revisión metodológica de intervención
Transcripción
revisión metodológica de intervención
CUARTO INFORME ESPAÑA REVISIÓN METODOLÓGICA DE INTERVENCIÓN SERVICIO ESPECIALIZADO DE ATENCIÓN A LA FAMILIA E INFANCIA (S.E.A.F.I.) 1/58 TRABAJO EN FAMILIAS CON HIJOS VIOLENTOS A PROPÓSITO DE UN CASO DE VIOLENCIA FAMILIAR EL SERVICIO ESPECIALIZADO DE ATENCIÓN A LA FAMILIA E INFANCIA (S.E.A.F.I.) Los programas construidos y desarrollados desde el año 1998, por la Dirección General de Familia, Menor y Adopciones de la Consellería de Bienestar Social, han constituido una estructura de atención secundaria, formando una red de servicios especializados, dentro de la acción social. Tratan de dar respuesta a la cada vez mayor complejidad de la familia actual. Los Servicios Especializados de Atención a la Familia e Infancia (SEAFI), se forman a partir del año 2001, como desarrollo de los Servicios Integrados de Atención a la Familia (SIAF) y son asumidos por la mayoría de los Ayuntamientos. Han sido evaluados muy positivamente dentro de la investigación realizada por la Universidad de Valencia, sobre el Primer Plan Integral de la Familia e Infancia de la Comunidad Valenciana, como servicios de gran utilidad para los usuarios, que los utilizan de forma creciente. El Servicio Especializado de atención a la familia e infancia (SEAFI), se define como un equipo interdisciplinario específico y especializado de carácter local o comarcal, que interviene en la prevención, atención y tratamiento de las situaciones de crisis y de desestructuración familiar, cuyo objeto es realizar una intervención social especializada de carácter integral, en núcleos familiares que se encuentren en situación de vulnerabilidad o conflicto, existan o no menores en situación de riesgo o desamparo. MODO DE FUNCIONAMIENTO Coordinación Las intervenciones propias del SEAFI, se enmarcan dentro de un segundo nivel de atención secundaria, serán realizadas en coordinación con el equipo municipal de servicios sociales generales (nivel de atención primaria), siendo complementarios a la labor de éste. Además se tiene en cuenta especialmente la coordinación con otros servicios, a fin de pode funcionar en red. Se destacan en este sentido los servicios sanitarios, (en especial salud mental); los escolares (en especial SPEF y equipos psicopedagógicos de enseñanza media); policía local; concejalías de mujer, juventud, etc... Tipo de Problemáticas atendidas En principio se atienden las problemáticas relacionadas con cualquier tipo de conflictividad familiar que necesite orientación psicosocial, mediación o terapia familiar para su resolución, entre las que pueden figurar: 2/58 TRABAJO EN FAMILIAS CON HIJOS VIOLENTOS A PROPÓSITO DE UN CASO DE VIOLENCIA FAMILIAR a) b) c) d) e) Situaciones familiares con menores en situación de riesgo o desamparo. Que impliquen un riesgo de ruptura de la familia. Con necesidad de orientación específica en determinadas situaciones familiares. Situaciones en que la pareja haya decidido separarse. Familia en cuyo seno existan menores con conductas inadaptadas. Tipos de familias atendidas El programa considera la atención a la familia de un modo integral, mediante el desarrollo de actuaciones específicas de intervención familiar, incluido el apoyo y seguimiento: - Familias monoparentales. - Familias en cuyo seno se produzca violencia. - Familias en cuyo seno existan menores en situación de riesgo, y menores en situación de guarda y/o tutela administrativa. - Familias adoptivas o con menores en acogimiento preadoptivo. - Familias en situación de riesgo o conflicto, no encuadrables en los apartados anteriores. Será prioritario en el desarrollo de cualquier intervención, la actuación con familias con menores en situación administrativa de guarda y/o tutela, que se encuentren acogidos en familia o en centro residencial, con el fin de favorecer el retorno a su núcleo familiar de origen. Técnicas de intervención El SEAFI contará entre sus técnicas de intervención, de modo obligatorio, la de orientación familiar. También desarrollará según el caso, las de mediación y terapia familiar, si fuera necesario. La orientación familiar se referirá tanto a las crisis familiares y conyugales como a los conflictos intergeneracionales, con el fin de prevenir situaciones de riesgo que desemboquen en un deterioro de la convivencia familiar y de la situación de los menores en la misma. La mediación se entenderá como una vía de resolución de conflictos, donde las partes cuentan con la ayuda del mediador, como persona imparcial, que posibilita líneas de comunicación que favorecen el diálogo y la llegada a acuerdos satisfactorios para los dos. La terapia familiar se entenderá como un tratamiento especializado dirigido al conjunto de la familia, o a alguno de sus miembros, con la finalidad de normalizar sus relaciones personales y sociales. 3/58 TRABAJO EN FAMILIAS CON HIJOS VIOLENTOS A PROPÓSITO DE UN CASO DE VIOLENCIA FAMILIAR Recursos humanos El personal del SEAFI, se regula según una Orden que publica la Consellería de Bienestar Social todos los años, donde se fijan los criterios generales de funcionamiento y el modo de ser subvencionables. Estos profesionales conformarán un equipo específico, distinto del equipo municipal de servicios sociales de atención primaria, que mantendrá sus funciones en el área de intervención de familia e infancia: información, asesoramiento técnico, diagnóstico e intervención inmediata conforme a lo establecido en la Ley 5/1997, de 25 de junio, de la Generalitat Valenciana, por la que se regula el Sistema de Servicios Sociales en el Ámbito de la Comunidad Valenciana. Finalmente es requisito también imprescindible que el SEAFI tenga un interlocutor ante la Dirección Territorial de Bienestar Social para la adecuada intervención y seguimiento de las familias atendidas. Procedimiento de acceso a los Programas de Intervención con Familias en situación de riesgo. La demanda de necesidad de intervención ha de partir del propio Equipo Social de Base, donde se debe realizar una cierta labor diagnóstica que establezca la idoneidad para acceder al S.E.A.F.I., donde se establecerá cuál es el programa más adecuado a las necesidades que presenta el usuario. En esta labor diagnóstica inicial se prestará especial atención a clarificar los aspectos más importantes para el posterior desarrollo del programa, como son la voluntariedad y la capacidad de las personas para acogerse a un programa de Intervención Familiar, por lo que será necesario una especial formación de estos profesionales para aclarar los criterios de derivación. Periódicamente en reuniones de coordinación ESB y SEAFI, se estudiarán los casos, estableciendo la forma de acceso (preparación inicial si hace falta, etc.), competencias de cada equipo y plan de intervención general. La voluntariedad se refiere al estado de ánimo del usuario, grado de aceptación mínima de las bases de la intervención. La capacidad, en cambio se refiere al conjunto de potencialidades individuales, familiares y apoyos externos con los que cuenta la familia. Teniendo en cuenta que en determinados casos confluyen una gran voluntariedad y una escasa capacidad que requerirán de una intervención más dirigida. La voluntariedad del individuo afecta directamente a la libertad del individuo, su negatividad lleva a la falta de colaboración u oposición clara, invalida cualquier acción psicológica, por tanto su falta de voluntariedad, excluye al usuario del Programa. No obstante, muchas veces esto pasa por falta de información o por miedos poco consistentes, que pueden ser tratados, en esa fase de “preparación para la intervención”. Para valorar la idoneidad de acceso al programa se tendrán en cuenta los siguientes criterios: 4/58 TRABAJO EN FAMILIAS CON HIJOS VIOLENTOS A PROPÓSITO DE UN CASO DE VIOLENCIA FAMILIAR Familias en situación de riesgo (criterios ya establecidos anteriormente). Familias con hijos menores de 18 años, sobre todo si son adolescentes. Capacidad mínima para consecución de objetivos de inserción y normalización. Voluntariedad de cambio en su inserción social e interés en el cambio familiar. A partir de la aproximación diagnostica elaborada por el Equipo Social de Base, se trabaja el diagnóstico específico que permita la profundización en aquellos aspectos que hacen que el núcleo familiar pase a ser sujeto de actuación del Programa. Este diagnóstico debe ser consensuado por ambos equipos de atención primaria y específica. Este diagnóstico deberá recoger las causas que originaron la situación; las áreas de intervención; la valoración de las capacidades; la valoración de la voluntariedad y la idoneidad de la inclusión en el programa. Se debe incluir el pronóstico, que permitirá precisar la temporalización de la intervención. Diseño de la intervención. Niveles de intervención: A. Intervención grupal a. Sobre las familias (incluyendo familia extensa). b. Sobre el propio núcleo familiar). B. Intervención individual, sobre alguno de los miembros de la familia. - Los objetivos deben ser concretados por indicadores. - Puede ser interesante fijar una temporalización por objetivos específicos y actividades que establezca un determinado ritmo de actuación. - En el diseño de la Intervención pueden quedar reflejados los recursos que vamos a utilizar: recursos entidades privadas, recursos públicos y recursos propios. Seguimiento y evaluación. Cierre del caso. Debe explicarse al usuario, para que sea consciente del cambio o del no cambio experimentado, como con el equipo de trabajo, 5/58 TRABAJO EN FAMILIAS CON HIJOS VIOLENTOS A PROPÓSITO DE UN CASO DE VIOLENCIA FAMILIAR La evaluación debe ser continua; tanto durante el proceso como al finalizar el mismo. El diseño de la evaluación habrá de realizarse siguiendo la modalidad más congruente con el propio proyecto, pero en cualquier caso se recogerá la evaluación de: Cumplimiento de las actividades previstas. Cumplimiento de las responsabilidades Relación de periodicidades. Consecución de lo previsto. Derivaciones y sus causas. Introducción de correcciones y nuevos casos. Y sobre todo la adecuación de la metodología a los objetivos y las actitudes mantenidas por los técnicos. Durante el proceso de la Evaluación puede suceder que: 1.- Se revise el diseño, cambiando - objetivos y estrategias de intervención y se siga trabajando el caso. 2.- Se cierre el caso por incumplimiento de objetivos: a) Por falta de implicación del usuario en el programa. b) Por demostrada incapacidad de asumir tareas generadoras del cambio. En ambos casos el cierre del expediente no debe suponer la exclusión de otros programas de apoyo (económicos, etc.) que hagan aumentar el nivel de riesgo en que queden los menores del núcleo familiar. Posibilidad de derivación a Terapia Familiar cuando la complejidad del caso lo requiera. LA ASOCIACIÓN EMAÚS Y LOS SEAFIs La Asociación Emaús ha contribuido al desarrollo de estos servicios a partir de los primeros Servicios Integrados de Atención a la Familia, que se crearon en la Comunidad Valenciana. Contribuyó así a la creación de los primeros SEAFIs en Denia, L’Alfàs del Pi, Benissa y Teulada, en la provincia de Alicante, conveniando estos servicios con los municipios. Formación Continua 6/58 TRABAJO EN FAMILIAS CON HIJOS VIOLENTOS A PROPÓSITO DE UN CASO DE VIOLENCIA FAMILIAR Emaús fue la encargada por la Consellería de B. Social de proporcionar la formación específica a los profesionales que componían los SEAFIs de las tres provincias de la Comunidad Valenciana, durante los años 1995 y 1996. 7/58 TRABAJO EN FAMILIAS CON HIJOS VIOLENTOS A PROPÓSITO DE UN CASO DE VIOLENCIA FAMILIAR NÚMERO DE CASOS DESDE EL INICIO DEL SERVICIO. SEAFI-L’ALFÀS DEL PI A continuación se acompaña una tabla de los casos atendidos durante los años que el servicio está abierto en Alfaz, entendiendo que se constituyó como SEAFI, a partir del año 2002, cuando se realiza el primer Convenio de colaboración entre el Ayuntamiento y la Asociación Emaús. Anteriormente la atención se hacía dentro del SIAF-Marinas, una mañana por semana. A partir de la fecha de constitución del SEAFI, la atención pasó a 30 horas semanales, incrementándose el presente año con otra figura profesional que pasa a engrosar el equipo: la figura del educador social (15 horas/semana). Año 1999 Casos 16 2000 24 2001 17 2002 48 2003 43 2004 56 2005 41 2006 55 2007 (*) 56 Totales 356 (*) Hasta el 30 de septiembre. 