Diferenciación y explicación causal en los escritos biológicos de

Transcripción

Diferenciación y explicación causal en los escritos biológicos de
Diferenciación y explicación causal en los
escritos biológicos de Aristóteles
Alejandro Farieta1
Resumen
En sus textos biológicos, Aristóteles no parece seguir su propio modelo científico
expuesto en sus obras sobre teoría de la epistêmē en los Analíticos Posteriores. Para
solucionar este problema ofrece en este texto una interpretación del modelo científico
aristotélico que se ajuste más a su práctica científica en los textos biológicos, apelando
a dos momentos en la epistêmē: uno investigativo, en el cual se recogen observaciones
y se realiza un primer y básico trabajo de análisis en el cual se registran diferenciaciones básicas entre los objetos observados; y un segundo momento, más expositivo,
en el cual se presentan, a partir de los principios propios de cada epistêmē, las observaciones que hacen parte de la epistêmē desarrollada, trabajo basado principalmente en
explicaciones causales que den cuenta de las diferenciaciones registradas en el primer
momento. Para concluir, se probará que a pesar de esta distinción entre dos momentos
del quehacer científico, se trata de dos momentos conceptualmente —pero no temporalmente— distinguibles, pues en la práctica ambos pueden darse a la par.
Palabras clave: Aristóteles, biología, epistemología, explicación causal, diferenciación
Abstract
Aristotle, in their biological texts, doesn’t seem to follow his own scientific model exposed
in his works about epistêmē theory in the Posterior Analytics. To solve this problem, in this
text it’s offered an interpretation of the Aristotelian scientific model that better can fit into
his scientific practice on the biological texts, appealing to two stages in the epistêmē: the
first, investigative, in which observations are collected and a first and basic job o analysis
is carried out, in which basic differentiations between the observed objects are registered;
and the second, more expositive, in which are presented, from the proper principles of each
epistêmē, the observations that takes part of the epistêmē developed, work based mainly
in causal explanations that expound the differentiations registered in the first moment.
To conclude, it will be proved that, despite this distinction between two moments in the
scientific work, the distinction is between two conceptually —but not temporarily—
distinguishable moments, since in the practice both can occur at the same time.
Keywords: Aristotle, biology, epistemology, causal explanation, differentiation
1
Candidato a Doctor en Filosofía – Universidad Nacional de Colombia. Profesor Universidad El
Bosque / Universidad Pedagógica Nacional – Bogotá, Colombia. Correo electrónico: a.farieta@
gmail.com.
Diferenciación y explicación causal en los escritos biológicos de Aristóteles - Alejandro Farieta
Una de las grandes discusiones acerca de los tratados biológicos de Aristóteles tiene que ver con la manera como en dichos tratados el Estagirita aplica
la metodología que ha expuesto en los Analíticos Posteriores (APo.)2 , texto en el
cual aparece expuesta la manera según la cual debe desarrollarse una epistêmē 3 .
En pocas palabras, una epistêmē debe partir de unos principios, a partir de
los cuales, y por medio de estrictas deducciones, se alcancen las conclusiones propias de la epistêmē, conclusiones que Aristóteles llamará —y que se
conocerán en la historia de la filosofía y de la ciencia— teoremas. Estos serán
entonces los elementos fundamentales de la epistêmē: principios —ya se trate
de definiciones o de axiomas—, demostraciones y teoremas o corolarios.
