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SENTE
Ramón García Piáeiro
El obrero ya no tiene quien le escriba. La movilización social en el «tardofranquismo» a través de la historiografía más reciente
En los noventa ha perdido pujanza el impulso historiográfico iniciado por un selecto grupo de investigadores
que, en el ocaso de la Dictadura, convirtieron la recuperación de la memoria histórica de los más desfavorecidos
en un ejercicio de disentimiento. Este mismo compromiso cívico, tras la recuperación de las libertades, fue asu­
mido en la década de los ochenta por nuevas generaciones de investigadores. Ya sin trabas, estos fueron desgra­
nando aportaciones en las que la urgencia reivindicativa y apasionada dejó paso a una reflexión más serena y crí­
tica. En el recién roturado campo de la Historia social en España acotaron así un ámbito específico y promovieron
una variadísima floración de enfoques. En buena medida, estos quedaron reflejados en el Congreso Internacional
sobre La oposición al Régimen de Franco celebrado en 1988. Este encuentro demostró la riqueza de las líneas de
investigación en curso, pero, a la par, marcó el cénit de un objeto de estudio que, a partir de esta fecha, fue per­
diendo capacidad de seducción entre los investigadores y, al tiempo, receptividad social. El reciente y creciente
desdén se explica, a nuestro entender, por el declive de la clase obrera, afectada por la desindustrialización y la
cristalización de formas más flexibles de relación laboral, la eclosión de nuevos movimientos sociales, ajenos en
parte al conflicto de clase, y la aparente derrota del marxismo ante el llamado “pensamiento único”1.
l.Obras generales.
No obstante, han seguido apareciendo publicaciones iluminadas por el afán de remover las bases hermenéuti­
cas, metodológicas y epistemológicas de la Historia social en este ámbito, a tono con la “segunda ruptura” que
reclamaran Álvarez Junco y Pérez Ledesma desde la Revista de Occidente2. En casi todas ellas se han preguntado
si la masiva movilización de la mano de obra y las transformaciones económicas del desarrollismo franquista han
remozado tanto al proletariado industrial que resulte pertinente y operativo el concepto de “nueva clase obrera”,
tal como sugieren, entre otros, Andrés Bilbao3y Roca Vidal. Este último ha esgrimido las consecuencias de la repre­
sión, la intensa remodelación experimentada (como consecuencia de la renovación biológica y la movilidad espa­
cial) y los cambios operados en el marco jurídico-político para concluir que nos encontramos ante “un nuevo fenó­
meno social”4 . Abdón Mateos coincide en que la disrupción ha sido completa en “la composición, distribución y
cultura de la clase obrera”, pero, más matizadamente, detecta continuidades en las vanguardias del movimiento
obrero, parcialmente nutridas por activistas “socializados con anterioridad a la guerra civil”5.
El punto de partida condiciona la percepción de las actitudes de los trabajadores y, especialmente, plantea en
términos polémicos la disyuntiva de si los comportamientos están más determinados por el “ser social” (las con­
diciones de trabajo y vida) o “la conciencia social” (las tradiciones y experiencias colectivas). La disparidad de enfo­
ques queda reflejada en el hecho de que no se ha alcanzado un consenso a la hora de caracterizar y periodizar la
conflictividad social durante esta etapa. El punto de inflexión entre las movilizaciones de índole laboral y las de
motivación política, establecido en el año 1967 por José María Maravall, ha sido puesto en entredicho tanto por
Soto Carmona6 como por Pere Ysás y Carme Molinero. En una obra de referencia cuyo título sintetiza certeramente
la respuesta obrera al franquismo, éstos han subrayado el predominio de las reclamaciones de índole laboral
durante toda la etapa, aunque a partir de 1971 advierten una radicalización de la protesta y, ya en el ocaso del
Régimen, no omiten que se intensificaron las movilizaciones “de carácter más abiertamente político”7. Dada la
resistencia obrera a esclarecer los verdaderos motivos de las protestas, el problemático deslinde no puede des­
cansar únicamente en las clasificaciones y cuantificaciones realizadas por los organismos oficiales. Como han
subrayado Rafael Morales y Gómez Alén, con independencia de la causa originaria, toda alteración laboral desle­
gitimaba “políticamente” a un Régimen concebido, precisamente, para superar el conflicto de clase8. Por ello, Soto
Carmona ha concluido con lucidez que las causas fueron económicas, pero las consecuencias políticas9.
2.
Estudios regionales.
La escasez de reflexiones generales coexiste, no obstante, con un variado ramillete de estudios regionales,
caracterizado por su originalidad en el manejo de las fuentes y su rigor metodológico. En los más innovadores se
conecta la reconstrucción de una “nueva cultura sindical” y las reacciones de los asalariados con la modificación
del proceso de negociación colectiva y la implantación del paradigma fordista en la producción. Sumariamente,
consiste éste en supeditar los incrementos productivos y la subordinación de la mano de obra a métodos discipli­
narios maquínicos, en expresión de Jean-Paul de Gaudemar. A ellos se acudió para reforzar el proceso de acumu­
lación de capital durante el desarrollismo franquista, materializándose en reordenamientos de turnos, reclasifica­
ciones de categorías profesionales, remodelaciones de primas, puntos y horas extraordinarias, y, sobre todo, en la
aplicación de métodos de cronometraje como el Metra, Gamma, Gombert, Maynard o, con mayor frecuencia, el
Bedaux. Gómez Alén para el caso gallego10, Fernández Roca y Martínez Corrales para Sevilla11, Benito del Pozo para
Asturias12, Ramir Reig y Manuel del Álamo para la siderurgia valenciana13y, con más énfasis, Martini Armengol para
los obreros de Plata Meneses14y Babiano Mora para el conjunto de trabajadores madrileños15, han vinculado la defi­
nición de nuevos estilos de militancia sindical a la aplicación de la Organización Científica del Trabajo.
El citado en último lugar, además, ha encajado la protesta obrera de esta etapa en la teoría cíclica del conflic­
to, difundida, entre otros, por E. Screpanti y James E. Cronin. Bajo su influencia, Babiano Mora relaciona el sos­
tenido incremento de la movilización laboral del “tardofranquismo” con la fase alcista del ciclo económico y sitúa
el cambio de tendencia, denominado punto T (turningphases), entre 1975 y 1977. Tras la inflexión, se abriría una
1- C a rm e M o lin e ro y P ere Ysás h an d e sta c a d o q u e s e h a p re sta d o m ay o r a te n c ió n al “p rim e r fra n q u ism o ” y a la v e rtie n te p o lític a q u e al “tard o fra n q u ism o 0 y lo s a s p e c ­
to s so ciales. V éase “L a h isto ria so cia l d e la é p o c a fran q u ista. U n a a p ro x im a c ió n ”, e n Historia Social, n ° 3 0 , V alencia, 19 98. El c re c ie n te d e s in te ré s d e la h isto rio g rafía p o r
e ste á m b ito d e e stu d io e n G A BRIEL SIRVEN T, P ere: “A vu eltas y rev u eltas c o n la h isto ria s o c ia l o b re ra e n E sp añ a. H isto ria o b re ra , H isto ria p o p u la r e H isto ria c o n te m p o ­
rá n e a ”, e n Historia Social, n ° 2 2 , V alen cia, 1 9 9 5 . Y BA RRIO ALON SO , Á n g eles: ‘A p ro p ó s ito d e la H isto ria So cial, d e l m o v im ie n to o b re ro y d e lo s s in d ic a to s”, e n Doce estu­
dios de historiografía contemporánea, S a n ta n d er, 1991.
2 - Jo r g e U rja h a ra stre a d o los p re c e d e n te s d e e sta p ro p u e s ta , d e s ta c a n d o las o b je c io n e s fo rm u lad a s d e sd e 1 9 73 p o r Jo s e p F o n tan a, Ju a n P ab lo Fusi, Ig n a c io O láb arri
o M iqu el Izard , e n tr e o tro s , h a cia la “h isto ria o b re ra y d e l sin d icalism o q u e r ep ro d u c ía lo s m é to d o s m ás tra d icio n ale s d e la v ieja H isto ria p o lític a su b stitu y en d o sin m ás el
lu g ar q u e a n te s s e rese rv a b a a io s rey e s y p rin cesa s p o r los d irig en te s o b re ro s ”. URÍA, Jo r g e , “S o c io lo g ía e H istoria. U n a d é c a d a d e la h isto ria so cial e n S o c io lo g ía d el
T rab ajo ”, e n Sociología del Trabajo, n ° 3 1 , M ad rid , 1997.
3-
BILBA O , A nd rés, Obreros y ciudadanos. La desestructuración de la clase obrera, M ad rid , 1995-
4 - RO CA VIDAL, Jo s é M aría, “L a n u ev a c la s e o b re ra ”, e n Cuarto encuentro de investigadores delfranquismo, V alencia, 1999.
5- M ATEO S, A b d ó n , “L u ch a sin d ical sin sin d icato s: c a ra cte riz a ció n e h isto rio g rafía d e l m o v im ie n to o b re ro d u ran te la d ictad u ra fran q u ista", e n £ ' historie sociale en
débat, P arís, 1 9 9 4 . E n la m ism a lín e a A R Ó ST EG U I, Ju lio , “L os m o v im ie n to s so c ia les d u ra n te e l fran q u ism o : e l n a c im ie n to d e u n n u e v o m o v im ie n to o b re ro ”, e n Los movi­
mientos sociales en la Andalucía contemporánea, Je r e z , 1992.
