LAS EMOCIONES EN LA ENSEÑANZA Y EL APRENDIZAJE DE
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LAS EMOCIONES EN LA ENSEÑANZA Y EL APRENDIZAJE DE
VICENTE MELLADO JIMÉNEZ LORENZO J. BLANCO NIETO ANA BELÉN BORRACHERO CORTÉS JANETH A. CÁRDENAS LIZARAZO LAS EMOCIONES EN LA ENSEÑANZA Y EL APRENDIZAJE DE LAS CIENCIAS Y LAS MATEMÁTICAS VOLUMEN I Vicente Mellado Jiménez Lorenzo J. Blanco Nieto Ana Belén Borrachero Cortés Janeth A. Cárdenas Lizarazo Edita: Grupo de Investigación DEPROFE ISBN: 978-84-15090-10-6 Depósito Legal: BA-490-2012 Impreso en España - Printed in Spain Impresión: Indugrafic Artes Gráficas S. L. Tel. 924 24-07-00 Agradecimientos: Este libro ha sido financiado por los Proyectos de Investigación EDU2009-12864 y EDU2010-18350 del Ministerio de Ciencia e Innovación, y EDU2012-34140 del Ministerio de Economía y Competitividad del Gobierno de España, por el Gobierno de Extremadura, por el Grupo de Investigación DEPROFE, por el Departamento de Didáctica de las Ciencias Experimentales y Matemáticas, por la Universidad de Extremadura y por los Fondos Europeos de Desarrollo Regional. ÍNDICE INTRODUCCIÓN Vicente Mellado Jiménez y Lorenzo J. Blanco Nieto ................................. vii VOLUMEN I: PRIMERA PARTE: LAS EMOCIONES DESDE LA PSICOLOGÍA................... 1 Capítulo 1. Emociones: del olvido a la centralidad en la explicación del comportamiento. Mª Antonia Manassero Más ............................................................................ 3 Capítulo 2. Riesgos psicosociales, estrés laboral y Burnout en la actividad docente. Pedro R. Gil Monte .......................................................................................... 19 SEGUNDA PARTE: LAS EMOCIONES EN LA ENSEÑANZA Y EL APRENDIZAJE DE LAS MATEMÁTICAS .................................................. 43 Capítulo 3. Desencadenantes del estrés y emociones en docentes de matemáticas de secundaria. Estudio realizado con una escala de elaboración propia. Rosa Gómez del Amo, Lorenzo J. Blanco Nieto, Janeth A. Cárdenas Lizarazo y Eloísa Guerrero Barona .............................................................. 45 Capítulo 4. Resolución de problemas de matemáticas y evaluación: aspectos afectivos y cognitivos. Janeth A. Cárdenas Lizarazo, Lorenzo J. Blanco Nieto, Rosa Gómez del Amo y Eloisa Guerrero Barona .............................................................. 67 Capítulo 5. Emociones ante el uso de las TIC en Educación. Luis M. Casas García, Ricardo Luengo González y Antonio Manuel Maldonado Miranda ....................................................................................... 89 Capítulo 6. La dimensión emocional ante la solución de problemas de matemáticas en estudiantes con dificultades de aprendizaje. Raúl Tárraga Mínguez, Mª Inmaculada Fernández Andrés y Gemma Pastor Cerezuela ............................................................................................ 103 iv Índice Capítulo 7. La resolución de problemas y el dominio afectivo: un estudio con futuros profesores de matemáticas de secundaria. Juan Pino Ceballos ........................................................................................ 117 Capítulo 8. Tratamiento de la ansiedad hacia las matemáticas. Una experiencia formativa con futuros profesionales de la educación. Concha Iriarte Redín, Marta Benavides Rojas y María José Guzmán Suárez ....................................................................................................... 149 Capítulo 9. Perfil motivacional y rendimiento académico en matemáticas de alumnos de educación secundaria. Un examen con el PALS (Patterns of Adaptive Learning Scales). Mª Carmen González Torres y Fermín Torrado Montalvo ...................... 177 Capítulo 10. Influencia del dominio afectivo en el aprendizaje de las matemáticas. Santiago Hidalgo Alfonso, Ana Maroto Sáez, Tomás Ortega del Rincón y Andrés Palacios Picos ................................................................... 217 VOLUMEN II TERCERA PARTE: LAS EMOCIONES EN LA ENSEÑANZA Y EL APRENDIZAJE DE LAS CIENCIAS Y LA TECNOLOGÍA..................... 243 Capítulo 11. La educación científica y los factores afectivos relacionados con la ciencia y tecnología. Ángel Vázquez Alonso ................................................................................ 245 Capítulo 12. El aspecto afectivo en la enseñanza universitaria. Cómo cinco profesores enseñan el enlace químico en la materia condensada. Andoni Garritz Ruiz y Norma Angélica Ortega-Villar ............................ 279 Capítulo 13. La química ¿emociona? Mercè Izquierdo Aymerich ......................................................................... 