AMERICAN AUTUMN PRESS KIT

Transcripción

AMERICAN AUTUMN PRESS KIT
AMERICAN AUTUMN
PRESS KIT
Durante el transcurso de una cena íntima, dos parejas en sus cuarenta, reciben la inesperada visita de un amigo
que pondrá todo su mundo patas arriba. American Autumn habla en tono de melodrama surrealista sobre esas pequeñas catástrofes cotidianas que
siempre amenazan la apacible vida de la burguesía
NOTAS DEL DIRECTOR
He crecido en una familia grande, en un
pequeño pueblo de Tarragona, España.
Mi madre tiene 10 hermanos, y yo, a pesar
de ser hijo único he estado muy unido
a mis tíos y primos, unos 40 en total.
Recuerdo reuniones familiares donde se
oían conversaciones de todo tipo y mi
única preocupación era estar presente
para observar cómo afectaba a cada uno
de ellos lo que sucedía. En esos días,
rodeado de mayores y de líos que todavía
no entendía empezó mi interés hacia los
conflictos entre los adultos. Lo meditaba
como algo muy básico: los sentimientos.
Quería ser un experto en ese tema,
como un doctor o un químico que trabaja
con herramientas llamadas Personas y
Emociones. Empecé el proyecto pocos meses después
de llegar a Nueva York. Ya había entendido
que lo básico y lo natural era lo complejo
y lo contradictorio y eso me fascinaba,
American Autumn sería mi ‘primera vez’.
Recordaba a Kristin Griffith y Diane Keaton
en Interiors o Nicole Kidman y Jennifer
Jason Leigh en Margot at the Wedding, ese
histerismo familiar había sido mi escuela
durante toda mi post-adolescencia. Como
hijo de padres separados conectaba con
el trabajo de Noah Baumbach y del primer
Woody Allen. Mi cabeza estaba llena de
imágenes de gente paseando con grandes
gabardinas por Central Park, rodeados
de colores mostaza, camel y granates,
en ese poético Otoño Americano que
abarca el buen cine del 1978 al 1982.
Todo esa estética se adapta a mi definición
de belleza, y quería que ese espíritu
otoñal guiara la dirección de arte de mis
proyectos. Qué pena que Néstor Almendros
ya no esté entre nosotros... Mi sueño era
poder llegar a colaborar juntos algún día. Él
me inyectó la melancolía de un tiempo que
no viví pero que siento mío.
Quería hablar de reuniones fallidas en
familias rotas, de grupos de amigos
en tiempos difíciles, algo que he vivido
y conozco; aunque no me interesaba
explicarlo de una manera obvia, creo
en el equilibrio entre realidad y ficción.
Muchas veces la ficción se sustenta en
un concepto surrealista o mágico que te
ayuda a entender la realidad desde un
nuevo punto de vista y quería explicar esta
historia usando lo que para mi era evocador
y divertido.
Sigo rodeado de mayores a pesar
de tener 22 años y haber ingresado
técnicamente ya en la edad adulta. De eso
también hablo en A.A. Rodamos en invierno
del 2012 en New Jersey durante 4 días.
Nueva York, 22 de Diciembre, 2012.
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REPARTO
Elias Comfort McConnell
Nacido en 1985, es un actor estadounidense
de Portland, Oregon. Ha actuado en la
película Elephant de Gus Van Sant, basada
en los hechos ocurridos en Columbine,
EEUU. Después de Elephant, McConnell ha
trabajado en Paris, je t’aime (2006) como Elie
(segmento “Le Marais”) dirigida por Gus Van
Sant, y en House of Boys como Hippie Boy,
dirigida por Jean-Claude Schlim. Además, ha
sido modelo apareciendo en varias revistas
de moda. 3/10
EQUIPO TÉCNICO
Albert Moya
Director, Co-escritor
Nací en Miravet, (Tarragona, España 1989) y
desde muy temprana edad quise desarrollar
la capacidad de explicar la realidad a través
de imágenes. Mi madre, ceramista, me introdujo de
pequeño en el mundo del arte e influenciado
por mi segundo padre, director de orquesta
y músico, empecé a hacer solfeo, piano y
clarinete. Mi madre me ganaba con el piano
y además tocaba el saxo y el bombardino.
Parecíamos una pequeña banda. Mientras estudiaba arte dramático en
Barcelona, empecé a trabajar en dirección
artística de proyectos, la mayoría de
publicidad, hasta que me mudé a Nueva
York para estudiar cine en New York Film
Academy. American Autumn es mi ópera prima,
en la que conviven mis obsesiones por
las relaciones humanas y las pequeñas
catástrofes cotidianas que las amenazan.
