La visión de la escuela inclusiva en la sociedad
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La visión de la escuela inclusiva en la sociedad
1 La visión de la escuela inclusiva en la sociedad Inmaculada Jiménez León 2 2010. Inmaculada Jiménez León Portada diseño: Celeste Ortega (www.cedeceleste.com) Edición cortesía de www.publicatuslibros.com. Debe reconocer los créditos de la obra de la manera especificada por el autor o el licenciador (pero no de una manera que sugiera que tiene su apoyo o apoyan el uso que hace de su obra). No puede utilizar esta obra para fines comerciales. Si altera o transforma esta obra, o genera una obra derivada, sólo puede distribuir la obra generada bajo una licencia idéntica a ésta. Al reutilizar o distribuir la obra, tiene que dejar bien claro los términos de la licencia de esta obra. Alguna de estas condiciones puede no aplicarse si se obtiene el permiso del titular de los derechos de autor. Nada en esta licencia menoscaba o restringe los derechos morales del autor. Publicatuslibros.com es una iniciativa de: Íttakus, sociedad para la información, S.L. C/ Sierra Mágina,10 23009 Jaén-España Tel.: +34 902 500 421 www.ittakus.com 3 Indice INTRODUCCIÓN .................................................................................................................... 5 3.- LA ESCUELA INCLUSIVA................................................................................................ 6 4.- CARASTERÍSTICAS DE LA ORGANIACIÓN DE LA ESCUELA INCLUSIVA ......... 12 5.- VISIÓN DE LA ACTUAL SITUACIÓN .......................................................................... 14 6.- REQUISITOS PARA UNA ESCUELA INCLUSIVA ....................................................... 15 7.- LA FORMACIÓN DE PROFESIONALES PARA LA ESCUELA INCLUSIVA............. 24 8.- PROGRAMAS................................................................................................................... 31 9.- LOS DESAFIOS DEL SISTEMA EDUCATIVO DESDE LA ÓPTICA DE LA INCLUSIÓN ........................................................................................................................... 39 10.- OBSTÁCULOS DE LA INCLUSIÓN EN LA SOCIEDAD.......................................... 40 11.- LA INCLUSIÓN EN TODOS LOS ÁMBITOS DE LA VIDA....................................... 42 12.- LA SOCIEDAD Y LA EDUCACIÓN ............................................................................. 43 13.- LA CONSTRUCCIÓN DE UNA COMUNIDAD INCLUSIVA..................................... 48 14.- LA CONSTRUCCIÓN DE UNA SOCIEDAD INCLUSIVA ......................................... 50 15.- EL PAPEL DE LOS MUNICIPIOS EN LA PROMOCIÓN DE UNA COMUNIDAD INCLUSIVA............................................................................................................................ 51 16.- LA PARTICIPACIÓN DE LA FAMILIA EN EL ÁMBITO ESCOLAR ES FUNDAMENTAL PARA UNA ESCUELA INCLUSIVA...................................................... 52 17.- BIBLIOGRAFÍA Y WEBGRAFÍA ................................................................................. 53 4 INTRODUCCIÓN La escuela inclusiva se construye sobre la participación y los acuerdos de todos los agentes educativos que en ella confluyen. Considera el proceso de aprendizaje del alumnado como la consecuencia de su inclusión en el centro escolar. Surge de una dimensión educativa cuyo objetivo se dirige a superar las barreras con las que algunos alumnos y alumnas se encuentran en el momento de llevar a cabo el recorrido escolar. Con una escuela inclusiva se trata de lograr el reconocimiento del derecho que todos tienen tanto a ser reconocidos, como a reconocerse a sí mismos como miembros de la comunidad educativa a la que pertenecen, cualquiera que sea su medio social, su cultura de origen, su ideología, el sexo, la etnia o situaciones personales derivadas de una discapacidad física, intelectual, sensorial o de la sobredotación intelectual. Es de esta diversidad y de la falta de reconocimiento legítimo de las diferencias existentes, de donde surgen con frecuencia las desigualdades, las discriminaciones y las jerarquías que son las que finalmente configuran el paradigma de la exclusión. En esta escuela que se propone, el desarrollo de la convivencia se realiza a través del diálogo. Los conflictos se transforman en una oportunidad para el desarrollo personal y social, porque permite la aproximación entre los agentes en conflicto y el desarrollo de su aprendizaje. Si es necesario situar todos los procesos humanos en el contexto socio histórico en el que suceden, también lo requieren así los procesos educativos. La escuela, como unidad de estos procesos, históricamente ha ocupado un lugar privilegiado en la actuación educativa. En la sociedad actual, la sociedad de la información, la escuela ha dejado de ser la principal instancia transmisora de conocimiento, y el alumnado tiene la oportunidad de acceder a diferentes contextos de aprendizaje además del escolar. Esta nueva situación exige a la escuela poner en relación los aprendizajes que el alumnado realiza en los diferentes contextos y dotarle de las estrategias necesarias que le permitan ser un agente activo y crítico, comprometido con su propio desarrollo y el de su entorno, disipando así el riesgo de la exclusión. En la escuela del siglo XXI al profesorado le corresponde alentar al alumnado en este proceso, superando el etnocentrismo imperante, dotándole de puntos de referencia para comprender el mundo que le rodea y reforzando al mismo tiempo su sentido de pertenencia a la comunidad. De la reflexión y revisión de su práctica educativa surgirán tanto los cambios metodológicos como culturales, imprescindibles para construir ese ámbito de inclusión. El centro escolar ha de ser y ocupar ese importante espacio educativo que le corresponde donde las múltiples formas de la participación se articulen a través de la convicción de la pertenencia al género humano. El derecho a la igualdad entre alumnos y alumnas es incuestionable una vez superadas las creencias que mantenían el sistema sexo–género. La escuela ha contribuido a hacer efectivo ese derecho; sin embargo, investigaciones recientes ponen de manifiesto las barreras que todavía encuentran las alumnas en sus opciones tanto vitales como profesionales. Es necesario hacer visibles los mecanismos que todavía facilitan la permanencia de la cultura de los géneros así como revisar prácticas educativas y aspectos curriculares que posibilitan la permanencia de jerarquías entre sexos, de manera que tanto alumnos como alumnas puedan desarrollarse en toda su dimensión como personas. 5 En el contexto actual, en ocasiones, la diversidad de orígenes culturales está vinculada a situaciones socioeconómicas frágiles. Puede afirmarse que el alumnado que se escolariza en su recorrido hacia la escuela no tiene los mismos puntos de partida con respecto a su situación y su origen socio–cultural. Del mismo modo la experiencia de los últimos veinte años en el desarrollo de iniciativas de integración de alumnado con NEE derivadas de una discapacidad, hace imprescindible un cambio de enfoque en la acción educativa. En este tiempo, la consideración de las necesidades individuales del sujeto no ha sido suficientemente acompañada de planteamientos del contexto, de manera que es en el contexto escolar y social donde se ubican las auténticas potencialidades que van a permitir al alumnado con NEE derivadas de una discapacidad, ser incluidos en la comunidad tanto escolar como social. La pregunta a plantearse, una vez aseguradas las atenciones especificas e individuales que precisa el sujeto, será ver cómo se ordena el contexto escuela y comunidad, cómo se articulan los recursos, cómo se potencian los mismos y se optimizan, qué cambios hay que generar en la práctica educativa de los centros escolares, del profesorado en las aulas, del profesorado como personas individuales y de los y las iguales e incluso del mismo alumnado con NEE, para que sea posible una adecuada inclusión educativa como mediación para una inclusión social de todas las personas. Son las barreras del aprendizaje que pone el medio escolar y social las que hay que remover para que sea posible una escuela y, por tanto, una sociedad donde tengan cabida todas personas. Es necesario que los centros educativos incorporen procesos de reflexión que analicen las barreras existentes para la participación y el aprendizaje, facilitando la respuesta a las expectativas de las personas que configuran la comunidad educativa. 3.- LA ESCUELA INCLUSIVA La educación inclusiva se presenta como un derecho de todos los niños, y no sólo de aquellos calificados como con Necesidades Educativas Especiales (NEE). Pretende pensar las diferencias en términos de normalidad (lo normal es que seamos diferentes) y de equidad en el acceso a una educación de calidad para todos. La educación inclusiva no sólo respeta el derecho a ser diferente como algo legítimo, sino que valora explícitamente la existencia de esa diversidad. Se asume así que cada persona difiere de otra en una gran variedad de formas y que por eso las diferencias individuales deben ser vistas como una de las múltiples características de las personas. Por lo tanto, inclusión total significaría la apuesta por una escuela que acoge la diversidad general, sin exclusión alguna, ni por motivos relativos a la discriminación entre distintos tipos de necesidades, ni por motivos relativos a las posibilidades que ofrece la escuela. Desde esta postura, el uso de espacios y tiempos separados para cualquier alumno en determinados momentos se niega por su carácter excluyente. Los principios de la escuela inclusiva están ideológicamente vinculados con las metas de la educación multicultural. Las escuelas inclusivas suponen un modelo de escuela en la que los profesores, los alumnos y los padres participan y desarrollan un sentido de comunidad entre todos los 6 participantes, tengan o no discapacidades o pertenezcan a una cultura, raza o religión diferente. Pretenden una reconstrucción funcional y organizativa de la escuela integradora: adaptar la instrucción y proporcionarles apoyo a todos los estudiantes de modo que profesores ordinarios y profesores de apoyo trabajan conjuntamente y coordinadamente dentro del contexto natural del aula ordinaria, favoreciendo el sentido de pertenencia a la comunidad y la necesidad de aceptación, sean cuales fuesen las características de los alumnos. La escuela inclusiva forma parte de un proceso de inclusión más amplio; supone la aceptación de todos los alumnos, valorando sus diferencias; exige nuevos valores en la escuela; implica incrementar la participación activa (social y académica) de los alumnos y disminuir los procesos de exclusión; supone crear un contexto de aprendizaje inclusivo desarrollado desde el marco de un currículo común; exige la reestructuración escolar y el abordar a esta desde una perspectiva institucional; es un proceso inacabado, no un estado. Las principales diferencias entre integración e inclusión son las siguientes: La integración se basa en la normalización de la vida de los alumnos con necesidades educativas especiales; sin embargo, la inclusión se presenta como un derecho humano, por lo que se trata de un objetivo prioritario a todos los niveles y que, además, se dirige a todos los alumnos y a todas las personas, pues la heterogeneidad es entendida como normal. La integración se centra en los alumnos con necesidades educativas especiales, para los que se habilitan determinados apoyos, recursos y profesionales, mientras que la inclusión se basa en un modelo sociocomunitario en el que el centro educativo y la comunidad escolar están fuertemente implicados, conduciendo al mejoramiento de la calidad educativa en su conjunto y para todos los alumnos. Se trata de una organización en sí misma inclusiva, en la que todos sus miembros están capacitados para atender la diversidad. La integración propone la adaptación curricular como medida de superación de las diferencias de los alumnos especiales; la inclusión propone un currículo común para todos en el que implícitamente vayan incorporadas esas adaptaciones. El currículo no debe entenderse como la posibilidad de que cada alumno aprenda cosas diferentes, sino más bien que las aprenda de diferente manera. La integración supone, conceptualmente, la existencia de una anterior separación o segregación. Una parte de la población escolar que se encuentra fuera del sistema educacional regular se plantea que debe ser integrada a éste. En este proceso el sistema permanece más o menos intacto, mientras que quienes deben integrarse tienen la tarea de adaptarse a él. La inclusión supone un sistema único para todos, lo que implica diseñar el currículo, las metodologías empleadas, los sistemas de enseñanza, la infraestructura y las estructuras organizacionales del sistema educacional de modo tal que se adapten a la diversidad de la totalidad de la población escolar. 7 El origen del movimiento inclusivo se sitúa en los países anglosajones, dentro del marco de la Educación Especial. En un intento por sintetizar sus bases, podríamos decir que la escuela inclusiva reconoce la diferencia como valor, de modo que todo el mundo tiene cabida en ella en situación de igualdad. Este reconocimiento de las diferencias individuales nos lleva al reconocimiento de la diversidad. Así, diversidad es reconocimiento de diferencias y valoración de ellas. Quizá esta última idea sea una de las más importantes: las diferencias se valoran; esto es, no se consideran deficiencias, carencias o desviaciones de un perfil normativo. Si comparamos a un individuo con un perfil normativo (y le pedimos que se adapte a él), no estaremos reconociendo sus diferencias, sino la desigualdad. Entonces surge la jerarquía, porque hay quien supera la norma y quien queda debajo de ella, diciéndose de estos últimos que han fracasado (porque no tienen el “nivel” requerido). Por tanto, la desigualdad surge cuando se institucionalizan las diferencias como deficiencias, y es este etiquetado de deficiencia el que justifica la exclusión, el no tener que llegar a lo mismo que el resto del alumnado. Si como profesores nos planteamos que la atención de determinados alumnos puede entorpecer o ralentizar el avance de los alumnos “normales”, estaremos trabajando desde una lógica claramente excluyente. Desde un modelo inclusivo, hemos de preguntarnos cómo atender a todo el alumnado, no cómo atender a unos u otros. En este sentido queremos participar de la premisa de Michael Fullan y Andy Hargreaves, estableciendo que merece la pena luchar para que las escuelas sean lugares cada vez mejores en los que enseñar y aprender. Conviene además distinguir el movimiento inclusivo como una propuesta diferente al modelo de integración educativa extendido en diversos países occidentales. La inclusión es un proceso, un camino que emprenden las escuelas con el fin último de conseguir progresivamente que todos sus miembros se sientan parte integrante del centro, aceptados y valorados. Por tanto, no existe una escuela totalmente inclusiva. Por el contrario, la integración es un estado que se alcanza cuando todos los alumnos reciben educación en el mismo lugar. En la inclusión no achacamos a la diferencia, sino que se valora esa diferencia para verla de manera positiva. Se presta una atención especial a los grupos o individuos con mayor riesgo de quedar excluidos, incluyendo a los alumnos con necesidades educativas especiales, pero no se ciñe a ellos. Sin embargo, la integración sólo trabaja desde las dificultades y las deficiencias. Los alumnos con necesidades educativas especiales son considerados una carga que hay que asumir y sobrellevar. En cambio, la inclusión no se centra en las deficiencias, sino en las potencialidades de cada alumno, para partir de ellas y lograr que todos los alumnos participen. En la integración lo que importa es que todos los niños estén en un mismo lugar, que tengan igualdad de acceso. Se consigue con el hecho de estar. Por su parte, la inclusión requiere no sólo estar, sino participar de manera efectiva. Es más, esta participación no afecta sólo a los alumnos, sino que se extiende también a profesores, padres y todo el personal del centro. No se trata de planificar mejoras para unos grupos y olvidarnos de otros. Todos deben participar. De ahí que en el proceso hacia la inclusión sea fundamental ir eliminando las barreras que impiden o dificultan esa participación. Además la inclusión requiere un compromiso profesional, una lucha, mientras la integración simplemente se asume y no se cuestiona. La inclusión