Diálogo con Alberto Luchini

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Diálogo con Alberto Luchini
Diálogo con Alberto Luchini
Alberto Luchini
Crítico de cine y Jefe de Sección de la revista La Luna de Metrópoli
Que el próximo viernes se estrene en salas comerciales 'Gomorra', de Matteo
Garrone, es noticia. Y no porque se trate de la mejor película del año, que lo es,
sino porque se trata de una producción italiana y cada vez es más complicado que
las películas de este país lleguen a nuestros cines. Exactamente lo mismo que
sucede con otras cinematografías clásicas, como la francesa, la alemana, la sueca o
la checa, cuyos filmes recientes arriban a España con cuentagotas, fagocitados por
las grandes superproducciones estadounidenses, sus elefantiásicas campañas de
marketing y unas tiránicas políticas de distribución que obligan a los exhibidores a
relegarlas para dar salida a infames subproductos yanquis si quieren tener la
oportunidad de hincarle el diente a las jugosas taquillas de indianas jones, piratas
del Caribe, hombres x y similares.
Eso, unido al incuestionable hecho de que el cine europeo en sí no existe, porque
cada país tiene su propia identidad cultural y su propia idiosincrasia (las inquietudes
de un adolescente lituano no son exactamente las mismas que las de un
adolescente portugués), frente a una industria norteamericana que apuesta por la
uniformidad y el pensamiento único, cuanto más básico mejor, está provocando
que los espectadores con ciertas inquietudes no tengan otra alternativa que recurrir
a festivales especializados, como Muces, cuya labor resulta digna de encomio, en
cine europeo (como si el hecho de provenir de un continente se hubiera convertido
en un género por sí mismo) para poder estar al tanto de lo que se cuece a su
alrededor. Si alguien no lo remedia, en un futuro no muy lejano, ésta será la única
posibilidad de descubrir a los nuevos Fellini, Bergman, Truffaut, Wenders o Menzel.
Desolador
nov-14
Alberto Luchini
Melqui: el dinero, única y exclusivamente el dinero. Los exhibidores, los
distribuidores y los productores (salvo alguna excepción) están en este negocio
precisamente para eso, para hacer negocio. Probablemente, la película Lionel Bailliu
(igual que mucas otras) les guste, pero no la consideran susceptible de dar dinero
(o les parecen muy caros sus derechos), así que la dejan correr. Manolo: Hervé
Fischer da en el clavo de pleno con su artículo. Pero le falta añadir que lo que de
verdad va a matar al cine va a ser inhternet: en cuanto las películas se puedan
descargar por un módico precio (hablo de prácticas legales), la gente se lo va a
pensar muy mucho antes de movilizarse para ir a una sala puediendo ver el último
estreno en el salón de casa con un buen vino. Juan Luis: tanto las hamburguesas
(bien hechas y de carne de primera) como las delicatessen tienen su momento y su
lugar. ¿Pobres identidades culturales europeas al borde de la extinción? ¿Quién ha
dicho eso? Yo lo único que dije es que cada país, mejor, cada región de Europa,
tiene su propia identidad y que a veces resulta muy complicado que películas que
reflejan esa identidad resulten exportables, mientras que en Hollywood se apuesta
por un pensamiento único a nivel global para que sus productos se puedan
entender tanto en Singapur como en Patagonia.
nov-14
Juan Luis
Primero que hamburguesas vs delicatessen y luego que es cuestión de gustos.
Los directores nuevos cuando recogen un premio siempre referencian directores
antiguos de los que hacían "entretenimiento", seguro que en su tiempo a Fellini lo
tenían por un "vendido a lo comercial" los colegas que no conseguían dinero para
hacer sus películas.
El creador de cine, a diferencia del poeta o el artista plástico necesita de mucha
gente y mucho dinero para crear, necesita de una industria y en última instancia de
un público que pague un a entrada. Esto complica mucho la cosa. Es fácil tirar de
tópicos manidos sobre el cine yankee de palomitas, las multinacionales
imperialistas y las pobres identidades culturales europeas al borde de la extinción,
pero en el fondo hay chicha o no la hay, talento, ideas... en Lituania, en USA o en
España. Por favor, caballeros, no nos la cojamos con papel de fumar.