6- S O T O CARMONA, A., Diversas interpretaciones sobre las causas y consecuencias de las huelgas en el franquismo (1963-1975), B a rc e lo n a , 19 92. Y “E l c ic lo largo
d e la c o n flictiv id ad so cia l e n E sp añ a (1 8 6 8 -1 9 8 6 )”, en Revista de Trabajo y Seguridad Social, a b ril-ju n io , n ° 2, M adrid, 19 91.
7- M O LIN ERO , C a rm e e YSÁ S, P ere, Productores disciplinados y minorías subversivas. Clase obrera y conflictividad laboral en la España franquista , M ad rid , 1998.
U n p la n te a m ie n to sim ilar lo so stu v ie ro n e n “L a c o n flittu alitá so c ia le in S p ag n a d u ran te il fra n c h ism o ”, e n CASALI, L.: Per una definizione della dittatura franchista,
M ilán, 19 90. E YSÁ S, P ere e n “H u e lg a lab oral y h u elg a p olítica. E sp añ a, 1 9 3 9 -1 9 7 5 ”, e n BO N AM USA , F ra n ce sc, (e d .): La huelga general, Ayer, n () 4, M adrid, 1991.
8- M O RALES RUIZ, R afael, "U n a p ro p u e sta m e to d o ló g ica p ara e l an álisis d e lo s c o n flic to s o b re ro s e n e l fra n q u ism o ”, e n Sociología del trabajo, n n 2 6 , M ad rid , 19 9519 96. G Ó M EZ ALÉN, Jo s é , “H u elg as p o líticas o lab o rales. El c o n flic to so cial e n la G alicia fran q u ista”, e n CA STILLO , Sa n tia g o y O R T IZ D E O RRU Ñ O , J o s é M aría (C o o rd s.):
Estado, protesta y movimientos sociales, G ip u z k o a , 1998.
Ramón García Piñeiro
fase recesiva en la que remitiría la conflictividad, pero ésta adquiriría un carácter espasmódico, desordenado e
incluso violento, al bloquearse súbitamente la satisfacción de las expectativas de los trabajadores16.
Otros, por el contrario, han prestado mayor atención a lo que Vega García ha definido como “los contextos de
la acción sindical”. Aquí los decorados se conforman con la diversa convergencia de los epígonos del obrerismo
ideologÍ2ado de preguerra con las emergentes capas de inmigrantes movilizados por la reactivación económica,
pero las formas y la intensidad de la reacción laboral dependerá, sobre todo, de la adecuación estratégica de las
fuerzas opositoras a cada escenario social17. En esta dirección disponemos de estudios referidos a Barcelona18,
Tarragona19, Valencia20, Navarra21, León22, Málaga23, Sevilla24y Murcia25, de los que se infiere que en el ocaso del fran­
quismo se experimentó una diversificación tanto territorial como sectorial de la protesta obrera.
3.Nueva militancia industrial
Dos cauces se ofrecieron para la vertebración del movimiento obrero. De un lado, socialistas26y anarcosindica­
listas27 coincidieron en mantener inalteradas sus estructuras organizativas de preguerra, aunque ello implicara la
más estricta “clandestinización”, y en rechazar las plataformas de participación que el régimen ofrecía, consigna
que no fue secundada unánimemente por toda la militancia. Para reforzar su posición y evitar la marginalidad, en
mayo de 1961 sellaron con ELA-STV un pacto de unidad de acción28. Al margen de los “escrúpulos” de la militan­
cia, sostiene Abdón Mateos que se boicotearon las elecciones sindicales porque el objetivo no era transformar la
OSE en una central unitaria, democrática y de clase, sino destruirla. Como nunca se creyó que el régimen pudie­
ra ser derribado por la presión de los trabajadores, se subordinó la actividad clandestina a la prioridad de cons­
truir “una alternativa de poder democrático sin los comunistas”, para lo cual bastaba con garantizar “la continui­
dad histórica”29. UGT, apostilla Pérez Delgado, no podía compatibilizar la denuncia del sindicato vertical y sus ins­
9 - SO T O CARMONA. Alvaro, “H u elg as e n e l fran q u ism o : cau sas la b o ra le s-co n s e c u e n cia s p o lític a s”, e n Historia Social, n ° 3 0 , V alen cia, 19 98.
10- G Ó M EZ ALÉN, Jo s é , “La n u ev a con flictivid ad industrial. La e x p erien cia d e G alicia”, en España Franquista. Causa general y actitudes sociales ante la dictadura,
A lb acete, 1993. Y “La org anización d e l tra b a jo y los c o n flicto s lab o rales e n G alicia, 1 9 6 0 -1 9 7 5 ”, e n CASTILLO, S an tiag o (C o o rd .), El trabajo a través de la historia , M adrid, 1996.
11- FERN ÁN D EZ RO CA , F ra n cisc o Ja v ie r: “L ib eraliz ación p arcial d e l m e rc a d o d e tra b a jo y con flictiv id ad so cial: Sevilla e n los a ñ o s s e s e n ta ”, e n Tercer encuentro de
investigadores sobre elfranquismo y la transición, Sevilla, 1 9 9 8 . MARTÍN CO RRA LES, E ., “El m o v im ie n to o b re ro sev illan o b a jo e l fra n q u ism o ”, e n ARENAS PO SA D A S, C.
(e d .): Industria y clases trabajadoras en la Sevilla del siglo XX, Sevilla, 19 95.
12- B E N IT O D E L PO ZO , C arm e n , “C o n d ic io n e s d e tra b a jo d e la clase o b re ra a stu ria n a d u ra n te e l fran q u ism o ", e n Sociología del Trabajo, n ° 10, M adrid, 1 9 9 0 . Y “El
n e o ta y lo rism o e n A sturias. R e se ñ a h is tó rica ", e n Abaco, n ° 10, G ijó n , 1991.
13- R E IG ARM ERO , Ram ir. y ALAMO, M an u el d el: "M ACO SA (V a le n cia ) y A ltos H o rn o s d e V izcaya (S a g u n to ), 1 9 5 8 -1 9 6 8 : d o s m o d e lo s d e im p la n tació n d e la O .C .T.",
e n ARENAS PO SA D A S, C ., FLO R E N C IO PUNTA, A. y M ARTÍNEZ RUIZ, J.I . (eás.): Mercado y organización del trabajo en España (siglos XIX y XX), Sevilla, 19 98.
14- M A RTIN IA RM EN G O L, G ab riela: Sobre Taylory Marx en Madrid, la implantación de la organización científica del trabajo y la respuesta de los trabajadores
en la fábrica de Plata Menese (Madrid 1950-1982), M ad rid , 2 0 0 0 .
15- BA BIAN O M O RA, Jo s é : “Las p ecu lia rid ad e s d e l fo rd ism o e sp a ñ o l'’, e n Cuaderno de relaciones laborales. n ° 3 , M adrid, 1 9 9 2 . (1 9 9 3 ), “M ad rid b a jo la dictad ura:
tre s m o m e n to s d e la c o n te s ta c ió n o b re ra ”, e n España franquista. Causa general y actitudes sociales ante la dictadura, A lb acete , 1 9 9 3 . “La co n flictiv id ad lab o ral en
M adrid b a jo e l fran q u ism o (1 9 6 2 -1 9 7 6 ): u n a a p ro x im a c ió n ", en S O T O CARMONA, Alvaro (D ir.): Clase obrera, conflicto laboral y representación sindical (Evolución
sociolaboral de Madrid, 1939-1991), M adrid, 1 9 9 4 . Y. e sp e cia lm e n te , : Emigrantes, cronómetros y huelgas. Un estudio sobre el trabajo y los trabajadores durante el
franquismo (Madrid, 1951-1977), M adrid, 19 95.
16- BABLYNO M ORA, J o s é y M O S C O S O SARABLV L e o p o ld o : “L os c o n flic to s so c ia le s e n fa se d ep re siv a a n te la a d o p c ió n d e p o líticas d e a ju s te : el c a so e sp a ñ o l”, en
Zona Abierta, n ° 5 6 ,1 9 9 1 .
17- V EG A GARCÍA, R u b én : “L os c o n te x to s d e la a c ció n sin d ical. D el fra n q u ism o a la tra n sició n -’, e n Tercer encuentro de investigadores sobre elfranquismo y la tran­
sición, Sevilla, 1 9 9 8 . Y "L os c o n te x to s d e la a c c ió n sin d ical: fran q u ism o , tra n sició n y d e m o c r a c ia ’, e n Sociología del Trabajo, n ° 3 6 , M ad rid , 1999.
107 El obrero ya no tiene quien le escriba. La movilización social en el «tardofranquismo» a través de la historiografía más reciente
tancias representativas con la participación en ellas30. Esta mezcla de pesimismo táctico y “puritanismo” los des­
plazó a la periferia del movimiento obrero, con el que únicamente mantuvieron contacto, especialmente los socia­
listas, en aquellas zonas donde subsistieron rescoldos de la memoria sindical de preguerra31. Ahora bien, asumido
que el tránsito a la democracia fue más la consecuencia de un “arreglo” entre elites que el fruto de la presión calle­
jera, estos historiadores han concluido que para el Régimen fue más erosiva la estrategia socialista de fortalecer el
cerco internacional que la variante de “troyanismo” propuesta por el PCE para derribarlo32.
