Guerrero Herido

Transcripción

Guerrero Herido
Ciclo11:LibresenelNombredeJesús
PastorDr.RafyJiménezPhD
Tema:GuerreroHerido
30deoctubrede2016
2domensaje
GuerreroHerido
LecturaBíblica: Lucas 4:16-21 “16 Vino a Nazaret, donde se había criado; y en el día de
reposo entró en la sinagoga, conforme a su costumbre, y se levantó a leer. 17 Y se le dio el
libro del profeta Isaías; y habiendo abierto el libro, halló el lugar donde estaba escrito: 18 El
Espíritu del Señor está sobre mí, Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los
pobres; Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; A pregonar libertad a los
cautivos, Y vista a los ciegos; A poner en libertad a los oprimidos; 19 A predicar el año
agradable del Señor. 20 Y enrollando el libro, lo dio al ministro, y se sentó; y los ojos de
todos en la sinagoga estaban fijos en él. 21 Y comenzó a decirles: Hoy se ha cumplido esta
Escritura delante de vosotros.”
RVR60
Introducción
Puedo sanar y ser libre cuando:
1. Reconozco la herida de rechazo:
Oseas 8:2-3 “2 Israel clama a mí: “¡Dios mío, nosotros te conocemos!”, 3 pero en realidad
Rechaza mis bondades; por eso el enemigo lo perseguirá.” RVC
1 Samuel 15:26 “Pero Samuel respondió: — ¡No volveré contigo! Ya que tú rechazaste el
Mandato del Señor, él te ha rechazado como rey de Israel.” NTV
1 Samuel 19:9 “Pero cierto día, cuando Saúl estaba sentado en su casa con una lanza en
la mano, de repente el espíritu atormentador de parte del Señor vino sobre él como antes.
Mientras David tocaba el arpa” NTV
A. ¿Qué es el rechazo?
Se ha preguntado ¿cuál fue el primer rechazo en la tierra? El primer rechazo del que se tiene
registro se encuentra en el primer libro de la Biblia. Dios dio a Adán y Eva todo lo que
necesitaban, así como una advertencia: “No coman de ese árbol”. ¿Y qué fue lo que
hicieron? Comieron ¡del árbol prohibido! Su desafío directo a la autoridad significa que
rechazaron no sólo la palabra de Dios, sino al mismo Dios (Génesis 2:15–17; 3:6).
•
Rechazo es la acción de rehusarse a aceptar o considerar a una persona o cosa a la
que no se quiere o aprueba.
—Cuando es rechazada, la persona se siente:
• no amada,
• no querida
• y no aceptada.
—El verbo griego apodokimazo significa “rechazar y desaprobar como resultado del
análisis”. (apo = fuera de, dokimazo = aprobación)
—Jesús experimentó el dolor del rechazo. La Biblia se refiere a él como la “piedra
angular”; es decir, la piedra de mayor importancia de una construcción. Pero aunque
él era la piedra del ángulo, los edificadores lo rechazaron.
“La piedra que desecharon los edificadores, ha venido a ser cabeza del ángulo.
(Mateo 21:42)
•
Ser rechazado significa prescindir de, hacer a un lado, ignorar, no tomar en cuenta,
desechar algo como si no tuviera valor.
—Cuando una persona es rechazada, se siente:
• inútil,
• abandonada,
• sin valor.
—El verbo griego atheteo significa “hacer a un lado, descartar, prescindir o hacer a un
lado como algo que no satisface y que no tiene valor”.
—Jesús desafío a los fariseos y maestros de la ley porque ellos rechazaban la ley de Dios.
“Bien invalidáis el mandamiento de Dios para guardar vuestra tradición”. (Marcos 7:9)
•
Rechazar a alguien significa:
• detestarlo,
• rehusarse a tomarlo en cuenta,
• resistir, oponerse a.
—Si rechaza a los demás, sus actitudes y acciones revelarán la intención de su corazón.
—La palabra hebrea maas significa:
• “rechazar,
• rehusarse,
• odiar”.
—Dios nos ha dado a todos libre albedrío, así que podemos decidir rechazar su palabra y
aun a él mismo.
“Los sabios se avergonzaron, se espantaron y fueron consternados; he aquí que aborrecieron la
palabra de Jehová; ¿y qué sabiduría tienen?”
(Jeremías 8:9)
EL RECHAZO PRODUCE RECHAZO
Este proceso comprende cuatro etapas
Pasajes para terminar con el ciclo
Salmos 27:10
•
Rechazo
(El rechazo produce sentimientos de
bajo valor personal).
•
El bajo valor personal
(Sentir que no valemos nada produce
desprecio hacia nosotros mismos).
Juan 3:16
•
Complejo de inferioridad
(El desprecio personal incita a una
conducta negativa para aliviar el dolor).
Romanos 8:1
•
Conducta negativa
(La conducta negativa se reproduce y
produce más rechazo).
