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Descargar documento - SIPA Centro de Iniciativas Turísticas de
MIGUEL CABALLÚ ALBIAC
T E O D O R O P É R E Z B O R D E TA S
R E A L A C A D E M IA D E
BE L L AS A RT E S DE S A N LU I S
Los autores expresan su agradecimiento a numerosas personas, ya amigos,
que les han acompañado, informado o aconsejado en sus viajes por Aragón.
© Miguel Caballú Albiac
© Teodoro Pérez Bordetas
Presentación: José Pasqual de Quinto y de los Ríos
Edita:
Real Academia de Bellas Artes de San Luis – Zaragoza
© de la presente edición: Real Academia de Nobles y Bellas Artes de San Luis – Zaragoza
Diseño de portada: Ricardo Pérez Lorente
Textos y dibujos publicados en Heraldo de Aragón 2007/2008
D.L.:
Z-2.616/2008
Imprime:
Navarro & Navarro Impresores
Arzobispo Apaolaza, 33-35
50009 Zaragoza
Índice
Presentación:
Excmo. Sr. D. José Pasqual de Quinto y de los Ríos .................... 7
Introducción .................................................................................. 9
Plano de localización .................................................................. 11
Mesones de Isuela, un castillazo .................................................... 13
Los amantes de Teruel, ha nacido una tradición .......................... 15
Parque de Huesca, arte y sosiego .................................................... 17
Calcena, cara oculta del Moncayo .................................................. 19
Abay, un acto de amor ...................................................................... 21
Villafranca de Ebro, nobleza obligada ............................................ 23
Oseja, positivo RH, cero negativo .................................................. 25
Tarazona, el mudéjar con marcha .................................................. 27
Semana Santa zaragozana, la capital, paso a paso ........................ 29
Caspe, población con vocación de ciudad .................................... 31
San Juan de la Peña, modernidad para un símbolo histórico .... 33
Biel, el poder de seducción .............................................................. 35
Uncastillo, distinto y nada distante ................................................ 37
Mequinenza/Mequinensa, una frontera para reflexionar .......... 39
Mediana de Aragón, un oasis en la estepa .................................... 41
Jaca, el puente medieval de San Miguel ........................................ 43
Daroca, con la autovía, ¡hay que entrar...! .................................... 45
Samper de Calanda, villa más que singular .................................. 47
Teruel, museo abierto ...................................................................... 49
Estercuel, monasterio de Santa María del Olivar ........................ 51
Oliete, «capricho de Teruel» ............................................................ 53
La cartuja de Las Fuentes, ya puede visitarse ................................ 55
Belchite, símbolo para la paz .......................................................... 57
Maella, villa de leyenda .................................................................... 59
Huesca, la catedral de la albahaca .................................................. 61
Nonaspe, ermita de la Virgen de Dos Aguas ................................ 63
Aragón escrito y dibujado
5
Santa Cruz de la Serós, contundente románico ............................ 65
Alcañiz, desarrollo sobre ruedas .................................................... 67
Purujosa, el semáforo del Moncayo .............................................. 69
Chiprana, la novia del Ebro ............................................................ 71
Casbas de Huesca, últimas noticias monásticas .......................... 73
Vistabella, un gozo para la vista ...................................................... 75
Zaragoza, el Pilar, un mundo, un puente al futuro ...................... 77
Zaragoza, comparsa de cabezudos y gigantes .............................. 79
Jaca, la catedral: cabeza del arte románico .................................... 81
Sallent de Gállego, cabeza del valle de Tena .................................. 83
Mora de Rubielos, puerta al Mediterráneo .................................... 85
Villanueva de Sijena, Servet y las Hermanas de Belén ................ 87
Munébrega, tierra de obispos, vino y turismo .............................. 89
Monasterio de Veruela, a la vera de Vera ...................................... 91
Quinto, en el Ebro, pero no de Ebro .............................................. 93
Peracense, el castillo de la gayuba .................................................. 95
Castellote, villa templaria, pero que muy actual .......................... 97
Arándiga, feliz Navidad (con ajos) ................................................ 99
Santa Fe, un monasterio para el 2008 .......................................... 101
Lobera de Onsella, paraíso natural en las Altas Cinco Villas .. 103
Caspe, compromiso con el futuro ................................................ 105
Veracruz, Obarra, santuario condal ribagorzano ...................... 107
Torralba de Ribota, una iglesia con acuitardo ............................ 109
Bujaraloz, Las Vegas de Bujaraloz ................................................ 111
Borja, el barrio de la Morería ........................................................ 113
Godojos, un uno en el paisaje ...................................................... 115
Pedrola, sobre ruedas y con altos vuelos .................................... 117
San Juan de Busa, nave varada en verde prado .......................... 119
Calatayud, a cualquier hora .......................................................... 121
Teruel, ejemplo de amor, al futuro .............................................. 123
Abizanda, portal del Sobrarbe, sin peaje .................................... 125
Calatorao, un buen jalón en Valdejalón ...................................... 127
Borau, San Adrián de Sásave ........................................................ 129
Siresa, monasterio de San Pedro .................................................. 131
Monasterio de Rueda de Ebro, ya rueda la rueda ...................... 133
Zaragoza, bicentenario agustiniano ............................................ 135
Índice de fechas de publicación ................................................ 137
6
MIGUEL CABALLÚ ALBIAC / TEODORO PÉREZ BORDETAS
Presentación
A
ragón ha sido tierra de compromisos desde sus orígenes como
Reino, y compromiso ha sido para la Real Academia de Nobles y
Bellas Artes de San Luis, editar la obra que presentamos.
Afirma una tradición aragonesa que sus regnícolas le imponían al
monarca una fórmula de juramento en la que se manifestaba que «...Vos
que sois tanto como nos, y todos juntos más que Vos, os demandamos...»;
tradición que se impuso como subconsciente en la Sesión de la Real
Academia de San Luis celebrada en Zaragoza el 11 de marzo de 2008,
cuando los Señores Académicos acordaron unánimemente la publicación
de la obra titulada Aragón, escrito y dibujado, de la que son coautores sus
compañeros los Señores Caballú Albiac y Pérez Bordetas.
Acuerdo que testimonia el buen hacer de los precitados coautores;
buen hacer que en sí no necesitaba acuerdo alguno que lo ratificara, puesto que por si sólo quedaba acreditado y daba prestigio a la propia Real
Corporación que entregaba la obra a las prensas, dado que desde su fundación la Academia de Bellas Artes se ha regido por la máxima ilustrada
de instruir deleitando, plasmada en el lema «florece fomentando» que figura en su escudo.
Desde la satisfacción de presidir una Real Academia en la que sus
componentes acreditan su buen hacer con obras como la que hoy tenemos
el honor de presentar, manifestamos públicamente el afecto de compañero, acumulado al respeto y la admiración como aragonés que expresamos
a los autores.
JOSÉ PASQUAL DE QUINTO Y DE LOS RÍOS
B arón de Tamar it
Zaragoza, a 7 de mayo de 2008
Aragón escrito y dibujado
7
Íntroducción
Escrito en voz alta, de corazón
V
oy a escribir en voz alta. ¿Qué como se hace eso? Pues así, como sale,
como se piensa, como quien habla con el ordenador, preguntando
sin esperar respuesta, diciendo lo que se te antoja, sin seguir un hilo
discursivo, no al buen tun tun, pero casi. En realidad lo vamos a firmar los
dos, «Introducción de los Autores», o sea que tendrás que leerlo Teodoro, por
si no estás de acuerdo… En realidad tu dibujos tambien hablan. Bueno, supongo que se entiende, esto de las habladurías, esto de pintar o escribir en voz
alta. Para escribir de un pueblo en la serie que ahora recopilamos en otro libro (ya van ocho), hay que documentarse, viajar, ver, meditar y escribir en silencio, a solas uno con sus pensamientos, intentando trasmitirlos, buscando
la conformidad del lector con el texto, para cumplir un objetivo que nos guía
siempre en nuestras colaboraciones, que es ponerle pies al lector para que
ande… un levántate y anda, a lo modesto, para que se vaya conociendo este
Aragón tan fenomenal que tenemos.
Y es que el viajar es condición del ser humano. Nosotros le hemos
dado varias veces la vuelta al mapa aragonés, pero cada vez quedan más
cosas por dibujar y por contar. No hay semana que no se termine la restauración de un monumento, ni un mes que no se abra un Centro de
Interpretación, ni hay año que un par de nuevos Museos, museítos más
bien, expongan sus tesoros. O sea, que a pesar de los cientos de colaboraciones en Heraldo de Aragón, nos queda mucho tajo. Aragón es maravilloso y da para toda una vida. Si la vida se dice que es un viaje, el viajar por
Aragón da vida. Pruébelo.
En voz alta y de corazón, debo expresar nuestro agradecimiento. En
este libro, cuya publicación debemos a la amabilidad de la Real Academia
de nobles y Bellas Artes de San Luis, van las últimas colaboraciones en el
periódico y tal vez las penúltimas en el tiempo. A la Academia deben ambos firmantes muchas alegrías. Ambos formamos parte de su elenco, y ambos hemos participado en muchos de sus eventos. Por si fuera poco, el que
esto escribe, en nombre de los dos, lleva casi una docena de años como
Secretario General, disfrutando de la amistad y el roce, que engendra cariño, de unos singulares e ilustres compañeros de corporación. Lo dicho,
muchas alegrías. El libro es una más. A su Presidente D. José Pasqual de
Quinto queremos dedicar esta edición por su comprensión y apoyo.
Aragón escrito y dibujado
9
Nuestro agradecimiento es también para el Heraldo de Aragón, cuyas páginas han sido nuestra casa tantos años. Asomábamos la pluma en
suplementos, en extraordinarios, en la contra, en la diez… en no menos de
una veintena de años. Los dibujos de Teodoro han llamado la atención y
los textos han tenido repercusiones estimulantes. Debemos agradecer a
nuestros lectores y seguidores que semana a semana recortan la colaboración y nos meten en una bolsa de plástico archivada en una carpeta de anillas. En ellos pensamos también al publicar el libro. Es como homenaje a
su paciencia y constancia. Que lo pidan a la Real Academia, que en su labor de «instruye deleitando» seguro que se les facilitará.
También se ha portado la gente de Navarro & Navarro, la imprenta,
que han conseguido hacer un libro bello, hermoso, que gusta nada más
verlo, aun sin desvelar el contenido.
Quisiera terminar diciéndoles que este libro puede quemarles las
manos, porque esta hecho con mucho calor y entusiasmo. Recorrer caminos de Aragón es gratificante, pero dibujarlos o escribirlos todavía
más. Y si como creemos que es el caso, hemos conseguido estimular la
inercia ciudadana, animando a visitar lo escrito o dibujado, miel sobre
hojuelas. Este libro es el poso de la última serie. Quiera Dios, y Vds., que
sea como mínimo la penúltima.
LOS AUTORES
10
MIGUEL CABALLÚ ALBIAC / TEODORO PÉREZ BORDETAS
Siresa
Sallent de Gállego
Borau
Abay
Lobera
de Onsella
Jaca
San Juan de Busa
Santa Cruz de la Serós
San Juan de la Peña
Veracruz, Obarra
Biel
Uncastillo
Abizanda
Casbas de Huesca
Huesca
Tarazona
Borja
Monasterio
de Veruela
Purujosa
Calcena
Villanueva
de Sijena
Zaragoza
Monasterio
de Santa Fe
Oseja
Torralba
de Ribota
Cartuja de Las Fuentes
Pedrola
Calatorao
Calatayud
Villafranca de Ebro
Bujaraloz
Quinto
Mediana
de Aragón
Mesones de Isuela
Arándiga
Monasterio
de Rueda
Mequinenza
Caspe
Belchite
Chiprana
Godojos
Munébrega
Vistabella
Samper de
Calanda
Nonaspe
Maella
Daroca
Oliete
Estercuel
Alcañiz
Castellote
Peracense
Teruel
Mora de
Rubielos
Aragón escrito y dibujado
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MIGUEL CABALLÚ ALBIAC / TEODORO PÉREZ BORDETAS
Mesones de Isuela,
un castillazo
V
olvemos a estas páginas de Heraldo. El
Bachiller Carrasco decía en el Quijote
«que nunca segundas partes fueron buenas», pero no volvemos por segunda vez, sino por
quinta... y no hay quinto malo. Como ven se nota
que somos mayores y no tenemos abuela. En fin,
disculpen. El caso es que este Aragón es tan fascinante y hermoso, que hay mil sitios donde ir para
tomar apuntes. Teodoro con sus lápices de dibujo
y nuevas técnicas y servidor con un boli viejo pero
que le tengo cariño, mire Vd. Vamos a empezar
otra serie de pueblos y lugares de Aragón. Teodoro
hará el dibujo de lo que ve con su retina que vibra
tan armoniosamente. Servidor intentará contar lo
que hay detrás del dibujo, porque a veces, los más
bonitos colores esconden cosillas menos ideales.
Suele decirse que los pueblos desde lejos, en panorámica, son poesía, pero si te acercas, desde dentro, son prosa, a veces prosa dura.
Verbi gratia, que se decía antes: Empezamos
la serie, como ya habrá adivinado el curioso lector
al ver el dibujo de TPB, en Mesones de Isuela. Ya
ven que castillazo, de lo mejor de Aragón. Casi
como un campo de fútbol: rectangular de 80 x 35
m. Casi todo piedra sillar a pesar de estar construido en el siglo XIV cuando triunfaba el ladrillo
y más en la tan mudéjar cuenca del río Jalón, aunque esto sea Comarca del río Aranda, y Mesones
esté en el río Isuela. Vaya lío de ríos. Este castillo
de Mesones atrae muchísimos visitantes, cada día
más, pero en cambio en el pueblo no hay un simple Mesón donde llevarse un bocadillo a la boca
de no llevárselo de casa, porque desde que Vicenta
se cansó hace veinte años ya no hay fonda donde
comer y el único bar, llamado El Castillo como no
podía ser de otra manera, está acastillado, cerrado
a cal y canto hasta las trece horas que en los pueblos es simplemente la una. Podrá comer el viajero muy a gusto cuando los inquietos amigos de la
asociación Mesoluna celebran la Fiesta del
Mondongo, que no llaman de la matanza por no
molestar al respetable público.
En cambio, lo público del Castillo va muy
bien porque desde Patrimonio del Gobierno de
Aragón le echan ilusión y euros y tras la restauración del artesonado de la delicada ermita con talla
del siglo XIV de la Virgen de los Ángeles, se ha redactado un Plan Director y se van haciendo obras
de consolidación de almenas, de seguridad en muros, con buen propósito de seguir. La Comarca y el
Ayuntamiento, unidos que no es poco, han hecho
una sala para visitantes, y el acceso ya se arregló
para subir incluso con coches, aunque, de momento está prohibido. ¡Cosas! Y hay guía fines de
semana y festivos: Javier como antes estuvo María
José. Y una oficinita de información turística. Y
un teléfono para llamar 976.60.58.77, o sea que los
acomodados capitalinos no tiene excusa para perderse la visita de este excepcional castillo que fue
cosa, muy buena cosa diría yo, del Arzobispo de
Zaragoza, capitán de la frontera de Calatayud, don
Lope Fernández de Luna, cuyo escudo puso por
todos los lados, para que no nos olvidásemos de
citarlo con el paso de los siglos. ¡Somos así!
Aragón escrito y dibujado
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MIGUEL CABALLÚ ALBIAC / TEODORO PÉREZ BORDETAS
Los amantes de Teruel,
ha nacido una tradición
S
on actualidad estos días. Y lo han sido casi
siempre. Ya en 1921, Para salvar el desnivel
desde el Óvalo a la Estación de RENFE el
arquitecto José Torán de la Rad proyectó, con
amor, una escalinata de piedra y ladrillo. En sitio relevante se puso un bajorelieve hecho, con
amor, por Aniceto Marinas y ahora lo recuerda
amorosamente TPB en este dibujo. El amor es
fuente inagotable de inspiración. Y hablar de
amor es hablar de Teruel. La histórica leyenda o
la leyenda histórica trasmitida por tradición oral
se confirmó al encontrarse los presuntos cuerpos de los protagonistas en 1560 en la Iglesia de
San Pedro. Ahora con un mausoleo digno de visitarse.
El atractivo se lo han ganado a pulso, sobre
todo desde que la Tertulia Mudéjar y el Centro de
Iniciativas Turísticas inventó la celebración del
Día del Amor, o de los Amantes, con fiestas, fastos
y cena como no podía ser menos. Desde entonces
invitan a personas y personajes que hayan cumplido las bodas de plata o de oro en su diaria convivencia de pareja. Los unos dan ambiente y los
otros lustre a la fiesta. Así han dado la Medalla del
Amor por sus Bodas de Oro a muchos famosos,
iniciándose con los emperadores de Japón.
Incluso un año invitaron a la Reina de Inglaterra,
que muy suya ella, prefirió ir a Balmoral, pero recibió a una embajada que seguro que le llevaron
jamón, mejor que el de York.
Ahora ha nacido una tradición. Desde 1997
se celebran Las Bodas de Isabel de Segura, organizadas por una activa Fundación. Oficialmente la
Fiesta del emotivo abrazo de Diego e Isabel se re-
nueva cada año con mas fuerza. Participa todo
Teruel. Se hacen torneos de caballeros, juegos y
justas medievales, presidios por el Rey Jaime I de
Aragón. Todo el mundo se viste poco más o menos como los turolenses de 1217 cuando sucedió
el evento. La cosa atrae y Teruel se llena de enamorados y los hielos invernales se deshacen con
tanto amor y tanto abrazo.
Teruel es ciudad de abrazos: Abrazo del
Guadalaviar y del Alfambra para alumbrar el
Turia. Abrazos de riberas con el Viaducto, puente
Nuevo, puente del ferrocarril, el Acueducto
Viaducto de Vedel. Abraza la moza al cántaro en el
monumento de Macho a Torán que hizo la escalinata. Abrazar quiere el mozo al toro en el monumento a la Vaquillla de Pepe Gonzalvo. Abrazan a
la ciudad las sierras de Gúdar, de Javalambre y
Montes Universales. Pero a pesar de tanto abrazo
falta el de los zaragozanos, que presumimos mucho de hermanos, pero bajamos poco a Teruel.
Mal dicho bajamos, porque aunque la capital esté
al sur, tiene mayor altitud que Huesca y no digamos que Zaragoza. No hay que echarle la culpa a
la Autovía Mudéjar. Hay que ir... y no sólo en estos días que se festejan los amantes. Puede amarse
a Teruel todo el año.
Les gustará. Teruel está desconocido: El Óvalo reformado a lo grande, la Glorieta a lo monumental, San Pedro con nuevo mausoleo para los
Amantes, el Museo ampliado, la circunvalación,
Dinópolis... y por si faltaba excusa en marzo se
inaugura la exposición Tierras de Frontera, que es
como Las Edades del Hombre pero a la turolense.
Lo dicho, hay que ir. Con amor.
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MIGUEL CABALLÚ ALBIAC / TEODORO PÉREZ BORDETAS
Parque de Huesca,
arte y sosiego
E
l Parque de Huesca es lugar de esparcimiento, pulmón de la ciudad, que suele decirse. La parte antigua perteneció a lo que
era jardín de Juan Vicencio de Lastanosa y Baraiz
de Vera, Señor de Figueruelas, dicho con todos los
nombres porque el preclaro oscense lo merece.
Hasta el punto, que muchos piensan que el Parque
debía llamarse Parque de Lastanosa, precisamente
en este año que se celebra con toda clase de alharacas el IV Centenario de su nacimiento. No se
enfadaría Miguel Servet, porque ya tiene su monumento en el paseo central que se nominaría
Avenida Miguel Servet. El superculto Lastanosa ya
tuvo allí «jardines exquisitos donde cultivaba especies extrañas, dignas de aplicado botánico, en
medio de estatuas paganas, estanques y canalillos,
y junto a ellos fundó también un museo de ciencias naturales, donde guardó y clasificó fósiles del
Pirineo y del Moncayo, y piedras preciosas de tierras exóticas». Y con todo, lo bueno de Juan
Vicencio fue su biblioteca, con fondos de matemáticas, astronomía, literatura, botánica, historia,
con una colección única y excepcional de mapas y
cartografía, así como colecciones de monedas en
que basó varios libros de numismática. Posiblemente el más culto oscense de los últimos cuatro
siglos, o sea desde siempre. Prepárense que lo van
a oír mucho este año.
El Parque es una isla de verdor y punto de
encuentro de la ciudad tradicional, del casco histórico y sus entornos, con la nueva Huesca. 45.000 m2
o así. Además de su valor botánico es un museo artístico, donde se levanta el monumento a Las
Pajaritas, o pajaricas como le gustaba decir a su autor Ramón Acin, anarcosindicalista, pedagogo, escultor y pintor que lo hizo en 1929. Las Pajaritas,
arte minimalista, son un símbolo de Huesca, quizá
alimentadas con otros símbolos como la albahaca
o las castañas de mazapán. Lo cierto es que son
una imagen de identificación popular. Aquí está,
obra de Ángel Orensanz, el monumento al «Cerco
y defensa de Huesca» cuyo largo nombre ha abreviado la sabiduría popular y al estar las figuras de
espaldas, le llaman monumento «al culo». Un monolito a Lucas Mallada y el más reciente Monumento a los Reyes de Aragón.
Si a todo esto se suma que suelen celebrarse
conciertos en la pérgola, Festivales de jota en el
Paseo Central, teatro guiñol para niños en Las
Pajaritas y que por otro sitio está la casita de Blancanieves, y estanques con cisnes, patos, romanticismo en los parterres, paz, sosiego... se entiende que
guste pasear y pensar por sus veredas. Y eso que en
la ultima ampliación desapareció el caminito de los
novios, sitio clásico para decir te quiero. Por ahí
iban las parejas porque se veía poco, y los críos
iban a ver si veían sin que les vieran.
En el Parque se encuentra la ventaja de la
soledad y de la compañía de ti mismo. Y gusta,
gusta mucho, porque el secreto de esta soledad
es que no existe soledad, sólo el ambiente propicio para sentirse sólo. Hala, me voy a despedir
con Lope de Vega, que queda muy fino: A mis
soledades voy, de mis soledades vengo, porque
para andar conmigo, me bastan mis pensamientos. Pues, eso.
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MIGUEL CABALLÚ ALBIAC / TEODORO PÉREZ BORDETAS
Calcena,
cara oculta del Moncayo
S
on paisajes para pintar y degustar. No es extraño que la Asociación de Amigos de la
Villa de Calcena organice en el mes de agosto la «Calcenada» que es una marcha alrededor del
Moncayo, de 104 kilómetros, que se hacen andando o a caballo en 24 horas, o bien en bicicleta en 10
horas. Una pasada de participación en ambiente
deportivo y de culto a la naturaleza. Cada edición
convoca a más gente. Calcena se oculta entre los
montes de la «cara oculta del Moncayo». Pero no
menos de 800 personas la encuentran gozosamente en la Calcenada. En otoño/invierno hacen una
«Calcenadilla», que sólo son 21 km. con dificultad
media baja. Para animar a los participantes y a
Uds. a participar les diré que en el Km 0,a la salida
se les da chocolate, bizcochos y moscatel; En el kilómetro 2,5 se invita a bocadillo caliente; en el 8,5
se reparte fruta y en el 14,5 caldo del bueno. A la
llegada al Km. 21 comida gustosa y participativa.
Siempre han sido buenos los chorizos calcenarios
procedentes de matanzas particulares, cada vez
más escasas, como escasos son los vecinos, unos
setenta, que en verano llegan a quinientos.
Hay muchos descendientes de Calcena en la
capital y muy amantes de su pueblo vuelven cuando pueden. Se aprecia en las muchas casas que hay
muy bien arregladas en su trazado urbano de huella musulmana. Su vinculo de unión desde 1992 es
el Eco del Isuela, un boletín informativo de la
Asociación Cultural, muy interesante, de publicación semestral nacido con la intención de servir
de contacto entre los calcenarios y su pueblo a lo
largo del año, así como para recopilar y dar a co-
nocer cosas de Calcena. Y muy bien que lo hacen.
Ahora con el apoyo de Internet la cosa está mejor,
y este viajero impenitente les anima a que vean su
página www.calcenada.com, donde hay sustanciosas informaciones sobre las muchas actividades
que un pueblo tan pequeño es capaz de hacer. Y si
hay duda llamar al 609.360.778 y Enrique Marco
aclarará lo que sea.
Calcena es un paraíso natural. Endesa se
portó como debía retirando las líneas de alta
tensión que molestaban a los buitres con sus reposaderos colgados en la roca. Montes de carrascas o chaparros. Muchos robellones en
temporada. Hay Refugio para Montañeros que
se ha hecho recuperando una ermita en la zona
de las gargantas junto a los parajes de la Fuente
Ujosa, y Albergue para estudiantes y grupos que
se ha acondicionado en el antiguo cuartel de la
Guardia Civil. También tienen un Centro de
Interpretación de la Naturaleza aunque la interpretación de la vida rural se hace en el bar del
pueblo que abre todos los días.
Ha piscinas y pistas deportivas pero sorprende la majestuosa iglesia, casi una catedral, de
planta salón, dedicada a Nuestra Señora de los
Reyes. Del siglo XVI, con portadas románicas a
pesar de estar tan al Sur, y espectaculares retablos.
Solo quedan dos capillas por restaurar. La carretera para llegar es sinuosa, estrecha, bordeando el
río Isuela, pero todo parece nada al llegar a la entrada del pueblo, bajo arco capilla, y entrar en un
mundo de paz y sosiego, rico en manantiales, ermitas, naturaleza y gente amistosa.
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MIGUEL CABALLÚ ALBIAC / TEODORO PÉREZ BORDETAS
Abay,
un acto de amor
A
siete kilómetros de Jaca, en la Solana, hay
un pueblecito que podía ser ejemplo de
otros que sobreviven en el Pirineo
Aragonés. Tiene 42 habitantes censados, y lo que
se dice dormir todos los días son 25. Mira por
donde a Teodoro se le ocurre hacer el dibujo de
Abay porque le tiene especial predilección porque
Meli y José Luis encontraron allí un lugar de sosiego y armonía para dejar testimonio de su armonía y sosiego. A veces Teodoro me joroba con
dibujos de sitios que tengo que ir de propio, pero
esta vez ha acertado.
Y es que Abay enamora. Agricultura, ganadería y dos o tres albañiles. Hay 100 vacas todas en
la misma Casa, y unas 300 ovejas de dos o tres
Casas. Como es propio de la montaña rige el sistema de Casas. Abay tiene 26 Casas. Parece un eufemismo decir que hay dos casas rurales (con
alojamiento). Por ejemplo, la llave de la iglesia la
tiene en casa Fina, alcaldesa por esposa del alcalde pedáneo Javier, pero por si acaso la guardan en
cuatro casas más. Nadie se va sin ver la iglesia o la
ermita. La Iglesia tan románica ella, muy sencilla,
está presidida por San Andrés. La Asociación
Sancho Ramírez fue la pionera en empezar la restauración hace 20 años. Se celebra misa los domingos a la una. Presumen de una virgen
románica sedente que llama la atención porque el
Niño está con los pies cruzados.
En la Ermita de la Asunción, también dentro del casco, se conservan dos pinturas del cuñado de Goya Fray Manuel Bayeu. Parece que el
fraile que tanto vivió en la Cartuja de Las Fuentes en los llanos de Monegros fue a ver al Deán
de Jaca, a la sazón rector de la parroquia de
Abay, y admirado de la belleza de aquel paisaje
tan diferente del de su cartuja, les obsequió con
su arte pictórico. En esta restaurada ermita sólo
se celebra misa una vez el año el día de la Virgen
15 de agosto, desde siempre con procesión. Se da
la vuelta al pueblo portando el «crucero» que le
toca, revestido con sayón blanco, una cruz renacentista de plata, que es como emblema de Abay.
La llevan en mayo al Voto de San Indalecio que se
celebra en el Monasterio de San Juan de la Peña
desde hace siglos y a Jaca a la procesión de Santa
Orosia para acompañar a las reliquias de la santa ¡faltaría más!