es también una cuestión de valores, de opción cultural, social y política. Conlleva una modificación de la actitud y del discurso que ha de tener su reflejo en la práctica. Así, supone un cambio progresivo en la forma de concebir la diversidad y la práctica cotidiana en las aulas, que 8 debe ser más democrática y colaborativa, fomentando las relaciones entre la escuela y la sociedad. Cuando no se tienen en cuenta las diferentes necesidades y ofrecemos a todos lo mismo, no hacemos sino ignorar la diversidad y generar aún más desigualdad. Esto nos lleva necesariamente a buscar las herramientas que den la oportunidad de participar a todos, de desarrollar capacidades comunes por diferentes vías, porque si no estaremos favoreciendo a unas personas sobre otras. En un intento de síntesis, podríamos decir que, ante las diferencias, tenemos la opción de tratar de imponer un molde e intentar que todo el alumnado se adapte a él. O bien podemos dar cabida a todas las diferencias tratándolas en nivel de igualdad. Si damos una respuesta adaptada a las características del alumnado, respetando y valorando sus diferencias, sin pretender que se amolde al grupo, estaremos incluyendo. El problema es que es difícil que la escuela dé respuesta a 25 realidades diferentes por aula. He aquí el desafío que la escuela inclusiva propone a la formación de nuestros docentes. Cuando hablamos de escuela inclusiva tratamos de hacer hincapié en una escuela en la que se encuentran y aprenden todos los alumnos y alumnas independientemente de sus capacidades, características e individualidades. Hay cuatro ideas que hablan de la inclusión: Inclusión, como derecho para todos, tienen derecho a ser educados junto con el resto de las personas sin discriminación o segregación. Inclusión, como vía para garantizar una educación equitativa. Es una forma de vivir, “vivir juntos”. Es una cuestión social, tarea de toda la comunidad educativa y no solo de la escuela, sino de toda la sociedad. La escuela encuentra su descripción, en la Declaración de los Derechos Humanos- en la que se establece que todo el alumnado tiene derecho a una educación no segregadora. Hay dos visiones que han hecho que la idea de inclusión siga para adelante, que son: visión sociopolítica- en la que todos tienen derechos en la educación, sin segregación visión empírica- se ha demostrado que todos los que han estudiado en una escuela inclusiva han obtenido un mejor rendimiento académico. Aunque hay casos, en los que se consideran a la escuela inclusiva como no favorecedora, debido a que muchos sistemas que han cambiado hacia la inclusión y han fracasado, pero es cierto también que hoy día hay muchas dudas. Algunos autores creen que no se puede reemplazar nada nuevo que no existiese. Idea bajo mi punto de vista un poco anticuada. Según la LEY ORGÁNICA 2/2006, DE 3 DE MAYO, DE EDUCACIÓN, “la adecuada respuesta educativa a todos los alumnos se concibe a partir de principio de inclusión, entendiendo que únicamente de ese modo se garantiza el desarrollo de todos, se favorece la equidad y se contribuye a una mayor cohesión social. La atención a la diversidad es una necesidad que abarca a todas las etapas educativas y a todos los alumnos. Es decir, se trata de contemplar la diversidad de las alumnas y alumnos como principio y no como una medida que corresponde a las necesidades de unas pocos.” Después de una revisión bibliográfica situamos el surgimiento de este 9 movimiento a mitad de los años 80. El objetivo de este movimiento en un primer momento fue: · Unir los sistemas de educación especial y el de educación general en un único sistema. · Educar al mayor número de alumnos con deficiencias en las aulas ordinarias compartiendo las mismas oportunidades y recursos de aprendizaje. · Educar a los niños con deficiencia mental meda y de alto riesgo en aulas ordinarias. Estos objetivos suponen modificar la forma de trabajo de los profesores y la búsqueda de nuevos programas educativos, potenciando los sistemas consultivos y cooperativa, es decir, profesores ordinarios apoyados por especialistas o actuación conjunta de profesores ordinarios y especializados. (Reynolds, C.M., 1989). Según el autor, Michael F. Gianges, las escuelas de orientación inclusiva en la actualidad tratan de: -Establecer una relación clara entre el proyecto educativo de la escuela y la calidad de vida del alumnado. -Pretenden asegurar la mejora de la vida de los alumnos como consecuencia de su presencia en la escuela. -Se crean oportunidades de aprendizaje orientadas al logro de buenos resultados y se evalúan para determinar si producen los que se pretende. En todas las escuelas de orientación inclusiva puede identificarse un líder que impulsa las reformas a favor de la inclusión. Pretenden una educación de calidad para todos los alumnos, mediante diversas clases de apoyo para facilitar la inclusión y promoviendo actividades en las que estén involucrados todos los miembros de la comunidad escolar. Las personas que trabajan en escuelas inclusivas tratan de resolver los problemas centrándose en el modo de mejorar la educación de todos los alumnos, tratan de llevar a cabo la tarea, con independencia del mayor o menor éxito. Estas personas suelen oponerse a enfoques estandarizados del currículo y de la enseñanza, donde ofrecen a alumnos con distintas características un mismo programa educativo. Las escuelas tratan de responder a las necesidades sociales, existen para proporcionar un modelo a la sociedad, y por lo tanto es innegable que las escuelas están relacionadas con la cultura y la sociedad. Existen dos tendencias que influyen en el trabajo curricular de la orientación inclusiva. 1. Estrategias para el aprendizaje: los cambios sociales han impulsado el interés por las estrategias y procesos dirigidos a estimular el aprendizaje. Las tendencias se orientan a enseñar a aprender a alumnos y a profesores, mediante el aprendizaje cooperativo y social de los alumnos. Se recomienda cada vez más la resolución de problemas para ayudar a los alumnos y maestros a dar soluciones. El cambio orientado a las estrategias de aprendizaje da ocasión a una enseñanza en grupos heterogéneos, en vez de la agrupación homogénea fundada en niveles de 10 rendimiento. 2. Profesores, maestros y equipos como responsables de decisiones. En la enseñanza tradicional las funciones de los maestros en el aula se basaba en la utilización de las lecturas y actividades señaladas al pie de la letra por los libros de texto. El papel del alumno era inexistente. Además los objetivos del currículo de orientación inclusiva que pueden actualizarse individualmente para los alumnos con características y necesidades diversas: -Adquirir competencias básicas para participar en el aprendizaje. -Desarrollar las competencias básicas para desarrollarse personalmente. -Desarrollar una imagen positiva de uno mismo. -Aumentar el número de ambientes y actividades satisfactorias. -Establecer, mantener y ampliar unas relaciones significativas con los demás. -Adquirir conocimientos y aplicarlos a la comunidad. -Atender a las necesidades humanas mediante la cooperación. -Adquirir competencias que mantengan y refuercen la salud personal. -Ser productivo en el terreno profesional. Por lo tanto, las posibles acciones para facilitar la enseñanza inclusiva son las siguientes: - Los responsables son los directores escolares. - Se busca el cambio del modo de interactuar del personal de la escuela. - El fin es inventar programas únicos y personalizados para cada alumnos en contraste con los estandarizados. - Permite la invención. - Todos los estudiantes recibirían un mejor apoyo si se reduce la proporción profesores- alumnos: - Se facilita la realización satisfactoria de trabajos complejos. - Se facilita la coordinación mediante una mutua adaptación de destrezas. - Aparecerán servicios nuevos que satisfacen las necesidades exclusivas de cada cliente en un medio dinámico, fluido y cambiante. Aunque no parece existir una definición totalmente compartida entre los profesionales sobre lo que debe entenderse por educación inclusiva o escuela inclusiva, puede afirmarse que el concepto tiene que ver fundamentalmente con el hecho de que todos los alumnos sean aceptados, reconocidos en su singularidad, valorados y con posibilidades de participar en la escuela con arreglo a sus capacidades. Una escuela inclusiva es aquella, pues, que ofrece a todos sus alumnos las oportunidades educativas y las ayudas (curriculares, personales, materiales) necesarias para su progreso académico y personal. Parece claro que los procesos de cambio que harán posible el progreso hacia una escuela inclusiva se vertebran en torno al currículo, entendido en sentido amplio, como referente a partir del cual toman sentido las distintas actividades y, en su caso, adaptaciones que se programen (Stainback & Stainback, 1999). De todas maneras la inclusión no puede reducirse a una mera cuestión curricular, organizativa o metodológica; la inclusión es más que todo eso, es una manera distinta de entender la educación y, si se quiere, la vida misma y la sociedad; se trata más bien de una filosofía, de unos valores. Es conveniente referirse a las razones que sustentan el movimiento hacia una escuela inclusiva. Ciertamente son varias y de naturaleza distinta; por un lado, desde un punto 11 de vista psicopedagógico, existe una concepción del desarrollo de origen social; es decir se reconoce la importancia decisiva de la interacción para el aprendizaje; la responsabilidad de los adultos al determinar la naturaleza de las experiencias que se ofrecen al alumnado (relación con los materiales y los compañeros) es decisiva, por lo que se atribuye a la escuela un papel clave como contexto de desarrollo. Por otro, la reflexión sobre la práctica en la atención de las diferencias individuales ha llevado a los profesionales a atribuir mayor responsabilidad a los aspectos más institucionales, que afectan al centro como sistema, que a los puramente individuales. De una visión más centrada en el “individuo que se integra” se pasa a una concepción de centro que responde de forma diferencial y eficaz a las distintas necesidades de los alumnos. En nuestro país esta realidad se inserta plenamente en el principio de comprensividad que caracteriza la reforma. 4.- CARASTERÍSTICAS DE LA ORGANIACIÓN DE LA ESCUELA INCLUSIVA La escuela inclusiva tuvo su origen en el movimiento REI (Regular Education Iniciative), surgido en los EE.UU., a mitad de los años 80, con ocasión de la polémica suscitada por la reforma de enseñanza que se propugnaba desde la Administración. Los objetivos del movimiento REI eran : unir el sistema de educación especial y el de educación general en un único sistema ; educar al mayor número posible de alumnos con deficiencias en las aula ordinarias compartiendo las mismas oportunidades y recursos de aprendizaje, y educar a los niños con deficiencia mental media y de alto riesgo en el aula ordinaria. Se trataba de reformar la educación especial a través de la reforma de la educación en general. Para ello era imprescindible modificar la forma de trabajo de los profesores y desarrollar nuevos programas educativos potenciando los sistemas consultivos y de enseñanza cooperativa, es decir, profesores ordinarios apoyados por especialistas o actuación conjunta de profesores ordinarios y especializados en el aula ordinaria (Reynolds, 1.989). La escuela inclusiva, considerada como la segunda revolución en la educación especial, se caracteriza por (Grau Rubio, C., 1.998): - Unificación del sistema de educación general y especial en un sistema único de enseñanza.- El sistema de educación general se adapta a las necesidades de todos los alumnos ; no hay alumnos que no encajen en ella y tengan que ser transferidos a la educación especial (Stainback y Stainback, 1.989) . - El niño es escolarizado en el aula ordinaria.- Se intenta suprimir la escolarización compartida con las aulas de apoyo, potenciando las formas organizativas de intervención indirecta (sistemas consultivos) y de intervención directa en el aula ordinaria (enseñanza cooperativa) (Reynolds, 1.989). - Organización adhocrática de la escuela.- La escuela inclusiva o escuela para todos es un intento de reemplazar la estructura burocrática profesional de la escuela por la adhocracia u “organizaciones de aprendizaje”. Rechaza los programas por categorías; propugna la colaboración, el mútuo ajuste, el acoplamiento discursivo, 1 formas interdisciplinares de profesionalismo y estructura postindustrial ; está orientada hacia el consumidor ; considera que el conocimiento depende del contexto cultural, de su significación e interpretación ; se basa en la innovación y para ello 12 necesita de la colaboración entre los miembros de la organización y de la colaboración de éstos con los consumidores ; tiene como objetivo la resolución de problemas complejos a través de una interdepencia de sus miembros dialogante y democrática ; y propugna que los servicios comunitarios estén coordinados, que haya un acceso libre a los mismos y no estén categorizados ; todos ellos forman parte de un sistema integrado (educación, salud, empleo, hogar, bienestar social, etc.), están ligados a proyectos de apoyo local y su objetivo es la prevención de riesgos (Skrtic, Sailor y Gee, 1.996). Siguiendo a Skrtic, T.M. , Sailor, W. y Gee, K. (1.996), las características diferenciales de la organización burocrática y adhocrática son : Las organizaciones burocráticas se basan en un conocimiento objetivo. Se considera al científico como un observador neutral y desapasionado. Los profesionales utilizan el conocimiento objetivo para resolver los problemas y realizan una aplicación desinteresada del mismo en interés del cliente. La relación entre profesionales y clientes es en forma de monólogo y éstos aceptan las prescripciones dadas por los especialistas. Las organizaciones adhocráticas, por el contrario, cuestionan la objetividad del conocimiento científico en el que se han basado las prácticas profesionales. El conocimiento depende del contexto cultural, de su significación e interpretación. El científico construye el conocimiento participativamente. Estas organizaciones parten de la idea del consumidor frente a la de cliente (los consumidores son capaces de hacer juicios acerca de lo que es bueno para ellos). Así pues, el profesional dialoga con el consumidor y comparte el poder y conocimiento en la toma de decisiones ; el profesional y el consumidor construyen y reconstruyen el conocimiento. Las organizaciones burocráticas desarrollan formas de trabajo estandarizadas y su objetivo es perfeccionar el producto o servicio. La interdependencia de sus miembros está basada en una ordenación jerárquica y en cuerpos de conocimientos separados. Las organizaciones adhocráticas, por el contrario, pretender inventar nuevos productos o servicios ; para ello, necesitan la colaboración entre los miembros de la organización y la personalización, es decir, la colaboración entre los miembros de la organización y los consumidores. Las formas de interdependencia son laterales, dialogantes y democráticas, y los especialistas son de poca ayuda. Las organizaciones burocráticas simplifican el trabajo (racionalidad), las tareas se analizan dentro de subtareas y cada una puede ser desempeñada separadamente por un miembro de la organización ; la división del trabajo está basada en la especialización y la asignación de los clientes se hace desde ese punto de vista. La coordinación entre sus miembros es profesionalizada y rígida. Las organizaciones adhocráticas, por el contrario, tienen como objetivo la resolución de problemas complejos, inventar nuevas prácticas y desarrollar un trabajo ambiguo que requiere destrezas todavía desconocidas. La división del trabajo es substituida por la colaboración en un proyecto interdisciplinar en el 13 que los miembros trabajan colaborativamente y asumen juntos la responsabilidad del mismo. La coordinación es entendida como ajuste mutuo, comunicación informal e interdependencia para la resolución de problemas de una manera reflexiva. En nuestro país también se puede observar estas dos tendencias o maneras de entender la integración. La primera tiene una influencia en el desarrollo legislativo de la integración anterior a la LOGSE y ha tenido una escasa repercusión en la práctica educativa. La segunda, la de la escuela inclusiva, es la adoptada por el sistema educativo español a partir de la LOGSE y su desarrollo legislativo posterior. Defiende una escuela para la diversidad, una organización colaborativa o cooperativa en la que todos los profesionales están implicados en la confección y puesta en práctica de los proyectos curriculares y en la satisfacción de las necesidades educativas especiales de los alumnos. 