La luz que trajo María de la Luz

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Tu Casa
Hace cuatro meses que los hijos de Héctor
Jiménez no se enferman. Ellos son parte de
los 6 mil 920 habitantes de 81 comunidades
del municipio tabasqueño de Tacotalpa,
que se beneficiaron con la entrega de mil
385 pisos de concreto entregados por la
titular de Desarrollo Social.
“Hay algo maravilloso que significa un
piso de concreto. Cada vez que se hace un
piso de cemento se siembra el desarrollo
social, el anhelo y la esperanza de estas
familias”, afirmó la secretaria y recorrió
dos viviendas en las que encontró palabras
de agradecimiento. Una de ellas fue la de
Héctor Jiménez.
“Para cada piso que se construyó en
este municipio hubo la participación de
las propias familias, con su trabajo o con
una cooperación que, aunque simbólica,
significó un esfuerzo y corresponsabilidad”, señaló Vázquez Mota tras agradecer la solidaridad de Apasco por la
aportación de mil toneladas de cemento
y poco más de mil 600 metros cúbicos
de grava para el piso firme de mil 385
casas. En total, se invirtieron recursos
federales, estatales y municipales por un
monto de 4 millones 152 mil pesos.
Con el piso firme, las familias cuentan ya
con una vivienda más digna y saludable, y
con mejores condiciones de vida: “Mientras
esa esperanza y ese anhelo viva, tendremos
posibilidad de desarrollo en México”, dijo.
Piso
Firme
un acto de justicia:
Josefina Vázquez Mota
Cada vez que
se hace un piso de
cemento se siembra
el desarrollo social, el
anhelo y la esperanza
de estas familias
La luz que trajo María de la Luz
“Siempre habíamos
prendido velas
nomás cayendo la
noche, toda mi vida;
ni esperanzas de
que tuviéramos luz”.
Silvia Crescencio Lorenzo
Silvia Crescencio Lorenzo tiene 30 años
de edad y sin luz eléctrica en su hogar.
Pero hace dos años llegó a su vida una
luz que, además, trajo suerte: María de
la Luz, su hija más pequeña. Por ese
mismo tiempo llegó a su comunidad
la Estrategia de Micro Regiones.
En la ladera de uno de los cerros que
rodean la comunidad de San Miguel
Tlaxcaltepec, municipio de Amealco, las
15 casas ya tienen luz y agua potable.
Con sus ojos vivaces, María de la
Luz observa cómo su mamá conecta el foco que ilumina la pequeña
sala de la casa. “Siempre habíamos
prendido velas nomás cayendo la noche, toda mi vida; aquí en el cerro ni
esperanzas de que tuviéramos luz. Qué
bueno que mis hijos ya van a tener
luz porque hasta en las madrugadas
como que se siente más calientito”, dice Silvia.