307 Capítulo 14. Relación entre las emociones sobre el aprendizaje y la enseñanza de las ciencias en la formación inicial del profesorado de primaria. María Brígido Mero, Mª del Carmen Conde Núñez y Mª Luisa Bermejo García ............................................................................................... 329 Capítulo 15. Estudio longitudinal sobre las emociones y actitudes del alumnado de Maestro del Grado en Educación Primaria ante la enseñanza de ciencias experimentales. Mª Jesús Fernández Sánchez, María Brígido Mero y Ana Belén Borrachero Cortés ......................................................................................... 351 Las Emociones en la Enseñanza y el Aprendizaje de las Ciencias y las Matemáticas Capítulo 16. Diferencias en las emociones como estudiante y docente de asignaturas de ciencias de secundaria. Ana Belén Borrachero Cortés, Emilio Costillo Borrego y Lina Viviana Melo Niño ....................................................................................................... 373 Capítulo 17. Emociones y autoeficacia de profesores de secundaria en formación ante la enseñanza y el aprendizaje de las ciencias. Emilio Costillo Borrego, Javier Cubero Juánez y Florentina Cañada Cañada ....................................................................................................... 395 Capítulo 18. Las emociones en las metáforas personales de futuros profesores de Ciencias, de Economía y de Psicopedagogía. Lucía Mellado Bermejo, María Luisa Bermejo García, Mª Isabel Fajardo Caldera y Mª Rosa Luengo González .......................................... 417 Capítulo 19. ¿Damos voz a las emociones? Evaluación de programas de educación ambiental basada en el recuerdo. Mª del Carmen García Rodríguez, Rut Jiménez Liso y Esther Prados Megías ................................................................................................ 439 Capítulo 20. Procesos metacognitivos, afectivos y sociales en el aprendizaje de las reacciones químicas en alumnos de tercer ciclo, en Portugal. Cristiana María Encarnação, Roque Jiménez Pérez y Bartolomé Vázquez Bernal ............................................................................................. 461 Capítulo 21. Percepción de las emociones en el alumnado de la asignatura de Tecnología de Educación Secundaria Obligatoria. García José Álvarez Gragera y José Ramón Canal Pérez ......................... 481 Capítulo 22. Estudio demoscópico de lo que sienten y piensan los niños y adolescentes sobre la enseñanza formal de las ciencias. Antonio Pérez Manzano y Antonio de Pro Bueno .................................... 495 Capítulo 23. El diario como elemento de cambio: construyendo el hilo. Bartolomé Vázquez Bernal y Roque Jiménez Pérez .................................. 521 v CAPÍTULO 1 EMOCIONES: DEL OLVIDO A LA CENTRALIDAD EN LA EXPLICACIÓN DEL COMPORTAMIENTO Mª ANTONIA MANASSERO MÁS. Universidad de las Islas Baleares. 1. INTRODUCCIÓN Aunque las emociones se encuentran en nuestra experiencia cotidiana, durante siglos el punto de vista dominante sobre las mismas, tanto desde la filosofía, como posteriormente desde la psicología y la ciencia, en general, ha sido que la pasión (emoción), es perjudicial para los procesos implicados en la Razón (Solomon, 1976, 1993, citado por Niedenthal y Brauer, 2012). Desde los filósofos griegos (Platón, los Estoicos, etc.), pasando por los pensadores del Siglo de las Luces europeo, las emociones se definieron como impulsos que amenazan a la persona con no poder alcanzar los niveles más altos de la existencia. Esta oposición entre Pasión y Razón ha sido actualmente abandonada y reemplazada por programas de investigación más optimistas, respecto a las emociones, tanto desde la perspectiva neuropsicológica (p.ej. Damasio, 1989), como desde la perspectiva económica (p.ej. Frank, 1988), así como desde la perspectiva psicosocial y organizacional. En la experiencia emocional, el afecto, las percepciones del significado del entorno, así como el conocimiento sobre las emociones actúan a la vez en un momento determinado, produciendo un estado intencional donde el afecto es experimentado como causado por algún objeto o situación. La información del núcleo afectivo sobre el mundo exterior se traslada a un código afectivo interno o en un estado que indica si un objeto o situación es peligroso o no, supone una _________________________ Massero, M.A. (2013). Emociones: del olvido a la centralidad en la explicación del comportamiento. En V. Mellado, L.J. Blanco, A.B. Borrachero y J.A. Cárdenas (Eds.), Las Emociones en la Enseñanza y el Aprendizaje de las Ciencias Experimentales y las Matemáticas (pp.3-18). Badajoz, España: DEPROFE 4 Emociones: del olvido a la centralidad en la explicación del comportamiento recompensa o un castigo, que requiere una aproximación o una huída. De forma consciente, el núcleo