Mr. Turner - La silla del director
Transcripción
Mr. Turner - La silla del director
Crítica Cinematográfica Martín Marqués Gutiérrez crítico cinematográfico Título Mr. Turner Director Mike Leigh Producción Reino Unido Alemania Francia 2014 Género Biopic Metraje 149 Minutos Calificación Fecha El médico que le asistió en los últimos años de su vida en los serios problemas de corazón que padecía, y que fue testigo presencial de su muerte, dijo que las últimas palabras del artistas fueron de forma literal: "El Sol es Dios" . Así, pronunciado en este orden, el insigne moribundo otorgaba al astro rey el don de la divinidad, subordinando por tanto el Ente creador del universo al inmenso, lejano y enigmático generador de luz que ocupó el centro de toda su inspiración creativa y colosal producción pictórica. Un patrimonio disperso que una vez organizado e inventariado alcanzó la ingente cifra de 20.000 pinturas en diferentes formatos y técnicas, y que según su generosa disposición testamentaria fue donada al Estado como depositario perpetuo para su exposición, estudio y disfrute de toda la Humanidad. El agradecido pueblo británico le honró con los máximos honores depositando sus restos en la Catedral de San Pablo de Londres, lugar donde descansan al lado de los de Sir Joshua Reynolds, uno de los mayores retratistas ingleses y primer presidente de la Royal Academy of Art, institución con más de tres siglos de historia donde por cierto J.M. Turner entró como académico de pleno derecho a la temprana edad de 15 años. Joseph Mallord William Turner -al que todos trataban como el Mr. Turner que da título a la cinta- nació en 1775 y murió en 1851. Paisajista muy cuestionado en sus inicios, el tiempo ha llegado a clasificarle como un pintor que supo ennoblecer el arte del paisaje posicionándolo en la misma categoría de la pintura histórica. Utilizador simultáneo del óleo y la acuarela sobre lienzo, fue y es considerado como "el pintor de la luz" , y en la evolución de su metodología no se cuestiona que fue uno de los precursores del estilo Impresionista, que se caracteriza por la unificación de los conceptos de luz y tiempo con independencia de la causa que los origine. Hombre de vida familiar compleja, repudió a su esposa e hijas, sentía obsesiva veneración hacia su padre -con quien convivió durante treinta años-, abusaba sexualmente de su criada en una indisimulada práctica del derecho de pernada, y quedó traumatizado por la locura de su madre y la muerte prematura de una hermana siendo niña; y sólo encontró cierta felicidad en la recta final de su vida con la mujer con quien compartió el máximo esplendor de su obra, la casera de un modesto apartamento de la pequeña localidad costera de Margate -en el condado de Kent-, enclave donde se refugiaba para pintar sus motivos marinos y que él mismo definió como "el primer lugar por donde sale el Sol" . Mike Leigh (Salford, área de Manchester, Inglaterra, Reino Unido, 1943) debutó como actor a los 23 años en sencillas series de la por entonces incipiente televisión. Fue en 1971 cuando se estrenó como director y guionista, doble condición en la que ha venido alternando la pequeña pantalla y el gran formato. La presente película supone su duodécima incursión en el largometraje tras memorables títulos como Grandes ambiciones (1988), Secretos y mentiras (1996), El secreto de Vera Drake (2004) o Another Year (2010). Aunque quizás algo menos tremendista en sus propuestas, Leigh constituye junto con los directores Ken Loach (1936) y Stephen Frears (1941) el núcleo duro de lo que se ha venido en llamar el british social realism , un movimiento de cine social y urbano con pronunciamiento crítico, carácter inconformista y analítico auscultador de la vida cotidiana de los ciudadanos de a pie con sus problemas y complejidades. Rompe totalmente con su trayectoria basada en historias de ficción para inmiscuirse en la apasionante vida de Turner, que cinematográficamente no puede considerarse como un biopic en puridad, ya que se estaciona en los últimos veinticinco años del artista sin acotaciones cronológicas y sin que ni siquiera aparezcan indicativos temporales gráficos o verbales que sitúen al espectador en el momento concreto de la acción. Y lo hace firmando también el guión, que como es asímismo habitual en Leigh se restringe a un esquema de trazos generales que luego en el set se moldean con un trabajo de improvisación que demuestra la eficacia y capacidad de participación que siempre ha demostrado en su impecable faceta como director de actores. Esta película no se puede concebir sin el férreo elenco de apoyo que sostiene espléndidamente el clima y la ambientación de la historia, pero hubiera sido inviable sin el concierto de un actor de la talla e implicación de Timothy Spall (Londres, Inglaterra, Reino Unido, 1957), en un complejísimo papel que le ha reportado con plena justificación el Premio al Mejor Actor en los últimos Festivales de Cannes y Sevilla. De esta conjunción de sabiduría y arte escénico, la película nos retrata a un Turner desmedido, extravagante, maniático, mezquino, y profundamente solitario que sólo busca el reposo en el encuentro reiterativo con jóvenes prostitutas de las que no demanda más que un posado nada libidinoso con el que tomar apuntes gráficos en su manoseada e inseparable libreta. Un irascible personaje de malos modales, desconcertante prosodia caracterizada por la emisión de un bruñido despectivo y de contundentes andares desparratados, que en su enfermiza obsesión por trasladar a la tela su colérica concepción del mundo, la escupía constantemente, obteniendo así, de su propia saliva, el elemento disolvente con el que conseguir los degradados cromáticos que su mente le demandaba. Un universo hosco y explosivo que luego se transformaba en el esplendor de luz y color implícito en toda su obra que ha sabido trasladar a la pantalla con suntuosidad el veterano director de fotografía Dick Pope (1947), en su décima colaboración con Leigh durante los últimos 25 años. Bellísimos los encuadres centrados, el imperio absoluto del amarillo (alusivo al Sol) y los verdes azulados (referidos a las sombras), las tomas cenitales, el arrastre suave de la cámara sobre travelling y sus brucas paradas en seco, las angulaciones de los torrentes de luz, la textura pictórica de las imágenes... En definitiva, una obra cinematográfica absoluta sobre el mayor pintor británico de todos los tiempos -loco o tal vez sólo pasional- enmarcada en una sociedad recia y ultreconservadora en las puertas mismas de una nueva era. Sábado Excelente 20 de Diciembre de 2014