5.- VISIÓN DE LA ACTUAL SITUACIÓN La complejización de nuestra sociedad y la constatación de las tensiones que se viven en su seno repercuten en la vida interna de la escuela, haciendo patentes dichas tensiones en el clima de convivencia en la misma. Esta constancia se refleja tanto en el ámbito relacional entre iguales, como entre alumnado y profesorado, observándose distintas manifestaciones que van desde problemas en la convivencia ordinaria de los centros, situaciones relacionadas con el maltrato entre iguales, o la presencia preocupante de alumnado implicado en consumo de sustancias nocivas para la salud, así como tensiones relacionadas con el ámbito sociopolítico, etc. La creciente presencia de alumnado de diversas culturas en nuestros centros escolares, especialmente en Educación Primaria y en Educación Secundaria Obligatoria, requiere, junto a una valoración de las culturas minoritarias, una introducción progresiva en la cultura que acoge, la iniciación en las lengua vehiculares de uso escolar y social y un enfoque intercultural, tanto en el currículo como en el clima escolar y comunitario, que permita una adecuada integración escolar y social, ya sea del alumnado inmigrante o del alumnado de culturas minoritarias presentes entre nosotros desde tiempo inmemorial. Una escuela para todos y todas requiere una comprensión del currículo que permita dotar al alumnado de habilidades para desenvolverse con éxito en la vida social, no solo escolar, siendo la escuela la mediación para la inclusión socioeducativa en la comunidad de todo el alumnado. Es más relevante este aspecto en una sociedad que parece que dimite de la labor de dotar al alumnado de herramientas para este desenvolvimiento social, y se corre el peligro de que los aprendizajes se centren en los conocimientos puramente conceptuales, renunciando al desarrollo de los contenidos actitudinales (valores, actitudes y normas). A pesar del esfuerzo que se ha realizado, tanto por el profesorado como por el propio Departamento de Educación, Universidades e Investigación, sigue siendo importante promover programas en la promoción de la igualdad entre hombres y mujeres, educación en la salud, la convivencia, la paz, la participación social, etc. 14 La creciente implicación del profesorado en la respuesta a las necesidades educativas en medio desfavorecido, ha hecho florecer una serie de proyectos globales (una de cuyas concreciones son las Comunidades de Aprendizaje) y otros específicos (Proyectos de Intervención Específica, Refuerzo Educativo...) que permiten dar una respuesta ajustada a las necesidades del alumnado y a las aspiraciones de sus familias y de la comunidad donde se encuentra inserta y comprometida la escuela. El trabajo desarrollado en los últimos veinte años en la respuesta al alumnado con NEE requiere una reflexión conjunta de la comunidad educativa, de manera que se incrementen los niveles de participación del alumnado que encuentra barreras en su aprendizaje en la vida de la comunidad escolar y pueda avanzarse en las buenas prácticas que permitan al alumnado compartir la vida de la escuela y ser atendido en sus necesidades específicas, promoviendo acciones que hagan que se incremente el grado de pertenencia a la comunidad escolar y social de este alumnado. 6.- REQUISITOS PARA UNA ESCUELA INCLUSIVA Estos requisitos son fruto del trabajo previo de reflexión del profesorado sobre su práctica diaria y la búsqueda de alternativas para mejorarla que les llevó a tomar conciencia de dos principios que consideran fundamentales y que orientaron su trabajo en el aula: - La interdependencia positiva; todo el profesorado era necesario para el éxito - El origen social del aprendizaje; el aula como comunidad educativa Las condiciones, pues, que permiten mejorar la práctica en el aula de forma que pueda darse respuesta a las necesidades de todos los alumnos son las siguientes; téngase en cuenta estas condiciones reflejan la experiencia directa de un centro público de Educación Infantil y Primaria, por lo que tienen un valor ilustrativo particular en la medida que señalan claramente los ámbitos en los que resulta necesario trabajar: 1. Trabajo colaborativo entre el profesorado. La necesidad de ensayar formas de colaboración entre el profesorado (inicialmente por parejas) constituye uno de los ejes del proyecto de UNESCO (1995) - Intervención conjunta de dos profesores en el aula - Planificación conjunta de las unidades de programación - Incremento de la ayuda mutua - Mejora de la conciencia de equipo docente - Promoción de la autoestima, a partir de la colaboración 2. Estrategias de enseñanza – aprendizaje -Diseño de prácticas efectivas en las que puedan tomar parte todos los alumnos - Importancia del aprendizaje social (trabajo colaborativo entre el alumnado) - Organización del aula - Optimización de los recursos materiales y humanos existentes y, en particular, de los conocimientos y experiencia de cada profesor. 3. Atención a la diversidad desde el currículo - Mejora de la formación del profesorado en este campo - Elaboración de objetivos compartidos y claramente definidos - Definición de criterios de centro en el desarrollo del currículo - Acuerdo en relación con los criterios de evaluación y de indicadores para el seguimiento 4. Organización interna - Autoevaluación y evaluación interna 15 - Disponer de una estructura organizativa que favorezca la cohesión - Potenciar el intercambio entre el profesorado - Distribución de los horarios coherentes con los fines que se persiguen Desde otras experiencias se apuntan también otras condiciones que quizás no han sido tan claramente contempladas en la experiencia referido, aunque en parte también se han producido. 5. Colaboración escuela – familia - Fortalecimiento de la comunicación con las familias - Fortalecimiento de las vías de participación de los padres en la toma de decisiones - Desarrollo de contactos formales e informales 6. Transformación de los servicios/recursos destinados a la educación especial - Destinados para todo el centro y centrados en el currículo - El profesor de apoyo, clave para el trabajo colaborativo - El psicopedagogo implicado en la estructura del centro - La transformación de los centros de educación especial en centros de recursos para la educación inclusiva. ¿Qué favorece al cambio? El progreso del centro hacia estas condiciones así como su consolidación y mantenimiento responde siempre a procesos lentos, progresivos, no ajenos a las dificultades, que suponen la negociación compartida de significados por parte del profesorado; en definitiva la toma de conciencia y la responsabilidad de llevar a cabo un conjunto de innovaciones que afectan a todo el centro. Estos procesos podrían resumirse en: Implicación de todo el profesorado en las finalidades que se persiguen ynegociación de los objetivos. Este proceso compromete tanto laresponsabilidad individual como la necesidad de consenso que incrementa laconciencia de equipo y lo cohesiona. Optimización de los recursos existentes, tanto materiales como personales. Potenciación de las responsabilidades individuales como contribución al proyecto de equipo y exigencia de la interdependencia positiva; en definitiva de la participación de todo el profesorado. Promoción de la reflexión sobre la práctica; de la crítica responsable y de la necesidad de acuerdos. Potenciación de la autoestima que se genera a partir de los pequeños logros iniciales, cosa que da mayor seguridad y estímulo al profesorado. Equilibrio entre la presión y el apoyo. La presión es necesaria como incentivo para mantener el ritmo de trabajo pero ha de verse compensada por la seguridad del apoyo de los compañeros y compañeras. Incorporación de la autoevaluación como factor de progreso. · Factores clave para una escuela inclusiva Como síntesis los factores considerados como clavepara construir una escuela inclusiva: Partir de la experiencia y conocimientos propios; de sus éxitos, que a menudo son muchos, y también de sus dificultades. El profesorado ha de darse cuenta de que la solución está en sumar sus aportaciones. El convencimiento de la necesidad de avanzar hacia una concepción inclusiva de la educación como condición para una implicación plena y efectiva en el proyecto, aunque lógicamente puedan darse grados diferentes. Hacer del trabajo colaborativo el instrumento metodológico habitual para generar conocimiento que sirva de forma eficaz para responder a las diferentes necesidades del alumnado. 16 Entender las dificultades (la heterogeneidad presente en las aulas) como oportunidades para diversificar la respuesta educativa que puede servirse del potencial de aprendizaje que supone el trabajo cooperativo de los alumnos y la colaboración entre iguales. Dotarse de una estructura de centro flexible, capaz de adaptarse a las características y necesidades del alumnado y del profesorado, y de una organización interna que prime la colaboración entre los docentes tanto en la planificación como en el trabajo en el aula. Mejorar la autoestima tanto por parte del alumnado como del profesorado. Diseñar y promover planes de formación del profesorado, fundamentalmente de centro, que suponga la reflexión sobre la propia experiencia y, cuando sea necesario, la colaboración de asesores externos. Incorporar la evaluación de los resultados, que puede adoptar diversas formas( autoevaluación, evaluación interna), como generadora de los procesos de cambio. Otra condición, aunque no atribuible a los centros, es sin duda el apoyo decidido de la Administración Educativa, así como también de la comunidad. El compromiso político y económico es absolutamente imprescindible para un cambio eficaz y duradero hacia una escuela inclusiva. · Condiciones que hacen posible una escuela inclusiva - Resituar la escuela donde le corresponde, como una “comunidad de aprendizaje” al servicio de una comunidad. - Plantear una Base Curricular Común, que sea realmente común, es decir, adecuada para todo el alumnado. - Programar para que todos puedan aprender: la personalización de la enseñanza y el aprendizaje. - Fomentar la autonomía del alumnado: las estrategias de autoregulación del aprendizaje. - Organizar el trabajo en el aula de modo que los alumnos puedan aprender unos de otros: la estructuración cooperativa del aprendizaje. · La estructuración cooperativa del aprendizaje Centremos nuestra atención en la última de las condiciones expuestas anteriormente: la estructuración cooperativa del aprendizaje. Si queremos conseguir que aprendan juntos alumnos diferentes, se debe transformar la estructura de aprendizaje de la clase, pasando –como se dice técnicamente- de una estructura de aprendizaje individualista o competitiva (como mayoritariamente tenemos ahora), en las cuales se ignora, si no se niega, la interacción entre los propios alumnos como factor de aprendizaje, a una estructura de aprendizaje cooperativa, en la cual los alumnos (con distintas capacidades, motivaciones e intereses) son estimulados a cooperar, a ayudarse unos a otros para aprender más y mejor. Esto se fundamenta en el siguiente principio: Los alumnos no sólo aprenden porque el profesor les enseña, sino porque cooperan entre si enseñándose unos a otros. Así lo formula Piaget: La cooperación entre niños es tan importante como la intervención de los adultos. Desde el punto de vista intelectual, es la más apta para favorecer el verdadero intercambio de ideas y la discusión, es decir, todas las conductas capaces de educar la mente crítica, la objetividad y la reflexión discursiva. (Piaget, 1969, citado por Martí, 1997). Las interacciones entre iguales –entre los alumnos, en este caso- tienen una gran importancia en la construcción de conocimiento. Sin embargo, en la escuela, en general, no se han fomentado estas interacciones. Todo lo contrario, tradicionalmente han sido evitadas e incluso prohibidas: 17 El énfasis casi exclusivo en la interacción profesor-alumno responde, al menos en parte, a la idea de que las relaciones que se establecen entre los alumnos en el transcurso de las actividades de aprendizaje tienen una influencia secundaria, cuando no indeseable o molesta, sobre el rendimiento escolar. Es obvia, por lo demás, la dependencia de esta idea de una concepción de la enseñanza que contempla al profesor como el agente educativo por excelencia encargado de transmitir el conocimiento y al alumno como un receptáculo más o menos activo de la acción transmisora del profesor. No es, pues, extraño que en este marco pedagógico se intente reducir a la mínima expresión las relaciones alumno-alumno, sistemáticamente neutralizadas como fuente potencial de conductas perturbadoras en el aula, y que la programación del aprendizaje repose sobre la primacía del trabajo individual de los alumnos y la interacción profesor-alumno. Para promover una mayor inclusión el factor más positivo y favorable reside en el origen de los cambios. Es decir, cuando estas modificaciones sean consecuencia de motivaciones que tienen su origen en la reflexión, porque estas motivaciones sí serán capaces de superar las resistencias al cambio; también pueden y deben partir de una toma de decisiones de toda la comunidad educativa o pueden ser consecuencia de un proceso formativo. Tenemos que tener presente que el profesorado integra los cambios de forma dinámica, condicionado por aspectos muy diversos que se encuentran en el contexto en el cual actúa. Como señala Miguel Ángel Essombra, la innovación depende de construcciones personales de los docentes y de su posicionamiento ante algunos condicionantes como: 1. El contexto directo, el contexto más inmediato, el contexto cotidiano, en el que podemos diferenciar dos tipos de aspectos: 1.1. Los intrapsicológicos, son aspectos tales como la ideología, la visión subjetiva que cada docente tiene del mundo que le rodea, sus valores, etc. Sobre este aspecto Essombra realizó una investigación en el año 2005, relacionada con el trato que se debe proporcionar al alumnado inmigrante, en la que diferencia cuatro posturas distintas en el profesorado: • Centrada en los contenidos escolares, con la acción educativa se trata deequiparar el nivel de conocimientos de este alumnado en relación al resto. En primer lugar se procura conocer el currículo escolar de los países de origen y las posibles lagunas que este alumnado tiene en el aprendizaje, para organizar grupos de nivel homogéneo, según sus posibilidades personales y familiares, grupos que les permita seguir las materias que se imparten. El objetivo que se persigue es que este alumnado, gracias a su esfuerzo, obtenga la certificación correspondiente al final de la escolarización obligatoria para poder competir en los estudios posteriores o en el mercado laboral. • Centrada en la metodología, se preparan adaptaciones curriculares y materiales de apoyo para facilitar una rápida adaptación de este alumnado a la marcha del aula. A los docentes sobre todo les interesa conocer criterios y técnicas para un aprendizaje rápido de la lengua, este profesorado suele colaborar con el profesorado de apoyo en diseñar procesos para que este alumnado llegue a sentirse uno más en el aula y en el centro. • Centrada en las competencias personales, la acción educativa trata de desarrollar competencias que faciliten una rápida y fácil inclusión en el aula, en el centro y en el contexto. La preocupación de este profesorado es procurar que este alumnado trabaje bien en equipo y que desarrolle sus habilidades para la expresión oral y escrita y para la resolución de problemas de diversa índole. Las acciones se proponen y se dirigen a todo el grupo clase, donde este alumnado inmigrante ha de sentirse seguro y capaz para aprovechar todas las oportunidades de 18 desarrollar sus competencias. Lo importante es generar experiencias en las que se sientan capaces de aprender a aprender. • Centrada en el desarrollo socioafectivo, la acción educativa se focaliza en la inclusión social, este profesorado se preocupa mucho del autoconcepto que este alumnado desarrolla de sí mismo y observa con atención todo el proceso de construcción de la identidad en los distintos contextos de socialización (familia, escuela, sociedad). Se plantean y se desarrollan actividades para incrementar la autoestima mediante actividades de gran grupo encaminadas a lograr la cohesión y la cooperación, también se establecen muchos contactos con las familias. 