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Lección 8
18 al 25 de noviembre
F e y debilidad
“¿Acaso hay algo imposible para el Señor?
El año que viene volveré a visitarte en esta fecha,
y para entonces Sara habrá tenido un hijo”.
Génesis 18: 14
Sábado
18 de noviembre
El mejor
equilibrista del mundo
INTRODUCCIÓN
Hebreos 11: 6
Era una mañana clara, el sol brillaba
con todo su esplendor. Una multitud se
había congregado en las cataratas del
Niágara para ver al famoso equilibrista
Blondin atravesar de un lado al otro del
abismo. El sol se reflejaba en el torrente de
agua que se precipitaba al vacío. Desde
abajo llegaba el incesante rugido que hacía
el agua al chocar contra las peñas.
El más destacado equilibrista del mundo comprobó rápidamente la tensión del
cable que llegaba hasta la orilla opuesta.
Luego tomó su larga pértiga, colocándose
sobre el cable, y comenzó a caminar. El
gentío observaba ansiosamente cada uno
de sus movimientos. Paso a paso se iba
adelantando. La gente que estaba en la orilla, reaccionaba nerviosamente ante cada
brusco movimiento de la pértiga. Pero sus
temores y presentimientos eran infundados. El gran Blondin no solamente cruzó
hasta la orilla opuesta, sino que regresó por
la misma vía, para alivio y admiración de
los espectadores.
Volviéndose hacia la audiencia, lanzó
un excepcional desafío. Estaba dispuesto a
cruzar el abismo nuevamente, esta vez llevando a alguien en sus espaldas.
¿Quién estaba dispuesto a ir con él?
Nadie se apresuró a dar un paso al frente.
Señalando a alguien al azar, Blondin le preguntó:
—¿Cree usted que puedo llevarlo hasta
la otra orilla?
—Sí señor.
—Bien, en marcha entonces.
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—Ni por todo el oro del mundo —dijo
el caballero y se ocultó en la multitud.
Blondin prosiguió en su búsqueda.
Todos los interrogados manifestaban una
gran confianza en el equilibrista, pero nin-
Muchos creían que Blondin
podía llevar a cabo
lo que decía, pero...
guno estaba dispuesto a que Blondin lo llevara en sus espaldas. Finalmente, un joven
pasó al frente del grupo. Blondin repitió su
pregunta:
—¿Cree usted que yo lo puedo llevar
sin problemas?
—Sí, lo creo.
—¿Me dejará usted que lo haga?
—Pues sí.
El joven se encaramó a la espalda de
Blondin. El equilibrista subió al cable, hizo
una pausa, y comenzó a desplazarse sobre
las cataratas sin dificultad.
Muchos espectadores en aquel gentío
creían que Blondin podía llevar a cabo lo
que decía, pero solo uno estuvo dispuesto
a confiar en él. Así sucede con la fe. No solo
hemos creer que Dios nos puede llevar sin
problemas sobre los tumultuosos torrentes
de la vida, sino que por fe debemos estar
dispuestos a que lo haga.
Esta semana, nuestro estudio continúa
analizando el viaje físico y espiritual de
Abraham, Sarai, Agar y Lot. Un estudio que
pone de manifiesto su fe y sus debilidades,
contrastándolas con un mundo lleno de
pecado y degradación espiritual.
Mervyn R. Joseph, Dayton, Ohio
Domingo
19 de noviembre
¿Hay algo
difícil para Dios?
EVIDENCIA
Génesis 18: 14
La fe de un hombre de cien años y la risueña y dudosa aceptación de su esposa de
noventa, demostraron que Dios puede desafiar a la ciencia, porque “¿Acaso hay algo imposible para el Señor?” (Gén. 18: 14).
Después de una espera de veinticinco
años, mucho después de haber pasado la
menopausia, una mujer de noventa años
recibió la promesa de parte del Señor que
daría a luz el hijo que la Divinidad le había
prometido (Gén. 18: 12). Sara se rió. En su
caso, ¿no habrías hecho tú lo mismo? Dios
demuestra que él es El Shaddai, el Todopoderoso, a quien nada le resulta imposible. “¡Dichoso el pueblo cuyo Dios es el
Señor!” (Sal. 144: 15). Sus ilimitados recursos están disponibles para todos, de la
misma forma que para Abraham y Sara.