56 60 55 56 48 Casos 50 43 41 40 24 30 20 16 17 10 0 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 Años 8/58 TRABAJO EN FAMILIAS CON HIJOS VIOLENTOS A PROPÓSITO DE UN CASO DE VIOLENCIA FAMILIAR El trabajo en los SEAFIs con familias en cuyo seno se produce violencia con hijos adolescentes. Estrategias para evitar los internamientos Introducción En este trabajo se va a tratar de analizar una de las problemáticas en la familia, con la que nos encontramos muy frecuentemente y que voy a tratar de describir. Se trata de cómo intervenir en las familias que se derivan a nuestros equipos especializados, en el que la situación entre los padres e hijos está muy deteriorada, habiendo aparecido ya episodios de violencia, en los que ha tenido que intervenir incluso la policía, y además en los que solo podemos actuar con los padres puesto que los hijos no quieren venir, ya que suelen considerar que el problema no corresponde a ellos. Además en estos casos, ante el grave deterioro de la situación y la presión familiar y social, los padres plantean opciones extremas, como pueden ser, el internamiento del menor o su emancipación, tratando de cortar por lo sano, desesperados de que no es posible ya hacer nada. Muchas veces nos dicen que ya lo han probado todo y que la situación solo ha hecho que empeorar, que se está resintiendo su relación de pareja, el trabajo, etc. Ante este planteamiento del problema de difícil resolución, querría realizar una división en diferentes momentos del tratamiento, para facilitar su comprensión, utilizando un caso como paradigmático para ilustrar de forma paralela, las posibilidades de intervención. Esquema de actuación: Estudio de la demanda de los padres: Los padres hartos de haberlo probado todo, para evitar que se repitan situaciones de violencia y nuevas intervenciones de la policía, optan por plantear unas medidas que saquen al menor de la casa. Estas se concretan en dos, según la edad del joven (16): internamiento o emancipación. Análisis de la situación El trabajo de intervención va a durar siempre con la madre y su compañero, tres meses (entrevistas semanales). En las primeras entrevistas (a veces es preciso hacerlo en la primera, por el deterioro de los acontecimientos), debe de hacerse un primer análisis y un diagnóstico de la situación familiar, atendiendo a todo lo que se juega en lo que se dice, por ejemplo en el caso que presento en paralelo, de vez en cuando en el discurso de la madre, había una forma de comparar, o identificar a la hija con el exmarido, este tipo de identificaciones es demasiado común. Ella veía en su hija similares comportamientos a los de su ex, en temas de violencia y de abuso de substancias, en el 9/58 TRABAJO EN FAMILIAS CON HIJOS VIOLENTOS A PROPÓSITO DE UN CASO DE VIOLENCIA FAMILIAR padre era el alcohol en la hija era el hachís. Este tipo de identificaciones a veces subliminares, no son nunca buenas, ya que colocan al hijo en el lugar de la confrontación permanente y no dejan ver las diferencias y cualidades de éste. Veamos pues un poco más de este caso para situarnos en el momento inicial del tratamiento. Estudio de caso. Momento de violencia inicial. El caso llega al SEAFI derivado por el ESB, como es preceptivo, la madre relata su gran angustia por la relación que mantiene con su hija de 16 años, en la que se ha producido agresiones. La demanda habitual de estos casos es de que nosotros como equipo intervengamos resolviendo el problema, denunciando el caso y forzando el internamiento institucional si es necesario, o la otra demanda: buscar la emancipación. En ambos casos desaparece, físicamente, el problema. No se puede responder a la demanda del usuario, haciéndola propia, sino mas bien tratar de que se vean distintas opciones, que es difícil de visualizar en momentos de crisis agudas, donde la violencia es continuada, ofreciendo la posibilidad de reconducir la situación y volver a la posibilidad de diálogo, aunque esta parezca inverosímil en esos momentos. Por todo ello, la atención social no se puede aliar a los padres, buscando “la tranquilidad” a costa de separar, al menor de los padres, si no que se deben de buscar otras vías, para volver al diálogo. Tampoco hacer el caso nuestro asumiendo nosotros la responsabilidad de su resolución. El problema implica a toda la familia generalmente y debe de entenderse así. La conducción de la cura tiene que ser en todo momento protagonizada por los padres, que son los que inician el caso, (en el supuesto que sean otros, ha de implicarse a estos de igual forma). Nuestro cometido será ayudarles en esa conducción mostrándoles las carreteras secundarias y principales, analizando con ellos los pros y los contras, siendo la decisión final la de los usuarios. * * * Otra práctica habitual por parte de éstos ante el desbordamiento de la situación, es la de recurrir a la familia extensa, para que les ayude. Nuestra adolescente también ha estado una temporada con una tía materna, más permisiva. Allí duró un mes, hasta que se le planteó después de un tiempo de espera que tenía que hacer algo con su vida, además de responder a ciertas normas en la casa. Entonces optó por volver con sus padres. * * 10/58 * TRABAJO EN FAMILIAS CON HIJOS VIOLENTOS A PROPÓSITO DE UN CASO DE VIOLENCIA FAMILIAR En esta primera fase del tratamiento se trata de cortar por todos los medios, la violencia en la familia, planteando que esta cuestión solo puede traer consecuencias todavía peores. En este sentido es interesante situar la subjetividad de los padres, viendo los fantasmas existentes, por ejemplo en este caso, aparece la cuestión que es necesario separar, entre lo que pasó con su marido alcohólico, que aunque no era violento había una lucha constante por que dejara la bebida... Ella la sitúa también como consumidora de hachís y otras sustancias e intenta un tratamiento con la psicóloga de la UPC, que no funciona. Cuando se consigue ver que la chica no es una adicta, que fuma esporádicamente, como una gran parte de los adolescentes actuales, puede empezar a separar y desubicarla de este lugar y podrá entonces intentar tener otra relación con ella. Esta desidentificación de la que hablaba al principio de este capítulo, es importante hacerla para lograr que se mueva algo la relación madre-hija, y permita la intervención. En este proceso también a raíz de este tema, se aprovecha para hablar de cuestiones que mostraban una falta de asimilación de la separación, no solo por parte de la madre, sino también por parte de la hija. Había en esta separación muchas cosas tapadas por la madre (y el hermano mayor como cómplice), para que sus hijos pequeños no sufrieran. De esta forma el alcoholismo paterno estaba muy mitigado al igual que las disputas y violencia de la pareja. Este ocultamiento favorece siempre ciertas idealizaciones y preguntas que no tienen respuesta. En este sentido la joven reprochaba que no se le hubiera hablado de su enfermedad que le condujo a la muerte. No le perdona que se enterara tan tarde. Surgen en este momento por tanto cuestiones que no se habían hablado de la separación, favorecidas también por haber otro hombre nuevo compañero de la madre, no porque éste las impidiera sino por que no era cómodo hablar de aquello delante de él. Momento de apertura de la comunicación Después de este momento de cierta apertura en la relación general con el otro, donde se tratan cuestiones pendientes de la separación, disminuye la agresividad, se pasa a una fase de mayor comunicación, bajo una tensión que sigue existiendo, temiendo todos la aparición de nuevos episodios de violencia, que nadie en el fondo desea. En esta fase se abre la comunicación a los otros hermanos, para evitar la confrontación directa madre-hija, y que ésta última aprecie que hay otros adultos que también opinan sobre la situación, así se evita la polarización del caso y se posibilita de que puedan subjetivarse los contenidos hacia una simbolización, en la escena familiar, saliendo de una relación imaginaria paterno-filiar, de dos. En esta fase también es importante manejar el tema de la relación afectiva, es decir que todo lo que se ha dicho antes bajo un estado de crispación se atempere, y se vuelva a un discurso donde exista el cariño y la demostración de éste y su verbalización, en los momentos de buena relación. Aquí es importante decir que se la quiere (a pesar 11/58 TRABAJO EN FAMILIAS CON HIJOS VIOLENTOS A PROPÓSITO DE UN CASO DE VIOLENCIA FAMILIAR de todo), y que no se desea que se marche. Esta manifestación verbal tiene también efectos, cuando además de hacerla la madre, la hace el compañero de ésta, de forma sincera. Esto no impide que se hable de todo incluso de la emancipación, pero es importante que se diga que esta no se desea por parte de los padres, si este es el caso. Esta renovación del deseo de paternidad, supone a veces un momento de inflexión, como reconoce la pareja de la madre, un cambio importante en el tratamiento donde ya se empiezan a abrir otros caminos diferentes a la violencia. De forma paralela el grupo de iguales funciona en muchos de estos casos como un importante sostén de la posición de fuera del adolescente, permitiendo cierto amparo e incluso un lugar de estancia temporal algunas noches. Este es un tema delicado y debe de tratarse sin mostrar hostilidad hacia ellos, ya que esto lejos de mermar la relación, la fortalece. Más bien se trata de incidir en ver las limitaciones de éstos, confrontando en todo lo posible las cosas con la situación real social, trabajo, formación, amistad, etc... 12/58 TRABAJO EN FAMILIAS CON HIJOS VIOLENTOS A PROPÓSITO DE UN CASO DE VIOLENCIA FAMILIAR Nuevos episodios violentos En esta evolución problemática pueden aparecer nuevos sucesos violentos, por ejemplo enfrentamientos con la policía. El situarse en un grupo de adolescentes lleva a rozar al principio, a determinados comportamientos marginales (botellón, pintadas...), no muy graves. Es importante que esto no llegue a mayores, puesto que la estancia en el grupo se puede consolidar y llegar a justificar una situación marginal, si el grupo pasa a sustituir en cierta forma, a la familia. La situación entonces sería más grave, si el adolescente se identifica con este mundo marginal, víctima de la sociedad, que es la culpable de todas sus desdichas, pero esto es otro problema que necesitaría de un análisis mayor. Este exceso de agresividad a veces necesita de una interpretación para poderse asimilar e integrar en el discurso familiar. Aparece un odio, siempre ligado al amor, integrados en la misma pulsión odio-amor. Puede hacerse una pregunta sobre su origen, que pueda darnos algo de luz sobre estos comportamientos. En el caso de referencia, surge la falta de asimilación de la separación y muerte del padre, hace 4 años. La madre reconoce que trató de preservar demasiado a sus hijos pequeños, de todo el problema de su marido con el alcohol, como ya hemos visto. La hija ha manifestado su malestar por que no le avisaron de la importancia de la enfermedad de su padre. Además el compañero nuevo se introduce hace un año, en sus vidas sin haber tenido tiempo suficiente de poder haber asimilado la muerte del padre. Estos temas son importantes que afloren para que cada miembro de la familia, pueda hacer sus interpretaciones que contribuyan a realizar una construcción del tema, que pueda finalizar en la asimilación final del problema. También contribuyen mucho a empatizar y que cada uno pueda entender mejor la posición del otro, llegando a comprender mejor su forma de actuar. En este subapartado trato de plantear de que en estas situaciones en las que incluso interviene la policía, tampoco hay que perder la calma, y pueden ser también beneficiosas a medio plazo. Ya que el adolescente se confronta con los límites de la ley, que pueden ejercer también un papel de contención, aunque en principio no le gusten. En el caso que seguimos, en general paradigmático, se dieron estos choques con la policía local, que en este caso se vieron amortiguados, al existir una sección especial de menores, más comprensiva, dentro de la propia policía. 