1.2. Los interpsicológicos, son aspectos tales como la cultura profesional y escolar, que el docente construye con el resto del profesorado de su centro en múltiples interacciones desarrolladas en el seno de la institución escolar, hasta definir unas pautas de actuación, unos valores y unos símbolos compartidos que serán las señas de identidad del centro y la referencia para cualquier tipo de acción educativa. Analizando las distintas culturas escolares, condicionadas por actuaciones profesionales más centradas en el proceso de aprendizaje o en la socialización y por una apertura al entorno de tipo más social o más profesional, Miguel Ángel Essombra en el año 2003 señala cuatro modelos: • Cultura comunitaria, con mucho peso de la socialización y un alto grado de apertura. El centro está impregnado del entorno social, de un trabajo compartido, de un desarrollo comunitario abierto al entorno. Las actividades proporcionan muchas oportunidades y experiencias para la socialización. Hay dinámicas de acogida y de inclusión social y el respeto a la diversidad cultural y la igualdad de oportunidades son dos principios esenciales. • Cultura reticular, con mucho peso del aprendizaje y un alto grado de apertura. El centro es proclive al trabajo compartido con otros profesionales de la educación, está muy interesado en la formación permanente, colabora asiduamente con los Centros del Profesorado. Suelen ser centros que desarrollan proyectos abiertos al alumnado inmigrante, pero desde valores y contenidos de la cultura mayoritaria. El aprendizaje es una herramienta de emancipación personal y comunitaria para este alumnado inmigrante. • Cultura acogedora, con mucho peso de la socialización y un bajo grado de apertura. El centro se presenta como continuación de la familia y su función es ofrecer un espacio de seguridad al alumnado, para que participe de forma activa en el proceso de aprendizaje, para que sea el protagonista y desarrolle su actividad libremente en un clima afectivo y de confianza. El trabajo del centro se centra fundamentalmente en lo socioemocional, hay una estrecha relación con el alumnado y con sus familias y se organizan actividades para fomentar la socialización. • Cultura compensadora, con mucho peso del aprendizaje y bajo grado de apertura. El centro se basa en el aprendizaje escolar y la transmisión de contenidos para acreditar unas titulaciones que permitan la inserción social. Respecto a la diversidad el centro está anclado en el concepto del déficit y su acción educativa se centra en ofrecer espacios para la adquisición de contenidos conceptuales y procedimentales. 2. El contexto indirecto, el contexto de referencia, del que forma parte muchas veces de forma poco consciente y en el que también podemos diferenciar dos aspectos: 2.1. Las relaciones que se establecen en el seno de la comunidad educativa, que suelen estar condicionadas por el tipo o tipos de alumnado del centro, las relaciones con las familias y la existencia o no de colaboraciones con otras instituciones cercanas. 19 Stoll y Fink en el año 1999 establecieron cinco tipos de centros respecto a la innovación: • En movimiento hacia la innovación, son centros que tienen una alta competencia profesional y una dinámica demostrada de innovación y de mejora de la calidad. En estos centros, los problemas son elementos aceleradores de los frecuentes procesos de innovación. • A ritmo normal, son centros con una cultura consolidada y una eficacia probada, pero poco abiertos a mejoras. No suelen tener problemas y la presión es escasa. Plantean la innovación como una adaptación a los nuevos tiempos (un maquillaje), pero con una escasa voluntad de modificar actitudes y practicas pedagógicas de fondo. • A ritmo de paseo, son centros que no presentan problemas y van evolucionando muy lentamente, paso a paso para no generar tensiones, los cambios suelen ser muy puntuales. • En pleno combate, suelen ser centros de contextos desfavorecidos en situaciones de bloqueo, ante lo cual el claustro aborda una acción decidida y abierta de cambio y mejora. El entorno y la comunidad educativa son poco sensibles a tal esfuerzo, lo que exige al centro una inversión de recursos personales y de tiempo para tratar de neutralizar estas dinámicas, esfuerzos que se restan al proceso de innovación que se desacelera. • En proceso de hundimiento, también son centros de contextos desfavorecidos, pero en este caso la resistencia al cambio no sólo proviene de las familias y del entorno, el claustro también está instalado en ella y las posibilidades de cambio y mejora se perciben como imposibles. La responsabilidad de este colapso se atribuye a factores externos (la administración, la falta de colaboración de las familias, la diversidad del alumnado…), no se reconoce ninguna causa interna y en el profesorado hay sentimientos de desazón y necesidad de abandono. 2.2. El sistema educativo del que el profesorado y los centros forman parte, según sean las políticas y las relaciones con este sistema del profesorado las condiciones pueden ser muy diferentes. Podemos diferenciar tres fases: • De asimilación. Hay inmovilismo en la administración, la llegada del alumnado inmigrante ha sido afrontada en un primer momento sin recursos humanos ni materiales. El argumento era evitar la discriminación: todo el alumnado debía recibir el mismo trato. Se identificaba igualdad de oportunidades con igualdad de atención socioeducativa, los apoyos consistían en incorporar al alumnado desde una visión de adaptación a la cultura mayoritaria. • De segregación. Ante las grandes tensiones que generó la asimilación se incorporan dinámicas de segregación de su grupo clase, estableciendo itinerarios curriculares diferentes con especialistas y materiales didácticos de apoyo. Esto devolvió una cierta calma a los centros, pero se pudo observar muy pronto la ineficacia de estas medidas, especialmente en el momento de la incorporación plena de este alumnado al grupo clase. • De integración. Actualmente estamos asistiendo a políticas y medidas de inclusión educativa para adaptar a este alumnado al sistema y aprovechar esta situación para innovar y transformar los proyectos educativos con criterios más integradores. Se tiene claro que este alumnado debe pertenecer a un grupo clase ordinario y asistir a clases específicas de refuerzo lingüístico según sus necesidades individuales, también se está cambiando la idea de aula de acogida por la de centro de acogida. En esta situación actual es necesario que el profesorado innove, pero no lo hace porque no ha encontrado aún la forma de dar sentido a esta necesidad de innovación. 20 Gather, en el año 2004, afirmaba que la innovación reside en la construcción individual y colectiva del significado de la propia innovación y de los correspondientes cambios. El origen de los cambios es una de las claves para construir el citado sentido del cambio y de la innovación. Tenemos que ser conscientes de que la diversidad no ha estado presente en la formación inicial del profesorado, tampoco podemos afirmar que hoy en día se viva como un valor positivo, sino más bien lo contrario. Como este cambio es muy necesario en la actual sociedad postmoderna, el proceso de transformación se debe comenzar por una transformación ideológica y social, que ayude al profesorado a descubrir y construir el citado significado de la necesaria innovación. La escuela es una institución, legado de la ilustración, que se enfrenta a estructuras políticas y económicas globalizadas propias de la actual sociedad de la información. Es necesario pasar de unas dinámicas de diferenciación a parámetros de desdiferenciación o universalidad, hay que poner en marcha procesos que caminen desde la fragmentación social hacia el reconocimiento pleno de la pluralidad... La escuela actual es al mismo tiempo: • Un instrumento al servicio de la homogeneización propia de la modernidad, como queda patente en sus procesos de selección y de diferenciación del alumnado. • Un lugar que debe acoger y respetar la riqueza de la diversidad que contiene. Este proceso de cambio que debe realizar puede ser una mejora de la escuela o todo lo contrario, depende de que los procesos de cambio, de innovación de las prácticas de los docentes sean acordes o no con las nuevas tendencias sociales ya descritas. El mayor desafío que tiene hoy la escuela es lograr la capacidad para transitar desde la actual orientación moderna (conservadora y estática) a otra concepción postmoderna (dinámica y transformadora). Esta tarea es algo inevitable, la escuela tiene que dejar de ser una institución de código cerrado, basada en la transmisión del saber y en unas asignaturas hiperespecializadas, para convertirse en una nueva institución de código abierto. Para lograr transformarse, la escuela tiene que evolucionar desde los actuales aspectos muy tecnológicos hacia nuevos aspectos más ideológicos. n la escuela moderna el debate se centraba en la elección entre las metodologías más tradicionales u otras más activas. En la actualidad es muy evidente que la metodología activa tiene mejor resultado y el debate que se debe plantear es la elección entre una pedagogía neoliberal enfocada al mundo del trabajo y una pedagogía que pretende la transformación crítica de la sociedad e implica docentes comprometidos. Toda innovación en las prácticas docentes debería plantearse dos cuestiones: • El tránsito desde una institución escolar de código cerrado a otra de código abierto, en la sociedad actual existe un fuerte consenso sobre este aspecto. • Un debate político entre un aprendizaje tecnológico de preparación para el mercado de trabajo y un aprendizaje crítico que deconstruya y reconstruya unas estructuras sociales más igualitarias en un contexto de diversidad, en esta cuestión es donde a día de hoy hay más disenso político. La escuela pública debe ser una institución de código abierto, que apuesta por un aprendizaje crítico para dar respuestas a los retos sociales mediante dos estrategias: • Transformar el currículo y las prácticas docentes, mediante el diseño de un currículo abierto, tarea en la que es necesario que se impliquen todos los miembros de la comunidad educativa. Esto exige un cambio en la postura de poder-autoridad de los docentes y una evolución hacia un debate constante y crítico, que valore el diálogo desde la heterogeneidad para llegar a acuerdos y consensos, como la mejor forma de neutralizar la fragmentación y el antagonismo tan presentes en la escuela de hoy en día. 21 • Combatir el etnocentrismo y reconstruir la cultura de forma crítica, mediante el mismo tipo de debate crítico. Hay que desarrollar un nuevo marco (curricular y de gestión) que nos permita atender a la diversidad desde una óptica más inclusiva. Este concepto de inclusión tiene una densa carga de postmodernidad y solo será posible si las escuelas cambian hacia parámetros de código abierto y combaten el etnocentrismo, para poder lograr que toda la ciudadanía tenga verdaderamente las mismas oportunidades gracias a unos marcos para la gestión de la diversidad más acordes con la igualdad, la equidad y la justicia social. En algunos países ricos, sobre todo en el ámbito europeo, se ha reducido la desigualdad interna, pero este logro se ha hecho a costa de ampliar la desigualdad externa respecto a los países pobres de otros continentes. Esto ha originado una reacción de emigración en estos países pobres, que se concreta en la llegada de un importante número de personas que son ciudadanos y ciudadanas de estos países pobres. Este flujo migratorio es una consecuencia no deseada de la preservación de ciertos privilegios y del dominio de los países ricos. Es ridículo que actualmente se considere natural el hecho de que personas extranjeras, que llevan viviendo en un país más de cinco años, no tengan derecho al voto. España ha pasado en muy poco tiempo de ser un país con emigración a recibir personas inmigrantes y también ha vivido otro cambio, de recibir una inmigración europea y rica ha pasado a recibir inmigración del norte y centro de África, de Latinoamérica y de Asia. La ley de extranjería 8/2000 ejerce una clara discriminación de todos estas personas que son extracomunitarias. El alumnado de origen inmigrante, igual que el que procede de sectores con un bajo nivel socioeconómico y cultural, tiene mayores índices de fracaso escolar y está escolarizado en su mayoría en escuelas públicas. Si no se modifican estas circunstancias se puede afirmar que caminamos hacia una sociedad dual, donde los dominados son los nuevos inmigrantes con unas medidas segregadoras y potenciadotas de la exclusión social. Otro reto que tiene en la actualidad la educación es lograr la igualdad de derechos para las personas inmigrantes, que hoy se reclama desde movimientos sociales sensibles a esta nueva diversidad cultural. Se trata de dar este tipo de respuesta al incremento de la llegada de extranjeros y a la diversificación que dependerá de sus lugares de origen. Sin embargo la inmigración se aborda más como un tema mediático y electoralista. Hay que evolucionar: a la igualdad de derechos debemos añadir la igualdad social, más recursos para gestionar la diversidad y para asegurar el ejercicio de estos derechos. La gestión de la diversidad se puede llevar a cabo mediante diferentes estrategias, hay tres aspectos que diferencian de forma clara esta gestión. • El sentido que otorgan a la escolarización y el vínculo entre escuela y sociedad. • Los valores sociales predominantes respecto al rol de las minorías. • El valor subjetivo atribuido a la diferencia y a la desigualdad. La fortaleza o debilidad de un sistema educativo, en un futuro próximo, se juzgará por su forma de gestionar la diversidad y cómo se materialice en estrategias concretas. En un pasado aún muy próximo, incluso en el presente, se pueden encontrar estrategias “no comprensivas”, valoradas en nuestro sistema educativo, a pesar de ser más propias de otra época. Algunas de estas estrategias parten del principio de que la diferencia entre el alumnado debe suponer una diferencia en objetivos, contenidos y metodologías; los desarrollos curriculares deben ser diferentes para personas diferentes, se adapta el currículo a la especificidad individual, separan al alumnado en grupos homogéneos respecto a una variable, normalmente se trata de dos grupos: alumnado que sigue el currículo ordinario 22 y alumnado que sigue un currículo especial, porque sus características no son como las de la mayoría del alumnado. No se persigue la segregación, sino reconducir la situación de desigualdad y el empoderamiento de los menos aventajados, sin embargo se pone de manifiesto en la investigación pedagógica las insuficiencias y contradicciones de estas estrategias, desde hace tiempo se ha comprobado que los grupos homogéneos generan menos aprendizajes que los grupos heterogéneos. Además si educamos por separado, no fomentamos competencias sociales, sino la construcción de unos entornos sociales fragmentados, se refuerza el sistema de relaciones de poder preestablecidas y el status quo imperante y puede que la brecha entre el alumnado se agrande. Es una gran contradicción educar por separado para luego convivir juntos. Ser diferentes no implica que deban ser educados bajo planteamientos diferentes. Para lograr igualdad, lo determinante no es la diferencia, sino las representaciones sociales que se elaboran sobre las diferencias, que son construidas socialmente y están sujetas a cambios para conseguir más justicia social. También hay otra postura contraria y más antigua: ofrecer un currículo idéntico para todo el alumnado, se pretende que todo el alumnado alcance los mismos objetivos e idénticos aprendizajes, utilizando los mismos contenidos y metodología. La diferencia no es importante, el alumnado debe adaptarse al currículo único en un agrupamiento también único, su grupo clase. Es una estrategia de homogeneización aplicada al grupo heterogéneo, que incrementa la desigualdad, pues el alumnado aventajado obtiene éxito que refuerza su autoestima y esto le coloca en una situación ideal para afrontar nuevos aprendizajes con éxito, mientras que el fracaso del resto origina una espiral de fracaso. Tratar de lograr la igualdad no significa que todos seamos iguales, todos deben tener los mismos derechos, pero desde sus diferencias personales todos y todas deben construir un proyecto común, sino hay un grave riesgo de enmascarar procesaos de asimilación. nte las carencias de estos dos tipos de estrategias del pasado, aunque aún vigentes en muchos centros educativos, en las últimas décadas aparece una forma nueva de gestión de la diversidad, la integración: estrategia comprensiva que se dirige a todo el alumnado desde una perspectiva global y no sólo intelectual. Todo se subordina a los procesos de desarrollo y se trata de enfatizar las potencialidades del alumnado, todas y todos somos diferentes y se trata de satisfacer estas necesidades individuales a través de acciones socioeducativas. Se aceptan las diferencias y se pretende eliminar la desigualdad, pero desde un contexto pedagógico centrado en la discapacidad, es un planteamiento dirigido al alumnado con necesidades educativas especiales. Hay un alumnado que no tiene necesidades educativas especiales, pero tiene problemas porque su cultura familiar no “casa” con la cultura escolar, por ello necesita un currículo menos etnocéntrico. La integración no le da respuestas a este alumnado. Muchas de las políticas de integración han fracasado por falta de recursos materiales y por falta de profesorado adicional, también por dificultades para compartir un trabajo complejo entre todos los componentes de los equipos docentes implicados. La inclusión va más allá que la integración, porque trata de explicitar el proceso social y educativo, a desarrollar no sólo con alumnado de necesidades educativas sino con todo el alumnado. La inclusión exige un cambio en la concepción de la diversidad, que plantea como algo cotidiano y normal, nunca como algo extraordinario y engloba la mejora de aspectos del proceso de enseñanza aprendizaje como la integración, pero además incluye mejoras de la organización y de la dimensión sociocomunitaria. 