Boletines 99 - Instituto de ciencias de la conducta

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Boletines 99 - Instituto de ciencias de la conducta
SPECULUM
SPECULUM
DICIEMBRE DE 2015
Volumen 9, nº 11
MUJER IDEAL DESDE 1910
Con el cambio de siglo, del XIX al XX, la llamada “chica Gibson” fue considerada el
ideal de mujer. Creada por el dibujante norteamericano Charles Dana Gibson, era alta y
delgada, aunque con formas. De nariz y bocas pequeñas y bien delineadas, sus ojos eran
grandes. En esos años las mujeres vestían bien, en el peinado primaba el recogido con
ondas y con volumen, tenían un aire muy distinguido, pero seguían sometidas a la
tiranía del corsé para acentuar y redondear sus curvas naturales en pecho, cintura y
caderas. En los años 20 se puso de moda la “flapper” (joven a la moda). Chica sin corsé
que fumaba, bebía, bailaba, se divertía. Se llegó a decir que las mujeres habían dejado
de comer para fumar y beber. En los 30 llegaron las curvas, eso sí, sin corsé. Lo que se
llevaba era la cinturita estrecha y el cabello ondulado y voluminoso. El prototipo fue
Jean Harlow y otras famosas que se salieron del canon yendo a algo más “masculino”
fueron M. Dietrich, K. Hepburn y G. Garbo. En los 40 surge la “mujer fuerte”, de
piernas y brazos sólidos, destacando Betty Grable. Con los 50 llegan las “reloj de
arena”, las delgadas no estaban de moda y el triunfo fue para Marilyn Monroe y
Elisabeth Taylor. En los 60 llegan las “menuditas” como A. Hepburn o Twiggy,
delgadísimas y sin curvas, de poco pecho y trasero, con ojos cándidos. Las “musculitos”
llegan en los 70, con melenas rubias generosas. Ahí estaban “Los Ángeles de Chralie”.
En los 80 nos invade el aerobic con Jane Fonda a la cabeza, abriendo camino a las top
de las top: Cindy Crawford y Naomi Campbell. En los años 90 tenemos a Kate Moss
liderando la cosa “estética”, que fue el mejor ejemplo de lo que se llamó “heroin chic”,
esto es, chavalas escuchimizadas, con pinta de enfermas, pretendidamente descuidadas
y con el gesto indolente. En los 2000 aterriza la obsesión por lo sano con un físico
tonificado, moderadamente bronceado y bien alimentado. Y ahora… un cambio
evidente: el corsé va sustituyéndose por las intervenciones estéticas.
ANGEL DE VICTORIA’S SECRET
Un conjunto de ropa interior amarillo que lució Bridget Malcolm en un camerino fue el que desató la
polémica hace poco. Los marcados huesos de la cadera de Bridget hicieron que saltara la alarma entre los
fans: “sujetadores y bragas a su medida porque no le vale ni la talla extra pequeña”, “¿no es obvio que ella
está demasiado delgada?”, etc. Los comentarios que insinuaban que la australiana, de 23 años, padecía
algún trastorno alimentario se sucedían junto con otros que, por el contrario, la defendían alegando que
suele publicar en su cuenta de Tumblr las comidas que hace y que es seguidora de una dieta vegana. La
modelo ha señalado: “¿podemos parar lo de avergonzar la delgadez?, estoy extremadamente en forma y
saludable y no hay ni rastro de anorexia”, ha escrito la top en Instagram. Y sigue: “me he entrenado muy
duro para estar así y estoy muy orgullosa de mi cuerpo”. “No seré la más curvilínea, pero soy una mujer
con todo el derecho de lucir como luzco”, continúa la modelo y sugiere a las personas que le han criticado
que echen un vistazo a su interior y se pregunten “por qué tienen esa necesidad de avergonzar el cuerpo de
los demás en Internet”. Esta muchacha es la imagen global de la firma Polo Ralph Lauren y ha trabajado
con otras tan conocidas como Burberry, H&M Hugo Boss o Tommy Hilfiger. Hablando sobre las personas
que no comen sano, la estrella de la pasarela dijo al Sydney Morning Herald que no entendía cómo hay
gente que no ve que la comida que no es saludable “daña su organismo y tiene impacto en el medio
ambiente”. Todo esto no son más que idioteces de moda, modelos, dietas y dietitas. En suma, negociete. Y
no valdría la pena hablar de estas cosas si no fuera por el daño que siguen haciendo en cierta parte de la
población.