Por la otra ruta se desembocó en el movimiento sociopolítico denominado Comisiones Obreras, monográfica­
mente estudiado en una obra colectiva dirigida por David Ruiz33. En ella se constata que la reconstrucción de la
militancia industrial bajo el franquismo fue posible por la coalescencia de las comisiones de fábrica, que comen­
zaron a crearse por impulso de trabajadores audaces en la década de los cincuenta, con los escenarios asamblearíos tolerados, ya en la década de los sesenta, para debatir los convenios colectivos o participar en las elecciones
sindicales. La necesidad de disponer de “mitos fundacionales” ha favorecido que se situara el nacimiento de la pri­
mera comisión obrera en el pozo minero de La Camocha en 1957, muy cerca de Gijón y, además, de la también
germinal gruta de Covadonga. Sin embargo, en esta obra se constata que, tanto dentro como fuera de Asturias, se
adoptaron simultáneamente comportamientos similares. Entre 1964 y 1966 se estabilizó una fórmula que se va a
caracterizar, desde sus orígenes, por la precariedad de sus estructuras organizativas y su elevada capacidad movilizadora, siempre que ésta emergiera de un contexto reivindicativo endógeno y no se quisiera forzar desde el exte­
rior con convocatorias a fecha fija. En este estudio también se presentan como una creación colectiva, espontánea
y multifocal cuya paternidad no puede ser reclamada por ninguna organización concreta, ni siquiera por el PCE,
quien en fecha tan tardía como 1966 seguía impulsando una entelequia de perfiles difusos denominada Oposición
Sindical Obrera54. En este sentido, como ha destacado Tierno Galván en Cabos sueltos, el acierto del PCE al asu­
mirlas fue más la consecuencia inevitable de su propensión a atizar todos los fuegos que el resultado de una mayor
finura analítica. Hasta 1967 las comisiones se caracterizaron por su pluralismo político, pero a partir de esta fecha,
tras la ¡legalización explícita y el alejamiento del obrerismo católico, el PCE fue ejerciendo sobre ellas un control
creciente, únicamente cuestionado en aquellas demarcaciones que acreditaban una sólida implantación de la
izquierda radical55. A pesar de ello -se concluye-, por su vocación unitaria, su debilidad burocrática, su énfasis en la
movilización, su carácter asambleario, su defensa de la acción directa y su dimensión sociopolítica presenta inequí­
vocos paralelismos con el anarcosindicalismo de preguerra, en cuyo espacio histórico arraigó con mayor firmeza.
18- BA LFO U R, S e b a stiá n , La dictadura, los trabajadores y la ciudad. El movimiento obrero en el área metropolitana de Barcelona (1939-1988), V alen cia, 1994.
M O LIN ERO , C a rm e e YSA S, P ere, “L a co n flictiv id ad lab oral e n B a rc e lo n a , 1 9 6 2 -1 9 7 6 ”, e n CASTILLO, Sa n tia g o (C o o rd .): El trabajo a través de la historia, M ad rid , 1996.
19- H ERAS CABALLERO, P ed ro A n to n io , Oposición al franquismo en las comarcas de Tarragona: 1939-1977, T arrag ona, 1992.
20 - R E IG ARM ERO, Ram ir, “E stra té g ie s d e su p e rv iv én cia i e stra té g ie s d e m illora. Els tre b allad o rs al País V alenciá d u ran t e l fran q u ism o (1 9 3 9 -1 9 7 5 )”, e n Afer, n ° 22 ,
V alen cia, 199521 - IRIARTE A RESO , J o s é V ice n te : Movimiento obrero en Navarra (1967-1977). Organización y conflictividad. P am p lon a, 1995.
22 * FERN ÁN D EZ FERN ÁN D EZ, P ed ro V ícto r: “S in d ica lism o v ertica l y c o n flic to s s o c ia le s e n la m in ería le o n e sa ”, e n Tercer encuentro de investigadores sobre elfra n ­
quismo}' la transición , Sevilla, 19 98.
23 - NADAL SÁN CHEZ, AN RO N IO y VALVERDE M ÁRQ UEZ, M aría Jo s é , “El m o v im ie n to o b re ro d u ra n te lo s ú ltim os añ o s d e l fran q u ism o. El s e c to r d e l m eta l en M álaga”,
y “E l m o v im ie n to o b re ro a fin ales d e l fran q u ism o . C o n stru cc ió n y h o s te le r ía e n M álaga”, am b o s e n Segundo encuentro de investigadores delfranquismo , A lican te, 19 95.
24 - CO N TR ERA S PÉREZ, F ra n cisco , ÁLVAREZ REY. L ean d ro , LEM US LÓ PEZ, E n c a rn a c ió n y FLO REN C IO LORA, M iguel, Sindicatos}' trabajadores en Sevilla, una apro­
ximación a la memoria del siglo XX, Sevilla, 2 0 0 0 .
2 5 - BAYONA FERN ÁN DEZ, G lo ria. Conflictividad y oposición política en la crisis delfranquismo en Murcia (1960-1970), M u rcia, 1 9 9 9 . “D iv ersificació n tip o ló g ic a d e
la p ro te s ta y co n flictiv id ad m u rcian a (1 9 6 0 -1 9 8 0 )”, en Historia de la transición y consolidación democrática Volumen /I, M ad rid ,1 9 9 5 . Y : “L a m in ería m u rcian a: n iv eles
co n flictiv o s y p ro d u ctiv o s e n e l d e sa rro llism o ", e n Tercer encuentro de investigadores sobre elfranquismo y la transición. Sevilla, 19 98.
Ramón García Piñeiro
La originalidad de la nueva militancia industrial radica, también, en la presencia activa de trabajadores que ini­
ciaron su “compromiso sindical” en movimientos apostólicos impulsados por la Iglesia, ya fuera en la JOC y la
HOAC -a los que se han dedicado estudios generales36 y regionales37-, ya fuera en otros menos investigados como
las JEC, JARC, JIC, VOJ o VOS38. Aunque estos organismos vinculados a Acción Católica favorecieron la permeabi­
lidad de muchos cristianos hacia la causa obrera, terminaron siendo percibidos como un instrumento ineficaz por
su timidez para pasar de la reflexión a la acción y, sobre todo, por su supeditación a la Jerarquía eclesiástica, en
la cual nadie postulaba el enfrentamiento abierto con el Régimen39. Para superar este lastre optaron por promo­
ver organizaciones ilegales independientes, como FST, FOC/ESBA, AST, SOCC40 y, sobre todo, USO, la única que
ha logrado conquistar un espacio propio en la España democrática41. No disponemos de una aproximación a este
sindicato desde la perspectiva de la historia política clásica, pero al menos ya han sido espigados los fundamen­
tos de su “cultura sindicalista”. En un tronco doctrinal de lábil convivencia entre el humanismo cristiano y el socia­
lismo autogestionario, Abdón Mateos ha identificado resabios antipartidistas, la retórica sacralización de la unidad
sindical y los tres “antis” del “tercerismo” (anticapitalismo, antifranquismo y antiestalinismo)42.
Los militantes de la izquierda cristiana se involucraron activamente en el proceso de formación de Comisiones
Obreras, aspecto este en el que podemos confrontar el estudio realizado por Babiano Mora43con el testimonio
2 6 - La tra y ec to ria d e los so cialistas e n e s ta e ta p a e n R E D E R O SAN ROMÁN, M ., Estudios de historia de la UGT, Sa lam an ca, 1 9 9 2 . BERN A D RO YO , E n riq u e y FO RCA D ELL ÁLVAREZ, C arlos (c o o r d s .), Historia de la Unión General de Trabajadores en Aragón, un siglo de cultura sindical y socialista, Z arag oza, 2 0 0 0 . M ATEO S LÓ PEZ,
A b d ón , El PSOE contra Franco. Continuidad y renovación del socialismo español, 1953-1974, M ad rid , 19 93- M ARTÍNEZ C O B O , C arlos y Jo s é , La travesía del desierto.
Intrahistoria del PSOE, 1954-1970, M ad rid , 1 9 9 5 . G ILLESPIE, R ich ard , Historia del PSOE, M ad rid , 1 9 9 1 . SANZ DÍAZ, B e n ito , Sociología y política del socialismo valen­
ciano, 1939-1983, V alencia, 19 90. ÁLVAREZ R U B IO , V ice n t: “El P artit So cia lista V alen cia", e n SANZ D ÍAZ, B e n ito y R O D R ÍG U EZ BELLO , R am ó n , Memorias del antifran­
quismo. La Universidad de Valencia bajo el franquismo, 1939-1975, V alencia, 19 99- PALAEOX, Jo rd i, “El P artit So cia lista del País V alen cia", e n SANZ DÍAZ, B e n ito y
R O D R ÍG U EZ BELLO , R am ó n , Memorias del antifranquismo. La Universidad de Valencia bajo el franquismo, 1939-1975, V alen cia, 19 99.
2 7 - La o p o sic ió n lib ertaria al ré g im e n d e F ra n co . Memorias de las IILjomadas internacionales de debate libertario, M ad rid , 19 93.
28 - M ATEO S LÓ PEZ, A b d ó n , “Las alianzas sin d icale s: r e la c io n e s C N T-U G T e n tr e 1 9 5 6 y 1 9 7 5 ”, e n La oposición libertaria al régimen de Franco, M ad rid , 19 93.
29 - M ATEO S LÓ PEZ, A b d ón , “R e cu p era c ió n , su p e rv iv en cia y r e c o n s tru c c ió n d e la U n ió n G e n e ra l d e T rab ajad o res", 1 9 4 4 -1 9 7 1 ”, e n RED ERO , M an u el (c o o rd .):
Sindicalismo y movimientos sociales, siglos XIXy XX, M ad rid , 19 94.
