El Tesoro del Patrimonio Histórico de Fitero

Transcripción

El Tesoro del Patrimonio Histórico de Fitero
El Tesoro
del Patrimonio Histórico
de Fitero
Serafín Olcoz Yanguas
M.I. Ayuntamiento
de Fitero
©De la edición, texto e ilustraciones del libro: Serafín Olcoz.
Todos los derechos reservados. No se puede reproducir ninguna
parte de esta publicación, ni almacenar en ningún sistema de reproducción, ni transmitir de ninguna forma ni bajo ningún concepto,
electrónicamente, mecánicamente, en fotocopias, en grabación ni de
ninguna otra manera sin el permiso del propietario de los derechos
de autor.
ISBN: 978-84 606-4167-4
Deposito Legal: NA 479/2007
Impreso en Tudela, Comunidad Foral de Navarra
Tirada 1000 ejemplares
Edita: M.I. Ayuntamiento de Fitero con el patrocinio de la empresa
Baños de Fitero S.A.
Impreso en Gráficas Larrad S.A.
Presentación
La villa navarra de Fitero se configura en la actualidad como un municipio de la ribera del Ebro, con unas ricas
raíces históricas y una fuerte y bien anclada cultura religiosa, ligada primero al monasterio de Fitero y posteriormente
a la parroquia de Santa María La Real. Contar en Fitero con el primer monasterio cisterciense de la península ibérica, del que salió nuestro patrón San Raimundo para fundar la Orden Militar de Calatrava, es todo un orgullo y
motivo de satisfacción, todo ello nos hace poder disfrutar del patrimonio histórico, cultural y también artístico del
que somos herederos. Herencia, que se complementa con los hallazgos que se vienen produciendo en los excepcionales yacimientos arqueológicos que ponen de manifiesto el interés que Fitero ha tenido y tiene desde la antigüedad
hasta nuestros días. Sin duda, un interés que en buena parte es debido a las aguas termales de las que se puede disfrutar en los dos balnearios de Baños de Fitero y que ponen de manifiesto el razonamiento que subyace al proclamar a Fitero como “Puerta del Cister y Villa Termal”.
En estos mismos momentos en los que se escriben estas líneas, y ya desde hace un tiempo, el turismo en España
está cambiando a marchas forzadas. Por ello, el ayuntamiento de Fitero en colaboración con la empresa Baños de
Fitero, conscientes de ello, creemos que es el momento en el que hay que hacer un esfuerzo por mejorar el conocimiento de nuestro patrimonio histórico, en todas sus facetas: histórico-artístico, arquitectónico, arqueológico, archivístico, audiovisual y documental, así como etnológico, para vincularlo con nuestra Cultura, con mayúsculas, y que
sirva para fomentar el desarrollo del turismo de calidad en Fitero y con él, para potenciar el crecimiento socio-económico de nuestra villa. Todo esto, contribuye a una mejora en la calidad de vida de los fiteranos y el primer paso,
como decía el filósofo, es conocernos a nosotros mismos y para ello necesitamos conocer nuestra historia y nuestro
patrimonio.
En Fitero, no sólo quienes nos visitan, sino los propios fiteranos, a veces, no nos damos cuenta del gran Tesoro
que se guarda en nuestro término municipal. ¡Cuantas veces tienen que venir “los de fuera” a mostrarnos la inmensa
“riqueza” que tenemos y el bienestar del que disfrutamos en Fitero!
Todo esto que traemos a colación en estas líneas, se integra en una estrategia emprendida por el ayuntamiento de Fitero en colaboración con Baños de Fitero para lograr que nuestra villa ofrezca una “Marca
Turística”, un producto distinto, que sirva para diferenciarnos de los demás y que posea la calidad adecuada para
competir en este mercado.
Pues bien, para llegar a esto de lo que hablamos, en primer lugar debemos conocer las “riquezas” de las que disponemos. Por ello, alguien que contara con los conocimientos, capacidad y determinación debía hacer un trabajo
5
de catalogación, enumeración, localización, descripción… del Patrimonio Histórico de Fitero, en definitiva, de
nuestro Tesoro. Un trabajo realizado con rigor, con método y con el respaldo que en este caso da el haber sido el
resultado de un curso de tercer ciclo de la universidad de Zaragoza. Éste es el trabajo que se presenta a continuación,
que constituye el primer catálogo completo y actualizado del Patrimonio Histórico de la villa de Fitero que bien
merece su publicación y divulgación, como un nuevo paso en el interés, cuidado y acrecentamiento de nuestro patrimonio.
Para finalizar, diremos que a partir de ahora los fiteranos y las personas interesadas que nos visiten y que estén
interesadas por la cultura y el patrimonio, tendrán un volumen donde consultar todos y cada uno de los recursos
patrimoniales e históricos de Fitero, de repasar los lugares y objetos ya conocidos y también donde encontrar y descubrir aquellos que despierten nuestro interés y nos animen a conocerlos mejor. Esto, a buen seguro, nos servirá para
disfrutar y valorar todavía más lo que tenemos, ya que conocer mejor Fitero es sinónimo de quererlo todavía más
aún, si cabe.
Pachi Yanguas.
Francisco Huarte
Alcalde del M. I. Ayuntamiento de Fitero.
Consejero Delegado de Baños de Fitero S. A.
Fitero, a 16 de febrero de 2007.
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A la memoria de quienes, en mi juventud, me
enseñaron a conocer y querer a Fitero:
Mi abuelo materno, José Yanguas,
el párroco Ramón Azcona
y el erudito Manuel G. Sesma
Agradecimientos
Además del reconocimiento expresado en la dedicatoria, del apoyo recibido del profesor de la Universidad de
Zaragoza, Manuel Martín Bueno, y del alcalde de Fitero, Francisco Javier Yanguas, es de justicia reconocer que este
trabajo habría sido imposible de realizar sin la inestimable ayuda y la colaboración del párroco de Santa María la
Real de Fitero, Javier Goitia, en nombre del arzobispado de Pamplona y obispado de Tudela. En cuya diócesis se
encuentran tanto el antiguo monasterio de Fitero como el convento de Santa Clara, a cuya rvda. madre abadesa,
Teresita del Niño Jesús, igualmente hay que agradecerle la colaboración y el interés en que se conozca y aprecie su
patrimonio. Así como las facilidades que me han dado tanto la rvda. madre abadesa del convento de Santa Ana,
Margarita Guilzu, y el director de Baños de Fitero, Raimundo Azpilicueta.
Mereciendo ser destacadas las aportaciones recibidas y debidamente citadas de Raquel Alfaro y Eduardo Aznar,
acerca del contenido de los archivos de Fitero, de Miguel Ángel Alonso y Pedro Luis Calleja por su atención al facilitarme el dibujo exterior e interior del plano del antiguo monasterio de Fitero, y de Manuel Medrano y Maria
Antonia Díaz, por facilitarme las fotografías de su catalogación de las piezas que componen la Colección Municipal
Arqueológica de Fitero. Asimismo, merecen el expreso reconocimiento quienes me han facilitado el acceso a algunas
de las piezas aquí mostradas: Luis Miguel Yanguas, Jesús María Jiménez, María Jesús Soria, Julián Guarás, José
Manuel Alfaro, Jesús Sanz, José Miguel Escudero y María Luisa, monja cisterciense en Tulebras y erudita guía de su
museo. Así como el estudio de la arqueta de marfil realizado para esta ocasión por el profesor Gustavo Turienzo.
También hay que reconocer el esmerado trabajo realizado por el fotógrafo Jesús Latorre, por haber ido más allá
de la relación profesional y por haber seguido al pie de la letra las indicaciones expresadas a la hora de cumplir el
encargo de realizar casi la mitad de las fotografías aquí presentadas. Así como la colaboración de Carmen Yanguas,
desde la Oficina de Turismo de Fitero, para facilitarme el acceso al monasterio y acompañarme durante la realización de gran parte de las fotografías, y el magnífico trabajo de diseño y maquetación realizado por Pilar Arranz, en
la imprenta de Gráficas Larrad.
Finalmente, quiero agradecer a aquellos que, de una u otra forma, también me han ayudado: como Luis
Azpilicueta, José Eladio Díaz, Iñigo Beldarían, Beatriz Cano y Jesús Bozal. Así como a Juan Barrera y al 801
Escuadrón de Salvamento, de las Fuerzas Aéreas Españolas, que amablemente me permitieron volar en uno de sus
helicópteros y realizar las fotografías aéreas empleadas en este trabajo. Sin olvidar el apoyo y cariño recibido por mi
madre y mi familia, en general.
Aprovechando la ocasión para disculparme ante quienes mi mala memoria no los haya traído a colación en el
momento de escribir estas líneas. Así como para aclarar que soy el único responsable de los errores que pueda haber en
este trabajo.
9
Prólogo
Cuando tenemos en nuestras manos un nuevo libro, no solemos hacernos ciertas preguntas que sin embargo, el
firmante de esta modesta presentación considera no debieran ser ilógicas.
Por regla general, si se trata de una novela, buscamos o bien el autor consagrado, popular o publicitariamente
conocido o en el caso de un ensayo, el autor de prestigio reconocido, cuyo conocimiento nos ofrece garantías de que
nuestra inversión en tiempo de lectura y en dinero de adquisición, va a verse gratificada con su lectura.