Gálatas 5:25
PONIENDO FIN AL CICLO DE RECHAZO
No hay nada peor para destruir el corazón que el rechazo. La herida más profunda y dolorosa
del corazón es el rechazo de parte de un ser amado. Ni siquiera la muerte hiere el corazón tan
profundamente como cuando se sufre de abandono. Cuando alguien muy querido nos abandona,
nos sentimos devastados.
El rechazo afecta la imagen de sí mismo…
Destruye la confianza y desafía la esperanza. Mientras tanto, los recuerdos del ser amado se
quedan en lo recóndito de la mente por mucho tiempo, repitiendo a través de susurros y gritos
palabras como:
“Nadie te quiere… eres indigno”.
¿Siente así su corazón?
¿Su espíritu está devastado y quebrantado?
No hay nada mejor para sanar el corazón que saber que nuestro Señor nos ama
incondicionalmente… él nos acepta en la eternidad. Cuando su dolor parezca interminable y su
corazón esté muy sensible, colóquese en las manos compasivas del Señor. Él lo va a abrazar con
el amor de su corazón hasta que logre la sanidad verdadera, pues:
“Cercano está Jehová a los quebrantados de corazón; y salva a los contritos de
espíritu”. (Salmos 34:18)
2. Muero a mi orgullo:
1 Pedro 5:6-9 “6 Así que humíllense ante el gran poder de Dios y, a su debido tiempo, él
los levantará con honor. 7 Pongan todas sus preocupaciones y ansiedades en las manos
de Dios,
Porque él cuida de ustedes. 8 ¡Estén alerta! Cuídense de su gran enemigo, el diablo,
porque anda al acecho como un león rugiente, buscando a quién devorar. 9 Manténganse
firmes contra él y sean fuertes en su fe. Recuerden que su familia de creyentes en todo el
mundo también está pasando por el mismo sufrimiento.” NTV
2 Corintios 2:10-11 “10 Pero a quien perdonéis algo, yo también lo perdono; porque en
Verdad, lo que yo he perdonado, si algo he perdonado, lo hice por vosotros en presencia
de Cristo, 11 para que Satanás no tome ventaja sobre nosotros, pues no ignoramos sus
maquinaciones”LBLA
Orgullo 1.Exceso de estimación hacia uno mismo y hacia los propios méritos por los cuales la
persona se cree superior a los demás:
ORGULLO. El orgullo puede definirse como «autoestima desproporcionada e irracional,
acompañada de un trato insolente y rudo hacia los demás». Es un intento de aparecer mejor de lo
que realmente somos, con «ansiedad por ganar aplausos, y con amargura e ira cuando no se nos toma
en cuenta». «El orgullo es la alta opinión que de sí misma tiene un alma pobre, pequeña y mezquina»
El orgullo es universal entre todas las naciones, siendo atribuido variadamente en la Biblia a
Israel, Judá, Moab, Edom, Asiria, Jordán y Filistea. Está conectado con el pecado de Sodoma (Ez.
16:49). Por otra parte, el ambicioso orgullo de Satanás fue parte del pecado original del universo
(Ez. 28:17, con Ti. 3:6). Puede que haya sido el primer pecado en entrar en el universo de Dios y, sin
duda, que será uno de los últimos en ser erradicado.
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La Biblia enseña que el orgullo engaña el corazón (Jer. 49:16),
endurece la mente (Dn. 5:20),
concibe contienda (Pr. 13:10),
rodea como una cadena (Sal. 73:6),
y lleva a los hombres a la destrucción (Pr. 16:18).
El corazón orgulloso suscita contiendas (Pr. 28:25),
y es una abominación al Señor (Pr. 16:5).
Dios aborrece una mirada orgullosa (Pr. 6:17) y aquellos que la poseen tropezarán y caerán
(Jer. 50:32).
El orgullo es el padre del
• descontento,
• la ingratitud,
• la presunción,
• la pasión,
• extravagancia
• y el fanatismo.
Es muy difícil que se cometa un mal que no esté relacionado al orgullo, en algún sentido.
Agustín y Tomás de Aquino afirmaron que el orgullo era la misma esencia del pecado. Puesto
que Dios aborrece el orgullo (Stg. 4:6), el creyente debe aprender a despojarse del orgullo y a
vestirse de humildad.
La raíz del orgullo
El orgullo es uno de los pecados más comunes y es el punto de arranque de muchos conflictos
espirituales. Tres cosas son importantes de notar en cuanto al orgullo.
La fuerza del orgullo. El dios de este mundo cayó debido al orgullo o soberbia que lo dominó
(Is. 14:13, 14; Ez. 28:17). La Biblia nos enseña que el mundo opera bajo el principio del orgullo (1
Jn. 2:15, 16). En verdad, el orgullo es la raíz de todo pecado y de todo mal. El orgullo es esa actitud
del corazón humano que quiere determinar la dirección de su vida con total exclusión de Dios. Por
eso, el orgullo se encuentra en el corazón mismo de la maldad y el engaño.
Los frutos del orgullo. son varios y variados.
