tolosako andre mariak

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tolosako andre mariak
TOLOSAKO ANDRE MARIAK
Mikel Telleria Tapia
MIKEL G. TELLERIA TAPIA
MONOGRAFIAS - 04
DESCRIPCIÓN E HISTORIA DE LAS VÍRGENES DE
TOLOSA
La devoción religiosa hacia la Virgen María, desde la antigüedad en Tolosa, es una realidad
que se demuestra por los hechos históricos, documentación al respecto y sobretodo por la
relativa abundancia de lugares de culto hacia ella. En el transcurso de nuestra historia, han sido
principalmente dos las vírgenes las que han marcado en cierta manera la vocación mariana de
la Villa: la de Iurre y la de Izaskun. Sin embargo, hay referencias históricas de otras vírgenes
que aunque han desaparecido, o no tuvieron nunca la relevancia de las primeras, gozaron en
algún momento de un protagonismo que no se debe olvidar. Entre éstas se citarán la Virgen de
la Santa Paloma de Ollazabal, la Virgen “del torno” de Santa Clara, las del Viático, Asunción,
del órgano y del Rosario de Santa María, la Virgen de Erniobea, o la Virgen de Sokorrope.
También se hará mención a las copias existentes de las de Iurre e Izaskun.
La intención de este trabajo es hacer una exposición clara de los datos referentes a cada una de
ellas para salvarlas del olvido. En el desarrollo de la misma, se expondrán los datos reales y
perfectamente documentados, así como las teorías y supuestos de algunos autores que
trabajaron sobre el tema. También se hará referencia a leyendas o tradiciones que, aunque bien
pudieran haber ocurrido, carecen de cualquier referencia histórica documentada.
La exposición se hará siguiendo el orden cronológico de su irrupción en nuestra historia.
VIRGEN DE LA SANTA PALOMA DE OLLAZABAL. Según relata el historiador
Federico Gebara (Guevara) en su libro titulado De Yurre a Izazcum, “por el siglo IX (860)
existía en las faldas del monte Yurre (Iurre), un Santuario de Santa María, Santuario de la
Santa Paloma llamada Ollazabal, predilecto de la Real familia pirenaica de los Aznarez
Sanchones Larrón, procedentes del vecino valle de Larraún...” “...una rama de esta familia, la
del primer Señor de Guipúzcoa, el ascendiente de Garzia Aznariz, arraigó en este valle del
Oria u Ollazabal, en torno del Santuario de Santa María de Yurre, tomando como Ella el
nombre local de Yurramendiz”.
Como se desprende del párrafo anterior, siempre según Gebara, la Virgen de la Santa Paloma
y la de Iurre es la misma, aunque con su nombre cambiado en el momento en el que la citada
familia se asentó en Tolosa, concretamente en Iurre.
De esta Virgen, no hay ningún tipo de vestigio físico. Solamente en el caso de que fuera
acertada la versión indicada por Gebara, se podría aceptar, en principio, que la imagen
existente de la Virgen de Iurre sería a su vez la imagen de la Virgen de la Santa Paloma. Sin
embargo, la imagen actualmente existente y que supuestamente corresponde a la Virgen de
Iurre, se acepta como tallada entre los siglos XII y XIII, época bastante posterior en el tiempo
a la hipotética existencia de la Virgen de la Santa Paloma, que Gebara sitúa en el año 860.
VIRGEN DE IURRE. Virgen venerada antiguamente en su ermita de Nuestra Señora de
Iurre. Dice la tradición que acompañó a Johanes de Iurreamendi en la batalla de las Navas de
Tolosa. También se dice que su imagen es la que se conserva en el convento de Santa Clara de
Tolosa.
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Aceptándose o no los orígenes y referencias expuestas en el apartado dedicado a la Virgen de
la Santa Paloma, lo cierto es que el santuario de Nuestra Señora de Iurre, actual ermita de San
Blas, existía en tiempos antiguos y llegó a constituirse en parroquia, coincidiendo en el tiempo
con las parroquias de San Esteban y Santa María.
El 2 de febrero de 1334 el obispo de Iruñea accedió a la reunificación de las parroquias de
Tolosa, afectando de este modo a la parroquia de Iurre, que se agregó definitivamente en 1380.
Parroquia y terrenos fueron adquiridos por la Villa en sendas compras de 1348 y 1353.
En el año 1475, la autoridad eclesiástica concedió un permiso para que se edificara un altar
dedicado a San Blas en la ermita de Iurre.
