Jorgelina Reinoso Niche Doctorado ENAH. Periférico sur y Zapote S
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Jorgelina Reinoso Niche Doctorado ENAH. Periférico sur y Zapote S
Jorgelina Reinoso Niche Doctorado ENAH. Periférico sur y Zapote S/N 044- 55- 40330697 [email protected] Ponencia ALA 2015: Recortando al mundo. Cuerpo y curandero otomí Palabras claves: otomíes, cosmovisión, papel brujo, Antiguas. En las comunidades otomíes de Tenexco, Ixtololoya y El Pozo, una figura central dentro de la cosmovisión es el bädi, término que significa “el que sabe”. Parte del poder otorgado socialmente al curandero otomí, proviene de que, como menciona Galinier él es capaz de vincular manifestaciones patológicas con una causalidad externa, ya que las enfermedades y patologías del cuerpo provienen de los antepasados muertos llamados Antiguas y es él quien puede averiguar su causa y saber quién fue la Antigua que la ha enviado. Los poderes atribuidos al bädi, y el temor que en los demás puede llegar a generar, ocasiona una fuerte competencia entre ellos, por lo cual, es muy frecuente el desprestigio de unos hacia otros. Sin embargo, tal come menciona Galinier (1987:456) es muy común verlos participar en grandes ritos colectivos. La posición del ritualista en el mecanismo ceremonial, se origina en su dominio de las categorías espacio-temporales, en ser él, no sólo la memoria de la comunidad, sino quien organiza los tiempos de los rituales y los ubica con respecto a determinados espacios. Galinier también menciona que (1990:156), él también controla los ritmos sociales, orquesta la relación individual y colectiva con las divinidades mayores. De la misma manera, el conocimiento y control que el curandero tiene sobre el cuerpo, “referente esencial de toda interpretación a la vez de la doctrina cosmológica y de la vida ceremonial” (Galinier, 1990: 156), hace del curandero otomí un elemento clave para la elucidación del cosmos. Por todo lo anterior, el bädi es un gestor de la violencia y su actividad se sitúa en una dialéctica del orden y desorden. Domina un modelo alternativo de intervención sobre los hombres, por lo cual tiene la capacidad de controlar la violencia 1 colectiva, puesto que los que saben portan la carga emotiva y agresiva de la comunidad. Galinier manifiesta que el bädi es un técnico de lo simbólico, está en condición de leer la desviación en los trastornos del cuerpo y del alma, el autor afirma sobre el bädi que: (…) domina entonces un modelo alternativo de intervención sobre los hombres, gracias al cual tiene la capacidad para controlar la violencia colectiva. Violencia inscrita en la etiología, puesto que ninguna causalidad natural es filosóficamente aceptable, violencia inscrita en las palabras del paciente contra su entorno, y violencia hacia los mismos chamanes, víctimas de una “ideología de la sospecha” de la cual son los chivos expiatorios, culpados sea por los pacientes, sea por otros chamanes rivales (Galinier, 1990: 157). En su texto “Una mirada detrás del telón”, el mismo autor, apunta que los actos chamánicos se dividen en dos secuencias, una dedicada a la “mala obra” (fuerzas patógenas), dominadas por el Diablo responsable de los desórdenes psíquicos y somáticos. La otra dedicada a Dios (Jesucristo, los santos y la Virgen), restablece el equilibrio del individuo. Galinier apunta: “El chamán es un personaje clave de la comunidad. Combina las funciones de curandero, de sacerdote de los grandes “costumbres”, de adivino y también de hechicero” (Galinier, 2001: 466), esto a razón de que el mundo es una jungla en la que se enfrentan fuerzas antitéticas: Sol/Luna, Dios/Diablo, etc. Otro rasgo que fundamenta el poder del bädi es el control que éste tiene sobre la palabra. Es él un gran productor de discursos, útiles para mediar entre los humanos y el Señor del Mundo y sus colaboradores. Es un operador de redes y al tener un conocimiento directo del inframundo puede darles forma mediante el recorte de