Terapia celular
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Terapia celular
Simposio 9 Terapia celular Moderadora: Pilar Ortiz. Banc de Sang i Teixits, Barcelona S9-1 Desarrollo de la hemopoyesis en humanos: del embrión al adulto A. Bigas. S9-2 Cellular immunotherapy against infectious agents P. Comoli. S9-3 Optimización de sistemas de producción celular con calidad GMP JJ. Cairó, J. Garcia. Simposio S9-1 Desarrollo de la hemopoyesis en humanos: del embrión al adulto Desarrollo de la hemopoyesis en humanos: del embrión al adulto S9-1 A. Bigas. Grupo de investigación en Células Madre y Cáncer. Programa de investigación en Cancer. IMIM-Hospital del Mar. Parc de Recerca Biomédica de Barcelona (PRBB). Introducción Las células madre hematopoyéticas son las responsables de la formación de células sanguíneas especializadas durante toda la vida. Para ello, estas células deben tener la capacidad de auto-renovación, así como de diferenciación hacia los distintos tipos celulares. La capacidad de autorenovación indefinida es la que diferencia a estas células de los progenitores multipotentes. Históricamente se han desarrollado diversas técnicas para caracterizar y distinguir las células madre de otros precursores hematológicos indiferenciados. Actualmente, se considera que una célula madre hematopoyética es aquella que es capaz de reconstitutir la hematopoyesis al ser transplantada a un organismo inmunodeprimido1. Estas células residen en la médula ósea de una persona adulta y se perpetúan mediante auto-replicación. Sin embargo, en algún momento debe existir un precursor a partir del cual las células madre del adulto se generan. Actualmente hay evidencias de que esta célula precursora existe, al menos, durante la vida embrionaria, ya que se ha demostrado que las células hematopoyéticas de un ratón adulto provienen de un precursor con características endoteliales (VE-cad+ aunque también Runx+) que se formó durante el desarrollo embrionario y que muy probablemente coincide con el denominado hemangioblasto25. Estas investigaciones son muy importantes para demostrar que el proceso de la hematopoyesis embrionaria esconde las claves para saber generar células madre hematopoyéticas con capacidad de formar todos los tipos de células hematológicas a largo plazo. Hematopoyesis primitiva en el saco vitelino ¿Qué sabemos sobre la hematopoyesis en el embrión humano? Al igual que en el ratón, hay una primera etapa embrionaria que se caracteriza por la formación de algunos tipos de células sanguíneas, mayoritariamente eritrocitos y macrófagos. Este proceso tiene lugar durante un corto periodo de tiempo y se conoce como hematopoyesis primitiva. Estas células sanguíneas primitivas se originan en el saco vitelino que es la estructura más externa de origen embrionario, probablemente para facilitar el acceso del oxígeno a los eritrocitos. Estas células serán las encargadas de distribuir oxígeno al embrión cuando éste haya crecido suficiente como para que no pueda conseguirlo por difusión celular. Esto ocurre a partir de los 21 días de desarrollo en el embrión humano (día 8.5 en ratón) que es cuando se establece la circulación entre el embrión y el saco vitelino mediante las arterias y venas vitelinas, y al mismo tiempo se observa la conexión entre el embrión y la placenta (mediante las arterias y venas umbilicales). Cuando estas conexiones se han establecido, las células hematopoyéticas primitivas originadas previamente en el saco embrionario están disponibles para circular hasta el embrión y cubrir las Figura 1 : La gráfica muestra el porcentaje de células hematopoyéticas b-galactosidasa+ en un ratón adulto que provienen de unos precursores marcados a distintos días de desarrollo embrionario (eje X, E6.5 a E10.5). Estos estudios demuestran que células Runx1+ marcadas genéticamente en un embrión de día 9.5 (aproximadamente) son precursoras del 100% de las células sanguíneas que se encuentran en el ratón adulto). Publicado por Samokhvalov et al, Nature 2007 necesidades iniciales de oxígeno y nutrientes. El proceso de la hematopoyesis primitiva, aunque muy importante durante el desarrollo, es un proceso transitorio e independiente del que formará las células hematopoyéticas que mantendrán al organismo adulto. Más adelante, sin embargo, el saco embrionario puede tener capacidad para formar otras células que sean precursores de las células madre adultas. Esta posibilidad está todavía en discusión5,6. Hematopoyesis definitiva durante el desarrollo embrionario A partir de día 19 de desarrollo embrionario humano (día 10 en el ratón), en la región caudal de la aorta dorsal , donde se localiza la gónada y el mesonefros (AGM), se observan células hematopoyéticas indiferenciadas que, a diferencia de las células hematopoyeticas primitivas, tienen la capacidad de regenerar la hematopoyesis de forma permanente al ser transplantadas a un ratón SCID irradiado7. Esta característica es la que identifica a las células madre hematopoyéticas y las primeras células de este tipo que se detectan en el embrión, se generan en esta región de la AGM, asociadas al endo- 20 Congreso Nacional de la SETS 141 A. Bigas. Figura 2: Representación de las distintas fases y nichos hematopoyéticos durante el desarrollo hematopoyético en el embrión de ratón y humano. (a partir de Mikkola et al,(12)) telio de la aorta8. Últimamente se ha descrito que simultáneamente se originan células de las mismas características en la placenta y en las arterias vitelinas y umbilicales, indicando que muy probablemente las condiciones para generar células madre hematopoyéticas se consiguen en diversas estructuras arteriales del embrión9,11. El proceso de formación de estas células se ha caracterizado en los últimos años gracias en parte al estudio de ratones mutantes que presentan alteraciones en las primeras etapas de la hematopoyesis. Así mismo, los embriones mutantes para genes como AML1/Runx1 o GATA2 entre otros, carecen de células hematopoyéticas capaces de reconstituir un organismo adulto (13, 14). Se considera que la expresión de estos genes es parcialmente los responsable de la ejecución del programa hematopoyético. Vías de señalización molecular que regulan la formación de células madre hematopoyéticas en el embrión Nuestro laboratorio está investigando el papel que algunas vías de señalización como Notch y Wnt tienen en el proceso de formación de las células madre hematopoyéticas. Como es lógico, los experimentos funcionales deben hacerse en ratón para después buscar las comparaciones en el caso de células humanas. En estudios publicados recientemente hemos demostrado que la vía de Notch debe activarse para que las células hematopoyéticas de la aorta puedan formarse. Notch es una proteína que se encuentra en la membrana de muchas células y que interacciona con otras proteínas que se encuentran en células adyacentes (ligandos). Estas interacciones célula-célula tienen como resultado el procesamiento de Notch y su internacilización al núcleo de Figure 3: A) Embriones de ratón a día 9.5-10 de desarrollo incluidos dentro del saco vitelino (izquierda) o sin el saco vitelino (izquierda). El recuadro señala la región donde se encuentra la AGM. B) sección transversal de una aorta murina donde se observan células que expresan el transgen GFP bajo el promotor Ly6/sca que funciona en HSC (15) C) tinción CD34 en una sección de aorta de un embrión humano. Se observa un cluster de células emergentes que son CD34+16. 142 20 Congreso Nacional de la SETS Simposio S9-1 Desarrollo de la hemopoyesis en humanos: del embrión al adulto Figura 4: Protocolo experimental para analizar las células hematopoyéticas que se originan en la aorta de un embrión de ratón. Estas células una vez obtenidos se disgregan mediante incubación en collagenasa y se pueden transplantar a ratones irradiados para estudiar las HSC. la célula dónde funciona como factor de la transcripción. En el caso de la hematopoyesis embrionaria en la aorta, sabemos que Notch tiene que interaccionar con Jagged1 para que se pueda formar hematopoyesis17. Otra línea de investigación importante en el laboratorio consiste en identificar la función de la vía de señalización de Wnt que és importante en el este proceso. sible pensar en su utilización terapéutica. En resumen, no se ha conseguido generar células madre hematopoyéticas de forma reproducible a partir de células madre embrionarias. Gran parte de este fracaso es debido a que no conocemos cómo se generan estas células y para ello debemos estudiar cómo se hace en el embrión e intentar seguir los mismos pasos en el laboratorio. Aplicaciones de la investigación embrionaria en la generación de tejido sanguíneo Problemas asociados a la hematopoyesis embrionaria: dónde se generan las leucemias? Existen células preleucémicas en el embrión? La disponibilidad de células madre hematopoyéticas es actualmente el punto limitante para el transplante hematológico de muchos enfermos sin donantes compatibles. En los últimos años y gracias al desarrollo de los bancos de células de cordón umbilical, se ha aumentado ligeramente el número de donantes para ciertos tipos transplantes. Sin embargo, para mejorar esta situación de forma permanente, necesitamos investigar sobre nuevas fuentes de células madre. En este sentido, las células derivadas de células madre embrionarias (células ES, del inglés Embryonic Stem) representan una nueva expectativa a la solución de este problema. Hoy en día podemos generar muchos tipos celulares a partir de células madre embrionarias. Se han generado todos los tipos celulares hematopoyéticos, e incluso se han generado células que son capaces de reconstituir ratones inmunodeprimidos (SCID), indicando que el proceso de generar células madre hematopoyéticas a partir de estas células es posible18. Sin embargo, la reproducibilidad y eficiencia de este proceso hace que sea impo- Investigaciones recientes demuestran que existen algunas aberraciones cromosómicas asociadas a leucemias que se originan durante la fase fetal o embrionaria. Se ha observado que si un gemelo monoplacental desarrolla leucemia a una edad temprana (antes de los 4 años), el otro tiene más posibilidades de padecer ese mismo tipo de leucemia comparado con el resto de la población19. Además alteraciones genéticas asociadas a leucemias en pacientes que han desarrollado leucemias, se han encontrado en muestras de sangre obtenidas al nacer, indicando que estas alteraciones se han originado durante el periodo embrionario o fetal. Estos descubrimientos ponen de manifiesto la necesidad de controlar la seguridad de muestras de sangre de cordón umbilical al ser utilizadas para transplante, muy especialmente en posibles casos de transplantes autólogos para pacientes que han desarrollado leucemias. Conclusiones Las células madre hematopoyéticas se generan a partir de precursores endoteliales durante el periodo de desarrollo embrionario. Durante la etapa embrionaria distintos tejidos vasculares/arteriales tienen la capacidad de generar células madre hematopoyéticas incluida la arteria umbilical, vitelina, placenta y sobretodo la aorta dorsal. Investigar y conocer los mecanismos moleculares que utiliza el embrión para formar las células hematopoyéticas es un paso imprescindible para generar estas células en el laboratorio a partir de precursores o células embrionarias. Agradecimientos Figura 5: Diferentes procesos biológicos a los que pueden optar las células madre: Autorreplicación, Diferenciación, Muerte celular o apoptosis, proliferación o migración. Este grupo de investigación posee financiación del Ministerio de Innovación y Ciencia (SAF2007-60080) y Red de Cancer (RETIC RD06/0020/0098). 20 Congreso Nacional de la SETS 143 A. Bigas. Referencias 1. 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Primary infection or reactivation of EBV may progress to onset of a post-transplant lymphoproliferative disorder (PTLD), a complication mostly associated with the proliferation of EBV-infected B cells, while replication of cytomegalovirus (CMV) and adenovirus (ADV) may cause development of systemic infections, with pneumonia and hepatitis being the most severe manifestations. Since outcome of these virus-related diseases in these high risk cohorts is poor, the best management option is prevention of disease development by means of frequent monitoring of viral DNA in the peripheral blood by quantitative PCR to identify the pre-clinical phase of the disease, and preemptive therapy with low toxicity agents. However, pharmacological treatment of these complications after transplantation is yet unsatisfactory. Thus, reconstitution of virus-specific immunity through adoptive transfer of virusspecific T cells may reveal a crucial strategy to ameliorate the outcome of allo-transplantation. The use of cellular immunotherapy to prevent and/or treat virus-related complications is particularly attractive in the post-transplantation setting, as the primary defect contributing to the pathogenesis of progressive disease appears to be the inability to mount adequate virus-specific T cell responses2,6, and there is ample evidence, derived from animal studies, and, more recently, from the first trials in humans, that adoptive transfer of the relevant antigen-specific T cells can restore protective immunity and control established infection7,10. To date, the advances in both the understanding of mechanisms underlying the activation, targeting and function of the cellular populations involved in the protective immune response to these viruses, and in the acquisition of the expertise for cellular manipulation, have led to significant achievements in cell-based virus-specific immunotherapy11,12. The first attempt at EBV-directed adoptive immunotherapy in humans demonstrated that remission of PTLD could be obtained through the administration of unselected donor leukocyte infusions (DLI)13. However, the treatment was associated with the development of clinically relevant graft-versus-host disease (GVHD). A cornerstone in this field was achieved by adoptive immunotherapy with EBVspecific CTL reactivated from the peripheral blood of HSCT donors and infused as prophylaxis against EBV-PTLD in patients given T-cell depleted HSCT8. The infusion of these polyclonal CTLs proved to be safe and effective in the pre- vention of EBV-related PTLD8,14,15. Moreover, patients with aggressive disease showed a complete remission after CTL therapy, with selective accumulation of gene-marked cells in tumor lesions14,15. This experience showed that cellular immunotherapy with a limited number (h1#106 cells/Kg body weight) of specific polyclonal CTLs containing both CD4+ and CD8+ lymphocytes was effective in restoring antigen-specific long-term immunological memory. Although the early clinical experiences of T-cell therapy for PTLD were conducted in the HSCT setting, it was subsequently demonstrated that EBV-specific CTLs could also be employed successfully to prevent or treat PTLD arising after SOT. In this case, as the tumour mainly origins from recipients B-cells, EBV-specific CTL preparations may either be derived from the patients10,16,17, or selected on the basis of the best HLA-class-I-antigen match from a bank of previously cryopreserved EBV-specific CTLs obtained from healthy allogeneic donors18. Modifications to the standard method have been suggested, in order to optimize it for the activation of EBVspecific CTL from seronegative individuals. Stimulation by dendritic cells pulsed with EBV-LCL19, or stimulation with EBV-LCL, either with subsequent selection of CD25-positive T-cells20, or in the presence of cytokines, such as IL-7 and/or IL-1221, have all been described. The latter approach was demonstrated effective when employed to generate EBV-CTL that were successfully infused in vivo to treat a disseminated PTLD, unresponsive to multiple courses of rituximab and chemotherapy, in a pediatric recipient of unrelated HSCT from a EBV-seronegative donor22. CMV is the most common viral infection in SOT recipients, and in spite of improved surveillance protocols and prophylactic/preemptive antiviral therapy, can still be associated with significant morbidity, including tissueinvasive disease, but also indirect allograft injury and global suppressive effect on host defenses23. Relapsing disease, particularly in patients with primary infection, antiviral drug toxicity, and development of ganciclovir-resistant infection, are emerging problems. Thus, selective restoration of anti-CMV cellular immunity is an attractive alternative approach to overcome the limitations of antiviral pharmacotherapy. Pioneering work in HSCT recipients has shown that adoptive transfer of CMV-specific CD8+ T cell clones into patients at risk of CMV disease lacked discernible side effects, induced CMV-specific immunity and protected the patients from CMV-related complications7. The need to minimize the risk of alloreactivity prompted the choice of generating clones instead of CTL lines, with a procedure that is logistically difficult and time consuming24. These practical difficulties limited the wide application of T cell therapy for reconstitution of CMV immune surveillance. A particularly rapid, efficient and widely applicable production method has been described25, that succeeded in reactivating CMV-specific T cell lines that were successfully 20 Congreso Nacional de la SETS 145 P. Comoli, MD. employed after HSCT to prevent/treat CMV infection unresponsive to anti-viral drugs. Recently, a faster identification of immunodominant peptides from the pp65 matrix glicoprotein, which is targeted by the majority of CMV-specific CTL, and an increased use of innovative biotechnology, such as cytokine-capture assays26 or peptide-HLA-tetramer staining27, has allowed to simplify the production process and reduce the time needed for CTL expansion. So far, the feasibility of T-cell therapy for ADV has been suggested by two recently published clinical trials conducted in HSCT recipients, in whom polyclonal ADV specific T-lymphocytes, obtained after magnetic selection9 or after repeated in vitro stimulation with adenovirus vector-transfected antigen-presenting cells28, were administered as treatment or prevention of ADV-related disease. Recently, we and others directed our efforts to the implementation of a protocol that, by allowing GMP production of virus-specific T-cell lines without requiring manipulation of viral vectors, could be carried out in most European centers with cell factories dedicated to preparation of products for therapeutic use29,30. Finally, a very elegant approach to CTL therapy of viral infections in the immunocompromised host is the generation of multispecific CTL lines24. Referencias 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9. 10. 11. 12. 13. 14. 15. 146 Meyers JD, Bowden RA, Counts GW. 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Objetivos La ponencia se centra en los elementos operacionales de los sistemas productivos y se ejemplificará mediante dos casos representativos de las dos modalidades celulares que se utilizan de manera habitual en medicina regenerativa: células que para su crecimiento necesitan adherirse a una superficie y células que pueden crecer en suspensión. El primero de los ejemplos corresponde a la obtención de células mesenquimales (MSC) de médula ósea, para su aplicación en inmunomodulación y terapia en el aparato locomotor y en el segundo, al aislamiento y expansión de precursores hematopoyéticos de sangre de cordón umbilical, para su aplicación en transplante hematopoyético. Se procederá a la descripción de las diferentes etapas y elementos que inciden en el proceso de obtención de las fuentes celulares y manufactura del producto. Estos contemplan los espacios destinados a tal fin, los elementos de aislamiento y obtención de las células (troncales, precursoras o diferenciadas según su utilización final), los sistemas de expansión y todos los elementos auxiliares para el procesado de las mismas (lavado, recuperación, acondicionado final). Los aspectos más relevantes que se abordan hacen referencia al origen de las células, el sistema de aislamiento y expansión celular que se emplea, los materiales, reactivos, excipientes y el origen de los mismos (fisico-químico, humano o animal) y la complejidad del producto obtenido. Todo ello persigue la transferencia a un sistema de producción capaz de operar en condiciones GMP, paso absolutamente necesario para poder plantear pruebas de concepto reales de terapias celulares en los correspondientes ensayos clínicos. Para ello se debe proceder a: a) Escalado a dimensión de utilidad clínica de los productos y procesos desarrollados. Elaboración de los Protocolos de Medicamento en Fase de Investigación. b) Definición e implementación de normas GMP en el proceso productivo. Adecuación de sistemas, equipos, materiales y espacios a la normativa de la Agencia Española de Medicamentos y de la Agencia Europea del Medicamento. c) Validación final de los productos, reactivos, equipos y sala blanca de producción. Realización de al menos tres experimentos “blancos” válidos por reactivos, proceso y producto desarrollado. Como se ha comentado, todas las manipulaciones se deben realizar en una sala clasificada. Esta es la zona estéril para la manipulación, procesamiento y cultivo ex vivo de células para uso clínico. Es la zona donde se manufacturarán (laboratorio farmacéutico) los productos celulares que hayan sido definidos como medicamentos. En la ponencia se abordará la clasificación requerida para la obtención del medicamento celular, el cual exige exige la utilización de zonas clasificadas (A, en un entorno B). Los procesos que tienen lugar en su interior, el aislamiento, la expansión, la purificación y acondicionamiento del producto final se intentan definir, siempre que sea posible, mediante el uso de sistemas cerrados, donde se limita el contacto del operador con el material en todo el ciclo productivo. Respecto del elemento central del proceso que permite la obtención de cantidades suficientes de células para su utilización directa así como para la elaboración del tejido, el entorno controlado en el que debe llevarse a cabo el proceso implica el uso de sistemas de expansión que varían en su sofisticación en función del producto final que se pretende obtener y del tipo celular a expandir. Estos sistemas proveen de un ambiente para expandir y proliferar las células, para promover la colonización de los materiales en los que no se han de co-polimerizar y para hacer el crecimiento-diferenciación y estimulación fisicoquímica (mecánica o eléctrica según el tejido) de los tejidos de nueva construcción. El reactor se elije en función de las necesidades de cada célula-tejido para que no exista limitación en la transferencia de materia o energía en los procesos de manufactura. Por otra parte, al tratarse de sistemas totalmente cerrados, garantizan la esterilidad y calidad durante todo el proceso de producción del medicamento celular. Normalmente en ellos se monitorizan y/o controlan directa o indirectamente la temperatura, el pH, la concentración de oxígeno y CO2 y en algunos casos variables nutricionales. Los reactores pueden ser discontinuos, donde se realiza una carga de células-tejido y medio de cultivo al inicio del proceso, semicontinuos, donde hay entrada continua de nutrientes pero no salida y perfundidos, donde hay una entrada y salida constante de nutrientes del sistema. La agitación también determina el tipo de biorreactor, pudiéndose distinguir los que son estáticos de los agitados. Los agitados utilizan sistemas mecánicos, sistemas pendulares, ejes de agitación acoplados a turbinas o bien rotación del reactor o elementos externos que producen un efecto similar al oleaje. Tanto el sistema de reacción como las estrategias de cultivo se adaptan a cada tipo celular. Las estrategias pueden ser variadas, como por ejemplo: a) ajustar la velocidad de adición de nutrientes en un cultivo en discontinuo alimentado para mantener una concentración óptima de nutrientes o una concentración celular óptima en el interior del sistema de cultivo, b) ajustar dicha velocidad de adición de nutrientes en función de la concentración y la actividad metabólica de las células, c) ajustar la velocidad de circulación de medio en un sistema en perfusión en función de la concentración celular así como la actividad metabólica. Concretando: en los sistemas propuestos como ejemplo, la primera etapa es el aislamiento celular. En el caso de células mesenquimales, la médula ósea es la fuente de células más estudiada, aunque pueden obtenerse de diversos tejidos, como el graso y el del tejido del aparato locomotor. La capacidad inmunomoduladora y la 20 Congreso Nacional de la SETS 147 JJ. Cairó, A. Pla, J. Garcia. de diferenciación a todo el linaje mesodérmico es el que hace tan valuosa la expansión de estas células para su aplicación en terapias celulares y medicina regenerativa. El proceso se inicia con la selección de una médula ósea autóloga. Esta unidad se obtiene en el Hospital del paciente por punción de cresta ilíaca hasta la obtención de un mínimo de 50 ml de médula. Posteriormente se realiza un lavado y selección de la fracción de células mononucleares, con un equipo cerrado, donde se obtiene la fracción mononuclear en un gradiente de Ficoll. El paso siguiente es la siembra de la fracción mononuclear en los sistemas de alta superficie (3200 cm2). La adherencia al plástico es el método utilizado para el aislamiento de las MSC. A continuación se procede a la expansión celular según una metodología de alimentación discontinua o feedbatch. El recambio de medio se efectúa periodicamente durante el proceso expansivo. El suplemento del medio a utilizar en los cultivos es suero humano, que ha demostrado su eficacia frente al suero fetal bovino. Este último presenta dos graves inconvenientes: su origen animal y las problemáticas que en salud humana se derivan y su menor eficiencia en promover el crecimiento de las MSC comparado con el suero humano. La caracterización del producto final se basa fundamentalmente en la coexpresión de algunas proteínas de membrana (coexpresión de CD105, CD73, CD90) y falta de expresión de marcadores hematopoyéticos y endoteliales (CD45). Este perfil fenotípico no es exclusivo de estas células y se suele acompañar de un ensayo de diferenciación de la población expandida a tres linajes mesodérmicos; tejido adiposo, cartílago y hueso, para su identificación final como MSC. En la ponencia se mostrará la metodología para la expansión a escala clínica de MSCs (5-8E7 células) a partir de la fracción mononuclear (CMN) obtenida de extracción de médula ósea en un periodo no superior a 21 días. En el caso de los progenitores hemopoyéticos humanos, estos se han obtenido de sangre de cordón umbilical. El proceso se inicia con la selección de una unidad de sangre de cordón umbilical compatible con el receptor del transplante. Esta unidad está congelada en un servicio de Banco de Cordón y se procede a su descongelación controlada en sistemas cerrados. Posteriormente se realiza un lavado y selección de la fracción de células mononucleares con un equipo cerrado en el que se obtiene la fracción mononuclear en un gradiente de Ficoll A continuación se recupera la fracción mononuclear y se procede a la incubación con anticuerpos monoclonales antiCD34 conjugados a partículas paramagnéticas para su posterior purificación en un sistema de cromatografía de afinidad, absolutamente cerrado. Las células obtenidas son lavadas y incubadas en sistemas de reacción cerrados en bolsas durante un periodo variable de unos 20 días, en un sistema de cultivo en suspensión (mediante agitación mecánica), en un incubador de CO2 con bolsas de un solo uso, al que se va alimentando un medio de cultivo comercial suplementado con los factores de crecimiento preestablecidos. En este proceso de expansión hasta dosis terapéutica se ha podido observar la eficiencia en la expansión de hasta 180 veces si el periodo se prolonga a 20 días. En la ponencia se mostrará la robustez de la misma dada la repetibilidad obtenida y el mantenimiento del fenotipo de la población stem / progenitora al finalizar el proceso de expansión. El control de calidad del proceso y del producto se abordará en menor profundidad, pero es uno de los requisitos más importantes en el proceso productivo. La caracterización del proceso y producto se refiere a la identidad de los componentes celulares (fenotipo, genotipo, cariotipo), a las características de los componentes no celulares que acompañan el producto. Se debe caracterizar la pureza y por tanto las impurezas, la esterilidad del producto (serología, microbiologia, virus y patógenos), la potencia, la tumorogenicidad, la estabilidad y los criterios de entrega y liberación del producto. Todo ello permitirá la perfecta trazabilidad del proceso y la garantía de reproducibilidad, seguridad y calidad del proceso y producto manufacturado. Todas estas precauciones en la manufactura del medicamento celular son la antesala de los estudios clínicos en humanos para establecer la dosificación, farmacodinámica, farmacocinética, toxicología, eficacia clínica y seguridad clínica que debe garantizar el medicamento basado en células humanas. Referencias – – – 148 Isolation and Production of Cells Suitable for Human Therapy: Challenges Ahead. Lars Ährlund-Richter,Michele De Luca,Daniel R. Marshak,Megan Munsie,Anna VeigaandMahendra Rao. Cell Stem Cell, Volume 4, Issue 1, 20-26, 2008 Stem Cell Clinics Online: The Direct-to-Consumer Portrayal of Stem Cell Medicine. Darren Lau,Ubaka Ogbogu,Benjamin Taylor,Tania Stafinski,Devidas MenonandTimothy Caulfield. Cell Stem Cell, Volume 3, Issue 6, 591-594, 2008 The Long Journey from Stem Cells to Medical Product. Ann Parson. Cell, Vol. 125, Nº. 1, 9-11, 2006. 