30 - PÉREZ D ELG A D O , T om ás, “El sin d icalism o d e m o cr á tic o b a jo e l fran q u ism o , 1 9 5 7 -1 9 7 5 ", e n RE D E R O , M an u el (c o o r d .), Sindicalismo}' movimientos sociales, siglos
XIXy XX, M ad rid , 1 9 9 4 ..
31 - FERN ÁN D EZ PÉREZ, A d olfo, “E l so c ia lism o e n O v ie d o d u ran te e l fra n q u ism o ”, e n Agrupación socialista de Oviedo, un siglo de historia, 1992. ARIEL D E L VAL,
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res delfranquismo',V alencia, 19 99.
32 - M ATEOS LÓPEZ, A bdón, Ja s izquierdas españolas desde la guerra civil hasta 1982: organizaciones socialistas culturas políticasy movimientos sociales, Madrid, 1997.
33 - RUIZ, D avid, Historia de Comisiones Obreras (1958-1988), M ad rid , 19 93- D e in te ré s , tam b ién , G Ó M EZ ALEN, Jo s c , As CCOO de Galicia e a conflictividade labo­
ral durante o franquismo , V igo, 19 95. E n c o la b o ra c ió n c o n SAN TIDRIÁN ARIAS, V íc to r M anu el, Historia de Comisións obreiras da Galicia nos seus documentos, A
C o ru ñ a, 1 9 9 6 . SC RIVE-LO YER, Je a n M arie, 'A stu ries. C la n d e stin ite relativ e e t r é p re s sio n selectivo? N o tes su r le s C o m m issio n s O u v riéres e t q u elq u e s p a rc o u rs m ilitan ts d ans
1 ’ E sp ag n e fran q u iste (1 9 6 6 -1 9 7 6 )”, e n L 'historia sociale en debat, Paris, 19 94. CAMACHO ABAD, M arcelin o, Confieso que he luchado. Memorias, M ad rid , 19 90. Y D EL
ÁLAMO, M anu el, CCOO del País Valencia. Aproximació a la seua historia (1962-1992), V alen cia, 19 94.
34 - M ATEO S LÓ PEZ, A bdón, La denuncia del sindicato vertical. La relaciones entre España y la Organización Internacional del Trabajo (1939-1969), M adrid, 19 97.
3 5 - La in c id e n cia d e la izqu ierd a rad ical e n RO CA , Jo s é M aría, “Sin d ica lism o y rev o lu ció n ”, e n El proyecto radical. Auge y declive de la izquierda revolucionaria en
España (1964-1992), M ad rid , 1 9 9 4 . Y LAIZ, C o n su e lo , La lucha final. Los partidos de izquierda radical durante la transición española , M ad rid , 1995.
3 6 - GARCÍA LÓ PEZ, Basilisa, “D ilem as c o n sta n te s en e l d e sa rro llo h is tó r ico d e la H O A C ", e n XX siglos, n ° 16, M ad rid , 1 9 9 3 . Y, Aproximación a la historia de la HOAC
(1946-1981), .Madrid, 1 9 9 5 . SANZ FERN ÁN D EZ, F lo re n tin o , “La a p o rta ció n d e la JO C a l a c u ltu ra o b re ra y a la fo rm a c ió n d e m ilitan tes p ara e l m o v im ie n to o b re ro ", e n A X
siglos, n ° 2 2 , M adrid, 19 94. M URCIA SA N TO S, A n ton io, Obreros y obispos en el franquismo, M ad rid , 19 95.
El obrero ya no tiene quien le escriba. La movilización social en el «tardofranquismo» a través de la historiografía más reciente
personal de Ángel Alcázar44. En los espacios con tradiciones de lucha más estables, como la cuenca minera asturiana45
o Barcelona46, ocuparon una posición subsidiaria, dotando a la protesta de medios organi2ativos y cierta “cober­
tura legal”, pero en las zonas menos ideologizadas o sin pasado industrial fueron decisivos en la recomposición
del movimiento obrero, como han demostrado Barallat Barés47para el caso leridano, Iriarte Areso para el navarro
Bayona Fernández para el murciano48y Berzal de la Rosa para el castellano-leonés49. Como ha subrayado Feliciano
Montero, la “formación de conciencias" y el “blindaje de la sotana” ha sido la doble aportación de estas organiza­
ciones a la “lucha por la democracia”50.
Unos y otros participaron, junto con trabajadores independientes y sin una ideología definida, en los comités
y plataformas unitarias que se crearon para mitigar los efectos de la represión y estimular la concienciación sociolaboral. Este “asociacionismo de base”, como no cuenta en la actualidad con organizaciones ni instituciones inte­
resados en levantar acta de su trayectoria, ha sido menospreciado por la historiografía, a pesar de que este tipo de
redes solidarias propiciaron plataformas de resistencia antifranquista tan potentes como el Fondo Unitario de
Solidaridad Obrera de Asturias, que, en el ocaso del régimen, repartió entre los damnificados por la represión más
de 12 millones de pesetas51.
4. Ejercicios de microhistoria.
Como en la periodización de la dictadura han prevalecido las categorías económicas (autarquía, estabilización,
“desarrollismo” y crisis), ante cuya “cientificidad” se han sentido empequeñecidos no pocos investigadores socia­
les, casi no disponemos de propuestas de secuenciación que atiendan a otras variables, como por ejemplo los
vaivenes de la respuesta social al régimen. En un estudio monográfico dedicado a las huelgas de 1962, que se
37 -
FERRA D O P U IG , E m ilio (1 9 9 5 ), Contribución a la historia de la HOACgeneral y de Cataluña bajo elfranquismo, 1946-1975, B a rc e lo n a , 19 95- BARALLAT BA RÉS,
Ja u m e , “La H OAC b a jo la Je r a rq u ía y e l fran q u ism o . U na m u e s tra lo cal: L érid a”, e n XXsiglos, n ° 2 2 , M ad rid , 19 94. SO L E R Jo a n -L lu ís , “Ver, ju zg ar y actu ar. C a to licism o o b re ­
rista, c o n s c ie n c ia d e c la se y c u ltu ra o b re ra : H O A C y JO C e n e l País V alen cia (1 9 4 6 -1 9 7 0 ),,] e n ¡encuentro de investigadores del franquismo, B a rc e lo n a , 19 92.
38 * GA RC ÍA -N IETO PARÍS, M aría d e l C a rm e n , “P articip ació n e n p artid o s y sin d ic a to s”, en XXsiglos, n ° 16, M adrid. KANZAMI, \.,La Vanguardia Obrera. Movimiento
obrero cristiano durante elfranquismo, T esis d o c to ra l in é d ita, U niv ersid ad d e M ad rid , 19 94.
3 9 - M O N T ER O GARCÍA, F elician o , El movimiento católico en España, M ad rid , 1 9 9 3 . Y , La acción católica y elfranquismo, auge y crisis de la acción católica espe­
cializada, M ad rid , 2 0 0 0 .
4 0 - M E R O Ñ O I CADENA, P ere, Historia del sindicalisme nacional aispa'isos catalans (1958-1989). Del SOCC a la COS. Crónica d ' una anormalitat, T arragon a, 20 01.
4 1 - D O M ÍN G U E Z, Ja v ie r, “L as v ang u ard ias o b re ra s e n la lu ch a p o r la d e m o cra c ia ”, e n XXsiglos, n ° 1 6 ,1 9 9 3 . M O N T ER O GARCÍA, F elician o , ”La c o n trib u ció n d e los
m o v im ie n to s d e A cció n C a tó lica a la lu ch a p o r la d e m o cra c ia (lo s a ñ o s se s e n ta )”, e n XXsiglos, n ° 1 6 ,1 9 9 3 .
4 2 - MATEOS LÓPEZ, A bdón, “Ixis o ríg en es d e la U nión Sindical O brera: o b re rism o ju venil cristiano, cultu ra sindicalista y p roy ecto socialista”, e n XXsiglos, n ° 22, M adrid, 1994.
4 3 - BA BIA N O M O RA, Jo s é , “L os c a tó lico s e n e l o rig e n d e C C O O ”, e n Espacio, tiempo y forma, S e rie V, n ° 8 , M ad rid , 19954 4 - ALCÁZAR, Á ngel, “L os c ristia n o s e n la c re a c ió n d e C o m isio n e s O b re ra s ”, en XX Siglos, n ° 2 2 , M ad rid , 19 94.
4 5 - ITU R R IO Z FANJUL, Ó scar, “L a Ig lesia astu ria n a e n la tra n sició n p o lític a e sp a ñ o la ”, en XXsiglos, n ° 16 , M adrid, 1 9 9 3 -V EG A GARCÍA, R u b é n , “C ristian o s e n e l m ovi­
m ie n to o b re ro astu ria n o d u ran te e i fran q u ism o . U n a p u n te ”, en XXsiglos, n ° 2 2 , M adrid, 1994.
46 - FERRADO PUIG, Em ilio,“El com p rom iso d e los cristianos e n las luchas d e los m ovim ientos o b rero s e n Cataluña du rante la etap a franquista”, e n XXsiglos, n ° 22 , Madrid, 1994.
4 7 - BARALLAT BA RÉS, Ja u m e , Devotes, croats i müitants. L 'apostolat seglar sota el franquisme en Lleida, Lieida, 1 9 9 6 . Y, “C o n flicto s so c ia le s e n la Lérid a fran q u is­
ta y p ap e l e je r c id o p o r la HOA C y la JO C ”, e n Tercer encuentro de investigadores sobre elfranquismo y la transición, Sevilla, 19 98.