nov-14
MANOLO
ACABO DE LEER UN ARTICULO EN LA VANGUARDIA.ES, QUE ME GUSTARIA
COMPARTIR CON VOSOTROS. DESDE MI PUNTO DE VISTA HERVE FISCHER DA EN
EL CLAVO SOBRE LA PROBLEMATICA DEL CINE EN LA ACTUALIDAD
http://www.lavanguardia.es/cultura/noticias/20081114/53579112949/el-expertoherve-fischer-predice-un-hundimiento-de-la-industria-del-cine-de-ee.uu..html
nov-13
Melqui
Un ejemplo: Cuando vi en el festival de San Sebastián la película Fair Play, de
Lionel Bailliu, francesa, me pareció magnífica. Sin embargo no se estrenó en
España. Para un exhibidor de España le es imposible contratar una película francesa
si ésta no tiene distribuidora en España. El derecho de la libertad de movimiento de
mercancías por los estados miembros es papel mojado en la realidad. Se supone
que este derecho debería posibilitar el acercamiento de las películas de cine que se
producen en Europa. ¿Qué intereses obstaculizan la aplicación de este derecho en
el cine?
nov-13
Alberto Luchini
No puedo estar más de acuerdo contigo. Pero, aunque algunos queramos pesanr
que el cine es arte, entretenimiento y espectáculo, hay que tener claro que, por
encima de todo, es NEGOCIO. Y, como tal negocio, se rige más en función de la
demanda que de la oferta. Así que, si gracias a unas brutales campañas de
marketing y un aluvión publicitario, el 50 por ciento de los espectadores siente la
imperiosa necesidad de ver High School Musical III (más o menos éste fue el
porcentaje que hizo en su primera semana de exhibición), pues los exhibidores se
pegan por conseguir alguna copia y pillar cacho. Si eso supone tener que dejar de
estrenar otras películas, pues se siente... No hay que olvidar que vivimos en una
sociedad de usar y tirar, donde cualquier cosa vale tanto como el dinero que genere
en el menor tiempo posible. Y, generalmente, el cine minoritario necesita varias
semanas y mucho boca oreja para generar lo que cualquier suproducción factura en
apenas unas horas. Ahora bien, y en eso estoy contigo, los espectadores
deberíamos rebelarnos de alguna forma. ¿Cuál? Ojalá lo supiera
nov-13
Francisco
Hola de nuevo, Respecto al tema de dejar de ver películas o no, yo me refiero a la
capacidad de elección que tenemos todos como espectadores. Si te ofrecen
películas que no te gustan nada, pues simplemente no vas a verlas, no se trata de
que sean mejores o peores ni de que sepas más de cine o menos que los demás. Lo
que yo reclamo es la variedad de oferta, que se puedan ver películas de diferentes
tipos en los cines, para que todos tengamos el mismo derecho de acceso al cine, y
en las mismas condiciones.
nov-13
Alberto Luchini
Hola, Juan Luis. No se trata de paladares selectos ni de estar formado. Una película
te gusta o no te gusta y, por mucho que los demás te intenten convencer de una
cosa o de la otra, jamás lo van a conseguir. A mí Caos Calmo me entusiasma y a ti
no te gusta... vale, perfecto. Creo que los dos puntos de vista son respetables.
Respecto a que los dueños de los cines seleccionan lo mejor de lo mejor... pues no
estoy de acuerdo. Muchas veces estrenan películas porque les resultan muy
baratas, otras las estrenan pensando que van a conseguir grandes taquillazos con
ellas y otras, por supuesto, porque las consideran buenas. Pero, créeme, no
siempre se estrena lo mejor de lo mejor sino, en demasiadas ocasiones, lo que
había más mano. Y, entre lo que había más a mano, qué casualidad, suele haber un
montón de bodrios.
nov-13
Juan Luis
Quizá no tenga yo el nivel de los otros contertulios, no sea mi paladar tan selecto,
ni esté tan bien formado como espectador.
Estoy de acuerdo en que se exhiben pocas películas europeas en nuestras salas.
Algunas más en las salas que programan VO, que -dicho sea de paso- frecuento.