En ambos casos, bien el nombre o el tema son unos focos de atracción poderosos que van a justificar nuestra
elección.
Pero, qué ocurre cuando el tema se sale de lo habitual, el autor tiene esa lejanía proximidad como en el caso presente y además el tipo de publicación entra en ese grupo que solemos calificar injustamente de libros para guardar,
libros de consulta. En suma, libros para ocupar un lugar de honor en nuestras librerías pero no siempre destinados
a la lectura, ni inmediata ni casi nunca completa.
La frase no es tan poderosa como para merecer un interrogante ortográfico que seguramente sería correcto, sino
que encierra varias pequeñas preguntas que casi siempre nos hacemos en voz baja, casi con timidez.
El autor en este caso, primero los seres humanos y luego sus obras, es Serafín Olcoz, fiterano hasta la médula y
no se dedica precisamente a esta materia, pero que se ha convertido en un erudito de formación tan enciclopédica
y poderosa y que además tiene la disciplina y la paciencia necesarias para que su empeño le haya salido redondo.
Hace tiempo decidió que el Patrimonio Artístico de su pueblo, Fitero, era lo suficientemente importante y
variado como para merecer un estudio en el que se recogiera exhaustivamente todo aquello que el tiempo y la sensatez de los humanos, virtud de nuestro género poco frecuente, han logrado preservar hasta el presente como un
legado inmemorial de características especialmente ricas y con una carga histórica que tiene brillo propio.
Luchador impenitente, se convirtió durante el tiempo en que ha trabajado en la obra, en documentalista, fotógrafo, historiador, archivero, informático, maquetista y desde luego redactor, de un trabajo que supera con creces las
pretensiones iniciales, que como siempre suele ocurrir en casos semejantes, desbordaron como avenida incontenible
los límites planteados en su inicio.
11
El fruto, un trabajo histórico literario que supera las pretensiones de un amplio catálogo monumental, que no
pretende serlo, para transformarse en una obra de consulta necesaria para todos aquellos que tengan el deseo o la
necesidad de conocer el pasado histórico de Fitero a través de sus monumentos, obras de arte singulares, hasta las
mas menudas, en las que no faltan desde unas adecuadas descripciones, a una documentación completa y unos atinados comentarios, para seguir paso a paso la historia de su localidad, para conocerla mejor, proteger con mas eficacia sus monumentos y tesoros artísticos y ayudar a las instituciones garantes de su custodia a esa conservación y
preservación.
Acometer la tarea de recoger, que no inventariar, todo ese amplio, prolijo e importante patrimonio, no ha sido
tarea fácil y nosotros hemos tenido el privilegio, por bondad y confianza de su autor, que no por nuestros méritos y
conocimiento especial en las amplias materias que conforman este patrimonio. El hecho de ser enseñante en la
Universidad de Zaragoza donde Serafín Olcoz es alumno aventajado de doctorado (siempre aprendiendo), seguramente es mi mérito mayor en este caso. Pasar de la fase de recogida y redacción a la de estructuración precisa, maquetación, ilustración, revisiones y finalmente pulido han permitido darle el brillo que hoy la obra tiene para los lectores, que suponemos muy numerosos y de toda índole y condición, una tarea titánica que finalmente ve la luz tras
muchos retrasos nunca imputables a su autor.
Serafín Olcoz ha sido un paciente obrero de la tarea de construir un libro, página a página, ilustración a ilustración y frase a frase, como hacían los constructores de catedrales medievales con sus magníficas obras y Fitero encierra un Monasterio, su Monasterio, que lo puede pregonar con orgullo. El problema es que el autor en este caso
empezó siendo obrero y ha terminado siendo un excelente arquitecto. Los lectores no se sentirán defraudados.
No deberemos terminar sin dedicar unas palabras, pocas porque el mérito es de su autor y los protagonistas, el
Patrimonio fiterano y quién ha sabido reunirlo, a las instituciones públicas y entidades privadas que han acogido con
justicia el guante lanzado para que la edición se pudiera completar. Sin ellas seguramente la obra hubiera tardado
mas en salir a la luz pública y ello hubiera sido una verdadera injusticia con los lectores y estudiosos que a partir de
ahora tienen un elemento nuevo de conocimiento, enseñanza y solaz, o tal vez solo de curiosidad, pero les aseguro
que siempre lectura inteligente es la que tendrán en sus manos, no la desaprovechen y disfrutemos todos con ella.
Prof. Manuel Martín-Bueno
Catedrático de la Universidad de Zaragoza
12
Índice
1
PROPÓSITO Y ÁMBITO DEL PRESENTE TRABAJO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .20
2
2.1
2.2
CONTEXTO DEL PATRIMONIO HISTÓRICO DE FITERO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .22
Contexto Geográfico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .24
Contexto Histórico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .24
3
3.1
3.2
LEGISLACIÓN VIGENTE SOBRE PATRIMONIO HISTÓRICO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .26
Ley de Patrimonio Histórico Español (16/1985) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .26
Ley de Patrimonio Cultural de Navarra (14/2005) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .27
4
4.1
4.2
4.3
4.3.1
4.3.1.1
4.3.1.2
4.3.1.3
4.3.1.4
4.3.1.4.1
4.3.1.4.2
4.3.1.5
4.3.1.6
4.3.1.7
4.3.1.8
4.3.2
4.3.2.1
4.3.2.1.1
4.3.2.1.2
4.3.2.1.3
4.3.2.1.4
4.3.2.1.5
PATRIMONIO HISTÓRICO DEL ANTIGUO MONASTERIO CISTERCIENSE DE FITERO .28
Ruinas del primer monasterio de Fitero: Cuna de Calatrava . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .33
Organización funcional y social de un monasterio cisterciense . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .36
Dependencias del segundo monasterio de Fitero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .39
Iglesia abacial . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .41
Coro . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .48
Baptisterio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .50
Capilla de la Virgen de la Barda . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .51
Sacristía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .56
Antesacristía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .58
Pabellón de los lavamanos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .59
Tejado de piedra . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .60
Iluminación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .62
Marcas de cantero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .64
Inscripciones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .65
Claustros . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .66
Claustro medieval . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .67
Librería y sacristía medievales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .68
Sala capitular . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .68
Dormitorio, auditorio del prior, sala de monjes y bodega medieval . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .72
Calefactorio, refectorio medieval y cocina . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .75
Cilla y portería medieval . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .77
13
4.3.2.2
4.3.2.3
4.3.2.3.1
4.3.2.3.2
4.3.2.4.
4.3.2.5
4.3.2.5.1
4.3.2.5.2
4.3.2.5.3
4.3.2.5.4
4.3.3.1
4.3.3.2
4.3.4
4.3.5
4.3.6
4.3.7
4.3.8
4.3.9
4.3.10
4.3.10.1
4.4
4.4.1
4.4.2
4.4.3
4.4.4
4.4.5
4.4.6
4.4.7
4.4.8
4.4.9
4.4.10
4.4.11
4.4.12
4.4.13
4.4.13.1
4.4.13.2
4.4.13.3
4.4.13.4
14
Claustro plateresco . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .77
Sobreclaustro . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .80
Sala capitular nueva . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .80
Librería nueva . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .81
Campanarios . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .82
Claustro nuevo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .83
Dormitorio nuevo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .84
Refectorio nuevo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .85
Portería, hospedería, cillería y otras oficinas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .86
Plazas de la Orden y del Monasterio: Paseo de San Raimundo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .88
Guaches . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .89
Palacio del abad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .90
Murallas y torres . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .91
Cristo del humilladero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .92
Casa del soto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .93
Nevera de San Valentín . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .94
Molinos, trujales y batanes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .95
Cortijo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .96
Baños de Fitero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .97
Ermita de la Soledad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .97
Exorno del antiguo monasterio de Fitero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .99
Retablo Mayor . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .100
Retablo de Santa Teresa de Jesús . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .108
Retablo de la Asunción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .114
Retablo de San Miguel . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .128
Retablo de San José . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .130
Retablo de la virgen del Rosario . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .132
Retablo del Cristo de la Columna . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .134
Retablo del Cristo de la Guía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .138
Retablo de San Bernardo de Clairvaux . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .142
Retablo del San Benito de Nursia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .144
Retablos de San Ignacio de Antioquia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .146
Retablos de San Ildefonso . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .148
Tallas y pinturas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .150
Virgen de la Barda . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .150
San Raimundo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .151
San Francisco de Asís . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .151
Santa Lucía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .151
4.4.13.5
4.4.13.6
4.4.13.7
4.4.13.8
4.4.13.9
4.4.13.9
4.4.13.10
4.4.13.11
4.4.13.12
4.4.13.13
4.4.13.14
4.4.13.15
4.4.13.16
4.4.13.17
4.4.13.18
4.4.13.19
4.4.13.20
4.4.13.21
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4.4.13.23
4.4.13.24
4.4.13.25
4.4.13.26
4.4.13.27
4.4.13.28
4.4.13.29
4.4.13.30
4.4.13.31
4.4.13.32
4.4.13.33
4.4.13.34
4.4.13.35
4.4.13.36
4.4.13.37
4.4.13.38
4.4.13.39
4.4.14
4.4.14.1
San Sebastián . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .152
San Blas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .152
Niño de la Bola . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .152
Cristo del Perdón . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .152
San Bernardo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .153
San Juan y Virgen María . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .153
Dos esculturas de ángeles . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .153
Crucifijo sobre ángeles . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .153
San Pedro y San Pablo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .154
Virgen de la Soledad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .155
Santa Teresa de Jesús . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .155
Cordero Pascual . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .155
Imágenes del siglo XX . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .156
Capilla del Cristo de la Cruz a Cuestas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .158
Pasos de Semana Santa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .159
Cardenal Sofor . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .162
Papa Alejandro III . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .162
San Roberto de Molesme . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .162
San Benito y las zarzas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .162
San Andrés . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .163
Escudos imperiales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .164
Santa María Magdalena . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .164
Santa Inés . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .164
San Benito . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .165
Santiago Matamoros . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .165
Lienzo de las Ánimas del Purgatorio con la Virgen y San Bernardo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .165
San Bernardo y Cristo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .165
Tablas del retablo de las Ánimas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .166
San Francisco Javier bautizando indígenas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .166