48 - BAYONA FERN ÁN DEZ, G loria, ‘T ip o lo g ía d e la con flictivid ad lab oral e n M u rcia e n los 6 0 ”, e n Segundo encuentro de investigadores delfranquismo, A licante, 1994.
4 9 - BERZAL D E LA RO SA , E n riq u e, “E n tre la ig lesia y la c alle: e l resu rg ir d e l m o v im ie n to o b re ro e n V alladolid d u ran te e l fran q u ism o (1 9 6 8 -1 9 7 5 )”, e n Tercer encuen­
tro de investigadores sobre elfranquismo y la transición, Sevilla.
50 - M O N TERO GARCÍA, F eliciano: “La co n trib u ció n d e (os m ovim ien tos d e A cción C a tólica a la lu ch a p o r la de m o cracia (lo s añ o s sese n ta ), e n ^ ^ g / o s , n ° 16, M adrid, 1993.
Ramón García Piñciro
publicará coincidiendo con el cuadragésimo aniversario, se pondrá de relieve que este intenso conflicto ha mar­
cado un punto de inflexión en el devenir del régimen, como algunos ya reconocen52. Como anticipo, a los estu­
dios ya realizados sobre la represión institucional53 y una de sus secuelas más graves, la deportación de 126 mine­
ros’4, se ha unido recientemente una reflexión sobre el impacto de esta huelga en la formación de comisiones
obreras55. Sin pretensión de proponer un jalón equivalente, la historiografía gallega ha establecido un corte en 1972,
fecha en la que constata un repunte represivo tras las grandes movilizaciones sociales de marzo en el Ferrol, salda­
das con la muerte de dos trabajadores, y la huelga general de septiembre en Vigo56. En Granada, un jalón ha sido esta­
blecido en la huelga de la construcción de 1970, reconstruida desde una vivencia personal (y pastoral) por Antonio
Quitián57.
A esta escala “micro” se han realizado análisis de la conflictividad en enclaves locales, en centro fabriles e, inclu­
so, la promovida de forma individual. Los estudios dedicados a la citada ciudad portuaria de Pontevedra58, a
Sabadell59 o a Villaverde60, se pueden comparar con los de ámbitos sociales y culturales distintos y distantes, como
Villamalea, donde la resistencia popular al franquismo gravitó entre la cooperativa vitivinícola San Antonio Abad,
la Caja Rural y la Hermandad de Agricultores y Ganaderos61, o Puertollano y su comarca, dependiente de la
Empresa Nacional Calvo Sotelo62. Desde la perspectiva sectorial, conocemos mejor los entresijos de las condicio­
nes de trabajo y la conflictividad laboral en la administración pública63, en la enseñanza64, en la industria gráfica65,
en la construcción madrileña66, en la ebanistería valenciana67, en la empresa naval Bazán, tanto en sus instalacio­
nes de Cartagena68 como en las del Ferrol69, en MACOSA70, en ENASA71, en INTELHORCE72, en HYTASA73, en FASA74
y, en fin, en ENSIDESA75. De estos análisis específicos destacamos que los investigadores han recurrido a los pro­
pios archivos de las empresas y, en particular, a las actas de los jurados76. No menos fructífera ha sido la utilización
de fuentes como la documentación acumulada en las magistraturas de trabajo, que ha permitido la realización de
estudios sobre la copiosa conflictividad individual en Asturias77 y Madrid78.
El pormenor y la concreción que permiten estas investigaciones de ámbito tan reducido deberían proporcio­
nar los mimbres con los que definir “las subculturas” que conviven en el movimiento obrero, ya que de ellas
depende tanto su receptividad organizativa como las pautas adoptadas para expresar el malestar. Este guante ha
sido recogido por Vega García, quien ha trazado un mapa de “estilos conflictivos” en la Asturias industrial imbri­
cando aspectos “culturales” (tradiciones organizativas y experiencias de lucha) con la insoslayable realidad socioe­
conómica79.
5 1 - GARCIA PIÑ EIRO , R am ón , “S olid arid ad d e b a se. A so c ia c io n e s p rim arias y p latafo rm as u n itarias d e re s iste n c ia al fran q u ism o e n A stu rias", e n CA STILLO , Sa n tia g o y
O R T IZ D E O RRU Ñ O , Jo s é M a (C o o r d s .), Estado, protesta y movimientos sociales, G ip u zkoa, 19 98.
5 2 - P or to d o s, SO T O CARMONA, Alvaro, “D iversas in te rp re ta c io n e s s o b re las cau sas y c o n s e c u e n c ia s d e las h u elg as e n e l fran q u ism o (1 9 6 3 -1 9 7 5 )”, e n I encuentro de
investigadores delfranquismo , B a rc elo n a , 1992.
53- GARCÍA PIÑ EIRO , R am ó n , “R e p re sió n g u b e rn a tiv a y v io len cia in stitu cio n a l e n la h u elg a m in e ra d e 1 9 6 2 ", e n El Régimen de Franco (1936-1975), M adrid, 1993.
54- GARCÍA PIÑ EIRO , R am ó n , “L os d e p o rta d o s d e l 6 2 ”, e n Tercer encuentro de investigadores sobre elfranquismo y la transición, Sevilla, 19 98.
5 5 - V EG A GARCIA, R u b én , ‘A stu rias 1 9 6 2 : H u elg as y C o m isio n e s ”, e n Tiempo de silencio. Cuarto encuentro de investigadores delfranquismo, V alencia, 19 99.
5 6 - G Ó M EZ ALÉN, Jo s é y SANTIDRIÁN ARIAS, V íc to r M anu el, 0 10 de marzo: Unha data na historia, S a n tia g o , 19 97.
5 7 - Q U ITIÁ N , A n ton io, “R e cu e rd o s d e u n a h u elg a. G ran ad a, 1 9 7 0 ”, e n XXsiglos, n ° 2 2 , M adrid.
5 8 - F u n d a ció n 10 d e m arzo, “C o nflictivid ad lab o ral y o p o s ic ió n a n tifran q u ista e n V igo : la h u elg a g e n e ra l d e se p tie m b r e d e 1 9 7 2 ”, e n Tercer encuentro de investiga­
dores sobre elfranquismoy la transición, Sevilla, 1 9 9 8 . Y, Vigo Obreiro, o periódico das CCOO de Vigo, Sa n tia g o, 1997.
5 9 - P U IG IV A LLS, A ng elin a, “N ivell d e vida, c o n d ic io n s lab o rals i m o b ilitz ació a n tifran q u ista a S a b ad ell, 1 9 4 0 -1 9 7 0 . U n a a p ro x im ació d e s d eis te stim o n is o ra le s ”, e n
Arraona, n ° 8 ,1 9 9 1 .
6 0 - CAPRARELLA, M arcello, “C a m b io s e c o n ó m ic o s y so c ia les e n el d istrito m a d rile ñ o d e V illaverd e d u ran te e l fra n q u ism o ”, e n 1 encuentro de investigadores delfran­
quismo, B a rc e lo n a , 19 92.
El obrero ya no tiene quien le escriba. La movilización social en el «tardofranquismo» a través de la historiografía más reciente
5. Dos omisiones: campesinos y estudiantes.
El interés de la historiografía por la España rural ha decrecido de forma notable al declinar el “problema agra­
rio”, que hasta la II República había ocupado el primer plano de la escena política, y al perder la conflictividad
campesina su atractivo sesgo “milenarista”80. Uno y otro, íntimamente ligados, se desactivaron con la transforma­
ción de las estructuras productivas, especialmente en el área mediterránea, y con el masivo éxodo rural. Parece
evidente que la llamada “revolución agrícola” o “verde” apuntilló a un tipo de protesta campesina, pero, a la par,
la penetración del capitalismo y la expansión de la “asalarización" dieron pábulo a nuevas formas de conflictividad,
6 1 - SANZ DÍAZ, B e n ito , “B a s tio n e s d e re s iste n c ia e n C astilla- La M an ch a (I): e l c a s o V illam alea”, e n España franquista. Causa general y actitudes sociales ante la
Dictadura, A lb acete , 1 9 9 3 .
62 - RU ÍZ GARCIA, P ed ro, “B a s tio n e s d e re sis te n c ia e n C astilla-La M an ch a (II), P u erto lla n o y su c o m a rc a ”, e n España franquista. Causa general y actitudes sociales
ante la Dictadura, A lb acete , 19 93.
6 3 - YSA S, P ere (C o o rd .), Treball, treballadors i sindicalisme en l 'Administrado pública a Catalunya (1939-1996) , B a rc e lo n a , 19 98.
6 4 - M O REN TE VALERO, F ra n cisc o , “Los tra b a ja d o re s d e la e n s e ñ a n z a p ú b lica e n lo s a ñ o s fin ales d e l ré g im e n fran q u ista”, e n Tercer encuentro de investigadores sobre
elfranquismo y la transición, Sevilla, 1998.
6 5 - M O ZO GAYO, A lm u d en a, “N otas p ara u n a ap ro x im ació n al n u ev o m o v im ie n to o b re ro e n la in d u stria g ráfica, 1 9 5 8 -1 9 7 5 ”, e n Segundo encuentro de investigado­
res delfranquismo, A licante, 1995.
66 - BA BIAN O , Jo s é y R U 12, D avid, Los trabajadores de la construcción en el Madrid del siglo XX, M ad rid , 19 93.