“These days” será mi siguiente cortometraje.
Rob Leitzell Director de Fotografía, Productor
Nacido en Washington DC y criado en
Seattle, Robert comenzó su carrera
trabajando en la emergente ‘Court 13
Collective’ en la Universidad de Wesleyan
antes de continuar su educación con el
programa de Artes MFA en la Escuela Tisch
de NYU (Universidad de Nueva York). Su
trabajo cinematográfico ha aparecido en
American Cinematographer y Cashiers du
Cinema, su trabajo en efectos especiales
para la película “Beasts of the Southern Wild” salió publicado recientemente en la revista
Cinefex, y sus vídeos musicales han recibido
elogios en los MTV Video Music Awards y
D&AD. Actualmente vive y trabaja en Nueva
York, filmando todo lo que puede y en busca
de aventura. 4/10
Olga Miasnikova Diseño de Producción y Vestuario
Olga Miasnikova nació en Siberia, en una
familia de matemáticos. Criada en Nueva
York, se inclinó hacia las artes. Asistió a la
Fashion Institute of Technology en Nueva
York y a Polimoda en Florencia, y se volcó en
la artesanía fina que va de la mano de la alta
costura y el diseño de moda. Después de
graduarse, trabajó para el difunto Alexander
McQueen. Olga es diseñadora y directora de
producción. Empezó en el cine con el diseño
de vestuario para vídeos musicales de MGMT,
The Ting Tings, ASAP Rocky, Das Racist
y en proyectos cinematográficos de Pau
Dalmasses, Mike Birbiglia, etc. Actualmente
vive en Nueva York y trabaja con su esposo
Rob Leitzell, director de fotografía. Ben Thorne
Música
Ben Thornewill, nacido en Louisville y
actualmente residiendo en Brooklyn, pasa la
mayor parte del año de gira, tanto nacional
como internacional, como vocalista y pianista
de la banda Jukebox The Ghost. Ha escrito y
grabado tres discos con Jukebox The Ghost,
así como un disco en solitario. Pianista de
formación clásica, estudió interpretación y
composición clásica de Jazz en la Universidad
de George Washington en Washington DC.
Thornewill ha compuesto música para un
juego de iPhone, anuncios y grupos de pop.
Esta es su primera incursión en el cine. Andrew Hafitz
Editor
Andrew Hafitz ha editado películas desde
1995. Durante el camino, ha colaborado con
algunos de los directores más destacados de
la escena de cine independiente de Nueva
York, incluyendo Whit Stillman (Damsels
in Distress, 2012; The Last Days of Disco,
1998), Lodge Kerrigan (Keane, 2004) y
Larry Clark (Ken Park, 2002; Bully, 2001).
Tres de sus películas han sido estrenadas
en Sundance: Very Good Girls de Naomi
Foner (2013), que explora una amistad
puesta a prueba por un romance; Braden
King’s Here (2011), una película de carretera
metafísica rodada en Armenia; y Don’t Let
Me Drown de Cruz Angeles (2009), una
versión actualizada de Romeo y Julieta
situada en un Brooklyn post 11 de
Septiembre, lleno de miedo y odio. Don’t Let
Me Drown ganó el premio de la Audiencia
y el del Jurado en muchos festivales,
incluyendo Mejor Película y Mejor Edición en
el Festival de Cine de Woodstock en 2009.
Ha colaborado en el documental Soul in
the Hole (1997) sobre baloncesto callejero,
dirigido por Danielle Gardner, y una serie
de películas de David Schisgall, incluyendo
la película The Lifestyle: Group Sex in the
Suburbs (1999) y el show de MTV “True Life:
I’m in Iraq”, que ganó el Premio Edward R.