En fin, que esta muy bien el minúsculo
Abay, modelo de convivencia vecinal. Han restaurado el antiguo horno comunal aunque ahora sólo
funciona cuando se mata el tocino y se hacen tortas de chichones o para preparar asados. A los de
Abay les llaman ánades y eso me recuerda que les
recuerde que este pueblo, como toda la Solana, es
privilegiado en el tema de aves. Nada menos que
una lista de 151 especies publica César Pedrocchi
en la página Web de Abay, porque sépase que este
pueblo tan antañón también tiene su sitio en Internet. Y publica cosas tan bonitas como este párrafo
que me apropio para concluir: «Estos pueblos son
un acto de amor de quienes los habitan. Porque
rondar sus calles, llenarlas de flores, mimarlas y regalarles vida es la aventura de permanecer... Acudir a estos pueblos es un acto de amor... Abay se ha
empeñado en latir con fuerza y no hay nadie capaz
de dibujar en su horizonte un encefalograma plano» Y menos nosotros.
Aragón escrito y dibujado
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MIGUEL CABALLÚ ALBIAC / TEODORO PÉREZ BORDETAS
Villafranca de Ebro,
nobleza obligada
V
illafranca está a un paso de la capital.
Quizá por eso es quizá el único pueblo de
700 habitantes que no tiene piscinas.
Sorprende, pero están en ello. Pero tiene muchas
cosas curiosas que si son pacientes en la lectura a
lo mejor también les sorprenden. Vayamos primero con la realeza, que es cabeza. Fernando VII firmó un Decreto por el que se prohibía colocar
imágenes como remate en los campanarios porque,
con toda razón del mundo, le parecía un churro
estético. Y lo firmó, precisamente en Villafranca
de Ebro y así consta y está datado. Sigamos con la
nobleza, que siempre ha sido brazo fuerte en el
Reino. Villafranca era del Marqués. El primero fue
D. Juan Miguel Iñiguez y Eraso por concesión de
1703, y le recuerda un escudo en lo alto del retablo de San Miguel, un retablo barroco de madera
policromada que está dentro de la iglesia que está
dentro del palacio. La iglesia y la torre derecha son
de la Iglesia. El resto era del Marqués, pero ha
pasado por varias manos hasta los actuales propietarios, la familia Suárez–Sánchez Ventura de
Zaragoza. Palacio e Iglesia forman en la Plaza
España un conjunto del siglo XVII, muy clásico,
de cuando los señoríos tenían tribuna o balconcillo comunicando iglesia y palacio. Sugerente, todo
de ladrillo que Abad Ríos califica «del más puro
estilo aragonés».
Enfrente se puso en 1999 una fuente rodeada con baldosas de Muel representando 62 escudos heráldicos de apellidos villafranquinos. El
Alcalde tuvo la idea, su hija los pintó, y el vecino
que quiso inmortalizarse tuvo que pagar su baldo-
sa quedando incorporada al redondel de la fuente.
Y más, más... Para sacar dinero para le restauración de la iglesia, el Ayuntamiento ha hecho llaveros con los escudos vecinales que vende a los
interesados. Servidor quiso comprar el apellido
«Buesa», para regalárselo a un amigo, vecino de
Zaragoza, pero precisamente, ese, estaba agotado.
En el jardín del Palacio hay un gran pino.
Gente amistosa en el bar La Amistad me cuenta
que cuando murió Emilio el guarda, el año pasado, el tronco tenía un diámetro de 4.30 metros.
Digo yo que se referirán al perímetro, pero ya se
entiende. Mi amigo Pepe me dice que seguramente
procede de esa tradición no escrita, muy aragonesa, de plantar un pino cuando nace el primogénito. Por lo mismo, si había tres cipreses denotaban
hospitalidad. Se mantienen enhiestos en muchas
torres nobles de la redolada. Ya se sabe, me explican, son tradiciones más viejas que mear en pared.
En la pared del palacio, un triste recuerdo: en los
trabajos de restauración murió el arquitecto Jaime
Moneva y de Oro, hijo de don Juan Moneva. «el
día de la Epifanía del señor de MDCCCCXXXIII»
No se entiende cómo pudo suceder ni casi se entiende la fecha recordada por el Colegio de Arquitectos en lápida de la época.
Y también me dicen otros amigos que aquí
cantó su primera misa D. Juan Antonio Gracia
Gimeno, maestro en estas columnas de Heraldo y
en tantas otras cosas, ya que estuvo muy vinculado a Villafranca. Buena ocasión para abrir el palacio. Pero no, ni se abrió entonces, sé de buena
tinta, ni ahora... de momento.
Aragón escrito y dibujado
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MIGUEL CABALLÚ ALBIAC / TEODORO PÉREZ BORDETAS
Oseja,
positivo RH, cero negativo
C
omo bien saben nuestros inteligentes lectores el pamplonés, formado en Aragón,
Pascual Madoz, es el autor del Diccionario
Geográfico Estadístico Histórico de España más
consultado por diestro y hasta por siniestro. Se
imprimió justo a mediados del siglo XIX. Cuando
Teodoro hace un dibujo de un pueblo como Oseja,
no queda más remedio que acudir al Sr. Madoz.
Gusta leer aunque haya que discurrir, que
Oseja es «l. Con ayunt de la prov. Y aud. terr. de
Zaragoza (14 leg.) cg de Aragón, part. jud. de Ateca
(7). Dioc. de Tarazona (8) SIT. En terreno escabroso, al pie de una sierra: le baten los vientos del E. Y
O. SU CLIMA es bastante frío y las enfermedades
más comunes inflamaciones» Se entiende ¿verdad?
Así que sigo, mejor dicho sigue Madoz: «Tiene 40
casas, inclusa la del ayunt. Escuela de niños, concurrida por 14. y dotada con 520 rs.; igl. parr. (San
Blas) de entrada servida por un cura de provisión
ordinaria... 32 vec. 150 alm.»
Han pasado 160 años y Oseja permanece batida por los vientos del E. y O. y por el éxodo rural
desafiando al siglo XXI. Corren malos tiempos
para supervivir, pero Oseja tiene muy enamorados
vecinos y muy entusiastas descendientes. La asociación El Jaraiz, (paraje de la localidad) lleva 10
años contactando con osejanos porque quieren
mantener viva la memoria histórica de Oseja.
Ahora hay Censados 60, en invierno duermen 10,
pero en agosto pueden llegar al medio millar.
Vale la pena ir a sumergirse, a 827 m. de altitud, en un intenso silencio en este resalte rocoso del
somontano sur de la cumbre del Moncayo. Y com-
probar que hay registro de huella humana de celtiberos, y sobre todo de los bereberes, de la curiosa
tribu awsaya, que tenían cabello castaño, tez oscura
y ojos claros, y un RH Cero negativo, mire usted.
De ellos queda la toponimia de sus calles, todo el
sistema de huertos, azudes y canalizaciones y testimonios de la explotación de la carrasca carbonífera
o de bodegas esculpidas en las entrañas de la tierra.
Pocos municipios hacen vino artesanalmente. Hay,
hoy, 40 casas y 60 bodegas. Esta tradición vinícola
forma parte de su patrimonio cultural y una culta
osejana de entusiasmo contagioso, que es gloria del
pueblo, ha discurrido un proyecto para montar un
Museo dedicado a la Agricultura Tradicional.
En cambio no discurre ningún río, si bien
Oseja es rica de manantiales con paisajes naturales de belleza extraordinaria. La fuente de los tres
caños con ecosistemas de buitres. Se pueden hacer
paseos andando por camino hasta las cuevas, con
estalactitas, a unos 4 km. o hacer rutas, subiendo
a la cumbre moncaína del cerro de San Cristóbal,
cuyo mayor encanto es que no encuentra nadie...
O subir, esta vez en coche, hasta la Virgen de la
Sierra, que está en la Sierra de la Virgen y a la que
tienen mucha devoción las Comarcas del Aranda
y de Calatayud, que en esto si están de acuerdo.
Parece que aquí pernoctó Fernando el Católico
disfrazado de arriero para no ser reconocido,
cuando iba a conocer Isabel.
Desde pasado mañana, ya es primavera en
Oseja, aunque antes lo fuera en el Corte Inglés.
Convendría alternar las visitas para el equilibrio
emocional.
Aragón escrito y dibujado
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MIGUEL CABALLÚ ALBIAC / TEODORO PÉREZ BORDETAS
Tarazona,
el mudéjar con marcha
T
arazona no cabe en los tres mil y pocos caracteres que me han señalado en Heraldo.
TPB me mareaba pintando pueblicos pequeños que son muy poéticos pero tienen poco jamón que contar. Tarazona es otra cosa. Una gran
ciudad, que mantiene muchas constantes de pueblo grande. Se dice, pueblo pequeño, infierno
grande, pero del pueblo grande no se dice nada.
Hay un tradicional pique (entiéndase sana rivalidad) con Borja, aunque nunca se reconoce cuando lo hablas. Se dice que les acusan de tudelanos o
sorianos, pero son muy aragoneses. En la fachada
de las Casas del Consejo de la ciudad se marca su
identidad: Escudo propio primero, el del Reino de
Aragón y el de la España del Emperador Carlos I.
Tierra de frontera. Lo que bien pasa es que a
Tarazona han emigrado muchísimos sorianos y
desde Tarazona se va mucho a Tudela. Lo que no
se pasa, bien, es el puerto Lanzas Agudas que separa mucho. A ver si lo desdoblan.
Servidor se enamoró de Tarazona de la mano
de José Luis Moreno que fue un alcalde repetidor
aunque con distinta munición, y de Jesús Orte que
además de alcalde era compañero en las trincheras
de las primeras guerras por abrir Aragón al turismo
de forma profesional. Muy buenos amigos turiasonenses me mantienen el rescoldo de aquel amor joven. Cuando la gente ama a su ciudad trasmite
sentimientos. Y pasa el tiempo, se olvidan los argumentos, pero quedan los sentimientos.
La Torre de La Magdalena. Símbolo. Solitaria pero solidaria con el entorno que se apiña a
su sombra, y que asombra. Abajo, el Queiles; arriba, el cielo; al lado, el Palacio Episcopal, residencia
real de monarcas aragoneses; fuera, una galería
gótica y dos renancentistas; dentro, una galería de
obispos en su salón principal. Fue sede de Cortes
de Aragón con Fernando e Isabel, y también con
Felipe II. Aquí se consagró el Cardenal Cisneros...
Perdón que me enrollo... Mucha historia y mucho
arte en sus cuestas, con historia a cuestas que no
cuestan porque se allanan ante tanto aliciente artístico y ambiental. No es extraño que acabe de
fundarse, con mucho fundamento, una Fundación, que ha tenido el acierto de llamarse «Tarazona Monumental».
Tarazona, la tercera ciudad del Cuarto
Espacio, necesita arterias que la comuniquen bien,
porque está fuera del Corredor del Ebro, y ahora,
el que no corre... tampoco vuela. La autopista
Madrid Tudela puede ser un adelanto. En el polígono se han cerrado empresas, pero ahora le están
metiendo gas... literalmente hablando. Y me dicen
que han firmado un convenio grande con Vivienda para rehabilitar el casco histórico, y que la
oficialidad ha adquirido las naves de Textil Tarazona para urbanizar esa zona.
Si Raquel Meller, Paco Martínez Soria, Carmen Bernia o hasta San Atilano, tan diferentes
pero tan turiasonenses ellos, levantaran la cabeza
disfrutarían de ver que la Triasu celtibérica, la
Turiaso romana, la Tirasona visigoda, la ciudad
Mudéjar, la de Caco y Perifetes está emergiendo
con fuerza. La monumental Tarazona debe definir
su vocación turística, primero conservando el
Patrimonio y después vendiéndolo a turistas para
que en viéndolo se solacen. La mirada no desgasta, y la gente gasta.
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MIGUEL CABALLÚ ALBIAC / TEODORO PÉREZ BORDETAS
Semana Santa zaragozana,
la capital, paso a paso
L
as calles se convierten en iglesias al aire libre
para albergar 48 procesiones, desfilando
nada menos de 15.000 cofrades. En Zaragoza
capital existen 24 Cofradías que sacan a la calle 44
pasos. La Semana Santa de Zaragoza es menos conocida que las andaluzas o castellanas, pero su singularidad está en la suma de singularidades que la
hacen una de las mejores de España. En general, no
es original, pero va asimilando continuas novedades y mejoras: Una de las modernas Cofradías es la
de la Casa de Andalucía que tiene dos pasos de ambiente y corte sevillano llevados por costaleros entre saetas y músicas andaluzas. La última que se
estrena este año es la Hermandad de Cristo
Despojado de sus Vestiduras. Muchos zaragozanos
no conocen bien su Semana Santa, porque huyen
hacia la periferia y eso que fue declarada de Interés
Turístico Nacional y Fiesta de interés Turístico de
Aragón... para que vengan, no para que se vayan.
Históricamente las Cofradías provienen de
la Edad Media. La Hermandad de la Sangre de
Cristo ya tenía capilla en el Convento San Francisco (donde hoy está la DPZ) en 1280. A partir de
1935 se crea todo un conjunto de nuevas cofradías como filiales de la Sangre de Cristo, hoy con
vida y organización propia, sobre todo a partir de
la Guerra Civil. En los setenta hay nuevos impulsos gracias a la incorporación de los tambores, si
bien la Cofradía de las Siete Palabras en 1949 fue
pionera del ruido acompasado.
En el 49 se creo la Junta Coordinadora de
Cofradías... que coordina todo, y en 1996 la
Asociación para el Estudio de la Semana Santa...
que lo estudia todo. Es importante la aportación
semanasantista al acervo artístico patrimonial de
la Ciudad. Por citar algo, a principios del siglo XIX
se construyeron muchos pasos: El alcañizano
Tomas Llovet hizo imágenes de Cristo para Jesús
Camino del Calvario, Jesús Atado a la Columna y
el Ecce Homo. José Alegre hizo tres bellísimos pasos: la Crucifixión, el Prendimiento y el Descendimiento y José Palao la Virgen de los Dolores
o Piedad. En el siglo XX, años cuarenta, los Hermanos Albareda hacen la Entrada de Jesús en
Jerusalén, Felix Burriel las Siete Palabras o José
Bueno el Cristo de la Cofradía del Señor Atado a
la Columna. Ya todos los pasos tienen ruedas. Se
mejora en esencia y en presencia.
Procesiones, pasos, capirotes, terceroles, faroles, carraclas, matracas... La Procesión del Santo
Entierro agrupa todos los pasajes de la Pasión. Son
casi cuatro horas de duración y es el referente más
preciado de esta Semana Santa. Singular preludio
para ese viaje hacia el interior de uno mismo, propio de este tiempo de reflexión. El fervor religioso
se ha ido transformando y adecuando. Cada persona vive su propia Semana Santa, y los ritos y liturgias, las celebraciones y procesiones, nos
permiten disfrutar de algo diferente. Se quiere
volver a las raíces y se quiere participar en el fenómeno del turismo, que mueve a la gente y distribuye riqueza. En Semana Santa siempre se
encuentra un momento para mirarse hacia adentro, porque la religiosidad se contagia e invita a
compartir más que nunca, desde el respeto, la diversidad y la tradición.
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MIGUEL CABALLÚ ALBIAC / TEODORO PÉREZ BORDETAS
Caspe,
pueblo con vocación de ciudad
S
oplan buenos vientos para la Ciudad del
Compromiso. Cuando se llega, se ve actividad y dinamismo por la ampliación de la
gran avenida de entrada a la población, y por el
gran número de grúas de construcción que enhiestas desafían al cierzo. Días pasados se hizo público que se instala una nueva empresa que creará
doscientos empleos, y que otras empresas se transforman ampliando personal e instalaciones. Caspe
desde la Edad Media ha sido un pueblo grande y
lo sigue siendo. A veces, sus políticos se pelean y
salen en la prensa o en los juzgados, pero todo deriva de su demasiado amor a Caspe, de sus muchas ganas de crear progreso y bienestar, legítimos
intereses que falta canalizar sosegada y razonablemente. Exceso de juventud democrática. Cuando
se llega a cierta edad, en todo, se aparca el discurso, y no se tienen ganas de polemizar.
Le dije a Teodoro, ¡a ver si pintas Caspe, que
es mi pueblo! Y ha dibujado la Torre de Salamanca.
Un hermoso fortín defensivo que algunos todavía
dicen que es el Castillo del Compromiso, pero no
se lo crea. Su juventud le delata. Es el castillo más
moderno de Aragón. Tiene poco más de 130 años.
Lo construyó el General Salamanca en la última
guerra carlista. Arquitectura militar y romántica.
Se proyectó y construyó con medidas exactas: 12
metros, ocho metros, cuatro metros, dos metros...
No obstante la época romántica se deja notar y sus
almenas están esquinadas y perfiladas como palaciegas, y sus baluartes curvos en los lados forman
en planta un precioso trébol de cuatro hojas. En su
interior todo es evocador y armonioso a pesar del
reducido espacio. Atrevida escalera conduce a una
terraza que se ve espectacular no por verla, sino
por lo que desde allí se ve. Parece un castillo de juguete, vistoso y divertido, para niños. Pero en realidad era un fuerte fusilero, cabeza de una serie de
fortines distribuidos por montes y riscos que formaban una eficiente red de comunicación. Desde
sus cubiertas se trasmitían señales con fuego, espejos o banderas, de un castillete a otro, comunicando extensos territorios entre Zaragoza, Maestrazgo
y Castellón. Está situado en la parte más alta de
Caspe, cabezo de Monteagudo, y tiene en su centro
una torre como del homenaje que eleva sus posibilidades. Fue rehabilitado por la Diputación Provincial en 1985 y en el interior se ha instalado un
Museo de Heráldica Institucional de la Corona de
Aragón, único en esta tierra.
En el parque que le rodea, se encuentra la
Ermita románica de Santa María de Horta rescatada piedra a piedra de las aguas del Mar de
Aragón, así como restos de arqueología industrial
rescatados poco a poco de ruinas y demoliciones y
un rescatado depósito de agua semienterrado que
fue polvorín en la guerra civil. Todo ello forma un
conjunto turístico adornado de pinos regado gota
a gota, pero no agotado porque admite más ajardinamiento, más luces y más servicios. Un lugar
emblemático para comenzar su visita a Caspe.
Desde el altozano se sobrevuela con la vista los tejados de una gran ciudad, sus impresionantes
huertas, su gigantesco embalse, y se nota más el
viento que en el llano. Y gozosamente, soplan buenos vientos.
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MIGUEL CABALLÚ ALBIAC / TEODORO PÉREZ BORDETAS
San Juan de la Peña,
modernidad para un símbolo histórico
C
ultura es lo que el hombre añade a la Naturaleza y San Juan de la Peña es un hito
cultural de primer orden en la Comunidad Aragonesa, porque es Arte y naturaleza, historia y futuro. Monumentalmente, son dos
monasterios, dos. El Viejo y el Nuevo y el conjunto natural que los envuelve son 264 maravillosas hectáreas con una altitud que escila entre
los 1.000 y los 1.300 m. Ubicado íntegramente en
término de Jaca, este lugar tiene un encanto que
ha desafiado el paso de los siglos. Toda la Sierra
de San Juan de la Peña, monte público, esta reconocida como Sitio Natural desde su declaración
por Alfonso XIII.
El Monasterio Viejo surgió hace mil años,
poco más o menos, en una oquedad escondida
bajo pulidas rocas, fundado por el Rey Sancho III
de Navarra sobre las ruinas de un todavía más antiguo cenobio. Los benedictinos iniciaron la histórica andadura de este monasterio que enseguida
estuvo vinculado a la realeza aragonesa. Como
Panteón Real, se guardan los restos de los primeros reyes aragoneses: Ramiro I, Sancho Ramírez y
Pedro I con esposas e hijos. Todo el Monasterio
está construido bajo una colosal visera rocosa, la
gran peña que le da nombre y que forma parte de
su atractivo natural porque convierte la naturaleza en arte. Todo románico y algo de gótico, si bien
hay prerrománico en las naves bajas. Hay pinturas
murales y asombran a los visitantes sobre todo las
esculturas singulares en los capiteles del claustro.
El Monasterio Nuevo, el de arriba, en la
Pradera de San Indalecio, fue construido a partir de
1693 y estaba prácticamente abandonado. Se sitúa
casi encima del Viejo, rodeado de una breve muralla como remate y corona. Un gran proyecto de recuperación lo ha transformado y actualizado. Por
ejemplo, la antigua iglesia, la pieza más importante
del nuevo cenobio, de tres naves con seis capillas laterales, va a ser un Centro de Interpretación del
Reino de Aragón y singularmente toda el ala sur se
va a dedicar a Hospedería de la Red del Gobierno
de Aragón. Creo yo que el futuro de San Juan de la
Peña girará en torno a esta Hospedería que se está
ultimando. Va a ser muy en breve un lugar donde el
pasado fluya permitiendo que vuele la imaginación
mientras se disfruta del máximo confort. Las habitaciones y los salones con el bosque enfrente trasmitirán sosiego ante tanta belleza y un silencio
absoluto, porque aquí se encuentran, al decir de los
entendidos, los bosques de robles y pinos mejor
conservados de la Península.
Le ruego, amable lector que me permita anticiparle algo de esta rompedora rehabilitación: A
lo antiguo conservado y restaurado, se añaden novedades como las partes altas del claustro en cobre
oxidado, verdinegro, que armoniza con el hormigón teñido en los tonos de las tierras del entorno;
cubiertas de cobre y muros cortina de cristal y
acero, madera noble y alabastro. El viajero podrá
contemplar espectacularmente desde arriba, bajo
cristal, las ruinas del horno, refectorio e instalaciones varias del antiguo monasterio del siglo
XVIII que antes de la restauración estaban bajo
árboles y cuatro metros de arena. Modernidad con
fundamento. Vaya anotándolo en su agenda.
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MIGUEL CABALLÚ ALBIAC / TEODORO PÉREZ BORDETAS
Biel,
el poder de seducción
E
stá al pie de la Sierra de Santo Domingo.
Viven cien personas en invierno, pero más
de mil en verano. Biel tiene encanto y lo
trasmite, o sea que encanta. Le gustó a la Gemio
cuando dedicó un programa de TV para restaurar
su castillo, y consiguió ponerle 25 millones de pesetas de tejado. Gusta a los botánicos porque la
flora mediterránea y pirenaica se dan la mano en
su Sierra de Santo Domingo. Y hay una flora que
se llama de Biel. Gusta el paisaje pelaire o bielero
de su río, que se llama Arba de Biel. Gusta el famoso pan de Biel, que pesa dos kilos aunque ahora solo se hace en ocasiones. Y es muy gustoso el
ternasco al espedo que mojan con pluma de ave
con ajoaceite. Hasta se come bien en Biel. A servidor le gusta el restaurante de Deli y Fernando
donde hacen bolitas de acelgas con gambas, croquetas de ciervo o tartaletas de morcilla con mermelada de setas, por ejemplo.
Biel tiene tres alicientes de primer orden para
el visistante: el castillo medieval, un donjón del XI;
la iglesia de San Martín del XVI y la Casa Manolete
del siglo pasado. El Castillo es una enorme torre
exenta propiedad del Ministerio de Cultura que
está en su tercera fase de restauración. Este año se
va a rellenar con cinco plantas de pisos de madera,
y se van a reconstruir buhardas también leñosas
para asomarse a ver el paisaje. Esto se llama 300.000
euros más a lo mucho ya invertido. En estas plantas
se piensa instalar un Museo de la Vida Cotidiana de
la Judíos, porque Biel era Espacio Sefarad. Segundo
aliciente, la Iglesia, que se lleva la palma de oro porque se han invertido un millón de euros y a sus en-
cantos hay que añadir que acaba de aparecer una
cripta románica o Capilla de Santa Maria del Soterraneo con pinturas góticas en sus muros. La
Casa Manolete es el tercer monumento local, un
hermosos edificio en la calle Mayor con espectacular porche y balcón de madera. Es de un montón de
herederos particulares y no hay manera de restaurarla como sería conveniente para ser verdadero
aliciente. Los sábados a las seis de la tarde lo enseña todo muy explicado el Alcalde José Luis.
Biel tuvo una de las mejores juderías de
Aragón. En su zona Norte, en Barrioverde y Caudevilla. Allí estaba la Sinagoga, en el almacén agrícola por llamar en fino a un corral, junto a la Casa
de La Peregrina que fuera Casa del Rabino. Y muy
cerca vivía David Jana que era el judío rico de Biel,
un financiero que prestaba en trescientos kilómetros a la redonda. Su casa se llama, vete a saber
porqué, Casa del Marqués. También tenía Biel un
edificio coqueto, el Macelo, dedicado a matanza
de carneros y cerdos, pero la Unión Europea lo ha
cerrado, porque a veces la higiénica modernidad
no se lleva bien con la cultura tradicional. A pesar
de las medidas sanitarias, como ellos dicen somardamente, «todos acabaremos yendo a Santa
Quiteria» porque el cementerio está junto a la
Ermita de esta santa patrona.
En Aragón se habla mucho del poder de seducción de Biel, sus encantos y encantamientos. El
nombre suena mucho. Biel atrae y convence a los
amantes de Aragón. Puedo certificar y certificó
que si van un domingo a la Sierra de Santo Ídem.
volverán encantados.
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MIGUEL CABALLÚ ALBIAC / TEODORO PÉREZ BORDETAS
Uncastillo,
distinto y nada distante
H
ay que ir, porque ha cambiado más la villa Uncastillo en los últimos veinte años
que en los trescientos anteriores. Hasta la
vista desde lejos, lo que los entendidos llaman el
Sky Line, parece diferente porque se ha restaurado
el Palacio de Pedro IV mejorando su silueta, que
es como se dice en cristiano. Y se ha restaurado
mucho más, pero sobre todo ha cambiado la mentalidad de la gente. Antes se tenía el patrimonio
histórico artístico como una losa que costaba muchas pesetas mantener. Ahora ha dejado de verse
como una carga para convertirse en un recurso
que puede... muchos euros traer. No se restaura
porque sí, sino por que supone desarrollo y riqueza. Ya la propia rehabilitación genera actividad, albañiles, canteros, ebanistas, pintores, forjadores...
y al final uno va a Uncastillo y se asombra por lo
distinto de su actualidad con lo recordado.
Un pueblo joya. Con un castillo en sitio estratégico que data del siglo X. Un castillo que sirvió en la lucha de cristianos y musulmanes,
aragoneses y navarros o castellanos y aragoneses.
Pedro IV, sin pensar en el turismo, metió aquí mucha piedra y muchos cuartos. Era la principal fortaleza de la zona. Un castillo que ahora sirve para
defenderse de si mismo, de la despoblación y de la
atonía rural, al generar dinamismo y riqueza. Es
una fortaleza grande, de más de 6.000 m2, con dos
edificaciones principales: la torre y el palacete. La
torre cuadrada de diez metros de lado que, aquí al
lado, pinta Teodoro. El palacete de Pedro IV es más
chulo, semioctogonal con escalera para subir a la
terraza. Desafiando al viento, protagonista. Dibu-
jado en el centro, con razón. En 1363 fue centro de
la política aragonesa porque sirvió de centro de
reunión del tal Pedro IV de Aragón con Carlos II
de Navarra y Enrique de Trastamara de Castilla
para formar una alianza contra Pedro I, al que se
cargaron apuñalado poco después. ¡vaya alianza!
Uncastillo y las Cinco Villas están de moda.
En la iglesia de San Miguel se ubica la Fundación
del Románico, entidad que lucha por recuperar y
gestionar con criterios de modernidad el patrimonio. Son capaces de descubrir la razón de que
una población que siempre ha sido de escasos habitantes tenga nada menos que seis magnificas
iglesias románicas, para gozo de los visitantes.
Todo es «Territorio Museo» en este Prepirineo,
que se impulsa por muchos entusiastas para valorizar el Patrimonio en el marco de un proyecto
global de desarrollo de las Altas Cinco Villas. En
la iglesia de San Martín, por ejemplo, se ha concentrado un tesoro de arte religioso, que te deja
con la boca abierta.
Distinto es el asunto de mover la boca.
Antes en Uncastillo no se podía comer ni dormir,
bien, se entiende. Ahora ya hay dos restaurantes,
Uncastelo y Casa Fortún y dos hoteles rurales, La
Pastora y El Remedio y la cosa cambia, salvo la
piedra que está por doquier. Incluso se hacen artesanalmente patés vegetales de pimiento, setas u
olivas, y vinos macerados con enebro o moras recogidas por aquellos preciosos montes. Hoy el
castillo, todo piedra, es atalaya del futuro. Si Pedro
IV levantara la cabeza, entre tanta piedra, se quedaría eso, de piedra.