20 Congreso Nacional de la SETS – – – – Stem cell processing: a new regulated Business. Paul Dyer. The Biomedical Scientist. 1172-1174. 2003. Clinical grade production of mesenchymal stem cells. Luc Sensebé. Biomedical Materials and Engineering, Volume 18, S3-S10, 2008. Directive 2001/83/EC, Part IV, annex I, of the European Parliament and the Council of 6 November 2001 on the Community code relating to medicinal products for human use. Normas de Correcta Fabricación. Medicamentos de uso humano y animal. Tercera edición, 2008. Web del Ministerio de Sanidad y Consumo. Agencia española de medicamentos y Productos sanitarios. Simposio 10 Gestión de calidad Moderador: José Manuel Cárdenas. Centro Vasco de Transfusión y Tejidos Humanos, Donostia S10-1 Papel de enfermería en la gestión de calidad en los servicios hospitalarios de transfusión JA. Joga. S10-2 ¿Qué ha significado la implantación de sistemas de gestión de calidad (SGC) en los Centros de Transfusión? Un balance retrospectivo JM. Cárdenas. S10-3 Acreditación en Centros y Servicios hospitalarios de transfusión: el futuro del CAT J. Rodriguez-Villanueva. Simposio S10-1 Papel de enfermería en la gestión de calidad en los servicios hospitalarios de transfusión Papel de enfermería en la gestión de calidad en los servicios hospitalarios de transfusión S10-1 JA. Joga Banco de Sangre del Hospital Ramón y Cajal, Madrid. Departamento de Enfermería de EUE, Universidad de Alcalá de Henares, Madrid. Introducción Una atención sanitaria de alta calidad y su mejora continua suponen objetivos obligados para los actuales sistemas de salud y preocupación constante de todos los actores que intervienen en el proceso asistencial, siendo vital la existencia de organizaciones seguras y de alto nivel, alejadas de desarrollos asistenciales arbitrarios o sometidos al azar. Cualquier organización moderna debe dirigirse y controlarse de forma sistemática y transparente, desarrollando sistemas de gestión que, abarcando diferentes vertientes, mejoren de forma continua su desempeño. No debemos olvidar, por tanto, que la gestión de la organización debe incluir, entre otras disciplinas, la gestión de la calidad. Los profesionales suponen un elemento básico y determinante en cualquier estructura organizativa, con una repercusión en los resultados de primerísimo nivel, por lo que es lógico deducir que también constituyen una pieza principal en la gestión de la calidad de cualquier organización. Las instituciones encargadas de la transfusión se hallan en este contexto y en él es donde se mueven las diferentes categorías profesionales. Personas que desarrollan su labor dentro de organizaciones donde se están implantando nuevas formas de gestionar la calidad. Esta gestión de la calidad debe producir alguna evolución de la estructura firmemente matricial, donde tradicionalmente estamos anclados, hacia modelos con dinámicas donde, sin perder cierta verticalidad, aparezcan desarrollos horizontales como por ejemplo la gestión por procesos. Esto obliga a que todos los profesionales tengan su parte de responsabilidad en la gestión de la calidad de la organización a la que pertenecen. Servicios Hospitalarios de Transfusión y la gestión de la calidad Es cierto que, como todos sabemos, los Bancos de sangre, tienen amplia tradición en la aplicación de mecanismos de control y mejora, además tanto los Centros como los Servicios de Transfusión son organizaciones que, en el ámbito sanitario, destacan por su interés en la incorporación de aspectos o herramientas que estructuren y consoliden sus sistemas de calidad. Recientemente ha habido un punto de inflexión para nuestras organizaciones, se trata de la aparición del Real Decreto 1080/2005 donde, incorporando Directivas Europeas, se recogen una serie de aspectos fundamentales, con claras directrices, y el objetivo de garantizar un elevado nivel de calidad y seguridad de la sangre y sus componentes. En él encontramos, además de una definición de Servicio de Transfusión, la correspondiente obligatoriedad de contar con sistemas de calidad. Es posteriormente, en el Real Decreto 1343/2007 donde se establecen normas y especificaciones básicas relativas a dichos sistemas. Estas normas son el soporte de un desarrollo obligado que los profesionales de la transfusión tienen que asumir. Parece necesario, y así se está haciendo evidente, una transformación de nuestras organizaciones. Aparecen perspectivas con interesantes desarrollos, se incorporan nuevas tareas, otras formas de entender y abordar nuestro trabajo, y seguramente un cambio de filosofía. Desde hace algunos años, con anterioridad a la aparición de estas normativas legales, hemos ido incorporando modelos y/o normas (modelo europeo de excelencia EFQM, las normas ISO 9001:2000 / ISO 9001:2008), ya utilizados en otro tipo de organizaciones, que nos han ido indicando el camino a seguir para conseguir el desarrollo de una estructura organizativa, procesos, procedimientos y los recursos necesarios para implantar y mantener la gestión de la calidad. También es reseñable el esfuerzo del propio Comité de Acreditación en Transfusión en sus Estándares de Acreditación en Transfusión Sanguínea, donde incorporan y desarrollan de manera clara los requisitos de un Sistema de Gestión de la Calidad. Los Servicios de Transfusión suponen una unidad asistencial, de un centro hospitalario, a la que se ha asignado la competencia de la práctica transfusional. Es evidente que el estar incluidos en una unidad superior les confiere poca independencia en su gestión, siendo el equipo directivo del hospital quien, generalmente desde una perspectiva lejana, determina de forma sustancial muchos aspectos fundamentales para su desarrollo y devenir. Pero al mismo tiempo la normativa existente exige a estas organizaciones desarrollar aspectos muy concretos. Además de contar con sistemas de calidad, deben garantizar la trazabilidad, instaurar procedimientos de Hemovigilancia y desarrollar los Comités hospitalarios de transfusión y sus funciones; es decir deben convertirse en agentes fundamentales en la planificación de la hemoterapia de los centros donde estén ubicados, y esmerarse en la atención y cuidado de la correcta utilización de los componentes sanguíneos. Todo esto nos obliga a salir de las paredes del Banco de sangre y supone, más que nunca, entender y conocer el largo proceso de la transfusión, ser permeables entre los diferentes eslabones de la cadena y llegar al conjunto de unidades y personas relacionadas con la transfusión. Principios de la gestión de la calidad y enfermería Se ha hablado mucho de la implantación de los Sistemas de Gestión de Calidad en las instituciones sanitarias y de manera insistente en Centros y Servicios de Transfusión, pero se ha hablado mucho menos del mantenimiento del sistema. Son fases claramente diferenciables, con connotaciones organizativas propias, donde un análisis sosegado muestra diferencias sustanciales en cuanto a la implicación y el papel de los profesionales. 20 Congreso Nacional de la SETS 151 JA. Joga. Soy de la opinión de que implantar un Sistema de Gestión de la Calidad únicamente para cumplir una norma, satisfacer a los auditores externos y conseguir una certificación, debe llegar a su fin. Estos sistemas tienen que ser concebidos como herramientas capacitadoras que los usuarios deben entender y utilizar responsablemente. De aquí la importancia de analizar la gestión de la calidad desde una perspectiva alejada de la etapa inicial de implantación, situándonos en periodos de consolidación y mantenimiento del sistema. Estaríamos en el camino adecuado si se ha conseguido instaurar y mantener cierta cultura de la calidad en la mayoría de sus profesionales, es decir que todos y cada uno, independientemente del lugar que ocupen en la organización, entiendan y se responsabilicen del papel que tienen en la gestión de la calidad de su organización. Una manera de estructurar y desarrollar el papel que el personal de enfermería debe y está obligado a cumplir, en la gestión de la calidad de los Servicios Hospitalarios de Transfusión, es haciendo un recorrido, desde una perspectiva centrada en este colectivo profesional, a través de los principios de gestión de la calidad en los que se fundamentan las normas de Sistemas de Gestión de la Calidad de la familia de Normas ISO 9000 y, en lo fundamental, asumibles por el modelo EFQM. Estos principios están definidos en la norma ISO 9000:2005 - Sistemas de Gestión de la Calidad – Fundamentos y Vocabulario. 1.- Enfermería en el enfoque al cliente Los clientes de los Centros Hospitalarios de Transfusión son fundamentalmente los pacientes y los servicios donde estos están ingresados, los médicos que prescriben la transfusión y el personal transfusor, formado por anestesistas y, en gran proporción, por enfermeros/as. La satisfacción del cliente es el elemento central del concepto de calidad y debe articularse en toda organización que pretenda gestionar la calidad total. Pero el enfoque al cliente no es simplemente medir su satisfacción con respecto al servicio prestado. Estamos obligados a mucho más, debemos tener presente el tipo de institución y la actividad tan regulada en que nos movemos, así como las características peculiares de nuestros servicios, productos y usuarios. Los Servicios de Transfusión son unidades con atención continuada, y además gran parte de las actividades realizadas por sus profesionales exigen estar en contacto o cercanos al cliente. Esta condición de permanente proximidad supone, con frecuencia, ser el primer referente de la organización, lo que obliga a estar capacitados para la resolución de cualquier desacuerdo, incidencia o problema que surja de esta relación. Aquí un personal de enfermería, bien formado, con conocimiento global de la cadena transfusional y desde su cualificación acreditada para el puesto que ocupa en el Servicio de Transfusión, debe ser capaz de resolver, o manejar adecuadamente, los problemas surgidos con los clientes. Una actuación exitosa en este apartado es seguramente el elemento esencial para la consecución de satisfacción en los mismos. Debemos investigar y comprender lo que los clientes buscan y necesitan, utilizaremos no solo encuestas de satisfacción (en muchas ocasiones frías encuestas de satisfacción), sino que realizaremos el análisis de la quejas, reclamaciones y sugerencias recibidas en cualquier momento y sobre cualquier eslabón de la cadena transfusional. Es fundamental el tratamiento correcto de estas reclamaciones dando una respuesta adecuada e individualizada, teniendo presente las características del cliente involucrado. En muchos casos es 152 20 Congreso Nacional de la SETS personal de enfermería con responsabilidad en el Banco de sangre, como puede ser el supervisor/a, solo o en compañía de otros profesionales, el agente idóneo para este tipo de actuación, sobre todo si el usuario implicado es, así mismo, enfermería de las unidades de hospitalización. El enfoque al cliente nos obliga, y ahí tiene una labor indiscutible el colectivo de enfermería de los Servicios de Transfusión, a formar en medicina transfusional al personal de enfermería del hospital, como colectivo ampliamente implicado en el acto final de la transfusión. No menos importante es la creación de foros donde intercambiar opiniones y conocimiento con otros profesionales del hospital. El órgano principal y referente en la práctica transfusional del hospital es el Comité de transfusión hospitalario, donde por supuesto deben estar representados todos los profesionales y todos los servicios implicados en la transfusión. También se muestra como un ejercicio muy interesante, organizar reuniones o contactos más o menos formales, más o menos sistemáticos, con diferentes profesionales, en diferentes áreas del hospital, donde es posible recoger información generalmente valiosa como elemento para la mejora, siendo además una herramienta excelente para la adecuada gestión de las relaciones con los clientes. En estas reuniones, la perspectiva del enfermero/a del Servicio de Transfusión, sobre todo en unidades de hospitalización donde la presencia del personal de enfermería y auxiliar es mayoritaria, proporciona el clima adecuado y permite cierta permeabilidad en ambas direcciones. 2.- Enfermería y liderazgo Es la Dirección del hospital quien, mediante un compromiso explícito, debe liderar tanto el proceso de implantación de los Sistemas de Gestión de la Calidad como su consolidación y mantenimiento. La Dirección decide, tiene que liderar y apoyar los cambios, pero además tiene una serie de responsabilidades que no puede delegar, como es proporcionar recursos humanos y materiales acordes a los objetivos de la organización. Pero la situación en la práctica real casi nunca se corresponde con lo ideal. Los equipos directivos de los hospitales, compuestos por Dirección de gestión, Dirección médica y Dirección de enfermería, con demasiada frecuencia están alejados del Servicio de Transfusión, mostrando empuje únicamente en momentos puntuales de la implantación, coincidiendo generalmente con el objetivo de la certificación; además existen mandos intermedios que en numerosas ocasiones estrangulan el flujo vertical de compromiso. Estas actuaciones generan, en el personal de la organización, una intensa percepción de una Dirección que valora excesivamente el componente estético de la calidad (la certificación) y mucho menos la calidad como decisión estratégica para mejorar. Ante esta situación, lo mas frecuente es que el liderazgo, con las limitaciones propias de que muchas decisiones fundamentales son tomadas fuera de la unidad por la Dirección del hospital, sea ejercido por los responsables del Servicio y el Responsable de Calidad, generalmente incluidos en el Comité de Calidad. Esto supone que el empuje e implicación de los líderes de la unidad son determinantes, aunque generalmente insuficientes. El Supervisor/a de enfermería tiene relevancia, es el representante de la Dirección de enfermería en el Servicio de Transfusión, tiene a su cargo en torno al 80% del personal, por lo que gestiona profesionales que realizan un parte muy amplia de las actividades de la unidad y, asumiendo su responsabilidad, está obligado a tener forma- Simposio S10-1 ción en calidad y ejercer una máxima implicación y dedicación, incluyendo en el ejercicio de sus funciones los elementos necesarios de gestión de la calidad. El objetivo de los líderes debe ser crear las condiciones esenciales para que el personal comprenda y se motive con las metas de la organización, se desarrollen hábitos de actuación libre, con responsabilidad y autoridad, promover comunicación abierta y sin prejuicios, y dar respuesta a los cambios del entorno. 3.- Participación de las personas. Participación del personal de enfermería Es recurrente afirmar que el personal es el principal valor de la organización, y que lograr una participación activa en todos los niveles supone un difícil reto. Un personal motivado y comprometido hace posible que sus habilidades se maximicen en beneficio de la organización. La participación de los profesionales supone también que comprendan su contribución y función, asumir la responsabilidad sobre la labor realizada, resolver problemas, buscar la mejora de su formación y competencia, y ser capaces de tener una visión de equipo en la discusión de los asuntos de la organización. En conjunto el personal de los Bancos de sangre es muy consciente del servicio que proporciona a sus clientes y de las características extremadamente delicadas que tiene. Es conocedor del riesgo de error que existe y asume actividades encaminadas a asegurar la calidad del servicio. Pero la implantación y el mantenimiento de los Sistemas de Gestión de la Calidad significa algo más, exige la participación activa de todos los profesionales, de todas las categorías. La calidad no es de unos pocos, cada profesional tiene la parte de responsabilidad que le corresponde en el sistema de calidad de la organización, y enfermería, como el resto de profesionales, debe incorporar esta responsabilidad a las actividades propias de su ámbito laboral. Un Sistema de Gestión de la Calidad implica la aparición de una nueva filosofía, surge un arsenal de documentación que produce cierta resistencia a ser utilizado, debemos dejar evidencias de lo que se hace y, en ocasiones, hay que realizar nuevas actividades que pueden parecer, desde una visión simplista, que no tienen mucho que ver con lo que tradicionalmente veníamos realizando. Todo esto impacta de forma horizontal en el servicio, a todos los trabajadores de todas las categorías profesionales, pero también impregna, de manera vertical, a los diferentes niveles jerárquicos, tanto los de dentro de la unidad (Jefe de Sección y Supervisión), como los de fuera de ella (Jefe de Servicio y diferentes Direcciones). En todos los niveles se deben asumir las nuevas actividades y sus nuevas responsabilidades. Un sistema estará consolidado, y será posible su mantenimiento a lo largo del tiempo, cuando todo esto quede integrado en la actividad rutinaria de la organización, y en las actitudes y participación de todas las personas que trabajan en ella. 4.- Enfoque de sistema para la gestión y enfoque basado en procesos Enfoques distintos proporcionan visiones diferentes de una misma realidad, unos facilitan ver con claridad aspectos que otros no muestran. El enfoque a procesos permite orientar las actividades que realizan las personas hacia otras personas de la organización o hacia los clientes, lo que significa una evolución de la organización hacia una visión más horizontal de la misma. En ella el análisis de los flujos de trabajo y la coordinación de las diferentes actuaciones son primordiales, estando siempre presente la perspectiva de la mejora conti- Papel de enfermería en la gestión de calidad en los servicios hospitalarios de transfusión nua. Esta visión supone una impacto con la realidad presente en nuestro entorno, en concreto en el medio hospitalario donde se encuentran los Servicios de Transfusión, y donde la inamovible estructura piramidal en que aparecen los típicos islotes organizativos, propicia que en una organización puedan darse interpretaciones muy diferentes de una misma realidad, según el departamento o área de actuación, dependiendo de las diversas categorías profesionales e incluso de las diferentes personas que intervienen. La gestión y mejora de los procesos supone otro de los principios estructurales básicos donde se apoya la Gestión de la Calidad Total. Un enfoque a procesos para gestionar actividades y recursos proporciona resultados eficientes y satisfactorios tanto para los clientes como para el resto de agentes que intervienen. Gestionar por procesos incluye todo tipo de actividades encaminadas a identificar, diseñar, documentar, controlar y mejorar de manera continua los procesos que fluyen en nuestra organización. Pero una organización no es una simple suma de procesos individuales, debe ser entendida desde una perspectiva sistémica, es decir dando vital importancia a la identificación y gestión de las interrelaciones entre los procesos que aparecen en la organización. Todo enfoque de sistema, permite una visión clara de las metas de la organización, facilita orientar los esfuerzos hacia la consecución de los objetivos de la misma y no de las diferentes áreas o departamentos, utilizando adecuadamente los recursos, tanto humanos como materiales, con el consiguiente aumento de la eficiencia. Las características de la asistencia sanitaria en general y en concreto la relacionada con la transfusión, donde no tiene cabida el mínimo error, nos obliga a planificar e instaurar procesos bien definidos y controlados donde queden garantizados, entre otros aspectos, una alta calidad técnica y el cumplimiento de los requisitos legales. Un conocimiento profundo de la organización, su misión y las actividades que se realizan se hace imprescindible para poder definir los procesos clave de la misma. La identificación y diseño de procesos, su desarrollo y la elaboración de toda la documentación asociada debe ser abordada por equipos multidisciplinarios, multidepartamentales, que incluyan a los responsables, gestores y por supuesto al personal que participa en las actividades de los diferentes procesos. En nuestro caso estarían hematólogos responsables de la unidad y de las diferentes áreas, la supervisión como elemento gestor de gran número de personas y, entre otros, el personal de enfermería como profesionales participantes en numerosísimas actividades de los procesos. El nivel de conocimiento de los profesionales de los Servicios de Transfusión, tanto de las actividades realizadas como del objetivo final de la organización, es alto en general y se puede afirmar que la posición estratégica del personal de enfermería, con importante presencia en las actividades del servicio y en prácticamente todos los eslabones de la cadena transfusional, junto con su formación y potencial de capacitación, no solo le permite, sino que le obliga a estar muy implicado en el desarrollo, ejecución, control y seguimiento de los procesos y de la documentación relacionada con ellos; en la identificación de áreas de mejora y en la participación en grupos de trabajo para el desarrollo y puesta en macha de medidas encaminadas a optimizar los procesos. Pero el enfoque a procesos en la gestión de la calidad y la perspectiva sistémica exige un cambio actitudinal importante en las personas que componen la organización y no solo en los líderes. Todos los integrantes de la organización, sea cual sea su participación en las actividades de 20 Congreso Nacional de la SETS 153 JA. Joga. los procesos, y por supuesto enfermería, deben evolucionar desde esa perceptiva centrada únicamente en el cómo lo hacemos, a enfoques que incluyen también el por qué y para quién lo hacemos, con comportamientos de participación, apoyo, coordinación y capacidad para la resolución de problemas. Se demuestra imprescindible la capacitación de personas, así como el desarrollo y mantenimiento de actitudes propias de una cultura más acorde con la gestión de la calidad. En este sentido es importante que los líderes y los “capacitadores” promuevan el desarrollo, para todo el personal, de acciones formativas adecuadas. Pero, si bien los lideres tienen su obligación en proponer y motivar, no debemos olvidarnos de que todos los profesionales deben asumir su propia responsabilidad con actitudes proactivas para mejorar su formación. 5.