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LOS “Y” DE 1981-2000
“TU IMAGEN ES
Investigadores de la Universidad de York en Toronto han descubierto que los
miembros de la Generación Y (nacidos entre 1981 y 2000) pesan más que los que
eran adultos en las décadas de los años 70-80, incluso comiendo la misma cantidad
de alimentos y haciendo el mismo ejercicio. El estudio, publicado en Obesity
Research, comparó los datos dietéticos de 1971 y los de 2008 de cerca de 36.400
adultos. También analizó los referentes a la actividad física de 14.400 adultos de
1988 y 2006. Los autores encontraron que el índice de masa corporal (IMC) de
una persona en 2006 era 2,3 puntos más alto que alguien de la misma edad en
1988, incluso comiendo el mismo número de calorías, con el mismo porcentaje de
proteínas y grasas, y haciendo la misma cantidad de ejercido. “Nuestros resultados
sugieren que si usted tiene 25 años, debería comer menos y hacer más ejercicio de lo
que hicieron sus mayores, para prevenir el aumento de peso”, señaló en un
comunicado Jennifer Kuk, uno de los autores. Estos hallazgos subrayan que el
control de peso no es solo una regla matemática entre calorías consumidas frente a
calorías quemadas. “Es similar al saldo de nuestras inversiones, no podemos restar el
dinero retirado del depositado, hay que tener en cuenta las fluctuaciones del mercado
de valores, comisiones bancarias, o las tasas de cambio de divisas”, señaló Kuk.
¿Pero cuál es la comisión, hablando en kilos, que tenemos que pagar por la
fluctuación calórica? Los autores no están seguros, aunque apuntan algunas teorías.
“Podría ser una combinación de aumento de la exposición a sustancias químicas que
alteran las hormonas, medicamentos como los antidepresivos, que pueden conducir
al aumento de peso, y el cambio de las bacterias intestinales, debido a nuestra dieta
rica en carnes y azúcares. Además, el estrés, el cambio de horarios en las comidas,
alteraciones en el ritmo del sueño, etc.”, señala Kuk.
IMPORTANTE, NO
TE OBSESIONES”.
BODY APPRECIATION
El estudio de la imagen corporal y sus alteraciones ha tenido, desde hace muchos años, un
enfoque “en negativo”. Se ha venido haciendo hincapié en conceptos como insatisfacción
corporal o distorsión de la imagen corporal para trabajar con los aspectos nucleares de
patologías como los TCA. Sin embargo, desde hace algún tiempo, proliferan los estudios
que tratan de ver la imagen corporal “en positivo”. De hecho esta idea se hizo operativa en
2005 cuando Avalos, Tylka y Wood-Barcalowores desarrollaron la Body Appreciation
Scale (BAS). Más tarde esta escala ha sido utilizada en Turquía (Swami y cols., 2015),
Austria (Swami y cols., 2008), Hong-Kong (Ng y cols., 2015), etc. En España fuimos
nosotros quienes validamos este instrumento (Jáuregui-Lobera y Bolaños-Ríos, 2011) y
ahora se está trabajando con esta escala en Irán, lugar en el que el estudio de la imagen
corporal “en positivo” obedece a algunas razones de peso. En primer lugar una mínima
“hijab” es habitualmente obligatoria para las mujeres iraníes; en segundo lugar, Teherán,
parece ser la capital mundial de la rinoplastia y se sabe que la cirugía estética está
claramente asociada al mayor o menor aprecio corporal; y en tercer lugar los medios
occidentales cada vez está más extendidos en Irán y, desde luego, un mayor o menor
aprecio corporal también se vincula al papel de los medios de comunicación en la
transmisión de estereotipos. Es bien conocido que los resultados con la BAS suelen
encontrar relación entre un mayor aprecio corporal y una mejor autoestima y están
negativamente asociados al índice de Masa Corporal, especialmente en mujeres. Como
sucede con otros campos de la psicología en los que ha emergido en los últimos años la
corriente conocida como “Psicología Positiva”, también en lo que a la imagen corporal
atañe parece imprescindible trabajar en la misma línea. El trabajo clínico para abordar la
insatisfacción corporal o la distorsión de la imagen corporal debe acompañarse de una
promoción del “aprecio del propio cuerpo” como fuente de salud mental. Y lo mismo va a
ocurrir en la alimentación: en lugar de neurotizar a la población con “lo mal que come”
habrá que empezar por “explotar” todo cuanto hagan bien para crecer a partir de ahí.
