El triunfo de la experiencia
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El triunfo de la experiencia
147 agencias / Ogilvy Latina El triunfo de la experiencia Marcos Golfari: Director Regional Luego de un muy buen 2010 para la red en toda Latinoamérica, el directivo de Ogilvy analiza los desafíos por venir: la rentabilidad del negocio, las transformaciones derivadas de los avances tecnológicos, y la compleja relación entre agencias creativas y agencias de medios. Todo esto, a la luz de las enseñanzas del venerado David Ogilvy. L as oportunidades y los desafíos suelen ser una constante de la región, y es en esas instancias cuando la experiencia y la profesionalidad hacen la diferencia, permitiendo tanto a la agencia como a los clientes mantener un crecimiento sostenido. Si bien los aún bajos índices de consumo de Argentina limitan el crecimiento, las oportunidades de mercados como Brasil, México y Colombia, estimulan el desarrollo en la región. Paralelamente, Marcos Golfari confirma que Brasil México y Argentina son plazas que están dentro del top five en el mix de creatividad y facturación latino, lo que reafirma la posición de Ogilvy como líder regional indiscutible de la comunicación de marcas. -Avanzado el 2011, ¿qué balance hacés de Ogilvy en 2010? -Lo puedo resumir en pocas palabras: ha sido un año espectacular. Hay varios factores por los cuales puedo definirlo así. El primero, los números. En 2010 volvimos a facturar un poquito más que en 2008, que fue el mejor año de los últimos diez. La economía en ese momento todavía estaba boyante, pero en 2010 llegamos a recuperar la facturación regional de 2008 y un poquito más. -¿Creativamente como resultó? -En 2010 hemos tenido un récord de premios en festivales. Hemos participado de Cannes, del London Festival, de los premios que llamamos locales, que son los festivales de Latinoamérica, y ganamos veinte Leones en Cannes. Esto para nosotros ha sido único. De hecho, fue un caso extraordinario en Ogilvy mundial. Ganamos doce o trece premios en el London International Awards, también. En el Ojo de Iberoamérica fuimos la agencia más ganadora de la región, recibimos el premio a la Mejor Red con 400 y pico de puntos. Sin hacer comparaciones, creo que los segundos estaban en 200 puntos. Si bien nunca imaginé que íbamos a tener tanto éxito, esto no se produjo de casualidad. Hace ya varios años nos pusimos como meta mejorar nuestro trabajo creativo sensiblemente. Esto, sin hacer demasiados cambios. Incorporamos a Gastón Biggio, que es alguien que le está dando un gran impulso, aunque no se cambiaron grandes creativos en Brasil, en Colombia ni en México. Es la misma gente motivada por Gastón, por mí, por Gustavo Martínez en su momento, cuando estaba con nosotros. Queremos producir un cambio creativo y lo llamamos “despertando al gigante”. Cada uno de nosotros puso una parte de su intelecto en armar un escrito y quedó una especie de revista-libro que nos repartimos entre todos, en donde nos comprometimos realmente a hacer ese trabajo. -¿Los premios son consecuencia de esa iniciativa? -El reconocimiento llegó no sólo de parte de los festivales, sino también de los clientes. Yo tengo una teoría que para mí es muy válida: una agencia creativa, que genera creatividad, es llamada a los concursos de publicidad. Y de hecho nosotros hemos sido llamados en Brasil, en México, en la Argentina, a todos los concursos importantes que ha habido el año pasado. Hemos demostrado lo que podemos hacer y los clientes, potenciales clientes en algún caso, nos han llamado. Para mí éste es el segundo gran hito de 2010. Y el tercero lo sintetizo en una forma muy simple: este negocio es gente. Desde que empezó la publicidad, hace muchísimos años, hasta ahora, pasando por las diferentes etapas (medios, sofisticación, digitalización, etc.), sigue siendo gente. Y yo creo que uno de los grandes resultado que hemos tenido en 2010 es afianzar al grupo de gente como equipo. Tuvimos una serie de reuniones regionales en donde se trabajó muy duro para eso. La sensación de todos es que somos un grupo muy unido y comenzamos el 2011 con todo. En 2010 crecimos casi un 7%, con nuevos clientes, y este año estoy calculando entre un 5 y 6%. Pongo ese número no por optimista, sino porque creo que podemos lograrlo. Hemos logrado clientes muy fuertes, acá en la Argentina, YPF; en Brasil, Claro; en Venezuela, El Polar. Son marcas significativas. 