67 - D E L ALAM O AN D RÉS, M anu el, “C o n flic to s o b re ro s v a len c ia n o s d e fin ales d e l fran q u ism o v isto s d e sd e la p re n sa c la n d e stin a d e C C O O PV: m o vilización e n e l s e c ­
t o r d e e b a n iste ría d e V alen cia e n 1 9 7 4 ”, e n Segundo encuentro de investigadores delfranquismo, A lican te, 19 95.
6 8 - BAYONA FERN AN D EZ, G loria, “U n e je m p lo d e c o n flictiv id ad lab o ral d e á m b ito p rov incial e n la d é c a d a d e los se s e n ta : ia e m p re s a naval B a zán e n C a rtag e n a”, en
CASTILLO, Sa n tia g o y O R T ÍZ D E O RRU Ñ O , J o s é M aría: Estado, protesta y movimientos sociales, G ip u zkoa, 19 98.
69 - G Ó M E Z ALÉN, Jo s é , A Empresa Nacional Bazán, 1942-1972, A C o ru ñ a , 1 9 9 2 .
7 0 - D EL ALAMO A N D RÉS, M an u el, “N eg o c ia ció n co lectiv a , ju ra d o s d e e m p re s a y o p o sic ió n o b re ra : la e x p e rie n c ia d e M ACO SA (1 9 6 2 -1 9 7 7 )”, e n Tiempo de silencio.
Cuarto encuentro de investigadores del franquismo, V alen cia, 1999.
7 1 - PALAMERO, D o ra , Los trabajadores de ENASA durante el franquismo, B a rc e lo n a , 1996.
7 2 - BA RRAN QU ERO T EXEIRA , E n c a rn a c ió n , “F ra n q u ism o y d e m o cra c ia : a c titu d es y e stra te g ia s d e lu ch a d e lo s tra b a ja d o re s d e IN T EL H O RC E (1 9 6 0 -1 9 9 7 )”, e n Tercer
encuentro de investigadores sobre elfranquismo y la transición, Sevilla, 1998.
7 3 - FERN ÁN D EZ RO CA , F ra n cisc o Javier, Hytasa (1938-1980): orto y ocaso de la industria textil sevillana, Sevilla, 19 98.
7 4 - M ARTÍNEZ GARCÍA, Ju lio , la transición en Valladolid, 1974-1982: de las huelgas de FASA al mundial de fútbol, V alladolid, 2 0 0 0 .
7 5 - B O G A E R T S M EN ÉN D EZ, J ., El mundo social de ENS1DESA: Estado y paternalismo industrial, 1950-1973>Avilés, 2 0 0 0 .
7 6 - M A RO TO BA RCH IN O , C arid ad y M IN G O , J o s é A n to n io d e: “P ara e stu d iar la h isto ria d e las r e la c io n e s lab o rales e n e l lu g ar d e tra b a jo . U na n o ta s o b re la d o c u ­
m e n ta ció n p ro c e d e n te d e los ju ra d o s y c o m ité s d e e m p re s a ", e n ARENAS PO SA D A S, C ., FLO R E N C IO PUNTAS, A. y M ARTÍNEZ RUIZ, J.I . (e d s ), Mercado y organización
del trabajo en España (siglos XIXy XX), Sevilla, 19 98.
7 7 - B E N IT O D E L PO ZO , C a rm e n , La clase obrera asturiana durante el franquismo. Empleo, condiciones de vida y conflicto (1940-1975), M ad rid , 19 93. El fracaso
d e la O S E c o m o can aliza d o r d e la p ro te sta o b re ra y a h a b ía s id o ab o rd a d o p o r la m ism a in v estig ad o ra e n “L a reiv in d icació n o b r e r a e n e l m a rco d e l sin d icalism o v ertical.
A stu rias, 1 9 5 0 -1 9 7 7 ”, e n / encuentro de investigadores delfranquismo, B a rc e lo n a , 19 92.
78 - M IN G O , Jo s é A n to n io d e , “La con flictiv id ad individual e n M ad rid b a jo e l fran q u ism o (1 9 4 0 -1 9 7 5 )”, e n S O T O CARMONA, Álvaro (d ir ): Clase obrera, conflicto labo­
ral}’ representación sindical, M ad rid , 19 94.
7 9 - V EG A GARCÍA, R u b é n , “C u ltu ra lo cal y c o m p o r ta m ie n to s sin d ic a le s d e lo s tra b a ja d o re s a stu ria n o s”, e n CASTILLO, Sa n tia g o y O R T IZ D E O RRU Ñ O , J o s é M aría:
Estado, protesta y movimientos sociales, G ip u z k o a , 19 97. Y: “C o n d ic io n e s d e tra b a jo y o rg an izació n sin d ical: e l c a s o astu ria n o ”, e n ARENAS PO SAD AS, C ., FLO REN C IO
PUNTAS, A. y M ARTINEZ RUIZ, J.I . (e d s), Mercado y organización del trabajo en España (siglos XIXy XX), Sevilla, 1998.
8 0 - GARCÍA, T om ás, La evolución de la cuestión agraria bajo el franquismo , M adrid, 1993.
Ramón García Piñeiro
más semejantes, en la forma y en los métodos, a la fabril81. Las guerras del tomate en Canarias, de la leche en
Asturias y Galicia, del maíz y el panizo en la comisa Cantábrica, Navarra y Aragón y del trigo en los secanos cerealeros, ponen de relieve que la política de precios agrarios fue el principal detonante, en la década de los sesen­
ta, de las movilizaciones campesinas. Este contexto de malestar dejó resquicios a aquellos colectivos que desea­
ban incrementar su influencia en este ámbito y pretendían utilizar este descontento para erosionar al régimen, los
cuales se sirvieron de tácticas similares a las empleadas con el movimiento obrero. En efecto, mientras la FTT de
UGT se rezagaba al boicotear las elecciones sindicales y “el entrismo” en las Hermandades de Labradores y
Ganaderos, tanto los católicos progresistas como los comunistas avanzaron posiciones combinando la utilización
de los cauces legales con la promoción de plataformas de nuevo tipo82. Esta actitud cristalizó en la creación y difu­
sión de comisiones campesinas, en torno a reclamaciones salariales en el sur83y en defensa de la explotación agrí­
cola familiar en el norte84. A la conflictividad generada por la negociación de las condiciones de trabajo se suma­
ron, ya en la década de los setenta, las movilizaciones suscitadas contra el pago de la cuota de la Seguridad Social
Agraria85.
Quizás por razones sentimentales, el movimiento estudiantil ha merecido una mayor atención. Rebrotó en
torno a 1962 para exigir que los títulos expedidos por el Estudio General de Navarra, la “Universidad de la Iglesia”,
no tuvieran reconocimiento oficial y, sobre todo, adquirió “visibilidad” a lo largo de esta década en las acciones
emprendidas contra el SEU86. En los setenta, la punta de lanza la compartió la oposición a la Ley General de
Educación y la movilización de los profesores no numerarios87. Como fue protagonizado por vástagos de las cla­
ses medias ilustradas e hijos de adictos al Régimen, Rodríguez Tejada descarta que el reto que plantearon se ana­
lice “desde una teoría convencional de las clases”, para proponer que se examine a la luz de la oposición “entre
el capital económico y el cultural”88. Sin embargo, no se pueden soslayar los paralelismos con el movimiento obre­
ro. Sobre las vanguardias estudiantiles gravitaron, en efecto, influencias externas similares, se plantearon dilemas
comunes a la hora de definir las reivindicaciones y, desde el punto de vista táctico, se advirtió una polarización
parecida en torno a la conveniencia de participar en las elecciones de delegados o utilizar organismos como el
Servicio Universitario de Trabajo, el Teatro Español Universitario o el cine-estudio universitario. Estos paralelismos
han sido destacados tanto en aportaciones generales (Fernández Buey89) como en los estudios de ámbito regional90.
8 1 - PED REÑ O CÁNOVAS, A n d rés y SE G U R A A RTERO , P ed ro, “V ieja s y n u ev as fo rm a s d e c o n flictiv id ad jo r n a le ra e n e l c a m p o m u rc ia n o ”, e n CA STILLO, Sa n tia g o y
ORT1Z O RRUÑ O , J o s é M aría, Estado, protesta y movimientos sociales, G ip u zkoa, 1998.
8 2 - O R T IZ H ERAS, M an u el, Las Hermandades de labradores en elfranquismo. Albacete, 1943-1977, A lb acete , 1992.
8 3 - PÉREZ R U B IO , J.A ., Yunteros, braceros y colonos. La política agraria en Extremadura (1940-1975), M ad rid , 19 95- O R T EG A LÓ PEZ, M aría T eresa: Trabajadores
y jornaleros contra patronos y verticalistas, conflictividad laboral y reivindicación democrática en un provincia periférica, G ran ad a ,2 0 0 1 . CABALLERO M ESA,
F ra n cisc o : Paisaje del sur, crónica de un pueblo andaluz durante el tardofranquismo, M álaga, 2 0 0 0 . CA ZO RLA SÁN CHEZ, A n to n io , El campesinado almeriense bajo el
franquismo, 1939-1975: (políticay economía en el desarrollo de una clase social), G ran ad a, 1996.
84 - DIAZ MARTÍNEZ, Carlos y MUÑIZ D E LAS CUEVAS, R am ón (eá>),Fouce. Voceiro das Comisión Labregasde Galicia. Etapa da clandestinidade (1937-1977), A C oru ña, 1995.