23 Mientras que la integración es una manera de entender la diferencia, la inclusión es una manera de entender la igualdad, trata de aprovechar todo el potencial de un centro para transformarlo en un espacio educativo para todas y todos, de promover espacios para la interacción social diversos y potenciadores de aprendizajes. Por tanto, desde la perspectiva de la inclusión, es obvio que los centros requieren profundos cambios desde el consenso y la implicación de la comunidad educativa en general y del profesorado en particular: • Organizativos, creando estructuras más coordinadas y promoviendo mayor flexibilidad en cuanto a la distribución de los espacios y tiempos. • En la mentalidad docente, rompiendo el modelo de la homogenización y aceptando la diversidad como riqueza. Asumiendo las fórmulas de trabajo colaborativo y centrado en la reflexión y acción conjunta. • Curriculares, entendiendo el currículo como marco único de referencia, flexible y compensador, desde el cual dar respuesta a todos los alumnos y a todas las alumnas, priorizando el aprendizaje de las competencias básicas. • En el modelo formativo, incorporación de la formación continúa en los centros y como resultado de la reflexión desde la práctica. • Metodológicos, rompiendo la inercia del directivismo marcado en gran parte por el libro de texto e incorporando nuevas forma de adquisición de aprendizajes como puede ser el modelo de aprendizaje cooperativo. Asumiendo los recursos que aportan las nuevas tecnologías de la información y la comunicación. Si bien el Centro tiene que revestirse de una estructura organizativa que haga posible los requisitos necesarios para abordar los presupuestos y acciones de una educación inclusiva, es el aula el contexto natural donde se producen los aprendizajes y desde ella, ha planificarse el modelo para dar respuesta a la diversidad del alumnado. El aula inclusiva requiere un clima potenciador de las relaciones centradas en el respeto mutuo y la cooperación. Clima que favorezca la participación activa del alumnado en las tomas de decisiones y en el proceso de aprendizaje. Desde un proceso de adaptación curricular se requiere, fundamentalmente, determinar un conjunto de objetivos y contenidos que hagan posibles la adquisición de competencias básicas que faciliten la adaptación eficaz del alumnado a su contexto social a corto, medio y largo plazo. Por otra parte, tenemos que tomar decisiones a cerca de la metodología que vamos a utilizar para la adquisición de estos aprendizajes y las técnicas e instrumentos para evaluar los procesos de enseñanza y aprendizaje. El motivo de este trabajo es centrarnos en el sistema de aprendizaje cooperativo como recurso de atención a la diversidad, tratando de justificar sus beneficios para el acercamiento al modelo de escuela inclusiva que propugnamos. 7.- LA FORMACIÓN DE PROFESIONALES PARA LA ESCUELA INCLUSIVA En la actualidad, existe la certeza de que todos los alumnos pueden aprender siempre que se les proporcionen las condiciones adecuadas. Esto implica dejar atrás la imagen de las clases frontales centradas en la enseñanza, carentes de sentido y descontextualizadas de la realidad para dar paso a un nuevo proceso a través del cual los alumnos tienen la posibilidad de compartir y disfrutar en un clima cálido y acogedor 24 situaciones de aprendizaje relacionadas con sus propias experiencias, en contextos donde se valoran, toman en cuenta y respetan sus diferencias individuales y en el cual existe cotidianamente la oportunidad de beneficiarse junto con los demás a través de los trabajos cooperativos y de la formación de grupos heterogéneos. Aunque no parece existir una definición totalmente compartida entre los profesionales sobre lo que debe entenderse por educación inclusiva o escuela inclusiva, puede afirmarse que el concepto tiene que ver fundamentalmente con el hecho de que todos los alumnos sean aceptados, reconocidos en su singularidad, valorados y con posibilidades de participar en la escuela con arreglo a sus capacidades. Una escuela inclusiva es aquella, pues, que ofrece a todos sus alumnos las oportunidades educativas y las ayudas (curriculares, personales, materiales) necesarias para su progreso académico y personal. Parece claro que los procesos de cambio que harán posible el progreso hacia una escuela inclusiva se vertebran en torno al currículo, entendido en sentido amplio, como referente a partir del cual toman sentido las distintas actividades y, en su caso, adaptaciones que se programen (Stainback & Stainback, 1999). De todas maneras la inclusión no puede reducirse a una mera cuestión curricular, organizativa o metodológica; la inclusión es más que todo eso, es una manera distinta de entender la educación y, si se quiere, la vida misma y la sociedad; se trata más bien de una filosofía y de valores. UNESCO, al respecto hace las siguientes consideraciones: “avanzar hacia la inclusión no es esencialmente un trabajo de reestructuración de la educación especial, ni tan siquiera de la integración. Tiene que ver con todos los alumnos y no únicamente con aquellos que tienen necesidades especiales. Tampoco es algo que pueda ser considerado como un objetivo en sí, sino más bien un intento de mejorar la calidad de todo el sistema educativo para que pueda atender convenientemente a todos los alumnos...” 25 Así se esboza una escuela inclusiva que se caracteriza por su voluntad de hacer posible una educación común e individualizada mediante la oferta de acciones plurales y diversas en un mismo marco escolar Se trata de conciliar el principio de igualdad y diversidad, entendiendo que la igualdad se logrará en la medida que se le entregue a cada cual lo que necesite. La igualdad entendida como diversidad, como desarrollo de las potencialidades educativas, supone una apuesta decidida por una educación que da respuesta a la diversidad. Atención a la diversidad es algo más que un concepto que se utiliza cotidianamente hoy en día. Es la respuesta a una realidad que impera en la sociedad y más concretamente en las aulas. Es un nuevo modo de entender la educación y por tanto la escuela. Los educadores nos hemos hecho eco de una demanda que existía en muchos ámbitos de la sociedad y que sólo exigía algo a lo que todos tenemos derecho: una educación digna que permita el pleno desarrollo del potencial del niño sin distinción alguna de raza, condición social, emocional o intelectual. En el campo de la educación se ha asumido que para que la Declaración de Jomtien (1990) y la de Dakar (2000) sean una realidad y no una mera utopía, se necesita no sólo tener un espíritu solidario y justo, sino también una base sólida profesional que permita hacer frente a las dificultades que de forma cotidiana surgen al intentar llevar un ritmo de clase activo y participativo, cuando el grupo es muy heterogéneo. Es, por tanto, una preocupación y responsabilidad investigar y descubrir nuevas estrategias educativas que permitan, por un lado acercar insumos al conocimiento de posibles factores que puedan dificultar el aprendizaje de los alumnos y por otro adquirir las destrezas necesarias para solventarlos, encauzarlos y guiarlos. En la actualidad existen suficientes evidencias que muestran que las escuelas que asumen el principio de la diversidad y por tanto, organizan los procesos de enseñanza aprendizaje teniendo en cuenta la heterogeneidad del grupo reúnen una serie de condiciones hacia las cuales es necesario avanzar progresivamente entre las que se destacan: - La valoración de la diversidad como un elemento que enriquece el desarrollo personal y social. - La existencia de un proyecto educativo de toda la escuela que contemple la atención a la diversidad. - La implementación de un currículum susceptible de ser adaptado a las diferentes capacidades, motivaciones, ritmos y estilos de aprendizaje de los alumnos. - La utilización de metodologías y estrategias de respuestas a la diversidad - La utilización de criterios y procedimientos flexibles de evaluación y promoción. - La disponibilidad de servicios continuos de apoyo y asesoramiento orientados a la globalidad de la escuela. 26 La Línea de Educación Especial e Inclusiva que se desarrolla aspira a preparar profesionales para intervenir en la atención de poblaciones con necesidades educativas específicas en los ámbitos familiar, escolar, laboral y comunitario, mediante la adaptación, diseño e implementación de programas y proyectos fundamentados en el conocimiento de la realidad social, así como de enfoques y propuestas teóricometodológicas, con una actitud comprometida, innovadora y de reconocimiento y aceptación de la diversidad para la transformación social y el desarrollo de una educación inclusiva. Este perfil también comprende una competencia polivalente, flexible y pertinente para que el profesional egresado, tenga la posibilidad de atender a personas con Necesidades Educativas Específicas asociadas a la discapacidad, al medio ambiente y/o de acuerdo a sus capacidades y aptitudes, en los contextos y circunstancias que se requiera -familia, escuela, comunidad, sector laboral, etc.-, independientemente de recursos, etapa de la vida, y todo lo que hace singular cada situación de intervención. En general se aspira a promover un profesional para la inclusión educativa o social, con claridad conceptual y práctica en cuanto a: - Actitudes fundamentadas en los principios de la diversidad e inclusión. - Conocimiento del desarrollo de las personas con necesidades educativas específicas asociadas a la discapacidad, al medio ambiente y/o con capacidades y aptitudes particulares. - Conocimiento de la realidad en diferentes ámbitos, familia, escuela, sector laboral y comunitario. - Conocimiento y habilidades para aplicar diversas estrategias de intervención, en los diferentes ámbitos sociales: escolar, familiar, comunitario, laboral, sea para una intervención socioeducativa o psicopedagógica. - Habilidades para diseñar, adaptar y evaluar los programas y/o estrategias a implementar. - Desarrollo de la función educativa utilizando estrategias tanto individuales como colectivas, ya sean de asesoría, interdisciplina, tutoría, y de tipo colaborativo. El enfoque inclusivo reconoce y valora las diferencias individuales y las concibe como una fuente de enriquecimiento y de mejora de la calidad educativa. En el proceso de enseñanza - aprendizaje, estas diferencias se hacen aún más presentes; todos los alumnos tienen unas necesidades educativas comunes, que son compartidas por la mayoría, unas necesidades propias, individuales y dentro de éstas, algunas que pueden ser especiales, que requieren poner en marcha una serie de ayudas, recursos y medidas pedagógicas especiales o de carácter extraordinario, distintas de las que requieren la mayoría de los alumnos. 27 Sin embargo, llevar a la práctica el enfoque de educación inclusiva, hacer realidad una “Escuela para todos” que garantice la igualdad de oportunidades, no es una tarea fácil ya que implica transformar las formas de enseñar y de aprender en escuelas que se han caracterizado por ser altamente selectivas, discriminatorias y excluyentes. Por ello, delimitar un perfil específico y las competencias básicas que deben poseer los profesionales de la educación como actores de las políticas de inclusión y por ende de las instituciones inclusivas, no es tarea sencilla. Sin embargo, deberíamos ir promoviendo aportes al campo de análisis con la finalidad de construir ese perfil específico y las competencias docentes básicas para su desarrollo. Es con este criterio que se esbozan las siguientes competencias a lograr: - Identificar las necesidades educativas específicas a partir de la valoración de las personas y los ámbitos en que se desenvuelven, mediante su caracterización y el uso de herramientas de investigación social y evaluación psicopedagógica, con una actitud crítica de respeto y aceptación a la diversidad. - Asesorar a personas, colectivos e instituciones en la atención a las necesidades educativas específicas, a partir de su caracterización, conocimiento y uso de teorías y estrategias de asesoría, con una visión prospectiva, participativa e innovadora, a fin de generar ambientes de aprendizaje y desarrollo para su atención. - Diseñar, implementar y evaluar adaptaciones a los currículos escolares de Educación Básica, Media, y Superior, así como a programas y proyectos de familia, laborales y comunitarios, mediante el conocimiento y utilización de herramientas conceptuales y metodológicas, para adecuar los procesos a las condiciones y necesidades de las personas y/o grupos con necesidades educativas específicas, con una visión integradora y una actitud comprensiva, crítica, de iniciativa y compromiso social. - Diseñar, operar y evaluar proyectos escolares, de educación social y de vinculación interinstitucional, mediante el uso de herramientas conceptuales y metodológicas, incluyendo las de autogestión, que permitan ampliar y enriquecer las oportunidades de desarrollo y autonomía de las personas con necesidades educativas específicas, con una visión integradora y prospectiva de las condiciones socioculturales. - Crear ambientes de aprendizaje y desarrollo de las personas con necesidades educativas específicas en los ámbitos familiar, escolar y comunitario, mediante el reconocimiento de sus estilos y ritmos de aprendizaje, así como el análisis y aplicación de propuestas educativas a partir de una actitud crítica, comprensiva e innovadora, a fin de favorecer su integración social. - Realizar trabajo en equipo para atender las necesidades educativas específicas de manera integral y con calidad a través del análisis y aplicación de diferentes perspectivas sobre el trabajo grupal y sus formas de aprendizaje, así como el 28 desarrollo de habilidades para la interacción con actitud democráticas y de aceptación de la diversidad. - Diseñar programas de autogestión y vinculación interinstitucional a partir del conocimiento de enfoques y técnicas de trabajo comunitario a fin de favorecer la participación de las personas con necesidades educativas específicas en las actividades económicas, culturales y sociales de su entorno. - Apoyar el acceso, la atención y la integración al desarrollo social y cultural de las personas con necesidades educativas específicas, mediante el conocimiento y promoción del uso de la tecnología, que faciliten el acceso a la información, el desplazamiento y la comunicación de las personas con una actitud investigadora y creativa. Por otra parte, una estrategia básica para la consolidación del corpus profesional es la creación de espacios de aprendizaje que brinden la posibilidad de recrear el conocimiento por parte de los propios sujetos mediante el análisis y la reflexión compartidas, dinámica en la que el docente se hace co-responsable y asume entre otras funciones las siguientes: - Guiar, acompañar y apoyar el proceso de aprendizaje de los alumnos. - Estimular la creatividad, la investigación, la independencia y la capacidad de pensar en el grupo escolar. - Animar e impulsar a los estudiantes al logro de los propósitos establecidos. - Planificar, desarrollar y evaluar de manera participativa los espacios de aprendizaje en sus diferentes tipos y modalidades. - Promover el establecimiento de vínculos intra e interinstitucionales con los estudiantes a fin de fortalecer su proceso de aprendizaje. - Impulsar el desarrollo del trabajo colegiado al interior y exterior de la institución para abordar, organizar y construir conocimientos y prácticas transdisciplinarios, que contribuyan al alcance de los propósitos definidos. Lo anterior supone una asesoría entendida como un proceso permanente y diversificado de generación e impulso de espacios de aprendizaje compartidos intra e interinstitucionales, orientados a la formación de un profesional de la educación con competencias generales y específicas que le permitan transformar la realidad en estudio. También, desde las prácticas profesionales se deberán encaminar en consecuencia a la adquisición de las siguientes competencias: - Identificar las necesidades educativas a partir de la valoración de las personas y sus ámbitos. 