13/58 TRABAJO EN FAMILIAS CON HIJOS VIOLENTOS A PROPÓSITO DE UN CASO DE VIOLENCIA FAMILIAR Subjetivación del problema También hubieron charlas que no llegaron a ser ya fuertes entre la madre y los tres hijos, quedando al margen el compañero de ésta por voluntad propia y por que en este momento no era necesario. En estas charlas la menor reconoció algo de su problema, pudo subjetivar que el problema también lo tenía ella, siendo éste el principio de todo cambio, es decir no se puede cambiar algo, si no existe una consciencia de que hay un problema que resolver. Esta interiorización es básica cuando se trabaja con menores, ya que es muy difícil de que éstos reconozcan de que el problema no es solo de sus padres, sino que ellos también tienen algo que ver. Y esta cuestión puede facilitarse con el discurso de los hermanos. El trabajo terapéutico debería realizarse con los menores y con los padres. No obstante, en los casos habituales que los adolescentes no quieren venir, sobre todo en los comienzos del trabajo familiar, es interesante trabajar con los padres en un primer momento (la madre biológica y el compañero de ésta en el caso que expongo), haciendo sesiones individuales y de pareja, ya que la visión de uno puede complementar a la del otro, siempre tratando de buscar una objetividad en el caso y la necesidad de que exista un acuerdo entre ambos. En el caso que vemos la valoración de que él empezaba a notar un cambio en la chica, muy leve pero que podía favorecer el pronóstico, fue muy importante para demostrar que existían esperanzas de solución. Etapa de cambio. Así podemos llegar a esta etapa que a veces como en este caso, puede ser desesperante, ya que los cambios son pequeñísimos, y hay que seguir manteniendo la calma, la esperanza, la tranquilidad, etc. Pero a su vez, muchas veces esta etapa puede ser peligrosa por que puede salir el malestar acumulado en las anteriores, y ahora que la cosa está más tranquila, expresarlo, con el peligro que ello comporta de involucionar todo lo conseguido. En este sentido la regla debe de ser: evitar el reproche, ya que las conductas pasadas obedecían a otro momento, a otra fase donde la falta de comprensión de la situación, la aparente falta de comunicación y de diálogo, llevaban al paso al acto, en forma de fuga, violencia,... La falta de escucha que siente el adolescente lleva con frecuencia a esta actitud, sin que pueda evitarse. Por supuesto es fundamental señalar los pequeños cambios que aparecen, tratando de ver si son especialmente significativos, es decir si determinada modificación sustancial puede producir una mutación a una nueva etapa. El futuro Pensar en retomar los estudios, o buscar un trabajo puede sacar definitivamente de esta fase de confrontación. El trabajo ofrece la ventaja de que se consigue un reconocimiento y valoración de lo que se hace, tan importante para el adolescente, unido a unas normas de funcionamiento de respeto, de límites y horarios, que no vienen 14/58 TRABAJO EN FAMILIAS CON HIJOS VIOLENTOS A PROPÓSITO DE UN CASO DE VIOLENCIA FAMILIAR de los padres, pero que ofrecen una entrada en el mundo de los adultos, la socialización reconocida... El reto posterior es tratar de conseguir que después de aceptar estas responsabilidades que el trabajo conlleva, pueda plantearse de nuevo la formación para la mejora de su situación. Pensar en el futuro es ya una forma de salir de la adolescencia centrada en lo inmediato, ya que trata de controlar los cambios de su entorno, sobre todo los de su propio cuerpo. Esta proyección muestra una apuesta por el porvenir. El caso que comento muestra una evolución constante, ya que ahora que se está manteniendo el trabajo en un lugar difícil para la sujeto (de cajera en un supermercado con uniforme), plantea la vuelta a los estudios, como en muchos adolescentes que ven que el trabajo no cualificado no es rentable, ya que observan que su esfuerzo no está bien recompensado por el dinero que ganan, con lo cual muchos vuelven a estudiar para buscar otras posibilidades de empleo futuro, mucho mejores. Este es nuestro caso, llega a concienciarse y acude voluntariamente a nuestro departamento a informarse de la posibilidad de hacer un módulo formativo el próximo curso, con el educador del equipo, para poder mejorar su situación. Los problemas en las familias son más complejos de lo que se piensa, y cuando algún sujeto de la estructura familiar cambia de forma notoria, produce cambios en la propia estructura. La pareja se resiente, otros hijos que permanecían estables, sintomatizan otras cuestiones y producen nuevas crisis. Este es el caso de nuestra familia. Ahora es el hermano mediano, que ha dejado el trabajo en el que no veía un porvenir y está también buscando empleo, sin demasiadas ganas, así lleva varios meses. La lucha se dirige por este otro derrotero, pero ahora la forma de asumirla es mucho más precisa y se nota que se tienen otras estrategias para dominar la nueva situación de crisis, que no llega nunca a presentarse con violencia. Todo ello a pesar de que esta nueva situación supone hasta cierto punto un agotamiento para la madre, que ha comprendido que solo puede esperar, aguantar y seguir movilizando a sus hijos por la búsqueda de empleo, reconociendo que ella ha propiciado esta situación por que les ha dado todo hecho a sus hijos hasta ahora, y estos no han aprendido suficientemente a enfrentarse con los problemas. Juan Ignacio Martínez 15/58 TRABAJO EN FAMILIAS CON HIJOS VIOLENTOS A PROPÓSITO DE UN CASO DE VIOLENCIA FAMILIAR ASOCIACIÓN EMAÚS Centro de Acogida a Mujeres Maltratadas 17/58 TRABAJO EN FAMILIAS CON HIJOS VIOLENTOS A PROPÓSITO DE UN CASO DE VIOLENCIA FAMILIAR Maltrato Intrafamiliar Índice. 1. Tipología de casos ............................................................................................................................. 19 2. Casos atendidos entre 2004 y 2007.................................................................................................... 21 3. Objetivo general de intervención ....................................................................................................... 22 4. Marco teórico..................................................................................................................................... 23 Perspectiva Sistémica. .................................................................................................................. 23 Perspectiva Cognitivo-Procesal Sistémica.................................................................................... 23 Perspectiva Constructivista y Teoría de la Elección. .................................................................... 23 Principio AACCP. ........................................................................................................................ 24 5. Intervención ....................................................................................................................................... 25 a. Fases............................................................................................................................................. 25 b. Herramientas ................................................................................................................................ 25 c. Recursos ....................................................................................................................................... 27 d. Actuaciones .................................................................................................................................. 27 Las madres.................................................................................................................................... 27 Los hijos. ...................................................................................................................................... 28 Conjuntas...................................................................................................................................... 28 6. Participantes....................................................................................................................................... 29 18/58 TRABAJO EN FAMILIAS CON HIJOS VIOLENTOS A PROPÓSITO DE UN CASO DE VIOLENCIA FAMILIAR 1. Tipología de casos. Descripción. La Residencia de Respiro "Montahud", para Mujeres en Situación de Riesgo, es uno de los centros de Servicios Sociales especializados para mujeres en" situación de riesgo social" que, bajo la tipología de Centro de Acogida temporal, está destinado a procurar atención integral a núcleos familiares compuestos por "Mujer" y "menores" a su cargo. La característica básica viene dada en la Orden de 17 de febrero de 2003, de la Consellería de Bienestar Social, sobre condiciones y requisitos para la autorización de los Centros Especializados para Mujeres en Situación de Riesgo Social. 1. 2. 3. 4. Beneficiarios. Mujeres víctimas de malos tratos en el ámbito familiar. Mujeres en situación de riesgo de exclusión social; por ausencia de apoyo familiar, carencia de habilidades personales o precariedad económica. Mujeres menores gestantes en situación de desamparo. Menores dependientes de estas mujeres. Criterios de inclusión en el estudio. El objetivo general del estudio se enmarca en determinar las causas que podrían favorecer la aparición de agresión de hijos a padres (y las buenas prácticas en la intervención) a través de aquellos casos que han llegado a tener medida judicial. Existen varias hipótesis de partida que pudieran aportar alguna luz sobre las causas familiares, educativas y sociales que condicionan la aparición de este tipo de violencia. Podemos desgranar, grosso modo, las siguientes: 1. Existencia previa de violencia conyugal en el núcleo familiar. 2. Influencia de entornos degradados. 3. Ausencia de hábitos educacionales saludables. 4. Características personales. Si bien los beneficiarios atendidos desde la Residencia Montahud no se ajustan al perfil "menores que agreden a sus padres", sí podemos afirmar que las situaciones sobre las que se intervienen concuerdan con las hipótesis planteadas; dicho de otro modo: 1. La Residencia Montahud acoge a núcleos monoparentales (madre e hijos), siendo un ambiente interesante para evaluar las interacciones intrafamiliares; los hábitos educacionales, así como la aparición o ausencia de comportamientos violentos en los menores (hipótesis 3). 2. Todos estos núcleos monoparentales provienen, bien de hogares con violencia conyugal, bien de entornos degradados (hipótesis 1 y 2). Dicho esto, hemos de anticipar que: 1. Los grupos familiares que ingresan sólo por maltrato (violencia pura) son, estadísticamente, poco frecuentes. Diversos estudios parecen indicar que las mujeres de nivel económico y social medio o alto disponen de redes de apoyo social, por lo que no llegan a ingresar en centro. 19/58 TRABAJO EN FAMILIAS CON HIJOS VIOLENTOS A PROPÓSITO DE UN CASO DE VIOLENCIA FAMILIAR 2. Especialmente preocupante son las mujeres inmigrantes de países subdesarrollados (especialmente Asia, África, América Central y Europa del Este) y las españolas de etnia gitana, en cuyas culturas la violencia intrafamiliar, el maltrato como herramienta legítima y el desprecio a la mujer están culturalmente aceptados. 20/58 TRABAJO EN FAMILIAS CON HIJOS VIOLENTOS A PROPÓSITO DE UN CASO DE VIOLENCIA FAMILIAR 2. Casos atendidos entre 2004 y 2007. Casos, valores absolutos 2004 2005 2006 2007* 1.- Mujeres atendidas 27 19 29 17 2.- Menores 34 25 42 25 2004 2005 2006 2007* 1.- Violencia pura 0'16 0'18 0'17 0'17 2.- Violencia con exclusión. 0'71 0'61 0'69 0'68 3.- Exclusión pura. 0'13 0'21 0'14 0'15 Edad de los menores, 2004 2005 2006 2007* 1.- 0 a 5 años 0'80 0'40 0'43 0'36 2.- 5 a 11 años 0'14 0'32 0'38 0'40 3.- 12 a 15 años 0'03 0'24 0'14 0'21 4.- 15 a 17 años 0'03 0'04 0'05 0'03 NOTA: Para 2007 los datos son provisionales. Víctima de violencia, valores porcentuales valores porcentuales NOTA: En 2005, la Residencia Montahud se especializa en núcleos familiares con menores de edad superior a los trece años, por esa razón cambian los porcentajes. 21/58 TRABAJO EN FAMILIAS CON HIJOS VIOLENTOS A PROPÓSITO DE UN CASO DE VIOLENCIA FAMILIAR 3. Objetivo general de intervención. Pese a que el objetivo central de la intervención consiste en la rápida recuperación de la vida independiente (des-institucionalización o salida del centro); las líneas de actuación abordan, desde una perspectiva integral e individualizada, las necesidades detectadas en cada núcleo familiar en los ámbitos: 1. Mujer: salud y bienestar personal, habilidades sociales, capacitación profesional e inserción laboral; habilidades y herramientas educacionales. 2. Menores: salud y bienestar personal, adaptación escolar, hábitos de salud e higiene, ajuste comportamental. 3. Grupo familiar: salud y bienestar familiar, normalización de relaciones, ajuste del sistema familiar. Algunos de los objetivos concretos que, ordenados de mayor a menor frecuencia y no excluyentes entre sí, trabajan los equipos profesionales de la Residencia Montahud son: - TEP y TAG. - Autoestima. Empatía. - Reemplazar estrategias de supervivencia por las de convivencia. Técnicas de resolución de conflictos. Técnicas de negociación. - Reemplazar conductas violentas por conductas funcionales. Técnicas de solución de problemas. Técnicas de planificación. - Mejorar- normalizar la relación materno filial. Habilidades educacionales. - Reelaborar las redes sociales y familiares. Habilidades sociales. - Adquirir hábitos saludables de higiene, alimentación, sueño, etc. - Formación e Inserción laboral. Independencia económica. 