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MIGUEL CABALLÚ ALBIAC / TEODORO PÉREZ BORDETAS
Mequinenza/Mequinensa,
una frontera para reflexionar
T
ierra fronteriza. En treinta y pocos kilómetros hay cinco provincias. Es provincia
de Zaragoza, Comarca del Baix Cinca,
prefijo telefónico de Huesca. Tiene proyectos del
río con Tarragona, actividades culturales en la
red de Cataluña y la vida económica y social
orientada a Lérida. A pesar de que Mequinenza
es gran pueblo, tiene 2.338 habitantes, se inscribe
en ese Aragón muy poco conocido por los zaragozanos que se olvidan con frecuencia y prestan
muy poco interés a una población que merecería
mayores atenciones. Así lo sienten, con dolor, los
mequinenzanos que como aragoneses de frontera lo son con mucha intensidad de sentimiento.
Aunque hablen catalán.
Efectivamente, en sus plazas se habla catalán como lengua propia pero alemán, inglés, belga o francés por los miles de turistas atraídos por
la pesca. El viajero aragonés no acaba de creerse
lo que ve. Hay siete restaurantes, algunos para
comer muy bien. Hotel, tres campings, y alquiler
de barcos para cruceros por el Mar de Aragón y
por el Embalse de Ribarroja. Yates. Barcas para
pesca. Dicen los folletos que son las aguas más ricas en pesca de Europa. En este Bajo Ebro existe
la población más elevada de Europa de siluros
(Record 86 Kg. y 2,36 de longitud) y de
black–bass. También se alquilan casas de madera, apartamentos y casas flotantes para una o dos
semanas de pesca. Se pueden obtener las licencias en varios sitios. Anualmente se expenden
más de dos mil licencias de pesca, aproximadamente: 1.200 alemanes, 150 ingleses, 150 franceses, 500 austriacos y ahora empiezan los rusos.
Naturalmente son válidas las licencias de pesca
de Catalunya.
Mequinensa, en lo alto saluda el Castillo, impresionante fortaleza medieval que fue de la familia
de los Montcada y desde el siglo XVIII de la Casa
Ducal de Medinaceli. En la Guerra de la
Independencia cayó en manos del General Suchet y
por eso figura Mequinenza en el Arco del (su)
Triunfo en Paris. Después Fernando VII lo declaró
propiedad de la Corona y actualmente es propiedad
de la Fundación Endesa que lo mantiene vivo como
parador de uso privado para celebrar convenciones
y reuniones de alto nivel. Lleva un tiempo en obras,
quizá por ello no se celebran en verano los Festivales de los Castillos de Aragón... En cambio, se
celebra algo similar con la «Fundació Castells
Culturals de Catalunya». No es extraño este cercamiento/alejamiento porque también para médicos
y urgencias se va a Lleida, y para estudios a Lérida
o Barcelona como para casi toda actividad comercial. Hay autobuses diarios de ida y vuelta a Lleida.
En cambio, para ir a Caspe al INAEM han de ir a
dedo o con coche particular. Para ir a Zaragoza hay
que ir a tomar el autobús a Fraga.
Dedicamos el dibujo y texto a Miguel que
celebró el pasado dos de mayo su primera década,
y seguro que me leerá... ¡Ay leer! En los bares de
Mequinenza, sólo se lee el periódico El Segre y La
Mañana de Lérida. El Heraldo hay que comprarlo
en la librería, así que me leerán pocos mequinenzanos. También para ellos que se van, se están yendo, y para los zaragozanos que no van, no están
yendo, va dedicado este quejumbroso comentario.
Por si interesa a alguien.
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Mediana de Aragón,
un oasis en la estepa
T
omando la carretera del Bajo Aragón, pasado El Burgo, y desviándose por la que va
a Belchite, el viajero se sumerge en un
mundo de estepa, de arideces extremas, de tierras
grises, con betas de alabastros, donde la ausencia
de verde es crónica y no se ve un árbol por mucho
que se otee el horizonte. Pero ¡ah! Llegado a
Mediana de Aragón, aparece un oasis de exuberante vegetación con la villa en medio pregonando su existencia con la torre mudéjar de su iglesia
de Santa Ana.
El milagro verde se debe al poco conocido y
humilde río Ginel, que nace en singular Fuente y
muere en el plural Fuentes. A los pies de la Ermita
de la Magdalena surge un caudal que engendra un
río que discurre pocos kilómetros pero que discurre mucho y bien, porque es el artífice de este oasis medianero, y además la especial composición
de sus aguas y su temperatura hacen que las huertas puedan doblar cosechas y producir cosas tan
ricas como las Cebollas de Fuentes.
Villa histórica que fuera de Alfonso II vendida por su hijo Pedro II a D. Pedro de Sessé, iniciando una etapa de siglos de Señorío. Tras la
familia de los Luna y los Fernández de Heredia
terminó en manos de los Condes de Fuentes. Villa
que fue de moriscos en su totalidad y a la que algo
debe Zaragoza. Por ejemplo, en la Guerra de
Independencia, cuando en el segundo Sitio los
franceses iban a entrar en Zaragoza, el cura de
Mediana salvó la totalidad del importantísimo
Archivo de la Casa de Ganaderos. Lo cargó en un
gran carro y se lo llevo a Mediana hasta que pasara la tormenta napoleónica. Y hablando de pape-
les es curioso conocer que con la visita a Mediana
concluyó el geógrafo portugués Juan Bautista
Labaña el primer mapa de Aragón en 1611, tras
dos meses largos de recorrer pueblos y pueblos y
tomar y anotar sus coordenadas y mediciones.
Siempre se ha dicho que la geografía se aprende
mas que con la cabeza con los pies, o sea andando
y este es un buen ejemplo.
Y andando por Mediana el viajero podrá encontrar la arquitectura levantada tras la guerra civil
por aquella interesante Dirección G. de Regiones
Devastadas. Mediana, próximo a Belchite, sufrió
mucho por ambos bandos. Del vencedor tuvo reconocimiento y «fue adoptada» por el Caudillo. Y
como todo eran escombros y ruinas les hicieron
nuevo Ayuntamiento, nueva Estación de Autobuses, nueva Casa del Cura, nuevo Matadero, nuevas escuelas, etc. pero aun quedó mucho por hacer
como una plaza porticada. Y andando por el exterior podrá llegar hasta «La Salada» un paraje excepcional, donde se oye el silencio y el ambiente
cambia de color y de olor a cada rato. En tiempo se
utilizó para extraer sales y comercializarlas como
curativas de un montón de males.
En Mediana se encuentra gente muy amante de su pueblo, como por ejemplo la asociación
La Pondoría que organiza festivales, monta excursiones, convoca cursos, lleva la biblioteca... Por
cierto que desde hace siete días Mediana ya tiene
libro. Una miscelánea multicolor optimista del
hoy, del pasado y del pasado mañana, que ha editado el Ayuntamiento en el convencimiento de
que conocer lo propio es amarlo... y amarlo es respetarlo. Un ejemplo, oiga.
Aragón escrito y dibujado
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MIGUEL CABALLÚ ALBIAC / TEODORO PÉREZ BORDETAS
Jaca,
el puente medieval de San Miguel
E
l Puente de San Miguel de Jaca, ejemplo de
arquitectura civil medieval, fue durante siglos la vía de unión entre Jaca y los valles occidentales del Pirineo aragonés. Seguramente
construido en el siglo XV, tomó el nombre de la
Ermita bien parecida, hoy desaparecida, que aparecía en un cerro junto al río Aragón. No es extraño
que se llamase San Miguel, porque mi onomástico
es muy popular en esta tierra. En un segundo les
cuento una curiosidad sobre San Miguel, «el segundo». En Aragón, tiene 90 parroquias bajo su advocación y pero le gana La Asunción de la Virgen;
tiene 35 ermitas Miguelinas y pero le gana Santa
Bárbara y se celebran 24 Fiestas del arcángel pero le
gana San Roque. Las ha contado mi amigo bajoaragonés Francisco J. Sáenz. Ya saben que San Miguel
es puro espíritu que ocupa la cúspide en la jerarquía
que aprendimos de críos: querubines, serafines, dominaciones, potestades, tronos, virtudes, arcángeles y ángeles. Bueno, era arcángel pero al decir de
las Escrituras, al rebelarse Lucifer surgió combatiéndole y venciéndole ascendiendo a la capitanía
de todos los ángeles fieles.
Perdón, que Vd. quiere leer cosas de Jaca, intuyo. Y es que Jaca es mucha ciudad, Muy Noble
muy Leal y Muy Vencedora Ciudad, según su escudo; primera capital de Aragón, según la historia;
Tierra que fue pilar básico en la construcción de
Aragón; en las hermosas tierras vigiladas por el mítico Oroel; villa generadora de importantes adjetivos, como el sueldo jaqués o el ajedrezado jaqués y
ciudad ejemplo de destino turístico en Aragón.
Donde los jacetanos acogen tan bien que son capa-
ces de multiplicar su población en la Estaciones
propicias. El problema más que estacional es de estacionar... el coche. Menos mal que ahora están haciendo un gran parking en la Plaza Biscós.
Jaca siempre está vestida de domingo. Y tiene tantos alicientes... La gente disfruta simplemente andando. Anda que te andarás de excursión
hasta el bosque de las hayas para coger frambuesas, hasta el Ibón de Estanés o simplemente de paseo por el Paseo de la Cantera, frente al talud
sobre el valle del Aragón... con árboles, muchos
árboles de muchas especies. Y se disfruta con su
gastronomía. La gente no va a los sitios si no se
come bien. La cocina es como seña de identidad.
Desde la Tasca de Ana con tapas que mi amigo
Sebastián, quizá por la cercanía de Francia, dice
que son «demasié» hasta la patata asada de La
Campanilla, pasando por las Tapas de Pancho en
el Fau. Bueno y para comer en serio en el Conde
Aznar o en Biarritz, y los postres dulces de Echeto
o La Suiza. Es para apuntarse a todo. Y qué me dicen del gozo de las terrazas... lugares a los que se
va para ver y para ser visto.
En fin que el dibujo manda. Me despisto y
no estoy hablando del románico, ni de Santa
Orosia, ni de uno de los mejores museos de
Europa de pintura románica, ni del poema en piedra de la catedral, asombro permanente, ni del sepulcro de Doña Sancha de las Benitas, ni de la
Ciudadela, ni... ni... ni... ni del puente. Disculpen.
El puente mide 96 m. de largo y su altura máxima
es de 17 m. En 1943 fue declarado monumento
Histórico–Artístico. Pues eso.
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MIGUEL CABALLÚ ALBIAC / TEODORO PÉREZ BORDETAS
Daroca,
con la autovía, ¡hay que entrar...!
V
a de anécdota histórica. En el siglo XVI,
llegó a Daroca el famoso arquitecto francés
Pierres Vedel y construyó una mina o gigantesco desagüe con el fin de desviar las aguas,
que procedentes de tormentas, inundaban el barranco a cuyos lados se levanta la hermosísima ciudad de Daroca. En la entada de la mina había una
piedra en forma de riñón y a los visitantes les invitaba a olerla. ¡Huele a canela!, decían. Cuando acercaban la cara al pétreo riñón se les daba un golpe en
el cogote y estampaban en la piedra las narices.
¡Tiene narices! Así se trataba antes a los turistas.
Esto es historieta, pero Daroca tiene muchas historias y muchas cosas de sumo interés. El
viajero Cock escribía que había tantas torres como
días tiene el año. Se decía ciudad de siete sietes
porque tenía, siete puertas en la muralla, siete iglesias, siete conventos, siete fuentes... Hoy se ofrece
a los visitantes un listado de 51 monumentos, la
mayoría con cartel informativo detallado adosado.
Daroca es una maravilla encerrada en un recinto
fortificado con 3,5 Km de muralla entre el cerro
de San Jorge y el de San Cristóbal. Una muralla de
varias épocas, estilos, traza y materiales y al menos con tres castillos dentro. Se está restaurando el
tapial gracias a un taller de empleo, y así, hoy, estas murallas siguen defendiendo a la ciudad de
nuevos enemigos: el desempleo y la despoblación.
Daroca es de los mejores conjuntos históricos de Aragón pero a pesar de que suena mucho
gracias a sus festivales de música, de que se atiende con mimo al turismo y de que se come bien en
varios de sus restaurantes, cientos de miles de ara-
goneses, ha leído bien, cientos de miles de aragoneses, no la conocen. Tiene 2.300 habitantes y van
cada año 42.000 visitantes: extranjeros, sobre todo
franceses, ingleses y argentinos, mire Vd. no sé el
porqué; españoles, sobre todo catalanes, valencianos y madrileños, sí sé el porqué. Pero aragoneses,
zaragozanos, pocos. Y tampoco sé el porqué. No
lo entiendo. Servidor, enamorado de Daroca les
diría que sus Puertas, la Alta y la Baja, están siempre abiertas... Es obligado entrar camino de Teruel
o Valencia.
La Puerta Baja o Fondonera sigue luciendo
imponente para asombro de gente sensible, frente
a plataneros y castaños bordes, con perdón. Y junto a la fuente de 20 caños, una maravilla de monumento del XVI que mana chorros de agua no
potable del Jiloca. Pero son potabilísimas las rosquillas y las pastas de trigo duro que se exportan a
todo el mundo. Vayan a Daroca, que es una gozada. El Cid Campeador llegó enfermo y se curó.
Ahora se está haciendo un hotel de tres estrellas
que falta hacía, un apartotel y se anuncia una
Hospedería del Gobierno de Aragón en el antiguo
convento de Escolapios, que el Ayuntamiento
compró a toca teja. La Autovía mudéjar no pasa
por Daroca pero acorta el viaje en tiempo. En
poco más de 45 minutos de coche podrá disfrutar
de la ciudad que fue cabeza de una Comunidad
medieval de 117 aldeas.
Hoy, la frase, «vete a oler la piedra del riñón
que huele a canela» todavía se recuerda, como ingenuidad, pero como casi todo en Daroca... es sugerente historia.
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MIGUEL CABALLÚ ALBIAC / TEODORO PÉREZ BORDETAS
Samper de Calanda,
villa más que singular
E
n la Provincia de Teruel, en el Bajo Aragón.
Hace unos años, en plenas fiestas de primavera, los mozos subieron a bandear la campana de la torre de la iglesia y se les fue de las
manos. Voló entre torres y tejados y cayó en la plaza. No hubo victimas, pero su tañido llegó muy
hondo y removió la conciencia y el corazón de muchos samperinos de a pie y autoridades de coche
oscuro. La iglesia estaba arruinándose. El vocero
mayor de Samper, el erudito Alejandro Abadía,
campana perpetua de anunciar buenas nuevas y
viejos problemas, ya lo había dicho. La Iglesia de la
Asunción, conocida como La Catedral del Valle,
estaba malherida.
Pasado ese mismo verano, hablamos de
1994, llegaron los primeros andamios. Empezaron
a subir y al mismo tiempo fue subiendo la autoestima del pueblo, por eso de que obras son amores.
Ahora, por fin, ya luce la gran iglesia con todo esplendor como una gran nave varada frente al pequeño río Martín. Hace no demasiados años,
frente a la monumental fachada de esta iglesia, en
el solar del castillo, se secaban los higos en cañizos
y tengo para mí, que también secaban tomates
como en Caspe, porque Samper de Calanda y
Caspe siempre han estado muy unidos por la
Orden de San Juan, por el ferrocarril y por las matracas. Entiéndase, matracas de la iglesia que se
hacen sonar para Semana Santa. Pocos pueblos las
tienen y menos las usan.
Para celebrar esta extraordinaria restauración de una iglesia con énfasis catedralicio, han
sacado un sello de correos de uso normal. Curio-
samente el sello lleva impreso el mismo dibujo de
Pérez Bordetas que alegra visualmente este comentario. Gracias a ello la Iglesia de San Salvador de
Samper de Calanda ya ha subido a los altares de la
filatelia. Subida, al fondo, se ve la Ermita de Santa
Quiteria, una devoción que es mucho en Samper.
En su urna llevan a la Santa en andas, precedida de
estandarte y le hacen ofrenda floral con música de
la Rondalla Samperina. Pero la música de Samper
es la de bombos y tambores de Semana Santa.
Vuelve la gente en Semana Santa. La mayoría, de
corazón, no se ha ido y no es extraño porque al ser
modelo de elegancia en la Ruta del Bajo Aragón
atrae a propios y extraños, con sus túnicas negras,
guantes blancos, tercerol rizado...
Hay tanto que contar de esta villa, que no
cabe. Dice mi amigo Alejandro en uno de sus muchos libros que el conocido cuento de ¡chufla chufla, como no t´apartes tú! se localizó por primer
vez en 1895 en Samper, al mes de estrenar la línea
que iba a Alcañiz. Es que el ferrocarril marcó la
vida de la villa desde que el melillense León Cappa
en 1861 se empeñó en poner las primeras vías de
tren. Llegó a tener cinco estaciones. Entonces paraban más los trenes. Ahora, si Vd. amigo para en
Samper podrá hacer una cata extensa de sus quesos y últimamente de sus vinos. Se producen unas
diez clases diferentes de queso: Valles, Tambores,
Sardón, Patamulo, Pañoleta, Tonelito, Fambar,
Bajoaragon, brazogitano, Zambomba... parece que
el secreto de que sean tan buenos está en las hierbas del Saso, de las Valles, de los montes altos y la
huerta baja. Estos son de los que saben a beso.
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MIGUEL CABALLÚ ALBIAC / TEODORO PÉREZ BORDETAS
Teruel,
museo abierto
Y
a no sé como decirlo. El 51,6 % de los zaragozanos no conoce Teruel. No saben lo que
se pierden. Ahora, con Dinópolis, van
130.000 personas cada año, pero muchas son de
Valencia, Cataluña, La Rioja... El Monumento al
Torico que dibuja Teodoro es la tarjeta de presentación, y anima a ir precisamente en estas fechas julianas de jolgorio y vaquillas. Pero dos nuevas razones
me animan a proponer a los zaragozanos que bajen/suban a Teruel. Primera: Al arreglarse la carretera hacia Belchite y Muniesa se puede disfrutar de
una nueva ruta interesante, por Utrillas con nuevo
Museo de la Minería, que resulta bastante agradable. Eso que la interminable Autovía Mudéjar, la tradicional a Valencia, ya es terminable. Así se puede ir
por una lado y volver por otro, que todo ilustra.
Segunda: Se han inaugurado muchas cosas
en poco tiempo: La reforma del paseo del Óvalo,
con importantes premios nacionales e internacionales. La Glorieta, que un amigo turolense–turiasonense, que todo lo ve bajo el prisma de Los
Amantes, dice que por el color gris y la riqueza de
la piedra empleada le sugiere un Panteón abierto
asociado a la tragedia amorosa; el templete de la
música, le recuerda a la sonata de Chopin,
«Tristeza de amor» y el rincón cercano al Óvalo le
evoca el muro de las lamentaciones que, en este
caso, interpreta como el «muro de las confidencias
amorosas». Hay muchos con el síndrome del amor
en Teruel, que le vamos a hacer.
Recientemente se inauguró el nuevo Mausoleo de los Amantes y esto si que es obligado visitar. El nuevo Mausoleo integra la construcción
tradicional de una capilla barroca con una arquitectura de vanguardia, según ingenioso proyecto
del arquitecto turolense Alejandro Cañada Peña,
Académico de San Luis. La capilla barroca se integra en unas estructuras metálicas de hierro lacado,
paredes estucadas muy claras de tonos crudos,
suelos de madera de haya decolorada, acero inoxidable... Lo que era un tétrico, oscuro y claramente
«cutre» aposento para los Amantes se ha convertido en un espacio acogedor y sugestivo. Y la cubierta curvada y de cobre, rizando el rizo.
En el mausoleo hay novedades museísticas y
excelente presentación. Documentales, diálogos
teatralizados, instrumentos medievales, gran mural de Jorge Gay, sobre el amor nuevo... Los visitantes pueden dejar pinchados sus testimonios de
amor escritos en un papelito, como en Verona. ¿Y
las momias de los Amantes? Bien, gracias. Los
cuerpos que se exhiben en los sepulcros de Juan
de Ávalos están datados por la prueba del carbono
14 entre el siglo XIII y XIV y el Protocolo de Yagüe
de Salas que da origen al invento, cuenta que la
historia de amor ocurrió en 1217, o sea que esto
cuadra. Las momias estuvieron en un armario, se
exponían de pie con unas faldetas a modo de paño
de pureza hasta que las acostaron en sepulcros de
madera y ahora en los sarcófagos de alabastro.
También les han lavado la cara. Dicen que su estado es bueno, y al sustituir los sudarios que cubrían los cuerpos por otros de lino crudo, sin tinte,
han quedado monísimas, dicho sea con perdón.
O sea, que vale la pena ir a Teruel... y no
solo ahora con la Vaquilla.
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MIGUEL CABALLÚ ALBIAC / TEODORO PÉREZ BORDETAS
Estercuel,
monasterio de Santa María del Olivar
E
stercuel, austero Teruel entre Alcorisa y
Montalbán, y austeridad de la Orden de la
Merced. Los aragoneses siempre estamos
reivindicando distintos aspectos de la antigua
Corona de Aragón que gente, quizá mas desinformada que malintencionada, dicen Reino de
Cataluña, Corona catalanoaragonesa y cosas así.
Pues para nuestra satisfacción sépase que la
Orden de la Merced suele celebrar los Capítulos
Generales en este Monasterio de Estercuel, por ser
centro de su Provincia que llaman Aragón, que
comprende los territorios de la antigua Corona,
Cataluña, Baleares, Valencia, a los que se añaden
Guatemala, Panamá, El Salvador y Mozambique.
¡Hala, para presumir a lo grande! Esto si que es
Corona de Aragón... Además, el millar de mercedarios que hay en el Mundo llevan como emblema
de la Orden en sus hábitos el escudo de Aragón,
desde hace casi ocho siglos, por concesión de
Jaime I el Conquistador, sí, sí el de Salou.
En Estercuel tenían su noviciado, pero decidieron convertirlo en Hospedería y como el ajetreo
de viajeros no va bien al sosiego y paz que conviene a los aspirantes a frailes lo llevaron a Lérida.
Hoy, se ofrece a los visitantes que quieran vivir
unos días de recogimiento espiritual, sano ocio y
naturaleza turolense. Por si le sirve aquí vivió Tirso
de Molina, seudónimo de Fray Gabriel Tellez, uno
de los grandes del Siglo de Oro, que aquí escribió
«La dama de El Olivar» en la que trata los inicios
de la Orden Mercedaria. Aquí esta enterrado, entre
mártires religiosos e importantes civiles, el
Marqués de Lazán, hermano de Palafox. Aquí pue-
de enterrarse/encerrarse, amigo, por unos días, viviendo con la Comunidad casi como un monje
más. El Monasterio no cierra nunca. Tiene treinta
y siete habitaciones y 4 apartamentos, todo con calefacción, baño, agua caliente, teléfono e Internet.
Y acaban de instalar un ascensor para suprimir barreras arquitectónicas. Los hospedados se sienten
bien. En el refectorio cada uno se sirve la comida
que estima necesaria. Tiene biblioteca, oratorio,
piscina, campo de fútbol y frontón. Sobre todo tiene paz, recogimiento, y austeridad al estilo siglo
XXI aunque sea un Monasterio de estilo herreriano del XVII.
Milagrosa fue la aparición de la Virgen del
Olivar a un pastorcito en el siglo XIII, dando origen a la Iglesia y al Monasterio que se construyó
adosado a la iglesia y ahora, en una inteligente restauración, han quedado exentos el ábside, los aleros y los contrafuertes mudéjares que han hecho
espectacularmente visibles. Es un gozo contemplar el mudéjar a la altura de la nariz. Los frailes
no paran de obrar. No es extraño que un cartelito
diga: «No olvides que al salir, en la portería, te pediremos tu colaboración» Y es que todo lo llevan
sólo tres frailes, que además se encargan de ocho
Parroquias del entorno.
Hablando de milagros, en Cañizar del Olivar
regido por la alcaldesa mi amiga Olga, a unos kilómetros del Monasterio, había un manantial casi desconocido que va a ser muy famoso porque desde
hace poco se ha quedado con su explotación para
vender Agua Mineral en toda España la multinacional Coca Cola. Habrá sido cosa de la Virgen.
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MIGUEL CABALLÚ ALBIAC / TEODORO PÉREZ BORDETAS
Oliete,
«capricho de Teruel»
A
sí llaman a esta villa por sus encantos naturales, situada sobre una colina, en un punto estratégico del valle del río Martín que,
una vez atravesada la zona de hoces del embalse de
Cueva Foradada, se abre camino hacia Ariño y el
Bajo Martín. Villa fortificada de la que se conservan
algunos restos de la muralla y los tres portales de
entrada. Tres ermitas, San Bartolomé, El Calvario y
la Virgen del Cantal e Iglesia de la Asunción, del
XVII. Era Señorío de la famila Sesse pero el Rey
Alfonso V se la confiscó por apoyar al Conde Urgell
en aquello del Compromiso de Caspe y se la concedió a Berenguer de Bardaxí sentándole en el cargo
de Justicia de Aragón por haberle sido fiel. Poco
más o menos lo que ahora suele pasar, con esto de
los poderes y los sillones. Era siglo XV, pero de la
historia siempre se aprende.
Es un Teruel de poco paso. A un lado
Muniesa con su octogonal torre mudéjar. Al otro
lado Ariño a cuya carretera por fin le ha llegado el
arreglo. Decir Ariño y Oliete es decir minas. Mucho carbón en otro tiempo. Los olietinos, oletienses u olietanos, que de todas las formas me dicen
que se dice, eran muy famosos como mineros de
interior, expertos en minería subterránea tradicional. Y eso trajo mucho dinero al pueblo y desarrollo. Pero la perversión del sistema está en que los
mineros por su esforzado trabajo se jubilan muy
pronto, con muy buena paga, y todavía se aprecian
las secuelas del dinero fácil, para bien y para mal.
Bueno, más bien para bien.
No obstante, el pueblo se está vaciando. En
las últimas elecciones había sólo 390 electores,
pero ha sido de los sitios con menor abstención de
Aragón, solo el 21 %. Y es que son gente participativa como lo demuestra la Asociación Cultural y
Deportiva Oblites, que cuenta con 400 socios. Una
asociación rural e independiente, dinamizada por
gente joven y menos joven que se dedica al fomento de actividades sociales, culturales y deportivas.
Buenos jugadores de Tenis de Mesa, y este año hasta han participado en el Concurso Regional de
Guiñote de Heraldo de Aragón. Editan revista
electrónica y se lo pasan bomba, siendo útiles a su
pueblo. Eso quiere decir asociación rural.
Oliete es tierra de artistas desde el recordado D. Alejandro Cañada, y sus hijos Nati (que ya
ha pintado a la Princesa Leonor), Maria Ángeles,
Alejandro... hasta el grabador Manuel Lahoz.
Pero es que la naturaleza contagia y aquí el entorno, sobre todo en verano, es una gozada gracias al
Pantano y al Río Martín. Me dicen que está probado que sus choperas son las de mayor crecimiento de chopo por año de toda España. Y
también tiene pinturas rupestres, y sobre todo el
Pozo, la Sima de San Pedro, en el cabezo Escoz,
una maravilla natural, que tiene en el fondo agua
salada, y es tan hondo que me cuentan que se tira
una piedra, se reza un credo (si se sabe, claro) y al
acabar se oye el ruido de la llegada. Tiene tanto
diámetro la sima que permite que las aves puedan
remontar el vuelo con su trayectoria característica, por lo que anidan en sus paredes. No deja de
ser romántico tener restos de un mar, con fósiles
marinos, en la puerta de la casa. Realmente, Oliete es un capricho.
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La cartuja de Las Fuentes
Ya puede visitarse
E
l agua es fundamental para la vida dicen los
lemas de la Expo 2008. La naturaleza no
pertenece a los seres humanos, somos nosotros quienes pertenecemos a la ella. Recurso único, desarrollo sostenible. El agua hay que saberla
preservar y distribuir. Bla bla bla... ¡Que se lo digan a los monegrinos de la Cartuja de la Fuentes
que durante siglos han luchado y luchan por empadronar a Fluvi en cualquiera de sus pueblos! El
agua es fuente de vida y de inspiración para los artistas. Teodoro pinta la Cartuja en blanco y negro,
sin colores, con una balsa seca delante, unas plantas agostadas y nubarrones de deseo en el cielo.