papel. Cuando un curandero recibe el don, dicen los otomíes que recibió el ëni el “poder”, ya que a partir de este momento el curandero tendrá la capacidad de begim ëni “primero pensar”, para realizar su trabajo. En las comunidades otomíes de la Sierra Norte de Puebla, bädi se traduce como “curandero” o “brujo”, ya que tienen la capacidad de curar, hacer el bien, pero también tiene la capacidad de hacer el mal, enfermar a las personas, capacidad que le deben al diablo, ya que es él quien les enseña a recortar y cómo usar las tijeras para curar o enfermar. Al respecto Manuel Tolentino de El Pozo, menciona: 2 Mira, si le pides a un brujo que le haga mal a alguien que tú no quieres, alguien que no te cae. Lo que va a hacer es su trabajo, va a hacer el recorte de esa persona como si fuera su cuerpo, igual. Y después que termina, que ya está el recorte, todo lo que le haga al recorte le va a pasar a la persona. Si le pican la cabeza al recorte, a la persona le va a doler la cabeza. Así como si fuera el cuerpo de uno (Manuel Tolentino, El Pozo, 27/01/2014). Las energías vitales más importantes del bädi son 3: nzahki, tezä y yo mbui, son las mismas que las de una persona común, pero funcionan de manera diferente. En primer lugar, la “fuerza de la vida” nzahki del bädi es mucho más fuerte que el del resto y al ser más fuerte es más caliente. El bädi tiene un nzahki más cercano al de las Antiguas. Como menciona Galinier, todo este juego de energía se caracteriza por dotar del mismo nzahki a todos los seres, pero cada ser tiene una cantidad modulable diferente de dicha fuerza. Con respecto a la fuerza vital denominada “la cosa sexual” xamu, el bädi tiene que tener total control sobre ella, ya que cuando lleva a cabo la dieta para los Costumbres o un trabajo importante, debe pasar 16 días antes y 16 días después sin tener relaciones sexuales, ya que si las tuviera podría dañar seriamente su trabajo. Recordemos que los fluidos corporales para los otomíes son extremadamente “contaminantes”, podrían afectar las limpias que debe hacer el curandero en cualquier contexto ritual. Con respecto a los yo mbui “dos corazones” del bädi, es de suma importancia mencionar que el segundo corazón que es el que se exterioriza del cuerpo, es lo que le permite al curandero realizar el “préstamo de cuerpo” a las Antiguas. Es decir, cuando el corazón se exterioriza del cuerpo del bädi, es cuando Santa Rosa u otra Antigua puede tomar posesión del cuerpo de bädi. Para que una Antigua pueda hablar a través del cuerpo de un curandero, el segundo corazón debe estar fuera de él. Al exteriorizarse el segundo corazón permite que el bädi viaje por el mundo de las Antiguas, que pueda ver lo que ellos ven al viajar en el cosmos. Esto lo convierte en intermediario entre el mundo de las personas otomíes y el de las Antiguas, ya que tiene la capacidad de estar en los dos. Por último, cabría agregar que así como tienen dos corazones, los cuales pueden manejar conscientemente, los curanderos tienen también dos espíritus, albergados cada uno en un corazón. 3 Dado que sólo los curanderos tienen dos espíritus, este hecho les da la capacidad de transformarse. Son infinitos los relatos a lo largo de la sierra de seres que tienen la capacidad de metamorfosis, el curandero tiene un espíritu que es dahi (aire), el cual se exterioriza en los sueños para andar con otros espíritus; y tiene el segundo espíritu que es el que se transforma en otra cosa, en animal o en Antigua por ejemplo. En este sentido se puede decir que el cuerpo del bädi también es diferente al de las personas normales, ya que puede adquirir plumas, escamas, pelos, etc. La capacidad más importante es que el bädi también crea cuerpos, cuando crea conceptos; Galinier ha propuesto esta idea: “El bâdi, “el que sabe”, en el momento del recorte de los ídolos, se dedica a una operación que no dudo en calificar como una verdadera producción de conceptos” (Galinier, 2009: 14). El bädi tiene el don de recortar a todo