afectivo es experimentado como sentimientos de placer o displacer que supone aumentar el arousal o disminuirlo. Es decir, que el núcleo afectivo puede estar constituido por un constante cambio o una alteración del estado neurofisiológico del organismo que implica una relación inmediata con el flujo de eventos cambiantes (Feldman-Barret, Mesquita, Ochsner y Gross, 2007). Uno de los problemas que presenta el estudio de la experiencia afectiva es el hecho de que las áreas cerebrales implicadas en las representaciones mentales de la emoción, son múltiples y complejas, así como que, en este momento, todavía no es posible explicar cómo la actividad neural es capaz de instanciar contenidos emocionales específicos. Aunque es posible ofrecer un primer esbozo del espacio neural de referencia para las representaciones mentales de la emoción. Por otra parte, las emociones van acompañadas de variaciones en el organismo que implican a diferentes estructuras y sistemas del mismo (Alcover de la Hera, Martínez Iñigo, Rodríguez Mazo y Domínguez Bilbao, 2004): a) Sistema nervioso autónomo: La mayoría de las reacciones que habitualmente se asocian con la preparación a la acción dependen del mismo, es decir, la dilatación pupilar, la tensión muscular, la frecuencia respiratoria, la tasa cardíaca o la presión sanguínea que nos proporcionan información sobre nuestro estado de ánimo y permiten definir el afecto central. b) Sistema nervioso central: Para que las emociones sean posibles están implicados los diferentes niveles estructurales del cerebro que han ido formándose a lo largo de la evolución de la especie, es decir, el cerebro reptiliano, incluyendo el mesencéfalo, el sistema límbico propio del cerebro de los mamíferos y el neocórtex. Aunque todos estos niveles y las estructuras que se encuentran en los mismos son necesarios para las emociones, el sistema límbico está especialmente relacionado con la cualidad afectiva básica de los estímulos percibidos. Además, algunas de sus estructuras pueden desencadenar respuestas endocrinas, viscerales, motoras y somáticas. A modo de ejemplo, a continuación se citan algunas de las relaciones entre las estructuras del sistema límbico y los fenómenos emocionales: el septum está ligado a las sensaciones de euforia; el giro cingulado está relacionado con la percepción y reacción al dolor y la regulación del comportamiento agresivo; el tálamo interconecta las diferentes estructuras del sistema límbico y a este con el neocórtex; la amígdala participa en la detección de la información relevante para la autoconservación y en el reconocimiento de emociones; el hipocampo está Las Emociones en la Enseñanza y el Aprendizaje de las Ciencias y las Matemáticas 5 relacionado con el almacenamiento y el recuerdo de la información emocional. Además, todas estas estructuras están relacionadas con el neocórtex y especialmente con el área prefrontal del mismo. c) Sistema endocrino: los niveles de hormonas están relacionados tanto con estados emocionales positivos y negativos d) Sistema neuroendocrino: Existen estructuras como el glándula pineal que coordinan la relación entre el sistema el endocrino. De esta manera se permite la liberación hormonas que a su vez pueden tener efectos sobre el central. hipotálamo y la nervioso central y de determinadas sistema nervioso e) Opiáceos endógenos: Hace referencia a la producción por parte del organismo de sustancias (por ej. las endorfinas) capaces de amortiguar el dolor o producir estados placenteros asociados con emociones complejas como el enamoramiento. Este tipo de compuestos, de la misma forma que los opiáceos exógenos, están sujetos a procesos de habituación y dependencia. Tabla 1. Emoción, estado de ánimo y temperamento: distinción conceptual (Tomado de Gray y Watson (2001), p.25). EMOCIÓN Duración Objeto Intensidad Frecuencia Función Tipo de entidad ESTADO DE ÁNIMO TEMPERAMENTO Corto plazo, breve, arranque espontáneo, pocos segundos salvo que el estímulo persista Focalización en un objeto o hecho particular; respuesta del sistema Alta intensidad/activación Infrecuente Largo plazo, cambio del estado mental, penetrante, desde pocos minutos a días Ciclo vital (a lo largo de la vida), estable durante periodos de meses o años No focalizado Aplicado a situaciones o hechos Adaptativo, foco de atención, proporciona información al organismo Estado breve (conciso, concreto) (a corto plazo) Para instigar, facilitar, sostener y modificar la implicación activa con el ambiente (entorno) Baja a moderada intensidad/ activación Frecuente, continuo, suceso cambiante Estado a largo plazo --------------------------Estable y organizado a través del desarrollo Influye en la reacción emocional, la cognición y la conducta Rasgo o disposición, existen diferencias individuales