22/58 TRABAJO EN FAMILIAS CON HIJOS VIOLENTOS A PROPÓSITO DE UN CASO DE VIOLENCIA FAMILIAR 4. Marco teórico. Perspectiva Sistémica. A fin de lograr un modelo potente para la gestión de los elementos, estados y procesos generales de la residencia, se ha preferido utilizar las premisas de la <Perspectiva Sistémica>, la cual (1) ha demostrado ser funcional, plástica y productiva, (2) permite asegurar la participación e integración de todos los elementos relevantes, (3) asigna igual importancia a todos los elementos en interacción, (4) permite conceptuar estados caóticos [si me permiten la franqueza, tan habituales en la dinámica residencial] para, después, orientarlos hacia un equilibrio, y (5) establece el logro de objetivos a través procesos organizados y al mismo tiempo dinámicos. La perspectiva sistémica se establece como marco fundamental de referencia para comprender la dinámica residencial general. Perspectiva Cognitivo-Procesal Sistémica. Ampliación de la anterior, establece que (1) toda persona forma parte y está influida por el sistema, (2) percibe el sistema desde su propio punto de vista e (3) influye al sistema desde la percepción que tiene de él. No existe una única realidad, sino una serie de interpretaciones personales de la misma. Esta aportación, empíricamente revolucionaria, dilapida la tradicional definición de los equipos profesionales desde una posición de privilegio en la intervención educativa y en la gestión de la dinámica residencial. Ubicar a los equipos profesionales en la cúspide de una pirámide, en posesión de una verdad fundamentada sólo en conceptos como la capacitación profesional, el bien superior del intervenido y el rol, es abocar al fracaso la intervención. Así, la perspectiva cognitivo-procesal sistémica asume que los equipos profesionales no sólo son parte de las dinámicas residenciales, sino que están fuertemente influidos por ellas. La perspectiva cognitivo-procesal sistémica se establece como marco fundamental de referencia para comprender las dinámicas de intervención individual. Perspectiva Constructivista y Teoría de la Elección. Si bien el significado es dependiente del entorno, también es cierto que ambos (entorno y significado) pueden moldearse y construirse. Encaja aquí la importancia conceptual que la “actividad con propósito” tiene para la intervención. Los 23/58 TRABAJO EN FAMILIAS CON HIJOS VIOLENTOS A PROPÓSITO DE UN CASO DE VIOLENCIA FAMILIAR <Equipos Profesionales> tienen la misión de capacitar al intervenido para maximizar sus posibilidades de adaptación; es decir, para reconstruirse. Esa, y sólo esa, es la “actividad con propósito” o el “propósito de la actividad” de los <Equipos Profesionales>. Por otro lado, el individuo decide en cada momento como elige abordar sus procesos personales. Nada que afecte al sujeto queda fuera su elección. La perspectiva constructivista y la teoría de la elección se establecen como marco fundamental de referencia para comprender las dinámicas psicosociales. Principio AACCP. El objetivo fundamental es dotar a cada individuo que compone la unidad familiar acogida con herramientas Ajustadas (a la edad, a las necesidades, al contexto), Adaptadas (útiles, funcionales, normalizadas, saludables), Coherentes (integradas, comprensibles, relevantes), Consistentes (válidas, perdurables, transituacionales, eficaces) y Positivas. 24/58 TRABAJO EN FAMILIAS CON HIJOS VIOLENTOS A PROPÓSITO DE UN CASO DE VIOLENCIA FAMILIAR 5. Intervención. a. Fases. 1. Recepción: orientada fundamentalmente hacia el estudio profundo de las necesidades del núcleo familiar. Las actuaciones de los equipos profesionales van orientadas, principalmente, a gestionar reacciones ansiosas, agresivas y desestructuradas. Se plantea la línea base de intervención. 2. Estabilización: conocidas las necesidades de intervención, llega el momento de planificar la acción de los equipos profesionales. Iniciada esta fase, sólo acaba cuando una usuaria deja de tener seguimiento por parte del centro. 3. Salida: se inicia entre dos y cuatro meses antes de abandonar el centro, dependiendo de las dificultades encontradas para la reinserción del núcleo familiar en un contexto adecuado. Comunicada a la mujer la proximidad de la salida, ésta inicia una reacción de duelo que conlleva cierta recesión temporal en las habilidades adquiridas. 4. Seguimiento: tras la salida, el centro sigue ofreciendo sus recursos (salvo alojamiento) a todos los núcleos familiares. b. Herramientas. Teniendo en cuenta el tema de esta investigación "maltrato de hijos hacia padres" se enuncian, dentro de las fases de intervención habituales en la residencia Montahud, aquellos ítem más relacionados con este ámbito. 1. Recepción: (ingreso) inicio de la observación del Equipo, diagnóstico de la relación materno-filial. Suele detectarse, en un porcentaje muy alto (más del 70 % de los casos), que el modo principal de relación de las madres hacia los hijos, de los niños hacia ellas y entre los hermanos contiene (en mayor o menor medida) comportamientos violentos. Éste modo relacional se hace más evidente con menores varones con edades superiores a los cinco ó seis años. Las intervenciones de los equipos profesionales se orientan hacia el establecimiento de conductas adaptadas alternativas. Los factores que parecen influir la persistencia en el uso de la violencia son: • Grado de violencia padecida en el hogar. • Tipo de violencia: psicológica, física o psicológica. • Victimas: la madre sólo; los hijos sólo; la madre y los hijos. • Tiempo durante el cual se han padecido estas situaciones. • Influencia del entono social (marco cultural, familia extensa, barrio, etc.) 25/58 TRABAJO EN FAMILIAS CON HIJOS VIOLENTOS A PROPÓSITO DE UN CASO DE VIOLENCIA FAMILIAR 2. Estabilización: a medida que se trabajan los ítems relevantes, en intervención individual y grupal, se detecta una reconceptualización del "uso de la violencia y sus formas" como herramienta inadecuada que va sustituyéndose (gracias al continuo modelado desde los equipos profesionales) por otros instrumentos normalizados para resolver todo tipo de situaciones conflictivas. Ésta es la fase más complicada, ya que entra en juego la "actividad con propósito" de los equipos profesionales. Algunas de las herramientas utilizadas son: • Refraiming (reconceptualización): el profesional actúa como mediador en un conflicto surgido en el plano (1) intrasujeto (del sujeto consigo mismo), (2) intersujeto (del sujeto con otro) y/o (3) extrasujeto (del sujeto con el entorno). Habitualmente se presenta el conflicto en los tres planos. A través del refraiming se orienta hacia una percepción plástica (que permite trabajar la realidad) y positiva. • System Flow (flujo del sistema): valores básicos para todas las herramientas utilizadas por el equipo profesional, que finalmente provocan un efecto multiplicador en la intervención: Protagonismo: el motor del cambio es el usuario. Por ello, cada usuario es propietario de su proceso personal. Sólo aceptando este principio se hace posible el logro del insight. Seguridad: consiste en el apoyo personal incondicional desde equipo profesional; el cual siempre toma la actitud de no juzgar los hechos, sino trabajar con ellos. Negociación: se trabaja bajo el formato de compromiso personal, escrito y firmado, fruto de la negociación entre cada usuario (mujer o menor) y la dirección del centro, y que recoge los objetivos a trabajar en el corto plazo. Se establecen claramente los ítem y contingencias, y se firma a modo de pacto que compromete esfuerzos del usuario y del equipo. Contingencias: emisión (ajustada, adaptada, coherente y consistente) de refuerzos positivos y negativos. Los equipos profesionales trabajan sobre criterios objetivos y claros. Evaluación: revisión y ajuste de las intervenciones y del nivel de logro de los objetivos propuestos y pactados. • Modelado: el modelo adaptado es cada uno de los componentes del equipo profesional. • Vertebración del equipo: conjunto de herramientas que permiten (1) el crecimiento del equipo profesional y de cada uno de las personas que lo componen y (2) la consistencia y coherencia en las actuaciones. Principalmente consisten en: Reunión General: dos veces al mes. Reunión Individual: reunión mensual con la coordinación. Apoyo personal: sesión mensual con la psicóloga. Formación y unificación de criterios: permanente. Así, en esta fase (1) resulta fundamental para cada usuario expresar en palabras los sentimientos, (2) se solicita explícitamente a las 26/58 TRABAJO EN FAMILIAS CON HIJOS VIOLENTOS A PROPÓSITO DE UN CASO DE VIOLENCIA FAMILIAR personas implicadas en conflictos que propongan soluciones adaptadas y (3) se realizan acuerdos que deben ser sostenidos en el tiempo. 3. Salida: en el periodo cercano a la salida vuelven a aflorar conductas disfuncionales; que no son consideradas como retroceso, sino como la manifestación del duelo que implica cortar vínculos afectivos con los profesionales y restos de usuarios. Cada mujer se prepara hacia la desinstitucionalización. 4. Seguimiento post-institucional: nuestro centro sigue ofreciendo apoyos tras la salida de los núcleos familiares. Ahí detectamos en qué medida las estrategias aprendidas han sido interiorizadas. c. Recursos. El equipo profesional está conformado por: 1 dirección con formación en psicología clínica. 1 coordinación con formación en psicología social. 1 psicóloga clínica. 1 trabajadora social. 2 educadores con formación en psicología clínica. 3 educadores con formación en trabajo social. 1 personal de apoyo doméstico. La intervención toma las siguientes formas: Reunión individual: con cualquiera de los miembros del equipo profesional, a fin de abordar una necesidad o conflicto específico. Genera un "Acta Breve de Reunión". Apoyo personal: sesión de trabajo con (1) psicóloga, (2) coordinación, (3) trabajadora social. Afecta al "Compromiso Personal". Trabajo grupal: reuniones de grupo con objetivo específico (ventilación, negociación, formación, foro de discusión, etc). Genera un "Acta de Actividad". A mencionar especialmente el taller "Escuela de Madres". Acción informal: en lo cotidiano, a través de la transmisión de valores y el ejercicio de modelado. d. Actuaciones. Las madres. A lo largo de las fases anteriormente comentadas, se abordan las necesidades de cada usuaria y su núcleo familiar de forma integral, incidiendo especialmente en la experiencia de maltrato y sus efectos. La interiorización en el uso de herramientas relacionadas con la violencia y el maltrato se hace visible en los modos relacionales y educacionales del núcleo familiar. Como consecuencia, cada componente de ésta unidad deja de conceder respeto 27/58 TRABAJO EN FAMILIAS CON HIJOS VIOLENTOS A PROPÓSITO DE UN CASO DE VIOLENCIA FAMILIAR y autoridad al resto, generando un estado de "todos contra todos" que aboca al constante conflicto intrafamiliar. La progresiva implantación de modos relacionales funcionales pasa, incondicionalmente, por la restauración de la figura materna como referente y de autoridad para los hijos. Para el ejercicio efectivo de éstas funciones la madre ha de dotarse de un conjunto nuevo de herramientas educacionales bajo el principio AACCP. A través del Taller "Escuela de Madres", (1) las mujeres se instruyen en el uso de herramientas educacionales básicas, (2) se realza la importancia del vínculo maternofilial y fraternal, (3) se orienta hacia la existencia de normas reguladoras propias del núcleo familiar, cómo establecerlas, controlarlas e incentivarlas, (4) se informa sobre hábitos saludables en campos como la alimentación, higiene, sueño, expresión emocional, tareas escolares, relación con la escuela, etc. Los hijos. Aquí la intervención se centra inicialmente detectar y paliar la sintomatología inicial, habitualmente relacionada con (1) la experiencia de maltrato y (2) ausencia de pautas educacionales adecuadas. Los cuadros que a menudo se detectan muestran: ansiedad, desasosiego, reacciones agresivas o violentas, labilidad emocional, miedos, desprotección, fobias, problemas de sueño, negación, baja tolerancia a la frustración, baja autoestima, autocontrol deficiente, enuresis, encopresis; y, en menor medida, trastornos disociales, déficit de atención e hiperactividad, trastornos por estrés postraumático. Habitualmente, tras la reposición de la madre en el ejercicio adaptado de sus funciones y la redefinición de las relaciones e interacciones en el núcleo familiar bajo el principio AACCP , el hijo reacciona. Iniciada la intervención, primero se detecta oposición al cambio, posterior tránsito hacia la desorientación y, finalmente, la readaptación y normalización del nuevo contexto relacional familiar. Éste curso, influido fuertemente por características personales, es tanto más fácil cuanto menor edad presenta el hijo. Conjuntas. No es habitual trabajar en sesión conjunta, al menos de manera formal, con la madre y sus hijos. La fórmula preferida es dotar directamente a la madre de herramientas y conocimientos, observar la actuación y asesorarla en el proceso de mejora. 