Hay cosas que podemos hacer para reducir la violencia comunitaria

Transcripción

Hay cosas que podemos hacer para reducir la violencia comunitaria
Dibujo realizado por un niño de la favela Santa Maria (Rio de Janeiro, Brasil) durante un estudio realizado para documentar los sueños y
aspiraciones de los niños con respecto al entorno en el que crecen. Foto • Cortesía de CECIP
“Hay cosas que podemos hacer
para reducir la violencia ­c omunitaria
y mitigar sus efectos sobre los
más pequeños, y los resultados lo
­c onfirman.”
• Fu n d a c i ó n B e r n a rd v a n Le e r
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Ed i t o r i a l
O f recer la esperanza tangible de un cambio posit ivo
M i ch a e l J. F e i g e l s o n, D i re c to r d e P ro g ra m a s, Fu n d a ci ó n B e r n a rd va n Le e r
Para introducir esta edición de Espacio para la
Después de dedicar la última edición de Espacio para
Infancia, Michael Feigelson, Director de Programas
la Infancia a la violencia, y más concretamente al
de la Fundación Bernard van Leer, pretende llamar
tema de la violencia doméstica, esta vez centramos
nuestra atención sobre historias de esperanza. Si
nuestra atención sobre los efectos que la violencia en
bien los artículos incluidos en estas páginas exponen
la comunidad tiene sobre los niños pequeños. Como
con claridad las devastadoras consecuencias que
confirman los autores de esta publicación, sabemos
la violencia en la comunidad tiene sobre los niños
que el simple hecho de crecer rodeado de este tipo de
pequeños, demuestran también que hay cosas que
violencia persistente altera la estructura interna del
podemos hacer, y los resultados lo confirman.
cerebro infantil, limitando su capacidad de aprendizaje y
enfermándolo, de manera literal. Por ejemplo:
• Shonkoff y Fox explican cómo la exposición
Me gustaría vivir en un lugar que no se parezca en nada a este,
prolongada al temor durante la primera infancia
¿entiende? Vivir en un lugar donde los niños puedan jugar, y donde
puede perjudicar al desarrollo del córtex prefrontal y a
simplemente pueda tumbarme y relajarme. Nadie habría soñado con
su futura función ejecutiva (página 8).
esto; nadie.
• Guerra y otros describen el modo en que la exposición
Beth, madre de familia, Río de Janeiro
a la violencia puede vincularse tanto a los problemas
de salud mental de los niños pequeños como a la salud
física, dando lugar a enfermedades como el asma
Sus padres [...] me explicaron que normalmente los niños nunca
(páginas 9–10).
utilizaban la zona de juegos, pues siempre estaba ocupada por los tra-
• Sharkey concluye que se han demostrado efectos
ficantes de drogas. […] Cuando pienso en los niños que crecen en esos
significativos sobre el proceso cognitivo de los niños
vecindarios, ese recuerdo ha permanecido conmigo como una poderosa
en edad preescolar de Chicago cuando ha ocurrido un
metáfora de lo que espero que nuestro trabajo pueda alcanzar.
homicidio en la semana anterior a la realización del
Director de Programa, Cure Violence, Chicago
estudio, dentro de un radio de 1.500 metros desde el
hogar del niño (páginas 11–13).
Desde el año 2007, una de mis responsabilidades en la
Para complementar estos hallazgos científicos, la
Fundación Bernard van Leer ha sido apoyar la causa por
descripción que proporciona Nashieli Ramírez desde
los niños pequeños de Ciudad Juárez (México). Durante
Ciudad Juárez (página 14) examina el problema a través
este periodo hemos cosechado algunos éxitos: una nueva
de los ojos de los propios niños. Pone rostro humano a
política, una coalición creciente de defensores, y un
cómo los pequeños sufren estos grandes problemas, del
cuádruple incremento en la provisión del servicio público
mismo modo que la entrevista con Beth, de Hermílio
de guardería.
Santos, proporciona una conmovedora versión desde
el punto de vista de una madre (página 18). Estos son
Pero también durante ese periodo, Ciudad Juárez registró
recordatorios importantes de cómo las vidas de los
un índice de homicidios tres veces superior al de Holanda
niños pequeños se ven afectadas por la violencia de
en el siglo XIII, y muy superior al de muchas zonas que
manera cotidiana, aun cuando no participen en ella
están en guerra en la actualidad. Por ello, aunque nos
directamente. En esa pauta, Robert Muggah y Helen
agrada ver los avances conseguidos, todavía no podemos
Mostue exploran el desarrollo de un índice que puede
celebrar la victoria. Los niños están más seguros en
incluir las voces de los niños en un método sistemático,
los centros de guardería y los padres están menos
argumentando que tal índice sería un barómetro más
estresados, pero en todos ellos todavía existe temor.
adecuado del éxito de los programas, en lugar del simple
recuento de tiroteos y de homicidios (página 27).
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• E s p a c i o p a r a l a I n f a n c i a • N o v i e m b r e 2012