Emoción, Estado de ánimo y Temperamento son tres conceptos diferentes, pero relacionados entre sí (ver Tabla 1). Algunas veces se les reúne bajo la etiqueta de 6 Emociones: del olvido a la centralidad en la explicación del comportamiento Afecto, especialmente en el caso de las emociones y los estados de ánimo, ya que ambos implican estados afectivos subjetivos. Por lo tanto, el núcleo central de ambos es el Afecto, que es el elemento irreducible de todos los fenómenos emocionales. Así hablaríamos de una Valencia, es decir, de un Afecto positivo (Temperamento) y un Afecto negativo (Temperamento), cada uno de los cuales estaría ligado a una Emoción positiva o negativa, por ejemplo, alegría en un caso y miedo en el otro, cada uno de estas emociones, estarían ligadas a un Estado de ánimo positivo o negativo, siguiendo con el mismo ejemplo, contento o nervioso y, finalmente, influyen en el temperamento, dónde la persona, se encuentra en una situación de bienestar, en un caso, y de ansiedad, en el otro. Sin embargo, estas tres entidades y los criterios utilizados para distinguirlas no son totalmente excluyentes ya que, hay emociones de larga duración (por ej. la tristeza) y estados de ánimo relativamente breves (por ej. el estado de ánimo que produce la ingesta de alcohol); de la misma manera, hay emociones débiles y relativamente difusas. Las emociones básicas pueden ser entidades psicofisiológicas que son observaciones conductuales y aparecen en todas las culturas (Ekman, 1992; Scherer y Walbott, 1994) y que se caracterizan por un rápido comienzo, corta duración y ocurrencia espontánea Fernández-Abascal, 2008). Es decir, emociones elementales, adquiridas por la especie humana y compartidas por/con otros primates. Esta visión de la emoción plantea problemas de tipo teórico y metodológico, especialmente en lo que se refiere a la comprensión del significado psicológico de la expresión emocional. Aunque, tiene una larga tradición científica que parte de Darwin y continúa hasta nuestros días, formando parte sustancial de la inteligencia emocional. En sus estudios Ekman y Friesen (1971) describen una serie de categorías básicas de emociones que serían expresadas y reconocidas por cualquier ser humano, independientemente de su cultura. Sin embargo, en lo que no hay acuerdo es en el hecho de si tales expresiones emocionales universales se expresan facialmente cuando experimentamos emoción (Fernández-Dols y Ruiz Belda, 1997). Además, el significado de una determinada emoción está abierto a la interpretación, con importantes contribuciones de la cultura y de la situación en la cual se da, dónde el estado emocional del perceptor también puede suponer un sesgo en la interpretación de su significado. 2. CATEGORÍAS BÁSICAS DE EMOCIONES (EKMAN Y FRIESEN, 1971, 1975). Existen 6 categorías básicas de emociones: MIEDO: Anticipación ante una amenaza o peligro que produce ansiedad, incertidumbre, inseguridad SORPRESA: Sobresalto, asombro, desconcierto. Es muy transitoria. Puede ofrecer una aproximación cognitiva a lo que pasa. Las Emociones en la Enseñanza y el Aprendizaje de las Ciencias y las Matemáticas 7 AVERSIÓN: Disgusto, asco. Solemos alejarnos del objeto que la produce. IRA: Rabia, enojo, resentimiento, furia, irritabilidad ALEGRÍA: Diversión, euforia, gratificación. Bienestar y seguridad. TRISTEZA: Pena, soledad, pesimismo. Por otra parte, la expresión facial de las emociones o la expresión facial, en general, constituye el estímulo más importante en la vida social, ya que, atraen la atención, proporcionan una gran cantidad de información sobre el estado emocional de las personas, así como sobre sus motivos y necesidades (Niedenthal, Krauth-Gruber y Ric, 2006). En este sentido, son una pieza clave para entender mejor e incluso empatizar con los demás, especialmente si las emociones que se expresan son percibidas como verdaderas y se han experimentado previamente por el perceptor. Las emociones nos permiten comunicar a los demás el impacto que los hechos tienen sobre nosotros, ya sea, verbalmente, no verbalmente o conductualmente (Tabla 2). Tabla 2. Temas núcleo-relacionales para cada emoción (Lazarus y Cohen-Charash, 2001). Angustia Una ofensa degradante contra mí y lo mío Ansiedad Enfrentar un miedo incierto, existencial Susto (sobresalto) Culpa Un peligro inmediato, físico y abrumador Vergüenza Fallar en el cumplimiento con un yo-ideal Tristeza Experimentar una pérdida irreparable Envidia Falta de algo que otro tiene y sentirse privado de ello, pero justificándolo Resentimiento con un tercero por la pérdida o el miedo a perder el afecto de otro Realización de progresos razonables hacia la consecución de una meta Realce de nuestra identidad del yo al ganar prestigio a partir de la obtención de un objeto valioso o