Seguro que los dueños de los cines, como buenos empresarios, seleccionan lo
mejor de lo mejor. Entonces por qué hay tanto bodrio. No sólo me pasa a mí, gente
sensible que conozco se aburre soberanamente con películas como Caos Calmo
donde un director con la misma expresividad de una escoba se pone de
protagonista (Fellini usaba actores, debe ser que en la Italia actual escasean) y nos
aburre con sus pensamientos de burgués cuarentón en crisis ¡¡en tiempo real!!
nov-13
Alberto Luchini
Francisco, creo que ha habido un malentendido. cuando yo decía que la solución no
era dejar de ver determinadas películas, estaba hablando de las mismas
superproducciones que tú. E insisto, creo que dejar de ir a verlas no es la solución,
porque el cine es, ante todo y por encima de todo, espectáculo. Y hay que admitir
que, nos guste o no, los americanos saben de esto más que nadie. Otra cuestión es
la que comenta Lara: las películas de relleno que se tiene que estrenar sí o sí por el
artículo 33 son las que hacen daño y las que están quitando salas y pantallas a
películas que las merecerían mucho más. Yo disfruto tanto viendo Gomorra como
viendo Wall-E. Me parece muy interesante el tema de las salas que esboza Nuria.
Quienes gustamos de un cine diferente, alternativo y menos comercial, parece
como si estuviéramos condenados a salas pequeñas, con pantallas apenas mayores
que un televisor, butacas incómodas y proyecciones discutibles. Así es muy difícil
que la gente se acerque a este tipo de películas porque, puestos a gastarse los 7
euros deuna entrada, siemopre van a preferir un Kinépolis con sus butacones y
dobbles reposabrazos, su párking gratuito y sus equipos técnicos de última
generación antes que un Renoir, un Verdi o un Golem. Y al final nos encontramos
con una pescadilla que se muerde la cola: ¿el cine europeo no se estrena en estas
salas porque la gente no va a verlo o la gente no va a verlo porque no se estrena
en estas salas?
nov-13
Lara
¡Saludos! Parece que todo el mundo está aquí para defender un cine
diferente,alternativo y sibarita como si nadie se hubiese tragado nunca una
americanada en la televisión o en el cine mismamente. El cine es cultura,por
supuesto, pero también es industria, y ésto lo tienen los americanos muy bien
aprendido.No ya las productoras sino las 3 o 4 exhibidoras mundiales que son las
que deciden las carteleras de cada país y que venden las películas por paquetes "si
quieres ésta buena también te tienes que llevar estas dos de relleno" y así desde
hace muchos años. Creo que tanto respeto tiene "Disaster movie" y la gente que
llena su sala como cualquiera de las películas que trae el MUCES. Si no existiera el
cine llamado "comercial/basura" no tendría el valor que tiene el resto del cine.
Aunque si se complementan en su valor también deberían de hacerlo en su
exhibición y ése es el problema. Para ver una película amerciana en un cine
dependemos de una empresa,pero para ver una española o del resto del mundo
dependemos del ministerio. No sé cómo estará la situación en otros países pero
aquí lo que se llama "industria del cine" no existe.Una productora que hace una
película al año no es parte de una cadena de producción y la que gasta todo su
presupuesto en el rodaje y no deja nada para la publicidad,tampoco, ya sea
americana o francesa o suiza. Asique yo veo varios problemas: el monopolio de la
distribución, poco presupuesto para la publicidad del producto y, en el caso
europeo, la enorme dependencia del dinero del estado para rodar películas.La
cultura no está en las arcas del estado, está en la calle. Lo bueno que tienen las
iniciativas tipo MUCES o Cine-Club son dar a conocer otro tipo de cine,ni mejor ni
peor, sino diferente y así poco a poco ir acostumbrando la mirada del público a no
cerrarse únicamente a los taquillazos del momento como única definición de cine. A
mi me encanta ir al cine y ver Harry Potter, Wall-E y otras tantas pero también me
gustaría tener la opción de elegir con otro tipo de películas. Mientras llega siempre
nos quedará el MUCES y el Cine-Club. Un abrazo y perdón por la parrafada.
nov-13
Nuria
Hay que reconocer que la industria de la exhibición cinematográfica en España, ha
invertido mucho en los últimos años en salas. Los espacios de multisalas, en los
que se permite comer, con esos asientos tan cómodos, con una visión perfecta de
la pantalla desde todas las partes de la sala, un sonido que te introduce en la
película... son comodidades que enganchan al gran público. Las grandes
producciones norteamericanas igual no nos cuentan nada, pero en estas salas, con
semejantes medios, aquello parece algo. Se acerca más a una experiencia de ocio
que a un concepto de cine artístico. Y por ello no deben recibir el mismo nombre.