Murrow al Mejor Documental de Noticias en
2005. Licenciado en literatura comparativa
por la Universidad de Yale, Andy vive entre
Manhattan y Willow, NY, con su esposa Robin. Dan Romer es un productor, escritor,
mezclador y compositor de música para el
cine nacido y criado en Nueva York, que
trabaja desde su estudio en Brooklyn, NY. Dan ha producido discos para grandes
artistas , tales como Ingrid Michaelson, Jenny
Owen Youngs, Ian Axel, He Is We, April Smith,
Lelia Broussard, Cara Salimando y Jukebox
The Ghost. Se está estableciendo con gran
rapidez como uno de los productores de
música de mayor promesa en EEUU. Además de su prolífico trabajo de producción,
Dan es un consumado compositor de bandas
sonoras. Ha compuesto la banda sonora de
dos cortometrajes premiados: Death To The
Tinman, y Glory At Sea, así como su debut en
el largometraje Beasts of The Southern Wild ganador del Premio del Jurado en Sundance,
y el premio Caméra d’Or en Cannes 2012. Dan Romer
Consultor musical
5/10
Jordi Labanda
Director de arte
Jordi Labanda, ilustrador de moda y
publicidad, nació en Mercedes (Uruguay),
aunque ha vivido en Barcelona desde que
tenía tres años hoy vive y trabaja en Nueva
York. Es un artista reconocido mundialmente
por su inconfundible estilo y por sus
numerosas colaboraciones internacionales en
publicaciones como Vogue Japón, Wallpaper,
Vogue USA, Visionaire, The NY Times Sunday
Magazine, Fanzine 137 y Apartamento.
Sus clientes corporativos son, entre otros,
Moncler, Grand Marnier, Zara, Vodafone,
Adidas, Pepsi Light, Dior, Danone, Nissan
España o American Express. Su trabajo ha
sido exhibido en galerías y museos de todo el
mundo y parte de su obra ha sido recopilada
en el best-seller “Heyday” publicado por la
Editorial RM.
Silvia Gonzalez Laa
Co-escritora
Silvia González Laá (Madrid,1973) es
licenciada en Humanidades y estudió Guión
Cinematográfico.
Trabajó como redactora y creativa en
varias agencias de publicidad (S,C,P,F,
MDM, SUMMA Comunicació, Central
Creativa, LOWE FMRG). Fundadora de
ESTUDIODECINE Escuela-Productora
SCP. Es autora y guionista de las series de
animación “La Lua i el Món” i “Energèdits”
para la Televisión de Catalunya (“Enermanos”
para TVE). También escribe los guiones de
los largometrajes: “Puro Teatro” y “Kropotkin”
para Fair Play Produccions; “Game Over” para
D’Ocon Films, “Ikaros” para Muf Produccions.
Es autora de la idea original de “Menú
Degustación”, película del cineasta Roger
Gual para Zentropa Spain.
Escribe y dirige su primer cortometraje, “As
de Corazones”, amadrinada por Isabel Coixet.
Sigue con “Estar Aquí” con la productora
Corte y Confección de Películas. Ambos
cortometrajes han estado en gran número de
festivales y han recibido numerosos premios.
“De Viaje” y “Mudanzas” son sus últimos
trabajos como directora.
Pomo Studio
Dirección de arte gráfica
POMO es un grupo de trabajo. Se dedica
a la investigación en comunicación. Se
encuentra ubicado en Lorca (Milán). Tratan
principalmente con gráficos y dirección
de arte. POMO lo componen Alessandro,
Marco, Minister, Nicolò, President y otros
innombrables. Está lleno de libros. No tiene
impresoras de color. Está lleno de revistas.
Sus fundamentos se basan en un camino
“maduro”. Trata de buscar lo máximo posible.
Medita trascendentalmente. Trata de hacer lo
máximo posible. Tiene esperanzas de subir. La caligrafía de los títulos de American
Autumn está realizada por Nicolò Giacomin,
con dirección de arte por POMO. Elena Gallen
Pósters, Consultora diseño gráfico
Elena Gallen (1984) trabaja con imágenes
estáticas y móviles, palabras y gráficos para
analizar y realizar cultura contemporánea.
Es artista y directora de arte on/off
de proyectos artísticos y comerciales en
los campos del arte, la moda, la música
y el diseño editorial. Con formación
audiovisual y un profundo entendimiento
de los complejos paisajes digitales,
desarrolla diseños vanguardistas en distintos
formatos, plataformas y medios. Creadora
de un universo experimental y magnético,
recientemente ha sido jurado de los Premios
LAUS y ha trabajado para la productora
musical CANADA. Revistas como Nylon,
Vice o Marie Claire publican su trabajo;
ha expuesto su obra en España, Francia
y Australia; y vendido sus piezas en concept
stores de Barcelona, París, Nápoles, Berlín,
Moscú, Riad o Taiwan.
ENTREVISTA:
Yolanda Muelas, directora de Metal Magazine,
ha hablado con el director en Diciembre,
mientras Albert estaba dando los últimos
toques en ‘American Autumn’.