- Mejora continua y enfoque basado en hechos hacia la toma de decisiones No se puede entender la gestión de la calidad sin el principio de mejora continua, es decir aceptando la perspectiva de que nada es perfecto y siempre queda camino por recorrer, de modo que mejorar debe ser un propósito permanente de la organización y de todas las personas que trabajan en ella. Estas deben desarrollar una filosofía, basada en la prevención y en una actitud de búsqueda activa, que permita reacciones rápidas ante oportunidades de mejora para el desempeño de la organización. Un principio básico de la mejora continua supone una toma de decisiones lo más cerca posible del lugar donde se sitúan los hechos, desarrollándose el principio de co-responsabilización (empowerment), obligando a cambios profundos tanto en el compromiso, participación y reconocimiento por parte de los líderes de la organización, como en perspectiva de sistema, implicación, responsabilidad, formación y capacitación del resto del personal. El desarrollo de un espíritu crítico en todos los profesionales, de todos los niveles, que intervienen el proceso de la transfusión, junto con el establecimiento de metas y medidas que guíen las acciones de mejora, se antojan esenciales para hacer evidente el camino a seguir. El personal de enfermería inmerso en el corazón de los procesos, de numerosas actividades de los mismos, con una exigible amplía visión de sistema y ejerciendo su responsabilidad, que no debe eludir, se encuentra en una posición clave para poder identificar carencias o dificultades puntuales que aparecen en la actividad diaria. Esto, unido a la formación y preparación de este colectivo, le confiere amplias posibilidades que deben ser explotadas en beneficio del resto de los profesionales y de la organización en general. Estas condiciones otorgan a enfermería cierta potencialidad, pero insuficiente por sí misma, siendo imprescindible complementarlas con formación metodológica adecuada sobre mejora continua. Los líderes deben estimular y facilitar activamente la llegada, a todos los profesionales, de los fundamentos básicos de la mejora continua, promoviendo la integración de las estrategias que han de llevarse a cabo dentro de la organización. Pero es todo el personal quien, de manera implícita, debe integrar esta visión en todas sus intervenciones y en su perspectiva institucional. Todas las decisiones, tanto de la organización como de sus profesionales, a todos los niveles y, como no puede ser de otra manera, también en la planificación y aplicación adecuada de acciones de mejora, deben sustentarse en el análisis objetivo de la información y los datos proporcionados por el Sistema de Gestión de la Calidad. La totalidad de los profe- 154 20 Congreso Nacional de la SETS sionales de la organización, y no solamente algunos, son responsables de la recogida de datos e información, asegurando su fiabilidad y exactitud. No todos los datos sirven y no toda la información se recoge correctamente. Nuestro objetivo es hacer seguimiento y medición de nuestros procesos, productos y servicios, y esta perspectiva no debe ser abandonada en ningún momento. Hechos y evidencias donde apoyar nuestras decisiones se obtienen de las auditorías y la monitorización de indicadores adecuados, proporcionando fotografías más o menos generales de nuestra situación. Pero también se demuestra muy importante la recogida, por parte de cualquier profesional de la organización, de las reclamaciones de los clientes, incidencias, o no conformidades relacionadas con el servicio, el producto o con alguna fase de los procesos. Los Servicios de Transfusión estamos obligados a desarrollar los sistemas de Hemovigilancia y aquí nos encontramos con la exigencia de controlar los componentes transfundidos y los incidentes relacionados con la transfusión. La recogida de información en este campo, y el amplio camino que queda por recorrer, donde la colaboración de nuestros clientes (servicios y profesionales responsables de los enfermos) es decisiva, hacen necesarias propuestas activas para gestionar la Hemovigilancia en los centros hospitalarios. El personal de enfermería de los Servicios de Transfusión parece un elemento cuya implicación directa en estas tareas, puede proporcionar resultados adecuados en la obtención de información útil. Pero la información hay que tratarla adecuadamente, sacar conclusiones, planificar medidas y ejecutarlas. Si en algún punto se interrumpe el flujo, hemos fracasado. Un elemento motivador para todo el personal de la organización, que facilita el mantenimiento de la implicación del personal en la mejora continua, es la percepción de que los datos obtenidos son utilizados adecuadamente. Es cierto que a organizaciones como nuestros Servicios de Transfusión, muy dependientes de las direcciones de los hospitales, les resulta difícil aplicar acciones de mejora, sobre todo, aunque no exclusivamente, cuando afectan a aspectos externos a los propios procesos de la organización. Esto es percibido por el personal de la unidad creando una desconfianza en el sistema difícil de manejar. La única opción que les queda a responsables y líderes del Banco de sangre es mantener una comunicación fluida, explicando la situación y proponiendo alternativas que limiten aquel impacto negativo. 6.- Relaciones mutuamente beneficiosas con el proveedor Todos los profesionales que utilizan los productos y servicios suministrados por proveedores tienen la responsabilidad de evaluarlos. Por supuesto que deben recoger, de la manera que esté establecida, las incidencias con proveedores y con sus productos/servicios, pero no solamente eso, el espíritu que debe prevalecer es el de dar opiniones, mostrar sugerencias sobre cómo mejorar, incluso proporcionar alternativas. El proveedor más importante del Servicio de Transfusión, por supuesto, es el Centro de Transfusión al que está vinculado. La coordinación y colaboración entre ellos es un elemento prioritario que siempre ha de estar presente. Un personal de enfermería bien formado y capacitado, con su presencia continua a lo largo del día, es un elemento determinante en el control del stock de componentes sanguíneos. Su visión en cuanto a cómo puede variar el stock, y sobre la capacidad de respuesta del Centro de Transfusión y de otros agentes que Simposio S10-1 intervienen en el suministro de componentes, debe explicitarse y ser tenida en cuenta en las tomas de decisión sobre distribución de componentes sanguíneos y coordinación Servicio - Centro de transfusión. Una vez más los responsables y líderes del Banco de sangre son quienes deben motivar y fomentar esta cultura; y los propios profesionales, por supuesto incluida enfermería, quienes asumiendo su responsabilidad, alejándose de cómodas inhibiciones, tienen que interiorizarla y asumir, en la práctica habitual de su trabajo, las obligaciones que de ella deriven. Conclusiones La implantación de Sistemas de Gestión de la Calidad en Servicios de Transfusión se especifica obligatorio en el Real Decreto 1080/2005, y los profesionales de la transfusión debemos asumir su desarrollo. Estos sistemas han impactado en nuestras organizaciones y en los profesionales de las mismas, exigiendo adaptaciones importantes, nuevas tareas, una cultura de la calidad y seguramente una nueva filosofía. La participación del personal de enfermería de los Servicios de Transfusión en los procesos de la organización, su visión de sistema en la cadena transfusional, la atención continuada y proximidad al cliente; junto a su formación, cualificación y amplias posibilidades de capacitación, le proporcionan ciertas condiciones que le obligan a cumplir un papel importante en el desarrollo y mantenimiento de los Sistemas de Gestión de la Calidad de los Servicios de Transfusión, participando activamente y asumiendo, desde su responsabilidad, los cambios que se producen: Su permanencia y cercanía a los clientes supone, en numerosas ocasiones, ser la primera referencia de la organiza- Papel de enfermería en la gestión de calidad en los servicios hospitalarios de transfusión ción, estando obligado a manejar adecuadamente cualquier situación extraordinaria o conflictiva que aparezca. Constituye un vector básico de información y de formación hacia otros profesionales, especialmente hacia el personal de enfermería de las unidades de hospitalización. Como partícipe en numerosas actividades de los procesos, debe estar incluido, junto con otros profesionales, en los quipos encargados de la identificación y diseño de los procesos, desarrollo y elaboración de la documentación; y muy implicado en la ejecución, control y seguimiento de los mismos. Estar inmerso en el corazón de los procesos, junto con una actitud de búsqueda activa, le permite identificar carencias o dificultades puntuales de la actividad, posibilitando reacciones rápidas ante oportunidades de mejora, desarrollando el principio de co-responsabilización (empowerment) en las decisiones Enfermería puede ser un elemento importante, en el desarrollo de la Hemovigilancia de los centros hospitalarios, mejorando la recogida de datos y evidencias para el control de los componentes sanguíneos transfundidos e incidentes relacionados. Tiene un papel destacado en un continuo control y mantenimiento del stock de componentes sanguíneos, con una visión clara sobre la evolución del mismo y la capacidad de respuesta del proveedor. La supervisión de enfermería, en el ejercicio de su responsabilidad y liderazgo, está obligada a alcanzar una máxima implicación, incluyendo en la aplicación de sus funciones los elementos necesarios para la gestión de la calidad. Pero la gestión de la calidad en una organización es responsabilidad de todas las personas que la componen con independencia de la situación que ocupan. Referencias 1. 2. 3. 4. 5. Pérez Fernández de Velasco, JA. Gestión por procesos, cómo utilizar ISO 9001:2000 para mejorar la gestión de la organización. ESIC 2004 Ledesma, L; Franco, L. Implantación del Sistema de Gestión de la Calidad ISO 9001:2000 en Centros y Servicios de Transfusión. Grupo Acción Médica 2007 Estándares de Acreditación en Transfusión Sanguínea. 3ª ed. Comité de Acreditación en Transfusión. Asociación Española de Hematología y Hemoterápia, Sociedad Española de Transfusión Sanguínea. 2006 Cronin, M. The contributión of nurses to the haemovigilance programme en Irland. Congreso S. congreso SETS Cádiz 2008 Real Decreto 1088/2005, de 16 de septiembre de 2005, por el que se establecen los requisitos técnicos y condiciones mínimas de la hemodonación y de los centros y servicios de transfusión 6. Real Decreto 1343/2007, de 11 de octubre , por el que se establecen normas y especificaciones relativas al sistema de calidad de los centros y servicios de transfusión 7. Decreto 298/2006, de 18 de julio, por el que se regula la Red de Hemoterápia y se crea el Sistema de Hemovigilancia en Cataluña 8. Sistemas de gestión de la calidad. Requisitos. ISO 9001:2008 9. Sistemas de gestión de la calidad. Fundamentos y vocabulario. ISO 9000:2005 10. www.efqm.org 20 Congreso Nacional de la SETS 155 JM. Cárdenas. S10-2 ¿Qué ha significado la implantación de sistemas de gestión de calidad (SGC) en los centros de Transfusión? Un balance retrospectivo JM. Cárdenas. Centro Vasco de Transfusión y Tejidos Humanos, Donostia. Introducción Sistema de calidad del banco de sangre es el conjunto de elementos, personal, material, locales, operaciones, ensamblados de modo que se aseguren unos buenos resultados (eficacia). Cuanto mejor concebido y aplicado sea el sistema, los mismos recursos darán mejores resultados (eficiencia). Además, si se estudian los resultados, si se consulta a los que reciben el servicio, si el personal aporta ideas, y si lo más adecuado de todo esto se pone en práctica, se asegurará el progreso (mejora continua). Por lo tanto un sistema de calidad no sólo ayuda a que las cosas salgan bien, sino también a que se hagan con menos esfuerzo y a que se ajusten a lo que realmente se necesita. Hoy día los bancos de sangre tanto los centros como los servicios de transfusión, tienen que funcionar sujetos a un sistema de calidad homologado. Se trata de un requisito legal1. En esta conferencia del XX Congreso de la SETS examinaremos el origen y evolución de los sistemas de calidad de los bancos de sangre en España, cómo han repercutido y funcionado, cual es la situación actual y qué podríamos prever que suceda en los años diez del presente siglo. Desde muy pronto en España los bancos de sangre han estado dotados de sistemas de calidad avant la lettre: técnicas escritas, materiales y reactivos controlados, personal formado, evaluación de la calidad de los productos… A modo de ejemplo, es notable la calidad de los registros comprándola con otros ámbitos del hospital. ¡Cuántas veces se encuentran datos de transfusión mucho más fiables en el banco de sangre que en las historias clínicas! Sin duda el Programa de Acreditación de Bancos de Sangre PABAS, patrocinado por la Asociación Española de Hematología y Hemoterapia AEHH desde 1971, ha sido el principal revulsivo de la calidad en los bancos de sangre junto con el Decreto1574/75 que regula la hemodonación y los bancos de sangre en 19752. No es difícil detectar en estas normativas (científica y legal respectivamente) la influencia norteamericana, tanto en España como en el resto de Europa. Esta influencia ha continuado en el tiempo, muy intensa hasta mediados de los noventa y más matizada luego, cuando Europa toma un rumbo propio. Para comprender la evolución de los sistemas de calidad de los bancos de sangre merece la pena analizar primero su trayectoria en Norteamérica porque en ella están muchas claves de la situación en España. Sistemas de calidad de bancos de sangre en EEUU hasta 1997 En 1958 la Asociación Americana de Bancos de Sangre AABB, publicó la primera edición de los estándares de acreditación con la intención declarada de que el uso de estos estándares “…ayudarán materialmente en el desarrollo y mantenimiento de técnicas y procedimientos para que los enfermos reciban unas transfusiones de sangre eficaces y seguras”3. Los estándares enumeraban las normas a cumplir 156 20 Congreso Nacional de la SETS en la selección del donante, extracción, procesamiento, almacenamiento, transfusión, reacciones transfusionales y registros. Es interesante resaltar que esta iniciativa procedía de una sociedad científica y que la Administración Pública ejercía un control sobre los bancos de sangre superficial e indirecto sólo a través de los Institutos Nacionales de Salud NIH. En el año anterior los NIH habían elaborado una “lista de mínimos” para bancos de sangre, enfocada como un tema de salud pública y no como requisitos de carácter legal. Quince años más tarde, en 1973 y como consecuencia de varias reclamaciones judiciales a bancos de sangre con repercusión en la opinión pública, las autoridades sanitarias decidieron un control más riguroso de los bancos de sangre, haciéndose cargo del mismo la FDA, Food and Drug Administration, digamos “Sanidad”. La FDA optó por un enfoque similar al de la actividad farmacéutica, estableció una normativa específica para componentes sanguíneos como productos biológicos, la serie 21-CFR-606 (CFR: Code of Federal Regulations), e inició un programa de inspecciones anuales. Todo esto generó mucho debate y polvareda: ¿La sangre un producto farmacéutico? Fue una época movida. De hecho los propios bancos de sangre se estaban transformando. También en 1973 se puso en marcha la National Blood Policy desde el sector público y se fundó como entidad privada la American Blood Comisión (ABC). En muchos lugares del país se emprendió una política de creación de centros regionales territoriales: organizar la donación en un territorio y cubrir las necesidades de ese territorio, con grandes centros bien organizados y equipados, trabajando estrechamente con buenas base de donantes voluntarios (la donación retribuida de sangre total prácticamente desapareció cuando la FDA obligó al famoso etiquetado especial de la sangre que procediera de donante pagado, maniobra empezada en Illinois en 1971, seguida luego en California, Georgia y Florida, y desde 1978 en todo el país). Aunque la implantación de los centros territoriales fue muy desigual, todos los bancos de sangre se desarrollaron considerablemente en este periodo. Mejoró mucho la tecnología. Fue el arranque de la aféresis, las plaquetas y el CPD-A. Ya estaba asumida la aplicación del 21-CFR-606, incluso más relajada pues pasaron a hacerse inspecciones bienales en lugar de anuales. En paralelo con todos estos acontecimientos, el programa de acreditación de la AABB continuaba con su propio rumbo. La estructura del programa siguió invariable, pero los contenidos y los detalles habían crecido y se habían perfeccionado notablemente. La novena edición de los estándares publicada en 1978 veinte años después de la primera tenía 51 páginas en lugar de catorce, con los mismos apartados aunque naturalmente y de acuerdo con los tiempos, se habían añadido más: dos de aféresis y uno de transfusión autóloga4. Para los bancos de sangre el verdadero terror eran las inspecciones de la AABB porque eran muy rigurosas y detalladas, mientras que las oficiales de la FDA se consideraban casi un trámite. Simposio S10-2 ¿Qué ha significado la implantación de sistemas de gestión de calidad (SGC) en los centros de transfusión? Un balance retrospectivo Dentro de este panorama tranquilo irrumpió la catástrofe del sida y su terrible y dolorosa difusión a través de la transfusión de sangre y productos plasmáticos. En 1983 se demostró que el agente infeccioso podía transmitirse vía transfusión y se pidió a las personas que hubieran recibido alguna vez droga parenteral y a los hombres que hubieran tenido relaciones homosexuales que se abstuvieran de donar. Más tarde se vio que esta medida redujo en un 90% la transmisión del virus por la sangre, e indirectamente lo importante que era la responsabilidad del donante en su propia selección5. A partir de 1985 con el cribado universal gracias al test específico se pudo controlar el sida transfusional. También en 1983-84 emergió la realidad de la hepatitis no-A no-B, una hepatitis anictérica y silente con frecuente evolución hacia formas crónicas, y en algunos casos la producción de un hepatoma. Todo esto produjo una gran impresión en la opinión pública. Ya en 1984 se reemprendieron las inspecciones anuales. En la segunda mitad de los ochenta se fue elaborando progresivamente la idea de que los componentes sanguíneos deberían tener la consideración de productos (farmacéuticos) y estar sujetos a su mismo reglamento. En 1991 tuvo lugar un gran debate en el Congreso de EEUU exigiendo medidas rigurosas de control de los bancos de sangre. De acuerdo con esta política, la FDA empezó a aplicar además del 21-CFR-606 los apartados 21-CFR-210 y 211 que hacen referencia las Buenas Prácticas de Fabricación, current Good Manufacturing Practices, cGMP seguidas en la industria farmacéutica desde años atrás. Las cGMP tienen como eje fundamental el Control de Procesos: Personal formado, siguiendo al pie de la letra unas técnicas escritas validadas, utilizando un equipo calibrado y un material verificado, producirán unos resultados cuya calidad será idónea e invariable, comprobada a través de controles de calidad rigurosos. Tienen que identificarse una serie de Puntos Críticos de Control con medidas específicas de seguimiento. Además existe la figura del Aseguramiento de la Calidad, que puede ser una persona o todo un departamento, cuya misión es comprobar que todo funciona como está previsto y sin desviaciones. El aseguramiento de la calidad tiene que ser independiente de la producción y además tiene que disponer de la autoridad necesaria para parar las operaciones si comprueba que están descontroladas. Ya desde el primer momento se puso en duda si era o no procedente aplicar directamente esta legislación6,7; evidentemente era una ley, había que cumplirla y punto. Pero ¿por ejemplo, cómo aplicar el concepto de lote, que es fundamental en la cGMP? Es un buen ejemplo. Un lote en Transfusión es una unidad y los componentes procedentes de esa unidad. Detectar un error en la producción de un lote de trescientas mil pastillas iguales puede suponer desechar todo el lote producido con su coste económico y repercusión en la empresa; Sanidad tendrá que asegurarse que la empresa no hará trampas y que eliminará el lote si es que debe de hacerlo. Detectar un error en la preparación de un componente, por ejemplo la sospecha de que se haya producido un poro al hacer un sellado obliga a desechar la bolsa pero sólo esa bolsa, una contrariedad, pero exenta de dramatismo. Hay ejemplos adicionales como son las reglas de etiquetado, el control de los equipos, los productos iniciales (cada unidad de sangre extraída es distinta en términos de calidad y cantidad), etc. ¿Cómo se puede parar la producción de un servicio público? También hubo un debate sobre el enfoque profesional. Muchos especialistas de banco de sangre pensaron que si lo importante es la producción, ¿dónde estaba el sentido clínico del especialista en transfusión?8 Claro que es eso precisamente lo que el legislador buscaba, que no hubiera “sentido clínico” a la hora de producir. También había otras preguntas, en realidad al margen del cGMP ¿los servicios de consultor en casos clínicos? ¿la investigación clínica y de laboratorio? … Inmediatamente los inspectores de la FDA, especializados en inspecciones de farmacia entraron en los bancos de sangre detectando múltiples errores dentro de las premisas del cGMP: las aplicaciones informáticas no estaban validadas y además constantemente se hacían modificaciones adicionales insuficientemente comprobadas (desde el punto de vista de la cGMP), la selección del donante estaba poco estandarizada (también para el gusto de la cGMP), las técnicas de laboratorio con aparatos insuficientemente validados, y sobre todo unas técnicas escritas no controladas y a menudo inencontrables en los puestos de trabajo. Las inspecciones se empezaron a llevar con rigor extremo, ahora más temibles que las de la AABB. Los inspectores no estaban muy familiarizados con la dinámica de trabajo de un banco de sangre pero a cambio eran expertos en sistemas de calidad. Una consecuencia que tendría gran repercusión es que las inspecciones de trataban de auditorías de sistema, en contraste con las inspecciones de la AABB que eran auditorías de producto. En un momento en el que emergía la clínica de los casos de sida transfusional contraídos en la primera mitad de los ochenta, crecía la desconfianza en los especialistas en transfusión y en las inspecciones llevadas a cabo por ellos mismos a través de su Asociación la AABB, y por lo tanto entre las autoridades y los medios políticos se daba más importancia y eran más de fiar las de la FDA, aunque los profesionales seguían dando mayor credibilidad a las inspecciones de la AABB. La primera mitad de los noventa estuvo dominada por el furor por los sistemas de calidad, sobre todo los basados en la cGMP. Los propios estándares de la AABB empezaron a cambiar. La decimoquinta edición, de 1993, se adelantó casi un año para incluir nuevas normas de sistema: A2.100: hay que designar un responsable de calidad, A2.200: control de la documentación y revisión anual, A2.300: control del material, reactivos y equipo, A2.400: auditorías internas, A2.500: control de proveedores subcontratados, etc.9 y en 1994 salió la decimosexta, también adelantada, esta vez con el añadido de normas relativas al personal10. Todo esto afectó considerablemente a la moral de trabajo. Había que ocuparse de asuntos de forma, documentación, y poco contenido científico. El prestigio de los bancos de sangre estaba muy deteriorado. Nadie se atrevía a cambiar nada, ni los sistemas informáticos, ni los robots y aparatos de laboratorio, ni técnicas nuevas, todo ello sujeto como estaba a unas necesidades de validación que nadie sabía bien cómo hacer. Dejemos esto en este punto y regresemos a Europa Repercusión en los sistemas de calidad en los bancos de sangre de España En la introducción se mencionaba cual era la situación de los sistemas de calidad de banco de sangre en España a mediados de los setenta. El PABAS fue el elemento principal impulsor de los sistemas de calidad tal como se entendían entonces, es decir centrados en los requisitos técnicos de las operaciones, de los reactivos y de los productos. Desde luego el Programa también exigía elementos importantes de un sistema de cali- 20 Congreso Nacional de la SETS 157 JM. Cárdenas. dad: técnicas escritas, formación de personal, registros, etiquetado, y recogida de datos, aunque sin entrar en detalles. Había un paralelismo entre las sucesivas ediciones de los estándares de la AABB y su adaptación a la situación española. En ese momento toda Europa hacía lo mismo. La irrupción del sida transfusional en España a primeros de los ochenta fue catastrófica en cuanto a los derivados plasmáticos, pues casi todo el plasma para fraccionar o ya fraccionado procedía de EEUU. Muchos enfermos sufrieron las consecuencias. Sin embargo su repercusión en los productos lábiles, aun siendo real fue incomparablemente menor. Cuando el virus empezó a difundirse en España ya se sabía que se trataba de un virus, ya se conocía la existencia de ciertos grupos de riesgo (ahora no los llamaríamos así) y por lo tanto se pudieron introducir medidas preventivas como por ejemplo la autoexclusión, y además enseguida hubo un test disponible. La alarma social afectó poco a los bancos de sangre. Por presiones dentro de la propia AEHH se retiró la exigencia de tener el banco de sangre homologado para poder impartir docencia y tener residentes, con lo cual la influencia del PABAS descendió. Sin embargo el vendaval de EEUU estaba llegando a toda Europa. En 1985 salió el R.D. 1945/1985 que optaba por una organización territorial de la transfusión, aunque permitiendo la continuidad de la extracción y procesamiento de la sangre en el hospital para el hospital. La clave de este RD era que atribuía a las CCAA las decisiones sobre organización, gestión e inspección de los bancos de sangre cada cual dentro de su Comunidad11. Aunque había un modelo común descrito en el RD en la práctica se podía aplicar de muchas formas. La Orden de 4-121985 desarrollaba los aspectos técnicos del RD con el esquema tradicional: requisitos del donante, tests obligatorios, registros, etc12. Un elemento muy negativo de esta época era que apenas se inspeccionaban los bancos de sangre; algunos inspectores de Sanidad hicieron algunas visitas, limitadas a ver qué medidas se estaban tomando para prevenir la difusión del virus del sida, y por otra parte el número de bancos acreditados por el PABAS se estaba reduciendo. La principal novedad en España fue la creación de centros regionales en la mayoría de las comunidades autónomas al amparo de la nueva ley. Estos centros, nuevos, bien dotados, con personal fuertemente incentivado desde el punto de vista profesional representó un cambio fundamental en la transfusión española, incluso aunque la reforma se retrasara en algunas regiones. Los nuevos centros estaban en una buena posición para adoptar los nuevos vientos de la cGMP y los sistemas de calidad. La contrapartida, importante, era la separación de la actividad transfusional hospitalaria en la mayoría de los casos (pero no en todos). En la segunda mitad de los ochenta las cosas empezaron a cambiar en Europa. La Unión Europea (UE) publicó en 1988 una Directiva por la cual, cuando un componente sanguíneo ocasionara un perjuicio al receptor o le transmitiera una enfermedad, habría una responsabilidad objetiva