en portada - Club Atletismo Cuenca

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en portada
Siguiendo los pasos marcados por ‘Diario de una cooperante...’ y ‘Saigón-Cuenca NoExpress’,
Crónicas lanza una nueva serie de reportajes dedicados al genéro de la ‘prensarrealidad’: ‘El
lado humano de la carrera’. ¿Qué mueve a los deportistas a hacer deporte sin pensar en las
marcas o en las cámaras? ¿Qué relaciones se establecen entre ellos? ¿Cómo afenta su llegada a la vida de los pueblos que acogen cada prueba? Las respuestas a estas interrogantes son
fragmentos de una historia no contada hasta ahora, que está por construir, y a la que su narrador, Luis Clemente, un corredor popular del Club Atletismo Cuenca CCM, quiere invitarnos
a seguir cada semana en las páginas interiores de Crónicas de Cuenca.
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El lado
humano de
la carrera
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El lado
humano de
la carrera
‘El Caño’,
Por Luis Clemente
Fotos de: Javier Polo
No puedo precisar la edición de la carrera del
Pavo. Sin embargo, tengo
clara memoria de esa tarde fría en que en el campo de fútbol de la Beneficencia, al
entrar en meta junto a mi amigo Antonio Senís, nos abordó José Vicente Ávila para
la televisión local: “Con nosotros el lado humano de la carrera”. Era evidente que
nuestras posiciones no eran las de preferencia, todo lo contrario, llegábamos los
últimos. Se trataba del viejo recurso de los reporteros legendarios. Era una entradilla con gancho para atraer a la audiencia. Pero con el tiempo debo confesar que el
locutor acertó de pleno. En el pelotón de atrás se ve de otra forma la competición.
En ese lugar no se llega a vislumbrar esa competencia rabiosa que se percibe en los
puestos de cabeza. Es una zona, como mucho más íntima, en la que verdaderamente
se disfruta corriendo. Aquí se nos ofrece el privilegio de codearse con todos aquellos
atletas que hacen que estas pruebas resulten populares. Se aprovecha para interesarnos por la familia, por los amigos, por el trabajo, incluso surgen en esos lugares de
atrás, esas palabras de alivio para ayudar a quienes los kilómetros se les ponen cuesta arriba. En fin, ciertamente, este es el lado humano de la carrera.
el reencuentro de los corredores
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Tarancón
, domingo 19 de abril, era la
cita con el pistoletazo del VII Circuito de Carreras Populares de la
Diputación de Cuenca. Allí nos dirigimos. Se trataba de la edición
número veintiséis de la emblemática carrera de ‘El Caño’, una prueba que en los últimos tiempos se celebra in memoriam de José Antonio Sequí, verdadero motor del deporte base taranconero. Nada
más llegar, la megafonía nos recordaba el despliegue organizativo
que se había dispuesto para que la prueba llegase a buen fin. Se
nos decía que 60 voluntarios cubrirían el recorrido, a los que se
les sumaban en esas funciones efectivos de Cruz Roja, Protección
Civil y Policía Local. Y tengo que reconocer que el despliegue funcionó con eficacia, no se cruzó ningún vehículo en cola de carrera.
En la Avenida de Juan Carlos I, se me dirigió un agente: “Corra
con tranquilidad. Están cerrados todos los accesos”. ¡No se pueden
imaginar el nerviosismo que los coches incontrolados nos ocasionan a las personas ciegas!
Enseguida, comenzó el carrusel de caras habituales del Circuito.
Saludé a Julián Izquierdo y Juan José Murillo que se hallaban charlando, de entrenamientos, tiempos y estado de forma. Julián nos
dice que acababa de llegar de Los Hinojosos. Es un atleta que, si
bien reside en Madrid, comparte territorio conquense entre aquella
localidad y Fuentelespino de Haro, de donde es natural. “Las lesiones y molestias ya se han alejado. A ver si este año puedo revalidar
el puesto del 2007”, me anotó. Ese año fue el ganador del Circuito
y por lo que apuntó en la meta, es un serio candidato a ocupar la
primera plaza para éste. Sólo le adelantaron Enrique Sánchez Saceda, José España Comendador e Hicham Hitaichi, ninguno de los
cuales está inscrito en la ronda provincial.
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“En la segunda vuelta, las campanas de la iglesia llamaban a
misa mayor. Fue entonces cuando nos cruzamos con unos
cuantos endomingados. “Así tenías que correr tú”, le escuché
decir a una señora. Seguro que se dirigiría al marido”.