SABORES CON TEMPESTAD
DE FONDO
No tiendo a preocuparme por la edad de
la gente, al fin y al cabo, la edad, me digo
ahora que los años siguen sumando, es
algo mental, es una actitud. Sentirte joven o
sentirte viejo, no se mide por la cantidad de
arrugas que luce tu cara, tiene más que ver
con tu actitud frente a la vida, con la habilidad
para compaginar términos que no tienen
porqué ser contradictorios como ‘experiencia’,
‘aprendizaje’ o ‘sorpresa’. Así que raras veces
me planteo esta cuestión en el momento de
conocer a alguien, y cuando conocí a Albert,
hará cosa de unos tres años, no fue distinto.
No recuerdo muy bien cómo nos conocimos.
Por amigos comunes seguro. Por aquel
entonces él trabajaba en moda, en El Delgado
Buil, una de las firmas independientes más
talentosas y prometedoras de Barcelona que sin
embargo acabó sucumbiendo a la crisis. Luego
supe que había estudiado Arte Dramático
y que también le interesaba la música. Su
aspecto y sus maneras, las conversaciones
que manteníamos y sus referentes, su forma
de afrontar la vida me hicieron pensar en un
chaval de veintilargos cuando (según supe más
tarde) aún no había llegado a los veinte. Debo
reconocer que me sorprendió.
Con el paso del tiempo, ahora que ya le
conozco más, no me sorprende su madurez.
Aunque me hace gracia ver cómo ese aplomo
adulto que consiguió engañarme en su día, se
tiñe a veces de cierta ingenuidad infantil que
le hace aún más adorable si cabe. Me pareció
lo más normal del mundo que marchara de
Barcelona a Nueva York para estudiar cine, y
que solo un año después su primer corto sea
este American Autumn que ahora presenta,
aunque no debe ser fácil poner en marcha
algo así en una ciudad a la que apenas acabas
de llegar. Dice Albert que desde que era
pequeño le ha gustado rodearse de mayores,
quizá por eso ahora que ha crecido su ópera
prima habla de lo complicado de las relaciones
adultas, a través de unos niños. Lo suyo, dice,
es contar historias. Hablamos de esto y de
muchas otras cosas en una conversación
distendida en la que adelanta su próximo
proyecto. “El mundo se vuelve menos aburrido
si tenemos historias que contar”, asegura. Y
Albert tiene historias para rato y, lo que es más
importante, ganas de llevarlas acabo.
American Autumn es tu primer corto, ¿qué
tal ha resultado la experiencia?
¡Ha sido muy intenso! Como un largo viaje
(pero sin salir del set ni del estudio). He
aprendido una barbaridad y he plantado mis
primeras semillas en este camino.
Creo que a muchos jóvenes nos cuesta el
empezar nuestro primer proyecto en solitario.
Hay un largo proceso hasta llegar a la preproducción de American Autumn. Estudié
6/10
Arte Dramático, trabajé en moda y dirección
de arte, hice música mientras escribía, y al
final me di cuenta que la única manera de
juntarlo todo era dirigir piezas visuales. Nunca
se me había pasado por la cabeza, fue una
conclusión a la que llegué después de haber
vivido cosas y de querer explicarlas, como una
especie de necesidad.
Debido a la cantidad de información que nos
bombardea existen miedos; te preguntas si ‘tu
voz’ puede llegar a interesar o puede hacerse
un sitio en el aquí y el ahora. Quizás eso era
la principal barrera. Eso y también el esperar
que llegara una seguridad que con 20 años es
imposible que llegue. O te tiras a lo ‘no estoy
preparado pero lo haré lo mejor que pueda’ o
te quedas esperando un momento que puede
que no llegue nunca…
Precisamente nos conocimos cuando
trabajabas en moda y ahora acabas de dar
tu primer paso en el cine como director,
aunque sean dos medios muy diferentes
al final se trata de lo mismo, de contar una
historia. ¿Es eso lo que te interesa, las
historias?
Siempre. Sé mas o menos como funciona la
realidad en la que vivimos, necesito ficción,
aunque esa ficción sea explicar lo que ya
conocemos pero con pequeñas alteraciones.
El mundo se vuelve menos aburrido si
tenemos historias que contar. En el cine
suele haber directores mas creativos y otros
técnicos; yo me siento mas cerca de los
creativos. Mi prioridad no es conseguir una
buena luz o trabajar con la mejor cámara si no
el exponer un mensaje y que éste pueda llegar
a la gente. En moda tuve la suerte de vivir su
parte romántica, la de trabajar el concepto de
una colección enlazándolo con el arte, eso
era brutal. Creábamos historias que nacían de
tejidos, colores y texturas. Ésa fue mi principal
escuela.