Sagrada Familia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .167
Santa Faz . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .167
Santa María Egipcíaca . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .167
San Joaquín . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .168
Díptico de la Virgen y Jesucristo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .169
Leyenda Virgen de la Barda . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .170
Transverberación de Santa Teresa de Jesús . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .171
Mobiliario Litúrgico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .172
Candeleros . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .172
15
4.4.14.2
4.4.14.3
4.4.14.4
4.4.14.5
4.4.15
4.4.15.1
4.4.15.2
4.4.15.3
4.4.15.4
4.4.15.5
4.4.15.6
4.4.15.7
4.4.15.8
4.4.15.9
4.4.15.10
4.4.15.11
4.4.15.12
4.4.15.13
4.4.15.14
4.4.15.15
4.4.15.16
4.4.15.17
4.4.15.18
4.4.15.19
4.4.15.20
4.4.15.21
4.4.15.22
4.4.16
Pilas de Agua Bendita . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .172
Púlpito . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .173
Órgano . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .174
Sepulcros . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .176
Artes Suntuarias . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .178
Brazo-Relicario de San Raimundo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .178
Relicario del apóstol San Andrés . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .178
Relicario del Lignum Crucis . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .179
Relicario del obispo San Blas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .179
Crucifijos de mesa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .41
Portapaz de plata . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .179
Cálices, Custodias y Vinajeras . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .180
Crismera de plata . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .180
Custodias . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .181
Porta-viáticos de plata . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .182
Jarrilla de plata . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .182
Restos de cerámica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .182
Coronas de plata . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .183
Naveta de concha de Nautilus . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .184
Filigrana de plata . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .185
Arqueta eucarística de cobre con esmaltes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .186
Tres arquetas medievales de madera . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .188
Arqueta de marfil siciliana . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .190
Restos de otra arqueta de marfil . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .191
Arqueta de marfil hispano-árabe . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .192
Arcones siglo XVI . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .195
Cristo de marfil . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .196
Ornamentos Litúrgicos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .197
5
5.1
5.1.1
5.1.2
5.1.3
5.1.4
5.2
5.3
5.4
PATRIMONIO HISTÓRICO DEL CONVENTO DE SANTA CLARA . . . . . . . . . . . . . . . . .206
Retablos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .208
Retablo de la Inmaculada . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .208
Retablo del Santa Clara . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .214
Retablo de Cristo Crucificado . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .217
Retablo de la virgen del Pilar . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .218
Tallas y objetos litúrgicos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .222
Lienzos y tablas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .227
Artes Suntuarias: Orfebrería . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .239
16
6
6.1
6.1.1
6.1.2
6.1.2.1
6.1.3
6.1.4
6.1.5
6.1.6
6.1.7
6.1.8
6.2
6.2.1
6.2.2
6.2.3
6.2.4
6.2.5
6.2.5.1
6.2.6
6.2.7
6.2.8
6.2.9
6.2.10
6.2.11
6.2.12
6.3
6.3.1
6.3.2
6.3.3
6.3.4
6.3.5
6.3.6
6.3.7
6.3.8
6.3.9
6.3.10
6.3.11
PATRIMONIO ARQUITECTÓNICO DE FITERO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .244
Escudos Heráldicos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .246
Monasterio de Fitero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .246
Villa de Fitero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .247
Bandera de Fitero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .248
Yanguas de Fitero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .250
Octavio de Toledo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .251
Franciscanas Clarisas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .252
Comunidad Foral de Navarra . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .252
Estado Español . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .252
Orden Militar de Calatrava . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .253
Monumentos y Placas Conmemorativas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .255
San Raimundo de Fitero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .255
Venerable Palafox . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .256
Gustavo Adolfo Bécquer . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .257
Miguel de los Santos Díaz y Gómara . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .259
José María García Lahiguera . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .259
Cruz de la Atalaya . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .260
Lorenzo Luis . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .261
Eladia Magaña . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .262
750 Aniversario de la Consagración de la Iglesia de Fitero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .262
Jorge Fernández Díaz . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .263
María Bayo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .263
Centro de Interpretación del Aceite de Oliva . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .264
Monumento al perro asilvestrado . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .264
Hornacinas y mosaicos con imágenes religiosas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .265
Virgen del Rosario . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .265
Virgen del Carmen . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .265
San Antonio de Padua . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .266
Santa Clara de Asís . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .267
San Cristóbal . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .267
San Isidro Labrador . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .267
Virgen del Rocío . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .267
Virgen de la Barda . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .267
Inmaculada Concepción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .267
San Juan Bautista . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .267
Virgen del Pilar y Cruz a Cuestas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .268
17
6.3.12
6.3.13
6.3.14
6.3.15
6.4
6.4.1
6.4.2
6.5
6.5.1
6.5.1.1
6.5.1.2
6.5.1.3
6.5.2
6.5.2.1
6.5.2.2
6.5.3
6.6
6.6.1
6.6.2
6.6.3
6.6.4
6.6.5
6.6.6
6.6.7
6.6.8
6.6.9
6.6.10
6.6.11
6.7
6.8
6.8.1
6.8.2
6.8.3
6.8.4
6.8.5
6.8.6
6.8.7
18
San José . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .268
Calvario . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .268
Sagrado Corazón de Jesús . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .268
Vírgenes del Rocío y de Guadalupe . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .268
Fuentes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .269
Fuente del Obispo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .269
Fuente de las Órdenes Militares de Calatrava y Santiago . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .270
Puentes, Pontigos y Almenaras . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .271
Puentes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .271
Puente sobre el río Alhama . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .271
Puente de Valdelbaño . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .272
Otros puentes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .272
Pontigos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .273
Puente del Pontigo de Fitero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .273
Pontigo-Acueducto de la Acequia del Soto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .273
Almenara de la Sacristanía Alta . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .274
Entorno del antiguo Monasterio de Fitero y Plan Municipal de Urbanismo de Fitero . . . . . . . .275
Plaza de Toros . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .277
Chalet (Parcela 262, C/ Mayor) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .278
Casa (Parcela 1029, C/ Mayor) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .278
Casa (Parcela 1032, C/ Mayor) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .278
Casa (Parcela 1064, C/Mayor) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .278
Casa (Parcela 2423, C/ Mayor – Avda. Pío XII) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .279
Casa (Parcela 2596, C/ Mayor) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .279
Casa (Parcela 2642, C/ Armas) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .279
Casa (Parcela 2664, C/ Del Pozo) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .280
Casa (Parcela 2992, C/ Mayor) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .280
Casa (Parcela 2988, C/ Mayor) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .280
Inventario Arquitectónico de Interés Histórico-Artístico de Navarra del Servicio de
PatrimonioHistórico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .281
Otros Edificios Singulares . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .282
Casa de 1889 (Pº. San Raimundo) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .282
Casa de los Arcos (C/Barrio Bajo) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .282
Casa de Martiniano (C/Mayor) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .282
Trujal Cooperativa Nuestra Señora de la Barda . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .282
Casa Parroquial . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .282
Convento de Franciscanas Clarisas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .283
Cementerio Municipal . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .284
7
7.1
7.1.1
7.1.2
7.1.3
7.1.4
7.1.5
7.2
7.2.1
7.2.2
7.2.3
7.2.3.1
7.2.4
7.3
7.3.1
7.3.2
7.3.3
7.4
PATRIMONIO ARQUEOLÓGICO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .286
Margen derecha del Alhama . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .288
Peña del Saco . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .288
Sanchoabarca . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .289
Villa y Castillo de Tudején . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .290
Villa de Valdegurriona . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .293
Campamento Sertoriano de Ormiñén . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .293
Margen izquierda del Alhama . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .294
Termas Romanas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .294
Villa de la Mejorada . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .295
Tumba del Príncipe Celta de Pañetero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .295
Tumbas del Abator-Morería . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .297
Morería . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .297
Otros restos arqueológicos de ambas vertientes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .298
Atalayas musulmanas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .298
Caleras . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .298
Muralla de la Vega . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .298
Colección municipal de objetos arqueológicos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .300
8
8.1
8.2
8.3
PATRIMONIO DOCUMENTAL . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .314
Archivo Municipal de Fitero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .316
Archivo Parroquial de Fitero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .317
Archivo del Convento de Clarisas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .319
9
PATRIMONIO AUDIOVISUAL Y BIBLIOGRÁFICO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .320
10
PATRIMONIO ETNOLÓGICO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .322
11
CONCLUSIONES . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .324
12
NOTAS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .326
13
BIBLIOGRAFÍA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .341
19
Propósito y
ámbito del
presente
trabajo
El patrimonio cultural constituye una de las
principales señas de la identidad de un pueblo y,
en el caso de Fitero más aún si cabe. Su universalidad lo singulariza en el contexto de Navarra,
España e incluso de Europa.