Mientras los corredores calentaban, los de “Crono 3” se hallaban
en plena faena, preparando los instrumentos digitales para que los
todos pudieran recoger en meta el resultado de su actuación. “Es un
atractivo para nosotras, las que sólo competimos contra nuestros
tiempos”, me decía Julieta Senís que llegaba exultante, tras haber
pasado la noche en Caracenilla pendiente del cielo junto a los amigos de Astro-Cuenca.
Ya en carrera, me junté con un grupo del San Lorenzo, un equipo
en el que las mujeres casi alcanzan la paridad. Precisamente, con
Elisa Jiménez y Maribel García Martínez, dos parrillanas simpáticas
donde las halla, es con quienes anduve muchos kilómetros. “Este
año parece que me encuentro mejor”, bromea Elisa. ¡Vaya si se
encontraba en forma! Me dejó nada más pasar la mítica fuente de
“el Caño”, y no la encontré hasta llegar a meta. Asimismo, la atleta
parrillana, María Jesús Algarra, que defiende el primer puesto que
obtuviera el pasado año en la Clasificación General, nos jalea faltando dos kilómetros para el final. Ella, una vez finalizada la prueba,
se hallaba trotando para descargar la fatiga. Le pregunté entonces
cómo había quedado. Y ya de lejos le escuché: “No ha ido mal la
cosa”. Seguro que es una seria candidata para el primer puesto de
Veteranas A.
La población de Tarancón salió a la calle a animar a los corredores. El circuito transcurría por el centro urbano. Para llegar a ‘El
Caño’ tuvimos que atravesar la Plaza Vieja. En la segunda vuelta,
las campanas de la iglesia llamaban a misa mayor. Fue entonces
cuando nos cruzamos con unos cuantos endomingados. “Así tenías
que correr tú”, le escuché decir a una señora. Seguro que se dirigiría al marido. La respuesta no la oí, la distancia ya no lo permitía. En verdad los taranconeros vibran con las carreras de fondo.
Su ídolo, Juan Carlos de la Ossa, ha conseguido que muchos de
ellos se hayan calzado las zapatillas de atletismo y se dediquen a
recorrer los caminos del término. Además del campeón de España
Una filosofía de vida
La gente que acude por primera vez al circuito se sorprende de
la cantidad de deportistas que participan en las pruebas y de los
destinos tan variados de los que vienen hasta nuestra provincia.
Tanto la organización de este circuito como el Club Atletismo Cuenca CCM fomentan la práctica del deporte popular como algo más que la mera
competición y eso se puede palpar en cada parada del circuito, donde los niños siempre tienen una carrera para disfrutar con el atletismo. Pero
además en Tarancón también hubo un hueco especial para los discapacitados, que, dicho sea de paso, disfrutaron como niños.
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crónica
de un corredor
Guillermo Palomero, en el centro, junto a su
mujer, Ana, su hija, Paula, y el resto de su familia
que siempre le apoya y le acompaña
“Llego a emocionarme cuando en la meta beso, con el rostro sudoroso, a Paula”.
Guillermo Palomero Redondo se me adelantó a saludarme.
Se hallaba en compañía de su esposa Ana y su hija Paula de dos
años. Sonriendo me soltó: “Hoy, en vez de cruzarnos en la carretera de Palomera, nos encontramos aquí, en Tarancón”. Él es el
protagonista de la “Crónica de un corredor”, apartado que pretende
rellenar esos huecos que, Con algo de su parte y otro poco de la
nuestra, podamos dar con su perfil humano. Guillermo, junto a sus
dos hermanos, creció alrededor del deporte: Mi hermano David,
que entonces era una promesa, fue el primer corredor de Castilla La Mancha en el Campeonato de España de Campo a Través.
Ese año lo nombraron mejor deportista conquense. También lo recuerda cuando ganó la primera edición, en categoría infantil, de la
Carrera del Pavo”. “Al año siguiente, debido a que subió él de categoría, la pude ganar yo”.
Alternaba el atletismo con el fútbol. Percibo que se alegra al recordar esos años: Lo hice desde benjamíny llegué a jugar en tercera división con el Cuenca y la Balompédica”. Más tarde corrió en el
Club Aristos y, al desaparecer éste, formó parte de la sección de atletismo que se creó en la Peña Madridista. Por sus méritos propios,
Guillermo Palomero, representó a Cuenca en diversas pruebas de
cross. Nos comenta: “A Hellín, fuimos Darío Caparrós y yo, el hijo
del entrenador del Bilbao. Allí coincidimos en la pensión con Juan
Carlos de la Osa”. Sin embargo y a pesar de la edad, Guillermo, ya
prefería las carreras de gran fondo. Con catorce años corrió y ganó
en su categoría la Hoz del Huécar. “Para mí es la carrera popular
por excelencia”.