La experiencia de Abraham y su esposa
nos enseña a confiar en las promesas de
Dios, aun cuando no existan evidencias
externas para su cumplimiento. Problemas,
circunstancias desagradables, pruebas, promesas no cumplidas, demoras; son elementos que intentan probar nuestra fe, no deshacerla. “Es mediante pruebas estrictas y
reveladoras como Dios disciplina a sus siervos. Él ve que algunos tienen aptitudes que
pueden usarse en el progreso de su obra, y
los somete a pruebas. En su providencia, los
coloca en situaciones que prueban su carácter, y revelan defectos y debilidades que
estaban ocultos para ellos mismos. Les da la
oportunidad de corregir estos defectos, y de
prepararse para su servicio. Les muestra sus
propias debilidades, y les enseña a depen-
der de él; pues él es su única ayuda y salvaguardia. Así se alcanza su propósito. Son
educados, adiestrados, disciplinados y preparados para cumplir el gran propósito para
1
el cual recibieron sus capacidades”.
Dios “En su providencia, los coloca en
situaciones que prueban su carácter, y revelan defectos y debilidades que estaban ocultos para ellos mismos. Les da la oportunidad
de corregir estos defectos, y de prepararse
para su servicio. Les muestra sus propias debilidades, y les enseña a depender de él;
2
pues él es su única ayuda y salvaguardia.”
¿Vienes oyendo la repetición de las promesas de Dios por tanto tiempo que has llegado al punto de cuestionar la dirección divina? Quizá te sientas tentado a dudar, pero
si confías en él, se regocijará cuando tu debilidad se encuentre con la fe, y las promesas de Dios se conviertan en realidad. Tu
actitud de fe será un irrebatible argumento
de que Dios nos dirige en formas que no
entendemos, y que no olvida lo que le ha
prometido a quienes lo aman. “¿Acaso hay
algo imposible para el Señor?”
PARA COMENTAR
1.¿Qué tipo de situación crees que puede
resultar demasiado difícil para el
Señor?
2.¿Han sido las demoras una prueba para
tu fe? ¿Estás saliendo victorioso, o reprobando, de la prueba?
_______________
1. Patriarcas y profetas, pp. 122, 123.
2. Ibíd., pp. 123, 124.
Shelia Burton, Springboro, Ohio
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Lunes
20 de noviembre
LOGOS
Génesis 16: 1—19: 38
Fe (Gén. 11: 27—15:21)
Este pasaje nos presenta a Abram: un
hombre de fe, alguien que dentro de poco
será llamado Abraham. Pablo al hacer
mención de la fe de Abraham en Romanos
4: 18-22, bosqueja la esencia de aquella fe.
Fue algo que le permitió a Abraham confiar en las promesas de Dios, a pesar de
que las evidencias físicas aparentemente
las contradecían.
Indiscutiblemente la fe no consiste en
soñar despierto. La fe implica una idea de
firmeza y estabilidad, algo que está cimentado en la fidelidad de Dios quien cumple
cabalmente sus promesas (Sal. 9: 10). La fe
también se manifiesta en la certeza y en la
confianza. Al llegar a Génesis 16 en nuestro estudio, es obvio que para Abraham la
fe equivale a la aceptación de la promesa
de un hijo.
Debilidad (Gén. 16: 1-6)
Muchas veces al ser probada nuestra fe
se manifiesta la debilidad humana. Abraham, cede a las sugerencias de la frustración de Sara que se alimentó por veinticuatro años de espera. Él estuvo de acuerdo en utilizar a Agar como una madre sustituta para ayudar al cumplimiento de la
promesa (Gén. 16: 1-4). ¡Qué paradójico!
¡Un hombre de tanta fe y por otro lado tan
débil!
“La fe puede ser genuina y sin embargo resultar débil en momentos de ansiedad
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Fortaleza y debilidad
y perplejidad”.* Nosotros, al igual que
Abraham y Sara, a veces creemos que estamos en condiciones de ayudar a Dios a
cumplir su voluntad soberana. Sin embargo, aunque en el momento no lo reconozcamos, la aparente demora de Dios es uno
de los métodos que él utiliza para fortalecer nuestra débil y vacilante fe. Lo que
catalogaríamos como algo imposible, Dios
lo utiliza para enriquecer nuestras vidas,
para desarrollar nuestro crecimiento espiritual, y para ofrecernos ayuda en los momentos de necesidad (Heb. 4: 16).
Aquella pareja titubeó y demostró una
falta elemental de sentido común. Su debilidad, sin embargo, no debemos utilizarla
como una excusa para nuestros desatinos,
sino que debe ser un estímulo mientras esperamos que Dios se manifieste cumpliendo sus promesas en nuestras vidas.