lo que existe en el cosmos, las personas, los animales, las plantas, el sol, la luna, todas las Antiguas, en fin todo lo que puebla el cosmos otomí. El curandero tiene el don de “ver” a las deidades mediante el sueño o la ayuda de ciertas plantas sagradas como la Santa Rosa, de hablar con los antepasados, tiene la capacidad de ser ayudado por el diablo y otras Antiguas que el resto de las personas no pueden ver, sino hasta el momento en que son recortados. En el momento en el que el bädi recorta a las Antiguas, lo que hace es dotar de un cuerpo a esos seres que están en otro lugar. Este cuerpo tiene una forma definida y tiene sus propias cualidades, que lo hacen que sea algún elemento del cosmos y no otro. Mario nos explica por qué recorta el curandero: Para distinguir a qué Antigua estás ofrendando, [el curandero] hace el cuerpo de la Antigua para que distingamos cuál es, porque si sólo está el espíritu no la podemos ver y no sabemos quién es. Por ejemplo si yo hago el recorte de la lumbre, dices ah pues éste es éste, vamos a ponerla aquí, cada Antigua tiene diferente cuerpo, porte y es lo que distingue uno, sino no sabes a quién le estas ofrendando (Mario Castro, Ixtololoya, 08/08/2013). El bädi, en el acto de recortar dice qué es lo que hace que un recorte represente a un ser u otro y por qué. Al recortar a las Antiguas, les muestra a las personas otomíes cómo son las cosas en el lugar de los antepasados y en el lugar de los 4 dioses. Los recortes de papel otomíes “cuentan” cómo son esos lugares y cómo son los seres que lo habitan. Las personas otomíes pueden conocer a estos seres gracias al bädi, que tiene la capacidad de recorrer estos “otros” lugares y las Antiguas que los habitan. Por ejemplo, en la (Ilustración 1) se pueden ver recortes de la Santa Rosa, realizados por Mary, curandera de Ixtololoya, los cuales se encuentran en su altar doméstico. En el centro de los recortes de los cuerpos de dicha Antigua está su nzahki, la planta de Santa Rosa. Los otomíes pueden enterarse cómo son y cómo actúan sus dioses antepasados gracias al bädi que los crea al recortar. Gracias a él, quién cuenta lo que vive y lo que sabe a través de los recortes que crea, los cuales representan una realidad ya vivida, o que se vivirá. Los recortes de papel son jäi “cuerpo” que sirve de receptor de las fuerzas que existen en el mundo. En el momento en que las Antiguas son recortadas, el bädi les da un cuerpo, pero un cuerpo con forma de humano, es decir, les da a las Antiguas que todo lo ven, una perspectiva humana, para entablar un diálogo con los otomíes, en el mundo de los humanos. El bädi les da un cuerpo específico, con una forma bien delimitada para que allí se albergue la fuerza de cierta Antigua. El bädi crea un cuerpo que ya está conceptualizado, ya tiene ciertas características específicas, para que albergue a cierta entidad en específico y no a otra; ya que toda entidad tiene una cantidad de nzahki diferente. El nzahki de todas las entidades es distinto, recordemos que hay unas más fuertes que otras, de acuerdo a su temperatura, al respecto Galinier menciona: “Gracias a la confección de “ídolos”, los chamanes disponen de un material pedagógico que les permite exponer esta doctrina energética expresada en términos de calidad y cantidad” (Galinier, 2009: 175). Los curanderos recortan los cuerpos para los seres que habitan otros mundos y no tienen cuerpo, no tienen jäi, están más allá de la tierra. Pero es él quien con su saber, les da forma y dice cómo son. El bädi crea el microcosmos del mundo otomí, pequeñas figurillas llamadas por los otomíes de la sierra “papel brujo”, que albergan el nzahki de todo lo que existe en el mundo. Queda así también delimitado un microcosmos que se corresponde, por un lado las energías vitales que albergan el cuerpo y por otro el cosmograma realizado por el bädi, que lo convierte en receptor de las mismas energías vitales. 