Fitero cuenta con un patrimonio cultural rico,
fruto de una historia milenaria. Un patrimonio
diverso y lleno de contrastes, creado por la sucesión y mezcla de diferentes colectivos humanos,
capaces de aprovechar tanto el legado precedente,
como de innovar e incorporarlo a su futuro.
El patrimonio de Fitero debería permitir a sus
depositarios construir un futuro cada vez más rico
y más abierto al mundo que lo rodea y desconoce.
Empezando por divulgarlo entre sus propios vecinos y entre todas aquellas personas interesadas en
él y, por tanto, interesadas en Fitero, su pasado,
presente y, sobre todo, su futuro. De ahí que en
estas páginas se presente el tesoro que supone el
patrimonio histórico de Fitero. Con la esperanza
y la ilusión de que le sigan otros trabajos de otras
tantas personas interesadas en ayudar a Fitero a
hacer su camino al andar.
20
Contexto del
Patrimonio
Histórico de
Fitero
Para apreciar mejor el patrimonio histórico de
Fitero es conveniente situarlo en su adecuado
marco o contexto geográfico e histórico. Así como
tener una referencia de las leyes vigentes que procuran su protección y acrecentamiento.
De ahí que, a continuación, se den unas breves
pinceladas acerca del marco histórico y geográfico
de la villa de Fitero, y también se ofrezca una
reseña de las leyes promulgadas en el Reino de
España y en la Comunidad Foral de Navarra
acerca del Patrimonio Histórico y Cultural, cuyo
conocimiento y aplicación debiera contribuir a la
conservación y el acrecentamiento del tesoro de
Fitero.
22
2.1 Contexto Geográfico
La villa de Fitero se halla situada en el extremo sudoeste de la ribera de la Comunidad Foral de Navarra, en
la margen derecha del Ebro y en la izquierda de su
afluente, el Alhama. Río éste que junto con los arroyos
que en él confluyen en las cercanías de Baños de Fitero,
el de las aguas termales y el Añamaza, ha venido condicionando su paisaje y también la forma de vida de sus
habitantes a lo largo de la Historia.
Esta villa se encuentra situada entre dos paisajes diametralmente opuestos: al este, la amplia planicie de la
ribera y, al oeste, norte y sur, el desigual mar de montañas del sistema Ibérico en cuyas estribaciones se encalva.
Pues no está lejos de los somontanos del Moncayo y de
Yerga, configurándose así Fitero como una llave de paso
natural en el camino que, entre estas sierras, une el valle
medio del Ebro con la meseta en la que nace el Duero.
Su excepcional situación geográfica ha propiciado la
confluencia de muy diversas culturas que han dejado un
rico legado que forma parte del acervo cultural de los
ciudadanos del siglo XXI.
2.2 Contexto Histórico
Los restos humanos más antiguos descubiertos en el
término fiterano de Pañetero, contracción de Peña
Fitero, datan del siglo X a. C. y corresponden a los primeros pobladores celtas que desde el interior de Europa
llegaron por entonces a su extremo sur, posteriormente
denominado Iberia por los colonos griegos que se asentaron en su costa mediterránea.
Antes de la llegada de los colonos romanos a esta
península, que rebautizaron como Hispania a finales del
siglo III a. C., el actual término municipal de Fitero
estuvo habitado por celtíberos hasta convertirse en
punto de encuentro con los recién llegados vascones que
colaboraron en la romanización de la ribera meridional
del Ebro en el siglo I a. C.1. Restos de civilizaciones que
todavía afloran en los diversos y ricos yacimientos arqueológicos que se encuentran distribuidos en ambas orillas
del Alhama.
24
Tras su incorporación al mundo romano, siguió su
devenir hasta la caída de su imperio, habiendo dado
lugar antes a la formación de dos villas señoriales:
Tudején, propiedad de Tutelius, y Ormiñén, propiedad
de Orminius. Villas que, mucho tiempo después, acabaron integrándose en los actuales términos de la moderna
villa de Fitero.
Después de las invasiones bárbaras, también fue un
lugar estratégico para el asentamiento de los visigodos,
con los que se incorporó al reino católico de Toledo y de
cuya presencia datan los primeros restos arqueológicos
del catolicismo que, hasta ahora, se han encontrado en
toda Navarra.
No hay constancia de que perdurase la villa de
Ormiñén como sí lo hizo la de Tudején cuando los visigodos del valle del Ebro se convirtieron al Islam, en el
año 714, pasando a formar parte del califato de
Damasco. En cualquier caso, el lugar en el que ahora se
encuentra Fitero permaneció en su seno hasta que los
musulmanes hispanos pasaron a depender del califato de
Córdoba, antes de su desaparición y desmembramiento
en múltiples reinos de taifa. Pasando luego a formar
parte de la primera, más importante y duradera de todas
ellas, la de Zaragoza, desde su fundación en 1018 hasta
que desapareció al ser invadida e incorporada al imperio
almorávide en 1110.
De esta época de dominio musulmán, concretamente de 1073, data la primera noticia documental que
se conserva acerca de Fitero y que se refiere al castillo
musulmán de Tudején y a su intercambio por el cristiano de Caparroso, como parte de las disputas propias
de una frontera que permaneció inmutable hasta 1119.
Ya que, a principios de dicho año, la villa de Tudején
volvió al ámbito cristiano incorporándose al reino católico de Aragón y Pamplona. Siendo repoblada por los
mozárabes que, procedentes de Granada, se instalaron
en Alfaro y sus alrededores, en 1126. Así permaneció
quince años hasta que, a finales de 1134, pasó a formar
parte del reino de Castilla y León, convirtiéndose en su
frontera y nexo de unión con los recién escindidos reinos vecinos de Pamplona y Aragón.
En 1140, llegó una comunidad monástica del otro
lado de los Pirineos, procedente del monasterio cisterciense de l’Escaladieu, que se instaló en la vecina y ya
despoblada villa castellana de Niencebas y que, en 1152,
se trasladó al término castellano de Tudején limítrofe
con los reinos de Pamplona y Aragón, conocido entonces por Castellón y que acabó siendo conocido como el
monasterio de la frontera o el fitero de Castilla.
El monasterio de Fitero terminó haciéndose con el
señorío del castro de Tudején, en 1157, y junto con las
propiedades que ya tenía en la vecina y desaparecida
villa castellana de Niencebas, formó el coto redondo del
que es heredero el término municipal de Fitero, en
1168. Pocos años después y mientras estaba en construcción la iglesia del segundo y definitivo monasterio de
Fitero, que fue consagrada en 1247, Tudején se despobló y aunque el monasterio intentó repoblar su villa en
1222, 1266, 1305 y 1315, no lo consiguió en ninguna
de estas cuatro ocasiones.
Desde entonces, los monjes de Fitero, con la única
compañía y apoyo de los criados que habitaban el anejo
barrio del Cortijo, vieron transcurrir largos años de disputas y tensiones fronterizas debidas al interés del reino de
Navarra por hacerse con tan rico y estratégico lugar y patrimonio monástico. Objetivo que este viejo reino finalmente
logró en los tribunales por oscuros métodos en 1374.
Posteriormente, tras el mal estado en que se encontraba el monasterio de Fitero en 1482, como consecuencia
de la reciente guerra civil entre agramonteses y beamonteses que había dividido y desangrado Navarra durante casi
medio siglo, su abad logró al fin repoblar su villa de
Tudején. Dando a los nuevos pobladores permiso para
hacerlo en las inmediaciones del monasterio que acabó
renombrando a su villa con su propio nombre y, con ello,
dando comienzo a la historia de la actual villa de Fitero2.
En 1512, como el resto del reino de Navarra, el
monasterio de Fitero con sus propiedades, entre las que
se encuentra su homónima villa, que entonces sólo contaba con 30 vecinos (unos 120 habitantes), se incorporaron a la corona de Castilla. Poco después, dio
comienzo una época de resurgimiento y prosperidad de
ambas instituciones cuyo comienzo se puede datar en
1515. Precisamente, en la época en que se mandó
derruir el castillo de Tudején, como parte de la orden
dada por el regente de Castilla para evitar posibles intentos secesionistas de Navarra.
La villa abacial de Fitero vio formalizada su constitución en agosto de 1524, con la publicación de sus primeras Ordenanzas Municipales y pocos años después,
en 1542, comenzaron los primeros y fallidos intentos
por independizarse del monasterio. Tentativas que
desembocaron en la instauración de una verdadera dictadura monástica en Fitero y en el fracaso de los conatos
por fundar una nueva villa de señorío real en los montes
de Tudején, en 1548.
Así comenzó el largo proceso de pugnas entre la villa
y el monasterio de Fitero que acabó con la definitiva
desamortización de 1835, por el que la villa logró su
independencia del señorío abacial. Después de casi tres
siglos de tormentosas relaciones y de seis fallidas tentativas que incluyeron el famoso motín que tuvo lugar en
1627 y que, inevitablemente, marcaron a gran parte de
los fiteranos de un fuerte carácter antimonástico e
incluso anticlerical.