su logro, tanto realizado por uno mismo como por cualquier otra persona o grupo con el cual nos identificamos Zozobra por una condición incongruente con un fin que se ha cambiado por otra mejor Temer lo peor pero deseando lo mejor y creyendo que mejorar es posible Desear o participar en un afecto, generalmente pero no necesariamente correspondido Aprecio de un regalo altruista que proporciona beneficios personales Movido por el sufrimiento de otro y por su necesidad de ayuda Celos Felicidad Orgullo Alivio Esperanza Amor Gratitud Compasión Haber transgredido un imperativo moral 8 Emociones: del olvido a la centralidad en la explicación del comportamiento 3. ATRIBUCIÓN Y EMOCIONES. Dentro de los modelos teóricos que explican diferentes aspectos de las emociones, tales como su percepción, expresión o su sentimiento, el paradigma de Schachter y Singer establece las relaciones de la percepción de cambios viscerales y la percepción de la situación que, a su vez, a través del Paradigma de la Atribución Errónea intenta introducir un nexo causal entre los dos procesos antes citados. El núcleo central de la teoría de la atribución es la percepción de la causalidad, (las razones por la que un determinado hecho tiene lugar). La percepción de causalidad es una adscripción impuesta por el perceptor, las causas per se no tienen por qué ser directamente observables. Por lo tanto, podemos definir la Atribución causal como: El proceso inferencial por el cual los perceptores atribuyen un determinado efecto (resultados escolares) a una (o más) causas. En este sentido, la Teoría de la atribución (y las teorías atribucionales) es el marco conceptual en el ámbito de la Psicología Social que se ocupa de las explicaciones legas o de sentido común de la conducta. Aunque el Paradigma de la Atribución Errónea, en este momento, ha sido muy criticado y tiene poca importancia en la investigación actual sobre emociones, la atribución sí que tiene importancia, ya que, desde la perspectiva cognitiva, los procesos atribucionales están ligados al proceso de evaluación que produce un estado emocional consciente a partir de su interacción con nuestros planes y nuestras acciones. De ahí surgen los modelos basados en la evaluación (appraisal) que consiste en un proceso constante de evaluación de los cambios que se producen en nuestro entorno y el grado en que estos cambios afectan a nuestro bienestar (Lazarus y Cohen-Charach, 2001). Así, las emociones sirven para motivar, organizar, dirigir y activar conductas, pero también pueden bloquear o interrumpir otras conductas socialmente deseables, tanto en los aprendizajes, como en el trabajo. Uno de los elementos claves en este proceso está relacionado con la explicación que damos a nuestras emocione o a nuestros afectos. El resultado final será la asignación del papel de causa a un objeto, persona o acontecimiento. Al asignar una causa al afecto, le permiten a la persona desarrollar un conocimiento, más o menos adecuado, sobre lo que está pasando (para él o ella) en su entorno. En la medida en que este conocimiento se ha utilizado para determinar el significado de la situación, afectará al tipo de emoción elicitada. Uno de los modelos que en el ámbito del rendimiento (académico, deportivo, laboral, etc.) establece la relación entre motivaciónatribución-emoción es el de Weiner (1979) que se desarrolla brevemente a continuación. Las Emociones en la Enseñanza y el Aprendizaje de las Ciencias y las Matemáticas 9 Cuadro 1. Análisis causal de la conducta de logro (Weiner, 1979). Aunque Weiner utiliza en su modelo únicamente tres dimensiones causales, pueden añadirse otras dos que tienen su importancia en otros modelos, tales como las teorías de la indefensión aprendida y la desesperanza aprendida. Cada una de estas dimensiones causales se definen a continuación: Locus de causalidad: Clasifica las causas en o Internas (dentro de la persona) o o Externas (en el ambiente). Estabilidad: Clasifica las causas en o Estables (constantes en el tiempo) o Inestables (variables en el tiempo). Controlabilidad: Clasifica las causas en o Controlables (sujetas a control volitivo) o o Incontrolables (no sometidas a ningún tipo de control volitivo). Globalidad: Clasifica las causas en o Generales (originan su efecto en diferentes situaciones) o o Específicas (sólo manifiestan efectos en situaciones concreta). Intencionalidad: Clasifica las causas en o Intencionales (realizadas conscientemente) o o No intencionales (no realizadas conscientemente). 