Ideas Escenarios CEA
Transcripción
Ideas Escenarios CEA
142 Impacto de la política migratoria de los Estados Unidos en México, Centro América y el Caribe1 Dra. Magali Martín Quijano Dr. Antonio Aja Díaz El escenario mundial En el contexto internacional se continúa potenciando la creciente integración económica, sin eliminar las profundas desigualdades existentes, entre regiones y países. La globalización y los cambios en los intereses geopolíticos de la época, tienen un impacto creciente sobre el comportamiento de la migración, el fenómeno del transnacionalismo, el cambio en las pautas demográficas y en los roles del hombre y la mujer como protagonistas de los procesos migratorios. La mayor parte del movimiento de personas tanto voluntario como forzado seguirán las pautas de fines del siglo XX e inicios del XXI. Diversas alternativas se abren como posibles en esta encrucijada de un mundo donde las migraciones internacionales surgen como el síntoma del desorden y la globalización. El migrante, en muchas ocasiones, es a la vez excluido de la sociedad de origen y el rechazado por la sociedad receptora. El extranjero es utilizado como el chivo expiatorio por los políticos, sectores sociales y gubernamentales. De esta forma la circulación de seres humanos se ha vuelto un problema de difícil solución. En las últimas décadas ha ido ganando espacio el concepto de que las migraciones constituyen un componente de las políticas de relaciones internacionales de los países, perdiendo exclusividad el enfoque que vincula a los movimientos poblacionales internacionales con las políticas internas, ya sea de población, laborales y culturales. Este fenómeno se evidencia tanto en las políticas migratorias de los países emisores y receptores. Las visiones e imágenes nacionales e internacionales sobre la migración, pueden dar lugar a políticas 1 Análisis elaborado como aporte del CEMI al Grupo de trabajo: La estrategia de la política estadounidense hacia América Latina y el Caribe del Centro de Estudios de América, presentado en el VII Taller de Escenarios del MINREX, septiembre 2006. 143 orientadas a la incorporación, retención, promoción, regulación y recuperación migratorias. También a políticas restrictivas, racistas, utilitarias y discriminatorias que afectan a la población que migra y a las sociedades de origen y recepción. América Latina y el Caribe Para el escenario de América Latina y el Caribe debe mantenerse la restricción de las corrientes inmigratorias, la permanencia de la migración intrarregional y el continuo aumento del patrón migratorio extrarregional. Aunque el destino de esta emigración seguirá siendo diverso, desde Australia y Europa, hasta Asia, la gran mayoría se concentra en los Estados Unidos. Se mantendrán las múltiples repercusiones para los países de Latinoamérica y el Caribe, en tanto la pérdida de recursos calificados, mano de obra barata, la exposición de los emigrantes al riesgo de no lograr una efectiva inserción en los lugares de destino, así como las traumáticas experiencias que representan los fenómenos de la migración indocumentada y el tráfico de personas. Esta emigración proseguirá la formación de comunidades de migrantes –que pueden redundar en mayor migración - y la generación de un potencial económico asociado a las remesas que los emigrantes envían a sus lugares de origen, en particular los casos de México, República Dominicana, El Salvador, Guatemala y Honduras. La cuestión migratoria continuará siendo parte del escenario centroamericano y caribeño, para permanecer estrechamente ligada a sus posibilidades de transformación y desarrollo. La emigración representa alrededor del 4 % de la población del área, en tanto que la globalización, la integración económica y la creciente interdependencia entre las naciones contribuyen a intensificar los movimientos migratorios. Las consecuencias económicas y sociales de la firma de los Tratados de Libre Comercio en la región, se constituyen en elemento adicional para el incentivo de los movimientos migratorios. Las presiones que generan migración en la región se relacionan además con la incapacidad de los modelos de desarrollo económico adoptados, al no tener los resultados esperados en cuanto a la generación de 144 crecimiento económico y desarrollo social, lo cual se une a las grandes asimetrías económicas regionales y a la presión demográfica heredada. A esta situación, se añaden la consolidación de amplias redes sociales que contribuyen a incentivar y reproducir los flujos de migración. La creciente diversificación de los destinos de la migración originaria de América Latina y el Caribe hace necesario que se establezcan mecanismos de diálogo tanto subregionales y regionales como interregionales, a fin de construir consensos orientados a lograr una gobernabilidad adecuada del fenómeno migratorio,2 lo cual se hace casi inviable en el contexto de la región por las posiciones del principal país receptor, Estados Unidos. Los territorios del Caribe por ejemplo, registran algunos de los índices más altos de emigración del mundo. Los cuatro países más importantes de emigración de la región a los Estados Unidos–Cuba, la República Dominicana, Haití y Jamaica- conforman alrededor del 75% de los 36 millones de habitantes del Caribe. De acuerdo con las estimaciones del Centro Latinoamericano de Demografía el número de migrantes internacionales de los países de la región asciende a cerca de 25 millones, de los cuales alrededor de 18 millones residen en Estados Unidos.3 En este contexto se presentan diferentes escenarios para evaluar los impactos de los actuales cambios en el diseño y