29 - Asesorar a personas, colectivos e instituciones en la atención a las NEE. - Diseñar, implementar y evaluar adaptaciones a los currículos escolares de Educación Básica, Media y Superior, así como a programas y proyectos de familia, laborales y comunitarios. - Diseñar, operar y evaluar tanto proyectos escolares como de educación informal, y de vinculación interinstitucional. - Crear ambientes de aprendizaje y desarrollo para los sujetos, en los ámbitos familiar, escolar y comunitario. - Realizar trabajo en equipo para atender a todas las poblaciones educativas. - Diseñar programas de autogestión y vinculación interinstitucional. - Apoyar el acceso de las personas con NEE a las Instituciones así como la atención debida para su integración social y cultural. De manera que si el profesor de la escuela inclusiva necesita conocer la naturaleza de la cultura que enseña, ser consciente de lo que significa una escuela inclusiva, ser crítico, reflexivo, trabajar cooperativamente, ser autónomo y responsable, saber analizar, y en base a todo esto tomar decisiones, resulta obvio que necesita una formación reflexiva. Esta formación reflexiva debería contemplar algunos de los siguientes puntos: - - - - Aprender a manejar los tiempos y los espacios. Hay espacios en el aula que son parcelas de poder. La escuela inclusiva necesita vaciar de contenido estas parcelas para ponerlas a disposición del aprendizaje comunitario. También necesita aprender a flexibilizar el tiempo, ya que esto facilita la individualización de la enseñanza. Formación en selección de recursos. Resulta útil y agilizador de la tarea educativa el poder disponer de un banco de recursos siempre a nuestra disposición. No obstante, esta “fácil” disponibilidad encierra un peligro: pasar por alto la consideración de la adecuación al contexto, eludiendo la planificación, pilar fundamental de un modelo responsable de actuación. Capacitar al profesorado para crear nuevos canales de comunicación que sobrepasen las fronteras del centro. Si la escuela inclusiva es una escuela para todos, abierta al entorno, los profesionales que en ella trabajen deben saber y poder contactar con profesionales de otros centros (en foros, seminarios) para preguntar, comentar, intercambiar… y así mejorar la acción. No podemos olvidar que se avanza más colaborando que compitiendo. Aprender a trabajar en cooperación con el orientador. En muchos casos se percibe al orientador como el “solucionador de problemas”. Parece que su función se limita a intervenir de forma puntual en casos concretos sin tener participación en la vida del centro. Pero la labor del orientador podría ser mucho más interesante y enriquecedora si se le considera alguien con quien poder 30 - trabajar hombro con hombro para tomar las decisiones del quehacer educativo diario. Fomentar un modelo de enseñanza que desarrolle en el futuro docente el trabajo autónomo y la responsabilidad reflexiva, conectando los aprendizajes teóricos y prácticos a través de la reflexión, tomando conciencia de las teorías que aplica y confrontando lo que podría hacer con su posición ideológica, para que luego no existan contradicciones entre ambas. Desde luego, estas son sólo algunas orientaciones y no deben tomarse como una relación exhaustiva y excluyente. Serán los propios docentes los que, en el transcurrir de su tarea, detectarán sus propias necesidades de formación. De ahí que la formación más importante, quizá sea, la que lo capacite para buscar los recursos necesarios allí cuando los necesite, aquella que enseñe al profesor a pescar, y no la que le ponga el pez en la mano. 8.- PROGRAMAS a.- Educación Intercultural La llegada cada vez más frecuente de personas inmigrantes a nuestra comunidad y la presencia de culturas minoritarias, pero asentadas desde hace siglos en nuestros territorio, plantea nuevos retos a nuestro sistema educativo y comporta activar líneas de innovación educativa que dé respuestas cada vez más adecuadas a la cuestión de cómo, desarrollando prioritariamente los valores propios de nuestra cultura vasca, se abre la escuela a una dimensión intercultural que prepare a todo el alumnado para afrontar su ser en el mundo hoy y en el futuro. Uno de los componentes de la diversidad que existe en la escuela es el cultural, entendiéndolo como conjunto de valores, formas de comprender y adaptarse a la realidad, costumbres, organización, estructuración del espacio y del tiempo, relaciones de poder, pautas de interacción y normas que son cambiantes. Para poder proporcionar una respuesta adecuada y que se produzca la inclusión y participación de todos y cada uno de los alumnos y alumnas, se han de tener en cuenta tanto los aspectos comunes como las diferencias personales y culturales. Esto implica tener presentes, tanto a colectivos pertenecientes a una misma sociedad, como a otros más alejados o desconocidos como pueden ser las minorías étnicas. Es decir, la escuela tiene que responder a las características, intereses y necesidades de cada uno de los alumnos/as y grupos que se encuentran presentes en ella, potenciando y respetando el derecho a desarrollar todas sus capacidades, las comunes y sus propias diferencias. Para que esta diversidad cultural sea un factor de enriquecimiento se tiene que plantear desde un plano de igualdad, desde un plano de diálogo, de intercambio. Desde esta concepción, no es un alumno o un grupo el que se tiene que integrar en otro, y por tanto adaptarse a él, sino que todos se integran en el grupo escolar, cada uno aportando sus diferencias, puntos de vista, costumbres, valores, características y aspectos comunes que acercan y cohesionan a dicho grupo. Entre las reflexiones que desde la Innovación Educativa se plantea el sistema educativo vasco, todo el sistema, incluidas las mediaciones más cercanas en el proceso educativo como son la escuela y los agentes de asesoramiento y apoyo, caben destacar algunas de especial relevancia como son: 31 Es necesario que la escuela proporcione el entorno y los medios adecuados para el desarrollo, desde la perspectiva de una escuela donde quepan todos y todas, y que se remuevan las barreras que la propia escuela crea para propiciar un aprendizaje exitoso. Hay que buscar estrategias en las que se conjugue el respeto de la diferencia con la igualdad de derechos y oportunidades, potenciando la convivencia y el diálogo de unos grupos con otros. Acercar la cultura minoritaria a la escuela exige un replanteamiento del funcionamiento del aula que afecte a todos los elementos de la práctica educativa y a elementos esenciales del currículo. Es necesario hacer un planteamiento global, un planteamiento de centro que afecte a toda la vida del mismo. Es necesario que este planteamiento global se haga a partir de un enfoque intercultural desde donde se revisen los propios valores, estrategias y objetivos. Esto comporta una serie de compromisos que se sustancien en acciones que impliquen, tanto a la propia Administración educativa, en sus criterios de gestión educativa, como de los propios agentes docentes, tutoriales, de apoyo, así como a otros agentes de la propia comunidad. Así hablaríamos de incidir en los procesos formativos del profesorado, de promover proyectos educativos y curriculares inclusivos que se planteen una respuesta educativa enriquecida, de la provisión de recursos para el refuerzo lingüístico y la iniciación en la cultura vasca del alumnado inmigrante extranjero, de la incorporación en los Proyectos Curriculares de elementos de otras culturas presentes en nuestra sociedad, de promover programas de acogida del alumnado inmigrante, de proyectos que vinculen a la familia y la escuela en la consecución del éxito escolar del alumnado inmigrante y del perteneciente a culturas minoritarias, de ayudas personales y económicas, etc. Propuestas de intervención 1. Contemplar en las Convocatorias de Innovación Educativa el desarrollo de Proyectos Educativos y Curriculares, siguiendo los pasos de una Escuela para todos y todas, que permitan la respuesta inclusiva a todo el alumnado. 2. Poner en marcha planes específicos para mejorar la respuesta educativa a la población gitana desde una perspectiva inclusiva. 3. Desarrollar modelos organizativos, metodológicos y didácticos que favorezcan la inclusión de las minorías étnicas y culturales y del alumnado inmigrante y permitan la actuación inclusiva de los recursos de apoyo específicos de distintas situaciones de diversidad en el centro y faciliten la coordinación de los mismos. 4. Generar espacios de colaboración y coordinación entre profesionales de distintas redes que actúan en un mismo centro para la atención de las minorías étnicas y culturales y del alumnado inmigrante. 5. Publicar y difundir materiales de apoyo para una educación intercultural de carácter inclusivo. 32 b.- Educación en conocimiento y habilidades para la vida diaria En una educación para todos y todas basada en la calidad y en la equidad, la funcionalidad de los aprendizajes es la base para que todos los alumnos y alumnas alcancen éxito en sus logros escolares, de manera que le permitan transitar por el itinerario personal y escolar con altos grados de satisfacción y proyección de futuro. Los cuatro pilares sobre los que se basa una educación (aprender a conocer, aprender a hacer, aprender a vivir juntos, aprender a ser) marcan la línea que sirve para determinar cuáles son los conocimientos y habilidades para la vida que el sistema educativo vasco debe procurar que sean accesibles a todos los alumnos y alumnas. Una educación para todos y todas debe plantearse en sus programas de innovación educativa que todo el alumnado, sea cual sea su condición personal y/o social, y siguiendo las Conclusiones del Consejo Europeo del año 2000, alcance unos niveles óptimos que le permitan participar en la nueva sociedad del conocimiento. Se busca también mejorar la aptitud para leer, escribir y hacer cálculos, particularmente en relación con las Tecnologías de la Información y la Comunicación, las competencias transversales (por ejemplo, aprender a aprender, trabajar en equipo, etc.). Si bien la adquisición de conocimientos específicos durante el periodo de aprendizaje académico es importante, la aplicación de ese conocimiento en la vida adulta depende de manera decisiva de la adquisición de unos conocimientos y destrezas más amplios. Es función de la escuela como primordial objetivo garantizar que todo el alumnado (incluidos el alumnado desfavorecido y los que tienen necesidades especiales) tenga realmente acceso a las capacidades básicas, y deberá empeñarse en hallar formas de hacer más atractivo el aprendizaje dentro y fuera de los sistemas formales de educación y formación, fomentando una cultura del aprendizaje para todos y todas y mejorando la concienciación de los interesados acerca de los beneficios sociales y económicos del aprendizaje. En definitiva, se esta hablando de que todo nuestro alumnado esté debidamente preparado para afrontar los retos del futuro y sea capaz de analizar, razonar y comunicar sus ideas de modo eficaz, desarrollando la capacidad de continuar aprendiendo a lo largo de sus vidas. Un programa destinado a promover una educación para todos y todas tiene entre sus actividades aquellas interdisciplinares que son válidas para desarrollar una actitud positiva y para contribuir a la formación de personas con espíritu ciudadano que aborden los retos más fundamentales que el ser humano tiene planteados hoy: la igualdad entre hombres y mujeres, la salud, el cuidado y conservación del medio ambiente, el desarrollo de un consumo sostenible y coherente, el desarrollo de la sociabilidad y la participación cívica, el trabajo en grupo, la contribución en la mejora de las relaciones entre las personas, la aportación en el voluntariado social y en el asociacionismo estudiantil y cívico... Propuestas de intervención 1. Contemplar en las Convocatorias de Innovación Educativa proyectos interdisciplinares sobre igualdad entre hombres y mujeres, educación para la salud, educación afectiva sexual, prevención de drogodependencias, educación vial, etc. 33 2. Elaborar y desarrollar un marco sobre la Orientación personal, académica y profesional en el sistema educativo vasco, teniendo en cuenta las dimensiones de una escuela inclusiva. 3. Promover grupos de trabajo del profesorado para el desarrollo de proyectos curriculares relacionados con el conocimiento y las habilidades para la vida: lectura; conocimientos, destrezas y comprensiones matemáticas en contextos y situaciones del mundo real; resolver problemas desde el punto de vista científico, en situaciones del mundo real; las habilidades sociales y para el desenvolvimiento en la vida diaria. c.- Educación para la paz y la convivencia Aprender a convivir es uno de los fines del sistema educativo. El aprendizaje más útil para la vida es el de establecer una relación positiva con uno mismo y es el eje fundamental de la educación en valores que incluye los objetivos de todas las líneas transversales. La Educación para la Convivencia supone un proceso de repensar la escuela. Esto demanda nuevos marcos para interpretar la realidad, diferentes actitudes y prácticas e implica a la totalidad del centro exigiendo una coherencia entre el discurso y el funcionamiento real. Está ligada a la calidad de la educación, que es fundamentalmente autonomía, crecimiento individual y colectivo, compromiso, participación, calidad de vida (no sólo progreso y bienestar económico), constituyendo un reto para la escuela que está llamada a crear conciencia de la necesidad de cambiar las formas de relación y comunicación, los estilos de poder y autoridad, a promover con su práctica la cultura de paz, de la palabra y el consenso que coadyuve a la construcción de la sociedad vasca dialogante, justa y democrática. Una Educación para la Convivencia en el contexto escolar se articula en torno a cinco grandes ejes que abarcan el conjunto de la comunidad educativa: a) La promoción de una nueva cultura de convivencia en la comunidad educativa a través de la sensibilización, el debate participativo y la comunicación interpersonal. b) La consideración del centro educativo como espacio donde debe gestionarse la convivencia. c) Dar la importancia debida al aula como espacio de cotidianeidad educativa de convivencia escolar. d) La contención y mejora de conductas inadecuadas y la superación de situaciones de conflicto. e) La educación en los valores básicos para la convivencia. El sistema educativo tiene la responsabilidad de formar personas con sentido de convivencia democrática. Eso exige, no sólo replantearse las prácticas educativas que acompañan a las rutinas escolares, sino también educar directamente desde los derechos humanos, la justicia, la lucha contra todo tipo de discriminación por razón de género, raza o religión, el rechazo de estereotipos, la aceptación del otro, el interculturalismo, la solidaridad con los más débiles… Por ello, hay que recuperar la escuela como espacio donde se construye lo cívico y se aprende a consensuar un marco justo al contrastar los diferentes proyectos individuales o colectivos y al respetar las diferencias personales y culturales. Con todo ello se contribuye a la creación de personas más justas y dialogantes, más tolerantes y 34 más solidarias. Personas que cooperen en la creación de un entorno donde la agresión, la violencia y la injusticia no tengan cabida a la hora de resolver los problemas de las personas y de las comunidades. Es por este motivo por el que la Educación para la Convivencia en