¿que Hay En Un Nhombre?

"¿que Hay En Un Nhombre?"
(*) Reunión Lacanoamericana De Psicoanálisis. Porto Alegre. L993
Cristina Saenz
"La paternidad es una ficción legal. Un padre es un mal necesario, descansa desarmado de
paternidad, habiendo transmitido ese estado mítico a su hijo. ¿Qué hay en un nombre?.
Si el padre que no tiene un hijo no es un padre, ¿puede ser hijo el hijo que no tiene padre?."
"No siendo hijo, era y se sentía ser el padre de toda su raza". (2)
¿Qué hay en un NOMBRE?. JAMES JOYCE, articula en esta pregunta su problemática
estructural, un padre que descansa desarmado de paternidad, qué lugar le cabe al hijo que no
tiene padre, y también nos habla de una transmisión, transmisión de un estado mítico. ¿Qué
quiere decir, para nosotros psicoanalistas, esta transmisión que pudo acontecer de un padre
carente?. Y si decimos carente, decimos forclusión del NOMBRE del PADRE, forclusión de la
función padre, operatoria fundante de la estructura que no se cumple.
En relación a esta pregunta, Joyce, edifica su obra, sostén de una estructura que puede
anudar, construcción de un nombre, que supo inscribir en las actas de la nueva literatura.
" Se trata de una pregunta, dice Lacan, que se le plantea al sujeto en el plano del significante,
en el plano de su ser."(1)
Pregunta que está en el lugar de un significante ausente, ausencia de un Padre que nombre,
forclusión del Nombre del Padre, y en esa falta constitutiva, se construye un suplemento que
anuda.
¿Con qué hilos de ausencia Joyce teje la trama de su vida, de su arte?
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Pregunta que insiste y que también interroga a su hermano, Stanislaus: "¿Cómo un padre tan
débil engendró un hijo con tanta fuerza?".
Pregunta que me interroga y que me lanzó en su obra y en su biografía, tratando de dar
cuenta con qué marcas Joyce construye su saber hacer, ahí, en el lugar de una falta, en el
lugar de una ausencia fundante, de una operatoria forcluida.
"¿Qué se agita en mí,
reclamando una respuesta,
como un águila a otra águila,
en el aire,
reclamando salvación
y protestando por un inicuo abandono?"
Epifanias, voces que epifaniza haciendo letra, letra que moldea, bordea, captura, detiene el
sentido, se protagoniza, hace cuerpo, poesía, música, rasgos que sueltos, desparramados,
ineficientes, le vienen del padre.
Voces que escriben y describen, construyen una historia, la de un pobre estudiante dublinés
convertido en Héroe:
"Había estado escuchando constantemente las voces de sus profesores que le excitaban a
ser antes que nada un perfecto caballero y un buen católico. Había oído otra voz que le
mandaba ser fuerte, viril y saludable. Cuando el movimiento a favor de un renacimiento
nacional se había comenzado a sentir en el colegio, otra voz le había invitado a ser fiel a su
patria y a vivificar su lenguaje y sus tradiciones. En lo profano, habría otra voz que le invitaría
a reconstruir con su trabajo la derruida hacienda de su padre, y entre tanto, la voz de sus
compañeros le mandaba ser un buen camarada, y era el zumbido vacío de todas estas voces
lo que le hacía titubear en la persecución de sus propios fantasmas"(2)
"Qué ocurre cuando el registro del padre está ausente?"
"Qué ocurre si se produjo cierta falta en la función formadora del padre?"
"Si esa situación entraña la imposibilidad de asumir la realización del significante padre a nivel
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simbólico, ¿qué le queda?.
Le queda la imagen a la que se reduce la función paterna, nos dice Lacan. Es una imagen que
no se inscribe en ninguna dialéctica triangular, pero, cuya función de modelo, de alienación
especular, le da pese a todo al sujeto un punto de enganche, y le permite aprehenderse en el
plano imaginario" (1)
"Estudiante de medicina, remero, tenor, actor aficionado, político de estruendo, pequeño
terrateniente, pequeño rentista, bebedor, buena persona, especialista en chistes y anécdotas,
secretario de no sé quién, no sé qué cosa en una destilería, colector de impuestos, quebrado,
y al presente ensalzador de todo su propio pasado, mi padre divertía con la virulencia,
variedad e incandescencia de las maldiciones que dedicó a su país natal y a todo lo de él,
letanía a la que su hijo mayor dice Amén, desde lo más profundo de su corazón"(2)
Retrato de un padre desflecado, con el cual y con esos restos, James, Stephen, Dedalus,
Joyce, teje su nombre:
"Así como nosotros tejemos y destejemos nuestros cuerpos día a día, y las moléculas van y
vienen, del mismo modo el artista teje y desteje su imagen".