El truculento y poco claro proceso de la desamortización de los bienes del monasterio de Fitero así como la
instalación de las primeras industrias y la expansión del
comercio caracterizaron la evolución de la villa a lo largo
del siglo XIX y principios del XX3, hasta llegar a nuestros días.
Largo devenir que explica por qué la villa de Fitero
posee en la actualidad un importante y variado patrimonio histórico, fruto de los distintos pueblos y culturas
que a lo largo de los siglos se han asentado en ella. Por
ello y ya entrados en el siglo XXI, es obligado continuar
e impulsar la labor de conservación, protección, acrecentamiento y divulgación de este rico tesoro, entendido
como un bien enraizado en el acervo cultural de Fitero,
para legarlo en las mejores condiciones a las generaciones futuras.
25
Legislación
Vigente sobre
Patrimonio
Histórico
El patrimonio histórico de Fitero es un bien de incalculable valor que merece ser conocido y apreciado no
sólo con objeto de ser conservado, sino también acrecentado y difundido, a fin de que Fitero esté asentado en su
propia cultura dentro del marco de la Comunidad Foral
de Navarra, el reino de España y la Unión Europea, del
que con naturalidad hoy forma parte4.
Al tratamiento de estos bienes se dedican tanto la
ley de Patrimonio Histórico Español (16/1985), de
aplicación en todo el reino de España, como la de
Patrimonio Cultural de Navarra que desarrolla las
competencias que en esta materia tiene esta
Comunidad Foral (14/2005), de acuerdo con la ley
orgánica de Reintegración y Amejoramiento del
Régimen Foral de Navarra (13/1982), en diversos
epígrafes de su artículo 445.
2.3.1 Ley de Patrimonio Histórico
Español (16/1985)
Tal como se recoge en el preámbulo de esta ley6, el
Patrimonio Histórico Español es el principal testigo de
la contribución histórica de los españoles a la civilización universal y de su capacidad creativa contemporánea. La protección y el enriquecimiento de los bienes
que lo integran constituyen obligaciones fundamentales que vinculan a todos los poderes públicos, según el
mandato que a los mismos dirige el artículo 46 de la
norma constitucional.
26
Esta ley consagra una nueva definición de patrimonio histórico y amplía notablemente su extensión. En ella quedan comprendidos los bienes muebles e inmuebles que los constituyen, el patrimonio
arqueológico y el etnográfico, los museos, archivos y
bibliotecas de titularidad estatal, así como el patrimonio documental y bibliográfico. Busca, en suma,
asegurar la protección y fomentar la cultura material
debida a la acción del hombre en sentido amplio, y
concibe aquélla como un conjunto de bienes que en
sí mismos han de ser apreciados, sin establecer limitaciones derivadas de su propiedad, uso, antigüedad
o valor económico.
La ley establece distintos niveles de protección
que se corresponden con diferentes categorías legales. La más genérica y que da nombre a la propia ley
es la de Patrimonio Histórico Español, constituido
éste por todos aquellos bienes de valor histórico,
artístico, científico o técnico que conforman la
aportación de España a la cultura universal. En
torno a este concepto se estructuran las medidas
esenciales de esta ley y se precisan las técnicas de
intervención que son competencia de la
Administración del Estado, en particular su defensa
contra la exportación ilícita y su protección frente a
la expoliación.
En el seno del Patrimonio Histórico Español, y
al objeto de otorgar una mayor protección y tutela,
adquiere un valor singular la categoría de Bienes de
Interés Cultural, que se extiende a los muebles e
inmuebles de aquel Patrimonio que, de forma más
palmaria, requieran tal protección. Semejante categoría implica medidas asimismo singulares que esta
ley establece según la naturaleza de los bienes sobre
los cuales recae. Disponiendo también las fórmulas
necesarias para que esa valoración sea posible, pues
la defensa del patrimonio histórico de un pueblo no
debe realizarse exclusivamente a través de normas
que prohíban determinadas acciones o limiten ciertos usos, sino a partir de disposiciones que estimulen a su conservación y, en consecuencia, permitan
su disfrute y faciliten su acrecentamiento.
El Patrimonio Histórico Español es una riqueza
colectiva que contiene las expresiones más dignas de
aprecio en la aportación histórica de los españoles a la
cultura universal. Su valor lo proporciona la estima que,
como elemento de identidad cultural, merece a la sensibilidad de los ciudadanos. Porque los bienes que lo integran se han convertido en patrimoniales debido exclusivamente a la acción social que cumplen, directamente
derivada del aprecio con que los mismos ciudadanos los
han ido revalorizando.
El objetivo final de esta ley es lograr que un número
cada vez mayor de ciudadanos pueda contemplar y disfrutar de las obras que son herencia de la capacidad
colectiva de un pueblo. Porque, en un Estado democrático, estos bienes deben estar adecuadamente puestos al
servicio de la colectividad en el convencimiento de que
con su disfrute se facilita el acceso a la cultura y que ésta,
en definitiva, es camino seguro hacia la libertad de los
pueblos.
2.3.2 Ley de Patrimonio Cultural de
Navarra (14/2005)
Veinte años después de haber entrado en vigor la ley
del Patrimonio Histórico Español, el gobierno de
Navarra ha promulgado la ley foral del Patrimonio
Cultural de Navarra7 que tiene por objeto la protección,
conservación, recuperación, acrecentamiento, investigación, divulgación y transmisión a las generaciones futuras del Patrimonio Cultural de Navarra.
Patrimonio que está integrado por todos aquellos
bienes inmuebles y muebles de valor artístico, histórico,
arquitectónico, arqueológico, etnológico, documental,
bibliográfico, industrial, científico y técnico o de cualquier otra naturaleza cultural, existentes en Navarra o
que, estando fuera de su territorio, tengan especial relevancia cultural para la Comunidad Foral de Navarra.
Clasificándolos en tres grandes categorías: Bienes de
Interés Cultural, Bienes Inventariables y Bienes de
Relevancia Local. Todos ellos recogidos en el Registro de
Bienes del Patrimonio Cultural de Navarra, en cuya
actualización tienen el deber de colaborar con el
Departamento de Cultura y Turismo-Institución
Príncipe de Viana, las Administraciones Públicas y los
particulares, según se declara en su artículo 26.
Destacando el papel que juega, desde su creación
en 1984, el órgano consultivo y asesor de la
Administración de la Comunidad Foral de Navarra en
materia de cultura: el Consejo Navarro de Cultura, así
como los nuevos órganos consultivos complementarios: la Junta de Valoración de Bienes del Patrimonio
Cultural de Navarra y la Comisión de Evaluación
Documental.
27
Falta poco más de un cuarto de siglo para que
se cumpla el bicentenario de la desamortización y
exclaustración forzosa de la comunidad cisterciense de Fitero, en 1835, cuya presencia cultural
todavía está muy presente en la villa a la que este
monasterio dio su nombre. A pesar de que tras la
marcha de los monjes, sus bienes8 se distribuyeron
entre particulares tras ser adquiridos en subasta,
en 1845, gran parte de éstos comenzaron casi
inmediatamente su imparable proceso de ruina y
abandono, del que hoy todavía adolecen9.
Afortunadamente, buena parte del exorno de su
iglesia se ha conservado hasta nuestros días gracias a que ésta, junto con el claustro, pasaron a
formar parte de la parroquia de Fitero.
Menos de tres décadas después de la mencionada desamortización, entre 1861 y 1863,
Gustavo Adolfo Bécquer realizó varias estancias
en el entonces recién estrenado segundo balneario
de Fitero, que hoy lleva su nombre, y aprovechó
para disfrutar del paisaje y de la historia de Fitero,
ingredientes que le inspiraron dos de sus conocidas leyendas. Reflejando al comienzo de “El
Miserere” el romántico estado de abandono en el
que ya se encontraban las dependencias del
monasterio de Fitero, con un texto tan elocuente
como el de que: “Hace algunos meses que visitando la célebre abadía de Fitero y ocupándome
en revolver algunos volúmenes en su abandonada
biblioteca, descubrí en uno de sus rincones dos o
tres cuadernos de música bastante antiguos,
cubiertos de polvo y hasta comenzados a roer por
los ratones. Era un Miserere…”
28
Patrimonio Histórico del
antiguo monasterio
cisterciense de Fitero
Estado ruinoso que, dos décadas después, movió al
fiterano, exfraile y entonces párroco de Fitero, Joaquín
Aliaga10, junto al alcalde de esta villa y sus mayores contribuyentes, a solicitar insistentemente la declaración de
la iglesia y del claustro como Monumento Nacional.
Con tal fin, el 10 de enero de 1893, el párroco remitió
una instancia al Ministerio de Fomento y mientras esperaba la respuesta que nunca llegó, tuvo la desgracia de
observar cómo, el día 16 de ese mismo mes, se hundía la
esquina suroeste y todo el techo de la panda oeste del
claustro11. Lo que le llevó a insistir por vía de urgencia,
en julio de 189412.
Esquina hundida del calustro.