del banco de sangre. El concepto procede de la normativa farmacéutica y en la práctica viene a significar que un banco de sangre debe de indemnizar al perjudicado incluso sin que exista negligencia o mala praxis. Esta Directiva, unida a las noticias procedentes de EEUU originaron un interés creciente por el enfoque farmacéutico. Ya en 1986 el Consejo de Europa publicó oficialmente el libro “Control de Calidad en los servicios de transfusión sanguínea”, precursor de la famosa Guía13. Todavía está escrito de modo tradicional aunque con añadidos interesantes: hay un capítulo sobre el control del equipo, y entre las referencias 158 20 Congreso Nacional de la SETS figura la Farmacopea Europea. En 1990 se publica la primera edición de la Guía para los Servicios de Transfusión del Reino Unido, Red Book, con un contenido intermedio14. En 1992 la Cruz Roja Holandesa aprueba el documento “GMP para bancos de sangre” en cuya introducción declara sin ambages que se basa en el Reglamento de los productos medicinales de la Comunidad Europea, volumen IV: Guía para las buenas prácticas de fabricación para los productos medicinales15. Efectivamente este documento contiene todos los elementos de la cGMP. Al año siguiente se celebró en Groninga un simposio internacional monográfico sobre GMP en bancos de sangre. Los textos del simposio se publicaron como libro16 y se difundieron por toda Europa, España incluida. Muchos empezamos a trabajar sobre estos textos. Nosotros en el País Vasco incluso hicimos una traducción adaptada de las GMP holandesas, pero el lenguaje era tan árido los conceptos tan difíciles de poner en práctica, que al final sólo utilizamos las partes que nos parecieron más apropiadas y útiles. Hay que reconocer que si alguien nos hubiera obligado a cumplir las normas al pie de la letra, quizás hubiéramos entrado en su totalidad. En Francia, entre 1993 y 1995 se publicaron cuatro largas Órdenes Ministeriales (extracción – fraccionamiento – distribución – cribaje de laboratorio)17,18,19,20, más de cien páginas de letra pequeña haciendo obligatorio el reglamento GMP en los bancos de sangre. Era tal la minuciosidad del reglamento que incluso decía que los tubos se centrifugan taponados y con los pesos equilibrados dentro de la centrífuga… ¡incluso ese tipo de detalles figuraba en el propio B.O.E. francés! Influencia de la serie ISO 9000 en los bancos de sangre Hacia 1995 se empezó a difundir la recién publicada norma ISO-9002:1994 como un documento de referencia muy interesante para bancos de sangre. Se describía un sistema de calidad homologado, aplicable en cualquier tipo de actividad, utilizando un formato de normativa. El peso principal estaba en el control de procesos, igual que la cGMP quizás menos detallado, pero además se describían otros muchos aspectos del sistema relativos a los objetivos, la política de calidad, el personal, el seguimiento de no conformidades, las acciones correctoras, etc. El lenguaje era horroroso pero una vez perforada esta barrera era un placer observar que el sistema estaba concebido con lógica y con mucha inteligencia. La ISO 9000 fue recibida en los bancos de sangre europeos bastante bien aunque con algunas reticencias iniciales. En toda Europa surgieron bancos de sangre y centros de transfusión certificados por la ISO-9002. Conforme aumentaban las certificaciones se incrementaba el número de nuevos aspirantes. En España un precioso libro de la Dra. Blanco daba muchas claves sobre cómo adoptar la norma al funcionamiento de un banco de sangre21. Estaba claro que la certificación ISO-9002 sólo hacía referencia al sistema pero no específicamente al producto. Por lo tanto era insuficiente por sí sola. Curiosamente y dada la escasa actividad inspectora que seguía habiendo en España, los centros de transfusión estaban siendo inspeccionados a fondo en cuanto a su sistema de calidad pero no propiamente en cuanto a actividad generadora de componentes sanguíneos. La AABB definió en 1997 los diez elementos esenciales del sistema de calidad, Quality System Essentials, QSEs22, que venían a ser los veinte puntos de la ISO-9001 agrupados y adaptados a la realidad de un banco de sangre. Finalmente ocurrió lo que era de esperar: los diez QSEs se incorporaron formalmente a los Simposio S10-2 ¿Qué ha significado la implantación de sistemas de gestión de calidad (SGC) en los centros de transfusión? Un balance retrospectivo estándares de acreditación en su decimonovena edición, 199923. Lo mismo sucedió en otro documento europeo fundamental que apenas he mencionado, la Guía para la preparación uso y control de calidad de los componentes sanguíneos editada por el Consejo de Europa, excelente documento muy influyente en Europa y del que han ido saliendo ediciones sucesivas. En los primeros noventa se añadió al principio un apartado A sobre GMP que más tarde cambió de nombre y se amplió como Sistema de Calidad para Centros de Transfusión, muy influido por la ISO 900024. El Programa de Acreditación Nacional también se reestructuró de arriba abajo. Ahora estaba patrocinado tanto por la AEHH como por la SETS y pasó a denominarse Comité de Acreditación para la Transfusión, CAT, y unos nuevos estándares, excelentes, que ahora seguían más la Guía del Consejo de Europa que los de la AABB. También es elocuente la progresiva incorporación de los requisitos de un sistema de calidad, simplemente enumerados en la primera edición del año 2000, más desarrollados en la segunda edición de 2002, y ya extensamente en la tercera edición de 2006. En definitiva se trata de combinar la auditoría de sistema con la auditoría de producto en un mismo proceso de verificación, de lo cual sólo hay ventajas. En esta misma sesión del Congreso la Dra. Julia Rodríguez Villanueva hará una exposición más detallada de todo esto Limitaciones de la ISO 9000:1994. EFQM Como se ha expuesto más arriba, el núcleo central de la serie ISO 9000:1994 era el control de procesos. Como la base de la GMP era también el control de procesos no fue nada difícil que los bancos de sangre utilizaran la ISO como modelo de sistema de calidad que incluía los requisitos de la GMP y que además los articulaba con otros elementos que abrían el rígido sistema de la GMP. El problema era que la propia ISO 9000:1994 era a pesar de todo demasiado rígida. Era perfectamente posible estar haciendo las cosas muy bien pero para nada, completamente inútiles. La introducción de cualquier cambio era un dolor de muelas, por no hablar de la documentación. El funcionamiento piramidal daba como resultado unos procedimientos validados desde arriba que prácticamente no se podían modificar. Se primaba la estructura en departamentos en la cual cada responsable organizaba el trabajo de modo que todo estuviera previsto y nada se dejara al azar. En estas condiciones la única vía de progresar era la acción preventiva, que estaba bien pero en el fondo era más de lo mismo. La Fundación Europea para la Gestión de la Calidad, European Foundation for Quality Management, EFQM, ideó un sistema de calidad con otro planteamiento. El control de procesos era un elemento necesario y muy importante, pero no lo más importante. El Modelo EFQM de Excelencia describía unos criterios en cinco ámbitos: 1) Liderazgo, 2) Política y Estrategia, 3) Personas, 4) Alianzas y Recursos, 5) Procesos, y en cuatro resultados: 6) Resultados en los clientes, 7) Resultados en las personas, 8) Resultados en la Sociedad, y 10) Resultados clave (beneficios). No podemos entrar en el detalle, pero ya se ve que se trata de un sistema de calidad fluido y abierto a lo que está pasando en cada momento dentro y fuera de la empresa. En España algunos Servicios Públicos de Salud y algunos bancos de sangre han estado interesados en el modelo EFQM, y siguen estándolo. Como también la ISO 9000 ha evolucionado en el mismo sentido, vamos a detenernos un poco en ver cómo se ha intentado resolver los problemas de la edición de 1994. ISO 9000:2000. ISO 9000:2008. ISO 15189:2007 Lo primero que hay que resaltar es que el control de procesos sigue siendo lo principal de la ISO 9000:2000. Sin embargo se desarrollan varios elementos del sistema de calidad que permiten abrirlo y adaptarlo a la realidad. Hay más, pero citaré cuatro Enfoque como proceso, process approach. Las operaciones del banco de sangre están interrelacionadas y por lo tanto no son autónomas, no pertenecen a un departamento aunque sea verdad que mayoritariamente estén teniendo lugar en un departamento. Por lo tanto deben de estudiarse como un todo: ver qué procedimientos hacen falta, qué personal, materiales, informaciones, resultados. Qué variables se pueden introducir para acelerar, retrasar o modificar el proceso sin que se descontrole. Qué indicadores de calidad permiten saber si está funcionando bien Enfoque al cliente. Ojo: la palabra cliente no tiene un sentido comercial, sino uno muy específico de calidad. Para un servicio de catering en un hospital ¿quién es el cliente? ¿el gerente, que es quien decide la empresa a contratar? ¿el administrador, que es quien lleva el día a día, paga y echa las broncas? ¿el enfermo que se toma la sopa? La respuesta es el enfermo que toma la sopa; es él quien puede opinar si la sopa está buena o está mala, sin duda una información importante para la empresa de catering. Los demás reciben el nombre de partes interesadas. Cliente es quien va a recibir el servicio del banco de sangre, puede ser el donante pero sobre todo serán los servicios de transfusión (para los centros) o las unidades de clínica y cirugía (para los servicios). El cliente ocupa una excelente posición para opinar sobre el servicio que recibe y por lo tanto es del mayor interés saber lo que piensa. Obsérvese el interés que tiene para un banco de sangre el saber si en clínica se están pidiendo nuevos servicios, componentes especiales, aféresis selectivas, terapia celular…. Es fuente de progreso y movimiento en la dirección adecuada. Nos puede obligar a cambiar los requisitos de calidad, es decir, todo. Participación del personal. Se trata de que las personas opinen sobre las tareas que realizan porque este contacto diario con los problemas les proporciona una fuente de información esencial, riesgos, posibilidades de cambio, optimización de recursos, etc. Mejora continua. Se trata de generar ciclos consistentes en obtener información real de la situación (datos, hechos, indicadores) seguido de su análisis, propuestas de mejora, selección de las más adecuadas, comprobación de la eficacia con nueva información real de la situación, etc. La SETS y la AEHH han editado recientemente un excelente trabajo de Luis Ledesma y Elena Franco sobre la aplicación efectiva de la Norma en centros y servicios de transfusión25. Dentro de la serie de ISO 9000:2000 hay un documento que es la ISO 9004:2000 que en realidad viene a ser una aplicación del modelo EFQM, muy interesante porque proporciona muchas claves para la gestión del sistema de calidad del banco de sangre. La nueva norma ISO 9001:2008 es prácticamente igual a la edición de 2004 con algunas aclaraciones de concepto. También tiene interés la norma ISO 15189:2007 con requisitos particulares de calidad y competencia para laboratorios médicos. El capítulo cinco trata de los requisitos técnicos del laboratorio, parte de ellos no son aplicables al banco de sangre, pero hay otros que están francamente bien (5.1. personal, 5.2. instalaciones, 5.3. equipo) y parte de los demás. 20 Congreso Nacional de la SETS 159 JM. Cárdenas. Legislación europea y española Según el artículo 152 del Tratado de Ámsterdam de la UE (entrada en vigor en 1999), se encomienda a las Autoridades Europeas que legislen para determinar qué requisitos deben de reunir la sangre y componentes sanguíneos para asegurar un alto grado de calidad26. La idea del tratado es proteger a los ciudadanos frente a la sangre inadecuada que esté circulando por la Unión. Expresamente se dice en el artículo que las Autoridades Europeas no tienen permiso para legislar sobre el modo de transfundir, pues este tipo de legislación está reservado a las Autoridades de cada Estado Miembro. Por lo tanto la legislación europea sólo puede entrar en los hospitales para temas relacionados con el componente: asegurar su trazabilidad y comprobar que hay un sistema de hemovigilancia que detecta fallos en los componentes sanguíneos, pero no si hay un error de transfusión. De acuerdo con este mandato el Parlamento y el Consejo aprobaron la Directiva 2002/98/CE, cuyo artículo 11.1 dice … que cada centro de transfusión (art. 6: y servicio de transfusión) cree y mantenga un sistema de calidad para centros de transfusión sanguínea acorde con los principios de las buenas prácticas…, posteriormente desarrollado en la Directiva 2005/62/CE de la Comisión Europea. En la transposición de estas Directivas, la legislación española sí que ha hecho uso de su prerrogativa, y además de la obligatoriedad legal de que cada centro de transfusión cuente con un sistema de calidad homologado, también los servicios de transfusión tienen que tenerlo (R.D. 1343/2007). Los requisitos enumerados en el RD son superponibles a los descritos en el CAT y en la ISO 9002:200827. El propio Ministerio de Sanidad ha editado en 2008 un manual con listas de comprobación de los sistemas de calidad de centros y servicios de transfusión28, y al menos en nuestra Comunidad (País Vasco) los inspectores de Sanidad lo están utilizando en 2009 como documento de trabajo. Para terminar, sólo recomendar dos revisiones recientes, sencillas y claras sobre GMP y sobre sistemas de gestión de la calidad presentados en el Congreso de la ISBT en el Cairo29,30. Conclusión En resumen, los bancos de sangre en España han contado desde hace cuarenta años con la posibilidad de utilizar sistemas de calidad homologados. Hasta 1990 los sistemas de calidad se centraron bastante más en el producto que en la organización, pero posteriormente hubo una fuerte aportación de la normativa farmacéutica y buenas prácticas de fabricación, cGMP, de modo que se puso un énfasis mayor en la organización y en el sistema de calidad per se. La aplicación de la serie ISO 9000 en los bancos de sangre amplió considerablemente el horizonte. A partir de 2000 la tendencia clara es el diseño de sistemas de calidad en el que se tengan en cuenta tanto los elementos de organización como los de producto y que los programas de inspección y acreditación sigan un único proceso. De cara a los próximos años es vital que los centros y servicios de transfusión se abran lo más posible, que se comuniquen entre sí, con los donantes, y sobre todo con las unidades clínicas y quirúrgicas, y que de puertas adentro se consulte con el personal, que se sustituya el enfoque por departamentos por otro enfoque por procesos, que se recojan y analicen datos objetivos y que se apliquen mejoras. Un buen sistema de calidad debería de ser capaz de impulsar todo esto. Referencias 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9. 10. 11. 12. 13. 14. 160 Se establecen los requisitos técnicos y condiciones mínimas de la hemodonación y de los centros y servicios de transfusión. Real Decreto 1988/2005. BOE del 20 de septiembre de 2005 Regula la hemodonación y los bancos de sangre, Decreto de 26 de junio de 1975. BOE del 17 de julio de 1975 Strumia MM, ed. Standards for a Blood Transfusion Service. 1st ed. Chicago, Ill: AABB, 1958 Oberman HA, ed. Standards for Blood Banks and Transfusion Services. 9th ed. Washington DC: AABB, 1978 Busch JP, Young MJ, Samson SM, et al. Risk of human immunodeficiency virus (HIV) transmission by blood transfusions before the implementation of HIV-1 antibody screening. Transfusion. 1991;31:4-11 Miller WV. Controversies in transfusion medicine: blood banks should use good manufacturing practices and the pharmaceutical manufacturing approach: pro. Transfusion. 1993;33:435-438. Menitove JE. Controversies in transfusion medicine: the recent emphasis on good manufacturing practices and the pharmaceutical manufacturing approach damages blood banking and transfusion medicine as medical care activities: con. Transfusion. 1993;33:439-442 Solomon JM. The evolution of the current blood banking regulatory climate. Transfusion. 1994;34;272-277. Widmann FK, ed. Standards for Blood Banks and Transfusion Services. 15th ed. Bethesda MD: AABB, 1993 Widmann FK, ed. Standards for Blood Banks and Transfusion Services. 16th ed. Bethesda MD: AABB, 1994 Regula la hemodonación y los bancos de sangre, Real Decreto de 9 de octubre de 1985, BOE del 24 de octubre de 1985 Determinación con carácter general requisitos técnicos y condiciones mínimas en la materia, Orden de 4 de diciembre de de 1985. BOE del 16 de diciembre de 1985 Conseil de l’Europe. Contrôle de Qualité dans les services de transfusion sanguine. Strasbourg 1986 National Blood Transfusion Service. Guidelines for Blood Transfusion Services in 20 Congreso Nacional de la SETS the United Kingdom. 1st ed. The Stationery Office. London 1990 15. Blood Council of the Netherlands Red Cross. GMP for blood banks. Red Cross. Amsterdam 1992 16. Smit Sibinga C Th, Heiniger HJ. Eds. Good Manufacturing Practice in Transfusion Medicine. Kluwer Academic Publishers. Dordrecht 1994 17. Bonnes pratiques de prélèvement, arrête ministériel du 22 septembre 1993. Journal Officiel du 8 octobre 1992 18. Bonnes pratiques de préparation des produits sanguins labiles, arrête ministériel du 7 février 1994. Journal Officiel du 23 février 1994 19. Bonnes pratiques de distribution des produits sanguins, arrête ministériel du 4 août 1994. Journal Officiel du 26 août 1994 20. Bonnes pratiques de qualification biologique du don, arrête ministériel du 4 janvier 1995. Journal Officiel du 31 janvier 1995 21. Blanco L. Sistemas de calidad en banco de sangre. Ene ediciones. Madrid 1996 22. Quality program implementation. American Association of Blood Banks Association bulletin. August 1, 1997: # 97-4. 23. Menitove JE, ed. Standards for Blood Banks and Transfusion Services. 19th ed. Bethesda MD: AABB, 1999 24. Council of Europe. Guide to the preparation, use and quality assurance of blood components. 13th ed. Strasbourg 2007 25. Ledesma L, Franco E. Implantación del sistema de gestión de la calidad ISO 9001:2000 en Centros y Servicios de Transfusión. Grupo Acción Médica. Madrid 2007 26. European Communities. EU Treaty of Amsterdam. Article 152 (formerly art. 129). 1997. disponible en http://europa.eu.int 27. Se establecen normas y especificaciones relativas al sistema de calidad de los centros y servicios de transfusión. Real Decreto 1343/2007. BOE del 1 de noviembre de 2007 28. Arrieta R. (coordinadora). Calidad & transfusión. Requisitos de evaluación de la calidad. Ministerio de Sanidad y Consumo. Madrid 2008 29. Ahmed A. Good Manufacturing Practices. Vox Sang ISBT Science Series (2009) 4, 6-10 30. Vuk T. Quality management systems in blood establishments. Vox Sang ISBT Science Series (2009) 4, 45-51 Simposio S10-3 Acreditación en Centros y Servicios hospitalarios de transfusión: el futuro del CAT Acreditación en Centros y Servicios hospitalarios de transfusión: el futuro del CAT S10-3 J. Rodríguez-Villanueva. Complexo Hospitalario de Pontevedra. La certificación es un indicador, establecido internacionalmente, con objeto de generar confianza en la Sociedad (usuarios, profesionales, Autoridades..). La certificación establece que los productos y servicios puestos a disposición de los agentes sociales cumplen los requisitos de calidad y técnicos establecidos en las normas legales y en las normas especificas de la Certificación. Para poder generar esa confianza es necesario que el organismo certificador garantice la independencia, la transparencia, el rigor y la competencia técnica, y en ello consiste la solidez de la Certificación CAT. El CAT mediante la comprobación del cumplimiento por parte de los centros de los requisitos concretos a su sistema de gestión de la calidad -estructura, proceso documental, personal, equipamiento, mejora continua-, sistemas de información, requisitos técnicos y normas legales, establecidos en los estándares CAT, evalúa la competencia del centro así como la calidad del producto y servicio que suministra. Historia En los años 70 la situación del los bancos de sangre en España era muy deficiente. Los donantes eran remunerados, los criterios de exclusión no eran muy rigurosos ni muy seguros y la responsabilidad de la transfusión de sangre en muchos de los hospitales no estaba en manos de hematólogos sino de anestesistas, cirujanos o analistas. Esta situación quedó reflejada mediante una encuesta que la Asociación Española de Hematología y Hemoterapia (AEHH) realizó a los bancos de sangre. Consciente de esta precaria situación y de la necesidad de garantizar la calidad en la obtención y en la transfusión de la sangre la AEHH bajo la presidencia del Dr Antonio Raich, junto con un grupo de hematólogos de renombrado prestigio, entre otros los Drs. R. Castillo, J. Serrano, J. Triginer y M. Fernández, desarrollan el primer Programa de Acreditación de Bancos de Sangre (PABAS), aprobado en la asamblea anual de la AEHH de 1972, con la finalidad de estimular el control de la calidad de la “hemoterapia” en la sanidad española. La aprobación de esta iniciativa permitió que desde 1973 existiera en el seno de la AEHH un Comité, el PABAS, para el desarrollo de dicho programa de acreditación de los bancos de sangre. La principal tarea del PABAS fue elaborar unas normas de calidad, en base a las que se realizarían las inspecciones de los bancos de sangre que solicitasen la acreditación. Estas normas fueron recogidas y publicadas en el “libro verde”: La AEHH concederá el certificado de acreditación a todos los Bancos de Sangre a los que mediante verificación efectuada por su Comisión de acreditación, se compruebe que funcionan de acuerdo con los requerimientos mínimos que se reseñan en la presente normativa, concerniente a aspectos técnicos, deontológico, docentes y económicos. El PABAS había sido un instrumento decisivo para garantizar la calidad tal como se entendía en esos momentos. En el año 1996, la Sociedad Española de Transfusión (SETS) y la AEHH acuerdan compartir la responsabilidad económica y funcional del comité de acreditación PABAS y se decide el cambio de nombre que pasa a denominarse CAT (Comité de Acreditación en Transfusión). El CAT se fue desarrollando y adaptando a los cambios de la medicina transfusional y al avance en terapia celular, cambios organizativos y nuevos requisitos de la calidad y técnicos exigidos. Proyección hacia el futuro A partir del 2004 el CAT inicia una nueva etapa con cambios profundos en su organización y en su gestión. Se propone transformar el CAT para que la Entidad Nacional de Acreditación (ENAC) otorgue toda la autoridad formal sobre las actividades que realiza y el reconocimiento legal del rigor de dichas actividades. Para alcanzar la acreditación de ENAC de acuerdo con la Norma UNE-EN 4501 ha sido necesario implantar un Sistema de Gestión de la Calidad para el desarrollo de sus procesos y cambios profundos en la estructura organizativa del CAT, acorde con el objetivo. Se ha desarrollado un sistema documental conforme con las actividades específicas del CAT, en relación con la actividad de acreditación de centros y servicios de transfusión, unidades de trasplante de progenitores hematopoyéticos, bancos de sangre de cordón umbilical y banco de tejidos, y la información necesaria a facilitar al centro que solicita a la acreditación. Se completa la documentación con todos aquellos requisitos necesarios para el cumplimiento de la Norma UNE-EN 4501. Se identificaron los procesos operativos, lo que ha permitido conocer sus puntos débiles y fuertes en el desarrollo de la actividad del CAT, y se establecieron indicadores de calidad para mejorar nuestro servicio. También se procedió a establecer los perfiles para los distintos puestos en el conjunto de la organización CAT, así como el nivel de competencias correspondiente. Se considera que los auditores del CAT deben ser profesionales cualificados y para ello se realizan con carácter anual o bianual jornadas formativas para que los miembros del CAT adquieran los conocimientos y las habilidades necesarios para la realización de auditorias. Se implanta el manual de calidad y el proyecto ha ido avanzando, desarrollándose e implantándose para culminar con la materialización de su objetivo: Solicitud Formal de la acreditación de ENAC en mayo 2009, con el objetivo de que ENAC reconozca formalmente de que el CAT se trata de un organismo técnicamente competente para desarrollar tareas específicas de certificación 20 Congreso Nacional de la SETS 161 J. Rodríguez Villanueva. Estructura del CAT El CAT en diciembre de 2008 se constituye por tiempo indefinido en Fundación del Comité de Acreditación en Transfusión, Terapia Celular y Tisular, una organización con entidad jurídica propia y sin ánimo de lucro, para desarrollar su actividad preferentemente a nivel de España pero también puede realizarla a nivel internacional. La Fundación CAT se financia con los recursos provenientes de las aportaciones de las acreditaciones, pudiendo recibir aportaciones de la Fundación Española de Hematología Hemoterapia y de la Sociedad Española de Transfusión Sanguínea, o de cualquier ente público o privado en España o en el extranjero. Los fines que persigue la Fundación CAT son los siguientes: La mejora continua de la Calidad en medicina transfusional y en trasplante de tejidos y células progenitoras hematopoyéticas, mediante la actualización y edición periódica de las normas de calidad y técnicas para Centros de Transfusión, Servicios de Transfusión, Bancos de Tejidos, Bancos de Sangre de Cordón Umbilical y Unidades de Transplante de Células Progenitoras Hematopoyéticas; la certificación de los Centros de Transfusión, Servicios de Transfusión, Bancos de Tejidos, Bancos de Sangre de Cordón Umbilical y Unidades de Trasplante de Células Progenitoras Hematopoyéticas; y la promoción del programa de certificación. Los Estatutos de la Fundación CAT contienen la estructura organizativa de la misma en la que se describen las funciones de cada uno de los miembros de sus órganos. Dichos Estatutos establecen las condiciones de composición del Patronato y el tiempo durante el que sus miembros pueden ejecutar sus funciones. Las decisiones, registradas de forma escrita, se adoptan por mayoría y deben contar con el visto bueno de su Presidente. 