Igual que no llamamos literatura al best-seller del momento. Quizás la clave es que
el público aprenda a difernciar. Y para ello se tiene que acercar al cine
independiente (por llamarlo de algún modo) sin miedo, sabiendo que puede
encontrar aquí también las fórmulas que busca: una comedia, un melodrama... Por
ello las acciones que popularizan este cine y lo sacan de su etiqueta de intelectual y
aburrido, son tan importantes. No olvidemos que el MUCES ofrece lo mejor al
precio de 1€. De verdad ¿alguien puede resistirse?
nov-12
Francisco
Noooooo, yo me refería justo a lo contrario, dejar de ver las películas
supercomerciales que nos intentan meter con calzador y que son infumables, no sé
si como señal de protesta o porque simplemente no nos apetece verlas. Respecto a
las películas europeas, si encima dejamos de ir a verlas, ya me dirás qué les
queda....
nov-12
Alberto Luchini
Antonio, José Luis y Francisco, gracias por intervenir y un placer teneros por aquí.
Me alegra que Antonio haya sacado el tema del cine italiano porque, por razones
más que obvias (creo que mi apellido es bastante delator), me interesa
profundamente. En los últimos años, la cosecha allí ha sido espectacular y podemos
felicitarnos de que todas las películas que citas se hayan estrenado o vayan a
estrenarse. El problema son las películas que no han llegado a nuestros cines y
tienen pinta de no llegar nunca. Cito, por poner sólo unos ejemplos, el espléndido
thriller "La ragazza del lago"; la brutal sátira antiberlusconiana "El caimán", de
Nanni Moretti" o la divertidísima, inteligente y muy taquillera comedia "Notte prima
degli esami". Cuando ya han pasado más dos años sin que nadie se haya atrevido a
apostar por ellas, como no las recupere un festival o algún cine club... Son películas
que, bien estrenadas, podrían funcionar perfectamente en España, pero es mucho
más fácil y desgraciadamente más rentable estrenar "Disaster Movie" y hartarse a
vender palomitas que movilizar al potencial público de estos filmes, que lo hay. Y,
desgraciadamente, iniciativas como Muces o el ciclo que está organizando José Luis
en Valladolid no dan abasto, por cuestiones tanto temporales como económicas,
para cubrir las inmensas lagunas de la oferta comercial. Por cierto, que no sé yo si
la solución para que la susodicha oferta mejore es negarse a ver determinadas
películas. Yo creo que la única fórmula para que tanto distribuidores como
exhibidores apuesten por el cine europeo es respondiendo cuando se estrena. Si
"Gomorra" consigue este fin de semana una recaudación que se acerque a la de los
subproductos hollywoodienses de turno, a lo mejor algún distribuidor que no sean
los francotiradores y admirables hermanos Morales de Wanda o Enrique González
Macho de Alta se atreve a apostar por otras producciones europeas. Veremos.
nov-12
Francisco
Hola, Yo hablo como aficionado al cine que vive en Segovia. En esta ciudad el
panorama es desolador, como dice Alberto. Coges la cartelera para ir al cine y es
que no puedes por la porquería de películas que ponen, que a la gente les gustará
porque siguen poniéndolas, pero supongo que habrá otras muchas personas como
yo que se quedan sin ir al cine porque no les atraen en absoluto. Y eso no puede
ser, porque el cine es cultura y la cultura tiene que estar al alcance de todos.
Menos mal que tenemos iniciativas como las de CineClub y MUCES, gracias a las
cuales podemos ver otro tipo de películas. Yo creo que la situación está
empeorando en el sentido de que antes, en las salas comerciales, siempre había
más de una película interesante, pero en mi opinión la calidad está bajando por
momentos. Y ahora no hablo sólo de Segovia, también hablo de ciudades como
Madrid. Claro que siempre se puede ir a otro tipo de cines más minoritarios, pero
hay que hacer más asequible a todo el mundo diferentes tipos de oferta, y después,
que cada uno elija. No puede ser que un segoviano se tenga que trasladar a Madrid
para ver ciertas películas. En fin, que en mi opinión estamos en lo de siempre, se
nos ofrece algo porque se cree que es lo que más gusta, y a lo mejor la gente está
deseando que se les ofrezcan otras cosas. ¿La solución? Pues supongo que si la
industria del cine está controlada por las productoras y las distribuidoras, que les
imponen a los exhibidores lo que tienen que proyectar, y las productoras europeas
no tienen ni de lejos tanto dinero como las norteamericanas, la única opción que
nos queda a los espectadores es negarnos a ver ciertas películas, y seguir
apoyando a ese cine que se llama minoritario, entre el cual está el europeo, que es
mucho más variado que el norteamericano y que, desgraciadamente, lo tiene
mucho más difícil para salir a la luz.