nuestro país esta indisolublemente unida a la Educación para la Paz. En esta sociedad, los alumnos y alumnas, y en general, la infancia y la juventud necesitan conocer que los valores democráticos no son letra muerta o algo inaplicable, sino que, por el contrario, tienen un contenido vivo, real y que evolucionan a medida que progresa la sociedad, salvaguardando en todo momento la libertad de todo ser humano y la dignidad humana representada en los derechos fundamentales de la persona. En esta sociedad concreta, en la que la violencia, destructora de los Derechos Humanos, está presente como intento de respuesta socio-política entre otros a los conflictos de identidad y solidaridad, es donde debemos contribuir a afrontar los mismos de forma pacífica y generadora de cultura de paz, sabiendo que no podemos instalarnos en la pasividad corresponsable de sus injustos e insatisfactorios resultados. Todo ello es razón suficiente para dar un serio impulso a la Educación para la Paz. Podemos concebir la Educación para la Paz como un proceso educativo, continuo y permanente, fundamentado en dos conceptos definidores: el concepto de paz positiva y la perspectiva creativa del conflicto. Pretende, a través de la aplicación de métodos problematizantes, desarrollar un nuevo tipo de cultura, una cultura de paz que ayude a las personas a desvelar críticamente la realidad, compleja y conflictiva, para poder situarse ante ella y actuar en consecuencia. Las acciones que desde un Programa de Innovación Educativa se deben realizar en torno a la Educación para la Convivencia y la Paz, requieren la promoción de proyectos globales de centro enfocados a resolver las situaciones de conflicto en el mismo, en el aula, en las relaciones entre compañeros y compañeras. Igualmente, la puesta en marcha de campañas y un trabajo continuado y permanente de educación de valores, donde el centro y el aula sean espacios de entrenamiento y mediación en estrategias de resolución pacífica de los conflictos. Por otra parte, la coordinación del profesorado, de la acción tutorial y la coordinación con los recursos externos que laboran por el desarrollo de una educación para la paz contribuirán a crear un clima de convivencia positiva y diseminadora de valores que hagan posible experimentar y difundir una cultura de convivencia y paz. Propuestas de intervención 1. Contemplar en las Convocatorias de Innovación Educativa proyectos interdisciplinares sobre Educación para la Convivencia y la Paz. 2. Experimentar estrategias de transformación de conflictos y de convivencia en el aula y otros espacios sustentadas en el diálogo y el respeto mutuo dentro de la óptica de una escuela inclusiva. 3. Revisar el funcionamiento, desde la óptica de la inclusión educativa, de las Comisiones de Convivencia y otros órganos de participación y mediación. 4. Fomentar la participación e implicación de los agentes de la comunidad educativa en las iniciativas para la mejora de los procesos de enseñanza-aprendizaje y convivencia y generar espacios de colaboración 35 y coordinación entre profesionales de distintas redes que actúan en un mismo centro. 5. Promover la creación de unas redes con proyectos socioeducativos relacionados con la Educación para la Convivencia y la Paz y promover el asociacionismo, voluntariado u otras formas de participación dentro del ámbito escolar. d.- Educación para la equidad en medio desfavorecido Los grandes retos y necesidades planteados actualmente para una intervención educativa en medio desfavorecido se pueden resumir en los siguientes: a) Superación de desigualdades. Se debe hacer una apuesta por la igualdad educativa, para contribuir a combatir las situaciones de desigualdad y los procesos de exclusión social en que se encuentran muchas personas, invirtiendo así la tendencia al fracaso del alumnado perteneciente a familias de medio desfavorecido. b) Educación de calidad para todas las personas. Hay que tener en cuenta que la escuela es el espacio clave para desarrollar las capacidades y para dotar al alumnado de los instrumentos que permitan a todas y todos enfrentarse a las nuevas situaciones dentro de la sociedad de la información. c) Mejora de la convivencia. Hay que posibilitar que todas las personas puedan desarrollar sus capacidades de diálogo y crítica para la construcción de una sociedad vasca igualitaria, multicultural y solidaria. La escuela es un espacio de socialización clave para desarrollar dicha capacidad de diálogo (diálogo entre distintos grupos, entre distintas culturas, a través de los distintos agentes que forman parte de la comunidad: alumnado, profesorado, familias, personal no docente, asociaciones, educadores y educadoras, etc.). Aunque el problema de la exclusión social sobrepasa el ámbito educativo, la escuela es una institución que puede contribuir a perpetuarla a través del fracaso escolar del alumnado de medio desfavorecido, o por el contrario, puede ayudar a superarla. Para ello no es suficiente centrarse exclusivamente en el alumnado, como sucede con la mayoría de los intentos que se han hecho hasta ahora, sino que hay que incidir en los demás contextos. La intervención en medio desfavorecido requiere un enriquecimiento del entorno escolar priorizando los contenidos relacionados con las lenguas y las nuevas tecnologías; potenciando que todo el tiempo escolar sea de aprendizaje, así como el tiempo de comedor y las actividades extraescolares; desarrollando un trabajo con las familias, contando con su apoyo… Para evitar que se produzcan procesos de formación de ghettos, principalmente en las escuelas que acogen masivamente alumnado procedente de medio desfavorecido, es necesario asegurar la calidad de la enseñanza, la convivencia positiva y que todo esto lo conozca la comunidad. La participación de las familias en la escuela facilita que se vaya dando un conocimiento por parte de unas familias y otras, disminuyendo los prejuicios y las desconfianzas. Esta participación y poder incidir de forma real en la escuela hace que las familias tengan perfecto conocimiento de que los niveles de aprendizaje no van a bajar, que siempre se van a buscar los elementos o recursos más valorados y necesarios y que ellas pueden colaborar para que así suceda. 36 Una intervención educativa en medio desfavorecido requiere concentrar esfuerzos e iniciativas para poner en marcha fórmulas para que todos los niños y niñas desarrollen al máximo sus capacidades. Esto implica unir fuerzas y buscar el consenso de todos los organismos para conseguir los mejores recursos y la optimización de los mismos, los proyectos más exitosos y los aprendizajes más potentes. A partir de la reflexión conjunta sobre las necesidades de la sociedad actual, en vez de ser reducidos al mínimo, se priorizan, intensifican y garantizan las áreas o materias instrumentales: Lenguas (lectura, escritura, las lenguas de la comunidad y lenguas extranjeras), Matemáticas, Tecnologías de la Información y la Comunicación. A la vez se potencian todas aquellas capacidades que favorecen el desarrollo integral de la persona, como son la comunicación, una actitud crítica, el trabajo en equipo, el disfrute de lo estético de las artes, la literatura, recogiendo manifestaciones valiosas de todas las culturas. Se potencia la cooperación, la autonomía, la toma de decisiones, la resolución de problemas, el aprender a aprender… Se buscan estructuras más flexibles que proporcionen un clima estimulante de aprendizaje, de proyectos de trabajo que tengan un sentido para todas las personas que participan en él… En todo caso, es importante garantizar buenos recursos y procesos de enseñanzaaprendizaje en los centros con alumnado más desfavorecido, porque la mayoría de las veces sólo pueden acceder a dichos recursos desde la escuela. Una de las preocupaciones de nuestra sociedad es la convivencia en general, y la convivencia en los centros educativos. Cada vez más colectivos y sectores sociales ven en el diálogo el camino para lograr esa convivencia, ese vivir juntos. Diálogo como vía para alcanzar la paz y como medio para crear una cultura de paz, de valores y actitudes democráticos. En definitiva, diálogo como vía de construcción social. Como acciones de especial relevancia en el campo de la intervención en medio desfavorecido cabría señalar la importancia de promover proyectos globales de intervención en centros escolares, tanto en Educación Infantil y Educación Primaria como en Educación Secundaria Obligatoria. Dentro de estas propuestas están las de potenciar modelos concretos de abordaje de la intervención, como son las “Comunidades de Aprendizaje”, desarrollando procesos de reflexión en los centros que lo soliciten así como promoviendo una red de Comunidades de Aprendizaje o de otros proyectos afines, con el objeto de poner en común buenas prácticas educativas y servir como apoyo y ayuda mutua en este tipo de iniciativas. Del mismo modo, es importante promover procesos de mejora de las prácticas profesionales en los centros que acogen alumnado de medio desfavorecido, potenciando la coordinación tanto del propio profesorado como del profesorado y los agentes de la comunidad que inciden en los procesos educativos, impulsando el asociacionismo en el interior de la escuela y el voluntariado para el enriquecimiento de las practicas educativas. La atención a las familias y el desarrollo de iniciativas para su vinculación al objetivo educativo de sus hijos e hijas será otra estrategia de gran potencial para compartir la responsabilidad en la tarea educativa de los alumnos y alumnas de medio desfavorecido. Propuestas de intervención 1. Promover la creación de una red de Comunidades de Aprendizaje y de otros proyectos socioeducativos afines que se planteen la respuesta al alumnado en medio social y cultural desfavorecido. 37 2. Impulsar la coordinación entre el profesorado y promover sistemas de organización del apoyo y refuerzo al alumnado para atender a la diversidad en función de las distintas etapas educativas y distintas situaciones socioculturales. 3. Desarrollar modelos de coordinación de todas las formas de apoyo externo e interno, de manera que se potencie la inclusión educativa, así como generar espacios de colaboración y coordinación entre profesionales de distintas redes que actúan en un mismo centro. 4. Fomentar la formación, participación e implicación de los agentes de la comunidad educativa en las iniciativas para la mejora de los procesos enseñanzaaprendizaje, fomentando modelos de intervención educativa exitosa en el aula. 5. Dar a conocer buenas prácticas y experiencias exitosas en la intervención en medio desfavorecido. e.- Educación para superar las barreras de aprendizaje en las NEE Una Escuela para todos y todas, la corriente inclusiva de la educación, está orientada a la creación de comunidades escolares seguras, acogedoras, colaboradoras y estimulantes en las que cada cual es valorado en sí mismo. Pretende que estos valores inclusivos sean compartidos por todo el profesorado, el alumnado, los miembros del Consejo escolar y las familias, de forma que se transmitan a todos los miembros de la comunidad escolar. La inclusión se encuentra en el corazón del proceso de innovación educativa, implicando a las políticas educativas para que mejore el aprendizaje y la participación de todo el alumnado, incluido el alumnado con necesidades educativas especiales. En este contexto, es preciso replantear el concepto del “apoyo” necesario para que este reto sea posible, considerando el mismo como todas aquellas actividades que aumentan la capacidad de un centro educativo para atender a la diversidad del alumnado. Todas las modalidades de apoyo se reúnen dentro de un único marco y se perciben desde la perspectiva del desarrollo de los alumnos más que desde la perspectiva del centro o de las estructuras administrativas. La educación inclusiva implica procesos para aumentar la participación del alumnado y la reducción de su exclusión en la cultura, en los currículos y en la vida de la escuela, lo que implica reestructurar la cultura, las políticas y las prácticas de los centros educativos para que puedan atender a la diversidad del alumnado. La inclusión se refiere al aprendizaje y la participación de todo aquel alumnado vulnerable de ser sujeto de exclusión, incluido el alumnado con “necesidades educativas especiales”, y todo el resto del alumnado que encuentra barreras para su aprendizaje y participación en las prácticas educativas de la escuela. La inclusión se refiere a los procesos de mejora de las escuelas, resaltando la preocupación por superar las barreras para el acceso y la participación de un alumno o alumna, percibiendo la diversidad, no como un problema a resolver, sino como una riqueza para apoyar el aprendizaje de todos. La inclusión educativa se refiere al refuerzo mutuo de las relaciones entre los centros escolares y sus comunidades, siendo la educación inclusiva, en la que se promueve una escuela para todos y todas, un aspecto relevante, y mediación clave para la construcción de una sociedad inclusiva. 38 La educación inclusiva constituye una nota característica esencial de una escuela vasca de calidad. Un programa de innovación educativa que pretenda desarrollar una educación para superar las barreras de aprendizaje en las necesidades educativas especiales, deberá promover proyectos educativos y curriculares que superen las barreras que la escuela establece al aprendizaje y a la participación del alumnado con especiales dificultades; creará redes de centros inclusivos que permitan poner en común sus buenas prácticas educativas, promoverá la coordinación de los agentes educativos para una adecuado apoyo en la superación de las dificultades y potenciará movimientos de familias a favor de la inclusión educativa de todo el alumnado en la escuela. Propuestas de intervención 1. Desarrollar Convocatorias para la realización de Proyectos Educativos y Curriculares que permitan la respuesta inclusiva a todo el alumnado, siguiendo los pasos de configuración de una Escuela para todos y todas. 2. Asesorar y facilitar buenas prácticas de Adaptaciones Curriculares Individuales que tengan repercusión en la práctica educativa del aula. 3. Elaborar y poner en marcha un Plan de Accesibilidad. 4. Desarrollar modelos organizativos, metodológicos y didácticos que favorezcan la inclusión, en especial en relación con la ESO y la transición a la vida adulta, y que permitan una actuación inclusiva de los recursos de apoyo específicos de distintas situaciones de diversidad en el centro y faciliten la coordinación de los mismos. 5. Promover una colaboración entre familias con la escuela, de manera que sean facilitadoras de la inclusión educativa. 9.- LOS DESAFIOS DEL SISTEMA EDUCATIVO DESDE LA ÓPTICA DE LA INCLUSIÓN La reflexión que se pretende con este documento sobre la escuela inclusiva, tiene como punto de partida el análisis de la realidad existente hasta el momento en nuestra comunidad autónoma en el campo de la integración escolar y avanzar a partir de ella hacia el objetivo de la más amplia inclusión posible. Indudablemente se camina en la línea planteada por la UNESCO en sus diversas Conferencia Internacionales de Educación, la última de las cuales tuvo lugar en Noviembre de 2008 y que tenía como lema “La Educación Inclusiva: el camino hacia el futuro”22 Sin embargo no podemos perder de vista que la educación inclusiva es un concepto en evolución que puede resultar útil para orientar las políticas y estrategias que se ocupan de las causas y consecuencias de la discriminación, la desigualdad y la exclusión en el marco de los objetivos de la Educación para todos uy todas. La educación inclusiva puede entenderse como un principio rector destinado a alcanzar niveles razonables de integración escolar de todos los estudiantes. En el contexto de una visión más amplia de la integración, la educación inclusiva supone la formulación y aplicación de una vasta gama de estrategias de aprendizaje que respondan precisamente a la diversidad de los educandos. En este sentido, los sistemas educativos deben 39 responder a las expectativas y necesidades de los niños y jóvenes teniendo en cuenta que la capacidad de ofrecer oportunidades reales de aprendizaje sobre la base de un esquema “rígido” de integración es muy limitada. Esto es lo que se puede calificar de paradigma de colocación; es decir, cuando la educación inclusiva se conceptualiza como un “lugar” y no como un servicio ofrecido en el aula de educación común como punto de referencia. El debate sobre la educación inclusiva y la integración no se refiere a una dicotomía entre políticas y modelos de integración e inclusión – como si se pudiera integrar sin incluir o incluir sin integrar –, sino más bien a determinar en qué medida se está avanzando en el entendimiento de que toda escuela tiene la responsabilidad moral de incluir a todos y cada uno. En los últimos años, el concepto de educación inclusiva ha evolucionado hacia la idea de que todos los niños y jóvenes, no obstante las diversidades culturales, sociales y de aprendizaje, deberían tener oportunidades de aprendizaje equivalentes en todos los tipos de escuelas. El centro de atención se sitúa en la creación de entornos inclusivos, lo cual implica: a) el respeto, la comprensión y la atención a la diversidad cultural, social e individual; b) el acceso en condiciones de igualdad a una educación de calidad; y c) la estrecha coordinación con otras políticas sociales. En todos estos puntos se deben tomar en cuenta las expectativas y las demandas de las partes interesadas y los actores sociales. Si bien existen diferentes categorías de grupos vulnerables y marginados el concepto de educación inclusiva no está basado en la categorización, y se propone ofrecer oportunidades reales de aprendizaje a todos los niños en contextos educativos adecuados. De esta reflexión, que parte del análisis de fortalezas, debilidades, amenazas y oportunidades, emergen los desafíos que el sistema educativo en relación con la escuela inclusiva tiene planteados en los próximos años. 10.