Una idea que todos los autores de esta edición de Espacio
para la Infancia parecen compartir es que la violencia
es contagiosa, como se demuestra en el ejercicio de
localización que expone el artículo de Elizabeth Ward
sobre Jamaica (página 33). Cuanta más violencia
observamos en la comunidad, más la observamos
también en el hogar, y viceversa. Pero, como señala
Susan Lee en un artículo sobre su experiencia con el
Advancement Project en Los Ángeles, en lugares con niveles
excepcionalmente elevados de violencia en la comunidad
necesitamos estabilizar la situación para facilitar la
vida a las familias. En sus propias palabras, “antes de
que podamos esperar mejores resultados en materia
de educación y salud, el objetivo debería ser conseguir
un nivel de seguridad, de forma que los niños puedan
aprender y prosperar.”
Sin embargo, lo que me resulta más convincente en esta
serie de artículos es el sentido de esperanza que subyace
en ellos. Ocultas entre las páginas que describen la
gravedad del problema, los autores de esta publicación
“¡Queremos paz!” – Mariana, 8 años de edad. Foto • Cortesía de Ririki
Intervención Social
han mostrado que existen cosas que podemos hacer
para reducir la violencia en la comunidad y para mitigar
sus efectos sobre los niños pequeños. Es posible escapar
a lo que Susan Lee denomina “una ausencia letal de
mejorado la salud mental de la madre y del niño que
esperanza”, y tenemos resultados que lo demuestran:
han sido expuestos a la violencia. Estas pruebas han
• El Detective Superintendente Jefe John Carnochan
dado forma a un Programa de Desarrollo infantil –
explica cómo la policía escocesa asumió el liderazgo
Control de la comunidad, implementado en 16 puntos
para una estrategia de prevención de la violencia, que
de los ee.uu. (página 50).
ha llevado a una reducción del 50% de la violencia de
• Charles Ransford relata la experiencia del modelo
las bandas callejeras en Strathclyde (página 37).
Cure Violence, que ha alcanzado reducciones de entre
• Yvonne Bezerra de Mello describe una estrategia de
el 16% y el 56% de tiroteos y homicidios en Chicago
reducción de los perjuicios que sufren los niños que
y Baltimore, y que ahora está siendo replicado en
han sido testigos de la violencia, implementada ya
Sudáfrica e Iraq (página 56).
en 150 escuelas de Río de Janeiro, y explica la exitosa
• El alcalde Rodrigo Guerrero, de Cali, comenta sobre
recuperación de tres niños pequeños que sufrieron
VallenPaz, una estrategia que devolvió a sus hogares
niveles extremos de estrés postraumático (página 41).
a 400 familias que habían sido violentamente
• Susan Lee escribe sobre un programa dirigido por el
desplazadas, y que impidió nuevos desplazamientos a
alcalde Antonio Villaraigosa, que ha contribuido a
pesar del conflicto persistente en la zona (página 61).
reducir los homicidios en un 33% en algunos de los
vecindarios más violentos de Los Ángeles (página 45).
Estas historias y otras similares son las que debemos
• Alicia Lieberman muestra las pruebas obtenidas
conseguir que el público recuerde. Explicar los
en los ensayos controlados aleatorizados, que
extraordinarios efectos que sobre el cerebro de un niño
demuestran que la psicoterapia hijo–progenitor ha
pequeño tiene el simple hecho de crecer rodeado de este
• Fu n d a c i ó n B e r n a rd v a n Le e r
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tipo de violencia podría concedernos cinco minutos extra
del tiempo de un responsable para la formulación de
las políticas, pero a menos que podamos ofrecer ciertos
indicios de esperanza tangible, estos hechos crudos
caerán finalmente en saco roto.
En la Fundación Bernard van Leer, nuestro trabajo
sobre prevención de la violencia en la comunidad
se centra en Río de Janeiro y Recife (Brasil), donde
pretendemos ayudar a desarrollar algunas historias de
éxito mensurable que podamos compartir con ustedes
en el futuro. El artículo de Da Silva y Shaw (páginas
22–6) establece algunas de las estrategias que esperamos
poder comprobar con hechos, y también estamos
planeando celebrar una conferencia en Brasil sobre los
modelos de prevención de la violencia en la comunidad
de mayor éxito en la región, de manera que nuestras
organizaciones contrapartes queden imbuidas sobre el
terreno con ideas prácticas para el cambio.
Si tenemos éxito, espero entonces poder escribir en una
futura edición de Espacio para la Infancia no solo que los
casos de tiroteos y de homicidios están bajando y que el
índice de seguridad infantil del doctor Muggah señala
que los niños se sienten más seguros, sino que la media
de niños de 7 años de edad crece con una nueva noción de
lo que significa “ser respetado”.
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• E s p a c i o p a r a l a I n f a n c i a • N o v i e m b r e 2012

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