Sin embargo, en los escritos biológicos no aparecen estos elementos. Esta
incongruencia que existe entre la teoría científica aristotélica y su práctica ha
sido notada en repetidas ocasiones por los intérpretes. Gotthelf reseña dos
aspectos importantes que son clásicamente sujetos a crítica con respecto a la
cientificidad —en los mismos términos aristotélicos— de los tratados biológicos, especialmente entre APo. y un breve pero muy importante tratado
aristotélico, llamado Sobre las partes de los animales (PA): “The absence of
explicit syllogisms and of an explicit axiomatic structure is the basis of the
twofold discrepancy between the APo. theory and the PA practice” (Gotthelf
1987)4 . Los puntos importantes son básicamente dos: (1) los escritos biológicos
no presentan rigurosamente una cadena de demostraciones, tal como se
2
Utilizaré las siguientes abreviaturas para los títulos de las obras aristotélicas:
APo. (Analytica Posteriora) Analíticos posteriores
APr. (Analytica Priora) Analíticos primeros
DA (de Anima) Acerca del alma
DC (de Caelo) Acerca del cielo
GA (de Generatione Animalium) Generación de los animales
HA (Historia Animalium) Investigación de los animales
IA (de Incessu Animalium) Marcha de los animales
PA (de Partibus Animalium) Partes de los animales
Resp. (de Respiratione) Acerca de la respiración
3
Es difícil traducir con completa precisión el término griego epistêmē. Clásicamente se han utilizado
expresiones como ‘ciencia’, ‘conocimiento’ o ‘conocimiento científico’. Barnes ha propuesto, para
la lengua inglesa, utilizar la expresión ‘understanding’ (Barnes 1993 82), intentando marcar la
diferencia que hay entre esta expresión y la más amplia y más vaga de ‘knowledge’. Sin embargo,
utilizar el término ‘entendimiento’ podría suponer que se trata de una facultad mental más que de
un proceso —lo cual parece estar más cerca de la posición de Aristóteles—. Dadas estas dificultades,
prefiero simplemente mantener la expresión griega.
4
Esta crítica bien podría hacerse en general a los tratados en donde se hace práctica científica, más
que teoría de las características que debe cumplir cualquier epistêmē —como, e.g. DA o DC entre
otros—.
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pretende establecer que es el procedimiento correcto de una epistêmē en APo.
(2) No hay una axiomática clara en los escritos biológicos, pues no aparecen
claros ni las definiciones ni los principios de los que parte.
Varias estrategias se pueden utilizar para resolver este problema. La primera
de ellas sería encontrar en los escritos biológicos estos elementos, a saber, principios y demostraciones, para así mostrar que realmente se está llevando a cabo
el desarrollo científico propuesto en APo.5 , de esta manera, se haría coherente el
fundamento teórico del conocimiento científico que se plantea en los APo. y el
desarrollo de éste que se lleva a cabo en los escritos biológicos. Esta estrategia
puede resultar problemática por distintos aspectos, el primero de ellos es que
sería tratar de forzar demasiado el texto de los escritos biológicos para que tuviera
una claridad y una sistematicidad que obviamente no tiene; por otra parte, sería
muy ingenuo y problemático creer que lo único que se propone en APo. es una
teoría según la cual la epistêmē debe ser solamente una cadena de demostraciones
científicas con base en ciertos principios propios de cada ciencia.
Una segunda estrategia, tal vez más provechosa y más enriquecedora filosóficamente que la anterior, es tratar de reinterpretar el concepto aristotélico de
epistêmē, y darle un carácter mucho más amplio, de manera que no se reduzca
a una mera axiomatización. De esta manera, —y es el objetivo de este trabajo—
es posible encontrar en los APo. elementos a través de los cuales se pueden
dar buenas explicaciones, más que meras cadenas de demostraciones. En este
sentido, si queremos hacer ciencia natural —o cualquier epistêmē, en general—,
lo que debemos hacer es explicar.
Según un buen número de intérpretes, el texto crucial para entender la
relación entre los escritos biológicos aristotélicos y APo. es el primer libro de
PA el cual, según Lennox, “was intentionally written to answer the question of
how the Analytics model of science is to apply to Aristotle’s paradigm natural
substances, animals” (Lennox 1994 99).
El principal elemento metodológico que aparece en PA i es el concepto
de diaíresis (diferenciación). Este elemento aparece como una reforma de
la propuesta platónica del método de la dicotomía de los diálogos tardíos —
particularmente del Sofista y el Político—, método con el cual Platón pretendía
hacer una clasificación de todos los ‘seres’ u objetos existentes. Para explicar
brevemente la dicotomía platónica, tomemos un ejemplo: intentemos hacer
una clasificación de los animales; para ello, Platón distinguía entre los de los
ápodos y los que tienen patas. Luego los que tienen dos patas y los que tienen
5
Esta es, entre otras, la estrategia de Gotthelf (1987), quien trata de mostrar los diferentes ‘principios’
que aparecen, particularmente en PA ii-iv.