146 -¿En qué medida depende este crecimiento de la apertura mental de los clientes, para que ustedes puedan llegar a trabajos más creativos? -Es fundamental. Había un creativo hace muchos años, al cual yo aprecio mucho, Neal French. El tiene una teoría sobre la creatividad. Decía que es como un torero: cuando vos te enfrentás a un buen toro lucís tu trabajo y el toro se luce. El público aplaude. Cuando el toro es aburrido, cuando no tiene ganas, no te lucís ni vos ni el toro. A ese toro hay que mandarlo de vuelta, hay que sacarlo rápidamente de la arena. Es una relación medio animalesca la de él, pero para mí es exacta. Es decir, cuando alguien te inspira, te hace trabajar y te dice “mirá, vamos a buscar lo mejor de lo mejor”; cuando recibe propuestas y va para adelante, los creativos se entusiasman y el entusiasmo se plasma inmediatamente en un mejor trabajo. Tecnología -Algunos destacados profesionales afirman que las tres claves de la publicidad del futuro serán la tecnología, el diálogo y la emoción. ¿Coincidís con ellos? -No es una sorpresa que estas tres cosas estén vinculadas. La tecnología nos está cambiando mucho, enormemente. De hecho, hace quince años no imaginé que mi teléfono celular iba a ser un aparato de compra y venta de productos. Esos cambios tecnológicos existen y nos cambian mucho a nosotros. Cuando digo mucho es porque las comunicaciones están atadísimas con la tecnología. Hace unos meses recibí mi primera tableta de juegos en un iPod. Puedo conectarme en cualquier lugar del mundo, en Ogilvy Latina: Marcos Golfari 149 trabajos cualquier pasillo, en cualquier aeropuerto, en mi casa, en todos lados. No necesito ninguna conexión, me conecto vía satélite. Tengo mis emails, tengo información al día a través de cualquier diario, de cualquier revista. Y tengo también juegos, porque lo primero que hice fue incorporarlos. Y si bien no es que es dedique demasiado tiempo, ese tipo de tecnología -que dentro de un par de años diremos que es una pavada que ya fue superada- nos cambia la manera de comunicarnos. A través de la tecnología puedo saber quién compra qué, dónde lo compra y cómo lo compra. Qué gustos tiene de acuerdo a lo que está comprando. Conexión directa con las tarjetas de crédito, de débito. Eso es la tecnología. Y nosotros nos aprovechamos de la tecnología. Claro que nadie me va a poder decir a mí qué va a pasar con el iPod en el futuro. Tal vez tenga un desarrollo que yo no me imagino -¿Las emociones cambiaron? -Las emociones no cambiaron porque siguen siendo la fuerza humana, la relación entre gente, las sensaciones. ¿Por qué se aprovechan de las emociones? Porque las emociones mueven, porque las emociones hacen que tengas sentimientos y los sentimientos te den alegría o tristeza. Los medios han sabido usar las emociones. ¿Recordás el primer televisor color? Yo estuve viviendo en Chile cuando fue el Mundial del fútbol en la Argentina. Y me acuerdo que ahí vi por primera vez un televisor color, en mi casa. Era Phillips, cliente nuestro en esa época, y era un cajón de dimensiones increíbles, pesadísimo, que venía de Brasil. Mirá lo que pesa ahora un televisor, como el iPod. Santander Río. Bares Aurora y Ferraz (Brasil). -¿El diálogo cambió? -Sí, cambió en este sentido. Primero, hay elección de lo que quiero escuchar, y eso es muy selectivo. Como tengo una multiplicidad de mensajes, puedo decir “éste me interesa, éste no, a éste lo hago entrar, a éste lo rechazo”. Primer punto, esto es una selección. Luego, el consumidor está mucho más despierto ante los mensajes. Recuerdo la frase de David Ogilvy: “el consumidor no es un bobo, es tu esposa”. Yo no digo que el consumidor fue tonto y ahora no lo es, me refiero a que siempre fue inteligente pero la forma en la que recibe hoy los mensajes es diferente. De hecho, si uno observa un videoclip de hace veinte años es lento, te explica lo que va a pasar. Ahora no te explica nada. Ahora son imágenes flash, flash, flash. Vos estás preparado y aprendiste a recibir esas imágenes, por lo que el diálogo es mucho más rápido. Si nos ponemos a ver comerciales ganadores del Clio o de Cannes de hace dos décadas, vamos a ver que el diálogo es diferente, y eso va a ser siempre así. ¿Por qué? Porque el público que está recibiendo ese mensaje hoy tiene treinta años, pero antes tenía diez. Y ese aprendizaje entre los