La de American Autumn podría ser
una de esas historias que otras veces
hemos visto en el cine, una historia de
relaciones personales, sentimientos
encontrados, infidelidades y envidias
varias; y sin embargo hay dos elementos
que la hacen diferente: uno, el hecho
de que a pesar de ser una historia de
adultos esté representada por niños; y
dos, su estructura, esa analogía con la
cena que está a punto de suceder. ¿Esos
dos elementos estuvieron ahí desde el
principio, lo tuviste claro desde siempre?
Sabía que quería explicar una historia de
mayores interpretada por niños. Eso siempre
estuvo ahí. La historia era una excusa para
poder llevar a cabo ese experimento. La
estructura de la cena/guión vino con el
desarrollo de la aventura gastronómica que
transcurre a lo largo de la historia.
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¿Por qué decidiste trabajar con niños en
vez de con actores adultos? Imagino que
te interesaba el distanciamiento que eso
conlleva, la historia te llega de otra forma.
Por cierto, viendo a esos niños con esas
poses diciendo lo que dicen no puedes
evitar una sonrisa...
Fue algo muy orgánico. Pensando en los
comportamientos y naturaleza del tipo de
gente del que quería hablar en el film me
parecía coherente que los actores fueran
niños. Eso bañaba la historia con un tono
melancólico que iba bien con la historia, una
melancolía hacia vidas que todavía no se han
vivido o que ya se han escapado, dejando una
pregunta en el aire: dónde acaba la realidad y
dónde empieza el juego.
Hay bastante mala leche y no poco cinismo
a lo largo de todo el film, me encanta
cuando Trevor dice, “Cariño, espero que
la cena con los del New York Times no se
parezca a ésta”.
Aha. (risas). Correcto, el cinismo y la ironía es
una parte muy importante en este guión.
¿Qué personaje te divierte más? A mí me
gustaría ver cómo continúa la historia para
conocer a Victoria en persona.
Trevor me encanta. Siento mucha complicidad
hacia la gente que tiende a sufrir de manera
cómica involuntariamente. Tengo un amigo
que es idéntico a el, de hecho, Trevor sale de
todas las notas apuntadas sobre mi amigo...
Espero que nunca se entere.
En el film van saliendo algunas referencias
que contextualizan la historia, citas a
Nan Goldin y a Lars von Trier, al New York
Time, la HBO, un Château Lafite 2005... Me
pregunto hasta qué punto definen a tus
personajes o te definen a ti.
Al ser un corto no nos da tiempo de descubrir
cosas sobre la vida privada de los personajes,
pero casi todos tienen alguna conexión
con el arte y la creatividad. Cada personaje
está influenciado por alguno de mis amigos
o alguien de mi familia, al final son vidas
cercanas, las que conozco. Claro que nunca
he bebido una botella de Château Lafite 2005
ja ja ja, algunas de esas referencias ayudaban
simplemente a caricaturizar a cada uno de
ellos además de contextualizar la historia en
un aquí y ahora que ayuda a que todo tenga
mas credibilidad.
¿Qué importancia tiene el cine de Lars von
Trier en tu trabajo, por ejemplo, en tu forma
de entender y hacer cine?
Von Trier me impactó mucho cuando era más
adolescente. Me sentía muy atraído por su
manera de contar la realidad, sin artificios, era
quizás lo mas cercano a la realidad que había
visto. Me encanta la crudeza con la que trata
las conexiones e historias entre sus personajes.
(Lo admiro desde su constante poder de
sorprender, de ser innovador pero desde un
lugar clásicamente elegante.) Además, el
que trabajara con Bjork, eso fue muy guay. El
principio de “Melancolía” por ejemplo me pone
los pelos de punta. La boda, la familia, ese follón
que recuerda a “Festen”. Es exactamente el tipo
de cine que me entusiasma. También conecto
mucho con su trabajo con los actores, siempre
están que soberbios.
Hablando de actores soberbios, los niños
del film están todos fantásticos, háblame
un poco del casting, ¿te costó mucho dar
con ellos? ¿Habían trabajado ya en otras
películas?
Hice el casting en casa, me suscribí a todas las
webs de castings e iba llamando y haciendo
convocatorias. Vi a muchos niños, más de
100. Flipaba del ritmo tan duro que llevan esos
niños actores yendo a audiciones y rodajes.