1. Órganos de gobierno y representación: El Patronato: El Patronato es el órgano de gobierno y de representación de la Fundación CAT para el cumplimiento de los fines fundacionales. El patronato está constituido por: Presidente: Ostenta la plena representación del Patronato, convocará o mandará convocar las reuniones del Patronato, velará por el cumplimiento de sus acuerdos y los fines de la Fundación. Será el que ostenta la presidencia de la Asociación Española de Hematología y Hemoterapia y, alternativamente cada dos años, el de la Sociedad Española de Transfusión Sanguínea y Terapia Celular. Vicepresidente: Será el que ostenta la presidencia de Sociedad Española de Transfusión Sanguínea y Terapia Celular y, alternativamente cada dos años, el de la Asociación Española de Hematología y Hemoterapia. Secretario General: es el Coordinador del Comité de Acreditación de la Fundación CAT. Tesorero: un miembro del Comité de Acreditación de la Fundación CAT. Vocales: un total de 5, un miembro del Comité de Acreditación de la Fundación CAT; dos miembro de la Asociación Española de Hematología y Hemoterapia; dos miembros de la Sociedad Española de Transfusión Sanguínea. Los miembros del patronato son miembros de las Juntas Directivas AEHH y STS o socios de ambas sociedades nombrados por la respectiva Junta directiva, o miem- 162 20 Congreso Nacional de la SETS bros del Comité de Acreditación de la Fundación CAT, que son socios tanto de la AEHH como de la SETS. El cargo de patrono tiene una duración de 4 años y pueden ser reelegidos tantas veces como considere el patronato. Funciones del Patronato: a) Aprobar la Memoria anual de Actividades. b) Elaborar y aprobar la memoria económica anual. c) Revisar y aprobar anualmente las tarifas de certificación. d) Elaborar y aprobar los planes de actuación y el estudio económico para su realización. e) Designar al coordinador del Comité de Acreditación de la Fundación CAT. f) Refrendar los nuevos miembros seleccionados del Comité de Acreditación de la Fundación CAT. g) La elaboración, actualización y difusión de los Estándares de Acreditación i) La promoción de la Certificación CAT de los centros de transfusión, servicios de transfusión, bancos de tejidos y unidades de trasplante de productos celulares hematopoyéticos. 2. Órganos Técnicos El Comité Técnico de Acreditación, está constituido por especialistas en Hematología-Hemoterapia, pertenecientes a la Asociación Española de Hematología y Hemoterapia y a la Sociedad Española de Transfusión Sanguínea, con amplia experiencia profesional y que desarrollen su actividad profesional en medicina transfusional y/o terapia celular en un centro con la acreditación del CAT vigente. Los miembros son seleccionados en base a los criterios establecidos y aprobados por el Patronato. Son funciones del Comité Técnico de Acreditación: a) La concesión, mantenimiento, suspensión o retirada de la Certificación de los Centros de Transfusión, Servicios de Transfusión, Bancos de Tejidos en base a los estándares de Acreditación CAT y las Unidades de Trasplante de Células Progenitoras Hematopoyéticas en base a los estándares de Acreditación del CAT -JACIE b) La realización de las auditorias de Certificación. c) La actualización y elaboración de todos los documentos necesarios o de mejora en el proceso de acreditación. d) La formación de los miembros en auditorias y en sistemas de gestión de calidad y cualquier otra herramienta necesaria para el desarrollo de su actividad. e) La elaboración de normas de funcionamiento interno y asegurar su cumplimiento. f) La elaboración de la memoria anual de actividades. g) La revisión y actualización de los tiempos de presencia de auditor. h) La participación en comités de acreditación de otras entidades con los mismos fines. Los Auditores: Son profesionales voluntarios Licenciados en Medicina, especialistas en Hematología-Hemoterapia. Deben tener experiencia en sistemas de implantación y desarrollo de la Calidad de, al menos, 2 años y contar con una experiencia mínima de 4 años en actividades de medicina transfusional en un Centro de Transfusión, Servicio de Transfusión, Unidades de Trasplante de Productos Celulares Hematopoyéticas, Banco de Cordón o Banco de Tejidos. Conocimientos de ingles y de informática nivel de usuario. Ser miembro de la AEHH y SETS y estar desarro- Simposio S10-3 llando su actividad en un centro con la acreditación CAT vigente Para su ingreso habrán de superar un proceso de selección tras la presentación de su currículum. A los nuevos auditores se le imparte una formación en auditorias técnicas y una formación especifica antes de realizar sus funciones: Realizar las auditorias de acuerdo al procedimiento establecido y cumpliendo las responsabilidades establecidas en el manual del auditor; Proponer a la Comisión de Acreditación la certificación o suspensión de la misma de los Centros auditados. La formación del auditor es tutelada y supervisada periódicamente. La Comisión de Acreditación: Se constituye con miembros del Comité Técnico de Acreditación con independencia del equipo auditor. Son sus funciones: La concesión, mantenimiento, suspensión o retirada de la Certificación de los Centros de Transfusión, Servicios de Transfusión, Bancos de Tejidos en base a los estándares de Acreditación CAT y las Unidades de Trasplante de Células Progenitoras Hematopoyéticas en base a los estándares de Acreditación del CAT -JACIE La decisión de acreditación, suspensión o denegación de la Acreditación es adoptada por esta comisión con independencia del equipo auditor que realiza las auditorias de los Centros. Coordinador del CAT, son funciones y responsabilidades: Garantizar el funcionamiento del Sistema de Gestión de la Calidad del CAT y el nivel de servicio prestado a nuestros clientes. Colaborar con el Patronato de la Fundación del Comité de Acreditación en Transfusión, Terapia Celular y Tisular según lo establecido en los correspondientes estatutos. Elaborar la memoria anual y económica del Comité Técnico de Acreditación. Organizar las reuniones del Comité Técnico de Acreditación Designar a los auditores para la visita a los centros a acreditar Garantizar el cumplimiento del procedimiento específico de certificación CAT. Supervisar y dar conformidad a los informes de Certificación Disponer los mecanismos que aseguren la imparcialidad y la objetividad de las Certificaciones. Promover la adecuada formación técnica de los auditores. En la documentación del CAT están definidas y documentadas bajo Perfiles Profesionales las obligaciones y responsabilidades de cada uno de los puestos de los Órganos Técnicos. En ellos se recogen, entre otros aspectos, los referidos a su independencia respecto de intereses externos de cualquier tipo. El CAT tiene establecido un código de conducta por lo que todos sus miembros tienen firmados documentos en los que se comprometen al máximo respecto y confidencialidad en relación a cualquier información obtenida por ser miembros del CAT. Estándares de acreditación Desde las primeras normas establecidas en el año 1973 las sucesivas ediciones han supuesto una mejora transcendental sobre las anteriores versiones. Acreditación en Centros y Servicios hospitalarios de transfusión: el futuro del CAT En 1998, tras el acuerdo de la Asociación Española de Hematología y Hemoterapia de r con la SETS de compartir la responsabilidad económica y funcional del PABAS que se transforma en CAT, se publica la versión 0 de los Estándares. La primera y segunda edición son publicadas en los años 2000 y 2003, respectivamente. En ellas se introducen nuevos conceptos de “garantía de la calidad” y se amplían los requisitos técnicos en los distintos campos a los que alcanzaban los estándares para adaptarse a los cambios técnicos y organizativos que estaban ocurriendo en los centros de transfusión y bancos de sangre. También se incorporan nuevos capítulos referentes a la obtención y procesamiento de progenitores hematopoyéticos y tejidos. En el año 2006, con la nueva legislación resultado de la trasposición de directivas europeas, se realizan nuevas incorporaciones técnicas con objeto de garantizar la calidad y seguridad transfusional, y un mayor desarrollo de la aplicación de los productos celulares y tisulares. Evolucionando desde los criterios de calidad tradicionales en la transfusión, hacia un concepto de centros y servicios de transfusión con sistema de gestión de la calidad, incorporando los conceptos de clientes, proveedores, y el principio de mejora continua. Profundizando en los requisitos técnicos y en el sistema de registros. Incorporando nuevos requisitos en Hemovigilancia y Biovigilancia para adaptarse a las nuevas exigencias legales. Todo ello se publica en la 3ª edición de los “Estándares de Acreditación en Transfusión”, un libro rojo que incorpora requisitos para un Sistema de Gestión de la Calidad a los requisitos técnicos de calidad para un producto/o servicio. En el año 2007 se publican la 3ª edición de dos publicaciones:“Estándares de Acreditación de Unidades de Obtención y/o Procesamiento de Células Progenitoras Hematopoyéticas” ( libro azul) y “Estándares de Acreditación de Bancos de Cordón” (libro amarillo). Esta nueva edición supone la actualización de las normas técnicas y de gestión de la calidad, la adecuación a la legislación vigente, que junto con los nuevos requisitos de Biovigilancia permitirán garantizar la calidad y seguridad en el trasplante de productos celulares, obtenidos a partir de sangre periférica, medula ósea y sangre de cordón umbilical. Las primeras ediciones han sido elaboradas por los miembros del PABAS/CAT y en la 3ª edición además de los miembros del CAT, han participado -con gran generosidad- profesionales de reconocido prestigio y experiencia en medicina transfusional y terapia celular. ¿Cómo es la certificación? El proceso se inicia con la Solicitud de certificación por parte del centro/servicio de transfusión, banco de tejidos, banco desangre de cordón umbilical o unidad de trasplante de progenitores hematopoyéticos en el formulario específico disponible en la Web del CAT. www.catransfusion.es, en la que el centro definirá el alcance de la certificación, aportará información de la actividad anual y la documentación solicitada en el formulario de la solicitud. En la propia Web del CAT el solicitante dispone del procedimiento específico de certificación y las tarifas vigentes, así como de los Estándares de Acreditación CAT y el Manual de evaluación que emplearán los auditores en la inspección. 20 Congreso Nacional de la SETS 163 J. Rodríguez Villanueva. Revisada la documentación y la solicitud por el personal técnico del CAT, se tramita el presupuesto elaborado en base al número de presencias necesarias de auditor para llevar a cabo el proceso, para ser aceptado por el centro previo a al visita de auditoria. Presupuesto que incluye: apertura de expediente, visita de auditoria, certificado de acreditación y auditorias de seguimiento. Designación de auditores, entre los miembros del CAT se designa al equipo auditor, cuyo número de auditores, expertos cualificados e imparciales, estará en función del alcance de la auditoria, que pueden ser recusados por el responsable del centro en caso de conflicto de intereses El equipo auditor, una vez evaluada la documentación si se encuentra satisfactoria, programa el plan de auditoria. La auditoria realizada por el equipo auditor para verificar el cumplimiento de los requisitos especificados en los estándares del CAT, asegurar el cumplimiento de la legislación e identificar los puntos de mejora, utilizando el manual de evaluación del CAT que es marco referencial para la auditoria El resultado de la evaluación se recoge en un informe preliminar, resumen de las no conformidades observadas que se hace entrega el día de la visita, y en el informe definitivo de auditoria, que se envía al centro auditado en el plazo máximo de 5 semanas, en el que se detallan todas las desviaciones detectadas y para las que el centro debe establecer una plan de acción correctoras y de mejora. La certificación de un centro es concedida, demorada o denegada por la Comisión de Acreditación una vez estudiado el informe del equipo auditor y su propuesta. La comisión de Acreditación del Comité Técnico del CAT valorará el tratamiento dado a las desviaciones para decidir la concesión de la Certificación y, para ello debe tener constancia de que las desviaciones han recibido un tratamiento adecuado y han sido corregidas, en caso contrario se aplaza la decisión hasta que se verifique la resolución de las desviaciones. En caso de que la evaluación sea positiva se emite el certificado que se envía al centro, para que lo hagan público y puedan hacer uso de la marca CAT. En él se expresa de forma explícita el nombre del centro, el alcance de la acreditación y su plazo de validez. Para verificar que el centro continúa cumpliendo los requisitos de certificación se realizarán auditorias de seguimiento anualmente y cada 3 años el centro realizará una nueva solicitud para renovar la certificación. Acuerdos con otras organizaciones de acreditación El entendimiento, la colaboración y un objetivo común han permitido que el Presidente de JACIE y la Coordinadora del CAT el 27 de Octubre de 2005 alcancen un acuerdo CAT-JACIE de acreditación conjunta en España de las unidades de obtención, procesamiento, criopreservación e implante de CPH, en el que se efectúa una distribución de responsabilidades y actividades a realizar por cada uno de los Comités de Acreditación en el proceso de acreditación. Así el CAT sería responsable de las unidades de obtención-procesamiento- criopreservación y el JACIE de las unidades de implante de Progenitores Hematopoyéticos. Este acuerdo era compatible con los programas de la Organización Nacional de Trasplantes (ONT) lo que ha permitido que en Junio del año 2006 la 164 20 Congreso Nacional de la SETS Asociación Española de Hematología y Hemoterapia (AEHH) y la Sociedad Española de Transfusión Sanguínea (SETS) estableciesen un acuerdo de colaboración con el Ministerio de Sanidad para desarrollar e implantar un sistema de acreditación de los centros que realizan obtención, procesamiento e implante de progenitores hematopoyéticos. Esta acreditación se realizará por el Comité Conjunto de Acreditación constituido por la ONT, el JACIE y el CAT utilizando los estándares CAT y JACIE. El día 31 de Octubre, en la sede del Ministerio de Sanidad y Consumo, se firma el acuerdo de colaboración entre el Comité de Acreditación en Transfusión (CAT), la Joint Accreditation Committee of the European Bone Marrow Transplant Group and International Society of Cell Therapy (JACIE) y la Organización Nacional de Transplante (ONT) para el desarrollo de un sistema de Acreditación de las unidades de transplante de Células Progenitoras Hematopoyéticas. . El 29 de Noviembre de 2006 se constituye el Comité Conjunto de Acreditación (CCA) que se compone de 9 miembros, tres por cada organización que lo integra CATJACIE-ONT. La presidencia ha recaído en el Dr Matesanz. El certificado de Acreditación es expedido por el CCA (CAT-JACIE-ONT) y con la participación de la Comunidad Autónoma en la que se encuentre el centro acreditado. El Comité Conjunto de Acreditación (CCA) en Diciembre 2007 realiza las primeras auditorias a las unidades de obtención y procesamiento del Banc de Sang i Teixits de Cataluña, siendo el primer centro que consigue la acreditación CCA. En mayo del 2009 se editan los primeros estándares conjuntos JACIE-CAT, unos estándares de carácter internacional que se han enriquecido con la incorporación de los requisitos CAT en lo relativo a las normas de gestión de la calidad, requisitos legales en materia de protección de datos de carácter personal (LOPD) y biovigilancia. En la línea de establecer acuerdos con otros organismos de acreditación para desarrollar e impulsar programas de acreditación conjuntos, la Fundación CAT ha iniciado conversaciones con NETCORD para alcanzar un acuerdo de acreditación CAT-NETCORD en el seno del CCA, pues ambas organizaciones tienen unos estándares y un proceso de acreditación similar. Actividad del CAT El primer banco de sangre acreditado por el PABAS fue el del Hospital Clínico de Barcelona en el año 1974, y seis años después eran ya 19 los bancos de sangre acreditados en España. El PABAS recibía nuevas solicitudes de acreditación y actualizaba sus normas de acuerdo a los avances científicos-técnicos en transfusión sanguínea. En las siguientes décadas las solicitudes de acreditación se fueron incrementando, alcanzando un total de 94 acreditaciones. En el 2000 el numero de centros acreditados alcanzaba a 42, de los que 11 correspondían a los nuevos centros de transfusión creados a partir del año 1988. También se les denegó la acreditación a 9 bancos de sangre y a 1 centro de transfusión. A partir del 2003 la actividad de acreditación se ha incrementado y diversificado: 75 Centros y Servicios de Transfusión; 35 Unidades de Trasplante de Progenitores Hematopoyéticos; 5 Bancos de Sangre Cordón Umbilical; 6 Bancos de Tejidos. Simposio S10-3 El 69 % de las unidades de sangre extraídas y transfundidas en todo el país proceden de centros que tienen la certificación CAT. En el año 2005 la red transfusional de Málaga, en la que se incluyen centros públicos y privados, un total de 11 Servicios de Transfusión y 1 Centro Regional de Transfusión, cuyo director Isidro Prat promovió este proyecto, consiguieron el Certificado de Calidad del CAT. La consecución de la Certificación de Calidad CAT para toda la red transfusional de Málaga ha sido un referente para otras redes transfusionales. En el 2006 de una provincia pasamos a una Comunidad Autónoma “Illes Balears” en que todos sus servicios de transfusión (10) y el centro de transfusión consiguen el Certificado de calidad CAT. Dos actos públicos institucionales de reconocimiento de la Calidad de donación y transfusión de sangre que ha contado con la ayuda de las autoridades sanitarias. En el 2008 Comité Conjunto de Acreditación (CCA) concede la primera acreditación que se corresponde con las 7 unidades de obtención y 1 unidad de procesamiento de progenitores hematopoyéticos del Banc de San i Teixits de Cataluña. Acreditación en Centros y Servicios hospitalarios de transfusión: el futuro del CAT Qué aporta la certificación CAT El CAT presta servicios dirigidos a promover y certificar la calidad de los de los servicios y /o productos sanguíneos y celulares con la finalidad de garantizar la de los pacientes y donantes. Los centros de transfusión certificados por el CAT son los responsables de la obtención y producción de de la casi totalidad de los componentes sanguíneos obtenidos y transfundidos. El programa de acreditación CAT promueve el mayor estándar para la seguridad del donante y del paciente en todos los aspectos desde la donación hasta el trasplante de productos celulares. La Certificación CAT aporta: Confianza a la sociedad ante la demanda de calidad sanitaria que solicita. Confianza a las autoridades sanitarias de la prestación de un servicio eficiente y una seguridad transfusional Cumplimiento de la legislación vigente y recomendaciones de la UE. Educación y Formación, la auditoria de calidad realizada para valorar el grado de cumplimento de los estándares CAT y la realización de los procesos operativos realizada por auditores cualificados supone una experiencia formativa para el personal del centro auditado. 20 Congreso Nacional de la SETS 165 Simposio 11 Enfermedades transmisibles por transfusión (ETT) Moderador: Salvador Oyonarte. Centro Regional de Transfusión Sanguínea de Granada-Almería S11-1 Approach to evaluation of kits for detecting infectious agents J. Barbara. S11-2 Enfermedades infecciosas de transmisión parenteral emergentes en España S. Sauleda, N. Casamitjana, M. Piron. S11-3 Actualización del riesgo residual de transmisión de enfermedades infecciosas en la era de las técnicas NAT M. Alvarez. Simposio S11-1 Approach to evaluation of kits for detecting infectious agents Approach to evaluation of kits for detecting infectious agents S11-1 J. Barbara. Emeritus microbiology consultant, NHSBT, Colindale, London UK. The transfusion of blood and its components offers an ideal portal of entry for blood-borne microbial agents. One important way of combatting the risk from transfusiontransmissible infections (TTI) is to test each blood donation for evidence of the presence of such infections. It is vital therefore that the test-kits used for screening the blood are optimal with regard to sensitivity, specificity and technical suitability within the context of a particular laboratory system. The English National Blood Service approach to Kit Evaluation1 is typical of systems used in several developed countries and will be used as an example. Kit Evaluation is an important component of a Quality Framework of transfusion microbiology and is a prerequisite for the efficient management of scientific selection of optimal microbiological testing kits, tendering by commercial companies, confirmatory testing, donor re-admission and lot control of new batches of test kits. A workable kit evaluation programme requires a national, coordinated commitment because only then can one achieve a ‘critical mass’ in terms of funding, consistency, reliable access to routine testing in a country and sufficient scientific and technical expertise. In England, a Kit Evaluation Group (KEG) was commissioned to provide data on kit suitability for the whole Blood Service. Although all test kits available for sale in the European Union have to be ‘CE marked’, it is still necessary to evaluate potential kits to ensure their suitability for the particular testing systems in use in Blood Centres. KEG analyses all candidate assays offered by manufacturers to assess sensitivity (including detection range), specificity and technical compatibility with the extant testing platforms. It assesses serological, genomic and bacterial detection systems. If such systems require a specific automated testing platform (as, for example, the PRISM system from Abbott Diagnostic Laboratories) then the evaluation is also of the automated platform. Serological testing will be discussed, as an example, in further detail. Sensitivity To assess sensitivity and detection range, the first step is to test candidate assays on a panel of several hundred isolates of the particular agent, reflecting a range of different geographical subtypes (and genotypes). The next step is to test the assays on commercially purchased standard ‘seroconversion panels’. These panels contain a sequential series of serum/plasma samples obtained from individuals who are undergoing current infection (and hence seroconversion) with a given agent. The more sensitive assays detect infection earlier in the series. However, because of biological variation in the agents and the host response to them, the average results of approximately 20 seroconversion panels need to be analyzed. This is one reason why kit evaluation requires national centralization as seroconversion panels (and their testing) is expensive. In addition, collaboration with other institutions (such as the Health Protection Agency (HPA), London, in the case of KEG) is an important mechanism for providing a workable system. In collaboration with HPA, the NBS can then publish the results of kit assessments2, in addition to the regular reports on evaluations produced by the HPA. An example of a seroconversion panel sensitivity assessment of HIV test kits is show in the figure. Courtesy of Dr K. Perry and Prof. J. Parry 20 Congreso Nacional de la SETS 169 J. Barbara. Specificity and technical suitability Specificity is assessed by testing two batches, each of 1000 samples, from routine blood donations, if necessary on ‘linked’ platforms (e.g. in the case of Abbott PRISM). Two different routine production batches are tested. As with sensitivity assessments, it is important to ensure that manufacturers do not have the opportunity to provide ‘optimal’ batches selected for atypically good performance. Technical performance (e.g. total test time, ease of use etc) is also assessed. Using the KEG data After the analyses have been performed, the results are discussed by a formally appointed national committee formed from members of the National Blood Service and the Health Protection Agency. Test kits assessed as suitable are maintained on a regularly updated register for each of the agents for which testing is performed and this register is available for use by senior management in the NBS. Only kits evaluated as suitable by KEG can go into the national tendering rounds to commercial companies. The KEG evaluation is also important for mechanisms of microbial marker confirmatory testing of reactive samples from routine blood donor screening. The KEG evaluations also inform the mechanism for assessment of new lots of kits prior to their release to the testing laboratories and are also crucial for the NBS system of re-admission of donors reacting falsely-positive, provided they are confirmed as negative, and are negative on an alternative assay of equivalent sensitivity. Referencias 1. 170 Barbara J, Ramskill S, Perry K, Parry J, Nightingale M (2007) The National Blood Service (England) approach to evaluation of kits for detecting infectious agents. Transfusion Medicine Reviews, 21, 147-158. 