10 Emociones: del olvido a la centralidad en la explicación del comportamiento Sin embargo, podríamos, desde un punto de vista epistemológico establecer el siguiente esquema que permite reunir en un espacio tridimensional las cinco dimensiones de los diferentes modelos atribucionales (Manassero y Vázquez, 1995), así como algunas de las emociones/estados afectivos que surgen a partir del tipo de atribución que se realiza, es decir, a qué tipo de causas se atribuye y a la dimensionalidad de las mismas. En cualquier dominio causal la lista de posibles causas singulares es muy grande, y además, son diferentes de unos ámbitos a otros, de forma que las relaciones causas-emociones podrían ser altamente complejas. Las dimensiones causales facilitan la búsqueda de estas relaciones, ya que, constituyen un continuo sobre el que se sitúan las causas singulares por referencia a los dos polos de la dimensión. Dimensiones causales: Estructura y consecuencias emocionales LUGAR DE CAUSALIDAD (externo-interno) Autoestima. CONSISTENCIA Expectativas. o Temporal Estabilidad- (variable-fijo). o Situacional - Globalidad - (específico-global). RESPONSABILIDAD (Culpa, ira, gratitud, compasión). o Controlabilidad (no controlable - controlable). o Intencionalidad (no intencional - intencional). Las consecuencias de la atribución relacionada con las emociones, vendría dada por cada una de las dimensiones causales que suelen considerarse en los diferentes modelos, así: Lugar de causalidad influye en la autoestima. Los éxitos que se atribuyen a causas internas originan una mayor autoestima (orgullo) que el éxito atribuido externamente; el fracaso atribuido a causas internas origina una más baja autoestima que el fracaso atribuido externamente. Estabilidad y expectativas Resultados adscritos a causas estables serán anticipados para ser repetidos en el futuro con mayor grado de certeza que los resultados adscritos a causas inestables. Globalidad y expectativas de indefensión. Cuando la gente atribuye las causas de sus problemas a algo global, presente en todas las situaciones, piensan que el problema penetra todas las facetas de sus vidas, causando el síndrome de indefensión (ánimo deprimido, etc.). Controlabilidad: compasión, ira, gratitud, vergüenza y culpabilidad. Un fracaso del actor debido a causas controlables por otras personas elicita ira. Un fracaso de otro debido a causas incontrolables elicita compasión. La evaluación por otros en el éxito/fracaso es particularmente Las Emociones en la Enseñanza y el Aprendizaje de las Ciencias y las Matemáticas 11 premiada/castigada (baja capacidad y elevado esfuerzo/alta capacidad y falta de esfuerzo) y el evaluador (profesor) experimente sentimientos de compasión/ira. La gratitud (hacia otro) es elicitada si la acción del benefactor fue voluntaria e intencional. La culpabilidad es elicitada cuando la persona se autopercibe responsable (control intencional) de un resultado negativo. La vergüenza es elicitada por una atribución del fracaso incontrolable e interna. 2.1. Consecuencias para la práctica educativa. Ejemplo: El profesor debe comunicar información causal que aumente, o al menos no dañe, la autoestima, las expectativas de éxito y la experiencia de emociones positivas en los alumnos. Las reacciones emocionales de compasión e ira ante el fracaso son consecuencias (e inducen) atribuciones a falta de capacidad (disfuncional) y falta de esfuerzo (adecuada), respectivamente. Los instrumentos tradicionales de refuerzo en el aula (elogio y culpabilización) determinan percepciones atribucionales del esfuerzo y la capacidad según una regla compensatoria (relación inversa entre ambas) que invierte su valor como reforzadores. Las conductas de ayuda del profesor son consecuencia (e inducen) atribuciones a falta de capacidad para los alumnos que reciben la ayuda frente a los que no reciben ayuda (más bajos en esfuerzo). 2.2. Las emociones en el trabajo. La creciente importancia de la prestación de servicios como sector de actividad económica convierte a las emociones en objeto de interés para las organizaciones. De este modo pretenden que la interacción de sus empleados con los clientes sea lo más satisfactoria para estos últimos, aumentando la posibilidad de consumo de servicio y de su uso futuro. Por otro lado, la complejidad creciente de las tareas y su mentalización hacen del compromiso e implicación un elemento imprescindible para obtener ventaja competitiva. (Alcover de la Hera et al., 2004, p. 323). 