Lo cierto es que esta cartuja, Nuestra Señora
de las Fuentes, fue la primera de las levantadas en
el Reino de Aragón y ha tenido una historia de
poca fortuna. En pleno Monegro, cerca de Lanaja,
donde murió el bandido Cucaracha, en tierras de
aridez y secarral, aunque se llame paradójicamente «de las Fuentes». Carretera A–1221. Su fundadora la Condesa de Sástago murió enseguida. Su
máximo benefactor Pedro Domingo de Perandreu
fue apresado por los corsarios argelinos y no pudo
rescatarse. Mala suerte. La comunidad la abandonó pronto. Recuperada por los cartujos, tras unos
años de pertenencia carmelita, tuvo su apogeo
constructivo a lo largo de todo el siglo XVIII. Pero
construido con barro y penurias, el viento derribó
la torre destrozando tejados y bóvedas de la iglesia. Un incendio posterior destruyó las cocinas,
gallineros y caballerizas. Por fin se acabó en 1797,
pero la Guerra de la Independencia desalojó a los
monjes. Expropiado por el Estado quiso conver-
tirse en balneario a mitad de siglo XIX. Tampoco
funcionó, claro, y se hizo dueño un banco.
Compró el Monasterio D. Mariano Bastarás y
Cavero cuyos descendientes ostentan actualmente
la propiedad.
No podía verse por dentro más que el día 15
de mayo, festividad de San Isidro. Sabiendo la riqueza pictórica que contenía era una pena, aunque
hay que decir que los propietarios conservaban
ejemplarmente los tejados y la fábrica. Los del
SIPA fuimos varias veces y en alguna ocasión publicamos en la Revista Aragón nuestra frustración
al no poder entrar, fotografiando el autobús ante
las puertas cerradas de la Cartuja. El Gobierno de
Aragón tomó cartas en el asunto y ahora todos los
domingos por la mañana puede visitarse con guía
profesional.O sea, que vayan, que es una gozada.
Sus muros cobijan un tesoro. Más de mil metros cuadrados de pinturas murales realizadas por
Fray Manuel Bayeu, hermano de Francisco y de
Ramón Bayeu. Todos cuñados de Goya. Hay 258
pinturas reconocidas, por J.I. Calvo uno de sus estudiosos máximos; Iconográfica cartujana. Inimaginable. Pintado entre 1770 y 1780. Un derroche de
colorido, en la cumbre del muralismo. Y además, un
centro espiritual y artístico de la Comarca que ha
dado nombre al pueblo de colonización La Cartuja
de Monegros, pedanía de Sariñena.
Gracias al escritor José Luis Corral sus claustros y capillas van a llenarse de agua, digo de vida,
para rodar una película histórica, basada en su novela «Independencia». Se confirma que La Cartuja
de Las Fuentes es una maravilla... De cine, oiga.
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Belchite,
símbolo para la paz
L
os viajeros aragoneses, incluso foráneos, ya
conocen mucho esta villa, su epopeya histórica, su mudéjar acribillado, sus balas de incomprensión de todos los colores y en todos sus
muros. Conocen su iglesia de tres naves descalabradas con el cielo como bóveda y el resto de sus
casas que son monumento a la sinrazón humana.
Su arte y su desastre. La población de Belchite fue
muy castigada durante la Guerra Civil. Se habla
mucho de Belchite, pero ahora que tanto se recuerda hasta lo que no debía recordarse, ¿se acuerdan lo que pasó? Resumidamente...
En los primeros días la villa fue controlada
por el ejercito sublevado, ya que la columna anarquista de Ortiz que venía de Cataluña hacia Zaragoza quedo allí detenida, sin poder entrar, parando
el ataque a la capital. Así estuvo, poco más de un
mes hasta la ofensiva republicana de finales de
agosto de 1937, en la que tras intensos bombardeos artilleros y aéreos que mucho destruyeron, pasó
al bando gubernamental, o sea de la República. Y
tricolor se mantuvo hasta marzo de 1938.
Tras año y medio de guerra con una lucha
encarnizada tristemente recordada cayó Teruel en
febrero de 1938, quedando el ejercito republicano
muy diezmado y castigado. Esta circunstancia y el
hecho de que había numerosas tropas nacionales
en Aragón, hacen que el Estado Mayor de Franco
decida iniciar una fuerte ofensiva hacia el Mediterráneo, para dividir en dos el territorio «rojo».
Así entre marzo y julio de 1938 se arrasa el frente
aragonés, con graves destrucciones por los entran
y también por los que salen. Belchite fue tomado el
10 de marzo y claro con nuevas destrucciones.
Ahora quedan las heridas de tanta guerra.
Y quedan muchos tristes recuerdos. Pero tal vez
se haya olvidado el curioso trabajo de la
Dirección General de Regiones Devastadas, proyectando y construyendo un pueblo nuevo, apoyados en una figura legal que lamentablemente
no llegó a todos los pueblos dañados. Para ciertos municipios de España que habían sufrido
gran destrucción por la guerra, el Gobierno de
Franco inventó la figura de la «adopción por el
Caudillo», que era un instrumento legal para la
labor de reconstrucción por el Estado de los municipios más destruidos y también más afines.
La adopción quería decir tutela, patrocinio «y
demuestra el vivo interés del Jefe del Estado por
los pueblos y los hombres que sufrieron y el deseo de darles otra perspectiva moral y otros
rumbos», decía la prensa «nacional» del momento. Se consideraba la adopción como una
carta puebla, aludiendo a la tradición medieval.
Belchite quedó adoptado por el Caudillo por
Decreto de 7 de octubre de 1940.
En virtud de la adopción se hizo el Nuevo
Belchite, con proyectos todavía no concluidos.
Hay que empezar a contar cosas del pueblo
Nuevo, que tiene también muchos alicientes y
atractivos modernos para ser visitado y dejar el
Viejo Belchite para lección de historia y reflexión
cívica. Las varias lecciones que esconden las ruinas de Belchite son para crear una cátedra antibelicista, cuyos doctorados fueran en una nueva
asignatura: la paz. Belchite es símbolo para la
paz, y no creo que sea malo que se recuerde... pacíficamente.
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Maella,
villa de leyenda
E
l conde, Señor de la Villa, se enamoró de
una humilde doncella y le pidió la mano.
Ella estaba prometida, amaba a un joven
del lugar y claro, le rechazó. El conde despechado
desterró al joven. La doncella presionada ante la
insistencia del conde al fin accedió a entregarle su
mano. ¡Se la cortó! El Señor de la Villa, viciosillo
él, pero enternecido por el gesto valiente de la
doncella, reacogió a su prometido y colmó a ambos de bendiciones y regalos. Un amigo, erudito
de la leyenda se me enfadará con la simplificación, pero poco más o menos fue así. La Mano de
ella, «Má d´ella» en el dialecto local, subió al escudo heráldico y justifica el topónimo de la villa.
La Leyenda está en verso, en música, teatralizada,
en castellano, catalán, forma dialectal, en esculturas, pinturas, fachadas, y sobre todo en el ambiente de la población.
Maella es quizá el pueblo más europeo del
entorno bajoaragonés. Eminentemente agrícola
con excelentes producciones de aceite, vino, varios millones de quilos de melocotón D.O.
Calanda... La gente gana y gasta, es moderna,
abierta, acogedora. Cataluña a sólo seis kilómetros. Forma parte de las villas del Aragón Oriental
que hablan catalán, en sus variadas formas dialectales, y que demuestran contundentemente su
aragonesismo, curtido y sentido. Tiene poco más
de dos mil habitantes pero presume en su
Comarca de tener la única plaza de toros y el único Ayuntamiento con ascensor.
Destaca en el dibujo y la realidad la torre del
Señorío, bellísima muestra de arte civil y las murallas potentes que encierren los restos de un cas-
tillo que exige consolidación y alguna discreta rehabilitación porque ahora, más que verlo hay que
imaginarlo. El hermoso puente sobre el Matarranya, cuya agua se convierte en vino y fruta,
fue reconstruido tras la gran riada de hace cinco
años y lleva a las instalaciones donde se celebran
unos curiosos encuentros gastronómicos sobre La
Sartanae un guiso local de patatas, arroz, conejo,
pollo, verduras... donde cabe todo y participan todos. En su Pabellón Municipal se celebra cada año
una Feria Regional del Melocotón que tiene vocación internacional.
Es Maella cuna de grandes genios. Aquí nació el pintor Hermenegildo Estevan; el compositor, premio Heraldo de Aragón a los Valores
Humanos José Peris Lacasa; el artista del vidrio
Pons Cirac, el jurista Eusebio Rams, los artistas
Hernández Pallisa, Eduardo Lacasa y tantos otros
que tienen el genio y la vena de la mediterraneidad al servicio del arte o de la creación. Aquí nació el escultor Pablo Gargallo Catalán. Obsérvese
el segundo apellido y obsérvese como aparece en
algunos sitios, por ejemplo en el Museo de Ceret
(Francia): «Pablo Gargallo, Catalán nacido en
Maella» ¡Que coma más aviesa!
Pueblo con historia. Por ejemplo, en la primera Guerra Carlista, en la batalla de Maella, Cabrera resultó herido y el General Pardiñas (con
importante calle en Madrid) murió, precipitando
el final de la guerra. Fue Maella villa de señorío, de
los Ariño, de los Almazán... Rebelde ya en 1439
contra su Señora Francisquina. Rebelde hoy contra la apatía. Por si le va... sus fiestas son esta semana, para San Lorenzo.
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Huesca,
la catedral de la albahaca
H
uesca siempre es de actualidad, pero más
cuando llegan las Fiestas de Agosto. San
Lorenzo es mucho San Lorenzo. Ya se
sabe que la tradición sitúa su nacimiento en
Huesca. Fue ordenado diácono, y encargado de
administrar los bienes de la Iglesia y el cuidado de
los pobres. Por esta labor, es considerado uno de
los primeros archiveros y tesoreros de la Iglesia, y
es el patrón de los bibliotecarios. Fue encargado
de llevar a Huesca el Santo Grial, cáliz de la última
cena, que ahora está en Valencia. No creo que se le
recuerde por estas cosas, pero desde luego lo celebran mucho, y lo pasan en grande en estas fechas.
Huesca presume de mairalesas y de danzantes. El dance oscense a diferencia de la mayoría,
no ha permanecido estático, sino que ha evolucionado constantemente. Lo que ha podido perder de
primitivismo y de rigor folklórico, lo ha ganado en
dimensión humana y en popularidad. Y gusta y
anima mucho. La calle la conquista la gente y las
famosas peñas: Los que faltaban, La Parrilla, La
conocida Zoiti, La Alegría Laurentina... A mi me
resulta particularmente grato el protagonismo de
la albahaca.
La albahaca despide un perfume característico, que compensa tantos olores malsanos festivos. Las hojas más perfumadas son aquellas que se
recogen poco antes de la floración, ya que contienen una mayor cantidad de sustancias oleosas que
determinan su aroma; Además es una de las plantas aromáticas más preciadas en cocina, Tiene un
gusto dulce, es fragante y parece que es más fuerte cuando, en verano, el sol aumenta su intensi-
dad, aunque las hojas más viejas tienden a tener
un sabor más picante. En Huesca que hay tan buena cocina y la gastronomía alcanza la excelencia,
la albahaca también es protagonista en el plato.
Ojo, en dosis elevadas es estupefaciente.
Pero estamos con un dibujo de la Catedral.
Es curioso que una ciudad como Huesca, capital
de una de las provincias más ricas en arte románico (Jaca, Roda, quizá cien iglesias y mil ermitas) no
presuma de una catedral ejemplo del románico.
Los estudiosos dicen que se debe a que se utilizó
para el culto la mezquita mayor de la ciudad tomada a los musulmanes, hasta tiempos ya góticos.
Donde mas curiosamente he visto contada la portada de la Catedral es en el Madoz, el famoso diccionario geografico Estadístico Histórico de 1850
que debemos al abogado y ministro Pascual Madoz. Corregidos los acentos dice así: « El arquitecto Juan de Olózaga comenzó la obra y levantó el
plano, del cual dejó un perfecto modelo ejecutado
en piedra y miniatura sobre la lindísima portada
(¿dónde estará?) debida también a su delicado cincel que tiene mucho trabajo, y es de gran mérito
para aquella época: a dos varas del pavimento hay
14 estatuas de piedra, siete a cada lado, y de los
cimborrios que están sobre sus cabezas mueven 7
arcos que van en disminución del exterior al interior ocupando y disimulando el grueso de la muralla; entre estos hay 4 ordenes de figuras de santos
de relieve entero, de una tercia de largo cada una,
puestas en sus sitios con pedestales de variada y
fina labor. El 4 de abril de 1515 quedó concluida».
Lindísima sigue siendo quinientos años después.
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Nonaspe,
ermita de la Virgen de Dos Aguas
L
a Ermita está situada en la confluencia del
río Matarranya y el Algars que juntan sus
aguas para seguir bajando a rendirse exhaustos al Ebro en Fayón. El entorno es mediterráneo interior de olivos, pinos, almendros, viña,
suaves cimas erosionadas y laderas con vocación
de secarral pero beneficiadas de matorral y árboles que son hitos de paisaje. Un paisaje que está orlado al pie por las menguadas aguas de los dos ríos
y que susurran su contemplación. La Naturaleza, a
pelo, sin arreglos humanos. Un paisaje que va entrando lentamente en el viajero y le posee hasta escuchar el silencio. Escuchar el silencio… es
verdad. ¡Se oye! Y cuantas cosas dice. Si uno se
hace humilde ante la humildad del entorno, si se
recoge, claro que le habla la Naturaleza. Me refiero a un día cualquiera, sin gente, no el primer domingo de Setiembre cuando se honra a la Virgen y
el santuario, los jardines aledaños, riberas y ribazos, se llenan de gente. Cada sombra una tertulia.
Cada corro un canto a la amistad.
Ahora se llega a la Ermita en coche por un
magnifico camino asfaltado paralelo al rio al que
trata de tu a tu. Pero el ultimo tramo, el antiguo
paseo de cipreses, conviene hacerlo a pie, porque
es como un camino iniciatico que te va acercando
entre peirones de Via Crucis a la almendra de tanta magnificencia que es la Ermita y al corazón de
la misma, la imagen de la Virgen de Dos Aguas,
depositaria de la fe de la mayoría de los nonaspinos y de los vecinos de los pueblos del entorno. En
lo medioambiental es un regalo de la naturaleza
de impactante atractivo, popularmente es un punto de encuentro comarcal y en lo religioso con-
centra un espacio de sólida fe. Todo resulta balsámico para el espíritu. Si me permiten un poco de
vieja retórica la Ermita de la Virgen de Dos Aguas
es la joya más preciada del collar de alicientes que
rodean la villa de Nonaspe.
Nonaspe, villa templaria y sanjuanista, disfruta de una singular ubicación, en un promontorio. Su trama urbana, densa y llana, es casi tan
acogedora como sus gentes. Gente simpática.
Tiene Castillo rehabilitado que ahora es Casa
Consistorial, Museo e iglesia gótica, aunque muy
modificada, que a un servidor le encanta por su
austeridad y armónica proporción interior. El último viaje había una Virgen de Dos Aguas que acababan de comprar a un anticuario de Reus por
5.000 euros, y esto me recuerda que la laboriosa y
veterana Hermandad de la Virgen está también
empeñada en colocar en la Ermita un retablo del
XVIII restaurado que han comprado a otra ermita particular de reino vecino.
Es punto de referencia en el mercado de la
almendra en España. Industrias de nuevo cuño
sorprenden en un nuevo polígono industrial. Y
ha superado los problemas de sequía, gracias a
las elevaciones del Ebro para agua de boca y con
un plan PEBEA que ha puesto en regadío más de
mil hectáreas triplicando las 411 de regadío tradicional.
Se vive a gusto y eso se trasmite. No hay más
que ver las partidas de «butifarra» en los bares.
Están poco más de mil habitantes pero en una reducida encuesta al 36 % les parece su pueblo acogedor, al 19% excelente y al 23% fascinante…
Pues, eso.
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Santa Cruz de la Serós,
contundente románico
E
l pueblo tiene poco más de cien habitantes,
pero caramba, te deja con la boca abierta.
La desafiante mole de la iglesia y torre del
Monasterio, con sus milenarias y bien canteadas
piedras de sillería impresionan. La mole pétrea de
la torre monastica, la más alta y quizá la más bella del románico aragonés, sobresale por encima
de todos los tejados de lajas de las casas que la rodean. Lástima que se vea todavía alguna chapa de
uralita y plástico. Y ¡peligro! Una gran grúa y varias hormigoneras dan ganas de temblar. La
«marbellización» del Pirineo asoma por todas
partes y la voracidad del cemento y del ladrillo no
se amilana ante el imponente testimonio de milenaria historia.
A un paso de Jaca. La voluntariosa guía María Ángeles, que tiene la iglesia perfectamente limpia, aunque lamentablemente no haya ni un solo
folleto ni cartel explicativo, dice que pasan más de
un millón de viajeros al año. Esta iglesia es lo que
queda de un Monasterio femenino llamado primero de Santa María, después de las Sorores y
ahora de Santa Cruz de la Serós. Fue fundado por
Sancho Garcés hace unos mil años, 1.015 concretamente. ¡Que gozada! Era el más famoso monasterio aragonés femenino. Ingresaban señoras de la
Casa Real y de la nobleza aragonesa, y su abadesa
mandaba en numerosos pueblos, iglesias y posesiones en la redolada. Tres hijas de Ramiro I se integraron en la comunidad: Teresa, Sancha y
Urraca. Alfonso II concedió al Monasterio el
Señorío de la Villa de Santa Cruz y de ahí la nueva denominación de Santa Cruz de las Sorores.
Pero a medida que van bajando las conquistas aragonesas hacia el Ebro, se pierde la presencia real, y
otros monasterios del cister o de ordenes militares
se chupan las donaciones y el favor real. En el XVI
se van las monjas a Jaca (las Benitas), a su calle
Mayor demostrando su pasado poderío y se llevan
el sarcófago de Doña Sancha con singular iconografía de la Anunciación.
Este Monasterio es importante como histórico y como artístico. Contundente románico con
la singular técnica constructiva y las decoraciones
de bolas e impostas de ajedrezado jaqués. La iglesia conserva magnífico retablo del XV con imagen
de Santa María en alabastro policromado. Y otro
curiosísimo retablo–armario, mejor altar de viaje,
procedente de Amberes, todo en madera de una
sola pieza, con el Entierro de Cristo y poco más,
pero que es mucho. Para el debate y la anécdota artística se reserva el acceso a la cámara secreta a través de una escalera de impactante modernidad.
Como prólogo a la visita se disfruta con la
armoniosa Ermita románica de San Caprasio que
se ubica a la entrada. Foto obligada. Como epílogo
puede el viajero remansar su espíritu en los dos
restaurantes que sirven ternasco a la brasa tan contundente como el románico. Todo no puede ser tan
gratificante y el viajero puede lamentar que el Evangeliario de Doña Felicia, segunda esposa de Sancho
Ramírez y madre de los Reyes Pedro I y Alfonso I
el Batallador, donado a su cuñada la abadesa de
Santa Cruz, se encuentra ahora en el Metropolitan
Museum of Art de Nueva York. Por cierto, muy
bien expuesto y conservado. Zenquíu.
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Alcañiz,
desarrollo sobre ruedas
E
n la Casa Consistorial de Alcañiz, procedente del Castillo medieval, hay una pintura que es la Rueda de la Fortuna
representando lo efímero de la gloria. Sus personajes encaramados en la rueda son una clara alusión al paso del tiempo y al destino. Según la
posición que ocupan dicen: Reinaré, reino, reiné,
ya no soy nada. Menos mal que escrito en latín,
no cabrea, pasa desapercibido. Es la primera rueda que hace célebre a la Ciudad. Luego vienen
muchas más, porque de todos son conocidas las
carreras de coches en el Circuito (desde 1965), y
el futuro de la ciudad se está consolidando con la
importantisima inversión que supone la Ciudad
del Motor y la Ciudad del Transporte. Y los asuntos de ruedas y motores, que son futuro, están
siempre presentes tanto con la construcción de
una Variante cuestionada pero importantisima,
como con la Autovía a Zaragoza, nada cuestionada y de más calado todavía. Así no extraña que el
censo de vehículos por habitante en Alcañiz sea
de los mayores de España. Rueda, rodando, Alcañiz va mejorando.
En Alcañiz van las ruedas y lo redondo. No
se olvide la concentración de tambores que truenan con rasmia en Semana Santa. Ni la redondez
de sus magnificas aceitunas que dan uno de los
mejores aceites del mundo y que cada vez comercializan mejor. La ciudad crece y mejora día a día
en calidad de vida, en oportunidades, en oferta
cultural, en patrimonio y en atractivos. Su porvenir parece, redondo.
Tengo para mí, que bastante ha podido contribuir a este progreso una Biblioteca Municipal
que es un ejemplo. (De nada, Ignacio). Prácticamente se creó en 1982, ocupando un local de los
antiguos calabozos. Curiosamente se hizo realidad
lo que metafóricamente dijera Concepción Arenal
«cada biblioteca que se abre es una cárcel que se
cierra». La biblioteca irradia mucha actividad cultural. Siempre ha habido una firme decisión de
apoyo de las sucesivas corporaciones. Ahora hasta
tiene sucursales en Puigmoreno y Valmuel y un
servicio on line que es una maravilla. Esto de la
cultura, a la larga, es la mejor inversión.
Hablando de libros. El humanista alcañizano Juan Sobrarías pronunció un discurso ante el
Senado de la Villa «en el año del Señor de 1506»
titulado Alabanzas de Alcañiz. ¡Vaya sin son alabanzas! Desde hace 500 años los alcañizanos pueden sentirse orgullosos de su nacimiento a juzgar
por el rosario de virtudes y bondades que les describe su paisano. Dice cosas así «¡Oh municipio
libre de todo vicio en tu cielo y atmósfera y colmado de toda clase de virtudes, al que los dioses
han hecho partícipe de los bienes celestiales!» La
edición crítica debida a José María Maestre debe
estar en la mesilla de muchos y consciente o inconscientemente en la mente de los alcañizanos,
porque presumen de su ciudad, la defienden, y
frente al exterior esconden sus posibles debilidades, resaltando sus bondades. Los alcañizanos tienen mucho amor a Alcañiz, y eso se nota y se
trasmite. El orgullo propio engendra confianza y
el optimismo genera desarrollo. Así es una ciudad
dinámica y con crecimiento sostenido. Esta semana celebra las Fiestas Mayores. Una buena excusa
para visitar Alcañiz.
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Purujosa,
el semáforo del Moncayo
N
o me van a creer, pero en Purujosa que
tiene censados 54 habitantes luce un semáforo permanentemente guiñando el
ojo las 24 horas de todos los días a los transeúntes
que van de la Plaza de San Ramón a la Plaza del
Ayuntamiento. Y eso que del censo en invierno
quedan menos de media docena, contando los dos
pacientes pastores, Ángel y Benito con unos miles
de ovejas paciendo en tierras del municipio. Me dicen que el año pasado cuando marchó el más fijo,
el juez de paz, a Zaragoza hubo noches que en el
pueblo no durmió nadie. Paz extrema. Eso, si, el
semáforo siguió funcionando por si acaso. Es cosa
del Guiness.
Purujosa es sugerente final de una ruta muy
graciosa que remonta el río Isuela. Saliendo de la
autovía a Madrid, en Morata, cuando se intuye el
Jiloca, el viajero ve y disfruta el Palacio de los
Condes; a nada kilómetros queda asombrado en la
singular plaza poligonal de Chodes; poco más adelante, se le abre la boca, y no sólo por mirar hacia
arriba, ante el espectacular castillo de Mesones y la
cierra bien a gusto al llegar a Tierga y parar en la
Fonda de Esther, cuyos guisotes y asados tradicionales son de los que hacen afición a viajar y comer
en pleno mundo rural. Trasobares, hoy buen pan y
ayer cister medieval, y luego el viajero, sigue ascendiendo por la cara oculta del Moncayo hasta llegar
a Calcena, donde se sorprende con una iglesia que
es una catedral y con parajes naturales excepcionales. Subiendo un poco más entre choperas y zarzales, al fin, se llega a la meta de nuestro dibujo de
hoy, a Purujosa, lindando con Soria en el Mojón
Beratón. Se puede celebrar la llegada en el albergue
donde hacen criadillas y rabo de toro estofado.
Purujosa es una pequeña y olvidada localidad de la provincia de Zaragoza. En las estribaciones del Moncayo. Su altura ronda los mil metros,
y los picos que la rondan ya andan por los 1.500.
Andando se disfruta del paisaje y se puede bajar a
Calcena, 6 km en verano que parecen 60 en invierno. A Zaragoza hay un centenar. A algunos del
lugar, Zaragoza les parece muy lejos, otro mundo.
Y es que lo es. Celebran las Fiestas para San Ramón (¿?), precisamente el próximo domingo, y se
han montado en la modernidad: junto a actuaciones de la Rondalla, organizan sesiones de karaoke,
y tras la Misa Baturra, funciona el Disco móvil.
¡Que no decaiga la fiesta! Pueden llegar fácilmente a 180 personas, si el tiempo acompaña… Por
cierto que aprovechan los dias de fiesta para arreglar el pueblo. Seis personas trabajan solamente
los sábados embaldosando la calle Mayor. No me
digan que no atrae darse un garbeo por Purujosa.
Además: fuentes, rocas, pinos, bosques, un privilegio de la Naturaleza.
Hay mucho amor en el dibujo de TPB porque esta acuarela le recuerda su infancia y una exposición escolar muy importante de 1933. Tanto
que publicaba la prensa: «Mucho han laborado los
señores maestros, don Teodoro Pérez y Doña
María Aznar, en preparar bien a los niños, para
esta gran exposición…» Como abran adivinado, la
exposición era en Purujosa, el maestro era su padre y él ya empezaba a emborronar cuadernos.
¡Señor, Señor, cómo pasa el tiempo!
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Chiprana,
la novia del Ebro
U
n cartel lo pregona a la entrada, porque el
gran río rodea amorosamente el pueblo,
digo yo. Villa sanjuanista, en el Bajo
Aragón a siete kilómetros de Caspe. Antiquísima
villa, dice en su heráldica, pero con una ejemplar
modernidad en la forma de ser de sus gentes. Unos
400. Gentes amistosas que hacen que el visitante se
encuentre a gusto nada más llegar. Reino del sentido común y de la cordialidad. Es un pueblo que
engancha. Se entra por una gran avenida que yo
interpreto como brazos abiertos para acoger a la
gente. Una rotonda de las muchas que ahora ponen por todos los lados, sirve no solo para regular
el tráfico rodado, sino para exhibir un sugerente
carro con un fondo a favor de la cultura, el civismo,
los libros… En la entrada se levanta un monumento a los linajes de los Reyes de Aragón y una placa
de cerámica transcribe un saludo del Rey Juan
Carlos. Esto acredita que es pueblo con historia
pero que vive el presente. La primera calle de la derecha la han dedicado al secretario municipal, Juan
Ferrer, en un ejemplo de generosidad administrativa nada usual. Otro monolito, delante del emblemático bar de siempre, ahora llamado Mirador,
luce el escudo de la villa en hierro. La pieza heráldica, pregona su nobleza. Más adelante, un busto
recuerda a Joaquín Costa y al final de la calle de las
bodegas (gran invento el colocar las bodegas agrupadas) otro monolito se dedica al botánico
Francisco Loscos que tuvo su primera farmacia en
Chiprana y a ella dedico una de las 2.624 plantas
aragonesas que clasificó, la «eupordia helioscopioides». En todos estos adornos urbanos de recuerdo
veo la gratitud de gente noble.
Quizá siguiendo la simiente de Loscos se
construyó un Herbario, en edificio singular,
donde se muestran didácticamente la flora del
lugar, en especial de las Saladas, unas lagunas
endorreicas (sin salida de aguas) próximas a la
villa que tienen una singular vegetación, junto a
las suaves playas llenas de costras salinas. Los
fondos están tapizados con tapetes microbianos
compuestos por miles de microscópicos seres vivos que en su respiración desprenden azufre,
dando lugar a unas condiciones ambientales similares a las de la formación del planeta Tierra.
¡Ahí queda eso!
Generosamente, grandes murales reproducen los monumentos funerarios romanos de
Fabara y Caspe, que con el suyo de Chiprana incrustado en su Ermita de la Consolación conforman la Ruta de los Mausoleos del Bajo Aragón.
