SALUDO EN VALLADOLID, CON MOTIVO DEL CENTENARIO DE

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SALUDO EN VALLADOLID, CON MOTIVO DEL CENTENARIO DE
SALUDO EN VALLADOLID, CON MOTIVO DEL CENTENARIO
DE LA MUERTE DE LA M. PILAR
21 de mayo de 2016
Buenos días a todos: Hermanas y laicos con los que compartimos carisma y
misión. Me alegro mucho de estar hoy con vosotros, aquí en Valladolid, para recordar
a la M. Pilar en el centenario de su muerte. Santa Rafaela María estará muy contenta
de vernos reunidos celebrando a su hermana y agradeciendo todo lo que ha sido y ha
hecho por la Congregación.
En ellas tenemos un cimiento sólido del Instituto, hecho de fe, pasión, humildad
y perdón. Las dos hermanas vivieron conscientes de que eran ese cimiento y tenían
un gran deseo de que el Instituto, su Familia, crezca y que a través de él muchos
conozcan y amen a Jesucristo. ¡Qué suerte tener unas fundadoras tan santas y al
mismo tiempo tan humanas!
Especialmente durante estos 50 años, después del Concilio Vaticano II, hemos
ido conociendo cada vez más a Santa Rafaela María y su carisma, y de esta manera
ahondando en la identidad de Esclavas. Me da alegría de que hoy tengamos esta
oportunidad de acercarnos más a la Madre Pilar, conocerla y profundizar en su ser de
Esclava e intimar con sus sentimientos. Desde luego sin ella no hubiera nacido nuestro
Instituto. En él nos ha dejado algunas intuiciones carismáticas que hoy las
reconocemos como parte de nuestra identidad: la pertenencia del Instituto al Corazón
de Jesús, su pasión por formar y evangelizar a los jóvenes y la síntesis vital entre
adoración y educación, vida y eucaristía.
La Madre Pilar recogió con entrañable familiaridad las vivencias de las primeras
Esclavas y las supo transmitir. Mirarla al lado de Rafaela María nos enriquece y nos
ayuda a captar mejor nuestra vocación y misión en la Iglesia.
De ellas hemos heredado lo que hoy es nuestra espiritualidad. Les tocó poner
el cimiento del edificio, y nosotros ¿qué podemos aportar cada uno: laicos y Esclavas
para que sigamos creciendo en fidelidad a estos cimientos?
En este día de modo especial las recordaremos, disfrutaremos de su presencia
y agradeceremos de corazón el don de estar aquí, en unión con ellas.
Inmaculada Fukasawa aci

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