carcinoma lobulliar infiltrante de mama que
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carcinoma lobulliar infiltrante de mama que
CARCINOMA LOBULLIAR INFILTRANTE DE MAMA QUE DEBUTA COMO PERFORACIÓN INTESTINAL AUTOR PRINCIPAL MAX HARDY WERBIN HOSPITAL UNIVERSITARI GERMANS TRIAS I PUJOL DE BADALONA. BARCELONA COLABORADORES VIRGINIA ROZALEN GARCÍA, JUAN JOSÉ GARCÍA MOSQUERA, LAIA VILÀ MARTÍNEZ, IRIS TERUEL GARCÍA SUPERVISIÓN MIREIA MARGELLI VILA CASO CLÍNICO Anamnesis Se trata de una paciente de 45 años sin alergias medicamentosas conocidas ni hábitos tóxicos, premenopáusica, que no presenta antecedentes patológicos de interés, totalmente independiente para las actividades básicas de la vida diaria. El 4 de diciembre de 2013 acudió a Urgencias por un cuadro de dolor abdominal, vómitos y diarreas. Tras la realización de una placa de abdomen, que solo presentaba neumatización de asas de colon, fue dada de alta con tratamiento sintomático. Una semana más tarde acudió nuevamente a Urgencias por persistencia del dolor abdominal, pero esta vez con estreñimiento y marcada distensión abdominal. Exploración física A la exploración física, presentaba sudoración profusa y regular estado general; murmullo vesicular conservado, tonos cardiacos regulares; abdomen distendido, timpánico a la percusión, con molestias difusas a la palpación sin dolor focalizado y sin claros signos de irritación peritoneal. Pruebas complementarias Se realizó una analítica, observándose, como hallazgos significativos, un fibrinógeno de 1.092 mg/dL y un hemograma con 9.400 leucocitos con una desviación a la izquierda con hasta un 20% de bandas. Posteriormente, se llevó a cabo una tomografía computarizada (TC) abdominal donde se observó un extenso neumoperitoneo, abundante ascitis loculada con captación peritoneal, dilatación de ciego-colon ascendente con cambio de calibre en el ángulo hepático con probable perforación a nivel de ciego, así como lesiones osteoblásticas en esqueleto axial. Diagnóstico Orientada como una perforación intestinal con peritonitis secundaria, se llevó a cabo una laparotomía exploradora urgente. Se objetivó extensa peritonitis plástica, perforación de 3 cm en Concurso +mir de Casos Clínicos para Residentes de Oncología Médica ISBN: 978-84-7989-850-2 Página 1 ciego, condicionada por isquemia ileocecal. Se realizó una resección ileocecal con cierre del muñón cecal e ileostomía terminal. Se mantuvo el abdomen abierto mediante terapia VAC (Vacuum Assisted Closure) y posteriormente ingresó en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) durante el postoperatorio inmediato. El 12º día postoperatorio se procedió a la retirada de laterapia VAC y cierre de laparotomía. La anatomía patológica de la pieza quirúrgica era positiva para carcinoma lobulillar de mama, con márgenes afectos. El líquido peritoneal era negativo para células malignas. En la exploración física, posterior a la intervención, se palpaba en los cuadrantes externos de la mama izquierda, una zona indurada con cierta retracción de pezón. La paciente refería haberse notado esta lesión hacía años, pero que no había consultado nunca por ese motivo. Se procedió a la realización de una biopsia guiada por ecografía de dicha lesión, y el estudio anatomopatológico reveló un carcinoma lobulillar de mama infiltrante, con receptores hormonales positivos (RE 90%, RP 100%), Her-2 negativo y un Ki-67 de menos del 5%. Se realizó una gammagrafía ósea, que se informó como negativa para metástasis óseas, pero dadas las imágenes de la TC y la historia clínica compatible, se decidió realizar una biopsia de médula ósea, que fue positiva para carcinoma lobulillar de mama. Tratamiento Bajo el diagnóstico de una neoplasia de mama luminal A metastásica, y dada la alta expresión de receptores hormonales con un bajo índice de proliferación, se indicó tratamiento antihormonal. Dado que la paciente se encontraba ingresada aún en la UCI, por imposibilidad de administración vía enteral, se inició tratamiento con decapeptyl 3,75 mg intramuscular mensual y faslodex 500 mg intramuscular, las primeras tres veces cada 15 días y luego mensual. Evolución En febrero de 2015, gracias a la excelente respuesta al tratamiento, con mejoría de los parámetros analíticos, así como de la clínica, la paciente se sometió a cirugía de reconstrucción del tránsito gastrointestinal. Se realizó una anastomosis ileocólica látero-lateral manual isoperistáltica, con buena evolución posterior. En la actualidad, la paciente sigue controles en la consulta externa de Oncología Médica y está en respuesta parcial después de 18 meses de haber iniciado el tratamiento de primera línea, con una excelente calidad de vida. Discusión El carcinoma lobulillar infiltrante abarca aproximadamente el 15% de las neoplasias de mama, y tiene un patrón de metástasis diferente