Marco Polo - Armada Expediciones

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ENDAS
Sendas de Caza y Conservacionismo nº
Nº42
8,50€
almayor
V
Ediciones S.L.
DE
AZA
Y CONSERVACIONISMO
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Caza mayor
La larga senda del carnero
Marco Polo
James L. Clark con su
Marco Polo de 56 1/2”
cazado en 1926.
Un viaje por la Ruta de la Seda
Roque Armada
E
n el año de 1271 un joven e
inquieto comerciante veneciano
de apenas 20 años de edad y de
nombre Marco Polo, emprendió un largo
viaje hacia la mítica corte de Kublai
Khan en la lejana y desconocida Cathai,
actual China, en busca de nuevos productos comerciales. Acompañado de su padre
Nicola y su tío Mafeo recorrió el único
camino existente en esa época hacia
China: la Ruta de la Seda. Ese viaje que
normalmente duraba tres años se dilató
en el tiempo pues Marco Polo, extraordinariamente inteligente, se ganó la simpa-
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tía del Khan, quedándose como consejero
y asesor durante 20 años. No regresó a
Venecia hasta el año de 1295 y a su vuelta fue capturado por los genoveses y en
prisión escribió el "Libro de las maravillas", más conocido como "Los viajes de
Marco Polo", probablemente el texto de
viajes más leído del mundo. No obstante,
las gentes de la época lo consideraron un
cuentista y un fantasioso no creyendo
casi nada de lo que redactó. En su lecho
de muerte Marco Polo aún defendía que
sólo había escrito la mitad de las maravillas que había visto.
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Así se mudaban
los kirguizes y
aún lo hacen
del mismo modo.
La Ruta de la Seda era el mítico camino abierto a través de Asia Central por
los chinos para exportar el más preciado
secreto de Cathai: el tejido de la seda. Se
abrió en el año de 140 a.d.C. por orden
del joven emperador Chino Zhang Ojan
en busca de nuevas rutas y productos
comerciales. Floreció en el comercio con
Roma y después con Bizancio, entre los
siglos I y X de nuestra época y su máximo esplendor lo alcanzó bajo la dinastía
china Tang del 618 al 915 d.C. Fue poco
a poco abandonada hacia el siglo XV
como consecuencia de los nuevos conocimientos de navegación, que hicieron
mucho más fácil el intercambio de mercancías con oriente por mar.
Por este largo camino se enviaban largas caravanas cargadas de tejido de
seda, hacia Occidente al principio con
destino hacia el imperio de los Partos,
antepasados de los persas. Éstos, con
sus brillantes banderas de seda cegaban
y desconcertaban a sus enemigos en las
batallas. Más tarde, la seda llegó a
Roma, hacia el año 50 a.C. Este tejido,
tan seductor a la vista y delicado al
tacto, deslumbró a las mujeres de la
nobleza del imperio pues "parecía que
estaban desnudas sin estarlo”. Más
tarde lo codició todo el pueblo, llegándose a pagar su peso en oro y amenazando
gravemente a la economía romana. En
el año 14 d.C., temiendo que la seda se
estuviera convirtiendo en fuente de
decadencia, Tiberio prohibió, sin mucho
éxito, a los hombres que se vistieran con
ella. El secreto de la confección estaba
guardado bajo pena de muerte por los
emperadores chinos, creyéndose en
Roma que el mismo crecía en los árboles,
por lo que Plinio denominó seres a los
habitantes de la lejana Cathai.
La ruta tenía unos quince mil kilómetros de recorrido. Discurría por el mediterráneo hasta la antigua Constantinopla,
actual Estambul. Después cruzaba las
montañas y estepas turcas y entraba en
Asia Central a través de los desconocidos reinos de Ferghana, Samarcanda y
Bujara. A continuación, dejaba la llanura y se adentraba en las míticas montañas del Pamir y Tien-Shan, las cuales
atravesaba por increíbles y terroríficos
pasos de casi cinco mil metros de altura.