Como esta segunda solicitud tampoco dio ningún
resultado, solicitó entonces el apoyo de la Comisión de
Monumentos Históricos y Artísticos de Navarra, quejándose del inminente estado de ruina del ábside y del
claustro. Fracasando nuevamente debido a la carencia
del preceptivo informe de la Real Academia de San
Fernando13.
Aprovechando también las relaciones recién surgidas
tras la visita al aludido balneario de Fitero que en 1894
hizo el entonces presidente del Gobierno, Práxedes
Mateo Sagasta, las autoridades locales, incluyendo al
citado párroco, comenzaron la tramitación del correspondiente expediente a través de la Real Academia de la
Historia. Aunque, en junio de 1898, la solicitud fue
desestimada porque se consideraba que existía un agravio comparativo con la multitud de obras de mayor antigüedad o más ilustres y que todavía no habían sido calificados como tales.
30
dad multitud de expedientes de declaración de
“Monumentos histórico-artísticos pertenecientes al Tesoro
Artístico Nacional”, el 3 de junio de 1931. Así fue como,
por fin, el monasterio de Fitero fue incluido en la larga
lista de edificios que fueron declarados entonces como
Monumentos Nacionales15. Recalificándose como Bien de
Interés Cultural tras la aprobación de la ley de Patrimonio
Histórico Español de 1985.
Sin embargo y como se ve a continuación, de los bienes y dependencias del antiguo monasterio de Fitero no
sólo la iglesia y su ruinoso claustro son merecedores del
calificativo de Bienes de Interés Cultural. Por lo que aún
queda mucho camino por andar y mucho trabajo por
hacer. Sin olvidar que como hasta la caminata más larga
comienza con un paso, sea éste el de la sensibilización de
todos los vecinos de Fitero en la valoración que hacen de
su patrimonio.
Los fiteranos no se rindieron y volvieron a insistir en
defensa de su patrimonio, en julio de 1900. Esta vez contando con el apoyo e interés del obispo de Tarazona, a cuya
diócesis pertenecía entonces Fitero. Sin embargo, tras la
correspondiente revisión del expediente, el Gobierno de la
Nación lo desestimó definitivamente, en octubre de 1901,
excusándose en un nuevo informe basado en un razonamiento similar al ya emitido en 1898.
Nuevamente en 1905, tras la publicación de un trabajo monográfico sobre el monasterio de Fitero por
parte de la Real Academia de la Historia, en la que su
autor, Vicente Lampérez Romea, dijo que: “La arquitectura del Cister no produjo en España nada tan grandioso”14, el alcalde de Fitero sintió renovadas fuerzas y
reemprendió las últimas gestiones que tampoco dieron
los frutos esperados y que, desgraciadamente, llevaron a
que el desinterés reinante permitiese la desaparición de
la azotea que hasta entonces había encima del dormitorio nuevo.
Finalmente, debido a la generalizada gravedad de la
situación del Patrimonio Histórico Español, el Gobierno
Provisional de la II República de España se apresuró a
resolver centenares de expedientes que llevaban demasiado
tiempo paralizados, desatascando con encomiable celeri-
Dibujos a plumilla originales de Vicente Lampérez, Fitero 1904.
31
ux
San
Bernard e Clairv a
od
San Raimundo
de Fitero
Cîteaux
La Ferté
Pontigny
Morimond
Clairvaux
L’Escaladieu
Niencebas
(1140-1152)
Castellón-Fitero
(1152-1247)
Reliquias de San Raimundo
(Catedral de Toledo)
Fitero
(1247-1835)
Ruinas del primer
monasterio de Fitero:
Cuna de Calatrava
El abad Raymond, natural de Saint Gaudens
(Haute-Garonne, Midi-Pyrénées, Francia) y más conocido como San Raimundo de Fitero, fundó el primer
monasterio cisterciense de la península Ibérica en el valle
del río Alhama, gracias al patrocinio de Alfonso VII el
Emperador, rey de Castilla y León. Llegó procedente del
monasterio de Cabadur (Campan, Hautes-Pyrénées,
Francia), que posteriormente se desplazaría unos kilómetros de su localización inicial y acabaría siendo más
conocido con el nombre de su segundo y definitivo
asentamiento: l’Escaladieu (Bonnemazon, HautesPyrénées), y se estableció en los términos de la ya entonces despoblada villa de Niencebas, sita en la falda meridional del monte Yerga junto al arroyo de la Fuente de los
Cantares, en el actual término de La Cañada (Alfaro, La
Rioja) limítrofe con Fitero, gracias a una donación que, a
tal efecto, le debió hacer el emperador Alfonso VII, en
octubre de 1140 o poco tiempo antes.
No quedan restos visibles de este primer asentamiento monástico, seguramente porque se trataba de
una implantación provisional para los pioneros recién
llegados de allende los Pirineos y, por tanto, no realizada
con el propósito de perdurar sino de servir como alojamiento temporal mientras se edificaba el que sería el
monasterio definitivo. Construcción ésta de la que ya
hay constancia documental, con el nombre de monasterio de Castellón, en 1144, localizándose en los límites o
frontera de los reinos de Castilla, Pamplona y Aragón.
Motivo éste por el que, poco después, mudaría su nombre por el definitivo de Fitero y abandonaría el de
Castellón, propio del término de la desaparecida villa
castellana de Tudején en el que se encontraba situado.
El traslado de la comunidad de Niencebas al imperial monasterio de Fitero se llevó a cabo en 1152.
Momento en el que el primer asentamiento de
Niencebas se convirtió en una especie de priorato o
granja cisterciense como ya lo habían sido las de La
Oliva o Veruela antes de evolucionar y convertirse en
monasterios filiales de Fitero que acabaron independizándose una casi una década después.
Del primer monasterio de Fitero, único que conoció
San Raimundo y del que partió en 1158 para fundar la
milicia que dio origen a la Orden Militar de Calatrava,
sólo se conservan cuatro arcos de su iglesia. A falta de
excavaciones arqueológicas, es difícil aventurar si también quedan algunos restos de su claustro y de las dependencias anejas que debió tener, antes de caer en desuso y
transformarse en parte de los almacenes del molino cisterciense cuando, casi un siglo después, en 1247, la
segunda comunidad cisterciense, que lo había usurpado
y se había instalado en él en 1161, se trasladó al segundo
y definitivo monasterio de Fitero cuya iglesia es hoy la
de la parroquia de la villa a la que a finales del siglo XV
dio su nombre.
Detalle de los arcos de la Iglesia Castellón-Fitero.
Vista frontal de la Iglesia Castellón-Fitero.
34
Las huellas existentes en la parte superior de estos
arcos permiten identificar que la techumbre de esta
iglesia estuvo sustentada por vigas de madera, del
mismo modo que la construcción de los propios arcos
y de sus contrafuertes permite decir que entre ellos no
hubo paredes de piedras de sillería sino simples muros
de mampostería, adobe o incluso madera. Lo que
apunta a una sencilla iglesia de planta basilical, carente
de ábside y crucero, que es precisamente el tipo de
construcción propio de las iglesias de los monasterios
cistercienses construidos antes de mediados del siglo
XII16, tal como describe Jean François Leroux-Dhuys al
tratar acerca de la arquitectura monástica según
Bernardo de Claraval y, concretamente, la arquitectura
cisterciense primitiva: “La expansión fulgurante de la
orden cisterciense se tradujo en centenares de obras que,
sin embargo, no eran las abadías de piedra y ladrillo que
conocemos. Cuando un abad y sus doce primeros monjes,
generalmente acompañados de algunos conversos o legos,
llegaban al lugar de su futuro monasterio, comenzaban
por vivir en cabañas de leñadores, en un regreso simbólico
a la ermita, durante un primer período de adaptación, lo
cual permitía, si el emplazamiento elegido no era excelente, mudarse sin dificultad. Si se revelaba adecuado
para la vida monacal, se edificaba de inmediato una
capilla, así como las primeras construcciones comunitarias, obras escuetas con paredes de madera o adobe con
carácter provisional. Entonces ya se podía acoger novicios
y llevar una verdadera vida comunitaria conforme a los
principios de la regla.
A falta de documentos y excavaciones arqueológicas
suficientes, conocemos mal la arquitectura de los primeros
edificios construidos por la generación de los “pioneros” cistercienses. Modestas, provisionales y establecidas sin duda a
medida que aumentaban las necesidades de la explotación,
aquellas construcciones debieron de constituir una especie
de caserío sin un plan rector, aunque sí rodeado de un muro
de protección de madera o, en todo caso, de setos.
No obstante, los oratorios ya eran objeto de un cuidado
particular. En Cister la capilla de piedra del monasterio
primitivo fue consagrada en 1106, según la mención que
figura en la fachada. En el siglo XVIII todavía se visitaba
dicha capilla “bastante pequeña, abovedada y muy bonita”.
Constaba de una sola nave de 24 metros de largo y es poco
probable que su cubierta originaria fuera en bóveda.
Las excavaciones de algunas iglesias primitivas iniciadas antes de 1140 han sacado a la luz unas basílicas
modestas, sin transepto ni ábsides, con naves entre machos
rectangulares revestidos de madera, como es el caso de Rein
(Estiria, 1129), Taglieto (Liguria, 1130) y Tintero Major
(País de Gales, 1131)” 17.
Iglesia Castellón-Fitero.