al carcinoma ductal infiltrante, presentando una incidencia de metástasis gastrointestinales extrahepáticas entre un 6% y un 18%1. El caso presentado es el de una paciente premenopáusica de 45 años con una neoplasia de mama con diseminación peritoneal e infiltración de médula ósea, con una biopsia compatible con carcinoma lobulillar con alta expresión de receptores hormonales y HER-2 negativo. La primera decisión que hubo que tomar es si debíamos optar por la hormonoterapia o por la quimioterapia en una paciente de estas características. Las guías ASCO, recientemente publicadas2 Concurso +mir de Casos Clínicos para Residentes de Oncología Médica ISBN: 978-84-7989-850-2 Página 2 , recomiendan iniciar hormonoterapia en pacientes con enfermedad metastásica hormonosensible, excepto en caso de enfermedad de rápida evolución que ponga en peligro la vida del paciente y que requiera una respuesta rápida. Si bien nuestra paciente presentaba una enfermedad hormonosensible, es cierto que tenía una situación clínica de gravedad, pero que en este caso se interpretó secundaria a una larga evolución de la enfermedad y no a una enfermedad rápidamente progresiva. Por este hecho, y por la situación de gravedad de la paciente, que la exponía a una mayor toxicidad con tratamientos citotóxicos, decidimos optar por un tratamiento hormonal. La segunda decisión a tomar fue cuál era el tratamiento hormonal más idóneo en esta situación. El tratamiento hormonal de primera línea más aceptado en pacientes premenopáusicas es la castración ovárica en combinación con tamoxifeno, según un metaanálisis2, que comparaba la combinación de tamoxifeno y análogos de LHRH con análogos de LHRH en monoterapia. En este caso, la necesidad de iniciar de forma urgente un tratamiento y la imposibilidad de poder realizarlo vía oral, motivó su inicio con supresión ovárica (decapeptyl 3,75 mg mensual), que se combinó con fulvestrant 500 mg, al no poder administrarse tamoxifeno por la vía enteral. Fulvestrant es un antagonista puro de los receptores estrogénicos, que ha demostrado eficacia, especialmente en pacientes posmenopáusicas. El estudio CONFIRM3 comparaba la dosis de 500 mg frente a la de 250 mg de faslodex en pacientes posmenopáusicas en progresión a tratamiento hormonal, objetivando que las altas dosis suponían un mayor beneficio en supervivencia global. Por otro lado, el estudio FIRST4, un fase II aleatorizado, comparaba fulvestrant 500 mg con anastrozol como primera línea de tratamiento, con beneficio a favor de fulvestrant en términos de tiempo a la progresión y supervivencia; estos resultados deberían confirmarse en el estudio fase III FALCON del que aún no se han comunicado resultados. Existen algunos datos de pacientes premenopáusicas con cáncer de mama metastásico, tratadas con supresión ovárica y faslodex, provenientes de series de casos, que demostraron similar eficacia que en pacientes posmenopáusicas5. Este caso nos permite ver que en algunas ocasiones, los tratamientos más agresivos como la quimioterapia, no tienen porque asociarse a mejores resultados; en cada caso clínico hay que individualizar el tratamiento en función de las características de cada paciente (paciente premenopáusica, ingresada en la UCI, intervención quirúrgica reciente por perforación intestinal), de las características de la enfermedad (hormonosensible, largo tiempo de evolución), y la situación clínica. Bibliografía 1. Carcoforo P, Raiji M, Langan R, et al.. Infiltrating Lobular Carcinoma of the Breast Presenting as Gastrointestinal Obstruction: A Mini Review. [Prensa] J Cancer. , 2012 2. Klijn JG, Blamey RW, Boccardo F et al. . Combined tamoxifen and luteinizing hormone-releasing hormone (LHRH) agonist versus LHRH agonist alone in premenopausal advanced breast cancer: a meta. [Prensa] J Clin Oncol. , 2001 Concurso +mir de Casos Clínicos para Residentes de Oncología Médica ISBN: 978-84-7989-850-2 Página 3 3. Di Leo A, Jerusalem G, Petruzelka L, et al. . Final Overall Survival: Fulvestrant 500 mg vs. 250 mg in the Randomized CONFIRM Trial. [Prensa] J Natl Cancer Inst. J Natl Cancer Inst, 2013 4. Robertson JFR, Llombart-Cussac A, Feltl D, et al. . Fulvestrant 500 mg versus anastrozole as first-line treatment for advanced breast cancer: overall survival from the phase II ?first? study. . [Prensa] San Antonio Breast Cancer Symposium. (Abstract S6-04), 2014 5. Bartsch R, Bago-Horvath Z, Berghoff A, et al. . Ovarian function suppression and fulvestrant as endocrine therapy in premenopausal women with metastatic breast cancer. . [Prensa] Eur J Cancer. Eur J Cancer, 2012 100 Figura 1: Ascitis loculada con captación peritoneal y probable perforación a nivel de ciego, secundario a metástasis de carcinoma lobulillar de mama. Concurso +mir de Casos Clínicos para Residentes de Oncología Médica ISBN: 978-84-7989-850-2 Página 4