Bajaba de nuevo a la llanura en la ciudad China de Kashgar, el Oeste del desierto de Takla-Makan, en territorio Urgí
en esa época y hoy dentro de China.
Esta ciudad representó el no va más del
comercio entre oriente y occidente
durante siglos, y su no menos famoso
consulado británico protagonizó durante
los siglos XIX y principios del XX gran
parte de la intrigas e historias de espionaje que condujeron al reparto de Asia
Central entre rusos y británicos. Desde
allí, rodeaba el siniestro desierto de
Takla-Makan, que en lenguaje local
quiere decir:"el que entra no sale", bien
por el norte o bien por el sur. Se apoyaba en ciudades oasis, alimentadas por
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Turkestán
oriental chino.
las aguas de las montañas de TienShan, que luego desaparecieron con el
tiempo constituyendo otro de los enigmas más guardados de Asia Central.
Finalmente, llegaba a la ciudad China
de Dunhuan en la provincia china de
Ghansú, donde ahora se caza otro mítico
argali: el Ovis Ammon Dalailamae o
argali de Ghansú. Y, bordeando otro
gran desierto, el de Gobi por el sur, lle-
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gaba finalmente a la ciudad de Xian.
Ésta, que fue la primera capital de
china, se hizo recientemente famosísima
por los guerreros de terracota que se
encontraron en la tumba del primer
emperador de China. Todo esto en un
increíble viaje que con suerte duraba
tres años apoyándose en míticos caravasares o casas de postas donde las caravanas podían descansar, comprar comi-
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Rahima, Palang,
Khalil y Theodore
Roosevelt (h) con su
gran Marco Polo.
da para los camellos y encontrar refugio
de bandidos y maleantes que las acosaban sin cesar.
En el año 1272 Marco Polo, acompañado de su padre y de su tío, al cruzar la
gélida meseta del Pamir la describió así
en su famoso libro de viajes:
"Esta llanura se llama Pamir, que
quiere decir Techo del Mundo en lenguaje local y para cruzarla tienes que cabalgar 12 días seguidos. En ella no encuen-
tras ni habitantes ni hierba para los
caballos por tanto estás obligado a llevarla contigo. Hacia el norte tienes que
viajar otros cuarenta días sin encontrar
rastro de comida hasta bajar a tierra
llana. Los pocos habitantes que encuentras son idólatras y se protegen con pieles de los duros inviernos de la meseta.
Sin embargo, hay muchas ovejas salvajes de gran tamaño algunas de las cuales llegan a tener hasta seis palmos de
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El paso del
glaciar
Murzat.
longitud en los cuernos .Con estos cuernos los pastores hacen vasijas para
beber y también los usan como trompas
para emitir ruido por la noche y ahuyentar a los lobos de sus rebaños"
Durante casi seis siglos nadie creyó
estas historias de carneros de cuernos
gigantes considerándose una fábula o
invención, más producto de la calenturienta mente del viajero veneciano. Pero,
en 1838, el teniente Word del ejército británico que se encontraba en viaje de
exploración por la misma zona, entonces
en disputa entre los imperios ruso y británico, encontró y llevó los cuernos de dos
de estos carneros a Inglaterra. En 1840 el
zoólogo británico Sir. Edward Bligth, precursor de las teorías de Darwin, propuso
el nombre del carnero de Marco Polo Ovis Ammon Polii-, a la sociedad zoológica de Londres en honor del viajero veneciano al cual no se había dado crédito
durante casi seis siglos.
