señor, ¿son pocos los que se salvan?

Transcripción

señor, ¿son pocos los que se salvan?
Poco a poco, caemos en la resignación: «yo soy así,
eso es todo». Es verdad que sentimos un cierto malestar. No es sólo culpabilidad moral o conciencia de pecado. Es algo más profundo: infidelidad a nosotros mismos.
Pero no nos atrevemos a pensar cómo podría ser nuestra vida si pudiéramos empezarla de nuevo. No queremos vivir con metas más elevadas.
Para iniciar un cambio de dirección en nuestra vida
hemos de empezar por alimentar una sospecha santa:
«Mi vida no ha terminado todavía, ¿por qué no puedo
cambiar? Tal vez, me estoy perdiendo algo importante.
Hay una felicidad que yo desconozco. Mi alma es más
hermosa de lo que yo imagino. ¿Por qué no voy a saborear la vida de otra manera?»
Condicionados por una cultura que busca siempre el
bienestar y la comodidad, no se nos hace fácil escuchar
la invitación de Jesús a «entrar por la puerta estrecha».
Nos parece un camino tenebroso y absurdo que sólo
puede llevarnos a la infelicidad y la muerte. No es así.
Jesús nos está llamando a una vida más responsables y
digna. Un estilo de vivir que muchos rechazan, pero que
conduce a la plenitud de la existencia.
Ed. Buenas Noticias
Majadahonda, Domingo XXI T.O. (25-08-13) nº 866
SEÑOR, ¿SON POCOS
LOS QUE SE SALVAN?
Lc 13,22-30
CALENDARIO LITÚRGICO
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31
Lunes. Santa Teresa de Jesús Jornet e Ibars, virgen, patrona de la ancianidad.
Mt 23,13-22. !Ay de vosotros, guías ciegos!.
Martes. Santa Mónica.
Mt 23,23-26. Esto es lo que habría que practicar, aunque sin
descuidar aquello.
Miércoles. San Agustín, obispo y doctor.
Mt 23,27-32. Sois hijos de los que asesinaron a los profetas.
Jueves. El Martirio de San Juan Bautista.
Mc 6,17-29. Quiero ahora mismo que me des en una bandeja
la cabeza de Juan, el Bautista.
Viernes. FERIA.
Mt 25,1-13. ¡Que llega el esposo, salid y recibirlo!.
Sábado. Santa María.
Mt 25,14-30. Has sido fiel en lo poco; entra en el gozo de tu
señor.
Allí donde se abrazan los caminos
y se borran del todo las fronteras,
allí donde los hombres no son fieras
sin piedad y florecen los espinos,
donde no son rivales los vecinos
y los hombres de honor lo son de veras,
donde ya no hay insignias ni banderas
que enfrenten intereses y destinos,
donde el pan solo es pan, el vino vino,
el amor solo amor, el beso beso
y dura la amistad más que la suerte,
a ese mundo soñado me encamino
y de él solemnemente me profeso
ciudadano leal hasta la muerte.
José Luis de las Heras
= XXII DOMINGO de TIEMPO ORDINARIO.
1
ZARZA ARDIENTE
Eclo 3,17-18.20.28-29. Actúa con humildad y alcanzarás el
favor del Señor.
Sal 67. En tu bondad, oh Dios, preparaste casa para los
pobres.
Hb 12,18-19.22.24a. Os habéis acercado al monte Sión, ciudad del Dios vivo.
Lc 14,1.7-14. El que se enaltece será humillado; y el que se
humilla será enaltecido.
Dios nos Habla
Lectura del libro de
ISAÍAS 66,18-21
Así dice el Señor:
«Yo vendré para reunir a las naciones de toda lengua:
vendrán para ver mi gloria, les daré una señal, y de
entre ellos despacharé supervivientes a las naciones: a
Tarsis, Etiopía, Libia, Masac, Tubal y Grecia; a las costas lejanas que nunca oyeron mi fama ni vieron mi gloria; y anunciarán mi gloria a las naciones. Y de todos los
países, como ofrenda al Señor, traerán a todos vuestros
hermanos a caballo y en carros y en literas, en mulos y
dromedarios, hasta mi Monte Santo en Jerusalén –dice
el Señor–, como los israelitas, en vasijas puras, traen
ofrendas al templo del Señor. De entre ellos escogeré
sacerdotes y levitas» –dice el Señor–.
SALMO RESPONSORIAL
(116.1.2)
Id al mundo entero y proclamad el Evangelio
Alabad al Señor, todas las naciones,
aclamadlo, todos los pueblos.
Lectura del santo evangelio según
san LUCAS 13,22-30
En aquel tiempo, Jesús, de camino hacia Jerusalén,
recorría ciudades y aldeas enseñando.
Uno le preguntó:
–Señor, ¿serán pocos los que se salven?.
Jesús les dijo:
–Esforzaos en entrar por la puerta estrecha. Os digo
que muchos intentarán entrar y no podrán. Cuando el
amo de la casa se levante y cierre la puerta, os quedaréis fuera y llamaréis a la puerta, diciendo:
«Señor, ábrenos»,
y él os replicará:
«No sé quiénes sois».
Entonces comenzaréis a decir:
«Hemos comido y bebido contigo, y tú has enseñado
en nuestras plazas».
Pero él os replicará:
«No sé quiénes sois. Alejaos de mí, malvados».
Entonces será el llanto y el rechinar de dientes, cuando veáis a Abrahán, Isaac y Jacob y a todos los profetas
en el Reino de Dios y vosotros os veáis echados fuera. Y
vendrán de Oriente y Occidente, del Norte y del Sur, y
se sentarán a la mesa en el Reino de Dios.
Mirad: hay últimos que serán primeros, y primeros
que serán últimos.
Firme es su misericordia con nosotros,
su fidelidad dura por siempre.
COMENTARIO
Lectura de la carta a los
HEBREOS 12,5-7.11-13
Hermanos:
Habéis olvidado la exhortación paternal que os dieron:
–Hijo mio, no rechaces la corrección del Señor, no te
enfades por su reprensión; porque el Señor reprende a
los que ama y castiga a sus hijos preferidos.
Aceptad la corrección, porque Dios os trata como a
hijos, pues, ¿qué padre no corrige a sus hijos?.
Ninguna corrección nos gusta cuando la recibimos,
sino que nos duele; pero, después de pasar por ella, nos
da como fruto una vida honrada y en paz.
Por eso, fortaleced las manos débiles, robusteced las
rodillas vacilantes y caminad por una senda llana: así el
pie cojo, en vez de retorcerse, se curará.
SOSPECHA SANTA
por la puerta estrecha...
Lc 13,22-30
Nuestra vida es a veces una contradicción. Nos quejamos de casi todo pero no queremos nada mejor.
Adormecemos nuestro corazón y nos tapamos los oídos
para no escuchar llamada alguna que nos obligue a cambiar. Sería demasiado arriesgado. Todo antes que reflexionar en serio sobre nuestra vida. Todo antes que meditar sobre el sentido de lo que estamos viviendo.
Cada uno tiene sus propias excusas pero, en el
fondo, las razones con que intentamos legitimar nuestra
mediocridad son parecidas: todos hacen lo mismo, yo no
puedo ser una excepción, me han enseñado a vivir así,
es difícil vivir de otra manera, ¿que puedo hacer?
Mientras tanto, cogidos por los afanes y preocupaciones de cada día, vamos alejándonos cada vez más de
nuestro ser más hondo. Perdemos el sentido de lo que
es importante y de lo que no es. Alimentamos lo que nos
hace daño y no cuidamos lo que nos podría hacer vivir
de manera digna y dichosa.

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