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más; luego los que tienen cuatro y los que tienen más, y así sucesivamente;
luego los de dos patas se clasificaban en los que tienen plumas y los que no, y así
hasta llegar a las infimae species, o las clases más determinadas de seres —tal vez
algo similar a lo que se llama en la clasificación taxonómica moderna la ‘especie’,
o tal vez la ‘subespecie’—. Esta taxonomía platónica resultante de su método
dicotómico se basaba fundamentalmente en el principio del tercero excluido: o
algo tenía cierta propiedad o no la tenía, y así hasta haber colocado a cada uno
de los seres en su respectivo lugar en la escala.
Aristóteles retoma el espíritu de este método de clasificación —particularmente
en lo que respecta a los seres vivos— pero hace algunos cambios considerables, de
los cuales el fundamental es no establecer simples dicotomías, como hacía Platón,
sino dividir en tantas especies como sea necesario en el proceso de diferenciación.
De esta manera, no se distinguirán los que tienen plumas de los que no tienen,
sino los que tienen plumas de los que tienen piel, los que tienen escamas y tantos
otros como especies haya del género o la clase de animales que se esté intentando
diferenciar; esta es justamente la propuesta de PA i 2-4.
La pregunta que surge a continuación es, ¿qué se dice en los APo. con respecto
a la diaíresis? Si este es el método que Aristóteles sigue, explícitamente, en los
tratados biológicos —o por lo menos en PA—, encontrar puntos de contacto
entre este método y su teoría científica en APo. ayudaría sustancialmente a
resolver el problema que hemos mencionado.
El aporte más significativo con respecto a esta pregunta ha sido hecho por
Ferejohn, quien trata de demostrar que en la teoría expuesta en APo. hay dos
momentos en la construcción de la epistêmē: el primero, que es un trabajo
previo a la demostración, en el cual se establecen definiciones y otros principios;
y el segundo, en el cual sí comienzan a aparecer las demostraciones (Ferejohn
1982 385). De esta manera, la epistêmē en su primero momento se encarga de
establecer definiciones, fundamentalmente a partir del reconocimiento de diferencias. Dice el Estagirita:
Cuando uno trata algo global, conviene dividir el género en las primeras
cosas indivisibles en especie […] y a continuación intenta tomar así las
definiciones de ellas […] y después de ello, una vez admitido qué es el
género […] observar las afecciones propias a través de las primeras
[propiedades] comunes (APo. 96b15–22).
A partir de este pasaje concluye Ferejohn “Aristotle is making the strong claim that the
breakdown of a genus into its infimae species by Platonic division (or something much
like it) is not simply a useful aid, but an indispensable prerequisite to the construction of
demonstrative syllogisms concerning that genus” (Ferejohn 1982 384).
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Siguiendo esta misma línea, Lennox (1991) trata de demostrar que Aristóteles
llama historía a este estado pre-demostrativo de la investigación científica, y que tal
información pre-demostrativa aparece consignada en el tratado biológico de mayor
extensión: la Investigación sobre los animales, y de allí su nombre latino, Historia Animalium (HA). El pasaje fundamental para apoyar esta interpretación es el siguiente:
Si se toma lo que se da en relación con cada cosa, es ya competencia nuestra
exponer cumplidamente las demostraciones. En efecto, si no se deja de
lado en las descripciones (historíai) nada de lo que se da verdaderamente
en las cosas, estaremos en condiciones, acerca de todo aquello de lo que hay
demostración, de encontrar y probar esa demostración, y hacer evidente
aquello de que no es natural que haya demostración (APr. 46a22-27).
Ahora bien, tenemos evidencia textual para apoyar el hecho de que Aristóteles
llame historía a los textos que conforman HA, y por lo tanto podemos afirmar que los
datos allí recogidos simplemente son ese estado pre-demostrativo, en el cual se establecen las diferencias entre los animales, para luego, a partir de estas observaciones y
descripciones, mostrar las causas que dan lugar a estas diferencias. Este sería el caso de
cada uno de los tratados biológicos específicos (HA 491a7-14; PA 646a8-12; IA 704b910). Así las cosas, tenemos una teoría de la explicación científica que se encarga, en un
primer momento, de recoger observaciones y establecer diferencias entre cada una de
las clases del objeto de estudio, y luego de buscar las causas por medio de las cuales
podemos explicar dichas diferencias, o, en palabras del propio Lennox:
Aristotle’s guiding question in his zoology seems to be, Why do all and
only the animals have this feature? His answer seems to require starting
with the differentiae and asking how widely a given differentae extends
in relation to others —that is, he seeks to identify groups relative to some
difference and not to identify the difference relative to a pre-established
group. This method succeeds in identifying animals with commensurately
universal differentiae, the first step toward causal accounts in the explanatory model proposed in the Posterior Analytics (Lennox 1991 65).