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El primer cazador deportista que
cobró un Marco Polo fue el explorador y
geógrafo británico St. George Littledale
quien, en agosto de 1888, consiguió abatir un ejemplar de 60 pulgadas en un
alucinante viaje, acompañado de su
esposa en pleno Pamir ruso. Éste fue llevado a Inglaterra y causó sensación
entre los cazadores de la época. El mítico carnero de Marco Polo se convirtió en
el objetivo número uno de todos los cazadores de montaña del mundo. Su viaje a
través del ferrocarril Trans-Caspiano,
luego en tartana y finalmente a pie a los
pamires rusos fue en sí una gran aventura, pues a pesar de que obtuvo el pasaporte ruso no estaba bien vista su penetración en un territorio que estaba disputado con los británicos. El arma que
utilizó Littledale, un express de avancarga y punto y alza del calibre .500 con
carga de seis dracmas de pólvora negra,
no puede menos que admirarnos a cual-
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James L. Clark
montado en su
yak Pegassus.
quiera que sabemos las distancias a
que te ves obligado a tirar a estos míticos animales. En un artículo escrito en
la revista Geograpical Journal en 1896:
"A journey across Tibet from North to
South and West to Ladakh" nos narra
sus aventuras. Además de esta gesta de
cobrar el primer Marco Polo conocido,
fue pionero en la caza deportiva en
lugares tan remotos como el Altai
Mongol, el Cáucaso y la península de
Kamtchatka. Esto le valió el honor de
descubrir otro de los grandes argalis
del mundo que fue bautizado con su
nombre como "Ovis Ammon Littledale".
Un año después, en 1889, otro valiente oficial británico, el mayor C. S.
Cumberland, después de largos años de
servicio en la India, realizó otra larga
expedición de caza que le llevó desde la
India vía Kashmir al Turkestán chino,
penetrando a través del territorio de
Ladakh en el Kashmir británico, atravesando el Himalaya y luego hacia el
Oeste hacia la cuidad de Yarkán en
pleno Turkestán chino. Llegó hasta a las
montañas de Tien-Shan obteniendo
también magníficos ejemplares de
Marco Polo y de ibex de Tien-Shan. Su
regreso lo realizó por el Oeste en los
Pamires ruso y la ciudad de
Samarcanda, cazando la zona del lago
Kara-Kul en territorio ruso. Su libro
"Sports on the Pamir Steeps", publicado
en Londres en 1895 nos hace descubrirnos ante la dureza de estos valientes
cazadores victorianos.
¡Y poco más! En 1895 se firma el
Tratado de Fronteras entre rusos y británicos quedando la mayoría del Pamir
bajo dominio ruso, cerrándose a cualquier cazador de origen occidental.
Después de la revolución bolchevique
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esta caliente frontera donde confluía la
Unión Soviética, China y el Imperio
Británico quedó aún más prohibido si
cabe. Las zonas chinas y afganas estaban igual de vedadas a las cacerías
deportivas occidentales. Apenas unas
pocas expediciones pudieron entrar en el
Pamir soviético en los siguientes 100
años. La primera expedición americana
en conseguir cazar un Marco Polo fue
organizada por los dos hijos del ex-presidente Theodore Roosevelt en 1925. Su
hijo Theodore, que recientemente había
cesado en su cargo como Gobernador de
Nueva York, junto con su hermano
Kermit, consiguió el patrocinio y la
financiación del Museo de Historia
Natural de Chicago. Con la presión de
sus apellidos y los fines científicos del
viaje, consiguieron un permiso para
penetrar en los entonces prohibidísimos
pamires chinos y soviéticos. En su viaje
de seis meses de duración a través de la
India, penetrando por la ciudad de Leh
en el Ladakh británico y el Pamir chino,
cazaron marales, corzos e ibex, básicamente en la zona China entrando en los
pamires soviéticos de la zona de
Murgab. Obtuvieron el récord del
mundo de ibex de Tien-Shan y de carnero de Karelini. Consiguieron varios
ejemplares de Marco Polo, machos y
hembras que se muestran disecados en
un magnifico diorama en el Museo de
Historia Natural de Chicago. Su libro
"East of the Sun and west of the Moon",
publicado en Nueva York en 1926 es
otra joya que un buen aficionado a la
caza de montaña no debe dejar de leer.
Apenas un año después, otra expedición científica americana, esta vez
patrocinada por el Museo de Historia
Natural de Nueva York fue autorizada a
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Otra vista del
Marco Polo de
James L. Clark.
cazar en los pamires soviéticos,
Turkestán chino y Kashmir británico.