28/58 TRABAJO EN FAMILIAS CON HIJOS VIOLENTOS A PROPÓSITO DE UN CASO DE VIOLENCIA FAMILIAR 6. Participantes. Araceli Sodupe Izquierdo - Psicóloga Social Vicenta María Cano Rubio - Psicóloga Clínica Pilar Fernández Fernández - Trabajadora Social Noraila Ripoll Berenguer - Educadora Especializada María Isabel Armijo Duarte - Educadora Especializada 29/58 TRABAJO EN FAMILIAS CON HIJOS VIOLENTOS A PROPÓSITO DE UN CASO DE VIOLENCIA FAMILIAR COLONIA SAN VICENTE FERRER * Centro de Reforma * Burjassot-Valencia * Desde 1922 * Pertenece a la Consellería de Bienestar Social * Gestionado por Congregación de Terciarios Capuchinos (Amigonianos) 30/58 TRABAJO EN FAMILIAS CON HIJOS VIOLENTOS A PROPÓSITO DE UN CASO DE VIOLENCIA FAMILIAR CENTRO DE REFORMA Motivo: Comisión de delito e imposición de Medida Judicial de Internamiento por el Juzgado de Menores Edad: 14-18 años Medida Judicial: Cautelar: No Juzgado/a Firme: Juzgado/a y condenado/a Medidas Judiciales de Internamiento: IC; ISA; IA; IT; CGE PROGRAMA DE INTERVENCIÓN • “MANUAL DE INTERVENCIÓN CON FAMILIAS Y ADOLESCENTES CON CONDUCTAS DE MALTRATO“ • Nace en el año 2004 • En el Centro de Reforma “Colonia San Vicente Ferrer” • Como respuesta a las demandas de los padres que tienen hijos/as en nuestro centro cumpliendo una Medida Judicial por un delito de Maltrato Familiar ALGUNOS DATOS • CONCRETAMENTE EN LA COLONIA: » (2004). 8 menores » (2005). 18 menores » (2006). 22 menores » (2007). 23 menores (hasta hoy) PROGRAMA DE INTERVENCIÓN • OBJETIVO GENERAL del Programa: Disminuir, hasta llegar a extinguir, los comportamientos agresivos y violentos de los/as hijos/as hacia sus padres. • Programa dirigido a: 31/58 TRABAJO EN FAMILIAS CON HIJOS VIOLENTOS A PROPÓSITO DE UN CASO DE VIOLENCIA FAMILIAR Familias en las que su hijo/a se encuentre cumpliendo una Medida Judicial por “maltrato familiar” “PERFILES” CARACTERÍSTICAS PADRES *Han sido maltratados por sus hijos/as *Pautas de crianza inadecuadas *Problemas de comunicación con sus hijos/as *”Clase media” CARACTERÍSTICAS HIJOS/AS *Han presentado agresividad o violencia en el hogar *Temperamento difícil *Locus Control Externo *Baja tolerancia a la frustración *Baja empatía ¿QUÉ ES MALTRATO? Maltrato: la realización de conductas agresivas y/o violentas hacia una persona. • Agresividad: provocar daño a una persona u objeto, ya sea este animado o inanimado. • Conductas agresivas: conductas intencionales que pueden causar daño físico y psicológico. Ej; pegar, insultar, burlarse… ¿QUÉ ES MALTRATO? • El maltrato se produce dentro de un continuo. • Antecedentes: Rabietas, desobediencia, malas contestaciones, etc. • Conductas agresivas: • Burlas, humillaciones, ofensas • Insultos 32/58 TRABAJO EN FAMILIAS CON HIJOS VIOLENTOS A PROPÓSITO DE UN CASO DE VIOLENCIA FAMILIAR • Amenazas • Golpes a objetos de la casa • Zarandeos MARCO TEÓRICO • Modelo COGNITIVO-CONDUCTUAL • Los comportamiento son aprendidos y se repiten por sus consecuencias • Consecuencias (refuerzos) • Externos: – Material (dinero, móvil…) – Social (halagos, estatus, atención…) – Horario, actividades… • Internos: – Sensación de poder y control – Evitar algo desagradable (una bronca, una sanción…) “INTERVENCIÓN CON FAMILIAS Y ADOLESCENTES CON CONDUCTAS DE MALTRATO” EVALUACIÓN En esta fase se recoge la información, tanto de padres como de hijos/as para poder entender el problema funcionalmente. Metodología: Entrevista, cuestionarios, autorregistros HIPÓTESIS Sesión individual con los padres Hipótesis: ¿Cuál es el problema? ¿Porqué aparece el problema? (Origen) ¿Porqué se mantiene el problema? (Mantenimiento) Problema genético (vs) aprendido Fundamental que los padres entiendan su parte de responsabilidad en el problema familiar. 33/58 TRABAJO EN FAMILIAS CON HIJOS VIOLENTOS A PROPÓSITO DE UN CASO DE VIOLENCIA FAMILIAR INTERVENCIÓN BLOQUE-I: PADRES EN INDIVIDUAL. OBJETIVOS 1-Evaluar el problema funcionalmente 2-Entender claramente por qué se mantiene el problema de conducta de su hijo/a 3-Flexibilizar las ideas irracionales 4-Aprender a reforzar positivamente 5-Revisar los fines de semana 6-Trabajar las tareas y los contenidos del grupo BLOQUE-I: PADRES EN INDIVIDUAL. METODOLOGÍA Las sesiones se realizan con los padres Habilidades de el/la terapeuta Semanalmente durante aprox. 60 minutos Tareas Número de sesiones flexibles BLOQUE-II. ADOLESCENTES EN INDIVIDUAL OBJETIVOS 1-Evaluar funcionalmente el problema 2-Asumir su parte de responsabilidad en el problema 3-Aprender a resolver problemas 4-Cumplir con las normas de convivencia familiar 5-Controlar su agresividad 6-Flexibilizar los pensamientos irracionales 34/58 TRABAJO EN FAMILIAS CON HIJOS VIOLENTOS A PROPÓSITO DE UN CASO DE VIOLENCIA FAMILIAR BLOQUE-II. ADOLESCENTES EN INDIVIDUAL METODOLOGÍA Ó Sesiones individuales con el/la chico/a Ó Habilidades de el/la terapeuta Ó Aprox. 11 sesiones de 60 minutos Ó Problemas secundarios (ejemplo: consumo) BLOQUE-III.GRUPO DE PADRES (ESCUELA DE PADRES) OBJETIVOS Dotar a los padres de estrategias y habilidades para mejorar sus pautas de crianza y la relación con sus hijos/as. El objetivo último es que a través del comportamiento de los padres, los/as hijos/as abandonen sus comportamientos agresivos. BLOQUE-III.GRUPO DE PADRES (ESCUELA DE PADRES) METODOLOGÍA: Ó Teórico-práctica (breves explicaciones teóricas, role-playing, visualización de vídeos, etc) Ó Terapia EN grupo y no DE grupo Ó Aprox. 11 sesiones de 60 minutos Ó 4-5 familias (requisitos) Ó Tareas 35/58 TRABAJO EN FAMILIAS CON HIJOS VIOLENTOS A PROPÓSITO DE UN CASO DE VIOLENCIA FAMILIAR BLOQUE-III. GRUPO DE PADRES (ESCUELA DE PADRES) OBJETIVOS ESPECÍFICOS Entender qué es un problema de conducta Comprender por qué se inicia y qué hace que se mantenga un problema de conducta Saber cuales son las características típicas de un adolescente Conocer estrategias para aumentar y disminuir conductas Entender qué significa “educar” Aprender a poner normas y a supervisarlas de manera adecuada Aprender a realizar y recibir críticas honestas Aprender a pedir las cosas, diferenciando entre pedir-exigir Aprender a decir NO Aprender a reforzar positivamente. BLOQUE-IV. ADOLESCENTES EN GRUPO OBJETIVO GENERAL: 1-Adquirir Habilidades Sociales METODOLOGÍA: Grupo de 4-5 chicos/as (que su familia participe en el programa) Aprox. 8 sesiones Sesiones semanales de aprox. 60 minutos Teórico− −práctica visualización de vídeos, etc) (breves explicaciones 36/58 teóricas, role-playing, TRABAJO EN FAMILIAS CON HIJOS VIOLENTOS A PROPÓSITO DE UN CASO DE VIOLENCIA FAMILIAR BLOQUE-V. PADRES E HIJOS/AS 1-Mejorar la comunicación entre los padres y los/as hijos/as 2-Poner en comportamientos práctica las técnicas para aumentar y disminuir 3-Realizar contratos y revisarlos periódicamente • • • • • • CONCLUSIONES Desde el año 2004 se han realizado 5 “Escuelas de padres” en la Colonia San Vicente Desde el año 2004 se hemos intervenido con 21 familias (en los 5 bloques) A través del seguimiento de los casos hemos podido comprobar que los resultados del Programa son muy positivos Han mejorado las relaciones entre padres e hijos/as Los/as hijos/a no han vuelto a agredir físicamente a los padres Ha aumentado la capacidad de los padres y los hijos a la hora de solucionar el problema, ya que han aprendido técnicas y nueva habilidades 37/58 TRABAJO EN FAMILIAS CON HIJOS VIOLENTOS A PROPÓSITO DE UN CASO DE VIOLENCIA FAMILIAR ASOCIACIÓN LOS ARCOS DE ALTEA 38/58 TRABAJO EN FAMILIAS CON HIJOS VIOLENTOS A PROPÓSITO DE UN CASO DE VIOLENCIA FAMILIAR INTERVENCIÓN DESDE LOS CENTROS DE PROTECCIÓN CON MENORES QUE AGREDEN A SUS PADRES. Según la Orden de 19 de junio de 2003 de la Consellería de Bienestar Social, por la cual se regula la tipología y las condiciones materiales y de funcionamiento de los Centros de Protección de Menores en la Comunidad Valenciana (DOGV nº 4532, de 27 de junio), los centros de protección de menores son aquellos destinados a acoger, atender y educar, con carácter temporal, a los niños y adolescentes que necesiten una atención especializada por encontrarse en una situación de desprotección social en los términos establecidos por la legislación civil vigente. A partir de la entrada de un menor en un recurso educativo se inicia un proceso educativo y en ocasiones también terapéutico. En el centro, además de acoger y atender, se implica al menor en una dinámica comunitaria independientemente del motivo de ingreso. Hablamos, por tanto, de la necesidad de intervenir de manera individual con el menor, pero también de la importancia de la intervención grupal que se produce en el contexto residencial. Desde los centros residenciales se plantea como prioritaria una intervención a nivel individual donde se intenten paliar los déficits de los menores acogidos desarrollando al máximo sus potencialidades; afrontando la problemática concreta de cada menor. Hemos de partir de la premisa de que cuando un menor ingresa en un centro de acogida se producen una multiplicidad de factores que propician ese ingreso, por tanto, la intervención realizada con cualquier menor, y en concreto, con un menor que agrede a sus padres, debe abarcar las distintas áreas de desarrollo del menor y debe estar estructurada de manera que posibilite una evaluación continua de la intervención con éste. Para ello, durante el primer mes de estancia en el centro, se realiza una observación detallada del menor a través de la cual se recoge información que ayudará a detectar sus necesidades prioritarias para plantear, posteriormente, los objetivos de trabajo. Los contactos con otros profesionales que ya conocen el caso son esenciales durante este proceso. Es fundamental recabar información a través de los servicios sociales de base; centros educativos o de ocio a los que el menor asistía antes de ingresar en el centro; centros de salud que nos proporcionen información detallada sobre el estado de salud del menor… Se realizará entonces una evaluación global que comprenda tanto al menor como a su entorno familiar. Las áreas a evaluar en cuanto al menor serán: capacidades cognitivo-intelectuales; hábitos sociales y convivenciales; afectivo-emocional; escolar; sanitaria y familiar. Dentro del perfil de menor planteado, debemos tener en cuenta la evaluación de los siguientes aspectos: _Habilidades cognitivas y posible presencia de algún déficit intelectual. _Capacidad de empatía. _Expresión adecuada o inadecuada de sentimientos y emociones. _Medir los niveles de impulsividad del menor. _Análisis funcional de los niveles de agresividad del menor. _Evaluar el estadio de desarrollo moral en que se encuentra el menor. _ Evaluar el nivel de tolerancia a la frustración. 39/58 TRABAJO EN FAMILIAS CON HIJOS VIOLENTOS A PROPÓSITO DE UN CASO DE VIOLENCIA FAMILIAR _Vivencia del internamiento; asunción de responsabilidades y sentimiento de culpa en cuanto a las circunstancias que motivaron el internamiento. _Motivación para el cambio. _Evaluación de las relaciones con sus iguales y rol desempeñado en este contexto. _Conciencia de necesidad de ayuda. _Imagen y vivencia de las figuras parentales. _Análisis de los vínculos familiares. _Valoración de problemas físicos y psicológicos padecidos, tratamientos previos, resultados e implicación. _Evaluación de la personalidad del menor. _Estudiar la problemática escolar presentada antes del ingreso (retraso académico, absentismo, problemas en el aula…) y relaciones causales. A partir de la evaluación realizada y de las necesidades que debemos satisfacer de cara al menor, se elabora el Programa de Intervención Individual (PII), que orientará la forma de intervención educativa más adecuada. Es importante la implicación del menor en la elaboración del PII, ya que sin su cooperación será difícil la evolución en los objetivos. Además de esta intervención educativa, se hace necesaria una intervención a nivel psicológico e incluso psiquiátrico con el menor. Desde el punto de vista psicológico se realiza un intervención individual con el menor, en la que se trabajan los déficits observados en éste (técnicas de resolución de conflictos, técnicas motivacionales, expresión adecuada de emociones y sentimientos, asertividad, elaboración adecuada de su propia historia familiar, entrenamiento en autocontrol, técnicas de relajación, etc) y que será complementada con la intervención grupal (dinámicas de grupo, técnicas de role-playing, juegos cooperativos). A todo esto cabe añadir las pautas proporcionadas al equipo educativo ante algunas de las conductas problema que presenta el menor tanto en el contexto residencial como en el escolar u otros. Tras la valoración y detección de la problemática del menor, en ocasiones es necesario recurrir a apoyos especializados externos como son las USMIS. En estas unidades se abordan problemáticas más específicas y que requieren de una atención psiquiátrica y/o farmacológica. Hay casos en los que se requiere un ingreso hospitalario del menor con carácter temporal, en unidades especializadas en salud mental infanto-juvenil con el objetivo de abordar problemas en los que resulta insuficiente el tratamiento a nivel ambulatorio. El PII es el mecanismo que sistematiza y establece el programa de actuaciones de un menor, desde el momento en que llega al centro hasta que alcanza el objetivo final deseado: la incorporación del menor a la red social normalizada. No debemos obviar que el centro es un contexto artificial y que en la medida de lo posible debemos minimizar el tiempo de estancia del menor en el mismo. Para ello, debemos buscar y valorar sus alternativas de futuro y posibilitar la realización de las mismas. Dentro de las posibilidades que se nos presentan tenemos: _ Retorno con la familia de origen del menor.