5 El centro genésico del cosmos son los recortes de “papel brujo” que realiza el bädi, quedando creado y delimitado así un microcosmos según la cosmovisión otomí. Cada recorte de papel brujo que realiza el bädi, está cargado de un nzahki, porta en la mitad del cuerpo la fuerza vital de lo que es. En este sentido, el recorte es como el cuerpo humano, porque ambos son igual de contaminantes y peligrosos, existe una relación analógica entre los recortes y el cuerpo humano. El cuerpo humano contamina el mundo con los fluidos que desecha, los recortes de papel que fueron utilizados para limpiar a las personas, son llevados por el bädi lejos, al monte, ya que llevan en sí todo lo malo de las personas. El bädi reproduce la cosmovisión otomí, al realizar los recortes de papel y recordemos el cosmograma propuesto por Galinier, donde las camas, los recortes de papel son el microcosmos otomí. Menciona el autor que los recortes de papel muestran que el cuerpo es el mundo, y como el cuerpo, los recortes no tienen vida propia, el bädi recortando puede “controlar”, o “corporeizar”, o “conceptualizar”, a esos jäi con las fuerzas vitales existentes en el mundo. El bädi otra vez aparece como intermediario entre las Antiguas y la comunidad, creando los pensamientos colectivos otomíes. En las comunidades abordadas en este trabajo, el acto de recortar se denomina heki, y el recorte, que en la sierra es mencionado como “recorte de papel brujo”, se denomina hemi. Esta relación que existe entre el bädi y las Antiguas se refuerza, ya que, como menciona Mario de Ixtololoya: “Cuando un brujo muere, se transforma en Antigua” (Mario Castro, Ixtololoya: 08/08/2013). Estamos aquí ante un conocimiento para curar y realizar brujería compartido entre los curanderos y las Antiguas. Los curanderos se transforman en Antiguas cuando mueren y las Antiguas son muertos ex curanderos, “los brujos del otro mundo”, dicen los otomíes. Estamos ante una unión entre los dos mundos, que se da a partir del conocimiento, mpeni, quizá esta sea otra razón de por qué es sólo el curandero quien puede tener este conocimiento entre las personas. Ambos realizan el mismo trabajo, los curanderos en la tierra y las Antiguas en el lugar de los antepasados. 6 Con respecto a la actividad de recortar, Melitón Pérez de Tenexco, nos menciona lo siguiente: El brujo corta a la Antigua para que se te sane tu cuerpo si estás enfermo. La Antigua tiene mucho poder porque antes eran hombres, pero no hombres como nosotros, ellos nunca pecaban, por eso Dios los convirtió en Antigua, por eso Dios les dio su poder y por eso viven para siempre y te pueden curar. Siempre van a estar curando a la gente, porque tiene su poder que les dio Dios, pero si el brujo no la corta, no te puede curar. Porque la Antigua puede hablar con el brujo, pero sólo con ellos, no con todas las personas (Melitón Pérez, Tenexco, 22/01/2014). Esta actividad que realiza el curandero, la de recortar, sólo es llevada a cabo con fines rituales, para una limpia individual o colectiva, o para un gran Costumbre en donde se encuentren muchos curanderos, o para hacer brujería. Por ejemplo cuenta Mary de la comunidad de Ixtololoya que para el último Costumbre para la Santa Rosa que llevó a cabo, comenzó a recortar un mes antes. Si es una limpia o una consulta individual, puede tardar de 1 día a una semana, dependiendo del estado de salud del paciente. Estos “muñecos” o “recortes de papel brujo”, que son utilizados en rituales, limpias, sesiones terapéuticas o actos de brujería, como se mencionó, portan la energía vital, la fuerza, el nzahki, de lo que es. Esto se puede ver claramente en todos los recortes realizados por los múltiples curanderos y curanderas de la sierra. En todos los recortes podemos ver el nzahki en la mitad del cuerpo, a la altura del ombligo o de la médula ósea, un dibujo de lo que el recorte es. Por ejemplo, el recorte del curandero porta la figura de las tijeras en la mitad del cuerpo, tal como lo muestra Mary en la (Ilustración 2). Por su parte, el recorte del músico tiene como