La mayoría de ellos no van a la escuela ya que
ruedan a diario y por las noches un tutor les da
clases. Era divertido ya que muchas líneas de
las que se tenían que aprender eran todavía un
poco tabú para ellos, tipo ‘I just got my period’,
al estar en esa edad de crecimiento se morían
de la vergüenza. Los cinco que escogí fue con
los que tuve una conexión inmediata, en alguno
de ellos me importaba mas la madurez que el
talento. Prefería que con 8 años tuvieran una
mayor capacidad de entender y razonar que de
dominar la técnica de la interpretación. Con dos
de ellos tuve una conexión realmente adulta y
madura.
Dices en el Director’s Statement: “Había
entendido que lo básico y lo natural es lo
complejo”, ni que lo digas, primer corto en
Nueva York y encima con niños, ¿qué ha
sido lo más complicado de este rodaje? ¿Ha
habido algún momento de esos de locura
total?, esos en los que dices, no puedo más,
aquí lo dejo.
Lo más difícil ha sido el estar en una ciudad
donde prácticamente no conocía a nadie.
Tenía que construir todo el equipo y desarrollar
el proyecto en un país en el que acababa de
llegar.
A veces la relación con los padres-tutores de
los actores se hacía muy difícil. Tuve una mala
experiencia con una madre y siete días antes
de rodar me di cuenta que si esa mujer no
desaparecía iba a fastidiar todo el rodaje. Fue
una locura encontrar a un nuevo niño actor
con tan poco tiempo antes del rodaje. Esos
días fueron los peores de todo el proceso…
Pensaba que tendría que suspender el rodaje.
Por otra parte, era muy raro para los actores,
especialmente para los que estaban entre 8
y 9 años, entender lo que estaba sucediendo
en el guión, entender quienes eran sus
personajes y qué estaba pasando entre
ellos. Muchos se caracterizaban por cosas
muy sutiles y sobre todo adultas, entonces
trabajamos muchos días conversando
sobre las personas adultas y observando
comportamientos parecidos a los de sus
personajes. Finalmente todos acabaron
pillando el hilo conductor.
Vamos al inicio del proyecto, ¿cómo surge
la idea de American Autumn? Y como se
pone en marcha el film.
Era una idea que tenía en la cabeza para hacer
en Barcelona cuando ni si quiera sabía que
iría a NY. Viendo a unos niños interpretando
vidas adultas ponía varios temas en cuestión
que me parecían interesantes. Cuando estaba
escribiendo el guión sobre un grupo de
amigos catalanes, etc, me tuve que mudar.
Empecé la escuela en Nueva York y aproveché
que tenía que hacer un proyecto de unos 20
minutos para dirigir A.A. Cuando lo estaba
rodando, con otra historia más adaptada a
América, etc, me di cuenta que en España
no hubiera funcionado tan bien como aquí.
Los americanos son gente de obsesiones,
maniáticos, neuróticos y sobre todo, están
locos por todo el tema culinario. Éstas ultimas
cosas son las que influenciaron el guión de
A.A.
Aparte de los niños protagonistas, ¿fue
difícil reunir al resto del equipo?
Tuve la suerte de conocer a Rob Leitzell justo
cuando estaba empezando a construir el
equipo. Habíamos quedado para tomar un
café y le hablé del proyecto. Yo solo tenía los
vídeos de MGMT en la cabeza cuando iba
camino a nuestro meeting. Le gustó la idea,
y me dijo que quería colaborar. Él ha sido un
apoyo incondicional en toooodo el proyecto.
Ha trabajado muchísimo, ya no solo como
director de foto, sino como productor. Para
mí ha sido fundamental en la realización
y evolución del proyecto. Sin él creo que
nunca me hubiera planteado hacer un corto
como éste. Rob me daba mucha seguridad
y confianza. Estando él en el equipo todo se
volvía un poco más fácil. Para el resto de gente
envié muchos mails a gente que admiraba de
Nueva York, algunos contestaron y se unieron
a la aventura.
Para ser tu primer corto te has rodeado de
gente ya muy establecida.
Creo que todo fue porque a la gente les
gustaba la idea. Me acuerdo cuando Rob leyó
el guión, me dijo un ‘ah, bueno, no está mal…’
pero cuando se enteró que los protas iban a
ser niños de repente se enamoró del proyecto.
Cuéntame acerca de la participación de
Elias Comfort McConnell. Que el único
adulto que sale en la película sea un
mensajero, es decir, alguien ajeno al
grupo de amigos, imagino que es algo
8/10
premeditado, ¿o influyó también el hecho
de tener algún actor con más nombre que le
diera más peso al corto?