Fracaso (Gén. 18: 1—19: 38)
En el capítulo 17 se le da un nuevo
nombre a Abram: “Ya no te llamarás Abram
sino que de ahora en adelante tu nombre
será Abraham” (Gén. 17: 5). También se le
ofrece un nuevo pacto que se rubrica con la
circuncisión. Aquí nos encontramos cara a
cara con un Dios que jamás rehuye el cumplimiento de sus promesas. ¡Qué maravillosa demostración de amor y fidelidad!
El texto clave para esta sección revela
un mundo encarnizado en su rebelión contra Dios. Estos versículos presentan un cuadro con detalles sórdidos. Las palabras no
bastan para describir la sensualidad desbordada, la inmoralidad, y el hedonismo de
aquella gente. El profeta Ezequiel presenta
en forma sucinta algunas de las costumbres
de los habitantes de aquellas dos ciudades.
El profeta afirma que el orgullo, la prosperidad y el ocio eran las características que los
distinguían (Eze. 16: 49). Habían perdido el
temor del verdadero Dios viviente, y estaban atrapados en una espiral pecaminosa
que los dominaba, al extremo de no reconocer las señales de advertencia que les brindaron los seres celestiales. Ante esta situación, percibimos claramente el deseo de
Dios de salvar al pecador. Ni siquiera la
intención humana de pasar por alto las
repetidas invitaciones al arrepentimiento,
podrá frenar su interés en salvar a sus criaturas.
Perdón (Gén. 18: 23-32)
Abraham aparece en esta sección desempeñando un papel diferente. Antes lo
habíamos visto como un hombre de fe y
obediencia, aunque con fallas y defectos de
carácter. Ahora se nos muestra como otro
personaje, como un intercesor. Se halla preocupado por la salvación de los habitantes
de Sodoma y Gomorra, especialmente por
Lot y su familia. La animada conversación
que sostiene con Dios nos deja perplejos.
Por un lado, muestra la persistencia de
Abraham; por el otro, la disposición de Dios
a escuchar y responder. Abraham presenta
seis peticiones de misericordia ante Dios, a
favor de los justos que podían encontrarse
en aquellas ciudades (Gén. 18: 32). ¡Esta es
una conversación reiterativa! Abraham respetuosa pero firmemente presenta sus peticiones a Dios. Es todo un cuadro de insistencia y perseverancia que halla su contraparte
en la paciencia y la misericordia divina.
Ningún ser humano podrá jamás igualar a
Dios en su obra intercesora a favor de los
pecadores. Aun así, llega un momento en
que el rechazo al aceptar el perdón divino
llega a un punto sin retorno: la suerte sufrida
por Sodoma y Gomorra.
Dios toma muy en serio nuestras oraciones en favor de los demás. Escucha atentamente las oraciones intercesoras, y responde; porque “el Señor no tarda en cumplir su
promesa, según entienden algunos la tardanza. Más bien, él tiene paciencia con ustedes, porque no quiere que nadie perezca
sino que todos se arrepientan” (2 Ped. 3: 9).
La cruz, sin lugar a dudas es una muestra de
su amor. Nadie puede tener dudas acerca del
amor de Dios por sus hijos errantes. Sin
embargo, como se vio en el caso de Sodoma
y Gomorra, el amor, la misericordia y el perdón divino pueden ser rechazados. En nuestro peregrinaje espiritual encontraremos
dificultades y muchas veces tropezaremos y
caeremos, como lo hizo Abraham, pero nada
de esto es demasiado para el Señor. En
Cristo, el “precio supremo” ha sido pagado,
y nadie que acepte y aprecie esta transacción
se perderá.
PARA COMENTAR
1. ¿Por qué no intervino Dios para impedir que Abraham aceptara la sugerencia de Sara?
_______________
* Comentario bíblico adventista, t. 1, p. 330.
Harcourt A. Kina, Dayton, Ohio
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Martes
21 de noviembre
De pie en medio
de la bajeza humana
TESTIMONIO
“El amor hacia las almas a punto de perecer inspiraba las oraciones de Abraham.
Aunque detestaba los pecados de aquella
ciudad corrompida, deseaba que los pecadores pudieran salvarse. Su profundo interés
por Sodoma demuestra la ansiedad que
debemos experimentar por los impíos.
Debemos sentir odio hacia el pecado, y compasión y amor hacia el pecador. Por todas
partes, en derredor nuestro, hay almas que
van hacia una ruina tan desesperada y terrible como la que sobrecogió a Sodoma. Cada
día termina el tiempo de gracia para algunos.