diez y los treinta lo hace diferente. Habrás visto a cualquier chico trabajando con los pulgares, en estos juegos como la Wii y demás. ¡Eso es un diálogo! -En los festivales hay avisos que se entienden, que se pueden valorar y entender, y otros que no. ¿Es sólo una cuestión generacional o de target? -Voy a ser muy crudo y realista: cuando vos tenés que hacer un ejercicio para entenderlo es que ese aviso no sirve. Y no es un tema generacional. Las ideas, cuando son fuertes, te tocan y las entendés. Cuando son fuertes y no se entienden es porque no son buenas ideas. Porque si no las entendés, no importa qué edad tengas. Puede haber un diálogo de palabras, puede haber códigos, pero cuando no la entendés, no la entendés. Cuando en vía pública hay un cartel que no respeta los códigos de visualización, es porque el que lo hizo no sabe de comunicaciones, y el que lo aprobó tampoco. Burger King. -Suele suceder que se ven avisos de vía pública que son sólo adaptaciones de gráficas, pero ubicadas a cincuenta metros de altura. -Yo no puedo decir que todos lo que hacen publicidad la hacen bien. Pero tampoco me quiero ir a la escuela de Colonnesse, donde te decían que el 148 info O&M Ogilvy Latina · Ogilvy es parte del grupo WPP, la primera Red de Comunicaciones global. · Ogilvy entró en Latinoamérica en 1969. Hoy es la red regional de crecimiento más veloz. · Su Gerencia Regional está basada en Buenos Aires y Miami. Con Marcos Golfari como Presidente Regional. · Argentina, Brasil, Chile, Colombia, México, Venezuela, Perú y Uruguay están ranqueados dentro de los primeros diez dentro de sus mercados. · Es una organización 360°. Liderazgo Digital ¿Por qué? Porque el mundo es digital Primera Agencia Interactiva global, con 26 años de experiencia. 30% de nuestros empleados son digitales. 50 oficinas en 22 países · Argentina · Barbados · Bolivia · Brasil · Chile · Colombia · Costa Rica · Dominicana · Ecuador · El Salvador · Guatemala · Guyana · México · Nicaragua · Panamá · Paraguay · Perú · Puerto Rico · Trinidad · Uruguay · Venezuela ·Miami, USA Ogilvy Latina: Marcos Golfari 151 trabajos cartel de vía pública tiene que tener una imagen y un texto muy corto, y si no lo leés de entrada no sirve. Eso era el inicio de la vía pública, aunque hoy todavía vemos cosas que son ininteligibles y que no hay ni siquiera que analizarlas. Cuando ves un aviso y no lo entendés, no lo analices, dejalo pasar porque evidentemente no sos vos el culpable, es el que lo hizo. Claro. -Hoy se habla en la Argentina de que la tecnología y el mundo digital no es futuro sino presente, pero las marcas invierten entre el 3 y el 5% de los presupuestos de comunicación. ¿Ocurre lo mismo en la región? -Sí, es un tema generalizado. Todo el mundo habla, los clientes se dan cuenta de que es un tema muy importante, pero todavía no están viendo el return of investments, el hecho de recibir por lo que estoy dando. Es como todas las cosas, va a llegar un momento en que el investment va a ser realmente importante y entonces se igualará con lo que recibe. Estamos todavía en la etapa en la que la digitalización de los mensajes tiene mucha importancia, pero no la inversión que deberían tener. De todos modos, en Brasil está más desarrollado que en Colombia, que en Venezuela. Uno mira las cifras de internautas o de conectados y son altísimas. Y vos dirás, ¿por qué? Bueno, hay veces en que las que hay que pelear y otras en las que hay esperar. Yo creo que estamos en la etapa en la que muy pronto esto va a aflorar. -¿Esto tiene que ver con la cultura del cliente? -Pienso que tiene que ver con la cultura de las agencias, que no están empujando más allá y creando ideas más allá de lo que están acostumbradas a hacer. Lo voy a poner de esta manera, para hablar de cifras: las agencias tienen hoy, todavía, un 60% de pensamiento estratégico clásico y un 40% digital. Cuando esto sea al revés, se acabó el tema. Todas las agencias hoy tienen el departamento digital, y la compra digital, pero muy pocas tiene una unidad creativa y el director creativo que tiene el control sobre las dos áreas. Es un cambio que se tiene que hacer. -¿Favorecen este cambio el desarrollo y la accesibilidad digital europea, así como una mayor capacidad económica y la posibilidad de acceso a una educación superior? -No creo que sea un problema de educación. Hoy, la educación entre un joven conectado en