Vemos así cómo estos autores dan una cierta coherencia entre la teoría científica de los APo. y su práctica científica en los escritos biológicos acudiendo
a una distinción fundamental entre dos momentos de la investigación: uno,
inicial, en el cual se hace un gran barrido lleno de observaciones y de diferencias entre los elementos observados —al cual pertenecería HA—, y luego se
hace una explicación pormenorizada de dichas diferencias, ya con un nivel de
especialización mucho mayor que el mero establecimiento de distinciones —
allí entrarían textos como PA, MA, IA, GA, etc.—.
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Hay dos aspectos que me parecen un tanto problemáticos de esta caracterización de los textos biológicos con respecto a su relación con los APo. El primero
tiene que ver con la distinción entre dos momentos en la investigación a los
cuales corresponderían los textos de Aristóteles, en el primero de los cuales
solamente se harían divisiones o distinciones, ¿pero acaso no aparecen cierto tipo
de ‘explicaciones causales’ en HA, las cuales no tienen que ver simplemente con
divisiones o distinciones? El segundo punto que quiero problematizar, el cual
quizás aclare mejor el primero, es que no es claro que, según Aristóteles, los dos
momentos de la epistêmē sean necesariamente el uno posterior al otro; es decir,
no creo que tengamos un momento T1 en el cual nos encargamos de registrar
todo tipo de observaciones y de establecer diferencias, y luego un momento
T2 en el cual sí nos dediquemos a buscar explicaciones. Por el contrario, la
propuesta del presente texto es que si bien estos dos momentos son teóricamente diferenciables, no son diferenciables temporalmente. Veamos en detalle
cada una de estas propuestas.
En HA podemos encontrar no solamente un sinnúmero de observaciones,
a través de las cuales se establecen diferencias entre unos animales y otros.
También podemos hallar un buen número de registros que podríamos caracterizar no como meras observaciones sino como explicaciones. Quisiera tomar
algunos ejemplos:
[a] Los animales están en guerra unos con otros cuando ocupan los
mismos lugares y cuando sus medios de subsistencia proceden del mismo
sitio. En efecto, si la comida es escasa, incluso los animales de la misma
especie combaten entre sí (HA 608b18-22).
[b] Los peces grandes son enemigos de los pequeños, porque el grande
se come al pequeño. Y esto es lo que sucede con los peces del mar (HA
610b17-19).
[c] Muchos otros cuadrúpedos actúan sagazmente para procurar remedio
a sus males (HA 612a1-2).
[d] Cuando una yegua muere, las que pacían juntamente con ella crían
al potrillo de la muerta. Y es que de una manera general, el sentimiento
maternal parece estar por naturaleza desarrollado en la especie equina.
He aquí una prueba: a menudo sucede que las yeguas estériles quitan los
potrillos a sus madres y los cuidan con ternura; pero como no tiene leche,
los echan a perder (HA 611a10-14).
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[e] De los animales salvajes, unos están siempre en guerra entre sí, y otros,
como ocurre entre los hombres, solo ocasionalmente (HA 610a3-5).
[f] Así pues, las relaciones de amistad y las luchas entre los animales
citados vienen determinadas por la comida y por el género de vida (HA
610a34-35).
Tenemos aquí no solamente una serie de observaciones, sino que sin duda
alguna el propósito de Aristóteles es también explicar ciertas conductas de los
animales. En [a] tenemos una clara relación entre el hecho de que haya guerra
y una de sus posibles causas: la falta de alimento; lo que resalta Aristóteles es
que siempre que falta alimento hay guerra entre los animales. El caso de [b]
es bastante similar: se muestra el comportamiento de cierto tipo de animales:
los peces grandes que se comen a los pequeños; de esta manera se explica por
qué son “enemigos”. [c] es un caso típico de explicación teleológica: un animal
hace una cosa para conseguir otra. En [d] tenemos lo que podríamos llamar
una generalización: en los quinos está bastante desarrollado el sentimiento
maternal; a partir de esto se explica por qué una yegua adopta fácilmente a
un potro que ha quedado huérfano. El caso de [e] y [f], bastante similares, son
ciertas conclusiones generales que saca Aristóteles de alguna de las observaciones que ha mencionado anteriormente.