nzahki una guitarra huapanguera en la mitad del cuerpo, tal y como se ve en la (Ilustración 3). De otra forma, si recorta la Antigua de un cerro cercano, después de utilizarlo en el ritual, lo irá a depositar a ese cerro, en donde vive esa Antigua. El acto de recortar es como “sacarle una foto a la Antigua, es como su foto” (Mario Castro, Ixtololoya; 08/08/2013). Esto para que las personas las puedan ver y sepan con que Antigua están. A su vez, esto les permite a las Antiguas adquirir un cuerpo, tener una corporeidad de humanos. Si los recortes son cuerpos análogos al cuerpo humano, 7 lo que permiten es que las Antiguas tomen una perspectiva y sean persona. Estamos aquí otra vez ante una correspondencia analógica entre microcosmos y macrocosmos, un cosmos ordenado en base de similitudes y diferencias con el cuerpo humano. Cabría mencionar también que, por el contrario, cuando el curandero recorta a las personas, sería como sacarles una foto para que las Antiguas los vean, cuando se hace un Costumbre, el bädi recorta a todos los presentes y, si es una limpia, el curandero recorta a la persona que va a ser curada; de igual forma si quiere hacerle brujería a alguien el curandero recorta su cuerpo, para poder hacerle el mal, ya que en el recorte está la fuerza de lo que es. Pero hay una diferencia entre el recorte de las Antiguas y el recorte que es de un humano. Como nos menciona Brígida de Ixtololoya: “El recorte que es de Antigua, no tiene hombros y tiene las manos hacia el cielo y el poder se ve en la cabeza. El recorte que es de una persona, tiene hombros y las manos van para la tierra, y no se ve el poder en la cabeza” (Brígida García, Ixtololoya: 09/03/2014). Tal y como se muestra en la (Ilustración 4) en donde se puede ver los recortes realizados por el curandero Feliciano antes de morir. En esta diferencia, se ve claramente las variaciones de fisicalidad entre personas y Antiguas. Sobre todo si se observa el poder que portan las Antiguas en la cabeza. El de la Antigua de la izquierda es una cruz, el de la Antigua del centro es copal y la Antigua de la derecha (persona) no tiene el poder en la cabeza. Cuando un curandero muere es enterrado con la mayoría de los recortes para que siga curando con ellos cuando se convierta en Antigua, pero también le deja otros recortes a su esposa, si es que ésta es curandera para que con ellos cure en el mundo de los vivos cuando lo requieran. Tal es el caso de Feliciano quien le dejo muchos recortes a su esposa Brígida. Estos recortes siguen siendo utilizados por Feliciano aunque ya sea una Antigua, usa recortes que realizó cuando era curandero en la tierra. Otra característica trascendental de los recortes de papel brujo, es que son recortados en simetría axial, el bädi dobla la hoja de papel revolución a la mitad marcando un centro y comienza a recortar. En primer lugar corta el contorno del 8 cuerpo, y luego los detalles del centro, el nzahki o los números que pueda hacer en el recorte. Cuando termina de recortar extiende la hoja que había doblado y se puede apreciar el recorte. Al ser extendido el recorte de papel brujo, quedan las mismas figuras de un lado y del otro, a la misma distancia del punto medio que el bädi había marcado en el papel antes de empezar a recortar. Con respecto a los números mencionados, cabría señalar que, el curandero realiza cortes en forma de triángulo en el cuerpo de la Antigua, en el tórax, los cuales representan números, depende de cuántos triángulos sean, el número que es. Si el triángulo tiene el vértice para abajo, el recorte es de una Antigua mala, por el contrario, si el triángulo tiene el vértice para arriba, el recorte es de una Antigua buena. Como se puede ver, en este “cosmograma” llamado por Galinier, está plasmado todo lo que acontece en el cosmos otomí, un rectángulo sagrado creado por el bädi. “Los ídolos constituyen un incomparable medio de apreciación de la relación entre cuerpo y medio ambiente, gracias a esa antropomorfización