20 Congreso Nacional de la SETS 2. Perry KR, Ramskill S, Eglin RP, Barbara JAJ, Parry JV. (2008) Improvement in the performance of HIV screening kits. Transfusion Medicine, 18, 228-240. Simposio S11-2 Enfermedades infecciosas de transmisión parenteral emergentes en España Enfermedades infecciosas de transmisión parenteral emergentes en España S11-2 S. Sauleda, N. Casamitjana, M. Piron. Laboratorio de Seguridad Transfusional, Banc de Sang i Teixits de Catalunya. Tras la implementación de las técnicas de amplificación de ácidos nucleicos (NAT) en el cribado de las donaciones, parecía que la seguridad de la sangre respecto a las enfermedades transmisibles por transfusión (ETTs) había llegado al final del recorrido. Sin embargo, con los cambios demográficos producidos por la inmigración masiva, los viajes a zonas tropicales y los brotes epidémicos de enfermedades infecciosas en áreas endémicas y no endémicas, los bancos de sangre españoles se han visto forzados a replantear los algoritmos de cribado tradicionales. Actualmente el cribado universal (hepatitis B y C, VIH y sífilis) coexiste con el cribado selectivo para patógenos emergentes (Chagas, malaria, HTLV). Cómo obtener el mejor rendimiento de estos cribados, desde la identificación del riesgo en los donantes a la confirmación y manejo de los donantes positivos, supone un reto para el Banco de Sangre. Chagas en una zona no endémica Según datos del año 2007, la población de origen extranjero censada en España era de 4,5 millones de personas1 de un total de 45,2 millones (10 % del total). Por CCAA, Cataluña y la Comunidad de Madrid cuentan con el mayor número de inmigrantes (923156 y 882293, respectivamente). Aunque la inmigración se ha distribuido desigualmente por CCAA, el grupo más numeroso, después de los europeos comunitarios, lo forma la inmigración latinoamericana, seguida de los norteafricanos y los europeos del Este. El principal impacto de inmigración y seguridad transfusional lo ha producido el cribado para enfermedad de Chagas, causada por el parásito protozoario Trypanosoma cruzi. En America Latina, se estima el número de portadores en 8 millones, cada año se diagnostican 50000 nuevos casos y mueren 14000 personas por causa directa de la enfermedad. Desde la publicación del real decreto sobre hemodonación (Septiembre 2005, Real decreto 1088/2005), los donantes que se encuentren en riesgo de padecer la enfermedad sólo se pueden aceptar como donantes si se les realiza la prueba de cribado, es decir la detección de anticuerpos anti-T.cruzi. El Real Decreto define el riesgo como “donantes nacidos, o hijos de madres nacidas, o que han sido transfundidos en países donde la enfermedad es endémica”. En nuestro Centro (Banc de Sang i Teixits de Catalunya), se lleva a cabo la detección de anticuerpos frente a T. cruzi en los donantes que cumplen la definición de riesgo, extendido también a los donantes que han residido más de un mes en zona endémica. Siguiendo estos criterios, hemos encontrado una prevalencia de anti-T. cruzi del 0,62 %2. El número total de donantes positivos entre Septiembre de 2005 y Febrero 2009 ha sido de 76 (ver figura 1). Aunque la mayoría de individuos positivos procedían de Bolivia (47/76; 62 %), cabe destacar dos ciudadanos españoles residentes en Argentina y Venezuela, y una donante española hija de boliviana que nunca había visitado el país. Figura 1. Estudio familar de los donantes de sangre HTLV-I positivos identificados durante el cribado (Febrero 2008-Febrero 2009; Banc de Sang i Teixits de Catalunya). Los casos índices van numerados (D-1 a D-8) y se indica su nacionalidad; en gris se representan los donantes y familiares positivos para HTLV-I; el interrogante representa serología no realizada; en blanco sin interrogante los casos negativos para HTLV-I. Las parejas de los casos 1 y 2 eran ciudadanos españoles. 20 Congreso Nacional de la SETS 171 S. Sauleda, N. Casamitjana, M. Piron. La detección de Chagas ha puesto de manifiesto varios puntos críticos en la realización de cribados selectivos para enfermedades importadas. En primer lugar, es fundamental la explícita definición de los criterios de riesgo (“nacidos” frente a “residentes”, o como ejemplo extremo “hijos” frente “descendientes por línea materna”). Por otro lado, el cribado se basa en una correcta identificación del riesgo en el momento de la entrevista predonación y ya se han descrito casos de transmisión transfusional de Chagas por fallo en la identificación del donante3. Igualmente, las pruebas de confirmación de los resultados positivos no suelen existir como tales, sino que la confirmación se realiza con una batería de pruebas de principios distintos. Por último, la recomprobación y derivación del donante positivo a una unidad clínica especializada no está siempre asegurada ya que, por las características sociales de estos donantes, a menudo no tienen domicilio fijo o son simplemente reticentes a entrar en el sistema sanitario español. Malaria El agente responsable de la Malaria (o paludismo) es un parásito protozoario del género Plasmodium. El parasito infecta primero el hígado y en una segunda fase invade el flujo sanguíneo infectando los eritrocitos. Cuatro especies de Plasmodium infectan al ser humano: P. falciparum, P. vivax, P. malariae y P. ovale. Una quinta especie, P. knowlesi, infecta preferentemente a primates pero puede también causar malaria en humanos. Las dos especies más comunes son P. falciparum y P. vivax. P. falciparum tiene una distribución mundial, aunque sea más común en África, y es la más agresiva: es la única especie que puede llegar a provocar una malaria cerebral. P. vivax también tiene una distribución mundial, es menos agresiva que P. falciparum pero puede quedarse de forma latente en el hígado de la persona infectada (hipnozoítos) y provocar brotes de forma cíclica (los hipnozoítos también existen en P. ovale). El parásito se transmite al ser humano por la picadura del mosquito del género Anopheles (sólo la hembra del mosquito se alimenta de sangre). Los síntomas de la Malaria incluyen un estado gripal entre 8 y 30 días después de la infección, fiebre, escalofríos y anemia. Pueden ocurrir de forma cíclica (P. vivax y ovale) y se asocian a la multiplicación del parásito y a la destrucción de los eritrocitos. En caso de infección por P. falciparum, los eritrocitos parasitados pierden su capacidad de deformación y pueden bloquear el flujo sanguíneo en los capi- lares del cerebro (malaria cerebral) y provocar la muerte en 24 horas. En países no endémicos, los casos de Malaria son casos importados de personas que han estado expuestas a la picadura del mosquito durante una estancia en una zona endémica (nacidos o viajeros). Para evitar cualquier riesgo de transmisión del parásito por transfusión, los donantes que presentan el riesgo de ser infectados se excluyen, de forma temporal o definitiva, de la donación de sangre. La legislación europea (y española) actual define dos tipos de actuación dependiendo de la existencia o no de una prueba diagnóstica (inmunológica o genómica molecular) de la infección por Plasmodium sp. Sin embargo, hay que tener en cuenta que los criterios del Comité de Acreditación de la Transfusión (CAT) son más restrictivos que el Real Decreto. Aún con una prueba “validada” de cribado (exclusivamente serológica según el CAT), la legislación sólo permite acortar el periodo a 4 meses de exclusión. La dificultad consiste en identificar la prueba serológica validada y, sobre todo, a que donantes se va a aplicar. Por nuestra experiencia, aplicar la detección de anticuerpos a viajeros o a residentes en área de baja incidencia de malaria para acortar la exclusión es factible, aunque el beneficio sea relativo especialmente para los viajeros. Sin embargo, aplicarla a zonas de elevada prevalencia, como Africa Subsahariana o países del Sudeste asiático, puede suponer la exclusión en un porcentaje elevadísimo (>50 %) de los potenciales donantes. Hemos constatado que la serología en los individuos semi-inmunes se puede mantener positiva décadas después de la exposición. Hay que tener en cuenta también la dificultad, como en el caso de Chagas, de confirmar los resultados reactivos en el cribado. El método confirmatorio más usado es una inmunofluorescencia indirecta (IFI) que está basada exclusivamente en antígenos de P. falciparum y, a diferencia del diagnóstico de la malaria, el examen de gota gruesa o la PCR tienen poco valor confirmatorio en donantes asintomáticos. HTLV-I/II Los virus limfotrópicos humanos T tipo I (HTLV-I) y tipo II (HTLV-II) fueron los primeros retrovirus humanos en ser identificados, en 1980 y 1982, respectivamente. Aunque la mayoría de sujetos infectados no manifestarán nunca síntomas, la infección por HTLV-I se asocia con un riesgo del 1 al 5 % de desarrollar a lo largo de la vida una leucemia/linfoma de células T y un riesgo del 3 % de des- Tabla I: Resumen por nacionalidades de casos positivos para Chagas (Septiembre 2005-Febrero 2009) y distribución porcentual de las donaciones durante el cribado selectivo para riesgo de Chagas (nacidos o residentes, hijos de madre nacida en Centro/Suramérica) (Banc de Sang i Teixits de Catalunya) País de origen Bolivia Argentina Ecuador Colombia Perú Paraguay Chile España Sin información Total positivos 172 20 Congreso Nacional de la SETS Donantes cribados 4% 20 % 11 % 18 % 8% <1% 7% - Casos de Chagas (%) 47 (62%) 9 (12 %) 2 (3 %) 1 (1 %) 1 (1 %) 1 (1 %) 3 (4 %) 11 (14 %) 76 Simposio S11-2 Enfermedades infecciosas de transmisión parenteral emergentes en España Tabla 2. Resumen de vectores y brotes causados por arbovirus (o virus transmitidos por artrópodos) Mosquito vector WNV Chikungunya Dengue Culex sp. Aedes sp. Aedes sp. Presencia del vector en España SI SI SI Transmisión por transfusión Demostrada Probable Demostrada arrollar un desorden neurológico, la denominada paraparesia espática tropical o mielopatia associada a HTLV-I (PET/MAH). La infección por HTLV-II no se ha asociado claramente con enfermedad, pero podria estar asociado a PET/MAH y otros cuadros degenerativos crónicos4. En algunas regiones, como Japón, y ciertas partes de África y de Sudamérica, la prevalencia de infección por HTLV es muy elevada. El HTLV se transmite por vía parenteral (intercambio de jeringas durante la inyección de drogas), por vía sexual, durante la lactancia y por transfusión de sangre y trasplante de órganos/tejidos. El HTLV se criba en numerosos países europeos (como países vecinos Francia y Portugal), Estados Unidos y Canadá. En España, se ha estudiado la prevalencia en donantes de sangre y en determinados grupos de riesgo (ligados a drogadicción, prostitución). Los estudios se realizaron antes de la llegada masiva de población inmigrante por lo que la conclusión fue que la infección por HTLV no representaba un problema relevante en España5. Este hecho junto con la teórica localización geográfica del HTLV en el mundo, justifican que la exclusión de donantes por zona endémica haya sido la única barrera para la donación de sangre. Una segunda barrera de seguridad es la leucoreducción universal de los productos lábiles, que minimiza el riesgo de transmisión ya que el HTLV-I/II, como el citomegalovirus, va ligado a células.6 En nuestro Centro y tras un año de cribado para HTLV en los mismos donantes de riesgo de Chagas, hemos identificado 8 donantes HTLV-I positivos7. Las nacionalidades están señaladas en la Figura 1. El estudio familiar de estos casos ha identificado otros 5 casos HTLV-I positivos y, como dato preocupante, señalar que dos de las parejas sexuales eran españolas y una resultó también positiva para HTLV-I. Igualmente, tres de los ocho casos eran donantes habituales. El rendimiento del cribado de HTLV en Cataluña, aunque en donantes seleccionados y durante un corto periodo de tiempo, ha sido elevado ya que correspondieron a la mitad de casos de HTLV-I diagnosticados en España durante el mismo periodo. Ante estos datos preliminares, es necesario reflexionar si se debe reevaluar el riesgo de infección por HTLV en nuestro pool de donantes y valorar la implementación del cribado universal. Virus transmitidos por mosquitos (Dengue, WNV, Chikungunya) Los mosquitos son una vía eficiente de propagación de enfermedades infecciosas. Quizás la epidemia más conocida y con mayor repercusión en los bancos de sangre ha sido la que se inició en Estados Unidos en el año 1999 a raíz de la introducción del Virus del Nilo Occidental (WNV). La evidencia de que el WNV se transmite por transfusión y por transplante de órganos, movilizó el sistema Brotes epidémicos recientes Estados Unidos, estacional desde 1999 (miles de afectados) Italia, 2008 (docientos afectados) Mauricio y Reunion, 2005 (miles de afectados) Italia, 2008 (centenares de afectados) Bolivia, Brasil, Argentina, 2009 (miles de afectados) sanitario estadounidense y a las compañías farmacéuticas. En un tiempo récord se dispuso del método de detección molecular y de algoritmos de cribado selectivo (por brotes estacionales, por tamaño de pool de donaciones) para minimizar el riesgo de transmisión por transfusiones.8 El virus Chikungunya (CHIKV) causa epidemias frecuentes en zonas de África Oriental y del Índico. Probablemente, estas epidemias han pasado tradicionalmente desapercibidas para nosotros. Sin embargo, en el año 2005 una epidemia con miles de afectados se produjo en las islas Mauricio y Reunión, territorio francés. Aunque no hay documentado ningún caso de Chikungunya postransfusional, el riesgo de transmisión por vía parenteral es posible, por lo que se procedió a enviar concentrados de hematíes desde la Francia continental y a inactivar las plaquetas9. En Agosto de 2007 se detecto un brote de CHIKV en la Emilia Romana (Norte de Italia), que paró la recogida de donaciones de sangre y tejidos en esa zona hasta otoño. Para complicar más la situación en cuanto la donación de sangre, en la misma área y en el mismo periodo pero un año después (Agosto 2008), se han detectado dos centenares de casos de WNV (dos de ellos mortales). Por último, el virus del Dengue causa brotes recurrentes en las zonas tropicales de América Latina, en los últimos años estos brotes parecen más frecuentes y afectan a más individuos. Este año, un brote de Dengue ha afectado a zonas de Bolivia, Brasil y Norte de Argentina, con decenas de miles de afectados y el colapso total de la infraestructura sanitaria. Los tres virus se transmiten a través de mosquitos que ya se encuentran instalados en nuestro país (ver tabla 2). Por el momento, una alerta epidemiológica continuada y la exclusión temporal de los donantes procedentes de áreas afectadas deberían ser suficientes de cara a la seguridad de las donaciones. Sin embargo, también es razonable pensar que un brote similar puede ocurrir en el futuro en nuestro país. Dado para los tres virus, la aproximación al cribado se debe hacer mediante detección directa del RNA, es decir, mediante técnicas de amplificación de ácidos nucleicos, que está disponible comercialmente sólo para WNV. En conclusión, el panorama de las ETTs se complica constantemente desde hace unos años. A finales del siglo XX, las ETTs en donantes de sangre tenían un interés relativo, básicamente restringido a los estudios de riesgo residual para la transfusión, pero no eran un indicador válido de la población general. La población de donantes de sangre, tras años de cribado, se había sesgado hacia la prevalencia “cero”. En estos momentos, cuando aún no ha finalizado la primera década del siglo XXI, los bancos de sangre se han reciclado en faro epidemiológico de ETTs emergentes y, como en el caso del Chagas, han alertado sobre la presencia de éstas en la población general. 20 Congreso Nacional de la SETS 173 S. Sauleda, N. Casamitjana, M. Piron. Referencias 1. 2. 3. 4. 5. 174 Instituto Nacional de Estadística (http://www.ine.es/inebmenu/mnu_cifraspob.htm) Piron M, Vergés M, Muñoz J, Casamitjana N, Sanz S, Maymó RM, Hernández JM, Puig L, Portús M, Gascón J, Sauleda S. Seroprevalence of Trypanosoma cruzi infection in at-risk blood donors in Catalonia (Spain). Transfusion. 2008;48:1862-8 Pérez de Pedro I, Martin P, Santamaría S, Faez Y, Blanc P, Pascual MJ, Cuesta MA, Villalta MC, Muñoz MI, Vidales I, Heiniger AI. Caso clínico de enfermedad de Chagas postransfusional. Enfermedades emergentes 2008; 10 (Supl 1):14-18 Proietti FA, Carneiro-Proietti AB, Catalan-Soares BC, Murphy EL. Global epidemiology of HTLV-I infection and associated diseases. Oncogene. 2005;24:6058-68 Toro C, Rodes B, Aguilera A, Caballero E, Benito R, Tuset C, Garcia J, Ortiz de Lejarazu R, Eiros J, Calderon E, Rodriguez C, Soriano V. Clinical Impact of HTLV-1 Infection in Spain: Implications for Public Health and Mandatory Screening. JAIDS 2002; 30:366-368 20 Congreso Nacional de la SETS 6. 7. 8. 9. Laperche S, Worms B, Pillonel J; European Network of Transfusion Medecine Societies; Steering Committee. Blood safety strategies for human T-cell lymphotropic virus in Europe. Vox Sang 2009;96:104-10 Piron M, Romero A, Casamitjana N, Molina I, Bárbaro V, Kashima S, Puig Ll, Sauleda S. HTLV-I/II prevalence in at-risk blood donors from Central and South america in a non-endemic area (Catalonia, Spain) XIXth Regional Congress of the ISBT, Eastern Mediterranean & Europe Cairo, March 2009 Stramer SL, Fang CT, Foster GA, Wagner AG, Brodsky JP, Dodd RY. West Nile virus among blood donors in the United States, 2003 and 2004. N Engl J Med. 2005;353:451-9 Brouard C, Bernillon P, Quatresous I, Pillonel J, Assal A, De Valk H, Desenclos JC; workgroup “Quantitative Estimation of the Risk of Blood Donation Contamination by Infectious Agents”. Estimated risk of Chikungunya viremic blood donation during an epidemic on Reunion Island in the Indian Ocean, 2005 to 2007.Transfusion 2008;48:1333-41 Simposio S11-3 Actualización del riesgo residual de transmisión de enfermedades infecciosas en la era de las técnicas NAT Actualización del riesgo residual de transmisión de enfermedades infecciosas en la era de las técnicas NAT S11-3 M. Alvarez. Centro de Transfusión de Alicante. Introducción El riesgo de transmisión de enfermedades infecciosas por transfusión depende principalmente de la incidencia de la enfermedad en los donantes de sangre y de la duración del periodo ventana de las pruebas utilizadas en el cribado de las donaciones. En los últimos diez años, la incidencia de las infecciones más importantes ha variado poco, pero la duración de los periodos ventana ha disminuido entre un 50 y un 90 %, debido a la utilización de pruebas de detección de ácidos nucleicos (NAT), resultando una importante disminución del riesgo residual, especialmente del riesgo de infección por virus de la hepatitis C. Los modelos para estimar el riesgo y el rendimiento de las pruebas NAT muestran una concordancia aceptable al comparar resultados del riesgo obtenidos con modelos distintos y también al comparar los rendimientos teóricos con los realmente observados. El riesgo antes de las técnicas NAT A finales de 1982, el riesgo de transmisión de SIDA por transfusión en el área de San Francisco alcanzó su valor máximo: 1.1 %, es decir, 11 receptores infectados por cada 1.000 unidades transfundidas.1 Inmediatamente antes de la introducción del cribado de las donaciones para anticuerpos frente al virus de la hepatitis C (VHC) en 1990, la incidencia de hepatitis asociada a transfusión era de 9.6 % en Barcelona2 (prácticamente, uno de cada diez receptores de transfusión era infectado por VHC). Al introducir las pruebas de cribado para anticuerpos contra los virus de la inmunodeficiencia humana 1 y 2 (anti-VIH1/VIH2) en 1985 y de la hepatitis C (anti-VHC) en 1990, la incidencia de estas infecciones en receptores de transfusiones empezó a disminuir de forma tan drástica que ya no fue posible medirla directamente. Para disponer de datos que permitan evaluar el riesgo de transmisión de estas enfermedades por transfusión se hizo necesario recurrir a modelos matemáticos, de los que el basado en la incidencia en donantes de sangre y la duración del periodo ventana de las infecciones ha sido el más utilizado.3 Según este modelo, el riesgo de transmisión de una infección por transfusión es igual al producto de la tasa de incidencia de esa infección en donantes de sangre (expre- sada como donantes que han seroconvertido #100.000 donante/años) por el intervalo de tiempo que transcurre entre el momento en que el donante puede transmitir la infección y el momento en que ésta es detectada por la prueba de cribado en uso (periodo ventana, expresado como fracción de año), refiriendo el resultado a un millón de donaciones.3 De los tres valores necesarios para estimar el riesgo según este modelo, el número de donantes que seroconvierten está constantemente disponible en los centros de donación, la duración de los periodos ventana se puede obtener de la bibliografía y el más difícil de conseguir es el denominador de la tasa de incidencia, que corresponde a la suma de todos los periodos de tiempo transcurridos entre la primera y la última donación de los donantes repetidores durante el periodo de estudio considerado (generalmente tres años).3 En nuestro país fue posible estimar el riesgo residual de transmisión de VIH, VHC y virus de la hepatitis B (VHB) a partir de los datos de incidencia del trienio 1997-1999, obtenidos en 22 centros de donación de 12 regiones diferentes sobre 1.222.583 donantes que realizaron más de tres millones de donaciones.4 Tres años más tarde, se obtuvieron los mismos datos en 7 centros de donación sobre 509.380 donantes que realizaron 1.221.185 donaciones5 durante el trienio 2000-2002. Las pruebas utilizadas en ambos periodos fueron antígeno de superficie del virus de la hepatitis B (HBsAg), anti-VIH1/VIH2 y anti-VHC, todas ellas de las consideradas como de tercera generación. Estos resultados se exponen en la tabla 1. Lo más destacable de estos resultados es el aumento del riesgo de transmisión de VIH y el descenso del riesgo de transmisión de los virus de las hepatitis B y C, especialmente de este último. El modelo de la incidencia-periodo ventana presenta tres limitaciones, que en conjunto tienden a subestimar el riesgo: 1) no tiene en cuenta la contribución de los donantes que hacen una sola donación durante el periodo de estudio; 2) la exactitud de la duración de los periodos ventana; 3) cuando sólo se usan pruebas de serología, los datos obtenidos pueden no reflejar el riesgo debido a donantes infectados crónicamente pero sin seropositividad detectable.3 Tabla 1. Estimaciones del riesgo residual de transmisión de VHB, VIH y VHC en España, entre 1997-1999 y 2000-2002. En las columnas del riesgo figura como denominador el número de donaciones necesarias para que se produzca un caso de infección postransfusional. VIRUS (Periodo ventana) VHB (59 días) VIH (22 días) VHC (66 días) Riesgo por millón, 1997-1999 13.51 (1 / 74000) 1.95 (1 / 513000) 6.69 (1 / 149000) Riesgo por millón, 2000-2002 9.78 (1 / 102000) 2.48 (1 / 403000) 3.94 (1 / 254000) 20 Congreso Nacional de la SETS 175 M. Alvarez. A pesar de estas limitaciones, el modelo constituye una herramienta válida para tener una idea aproximada de la magnitud del problema que representan las infecciones postransfusionales y pudo ser aplicado en diferentes países al principio de la década actual.6 En la tabla 2 constan los riesgos de transmisión de VHB, VIH y VHC en diferentes países y según la incidencia de periodos distintos. La obtención de resultados en diferentes países permitió constatar que dichos resultados son homogéneos, equiparables y con diferencias que resultan coherentes con la prevalencia de las infecciones consideradas. Por otra parte, entre las ventajas que presenta este modelo se encuentra la de permitir realizar una estimación del rendimiento que se obtendría con la introducción de pruebas de cribado con un periodo ventana más corto. Este rendimiento se calcula multiplicando la tasa de incidencia de cada infección por la disminución del periodo ventana, expresada como fracción de año, que se obtiene con la nueva prueba de cribado.3 Como consta en la tabla 4, la comparación entre el rendimiento teórico así estimado con el rendimiento realmente obtenido al utilizar la prueba en cuestión, nos permite apreciar la validez del modelo. El riesgo en la actualidad A partir del 1 de Julio de 1999, cinco centros de transfusión de nuestro país iniciaron el cribado de las donaciones de sangre para ARN de VHC mediante Retrotranscripción / Reacción en cadena de la polimerasa (RT-PCR), en mezclas de plasma de entre 22 y 48 donaciones.7 Casi diez años después, todos los centros de España criban las donaciones para VHC y VIH y dos de cada tres lo hacen también para VHB. Con las tasas de incidencia obtenidas en el periodo 2000-2002, sobre un 27 % del total de las donaciones de nuestro país en ese tiempo5 y los periodos ventana considerados con la utilización sólo de pruebas de serología o de éstas más pruebas NAT,6 se han estimado los riesgos residuales (tabla 3) y los rendimientos de las pruebas NAT, que, en la tabla 4, se comparan con los rendimientos obtenidos. (Grupo de estudio de enfermedades transmisibles de la SETS y responsables de serología de los centros de donación. Pendiente de publicación). Lo más destacable de estos resultados es el descenso espectacular del riesgo estimado de transmisión de VHC, que ha pasado de 1 / 149.000 donaciones con datos de incidencia de 1997-1999 y pruebas de serología sólo, a uno por casi dos millones cuatrocientas mil donaciones, con datos de incidencia de 2000-2002 y pruebas de serología + NAT. El riesgo de transmisión de VIH es casi tres veces superior al de VHC, debido fundamentalmente a una tasa de incidencia mayor. El riesgo de VHB es, con diferencia, el más alto. Siendo inesperadamente alto el riesgo estimado de transmisión de VHB, llama la atención la coincidencia casi exacta entre el rendimiento observado y el esperado con las pruebas NAT para detectar este virus. Esto es llamativo porque para calcular la tasa de incidencia de esta infección en donantes hemos multiplicado el número de seroconversiones por un factor que oscila entre 3 y 4, para tener en cuenta las características especiales del HBsAg cuando es el único marcador de infección por VHB utilizado en el cribado de donaciones.3 Por otra parte, la duración del periodo ventana asignada a la determinación de ADN de VHB mediante NAT (34 días) puede ser superior a la que proporcionan las técnicas actualmente en uso. Por lo que respecta a los otros dos virus, el rendimiento observado para VIH es superior al estimado, lo cual quiere decir que el riesgo podría ser mayor de lo que creemos, mientras que para VHC el rendimiento que hemos obtenido es menor que el estimado. Por último, también es destacable el elevado número de hepatitis B ocultas. Tabla 2. Riesgo de transmisión por millón de donaciones en países en los que se pudo aplicar el modelo de la incidencia / periodo ventana.6 País (periodo) Australia (2000-2001) Francia (1998-2000) Italia (1996-2000) España (1997-2000) USA (1996-2000) Riesgo VHB 1.9 2.1 No disponible 13.5 9.7 Riesgo VIH 0.3 0.7 2.3 1.9 1.0 Riesgo VHC 8.5 1.2 7.9 6.7 5.6 Tabla 3. Riesgo residual con pruebas de serología únicamente y con éstas más pruebas NAT. VIRUS VHB VIH VHC Incidencia (x 100000) 6.05 4.11 2.18 P. ventana (serología) 59 22 66 Riesgo (serología) 1 / 102000 1/ 403000 1 / 254000 P. ventana (Sero + NAT) 34 11 7 Riesgo (Sero+ NAT) 1 / 177000 1 / 806000 1 / 2381000 Tabla 4. Rendimientos estimados (teóricos) y rendimientos observados con las pruebas NAT. VIRUS VHB VIH VHC Rend. Estimado (1997-1999) Rend. Estimado (2000-2002) 1 / 175000 1 / 242000 1 / 1031000 1 / 806000 1 / 167000 1 / 284000 (*): Más 99 casos (1 / 28403) de hepatitis B oculta. 