35
Organización
funcional y social de
un monasterio
cisterciense
La construcción de un monasterio se compone de
diversas estancias que siguen un mismo esquema con
algunas variantes, cuya estructura arquitectónica ofrece
la autonomía económica que requiere la comunidad
monástica que lo habita. Algo parecido a una pequeña
ciudad autosuficiente, donde el monje encuentra todo
lo necesario para su existencia.
La organización funcional y social de las abadías cistercienses fue definida por San Bernardo a partir de la construcción de su monasterio de Clairvaux en Borgoña, replicada posteriormente en todos los monasterios de la orden
de Cister (Cîteaux), con las únicas variantes debidas a la
adaptación de cada lugar y a los individualismos locales de
la puesta en práctica del modelo.
La construcción de estos monasterios es heredera de la
tradición benedictina que los hizo desarrollarse alrededor
del claustro, tal y como ya se habían organizado las fincas
agrícolas carolingias. Inspiradas, a su vez, en las casas de
campo o villas romanas cuyo centro neurálgico era, precisamente, el atrio o patio interior. De este modo, los cistercienses fueron partícipes de la cultura del claustro, esto es,
de un espacio cerrado con construcciones dentro de otra
zona rodeada de muros, que fue la base de la composición
arquitectónica de los monasterios de los siglos XII y XIII.
Pese a que la columna vertebral correspondía a la iglesia
abacial, construida simbólicamente en el punto culminante
del conjunto y lejos del río que no sólo proporcionaba agua
potable sino que también era la principal fuente de energía
de la época: la energía hidráulica, regulando su caudal
mediante una presa situada aguas arriba del monasterio.
Pero la abadía cisterciense no consistía sólo en un
claustro adosado a una iglesia ya que lo que la caracterizaba era la distribución inmutable de las diferentes funciones en los edificios que formaban el complejo monás-
36
tico. Una distribución establecida según criterios funcionales y sociológicos. Así, se puede decir que la abadía
constaba de dos monasterios, el de los monjes de origen
noble y el de los conversos, religiosos indispensables
para la autarquía económica del conjunto. De esta
manera, aparte de la iglesia y del coro, básicamente
reservados a los monjes, la abadía estaba formada por
dos construcciones diferenciadas e incomunicadas entre
sí, una para cada comunidad. Al este se encontraba el
edificio de los monjes, comunicado con la iglesia a través de su nave transversal, y al oeste se levantaba el de los
conversos, abierto a la portería y al mundo secular en el
que desarrollaban su actividad.
La construcción de la iglesia deriva de las tradicionales
plantas basilicales en forma de cruz latina, con el brazo
mayor compuesto de tres naves precedidas de un nártex o
pórtico, y el brazo menor o transepto formado por una
sola nave a la que se abrían una serie variable de ábsides.
Como las iglesias primitivas, su cabecera está orientada, lo
que literalmente quiere decir que está situada hacia el
oriente o lugar de salida del Sol, cuya luz lo ilumina a través de las ventanas y arcos abiertos para dicho fin, mientras que al oeste se encuentra la puerta principal.
El santuario de la iglesia alberga el altar mayor que está
elevado un mínimo de dos peldaños sobre el nivel del
suelo para facilitar la visión del oficiante que se situaba
delante del altar y que consistía en un simple armazón de
piedra, elevado otro peldaño más, sobre el que descansaba
una losa que solía estar grabada con las cinco cruces de la
consagración. Completándose con un nicho credencia de
medio punto, practicado en el muro, en el que se guardaban las vinajeras y un pequeño lavabo, por lo general con
dos orificios, uno para el agua de la purificación de los
vasos sagrados y otro para el agua de las abluciones posteriores a la consagración de la hostia. Así como dos armarios situados en el mismo muro, uno para los instrumentos del culto y otro para el reservado eucarístico y, a veces,
para las reliquias de la abadía.
El transepto es un gran vestíbulo en el que se
encuentran las capillas necesarias para las misas privadas
de los monjes, que suelen ser cuatro, situadas dos a cada
lado del santuario. Además, en el transepto se encuentran tres puertas que dan acceso a otras tantas dependencias: la del dormitorio de los monjes, situada al sur y
La Abadía cisterciense según san Bernardo de Clairvaux
Organización funcional y
social de un monasterio
cisterciense
Piso
18
19
1
2
5
3
4
9
20
16
21
14
17
7
6
23
22
24
8
13
15
Espacio de los
monjes
25
26
27
28
10
Espacio de los
conversos
11
29
30
12
33
31
32
Piso
34
1 Altar Mayor
2 Capillas laterales
3 Sacristía
4 Escalera de maitines
5 Portada de los muertos
6 Clausura
7 Coro de los monjes
8 Banco de los enfermos
9 Puerta de los monjes
10 Coro de los conversos
11 Puerta del corredor de los conversos
12 Nártex o pórtico
13 Claustro reglar con pozo central y
lavatorium
14 Armario de los libros
15 Galería de los bancos
16 Sala capitular
17 Escalera de los monjes
18 Dormitorio de los monjes
19 Letrinas de los monjes
20 Auditorio o locutorio de los monjes
21 Paso de los monjes al exterior
22 Escritorio o sala dos monjes
23 Sala de los novicios
24 Calefactorio con la chimenea
35
36
25 Refectorio de los monjes
26 Púlpito del lector
27 Torno
28 Cocina
29 Despensas
30 Auditorio o locutorio de los conversos
31 Refectorio de los conversos
32 Paso de los conversos
33 Bodega
34 Escalera de los conversos
35 Dormitorio de los conversos
36 Letrinas de los conversos
siempre en el piso superior, accediéndose a ella a través
de una escalera recta y adosada al muro occidental,
conocida como escalera de maitines ya que permitía el
acceso desde la iglesia al dormitorio sin necesidad de que
los monjes abandonasen el edificio, y bajo la cual se
suele encontrar la puerta de la sacristía que también
tiene comunicación con el claustro; siendo la tercera y
última puerta la de los muertos que, a través del muro
norte, daba acceso al adyacente cementerio de los monjes que normalmente estaba rodeado por un pequeño
muro que lo protegía del mundo exterior.
La nave de una iglesia cisterciense es muy amplia y se
sitúa entre dos naves laterales que permiten organizar procesiones en su interior que, en algunos casos, pueden dar
la vuelta al santuario a través de un deambulatorio o girola.
Al igual que la abadía, en la que convivían dos comunidades diferentes, las tres naves de la iglesia estaban cortadas
por una clausura alta que delimitaba dos coros, también
diferentes: el de los monjes, que consta de unos asientos
apoyados en los pilares de los primeros tramos de la nave
principal y que ocupan también parte del transepto, y el de
los conversos que estaba situado entre el de los monjes y la
puerta de la iglesia. Al primero de estos coros accedían los
monjes a través de la puerta del dormitorio, una vez por la
noche, y, siete veces al día, por la del claustro. Mientras que
al suyo accedían los conversos únicamente por la puerta
que está situada al suroeste de la iglesia y que daba paso al
callejón exterior conocido, precisamente por eso, como
callejón de los conversos.
El punto más alto la edificación del monasterio,
situado normalmente al norte, era ocupado por la iglesia, mientras que el más bajo lo ocupaban las construcciones de servicio situadas a lo largo del río, cuya
corriente era de vital importancia para disponer de agua
para diversos usos, entre los que destaca el de evacuar los
desperdicios y las aguas residuales, además del propio
abastecimiento y de su uso en la cocina. Quedando el
claustro situado en su centro, siendo de planta cuadrada
y estando rodeado por una galería continua que hace la
función de un pórtico central.
En el interior del claustro se tendía la ropa que los
monjes lavaban aprovechando el agua que sacaban del
pozo que hay en su interior y también era allí donde se
tonsuraban regularmente.
38
En el ala este del claustro, entre la puerta de los monjes que da a la iglesia y la sala capitular, se sitúa el armario
o lugar en el que se guardaban los textos correspondientes:
salterio, himnario, manual de oraciones, antifonario, regla
de San Benito, misal, los cuatro Evangelios, etc. Cada
mañana el abad convocaba a la comunidad en la sala capitular, en la que se leía y comentaba un capítulo, de ahí su
nombre, y también era el lugar en el que cada monje se
acusaba de sus culpas, así como donde se celebraban las
democráticas elecciones de los abades en caso de defunción, destitución o defunción del anterior. La sala capitular permitía a los conversos seguir, a través de su puerta y
de los dos grandes vanos que había a cada lado de ésta y
que daban a la panda este del claustro, los sermones generales que predicaba el abad. A continuación de esta sala se
sitúa la escalera de acceso al dormitorio de los monjes y a
sus letrinas. Adjunta a la escalera, de la que solía aprovechar el espacio inferior, se encontraba el locutorio donde el
prior despachaba con los monjes y seguidamente se situaba
una zona de paso al exterior, que daba acceso a los jardines, el herbolario, los huertos y la enfermería, después el
escritorio o sala de los monjes, donde se copiaban e iluminaban pacientemente los manuscritos, y finalmente el
noviciado que, realmente, no era más que una dependencia de la propia sala de los monjes.
El dormitorio de los monjes se situaba en el primer
piso de la misma ala, con la letrina de los monjes al fondo
sur, que evacuaba sobre el citado canal extraído del río.