- Cuando se han logrado los objetivos individuales planteados de cara al menor por una parte, y a la familia, por otra; se plantea la reunificación familiar. _ Ante la imposibilidad de reunificación familiar, cabe la alternativa de la incorporación del menor en familia extensa. 40/58 TRABAJO EN FAMILIAS CON HIJOS VIOLENTOS A PROPÓSITO DE UN CASO DE VIOLENCIA FAMILIAR _ Otra alternativa sería la incorporación del menor en familia ajena (acogimiento o adopción), no obstante, hablamos de recursos más excepcionales que requieren de unos criterios más específicos que quizá no se den en estos casos. _ En los casos en los que las alternativas anteriores se han agotado sólo queda trabajar la autonomía del menor y su inclusión en la vida adulta. Además de esta intervención individual llevada a cabo con el menor es importante destacar el papel de la intervención grupal que se realiza dentro del contexto residencial. La dinámica diaria de un centro incluye espacios grupales en los que los menores se relacionan. La interacción con sus compañeros le va a permitir al menor desarrollar ciertas habilidades sociales y de relación, instaurándose el grupo como un agente más de socialización. Esto es, se produce un influjo entre el menor y sus compañeros, un proceso que resulta de aceptar las pautas de comportamiento social y adaptarse a ellas. El grupo ofrece información sobre las conductas aceptadas socialmente, además de ser un importante transmisor de valores y actitudes lo que hace necesaria una intervención educativa grupal. Por otra parte, la asimilación y cumplimiento de una normativa implícita en el contexto residencial, proporciona al menor las pautas de comportamiento necesarias para desenvolverse en otros contextos. La normativa del centro puede entenderse como un instrumento capaz de sistematizar la convivencia. Resulta complicado y equívoco señalar la etiología del comportamiento agresivo de un menor hacia sus progenitores; no obstante en la intervención con dichos menores se evidencian problemas en cuanto a la asunción de normas, responsabilidades, deseo de alcanzar sus objetivos sin implicación ni esfuerzo y exigencia de gratificaciones inmediatas. El fijar límites provoca en el menor un descenso progresivo de los umbrales de frustración hasta alcanzar niveles en los que el más mínimo disparador puede provocar comportamientos agresivos del menor hacia cosas o personas, fugas… Para abordar este tipo de comportamientos, el centro puede optar por adoptar uno de estos dos modelos de atención: _ El modelo centrado en el castigo.- Eficaz a corto plazo pero contraproducente a medio o largo plazo, ya que el menor refuerza una imagen negativa de sí mismo; no ofrece formas alternativas de comportamiento; se aplica con posterioridad al suceso; el adulto ejerce el control (externo) y reproduce patrones de interacción basados en la práctica de la autoridad y en la disputa por el control. _ El modelo centrado en el apoyo.- Se utilizan alternativas al castigo. El menor participa en la intervención, estableciendo las metas y determinando las consecuencias lógicas y naturales de su comportamiento propias del orden social. Se fomenta el autocontrol y el aumento de la responsabilidad del niño sobre su propio comportamiento. La intervención se basa en el control como eje entre el menor y el adulto en beneficio de aquél. Se pone el énfasis en la prevención de los problemas planteando estrategias para que no se originen. 41/58 TRABAJO EN FAMILIAS CON HIJOS VIOLENTOS A PROPÓSITO DE UN CASO DE VIOLENCIA FAMILIAR INTERVENCIÓN DEL EQUIPO DE MEDIDAS JUDICIALES 1. TIPOLOGÍA DE CASOS. El Equipo de Medidas Judiciales de la Asociación Los Arcos de Altea viene desarrollando y ejecutando las medidas judiciales en medio abierto previstas en la Ley 5/2000, de 12 de enero, reguladora de la responsabilidad penal de los menores, desde el año 2001, correspondientes al ámbito geográfico que abarca la comarca de la Marina Alta y los municipios de Altea y Benidorm (de la provincia de Alicante, Comunidad Valenciana). A lo largo de esta trayectoria, y a través de las estadísticas anuales que se recogen en las memorias realizadas por nuestro equipo, podemos concluir que del conjunto de medidas ejecutadas una media aproximada del 7 % corresponden a delitos de maltrato familiar. A partir de nuestra experiencia, podemos constatar que un denominador común del perfil de los casos atendidos por este tipo de delito es el de un menor perteneciente a una familia desestructurada. En muchos de estos supuestos se da la circunstancia de la ausencia de uno de los referentes paternos, por separación de la pareja o por fallecimiento de uno de los miembros; a ello se le suma el hecho de que, además, aparecen modelos educativos excesivamente laxos, con evidentes dificultades a la hora de marcar límites y normas. Otra constatación nos ha permitido verificar que en el desarrollo de estas medidas el final de nuestra intervención ha venido determinado por las características específicas del menor en cuestión. Así, en la mayoría de supuestos en los que hemos estado ante una agresión puntual, hemos podido ejecutar la totalidad de la medida desde el medio abierto; sin embargo, en aquellos casos donde ya se apreciaban antecedentes de conductas agresivas por parte del menor, e incluso comportamientos cuyo pronóstico hacía pensar en la existencia de patologías, nuestra intervención se ha visto 42/58 TRABAJO EN FAMILIAS CON HIJOS VIOLENTOS A PROPÓSITO DE UN CASO DE VIOLENCIA FAMILIAR interrumpida a favor de un ingreso en un centro terapéutico y/o de reforma, decretado por el Juez de Menores. Por ultimo, señalar que otra de las características generales de los casos atendidos por maltrato familiar es que llegan a nuestra entidad como medida cautelar, lo que supone una intervención inmediata desde el mismo momento en que se recibe el auto judicial correspondiente. 2. NÚMERO DE CASOS ATENDIDOS.* Ejercicio 2005: 12 Ejercicio 2006: 16 Ejercicio 2007: 11 * Hay que tener en cuenta que, hay casos cuya intervención supera la anualidad, por lo que se computan en más de un ejercicio. 3. OBJETIVO GENERAL DE LA INTERVENCIÓN. MARCO TEÓRICO. El marco jurídico en el que se encuadra la ejecución de las medidas de medio abierto es amplio, y abarca desde la propia Constitución Española, los Tratados Internacionales válidamente ratificados por el Estado Español que contengan normas sobre protección de menores, fundamentalmente la Convención de Derechos del Niño de 20 de noviembre de 1.989, pasando por todas aquellas leyes del ordenamiento jurídico interno que regulen derechos de las personas y en especial de menores, como la Ley Orgánica 1/1996, de 15 de enero, de Protección Jurídica del Menor, y llegando a la 43/58 TRABAJO EN FAMILIAS CON HIJOS VIOLENTOS A PROPÓSITO DE UN CASO DE VIOLENCIA FAMILIAR ya mencionada Ley Orgánica 5/2000, de 12 de enero, de Responsabilidad Penal de los Menores, y a su reglamento de desarrollo. De este marco jurídico se desprende que el principio básico e indiscutible que pretende regir la ejecución de las medidas en medio abierto es el superior interés del menor sobre cualquier otro interés concurrente. Este tipo de medidas intentan limitar lo máximo posible el carácter represivo o punitivo de la sanción y dotarse de un contenido fundamentalmente socioeducativo y de inserción, que favorezca el adecuado desarrollo personal del menor. Así, y aparte del ya mencionado interés supremo del menor, se recogen en el ordenamiento jurídico otros principios que ahondan en esa dirección socializadora. Por ejemplo, en el Artículo 6 del reglamento de desarrollo de la Ley 5/2000 de Responsabilidad Penal del Menor contiene esos principios que pretenden situar el desarrollo de la persona por encima del castigo o sanción. Algunos ejemplos de estos principios serían el respeto al libre desarrollo de la personalidad del menor, la aplicación de programas fundamentalmente educativos que fomenten el sentido de la responsabilidad y el respeto por los derechos y libertades de los otros, la adecuación de las actuaciones a la edad, la personalidad y las circunstancias personales y sociales de los menores, etcétera. A partir de esta prioridad socioeducativa en cuanto al contenido de las medidas judiciales en medio abierto, podemos establecer los siguientes objetivos generales, para cuyo logro partimos de un marco teórico que tiene como eje principal las técnicas de relación de ayuda: Intervención de forma individualizada y globalizada en la situación personal y en el entorno sociofamiliar del joven/menor. De acuerdo con la normativa de ámbito nacional y recomendaciones en materia de reeducación de menores dictadas por los organismos internacionales, las medidas se realizan evitando respuestas punitivas frente a la infracción, ofertando alternativas educativas orientadas a la reinserción, basándonos en las potencialidades del joven/menor, teniendo en cuenta el análisis de las áreas carenciales del mismo, con el objeto de intentar subsanar y/o paliar aquellas que 44/58 TRABAJO EN FAMILIAS CON HIJOS VIOLENTOS A PROPÓSITO DE UN CASO DE VIOLENCIA FAMILIAR le son deficitarias tanto en lo personal, social o familiar y que le han llevado al conflicto social. Favorecer la reflexión y compresión del joven de la gravedad de los actos cometidos y reparación del daño causado, ya sea directa o simbólicamente. Como medio generador de un proceso dinámico entre víctima y menor, por una parte se fomenta la responsabilización del menor a partir de su reflexión y compresión, y por otro se intenta mejorar el clima social al ser reparado el mal ocasionado a la víctima. Controlar la evolución personal y social del menor/joven, incidiendo en las causas de sus conductas desadaptativas. Se intenta que el menor se reconozca como un sujeto en proceso de desarrollo y en configuración de su propia identidad. Como tal es intrínseco a la propia medida el controlar la evolución socio-educativa del joven durante, y tras la imposición de la misma. Proporcionar al menor/joven el acompañamiento y la orientación socioeducativa adecuada. Del análisis de las áreas carenciales del joven se desprende la necesidad de proporcionarle las herramientas y los recursos necesarios a efecto de garantizar el objetivo último y básico de la intervención, el logro de la autonomía personal y social. Partiendo de estos objetivos, se condicionan a cada tipo de medida y dentro de cada medida se adaptan a las necesidades de cada joven/menor, teniendo en cuenta los cambios inherentes al proceso educativo y a las características de los recursos educativos disponibles, contando con la participación posible del joven/menor, dada la obligatoriedad de las medidas, en un intento por garantizar una adecuada respuesta a las necesidades surgidas en cada momento. 4. FASES DE INTERVENCIÓN. En el proceso de intervención a la hora de ejecutar la medida judicial podemos hablar de tres fases: 45/58 TRABAJO EN FAMILIAS CON HIJOS VIOLENTOS A PROPÓSITO DE UN CASO DE VIOLENCIA FAMILIAR • Fase Inicial: en ella predomina la observación y el conocimiento en profundidad de la realidad personal, familiar y social del menor, de tal manera que obtengamos los elementos suficientes para elaborar de manera eficaz el Programa Individualizado de Ejecución de la Medida (PIE), entendiendo éste como el conjunto de objetivos y acciones planificados dirigidos a intervenir en la realidad personal, social y familiar del menor. • Fase intermedia: en esta fase se implementa el PIE, desarrollándose las acciones previstas para la consecución de los objetivos planteados. Atendiendo a la evolución del caso, estos objetivos podrán replantearse de la manera más idónea, adaptándolos a la situación y necesidades socioeducativas del menor que vayan surgiendo a lo largo del desarrollo de la ejecución de la medida. • Fase final: se prepara al menor y a su familia para la desvinculación del referente educativo; se aportan las informaciones y orientaciones necesarias para completar o consolidar el trabajo realizado, favoreciendo, en el caso de ser necesario, la continuación de la intervención por parte de los recursos y organismos competentes. 