Londres y un joven conectado en Lima no es diferente. Puede ser que la computadora sea más rápida, pero no hay grandes diferencias. Acá es igual. Yo he estado en reuniones de creativos en Colombia y en México, y en ambas operaciones hay blogueros. Hace un tiempo fuimos a ver a un cliente en México y nos decía “yo hago blogs, pero nadie ve los blogs, no pasa nada”. “¿No pasa nada? -le dije-. Hagamos una apuesta: yo ahora le voy a poner un blog a mi teléfono y si en media hora no recibo 2.000 respuestas, usted gana. Y si no, gano yo”. Puse una información en el teléfono y antes de la media hora tenía más de 2.000 respuestas. Ese tipo de cosas son las que creo que están empezando a pasar. Y ojo, que después eso se multiplicó, la gente empezó a contestar, porque un bloguero serio tiene toda una red de gente que le responde, algo impresionante. ¿Otro ejemplo? En Estados Unidos, Ford usó una mujer para hacer blogs sobre un vehículo nuevo. Le dieron un auto, ella lo usó dos semanas y empezó a escribir sobre el vehículo. Esto hace al diálogo. La señora cobró por hacer eso, pero el consumidor no dice “me están engañando”. Yo sé que le pagaron pero ella lo está haciendo honestamente, porque está hablando del vehículo y yo estoy interesado en saber. Ahí es donde el diálogo otra vez funciona. Sé que Ford está interesado en que escuchen lo que está diciendo, y creo lo que comunica a través de la mujer, el diálogo que se produce es un diálogo transparente, influido por la emocionalidad que puede tener que el vehículo tenga determinadas características. Hellman´s. -¿Las audiencias dejaron de ser masivas definitivamente? -Ya no hay una audiencia masiva, hay una audiencia diseminada por diferentes circunstancias. Si yo hoy, para Gillette, tengo que buscar a un se- 150 ñor que no ve televisión y que está con Internet, ¿de qué masividad estoy hablando? ¿La masividad está determinada por la cantidad de gente que llega? Sí. Pero el modo como se llega no es masivo. Y estoy hablando de un producto absolutamente masivo como Gillette, pero que tiene determinados productos para audiencias muy determinadas. Sigo viendo también en TV la repetición indiscriminada de avisos, por ejemplo, durante un partido de fútbol pasan cuatro veces el mismo aviso. En Estados Unidos, en un partido de fútbol americano que dura cuatro horas, pasan el mismo aviso de Budweiser cinco o seis veces. Creo que no se justifica, es un defecto que todavía tenemos en lo que hace a la planificación de medios masivos pues le metemos artillería pesada, pero es claro que después de la tercera vez ya molesta. Transformación -¿Cuánto cambió Ogilvy a lo largo de los años y cuál es la agencia que te toca vivir hoy? -Mi inicio de carrera fue en agencias locales, como la de Carlos Méndez Trabajo para Coca-Cola Mosquera, Cícero Publicidad, o De Luca. Después, por motivos del destino, tuve la suerte de entrar en una multinacional, J. Walter Thompson, en la cual estuve veinte años. Más tarde, por el hecho de que el grupo compró Ogilvy, me pasaron acá y cumplí ya quince años. Yo creo que la publicidad, desde que empecé a hoy, ha cambiado mucho técnicamente. Antes, los tiempos eran diferentes en lo que hace a la técnica de la publicidad, a como se usaba la comunicación. Ahora bien, recuerdo por ejemplo, cuando estaba en Thompson, que nosotros éramos una agencia de una calidad de network muy fuerte. Cuando necesitaba algo de información sobre bebidas gaseosas, mandaban un pedido al exterior y a los tres días quizás me llegaba un cassette, y había que ir a buscarlo a la Aduana. Después, cuando pasé a Ogilvy, era un estilo completamente diferente. En Ogilvy se empezó a hablar de marketing directo. Era otra cosa, una segunda generación de agencias, con el concepto de “la creatividad por sobre todo”. David Ogilvy decía siempre que el marketing directo era su arma secreta, decía esto en el año ‘55, ‘57, era otro mundo. Cuando yo entré en la agencia, lo primero que me dijo mi jefa, que era Sheryl Lazarus, fue “venís de Thompson y me parece bárbaro, necesitamos tu expertise, pero vas a tener que aprender lo que es marketing directo, que es pescar en donde están los Ogilvy Latina: Marcos Golfari 153 detalles grandes peces”. Y estoy hablando de hace quince años. Lo primero que hizo Ogilvy en el año 2000 fue iniciar el marketing digital. Es decir: aunque hoy todas las agencias están a la par, los primeros, los pioneros, fuimos unos pocos. -Hace quince años el marketing directo se basaba en envíos por correo... -Eran sobres, sí, pero llegaban a donde debían. Hay una anécdota de David Ogilvy muy interesante, y leyendo sus libros entendí cuál era su objetivo. Debe haber sido en el año 1959 más o menos. Se le acerca un cliente, Mercedes Benz, en Estados Unidos, para vender un auto gasolero (los primeros Mercedes, esos negritos). Su reacción fue “¿cómo hago yo para vender en Estados Unidos un auto gasolero alemán, de post guerra?”