La Iglesia de San Juan es una joya gótico–mudéjar, con un rico interior de pinturas de lazos y techumbre de madera policromada cuya visita ya
justifica el viaje. A la ostentosa fachada barroca
le faltan las dos torres, pero conociendo a los
chipranescos no me extrañaría que en el próximo dibujo de TPB ya aparezcan. Presumen del
primer Paseo Marítimo del Mar de Aragón, cuidada piscina, gran pabellón donde cabe todo.
Único pueblo de la zona cuyo divertimento tradicional es «la morra», como el juego de los chinos pero a lo baturro. Tiene olivas y encurtidos
de primera, notable aceite, frutas de sobresaliente. Y con todo, lo mejor son sus gentes. En
Chiprana son pocos, pero son mucho. «Muchismo».
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Casbas de Huesca,
últimas noticias monásticas
E
l Ayuntamiento de Casbas de Huesca está
situado en el Somontano o pie de monte oscense de la Hoya, estribaciones de la Sierra
de Guara, en el valle del río Formiga ¿Situados?
Hoy todo hay que referirlo desde el volante de un
coche, así que mejor precisamos: Carretera N–240
de Huesca a Barbastro, desvío en Angüés, y 6 km.
hacia el Norte. Si se pasa un poco, llegará a Sieso,
donde hacen unos de los mejores quesos de Aragón y si se pierde otro poco a lo mejor se topa con
la cercana Ermita sanjuanista de San Miguel de
Foces donde se asombrará con las magnificas pinturas góticas que son de lo más espectacular del
magnifico tesoro pictórico conservado (a veces,
mal) en este somontano oscense.
Pero no se pase, porque Casbas tiene un
Monasterio cisterciense femenino que eso si que
es una pasada. Un gran conjunto de edificaciones
amontonadas con 836 años de historia desde su
fundación… iglesia del XII, claustro del XV y dependencias monacales de todos los siglos. Mucha
historia en piedra y ladrillo, incluso contemporánea, de anteayer mismo. El monasterio de Santa
Maria de Gloria, en los años ochenta era una ruina sostenida por unas monjitas muy mayores y los
vecinos del pueblo que no sé si llegaban a un centenar. Para gran alegría de los que nos gustan estas
glorias, en el verano del año 1988 llegó el abad de
los monjes de Poblet y la abadesa de Vallbona de
las Monjas, y trajeron tres cistercienses catalanas–mallorquinas que diez años después habían
conseguido una revolución: el gallinero era una
fábrica de cerámica, la cuadra tienda exposición, y
cuatro personas trabajaban como asalariadas del
monasterio. No puedo olvidar sus dulces «suspiros» hechos con clara de huevo horneados durante seis horas. Se revelaron como extraordinarias
«comerciales». Primum vívere.
Pero lo suyo era lo espiritual, y quisieron ser
utiles a la comunidad desde el Evangelio. Así organizaban jornadas espirituales, semanas de oración e
integración personal, ayudaban a la gente a descubrir la raíz de sus comportamientos, a mejorar sus
relaciones interpersonales, a experimentar las vivencias evangélicas. Hicieron un espacio de oración
entre los espacios medievales, con muros encalados
y suelos de esparto, donde Sor Angelina ofrecía en
las meditaciones unas interpretaciones de cítara,
que transportaban el espíritu. Un servidor, llegó a
escribir que aquello «era el cielo en la tierra».
¡Ay! La Comunidad de Monjas se disgregó
por diversos motivos. No hay vocaciones y hace
tres años supimos que las Madres Bernardas del
Cister abandonaban el monasterio, tras haberlo habitado más de ocho siglos. El mes pasado hemos
conocido que lo ha comprado, sin ánimo de lucro,
la Fundación Progea, creo que por 900.000 euros,
cuya primera intención es rehabilitar la iglesia y
después restaurar el resto del Monasterio, de la
mano de un muy prestigioso arquitecto. Bienvenida
la iniciativa privada a la siempre necesitada obra de
conservación y mejora del patrimonio.
Ya nada es como antes, ni los Monasterios,
que eran sólidos testigos de la historia de sus entornos. Todo sea a mayor gloria del Monasterio de
Santa María de Gloria.
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Vistabella,
un gozo para la vista
E
s difícil encontrar espacios tan sugerentes.
Así lo pensaría ya Alfonso I cuando tras la
toma de Zaragoza, siglo XII, apreció que
hacia el sur había muchas tierras pero pocos habitantes. Y como era necesario para el Reino repoblar aquellos territorios tan agradables, pensarían
en estimular voluntades de navarros, bearneses,
gascones… para que fueran y se asentaran. Al
pueblecito conquistado le cambiaron el nombre y
le pusieron otro también sugerente, Vistabella.
Con toda la razón.
Vistabella está 62 k. de Zaragoza y a 18 de
Cariñena. Para ir, al llegar a Paniza, hay que tirarse al monte. Unos montes acogedores, nada agresivos que esconden sorpresas. Tanto que «Vistabella
y Aladrén, están juntos y no se ven» a pesar de que
les separan solo 4 km y, bueno, muchas cosas, que
ya se sabe que entre pueblos vecinos estas cosas pasan. Unos montes en torno a los 800 m. de altitud
donde domina la encinas o carrascas que tiran
para el cielo entro majuelos, zarzamoras, aliagas,
tomillos…; unos montes donde se puede gozar de
la Naturaleza a pleno pulmón en multitud de paseos. A mi amigo Félix le debo la gozada de recorrer
el río hacia arriba, camino de Cerveruela, por una
carreterita que se abre paso junto al Huerva, entre
carrascales y viñedos. Camino lírico y paradisíaco.
¿He dicho que el Huerva es el alma y vida de
Vistabella? ¿Y que solo hay medio centenar de habitantes? Bueno, pues queda dicho, pero hay muchas
cosas que tienen también envidiable alma rural. Por
ejemplo la Romeria a Santa Quiteria en la que la
imagen de la Santa se traslada sobre peana a hom-
bros de mujeres… por el camino más penoso. Se
cantan los gozos, se besa la reliquia de la Santa protectora de la rabia, se reparte el «pan bendito» y el
Ayuntamiento invita, faltaría plus. Es la patrona, y el
patrón San Miguel. Los tiempos modernos han
obligado a que los festejos se trasladen a la tercera
semana de agosto, para que puedan acudir los vistabellanos y sus muchos amigos, pero para el Arcángel, en su fecha, se sigue reservando un Rosario
General con participación de todo el pueblo, cantado a dos voces… exclusivamente por los hombres.
Esto de distinguir, en lo menudo, es lo que distingue
a algunos queridos y distinguidos pueblos.
Aún se distingue el molino, convertido en
viviendas, y la balsa convertida en piscina. Ya no
se distingue una ocupación tradicional de Vistabella, la fabricación del carbón vegetal, el carboneo. Sólo hace 60 años aun se quemaban en
invierno en el propio monte, las carrascas, con
reglas que los vecinos cumplían a rajatabla. Y el
carbón era transportado en «seretas» hasta los
mercadillos de Zaragoza. También se distingue el
antiguo horno comunitario, al lado de la Casa
Lugar… convertido en Teleclub. Lugar de encuentro donde los fines de semana presumen de
las mejores tapas de la zona.
Acabo. Iglesia de San Miguel con magnifico
retablo, Ermita de Santa Quiteria. Senderos y vericuetos, naturaleza virgen, gente vieja con mucha
experiencia y jóvenes con empuje, u otros que
gustan de sus raíces y vuelven a repoblar Vistabella, siguiendo los consejos de Alfonso I, el Conquistador. Vistabella, conquista.
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Zaragoza,
el Pilar, un mundo, un puente al futuro
A
las orillas del Ebro/me puse a considerar/que sería Zaragoza/sin la Virgen del
Pilar. ¡Anda que sin el Ebro! Las dos señas
de identidad dibuja TPB en estas fechas tan entrañables de fiesta y jolgorio. Silueta característica,
casi folklórica, pero que identifica la ciudad, porque nos identificamos con ella. Es cartel clásico.
La Fe, la historia, el arte, los acontecimientos extraordinarios y la vida cotidiana, tienen por escenario el entorno del dibujo.
La ciudad se convierte en pueblo cuando llegan las Fiestas, porque hasta los más remilgados se
vuelven como más populares y todo parece más rural. Se vuelve al origen. Para el Pilar siempre ha reinado el pueblo y las calles son sus palacios. Las
peñas mandan, las carpas verbenean, la gente lo inunda todo. No es preciso que sean Fiestas del Pilar
para que los aragoneses inunden el templo ni para
que en la ribera comenten y discutan sobre el futuro del Ebro. Ahora con el puente.
Un puente que empezó Pedro IV el Ceremonioso y concluyó Alfonso V el Magnánimo. La
puente, como antes se decía, tiene 224 metros de
largo por 12 de ancho. En este puente murieron el
Padre Boggiero y el presbítero Sas, ahora hace 200
años. Dos leones de piedra, sentados, vigilaban la
entrada y salida. Ahora son de bronce, de Paco
Rallo, y están en pie como más atentos ya que soplan cierzos preocupantes, porque el puente se cedió al Estado pero ahora es de la Ciudad, y la
Ciudad quiere, ¡al fin! aprovechar y disfrutar del
Ebro, y eso exige alguna reforma en tan reformado paso.
El Pilar es Monumento Nacional desde 1904,
Basílica desde 1948. Impresionante edificio que en
origen fue humilde capilla en una casa romana, después iglesia de adobes, más tarde templo románico,
luego gótico y ruina cuando en 1435 se incendió.
Sobre sus cenizas se edificó la Iglesia de Santa María
la Mayor, que se demolió para levantar el proyecto
que llevó a cabo Ventura Rodríguez en el XVIII. Un
singular edificio de 130 metros de largo por 76 de
ancho y 80 metros de altura hasta la cruz de la cúpula. Caben 5.000 personas. El Pilar, gigantesco
relicario de una «columna» (redonda) que curiosamente no es «pilar» (rectangular) sobre la que luce,
reluce y alumbra una imagen de sólo 36 cm. Imagen
de una sola pieza, de madera frondosa con dos nudos, a la altura del tobillos y bajo el hombro derecho.
Una imagen que es el más importante referente
emocional y religioso de los aragoneses, que a miles
van a verla siempre que pueden, porque a la Virgen
se le reza con la mirada. Y con el beso en el óvalo de
la columna de jaspe, que hubo que recubrir porque
se la llevaban a trocitos. Alvarez Quintero decía en
boca de un personaje que solo conseguiría el corazón amado «cuando aprendas a rezar, como reza
Zaragoza, a la Virgen del Pilar».
El Pilar esta interiorizado en los corazones
de los aragoneses y protagoniza muchas de sus
emociones, convirtiendo la dura plaza en hermoso jardín cuando las flores de la ofrenda perfuman
la redolada poniendo colores a los sentimientos. Y
la Virgen... «Virgen santa, madre mía, luz hermosa, claro día...» ¡Échanos una mano, porfa, que
esta todo muy espeso!
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MIGUEL CABALLÚ ALBIAC / TEODORO PÉREZ BORDETAS
Zaragoza,
comparsa de cabezudos y gigantes
C
on sus caras de cartón, sus gestos grotescos
y su mirada perdida, los gigantes y los cabezudos pregonan las Fiestas. En España,
empezaron a salir en la Edad Media en el Corpus de
Barcelona, en el de Daroca... Hoy están por todas
las fiestas que se precien. En Aragón no menos de
155 gigantones tiene inventariados la Asociación
de Portadores Músicos y Amigos de los Gigantes de
Aragón. Y cabezudos no digamos... Ya saben...
«¡Grandes para los reveses, luchando tercos y rudos, somos los aragoneses... Gigantes y
Cabezudos!» Y no es por señalar, que es un chiste
muy facilón. En Zaragoza, hay quien dice que vinieron con Alfonso V desde Sicilia en el XV. Estas
cosas les gusta mucho estudiarlas a la Asociación de
Gaiteros de Aragón, que en esto y en otras muchas
cosas de aragonesismo cultural están muy puestos.
Pregoneros de la alegría festiva son plato
fuerte en las Fiestas de Zaragoza. De ahí que la
Comparsa, ahora subvencionada por la CAI, esté
siempre en renovación y mejora. Fue famosa la
antigua comparsa que, en 1860, recibió a la Reina
Isabel II representando a Fernando de Antequera
y el evento del Compromiso de Caspe. Pero la
base de nuestra actual comparsa son los ocho gigantes y ocho cabezudos de 1867 obra del pintor
decorador, bohemio simpático, Felix Oroz que
murió en Maella. Y se fue completando, por ejemplo con el escultor que nació en La Muela, Dioniso
Lasuén, que diseñó Gargantúa. Los Cabezudos
que ya en el siglo pasado eran encorridos y encorrían a los más valientes eran: el Forano y la
Forana, el Torero, el Tuerto, el Morico, el Roba-
culeros, el Berrugón y el Boticario. Después, Sancho Panza duró sólo un año, porque llevó mucho
tute. No así la Pilara del Oasis que nació en 1982 y
sigue zumbando.
Los gigantes son serios y van bien tiesos, parece que se han tragado un palo de gran escoba:
Los Duques de Villahermosa, Don Quijote y
Dulcinea, El Rey (Alfonso I) y la Reina (Doña
Urraca), la Mora (por África), el Chino (por Asia),
Gastón y su Dama del Bearn... Dan porte al espectáculo, asombran a los niños, hacen sonreír a los
mayores, son un canto de ingenuidad. Pero los cabezudos son más revoltosos. Generalmente llevan
las cabezas gentes alegres, (no de cabeza ligera)
conscientes de su papel de ilusionar a los niños,
para que les broten emociones mezcladas de temor
y diversión, de turbación, sobresalto, alborozo, regocijo, excitación... Los niños prueban su osadía,
venciendo el recelo al acercarse a esos «extraños»
seres que corren y corren y parece que asustan
pero son unos buenazos. Hay que ser abuelo, para
entender la grandeza de los pequeños cabezudos y
la inocencia de los apuestos gigantes. Dicen que
son para los niños, pero ya, ya... el mismo Teodoro
que los dibuja se lo pasa pipa con su nieta Amelia...
¡cómo lo pasan/mos los abuelos!
Póngale música, canturreeló, y rejuvenecerá:
«Al Berrugón le picaron los mosquitos y se compró un sombrero de tres picos»; «El Tuerto por melón se cayó un tozolón»; «Que no se diga, que no se
note, que La Forana lleva bigote»... La Fiesta es
trasgresión, lucha contra lo cotidiano. En Fiestas
todos somos un poco niños. ¡A pasarlo bien!
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MIGUEL CABALLÚ ALBIAC / TEODORO PÉREZ BORDETAS
Jaca,
la catedral: cabeza del arte románico
N
ada de lo que se refiera a Jaca puede ser
ajeno a los aragoneses, no porque sea
ahora turística «perla del pirineo», sino
porque desde hace siglos es raíz del reino. Sancho
Ramírez la eligió, hace más de 900 años, para capital del pequeño Reino de Aragón, desglosado de
la monarquía pamplonesa, en el entorno territorial del río del mismo nombre. Por supuesto, no
puede ignorarse su catedral que es la primera románica de España iniciada entonces, a mediados
del siglo XI y ¿concluida? Aún están en ello.
Las catedrales no se hacían de la noche a la
mañana. Son procesos de siglos. Por ejemplo, en la
de Jaca, como solía suceder se levantaron primero
los muros perimetrales y la cabecera. ¡Venga románico! Pero no se abovedó seguidamente en piedra la nave principal, cubriéndose con techumbre
de madera. Un incendió la destruyó y entonces, ya
siglo XVI, se hicieron las bóvedas de crucería estrellada, tan góticas entre románico, que llaman la
atención, si no se conoce el proceso. Esto lo saben
bien los arquitectos y los historiadores del arte,
pero no suele explicarse esta explicación y uno no
se explica estos casi inexplicables anacronismos.
¿Me explico?
Tampoco se explica demasiado que el
Museo Diocesano de Arte Sacro Medieval, uno de
los mejores escaparates románicos de España, lleve cuatro años cerrado. Ocupaba lo que fue el antiguo claustro catedralicio y estancias aledañas.
Allí se podía disfrutar con las pinturas murales románicas trasladadas con mimo, paciencia y a veces algún sofocón, de diversas iglesias, como las de
Bagüés, Ruesta, Susín, Navasa... Tras desmontar
cubiertas de los espacios del Museo parece que
hay nuevo proyecto... sólo falta cerrar el asunto de
la financiación. O sea, nimiedades. Dineros.
Pero el viajero, se consolará dulcemente con
los «jaqueses», «lazos», «Condes o patatas de Jaca» y
a cambio podrá ver el museo recientemente abierto
de Miniaturas Militares (Soldaditos de Plomo) en
dependencias de La Ciudadela. Magnífico, con fines
educativos, consta de 23 escenarios con 32.000 piezas que reflejan con sumo cuidado batallas y hechos
de guerra, desde el antiguo Egipto hasta las actuales
Misiones Humanitarias pasando por el Medioevo o
las guerras del siglo XX. No han olvidado la Brigada
de Cazadores de Montaña de Aragón.
Hablar de la Catedral de Jaca es pensar en el
estilo decorativo llamado románico jaqués, en los
capiteles y esculturas del «maestro de Jaca», en la
urna del caspolino San Indalecio, en las pinturas
de Fray Manuel Bayeu, en la vara jaquesa, en la
impresionante portada meridional o la curiosa
bóveda octogonal sobre el crucero, en las actas en
pergamino del primer concilio de Jaca de 1063
¡ay, tantas cosas!...pero en clave de futuro, también puede pensarse lo bien que quedaría demoler el edificio contiguo al pórtico, para dejar otra
apertura a la Lonja, dejar exento y limpiar el exterior de la capilla de la Trinidad, hacer el Museo
Jacobeo y por allí tener acceso a la torre de la catedral, que ahora es casi imposible subir. Parece
que eso está en la cabeza de gente de seso. O sea,
que la catedral, aunque sea del siglo XI, lo será
también del siglo XXI.
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Sallent de Gállego,
cabeza del valle de Tena
E
l río Gállego le da apellido pero sus mejores aguas son del río Aguas Limpias que
viene directamente del glaciar. Sallent es
roca, verde y agua. En invierno, nieve. El agua
sale por todos lados. Alberto Serrano citaba que
«A mediados del siglo XVIII el padre Marton
mostró su convencimiento de que en Sallent,
Cabeza del Valle de Tena, se quedó varada la
nave del diluvio universal y donde el Patriarca y
sus sucesores se aplicaron en la fundación de
pueblos y ciudades: Bubal (por Tubal), Panticosa
(Pan), Sallent (Sem)». O sea, que la cosa viene de
lejos. Más historia de andar por casa: como no
entraron nunca los árabes, en Sallent hay muchos
rubios, que recuerdan como personajes fatales
para la villa a Felipe II y Napoleón. Y a la Inquisición que hizo de las suyas en el valle, quemando brujas.
Ahora es un paraíso. Sólo hay que sentarse un rato en el mentidero, en el carasol de la
plaza, frente a la vieja ermita sin restaurar todavía, ver y escuchar a los nativos, casi todos bilingües, o a los visitantes, casi todos zaragozanos
que se quedan con la boca abierta al mirar el
diente fino de Peña Foratata y ya no la cierran de
feliz asombro en todo el día. Así aprovechan
para comer estupendamente en Socotor o cualquiera de sus muchos restaurantes. Los que se
van a la nieve, almuerzan muy bien, y ya no bajan hasta la cena que es el momento de contar
sus batallitas en la montaña. Los pequeños hoteles «con encanto» sólo dan desayuno. Los vecinos franceses pasan a pasar el día, y pasan de
comer. Sólo compran.
Sentados en el Mentidero se tiene además la
ventaja de no ver el rocódromo que afea la plaza
principal, e incluso la placita de tejadillos pirenaicos, con vocación suiza. Mucho habría que decir
de Sallent, de sus usos y costumbres, de su casas
ancestrales como la Del Reino, de sus inicios en el
turismo, del inicio fotográfico del Dr. Gota, de la
energía vital de Pirineos Sur, de su futuro esperanzador... No cabe.
Junto a la Iglesia, con sensacional retablo de
Juan Moreto y con la Virgen de las Nieves con piolet en una capilla, está la flamante Biblioteca.
Asombra la bibliografía que hay sobre Sallent y
sus cosas. Se ha editado un resumen con más de
mil publicaciones. Y les gusta mucho la letra porque convocan un famoso concurso de relatos cortos, creo que para leer en tres minutos, y Premios
de Investigación «Villa de Sallent». EL VIII premio lo ganó Alberto Martínez con una gran aportación a la historia contemporánea del esquí en
Sallent. Parece que la cosa empezó cuando el abate Ludovic Gaurier, que estudiaba los glaciares del
Pirineo, cruzó en 1905 la frontera por el Portalet y
empezó a deslizarse con sus dos tablas hasta la
«cantina» antiguo refugio de peones camineros y
de Montañeros de Aragón, para llegar después a
Sallent. Navidad de 1905. Ahí parece que comenzó el esquí en el Valle de Tena, que ha enganchado
con tanta fuerza a montañeros por su belleza y a
montañeses por su utilidad. Utilidad para desplazarse y romper su aislamiento y utilidad para
revalorizar sus montañas. Véase Formigal, monumento al ladrillo aragonés y su entorno en peligro
de «marbellización».
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Mora de Rubielos,
puerta al Mediterráneo
M
ora a una hora, dicen los valencianos y
castellonenses. Están las dos capitales
justo a 143 Km ahora ya (casi) de autopista. De Zaragoza queda a 220 Km pero la
Autovía Mudéjar en todo el trayecto (casi) la ha
acercado en el tiempo. Y si llega cansado, desde
hace bien poco, con una gran inversión, se ha inaugurado el Hotel La Trufa Negra (****), que ha
merecido la Placa al Mérito Turístico del Gobierno
de Aragón de este año.
Mora tiene una sensacional iglesia gótica,
excolegiata, Monumento Nacional, con mucho
atractivo. La reja de forja quizá sea su elemento
más valioso. La anchura de la nave – 19 m – sólo es
superada dentro del gótico hispánico por la catedral de Gerona. Y varias ermitas en su entorno: De
Loreto del XVI, de San Roque y de la Soledad del
XVII y de San Miguel y de la Dolorosa del XVIII,
aunque remozadas en el XX. O sea, un muestrario.
Y para muestrarios los que ofrecen las tiendas «oulet», tanto Adidas como Sportwell, que llevan más gente a Mora de Rubielos que el Castillo o
Colegiata. La ropa deportiva, calzado y complementos de medio Reino Valenciano (es un decir)
se compra allí. Los fines de semana impresiona el
gentio que no se cree los interesantes precios, quizá porque piensan en el «rollo embustero» que hacen en la panadería todo acaramelado por fuera,
pero casi nada dulce por dentro. Puestos así, lo que
no engaña en estas tierras son el jamón y la «conserva», lomo y longaniza en aceite. Hay varios secaderos e industrias cárnicas en Mora, que dan de
comer a mucha gente, en sentido literal y figurado.
Pero, quien quiera disfrutar en Mora de
Rubielos lo primero que tiene que ver es lo último
incorporado en la reconquista de Aragón (Alfonso
II en 1171). El castillo de Mora es tan grandioso
que enamora y merece más de una hora. El actual
castillo lo construyeron los Fernández de Heredia,
iniciado en el siglo XIV por el sanjuanista, Gran
Maestre de Rodas, Juan Fernández de Heredia.
Macizo, chato, pesado, es una montaña de piedra
pero de sillería. Grandes y anchos muros, pocas
ventanas. Planta cuadrangular (67 x 65 m) con
cuatro bajas y robustas torres y gran patio de armas
porticado en el centro, donde se celebran los Festivales de Verano que organiza la DGA. El castillo–palacio fue desde convento franciscano hasta
cuartel de la Guardia Civil, pasando por cárcel del
distrito. Por la desamortización de 1835 se hizo
bien municipal, por decreto de 1944 se hizo
Monumento Nacional. Décadas de abandono le
hicieron una ruina gigantesca. Restaurado a base
de bien en los setenta y con continuas pequeñas intervenciones vuelve a ser una gigantesca gozada.
Recientemente han comenzado las obras de restauración del ala norte, y se diluirán medio millón
de euros más. Es que es mucho castillo. Ocupa una
superficie de 4.300 m2, o sea, medio campo de fútbol y el recinto fortificado es más grande que un
campo de fútbol. El castillo de Mora es de la tipología y época de los mediterráneos de Bellver,
Perpignan, Castel Nuovo y Avignon, pero claro
está en Aragón... y no acabamos de creérnoslo.
Debía figurar en el Estatuto de Aragón la obligación de conocer y valorar nuestras glorias.
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Villanueva de Sijena,
Servet y las Hermanas de Belén
V
illanueva de Sijena es población hija de
Alfonso II y Doña Sancha. La reina quiso
fundar un monasterio femenino en los
áridos parajes esteparios de Monegros donde un
escaso manto de tomillo, romero, manzanilla y esparto cubre un paisaje ondulante, polvoriento y
solitario. Y junto al Alcanadre, que allí llaman
«Matapanizos» por lo frecuente de sus inundaciones, asentó el pueblo como complemento del vecino Monasterio de Santa Maria Reina. Lo cierto es
que a veces pueblo y Monasterio no se han llevado bien, pero eso son anécdotas.
El pueblo de Sijena, con «jota» parece más
aragonés, está a un kilómetro del cenobio y a noventa de Zaragoza, por la Sierra de Alcubierre. Una
hora que vale la pena, porque allí en 1511 nació, ya
infanzón, su más famoso hijo: Miguel Servet Conesa, alias Revés, hijo de Antón Servet, notario del
Monasterio de Sijena. Su Casa Natal, sede del Instituto de Estudios Sijenenses, no es un monumento
estático a la memoria del sabio sino un centro dinámico para potenciar el estudio y difusión de su
vida y su obra. La restauración fue inaugurada en el
2002 por don Felipe de Borbón y Grecia.
El Monasterio es Panteón Real donde están
enterrados la Reina Doña Sancha señora de
Alfonso II, su hijo Pedro II y las infantas Doña
Dulce y Doña Leonor. Aquí estuvo la sede del
Archivo de la Corona de Aragón y el monasterio
en momentos estelares llegó a albergar a tres reinas. Hoy se van haciendo mejoras lentamente en la
vieja fábrica medieval, pero falta muchísimo y la
Iglesia, los sepulcros, los claustros, están lamentablemente casi como siempre. Siempre ha sido mo-
nasterio femenino desde su fundación en 1188, habitado por Monjas Sanjuanistas y desde 1984 por
Las Monjas de Belén, de la Asunción de la Virgen,
y de San Bruno, que son una nueva familia monástica que nacieron espiritualmente en Roma, en
1950, en el seno de una peregrinación de franceses
en el día de la proclamación del Dogma de la
Asunción por el Papa Pío XII (gracias Juan Antonio). Vinieron a Sijena porque encontraron un
desierto de austera belleza que les recordaba los
desiertos de Palestina.
Son monjas jóvenes, muy espirituales pero
muy movidas. Vinieron seis, cuatro francesas y dos
españolas. Ahora son unas cuarenta y de aquí han
salido a fundar por todo el mundo: Bélgica, Austria, Israel, Estados Unidos... Hijas de San Bruno
practican vida de silencio y soledad. Así han puesto una tapia cerrando el acceso a la entrada principal de la Iglesia que frustra bastante al visitante. En
el actual recinto del monasterio es difícil dar cabida a las nuevas postulantes. Para responder al estilo de vida de esta familia contemplativa se han
edificado ermitas, donde cada hermana ora, lee y
trabaja durante 20 horas diarias, en soledad y silencio. Acogen para retiros de oración en su hospedería y venden sus trabajos artesanos de
cerámica decorada a mano.
Con tanta espiritualidad me olvidaba dar la
pista de un muy buen restaurante de Villanueva de
Sijena, la Bodega, con numerosos premios que hacen Menú y carta de Otoño, con judías oreja y morro, manitas rellenas, migas, sopa monegrina
(pan, jamón, ajo, romero...) En fin, que hay que
dar gusto al cuerpo y al alma.