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ORTOREXIA
El término corresponde a un estilo en la forma de comer (o, mejor, un estilo de vida) en el que existe una
obsesión por comer “sano”. La cosa salta a la fama en 1997 cuando Steven Bratman publica Health
Food Junkies. Años después, se dice que ya hubo una persona fallecida como consecuencia de este
“estilo sano”, Kate Finn, fallecida en 2003. No se trata de un trastorno reconocida oficialmente como
TCA y puede decirse que se trata de una forma peculiar de ver las cosas y, en concreto, la forma de
alimentarse. La motivación para ello radica en el deseo de sentirse “puro, sano, natural”, existiendo una
base de obsesión por las dietas y de culto al cuerpo (aunque no especialmente a la delgadez). Se trata de
personas con miedo a los productos artificiales, preocupadas más por la calidad que por la cantidad de lo
que comen. Todo ello les lleva a consumir sólo cierto tipo de comida, por ejemplo vegetal, sin
conservantes, sin grasas, evitando carnes, tomando sólo frutas o sólo alimentos crudos, etc. También
están obsesionados con la preparación: verduras cortadas de cierto modo, uso exclusivo de madera o
cerámica, etc. Y pueden recorrer kilómetros para lograr ciertos alimentos y pagar precios mucho
mayores por ellos ya que si no los encuentran prefieren ayunar. Suelen evitar restaurantes, comidas con
amigos, etc., ya que “no saben lo que les van a ofrecer”. Cualquier transgresión de todas estas pautas
provoca grave sentimiento de culpa seguido de estrictas dietas y ayunos. A la Ortorexia predisponen la
personalidad obsesiva y el hecho de haber padecido anorexia nerviosa. Algunas cuestiones pueden
indicar su existencia:
¿Pasa más de 3h/día pensando en la dieta sana?, ¿planifica con detalle la comida de mañana?, ¿se
preocupa más de la calidad de los alimentos que del placer y el disfrute de comerlos?, ¿conforme
aumenta la calidad de su comida, cree que disminuye su calidad de vida?, ¿se ha vuelto más estricto
consigo mismo?, ¿sacrifica experiencias placenteras que tuvo, por comer lo que considera correcto?,
¿aumenta su autoestima cuando cree que come alimentos sanos?, ¿ocurre a la inversa?, ¿se siente
culpable cuando se salta sus convicciones dietéticas?, ¿le aísla socialmente su manera de comer?,
¿cuándo come como “debe” tiene una sensación de control total?
Ya sabe, si da algunas positivas, ¡cuidado! Si da muchas positivas puede tener un problema.
REFLEXIONES ÉTICAS Y TCA
Camino de 2016 no está de más, ahora que ya hay tantos expertos en TCA de todas las ramas sanitarias, hacer algunas
reflexiones que vayan apuntalando ideas que, de no estar claras, pueden seguir confundiendo a la población. Estas podría ser
algunas de ellas:
-¿Tenemos registros oficiales fiables de casos de TCA?