. Y decidió hacerlo a través de cartas dirigidas a algunas personas a las que les podía interesar. Y escribió una carta -era un gran escritor- en donde decía “estoy por mostrarle a usted este vehículo; si le interesa, en tal lugar hay un par a su disposición para probarlo y manejarlo”. Esa fue una pieza precursora en esa época, novedosa. Imaginen: le decía a un señor “venga a la concesionaria, suba a este auto y pruébelo, porque efectivamente puede ser interesante para usted”. Entonces uno piensa cómo evolucionó la publicidad. Tuvo estos precursores, estos pequeños grandes genios que revolucionaron todo. “Hoy, la educación entre un joven conectado en Londres y un joven conectado en Lima no es diferente. Puede ser que la computadora sea más rápida, pero no hay grandes diferencias”. -¿Cómo ves el futuro de la región en lo inmediato? ¿Se ha reducido el volumen del negocio en relación a los objetivos? -Es algo que no pasa solo en Argentina. El otro día estaba conversando con el gerente en México y él hizo una relación muy divertida: “somos cinco perros rapaces yendo por el mismo hueso”. Hablaba de agencias mexicanas en un concurso por un pequeño aviso. Pero vamos a ponerlo de esta manera: todo depende de los mercados. El mercado argentino es chico, y se nota porque en los últimos años muchas agencias tuvieron que cerrar. Ha habido agencias muy grandes en la Argentina que han desaparecido o se han fusionado. Ahora, el mercado es chico, pero Brasil es un mercado enorme. México también, y Colombia. La inversión publicitaria en Colombia es muy grande. La gran oportunidad que tiene ahora Colombia es desarrollar su creatividad. Yo les digo “ustedes tienen toda esta inversión, ahora quiero ver el ingenio para apoyar esta inversión”. Brasil está muy parejo en inversión y creatividad, pero Colombia está todavía desbalanceada. Lo mismo la Argentina. He visto, por ejemplo en la pasada edición de El Ojo de Iberoamérica, trabajos argentinos en los que digo “qué pena la inversión de estos comerciales, no es tan importante como debiera”. Y esto lo digo a pesar que en 2010 creció la inversión publicitaria. -¿Se profesionalizaron los servicios de las agencias lo suficiente como para hacer crecer el negocio? -Aunque no puedo hablar por las agencias en general, sí puedo decir que nuestros servicios son hoy muchos más completos que hace cinco años, por ejemplo en Ogilvy Argentina. Tenemos divisiones de activación, divisiones de interactividad, divisiones de relaciones públicas. O sea que los ser- 152 vicios que estamos dando son más amplios. Esta es la mentalidad de la agencia, nosotros tenemos muchos contratos establecidos por fee, por lo tanto tampoco perdemos plata. Al contrario, ganamos plata. Estamos asegurando un plantel de gente con el fee que nos están pagando. Ahora bien, si vos me decís ¿cuánto más van a crecer este año? Creceremos muy poco porque el crecimiento está atado al consumo y el consumo en la Argentina sigue siendo bajo. brasileñas y argentinas que no son redes, por el desbalance que se produce no podría responder. Por ejemplo, Africa es una agencia brasileña muy creativa y no tiene una red, o no una muy establecida. Con esto quiero decir que si bien es top five creativo y no es top five de facturación. En México, en cambio, los top five creativos son top five de facturación. En Brasil, Young&Rubicam es la número uno, Ogilvy es la número dos y DPZ entra en el top five creativo y en el top five operativo. -Entonces, ¿el destino de las agencias de publicidad en la Argentina es limitado? ¿Se da en otros países una situación similar a la local? -Ninguna pierde plata, hablemos claro. La que pierde plata cierra y es lo que ha pasado en los últimos años. Ahora hay grupos y agencias locales que son muy sólidas, aunque son pocas. Y eso va a continuar. Ahora bien: ¿hay alguna esperanza