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Munébrega,
tierra de obispos, vino y turismo
E
ntre Calatayud y el Monasterio de Piedra, a
mitad camino, el viajero atraviesa sosegadas tierras de viñedos, con suaves laderas, y
aprecia recortadas en el cielo, emergiendo del caserío, dos torres gemelas de ladrillo de una iglesia.
Es Munébrega. Un pueblo pequeño, no llega a 500
habitantes, pero tan peculiar que bien merece entrar a conocerlo. El bar Campeón te espera a cien
metros del desvío con una exposición en el mostrador de lo que parece el resultado de un campeonato de tapas, de tapas antiguas, de pueblo, de las
de toda la vida, sin sofisticación pero con fundamento: bacalao rebozado, pinchos de chorizo de
cabra, torreznos, fuentes de costilla y lomo en
adobo, salmueras naturales, rebozados... José Luis
y Manuela llevan 10 años dale que dale. Les encanta la gente y que su tapas encanten a la gente.
Con amor. Así, sí.
Cosas más serias. Trece obispos y un cardenal han nacido en Munébrega. Y un embajador. Y el más ilustre, el Gran Maestre de la Orden
de San Juan, Juan Fernández de Heredia, del que
va a celebrarse el VII Centenario de su nacimiento (1310) un evento que ya están preparando. En
la Iglesia Parroquial de la Asunción por empeño
del párroco D.Alfredo (Gracia) se ha montado
un museíto que exhibe los retratos al óleo de todos ellos. Además guarda siete códices de música
gregoriana del siglo XI, que son joyas, y otras jocalias, que enseñan muy orgullosos desde el Alcalde José Félix a la educadora de adultos Maria
José, o Ana Mari dueña de casa rural. Con amor.
Así, sí.
Para atender al turismo hay dos o tres casas
rurales y un encantador Hotel ubicado en un sugestivo edificio restaurado, La Casona del Solonar,
así los fines de semana se recupera el pulso y se
nota la fiesta. Por cierto, que sus fiestas de la
Virgen del Mar y de la Cuesta han sido declaradas
de interés Turístico Regional. Otro por cierto: la
devoción a la Virgen del Mar en tierras tan interiores se debe a una milagrosa salvación de gentes de
Munébrega en aguas mediterráneas y el nombre de
Virgen de la Cuesta es porque está allí, en la cuesta
de subir a la Ermita. Allí, donde está la fuente de
Bautista (debe ser San Juan Bautista) tienen una
obra hidráulica romana que sigue siendo útil. Hay
otras fuentes como la del Piojo, del Lavador y de la
Posada o de los cinco caños, cuyos nombres no
precisan paréntesis. Y como están por la labor, hasta hacen cursos de iniciación al piragüismo en tan
histórico estanque. Con ilusión. Así, sí.
Otra cosa es el vino. Tierra de buenos vinos,
hasta el punto que su tinto Alto Las Pizarras, hace
bien poco, consiguió 93/100 puntos en la cata de
una de las más prestigiosas revistas especializadas
de Estados Unidos. Los caldos son muy buenos
pero ¡ay! la comercialización asociados a Bodegas
y Viñedos del Jalón, no ha estado tan fina. Es casi
tan importante saber producir como saber vender.
El buen paño en el arca ya no se vende. Ni venden
el vino que hacen amorosamente una docena de
amigos que le han puesto etiqueta Zarandillo, porque el gentilicio popular de los munebrecenses, es
zarandillero. Me dicen que lo hacen sólo para casa
y para regalar. Veremos si es así.
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Monasterio de Veruela,
a la vera de Vera
E
l Real Monasterio de Nuestra Señora de
Veruela y el entorno moncaíno que le rodea
es de lo más granado de la provincia de
Zaragoza. A sus muchos alicientes naturales y paisajísticos se le añade un sensacional monumento
histórico artístico, el Monasterio, y al Monasterio
se le ha añadido un poderoso reclamo que es el
Museo del Vino del Campo de Borja. Y se le van a
añadir mas cosas. Lean, lean...
En 1973 abandonaron el Monasterio de
Veruela los jesuitas que lo ocupaban desde 1878.
Del abandono, lo sacó la Diputación Provincial a
pesar de que no era propietaria y sólo tenía la cesión de uso. Poco importó e invirtió. Así se invirtió la dinámica de la zona. En estos momentos ya
está redactado el Proyecto de Parador Nacional,
quizá el mayor de España con 110 habitaciones y
la DPZ está restaurando el Palacio Abacial para
que en breve haya 30 habitaciones y salones para
convenciones. Además una tradicional y activa
Escuela Taller está mejorando los aparcamientos.
La Virgen de Veruela se apareció a D. Pedro
Atarés, señor de Borja, y ahora parece que va a
aparecer, un campo de golf, varias urbanizaciones,
más restaurantes y alicientes turísticos. Por cierto
que el tradicional restaurante La Corza Blanca de
Veruela es el punto de encuentro de las degustaciones gastronómicas de la cabra moncaína, un
ambicioso proyecto de Adocrin por recuperar una
ganadería autóctona que estaba casi extinguida.
El Museo del Vino de la D.O. Campo de
Borja (17 bodegas, la última en Vera, de mi amigo
Pedro Aibar) es un ejemplo en lo que se refiere a
modernidad expositiva. Al contrario de lo que se ve
por ahí, donde no se puede tocar nada, aquí se permite meter la mano por todo. Sorprende por ser
muy interactivo. Se disfruta con el lagar virtual, sala
que tiene en el suelo granos de uva, y al pisarla se
convierte en mosto. En el minicine se proyecta una
película de dibujos animados con una protagonista
GARNACHICA que explica como se hace el vino.
Sala teatro virtual con un monje de la edad Media,
en tres dimensiones, con hábitos blancos del Cister,
que establece un diálogo con una chica moderna,
enóloga por mas señas, y hablan sobre las características saludables del consumo moderado y racional del vino. El monje dice que la Regla de San
Benito no les dejaba tomar más que una jarrica al
día para entrar en calor, y la enóloga dice que era un
pena porque va bien para el colesterol y tiene propiedades antienvejecimiento. En otra sala se mete la
mano en cajones para percibir por los dedos las
sensación que produce el vino en la boca, lengua y
paladar: aterciopelado, astringente, frío y calido. En
fin, instructivo y divertido.
Así no extraña que desde el 26 de abril de
2007 que se inauguró el Museo hayan pasado ya
35.000 personas. Y los de Vera, los vereños, encantados gozando del hermoso paseo que une
Vera y Veruela que tanto transitaron los Hermanos Bécquer. Además cuidan mucho sus casas,
y han entendido que el turismo trae riqueza y calidad de vida. A 80 Km. de Zaragoza, a un paso
tiene Vd. un paseo por la historia llena de futuro o
por un futuro lleno de historia. No sabría decirles,
pero que muy bien.
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Quinto,
en el Ebro, pero no de Ebro
E
n el valle medio del Ebro, junto al río, entre
las secas tierras monegrinas y las no menos
agostadas de la estepa belchitana, se acomoda la población de Quinto en una llanada de aluvión. Aun hay gente que le llama Quinto de Ebro,
y aunque los quintanos se sienten muy orgullosos
del padre Ebro, lo cierto es que paradójicamente
riegan 3.000 Ha de una gran balsa en la Loma del
Carnero y van escasos de agua de boca de calidad
porque el Ebro pasa antes por Zaragoza y por la
papelera. ¡Menudo regalo! Siempre se ha llamado
Quinto a secas, aunque sea húmedo, incluso con
antiguos manantiales salutíferos en un barrio que
oficialmente se llama Baños aunque todo el mundo le llame Managua. El pueblo se llama Quinto
porque fue Quinto Miliario en la vía romana. Y
Quinto decía el azulejo de la iglesia: «El día quinto
del mes quinto entro en Quinto Felipe V».
Parece que el nombre de Quinto de Ebro
empezó a usarse por los técnicos de la Dirección
General de Regiones Devastadas, cuando tras la
guerra civil se proyectó la reconstrucción del
pueblo que había quedado «mustio y triste, roto
a cañonazos, abierto en pedazos por los obuses y
bombas» según decía el Heraldo de 15 de marzo
de 1938. De la actividad de Regiones Devastadas
hasta su desaparición en 1957 ha quedado el
Ayuntamiento, 15 viviendas de «labrador medio», la iglesia parroquial, y las Escuelas, hoy
casa de cultura. La monumentalidad parece que
va con la altura. Los pueblos del llano suelen tener menos atractivos visuales que los montañosos, pero en Quinto son muy peculiares sus
Arcos de San Miguel, San Antón y San Roque,
que abrazan las calles y son ocasión de celebración vecinal en su fecha, terminando con cuchipanda, claro.
El monumento por excelencia de Quinto es
El Piquete. Emblemático, castillo en origen, iglesia
después, macizo de historia antigua y de historias
bien recientes. Muy consolidado en el corazón de
los quintanos, en cuya reconstrucción se trabaja
sin parar. Sus campanas en honor de Ntra. Sra. el
Pilar y «del Señor» según reza su bronce, anuncian
la lenta reconstrucción. No se ha detenido la historia del Piquete, y su reloj funciona simbólica y
realmente: da unas campanadas antes de las horas
para advertir que van a dar; toca también los cuartos, las medias y los tres cuartos. Arriba, desde el
recién inaugurado Mirador, se puede contemplar
el Ebro, sotos, alamedas, huertas, riberas en estado puro, sin las urbanizaciones que han salpimentado todo el entorno capitalino. Quinto queda
cerca de Zaragoza, pero de momento el frenesí actual se para en Fuentes de Ebro.
Muy interesante la procesión del día de
Santa Ana, de las más largas de Aragón, que sube
hasta el monte, pasando por el Piquete, y a la que
acuden tradicionalmente, ejemplarmente unidos,
todos los quintanos de cualquier condición y residencia. Termina también con lo que ahora se lleva, otra tradición, otra cuchipanda. Muy sensibles
en el Instituto F el C que homenajean a Teodoro
PB y a sus dibujos. Y muy fructífera la semilla que
dejó el casi quintano Jardiel Poncela, que hoy ha
alumbrado un Grupo de Teatro «Quintus Teatrae»
que cada vez lo hacen y lo pasan mejor. No hay
«quintus malus».
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Peracense,
el castillo de la gayuba
I
r y escribir de Peracense es remontarse a tiempos muy pasados, pero en cambio muy presentes. Peracense es un castillo y un hostal.
Gracias al castillo, el pueblo de Perancense pervive. Y gracias al Hostal el viajero puede ejercer de
turista. En Peracense no hay mas que 35 habitantes. Hubo momentos que Peracense desaparecía.
Algún residente ilustre empezó a alertar en estas
mismas páginas de HERALDO de lo que se perdía. Al castillo no se podía acceder mas que por
una senda de cabras. Los pocos vecinos, entonces
un centenar, hicieron huelgas y manifestaciones y
se arregló el acceso y en 1987 empezó la DGA su
restauración con mucho acierto. Ha durado años
y esto nunca se acaba, pero ya tiene otra cara. Así
lo reconocen a Esteban el guía los casi 20.000 visitantes que van cada año.
El castillo atrae mucho, porque es mucho
castillo. Peñasco con precipicios por tres lados.
Fortaleza de planta irregular, acomodada al caos
del terreno, de unos 150 m. de larga, con unos trescientos metros de murallas exteriores. Como todos
los castillos que se precien tiene difícil la entrada al
recinto y el acceso a la torre del homenaje donde
vivía el alcaide que por cierto tenía el tratamiento
de «magnífico». Después vivieron otros menos
magníficos porque se utilizó como Cárcel de la
Comunidad de Daroca. El castillo aún funcionó en
las guerras carlistas hasta 1840 y ahora funciona
como museo de sí mismo y exponiendo monedas
y antigüedades que salieron en las excavaciones.
El Hostal de Ramiro y Puri fue el eje de
aquella movida. Hoy junto con la tienda lo lleva
una amplia familia rumana de Transilvania que
están encantados porque el paisaje y el clima es
muy parecido, y porque van ampliando... Ya se
han adjudicado el bar de Alba otro pueblo cercano también con ruinas de castillo fronterizo. Hacen menú abundante y sabroso de 10 euros, y
María se ha especializado en la musaca con patatas y carne de cerdo picada. Tienen de todo: cada
semana va frutero, pescadero, y carnicero. El panadero día sí y día no. Si Vd. quiere ir desde
Zaragoza, lo mejor es por la autovía de Teruel,
hasta Villafranca del Campo, y desde allí 16 Km.
Peracense tiene otras tres carreteras de acceso:
Por Rodenas, por Ojos Negros y por Santa Eulalia
del Campo, pero como dice Puri «a cuala pior»
Se está incrementando el censo con una docena de gayuberos, esto es recolectores de gayuba,
que se llevan a Murcia en camiones para convertirla en medicamentos y exportarla. ¡Qué cosas! La
gayuba es una planta rastrera de las zonas rocosas
de regiones montañosas de clima templado. Especie perenne, llama la atención por sus diminutas
bayas de color rojo brillante que se recogen en el
otoño. Sus hojas pequeñas de primavera contienen
principios activos con numerosas propiedades
como taninos de acción astringente y glucósidos
diuréticos, destacando la arbutina, de la cual se ha
demostrado su gran eficacia antiséptica y antiinflamatoria sobre el tracto urinario. Si no hubiera habido Castillo, no habría hostal, ni pueblo, ni
podrían ir los gayuberos. Luego, también hoy los
Castillos defienden la vida en el territorio, como en
la Edad Media... pero a su manera.
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MIGUEL CABALLÚ ALBIAC / TEODORO PÉREZ BORDETAS
Castellote,
villa templaria, pero que muy actual
P
or mis recuerdos infantiles, Castellote, me
sabe a fiesta, a primerizos asombros, a descubrimientos mágicos... Castellote fue mi
primer destino turístico. Servidor vivía en Caspe,
donde desemboca el Guadalope, río de Castellote,
y era visita clásica y obligada en los años cincuenta ir a ver el Pantano que controlaba el agua del río
común. Pantano de Santolea y Castellote, era el binomio mágico de las excursiones de verano. ¡Que
tremendo castillo en ruinas entre los riscos! ¡Qué
espectacular El Llovedor! ¡Que grande el pantano!
Además, decía en su letra el Bolero de Caspe, que
lo habían traído de Castellote, donde había «cuatro
esquinas y las cuatro son de acero»...
Hoy todo ha cambiado, pero me sigue enamorando. Al castillo se puede subir por una empinada senda viendo merodear con respeto a los
atentos buitres, y disfrutando con las cabras hispánicas, que ahora hay muchas y llegan casi hasta el
mismo pueblo para divertimento de la gente. El
grandísimo castillo (130 x 50 m) estratégicamente
situado es un ejemplo de primitiva fortaleza mejorada con buenas sillerías por las Ordenes Militares
en el siglo XIII. Fue de la Orden del Santo
Redentor, la siguiente década del Temple, y las siguientes centurias de la Orden de San Juan. Se
amplió en la Guerras Carlistas con Cabrera, pero
las cosas ya se iban haciendo peor y se conserva
menos. La torre del Homenaje medieval debió ser
impresionante.
Enormes peñas rodean el singular paraje
conocido como El Llovedor, que acoge a la ermita
de la Virgen del Agua, patrona de Castellote. Sor-
prende el manantial que brota de la pared de la
roca y que aun en las peores sequías no ha dejado
de manar en forma de lluvia. Los castellotanos
acuden en romería: Los hombres lo hacen el primero de mayo y las cuadrillas tradicionalmente se
guisan judias blancas y después conejo con caracoles. Las mujeres, van aparte, en Pentecostés, y
más listas ellas, se van a comer a la fonda.
El Pantano de Santolea me parecía muy grande aun así precisamente estos días ha empezado su
recrecimiento, aunque la Huerta se riega con la
Fuente del Salz. Al otro lado, del río sé buena tinta
que se está experimentando con distintas variedades de nueces, y con la «chandler» ríase Vd. de las de
California. Siempre han sido famosos los aceites, y
quizá este invierno ya se muela en la nueva cooperativa. Y van a restaurar el acueducto y el lavadero.
Todo es bueno en Castellote para Pilar Feced que
contagia su amor e ilusión.
Ah, lo de las esquinas, parece no son de acero, sino de «alero». Porque Castellote tiene muchas esquinas en un conjunto de casas antañonas:
Planas, Pepetas, de Don José... que dan gran sabor
a su casco viejo. Precioso Ayuntamiento sobre
lonja. Encantadora fuente medieval con esculturas
góticas camino al Torreón Templario, antigua cárcel, un espacio inaugurado este año que nos sumerge en el pasado histórico. Y prehistórico,
porque es subsede Dinópolis turolense con fósiles
de bosques carboníferos y allí se ve como convivían los dinosaurios y mamíferos hace 125 millones
de años. Servidor fue a Castellote ya hace muchos
años pero ellos hace muchos más. Y ahí están.
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MIGUEL CABALLÚ ALBIAC / TEODORO PÉREZ BORDETAS
Arándiga,
feliz Navidad (con ajos)
H
ala, otra vez Navidad. Parece que fue
ayer Navidad del año pasado. Y cuánto
ha cambiado. Cambian los tiempos,
cambian los deseos, cambia poco a poco la Navidad y mucho a mucho la Sociedad. Va siendo difícil eso de «Sentir las campanas repicando en tu
corazón anunciando sus sonidos la presencia del
amor». Navidad y el frío son una buena excusa
para poder abrazar a quien queramos. O al menos,
para mandar Felicitación. Pues eso, felicidades mil
en este año que nos venden tan feliz.
Teodoro dibuja su colaboración con fondo
del Castillo de Arándiga. Y lo mío es hablar de
pueblos, como por ejemplo Arándiga, pueblo de
los ajos... Los ajos en Navidad, ni ácidos ni por
sembrar. Y es que los ajos se siembran en diciembre, y se recolectan a primeros de julio. Y si no se
conservan bien se ponen malos, cosa que no pasa
con los ajos de Arándiga porque son duros y morados y se guardan en horcas o trenzas que en
buen ambiente duran casi hasta el otro julio.
No estaría mal que cuando nos comamos
estas Navidades el ternasco asado con unas cabezas de ajos pensemos lo que hay detrás de una humilde cabeza de ajo. Elaboración todo a mano,
sembrar, escardar, destallar el centro de la mata
para que haga cabeza, arrancar, desbarbar recién
arrancados, hacer manojos de 50 cabezas para secar en la era primero, humedecer para el trenzado, volver a secar y enfardelar para la venta.
Además si sale en la mata alguno junto a otro hay
que aclarar, dejándolos a una distancia de un
«geme» (distancia entre dedo gordo y el índice
extendidos, como saben bien «los de pueblo» que
me lean). La horca de primera, 50 cabezas, se vende a 12 euros. ¿A que el cordero navideño sabe
mejor tras saber esto? El saber mejora el sabor.
¡Vaya frase que me ha salido!
Disculpen que lo habitual es hablar del dibujo, del castillo... El origen del castillo es como la
mayoría de los abundantes en la Comunidad de
Calatayud. A mediados del sigo XIV protagonizaron Pedro I de Castilla y Pedro IV de Aragón la
Guerra de los Pedros. El de Castilla llegó a conquistar casi todo este territorio de Calatayud, concretamente Arándiga en 1363. El castillo fue de los
Martínez de Luna, señores de Illueca y Morata.
Ahora es del Ayuntamiento que ha arreglado el
acceso hasta su base y va a hacer una senda–escalinata hasta sus muros que estos días se empiezan
a consolidar. Es mampostería y tapial, típicamente militar. Arrogante ruina tirando a mudéjar,
como corresponde a la zona, con precipicios por
casi todos sus lados. Desde arriba la vista es impresionante, desde Nigüella hasta la desembocadura en el Jalón de los ríos Isuela y Aranda que se
juntan a sus pies, desde hace miles de años. Pero
como todo cambia ahora el protagonista del paisaje es el AVE, que cruza todo el término hasta llegar al túnel de las Torcas y salir por Ricla.
Ricla empieza con «r» de rumanos. Bueno
será terminar deseando Tambien Feliz Navidad a
tantos nuevos aragoneses, rumanos «Sarbatori vesele», búlgaros «Tchestita Koleda», o de donde
quiera que sean. Y para los de siempre, los de casa,
a pensar en los de fuera, a mirarse hacia adentro
para ser mejores, y a disfrutar de la Navidad en
paz, familia y amistad.
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Santa Fe,
un monasterio para el 2008
E
l barrio de Santa Fe de Zaragoza es una curiosidad urbanística y una vergüenza histórica. A una docena escasa de kilómetros
del Pilar, se encuentra el testimonio de un monasterio cisterciense rodeado de urbanizaciones y
chalés, ejerciendo de isla urbana. La carretera de
acceso al núcleo es del municipio de Zaragoza,
pero su derecha pertenece a Cadrete y su izquierda a Cuarte. Los residentes de este singular entorno te hablan de que por allí viven futbolistas del
Zaragoza o Marianico el Corto, pero se quedan
callados al hablar del Monasterio. Salvo Vicente y
Rosa que viven adosados a la Muralla que rodea
todo el recinto monástico.
Qué van a decir. Del cisterciense Monasterio de Santa Fe fundado en 1341 no queda
nada. Del Monasterio de «Bernardos» construido en el siglo XVIII sobre el primitivo, los franceses en la Guerra de la Independencia con sus
balas y después los aragoneses con su indiferencia, no han dejado más que ruinas vergonzantes.
Una majestuosa iglesia «por el orden de una catedral», cerrada a cal y canto para evitar algún
accidente y una maltrecha muralla, con maltrechos cubos semiesféricos. La mayoria de los cubos y muros han sido aprovechados para hacer
casas, si bien queda algún tramo precioso como
el de la calle Mainar. Todo es propiedad privada.
La Iglesia y las casas de labradores construidas
dentro de la muralla, son de una veintena de familias. Me las han contado: «Actualmente viven
doce personas y el pintor»
Frente a la impresión casi medieval, campesina y familiar de esta curiosa comunidad del
recinto monacal, el entorno se ha poblado de casitas a ambos lados del Huerva. Son de Cuarte o
de Cadrete. Segundas y primeras residencias por
su proximidad a la capital rodean a los 12 zaragozanos que viven intramuros, en la isla. Al llegar al monasterio un gran cartel dice: «Te quedan
sólo 200 metros para tu felicidad». La felicidad se
encuentra no en las paredes del convento, sino en
las casitas que están construyendo alrededor. Y
es que son plantas bajas «con jardín privado» y
con garaje para dos coches. Un lujo tan cerca,
pero tan lejos. Me dicen que hay villas de un millón de euros.
A pesar de haber comido bien en el restaurante La Muralla, me marcho cabreado de ver que
lo histórico artístico está igual que hace diez años.
Solo progresa lo histérico urbanístico. El Monasterio de Santa Fe era la entrada a Zaragoza no solamente desde Teruel, sino también de la carretera
real de Madrid, que pasaba por Molina de Aragón
y Daroca. Allí descansaban las visitas reales, y al
Monasterio acudían las autoridades zaragozanas
para recibir a los monarcas. Ahora no acude nadie. Lo cuento para excitar la visita al Monasterio,
a ver si excitamos el celo de quien corresponda, y
se pone algún remedio a este desastre. La caballería francesa, rechazada de Zaragoza en el Sitio de
1808, ocupó y machacó el Monasterio. Ahora se
celebra el bicentenario de Los Sitios. Pues este es
un sitio pero que muy singular, que habrá que esconder de los visitantes de la EXPO. Si, excitado su
interés, se acercan hasta Santa Fe, soy optimista y
creo que me entenderán. «Maño, que torpe eres»,
me dice la señora Rosa.
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MIGUEL CABALLÚ ALBIAC / TEODORO PÉREZ BORDETAS
Lobera de Onsella,
paraíso natural en las Altas Cinco Villas
F
eliz año, amigos. Sólo a TPB se le ocurre
empezar el año dibujando Lobera de Onsella para que tenga que ir al extremo de la
provincia de Zaragoza, a 20 kilómetros de Sos del
Rey Católico. Claro que Ramón J. Sender ya cita la
villa en Solanar y Lucernario Aragonés y eso atrae
mucho. Pero realmente, si no fuera por el frío el
viaje bien vale la pena. Lobera está en el centro del
valle del río Onsella o de la Val d´Onsella, y realmente hay poca gente, pero muy maja, con una
ejemplar conciencia aragonesa aunque sólo vean
la Tele–Navarra y nada la Tele–Aragón, porque están en el límite de la foral Navarra, a media hora
de Sangüesa, población a la que van a comprar,
cotidianamente. A cobrar las pensiones van a Sos,
donde están los bancos, pero si hay algo más importante, que lo dudo, van a Pamplona o a Zaragoza, claro.
Tienen problemas de comunicación. Las
Cinco Villas es la comarca más extensa de todo
Aragón y no tiene ni un kilómetro de carretera
Nacional, ni de autovías ni de autopistas ni de ferrocarril. ¿Hasta cuando? dicen sus gentes. Y peor
esta parte de la Comarca. La carretera que va a
Longás, lugar habitual para el paseo, tiene un litigio de antiguo entre administraciones, y la una
por la otra, no la atienden. Menos mal que Isuerre,
donde hay Casas Rurales, está sólo a 4 Km y sus
campanas se oyen desde Lobera cuando tocan a
misa, igual que el jaleo de las Fiestas. En Lobera
hay una Casa Rural muy preciosa. Cerca está también Navardún con un impresionante Torreón
medieval que compró y restauró la Diputación de
Zaragoza. Hay mucha solidaridad y buen rollo entre la escasa gente del valle.
Lo mejor de Lobera, aparte de los loberanos, con lobos en su escudo y lobos en el altar de
su parroquia, es su paisaje, sus montes, más de mil
Ha de superficie forestal, sus barrancos, los pinares donde en su tiempo las setas están a montones.
Hay dos o tres pinares del pueblo con pistas para
pasear y hacer senderismo por ellos, deliciosa actividad salvo cuando hay «babada», esto es barro
que se pega a los pies al derretirse el hielo por el
sol. Y hay varias fuentes como la del Sesayo que ha
dado nombre a una Asociación Cultural que nació
para «recuperar el Rito de los Herniados, para fomentar las tradiciones y darle vida al pueblo». En
Lobera está la fuente / de donde mana el querer /
donde van las loberanas / derechicas a beber.
¿Qué es el rito de los herniados? Se preguntará a lo mejor el curioso lector. Pues mire Vd. una
tradición muy recordada. Van a la Ermita de San
Juan en romería el 24 de Junio, aunque los actos
comienzan a las doce de la noche del día 23. Hay
que contar con un niño herniado. Se rompe el
tronco de un roble, pasando el niño herniado por
la ruptura del árbol a la vez que se dice «Tómalo,
Juan; dámelo Pedro, herniado te lo doy, sano te lo
devuelvo». Estas palabras se repiten tres veces, pasando al niño de un lado al otro. Una vez restañado el corte del árbol, si no se seca curará el
herniado. Jacinta me cuenta que hace muchos
años conocían en el pueblo casos en que funcionó
el pase por el roble chaparro. Por eso, ahora, de la
tradición, pase lo que pase, no pasan.
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Caspe,
compromiso con el futuro
Y
a hemos dicho adiós definitivo a las
Navidades y al 2007. Es hora de olvidar lo
entrañable, lo almibarado y pasar del rosa,
al multicolor panorama que nos trae la vida para
el 2008. En Caspe parece que los vientos soplan
bien, por la popa, para avanzar rápido. Terminó el
año con anuncios de urbanizaciones gigantes,
nuevo camping, industria que Konecta con todos,
apartotel, y en el horizonte todavía un montón de
grúas de la construcción rompiendo el cielo. Y
además, visto a «gran escala», Caspe es «el oasis»
de los Monegros, que no se olvide.
Un pasado de grandeza suele ser una pesada losa para los pueblos. Por ejemplo hay gente
poco positiva que se empeña en decir lo bueno
que era lo pasado, como si no hubiera tontos entonces (quedan ellos para demostrar lo contrario).
Lo bueno es el presente. Caspe, no va tan deprisa
como quisiéramos, pero va marchando. De Caspe
no puedo escribir imparcialmente porque aquí
nací, jugué, aprendí a leer, a trabajar y a querer. Y
eso marca. Y le estoy agradecido. No obstante,
creo que Caspe no es conocido bien, porque se le
ve un pueblo grande, con funesta tendencia a la
apatía, y sin garbo rompedor. Quizá no ha tenido
la suficiente capacidad para prosperar aglutinando la Comarca, una zona difícil, de grandes pueblos, con fuerte personalidad y poco homogénea.
