Estamos ante el renacer de la Educación Popular
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Estamos ante el renacer de la Educación Popular
Entrevista a Carlos Torres Estamos ante el renacer de la Educación Popular Perfil: Carlos Torres. Dr. En Pedagogía. Director Fundador del Instituto Paulo Freire en San Pablo, en la Universidad de California de Los Angeles, y de la Asociación Civil de Argentina. Fue uno de los fundadores de la Universidad Pedagógica Nacional de México (UPN). Con una tradición de 150 años, la Educación Popular, ligada a los grandes movimientos de reforma y a las luchas sociales, protagoniza una renovación en todo el continente y sigue siendo una posibilidad de inclusión educativa. Portal Educativo entrevistó a uno de sus máximos referentes, el Dr. en Pedagogía Carlos Torres, quien vino al país a dictar una conferencia en el contexto de la Universidad Pedagógica. Portal Educativo: ¿Cómo se define la educación popular? Carlos Torres: Desde la filosofía pedagógica, se basa en una noción de que la gente, incluso la más humilde, tiene conocimiento acumulado, una sabiduría y un conocimiento. Por eso Freire hablaba del conocimiento del conocimiento anterior. La gente que llega a la escuela no llega como una tábula rasa, sino con un modelo específico de sentido común, de entender, practicar y explicar. Pero es difícil a veces capturar la epistemología del sector popular, que es la que toma como punto de partida la Educación Popular. Es un modelo que se define como una práctica políticopedagógica. Muy a menudo las prácticas pedagógicas son políticas y muchas de las prácticas políticas son pedagógicas. Es imposible en un modelo de educación popular aceptar que la gente tiene una valorización neutral. La neutralidad es ya una toma de decisión política y también pedagógica respecto a un conjunto de aspectos. Portal: ¿Se aplica a todo tipo de conocimientos? Torres: Es un esfuerzo de darle más autonomía al docente, que gane nuevos espacios. En términos curriculares la educación popular trabajó clásicamente la lecto-escritura y los comienzos de las matemáticas. Ahora se ha convertido casi en un modelo de educación no formal desde donde uno puede adquirir todo tipo de nuevas experiencias, nuevas tecnologías y una certificación. Es un modelo de educación no formal, que tiene que ver también con la presencia de nuevos actores sociales, movimientos populares que quieren impactar la construcción del conocimiento. Portal: ¿Se extienden las prácticas de alternativas educativas en el contexto internacional? Torres: La educación popular como tradición, práctica y política se ha ido consolidando desde la segunda mitad del siglo XIX con la presencia de modelos de este tipo de educación en los sindicatos. Es decir, a partir de la vinculación con muchos de los grandes movimientos de reforma y a las luchas sociales. En América Latina, a través de todo el conjunto de revoluciones regionales, se convirtió en un mecanismo de articulación y organización político y pedagógica de los sectores sociales subordinados. Esa tradición se continúa y tiene un salto de calidad con la irrupción del modelo de Paulo Freire en Brasil, que impactó en el contexto de América Latina y del mundo, con lo cual la educación popular se vuelve un fenómeno internacional. Pocas teorías han impactado en el mundo académico internacional de América Latina, entre ellas se encuentra la Teología de la Liberación, la Educación Popular, la Teoría de la Dependencia y la Filosofía de la Liberación, cuatro de los elementos centrales que constituyen las bases teóricas desde donde trabaja Freire. Portal: ¿Hay otras experiencias? Torres: El impacto de Paulo Freire dinamizó en Africa o en Tanzania o en los distintos proyectos llevados a cabo en Norteamérica, o en México, en Centroamérica o en Brasil. Se han ido gestando modelos curriculares, de evaluación, de enseñanza aprendizaje, basados en aspectos de educación no formal y de educación popular. Cuando la Argentina entra en una crisis enorme en el 2001, con la caída del modelo neoliberal y con lo que había sido proyectado en el mundo como un ejemplo de que el neoliberalismo -a ni44PORTAL EDUCATIVO vel económico-social-político-, funcionaba, es cuando uno comienza a darse cuenta que los modelos de educación popular tienen legitimidad y son viables para ayudar a la gente a salir de estas crisis. Los modelos de educación popular se acercan mucho a las nuevas prácticas de los movimientos sociales en América Latina, especialmente en Argentina. Es muy importante que el Estado democrático encuentre mecanismos de asociaciones con los movimientos populares, porque sólo en la dialéctica de esa asociación mancomunada entre Estado democrático, es decir, administraciones populares y movimientos sociales, tiene sentido hablar de una educación popular. Portal: ¿Este mismo modelo que se da en la provincia de Buenos Aires se reproduce en otros sistemas educativos? Torres: Con las variaciones del caso y las peculiaridades de cada lugar. El modelo implementado en la provincia de Buenos Aires es muy imaginativo, pero a su vez abreva de toda una tradición de lucha y formulación pedagógica de más de 150 años. Imaginar que sus distintas municipalidades son lo mismo es un error. Hay que dar cuenta de las disparidades que existen por región, municipio, área. Este tipo de experiencias cada vez se desarrollan más en otras partes del mundo. Por ejemplo, en Estados Unidos está la Alianza de la educación