Por un lado, está el perfeccionismo. El perfeccionista es una persona que establece normas o
metas para sí misma, que son superiores a los requerimientos y expectativas normales. Esto lo lleva a
desarrollar una conducta signada por la falta de amor, la indiferencia a las necesidades de otros, a
juzgar con demasiada rapidez a los demás, a tener falta de sensibilidad, usar palabras crueles y
mordaces. El resultado de todo esto es una actitud hostil hacia otros y hacia sí mismo. El
perfeccionista generalmente se muestra con un carácter muy severo, un espíritu demasiado crítico, y
falta de perdón. La auto-justificación, una relación pobre con Dios y el rechazo a los demás y sus
logros son actitudes propias del perfeccionista. En cuanto a su religión, el perfeccionista mira a Dios
como un perfeccionista. La relación con Dios se basa en logros y metas altas. La aceptación divina
depende de las obras. El perfeccionista genera muchas obras, pero no tiene una buena relación con
Dios.
Otro fruto del orgullo es la competencia o el espíritu competitivo, que es una lucha constante
por sobresalir (ser el primero, el mejor, el campeón), para recibir reconocimiento y aceptación. El
espíritu competitivo resulta en una persona egoísta, voluntariosa, activista, ambiciosa, envidiosa y
que permanentemente se exalta a sí misma. Los resultados de la competencia son la enemistad con
otras personas (Gá. 5:26; 6:3), el compararse constantemente con los demás (2 Co. 10:12), el
descontento con la vida y con los logros alcanzados en el pasado, celos, envidia, e insatisfacción. La
religión de quien es dominado por un espíritu competitivo es que quien está en competencia con
otros seres humanos también está en competencia con Dios mismo (sabe más que él, puede más que
él), y esto produce una actitud que absorbe toda la vida y no le permite al individuo funcionar
conforme al propósito de Dios y bajo el señorío de Cristo.
Otro fruto del orgullo es la falta de perdón, que es la incapacidad de perdonar a aquellas
personas que nos han hecho mal o nos han herido. Es la actitud de no dar el brazo a torcer bajo
ninguna circunstancia o la incapacidad de pedir perdón cuando se ha ofendido a alguien.
La falta de perdón hace de la persona alguien:
• amargado,
• quisquilloso,
• iracundo
• e inestable.
Los resultados de la falta de perdón son, por un lado, la culpabilidad y la condenación, ya que la
persona no puede soltar a otros y Dios no puede soltarla (perdonarla). La propia persona no se puede
perdonar a sí misma por errores del pasado. Por otro lado, la falta de perdón resulta en ceguera y
engaño, ya que la persona no puede verse como realmente es y no puede ver a los demás como
realmente son. Y, además, otro resultado es la amargura y el odio, porque la persona no puede salir
del círculo vicioso que produce el odio hacia los demás y que genera un estado de profundo
resentimiento. La religión de alguien así no puede ser otra que la que lleva a un sentido falso de
justicia que, a su vez, conduce a un permanente reclamo de retribución en lugar de perdón.
Otro fruto del orgullo es la incredulidad, que es la incapacidad de confiar en Dios con todo el
ser. El orgullo se caracteriza por la independencia y la autosuficiencia. Para poder creer, el individuo
tiene que reconocer que tiene una necesidad, una carencia, una limitación. La incredulidad afirma la
independencia y la autonomía de la persona, de manera que el individuo no necesite de nada ni de
nadie. No hay lugar para Dios en la vida del orgulloso. Los resultados de esto son obvios. La
incredulidad es lo opuesto a la fe. Como expresión de orgullo, la incredulidad busca la gloria
humana, mientras que la fe desea la gloria de Dios. El orgullo hace que sea imposible que la persona
confíe en Dios, mientras persiste en la búsqueda de la gloria humana (Jn. 5:44). La religión del
incrédulo es contradictoria, ya que quiere las bendiciones de Dios, pero no por medio de la fe.
Entonces, lucha contra Dios (Sal. 46:10), y lo hace a veces usando los principios de la fe, pero no
para buscar la voluntad de Dios para su vida, sino para obtener beneficios personales. La fe
verdadera siempre está asociada con la humildad, porque ésta prepara al alma para la confianza. La
fe del centurión lo llevó a exclamar: “Yo no soy digno” (Lc. 7:6, RVR); la fe de la mujer gentil le
hizo decir: “hasta los perros comen debajo de la mesa las migajas que dejan los hijos” (Mr. 7:28).
La liberación del orgullo. Hay cinco pasos claros a través de los cuales nos podemos deshacer
del flagelo del orgullo.
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Primero, es necesario pedir a Dios que ponga en evidencia el engaño del orgullo.
Segundo, es necesario arrepentirse del pecado del orgullo.
Tercero, es necesario soltar o deshacerse de los engaños del orgullo.
Cuarto, es necesario cambiar la motivación de la vida y pasar del orgullo al amor.
Quinto, es necesario humillarse delante de Dios.
Conclusión:
Aprenda a ser libre del Espíritu de Rechazo y del Espíritu del Orgullo

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