Cada hora, algunos pasan más allá del alcance de la misericordia. ¿Y dónde están las
voces de amonestación y súplica que induzcan a los pecadores a huir de esta pavorosa
condenación? ¿Dónde están las manos
extendidas para sacar a los pecadores de la
muerte? ¿Dónde están los que con humildad
y perseverante fe ruegan a Dios por ellos?
”El espíritu de Abraham fue el espíritu
de Cristo. El mismo Hijo de Dios es el gran
intercesor en favor del pecador. El que pagó
el precio de su redención conoce el valor del
alma humana. Sintiendo hacia la iniquidad
un antagonismo que solo puede existir en
una naturaleza pura e inmaculada, Cristo
manifestó hacia el pecador un amor que solo
la bondad infinita pudo concebir. En la agonía de la crucifixión, él mismo, cargado con
el espantoso peso de los pecados del mundo,
oró por sus vilipendiadores y asesinos:
‘Padre, perdónalos, porque no saben lo que
hacen’ (Luc. 23: 34).”*
Esto es lo que debemos intentar llevar a
cabo: Amar al pecador a pesar del pecado y
de la inmoralidad que están presente en su
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vida; aunque nunca deberíamos sentirnos a
gusto con el pecado ni aprobarlo. Debemos
considerar las necesidades individuales tal
“Deberíamos odiar
el pecado”.
como lo hizo Jesús. Debemos trabajar para
sacar a los pecadores de las tinieblas y conducirlos a la maravillosa luz del evangelio.
No tenemos que aislarnos de aquellos que
necesitan lo mismo que nos ayudó a dejar
una vida sin esperanza.
PARA COMENTAR
1. ¿Cómo puede Abraham servirnos de
ejemplo en este mundo de corrupción
y perversidad?
2. Lee Lucas 23: 34. ¿Puedes distinguir
entre el pecado y el pecador e identificar a una persona que necesita amor?
_______________
* Patriarcas y profetas, p. 135.
Rashid Taylor, Huber Heights, Ohio
El dominio del orgullo
y la sensualidad
CÓMO ACTUAR
Juan 14: 6; Romanos 8: 3, 4, 9
Cuando como pecadores comprendamos nuestra necesidad de Cristo, y que estamos separados de Dios, y de las “cosas de
Dios”, debido a nuestra “naturaleza pecaminosa”, comenzaremos a reconocer la solución al orgullo y a la sensualidad. Nuestra
misma naturaleza de pecado rechaza las
cosas de Dios y se siente atraída por los placeres de este mundo (Rom. 8: 6-8). La
Biblia dice: “Yo sé que soy malo de nacimiento; pecador me concibió mi madre”
(Sal. 51: 5).
¡Nuestra naturaleza pecaminosa nos
quiere dominar desde una edad muy temprana, y no podemos hacer nada al respecto! (Rom. 7: 5-18). Arraigados profundamente en nuestra naturaleza de pecado están el orgullo y la sensualidad que nos separan de Dios y hacen que nos amoldemos
a las cosas de este mundo. Dios odia el orgullo y toda clase de comportamiento malvado (Prov. 8: 13). Él sabe que deseamos hacer el bien, pero por nosotros mismos ¡nada
podemos hacer! (Rom. 7: 18).
Entonces, ¿cómo podremos lidiar con el
orgullo y la sensualidad de una forma tangible? ¿Estaremos atados al mundo sin ninguna esperanza? ¡Dios no lo quiera! Consideremos los siguientes puntos:
1. Reconoce que todas las soluciones
están en Cristo Jesús. Todo comienza
ahí (Juan 14: 6). Sabiendo dónde comenzar, podrás iniciar tu viaje de fe
con Aquel que puede guiarte a través
de toda la jornada. Alguien que conoce todas la ruta.
Miércoles
22 de noviembre
2. Reconoce que el poder para lidiar
con tu naturaleza pecaminosa proviene del Espíritu Santo (Rom. 8: 3,
4, 9). Así como la comida es necesaria
para proveer energía al cuerpo, necesitamos una fuente de poder para concluir nuestra travesía espiritual.
¡Nuestra naturaleza pecaminosa nos quiere dominar!
3. Renueva tu mente mediante el poder
del Espíritu Santo. Coloca tu mira en
las cosas de lo alto (Rom. 12: 2; Col.
3: 2). En su estado carnal, nuestra
mente se espaciará en las cosas de esta
vida, no en las celestiales.
