Desde el corazón promovemos la excelencia LA CUESTION

Desde el corazón promovemos la excelencia LA CUESTION

COLEGIO DE LOS SAGRADOS CORAZONES DE CONCEPCIÓN
Desde el corazón promovemos la excelencia
LA CUESTION SOCIAL
Tercero Medio
José Johnson Mardones
[email protected]
RESUMEN CONTENIDOS
Comprenden que el ser humano posee una
APRENDIZAJE ESPERADO
dimensión social y que la vivencia de la fe involucra
esta dimensión
CAPACIDADES/DESTREZAS Razonamiento lógico / analizar -contextualizar
Contextualizan los elementos de la dimensión social
HABILIDADES
de la fe en su propia realidad
Respeto / esfuerzo - orden
VALOR/ACTITUDES
1. ¿Qué es la cuestión social?
Una cuestión es un problema, una situación que requiere atención urgente, por lo
tanto, la cuestión social se refiere al conjunto de situaciones relacionadas con lo social y
que requieren atención. En lo específico, se llama Cuestión Social al conjunto de
problemáticas surgidas a raíz de la revolución industrial en los inicios del siglo XIX. La
invención de la máquina a vapor, de la producción en serie y de nuevas teorías
económicas que hacen de la oferta y la demanda la ley suprema, provocaron un
conjunto de problemáticas que requerían de la sociedad (y de la Iglesia en medio de
ella), una nueva mirada y respuestas urgentes. Entre ellos podemos mencionar:
Migración del campo a la ciudad. Las nuevas oportunidades que la ciudad
moderna ofrece, producen que cada vez más gente decida abandonar los campos y
trasladarse a las ciudades, en busca de mejores oportunidades. Las ciudades no estaban
preparadas para recibir a tantos inmigrantes, por lo que se produce el hacinamiento de
los recién llegados en la periferia de las ciudades, en casa improvisadas o pequeñas
habitaciones, sin las condiciones mínimas de vida.
Cambio en las relaciones de producción. La producción tradicional, basada en
el oficio que se transmite de padres a hijos y en la empresa artesanal y familiar, se ve
fuertemente afectada por las empresas y maquinarias, que producen mayor cantidad de
productos a menor precio, gracias a la producción en serie y los nuevos inventos que
mejoran los niveles de producción. Esto provoca un constante empobrecimiento de los
que mantenían el sistema de producción familiar, terminando en la cesantía o
contratándose en las mismas industrias con las que no podía ya competir.
El surgimiento de una nueva clase social: El proletariado. Las nuevas
relaciones de producción provocan el surgimiento de un nuevo personaje: el obrero
industrial, generalmente emigrado del campo, con poco grado de especialización, mal
remunerado y con un trabajo repetitivo y monótono. La acumulación de obreros en
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grandes industrias permite que pueda hablarse de una nueva clase social, la que recibe el
nombre de “proletariado”, nombre que proviene de la palabra “prole” (hijos), dado que
la única propiedad privada que poseían era su propia descendencia.
El surgimiento de las ideologías de corte marxista. Las condiciones de vida de
los obreros industriales fueron provocando agitación política y social, así como el
surgimiento de las primeras organizaciones de obreros, sindicatos y mancomunales; y
las primeras organizaciones de carácter más político, entre ellas la Liga de los Justos,
que encarga a Marx y Engels la publicación de un manifiesto con sus ideas y propósitos.
Este manifiesto se publica en 1848 bajo el título “Manifiesto del Partido Comunista” y
pasa a transformarse en el referente obligado de la ahora llamada “Liga de los
comunistas” y de muchas otras organizaciones obreras que luchaban por el fin de la
opresión de los proletarios y la creación de una sociedad sin clases sociales. A partir de
entonces, diversos pensadores comienzan a elaborar teorías que permitían comprender
la realidad y direccionar las luchas de los obreros hasta lograr su total emancipación.
2. Respuesta de la Iglesia
La Iglesia tardó en responder a las nuevas situaciones que la revolución
industrial había provocado. Si bien siempre había mantenido un compromiso social de
promoción de los más postergados y de ayuda social, eso ya no bastaba ante la situación
que los obreros vivían en las fábricas y barriadas populares. El avance de las ideas del
marxismo iba tomando poco a poco un lugar cada vez más importante entre las
organizaciones obreras y el silencio de la Iglesia la hacía ver como aliada de los que
provocaban la realidad de opresión que ellas querían cambiar.
La práctica de muchos cristianos en medio de las organizaciones obreras y
nacientes partidos políticos hacía necesaria una guía, un pronunciamiento de parte de la
Iglesia que guiara su compromiso y pusiera al día la doctrina de la Iglesia en el campo
social. Es en este contexto que el Papa León XIII publica su encíclica “Rerum
Novarum” en 1848, donde aborda el problema de las “cosas nuevas” que la revolución
industrial había provocado y que la Iglesia estaba llamada a responder. Desde entonces
han sido varios los documentos de la Iglesia que han tratado el tema social, entre ellas
tienen un lugar principal las llamadas encíclicas sociales y las declaraciones de la
Comisión Justicia y Paz de la Santa Sede. Estos documentos, como todos los
documentos Papales, se titulan por las primeras palabras del texto en latín, el que de
alguna manera da la síntesis de lo que será tratado en el texto.
3. Interés de la Iglesia por lo social
Pero, ¿Por qué la Iglesia debería interesarse por lo social? Siendo una institución
religiosa pareciera que al mirar lo social está pasando más allá de su campo de acción,
en terrenos que corresponden a economistas, sociólogos, políticos y empresarios. De
hecho, en muchas ocasiones se ha acusado a la Iglesia de intromisión por opinar en
materias sociales, señalando que su labor se debe limitar a la asistencia al necesitado y a
la oración y el culto a Dios.
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Quienes opinan de tal manera no conocen la verdadera naturaleza de la Iglesia.
Ella es “sacramento universal de salvación”1, es decir, su misión y su razón de ser es
conducir a todos y cada uno de los seres humanos a la salvación en Cristo. Esta
salvación no es aislada ni involucra sólo la dimensión espiritual del ser humano, sino
toda su realidad, material y espiritual, lo social, lo político, lo económico, etc: “Es la
persona del hombre la que hay que salvar. Es la sociedad humana la que hay que
renovar. Es, por consiguiente, el hombre; pero el hombre todo entero, cuerpo y alma,
corazón y conciencia, inteligencia y voluntad” 2. De manera que todo lo que afecta la
salvación del ser humano, todo lo que involucra la forma en que vive y se desarrolla,
importa y debe importar a la Iglesia entera y, consecuentemente, a cada cristiano en
particular.
1
2
Concilio Vaticano II, Constitución Lumen Gentium, sobre la Iglesia, 48.
Concilio Vaticano II, Constitución Gaudium et Spes, sobre la Iglesia en el mundo actual, 3.