8 5 - BERNAL, A n to n io M igu el, “R e sig n a ció n d e lo s ca m p e s in o s an d alu ce s: la re sis te n c ia pasiva d u ran te e l fra n q u ism o ”, e n España franquista. Causa general y acti­
tudes sociales ante la dictadura, A lb acete , 19938 6 - RU IZ CARNICER, M ig u el Á ngel, El sindicato español universitario (SEU), 1939-1965: la socialización política de la juventud universitaria en el franquismo,
M ad rid , 19 96. VIDAL ESCA RTÍ, D an ie l, " D e l SE U a la APE: La U n iv ersidad, p ro b le m a p o lític o d e l R é g im e n ”, e n SANZ DÍAZ, B e n ito y R O D R ÍG U EZ BELLO, R am ó n , Memorias
del antifranquismo. La Universidad de Valencia bajo elfranquismo, V alen cia, 19 99.
8 7 - FERN ÁN D EZ BU EY , F ra n cisco , “E stu d ia n tes y p ro fe so re s u n iv e rsita rio s c o n tra F ran co. D e los sin d ic a to s d e m o crá tic o s e stu d ia n tiles al m o v im ie n to d e p ro fe s o re s
n o n u m erario s (1 9 6 6 -1 9 7 5 )”, e n CARRERAS A RES y RU ÍZ CA RN ICER, La Universidad española bajo el régimen de Franco, Z aragoza, 19 91.
8 8 - R O D R IG U E Z TEJA DA , S erg io , “D e m o c ra cia a n te s d e la d e m o cra c ia : e l m o v im ie n to e stu d ian til a n tifran q u ista e n la U niv ersid ad d e V alen cia”, e n Tiempo de silen­
cio. Cuarto encuentro de investigadores delfranquismo, V alen cia, 19 99.
8 9 - FERN ÁN D EZ BU EY , E , “Els m o v im ie n ts e stu d ian tils a E sp any a, 1 9 6 6 -1 9 7 5 ”, e n L 'Avene, n ° 1 4 6 ,1 9 9 1 .
113 El obrero ya no tiene quien le escriba. La movilización social en el «tardofranquismo» a través de la historiografia más reciente
El radicalismo verbal de los universitarios españoles no difiere, en lo sustancial, del exhibido por los estudiantes
de Europa occidental, pero, en nuestro caso, tanto la retórica como las formas de protesta muestran una “proletarización” más acusada91. Algunos episodios relevantes, como los congresos constituyentes de la Federación
Universitaria Democrática Española92y el Sindicato Democrático de Estudiantes93, las movilizaciones que prece­
dieron a la expulsión de los catedráticos José Luis Aranguren, Agustín García Calvo y Enrique Tierno Galván9' , el
amortiguado eco del 68 francés95, las redadas policiales96e incluso la aparición de divergencias dentro del falan­
gismo97, han suscitado tratamientos particulares.
6. Nuevos movimientos sociales.
Ante la explicitud del conflicto de clase y la prioridad del cambio político, los nuevos movimientos sociales
carecieron de atractivo. En un marco represivo, las mutaciones experimentadas durante la etapa desarrollista fue­
ron insuficientes para propiciar el arraigo de valores “postmaterialistas”, propios de sociedades desarrolladas y,
por supuesto, democráticas. La debilidad de las clases medias ilustradas, la escasa incorporación de la mujer al tra­
bajo y la acuciante necesidad de satisfacer lo más perentorio, tanto en lo económico como en lo político, amén
del efecto retardatario del aparato ideológico del régimen, preservaron a España del flujo de corrientes de opi­
nión y movimientos sociales como el feminismo, el pacifismo o el ecologismo98.
El carácter misógino del franquismo, como ha subrayado Carme Molinero99, proporcionó una rémora adicio­
nal a la irrupción de la mujer en la esfera pública. En su tardía e intermitente movilización, además, no se debe
escamotear la existencia de diferencias de clase, por mucho que estas hayan sido diluidas ante el objetivo común
de combatir un régimen político. Desde esta perspectiva identificamos, por un lado, a un grupo de mujeres de
clase media y elevada cualificación intelectual que, prioritariamente, denunciaron la subordinación de su sexo con
respecto al varón. La difusión de obras como La mística de la feminidad de Betty Friedan y El segundo sexo de
Simone de Beavoir fue para ellas un revulsivo'00. Por otro, diferenciamos a aquéllas que estuvieron directamente
sometidas a procesos de proletarización o compartieron sus consecuencias con familiares y cónyuges. En esta caso
conocemos mejor las circunstancias del “disciplinamiento” en el trabajo que sus expresiones de rebeldía, ya fuera
por motivos laborales o políticos1'11. Con todo, éstas quedan reflejadas en la obra coral firmada por Romeu Alfaro,
en la que recuperan la voz algunas de las más tenaces resistentes al franquismo102, así como en las síntesis firma­
da por Carmen Alcalde105 y Rosario Sánchez104, o en la obra colectiva coordinada por C. Campos y María José
González105. También en los escasos estudios regionales publicados -entre los que destacan los dedicados a
Cataluña106y Asturias107, donde ha quedado de relieve que estas mujeres se incorporaron al conflicto social en tare­
as de apoyo al movimiento obrero, pero no para promover reivindicaciones propias de su sexo. Organizaciones
como el Movimiento Democrático de Mujeres, creado a mediados de los sesenta, buscaron el contacto entre
ambos polos, combinando las acciones de ayuda a los represaliados con las iniciativas netamente feministas.
Mayor subordinación con respecto a la resistencia política se advierte en las acciones pacifistas, entre las que
destacamos las protestas de 1967 y 1968 contra la guerra de Vietnam108y los gestos de rechazo al servicio militar109.
9 0 - CARRERAS AREZ, Ju a n Jo s é y RUIZ CARNICER, M ig u el Á ngel (c o o r d s .), La Universidad española bajo el régimen de Franco (1939-1975), Z arag oza, 1 9 9 1 . SANZ
DÍAZ, B e n ito , CAMPOY, M artí y FERRANDA, M aría, L 'oposició universitaria alfranquisme. Valencia, 1939-1975, V alencia, 19 96. SANZ DÍAZ, B e n ito y R O D R ÍG U EZ BELLO,
R am ó n , Memoria del antifranquismo. La Universidad de Valencia bajo elfranquismo, 1939-1975, V alen cia, 1 9 9 9 . DF.NIZ RAM ÍREZ, F.A.: El movimiento estudiantil cana­
rio. Selección de textos y documentos (1966-1982), T en erife, 19 93- LO B A TO BLAN CO , Luis A lfred o, “L os c o m u n ista s e n e l m o v im ie n to estu d ia n til”, e n Los comunistas en
Asturias (1920-1982), G ijó n , 19 96. VALDELVIRA G ONZALEZ, G reg o rio , El movimiento estudiantil en la crisis del franquismo, la Universidad Complutense (1973-1976),
M ad rid , 2 0 0 0 .
9 1 - R E IG ARM ERO , R am iro, “U n iv ersid ad y m o v im ie n to o b re ro . L os e stu d ia n te s s e p ro le tariz an ”, e n SANZ DÍAZ, B e n ito y R O D R ÍG U EZ BELLO , R am ón (e d s ), Memoria
del antifranquismo. La universidad de Valencia bajo elfranquismo, 1939-1975, V alen cia, 1999-
Ramón García Piñeiro
Las mismas referencias nos parecen válidas para interpretar la actividad desplegada por clubs culturales, asocia­
ciones de vecinos, editoriales, librerías y otros focos de resistencia, muy poco estudiados a excepción de las ori­
ginales valoraciones de Mikel Aizpuru sobre las fiestas de Barakaldo110y de Hernández i Martí sobre las falleras111.
Quizá con cierta hipérbole, Jame Módol nos ha presentado a la Revista Labor, el Orfeó Lleidatá, el Sícoris Club y
el Club Esportiu Huracans como los “elementos axiales de la Lleida disidente”112. Parece exagerado afirmar que ini­
ciativas de este tipo ocuparan la punta de lanza del ariete opositor, pero no cabe duda de que contribuyeron a la
difusión de valores democráticos y fueron un fértil vivero de dirigentes políticos.
7. Un balance.
La aparente abundancia de referencias bibliográficas no se contradice con el comentario que encabeza esta nota
crítica, toda vez que se trata, en su mayoría, de artículos breves y comunicaciones integrados en obras colectivas
y congresos, entre los que destacamos por su continuidad los encuentros de investigadores promovidos por la Red
Confederal de Archivos Históricos de CCOO. Disponemos de una obra solvente de conjunto, la realizada por Pere
Ysas y Carme Molinero, y de una monografía dedicada a CCOO, pero carecemos de síntesis en las que se aborde
el doble reto de dilucidar la sedimentación de las nuevas subculturas obreras y caracterizar sus respuestas colec­
tivas, así como mensurar cuál fue la contribución de socialistas, anarquistas y cristianos a estos procesos. Madrid,
9 2 - ÁLVAREZ C O B EL A S, J.L .:,“L a F .U .D .E ., 1 9 6 1 -1 9 6 5 ”, e n Segundo encuentro de investigadores delfranquismo, A lican te, 19959 3 - SANZ D ÍAZ, B e n ito , “E l fin d e l fra n q u ism o e n la U niv ersid ad . El p rim e r c o n g re s o d e l Sin d ica to D e m o c rá tic o d e E stu d ia n tes U n iv ersitario s d e E sp añ a. V alen cia, 3 0
d e e n ero / 2 d e se p tie m b r e d e 1 9 6 7 ”, e n Segundo encuentro de investigadores delfranquismo , A lican te, 19959 4 - ÁLVAREZ C O B EL A S, J.L ., “L os s u ce s o s d e fe b re ro d e 1 9 6 5 e n la U niv ersid ad d e M ad rid ”, e n I encuentro de investigadores del franquismo, B a rc e lo n a , 1 9 9 2 .
9 5 - NAVARRO JIM ÉN EZ, P alom a y MARTÍNEZ SÁNCHEZ, M e rced es, “L a e x p erien c ia estu d ian til d e l 6 8 a través d e la p re n sa an d aluza: 1 9 6 8 -1 9 7 0 ”, e n CARRERAS A R E S J.J.
y RUIZ CARNICER, M.A. (c o o rd s), La Universidad española bajo el régimen de Franco, Zaragoza, 19 91. PASTO R, Ja im e : “El a ñ o 1 9 6 8 ”, e n Historia 16, n ° 54 , M adrid, 1994.
9 6 - R O D R IG U E Z TEJA DA , Se rg io , “L a c aíd a d e la o rg an izació n u n iversitaria d e l PCE e n V alen cia e n m a n o s d e la p o licía fran q u ista (1 9 7 1 ): u n e je m p lo d e la re p re s ió n
c o n tra e l m o v im ie n to estu d ian til”, e n Segundo encuentro de investigadores delfranquismo, A lican te, 19 95.
9 7 - BLA N CO MORAL, F., “E l F re n te d e E stu d ia n tes Sin d ica lista s. U n a m a n ifesta c ió n d e la o p o s ic ió n falan g ista al ré g im e n d e F ra n co ”, e n Espacio, Tiempo y Forma, n °
3 , M ad rid , 19 90.
9 8 - ÁLVAREZ JU N C O , J ., “M o v im ien to s s o c ia le s e n E sp añ a: d e l m o d e lo tra d icio n al a la m o d e rn id a d p o sfra n q u ista ”, e n LARANA, E n riq u e y G U SFIE LD , Jo s e p h (1 9 9 4 ):
Los nuevos movimientos sociales, M ad rid , 1 9 9 4 . LARAÑA, E n riq u e, “L os m o v im ie n to s so c ia le s e n E sp a ñ a (1 9 6 0 -1 9 9 0 ). A nálisis d e te n d e n c ia s”, e n D EL CAMPO, Salu stian o ,
Tendencias sociales en España (1960-1990), M ad rid , 1 9 9 3 . A LO N SO , L.E., “L os n u ev o s m o v im ie n to s so c ia les y e l h e c h o d ifere n cial e sp a ñ o l: u n a in te rp re ta c ió n ”, e n VIDAL
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Los movimientos sociales. Transformaciones políticas y cambio cultural, M ad rid , 19 98.
99 - M O LIN ERO , C a rm e , “M u jer, fran q u ism o , fa scism o . La clau su ra fo rza d a e n u n p e q u e ñ o m u n d o ”, e n Historia Social, n ° 3 0 , V alencia, 19 98.
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d o s y tie m p o s e n las fá bricas tex tiles m ad rileñ as, 1 9 6 0 -1 9 8 2 : la p a rticu larid ad d e l tra b a jo d e las m u je r e s ”, e n ARENAS PO SAD AS, C ., FLO R E N C IO PUNTAS, A. y MARTÍNEZ
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1 0 2-
RO M EU ALFARO, F ern an d a, El silencio roto. Mujeres contra el franquismo, O v ie d o , 1 9 9 4 .
115 El obrero ya no tiene quien le escriba. La movilización social en el «tardofranquismo» a través de la historiografía más reciente
Barcelona, Galicia y Navarra han sido objeto de estudios regionales sistemáticos, pero una amplia laguna de silen­
cio anega todavía territorios casi yermos, entre los que se incluyen tanto demarcaciones con una larga trayectoria
de movilización obrera (Asturias) como provincias de reciente industrialización (Valladolid, Vitoria o Granada).
Dista de ser satisfactoria la atención prestada a otros colectivos sociales, como los estudiantes, los campesinos, las
mujeres o los movimientos vecinales y, en fin, salvo excepciones, se ha hecho caso omiso de otras formas de disen­
timiento que no fueran las huelgas o protestas callejeras113. Quizás por ello, no se ha alcanzado un consenso a la
hora de establecer cuál es el protagonismo que le corresponde a la movilización popular en la recuperación de
las libertades. Ante la falta de apoyo institucional y dada la creciente apatía social, parece un ejercicio de realismo
conjeturar que algunos de estos retos no serán afrontados en un futuro inmediato.
1 0 3- ALCALDE, C a rm e n : Mujeres en el franquismo: exiliadas, nacionalistas y opositoras, B a rc e lo n a , 19 95.
1 0 4- SÁN CHEZ LÓ PEZ, R o sario : Mujer española, una sombra de destino en lo universal, M u rcia, 19 90.
1 0 5 - CA M PO S, C . y GO N ZÁ LEZ, M aría J o s é (C o o rd .): Mujeres y dictaduras en Europa y América: un largo camino. Parte II Cuarenta años de soledad: Marginación
y represión de las mujeres en la España de Franco, M álaga, 19 96.
10 6- B O R D E R ÍA S, C. y H URTADO, J .: Dones, treball i sindicalisme a Catalunya (1939-1978). Perfils biográfics del projecte Fonts orales i militancia sindical,
B a rc e lo n a , 1 9 9 9 . VILLAR, C o n ch i: Dones, trebal i sindicalisme a Catalunya (II). Biografiés obreres, B a rc elo n a , 2 0 0 0 .
10 7- GARCÍA PIÑ EIRO , R am ó n : “M u je re s e n v angu ard ia. La re sis te n c ia fe m e n in a al fran q u ism o e n la c u e n c a m in era astu rian a, 1 9 6 2 -1 9 6 7 , e n Tiempo de silencio.
Cuarto encuentro de investigadores del franquismo , V alen cia, 1 9 9 9 . ER IC E SE BA RE S, F ra n cisc o : “M u je re s c o m u n ista s. L a m ilitan cia fe m e n in a e n e l c o m u n ism o a stu ria­
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108- LO BA TO BLAN CO , Luis A lfred o: “L os c o m u n ista s astu ria n o s e n e l fre n te d e la c u ltu ra ”, e n Los comunistas en Asturias. 1920-1982, G ijó n , 1 9 9 6 . Y : Dos décadas
del movimiento cultural y universitario en Asturias (1957-1976) , G ijó n , 1 9 9 8 .
109- BEU N ZA VÁZQUEZ, P ep e: “L ' o b je c c ió d e c o n s c ie n c ia i la in su b m issió ”, e n SANZ DÍAZ, B e n ito y R O D R ÍG U E Z BELLO, R am ó n (e d s .): Memoria del antifranquis­
mo. La Universidad de Valencia bajo elfranquismo, 1939-1975, V alen cia, 19 99.
110- A1ZPURU, M ikel: “E l a s o c ia c io n is m o p o p u la r ¿R ev erso d e l m o d e lo d e o rg an izació n so cia l d e l fa n q u ism o ? Ei m o d e lo d e B a ra k a ld o ”, e n CA STILLO , Sa n tia g o y O R T IZ
D E O RRU Ñ O , Jo s é M aría: Estado, protesta y movimientos sociales, G ip u zkoa, 1998.
111- H ERN ÁN D EZ I M ARTÍ, G il M an u el: Las fiestas de Valencia bajo el franquismo (1936-1975), V alen cia, 1 9 9 2 a. “La c e n s u ra fran q u ista i le s falles. V alen cia, 1 9 391 9 7 5 ”, e n I encuentro de investigadores delfranquismo, B a rc e lo n a , 1 9 92 b . “La fie sta c o m o e sp a c io d e re s is te n c ia al fran q u ism o: e l c a so d e las fallas d e V alen cia”, e n Tercer
encuentro de investigadores sobre elfranquismo y la transición, Sevilla, 19 98. Y “La fe s ta i la c o n fo r m a c ió d e l v a len cian ism e fran q u ista”, e n Tiempo de silencio. Cuarto
encuentro de investigadores delfranquismo, V alen cia, 19 99.
112- JA RN E M Ó D O L, A ntonieta: ‘A lgunos e sp acio s del antifran quism o en Lleida: la cultu ra co m o sig n o d e m ilitancia (1 953 -1 9 7 2 )”, e n Segundo encuentro de investigadores
del franquismo, A licante, 1 9 95 a. Y : “El C lub E sp ortiu H u racans d eis anys seixenta: p latafo rm a d e cultu ra m ilitant”, e n El Club Esportiu Huracans, 1941-1991, Lleida, 1 9 95 b.
113- R O D R ÍG U E Z TEJA DA , Se rg io : ‘A p o rta cio n e s d e las teo rías d e la a c c ió n so cia l al e stu d io d e l fran q u ism o y d e la tra n sició n ”, e n Tercer encuentro de investigado­
res sobre el franquismo y la transición, Sevilla, 1 9 9 8 . N ICOLÁS MARÍN, M aría E n c a rn a y ALTED V IG IL, A licia: Disidencias en el franquismo (1939-1975), M u rcia, 1999M O LIN ERO , C a rm e e YSA S, P ere: “M o v im ien to s s o c ia le s y a c titu d es p o lític a s e n la crisis d e l fra n q u ism o ”, e n Historia Contemporánea, n ° 8 , 1 9 9 2 . JA RN E M Ó D O L, A.
( 1 9 9 5 ): Estratégies de contestado en la Lleida franquista (1939-1977), T esis d o c to ra l, U n iv ersitat d e Lleida, 19 95.

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