El Laboratorio Clínico en el diagnóstico de Babesiosis canina

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El Laboratorio Clínico en el diagnóstico de Babesiosis canina
 Articulo 3
El Laboratorio Clínico en el
diagnóstico de Babesiosis canina
Por Ana Noriega MVZ [email protected]
Julio.2012 La babesiosis canina es una enfermedad infecciosa con elevada frecuencia de aparición en nuestro medio. Producida por un parásito intraeritrocitario que pertenece al filo Apicomplexa, clase Aconoidasida, orden Piroplasmida, familia Babesiidae y género Babesia; habiéndose reportado casos tanto de B. canis como B. gibsoni. El diagnóstico de la patología, con la ayuda de pruebas de laboratorio no se limita únicamente a la visualización del parásito en un frotis hematológico sino que el Clínico Veterinario debe asociar los resultados obtenidos en el hemograma con el cuadro clínico del paciente; teniendo en consideración que en muchas ocasiones este puede presentar múltiples patología infecciosas o no y concomitantes al cuadro de babesiosis. Los merozoítos de B. canis o B. gibsoni se evidencian en el frotis hematológico durante el período de parasitemia, esto es, en el período febril del paciente, durante 15 días promedio desde el inicio de la enfermedad. En esta etapa si se llega a comprobar la hemólisis, el cuadro anémico será arregenerativo y normocrómico. Los valores bioquímicos suelen mantenerse normales si el animal no presenta ninguna otra patología en conjunto, incluso la bilirrubina y sus fracciones se determinan sin mayores variaciones. La hiperglobulinemia y eosinofilia atribuibles a esta patología en fase temprana, suelen ser ocasionales. Se convierte en un hallazgo de laboratorio la observación de otras fases evolutivas del parásito, tales como esporozoítos, que son los que ingresan directamente al hospedador, o las formas de trofozoítos que se mantienen antes de la invasión al eritrocito e inicio de la fisión binaria, con lo que se originan los merozoítos; siendo estos últimos las formas predominantes en los frotis hematológicos. En todo caso, en el informe de laboratorio DEBE constar la descripción de la forma parasitaria, detallando la fase y además un estimativo de población, observando cuántos eritrocitos por campo (en la zona monocapa) se hallan parasitados y expresándolos en cruces (+,++,+++). La diferencia morfológica de B. canis y B. gibsoni es muy evidente pero en frotis realizado con sangre fresca, intentando preservar al máximo la morfología del eritrocito, ya que se intentará visualizar si el parásito es alargado o ancho, y si es único o se encuentra en parejas o tétradas entro del eritrocito. Esta descripción debe ser realizada por un experto microscopista, valorando por la cantidad de eritrocitos parasitados que sea necesaria para establecer la diferencia 1 morfológica. Por lo que, se la recomienda únicamente con fines científicos; por lo tanto la única determinación exacta entre las dos especies del parásito, es a nivel de estudios moleculares. Con esto, de manera general, es recomendable que el informe de laboratorio indique únicamente que los cuerpos de inclusión intraeritrocitarios son morfológicamente compatibles con Babesia spp. Son muchas las tinciones que se pueden utilizar para evidenciar al parásito, tales como Giemsa o Wright; sin embargo, siempre en necesario utilizar una tinción hematológica tipo Romanowsky para lograr un óptimo contraste interno en el eritrocito y disminuir al máximo los defectos de secado. Si el parásito logra evadir la respuesta inmune del paciente y continúa su replicación en órganos internos como bazo e incluso hígado, los hematíes se van hemolizando paulatinamente, de tal manera que el hematocrito del paciente desciende lentamente, lo que le da la oportunidad de compensar la volemia, la médula ósea se estimula con una maduración incrementada hacia la serie eritroide, logrando obtener un cuadro de anemia regenerativa. Lo común en estos períodos es que la serie blanca en sangre periférica se encuentre sin anormalidades, o máximo se presente desviación izquierda regenerativa, con cambios tóxicos leves en neutrófilos. Por lo que, en este período, es recomendable que, ante la sospecha clínica e inminente de la patología, aún sin la presencia del parásito en el frotis hematológico, con cuadro anémico hipocrómnico, regenerativo o no; el paciente sea considerado como un caso positivo y medicado. Si Babesia llegó a replicarse a órganos internos es muy probable que en la médula ósea también, por lo que el cuadro anémico será netamente arregenerativo; debido a la invasión medular, con esto se da una salida abrupta de blastos de la serie eritroide a la sangre periférica, con lo que la demostración de anemia hemolítica es indiscutible; observándose un índice eritrocitario igual o mayor a 3, poiquilocitosis eritrocitaria e incluso esferocitos. En los períodos de mayor hemólisis las transaminasas tendrán una mayor actividad, y la fracción de bilirrubina indirecta (no conjugada) aumenta en valor, incrementándose también el valor de la fracción directa si el sistema hepático está ya comprometido en función; lo que se demuestra con hipoalbuminemia sérica. Lecturas sugeridas: 1. Karwl G. Clinical observations on Babesia gibsoni and Babesia canis infections in dogs. Journal of the American Veterinary Medical Association [1982, 180(5):507‐11]. http://ukpmc.ac.uk/abstract/MED/7061333 2. Fukumoto S., (2000) morphological changes of babesia gibsoni grown in canine red blood cell‐substituted severe combined immune deficiency mice. Journal of Parasitology, October 2000, Vol. 86, No. 5, pp. 956‐959. http://www.journalofparasitology.org/doi/abs/10.1645/ 2 3. Retno Wulansari. Clindamycin in the Treatment of Babesia gibsoni Infections in Dogs. (2003). Journal of the American Animal Hospital Association. http://www.jaaha.org/content/39/6/558.short 4. Colin G. Babesia argentina, plasmodium vivax and P. falciparum: Antigenic cross‐reactions. (2004) http://www.sciencedirect.com/science 5. Mosqueda J. Babesia bigemina: Sporozoite Isolation from Boophilus microplus Nymphs and Initial Immunomolecular Characterization (2006) http://onlinelibrary.wiley.com/doi/10.1196/annals.1307.034/abstract 6. Alfonso J. Epidemiología de la Babesiosis: Zoonosis emergente. Sociedad Científica de Estudiantes de Medicina de la UCV. http://www.medigraphic.com/pdfs/estudiantil 7. Acosta L. Determinación de Babesia canis en frotis sanguíneos y su correlación con el estado físico‐clínico del perro en el Puerto de Veracruz. 1985, Universidad Veracruzana. http://cdigital.uv.mx/handle/123456789/29141 8. Camacho, A. Babesia microti‐like en un perro inmunocompetente. Rev. AVEPA, 23(2): 97‐
99, 2003. http://ddd.uab.cat/pub/clivetpeqani 9. Mil Baruch, M. Frecuencia y alteraciones hematológicas identificadas en animales afectados con ehrlichiosis y babesiosis canina. Universidad Veracruzana, 2005. http://cdigital.uv.mx/handle/12345678/133 3 

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