinaria, entomología, etc. Se reconoció también que lo que
pasa en una fase de la vida de un animal o de una planta afecta lo que pasa después y por lo
tanto es necesario sintetizar los resultados de la investigación obtenidos en distintas fases.
El objetivo principal, sin embargo, era construir nuevos sistemas de producción a partir de los
ladrillos provistos por la investigación, para alcanzar objetivos productivos, todo lo cual
pudiera ser expresado como recomendaciones prácticas. Era un poco preocupante en
aquella época que los agricultores nos dijeran que no querían que les dijéramos como
manejar sus establecimientos, sólo querían información que ellos pudieran usar para
construir sus propios sistemas, que podrían ser únicos para sus predios. La respuesta a ese
planteamiento debiera haber sido que el enfoque de ensayo y error sería muy ineficiente si la
investigación no puede decir nada sobre las consecuencias de insertar la nueva información
en sistemas ya existentes, pero no estaba tan claro en ese entonces como quizás debiera
haber estado. El desarrollo del enfoque de sistemas y el uso de metodología de sistemas en
agricultura no puede ser descripto como una secuencia cronológica clara. En diferentes
partes del mundo y en diferentes disciplinas la necesidad de un enfoque diferente se hizo
clara para diferentes personas, en la medida que se daban cuenta de las serias debilidades
de los métodos que estaban utilizando en sus trabajos de investigación, extensión o
educación. Por lo tanto siempre ha habido un elemento de necesidad sobre el enfoque de
sistemas y el reconocimiento de que esta forma de pensar la agricultura, sus problemas y su
desarrollo debe ser necesariamente adoptada. Los cuestionamientos sobre si el valor de este
enfoque puede o no ser demostrado parecen en este sentido totalmente irrelevantes: estos
deben ser dirigidos más bien hacia determinadas técnicas y metodologías particulares dentro
del enfoque de sistemas.
En los países subdesarrollados la insatisfacción con los métodos de investigación
tradicionales surge frecuentemente de la falla repetida de la aplicación de plantas, animales y
tecnologías importadas en alcanzar los resultados esperados en los marcos ecológicos y
económicos donde estos deben operar. La necesidad de entender los sistemas existentes
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antes de embarcarse en un proceso de cambio, podría haber surgido más claramente mucho
antes si hubiera habido un mejor diálogo entre investigadores y agricultores. Esto no pasó
por falta de voluntad para reunirse y discutir, sino por la falta de un marco de referencia claro
para pensar sobre los problemas agrícolas. Esto es una buena ilustración de la necesidad y
del valor de una teoría. Como un bien conocido hombre de estado ruso se dice que dijo “En
el largo plazo, no hay nada más práctico que una buena teoría”.
Las primeras actividades del Departamento de Síntesis de Sistemas en Hurley no
involucraron ningún tipo de modelización dinámica y los primeros pasos hacia la modelización
fueron dados alrededor de 1966 por consulta con Kees de Wit. En 1969 se realizó en Hurley
un simposio sobre el uso de modelos en la agricultura y en la investigación biológica, tanto el
simposio como el Instituto se beneficiaron enormemente con la presencia y entusiasmo de K.
de Wit quien contribuyó un estimulante artículo titulado Conceptos Dinámicos en Biología.
Desde entonces más y más gente ha reconocido la utilidad de las técnicas de modelización
en su aplicación a la investigación y desarrollo de la Agricultura. Pero también se reconoció
que el concepto original de síntesis era muy estrecho y que el análisis de sistemas y su
síntesis debían estar combinados. La modelización ha sido usada en forma creciente en las
disciplinas que estudian la agricultura pero su aplicación a sistemas de producción completos
ha originado problemas adicionales.