2.3. Trabajo emocional. De cómo las emociones pasan a tener un papel relevante en las organizaciones. Este concepto fue definido por primera vez por Arlie Russell Hochschild y hace referencia a aquellos trabajos donde se requiere que el trabajador mantenga expresiones faciales y corporales observables con la intención de crear sentimientos o emociones particulares en los clientes. Hay trabajos donde el trabajo emocional es 12 Emociones: del olvido a la centralidad en la explicación del comportamiento muy evidente, TCP (azafatas de vuelo), recepcionistas de hotel, camareros/as, médicos, enfermeras, profesores, etc. El trabajo emocional se define como el acto de mostrar o exhibir la emoción apropiada. O de forma más precisa el esfuerzo, planificación y el control necesario para expresar las emociones organizacionalmente deseables durante las transacciones interpersonales Morris y Feldman, 1996, p.987) El trabajo emocional tiene las siguientes características (Hochschild, 1983; Morris y Feldman, 1997; Zapf, 2002): 1. Se da en interacciones cara a cara o vocales con los clientes (trabajo relacionado con las personas vs trabajo relacionado con objetos), 2. Las emociones se exhiben para influir en las emociones, actitudes o conductas de otras personas y, 3. La exhibición de emociones sigue unas reglas determinadas. A su vez cubre diferentes funciones dentro de las relaciones laborales, es decir, como parte de los elementos del trabajo ligados a la propia tarea, al trabajador y a la organización: Aumenta la eficacia. El TE es una parte del conjunto de una tarea y, así ayuda a llevarla a cabo y, al hacerlo, a aumentar su eficacia. Función instrumental. Ashforth y Humphrey (1993) consideran al TE como una forma de manejo de la impresión. Esto supone que el fin último del TE es influir en las emociones de los clientes, de ahí su función instrumental. Desarrolla y/o estabiliza las relaciones entre clientes y organización. Facilita la consecución de los objetivos organizacionales. Por otra parte, el Trabajo Emocional no es un todo uniforme y podemos encontrar diferentes tipos del mismo, así como diferentes dimensiones en las que podemos estudiarlo y analizarlo. 2.3.1. Tipos de Trabajo Emocional (aspectos cualitativos) (Hochschild, 1983). Actuación superficial: incluye las emociones simuladas que no son sentidas en ese momento por la persona, manifestadas mediante rasgos verbales y no verbales, tales como expresiones faciales, gestos, y tono de voz. Por lo tanto, en la actuación superficial, las emociones son fingidas pero no experimentadas. Actuación profunda incluye el intento de sentir las emociones que en un momento determinados uno desea expresar o manifestar. A tal fin, pueden usarse dos vías: exhortando los sentimientos (por ej. evocando o Las Emociones en la Enseñanza y el Aprendizaje de las Ciencias y las Matemáticas 13 suprimiendo emociones activamente) o mediante el entreno de la imaginación (por ej. evocando activamente pensamientos, imágenes y recuerdos para inducir las emociones asociadas a los mismos). 2.3.2. Tipos de trabajo emocional (aspectos cuantitativos) (Morris y Feldman, 1996; 1997). Frecuencia de las manifestaciones emocionales (por ej. La frecuencia de las interacciones entre los profesionales y los usuarios). Es una de las dimensiones más estudiadas, ya que los clientes trabajarán con mayor probabilidad con organizaciones con las que hayan establecido lazos afectivos y de respeto a partir de la conducta de los empleados de las mismas. Atención requerida en la exhibición de reglas (por ej. La duración e intensidad del trabajo emocional). La duración y la intensidad están relacionadas positivamente. Duración de la exhibición emocional: Interacciones cortas implican formatos altamente estructurados y requieren poco esfuerzo emocional. Interacciones prolongadas requieren mayor esfuerzo emocional y por lo tanto mayor trabajo emocional. Intensidad de la exhibición emocional: Se refiere a con qué fuerza o con qué magnitud se experimenta o se manifiesta una emoción. Variabilidad de las emociones expresadas (por ej. El rango de emociones que se espera que muestre un profesional en una situación determinada. A mayor número y variedad de emociones expresadas, mayor será el trabajo emocional de los empleados. Así, los empleados que tienen que ir modificando el tipo de emociones expresadas para ajustarse a cada una de las situaciones tienen que implicarse más activamente en la planificación, orientación y control de su conducta. Esto supone que la cantidad de energía psicológica que tienen que gastar en el trabajo emocional es mayor. 2.3.3. Dimensiones del Trabajo Emocional: Disonancia Emocional. En el modelo de Hochschild, aparece como una consecuencia de la actuación superficial. Por su parte, Middleton (1989), la define como el conflicto entre las emociones auténticamente sentidas y las emociones que la organización requiere que sean exhibidas. Los trabajadores pueden experimentar disonancia emocional cuando la expresión emocional requerida por las reglas de exhibición prescritas por el trabajo chocan con sus sentimientos internos o reales . La disonancia emocional ha sido considerada de diferentes formas por distintos autores: Abraham (1998) y Rafaeli y Sutton (1987) la consideran como un conflicto 14 Emociones: del olvido a la centralidad en la explicación