En el ala sur del claustro se situaban el calefactorio,
comunicado con la biblioteca, y el refectorio de los monjes, con un púlpito elevado para la lectura. Frente al refectorio se encontraba el lavatorio, fuente situada en un pabellón en el patio frente a la galería, alimentada por otro
canal del río desviado aguas arriba, donde los monjes
hacían sus abluciones antes de entrar en el comedor. La
cocina se comunicaba por un torno con el refectorio y disponía de las correspondientes despensas, comunicadas a su
vez con el huerto. Junto a la cocina se situaba el locutorio
de los conversos, donde eran atendidos por el cillerero y
donde éste guardaba sus documentos.
Quedando, finalmente, el ala occidental dedicada íntegramente a las dependencias de los conversos: refectorio,
dormitorio y letrinas, así como el citado callejón, carente de
ventanas y a cielo abierto, por el que accedían a la iglesia18.
Dependencias del
segundo monasterio
de Fitero
Tras la reconquista de la ciudad de Cuenca de
1177, el rey de Castilla, Alfonso VIII, debió comenzar
sus planes para favorecer la construcción de un
segundo y majestuoso monasterio junto al ya existente
de Fitero, con objeto de reconocer, en el lugar en el que
había sido abad el fundador de la Orden Militar de
Calatrava, el destacado papel qué ésta venía jugando
para reforzar la posición de Castilla ante el califato
Almohade, en general, y en la citada reconquista de
Cuenca en particular. Así como para reivindicar la relación existente entre dicha Orden Militar y el monasterio cisterciense de Fitero.
Las obras del segundo monasterio de Fitero o, al
menos sus preparativos, debieron comenzar poco antes
de 1179 y su iglesia fue consagrada casi 70 años más
tarde, en 1247. Esto es, algo más de un siglo después
de que San Raimundo, acompañado de la primera
comunidad cisterciense que llegó a la península
Ibérica, se hubiese asentado en Fitero. Aunque el resto
de sus dependencias, incluida la muralla exterior con
la que se cerraba y defendía el recinto monástico no
fue concluida hasta 1287, esto es, casi un siglo después
de comenzadas las obras de este segundo monasterio
de Fitero19.
Monasterio de Fitero, mapa del s. XVII.
39
La organización funcional de este monasterio
sigue fielmente la correspondiente al modelo ideal
del monasterio cisterciense
ya expuesto y cuya correspondencia se puede apreciar al observar con detalle
sus dependencias medievales. Aún claramente identificables a pesar de las
modificaciones y ampliaciones acometidas en el
monasterio como fiel
reflejo de las necesidades
de la comunidad monástica a lo largo de su historia y de las reformas que
sufrieron algunas de sus
dependencias para ser destinadas a otros usos laicos
tras la exclaustración de los
cistercienses que, como ya
se ha visto, pronto cumplirá ya dos siglos.
37
38
36
40
39
35
1
2
2
4
3 14
5
43
21
16
18
17 20 22
9
23
33
19
30
24
7
34
8
6
15
32
13
10
41
6
31
11
27
25
26
42
28
29
32
6
12
6
Planta baja
Primera planta
Sótano
Nuevas dependencias
1 Altar Mayor
2 Capillas laterales
3 Sacristía
4 Escalera de maitines
5 Portada de los muertos
6 Clausura
7 Coro de los monjes
8 Banco de los enfermos
9 Puerta de los monjes
10 Coro de los conversos
11 Puerta del corredor de los conversos
12 Nártex o pórtico
13 Claustro reglar con pozo y lavatorium
14 Armario de los libros
15 Galería de los bancos
16 Sala capitular
17 Escalera de los monjes
18 Dormitorio de los monjes
19 Letrinas de los monjes
20 Auditorio o locutorio de los monjes
21 Paso de los monjes al exterior
22 Escritorio o sala de los monjes
23 Sala de los novicios
24 Calefactorio con la chimenea
25 Refectorio de los monjes
26 Púlpito del lector
27 Torno
28 Cocina
29 Paso de los conversos. Baptisterio
30 Bodega
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Nuevo coro
Nueva biblioteca
Nuevo refectorio
Nueva sala capitular
Nueva sacristía
Nuevos dormitorios
Oficinas (lavandería, etc)
Nueva cillería
Nueva hospedería
Nuevo claustro
Sobreclaustro
Palacio del abad
Capilla de la virgen de la Barda
Iglesia
abacial
La iglesia, lugar de oración, es el edificio principal del
monasterio y en torno a su fábrica se fueron alzando el
resto de las dependencias necesarias para la vida monástica.
También es, por tanto, el primer edificio por el que
comenzaba la construcción del complejo monástico, concretamente, por el ábside del santuario de la iglesia.
Puerta principal de la iglesia abacial, detalle de sus columnas y capiteles, entre los que destacan dos decorados con dragones que echan flores y plantas por la boca.
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Detalle de los capiteles de la puerta principal con decorarión de animales fantásticos y de figuras humanas.
Vista de las escaleras interiores de la entrada de la iglesia, bajo el balcón del coro nuevo. En el techo se aprecia parte de la
reconstrucción de estilo plateresco de los tres tramos del techo.
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La mesa del altar data del siglo XVI,
así como las dos gradas que desde el
crucero dan acceso al suelo de piedra
del presbiterio y las a las tres gradas
sobre las que está el citado altar.
Todas ellas recubiertas por un
entarimado que data de 190220.
Esta iglesia abacial, hoy templo parroquial de Fitero,
es de estilo protogótico y, como ocurre con las iglesias
cistercienses, tiene forma de cruz latina, compuesta por
una nave central y dos laterales más estrechas, separadas
por dobles arcos de medio punto que descansan en pilares mientras que en el crucero lo hacen sobre columnas.
Cada nave consta de seis tramos rectangulares que se
encuentran por medio de un deambulatorio o girola
que, a su vez, cuenta con cinco capillas –la central de
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mayor tamaño, por estar destinada a la virgen María, y
estando amputada la primera del lado meridional,
debido a la posterior construcción de la sacristía aneja–
y un transepto que, a su vez, consta de siete tramos rectangulares, excepto el central que es cuadrado y de
mayor tamaño, y también con cinco capillas, correspondiendo la central al altar mayor de la iglesia. Transepto
y girola cuyos impresionantes ábsides se pueden ver
desde la plaza que lleva su nombre21.
La puerta que, desde el sudoeste del transepto y bajo
la huella que en dicho muro dejó la desaparecida escalera de maitines, daba acceso a la primitiva sacristía
todavía está en uso, con la salvedad de que ya tiene
tapiado el acceso que inicialmente también tuvo desde el
claustro22. Sacristía que comunica con el armario o
biblioteca medieval que sólo tuvo acceso desde el claustro, aunque hoy permanece tapiado al igual que el que
desde allí permitía acceder a la sacristía medieval.
Por otra parte, la puerta de los muertos no estuvo
situada en el transepto sino cerca de este pero en la nave
lateral norte, habiendo desaparecido al haberse
ampliado dicha entrada con la apertura de todo el
tramo en el que dicha puerta se encontraba al convertirse en capilla funeraria.
La reconstrucción de los tres primeros tramos del
techo del templo, derrumbados en el siglo XV, corrió a
cargo de su abad, el tudelano Martín Egüés Pasquier,
como lo muestra la presencia de su escudo heráldico en
una de sus claves. Obra que conllevó la adición de dos
grandes arbotantes destinados a soportar el empuje de
las bóvedas recién levantadas y que son los únicos que
hay en el monasterio de Fitero23.
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Detalles del interior de
los ábsides y de la
girola que enlaza con
las naves laterales.
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Coro
Hubo un coro medieval que se
encontraba situado a piso llano, en el
quinto tramo de la nave mayor de la
iglesia y del que todavía son visibles los
restos cubiertos con ladrillos de donde
estuvo su fijación a las correspondientes
pilastras.
Sin embargo, los monjes decidieron hacer otro coro también de
planta rectangular a los pies de la Iglesia pero elevado, en 1590, obra del
albañil aragonés Francisco Guarrax24. Se accede a él desde el sobreclaustro a través de una escalera que lleva al antecoro, que es una pequeña
sala abierta y de forma rectangular que comunica también con la nueva
sala capitular y con un corredor o paseo de ronda que pasa por encima
del tejado de la nave meridional junto al baptisterio y a la salida de la
torre delantera para llegar, a través del balcón que hay sobre la puerta de
entrada principal, hasta llegar al tejado de la nave norte donde se
encuentran los citados contrafuertes.
A pesar de toda esta gran inversión, este coro alto no se utilizó como
se esperaba debido a la incomodidad de su acceso y, en su lugar, se
empleó uno temporal a base de bancos instalados en el crucero25.
La sillería de nogal del coro, de
doble fila y que cuenta con 80 sillas,
es de estilo manierista y fue realizada por el arquitecto calagurritano
Juan de Oñate, entre 1598 y 1602,
incluyendo su gran facistol, obra
del arquitecto riojano de Rincón de
Soto, Esteban Ramos, las puertas de
madera, de decoración manierista,
y el balconaje que incluía no sólo la
barandilla que se conserva sino
también dos tribunas ya desaparecidas y cuyos restos del
anclaje a las paredes norte y sur de la
iglesia, adyacentes al coro y
accesibles a través de la nueva
sala capitular, aún son visibles26.
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