5. METODOLOGÍA DE LA INTERVENCIÓN. ACCIONES E INTERVENCIONES DESARROLLADAS. La metodología de la intervención dentro del Programa de Ejecución de Medidas Judiciales de Menores en Medio Abierto se enmarca dentro de los marcos teórico y jurídico a los que hemos hecho mención en el punto tres. Asimismo, las tres fases señaladas en el apartado anterior delimitan la puesta en práctica de esta metodología, dentro de la cual se desarrollan las siguientes actividades: • Tras recibir nuestro equipo la notificación de la medida por parte de la Entidad Pública Autonómica competente, se asigna un profesional al caso y éste lleva a cabo un primer contacto o reunión con lo servicios sociales del municipio del menor, los cuales también han recibido la notificación de la medida. Estos primeros contactos son fundamentales por que en muchas ocasiones los Equipos 46/58 TRABAJO EN FAMILIAS CON HIJOS VIOLENTOS A PROPÓSITO DE UN CASO DE VIOLENCIA FAMILIAR Sociales de Base de la ciudad del joven tienen información importante necesaria para elaborar el Programa Individualizado de Ejecución. Además, en un buen número de casos ya existe intervención previa por parte de la atención primaria municipal puesto que se trata de menores infractores que proceden de familias multiproblemáticas usuarias de los servicios sociales. Este dato es bastante común en los casos de menores cuyo delito corresponde al maltrato familiar. Así, la coordinación es fundamental para que las intervenciones de todos los profesionales sean complementarias y no dispares. Por ello, los contactos con los Equipos Sociales de Base se extenderán a lo largo de todo el desarrollo de la medida judicial. • Se mantiene una primera cita con el menor y los padres o responsables legales en la que se explica el contenido de la medida, la obligatoriedad de su cumplimiento y las consecuencias del incumplimiento de la medida. Se firma el acta de la entrevista inicial que certifica el inicio efectivo de la ejecución de la medida. • Durante la fase inicial, se llevan a cabo reuniones y encuentros con el menor y su familia para conocer la realidad personal, social y familiar de cara a la elaboración del Programa Individualizado de Ejecución. Estas sesiones suelen tener una duración aproximadamente de una hora y su periodicidad es, en principio, semanal, aunque pueden celebrarse varios encuentros a la semana si ello es necesario. • Elaboración del Programa Individualizado de Ejecución de la Medida (PIE) a partir de las carencias detectadas en el menor en los diferentes ámbitos de intervención (personal, familiar, laboral y/o formativo, sanitario, etcétera). El PIE es el soporte básico que orientará la intervención a lo largo de la ejecución de la medida. • Implementar el PIE, realizando todas las acciones planificadas para conseguir los diferentes objetivos planteados: entrevistas con el menor (con una periodicidad semanal o quincenal dependiendo de la evolución del caso y de las posibilidades reales de intervención por parte del técnico); supervisar la asistencia al centro escolar, en coordinación con los profesores y tutores del menor; elaboración de una serie de actividades encaminadas a la correcta adaptación y evolución escolar; acompañar, orientar y motivar al menor en el 47/58 TRABAJO EN FAMILIAS CON HIJOS VIOLENTOS A PROPÓSITO DE UN CASO DE VIOLENCIA FAMILIAR acceso a recursos formativos y/o de inserción laboral adecuados a sus necesidades y a su proyecto personal; apoyo y acompañamiento en la búsqueda activa de empleo; aprendizaje de la elaboración de un currículum vita; trabajo de habilidades a la hora de afrontar entrevistas de trabajo; orientar en cuanto a los itinerarios de inserción en el mundo del trabajo; facilitar y orientar en el acceso a los recursos socio-sanitarios más convenientes dependiendo de cada caso (Unidades de Conductas Adictivas, Unidades de Prevención Comunitaria, Unidades de Salud Mental: estas últimas importantes en casos de violencia intrafamiliar en los que las conductas están muy arraigadas, etcétera); apoyo educativo en la adecuada organización del tiempo destinado al ocio, orientando en este sentido al menor en cuanto a los recursos existentes en su comunidad; realización de talleres de habilidades sociales que favorezcan el desarrollo de destrezas para abordar de manera adecuada las relaciones con los demás y la correcta gestión de los conflictos; etcétera. El técnico de la medida posee habilidades profesionales para basar las entrevistas y los acompañamientos del menor en la técnica de la relación de ayuda, favoreciendo que el joven sea el auténtico actor de su proyecto, evitando al máximo interferir en ese proceso y haciendo descubrir al menor sus verdaderas potencialidades y capacidades para que él mismo (y no otra persona en su lugar) sea el auténtico motor del cambio. • Cuando estamos ante una medida judicial de Prestación de Servicios en Beneficio de la Comunidad, se lleva a cabo un contacto más estrecho con los diferentes agentes de ámbito municipal que nos pueden ayudar a encontrar la actividad adecuada que dé contenido a la prestación. No obstante, este tipo de medidas se imponen a delitos o faltas considerados de carácter leve. En casos de maltrato intrafamiliar, al revestir una especial gravedad, cuando no se determina el internamiento la medida de medio abierto impuesta es la libertad vigilada y, tal y como indicamos en el punto uno, se impone de manera cautelar, como respuesta inmediata a la supuesta comisión de los hechos por la especial y urgente necesidad de intervenir. • Realización de los informes de seguimiento, replanteando, llegado el caso, los objetivos propuestos inicialmente. 48/58 TRABAJO EN FAMILIAS CON HIJOS VIOLENTOS A PROPÓSITO DE UN CASO DE VIOLENCIA FAMILIAR • Realización de informes de incidencias si acontecen hechos o circunstancias extraordinarias (incumplimiento de la medida, no localización del menor, cambio de domicilio, etcétera). • Reuniones y contactos con los padres o responsables legales del menor con el fin de intercambiar información y marcar pautas de actuación comunes y, si es necesario, orientar a la familia hacia recursos especializados para mejorar las relaciones intrafamiliares. Esto último es relevante en los casos de delitos de maltrato intrafamiliar. Es prácticamente común a todos los casos la propuesta de derivación a SEAFI. Se pretende también que la implicación de los responsables legales del menor sea total y que no se produzca una dejación de funciones motivada por la aparición de una nueva figura educativa que es el técnico de la ejecución de la medida. Los contactos con los padres no tienen una periodicidad establecida a priori, y se pautan dependiendo de cada caso. Hay que decir que el sujeto de nuestra intervención es el menor, por lo que nosotros no intervenimos de manera directa con los padres, aunque si podemos orientar, informar y proponer derivaciones. Además, no hay que olvidar que nuestras acciones educativas se desarrollan en un tiempo limitado que es el establecido por el Juez de Menores en la sentencia, por lo que el diseño de nuestra intervención debe tener en cuenta esa temporalidad. En el caso de que el joven cumpla la mayoría de edad durante el desarrollo de la medida o inicie su ejecución habiendo alcanzado ya esa edad, los contactos con los padres o responsables legales vendrán determinados por diferentes factores como por ejemplo el hecho de que exista una convivencia o, por el contrario, que el joven lleve a cabo una vida independiente. De todos modos, a pesar de no existir la obligación legal de informar a los padres debido a esa mayoría de edad, se estudia caso por caso la necesidad de mantener contacto con los progenitores o los responsables legales atendiendo a la realidad sociofamiliar y al grado de influencia que ésta tenga en la evolución del joven, siendo conveniente además el contacto para recabar información que nos permita diseñar y desarrollar de manera más certera nuestra intervención. • Reuniones conjuntas padres-menor: estos encuentros son puntuales y no se pueden enmarcar dentro de lo que podríamos llamar una intervención familiar. Como ya hemos avanzado más arriba, el centro de todas nuestras acciones 49/58 TRABAJO EN FAMILIAS CON HIJOS VIOLENTOS A PROPÓSITO DE UN CASO DE VIOLENCIA FAMILIAR educativas es el menor, aunque ello no impide que en algunas sesiones los padres o alguno de ambos estén presentes. Esto siempre es así en la primera entrevista. También en algunas ocasiones a lo largo de la ejecución de la medida como encuentros necesarios para el buen desarrollo del PIE. Por último, prácticamente en todas las medidas judiciales, y al final de su ejecución, se celebran encuentros conjuntos con los objetivos de cerrar la medida, valorar los alcances logrados y realizar las últimas orientaciones. • Reuniones de coordinación y contactos con todos los profesionales implicados en el caso. • Evaluación del grado de consecución de los objetivos planteados en el PIE. • Preparación para la finalización de la medida, estableciendo una desvinculación progresiva dando las últimas orientaciones para consolidad la labor educativa iniciada durante el desarrollo de la medida. Se elabora el informe de fin de medida. Antonio Ortega-Joan Font (Educadores Sociales) Equipo de Medidas Judiciales-Asociación Los Arcos de Altea 50/58 TRABAJO EN FAMILIAS CON HIJOS VIOLENTOS A PROPÓSITO DE UN CASO DE VIOLENCIA FAMILIAR UNIDADES DE SALUD MENTAL INFANTIL, EQUIPO DE SALUD MENTAL INFANTIL Y UNIDAD DE HOSPITALIZACIÓN DEL ADOLESCENTE 51/58 TRABAJO EN FAMILIAS CON HIJOS VIOLENTOS A PROPÓSITO DE UN CASO DE VIOLENCIA FAMILIAR REVISIÓN DE LA METODOLOGÍA DE INTERVENCIÓN UTILIZADA PARA LA ATENCIÓN A MENORES QUE AGRADEN A SUS PADRES, DESDE DISTINTOS CENTROS Y SERVICIOS ATENCIÓN PRIMARIA INTRODUCCIÓN Dentro de la red de Atención Primaria vamos a revisar los recursos destinados a la atención del niño y del adolescente por un lado y la atención a los adultos por otro. El pediatra y la enfermería pediátrica se encontrarían en el primer bloque, mientras que el médico de atención primaria y el equipo de enfermería de adultos formarían la red asistencial del adulto. Es importante antes de entrar a detallar la intervención que estos profesionales tienen con los menores y las familias objeto de este estudio, el destacar como en nuestro país el pediatra solo atiende a los niños hasta los 14 años, quedando en manos del médico de familia la asistencia al adolescente (loas recomendaciones europeas de buena praxis recomiendan que el pediatra cubra hasta la edad de 18 años). Por último destacar antes de desarrollar los contenidos, como la asistencia en Atención Primaria va a estar claramente focalizada en la evaluación, diagnóstico e intervención de los problemas médicos, quedando siempre en segundo plano todo lo relacionado con la problemática emocional, conductual o de relación. Entre otras las razones para esta praxis se encuentran en la falta de formación de los profesionales en materia de Salud Mental del niño y del adolescente y la falta de tiempo en las consultas para intervenir en esta materia. ATENCIÓN A LAS FAMILIAS CON HIJOS HASTA 14 AÑOS: Profesionales: Pediatras y Enfermería de Pediatría Para revisar la atención a los niños y sus familias hasta los 14 años, vamos a organizar los contenidos en tres tipos de intervención: promoción de conductas adecuadas, prevención e intervención. A.1. PROMOCIÓN DE CONDUCTAS ADECUADAS) desarrollo evolutivo adecuado): En todas las revisiones que se realizan desde que el niño nace, se introducen recomendaciones verbales sobre aspectos evolutivos tanto conductuales como de interacción y relación del niño con sus figuras de referencia. Existe una relación clara con estos aspectos y los futuros problemas conductuales. La intervención que se realiza es escasa, poco estructurada y muy variable en función de la carga asistencia, la formación y del interés de los profesionales. El pediatra intenta transmitir al adolescente la complejidad de esta fase y la necesidad de minimizar las conductas de riesgo. Existe una revisión a los 14 años, que debe incluir una entrevista individual y tiene como objetivo además de revisar la maduración física, el transmitir contenidos de 52/58 TRABAJO EN FAMILIAS CON HIJOS VIOLENTOS A PROPÓSITO DE UN CASO DE VIOLENCIA FAMILIAR promoción de conductas adecuadas como las consecuencias del consumo de tóxicos o la revisión del estilo de manejo y el patrón de interacción entre hijo y padres. Esta intervención es muy limitada, reduciéndose a una charla de unos minutos que no llega a enganchar al adolescente. Los padres piden ayuda para saber como posicionarse y tratar a sus hijos, pero no suelen encontrar un entorno claro para encontrar estas respuestas. A.2. PREVENCIÓN DE PROBLEMAS DE CONDUCTA GRAVES: Existe un grupo de familias y de niños que van a