Era importante que en el desenlace de la
historia apareciera la figura de un adulto para
dejar en el aire la última pregunta que puede
sugerir el film. Admiro mucho a Elias como
artista y le propuse si le apetecía hacerlo. Elias
es uno de mis amigos aquí en Nueva York y
teníamos ganas de hacer algo los dos juntos.
También forma parte del equipo Andy
Hafitz, el editor habitual en las películas de
Larry Clark, ¿cómo le conociste y qué ha
aportado él a American Autumn?
A Andy le conocí en un momento bastante
delicado. Llevábamos unos meses trabajando
con un editor que tuvo que abandonar el
proyecto y nos quedamos bastante tirados. Un
amigo productor, Lucas Joaquin, nos facilitó su
contacto. Lo llamamos y tuvimos la suerte de
que no estaba trabajando en ningún proyecto
y que le encantó A.A. Andy sin duda le ha
aportado mucha madurez y profesionalidad
al proyecto, sin él, American Autumn sería
otro corto. Sus consejos y opiniones me han
ayudado mucho.
Aunque eres hijo único vienes de una familia
numerosa, con muchos tíos y primos, así
que te imagino desde pequeño en medio de
esas intrigas familiares que posiblemente
te sirvan ahora de inspiración. ¿Crees que
este primer corto marca de alguna forma
tu trabajo futuro o puede que el siguiente
film no tenga nada que ver? Y no me refiero
al hecho de trabajar con niños, claro, sino a
seguir ahondado en los conflictos de pareja,
las relaciones personales y todo eso.
Creo que estos temas siempre me van a
acompañar. En American Autumn, al ser mi
primer proyecto, me apetecía reflejar cuál
era mi interés, lo que podía ser mi sello, de
las cosas de las que me gustaría hablar en
un futuro. Al ser un corto, un tema así no
daba mucho juego al tener que ser acotado
en 20 minutos, ahí es donde el tener a niños
interpretando la historia ayudaba a que todo
quedara mas redondo.
Las relaciones/conexiones entre la gente es
algo que siempre me ha apasionado, algo de
lo que me gusta hablar y conozco, y lo bonito
es que cada día que pasa vas entendiendo y
descubriendo nuevas cosas en este terreno, ya
sea porque tienes mas experiencias que contar
o por todo lo que observas a tu alrededor.
¿Cómo se te ocurrió establecer este
paralelismo que haces entre cómo servir
una buena cena entre amigos y el desarrollo
de la historia?
Eso se le ocurrió a Silvia Gonzalez Laa,
co-guionista del film, me gustó la idea y
decidimos hacerlo así.
De alguna manera, la cocina tiene algo
que ver con el cine, utilizas un montón de
ingredientes y debes saber cómo hacerlo
y cómo utilizarlos en su justa medida si
quieres conseguir un buen resultado; ya
sabemos que eres capaz de ponerte tras
una cámara, pero ¿y detrás de los fogones?
Ja ja ja. Me encantaría decir lo contrario pero
soy un desastre en la cocina, pero a pesar de
no ser un buen cocinero la cosa que mas me
gusta en este mundo es la comida.
El ilustrador Jordi Labanda firma la
dirección de arte y es además uno de
los productores ejecutivos, ¿cómo ha
sido trabajar con él? Me encantan esos
bodegones de comida tan pictóricos.
¡Trabajar con Jordi es todo un lujo! Nadie
mejor que él podía contextualizar a ese
grupo de amigos en su cotidianidad. Conocía
perfectamente el tipo de gente del que estaba
hablando en American Autumn por lo que era
muy divertido ver todos los bocetos que iba
mandando de vestuario y demás. Llenaba
el Mood Book con evocadoras imágenes de
finales de los 70 y principios de los 80, la
mayoría de las cuales yo desconocía, y que
ayudaban muchísimo a que todo cogiera mas
forma. Hemos hecho un viaje interesantísimo
por el estilo de esa época, creo que los
dos lo hemos disfrutado mucho. Tiene un
conocimiento sobre cine brutal así que el
adaptar diferentes ideas artísticas se convertía
en algo muy fácil y dinámico. Su trabajo es un
gran referente para mí y creo que los dos nos
hemos quedado muy satisfechos con esta
colaboración.
Hablando de Labanda, ¿puedo preguntar si
ha colaborado en alguna parte del guión?
Cuando Catherine dice, “este Château
Lafite 2005 necesita respirar por lo menos
20 minutos”, no pude evitar pensar en De
lo Last, aquellas tiras que publicábamos en
AB a finales de los 90 o principios de 2000,
no recuerdo ya...