popular, donde un conjunto de intelectuales vinculados a las universidades, a la educación de adultos, genera un proyecto político pedagógico y hacen una newsletter, una revista mensual. En Àfrica, en Asia, un estudiante mío hizo un estudio del impacto de Paulo Freire en las Filipinas y en Corea, y ahí se ve que hay un impacto directo de la educación popular. Portal: ¿En Estados Unidos también necesitan recurrir a la educación popular? Torres: Uno puede imaginarse a Estados Unidos como el país más rico del mundo. Pero es un país donde hay pobres, hay complicaciones multiculturales, donde se hablan muchas lenguas y los sectores dominantes quieren defender un monolingüismo. En ese contexto tan amplio existe una enorme cantidad de experiencias de educación popular, muy a menudo vinculadas específicamente, por ejemplo en Los Angeles, a los movimientos de los trabajadores inmigrantes indocumentados, que luchan por adquirir sus derechos. Muy a menudo también vinculado a trabajos que tratan de dignificar a la mujer. También, hay muchos educadores populares trabajando en educación de la lengua. Es decir, enseñar el inglés a gente que habla otros idiomas. Tres ejemplos, de una multitud de experiencias a las cuales yo tengo acceso, las visito, las sintetizo. Portal: ¿Qué alcance tiene en estos momentos la educación popular? Torres: Estamos en un renacimiento de la educación popular por el gran desafío de la vinculación de Estados democráticos en administraciones populares. Los movimientos sociales han traído en América Latina una renovación de la educación popular. Son experiencias que fueron acumulándose y avanzando hasta llegar a la experiencia de Paulo Freire en 1964 y el golpe militar en Brasil. Los golpes militares desorganizan, desarticulan los mecanismos de educación popular en América Latina. Lo que caracteriza la vuelta a la democracia es el regreso con pobreza. A partir de ahí es la presencia de los movimientos populares que ha redimensionado el impacto de la educación popular en América Latina. Es una educación corregida y aumentada, que utiliza simultáneamente la crítica al poder establecido y la creación de alternativas para ese poder establecido. Portal: ¿Sirve tan sólo con la voluntad para llevar adelante este tipo de educación? Torres: Sin voluntad no se puede hacer nada, pero también se necesitan condiciones intelectuales. Se requiere un cierto tipo de conocimientos, un aprendizaje de ciertas prácticas, un método, todo esto implica formación. Uno puede intentar hacer educación popular a partir de cualquier experiencia, estéticas, políticas, artísticas. Tenemos toda una tradición artística, por ejemplo, el teatro del Oprimido. Freire escribe un libro muy famoso, “Pedagogía del oprimido”, que todo el mundo debería leer. Creo que no hay un solo docente que no haya leído ese libro. Y quizás junto con Jhon Dui, autor de “Democracia y Educación”, son los dos textos clásicos de la filosofía de la educación del siglo XX. En ese contexto, yo pienso que sin método, sin rigor, sin calidad académica, sin proyecto, no se puede hacer educación popular. Pero sin ganas, sin deseo, sin energía, tampoco. Portal: ¿Cómo se inscribe la creación de la Universidad Pedagógica respecto a la educación popular? Torres: Yo fui profesor fundador de la Universidad Pedagógica Nacional, hace 30 años, en México, una de las experiencias quizás más completas de una universidad pedagógica. Por lo tanto conozco bien las experiencias latinoamericanas de universidades pedagógicas. La de Buenos Aires, como ha sido formulada en este contexto, refleja los principios de la educación popular y da cuenta de necesidades específicas. Se ha creado una Licenciatura en Pedagogía Social, que es quizás un gemelo de muchos de los modelos de educación popular. Ya tienen en servicio un conjunto grande, más de dos mil personas, que podrían aprovechar una transición educativa para poder adquirir un nivel de certificación, una tecnicatura, una licenciatura, a través de la universidad pedagógica provincial. Esta iniciativa rescata un espíritu de lucha y conocimiento anti-burocrático, sólo entendible en un contexto de educación popular y que además es una necesidad. No sólo por el empobrecimiento de los sectores de la población a los cuales la pedagogía social o la pedagogía popular atiende, sino por otros elementos en juego. Portal: ¿Cuáles son esos elementos? Torres: Por ejemplo el multiculturalismo, cómo lograr que todas las culturas se integren fluidamente en un diálogo. La cuestión de las lenguas. Tenemos, y aquí en la provincia de Buenos Aires me parece que será fácil mostrarlo, un gran número de estudiantes cuya primera lengua es una lengua indígena, no es el castellano, y entonces el elemento lingüístico multicultural -porque hay elementos raciales multiculturales-, son de una importancia enorme. La Universidad Pedagógica va a dar cuenta de estos fenómenos mientras que muchas universidades tradicionales no han podido hacerlo o por falta de atención y dedicación, o porque tienen una membresía mucho mayor y apuntan a muchos tipos distintos de prácticas y especialidades y formaciones y carreras. Mientras que un conjunto de actividades desarrollado bajo la guisa de la pedagogía social o de la universidad pedagógica provincial va a tener una especificidad adecuada, pertinente y necesaria, dado el tipo de compromiso social que hay en este momento con la educación argentina y el tipo de deuda social que hay con respecto a la educación.