de que el crecimiento publicitario supere el 10% este año? No, definitivamente no. ¿Chile está creciendo en esa proporción? Tampoco. Chile es otro país en donde, a pesar de que tiene una moneda libre, el consumo sigue siendo muy estable y la inversión publicitaria chilena es muy baja en comparación con otros países. Es más alta en Colombia, incluso, porque ha tomado ahora un empuje económico importante y hay una sensación de que hay que mover la economía fuerte. Todos estos cambios económicos que ha habido en Colombia, yo creo que la van a llevar a ser la tercera potencia de Latinoamérica muy pronto. -Y las oficinas de Ogilvy, ¿son top five en facturación y en creatividad? -En Brasil sí, en México sí, en la Argentina también. En Colombia estamos en el top five creativo y no en el de facturación. También Chile es creativo y no es top five de facturación. Está repartido. En casos como los de Chile y Colombia, si se sigue trabajando creativamente, seguramente vamos a ser top five en facturación. Es algo que va a venir con el tiempo. Nosotros en la operación de Colombia hemos hecho un cambio importante: contratamos hace unos años a Mauricio Barriga, un gran publicitario colombiano, a quien pesqué en Miami en una agencia local y le dije “vamos a trabajar con vos”, y el tipo está haciendo crecer el negocio. Creativamente estamos bien. -¿El crecimiento económico de Perú se ve reflejado en la publicidad? -Perú estaba en un nivel bajo, hoy el crecimiento económico es extraordinario. Nosotros hemos crecido un 20% en la operación, pero venimos de una cifra muy pequeña. Pero sí se nota que la economía peruana está en el mejor momento de los últimos diez años. -A nivel regional, ¿el top five de facturación es diferente al top five creativo? -Si tomo en consideración dentro del top five creativo a algunas agencias -¿Es viable que una agencia como Ogilvy crezca por proyectos? -Sí. La forma de regulación de las agencias hoy ha variado sensiblemente de lo que era hace un par de años atrás. Yo estoy mucho más contento con la fórmula que tenemos hoy que con la incertidumbre que teníamos antes. Las fórmulas actuales me permiten a mí planificar el año y estructurar la agencia. Cuando uno tiene un crecimiento positivo del negocio, es muy conveniente este sistema de remuneración por proyectos. Muchas veces tenemos premios por objetivos, en combinación con el cliente. Si el objetivo es hacer crecer un tanto por ciento una marca, tanto el director de marketing, el líder del proyecto, el jefe de marca y la agencia obtienen un premio. Entonces, no sólo eso nos permite tener una relación más estrecha con el cliente sino que además nos metemos Ogilvy Latina: Marcos Golfari 155 en su negocio, en las ventas, en la distribución. Cuando yo empecé en publicidad los márgenes eran altísimos. Yo no sé adónde habrá ido a parar esa plata, pero el margen de las agencias era extraordinario. Ahora eso se fue esquilmando. Los clientes multinacionales han puesto a su gente a reducir, reducir y reducir. Por supuesto que llega el momento en que uno dice “éste es el servicio que puedo darte” y es ahí cuando empezamos a trabajar con más transparencia. “Si vos querés tres campañas y dos ejecuciones, este es el precio, hasta acá llegamos; ahora empecemos a construir, ¿cuánto más necesitás?”. A nosotros nos ha pasado con algún cliente con el que empezamos el año con un presupuesto de fee determinado, que a mitad de año nos dice “necesito algo más”. Hoy podemos mejorar los recursos y apuntalar la cantidad de gente. Antes, si la campaña te la cortaban porque las ventas se habían agotado, el producto no funcionaba o la distribución se había perdido, vos te quedabas colgado de la palmera. Agencias de medios -¿Compiten hoy de algún modo la agencia de medios con la agencia creativa? -Yo creo que ellos ilusoriamente pretenden tener estructuras de agencia. Y digo ilusoriamente porque para eso necesitan tener una agencia. Pueden vender contenido, pero para tener una estrategia, un pensamiento estratégico y creativo, tenés que poner una agencia. Cuando uno habla de contenidos no habla de la protección de la marca, porque el contenido puede ser de cualquier tipo y necesita de una estrategia de marca para poder colaborar con eso. -Hay agencias de medios que han hecho un profundo trabajo de innovación en medios y tienen herramientas requeridas por los anunciantes… -Eso