la poética de la luz en intervenciones artísticas
Transcripción
la poética de la luz en intervenciones artísticas
LA POÉTICA DE LA LUZ EN INTERVENCIONES ARTÍSTICAS QUE SE APROPIAN DEL ESPACIO TRIDIMENSIONAL La luz ha sido un elemento necesario a lo largo de los siglos y un referente de vida y bienestar. La luz ha representado la posición positiva delante de la oscuridad o el oscurantismo. La luz es considerada como atributo en aquellas personas vistas como iluminadas, ha sido referencia de sabiduría y de un don que las hace poseedoras de la verdad. La luz que todo lo ilumina, ha sido también considerada un aspecto divino de la vida, utilizada por las distintas religiones y civilizaciones, convirtiéndose en objeto de culto estudio y observación por muchas de estas. La idealización del sol como ente divino por mayas o aztecas ha sido motivo de construcción de templos y de una forma de vida que durante siglos fue referente del eje cultural y religioso de dichos pueblos. La luz supuso un elemento transcendental en la construcción de nuestras catedrales e iglesias cristianas, la importancia de los rosetones y vidrieras como transmisión de ideas a través de sus imágenes en una sociedad en la cual el índice de analfabetismo era muy alto, representó también un aspecto fundamental que hace de nuestros templos una obra de arte en sí mismos. La luz fue y es un referente importantísimo que ha significado la creación de magníficas obras de arte por esas distintas civilizaciones que han hecho de esta un elemento divino o transcendental. Un ejemplo que a mi siempre me ha apasionado es el caso del templo de Abu Simbel, hecho construir por Ramses II con el objeto de divinizarse a si mismo como deidad además de su esposa Nefertari. Ambos templos están dispuestos uno al lado del otro, hallándose a la izquierda el dedicado al faraón. La disposición de este templo construido en la roca de la montaña era alargado formando un pasillo, situándose al fondo del mismo las figuras sentadas de cuatro de los dioses más significativos de la cultura egipcia, me refiero a Ra, Amón, Ptha y el mismo Ramses II. Pues bien, el fenómeno importante en cuanto a la capacidad que poseía este pueblo respecto al estudio y la observación de la luz solar, fue el hecho de que cada año se producía un fenómeno poco frecuente, el cual consistía en que solo dos días del año, entraba por la puerta principal un rayo vertical de luz que iluminaba el rostro de todos los dioses sentados al fondo, excepto el de Ptha, Dios del inframundo y por tanto de la muerte. El caso inusual y fantástico es que dichos días eran el aniversario del faraón y el día de su coronación, 22 de febrero y 22 de octubre respectivamente. Otro dato curioso acerca de este fenómeno es el producido por el posterior traslado piedra a piedra, a otra situación con mayor altitud para evitar que el templo quedase inundado por el lago Naser. Esta obra también faraónica pero realizada en el siglo XX, fue financiada por la UNESCO a petición del presidente Naser el cual alertó del peligro de inundación y de la necesidad de construir la presa de Asuán (1964), la cual produciría dicha inundación. El caso curioso es que todo y contando con la tecnología del momento, no se consiguió orientar el templo de la misma manera, evitándose ese fenómeno de coincidencia de los dos días en los que se iluminaban los rostros de esos dioses, pasando a ser los días 20 de febrero y 20 de octubre, produciéndose un desfase de dos días. La fascinación que este tipo de hechos ha producido en mi, creo que es uno de esos referentes que han dotado positivamente a mi motivación del interés acerca de la luz y de la multitud de posibilidades plásticas que esta ofrece en cuanto al arte contemporáneo y en este caso a la escultura en todas sus vertientes y especificidades técnicas, conceptuales y poéticas. Es justamente esa capacidad de atracción y la fascinación que produce la luz, una cualidad importante para entender las múltiples poéticas que se pueden desarrollar a través de ella. La necesidad de iluminar nuestra vida cuando la luz del sol deja de darnos cobertura durante el día, es posiblemente el motivo por el cual nuestras ciudades cobran vida por la noche y se reinventan, transformándose en muchos casos en auténticos espectáculos lumínicos que adquieren en el siglo XX un valor en sí mismo debido a la luz artificial y sus diversas posibilidades. Como ya hemos visto anteriormente, el uso de la luz eléctrica, ha justificado la creación de eventos como es el caso de la Segunda Exposición Universal de Barcelona en 1929. Lo que en un principio fue una muestra de los medios que las tecnologías del momento podían ofrecer en pro del ansiado bienestar del ser humano, se convirtió en un espectáculo ornamental novedoso a su época cuya constancia queda patente en lo que en principio constituyó una solución al vacío producido por la retirada de las columnas que representaban las cuatro barras de la señera catalana por orden del general Primo de Ribera en la primera dictadura, obra que dispuso y diseñó el arquitecto y diseñador del proyecto urbanístico para dicha exposición Universal, Josep Puig i Cadafalch. Es curioso como el azar dio la oportunidad a un ingeniero para crear una fuente que ocupase ese vacío y que aprovecharía el mensaje del encargo propagandístico que las industrias eléctricas de Cataluña querían dar al mundo. Se trataba de la luz, eje principal de "La Font Màgica" de Montjuïc, referente este que sirvió a su autor, Carles Buigas para crear numerosos proyectos lumínicos a lo largo de los años. Se podría decir que iba a ser uno de esos primeros ejemplos en que el papel del artista quedaba en manos de un ingeniero como pasó en tiempos del Renacimiento italiano, idea que recoge la posibilidad del artista completo y capaz de desarrollar distintas disciplinas, trabajando en grupos multidisciplinares como es el caso de muchos conceptos artísticos contemporáneos. La sofisticación de los procesos técnicos y las revisiones de los conceptos creativos, han dado lugar a diversas poéticas que se han nutrido del referente lumínico para expresarse según su concepción estética o argumental. Tal es el caso de tendencias que capturan la luz para convertirla en un elemento matérico en sí mismo que se transforma en pura esencia plástica y poética, ejemplificado por la obra del artista Jamens Turrell o Ann Verónica Janssens entre otros. Otras manifestaciones artísticas necesitan fusionar la luz con otras materias o elementos objetuales, siendo ambos complementarios entre sí. En cualquier caso el elemento lumínico aporta un componente extraordinariamente rico al discurso escultórico que ya no solamente se sustenta en ese elemento de apropiación del espacio como parte matérica sino también con una corporeidad tan intangible pero perceptible como es la luz. José Antonio Asensio