"Centenares de páginas y decenas de personajes de mis libros proceden de él. Recibí sus
retratos, un chaleco, una buena voz de tenor y una extravagante inclinación licenciosa de la
que procede la mayor parte del talento que pueda yo tener".
Con esta imagen construye un Héroe y Artista, nombre que lo propicia y en nombre del cual
inicia su despegue herético.
Su escritura habla soportando lo Real de su falla, tejiendo una red que bordea, indica y
sostiene, crea cual artesano un vacío, desarmando la lengua, construye rutas que mediatizan
un goce mortífero, hace cuerpo, sostiene esa frágil cáscara que se le desprende.
"Y mientras las escenas de este ultrajante episodio pasaban incisivas y rápidas por su
imaginación, se preguntaba por qué no guardaba mala voluntad a aquellos que lo habían
atormentado. No había olvidado en lo más mínimo su cobardía y su crueldad, pero la
evocación del cuadro no le excitaba el enojo. A causa de esto, todas las descripciones de
amores y de odios violentos que había encontrado en los libros le habían parecido fantásticas.
Y aún aquella noche, al regresar vacilante hacia casa, había sentido que había una fuerza
oculta que le iba quitando la capa de odio acumulado en un momento con la misma facilidad
con la que se desprende la suave piel de un fruto maduro".
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Y esa falta de nombre que lo nombre, de padre nominante, de ese significante capaz de dar
un sentido al DESEO DE LA MADRE, le retorna en lo Real buscando ser simbolizado, el ghost
le retorna en lo real de sus sueños, de sus pesadillas, inaccesible al olvido, mantiene la vigilia.
En la trama vuelve su mirada a una mi- rada, mirada que no puede cubrir, que no puede
distanciar, que aterroriza, las que también vuelve letras en sus cartas a NORA.
"¿Puedes decirme una cura contra los sueños?. Me veo angustiado todas las noches por
sueños horribles y aterradores: la muerte, cadáveres."
"Murió sóla sin haberme perdonado y fortificada por los ritos de la Santa Madre Iglesia. ¿No
cree usted que me da pena de ese frío y seco amor que sentía por mí?. Luché contra su
espíritu mientras vivió, por culpa de ella he vivido años emigrado y en la pobreza. Pero, ¿no la
oye usted burlándose de mí mientras hablo?
Silenciosamente ella se le había acercado en un sueño después de morir, con su cuerpo
consumido en la suelta mortaja parda, oliendo a cera y palo de rosa: su aliento, inclinado
sobre él, mudo y lleno de reproches, sus ojos vidriosos, mirando fija- mente desde más allá de
la muerte para agitar y doblegar mi alma. Sus ojos puestos en mí para derribarme. No,
madre!. Déjame ser y déjame vivir!.
Pero Dublín no lo abandonaría, así como el espectro retorna una y otra vez, el exilio lo lleva
de ciudad en ciudad, tejiendo con hilos de ausencia la trama de su obra, destejiendo la trama
que lo aprisiona. Bordea una ausencia, prolijamente la recorre, reconstruye un Nombre
perdido en la carencia de su padre, se hace artesano de la lengua, padre de su lengua,
redentor de su raza, rasgos mesiánicos, marcas que cual estela marcan su letra, elevando lo
trivial a la categoría de arte, navegando en la misión que el arte le propicia dándole anclaje.
Stephen Dédalus y Simón Dédalus; Stephen Dédalus y Simón Bloom; J.J., James Joyce y
John Joyce; articulan padre-hijo; hijo-padre, en la construcción de un imaginario, a-a', barrera,
muro de letras ante un Otro no barrado, imaginario que sostiene en lo real una estructura
desanudada, anudando, hace nudo. Construye un nombre, hace serie.
