La vinculación - Pisani movement

Transcripción

La vinculación - Pisani movement
La vinculación Nos referimos a la relación del niño con sí mismo, con el mundo externo y con los demás. Con sí mismo La armonía o la falta de armonía interna del niño se refleja en el grado de confort o de incomodidad. Si el bebé está sufriendo molestias internas, su atención será dirigida a buscar un alivio interior. Si el ambiente interno del bebé está funcionando de manera eficiente podrá dirigir su atención hacia el exterior para interactuar con su entorno. Con la Tierra Subyaciendo la capacidad del bebé para conectarse con el mundo exterior está su capacidad de relacionarse con la tierra a través de la gravedad. Esta capacidad de conectarse se llama ceder (yielding) En el útero esto se hizo a través del líquido. Después del nacimiento se hizo a través del aire. Si el bebé tiene dificultades para ceder en la gravedad, no será capaz de relajarse y se distanciará de la tierra. Si el bebé tiene dificultades para superar la fuerza de la gravedad, que se derrumbará en la tierra y no podrá ser plenamente activo Si él bebé puede tanto ceder como alejarse de la gravedad (empujar) se desarrollará fácilmente a través de su interacción física con la tierra, su propio planeta. Con el Espacio La manera en que el niño se relaciona con la gravedad también se reflejará en su relación con el espacio. Si el bebé tiene dificultades para ceder en la gravedad, será fácilmente sacudido por la estimulación antes de reaccionar, moviendo excesivamente a través del espacio. Si el bebé tiene dificultades para superar la fuerza de la gravedad, va a necesitar más estimulación antes de que responda, y sus movimientos a través del espacio se reducirán. Si el bebé se relaciona con facilidad con la gravedad y las fuerzas de anti gravitatorias, podrá modular sus reacciones ante cualquier estímulo Yo introduzco los patrones de ceder y empujar para destacar sus relaciones o vinculaciones con sí mismo, con el mundo físico externo, especialmente con el suelo y con los otros. Estos patrones son puntos importantes a los cuales presto atención durante la sesión. Hay cuatro aspectos a considerar: 1. Supervivencia: no sólo física sino también emocional. 2. Confort: no debemos proponer actividades que el niño no quiere hacer. Llorar no es una buena señal. 3. Vinculación: ¿cómo podemos dar sostén al niño? ¿Cómo podemos observar y dejar que él decida qué hacer y cómo hacerlo? La clase no tiene como objetivo o intención la de conducir al bebé hacia cualquier tipo de logro. 4. Curiosidad: El bebé necesita tiempo para descubrir. El hecho de que no se mueva o que no haga cosas que otros niños hacen, no significa que no sea curioso. El material utilizado en clase les proporciona posibilidades para dirigir su atención y devenir curioso. La clase no es un campo de entrenamiento. En el primer año de vida se establecen las condiciones para poder llegar y sentir ser amado. 

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