Es muy gracioso que comentes esto porque
cuando hizo su primera lectura del guión ya
terminado, al cabo de los días me lo mandó
con algunas notas, y justo una hacía referencia
a esto, así que sí lo de Château Lafite
podríamos decir que es una aportación suya.
Ahora qué el film está listo, ¿qué es lo
próximo? ¿Está previsto que participe en
algún festival? ¿Qué nos puedes contar de
esto?
De momento estamos buscando una agencia
que pueda distribuirlo por festivales y
diferentes medios audiovisuales. Queremos
intentar que el film se vea en tantos países
como sea posible y que la gente tenga la
oportunidad de verlo, ya sea en la red, TV,
festivales...
¿Impone presentar tu primer trabajo a
los ojos de la crítica y del público? ¿Cuál
esperas que sea su reacción?
Después de todo el proceso de realización,
estás tan metido que te olvidas un poco de
qué va a pasar después. Cuando empecé a
rodar estaba mas inquieto… Imagino que el
tema es dejarse llevar e ir viendo el feedback
de la gente. Soy consciente de que la historia
puede causar opiniones bastante diferentes
en la gente al ver a esos niños narrando
esa historia. Imagino que se preguntarán
por qué ellos están ahí en lugar de adultos
y, posiblemente, si intentan buscar una
respuesta para mí ¡ya será suficiente!
¿Qué nos puedes adelantar de tu próximo
trabajo?
Se llama “These Days” y habla sobre la
estrambótica relación de amor entre una
madre y un hijo. Es un art film de 30 minutos
en el cual la realidad de los personajes
transcurre en un mundo donde lo cotidiano
y el surrealismo trabajan a partes iguales. El
propósito del proyecto es crear una reunión
entre diferentes creativos donde cada uno,
en su departamento, explore y experimente
el trabajar sobre una historia donde no se
conoce el tiempo en el que transcurre ni la
situación geográfica, creando así un nuevo
escenario que de lugar a un resultado tanto
artístico como entretenedor.
CRÉDITOS
9/10
Director
Albert Moya
Best boy
Valerio Vigo
Guión
Silvia Gonzalez Laa
Albert Moya (Story)
Ayudantes Vestuario
Eva Tusquets Mimi Bai
Productores Ejecutivos
Alberto Amilibia
Jordi Labanda
Zac Darvish
Editor de sonido
Clémence Stoloff
Productores
Rob Leitzell Albert Moya
Dirección de Fotografía
Rob Leitzell
Diseño de Producción y
Vestuario
Olga Miasnikova Mezcla de sonido
Luciano Vignola
Daniel Lynas
Sonido
Guillermo Pena Tapia
Diseño de los créditos
Alessandro Cavallini & Marco
Cendron
Edición
Andy Hafitz
Pósters, Consultora Diseño
Gráfico
Elena Gallen
Música
Ben Thorne
Ilustraciones
Jordi Labanda
Consultor Musical
Dan Romer
Consultora gastronómica
Laura Silverman
Dirección de Arte
Jordi Labanda
Localización
Christopher Knight
Departamento de Arte
Eva Tusquets
Jessa Farkas
Traducción
Ariadna Pedret
Peluquería y maquillage
Kate Tsang
Joel Yapching
Supervisión del guión
Anastasia Frank
Asistentes de Producción
Olivia Knoepfel
David Maryasin
Gaffer
Tim Curtin
Grip
Matt Cooney
Subtítulos
Marina Colorado
Elias Comfort McConnell as Elias Ivan Tomic, Trevor
Cleo Cohen, Pauline
Zeljko Tomic, Jerry
Madeline Lupi, Catherine
Kyle Donnery, Michael
Voz de Victoria Lieberman
Caroline Hochman
El proyecto no habría sido
posible sin la ayuda incondicional
de Carlos Aponte y Christopher
Knight
AMERICAN AUTUMN
ELIAS COMFORT MCCONNELL, IVAN TOMIC, CLEO COHEN,
ZELJKO TOMIC, MADELINE LUPI, KYLE DONNERY
Original Score BEN THORNEWILL & DAN ROMER
Edition ANDREW HAFITZ
Production Design & Costumes OLGA MIASNIKOVA
Cinematography ROB LEITZELL
Art Direction JORDI LABANDA
Executive Producers ALBERTO AMILIBIA, JORDI LABANDA, ZAC DARVISH
Production ROB LEITZELL, ALBERT MOYA
Written SILVIA GONZALEZ LAA & ALBERT MOYA
Director ALBERT MOYA
www.americanautumnfilm.com
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