presentar desde estadíos tempranos indicadores de riesgo para el desarrollo de agresividad del menor a sus padres (temperamento difícil, manejo permisivo, ausencia de límites, etc). El pediatra como buen conocedor de la familia y del niño desde su nacimiento, se encuentra en una posición privilegiada para poder detectar estos factores de riesgo, y a la vez promocionar factores protectores. A.3. INTERVENCIÓN: En el momento que el Pediatra detecta la presencia de un trastorno de conducta grave en el que la agresividad hacia los padres es un síntoma de él, se realiza la derivación a recursos especializados. La derivación puede hacerse a Unidades de Salud Mental Infantil (cuando se entiende que la problemática principal está centrada en el niño) o a los Servicios de Atención a la familia (si se percibe un papel claro de la familia en la problemática del niño). En el proceso de derivación a los recursos especializados, existe una pérdida clara de información que se queda en manos del profesional de atención primaria, y que es sin duda esencial para poder intervenir de manera exitosa. B. ATENCIÓN A ADOLESCENTES MAYORES DE 14 AÑOS Profesionales: Médicos de Atención Primaria, Enfermería y Trabajador Social del Centro de Salud. B.1. PROMOCIÓN DE CONDUCTAS ADECUADAS: La adolescencia es la etapa evolutiva en la que como parte del desarrollo evolutivo va a ser esencial que exista una diferenciación con los adultos de referencia y se forme una identidad propia. Como consecuencia va a ser una etapa de dificultades de relación con las figuras de referencia y de conductas de riesgo. Dentro de la dinámica de consultas, es muy improbable que se incluyan aspectos de promoción de conductas saludables, aunque sí se presta atención a determinados contenidos cono el consumo de tóxicos o la alimentación. B.2. PREVENCIÓN DE PROBLEMAS DE CONDUCTA GRAVES: No existe un espacio concertado dentro del programa de Salud para evaluar la situación familiar y preguntar por indicadores de riesgo para el desarrollo de conductas violentas. De nuevo depende mucho del profesional el que esta tarea se realice. El médico de familia no posee la formación adecuada para realizar este tipo de intervención, por lo que raramente va a poder trabajar con las familias que empiezan a 53/58 TRABAJO EN FAMILIAS CON HIJOS VIOLENTOS A PROPÓSITO DE UN CASO DE VIOLENCIA FAMILIAR mostrar conductas de riesgo para la agresividad intrafamiliar (consumo de tóxicos, negativismo, irritabilidad, amenazas verbales, fracaso académico…). B.3. INTERV3ENCIÓN: Si el médico de Atención Primaria detecta la presencia de agresividad de un hijo a sus padres la intervención que va a realizar podría incluir: a. derivación al trabajador social del centro para que evalúe la situación, b. derivación de las Unidades de Salud de adultos para su intervención, c. la prescripción de un tratamiento farmacológico para reducir agresividad. El adolescente con problemas de conducta graves, no va a colaborar con las intervenciones por lo que es difícil instaurar una ayuda adecuada desde Atención Primaria e incluso a veces es difícil que acudan a los recursos especializados. RECURSOS ESPECIALIZADOS: UNIDADES DE SALUD MENTAL INFANTIL, EQUIPO DE SALUD MENTAL INFANTIL Y UNIDAD DE HOSPITALIZACIÓN DEL ADOLESCENTE INTRODUCCIÓN Las Unidades de Salud Mental Infantil (USMIs) son los dispositivos de atención especializada para problemas de Salud Mental del niño y del adolescente (la edad de corte se sitúa en los 15 años aunque se está en proceso de ampliación a los 17 años). El equipo de trabajo es multidisciplinar incluyendo psiquiatra, y psicólogo, y recientemente empezando a integrar enfermero y trabajador social (principalmente para asistir a las familias con menores que presentan problemas de conducta graves). Los casos son siempre derivados desde Atención Primaria, y existen unos criterios de derivación que deben cumplirse. Entre otros posibles diagnósticos que van a presentar los menores objeto de este estudio se encuentran: trastorno negativista desafiante y trastorno disocial. Es frecuente también que el adolescente cumpla criterios de episodio depresivo y presente conductas agresivas como parte de este diagnóstico. Existe también una continuidad clara entre el Trastorno por déficit de atención con hiperactividad y los trastornos de conducta arriba indicados por lo que es importante la detección temprana de este trastorno para actuar de forma preventiva. BREVE DESCRIPCIÓN DE TIPOLOGÍA DE CASOS ATENDIDOS: A.- Familias de nivel sociocultural medio alto con una atención material excesiva pero ausencia afectiva que presentan un manejo muy permisivo y acuden porque el hijo no obedece, presenta agresividad (en algunas ocasiones física) y no acepta ninguna norma, siendo más evidente en el contexto familiar que en el social o educativo. Si el menor no es derivado hasta la etapa de la adolescencia, las conductas suelen ser muy severas, presentando agresividad hacia los padres de manera regular. El diagnóstico que se realiza de forma más frecuente en este grupo es el de Trastorno negativista desafiante en niños pequeños y el de Trastorno desocial en adolescentes. 54/58 TRABAJO EN FAMILIAS CON HIJOS VIOLENTOS A PROPÓSITO DE UN CASO DE VIOLENCIA FAMILIAR B.- Familias con bajos recursos sociales y económicos, que modelan desde pequeño conductas de agresividad en el menor y que en manejo presentan un estilo muy incoherente. El menor suele presentar conductas de agresividad sobre todo en el contexto de iguales y gradualmente acaba confrontando también las figuras de referencia. El diagnóstico más frecuente en estadios iniciales es un Código V de Familia disfuncional y mas adelante el adolescente cumple criterios de Trastorno disocial. C.- Niños con temperamento difícil, alto nivel de impulsividad e inquietud psicomotora y posibles dificultades cognitivas leves. Van a ser niños que llevan orgánicamente una carga de riesgo mayor, y que en función del Narejo van a presentar agresividad intrafamiliar cono una de sus conductas, pero siempre a medio/largo plazo. El diagnóstico más frecuente es el de Trastorno por déficit de atención con hipeactividad o el de Capacidad Intelectual límite. NÚMERO DE CASOS ATENDIDOS DESDE EL 2004 AL 2007 2004 Lugar de trabajo USMI Alicante: -N. de nuevas propuestas: 987 -N. de propuestas con diagnósticos de trastorno de conducta: 471 -N. de propuestas con agresividad hacia los padres: 61 2005 Lugar de trabajo USMI Alicante: -N. de nuevas propuestas: 1150 -N. de propuestas con diagnósticos de trastorno de conducta: 625 -N. de propuestas con agresividad hacia los padres: 94 2006 Lugar de trabajo USMI Alicante: -N. de nuevas propuestas: 1370 (arpox) -N. de propuestas con diagnósticos de trastorno de conducta: 878 -N. de propuestas con agresividad hacia los padres: 114 (aprox) 2007 Lugar de trabajo CMN Alicante: -N. de nuevas propuestas: 240 -N. de propuestas con diagnósticos de trastorno de conducta: 162 -N. de propuestas con agresividad hacia los padres: 41 • El 2007 incluye consultas externas y unidad de hospitalización donde la prevalencia de trastornos de conducta graves es más alta. 55/58 TRABAJO EN FAMILIAS CON HIJOS VIOLENTOS A PROPÓSITO DE UN CASO DE VIOLENCIA FAMILIAR OBJETIVO GENERAL DE LA INTERVENCIÓN: Los objetivos generales de la intervención son: Establecer una relación terapéutica tanto con el menor como con la familia Realizar una evaluación integral que permita llegar a un diagnóstico antes de establecer un plan terapéutico. Establecer una hipótesis diagnóstica que recoja todos los factores implicados en la situación actual. Poner en marcha un plan de intervención multidimensional que permita mejorar las conductas de agresividad incluyendo al menor y a la familia. MARCO TEÓRICO DE LA INTERVENCIÓN El marco teórico de la intervención incluye la conceptualización de que la agresividad del menor a los progenitores parte de la suma de factores de riesgo tanto a nivel individual como familiar y social, y de la ausencia de factores protectores. Estos factores pueden ser orgánicos o ambientales. En la gran mayoría de los casos se puede establecer un diagnóstico psiquiátrico en el menor, y además de la agresividad hacia los padres, va a existir otra psicopatología. La intervención va a centrarse en el abordaje individual farmacológico y cognitivoconductual, trabajo en grupo para la resolución de conflictos, afrontamiento de problemas, etc. Y el trabajo familiar para modificar estilo de manejo y patrones de relación. FASES DE LA INTERVENCIÓN 1.- Establecimiento de una relación terapéutica 2.- Evaluación diagnóstica 3.- Realización de una hipótesis diagnóstica 4.- Intervención integral DESCRIPCIÓN DE LAS FASES DE INTERVENCIÓN 1.- Establecimiento de una relación terapéutica: es importante enganchar al adolescente y a su familia, ganar su confianza y posicionarte cercano pero lo suficientemente distante y neutral. 2.- Evaluación diagnóstica: las primeras entrevistas van dirigidas a recoger toda la información necesaria para establecer una hipótesis diagnóstica. Puede incluir la realización de pruebas complementarias para descartar cuadros médicos y la utilización de pruebas psicométricas o cuestionarios. 3.- Realización de una hipótesis diagnóstica que recoja todos los factores causales, el diagnóstico y que sirva de base para futuras intervenciones. 4.- Puesta en marcha de la intervención que será individualizada y que puede incluir un tiempo de hospitalización para una intervención más intensiva. Se combinará la 56/58 TRABAJO EN FAMILIAS CON HIJOS VIOLENTOS A PROPÓSITO DE UN CASO DE VIOLENCIA FAMILIAR intervención individual con la familiar y se apoyará la intervención psicoterapéutica con una intervención farmacológica que reduzca la problemática conductual METODOLOGÍA DE LA INTERVENCIÓN EVALUACIÓN Se realiza en la primera sesión (a veces son necesarias dos sesiones) y se reparte el tiempo de la sesión para tener un espacio conjunto padres-hijos y un tiempo individual (primero para el adolescente y después los padres). Se utilizan estas sesiones para ganar la confianza del adolescente por lo que al principio te posicionas cercano a él, sin que se produzcan alianzas entre los padres y el terapeuta. Se utilizan cuestionarios para el adolescente para descartar la presencia de cuadros psiquiátricos comórbidos al trastorno de conducta (por ej. Depresión) y se les pide a los padres que rellenen también cuestionarios para recoger información complementaria. La observación directa y los cuestionarios escolares son dos fuentes más de información válidos. Las sesiones deben durar una hora aproximadamente. Es importante al final de la evaluación tener una hipótesis diagnóstica en la cabeza y hacer partícipe al menor y su familia de la conceptualización del problema y del plan de intervención. INTERVENCIÓN En función de la gravedad del cuadro, la intervención podrá llevarse a cabo en Consultas Externas o necesitará de un periodo de hospitalización que ofrezca al menor y a la familia un distanciamiento temporal, y permita la puesta en marcha de un programa más intensivo. La intervención va a tener siempre una parte del trabajo individual y una familiar. En el trabajo individual se traba cigbutuva-coductualmente con el menor para que adquiera conciencia del problema, aumente motivación para el cambio, mejore control de impulsos, resolución de conflictos, etc. Se ayuda en los casos severos de fármacos que reducen agresividad y disminuyan impulsividad. El trabajo en grupo con otros menores con trastorno de conducta es complicado, y es más efectivo trabajar en grupo con adolescentes que presentan otra problemática permitiendo así modelar conductas más adecuadas y modificar ciertas respuestas. Con los padres, es importante identificar si ellos necesitan de un trabajo de pareja o individual (frecuentemente están deprimidos o han tenido experiencias en la infancia muy negativas que influyen en la problemática actual). Con el adolescente se utiliza un modelo sistémico en el que todo influye a todo, permitiendo así que el adolescente trabaje sin sentirse culpabilizado. Los grupos de padres son efectivos, y se realizan frecuentemente con el objetivo de modificar estilos de manejo y mejorar el patrón de relación con sus hijos. Se utilizan como estrategias de trabajo la negociación y la mediación, estableciéndose tareas al final de cada sesión. Con los adolescentes de manda trabajo a casa que permita 57/58 TRABAJO EN FAMILIAS CON HIJOS VIOLENTOS A PROPÓSITO DE UN CASO DE VIOLENCIA FAMILIAR un registro de las agresiones, con disparadores y consecuencias y se trabajan estrategias para modificar ese patrón de respuesta. La periodicidad de las sesiones depende mucho de cada caso, pero por lo general se les cita a las dos semanas y se revisan las tareas encomendadas a padres e hijos, reforzando cualquier cambio positivo. 58/58