4. Por la gracia de Dios, dile “no” a las
pasiones bajas y mundanales (Tito 2:
12). ¡La gracia de Dios puede colmar
de poder a la humanidad desvalida!
PARA COMENTAR
1. ¿Cuál es la diferencia ente el pecado
como una acción, y la naturaleza pecaminosa?
2. ¿Puede ser hereditario el pecado?
Bob Cannon, Dayton, Ohio
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Jueves
23 de noviembre
¡Recordemos
a la mujer de Lot!
OPINIÓN
Lucas 17: 28-32
La mañana del 11 de septiembre del
2001 (11S) parecía en extremo hermosa.
Una agradable temperatura y un claro cielo
azul parecían indicar que aquel iba a ser un
día de paz y serenidad. Sin embargo aquel
día el mundo cambió por completo. La tragedia del 11S nos recuerda la destrucción
de Sodoma y Gomorra.
La pluma inspirada nos dice que aquel
día de destrucción: “Los claros rayos matutinos parecían anunciar solo prosperidad y
paz a las ciudades de la llanura. […] De
repente, como un trueno en un cielo des1
pejado, se desató la tempestad”.
Algunos catalogan el acontecimiento
del 11S como un juicio de Dios, otros
como una siniestra actividad de determinado grupo social. No importa cómo veamos
ese día, nos sirve como un especial recordativo de que estamos viviendo en los últimos días de este mundo.
Jesús relaciona la época de Lot con los
últimos días y nos da un interesante consejo: “Lo mismo sucedió en tiempos de Lot:
comían y bebían, compraban y vendían,
sembraban y edificaban. Pero el día en que
Lot salió de Sodoma, llovió del cielo fuego
y azufre y acabó con todos” (Luc. 17: 28,
29). ¡Recordemos a la esposa de Lot!
¿Cómo podremos olvidar a la mujer de
Lot? Aquel día ella experimentó su 11S.
“Mientras su cuerpo estaba en la llanura, su
corazón se asía de Sodoma y con Sodoma
2
pereció.”
Lot y su familia fueron llamados a salir
de Sodoma debido al juicio que pronto cae76
ría sobre ella. Antes de la destrucción de
Sodoma “Hubo una salida, una separación
decidida de los impíos, una fuga para salvar
la vida. Así fue en los días de Noé; así ocurrió
¿Cómo podremos olvidar a
la mujer de Lot?
en el caso de Lot; así en el de los discípulos
antes de la destrucción de Jerusalén, y así
será en los últimos días. De nuevo se oye la
voz de Dios en un mensaje de advertencia,
que manda a su pueblo separarse de la
3
impiedad creciente”.
Debido a que Dios nos ama (Apoc. 18:
4), nos invita a salir de donde estemos.
Algunos son llamados para que abandonen
la mundanalidad, otros para que salgan del
materialismo. Y a otros más para que abandonen relaciones impropias o vicios y
entretenimientos incorrectos. Mientras él
nos llama, recordemos a la esposa de Lot.
PARA COMENTAR
1. ¿Qué crees que Jesús desea que recordemos acerca de la mujer de Lot?
2. ¿De dónde te está indicando Dios que
salgas? ¿Están tu cuerpo y tu mente aferrados a la misma cosa?
_______________
1. Patriarcas y profetas, p. 160.
2. Ibíd., p. 159
3. Ibíd., p. 163.
Daryl C. Davis, Englewood, Ohio
Buenas nuevas
EXPLORACIÓN
Proverbios 3: 5; 2 Cor. 5: 7; Hebreos
11: 6; 1 Juan 5: 14
CONSIDERA
• Escribir algunas peticiones de oración
en notas autoadhesivas para colocarlas en
la puerta de tu refrigerador o en otro
lugar visible. Cuando Dios conteste tu
oración, escribe la fecha en la misma
nota. Lleva un registro mensual de tus
peticiones. Pídele a Dios que te enseñe
a confiar más en él.
• Formar una cadena de oración para interceder por alguien que necesite consuelo
Viernes
24 de noviembre
y apoyo. Conviene hacerle saber a dicha
persona que hay un grupo de hermanos
orando por ella.
• Revisar los titulares de los periódicos durante una semana, contrastando las noticias y la situación mundial con las antiguas ciudades de Sodoma y Gomorra.
¿Qué similitudes y qué diferencias encuentras?
• Leer Hebreos 11: 6. Medita acerca de la
forma en que puedes ejercer tu fe y agradar a Dios.
PARA CONECTAR
✓ Hebreos 11.
Sandra Araújo Delgado, Lake Worth, Florida
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