La componían el taxidermista del museo
James L. Clarck y el millonario americano William Morden. También utilizaron
la ruta de entrada de la India a través
de Kashmir, penetrando en los pamires
soviéticos en Marzo de 1926.
Consiguieron magníficos ejemplares
de Marco Polo cazando totalmente a pie,
como las anteriores expediciones, o en
yak, con su famoso “Pegasus”, en el que
cabalgó Clarck utilizando la silla de
montar reglamentaria de la caballería
de los Estados Unidos. Otro increíble
librito, "The great arc of the wild sheep",
publicado en 1964 por al Universidad
de Oklahoma nos narra sus aventuras.
Es, además, el mejor tratado de carneros salvajes que existió en su momento
explicando hábitat, costumbres y fotos
de trofeos de todos los carneros del
mundo.
El único cazador que volvió a cazar en
los Pamires rusos en los siguientes
setenta años fue Su Alteza Imperial el
Príncipe Abdorreza Pahlevi de Irán, hermano del Sha de Persia, quien, valiéndose de sus influencias políticas, consiguió
permiso para abatir dos ejemplares en
1957: uno, en el corredor Wakhan en el
Pamir afgano y, el otro, cruzando la
frontera del río Indo y cazando la zona
de Hot Springs en Murgab, República
Soviética de Tayikistán, desde entonces
nadie más volvió a cazar el Pamir soviético hasta el desmoronamiento de la
URSS en la década de 1990.
Unas pocas expediciones que se cuentan con los dedos de la mano, cazaron
Marco Polos en la zona china, pakistaní
y afgana del Pamir. Destaca la increíble
expedición totalmente a pie protagoni-
zada en 1959 por los cazadores americanos ganadores del premio Weatherby,
Herb Klein y Elgin Gates, quienes cazaron la zona norte de Pakistán, en el
Valle de Hunza en los pasos de
Kungerabad y Cahpchingal. En esta
zona los Marco Polos, estaban prácticamente extinguidos por la presión de la
población local Baltit en sus cacerías de
carne, y estos aventureros americanos
no dudaron en introducirse en el territorio chino, para obtener unos magníficos
ejemplares, destacando uno de Gates de
62 pulgadas. En caso de haber sido capturados por el ejército comunista chino
podía haberse producido un buen conflicto diplomático, ya que a los chinos les
hubiera venido más que bien capturar a
un espía americano armado dentro de su
territorio y en la frontera más prohibida.
Su libro "Trophy Hunter in Asia" nos
narra éstas y otras increíbles aventuras
de este intrépido cazador que gano el
premio Weatherby en época tan temprana como el año 1960.
Otro menos conocido, aunque aún más
increíble, fue la del cazador americano
Robert M. Lee, de Nueva York, quien
consiguió cazar en los Pamires en el año
1980, concretamente en los valles de
Mikteka, justo en la frontera este del
corredor Wakhan Afgano y al sur del
Pico Muztag-Ata y la ciudad de
Taskhurgán, en el territorio autónomo
de Xinguian, uno de los más prohibidos
de China. Este increíble aventurero consiguió no sólo ser el primer americano
en presentarse en Pekín y abrir relaciones comerciales con China en plena guerra fría, sino que consiguió un permiso
especial del Gobernador del territorio
autónomo de Xinjiang para cazar un
Marco Polo. Su aventura, que duró
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Cazador de
marmotas
armado con un
viejo mosquete
de chispa
vigente en 1926.
varios años de negociaciones y casi cinco
expediciones al Pamir, se culminó con la
obtención de un precioso ejemplar el día
de Navidad de 1980, justo al Este del
corredor Wakham, pero ya en territorio
chino en el que siempre cazó. Sus aventuras se encuentran escritas en un bonito libro dificilísimo de conseguir, "China
Safari", también digno de leer por cualquier cazador de alta montaña.
