San Juan de los Remedios y sus demonios
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San Juan de los Remedios y sus demonios
San Juan de los Remedios y sus demonios Por Luz María Martínez Zelada Número 06, 2015 Brujas, güijes y sapos inmortales coexisten en el imaginario popular de los remedianos junto a leyendas de seres maléficos, inmortalizadas por el arte, que sobreviven al tiempo y están presentes en la celebración del medio milenio de la ciudad, el 24 de junio. Un relato del siglo XVII, con elementos de realidad y el resto puro mito, inspiró al destacado etnólogo e historiador Fernando Ortiz, en su libro Una pelea cubana contra los demonios y estimuló al cineasta Tomás Gutiérrez Alea, para su película homónima. Según estudiosos locales, en acta del juzgado eclesiástico se registra un acto de exorcismo, realizado allí a mitad de la diecisieteava centuria por “la presencia de Lucifer en el cuerpo de una esclava”. Detrás de la historia fantástica había motivos económicos porque la jurisdicción de San Juan de los Remedios abarcaba un perímetro desde Morón hasta la Bahía de Matanzas y algunos hacendados gestionaban el traslado del centro urbano a sus tierras, con lo cual crecería su valor. Existían diferentes criterios acerca de la ubicación de la villa, una posición mayoritaria pretendía mantenerla en el sitio que hoy ocupa, y otros planteaban el cambio. José González de la Cruz, quien tenía importantes posesiones, además de vicario, juez eclesiástico y censor del santo oficio de la inquisición, era un destacado exorcista y como no había decisiones del traslado, se supone que ingenió la historia. El religioso dijo que había hablado con Lucifer a través de una esclava, donde habitaban 35 legiones de demonios y le juró evitar el hundimiento de la localidad en las calderas del infierno, si se cumplía el compromiso de transferirla. La presencia de corsarios y piratas y “las palabras del Maligno” fueron argumentos que convencieron al Capitán General para ordenar la mudanza. Fue así que un grupo de familias se adentró más al interior de la Isla para fundar en 1689, lo que es ahora la ciudad de Santa Clara. Pero la mayoría de los colonos se quedaron en el sitio original y no quedó otra alternativa a las autoridades españolas que autorizar la existencia de ambas villas, para terminar la pelea contra demonios y otros seres. No obstante, en el camino hacia el mar, a pocos kilómetros de la Octava villa, fundada por los colonizadores en Cuba, permanece la gruta del Boquerón. La cueva, estrecha, oscura y con espinosas zarzas, constituye el escenario principal del relato, por donde, según el vicario, salían las legiones de diablos que amenazaban a los temerosos pobladores de San Juan de los Remedios. CUBARTE www.lettresdecuba.cult.cu [email protected] Facebook : Lettres de Cuba Twitter : @rlettresdecuba