seguro, pero volvemos a lo mismo, es innovación en medios. ¿Qué le ponés a la innovación? ¿Le ponés estrategia de marca? Perfecto, pero tienen que contratar gente, porque las agencias de medios no la tienen. ¿Suman creatividad? Deberán contratar más gente. Es decir, para desarrollar estrategia van a tener que, o contratar a la gente, o comprar agencias para que ese contenido tenga estrategia. Martín Sorrell separó las agencias de la compra de medios porque dijo que para poder competir en medios fuertemente necesitaba ser mucho más profesional en medios, y para eso era necesario que esa área tenga la independencia que no tiene junto a las agencias. Y le resultó bien, a pesar de que nosotros pensamos a veces que para ver el espectro de 360 grados nos falta ese ángulo y nos gustaría tenerlo de vuelta. Pero él sabe que si lo tuviéramos de vuelta seguramente lo arruinaríamos, porque lo someteríamos a nuestros designios, y no sabemos ser independientes. -¿Creés que hay chances a futuro de trabajar más en equipo y rivalizar menos? -Las agencias de medios no pueden planear estratégicamente el desarrollo de un producto, protegerlo de la competencia, tener cifras de mercado y trabajar la comunicación creativa. Si pudieran, entonces serían agencias de publicidad. Ahora, cuando una agencia de medios compra contenido, el contenido es un espacio y no más que eso. Después pasará algo dentro del espacio, pero sigue siendo contenido. Yo no creo que haya una disputa del mercado entre nosotros. El mercado está bien como está y está separado. Las agencias creativas no van a desaparecer como tampoco las agencias de medios. Lo que sí creo es que van a empezar a trabajar más en conjunto de lo que ha pasado hasta ahora. Cuando se dio la primera separación fue algo brutal porque realmente hubo una separación física, de edificios, de gente y se generó un espíritu de revancha. Es así, hubo revancha. Ahora ya empezamos a trabajar en conjunto porque nos damos cuenta de que las oportunidades son para ambos, las campañas son globales y necesitan mayor riqueza de pensamiento de medios. perfil Marcos Golfari -¿Por qué elegiste la publicidad? -Fue mi primera locura de joven, de chico. Agarraba las revistas Life que mi papá traía a casa y las descuartizaba. Les sacaba los avisos. A National Geographic también le sacaba los avisos y los clasificaba en una carpeta: alimentos, vehículos, ropa, fotografía. Recuerdo que me encantaba. En algún lugar debe estar todo eso. Los miraba y los admiraba, eran avisos gráficos obviamente, muchos de ellos en color. Empecé la universidad y comencé a trabajar en una empresa de transportes, lo que me daba unos pesitos. Y un día el dueño de esta empresa de transportes, que era un italiano y hablaba en italiano conmigo, me dijo “vos te tenés que quedar conmigo”. Desde luego le dije que no, que me iría a trabajar en una agencia de publicidad. “¡Pero vos estás loco, esa no es una profesión!”, me respondió. La verdad es que ganaba bien en la empresa de transportes y cuando empecé publicidad no ganaba nada, pero para mí era una fortuna trabajar en publicidad. -¿Cuántos años llevás con esta actividad? -Empecé en Cícero Publicidad en 1979. Yo estudiaba publicidad en la Universidad del Salvador, un día me aparecí en la oficina de Carlos Méndez Mosquera y le dije que quería entrar. El me dijo “sí, pibe, vení, vas a trabajar”. Esa fue mi primera escuela, una escuela de diseño. En esa época estaba Shakespear, y de redactor estaba Marcos Mundstock. Era una agencia caliente. Lo que quiero decir con esto es que desde ese momento hasta hoy, siempre las mejores campañas tuvieron producción. No es algo nuevo, de hoy, es algo que funcionó siempre. Yo recuerdo que una de las primeras campañas que hice era de muchísima creatividad, era una de Sylvapen en contra de Bic. Se llamaba “Al Capuchone”, con Chunchuña Villafañe y Ugo Tognazzi. Esa creatividad de lograba porque el cliente nos inspiraba, y nos decía “¿saben qué? Quiero hacer algo diferente, quiero hacer esto”. El tipo era un italiano al que no podíamos irle con ideas chiquitas, había que llevarle ideas grandes, bien grandes. Y se producían también en grande. -¿Cómo dividís tu vida entre Buenos Aires y Miami? -Desde hace un tiempo tomé la decisión de tener estas dos sedes, más que nada porque lo que los centroamericanos llaman “la viajadera” era muy fuerte, agotador. Estando