nov-12
José Luis Cano de Gardoqui García
Querido amigo, ante todo me presento. Soy el nuevo director de la Cátedra de
Historia y Estética de la Cinematografía de la Universidad de Valladolid. Estoy
plenamente de acuerdo contigo sobre el problema de dar a conocer el nuevo cine
europeo. Por nuestra parte, vamos a poner en funcionamiento en noviembre una
programación estable de ciclos de películas que, de alguna forma, viene a romper y
transgredir esa visión de las películas tan rápida y fragmentaria que nos ofrece el
cine más comercial. Esta iniciativa, que iniciamos junto al Museo de Arte
Contemporáneo Español de Valladolid "Patio Herreriano, aún no presentada en
prensa, quiere incidir en nuevos directores de cine europeo, y de películas poco
conocidas Por otra parte, sería interesante que nuestro tradicional Curso de Agosto
se abriera a estas producciones. Un saludo
nov-12
Antonio Saura
Querido Alberto, Me alegra mucho leerte en este foro Europeo. Estoy
completamente de acuerdo con tu análisis sobre el problema que tienen los
espectadores fieles a un tipo de cine para ver sus películas. Hoy en dia, salvo en
dos o tres grandes capitales, es casi imposible encontrar variedad en la oferta.
Sucede, casi, como con la televisión, que por mucho que existan más cadenas, nos
estan poniendo siempre lo mismo. Pero es un problema que tiene dificil arreglo,
porque ese mismo espectador que gusta disfrutar de este cine, es también un poco
"gourmet" y muy crítico: y se lo piensa muco a la hora de elegir una película. Y en
cambio, el otro cine se vende de otra manera: por seguir con la metáfora
gastronómica, el cine de los grandes estudios (llamarle americano es injusto con su
capital social, y con el mucho cine americano independiente bueno que tampoco
nos llega) lo que hace muy bien es la comida rápida que te quita el hambre (y a
veces es deliciosa, ojo), mientras que parece que lo nuestro va más de restaurante
de pocas mesas y dificil acceso. Nuestro objetivo en Europa ha de ser el de cambiar
esa percepción: recordarle al espectador que los mismos paises que dieron luz a las
Sofia Loren, mastroiannis, Deneuves y demás superestrellas de antaño, siguen
ofreciendo joyas cada año que cualquier enamorado del cine debe de ver. Este ha
sido un año maravilloso de cine italiano, por ejemplo. Tu hablas de "Gomorra", pero
te puedo añadir también "Il Divo" como película importantísima (y no olvidemos la
ya estrenada y vista "Caos Calmo" que me recomendaste y que tanto disfruté
gracias a tu consejo, o la de Olmi, que tanto te gustó y así lo reflejaste en una
crítica razonada y hermosa). Pero ha sido también un año estupendo para, por
ejemplo, el cine israelí, con dos películas también nominadas para los premios
Europeos: la sensacional "Waltz con Bashir" y la entrañable "Entre
limones",peliculas que reflejan la apertura y la pluralidad creativa en unpais tan
conflictivo. Y es un año muy bueno para el francés, con el super taquillazo histórico
que ha representado "Bienvenido al norte", o el premio de cannes, "Entre les
murs"... y podriamos seguir, porque el cine turco lo está ganando casi todo en los
festivales etc... Hay tanto donde escoger... pero, como tu dices, el problema es
¿dónde lo veo? Iniciativas como la de este festival que acoge esta correspondencia
son, por tanto, magníficas. Desgraciadamente yo no puedo ir, porque otros
compromisos me llevan a estar en otras partes del mundo. Pero se que tu estaras
por ahí, disfrutando de buen cine, estupenda comida y el maravilloso aire que
domina esa hermosísima ciudad.... Y, si, desde luego, Segovia !capital Europea de
la cultura ya! Antonio Saura Productor de cine Representante español en la Junta
directiva de la Academia de cine Europeo.
nov-11
Segovia 2016
Bienvenidos al Diálogo 2016 ...

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