Demostró, que los Marco Polos no
estaban extinguidos al este de la frontera China como se creía en esa época
y como bien quedó demostrado después, pues ya se han cobrado algunos
ejemplares -por cierto muy buenos-, en
tiempos recientes en la zona del Pico
Muztag-Ata.
Unas docenas de expediciones consiguieron entrar por territorio afgano
entre 1967 y 1979 llegar al corredor
Wakham después de un alucinante viaje
en Yak de cinco días por el valle del río
Sargas hasta el campamento de Tuliboi.
Allí en la misma frontera soviética de
Tayikistán, cazaron algunos Marco
Polos de unas 50 pulgadas de longitud.
Consiguieron sus ejemplares algunos
pioneros españoles de la caza en montaña como Valentín de Madariaga y
Ricardo Medem. Pero pronto esta ruta
de caza, valientemente organizada por
los hermanos Klineburger, de Arizona,
quedó cerrada como consecuencia de la
invasión y cierre de Afganistán por el
ejército soviético.
Y nadie más pudo cazar un Marco
Polo en ningún país hasta que ocurrió lo
increíble: el desmoronamiento de la
Unión Soviética, la Perestroika de fina-
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les de los 80 y posterior independencia
de las ex-repúblicas soviéticas. Se abrieron de golpe los antiguos Pamires
Soviéticos en las nuevas repúblicas de
Kirghizia y Tayikistán a los cazadores
occidentales que estuviesen dispuestos a
pagar los precios exigidos y correr las
aventuras necesarias para llegar a este
recóndito lugar del mundo.
Como en muchos otros territorios volvieron a ser los hermanos Klineburger
quienes abrieron la caza en Tayikistán
en Octubre de 1987. Junto con Curly
Millar, Fred Portier y Bob Chilsdom
organizaron un complicado viaje a través de Dushanbe, capital de la nueva
república de Tayikistán en cinco horas
de helicóptero en la zona del lago
Karakul. EI grupo consiguió dos bonitos
ejemplares, pero dado el rápido acceso a
la zona de altura, sin la necesaria aclimatación, en helicóptero y el desconocimiento que en esa época había por parte
de los cazadores del mal de altura, uno
de los miembros del grupo, Curly Millar,
estuvo a punto de morir de un edema
pulmonar. Sin embargo, vieron cientos
de Marco Polos en esta zona soviética en
la cual luego se han desarrollado la
mayoría de las cacerías recientes de
Marco Polo. Los Pamires soviéticos de la
ex-república soviética de Tayikistán,
indudablemente el mejor cazadero de
Marco Polos del mundo, quedaron abiertos y accesibles después de cien años de
férreo aislamiento por la URSS y el
telón de acero.
Y, con un cierto espíritu de peregrinos, siguiendo los pasos de Marco Polo,
los intrépidos militares británicos, los
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Elgin Gates en su
cacería de 1959.
aventureros trotamundos americanos y
los pocos españoles que nos precedieron,
los "Bichos do Mato" (César, hijo de
Julio, Roque Armada, Joaquim Branco
da Silva y Domingo Contreras) se encaminaron al mítico Pamir de Tayikistán,
para soportar alegrías y tristezas, algunas penalidades, frío y también sorprendentemente algunos lujos poco
habituales en las cacerías de Asia
Central. Pero esto… es otra historia que
ya contaremos.
Nota: Agradezco la colaboración de
Armada Expediciones, c/Luchana 27, 3º,
28010, Madrid, telf. +34 91 298 1903,
móvil 616 987 583, fax: +34 91 298 19 05,
e-mail: [email protected]
Las ilustraciones son de los libros: The
Great Arc of the Wild Sheep de James L.
Clark, ed. University Of Oklahoma
Press: Norman 1964 y East of the Sun
West of the Moon de Theodore (h) y
Kermit Roosevelt, ed. Charles Sribner´s
Son, 1926.
Errekatxu, 5
20600 EIBAR (Guipúzcoa)
Telf: 943 82 13 51
Fax: 943 20 17 43
SPAIN