Es preciso aclarar que la muestra puede resultar poco representativa, aunque
sin querer excusar esta falta de exhaustividad para con el resto del libro, parece
suficiente para señalar que el objetivo de HA no puede ser solamente registrar observaciones y resaltar diferencias. No se puede negar que dichas cosas
suceden aquí, pero tampoco se puede negar que el nivel de abstracción con el
que Aristóteles reseña el comportamiento animal es lo suficientemente amplio
como para decir que aquí también está buscando dar cierto tipo de explicaciones. Por otra parte, también es preciso acarar que si bien las explicaciones
que se encuentran en textos como PA son de un nivel de complejidad mucho
mayor que las que se encuentran en HA, pues, como ya ha señalado Balme
(1987 90), es posible encontrar un cierto tipo de recuento muy rápido y muy
críptico en HA y luego, en otro tratado, encontrar la explicación mucho más
completa (cf. HA 492b8; Resp. 473a19)6 . Sin embargo, esto es diferente: una
6
Balme concluye, a partir de este tipo de relaciones entre diálogos, que HA fue escrito
como el último de los tratados biológicos. Sin embargo, de ser así, ¿cómo explicamos
las supuestas referencias que hay a este tratado en los demás textos? Por otra parte, la
discusión cronológica entre estos textos se ha basado demasiado en el hecho de que se
considere primero un estado pre-demostrativo de la investigación científica, y luego sí el
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cosa es hablar del nivel de complejidad de la explicación, y otra cosa es señalar
que en un texto no se pretende dar ningún tipo de explicación.
La segunda crítica importante que aparece, al relacionar de esta manera los
dos momentos en la investigación científica, tiene que ver con el hecho de que
se considere uno temporalmente anterior al otro. Podemos determinar que
en ciertos casos Aristóteles muestra que hay anterioridad del conocimiento
empírico con respecto del conocimiento de universales, pero esto no quiere decir
que tal anterioridad sea estrictamente temporal, sino que, más bien, se debe estar
pasando constantemente de un lado a otro. Esto puede ocurrir cuando, al estar
buscando la causa de algo, dicha causa no la encontramos con las observaciones
que hemos acumulado ya, sino que tenemos que volver a observar para encontrar
aquello que causa lo que queremos explicar. Voy a tomar un ejemplo bastante
paradigmático: cuando Aristóteles en APo ii, 16 trata de explicar la anterioridad
de la causa con respecto al efecto, señala que tanto la causa como el efecto pueden
suceder al mismo tiempo, el ejemplo es el del árbol que pierde sus hojas. Reconstruyamos los dos tipos de argumentos que emplea Aristóteles:
(1a)
Todos los árboles que tienen hojas anchas las pierden
(1b)
La viña tiene hojas anchas
(1c)
La viña pierde sus hojas
Pero por otro lado podemos construir un argumento bastante similar concluyendo algo diferente:
(2a)
Todo los árboles que pierden sus hojas las tienen anchas
(2b)
La viña pierde sus hojas
(2c)
La viña tiene hojas anchas
Obviamente concluimos dos cosas diferentes, pero el asunto es ¿cuál de las
dos conclusiones es por naturaleza anterior a la otra? La propuesta de Aristóteles, en este caso, es tratar de encontrar la razón por la cual podemos afirmar
la primera premisa. La propuesta de Aristóteles la podemos reconstruir si
colocamos un término medio entre los dos términos de la primera premisa;
tendríamos así el siguiente argumento:
desarrollo cabal de dicha ciencia. Como se intentará probar más adelante, esta distinción
no necesariamente debe ser asumida como temporal, y por lo tanto no sirve como evidencia
contundente para decidir qué tratado fue escrito primero.
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(3a)
Todos los árboles que tienen hojas anchas coagulan la sábila
(3b)
Al coagularse la sábila se pierden las hojas
(3c)
Todos los árboles que tienen hojas anchas pierden sus hojas.