176 20 Congreso Nacional de la SETS R. Observado (31/12/2006) 1 / 182000 1 / 538000 1 / 462000 R. Observado (31/12/2007) 1 / 165000* 1 / 525000 1 / 442000 Simposio S11-3 Actualización del riesgo residual de transmisión de enfermedades infecciosas en la era de las técnicas NAT Nuevo modelo para estimar el riesgo. El conocimiento más exacto de la duración de los periodos ventana ha permitido desarrollar un modelo para la estimación del riesgo basado en el rendimiento de las pruebas NAT, es decir, en el número de casos de donantes infectados que tienen pruebas de serología negativas y pruebas NAT positivas. Este modelo presenta la ventaja de tener en cuenta el riesgo debido a los donantes nuevos.8 En la tabla 5 se exponen la denominación y la duración de los periodos ventana de las pruebas para VIH y VHC utilizadas en el cribado de donaciones, según Busch et al8. De esta tabla, llama la atención que en la publicación original8 está establecida la duración de un intervalo de tiempo entre la detección por Ag p24 y Western Blot, pero no entre Ag p24 y EIA anti-VIH1/VIH2 de 3ª generación, debido a que las pruebas utilizadas en USA y en España son diferentes. Sobre la base de publicaciones previas3,6 consideramos un periodo de 7 días entre la detección de Ag p24 y de anti-VIH por EIA, con lo que la duración del periodo ventana de este último marcador queda en los 22 días habitualmente considerados. La duración total del periodo ventana para anti-VHC es de 58.3 días y los correspondientes a MP-NAT para VIH y VHC son de 9 y 7.4 días, respectivamente. Según este modelo,8 las donaciones con resultados positivos en las pruebas NAT y negativos en las pruebas de serología, las que constituyen el rendimiento de las pruebas NAT, representan infecciones recién detectadas o casos incidentes (“genoconversiones”). La magnitud personaaños puede ser estimada como la suma de todos los periodos durante los cuales las donaciones estuvieron en riesgo de ser “genoconversiones”, es decir, multiplicando el número total de donaciones cribadas por la duración del periodo T-III para VHC (50.9 días, expresados en años) y por la duración de los periodos T-IIIa más T-IIIb para VIH (13 días, expresados en años, con las pruebas que se hacen en España, frente a los 6 días del periodo T-IIIa únicamente, en USA). Para expresar en años estos periodos, su duración se divide por 365.25 (los días reales de un año natural).9 En nuestro país, desde que en 1999 empezaron a realizarse pruebas NAT, se han cribado casi ocho millones y medio de donaciones (8400195) para ARN de VHC y casi seis millones (5770832) para ARN de VIH-1. El rendimiento obtenido ha sido de 19 casos para VHC y 11 para VIH-1, según datos a 31/12/2007. Aunque en los últimos años ha ido en aumento el número de centros que hacen el cribado NAT en donaciones individuales (ID-NAT), hemos realizado los cálculos asumiendo que el cribado de todas las donaciones se ha hecho por MPNAT. La aplicación de unas sencillas operaciones matemáticas permite concluir que se puede calcular el riesgo8 multiplicando el cociente (número de casos detectados por NAT / total donaciones cribadas) por el cociente entre los dos periodos de interés, que en el caso del riesgo asociado con el cribado por MP-NAT es el cociente (T-I + T-II) / T-III (7.4 / 50.9) para VHC y el cociente (T-I + T-II) / T-IIIa para VIH-1 (9 / 13 en el caso de las pruebas utilizadas en España). En la tabla 6 constan los cálculos realizados para estimar el riesgo de VIH y VHC, según este modelo, a partir de la incidencia estimada. En la tabla 7 se comparan los valores de riesgo de transmisión de VIH y VHC obtenidos por el método tradicional de la Incidencia / Periodo Ventana, que sólo tiene en cuenta las donaciones de donantes repetidores, y el método nuevo, que tiene en cuenta todas las donaciones. Se aprecia que, en general los valores de riesgo calculados por los dos métodos son bastante concordantes, más para VIH que para VHC. El riesgo para VIH por el método nuevo es ligeramente superior, como cabría esperar al tener en cuenta este último las donaciones de donantes repetidores. Tabla 5. Duración de los periodos ventana de VIH y VHC.8 PERIODO T-I: De 1 copia/20 mL hasta detección por ID-NAT T-II: De detección por ID-NAT a detección por MP-NAT T-IIIa: De MP-NAT a Antígeno p24 VIH-1 T-IIIb: De Ag p24 a Western Blot T-III: De MP-NAT a EIA 3ª generación VIH 5.6 días 3.4 días 6 días 5.3 días x VHC 4.9 días 2.5 días x x 50.9 días (ID-NAT: análisis de ácidos nucleicos en donación individual; MP-NAT: análisis de ácidos nucleicos en minipool; EIA: enzimoinmunoanálisis). Tabla 6. Estimación del riesgo de transmisión de VIH y VHC por transfusión a partir de las tasas de detección en donantes infectados recientemente. Virus (casos) VIH (11) VHC (19) Donaciones 5770832 8400195 Perido ventana 13 / 365.25 50.9 / 365.25 Persona-años 205396 1170623 Incidencia (·10-5) 5.36 1.62 Riesgo (·10-6) 1.32 0.33 (El riesgo se calcula multiplicando la incidencia de VIH por (9/365.25) x 10 y la incidencia de VHC por (7.4/365.25) x 10. Tabla 7. Comparación de los valores de riesgo de VIH y VHC obtenidos por métodos distintos. VIRUS VIH VHC Riesgo, por millón y de una infección (modelo tradicional) 1.24. (1 / 806 000) 0.42. (1 / 2 381 000) Riesgo, por millón y de una infección(modelo nuevo) 1.32. (1 / 758 000) 0.33. ( 1 / 3 000 000) 20 Congreso Nacional de la SETS 177 M. Alvarez. Conclusiones En los últimos veinte años el riesgo de transmisión de VHC por transfusión en España ha pasado de una realidad de un receptor de cada diez infectado, a una estimación de menos de un caso por cada dos millones de unidades obtenidas. El riesgo de transmisión de VIH es actualmente unas tres veces superior al riesgo de VHC, con un número de casos observados superior al de casos esperados. De los tres virus principales, el VHB es el que presenta mayor riesgo de transmisión de VHB, incluso si no se tiene en cuenta el problema que pueden presentar las hepatitis B ocultas. Reducir más el riesgo de VHC a base de mejorar las pruebas de cribado es difícil. Para reducir el riesgo de VIH es probable que haya que actuar también sobre el proceso de selección de donantes. Se necesita más experiencia con las pruebas NAT de VHB. No se debe renunciar a la posibilidad de sustituir la utilización simultánea de pruebas NAT y de serología por pruebas NAT únicamente, en especial si se introduce el cribado para nuevos agentes, ya que, con el tipo de tecnología disponible, no es aconsejable utilizar muchas pruebas. Las estimaciones del riesgo de transmisión de un mismo virus obtenidas con modelos diferentes presentan una concordancia aceptable, al igual que la comparación entre los rendimientos esperados y los que se obtienen con las pruebas NAT. Agradecimientos El autor desea manifestar su gratitud a los responsables de serología y enfermedades transmisibles de todos los centros de transfusión españoles, gracias a cuyo esfuerzo es posible reunir los datos de incidencia en donantes y de rendimiento de las pruebas NAT. Referencias 1. 2. 3. 4. 5. 6. 178 Busch MP. Transfusion-transmitted viral infections: building bridges to transfusion medicine to reduce risks and understand epidemiology and pathogens. Transfusion 2006; 46: 1624-1640. Esteban JI, Camps J, Genescá J, Alter HJ. Hepatitis C and B: new developments. En: Nance SJ, ed. Blood safety: current challenges. Bethesda, MD: American Association of Blood Banks, 1992, 45-96. Schreiber GB, Busch MP, Kleinman SH, Korelitz JJ. The risk of transfusion-transmitted viral infections. N Engl J Med 1996; 334: 1685-1690. Alvarez M, Oyonarte S, Rodríguez PM, Hernández JM. Estimated risk of transfusion-transmitted viral infections in Spain. Transfusion 2002; 42: 994-998. Alvarez M, González R, Hernández JM, Oyonarte S. Residual risk of transfusion-transmitted viral infections in Spain, 1997-2002, and impact of nucleic acid testing. Euro Surveill 2005; 10: 20-22. Glynn SA, Kleinman SH, Wright DJ, Busch MP. International applica- 20 Congreso Nacional de la SETS 7. 8. 9. tion of the Incidence Rate / Window Period model. Transfusion 2002; 42: 966-972. Eiras A, Sauleda S, Planelles D, Sedeño M, Ibarra A, Vesga MA et al. HCV screening in blood donations using RT-PCR in mini-pool: the experience in Spain after routine use for 2 years. Transfusion 2003; 43: 713-720. Busch MP, Glynn SA, Stramer SL, Strong DM, Caglioti S, Wright DJ et al. A new strategy for estimating risks of transfusion-transmitted viral infections based on rates of detection of recently infected donors. Transfusion 2005; 45: 254-264. Barreto CC, Sabino EC, Gonçalez TT, Laycock ME, Pappalardo BL, Salles NA et al. Prevalence, incidence, and residual risk of human immunodeficiency virus among community and replacement first-time blood donors in Sao Paulo, Brazil. Transfusion 2005; 45: 1709-1714. Simposio 12 Simposio AEHH Alternativas a la transfusión de sangre homóloga Moderador: Enric Contreras. Banc de Sang i Teixits, Tarragona S12-1 Update documento “Sevilla” de consenso sobre alternativas a las transfusiones sanguíneas SR. Leal. S12-2 Fármacos que pueden reducir las necesidades transfusionales: expectativas versus realidades JA. Páramo. S12-3 Adverse effects of blood alternatives: a worthless reality AP. Correia Henriques de Sousa. Simposio S12-1 Update documento “Sevilla” de consenso sobre alternativas a las transfusiones sanguíneas Update documento “Sevilla” de consenso sobre alternativas a las transfusiones sanguíneas S12-1 SR. Leal Hospital Virgen del Rocio, Sevilla. Grupo de trabajo: I. Alberca, M. Soledad Asuero, JL. Bóveda, N. Carpio, E. Contreras, E. Fernández-Mondéjar, A. Forteza, JA. García-Erce, A. García de Lorenzo, C. Gomar, A. Gómez, JV. Llau, MF. López-Fernández, V. Moral, M. Muñoz, JA. Páramo, P. Torrabadella, M. Quintana, C. Sánchez Las transfusiones de sangre alogénica (TSA), procedentes de donantes altruistas, se han usado desde hace más de 100 años como parte del tratamiento de la anemia. Actualmente, sólo debería ser aceptable administrar una TSA para aumentar el transporte de oxígeno en pacientes con débito tisular de oxígeno. Este uso restrictivo de la TSA obedece a varias razones, como son la escasez de sangre, la imposibilidad de lograr un riesgo cero para este producto biológico, la falta de evidencia de que la TSA pueda incrementar el consumo ó disminuir el débito tisular de oxígeno en pacientes seleccionados y, sobre todo, la existencia de una asociación entre la administración de TSA y el incremento de la morbimortalidad. Por ello, diversas sociedades científicas han auspiciado el desarrollo de guías de practica clínica y recomendaciones, basadas en la mejor evidencia disponible, sobre las indicaciones de la TSA, cuyo objetivo último es el de racionalizar el uso de la TSA. Sin embargo, el uso racional de la sangre no es la única medida para reducir el número y frecuencia de las TSA. Las alternativas a la TSA (ATSA) pueden definirse como todas aquellas medidas encaminadas a disminuir los requerimientos transfusionales y, por tanto, la transfusión de hemoderivados. En las últimas décadas se ha asistido a una proliferación en el número y frecuencia de uso de las ATSA, a veces sin la suficiente evidencia científica que justifique su uso generalizado. La falta de guías de práctica clínica en la implantación de las ATSA puede conducir a una variabilidad inter-centros y, consecuentemente, a la infra o sobre-utilización de las mismas. El denominado Documento Sevilla de Consenso Sobre Alternativas a la Transfusión de Sangre Alogénica surgió de la necesidad de generar recomendaciones, basadas en la mejor evidencia disponible, sobre las indicaciones de las ATSA. El objetivo de este documento fue el de asesorar a todos aquellos profesionales involucrados en el manejo de las transfusiones sanguíneas y sus alternativas. Panel de expertos Participaron un total de cinco sociedades científicas: SEDAR (Sociedad Española de Anestesiología, Reanimación y Terapéutica del Dolor), SEMICYUC (Sociedad Española de Medicina Intensiva, Crítica y Unidades Coronarias), AEHH (Asociación Española de Hematología y Hemoterapia), SETS (Sociedad Española de Transfusión Sanguínea) y SETH (Sociedad Española de Trombosis y Hemostasia). Las tres últimas sociedades participan conjuntamente con 6 miembros. La elección de expertos se realizó por las propias sociedades, atendiendo a su cualificación y pericia en el campo de las transfusiones de sangre y sus alternativas, y todas ellas avalan las conclusiones del documento. Documento Sevilla de Consenso Sobre Alternativas a la Transfusión de Sangre Alogénica se publicó con el patrocinio de las cinco sociedades. Metodologicamente, las recomendaciones se graduaron acorde a la metodología Delphi, clasificando los estudios desde controlados, aleatorizados, con muestras muy amplias de pacientes, a estudios no-controlados y opiniones de expertos (Tabla 1). El panel de expertos clasificó las ATSA en dos grupos: ATSA farmacológicas y ATSA no farmacológicas. Posteriormente, a fin de conseguir una división más funcional de las ATSA, se han subclasificado en un total de 4 módulos y 12 temas (Tabla 2). Cada uno de los temas fue inicialmente desarrollado por, al menos, dos miembros de cada especialidad y, posteriormente, sus conclusiones fueron discutidas y criticadas por el resto del panel de expertos. En todos los casos hubo consenso en las selección de artículos y en las recomendaciones finales. La disminución de las transfusiones de sangre alogénica y/o el número de pacientes transfundidos fue la principal variable objetivo. Cada experto participante completó un formulario relativo a conflicto de intereses y el listado total de todos los potenciales conflictos se incluye en el documento. Ningún miembro de la industria farmaceútica participó, financió ni auspició el documento de consenso. Necesidad del “puesta al día” (update) del documento Desde su publicación en 2006, importantes acontecimientos han acaecido en el campo de las alternativas a la transfusión. Por ejemplo, la aprotinina ha sido retirada como alternativa a la transfusión. El Complejo protrombínico se ha establecido como una alternativa válida al plasma fresco, en los sangrados relacionados con tratamiento anticoagulante por dicumarínicos. La terapia restrictiva transfusional se ha consolidado como segura y eficaz en grupos amplios de pacientes. Fármacos que convencionalmente se han usado como alternativas a la transfusión, han ampliado ó disminuido sus indicaciones. Las Sociedades Científicas y sus expertos, sensibles a estos cambios, creen oportuno y necesario llevar a cabo un update del Documento Sevilla de Consenso Sobre Alternativas a la Transfusión de Sangre Alogénica. UPDATE del Documento Sevilla de Consenso Sobre Alternativas a la Transfusión de Sangre Alogénica Inicialmente, la logística de elaboración del update del Documento Sevilla de Consenso Sobre Alternativas a la Transfusión de Sangre Alogénica ha sido realizada por el panel de expertos del anterior documento, que ha consensuado los siguiente: 1. Las Sociedades Científicas referenciadas anteriormente nombrarán los expertos que llevarán a cabo el nuevo documento. Del mismo modo, una vez finalizado el 20 Congreso Nacional de la SETS 181 SR. Leal update, se les remitirá a las sociedades Científicas para que lo patrocinen, si así lo creen oportuno. Las Sociedades Científicas constarán como patrocinadoras en el nuevo documento. Todos los experto firmarán un documento de conflicto de intereses 2. Nuevas Sociedades Científicas, además de las referenciadas, serán invitadas en la elaboración del nuevo documento. La forma de participación de estas nuevas sociedades está aún por determinar. 3. No se aceptará ningún soporte de cualquier tipo, para la consecución de este documento. 4. Los grados de evidencia se basarán en la metodología GRADE, por considerarla más clara, eficaz y actual que la anterior metodología DELPHI. 5. La publicación del documento se realizará preferentemente en inglés, aunque la revista donde se pretende publicar no está aún elegida. Los autores pretenden publicar una versión en castellano, en una revista de prestigio, tras la publicación en inglés. 6. En el nuevo documento se incluyen 3 nuevos ítems como alternativas a la transfusión de sangre alogénica: 1. Complejo protrombínico. 2. transfusión restrictiva y 3. aceptación de la anemia normovolémica. Referencias 1. 2. 3. 4. 5. 6. 182 Busch MP. Transfusion-transmitted viral infections: building bridges to transfusion medicine to reduce risks and understand epidemiology and pathogens. Transfusion 2006; 46: 1624-1640. Esteban JI, Camps J, Genescá J, Alter HJ. Hepatitis C and B: new developments. En: Nance SJ, ed. Blood safety: current challenges. Bethesda, MD: American Association of Blood Banks, 1992, 45-96. Schreiber GB, Busch MP, Kleinman SH, Korelitz JJ. The risk of transfusion-transmitted viral infections. N Engl J Med 1996; 334: 1685-1690. Alvarez M, Oyonarte S, Rodríguez PM, Hernández JM. Estimated risk of transfusion-transmitted viral infections in Spain. Transfusion 2002; 42: 994-998. Alvarez M, González R, Hernández JM, Oyonarte S. Residual risk of transfusion-transmitted viral infections in Spain, 1997-2002, and impact of nucleic acid testing. Euro Surveill 2005; 10: 20-22. Glynn SA, Kleinman SH, Wright DJ, Busch MP. International applica- 20 Congreso Nacional de la SETS 7. 8. 9. tion of the Incidence Rate / Window Period model. Transfusion 2002; 42: 966-972. Eiras A, Sauleda S, Planelles D, Sedeño M, Ibarra A, Vesga MA et al. HCV screening in blood donations using RT-PCR in mini-pool: the experience in Spain after routine use for 2 years. Transfusion 2003; 43: 713-720. Busch MP, Glynn SA, Stramer SL, Strong DM, Caglioti S, Wright DJ et al. A new strategy for estimating risks of transfusion-transmitted viral infections based on rates of detection of recently infected donors. Transfusion 2005; 45: 254-264. Barreto CC, Sabino EC, Gonçalez TT, Laycock ME, Pappalardo BL, Salles NA et al. Prevalence, incidence, and residual risk of human immunodeficiency virus among community and replacement first-time blood donors in Sao Paulo, Brazil. Transfusion 2005; 45: 1709-1714. Simposio S12-2 Fármacos que pueden reducir las necesidades transfusionales: expectativas versus realidades Fármacos que pueden reducir las necesidades transfusionales: expectativas versus realidades S12-2 JA. Páramo. Servicio de Hematología Clínica Universidad de Navarra, Pamplona. Introducción Las tasas de mortalidad por transfusión masiva en pacientes médicos y quirúrgicos con hemorragia grave oscilan entre 20 y 50 %, ya que la pérdida de un 40 % del volumen sanguíneo provoca un shock severo. El riesgo de mortalidad se relaciona con la “triada letal” o “círculo vicioso sanguíneo” caracterizado por hipotermia, acidosis metabólica y coagulopatía, que es de carácter multifactorial: traumatismo vascular directo, consumo y dilución de factores de coagulación1. El desarrollo de estrategias capaces de reducir los requerimientos transfusionales puede ser de gran importancia para reducir la morbi-mortalidad transfusional. Además de las técnicas de resucitación y el control de la hipotermia y la acidosis, el reconocimiento y tratamiento precoz de la coagulopatía serán de crucial importancia, porque un porcentaje importante de pacientes que requieren transfusión masiva fallecen en las 6 primeras horas. La coagulopatía en este contexto es, sin embargo, difícil de revertir y requiere el uso juicioso de hemoderivados (proporción adecuada de concentrado de hematíes, plasma y plaquetas) y medidas correctoras de la hemostasia. El tratamiento óptimo de la coagulopatía asociada con hemorragia masiva exige una estrategia individualizada, teniendo en cuenta la diversidad de presentaciones en un paciente concreto. Las principales reglas en el manejo de estas situaciones serían: a) reconocimiento precoz, b) identificación del mecanismo responsable, c) establecer el umbral para la administración juiciosa de hemoderivados y d) terapia con factores hemostáticos, preferentemente guiada por las pruebas analíticas2. Fármacos hemostáticos para reducir la transfusión de sangre Diversos estudios sugieren el empleo de fármacos hemostáticos en el tratamiento de hemorragia mayor, fundamentalmente en el contexto de cirugía electiva traumática y cardiaca, pero también en otros procesos médicos y quirúrgicos que cursan con hemorragia masiva3,4. Antifibrinolíticos Se han empleado tradicionalmente antifibrinolíticos sintéticos (ácido ε-aminocaproico, EACA y ácido tranexámico, AMCHA) o naturales (aprotinina) en cirugía cardiaca u ortopédica, así como en hemorragia masiva postrumática. Antifibrinolíticos sintéticos. EACA y AMCHA se unen a los lugares de lisina del plasminógeno, inhibiendo la formación de plasmina, siendo AMCHA 7 veces más potente que EACA. La eficacia de los antifibrinolíticos sintéticos ha sido demostrada en estudios randomizados en cirugía cardiaca5. También en prótesis de cade- ra se ha demostrado que la administración de AMCHA (10-15 mg/kg) reduce el sangrado postquirúrgico y la necesidad de transfusión cuando se administra preoperatoriamente6. Asimismo, en cirugía de columna EACA redujo significativamente la pérdida de sangre y los requerimientos transfusionales, sin un incremento de los eventos trombóticos. En todo caso, se suspenderán los antifibrinolíticos una vez haya cesado la hemorragia. El estudio CRASH (Clinical Randomisation of an Antifibrinolytic in Significant Hemorrhage) pretende evaluar el empleo de AMCHA en 20.000 pacientes con traumatismos5,6. Parece existir un riesgo aumentado de trombosis venosa y arterial con el empleo de antifibrinolíticos, si bien en una revisión Cochrane en 8000 pacientes no se constató un a mayor prevalencia de trombosis7. Finalmente, todos los antifibrinolíticos se excretan a nivel renal, por lo que la dosis debe ajustarse con el aclaramiento de creatinina. Aprotinina: La controversia. La aprotinina es un inhibidor natural de proteasas plasmáticas como tripsina, kalicreina, plasmina y elastasa, obtenido de pulmón bovino; su actividad se expresa como unidades inhibidoras de kalicreina (KIU) y además de un efecto antifibrinolítico posee acciones antiinflamatorias. En un metaanálisis sobre 15 estudios publicados en cirugía mayor ortopédica se demostró que dosis similares a las empleadas en cirugía cardiaca (2000.000 KIU+500.000 KIU/h) son efectivas en cirugía prolongada con grandes pérdidas de sangre (columna, cadera)8. Sin embargo, en un estudio multicéntrico en 4374 pacientes sometidos a cirugía cardiaca, la aprotinina se asoció con un aumento del riesgo de insuficiencia renal (OR=2,59), así como de infarto de miocardio e insuficiencia cardiaca (OR=1,42)9. Los resultados de otro estudio reciente (BART Study) también objetivaron que el grupo tratado con aprotinina presentaba un aumento de la mortalidad (OR=1,5)10. Este dato fue determinante para que la FDA solicitara la suspensión cautelar de la aprotinina. A esta decisión se ha sumado la Agencia Española del Medicamento que ha emitido una nota informativa sobre la suspensión cautelar del fármaco (nota informativa del 19 de noviembre de 2007). Dicha decisión es vinculante para todos los miembros de la CEE, por lo que la aprotinina sólo podría ser administrada siguiendo el procedimiento de uso compasivo. Además, como la aprotinina es una proteína bovina, puede asociarse con reacciones anafilácticas, lo que requiere una prueba de tolerancia previa. Finalmente, en hasta 50% de los pacientes se desarrollan anticuerpos antiaprotinina, lo que puede condicionar reacciones inmunológicas en 6-9% tras la reexposición al fármaco. En resumen, sobre la base de los estudios randomizados y metaanálisis, y la suspensión cautelar de la aproti- 20 Congreso Nacional de la SETS 183 JA. Páramo. nina en cirugía, son los antifibrinolíticos sintéticos los de elección en pacientes de alto riesgo hemorrágico. Factor VII activado recombinante (rFVIIa) El factor VII activo recombinante (rFVIIa, Novoseven®) está aporbado para el control de hemorragias severas o hemorragia postoperatoria en pacientes con hemofilia A o B, déficit congénito de VII y trombastenia de Glanzmann. Sin embargo, en los últimos años se h empleado fuera de ficha técnica para en el manejo de otras situaciones clínicas adquiridas que cursan con hemorragia. Se han realizado estudios randomizados en pacientes con hepatopaía y varices esofágicas, transplante hepático, cirugía odontológica, prostatectomía retropúbica, cirugía pélvica, cirugía cardiaca e injertos en quemados (Tabla 1)11,13. A pesar del entusiasmo inicial de los clínicos ninguno de estos estudio demostró mayor supervivencia y 10 de ellos no mostraron beneficio en la reducción de los requerimientos transfusionales. El único estudio randomizado en trauma incluyó 277 pacientes (143 con traumatismo cerrado y 134 con traumatismo penetrante) a lo que se administró 3 dosis de rFVII a (200, 100 y 100 µg/kg) o placebo, ha demostrado una reducción significativa de los requerimientos transfusionales en los pacientes con traumatismo cerrado, pero no en traumatismo penetrante14. Sin embargo, las series publicadas son heterogéneas respecto a la dosis (intervalo 60-120 µg/kg), seguimiento del tratamiento y tiempo transcurrido hasta el cese de la hemorragia. Algunos estudios retrospectivos, han demostrado la utilidad de rFVIIa, fundamentalmente en situaciones que cursan con sangrado incoercible, que no responden a las medidas quirúrgicas y médicas convencionales15. Uno de los problemas asociado al empleo de rFVIIa es el desarrollo de complicaciones tromboembólicas, habién- Tabla 1. Uso de rFVIIa fuera de ficha técnica - Traumatismos - Hemorragia gastrointestinal - Varices esofágicas - Hemorragia intracraneal - Hemorragia obstétrica masiva - Reversión anticoagulación - Hemostasia perioperatoria (urológica, cardiaca, hepática, etc) dose descrito hasta en 9,4 % de los casos, tanto venosas como arteriales, por lo que su uso estaría contraindicado en pacientes con historia trombótica previa16. En conclusión, el rFVIIa no se puede considerar una primera línea de tratamiento para reducir la hemorragia, pudiendo ser de utilidad para favorecer la coagulación en áreas de hemorragia difusa con pequeños vasos no susceptibles de hemostasia quirúrgica, y siempre debe ir precedido de una adecuada reposición de hemoderivados (proporción adecuada de concentrao de hematíes, plasma y plaquetas) para mantener Hto>24%, plaquetas >50.000/mm3 y fibrinógeno >0,51 g/L. Las series analizadas son pequeñas, lo estudios randomizados escasos y la dosis óptima no se ha establecido. Su administración será, en todo caso, individualizada considerando el riesgo trombo/hemorrágico del paciente. Desmopresina. La desmopresina (DDAVP) es un análogo sintético de la vasopresina que aumenta los niveles de factor VIII y factor von Willebrand, favoreciendo la hemostasia primaria. Su uso está especialmente indicado en pacientes quirúrgicos con Hemofilia A y enfermedad de von Willebrand leve/moderada y disminuye el sangrado en pacientes urémicos y cirróticos. Sin embargo, su efecto sobre la hemorragia postoperatoria es modesto, no consiguiendo una reducción significativa de los requerimientos transfusionales, por lo que no habría un beneficio con la utilización de desmopresina para reducir las transfusiones perioperatorias2. Conclusión El empleo apropiado de hemoderivados constituye un pilar básico de la medicina transfusional moderna para minimizar la exposición del paciente a transfusión de sangre alogénica, pero, en ocasiones, se precisa la administración de agentes farmacológicos para restaurar la hemostasia (Tabla 2). El tratamiento óptimo de estas situaciones es complejo y requiere programas multidisciplinares activos, involucrando especialistas de diferentes campos (cirujano ortopédico, hematólogo, anestesista), empleando estrategias que combinan una adecuada técnica quirúrgica y estrategias farmacológicas individualizadas. Las guías clínicas de consenso nacionales e internacionales ofrecen una aproximación basada en la evidencia científica para el uso racional de estos agentes17,18. Tabla 2. Guía para empleo de agentes hemostáticos en hemorragia 1) Antifibrinolíticos - AMCHA ó EACA en hemorragias asociadas a cirugía cardiaca u ortopédica - AMCHA: 10-15 mg/kg bolus, seguido de 1-5mg/kg /h - EACA: 100-150 mg/kg bolus, seguido de 15mg/kg/h 2) rFVIIa - Puede considerarse en hemorragia masiva de diferente origen, tras hemostasia quirúrgica y empleo apropiado de hemoderivados - Conviene monitorización de posibles complicaciones trombóticas - No se ha establecido la dosis óptima (60-120 μg/kg) 3) Desmopresina No beneficio en la reducción de transfusiones en cirugía en pacientes sin coagulopatía 184 20 Congreso Nacional de la SETS Simposio S12-2 Fármacos que pueden reducir las necesidades transfusionales: expectativas versus realidades Referencias 1. Hess JR, Brohi K, Dutton RP, et al. The coagulopathy of trauma: a review of mechanisms. J Trauma. 