Cacatúas: unas `punkis` que quieren cariño

Transcripción

Cacatúas: unas `punkis` que quieren cariño
MASCOTAS
Cacatúas: unas
‘punkis’ que
quieren cariño
Son las más afectuosas y divertidas
entre los parientes de los loros.
Pueden ser entrañables como
los niños… pero también caóticas
si en casa faltan afecto y buen trato.
ƒBlanca y con cresta
amarilla de largas
plumas, a la Cacatua
galerita se la llama
también de Moño
Amarillo. Suele medir
50 centímetros y pesar
cerca de un kilo. Este
ejemplar tiene 30 años.
parecerá sin duda un lujo tener esta criatura de la selva austral en casa, una especie con porte y esa cromática cresta que
mueve a voluntad según su estado de
ánimo —la principal diferencia anatómica con los demás loros—, que es activa,
juguetona, más inteligente que cualquier
otro pájaro, que se encariña y puede ser
adiestrada como uno de esos ejemplares
actores de los espectáculos de zoológico.
Pero tantos atractivos acarrean por
compensación un peaje: la responsabilidad. Adoptar una cacatúa no es como
probar con un canario. Dependiendo de
la especie, pueden vivir entre dos y ¡seis
décadas!, y su capacidad de entendimiento y dependencia afectiva exigen que su
familia humana esté segura de la decisión
a largo plazo. “En la Naturaleza se emparejan de por vida, son muy sociables, necesitan estímulos, por eso en su cuidado
prima la atención”, explica Miguel Ramiro,
de la tienda de mascotas de Los Peñotes.
Disfrutar de una cacatúa en su mejor ver42 verdeesvida
sión requiere, por tanto, de un buen entrenamiento desde el principio. Por ambas
partes. Lo mejor es adquirirla muy joven,
cuando aún carece de (malos) hábitos. En
los centros de jardinería encontrarás cacatúas de criadero y con solo dos o tres meses de edad, alimentadas con papilla y ya
acostumbradas al contacto humano.
Paciencia, delicadeza y cariño
A partir de ahí, “la adaptación a la vida doméstica se basa en la paciencia, la delicadeza y el cariño”, sostiene Ramiro. Hay que
evitar forzarla o hacer movimientos o ruidos bruscos. Se la debe acostumbrar poco
a poco a salir de la jaula, a posarse en un
lugar determinado, a la rutina de la alimentación y, sobre todo, al contacto físico, que
suele empezar por pequeñas caricias en el
pecho como hacen ellas en la Naturaleza.
Si no se siente a gusto será fácil que se
arranque a chillar, suelte algún picotazo
o se arranque las plumas. ¡Paciencia de
nuevo! Es importante observar qué factor
la altera y si se porta mal aplicar castigos
tranquilos, como devolverla a la jaula o
dejarla sola un rato, procurando que asocie esa reacción con su comportamiento.
Aprenderá rápido. Siempre se puede consultar con los expertos en caso de duda.
La importancia del entorno
La jaula ha de ser muy amplia y limpia, con
suficientes soportes y juguetes que se pueden cambiar periódicamente para estimular su curiosidad. Se deben renovar a diario
el agua y los alimentos, ya sean preparados
especiales (los encontrarás en tu centro de
jardinería) o el complemento de semillas o
frutas y verduras frescas que tanto les gustan. Ten cuidado con las corrientes de aire
frío y disuádela de la tentación de volar cubriendo las ventanas de la habitación con
cortinas o estores traslúcidos. Adoran los
baños, por relax además de higiene.
Cumpliendo este programa educativo, la
cacatúa pronto se sentirá integrada y aprenderá gestos por repetición —posarse en
la mano o el hombro, recoger objetos— o
palabras y silbidos, aunque no sean tan lo-
FOTOS: ISTOCKPHOTO / GLOBAL IP
A LOS AMANTES DE LAS AVES LES

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