4. El estudio de los sistemas de producción
Los sistemas de producción agrícolas casi siempre contienen como constituyentes
fundamentales: el suelo, plantas, animales, personas, dinero, insumos minerales y orgánicos,
agua y algunas partes de la atmósfera. Si un observador no ve alguno de estos componentes
probablemente no haya prestado suficiente atención. Hay muy pocos sistemas de cultivo, por
ejemplo, que no contengan innumerables animales, a pesar de que estos sean muy
pequeños. Difícilmente sean muchos de estos componentes de importancia menor para el
funcionamiento del sistema.
Por lo tanto un modelo de un sistema de producción agrícola necesita insumos de muchas
disciplinas, y este modelo es también requerido por estas mismas disciplinas si desean
asegurarse de que sus resultados de investigación sean relevantes para la aplicación
práctica ya sea directa o indirectamente. Y puede ciertamente argumentarse de que toda la
investigación agrícola debe ser relevante, ¿por qué sino debería realizarse?.
La idea de científicos investigando plantas cultivadas o animales de uso agrícola por el
simple hecho de “entenderlos”, ignora el hecho de que el entendimiento debe ser siempre
visto con un propósito. No existe entendimiento general (ni modelo que lo exprese), que
pueda servir a todos los propósitos. El logro mediante la investigación del conocimiento o
entendimiento requerido debe ser guiado por la definición del propósito por el cuál se busca.
Asegurar la relevancia es un objetivo mayor del enfoque de sistemas en agricultura. El
estudio de sistemas de producción, por lo tanto, implica la multidiscipinariedad y una
orientación global de la investigación derivada de un modelo del sistema bajo estudio. Esto
origina problemas de organización respecto a cómo los equipos multidisciplinarios deben
formarse y trabajar. Si se juntan en forma permanente, se acostumbrarán a trabajar juntos
pero podrían perder sus raíces disciplinarias el conocimiento especial que le da valor a cada
uno. Si se juntan sólo cuando es requerido, pueden no tener idea de cómo trabajar
integrados de esta manera. En cualquier caso el líder del equipo debe ser una persona de
“sistemas”, que entienda claramente su dependencia con los miembros del equipo, pero que
pueda interactuar productivamente con ellos.
Al comienzo, la sospecha por parte de los científicos de que alguien con menos conocimiento
que ellos en su especialidad iba a venir a decirles que hacer, fue un impedimento serio para
el progreso en esta área, pero la colaboración parece enfrentar menos dificultades hoy en
día. Parte de la dificultad también era que no había personas formadas en el enfoque de
sistemas. Estos estaban surgiendo, de todas formas, de una amplia variedad de disciplinas
dependiendo enteramente de reconocimientos individuales de la necesidad de hacer algo al
respecto. Era claro que, a pesar de que muchos argumentaban que una persona de
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“sistemas” debía tener experiencia en profundidad en una disciplina, ese punto de origen era
inmaterial. Importaba menos donde uno había estado que hacia dónde uno iba. La
herramienta esencial para el liderazgo paso a ser un modelo de los contenidos y
funcionamiento de todo el sistema, al cual los especialistas se pudieran relacionar. El
desarrollo de esta herramienta es el punto clave del enfoque de sistemas.
5. El enfoque de sistemas en la agricultura
La necesidad de un enfoque de sistemas para resolver los problemas de la agricultura esta
basada en la idea de que las unidades agrícolas son sistemas y por lo tanto tienen las
propiedades de los sistemas. La enseñanza agrícola para ser relevante debe asegurarse de
que el concepto de sistema y sus propiedades han sido comprendidas. Las primeras
aplicaciones de este enfoque a la agricultura se basaron en la importante experiencia ya
existente en el área de la ingeniería y por esta razón tal vez fue natural que los primeros
esfuerzos fueran bastante mecanísticos. Esto no era muy importante cuando el agricultor
estaba operando un sistema altamente controlado (por ejemplo una batería de gallinas en
postura), pero si importaba cuando tratábamos con la agricultura de subsistencia donde el
agricultor y su familia eran parte integral del sistema y donde actividades productivas y no
productivas eran difíciles de separar.