Según el Libro de Decretos y Mandatos de los Obispos y Visitadores de Pamplona que se
guarda en los archivos de la parroquia de Santa María de Tolosa, la ermita todavía se
denominaba Santa María de Iurre el 7 de noviembre de 1540, durante la visita efectuada a la
misma por el obispo de Pamplona don Pedro de Pacheco, y además se describe que había 2
altares, el principal de Nuestra Señora y el otro de San Blas. Dice el documento: “Hermita de
sta. María de Yurre, En la dicha Hermita ay dos altares el principal de nra Se y el otro de San
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Blas”. (R-Gebara-pag.238). En este punto F. Gebara apunta, sin ningún soporte documental,
que la imagen no era la primitiva sino una copia de alabastro.
Años más tarde, en la visita que en 1568 el obispo Diego Ramirez efectuó a la ermita, ésta ya
se denominaba de San Blas. Esto indica con seguridad casi total, que la imagen de la Virgen
ya no estaba en la ermita.
Lo que ocurrió después de 1540 con la imagen, no se sabe a ciencia cierta. Es posible que se
destruyera debido a la acción del tiempo, que fuera trasladada a otro lugar, o que fuera
recogida por la familia Iurreamendi. En la actualidad, en el convento de Santa Clara hay una
imagen románica que según la tradición es la de la Virgen de Iurre. Esta imagen, fue donada al
convento por la viuda de Luis de Iurreamendi.
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La imagen de estilo románico y muy antigua, tiene 48 cm de altura y es de madera
policromada. En un principio tenía a un niño Jesús sentado centrado en su regazo, pero en la
actualidad ha desaparecido. Así mismo se observa que tiene los antebrazos postizos y
procedentes de otra época. Tallada posiblemente entre los siglos XII y XIII o incluso en época
anterior, es del tipo “socia belli”, que quiere decir, compañera de batallas. Este tipo de
Vírgenes están ahuecadas por su parte posterior e interior, y talladas de tal manera que podían
ser transportadas encajadas perfectamente en un saliente especial que disponía la silla del
caballo de los guerreros cristianos, según costumbre de aquella época. De todos modos,
aunque es muy posible que en este caso la tradición sobre su origen y andanzas coincida con la
realidad, no hay base documental para afirmar que efectivamente lo sea.
La talla original permanece debidamente custodiada. Hoy se veneran cuatro copias de la
imagen. Tres de ellas realizadas en Iruñea el año 2000. La primera, en un altar del convento de
Santa Clara, la segunda en la iglesia del barrio de Amarotz, la tercera en el convento de los
Sacramentinos y la cuarta, de autor desconocido, en la iglesia de los Escolapios.
VIRGEN DE IZASKUN. La Virgen, o Nuestra Señora de Izaskun se venera en la ermita de
Izaskun situada en el término municipal de Ibarra, aunque su patronazgo corresponde a la
parroquia de Santa María de Tolosa desde 1418. Patrona de la Villa desde el año 1940. Su
festividad se celebra el segundo domingo de septiembre.
La imagen, está tallada en madera y sobredorada, con una altura de 36 cm. Tiene sobre su
rodilla izquierda al niño Jesús y en su mano derecha una flor. Pertenece al tipo de vírgenes
denominadas “de la manzana”. Actualmente descansa sobre una base también dorada que
dispone en su interior de un relicario con puerta. De estilo románico, según el equipo de
Artelan restauradores, data posiblemente del periodo situado entre los siglos XII y XIII,
pudiendo ser de época anterior.
Aunque no se sabe con certeza ni su origen, ni exactamente su antigüedad como ocurre en
muchísimos casos similares, hay un estudio muy detallado del investigador Federico Gebara,
que en su libro De Yurre a Yzazcum, describe con parte de apoyo documental y con una lógica
histórica muy voluntariosa y subjetiva, el posible origen y los avatares protagonizados por la
imagen de esta Virgen. Aunque en su origen los argumentos coinciden con los expuestos en la
descripción de la Virgen de Iurre, es necesario repetirlos para la comprensión total de la teoría
de Gebara.
El resumen es el siguiente: en el año 860 existía en Iurre un santuario de la Virgen, llamado
santuario de la Santa Paloma de Ollazabal. Este santuario, en un momento determinado,
cambió su nombre por el de Iurre y llegó a constituirse en parroquia. El 2 de febrero de 1334
el obispo de Iruñea accedió a la reunificación de las parroquias de Tolosa, afectando de este
modo a la parroquia de Iurre, que se agregó definitivamente en 1380. Parroquia y terrenos
fueron adquiridos por la Villa en las compras de 1348 y 1353.