La moraleja que podemos tomar de este ejemplo es la siguiente: cuando la
causa que podemos proponer de aquello que se pretende explicar —en este
caso que la viña pierde sus hojas—puede servir igualmente para demostrar
aquello que nos sirve para explicar —que en este caso sería que la viña tiene
hojas anchas—, entonces el procedimiento a seguir es regresar a la observación,
para encontrar una causa adecuada para la premisa, que es, al parecer, la que no
ha quedado bien definida y que se puede explicar mejor.
Un pasaje bastante oportuno para apoyar esta interpretación de regreso a la
observación lo encontramos en APo ii, 13, en el cual se afirma lo siguiente:
Es preciso investigar, en primer lugar, considerando las cosas semejantes
e indiferenciadas, qué tienen todas ellas de idéntico; a continuación hay
que considerar a su vez otras distintas que están en el mismo género que
aquellas y son idénticas entre sí en especie pero distintas de aquellas otras.
Cuando en éstas se establece qué tienen todas de idéntico, y de igual
manera [se procede] en las otras, hay que observar, a su vez, si hay algo
idéntico en las cosas así consideradas, hasta llegar a un único enunciado;
pues éste será la definición de la cosa (APo. 97b6-13).
Queda pues, bastante claro, cómo es la observación lo que en últimas sirve
como elemento fundamental para dar explicaciones, y si no se han dado explicaciones satisfactorias, se ha de volver a ella, pues una investigación, aunque
tenga dos momentos claramente diferenciados —uno en el cual se recoge
sistemáticamente un buen número de observaciones, y se hagan las respectivas
diferenciaciones, y otro en el cual se busquen explicaciones para estas diferenciaciones— no por un momentos de la investigación es temporalmente anterior
al segundo, pues en una investigación, al hacer falta información para poder dar
explicaciones satisfactorias, puede ser preciso volver a observar para encontrar
nuevos elementos que sirvan para aclarar aquello que se pretende explicar.
¿Qué sucede, entonces, entre HA y los tratados especializados —como PA,
IA, etc.—? Lo que podemos concluir es, entonces, no que HA es un tratado
en el que se registran ciertas observaciones y se establecen un cierto tipo de
diferenciaciones y semejanzas entre animales, sino que además se pretende dar
un buen número de explicaciones, aunque estas resultan precarias, y se quedan
cortas para poder dar cuenta de muchas características particulares de los
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animales. La diferencia entre HA y los otros, siguiendo las palabras del Estagirita, no es una diferencia entre tipos distintos de trabajo investigativo, sino una
diferencia entre los niveles de profundidad a la hora de dar explicaciones.
Trabajos citados
Aristóteles. Analytica Priora et Posteriora. Ed. W. David Ross. Oxford: Oxonii e
Typographeo Clarendoniano, 1964.
—. “De Incessu Animalium”. Aristotelis Opera. Ed. Immanuel Bekker. Berlin:
Reimer, 1831. 704-714.
—. “De Partibus Animalium”. Aristotelis Opera. Ed. Immanuel Bekker. Berlin:
Reimer, 1831. 639-697.
—. “De Respiratione”. Aristotelis Opera. Ed. Immanuel Bekker. Berlin: Reimer,
1831. 470-480.
—. Historia Animalium. Ed. David M. Balme. Cambridge: Cambridge University Press, 2002.
Balme, David M. “The Place of Biology in Aristotle’s Philosophy”. Gotthelf &
Lennox. 90-119.
Barnes, Jonathan. Aristotle’s Posterior Analytics, Translated with Commentary. 2ª
ed. Oxford: Oxford University Press, 1993.
Ferejohn, Michael. “Definition and the two stages of Aristotelian Demonstration”. Review of Metaphysics 36.2 (1982): 375-395.
Gotthelf, Allan. “First Principles in Aristotle’s Parts of Animals”. Gotthelf &
Lennox. 90-119.
Gotthelf, Allan & James G. Lennox, eds. Philosophical issues in Aristotle’s Biology.
Cambridge: Cambridge University Press, 1987.
Lennox, James G. “Between Data and Demonstration: the Analytics and the
Historia Animalium”. En Science and Philosophy in Classical Greece, editado
por Allan Bowen, 261-295. New York: Garland, 1991.
—. “Putting Philosophy of Science to the Test: the Case of Aristotle’s Biology”.
PSA: Proceedings of the Biennial Meeting of the Philosophy of Science Association
(The University of Chicago Press) II: Symposia and Invited Papers (1994):
239-247.
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