Pero tengo la impresión que esto va camino de
cambiar. Creo que no se conoce bien el potencial
humano, económico, social y cultural de Caspe.
En Caspe hay de todo un poco, si bien de nada
mucho. Está en el Meridiano Cero, símbolo de
equilibrio universal.
En este singular año 2008, grandes eventos
se preparan. La Colegiata cumple cien años como
Monumento Nacional. Parece que por fin va a acometerse una restauración por partes pero amplia, y
que se está gestando una gran exposición para reconocer su arte y comprender su historia. Tras un
cuarto de siglo de gestiones al fin se van a inaugurar los modernosos Juzgados que el Ministerio de
Justicia ha construido en el cambio de rasante, tímidamente resuelto, de la Avenida de Chiprana.
Este año se inaugurará un gran recinto ferial que
consolidará Expo–Caspe, tras Expo–Zaragoza, y
que será solar de otras ferias monográficas y salones especializados. Parece que se pondrá la primer
piedra en el Museo de la Pesca, junto al puerto deportivo del Poblado El Dique, y quizá la segunda
del Museo del Compromiso. Recuerdo que la primera fue en 1912, quinto centenario del acontecimiento que apellida la ciudad.
Algunos piensan que se pondrán también
la tercera, la cuarta y varias más del nuevo Polígono Industrial. Y quizá se remate la Residencia
de Tercera Edad, que se inició hace bastantes
años, cuando eran jóvenes los posibles residentes
de hoy. Servidor está convencido que La Comarca, como organismo, encontrará el rumbo y la
sede adecuada. Que se terminará por fin el arreglo de la Nacional 211 hasta Mequinenza, y el de
las carreteras de Maella a Fabara y a Mazaleón,
porque los catalanes ya están terminando la de
Maella a Batea. En fin que el 2008 puede ser un
año para recordar y celebrar. O sea que el presente es un esperanzador suma y sigue. Hay que
echarle ilusión colectiva.
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Veracruz,
Obarra, santuario condal ribagorzano
E
sto de situar Veracruz en el mapa es un lío
porque, como suele pasar, el efecto de la
despoblación en alto Aragón ha obligado a
los municipios a fusionarse y formar unidades administrativas comunes... y aún así. El Monasterio
de Obarra pertenece al municipio de Veracruz,
nombre de nuevo cuño sin antecedentes históricos que según me cuentan fue invento de un funcionario ya en 1966 para evitar protagonismos al
fusionarse Beranuy y Calvera. En el monasterio
hay varios mapas de Huesca, Ribagorza Histórica
y en uno de Aragón de Rafael Margalé donde se
aclara que el término territorial de Obarra era
Calvera. Hoy es Veracruz, municipio formado por
Beranuy que ejerce la capitalidad (25 habitantes),
y las pedanías de Ballabriga, Biescas de Obarra,
Calvera, Las Herrerías, Moréns y Pardinella.
Todos juntos no llegan al centenar de habitantes.
Mucha letra pero pocos números. Pero todo muy
bonito y atractivo. Ideal para visitar al mismo
tiempo que Roda, y así se recorre el valle del Isábena que, con el Ésera y el Noguera Ribagorzana,
son los tres ríos que recorren de Norte a Sur la
Ribagorza, la comarca más extensa de las pirenaicas. Me gustan los ríos que ejercen de ejes vertebradores y abrazan el rumor de sus aguas con
varios puentes medievales.
El Monasterio de Obarra, declarado Bien de
Interés Cultural ya en 1931, se localiza yendo desde Graus camino del cielo pirenaico. Es el punto
kilométrico 40,3 de la carretera A–1605 y es un
punto obligado para disfrutar de románico y naturaleza. A mil metros de altitud, al pie de las ro-
cas escabrosas de La Croqueta, y a la cabeza de las
iglesias restauradas. Lo fue en el año 1978 por el
arquitecto Pons Sorolla, autor también de un
puente de acceso hecho para impedir el fácil acceso... de vehículos al recinto. El conjunto es excepcional: Antiguo cenobio y palacio abacial que
apenas se tiene en pie, iglesia principal de planta
basilical, de 25 m y tres naves, aunque hace un par
de años la DGA tuvo que restaurar la nave Norte
porque se hundía y ya se había desplazado 20 cm.
de la principal. También hay una primorosa ermita románica para acogimiento de peregrinos aunque cada vez hay más destrozos y desmanes, al
estar tan escondido y apartado del mundo. Lo ideal es ir en grupo y gozar de la explicación de D.
Laureano, párroco de Beranuy que está en Obarra
«siempre que no prime otra cosa» con quien hay
que contactar para ir a verlo. Menos mal que se
han puesto unos paneles explicativos muy completos en el aparcamiento de la carretera y en la
plaza o pradera del recinto.
En todo el municipio sólo hay un Restaurante, que se llama Obarra, claro, pero le llaman «La
Cuadreta» situado en Herrerías de Calvera, donde
hacen buenas carnes a la brasa, y tienen setas del entorno. Este año como no ha llovido no ha habido ni
una. La fiesta grande es para el 15 de agosto, en honor de la Asunción, aunque la patrona es Santa
Eulalia. El 20 de Enero, San Sebastián, celebraban la
llamada «fiesta pequeña» de Beranuy. Me recuerdan
que era tradicional la misa, comer bien y baile, pero
ahora aún es más pequeña todavía porque no hacen
nada de nada. ¡Están tan pocos!
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Torralba de Ribota,
una iglesia con acuitardo
T
orralba está a diez kilómetros de Calatayud, próxima al río Ribota, que rinde sus
aguas al Jalón discurriendo casi en paralelo con el Manubles. Los pueblos de ambos valles
son de obligada visita para quien quiera gozar del
mudéjar aragonés. Uno, que es experto en no serlo de nada, se atreve a decir que tanto la ruta del
Ribota, como la del Manubles son dos recursos
turísticos de primera magnitud que han de convertirse en «productos» turísticos, por su innegable atractivo al que sólo falta, para ponerlo en
valor, terminar las restauraciones y ofrecer servicios de calidad a los viajeros.
En el punto más alto de Torralba estaba el
castillo, murallas y la iglesia. Se instalaron allí porque había nivel freático y un acuífero–acuitardo
para suministrarles agua bajo el suelo. La guerra
de los Pedros en el siglo XIV y hasta los franceses
en 1808 que por allí estuvieron se encargaron de
que solo quedase la iglesia, pero ¡qué iglesia! y el
acuífero, pero ¡vaya acuífero!
El acuífero–acuitardo es un fenómeno que
se produce en determinadas cavidades que manan agua gota a gota. El término acuitardo hace
referencia a las formaciones geológicas semipermeables que, conteniendo apreciables cantidades
de agua, la transmiten muy lentamente. En los
acuitardos no se pueden normalmente emplazar
captaciones importantes, pero ahí está el agua
constantemente, en este caso en el subsuelo de la
iglesia. Según me explica el prestigioso arquitecto restaurador del monumento D. Joaquín Soro,
ya se cuenta en un libro de principios del siglo
pasado que los esqueletos de los sacerdotes enterrados en la cripta flotaban en el agua.
En la iglesia de Torralba, que tiene unos
400 m2 llama la atención la exquisita proporción de
todas su medidas así como el mudéjar como pervivencia de la cultura y el arte musulmán bajo la dominación cristiana, de lo mejorcito de Aragón, y su
contemplación es una lección magistral sobre el
mudéjar y su importancia en la zona bilbilitana, derivada de la infausta guerra de los Pedros que destruyó las iglesias anteriores pero nos dejó otras
maravillosas como Aniñon o Cervera. En la de San
Felix de Torralba asombra la belleza de esgrafiados
de su mudéjar interior, y asombra más lo ajado y dejado que está el sensacional artesonado del coro.
Por eso se comprende el desasosiego del Párroco,
D. Ángel, cuando reclama más ayudas para terminar
la restauración de esta joya Patrimonio de la Humanidad. Las humedades (y el acuitardo) siguen siendo
problema. Este año les han concedido 30.000 euros
que solo les da para hacer una zanja, ventilar un
poco los cimientos y poner barrera antihumedad.
En una estrella del alfarje se encontró la
Shahada, profesión de fe islámica de su autor, declaración de fe en un único Dios (Allah en árabe)
y en la profecía de Mahoma. «No hay más dios que
Alá y Mahoma es su profeta», fórmula que es
como resumen del Corán que viene directamente
de Allah y de la Sunna que es la enseñanza del
Profeta. Cristianos, musulmanes, mudéjares del
siglo XIV nos dejaron esta joya en Torralba, pero
seremos bárbaros y zulúes (con perdón) si no la
disfrutamos... y conservamos.
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Bujaraloz,
Las Vegas de Bujaraloz
N
o hay río, ni hay vegas, pero dicen que las
habrá. ¡Que lejos va a quedar aquel
Bujaraloz que era sinónimo de sed! De
sed y cereal, balsas y pozos, sitio de paso, perla de
los Monegros... La escala (gran) de percepción parece que va a cambiar y de la sed vamos a pasar a
la hartura, del cereal al golf, de las balsas para subsistir a lagos para soñar, y en lugar de pasar de largo, millones de gentes felices van a poner por
aquellos andurriales su punto de destino, Eso si,
seguirá siendo perla de los Monegros, aunque en
la Comarca mande Sariñena y en lo económico
Castejón o vaya Vd,. a saber quien, que en estas
cosas de gran escala nunca sabe uno quien dirige
el cotarro. La balsa «buena» esta seca, pero ya hay
depuradora de residuales que inauguró la Ministra hace bien poco. Y siguen recordando cuando llegó el agua de boca, del Canal de Monegros,
en tiempos de Hipólito G. de la Roces y en algún
bar, al pedir un vaso de agua algunos dicen «dame
un hipólito». Somarda aragonesa. Más de lo mismo, al repartidor de agua y gaseosas le llaman «El
Seco».
¡Que lejos aquella campaña del SIPA entidad centenaria de aragonesismo ejerciente y contagioso, que tituló «Aragón tiene sed»! Al tanto,
que no han desaparecido del todo los nubarrones
trasvasistas. Bujaraloz es un mar de cereal por
donde navegan decenas de naves... de pollos y cerdos. Las naves están varadas, paradas, pero el pueblo no para porque un rosario de camiones
atraviesan la villa sin solución de continuidad, y
con mucho peligro, gracias a la vergüenza que supone el que no se haya construido Autovía de
Alfajarin a Fraga. Mira si podían parar a ver la
nave capitana ocupada todo el año, no solo para
Navidad, por el Belén monumental del amigo Flor
de Lis. Es una curiosidad, como lo es que aquí naciera y viviera aquel extraordinario navegante
Martín Cortés, maestro de navegantes quien,
acostumbrado a los Monegros, orientarse en la
mar se le hacía la mar de fácil. La mar de majo, él.
Mi amigo Armando me ha regalado unas
pastas de sartén sensacionales, rosetas que aquí
llaman moldes y se hacen para las Fiestas de San
Agustín. Estéticas, gustosas, artísticas, crujientes y
sabrosas. Un gozo. La muy activa Asociación de
Amas de Casa convoca concursos para Fiestas,
promociona los Empanadones de cabello de Ángel, antes de carne de membrillo y ahora de crema
pastelera, los bizcochos, magdalenas, longanizas...
Por supuesto el ternasco es de diez y en el polígono hay secadero de jamón. Recuerdo entrañablemente su austera gastronomía que tanto gustaba
citar a D. Antonio Beltrán, hoy morador ilustre de
su cementerio, ubicado frente a las ruinas de su
molino de aspas, que si se restaura será sorpresa y
alegría visual de la llanada.
Bujaraloz acaba de cumplir 800 años, como
ha ratificado J. M. Arcal, al publicar el documento
de donación de Bujaraloz por parte del Rey
Pedro II a la Orden de San Jorge de Alfama en
mayo de 1205. Allí se decía Borjaraloz, pero es detalle nimio porque no menos de una docena de
nombres similares ha tenido la villa a lo largo de
ocho siglos. Y falta el que se le pondrá ahora, con
la misma socarronería aragonesa de siempre: Las
Vegas de Bujaraloz.
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Borja,
el barrio de la Morería
T
eodoro se va de barrios. Se fue a Borja al antiguo barrio de los moriscos, quizá influenciado por lo que estamos viendo en muchos
pueblos, que los cascos antiguos, morerías y juderías, están tomando protagonismo ante esta nueva reconquista de la Reconquista. Aumenta el censo, la
ocupación y la preocupación. En Borja ya casi rozan
los seis mil habitantes.
Voy a Borja con mucho gusto porque es para
mi un referente en lo referido a interés cultural. El
Centro de Estudios, que cumple cuarenta años, ha
sido y es faro que ilumina otras asociaciones culturales. Inició su andadura con una pequeña exposición, precisamente en mayo del sesenta y ocho. Otra
revolución cultural. En Paris levantaron adoquines,
y en Borja yacimientos prehistóricos. Buena parte
de la historia del Centro está unida a la investigación
Arqueológica, y de ahí que hoy, gracias a Manuel
Gracia, Isidro Aguilera, Manuel Jiménez y otros,
puedan verse sus colecciones en el Museo Arqueológico en la antigua iglesia de San Miguel. Por cierto que esta iglesia fue silo del Servicio Nacional del
Trigo y estuvo a punto de demolerse. Hoy es Patrimonio de la Humanidad... gracias principalmente a
la labor del Centro, como puede suponer el lector
inteligente. Una gente que igual monta unas Jornadas sobre Patrimonio que un Curso de
Iconografía y Arte Religioso; celebran el V Centenario del fallecimiento de Cesar Borgia y a los pocos
días el III Centenario de la muerte de la Condesa de
Castellflorit emparentada con San Francisco... de
Borja, claro, o reúnen al Comité Internacional de
Historia de la Náutica y de la Hidrografía. ¡Señor!
Ya me han contagiado el entusiasmo. Y yo tenía que hablar de la morería, un barrio que comenzaba en la calle de San Juan, delimitado por otras
tres, Mezquita, Pruno y Calvo, que conservan integro el trazado original. Se creó tras la reconquista
de la ciudad en 1119, cuando a los musulmanes se
les dio un plazo para evacuarla. Y allí estuvieron los
moriscos hasta 1610 que llegó la expulsión.. Aún se
conserva y es poco sabido, la galería subterránea
que llevaba agua a la mezquita desde el río Surban
que es el que circunda la ciudad.
Tienen suerte en Borja porque atienden la
cultura elitista y la popular. Acaban de editar un
libro sobre Gastronomía del Huecha (M.P.Garde)
y uno se lo pasa en grande leyendo lo de las
Tordas de Borja, o las recetas de sus dulces, los
pericones, los pastelillos de la Inmaculada de
Doña María, o los quimbos: Don Rufino, el médico, se fue a vivir a Montevideo. Se casó con una
joven uruguaya muy adinerada y todos los años
venían a pasar seis meses a Borja con sus criados
y cocineras. Y dejaron para la Ciudad su receta: 6
yemas de huevo y una clara, azúcar y agua para el
almíbar y buena mano.
A finales del siglo XV Juan II concedió licencia a un musulmán para construir adosada a la
muralla una torre fuerte de piedra, sorprendente,
que no es la casa natal de Juan de Coloma, como
se decía. Es el Torreón de los Ben Amir, a la entrada de la muralla, donde se está instalando un hotel con encanto. A lo mejor sirven Quimbos, y se
mezclará la cultura musulmana con la uruguaya.
Y toda ella será borjana.
Aragón escrito y dibujado
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MIGUEL CABALLÚ ALBIAC / TEODORO PÉREZ BORDETAS
Godojos,
un uno en el paisaje
Q
uien no respeta y protege el pasado no
puede construir buen futuro, es frase del
noble italiano Torello Monsagrati que
está a punto de terminar las obras de restauración
y rehabilitación del Torreón de Godojos. Una
magnifica torre que parece un uno en el paisaje.
Nomber one. Torre vertical, airosa, robusta y prepotente. En un altozano, en la cumbre del pueblo
al que encumbra con su sola presencia. Un pueblo
particular, con una torre dos veces particular, porque es de piedra bien trabajada y no hay piedra similar en los alrededores y porque era de un
particular zaragozano, hasta que llegó un barón
del Norte de Italia, médico en Bolzano, que se enamoró del bellísimo monumento. Cual César del
arte, aprovechando que con el euro ya no había
fronteras, vino, violo y comprolo.
Hace unos años Godojos tenía el Castillo y
a sus pies un millón de cepas. La Comunidad
Europea también vino y ya no hay vino. Quedan
sólo 200.000 cepas, y sólo quedan unos cincuenta
habitantes. Desde Europa se pago por arrancar la
viña, y gratis se arrancó también la población. A
este paso dentro de unos años quedará sólo el
Castillo. Pero vale la pena. Un castillo árabe, del
que subsiste el segundo recinto y la torre de los
Señores construidos por los Heredias. Destaca el
remate del torreón, con delicadas almenas y suaves matacanes, como si fueran para adornar más
que para guerrear. Los canes son los salientes... y
se llaman matacanes cuando se redondean para
hacer bonito y hacer pupa desde allí al enemigo.
Se les tiraba aceite y agua hirviendo, piedras y
otras cosillas medievales. Estas Navidades ha estado el barón, y me dicen que llega cuando menos te
le esperas y que toda la restauración ha salido de
su bolsillo, sin subvención alguna.
De Italia puede ser difícil llegar, pero
Godojos está muy bien situado. A 4 Km. de Alhama
de Aragón, a l4 del Monasterio de Piedra, con carretera buena. A 35 Km. de Calatayud. Hasta el breve tramo de acceso al pueblo está ya subastado para
arreglarlo. Un exiguo bar, que mi amigo Armando
decía que era la Catedral de Guiñote por la sabiduría de los jugadores locales, está a punto de ser trasladado a otro edificio nuevo para convertirse en
club social que es lo que ahora se lleva. Pero no hay
horno, desde que se fue el panadero hace 30 años
por dificultades de convivencia con el pueblo.
Pueblo pequeño, infierno grande, ya se sabe. Ahora
va el panadero de Ibdes, y la médica un día sin otro,
el practicante el martes, y los medicamentos se los
llevan a casa. La tienda la quitaron y la tendencia
actual es ir a comprar a Calatayud.
Digo el dicho que me dicen: el pan con ojos,
el queso sin ojos, y el vino de Godojos. Y echamos
un trago. Pero es mal trago ver estos hermosos
pueblos con Torre de los Señores, que se quedan
sin vasallos. Pero no todo se ve gris: en verano y en
fiestas que hábilmente han pasado al primer fin de
semana de agosto se llenan todas las casas, y
Agustín el de la bodega, tiene 94 años y aún sigue
conduciendo. El Barón de Monsagratti parece que
está contento y la ermita de la salida del pueblo
esta dedicada a la Virgen de la Esperanza, que falta hace. Así que tutti contenti.
Aragón escrito y dibujado
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MIGUEL CABALLÚ ALBIAC / TEODORO PÉREZ BORDETAS
Pedrola,
sobre ruedas y con altos vuelos
V
uela alto Pedrola. En la Agencia Espacial
Europea de Ámsterdam hay un astronauta, y mire Vd. por donde, es de Pedrola.
Es sustituto de Pedro Duque para los vuelos espaciales. A especiales acontecimientos y duques ya
están acostumbrados porque el Ducado de
Villahermosa tiene aquí desde hace más de cinco
siglos su Casa–palacio; recuerdan el entierro del
último Duque o la boda de su hijo el Duque de la
Palata, y aquí tienen un magnifico archivo que
con su personal esfuerzo mantiene la actual esposa del Duque de Luna, Isabel Olazábal, admirable
depositaria de la historia de la Casa.
Le pregunto a un amigo, pedrolero de pro,
alguna novedad sobre su pueblo y me contesta que
tienen un cura colombiano. Algo más habrá, le inquiero. Bueno, me dice, pues que Pedrola es de lo
mejor de Aragón. Tiene razón... Rebosa el
Polígono industrial del Pradillo y el de la Ermita,
(donde dicen que se veían Primo de Rivera con la
Duquesa). La economía bulle no solo por la Opel,
porque hay empresas variadas como la que trae
diariamente aviones llenos de pescado de Sudáfrica y otros mundos para distribuir en bandejitas
en los mercados nacionales, o como media docena de empresas de transportes por carretera que
pasean el nombre de la villa por carreteras nacionales e internacionales. Lo dicho, altos vuelos, y
todo sobre ruedas.
Mucha industria, pero se mantienen las tradiciones. En la Calle del Campo se celebró hace
bien poco San Sebastián, con mayordomo, hoguera, banda de música, vacas y roscón, que no es re-
dondo, sino como lazo. «Que buenos dientes tiene
San Sebastián», dicen, porque el roscón del santo,
es más duro que la cabeza de... (ponga aquí el lector
el nombre de quien está pensando, que eso reconforta mucho). Las vacas en estos pueblos de la ribera son plato fuerte y no solo en la mesa. Sin vaca ni
vacación, no habría fiesta. Son festeros, pero muy
trabajadores. El crecimiento de la villa es evidente.
Ya se han unido los dos núcleos de población tradicionales: el Cabezo y el pueblo. Su término municipal es de los más amplios de la Comarca. Territorio
petrolero es algo de superficie de la GM y también
uno de los lados de una calle en el vecino núcleo de
Oitura (el resto es Bárboles), por tanto los mozos de
ese lado quintaban en Pedrola. Otra curiosidad: el
Ebro pasa cerca y acaricia la villa, pero los riegos
son todos exclusivamente del Canal que es
Imperial, y llega a través de dos acequias, que son
Reales: la Real Acequia de Luceni y la Real Acequia
de Pedrola. Alto vuelos, lo dicho.
Tienen el «castillo» más moderno de Aragón,
Bonavía, pero para regar siguen con los usos más
tradicionales. Los adores o turnos de riego, se establecen en una ceremonia campera entrañable llamada «el trallo». Todos los años en primavera,
antes del «partidero» de Almisen, ante el notario de
Alagón, se echan a la acequia unos «fajicos» de
hierbas que se encaminan, como Dios o la corriente les da a entender en beneficio de una u otra comunidad de regantes. Al final llegan al Trallo, un
tablón cruzado que los frena. Según los fajos que
salten por encima, Pedrola tendrá mas o menos
días de riego. Estas cosas también reconfortan.
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MIGUEL CABALLÚ ALBIAC / TEODORO PÉREZ BORDETAS
San Juan de Busa,
nave varada en verde prado
S
i el viajero busca sosiego para el espíritu y
gozar de una obra excepcional que se hace
gigante por su propia humildad, no dude en
llegar hasta la Ermita de San Juan de Busa, junto a
Lárrede, margen izquierda del Gállego, cerca de
Sabiñánigo, al norte de Huesca, al sur del Pirineo.
Frente a la ermita, pisando el manto verde de su
alfombrado entorno, uno se pregunta ¿cómo es
posible hacer un edificio tan armonioso, tan sugestivo? Cómo algo tan pequeño resulta tan gigantesco. Debió ser la iglesia de un poblado
desaparecido. Habría que excavar, aunque casi da
pena destruir la belleza del entorno, aunque sea
provisionalmente buscando compañía a San Juan
de Busa. ¡Está tan bonita ella sola! Parece que se
construyó en el año 1060 y fue reconstruida y reinaugurada en 1977 gracias a la nunca suficientemente agradecida actividad de la Asociación
Amigos del Serrablo.
El dibujo dice casi todo. El estilo constructivo es el típico del románico del Gállego: Iglesia de
piedra, de una sola nave, rematada en ábside de
tambor y en este caso particularmente atractiva
por terminar su tejado a dos aguas con un cierre
sobre el ábside en forma de quilla. Se suele llamar
nave al espacio que delimitado por muros o columnas se extiende a lo largo de una iglesia, seguramente por la forma de cierre de su parte superior
que parece el casco de un barco hacia abajo. En
este caso la nave tiene hasta quilla. Y aún así no se
aleja, permanece varada en su verde prado.
El armonioso edificio tiene más valores añadidos a los ya clásicos baquetones cilindricos y ar-
quitos ciegos típicos del Serrablo. Por ejemplo en el
hastial occidental hay una singular ventanita rehundida de tres vanos, con arcos de herradura sobre fustes cilíndricos. Los Amigos del Serrablo la
tomaron como seña de identidad, logo, emblema
de su actividad y del mozarabismo del Gállego. Y
otra cosa muy curiosa: en la puerta de entrada, enmarcada en un alfiz (otra característica de las iglesias del Serrablo), luce en la parte superior una
decoración rarísima como palmetas labradas en la
piedra que algunos han considerado que, en caracteres cúficos, es una prueba de fe musulmana «No
hay más Dios que Alá y Mahoma su profeta».
Curiosa manifestación en un territorio medieval
tan cristiano.
Sigue siendo curioso el libro de visitas que
inició un peregrino en el 2006 y ha seguido mimando Javier Garcés, donde los viajeros destilan
sus emociones... «nunca había visto nada tan bello»
«nos vamos con el alma hinchada de paz y felicidad», «la sencillez y la belleza de este lugar transportan al cielo» «armonía con el paisaje», «unidad
con la naturaleza» «preciosa joya» «une petite mervielle» «¡qué gozo!»... y así hasta tres tomos. ¿Es posible que haya escrito casi tres mil caracteres sin
rendir homenaje a Julio Gavín, fundador y presidente de los Amigos del Serrablo a quien debemos
esta reconstrucción? No me lo puedo perdonar. Iré
otra vez más a San Juan de Busa en peregrinación
para recordarle con afecto, agradecimiento y asombro, cosa que recomiendo a Uds. muy vivamente.
Es una visita al siglo XI, que en el XXI, para gente
sensible, resulta de obligado cumplimiento.
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MIGUEL CABALLÚ ALBIAC / TEODORO PÉREZ BORDETAS
Calatayud,
a cualquier hora
E
l siglo pasado escribí algo así como que
Calatayud era Ciudad acastillada pero no
encastillada, con murallas pero no amurallada, con puertas, pero siempre abiertas. Hoy
nuevo siglo, nuevo milenio, hay un nuevo
Calatayud que supera cuanto dijera. Decía que era
el mayor pueblo de Aragón, con nivel de vida capitalino. Hoy es una ciudad capital con las muchas
ventajas de la vida rural. Decía que tenía vocación
europea porque hasta sus bares se llamaban
Roma, Milán, Lisboa o Munich. Hoy es Europa
por derecho propio y equiparable a cualquier ciudad media de aquellas centroeuropeas que entonces envidiábamos. Calatayud se ha incorporado a
la modernidad, pero sigue entrañado a su historia
y su tradición con fuertes raíces, que le hacen florecer no sólo en primavera.
Cuatro siglos estuvieron los musulmanes
mandando oficialmente en Calatayud hasta que
Alfonso I en 1120 dijo que vale ya. Si levantara la
cabeza... La cultura islámica aún perdura en el recuerdo, en el campo, en la arquitectura, en las costumbres, en los cinco castillos. Polvo petrificado,
ruina pálida, severo testimonio de lejanas historias que constituyen el recinto defensivo islámico
más antiguo de España. Calatayud siempre ha
sido importante por su situación estratégica y por
su gente. Por ser «puerto seco por su gran comercio» (Se dice, aunque tengo para mí que no está
confirmado, que Colón encontró en América a un
bilbilitano vendiendo mantas). El espíritu emprendedor continúa y se ha contagiado a los nuevos bilbilitanos. Creo que muchos de sus más de
20.000 habitantes son «bilbirumanos». Hasta hay
una Antena de la Cámara de Comercio para ayudar a emprendedores. Calatayud es acogedora. Su
Jalón acoge al Jiloca, al Perejiles y al Ribota. Su
Mesón de la Dolores acoge y sorprende gratamente. Su UNED acoge sabia y amorosamente. Y la industria y los servicios pegan fuerte en los
polígonos. Y la autovía y el AVE le acercan al
mundo. Solo falta conseguir las tarifas reducidas.
Fue provincia y casi obispado. Siempre ha
presumido con toda razón de grandes poetas, fotógrafos, músicos, médicos, periodistas... Medios
de información serios pregonan en la ciudad, y
productos industriales y tecnológicos variados,
además de los tradicionales bizcochos y adoquines, pregonan la ciudad fuera. Y es que tiene de
todo: Desde peña taurina hasta Museos, escuelas
de jota, Banda de Música, Corales... Suena mucho
Calatayud.