en Buenos Aires me resulta más cómodo ir a San Pablo, a Río de Janeiro o a Santiago de Chile. Cuando estoy en Miami me pasa lo mismo con México, Centroamérica, Colombia o Nueva York. Por eso me divido. En la sede de Miami hay un grupo que atiende cuentas, que son multinacionales con sede en Miami. Hay también un gerente financiero, y tenemos un pequeño departamento de arte; no necesitamos más. Y aquí está toda la parte financiera gruesa, la parte de planeamiento estratégico, y está Gastón Biggio en la parte creativa de toda la región. -¿Y dónde decidiste afincar tu casa? -En los dos lugares, porque mi mujer viene conmigo. Cuando voy a Miami, por ejemplo, ella viaja conmigo y yo luego voy a México y regreso. A ella le encanta el hecho de estar allá también porque tenemos hijos y nietos en Estados Unidos, y podemos visitarlos. Me ha facilitado mucho el trabajo tener estos dos lugares para poder acceder rápidamente, y no tener una locura de viajes. Además, he bajado mucho los costos, porque un viaje de acá a México tiene un costo y de Miami a México tiene otro. Claro que siempre está latente la pregunta que me hicieron el otro día en mi familia, de cuánto tiempo más haré esto. Yo creo que lo voy a hacer hasta que se me gaste la suela de los zapatos. Es un 154 trabajo que me gusta, me entusiasma, me siento útil. -¿Llevás la cuenta de cuántas horas de vuelo tenés anualmente? -Sí, un montón. No me hables de vuelos porque creo que el año pasado fueron tres millones de millas. En American me saludan cada vez que me ven “¡señor Golfari, pase por acá, nuestro querido amigo, qué gentileza, qué bueno que nos ha visitado de vuelta! ¿Adónde vamos hoy?”. Las chicas en Ezeiza ya no me preguntan “señor, adónde va usted”, sino “adónde vamos hoy”. -¿Cómo aprovechás tu tiempo libre? -Me gusta mucho el golf, y también navegar. Tengo la suerte de tener un velero que uso mucho cuando estoy en Miami, los fines de semana libres. Y aquí en Buenos Aires, con un socio mío que es oftalmólogo, tenemos un velero clásico de madera. Se llama “Pepita” y está en el Náutico San Isidro. Es un lindo barco, un diseño Frers del año ‘72, con 10.5 metros de eslora, con el que corremos regatas de vez en cuando. El lo usa más que yo porque tiene más tiempo, y está en Buenos Aires. -Elegiste dos deportes, como golf y náutica, que te requieren de bastante tiempo para poder hacerlos… -Lo que pasa es que lo hago poco. Al golf juego a veces con un grupo de amigos. En las vacaciones me voy a mi casa en la playa y ahí sí juego, otra cosa no hago. Asados, golf y charlas con los amigos. Ahí no hay náutica. -¿Te queda tiempo para el cine, la música o la lectura? -Leo más temas profesionales, de negocio, que novelas. Pero de pronto, por ejemplo, me engancho muchísimo con un escritor americano que trabajó conmigo en JWT. Se llama Petersen, hace novelas y tengo casi todos sus libros. Uno de ellos habla de algo muy simpático: él tenía la cuenta de Kodak, trabajaba como redactor creativo de esa cuenta, y dice que un día ve un aviso de Kodak en la calle y piensa “¿quién será el idiota que hace esos avisos tan llorosos?”. Y resulta que era él mismo. Además, siempre que estoy en Buenos Aires leo los diarios La Nación y Clarín antes de entrar a la oficina. Les doy una muy buena hojeada y también miro los avisos para ver quién está facturando... -¿Cómo se compone tu familia? -Con mi mujer, Juana, estamos casados hace casi cuarenta años. Tenemos tres hijos varones y tres nietos. Otros dos están en camino, así que pronto vamos a ser un equipo importante. -¿Tus hijos tienen profesiones distintas? -Uno trabaja en publicidad en Miami, en Young & Rubicam, es diseñador digital. Otro está en el mundo del headhunter, trabaja en una empresa americana de búsqueda de personal. Y el tercero, Mario, está en un proceso interesante porque está definiéndose. Es el más joven. Hace algo de cine, está dirigiendo un programa que se llama “Isla presidencial”, se da por Internet y está teniendo un éxito bárbaro en Centroamérica. Es un cartoon en donde los presidentes, todos ellos, se pierden en una isla y lo que pasa, pasa. -¿Una especie de “Lost”? -Sí, sí, un “Lost”. Es muy gracioso. Chávez es un personaje bárbaro. Estaba Bachelet, que finalmente se fue porque había que sacarla. Entró el nuevo presidente de Colombia. Es muy gracioso, la verdad. Pero él aún está definiendo su futuro.