No necesitó mucho tiempo para entender que el atletismo le
merecía la penna. Sin embargo, no le supuso ningún problema dejar la competición intensiva. Enseguida se hizo corredor popular. Al
respecto nos comenta: “Es otra dimensión. Verdaderamente llega
a engancharte. No sé cómo, pero de todas las pruebas del Circuito
de la Diputación, sólo me he perdido una”. Luego averiguamos que
se trataba la que se celebró en Cañete durante la tercera edición
de la ronda provincial. Precisamente declinó por asistir a la boda
de su cuñado César Canales, otro corredor.
Aunque sin agobios, entrena todos los días. No le supone sacrificio alguno el que muchos de ellos haya tenido que viajar por razones de trabajo a Villamayor de Santiago. “Yo apreciaba esa virtud
suya desde que empecé a salir con él”, nos confiesa Ana Canales,
su mujer. Y es que Guillermo siempre ha tenido cerca el apoyo familiar. De niño, lo acompañaban sus padres a todas las pruebas; y
ahora, casado, tiene como fervorosas seguidoras a su mujer y su
hija. Le brillan las pupilas al decirnos: “Llego a emocionarme cuando en la meta beso, con el rostro sudoroso, a Paula”.
Después de un rato de conversación, miró el reloj. Entendí que
debía de calentar para la prueba. Entonces, se arrodilló con calma, se hizo varios lazos en los cordones, hasta que quedaron a su
gusto. Le desee suerte y me despedí.
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Asombra el entusiasmo con el que la gente de cada localidad que
acoge una prueba del circuito se vuelca por atender de la mejor
manera posible a los corredores. Todo el mundo participa en lo
que puede y eso hace que se viva un ambiente muy especial
En estas pruebas te encunetras con
verdaderos fenómenos, como Santa,
que me con fesaba que a sus 71 años
todavía estaría corriendo si no fuera
por un “problemilla en los gemelos”.
de Campo a Través, también hay otros buenos atletas. Alguno de
ellos, como Cuenca Ferrer, brillan en esta prueba provincial. Pero
hay que reconocer que la afición a la carrera pedestre en esta localidad se remonta a años atrás. “Yo fui campeón regional hace más
de cuarenta años”, me apunta con gran orgullo “Santa”. Luego, me
da cuenta de su ejemplar vida dedicada al atletismo popular y con
tono serio me dice: “Ahora tengo setenta y un años. Si no fuera por
un problemilla en los gemelos, aún estaría corriendo”. Más tarde,
cuando se despide, me encarece: “Saluda en Cuenca a Valero. Él
Fue uno de los primeros ganadores de esta carrera”. Y al alejarse,
se me reproduce en la memoria la estampa de gran corredor del
bueno de Ángel Valero.
En la entrega de premios me cruzo con Santiago Vieco, el Diputado Provincial de Cultura y deportes. “al final he logrado llegar a
tiempo”, me dice. (Días antes, en Cuenca, me habló de lo recargada
que tenía la agenda para ese domingo). Ya el reloj se acerca a la
una del medio día y por el podio pasan los últimos ganadores. Entonces compruebo en las listas la participación. Ha sido récord. Casi
cuatrocientos corredores. Javier Polo, presidente del CA Atletismo
Cuenca CCM y experto en tareas organizativas me anota: “se lo
han currado de verdad. No sólo se han movido en nuestro entorno,
sino que han captado muchos participantes de Madrid”. Para el final
queda un acto que me resulta grato, es un premio a la deportividad.
Se le concede a Carlos Hontangas Serrano, el atleta que me ha
acompañado en la carrera y que verdaderamente me ha ayudado
a pasar los tramos más difíciles. Vaya una enhorabuena para él. La
hora avanzada hace que note un hormigueo por el estómago. Está
reclamando la restitución de energías. Entonces saco de la bolsa
del corredor un “borracho”, uno de esos que “Chapela” ha hecho tan
populares, y repongo el azúcar que la carrera ha quemado.
EL LADO HUMANO
Sigue en Crónicas
de la carrera. Una viaje al alma del deporte de la
mano de Luis Clemente.
En el próximo número, Trofeo
San Gil, en Motilla del Palancar.

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