Con anterioridad, en intramuros, ya estaba construida la primitiva parroquia de Nuestra Señora
de la Asunción, ante cuya imagen, en 1346, realizaban sus juramentos los hijosdalgo de
Tolosa, tal y como se indica en la documentación de 11 de mayo de 1346 existente en el
padrón de hijosdalgo de Tolosa en el Archivo provincial. Esta imagen de la parroquia se salvó
del incendio de 1501, pero no del de 1781, en el que se destruyó junto con el retablo.
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Antes de su destrucción, en 1677, el capellán de Izaskun, el señor Aldabalde, hizo una
comparación entre las imágenes de Santa María y la de Izaskun, en la constataba la
extraordinaria similitud entre ambas imágenes, indicando que a su parecer, la de Izaskun era
más antigua, dando a entender que la de Santa María era copia de la de Izaskun en aquel
momento. Sin embargo el culto a la de Izaskun se instauró en 1418, (siempre según Gebara)
posterior por lo tanto a 1346, fecha en que los hijosdalgos juraban ante la supuesta copia.
Según Gebara, si en 1346 la copia estaba en Santa María y la original no estaba en Izaskun,
era porque estaba en otro sitio. Por otra parte, en 1475, la autoridad eclesiástica concedió un
permiso para que se edificara un altar dedicado a San Blas en la ermita de Iurre. Es lógico
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pensar que en aquel momento ya se rendiría culto al Santo desde hacía tiempos y también que
ya no estaría la Virgen dentro de la ermita. Esta deducción mueve a Gebara a afirmar que la
citada Virgen se habría trasladado a Izaskun como atracción fervorosa hacia un santuario
abandonado. La imagen de Santa María sería una copia anterior a 1346 que fue colocada en la
parroquia por la devoción ancestral de los tolosanos a la imagen de Iurre. Esta explicación
totalmente subjetiva y carente del rigor documental necesario, podría explicar el origen de la
imagen que hoy se venera en Izaskun. Siempre aceptando la teoría de Federico Gebara e
ignorando las consideraciones que se exponen a continuación.
Contradiciendo esta teoría, el que fue durante muchos años párroco de Tolosa y ferviente
“izaskunista”, Monseñor Wenceslao Mayora Telleria en su libro Historia de nuestra Señora de
Izaskun, desmonta la expresada teoría apoyándose en documentación existente. Sus
consideraciones se pueden resumir en dos puntos fundamentales.
1º La ermita todavía se denominaba Santa María de Iurre en 1540, durante la visita efectuada a
la misma por el obispo de Pamplona don Pedro de Pacheco, y además describe que había dos
altares, el principal de nuestra Señora y el otro de San Blas. Así consta en el Libro de Decretos
y Mandatos de los Obispos y Visitadores de Pamplona que se guarda en los archivos de la
parroquia de Santa María de Tolosa. Por ello, la imagen sí estaba en Iurre en 1540.
2º Según una bula expedida por el Administrador perpetuo de la iglesia de Pamplona,
Lanceloto de Navarra, patriarca de Alejandría, la ermita de Izaskun era en 1418, fecha de la
bula, “una iglesia rural de tiempos antiguos...”, “que “sus habitadores la dejaron desolada...”, y
que “en tiempos pasados los dueños del Palacio de Echezarreta acostumbraron de hecho a
ocupar violentamente los Diezmos...”. Esta bula aclara que la Virgen de Izaskun se hallaba en
su ermita en tiempos muy anteriores al año 1418, es decir coincidiendo en el tiempo con la
presencia de la Virgen de Iurre en su ermita, y además, la bula no era para establecer el culto a
la Virgen, sino para agregarla a la parroquia de Tolosa.
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Por lo tanto, según estas afirmaciones documentadas, no hay ninguna vinculación entre las
imágenes de Iurre e Izaskun, tal y como afirmaba Federico Gebara.