-¿Sigue realmente aumentando los casos de anorexia y bulimia?
-¿Es cierto que “cada vez hay más varones afectados? En todo caso, ello supone un cambio sustancial en la ratio
hombres/mujeres?
-¿La mortalidad sigue siendo del 5-10%?, ¿está oficialmente registrado?
-¿Sabemos cuántos suicidios consumados son atribuibles causalmente a un TCA?, ¿está oficialmente registrado?
-¿Se confunden conductas de riesgo con casos clínicos?
-¿Hay o no hay familias que predisponen?
-¿Es tan determinante la influencia de los medios?
-¿Divulgamos bien lo que son los TCA y el trabajo a realizar?
-¿La idea, bastante generalizada, de que los TCA “son para siempre” se sustenta en la realidad?
-¿Somos artífices de que esa idea haya hecho bastante fortuna?
-¿Se explica bien qué significa “cronicidad”?
-¿Qué porcentaje de pacientes precisan hospitalización total o parcial a día de hoy?
-¿El número de ingresos en unidades de día en nuestro medio se ajusta a lo que ocurre en países de nuestro entorno?
-¿Se ajusta la estancia media en dichas unidades?
-¿Desde una medicina, psicología y nutrición basadas en la evidencia, ¿podemos llegar a confundir tratamiento, cuidados y
entretenimiento?, ¿todo cuanto hacemos sirve?, en todo caso ¿para qué sirve?
Y con estas reflexiones acaba nuestro Boletín número 99. Por ello y en poco tiempo, pasada la Navidad, estaremos
celebrando nuestro Boletín 100. ¡Casi nada! Mes a mes, con sólo los meses de agosto de descanso, no hemos faltado a
la cita. Ningún Centro español, ni público ni privado, lleva 100 meses “hablando de TCA”, mejor o peor, pero siempre
ahí, con ustedes y con humor. FELIZ NAVIDAD.
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INSTITUTO DE
CIENCIAS DE
LA
CONDUCTA
REVISTA TRASTORNOS DE LA CONDUCTA
ALIMENTARIA
C/Fernando IV, 24-26
41011 Sevilla
España
Teléfono:
+34954280789
Desde 2005, nuestro Centro viene publicando
la Revista Trastornos de la Conducta
Alimentaria, con dos números al año (mayo y
noviembre). Ya tienen disponibles 20
números.
Les invitamos a visitar nuestra Web, en la
que tienen acceso a la Revista, en la siguiente
dirección:
http://www.tcasevilla.com/revista_introduccion.aspx
Fax:
+34954278167
E-mail:
[email protected]
Noticias y Agenda para diciembre
-
Continúa el trabajo clínico-asistencial.
Continúan los trabajos de investigación.
Continúa la actividad docente.
FELIZ NAVIDAD Y NUESTROS MEJORES DESEOS PARA 2016
Acerca de nuestra organización…
Visítenos en:
www.tcasevilla.com
ElInstitutodeCienciasdelaConducta,ademásdeltrabajohabitualquellevaacaboen
Psiquiatría y Psicología, desarrolla un programa específico para los Trastornos de la
Conducta Alimentaria. Deseamos que esta página sea un lugar de encuentro en el que
plasmarlarealidad de nuestroquehacerclínico cotidiano.Esnuestrointerésinvitarala
REFLEXIÓNsobrelosmúltiplesaspectosqueconfluyenenpatologíascomolaANOREXIAy
laBULIMIANERVIOSAS tandevastadorasennuestrosdías.También laSOBREINGESTA
COMPULSIVAylaOBESIDADrecibenatenciónespecíficaennuestroprograma.
Hemos decidido… que la frase de García Márquez es tan
bonita, que será el punto final de nuestro Boletín.
-La ilusión no se come –dijo la mujer
-No se come, pero alimenta –replicó el coronel
El coronel no tiene quien le escriba. Gabriel García Márquez, 1928
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