del comportamiento persona-rol. Morris y Feldman (1996) la consideran como una dimensión del TE. Otros autores como Hochschild la consideran como una consecuencia del TE y Zapf (2002) la considera como una demanda del trabajo, es decir, como un problema de regulación emocional A partir de los trabajos y estudios de los diferentes autores encontramos, especialmente a la hora de medir el Trabajo Emocional diferentes dimensiones del mismo: Dimensiones teóricas: o Requerimientos (requisitos) emocionales: Emociones positivas Variedad de emociones y necesidad de manejar emociones negativas Requisitos de sensibilidad o Control del trabajo emocional o Disonancia emocional Dimensiones empíricas o Emociones positivas o Emociones negativas o Emociones neutras o Requisitos de sensibilidad o Control de la interacción o Disonancia emocional Cuadro 2. Las reglas de exhibición como parte integrante de la organización (Zapf, 2002). Las Emociones en la Enseñanza y el Aprendizaje de las Ciencias y las Matemáticas 15 2.3.4. Manejo de las emociones en el trabajo A pesar de lo dicho en párrafos anteriores, Aún ahora, se mantiene el mito de que las organizaciones son desapasionadas y racionales (la racionalidad es buena, las emociones son malas). Las personas pueden manejar sus respuestas emocionales en las situaciones de trabajo, tanto para beneficiarse a sí mismas, como para beneficiar a sus organizaciones. Definiendo las Respuestas Emocionales: Se consideran como tales, todos los fenómenos emocionales que tienen impacto en el rendimiento y en la salud (emociones, impulsos, sentimientos, estados de ánimo, respuestas al estrés, episodios emocionales, etc.). Tipos: Respuestas emocionales funcionales, aumentan el rendimiento. Respuestas emocionales disfuncionales, disminuyen el rendimiento. Cuadro 3. Estrategias para regular las emociones. 2.4. Autorregulación emocional El concepto de autorregulación emocional se ha hecho popular a partir del concepto de inteligencia emocional. De hecho, es el concepto más próximo a la acepción original del concepto de inteligencia emocional que proponen Salovey y Mayer antes de que lo popularizara Goleman . Se trata de la capacidad para controlar nuestras propias emociones de forma adaptativa, ya que las tendencias conductuales que provocan las emociones no siempre son adecuadas en el entorno en el que nos encontramos en un momento determinado y, además, manifestar las emociones que sentimos o sentir una emoción con demasiada intensidad, puede impedirnos conseguir nuestros fines. 16 Emociones: del olvido a la centralidad en la explicación del comportamiento El interés por la autorregulación emocional se ha centrado en los beneficios adaptativos que supone ser capaz de ajustar los estados emocionales. Por lo tanto, se ha conceptualizado la autorregulación emocional como, las habilidades para modular el afecto. También como un conjunto de procesos intrínsecos y extrínsecos responsables de modificar las reacciones emocionales, tanto positivas, como negativas. (Fernández-Abascal, 2008, p.37). En todos los casos, el afecto positivo desempeña un papel determinante en el uso más eficiente de las emociones. De hecho, bastantes estudios relacionan el afecto positivo con el optimismo que influye en la motivación y el rendimiento (Kluemper, Little y DeGroos, 2009; Luthans, Youssef y Avolio, 2007). Gross (1999) ha tratado de resumir el proceso de autorregulación emocional en cinco apartados, es decir, las personas pueden regular sus emociones: a) seleccionando las situaciones; b) modificando las situaciones; c) regulando la influencia de los estímulos emocionales a través de la atención, d) cambiando la evaluación cognitiva de la situación o, e) modificando sus respuestas. Por otra parte, el concepto de autorregulación emocional está muy próximo al de afrontamiento (coping), del que se han elaborado tipologías que permiten describir y medir las estrategias de afrontamiento que maneja la persona ante determinadas situaciones. En general, podemos decir que la autorregulación emocional no es una simple estrategia de disminución de la intensidad emocional, sino que se trata de un proceso de transformación de las emociones. Según esto, tenemos una cierta capacidad para evaluar nuestras emociones, de forma más o menos consciente e intentar llegar hacia aquellos estados emocionales que presenten menos inconvenientes o supongan más ventajas para una situación determinada, sea cual sea esta, es decir, en situaciones de aprendizaje, trabajo o cualquier otra que suponga elicitar emociones (que son prácticamente todas, en mayor o menor medida). De ahí la importancia de las emociones en el control, manejo y gestión de nuestra conducta y la de los demás. 3. 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