Serie que inicia de la mano de los buenos padres jesuitas, se sirve de Santo Tomás, padre de
la Iglesia, con él, contra él y más allá de él, agujerea un pleno sentido que le retorna, crea
enigmas que lo representan y nos atrapan en una búsqueda que no cesa, en una ilusión de fin
y volver a empezar. Finnegans, fin y again. Libro-significante a no ser leído, imposible de caer.
Madre Iglesia, Madre Patria, Lengua Materna, hacen serie en una serie de destituciones, en el
intento de desarmarla y distanciarla, heréticamente responde, heréticamente elige en una
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pasión que le permite:
"aligerar la pesada carga de creencias que mi padre y mi madre me impusieron. Mi padre
quería que escogiera griego como tercera lengua, mi madre alemán, y mis amigos irlandés.
Resultado: elegí italiano".
Hereje, renegado, exiliado, errante, vagabundo, vagamundo, construyen el nombre de Héroe,
El Artista, El Creador, Redentor, Poeta-Padre de su raza, Ulises, Finnegans, hacen serie para
nominarse, para constituirse, para hacer del Nombre un nombre propio, nombres que lo
posicionan, que operan, constituyendo un lugar en el orden social, hace lazo.
Y en los lazos del amor está Nora.
"¿Cómo es que no puedo impresionarte a ti, muchacha orgullosa, pequeña ignorante y
coqueta de cálido corazón, como hago con otra gente con mis maravillosas poses?. Tú ves a
través de mí, tú, pequeña y pícara astuta de ojos azules, y te ríes, sabiendo que soy un
impostor, y aún me amas."
Si el nombre del padre es un nombre a perder, a caer, en JOYCE, el NOMBRE, se hace un
significante que insiste en un imposible a destituir, no es un significante que nombra la falta
tórica de la estructura, falta que falta, es un suplemento que sostiene un imaginario no
anudado borromeanamente.
Si la estructura es el nudo, constituido por tres registros, lo imaginario, lo simbólico y lo real, si
hay no un nombre del padre sino al menos tres, el padre imaginario, el padre real y el padre
simbólico, ¿podríamos pensar que el SINTHOME en JOYCE participaría de los tres registros?,
¿podríamos pensar que Joyce no construye un sinthome sino tres?
- La escritura.
- Nora, siguiendo el aforismo lacaniano, de la femme c'est le sinthome.
- Saber hacer lazo en lo social.
El lazo social, dando consistencia, empalma, sutura, lo imaginario a lo simbólico, convirtiendo
su obra en moneda de intercambio, sostenida por cartas y cartas que construyen una
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búsqueda de reconocimiento labrada artesanalmente, ofrecida como a, causando el deseo de
otros que lo sostienen, en un fuego que no deja apagar, siendo los dos tomos de Cartas
Escogidas un texto dentro del texto.
Nora, la femme, Nora como sinthome, en lo Real de una presencia, empalma lo Real a lo
Imaginario, le hace tope, presentificando un significante del Otro barrado igual a agujero.
La escritura, empalmando la falla de cruce de lo simbólico con lo real, en un saber-hacer,
donde la letra se convierte en protagonista, que nos atrapa en sus enigmas y en una
búsqueda sin encuentro, en un Wake, velorio, caída, pero también marca, surco, que nos
relanza en un ciclo que sostiene ese nombre que construye, " regreso a tí, mi frío padre, mi
frío loco padre, mi frío loco temeroso padre. Fin aquí. Finn, otra vez!. Un camino un solitario un
final un amado un largo el" A way a lone a last a loved a long the"
Dice Lacan, en el seminario 3: "Esta verdadera desposesión primitiva del significante será lo
que el sujeto tendrá que cargar y aquello cuya compensación deberá asumir, largamente en
su vida, a través de una serie de identificaciones a personajes que le darán la impresión de
qué hay que hacer para ser hombre".
NOTAS BIBLIOGRAFICAS:
1) Jacques Lacan. Seminario 3. Paidós.
2) James Joyce.
Stephen Hero
Retrato de El Artista Adolescente
Exiliados
Dublineses
Ulises
Finnegans Wake
Cartas Escogidas
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3) Stanislaus Joyce: "Mi hermano James Joyce"
4) Jacques Lacan: Seminario Le Sinthome
5) Isidoro Vegh: "Las Psicosis nos enseñan". EFBA l992.
6) Richard Ellmann: "JAMES JOYCE"
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