Y no paran con el turismo. Las Alfonsadas
es una fiesta medieval que en mayo llegará hasta
el conjunto fortificado para llamar la atención
sobre la necesidad de restaurarlo. Además se representarán en más calles que en ediciones anteriores y triplicarán las jaimas instaladas. Urge ya
declararla Fiesta de Interés Turístico. En Fitur,
Calatayud sorprendió con un stand que al lamín
de las frutas de Aragón siempre estaba lleno. Por
cierto que este año también es el Bicentenario de
las frutas de Micheto (1808 pone en los envoltorios). Bartolomé Joly en su viaje por España en
1603 cuenta que en Calatayud tenían la costumbre de regalar a los visitantes frutas confitadas...
Cuatro siglos después, el mejor regalo es ir a visitarla... A cualquier hora.
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MIGUEL CABALLÚ ALBIAC / TEODORO PÉREZ BORDETAS
Teruel,
ejemplo de amor, al futuro
A
mi Teruel me pone. Hace unos años, me
encantaba por su extrema humildad, austera supervivencia y dignidad frente a su
«hermana» rica, Zaragoza, la harta. Ahora siempre que voy, me entusiasma ver como progresa,
cuantas cosas viejas son nuevas y cuantas cosas
nuevas te hacen viejo al reencontrarte con el nuevo Teruel. Antes me cautivaban sus silencios, parecía que allí nada tenía prisa. Ahora me alegra su
pasión vital, sus ganas de superación, su empuje,
sus deseos de generar emociones y traspasar las
murallas...
Las murallas... Por cierto, que entre tantas
emociones cuando se va a Teruel pasa casi desapercibida la muralla y según cuenta J. Ibáñez en la última Revista ARAGON del SIPA la muralla es mucho
más que unos vetustos muros. Al fin y al cabo ya lo
decía Hartzenbuch en la Leyenda de los Amantes:
«muros que entre horrores / de atroz guerra levantados / fueron con sangre amasados / de sus fuertes
pobladores». Nacida por deseo de su conquistador
Alfonso II fue el principal bastión aragonés frente a
los sarracenos durante siete décadas, y su historia
está llena, según conviniese, de olvidos, destrucciones (castellanos o carlistas) y reconstrucciones (Pedro IV y Fernández de Heredia). Últimamente hubo
varias destrucciones y vergonzosos episodios por
eso del urbanismo. Obstáculo al desarrollo, se decía.
Por fin se han dado cuenta que las murallas siguen
defendiendo la vida de los turolenses, ahora no repeliendo huestes guerreras, sino atrayendo turistas
en pie de paz.
Los turistas... ¡Cómo se está incorporando
Teruel al turismo! Por ejemplo, vaya eco y propor-
ciones que está adquiriendo la Fiesta de Los
Amantes. El «efecto amantes» ha contagiado a
toda la ciudad. En los inicios, el CIT llevó la medalla de oro hasta el Japón y la introdujo en el palacio de Buckingham, amen de entregarla a
investigadores, famosos artistas y a cientos de matrimonios de todas las comunidades de España.
Eso es hacer imagen de Teruel. Después, Raquel
Esteban y muchos más, han conseguido incorporar al pueblo, a la gente, en su interesante proyecto «Las Bodas de Isabel de Segura» que han
colgado en la red para divulgarlo por todo el mundo. Y la Fundación Amantes ha dignificado los espacios alusivos contando con artistas como Juan
de Ávalos, Alejandro Cañada o el pintor Jorge
Gay, recientemente nombrado Académico de San
Luis. Un ejemplo para navegantes en esta áspera
tierra aragonesa: Las tres entidades citadas, Administraciones públicas, instituciones, peñas, gentes,
etc. todos van en la misma dirección para promocionar Teruel. Esta extraordinaria comunión de
todos constituye una lección de cómo aunar el patrimonio histórico con la promoción turística, en
clave festiva.
No me extraña que estén ilusionados con el
Museo Nacional de Etnografía anunciado por el
presidente del Gobierno en su reciente viaje, con la
compra de una casa para ampliar el actual Museo,
con la Autovía Mudéjar ya terminada, con la Vía
Perimetral en marcha, o que vuelen alto pensando
en aeropuerto para el 2010 o que la pastelería
Muñoz haya presentado el mes pasado su nuevo
dulce amantista, los «besos de los Amantes». Teruel
sabe a beso. Eso, te pone.
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MIGUEL CABALLÚ ALBIAC / TEODORO PÉREZ BORDETAS
Abizanda,
portal del Sobrarbe, sin peaje
A
bizanda enamora desde el propio nombre
tan árabe y tan sonoro. Es un pueblo amarrado al pie de una espectacular fortaleza
medieval. No llegan al centenar de habitantes, y
pasa un poco del centenar si contamos los de varios núcleos urbanos que pertenecen al municipio:
Escanilla, Lamata, Ligüerre y Mesón de Cinca.
Todo el pueblo es plaza y castillo, que así llaman a
la torre. Los franceses dirían Donjón, que son más
finos. Y a la plaza le dicen de Don Domingo Muniente que fue un catalán que regaló el cemento
para cubrir el barranco y hacerse su plaza, que
ahora es la de todos. Fue un detallazo que ahora los
aragoneses, nobleza obliga, lo reconocen. Aunque
nos duela, siempre han demostrado los catalanes
ser muy sensibles a la conservación del patrimonio
histórico artístico. Gracias.
Estos castillos no son como la torre del homenaje de otros que tiene sus dependencias alrededor. Son todo en uno. Atalayas, miradores, pero
también residencia, en varios pisos. De ahí que
sean grandes torres. Son como un castillo completo pero en vertical, como militares rascacielos del
siglo XI. Hay varios espectaculares en Aragón.
Este de Abizanda es de lo mejor. Planta rectangular de 13,5 x 8 metros. Cinco pisos y remate con
saliente y saleroso balconcillo leñoso. Desde arriba se ve la espectacular Peña Montañesa y allá,
como escondido, claro, Monte Perdido.
En Abizanda está el Museo de la Religiosidad y Creencias Populares que montó y dirige
el antropólogo Angel Gari. Una maravilla donde
el viajero puede recorrer, en varios pisos, testimonios de la constante preocupación del hombre
por la supervivencia, la salud, la enfermedad y
las desgracias. Cuidadosamente ordenados se
muestran objetos desde el primer milenio antes
de Cristo hasta la primera mitad del siglo XX.
Esta muy bien ubicado en un sitio donde el aislamiento de las montañas del Pirineo y las difíciles
comunicaciones de que disponían los pobres antepasados favorecían las leyendas y creencias raras aunque luego se fundieran con las doctrinas
cristianas. La gente padecía muchos fenómenos
que, al no entenderlos, le generaban indefensiones y miedos colectivos. Así gusta ver en el
Museo como se protegían la propia casa o la propia gente. Unas 8.000 piezas, que dieron alivios y
ahora dan mucho que pensar. Buen deporte, esto
de pensar.
Otro deporte sería acompañar a los abizandinos a la romería a la ermita de San Vitorián, a
una hora de camino, el domingo más próximo al
12 de Enero. Llevan pan de caridad que se bendice en el suelo sobre manteles. Al lamín del desayuno acuden las langostas, que se posan en
blancos lienzos extendidos en el monte. Es día de
predecir como irá el año. La gente, alrededor de
las langostas, me cuentan, que cuenta los bichos:
si hay más de coloración verde, habrá olivas; si las
hay blancas en más cantidad, habrá buena cosecha de cereal; si predominan las oscuras el año
será de viña. Una creencia que no cabe en el
Museo, y no es de ayer. Se repite ahora cada año.
También me cuentan que Abizanda es palabra
mora que quiere decir «peaje». A gusto se puede
pagar peaje, no por pasar, sino por estar un rato
en tan medieval enclave.
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MIGUEL CABALLÚ ALBIAC / TEODORO PÉREZ BORDETAS
Calatorao,
un buen jalón en Valdejalón
T
eodoro ha dibujado el conjunto monumental de la Iglesia y el Castillo, lugar conocido como la Barbacana. Se ve bonito, y
desde allí se ve una bonita panorámica de la vega,
la Ermita del Calvario, la Casa de Cultura, la
Fuente de las Escaleras y Calatoradico (barrio chico, simpático y a veces poco sintónico con el pueblo). Las escaleras llevan a la Plaza España,
antigua Plaza Alta o mas antigua Plaza de los
Moros. Calatorao conservó hasta los cincuenta la
estructura medieval, pero todavía se puede pasear
por el casco antiguo de calles estrechas y retorcidas rodeando el castillo e iglesia y se pueden ver
interesantes palacios renacentistas. Y alguna sorpresa como el humilde Hospital de Peregrinos que
ha resultado ser la antigua mezquita, aunque carezca de alminar y patio. Es un edificio de singular importancia por su rareza y los amigos de la
Asociación Iniciativa Cultural Barbacana trabajan
por su total recuperación. Esta asociación funciona desde 1990 y lo hace tan requetebien que ha
merecido del Ayuntamiento, por unanimidad, la
Medalla de oro de la Villa, y en el 2007 el título de
Calatorenses del año.
Hablar de Calatorao es referirse a su Cristo,
impresionante por su perfección anatómica y por
su patetismo que, leyendas aparte, a nadie deja indiferente. Está en la Iglesia de San Bartolomé y según la tradición nada menos que desde 1520. Lo
enseñan con mucho orgullo sus habitantes. Por
cierto, que me asegura Helen que ya han pasado
de tres mil habitantes. Muchas veces he escrito de
Calatorao, porque es población que tiene mucho
que contar, y siempre ponía que no llegaban a tres
mil habitantes. Pues ya no. El mes pasado estaban
censados 3.121 así que Calatorao entra en el apartado de «las veinte principales» que otras tantas
son las poblaciones que en la provincia de
Zaragoza superan los tres mil.
Y es que hay marcha. Todos los pueblos
quieren imitar a la Muela y ya se está cociendo un
gran polígono industrial, en el cruce de la A–2, similar al de la vecina población hermana, más bien
cuñada, Epila. Se llama Valdecalat y tendrá mas de
200 Ha. Se hace la variante para evitar el paso de
camiones por la Avenida de Monares (ministro y
senador vitalicio del XIX curiosamente muy reconocido en la zona). En agosto terminaron el nuevo pabellón, e incluso están modernizando el
sistema de bandos municipales a través de la televisión local. Como hay mucha fruta, hay vitaminas. Como hay muchas empresas de construcción
hay tajos. Hasta los de la piedra negra están unidos en una asociación que se llama Marcal.
Calatorao quiere decir castillo de tierra, aunque
sea famoso por la piedra. Tambien es famoso por
su Casino que sorprendentemente agrupa a más
de mil socios que disfrutan de intensa actividad
cultural y recreativa, conciertos, bailes,... y juegan
una lotería en exclusiva para los socios que no
toca nunca, pero el día que toque será la mundial.
En la villa solo falla el asunto de los conejos que
están a miles en sus madrigueras minando el terreno y comiéndose los troncos y raíces de los frutales, porque como no ha llovido no tienen hierba
fresca que llevarse a la boca. Pero ya lloverá.
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MIGUEL CABALLÚ ALBIAC / TEODORO PÉREZ BORDETAS
Borau,
San Adrián de Sásave
B
orau tiene sesenta y siete habitantes, pero
tres iglesias. La grande, que es la del pueblo,
Santa Eulalia, la tienen pero muy malamente porque no pueden ni hacer misa, se cae el techo
de escayola; la pequeña que es del Ayuntamiento,
en realidad es una ermitilla dedicada a la Virgen
del Pilar y ni el obispado, ni el municipio tienen dinero para arreglos; pero la tercera es un gozo, emocionante porque se trata del antiguo Monasterio de
San Adrián de Sasave, y aquí el Gobierno de
Aragón se ha portado.
El río Lubierre y los barrancos Lopán y
Calcil sepultaron el monasterio medieval situado
en medio de un paraje bellísimo de frondosa naturaleza de montaña, rocas y pinos. La Iglesia que
se disfruta ahora fue descombrada y restaurada
por ICONA en 1962, y ultimamente reflotada por
el gobierno aragonés. Muy requetebién. Fue la primera sede de los primeros obispos aragoneses, antes de su traslado a Jaca. Todavía debe haber en
San Adrián tres obispos enterrados, según reza un
sillar adosado a un muro lateral. En el siglo XI estuvieron canónigos regulares de San Agustín.
Luego fue priorato de la Catedral de Jaca. Me aseguran, y por algún sitio también lo he leído, que
aquí estuvo el Santo Grial, el cáliz de la Última
Cena antes de llevarlo a San Juan de la Peña y después a la catedral de Valencia. SE completó la declaración de Bien de Interés Cultural por Orden
de 26 de enero de 2004
El agua entraba y salía como cualquier peregrino que pasase por su lado recorriendo el P.R.
11, Camino de Santiago. Le han hecho una zanja
alrededor como drenaje, y al menos ha desapare-
cido la piscina que era toda la iglesia. Tambien se
ha mejorado el acceso. Se cruzaban los arroyos exponiéndote a un esguince al pisar sobre piedras
resbaladizas. Ahora tampoco hay puente para cruzar los arroyos, pero han hecho como un badén
que queda más gracioso. Otra gracia: la llave me
dicen que a lo mejor la tiene el cura que viven en
Villanúa y, como chiste fácil rural, también me dicen que es el único cura que tiene esposa, porque
además de Borau, tiene a su cargo Aisa, Sinués y
Esposa (a 2,7 km). Hacen bautizos para descendientes de allí, aunque los últimos, de Oscar y Elena, fueron hace 13 años. «De Borau, poco mal y
bien fajao» se dice cuando se exagera.
Camino de Astún o Candanchú, no se pierda este escondido monumento románico puro e
historia pura de Aragón. En la carretera N–330 de
Jaca a Canfranc, un desvío a la izquierda nos lleva a Borau, pueblo de nombre y paisaje cinematográfico (y académico). Con escudo oficial desde
febrero de 1998. En el pueblo ya hay tres casas rurales, como Chullan, gente muy amable que también me explican que así se dice Julián en
aragonés. Y a un par de kilómetros está la nave de
San Adrián, varada, admirable testigo de pasados
esplendores pirenaicos. Sus piedras son románico
lombardo, raíz medieval de un Aragón que algunos presumen, pero pocos conocen. Sus piedras
infunden respeto. Sus piedras hablan aragonés,
como Chullan. Sus piedras parecen más nobles,
entre la floresta. Sus piedras, por suerte ahora ya
flotan. Sus piedras son montaña trabajada por el
hombre. ¡Hombre! y además desde Jaca... a un
tiro de piedra.
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MIGUEL CABALLÚ ALBIAC / TEODORO PÉREZ BORDETAS
Siresa,
monasterio de San Pedro
P
ermítanme que les cuente un secreto, ahora que se acaba la serie. Todas las semanas
TPB me manda un dibujo. Y servidor hace
el texto. Antes íbamos juntos pero a pesar de formar una pareja muy bien avenida, ahora cada uno
va por su lado, a lo moderno. Como servidor es
algo chuleta le dice a Teodoro que pinte lo que
quiera que ya me las arreglaré con mi mala cabeza
para ponerle un buen pie (?). El puñetero, de
cuando en cuando, me pinta pueblos que están
bien lejos o son bien pequeños para ver si protesto. Pero yo, ni mú. ¡Faltaría más! Hoy me manda
Siresa, allá arriba, casi en el quinto pino de la Selva
de Oza, y dibuja seguramente el primer monasterio de Aragón. Del año 833, fíjese. Junto a Echo y
Ansó, el Monasterio situado más al norte del norte de Aragón. Pues a pesar de eso, es un gozo ir y
escribir de Siresa y Echo.
Nombro los dos pueblos porque también
son más que pareja. Siresa en el centro del valle,
cien habitantes y Echo, abajo, setecientos. Les separan dos kilómetros y les unen muchas cosas, que
me cuenta mi amigo de Casa Magdalena. En Siresa
hay un par de tiendas, un bar, un restaurante, un
hotel, el Centro de Salud, pero la mayor parte de
los servicios están en Hecho. Múltiples relaciones
familiares: no hay familia de Siresa que no tenga
bisabuelos, abuelos o padres que bajaran a casarse
a Hecho, o viceversa. Tienen el corazón partido. En
los dos se habla el Cheso, los dos tienen los mismos
trajes típicos... como todo el valle (el ultimo abuelo que vistió traje de calzón hace escasos cincuenta años). La arquitectura, casas típicas, folklore es
lo mismo. El párroco es común, el juzgado de paz
y la escuela común, la furgoneta del ayuntamiento
baja a los críos a la misma escuela, las votaciones
en el mismo sitio... Se llevan bien los Siresanos o
Ciresanos y los de Hecho/Echo. Aclaro: En cheso,
es sin hache y aunque todos son perfectamente bilingües, sentimentalmente les apetece mas Echo
sin hache. Hecho con hache es desde el XVII o
XVIII o sea que es grafía moderna. Sin hache no es
falta de ortografía. El Correo igual llega a punto
con que sin... no son nada integristas.
Perdón que tenía que hablar del Monasterio.
Cuna del Condado de Aragón. Lo fundó Galindo
Aznárez conde carolingio bajo la regla de San
Crodegando. Luego en el XI con Sancho Ramírez
se asentó la Orden de Canónigos Regulares de San
Agustín, que suena mejor. Aunque llegaron a vivir
cien monjes, ahora cero. Solo es parroquia de
Siresa. Tambien es turismo, arte, cultura, síntesis
de historia. La iglesia de San Pedro es lo que queda
del primitivo monasterio y queda justo a 100 Km
de Huesca. Se accede por la parte más antigua,
como ante–iglesia, por un pórtico abocinado.
Monumento histórico artístico desde 1931. Una
iglesia de planta de cruz latina con nave de 30 m de
largo por 10 m de ancha y 16 m de altura en el ábside. Algo grande, oiga. Alfonso el Batallador dicen
que nació aquí o aquí vivió su infancia. Creció,
bajó y conquistó Zaragoza. No estaría mal que los
zaragozanos subieran ahora a Siresa. Quedarían
conquistados. Palabra nuestra, TPO y servidor,
que, como Siresa, también somos, profesionalmente, algo así como pareja de Hecho
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MIGUEL CABALLÚ ALBIAC / TEODORO PÉREZ BORDETAS
Monasterio de Rueda de Ebro,
ya rueda la rueda
M
onasterio cisterciense medieval. Término de Sástago, frente a Escatrón, Ebro
por medio. A una hora escasa en coche
desde Zaragoza. Acaba de producirse un acontecimiento en el Monasterio de Rueda de Ebro que es
obligado traerlo a colación. Me explicaré. Las monumentales ruinas del Monasterio están dejando
de serlo, me refiero a ruinas, no a monumentales.
Un ambicioso plan de Restauración y adecuación
del Gobierno de Aragón comenzó en los años noventa, recuperando los espacios góticos, iglesia,
claustro, etc. y convirtiendo las dependencias del
siglo XVII en una magnífica Hospedería de la Red
de Hospederías de Aragón. Inversiones millonarias que han conseguido recuperar el Patrimonio
y ayudar al desarrollo económico de la Comarca,
donde a la sombra del neocister, van surgiendo
fondas, hoteles, restaurantes, casas rurales... Además, ya está redactado el proyecto para acometer
la restauración de dormitorios barrocos y noviciado, molino de aceite, antigua hospedería, nevera,
abejar, ermita, cerramientos amurallados... Rueda
de Ebro va a ser un lujo para los siglos venideros y
un ejemplo para las intervenciones en patrimonio
histórico artístico con proyección de futuro económico social.
Pero faltaba la Rueda, el norial que da nombre a todo el monasterio y su sistema de distribución de aguas por el cenobio que es una de sus
características diferenciales con otros monasterios.
La rueda desapareció en los años cuarenta y solo
queda en el recuerdo y en fotos envejecidas. Pero
¡ya está! La víspera de San José empezó a rodar en
sus primeras pruebas. ¡Una maravilla! Equilibrada,
suave, 56 canjilones en cada corona, o sea 112, suben desde el Ebro 20 litros de agua cada uno, esto
es dos metros cúbicos cada vuelta de la rueda. Una
rueda de más de 16 metros de diámetro, construida en madera, a imagen y semejanza de la original.
Dieciocho toneladas con carga. El conjunto lo forman la rueda, el tramo aéreo del acueducto y el
molino. Un molino de regolfo, fechado en 1576,
con eje vertical y piedra «volandera» y otro eje horizontal para el cernido. Ahora la Rueda, tras su
oficial puesta en marcha, subirá el agua que se distribuirá por el jardín–huerta del monasterio y parte volverá al río por el camino del norial.
Los «Amigos del Monasterio», nada menos
que 400, están emocionados. Bautista, Romualdo,
los Alcaldes... todos, todos. Seguro que recortan
este dibujo y lo cuelgan junto a las fotos de la vieja/nueva noria. La asociación no tiene dinero,
pero están felices. ¡Ya rueda la rueda! Como la
vida, hoy abajo, mañana arriba.
En esta época, los reflejos del agua, la exhuberancia del follaje y luciendo limpio el Monasterio, es un gozo visitar Rueda de Ebro. Ya se
anuncia un Congreso Internacional de Turismo
para presumir de arte, historia, iniciativa pública y
gestión privada... y de la Rueda. Con muchas alharacas, y muchos euros, en la Expo habrá otra
noria traída pieza a pieza de Siria. Casi igual... salvo que la del Monasterio la han construido el carpintero Ismael y el herrero Paco de Gelsa de Ebro,
aplicando técnicas tradicionales de la ribera. La
humildad del Cister esconde estas grandezas.
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MIGUEL CABALLÚ ALBIAC / TEODORO PÉREZ BORDETAS
Zaragoza,
bicentenario agustiniano
N
o quisiéramos terminar esta serie en el
2008 (sí, sí, concluimos hoy) sin dedicar
a modo de homenaje una colaboración
relativa al Bicentenario los Sitios, acontecimiento
que nos trae emociones históricas y genera eventos y celebraciones que dan lustre a la ciudad,
como la EXPO, uniéndonos humildemente al trabajo que hacen la Asociación Los Sitios, la Fundación idem. y la Comisión del Bicentenario. Ahí
va la Plaza del Portillo con monumento alusivo.
Un singular sitio de los Sitios.
Presidiendo la plaza se ve la Iglesia del Portillo, con tradición defensiva. Dicen que allí estaba
la Virgen en el siglo XII cuando defendió ella misma la ciudad frente a los moros. Fuera la fachada
de Yarza de 1827 y toda ella restaurada por Pérez
Latorre a finales de los ochenta; dentro la capilla
de las Heroínas que inauguró la Reina Maria Cristina en 1908. ¿Para cuando otro recuerdo simbólico para los Héroes? También dicen que será en la
tercera catedral, San Pablo.
Monumento de Mariano Benlliure dedicado a las Heroínas. Justo en lo más alto (debajo de
las palomas que les encanta lucirse sobre bronce)
Agustina Zaragoza, sobre un trozo de cañón con
uniforme militar. En los lados, placas con los bustos y nombres de la Heroínas, el león zaragozano
dando zarpazos al águila napoleónica y en el lado
principal un baturro con laurel y cachirulo y la
guitarra a la espalda ¡franceses a mí!
Creo que fue el 2 de julio de 1808... Los
franceses atacaban el Portillo desde la Aljafería ya
tomada. Cincuenta defensores de Zaragoza habían
caído muertos o gravemente heridos dejando un
cañón abandonado. Todo estaba perdido cuando
llegó ¡Agustina de Aragón!, una joven barcelonesa
(bautizada en Santa María del Mar) de negros cabellos y agarró la mecha todavía ardiendo en manos de un agonizante y disparo casi a bocajarro
sobre la compacta columna francesa de avance,
produciendo un efecto devastador y permaneciendo en actitud desafiante apoyada en la cureña,
lanzando gritos de aliento a los voluntarios civiles.
Agustina fue de carne y hueso pero ahora es como
un mito. Agustina Zaragoza Doménech se había
casado con el capitán Luis Talarbé al creer que había muerto su primer marido. Luego sorpresivamente apareció el olvidado consorte y Agustina
ante el dilema dejó a los dos y se casó con un tercero. Salió del embrollo por la calle de en medio
como el disparo del cañón a los franceses. Aunque
duela, que dolió. En Fulleda (Lérida) tiene otro
monumento... porque allí la engendraron sus padres. Los catalanes muy suyos han puesto «A cal
Cibestró fout feta Agustina d´Aragó». Murió en la
plaza militar de Ceuta tras haber participado también en los Sitios de Teruel y de Tortosa. ¿Para
cuando un congreso en Zaragoza de Ciudades
Sitiadas? Pues me dice mi amigo Melús que ya
marcha, en buena fecha.
La EXPO abarca todo ahora, pero Los Sitios
ya llevan doscientos años de protagonismo en
Zaragoza. (Hay que restaurar las placas conmemorativas) Parece mentira que solo cuatro meses de
historia haya dado para tanta literatura, tanto arte,
tanta investigación, tanta lápida, tanto monumento... Llega, por supuesto, hasta el Heraldo, hasta a
nosotros, hasta el bloc de dibujo... Hasta la vista.
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Fechas de publicación
en
Mesones de Isuela .................................... 04.02.2007
Vistabella .................................................... 30.09.2007
Los amantes de Teruel .............................. 11.02.2007
Zaragoza, cabezudos y gigantes .............. 07.10.2007
Parque de Huesca ...................................... 18.02.2007
Zaragoza, Pilar y Puente de Piedra ........ 14.10.2007
Calcena ...................................................... 25.02.2007
Jaca .............................................................. 21.10.2007
Abay ............................................................ 04.03.2007
Sallent de Gállego .................................... 28.10.2007
Villafranca de Ebro .................................. 11.03.2007
Mora de Rubielos ...................................... 04.11.2007
Oseja .......................................................... 18.03.2007
Villanueva de Sijena .................................. 11.11.2007
Tarazona .................................................... 25.03.2007
Munébrega ................................................ 18.11.2007
Semana Santa zaragozana ........................ 01.04.2007
Monasterio de Veruela ............................ 25.11.2007
Caspe .......................................................... 08.04.2007
Quinto ........................................................ 02.12.2007
San Juan de la Peña .................................. 15.04.2007
Peracense .................................................... 09.12.2007
Biel .............................................................. 22.04.2007
Castellote .................................................... 16.12.2007
Uncastillo .................................................. 29.04.2007
Arándiga .................................................... 23.12.2007
Mequinenza/Mequinensa ........................ 06.05.2007
Santa Fe ...................................................... 30.12.2007
Mediana de Aragón .................................. 03.06.2007
Lobera de Onsella .................................... 06.01.2008
Jaca .............................................................. 10.06.2007
Caspe .......................................................... 13.01.2008
Daroca ........................................................ 17.06.2007
Veracruz, Obarra ...................................... 20.01.2008
Samper de Calanda .................................. 24.06.2007
Torralba de Ribota .................................... 27.01.2008
Teruel .......................................................... 01.07.2007
Bujaraloz .................................................... 03.02.2008
Estercuel .................................................... 08.07.2007
Borja .......................................................... 10.02.2008
Oliete .......................................................... 15.07.2007
Godojos ...................................................... 17.02.2008
La cartuja de Las Fuentes ........................ 22.07.2007
Pedrola ........................................................ 24.02.2008
Belchite ...................................................... 29.07.2007
San Juan de Busa ...................................... 02.03.2008
Maella ........................................................ 05.08.2007
Calatayud .................................................. 09.03.2008
Huesca ........................................................ 12.08.2007
Teruel .......................................................... 16.03.2008
Santa Cruz de la Serós .............................. 19.08.2007
Abizanda .................................................... 23.03.2008
Nonaspe ...................................................... 26.08.2007
Calatorao .................................................... 30.03.2008
Alcañiz ........................................................ 02.09.2007
Borau .......................................................... 06.04.2008
Purujosa .................................................... 09.09.2007
Siresa .......................................................... 13.04.2008
Chiprana .................................................... 16.09.2007
Monasterio de Rueda de Ebro ................ 20.04.2008
Casbas de Huesca ...................................... 23.09.2007
Zaragoza, el Portillo ................................ 27.04.2008
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Se terminó de imprimir el día 15 de mayo,
festividad de los santos Isidro, labrador,
e Indalecio, varón apostólico nacido en Caspe.

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