Dejando a un lado su origen, la imagen de la Virgen de Izaskun permaneció durante siglos en
su ermita hasta el periodo constitucional surgido tras la muerte de FernandoVII. Ante los
atropellos cometidos por las tropas nacionales, el dueño del caserío Elortzu, escondió la
imagen en una cueva situada junto al caserío Lizaratzu, próximo a Izaskun, hasta que pasó el
peligro. Tras el incendio de la ermita en 1873, la imagen fue depositada en la parroquia de
Ibarra, permaneciendo en aquel lugar hasta 1876, año en que fue devuelta a Tolosa. El 11 de
agosto de 1882, la imagen fue conducida otra vez a la restaurada ermita. Sin embargo, con el
nuevo incendio de 1883, regresó a su exilio de Santa María de Tolosa. Allí permaneció hasta
1904, año en que volvió a Izaskun tras ser reconstruida nuevamente la ermita. Fue coronada
canónicamente el 11 de septiembre de 1949. Los materiales para elaborar su corona fueron
aportados por los tolosanos. Según palabras de Mayora: “Hoy, día 17 de enero, llevamos
recibidos kilo y medio de oro, con magníficas joyas cuajadas de brillantes, y siete kilos y
medio de plata.” Ha sido restaurada en varias ocasiones, la última, efectuada por el equipo
Artelan, data de 26 de abril de 1999. En la actualidad, ante el peligro de robos, la imagen
permanece debidamente custodiada y en la ermita permanece una copia de la misma, ejecutada
por Juanito Lope. Otra copia, tallada por Julio Beobide a mediados del siglo XX, se venera en
el antiguo baptisterio de Santa María. (R44).
VIRGEN “DEL TORNO”. Pequeña imagen de la Virgen María, 23,5 cm., que se conserva
en el monasterio de Santa Clara. Se le llama “del torno” por haber aparecido depositada en el
torno del monasterio hacia 1770. También se le denomina como Virgen Txikia, en
contraposición con la Virgen de Iurre o Aundia. Llama la atención la finura de su talla, de
estilo renacentista. Se desconoce su origen aunque su talla se podría datar en el sigloXV.
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VIRGEN DEL VIÁTICO. Talla de madera policromada destinada a ser transportada,
mediante un asta o vara, acompañando a la comunión o viático que se llevaba a los enfermos
de los caseríos. No tiene estilo artístico definido. Tiene una altura, sin pedestal, de 35 cm. y se
encuentra en la sacristía de Santa María. Se desconoce el año en el que fue tallada.
VIRGEN DE LA ASUNCIÓN (1). Talla de madera situada en el pórtico de entrada a la
iglesia de Santa María. Es de estilo barroco y posee un extraño color calcáreo, asemejándose a
la piedra. Está tallada entre los siglos XVII y XVIII.
VIRGEN DE LA ASUNCIÓN (2). Talla de madera policromada que se sitúa sobre el
órgano. Probablemente data de finales del siglo XVII fecha en la que se ensambló la actual
caja del órgano a cargo de Juan de Leizi.
VIRGEN DEL ROSARIO. Talla en madera policromada atribuida al imaginero valenciano
Tane, posiblemente perteneciente al taller de José Piquer, director de la Academia San Carlos
de Valencia. Está fechada en 1829 y es de estilo neoclásico.
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VIRGEN DE SOKORROPE. Virgen del Socorro situada antiguamente en un nicho existente
junto al pasadizo llamado Sokorrope, bajo la casa de las Damas, en Plaza Berri. Según el
depositario actual, la imagen fue retirada del lugar hacia el año 1900, permaneciendo en
manos de la familia Mokoroa Arsuaga hasta la actualidad.
Está tallada en madera y alcanza una altura de 85 cm. Permanece sobre un sillón dorado.
Llama la atención que cada mano sujeta un cetro. El niño Jesús, muy pequeño se aferra al
cuello de su madre.
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De su origen, estilo o autoría no se sabe nada a ciencia cierta. Físicamente se parece, por su
aspecto, a las vírgenes romanistas de los siglos XVI ó XVII. Durante su restauración,
efectuada por la casa Albaialde en 2003, se apreciaron numerosas reparaciones, piezas
añadidas, etc. También, se observó que tenía unas 5 capas de pintura superpuestas,
advirtiéndose que la primitiva imagen era policromada. De todo ello se puede deducir que ha
sido una imagen que tuvo en su día un culto bastante activo y, así mismo, que siempre estuvo
bajo cuidados de conservación, aunque siempre sin aportar datos concretos que avalen lo
expuesto anteriormente.
Era tradición que las mujeres embarazadas acudieran a Ella para pedirle un buen parto.
VIRGEN DE ERNIOBEA. La única cita que el autor conoce de esta Virgen es la que hace de
Ella Wenceslao Mayora Telleria en su libro Historia de Nuestra Señora de Izaskun, en el que
dice expresamente: “¿es la que fue venerada bajo la advocación de Nuestra Señora de
Erniobea, en cuya hermandad están asociados los sacerdotes de la comarca de Tolosa?”.
Consultados los sacerdotes más antiguos de la parroquia de Santa María, dicen desconocer la
existencia de esta Virgen. No hay ningún vestigio físico de la hipotética imagen.
Este trabajo se finalizó el 14 de abril de 2010.
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