Jn 6,56: Inmanencia recíproca - Vacar para con

Transcripción

Jn 6,56: Inmanencia recíproca - Vacar para con
“El que mastica Mi carne y bebe Mi sangre,
permanece en Mí
y Yo en él.
Lo mismo que el Padre, que vive, me ha enviado
y Yo vivo por el Padre,
también el que Me mastique
vivirá por Mí.
Este es el Pan bajado del cielo;
no como el que comieron vuestros padres
y murieron;
el que mastique este Pan vivirá para siempre” 
Jn 6,56-58
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“Por primera vez en el cuarto Evangelio se encuentra en Jn 6,56 una fórmula de
inmanencia, que describe de forma especial la insuperable vinculación del
cristiano con Cristo. Al hablar de la permanencia del receptor de la Eucaristía en
Cristo y, al propio tiempo, y a la inversa, de la permanencia de Cristo en el
receptor, se indica de una forma indirecta, pero impresionante la singularísima
vinculación (“fórmula unitiva recíproca”). Esta compenetración mutua sin pérdida
de la personalidad no tiene ninguna analogía en el campo terreno y humano. La
genial fórmula lingüística, en su simplicidad y alcance implícito, supone una larga
meditación y reflexión sobre ese acontecimiento de fe. Como Juan haya llegado
a la misma no acaba de explicarse adecuadamente.
La unión con Jesús, alcanzada por la comunión sacramental, tiene como fin
único introducir a quien la recibe en el círculo vital de Dios (v. 57). La doctrina
sacramental se ahonda: lo importante no es el comer y beber como tal, sino la
unión permanente con Jesús que así se opera; la vinculación sacramental se
convierte en unión personal.
La manducación sacramental no es sino una manera especial para alcanzar la
plena comunidad con el Portador divino de la Vida. En analogía con la
transmisión de vida del Padre al Hijo y en base a la fuerza vivificante así
obtenida, también el Hijo da la Vida a quien Le recibe en la Eucaristía. Por Él
aquel que Le come entra en la Vida que procede de Dios.
El Evangelio según San Juan
Rudolf Schnackenburg
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“Hay que resaltar en el contexto del capítulo 6 de Juan, el uso del término
„masticar‟ (, que aparece cuatro veces, (cf. v. 54.56.57.58), mientras
que se utiliza  –comer sin más– para el maná: v. 58). Aquel verbo tiene un
carácter de cierta crudeza (cf. Mt 24,38), dando un matiz a primera vista carnal
de la Eucaristía (que luego quedará compensado). Es probable que su elección
quiera recalcar el carácter realista de la manducación eucarística. Hay que
recalcar la aparición de verbo “masticar” en el relato de la Última Cena en Juan
en una cita del Salmo 40,10 (“el que come mi pan, levantará contra Mí su
calcañar”: cf Jn 13,8), donde tiene sin duda un valor de reminiscencia
eucarística. A.Ge rken hace notar que el evangelista
ha substituido
intencionadamente la forma verbal “el que come” del Salmo 40,10 (LXX) por
 “el que mastica”. Muy probablemente se está aludiendo aquí al Pan de
Jesús, la Eucaristía.
Manuel Gesteira Garza
La Eucaristía Misterio de Comunión
Imagen del pintor holandés
Hemm Jan Davidsz, siglo XVII
www.vacarparacon-siderar.es

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