de la naturaleza” (Galinier, 2001: 468). Los otomíes piensan al universo y todo lo que existe de forma semejante al cuerpo. El mundo está lleno de características humanas. Las Antiguas, que tienen un cuerpo humanizado, piensan, sienten y curan o enferman, al igual que las personas; también viven en pareja y cuando el curandero las recorta o quieren ser vistas por las personas, tienen un cuerpo, un jäi. El curandero dota de un cuerpo a la Antigua y así logra que las Antiguas vengan a “hablar”, “decir lo que va a pasar” y con esto obtiene su ayuda. De igual forma, si el curandero va a realizar un acto de brujería, recorta a las Antiguas que le ayudarán a realizar el mal. Por ejemplo, en la (Ilustración 5) se puede ver un recorte, el cual se encuentra en el altar del curandero Mariano de Ixtololoya y posee varios elementos importantes. Aquí se puede apreciar la Antigua de los cerros. Esta imagen representa a un ser femenino, que tiene una corona en la cabeza, “como virgencita” (Manuel Tolentino, El Pozo, 27/01/2014). A un lado de las manos de la Antigua, se ven los ojos de un ave llamada en la sierra “tecolote”. Cuenta Manuel que si una persona lo mira y el tecolote se la queda viendo a los ojos, y si la persona en aquel momento le tiene miedo se lleva su corazón. El 9 tecolote le roba el corazón a la persona y en quince días aproximadamente ésta muere. El ave grita y habla en la noche, porque la Antigua del cerro, de la cual es ayudante, le otorga el poder de hacerlo, así como le otorga el poder de robar los corazones de la gente. Cuando una persona está enferma y no se sabe la razón, muchas veces se adjudica a que el tecolote se llevó el corazón. La cura para el robo del corazón la tienen los bädi que comen Santa Rosa, ya que pueden hablar con ese pájaro y pedirle favores. De igual forma, si se quiere hacer el mal a una persona el bädi puede mandar a un tecolote a robarle el corazón, el curandero puede con el tecolote, “destruir a la persona que tú quieras”, nos dice Manuel. Sigue contando que por eso, el trabajo de curar y enfermar es del Diablo, porque es Zithu quien enseña a los bädi a robar los corazones de las personas. Con la capacidad de recortar heki, el bädi se convierte en un ser liminal, intermediario entre el mundo de las personas y el mundo de las Antiguas, con la creación de sus “papales brujos” o “muñecos”, materializa todo lo existente en un microcosmos lleno de un mismo nzahki. 10 Anexo 1: Fotografías Ilustración 1: Aquí tenemos recortes de la Santa Rosa, realizados por Mary, los cuales se encuentran en su altar doméstico. De igual forma vemos en el centro del cuerpo de las Antiguas la planta de Santa Rosa, su nzahki. Foto: Reinoso, Ixtololoya, 25/01/2014 11 Ilustración 2: Mary mostrando el recorte del curandero, con su nzahki (en este caso son las tijeras) en la mitad del cuerpo. Foto: (Reinoso, Ixtololoya, 25/01/2014) Ilustración 3: Recorte del músico, con su nzahki (guitarra huapanguera), en la mitad del cuerpo. Foto: Reinoso, Ixtololoya, 25/01/2014. 12 Ilustración 4: Recortes realizados por el curandero Feliciano antes de morir. Dos Antiguas (con los brazos hacia arriba), un humano (con los brazos hacia abajo). Foto: Reinoso, Ixtololoya, 11/03/2014. Ilustración 5: La Antigua de los cerros, realizada por Mariano. Foto: Reinoso, Ixtololoya: 14/08/2010. 13 Bibliografía: Galinier, Jacques (1987), Pueblos de la Sierra Madre. Etnografía de la comunidad otomí, INI, México. -------------------------- (1990), La mitad del mundo. Cuerpo y cosmos en los rituales otomíes, UNAM-INI, México. -------------------------- (2001), “Una mirada detrás del telón. Rituales y cosmovisión entre los otomíes orientales”, en: Cosmovisión, ritual e identidad de los pueblos indígenas de México, Biblioteca mexicana, FCE., México, p. p. 453-484. -------------------------- (2009), El espejo otomí. De la etnografía a la antropología psicoanalítica, CEMCA, INAH, Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas, México. 14