IglesIa de san Pablo Valladolid - Convento de San Pablo y San
Transcripción
IglesIa de san Pablo Valladolid - Convento de San Pablo y San
Entrada Alrededor de tu mesa, venimos a recordar (bis) Que tu Palabra es camino, tu Cuerpo fraternidad (bis). Hemos venido a tu mesa a recordar el misterio de tu amor, Con nuestras manos manchadas arrepentidos buscamos tu perdón. IglesIa de san Pablo PP. dominicos. Tel. 983 351 748. Valladolid 22 de junio de 2014. Solemnidad del Cuerpo y Sangre del Señor Salmo responsorial El cáliz que bendecimos, / es la comunión de la sangre de Cristo. La Eucaristía es el pan de la vida Comunión Comiendo del mismo pan, bebiendo del mismo vino, queriendo en el mismo amor, sellamos tu alianza, Cristo. + Cristo resucitado, con su mismo cuerpo entregado y su sangre derramada en su pasión y su cruz, se hace presente en el pan y el vino de la Eucaristía... Dios nos ama tanto que se ha quedado sacramentalmente, misteriosamente presente entre nosotros bajo las especies de Pan y de Vino, hasta el final de los tiempos. Agradezcamos de entrada el amor de Aquel que... habiendo amado a los suyos... los amó hasta el extremo... La noche de su pasión / cogió el pan entre sus manos Y dijo: “tomad, comed, / esto es mi Cuerpo entregado”. La noche de su pasión, / tomó el cáliz en sus manos Y dijo: “tomad, bebed, / es la Sangre que derramo”. La noche de su pasión / nos dio el Señor su mandato: “Amaos unos a otros lo mismo que yo os amo”. Final Te damos gracias, Señor, de todo corazón. Te damos gracias, Señor, cantamos para ti. A tu nombre daremos gracias, Por tu amor y tu lealtad. Te llamé y me escuchaste Acreciste el valor en mi alma, _ _ _ _ _ glesia de San Pablo. Dominicos. Valladolid.- Tel. 983 351 748 http://sanpabloysangregorio.dominicos.es HORARIO DE MISAS. Diarios: Mañana: 8:00, 9:00 y 13:15. Tarde: 19:30 y 20:30. Festivos: Mañana: 8:30, 9:30, 11:30, 12:30, 13:30. Tarde: 18:30, 19:30 y 20:30 LAUDES: 07:55 h.- ROSARIO: 19:55 h.- VÍSPERAS: 20:55. + Tanto en la Misa, como cuando miramos al Sagrario, reavivamos nuestra fe, se fortalece nuestra esperanza al darnos cuenta de la nueva vida que Cristo nos ha traído, y nos sentimos impulsados por su Espíritu, como la Virgen María, a ir deprisa al monte del sufrimiento y de las necesidades de nuestros hermanos, para ayudarles y compartir con ellos el consuelo que nosotros recibimos de Dios en la Eucaristía, proclamando ante ellos la gran bondad del Señor... + La presencia sacramental de Jesucristo entre nosotros nos conduce a la mutua ayuda, a pensar en los demás, a estar pendientes de los que nos rodean, especialmente de los más necesitados y cuantos sufren. Para recibir en verdad el Cuerpo y la Sangre de Cristo hemos de reconocerlo a Él presente también en sus hermanos, en los pobres, en las necesidades de cada hombre, de cada mujer: “En verdad os digo que cada vez que lo hicisteis con uno de estos mis hermanos más pequeños, conmigo lo hicisteis”... + La verdadera participación en la Eucaristía es una llamada fuerte a convertirnos en pan para los otros, en donar y donarnos como Cristo, que se entregó por todos. El amor al prójimo, y sobre todo el amor al prójimo pobre, se perfila como el modo de imitar a Jesús, que nos amó hasta el extremo, esto es, no nos podía amar ni mejor. A un amor de estas características no le podía faltar el calificativo de fraterno. ¿Has gustado la sangre del Señor y no reconoces a tu hermano?, -dice San Juan Crisóstomo-. Dios te ha liberado de todos los pecados y te ha invitado a ella. Y tú, aún así, no te has hecho más misericordioso”... + El amor al prójimo es la consecuencia de contemplar la Eucaristía con los ojos del corazón, con la mirada profunda de la fe: todos constituimos en Cristo un solo Cuerpo Místico, cuya vida procede de Cristo Cabeza y nos hace uno, compartiendo todo lo nuestro. +Juan José Omella Omella. Obispo de Calahorra y La Calzada-Logroño. (Homilética. Sal Terrae. Pascua. Ciclo A. 2014/3) una roca de pedernal; que te alimentó en el desierto con un maná que no conocían tus padres”. Palabra de Dios. Salmo responsorial 147, 11-20. R/. Glorifica al Señor, Jerusalén. Glorifica al Señor, Jerusalén; alaba a tu Dios, Sión, que ha reforzado los cerrojos de tus puertas y ha bendecido a tus hijos dentro de ti. CUERPO Y DE LA SANGRE DEL SEÑOR Palabra de Dios Libro del Deuteronomio 8, 2-3. 1416 Moisés habló al pueblo diciendo: “Recuerda el camino que el Señor tu Dios te ha hecho recorrer estos cuarenta años por el desierto, para afligirte, para ponerte a prueba y conocer tus intenciones: si guardas sus preceptos o no. Él te afligió haciéndote pasar hambre y después te alimentó con el maná que tú no conocías ni conocieron tus padres, para enseñarte que no solo vive el hombre de pan, sino de todo cuanto sale de la boca de Dios. No te olvides del Señor tu Dios, que te sacó de Egipto, de la esclavitud, que te hizo recorrer aquel desierto inmenso y terrible, con dragones y alacranes, un sequedal sin una gota de agua; que sacó agua para ti de Ha puesto paz en sus fronteras, te sacia con flor de harina; él envía su mensaje a la tierra y su palabra corre veloz. Anuncia su palabra a Jacob, sus decretos y mandatos a Israel; con ninguna nación obró así ni les dio a conocer sus mandatos. Primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 10, 16-17. Hermanos: El cáliz de bendición que bendecimos, ¿no es comunión con la sangre de Cristo? Y el pan que partimos, ¿no es comunión con en el isto? El pan es uno, y así nosotros, aunque somos muchos, formamos un solo cuerpo, porque comemos todos del mismo pan. Palabra de Dios. Santo evangelio según san Juan 6, 51-59. En aquel tiempo, dijo Jesús a los judíos: “Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo: el que come de este pan vivirá para siempre. Y el pan que yo daré es mi carne para la vida del mundo”. Disputaban entonces los judíos entre sí: ¿Cómo puede éste darnos a comer su carne? Entonces Jesús les dijo: “Os aseguro que si no coméis la carne del Hijo del hombre y no bebéis su sangre no tendréis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día. Mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre habita en mí y yo en él. El Padre que vive me ha enviado y yo vivo por el Padre; del mismo modo el que me come vivirá por mí. Éste es el pan que ha bajado del cielo; no como el de vuestros padres, que lo comieron y murieron: el que come este pan vivirá para siempre”. Palabra del Señor. _____________________________________ -Centro de espiritualidad------- FIESTA: VIERNES, 20 DE JUNIO ORACIÓN: Dios todopoderoso, al celebrar la solemnidad del Corazón de tu Hijo unigénito, recordamos los beneficios de su amor para con nosotros; concédenos recibir de esta fuente divina una inagotable abundancia de gracia. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén