Todos los días, un pobre pastor mandaba a su hijo
Transcripción
Todos los días, un pobre pastor mandaba a su hijo
EL PASTOR Y EL LOBO. Narrador: Todos los días, un pobre pastor mandaba a su hijo que llevara las ovejas a pacer. Padre: Hijo, te pido por favor que vallas tú a vigilar las ovejas. Sabes que yo trabajo día y noche como leñador. Pastorcillo: Entendido, iré a vigilar las ovejas. Padre: Una cosa ves con cuidado con el lobo i si te ataca grita con todas tus fuerzas y todo el pueblo ira a ayudarte. Narrador: El pastorcillo una vez había llegado al monte empezó a pacer. Pastorcillo: Que aburrimiento… Ah tengo una idea… Narrador: El pastorcillo grito. Pastorcillo: ¡Que viene el lobo¡ Que viene el lobo¡ Narrador: Todo el mundo acudió incluso el panadero que se le quemaba el pan. Panadero: Donde esta el lobo el lobo, chiquillo? Pastorcillo: ja, ja, no hay ningun lobo¡ No era mas que una broma ja, ja. Panadero: ¡ Escúchame chiquillo, por culpa tuya se me ha quemado el pan! No quiero ninguna broma mas, entendido! Narrador: Aquella noche juró a su padre que no volvería a mentir jamás. Pero unos días después, cuando estaba paciendo las ovejas, se acordó de lo mucho que se había divertido engañando a la gente del pueblo. Y volvió a gritar… Pastorcillo:¡Que viene el lobo! Que viene el lobo¡ Narrador: Asustados, la gente del pueblo dejaron de trabajar, y corrieron hacia la montaña, con horcas, palos y garrotes. Pero ellos confundidos, no vieron al lobo. Lechero: Te parecerá gracioso, verdad? Narrador: Y la gente del pueblo se fue frustrada ha hacer sus labores. Al día siguiente, paciendo otra vez a las ovejas, vio unos ojos amarillos espeluznantes y relucientes ¡Era el lobo¡ Pastorcillo:!Que viene el lobo¡ ¡Que viene el lobo¡ Narrador: Nadie acudió para ayudarle, el pastorcillo hizo tantas bromas que nadie le creyó. Pastorcillo: ¡Que viene el lobo¡!Que viene el lobo¡ Narrador: Pero ya era demasiado tarde, el lobo se abalanzo a una de la ovejas y la destrozo viva. NO HAY QUE MENTIR, PORQUE SINO NADIE TE CREERA.