aplicación de la política inmigratoria de los Estados Unidos, tomando en consideración sus consecuencias económicas, políticas y sociales. La reforma inmigratoria en los Estados Unidos En diciembre de 2005 la Cámara de Representantes aprobó el proyecto HR 4437, radicado por los republicanos James Sensenbrener y Peter King, titulado 2 “Conclusiones de la Reunión de Expertos sobre Migración Internacional y desarrollo en América Latina y el Caribe,” México 2005. www.conapo.gob.mx 3 Conclusiones y recomendaciones de la Reunión de Expertos sobre Migración Internacional y Desarrollo de América Latina y el Caribe. México, 30 de noviembre al 2 de diciembre de 2005. www.conapo.gob.mx 145 Ley de Protección de la Frontera, Antiterrorismo y Control de la Inmigración Ilegal”. Su propósito básico es enmendar las leyes de inmigración para prevenir la entrada de “ilegales” y supuestos terroristas al territorio norteamericano. Esta iniciativa tuvo el mayor apoyo entre los representantes electos del medio oeste y sur de Estados Unidos, con una población hispana poco numerosa, aunque en crecimiento. Entre las medidas planteadas está aumentar las penalidades para los traficantes de indocumentados, establecer un sistema de verificación de empleo retroactivo por los patronos, autorizar a la policía estatal para solicitar documentos de inmigración y criminalizar a los indocumentados y aquellos individuos y organizaciones que los ayuden a permanecer en territorio norteamericano. Construir un muro de 700 millas a lo largo de la frontera con México y militar esa frontera (de hecho ya lo está con más de seis mil efectivos hasta el año 2007), completan las medidas punitivas y represivas contra más de once millones de indocumentados, mayoritariamente de origen mexicano en los Estados Unidos. Este nuevo intento de controlar el flujo de indocumentados se nutre de una creciente preocupación por la seguridad nacional tras los acontecimientos del once de septiembre y establece una peligrosa equivalencia entre indocumentados, llamados aliens como si fueran extraterrestres y terroristas. En resumen, se trata de un enfrentamiento en el legislativo, el ejecutivo y en general diferentes sectores de la sociedad estadounidense, entre el ala más conservadora de la población blanca norteamericana, (criminaliza a individuos, organizaciones y agencias que brinden servicios básicos a aquellos que podrían estar ilegalmente, considera criminales a los indocumentados, propone el derroche de recursos en función de localizar y expulsar los ilegales) y una coalición de diversos grupos étnicos, donde predominan los llamados hispanos o latinos, quienes favorecen una reforma más amplia, ( sobre la base de una política de “inmigración razonable, que permita a las personas que han entrado al país de distintas maneras y procedente de diversos países, obtener un estado de inmigración legal que les canalice la obtención de la ciudadanía norteamericana). 146 La aprobación de una ley que responda a los intereses del pensamiento más conservador, podría retrasar la integración de millones de personas principalmente de origen mexicano y centroamericano, en la sociedad estadounidense, y con ello postergar el desenlace de lo que constituye una gran preocupación para los sectores de la extrema derecha en esa sociedad, de profundo contenido racista y discriminatorio. Sin embargo, no puede solucionar el problema de la población indocumentada, tanto la que continúa arribando, como la que ya reside en ese país. Sus causas son estructurales y atañen al funcionamiento de la sociedad norteamericana y de los países de Latinoamérica y el Caribe. A contrapelo con el movimiento migratorio internacional y con las intenciones de los principales organismos internacionales que de una u otra forma se relacionan con el tema de las migración en el mundo, como ocurre en otros tantos temas, en Estados Unidos se intenta diseñar una nueva política inmigratoria sin tomar en cuenta los intereses y posiciones de los principales emisores de la propia inmigración que reciben. No es la primera vez en la historia de ese país, historia de inmigración desde sus inicios hasta el presente, pero también historia de racismo, xenofobia, selectividad y discriminación por el origen étnico y racial. En el actual escenario, resalta la supuesta posición intermedia que pudiera representar la propuesta del Senado, avalada por la actual administración republicana, en la persona del presidente de los Estados Unidos, que responde en realidad a los intereses de amplios sectores de la economía de ese país, vinculados estrechamente a la migración laboral que representan los millones de indocumentados de origen latino en ese país, más del 14 % de la fuerza laboral civil. Los intereses de las necesidades económicas estos sectores son ubicados en el centro del contenido de la propuesta de reforma inmigratoria, donde el concepto de trabajadores extranjeros temporales marca el carácter utilitario y pragmático que sintetiza su contenido. Desde este ángulo, se propone solucionar temporalmente la situación de los indocumentados en territorio estadounidense a partir del programa de trabajadores temporales, que garantice tanto la inserción laboral de estas personas, como la 147 transitoriedad de su estancia y el posible carácter circular de esa emigración, con retornos al país de origen y vuelta a Estado Unidos bajo el amparo de la categoría de trabajador temporal. La obtención de la residencia, como paso inicial a la ciudadanía y por ende la posibilidad de un proceso de asentamiento definitivo en el país del norte, no queda excluida, sólo que es relegada a