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FA: “Empobreciendo a los uruguayos”
RICARDO PUGLIA
Sugerimos la lectura de los siguientes comentarios generales y en particular destacamos el
referente a la salud Mercedes Vigil
Karl Marx argumentó que las clases sociales tenían intereses y que los gobiernos
representaban los intereses de la clase dominante (hoy progresistas), y que, tarde o temprano,
estos gobiernos serían derrocados por las clases proletarias. Cuando en el siglo XX aparecen las
nuevas Repúblicas Socialistas se enfrentaron a un grave problema, la mayor parte del
proletariado carecía del interés o de la experiencia de gobierno necesaria para que los ideales
republicanos socialistas se pudieran poner en marcha.
Tal el caso de muchos jerarcas de los gobiernos del FA desde 2005 a la fecha. Sindicalistas y
personas inexpertas en los directorios llevaron a la quiebra de PLUNA y ahora un señor que
suele vacacionar en el paraíso caribeño asfixio a la quebrada ANCAP con inversiones no
sustentables y gastos colosales en su gestión como presidente del ente. R. Sendic "Me quieren
hundir políticamente", no, siga haciendo política pero no administre más.
Esteban Valenti expresó: “Perdón por poner al frente de las empresas públicas gente sin
ninguna credencial o experiencia en administrar un kiosco, simplemente porque son
nuestros”.
Mercedes Vigil comentó: “En su anterior administración Vázquez llevó adelante una batalla en
contra del cigarrillo. Hoy gastamos dinerales en estupendas campañas de prevención del
cáncer, pero cuando alguien se enferma le negamos la posibilidad de realizar un tratamiento
que le devuelva la salud. En este siglo 21 las políticas de salud adoptadas en nuestro país
implican un crimen de Lesa Humanidad que no debemos permitir. Sabemos que nuestros
gobiernos han sido más afectos a subsidiar la cerveza, financiar giras innecesarias o perder
millones de dólares en aventuras inviables que pagarían miles de tratamientos oncológicos”.
La felicidad del presidente es tan grande con aprobación del presupuesto quinquenal
2015/2020 que le permite gastar dinero discrecionalmente en los enfermos terminales
conocidos y los nuevos impuestos incluidos en el mismo no son suficientes para pagar el
presupuesto deficitario votado por el rebaño parlamentario de izquierda.
Así, se incorporó el Impuesto a Primaria a los predios rurales, se extendió a los 70 años el
aporte al Fondo de Solidaridad, se eliminó la obligatoriedad de ajustar por inflación los activos
y pasivos de la empresas contribuyentes del Impuesto a la Renta al cierre 2015 -se prevé una
recaudación adicional entre 250 y 300 millones de dólares-, se elevaron las tasas del Impuesto
Específico al Consumo (IMESI), se produjo nueva suba de los combustibles- Uruguay al tope
más caro de América Latina-, y para despertar de la siesta veraniega nos pegaron con el
marrón de nuevas tarifas de ANTEL (Internet 26%), UTE y OSE.
Todo esto para financiar los atroces déficits fiscales que acumulamos como país progresista y
la fiesta de ANCAP que todos estamos pagando sin ser invitados.
La Administración Vázquez cree en los milagros y que el viento de cola reaparezca. No tiene un
proyecto país, la inversión pública se endosó a las PPP (Proyectos de Participación Pública
Privada) de forma de privatizarlas y con resultados de éxito poco probables en el mediano
plazo. El reparto del déficit de un Estado sobredimensionado será con mayor endeudamiento,
inflación y nuevos impuestos o aumentos de todos los existentes.
Y siguen gastando no lo que no tienen a expensas de quienes los votaron y de quienes no,
priorizando permanecer en el poder y administrando los recursos públicos como una República
de Partido Único, añorado desde las épocas de la revolución rusa y confirmado con los viajes
frecuentes de todo el rebaño a la isla del barbudo para recibir ilustraciones.
Desde que la izquierda se instaló en el poder en América Latina, los actos de corrupción han
sido escandalosos como en el Brasil (PETROBRAS), la Argentina y la Venezuela chavista.
Gobernar para el Bienestar de los uruguayos no es la meta de la coalición. La meta parece ser
la gula insaciable por recaudar impuestos no permitiendo que las empresas públicas sean
investigadas en sus gastos desmedidos ni que los ciudadanos alcancen un precaria estabilidad
de ingresos.