Una cadena de valor que pone sus fichas en cada eslabón.

Transcripción

Una cadena de valor que pone sus fichas en cada eslabón.
09 feb 2016 / por Decisión Ganadera / Nuestra
Opinión
Carne bovina – Una cadena
de valor que pone sus
fichas en cada eslabón.
Empieza el año y tras una primera etapa de extrema
incertidumbre que definitivamente incidió en el grado de
racionalidad implícito en las decisiones económicas, vamos
viendo como el sedimento revuelto por los primeros días
del nuevo gobierno se empieza a asentar dando paso a
una mayor claridad respecto del nuevo escenario político y
económico a transitar.
Ahora bien, en lo que respecta específicamente al sector
que nos concentra, fuimos testigos de un fuerte reacomodo
de una cadena de valor que, en dicho proceso,
necesariamente se expuso a fuerte tensiones en cada
eslabón producto de la puja resultante de la consolidación
en el reparto de la renta.
Es así que desde diciembre, la incertidumbre que suele
traducirse en conductas alineadas al refugio, encontraron
en la hacienda el destino inmediato de la liquidez
disponible, incidiendo, y en consecuencia exacerbando, el
desequilibrio de precios que por mala praxis política
durante años padeció la cadena entera.
Como ya se dijo en el mes de diciembre, la cadena se vio
expuesta a condiciones que, al menos en la coyuntura,
favorecieron netamente a sus eslabones extremos (Cría y
Faena). Esto último se confirma con la evidencia fáctica
que arrojaron los precios.
Por un lado una invernada, que por cuestiones
estacionarias de base, y por especulación coyuntural
esperable en la superficie, vio superada su oferta
(insuficiente) convalidando valores de terneros hasta por
encima de $40/kg. Por otro lado y desde el otro extremo de
la cadena, observamos una industria que fundamentó su
optimismo al confirmarse su nuevo esquema competitivo,
con quita de retenciones, corrección del tipo de cambio, y
eliminación de restricciones burocráticas que en la práctica
censuraban la capacidad exportadora de la misma,
bloqueándole una – herramienta / recurso – crítico en el
proceso de integración de precios y maximización del valor
de la res entera.
Ahora, habiendo transcurrido ya un bimestre desde el
cambio de signo político, y habiendo bajado la euforia y el
burbujeo de expectativas que eso conlleva, nos atrevemos
a mirar el horizonte conscientes de hacerlo incluyendo en
nuestros modelos de pensamiento la variable tiempo, y
percibimos con claridad oportunidades intactas . Los recursos y
el Know How siguen presentes, y el escenario
macroeconómico volvió a mostrase amigable al productor
que solo esperaba la posibilidad de volver a hacer lo que
sabe.
Es hora de parar la pelota y pensar que esta cadena de
valor debe traccionar coordinada, y que el tiempo es clave,
no solo por las exigencias que impone la producción de un
bien biológico como la carne bovina, cuyos ciclos de
producción son mucho más extensos que en la agricultura,
sino también porque sus precios relativos actuales exigen
un proceso de tomas de decisiones racionales, pues sus
consecuencias desde el punto de vista económico excluyen
la posibilidad de equivocarse.
Es así que analizando la evolución de la posible oferta que
se espera disponible para el primer cuatrimestre de 2016
por parte del primer eslabón de la cadena (Cría), resulta
altamente probable que aparezcan más terneros que en
2015, pero con un contexto de expectativas favorables
para el negocio y con un buen estado general de los
campos, que oficiarán de garantes de continuidad en la
retención de hembras y, aunque en menor medida, también
de una retención de machos, que en conjunto definirán una
oferta que sufrirá presiones de una demanda claramente
fortalecida.
En cuanto al segundo eslabón de la cadena (invernada)
que hasta el momento no solo no fue beneficiado por el
reacomodo estructural de la cadena de valor, sino que
incluso (en el caso del feedlot) vio claramente
incrementados sus costos de alimentación por la
revalorización del maíz fruto de su reincorporación al
mercado internacional de granos, entendemos clave la
eficiencia productiva, así como la modificación gradual de
los sistemas hacia la producción de un animal (joven) más
pesado con destino a faena, de manera tal de diluir el costo
del alto ratio Precio Ternero (invernada) / Precio Novillo
(gordo). No obstante, dicha relación ternero/novillo,
suponemos que alcanzará su piso en marzo /abril por
cuestiones estacionales de aumento de oferta de terneros
(zafra) y el mayor desbalance entre oferta y demanda de
gordos (máximo precio novillo). Esto último se viene
verificando hasta el momento, dado que desde noviembre
a enero, dicha razón pasó de 1,39 a 1,31 y con una
tendencia de continuidad esperable por lo ya argumentado.
Por todo lo expuesto, y fundamentalmente por lo referido a
la evolución esperada del valor del novillo gordo para los
próximos meses, es que resulta entendible que la carne en
los mostradores se aferre a los precios ya aceptados por el
consumidor, y aún con alguna pérdida de ventas no se
resigne a retraerlos por efímeras caídas del precio del
novillo.
Las cartas están echadas, la verdad ya está sobre la mesa,
ahora es cuestión de paciencia, prudencia, y conciencia de
que en un negocio de cadena, el valor deberá fluir y
repartirse a lo largo de esta. Que la ansiedad y el
individualismo de sus actores no terminen boicoteando un
negocio compartido y dependiente crítico del equilibrio.
Que no se pierda de vista la premisa compartida de que la
fortaleza de una cadena será siempre la resistencia posible
de su más débil eslabón.
Publicaciòn de “Desiciòn Ganadera” de fecha 09-02-2016