segundo plano de importancia y sometida a las normas establecidas para el resto de los aspirantes. Un sistema de control policial inmigratorio con acceso a la esfera laboral de empleadores y empleados, impondría nuevas y férreas normas jurídicas para el cumplimiento del programa. En el contexto actual, independientemente de cual sea la propuesta que al final resulte aprobada, aumentarán las posiciones xenofóbicas y ataques contra inmigrantes, incluidos los residentes legales, especialmente en los estados fronterizos. A la vez, podrían aumentar las contradicciones interétnicas a los Estados Unidos, donde los latinos se han convertido en la principal minoría étnica y los llamados “afroamericanos” ven recrudecidas son desventajas a nivel social. En este contexto, resalta el creciente movimiento de políticos locales por la permanencia de inmigrantes, en correspondencia con la dependencia del mercado laboral de la localidad de la mano de obra inmigrante, ya sea calificada o no, barata o de mayor cuantía, en tanto ambas tiene un espacio en la economía estadounidense que se diferencia a nivel estadual y local. Las manifestaciones en contra del actual proceso de debate acerca de la reforma inmigratoria, muestra las potencialidades que podrían tener los inmigrantes y en particular los de origen latino en ese país, en el orden social y político, refrendados ambos por una real presencia demográfica e inserción en el mercado laboral. Sin embargo, esta conflictiva situación, dista mucho de poder ser capitalizada en el orden político, en tanto la ausencia de códigos y la determinación de principios claves para intentar estructurar un movimiento unitario en particular de los latinos en Estados Unidos. La propia condición de inmigrantes, en tanto solución individual a las contradicciones que afrontan en sus países de origen, la fragmentación a que se enfrentan en la sociedad que supuestamente los 148 recibe o a donde tratan de insertarse, y la ausencia de la defensa real de sus intereses por parte de los países de donde emigran, han significado hasta el momento entre otros elementos, barreras muy difíciles de salvar para lograr la estructuración de un movimiento de unidad que conlleva a la conformación de los latinos como una fuerza política en Estados Unidos. Impactos en países emisores El volumen de devueltos, y por consiguiente un mayor impacto en otros indicadores variarán según sea el escenario que prevalezca: Más duro (Proyecto de la Cámara de Representantes H.N. 4437): entre 11.5 y 12 millones tendrían que regresar a sus países Más flexible (Senado): aproximadamente 4.3 millones tendrían que regresar. En ambos escenarios se producirá disminución de las remesas, que se calcula en un 40%, los países más afectados serán México, Salvador, Nicaragua y Guatemala. Si prevalece el más duro, bajará aún más el monto de las remesas al ser devueltos masivamente los indocumentados; si prevalece el más flexible, la disminución estará en dependencia de la posibilidad de atracción de sus familiares por parte de los que inmigrantes que sean legalizados. Se producirá aumento de la delincuencia en toda el área centroamericana relacionada o provocada por el tema migratorio. Los jóvenes deportados engrosarán las filas de los Maras. Aumentará la cantidad de migrantes interceptados, así como las muertes, por el cruce por lugares aún más inhóspitos que los actuales; a consecuencia de la militarización de la frontera o por la acción de los grupos de “voluntarios”. Se incrementarán las afectaciones en la frontera con México pues los interceptados se quedan varados sin recursos para regresar a sus lugares de origen, tanto los mexicanos del sur del país como los centroamericanos. Las consecuencias en particular para México, como principal emisor de la emigración hacia los Estados Unidos en el área, sarían las siguientes: 149 El monto de las deportaciones oscilará entre 6.2 y 2 millones de mexicanos, según el escenario que prevalezca. Se incrementará la actividad de los traficantes –“polleros” o “coyotes”– y el costo del tránsito a través de la frontera (actualmente en $2000). La actividad de enfrentamiento a esta actividad generará más violencia en el norte del país y aumento de sobornos y corrupción en autoridades locales de los estados del norte, fronterizos con Estados Unidos. En la frontera sur, se incrementarán los controles y la represión de las autoridades mexicanas para evitar la entrada de centroamericanos en su paso hacia la frontera norte. En el año 2005 se realizaron 215 700 “aseguramientos” (extranjeros detenidos sujetos a deportación). Con las políticas migratorias restrictivas de Estados Unidos los centroamericanos se irán quedando en territorio nacional y con ellos el fenómeno de la Mara se irá incrementado. En el Caribe, la deportación masiva tendrá además consecuencias políticas y puede provocar desestabilización en la región, particularmente en Haití, con su reciente democratización y en algunos de los países anglófonos, como Jamaica, por el aumento de la criminalidad. En el caso de los inmigrantes de origen cubano, el actual debate por el momento no toca la situación de privilegio de que gozan en el proceso de arribo e inserción en la sociedad norteamericana. El planteo del tema no se ha movido en el plano del refugio político como conceptualización general, que es el que ampara la existencia de la Ley de Ajuste Cubano y todo el proceso que esta posibilita para la rápida inserción de esos inmigrantes. Los cambios en este orden dependen esencialmente de la situación del conflicto bilateral y en particular de la política de los Estados Unidos contra Cuba.