Este tipo de problemas llevó a distinguir entre sistemas “duros” (mecanísticos) y sistemas
“blandos” (aquellos que contienen personas), y también llevó a reconocer que las formas de
investigación y por lo tanto los tipos de modelos que podían ser usados para los sistemas
“blandos” eran muy limitados. Una implicación importante de esta diferencia es que el
potencial real de mejora de estos sistemas es muy diferente. En el extremo “duro” es posible
diseñar sistemas completamente nuevos o cambiar los actuales para hacerlos bastante
mejores. En el extremo blando, es más realista aceptar que pequeños cambios en la
dirección correcta es lo máximo que se puede esperar o predecir.
En cualquiera de los dos casos, creo que las dos preguntas fundamentales con las que
habitualmente caracterizo los primeros pasos en un enfoque de sistemas para el desarrollo
agrícola, todavía se mantienen:
- ¿Cómo es el sistema a ser mejorado? (implica la construcción de un modelo)
- ¿Que constituye una mejora o avance?
6. Impactos del enfoque de sistemas
El volumen de trabajos publicados y libros publicados sobre una materia es una forma de
evaluar su desarrollo y utilidad. Pero esto se relaciona solo con la investigación, que en este
caso puede considerarse como bien establecida. Uno de los impactos más importantes del
uso del enfoque de sistemas y de la modelización es la identificación de brechas o vacíos en
el conocimiento que necesitan ser resueltos por la investigación, orientando las prioridades
en el proceso de investigación y desarrollo agrícola. Por supuesto, esto no constituye un
sustituto del buen juicio en la definición de prioridades sino una herramienta auxiliar para
este.
En la medida que la investigación y desarrollo agrícola esta inter relacionada con la
extensión, también ha habido un impacto significativo en esta área. Sin embargo, ha habido
un reconocimiento muy escaso de la importancia de “copiar” en el desarrollo agrícola. Copiar
lo que se percibe como un sistema “mejor” (en otro establecimiento o en una estación
experimental) debería ser una de las formas más comunes de mejorar los sistemas agrícolas.
En la medida de que no todo puede ser copiado y que no todo necesita ser copiado, es muy
importante tener claro que debe ser copiado y con que exactitud. Esto lleva a preguntarnos
quien nos puede decir esto y con que grado de confianza. La mayor confianza podría
seguramente ser depositada en un operador que haya desarrollado un modelo de las partes
esenciales del sistema y que pueda demostrar que el modelo se comporta en forma similar al
sistema real.
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El impacto en la educación agrícola ha sido importante pero lento y difuso, hay pocos
ejemplos concretos de cambio o de pensamiento sistemático en esta área. esto se debe en
parte a la dificultad de cambiar cursos y currículas establecidas durante muchos años y que
tienen una entrada permanente de estudiantes.
Los progresos han sido muy lentos también en la aplicación del enfoque de sistemas a la
elaboración de políticas agrícolas, a pesar de que muchos eminentes científicos se han
dedicado a esta área. Esto es resultado, probablemente, de que los políticos son
generalmente escépticos de la metodología de sistemas y sospechan de cualquier
sugerencia de planificación. También los alarma la idea de ser claros en decir a dónde
quieren llegar (excepto en términos muy vagos), en caso de que nunca lleguen. Es cierto que
el mundo actual cambia muy rápidamente y por lo tanto también cambian las demandas
políticas. Sin embargo los políticos deben aceptar la necesidad de explorar las
consecuencias sobre el sistema en su conjunto de cualquier cambio que propongan o
impongan. Las técnicas de modelización se están usando cada vez más para explorar las
principales opciones de desarrollo y así mejorar el proceso de toma de decisiones.
El enfoque de sistemas ha sido siempre para mi una combinación de conceptos o principios
filosóficos y metodología (fundamentalmente modelización). Mucha experiencia se ha
acumulado en los últimos años, sin embargo poco progreso se ha logrado en mejorar el nivel
de pensamiento sobre los problemas de la agricultura, aparte de los ejercicios de
modelización. El enfoque de sistemas tiene mucho que ofrecer para esto.
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