2008;65:748-54. 2. Mannucci PM, Levi M. Prevention and treatment of major blood loss. N Engl J Med 2007;356:2301-2311. 3. 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Immunomodulation and cell storage lesion are probably the underlying mechanisms. A number of blood alternatives and conservation strategies have been developed to reduce the need for blood transfusion. However, biotechnological and chemical drugs may prove to be beneficial in terms of effectiveness, after their safety has been proven. Blood transfusion is applicable if absolutely necessary, as it possess hypothetical or emerging threats to patients. As a universal life-saving therapy and in accordance with the “precautionary principle” collaborative networks between scientific, medical and technological communities have been implemented to ensure that patients receive transfusions with the requirements of state-of-the-art scientific knowledge and continuous transfusion safety improvements. The search of increasingly strict safety standards has implicated innovations in screening and processing technologies (universal leukocyte reduction, automated component collection systems, nucleic acid tests, cryopreservation and pathogenic inactivation), along with regular surveillance of blood establishments. These implicit attitudes and inherent know-how have continuously strengthened the quality approach and take part in broadening the scope of this medical science. Despite these efforts, the awareness amongst patients and citizens about transfusion as a risky medical procedure, and it’s escalating costs (economic impact on health system) have resulted in an increase for the demand of blood conservative strategies and “blood alternatives” instead of transfusions. The reduction in the European fertility rate supports the continual concern for the decreasing number of active donors, the restrictive eligibility criteria for blood donation (affecting blood supply), the increasing complexity in surgical procedures and the predictable increase of highly disabling chronic diseases in an elderly population (affecting the blood demand), are good reasons for search of alternatives. Historically, the need to find an alternative or a blood substitute proceeded the scientific period of transfusion. At 1870, transfusion experiments were conducted using human, cow and goat milk. Later, during the first half of the 20th century, World Wars carnages renewed the interest, as the blood supply was insufficient to cover the necessities. The spread of infectious diseases (HIV, 1980) and the related implementation of security policies lead to increase the urgent need of 186 20 Congreso Nacional de la SETS blood alternatives. Organizations devoted to promoting alternatives to transfusion, and the optimal use of blood components, such as NATA (Network for Advancement of Transfusion Alternatives, 1998) and SABM (Society for the Advancement of Blood Management, 2001), have developed a number of initiatives to boost public awareness about their mission and goals. International conferences, collaborative studies with blood bank groups, universities, health systems and specialized surgical institutions, informative web sites and exhibits are some examples. These endlessly efforts in the search of blood alternatives bring us to the important task of carefully reviewing their potential risks as an important aspect of the patient safety. “Blood substitute” Today, science reveals more of this irreducible complex blood system: the blood cell’s density (highly differentiated, short half-life and without proliferative capability), the several essential functions of this life-maintaining fluid that circulates through the body (immunity, nutrition, gas transport, hemostase, wasting, thermal and pH regulation, […]) strengthens the idea of the impossibility, to find a “blood substitute” . In this context we can analyze this issue in terms of: “Alternatives” as synonym of “instead of” Critically ill condition that can’t be controlled without blood transfusion OR administration of an “artificial” biological product with the same vital function (in real time), such as oxygen carriers instead of red blood cell (RBC) transfusion. “Blood conservation strategies” as synonym of “quantitative reduction” Clinical condition that implies a coordinated multidisciplinary approach and its objective is the improvement of patient outcome, without blood transfusions, such as recombinant FVII activated (rFVIIa) in bleeding trauma patients. For each of the blood components we will analyze some risks of “alternatives” and “blood conservation strategies”. Biotechnology research in terms of innovative medical therapies, whether in the molecular or cellular bio-engineering, open up new possibilities in medical transfusion practice. Biotechnology has always had a large impact in the development of this science: blood processing, determination of the blood group phenotype, detection of bloodborne viruses, HLA polymorphisms diagnosis and the recombinant DNA technology have begun to have an impact on laboratory routine. Both sciences will also play a major role in terms of research and development in the emerging field of cell-based therapies. Blood alternatives and blood conservation strategies highlight some of the developments in biotechnology. Simposio S12-3 Alternatives and conservation strategies for red blood cells Blood Alternatives: Oxygen Carriers The research in this field developed into two different ways of delivering oxygen to the tissues: Biomimetic approach: based on chemically modified products of Hemoglobin (Hb): Hb-based Oxygen Carriers (HBOC) Abiotic approach: using totally synthetic chemicals such as perfluorochemicals (PFCs): PFC-based Substitute. Hb-based Oxygen Carriers (HBOC): The purified hemoglobin solutions (1st generation) had been the first oxygen carriers tested, but the harmful side effects ordered their suspension, such as very high affinity for oxygen, high oncotic pressures, met hemoglobin (MetHb) formation, renal and neurotoxicity, hypertension and smooth muscle effects and finally short intravascular half-lives. The toxicities were addressed through chemical modifications of Hb, termed Modified Hemoglobin Solutions: Polymerization (2nd generation) - HemolinkTM, HemopureTM and PolyhemeTM Cross-linking tetramer (3rd generation) – αα -Hb and HemAssist, Conjugation (4th generation) - Hemospan. Encapsulated Hb (HbV) is an alternative step to chemical modification, and can be achieved using liposome-type vectors or by biodegradable polymer nanocapsules. HBOC can be used to augment the oxygen delivery (DO2) in anemic patients. The main problem has been the Hb vulnerability with loss of it’s integrity caused by oxidative reactions: cell-free Hb is inherently toxic due to its uncontrolled oxidative side reactions (redox cycling iron), the chemical modifications increase the ability of Hb to undergo spontaneous and chemical oxidation and the Adverse effects of blood alternatives: a worthless reality interaction between these Hb and the nitric oxide (NO) cause a change in vascular tonus and may result in the establishment of an oxidative environment. The modulation of redox-sensitive cell-signaling pathways that link extracellular stimuli to gene regulation, such as mitogen activated protein (MAP) kinases, nuclear factor Kappa B (NF-kB), hypoxia-inducible factor (HIF) and also other important physiological mediators might interfere with normal homeostasis. New generations of modified hemoglobin based on structural and molecular genetics approaches have been developed to solve oxidative harms, but will be the production of recombinant hemoglobin safe and competitive in price to replace the transfusion of red blood cells? Perfluorocarbon Emulsions Perfluorocarbons are synthetically inert materials, capable of carrying and releasing gas, in very large quantities, such as oxygen and carbon anhydride, in a directly proportional way, to the partial pressure applied. They must be emulsified with lipophilic material for clinical use because of its inert property. The basic characteristic of injectable fluorocarbon emulsions such as Fluosol-DA, Oxygen and OxyFluor (for each there are differences in the emulsifier) are related to their particulate nature: small sizes, numerous particles, adjustable viscosity, mechanical resistance and large-scale manufacturing. During storage, the particles tend to grow in size, and as “foreign” particles they can activate macrophages (flulike symptoms) and be engulfed, with consequences such as the release of cytokines, decreasing the platelet counts and reduced intravascular persistence. Final note To demonstrate O2 carriers superiority as an alternative to RBC transfusion the phase III clinical trials will have to Figure1 – Summary of alternatives and conservation strategies for red blood cells (RBC) 20 Congreso Nacional de la SETS 187 AP. Correia Henriques de Sousa. have very large human samples (which would be hard to monitor) as the adverse effects associated with RBC transfusion have had a low incidence. It also raises an ethical question of refusing a blood component to patients with tissue hypoxia and given the new one when the pharmacokinetic and path physiology profiles are not completely known and understood. Blood Conservative Strategies Blood Conservation strategies consists of the selection of the “best” techniques that are most appropriate to a specific situation, and vary in efficacy, timing, action mechanism, risks and costs. The combined blood conservation techniques work mutually if a multidisciplinary team, as a transfusion committee, is present. Increment of RBC mass These strategies could be subdivided into two lines, such as incrementing the RBC mass with hematinics (iron, vitamin B12 and folic acid) or with cytokines (recombinant erythropoietin (EPO)), and minimizing the blood loss with haemostatic agents, autologous transfusion and with surgical and anesthetic techniques (pre-operative planning, minimally invasive surgery, hypertensive anesthesia, maintenance of normothermia, meticulous homeostasis,…). Cytokines: recombinant human EPO These recombinant proteins (also named as Biopharmaceuticals) are biological protein drugs, much bigger than traditional drugs (each of the amino acid residues in the EPO is comparable to an aspirin molecule in size) and are manufactured using a detailed production process: recombinant DNA technology. The highly structural sensitivity and production complexity create problems as proteins do not always assume the required tertiary structure (correct overall shape) as happens in the body cells, where a series of enzymes ensure a correct “protein folding”. The process involves the cloning and expression of specific gene (rDNA), followed by large scale production of the purified protein for therapeutic use. To obtain products that are identical to their human equivalents, the proper human genes must be put into the cultured cells of standard organisms. The choice of cell line or expression system is important in terms of degree of glycosylation and may determine what impurities are introduced into the product given that host’s cell proteins are also released into the culture media along with the target recombinant molecule. Cell lines such as the E.coli or the Chinese Hamster Ovary (CHO) are used because they are well researched and, to a degree that is possible, with living organisms, are willing to be standardized which allows global reproducible results. Despite the biological standardization, control of therapeutic products and an elaborate system of licensing and regulation, troubles still occur because of the complex process: cell culture, fermentation, purification and formulation. Changes in each phase of the production process can alter the tertiary dimensional conformation of protein, changing its function and alerting the immune system to its presence state. Although the biopharmaceuticals have revolutionized treatment options for several diseases, clearly demonstrated in patients with anemia due to chronic kidney disease, they carry the risk of stimulating the immune system to develop antibodies. 188 20 Congreso Nacional de la SETS The small changes in biopharmaceutical production of recombinant human EPO (rHuEPO) have resulted in disastrous consequences in 1998, when human serum albumin (HAS) was removed and replaced with polysorbate (Tween 80), a detergent and emulsifier used to maintain proteins in solution. In some patients, the immune system recognized EprexTM as a foreign invader and produced antibodies to neutralize the drug. The antibodies not only make the therapy ineffective but also attack the endogenous protein inducing Pure Red Cell Aplasia (PRCA). It has taken years to determine just what went wrong with Eprex. A study evaluating epoietins, produced by different manufactures, reckoned wide variability in bioactivity which matches to a high level of heterogeneity in the molecular isoforms of epoietin found in each preparation. As explained, these differences translate variations in immunogenicity, efficacy and also in safety. The patents for many first generation biopharmaceuticals are approaching expiration and new generations of follow-on molecules are in development – termed Biosimilars. Biosimilars, biogenetics, biocomparable or generic biopharmaceutical are all expressions associated with the controversial area of approving generic biological as alternative to the first licensed product. Apprehension has been raised about the comparability of biosimilars with endogenous cytokine in light of the complex manufacturing process. However, the high costs of drugs in general and the particularly high costs of biotech drugs have begun to move toward making these drugs more inexpensive to the citizen. Final note Recent studies suggest a link between the use of ESAs and a decreased survival rate (but mainly when used outside approved purposes). There are references to the presence of EPO receptors in cancer cells which could cause disease progression, and some concerns rose with the risk of venous thromboembolic episodes with elevated hemoglobin values. The underline mechanism of these episodes have been questioned: is hemoglobin the causal agent or it is otherwise caused by interactions of ESAs with endothelial cells or platelets? Minimize operative blood loss Autologous transfusion Preoperative autologous blood donation (PAD) requires a complex organization involving multiple staff and an adequate bone marrow response to be effective. The main risks are associated with collection (highly risk population) and the risk of administrative error. The Acute Normovolaemic Hem dilution (ANH) raises question of how much the hematocrit can be reduced, as it depends on the initial hematocrit, the cardiac and pulmonary patient’s function, and the threat factors for coronary ischemia. The concept that the reduced blood viscosity is advantageous may not apply at extreme hemodilution, where local shear forces are necessary to maintain the release of nitric oxide. The Perioperative cell salvage (CS) used extensively in the surgical setting also has potential drawbacks including the risks of induced coagulopathy, infection and hemolyses. Haemostatic Agents Meta analyses of studies in cardiac surgery patients demonstrated no effects of DDAVP during routine cardiac surgery; however, there was a significant reduction in Simposio S12-3 blood loss in patients with a history of therapeutic use of antithrombotic drugs such as aspirin and ticlopidine. DDAVP is the treatment of preference in patients with mild hemophilia A and von Willebrand disease. Untoward effects of DDAVP include decreased free water clearance (water retention) and hyponatremia from antidiuretic effect. The hypotension results from endothelial cell release of prostacyclin when DDAVP is quickly administered. Epsilon-amino caproic acid and tranexamic acid The major concern with any agent that inhibits the fibrinolitic system is the potential to increase the incidence of pos operative thrombotic events such as deep venous thrombosis, stroke or myocardial infarction. Since these agents are cleared by the kidneys, thrombosis of the kidneys, ureters or lower urinary tract may occur if urologic bleeding is present. Aprotinin Some clinical trials raised concerns about the safety of this drug, aim to limit the blood loss. The aprotinin’s properties (inhibition of soluble serine proteases (kallikrein, plasmin and trypsin), inhibition of activated protein C, preservation of platelet adhesive and aggregatory properties and impairment of endothelium –derived relaxation by-dose dependent inhibition of nitric oxide synthesis and release) and the observed association between aprotinin and serious end-organ damage (renal dysfunction, myocardial infarction or heart failure, stroke and encephalopathy) were indicatives that continued use was not prudent. Recombinant factor VIIa As rFVIIa has been used in a number of “off-label” clinical Adverse effects of blood alternatives: a worthless reality situations, major worries have arisen about its dose (not standardized), safety and efficacy. The risks of thrombosis may be increased in patients who are at increased risk for thrombotic complications, such as those who have a history of thrombosis or thrombotic disorders (Factor V Leiden, congenital or acquired ATIII deficiency, anti-phospholipids syndrome), or advanced atherosclerosis (coronary artery disease with cerebrovascular disease, stroke or peripheral vascular disease). Alternative and conservation strategies for Platelets The high increase in the use of platelet components in the last decades and the short shelf life have brought on many developments in this field, such as improvements in the preparation of platelet concentrates, platelet derived products (frozen platelets, photochemical treated platelets, lyophilized platelets, platelet-derived microparticles and culture derived platelets) and platelet substitutes. At present, there aren’t alternative available therapies, other than platelet components, for the treatment of thrombocytopenia. Alternative Strategies Non-platelet-derived substitutes The red cells on which a fibrinogen or RGD peptidic sequence is grafted has demonstrated proaggregatting platelet properties (in vitro), but without haemostatic efficacy in vivo. The other techniques consist of using microcapsules (SynthocytesTM) or microspheres (ThrombospheresTM) covered with fibrinogen but this research seemed to be discontinued. The liposome based agents have been studied using two Figure2 – Summary of alternatives and conservation strategies for platelets. 20 Congreso Nacional de la SETS 189 AP. Correia Henriques de Sousa. different approaches: The “platelet some” as liposome’s with platelet glycoprotein’s on their surface, and procoagulant liposomes with activated X factor, have demonstrated haemostatic efficacy in vitro and in some thrombocytopenic animal models but they have shown high toxicity. Although liposomes resemble biomembranes, they still are foreign objects for the host. Therefore, liposomes are recognized by the mononuclear phagocytic system (MPS) after interaction with plasma proteins. As a result, liposomes are cleared from the blood stream (short half life). They have other disadvantages as the high cost of production, phospholipids oxidation, low solubility and less stability. Conservative strategy Thrombopoietin (TPO) is the major physiologic regulator of the megakaryocyte line (stimulates megakaryocytic colony forming and megakaryocytic maturation) and then platelet production. Thrombopoietic agents, stimulators of platelet production, included the interleukins (IL), fusion proteins (Flt-3 ligand with G-CSF) and mpl-ligands (recombinant human TPO, PEGylated Megakaryocytic Growth and Development Factor and TPO peptide mimetics). Regarding IL, both IL-3 and IL-6 were limited by significant toxicities, and IL-11 remains the only approved thrombopoietic agent for clinical use. Contrary to IL, the mpl-ligands are very important as they exert relatively specific action on megakaryocytic lines, stimulating the cells to undergrowth endomitosis and subsequent platelet release. Two recombinant human thrombopoietins molecules have undergone clinical testing in patients with thrombocytopenia: Glycosylated molecule identical in amino acid sequence to native thrombopoietin (rHuTPO) Pegylated recombinant Megakaryocytic Growth and Development Factor (PEG – rHuTPO MGDF) which is a non glycosylated molecule sharing the first 163 amino acid of the native protein sequence. In clinical studies, patients treated with PEG-ruHTPO MGDF, (aglycosylated), developed persistent thrombocytopenia due to the development of antibodies against endogenous TPO. While the way of administration may have contributed to the immunogenicity of PEG – rHuTPO MGDF, which was administered subcutaneously, the associated antibody answer was targeted towards epitopes in the first 163 amino acid of TPO. Known that this sequence is also found in rHuTPO and this product is not immunogenic, it is likely that the immunogenicity of PEG – rHuTPO MGDF was connected either to the absence of glycosylation or an inability of PEG to protect the therapeutic protein against conformational instability. Pegylation is intended to stabilize proteins, providing improved stability, rising in vivo circulation and reducing immunogenicity, however it could have undesirable effects. There are many factors interfering in the host tolerance following the administration of recombinant protein: the treatment related factors (impaired immune system in cancer) and/or processing factors associated with manufacture, storage and handling. Final note Many of the alternatives are only in the preclinical phase 190 20 Congreso Nacional de la SETS trial, which make more difficult the assessment of its in vivo haemostatic efficacy. Toxicity is another concern and special attention must be given to the thrombogenic effects, consumption coagulopathy, immunogenicity and the Reticulo-Endothelial System blockade. Alternatives and conservation strategies for Plasma The ability to bioengineer recombinant plasma proteins started in the 1980, with the cloning and subsequent expression of Factors VIII and IX. The sudden development and wide acceptance of recombinant therapy was determined by the tragic impact of viral contamination of plasmaderived clotting factors. The ongoing expansion of this technology is providing alternatives for patients with acquired or inherited bleeding diseases (rFVIIa for hemophilic patients with inhibitors). All exogenous therapeutic proteins have the potential to origin neutralizing (causes loss of efficacy) and non neutralizing antibodies formation. Its incidence varies widely between products and studies, and the immunogenicity can be influenced by many factors, including the patient-specific factors (genetic background, type of disease, immune status and medications), the extrinsic factors (impurities) and the intrinsic ones (3-dimensional structure). Monitoring for antibodies during clinical trials remains an important issue for all therapeutic proteins. Conclusion Blood transfusion is an universal life-saving treatment, and the development of chemical and biotherapeutics drugs constitute an important advance in terms of blood preservation. The administration of these drugs to a human being is never without risk, though knowledge about risks increases during the development process, they are still present even when a drug is marketed. Particular care is necessary when a new drug is given to healthy volunteers without previous human testing. Transfusion medicine will have to consider the significant advances achieved over the last few years on innovating therapies, and then find its place in this field. Simposio S12-3 Adverse effects of blood alternatives: a worthless reality Referencias - - - - - - - Sousa, Ana Paula. “Riscos das alternativas à transfusão de sangue“ in ESTM Iberian course - Controvérsias e questões emergentes em Medicina Transfusional, 2008. Longstaff C, et. Al., How do we assure the quality of biological medicines, Drug Discovery Today, 14, 1/2, 2009. Pipe, SW, The promise and challenges of bioengineered recombinant clottng factors, Journal of Thrombosis and Haemostasis, 3, 2005, pp. 1692-1701. Buttler M, Animal cell cultures: recent achievements and perspectives in the production of biopharmaceuticals, Appl. Microbiol. Biotechnol. 68, 2005, pp. 283-291. De Groot AS. et. Al., Immunogenicity of protein therapeutics, TRENDS in Immunology, 28, 11, 2007. Aapro MS. 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