- OBSTÁCULOS DE LA INCLUSIÓN EN LA SOCIEDAD. A pesar del acuerdo manifiesto acerca de la conveniencia de adopción de los principios señalados en el apartado anterior, el desarrollo educativo en los centros docentes carece de las condiciones necesarias para que surjan medidas concretas de aplicación de los mismos y ello por un conjunto de factores que podríamos encuadrar de la siguiente en la siguiente tipología: - Condicionantes Económicos: Es un hecho ineludible que la puesta en práctica de actuaciones que favorezcan un modelo de escuela inclusiva exigen un incremento presupuestario que siempre ha encontrado reticencias a nivel político al suponer en principio una mayor atención a sectores minoritarios o de bajo nivel socioeconómico, y ello debido a varias razones: a) La inversión económica a medio y largo plazo que supone cualquier proceso de reforma en sí misma. b) Las necesidades de dotación en infraestructura, personal y materiales que favorezcan y permitan su implantación real. c) Los requerimientos de atender de forma acertada la formación inicial y continua del profesorado si pretendemos cambiar el modelo imperante. 40 d) La necesaria promoción de la función educativa cara a dignificar el rol del educador y de la escuela frente a un sistema social que camina según modelos capitalistas y competitivos. Pero a pesar de reconocer la importancia de este factor, habiendo constituido uno de los principales obstáculos en las tendencias educativas progresistas durante el siglo XX, hemos de reconocer la existencia de otros que no podrán solventarse desde parámetros solamente económicos. - Condicionantes Sociales: El sistema social actual no es propicio a un cambio en la cultura mercantilista que acabaría significando la derrota del neoliberalismo, o al menos de forma drástica. Tras haber sido testigos de la “caída” de postulados ideológicos extremos, parece que la economía de mercado ha sustituido a los valores y principios constitutivos de toda sociedad, debiendo colaborar desde la instancia educativa a que resurjan deseos de unificación y construcción social (no sólo personal) y de cara al progreso venidero (no sólo el día a día) siendo la clave para retomar el rumbo hacia valores colectivos que superen la soledad postmodernista, la cual ha vaciado de significado la existencia de un gran colectivo de personas y ha engañado al restante, en aras de conseguir la permanencia del sistema socioeconómico en sí, el cual no es congruente con una escuela que alcance eficazmente metas de igualdad, solidaridad, formación en valores humanitarios, etc., aunque “realice propaganda” de dichos principios para mantener la calma en el conjunto de los estratos sociales y purificar la conciencia colectiva de la sociedad “culta” del siglo XXI. - Condicionantes Políticos: El apoyo real y eficaz hacia los postulados promulgadores de la escuela inclusiva, exigiría un proyecto continuo a nivel ideológico, o en todo caso consensuado por parte del conjunto de las instancias políticas, si se pretende que goce de implantación social e irradiación sociocomunitaria y supere las barreras de los centros docentes. Lamentablemente, el sistema sociopolítico se encuentra igualmente contaminado de los virus neoliberales y postmodernistas, desarrollando en la mayoría de los casos una función totalmente mediatizada por los “votos” de sus clientes, defendiendo lo positivo de su “producto” frente al de la oposición y deseoso de alcanzar el poder para demostrar que ellos también tienen ideas y proyectos mejores que los presentados por sus “competidores”. No debe ser éste el espíritu de funcionamiento de un sistema democrático en el que, si bien siempre existirán diferencias de intereses y de ideologías sociales y los representantes parlamentarios se encuentran en la obligación de defender las distintas posturas, debe existir una línea directriz consensuada y pactada acerca de los principios fundamentales que ostentan el tipo de sociedad matriz hacia la que dirigir el conjunto de las actuaciones, la cual se verá matizada en función del partido en el poder pero nunca supondrá vaivenes drásticos quinquenales. - Condicionantes escolares: Pero a pesar de la importancia de los factores anteriores, no podemos ignorar que el proyecto hacia una “escuela inclusiva” se habría de realizar en los centros educativos, y es ahí precisamente donde encontramos obstáculos difícilmente compatibles con su implantación: a) El sistema organizativo de los centros educativos se encuentra enquistado en un funcionamiento rígido propio de modelos tecnológicos y transmisivos que no facilita la implantación de estrategias flexibles o diversificadoras. b) El profesorado no comparte un proyecto educativo asumido como propio y compartido, a pesar de haberse promulgado la autonomía pedagógica y organizativa y 41 de poder elaborar por parte de la comunidad educativa los documentos que doten de identidad al centro. c) La actitud negativa de parte del profesorado hacia el proyecto inclusivo (Carrión Martínez, 1999:446). d) El sector docente ha perdido el sentido social de su función en el siglo XXI, necesitando recobrar y desarrollar una nueva profesionalidad que le dote de responsabilidad sociocomunitaria, protagonismo ideológico y reconocimiento social, y en este objetivo deben colaborar coordinadamente el conjunto de instancias que trabajan en el ámbito educativo (administraciones, universidades, equipos externos, etc.), participando en un proceso formativo conjunto que unifique estrategias y resultados con objeto de consolidar el nuevo rol de docente que nuestra sociedad y el sentido de la función educativa necesitan. e) Existe falta de espíritu colaborativo y confianza en las posibilidades inherentes a la función educativa, necesitando instaurar una nueva cultura en el trabajo docente que potencie el trabajo en equipo, los planteamientos ecológicos y los planteamientos fundamentados y consensuados en el seno de la comunidad, apreciando en la actualidad la permanencia de actuaciones terapéuticas-expertas, individualizadas, descontextualizadas y con falta de compromiso ideológico-educativo. 11.- LA INCLUSIÓN EN TODOS LOS ÁMBITOS DE LA VIDA La inclusión no se circunscribe al ámbito de la educación. Constituye una idea transversal que ha de estar presente en todos los ámbitos de la vida(social, laboral, familiar, etc.). La inclusión forma parte de una parte de una nueva forma de entender la sociedad. Por tanto, el referente básico de la inclusión es el marco social. La inclusión, la participación en la sociedad y sus instituciones en las distintas comunidades, locales, familiares, etc., es la clave del proceso. En esto la inclusión supone una ampliación del punto de mira en relación a la integración. Es bien cierto que el principio de Normalización remitía a esta idea de sociedad, pero era un proceso más unidireccional que de cambio y adaptación mutuo. Residual el discurso educativo en el contexto social, supone en este caso reconocer que es, ha de ser, desde un nuevo pensamiento social desde el que pondremos abordar la educación inclusiva. Aunque no puede omitirse la capacidad de incidencia de la escuela en el sistema social el punto de referencia inicial se inclina hacia la sociedad como la generadora de los contextos, valores y principios inclusivos que la escuela vertebre y recrea. Además hay que tener en cuenta que crear comunidades educativas inclusivas supone prestar atención al papel de las familias en las escuelas y el papel de la comunidad social en la escuela. Y a la inversa, también, al hablar de proyectos de inclusión gestados localmente desde un pensamiento global, tendríamos que hablar de la escuela en la comunidad familiar y la escuela en la comunidad social. De ahí la necesidad de profundizar y avanzar en distintos tipos de colaboració: interinstitucional (proyectos de colaboración entre escuelas); interprofesional (entre escuelas y profesionales); interservicios (entre escuela y servicios educativos y/o sociales del entorno); entre alumnos (de colaboración en el aula, ya sea en el proceso de aprendizaje, ya en la dimensión social); con la comunidad familiar (escuelacomunidad). Pero son los cambios culturales los más importantes. Establecer comunidades que escuchen, apoyen y atiendan a todos los alumnos, que aprendan de 42 ellos y con ellos, no que seleccionen y gradúen, exige modificaciones sustanciales en las relaciones y cultura de la organización. Por eso las acciones propuestas incluyen también cambios en la dinámica social de participación en las escuelas. Crear instituciones para todos exige dar oportunidades a todas las personas de comunicarse, y de comunicarse mejor. La actividad conjunta, solidaria y cooperativa, tanto dentro de las aulas (no sólo como estrategia de aprendizaje, sino también de desarrollo social), como en el trabajo de los profesores (en la planificación, en el desarrollo de la enseñanza, en la evaluación, etc.) a de dirigirse a crear oportunidades de construir una comunidad acogedora, participativa y de apoyo de unos a otros, donde la diversidad (al margen de la competitividad y selección) puede ser valorada como una contribución enriquecedora y positiva. 12.- LA SOCIEDAD Y LA EDUCACIÓN La sociedad pide que la escuela sea capaz de ir modificando sus pautas de funcionamiento para adaptarse a los cambios que se van produciendo. La escuela no puede ser vista sólo como un lugar de encuentro entre actores individuales. Unos que buscan formación y otros que se han preparado para proveer conocimientos y pautas de aprendizaje. La escuela es también un espacio social y político. La sociedad pide que la escuela sea capaz de ir modificando sus pautas de funcionamiento para adaptarse a los cambios productivos, familiares, de diversidad cultural o de género, que se van produciendo, y las instituciones públicas definen sus políticas educativas en relación a estas demandas y prestando más o menos atención a las voces del propio sector educativo. De la mejor o peor sintonía entre este conjunto de variables, acabará dependiendo que la escuela cumpla con mejor o peor fortuna lo que la sociedad espera de ella. Y de ello dependerá también que los profesionales que trabajan en la escuela se sientan mejor o peor reconocidos y “retribuidos” por el trabajo que desarrollan. Ha ido apareciendo a lo largo de estos últimos años, una abundante literatura que entiende que las funciones tradicionales asignadas al sistema educativo se ven ahora cuestionadas por las transformaciones económicas, sociales y culturales de las sociedades post-industriales. El sistema educativo de las sociedades occidentales contemporáneas se basaba en una serie de parámetros que han ido viéndose significativamente modificados. La globalización económica ha puesto claramente en cuestión la capacidad y el poder de control de las naciones-estado. La burocratización y segmentación profesional que propició un desarrollo industrial eficiente (fordismo) y servicios públicos (funcionarios) para las grandes masas de población a lo largo del siglo XX, se han ido considerando más y más como maneras de hacer obsoletas e ineficientes. Y al mismo tiempo, está cada vez más cuestionada la idea de que existe una base cultural común y uniformizadora, que fundamenta nuestra solidaridad y cohesión social, y se reclama más y mejor respeto para con las diversidades culturales, religiosas o sexuales. La educación, entendida como un derecho colectivo que tiene que ser satisfecho por la intervención de los poderes públicos, se considera que jugó un papel central en el bienestar económico y social de los países occidentales, y en el largo periodo de crecimiento estable de que gozaron. Las sociedades buscaban prosperidad, y exigían de los poderes públicos que garantizasen la seguridad para que el crecimiento fuese posible y exigían también oportunidades para todo el mundo, en materia educativa, sanitaria o de movilidad laboral. En un sistema de economía de mercado, en el que las desigualdades (de 43 retribución y de estatus) se entienden como naturales, la existencia de mecanismos que garantizasen cohesión y compensación, parecían imprescindibles. Y un sistema educativo universal jugaba un papel central en ello. Por otra parte, la existencia de grandes parcelas de ocupación (vinculadas a la función pública) donde el acceso se basaba en los méritos, y la garantía de un amplio acceso al sistema educativo, eran garantías contra las desigualdades basadas en el origen familiar. La igualdad de oportunidades y la idea de la existencia de criterios “objetivos” para la promoción social, aspectos en los que la educación jugaba un papel esencial, han fundamentado buena parte de la credibilidad y legitimidad del sistema de economía de mercado en la fase de crecimiento sostenido que los países occidentales han mantenido en la mayor parte de los últimos 50 años del siglo XX. Las sucesivas crisis de los años 70 y 80 provocaron reacciones de todo tipo que afectaron también a las concepciones educativas predominantes. Una de las ideas centrales fue que el nivel de intervención de los poderes públicos había ido demasiado lejos, y que las formas de gestión vinculadas a las grandes burocracias públicas eran claramente ineficientes. El mercado, y las dinámicas de competición que le son propias, reaparecía como gran mecanismo eficiente de asignación de recursos y de provisión de servicios. La combinación entre creciente competitividad provocada por la globalización económica, y los grandes cambios tecnológicos, la volatilidad económica y la tendencia generalizada a la reducción de costes, han transformado de modo enormemente significativo el escenario económico y social del cambio de siglo. Y no es menos cierto que estos grandes cambios han generado dinámicas, desconocidas en los países occidentales, europeos desde el final de la segunda gran guerra, con inseguridad laboral vinculada a los procesos de desestructuración y reestructuración industrial, de deslocalización de inversiones y de precarización de los vínculos contractuales. Las familias, como tantos otros actores y ámbitos sociales, han sufrido gravemente estas consecuencias. Y, evidentemente, el sistema educativo en su conjunto no ha quedado al margen de estos grandes cambios. A pesar de que, contradictoriamente si se quiere, han ido creciendo mientras los conflictos sobre la financiación, el control y la organización de la educación en cada país, parece haber un nuevo e internacional consenso que concede a la educación una importancia decisiva en la prosperidad futura de las personas y de las naciones. · Fundamentación psicopedagógica y social Son varias y de naturaleza distinta las razones que sustentan la inclusión; por un lado, desde un punto de vista psicopedagógico, una concepción del desarrollo de origen social, es decir se reconoce la importancia decisiva de la interacción para el aprendizaje. Por otro, la reflexión sobre la práctica en la atención de las diferencias individuales conduce a atribuir mayor responsabilidad a los aspectos más institucionales, que afectan al centro como sistema, que a los puramente individuales. La discapacidad fue abordada desde la perspectiva médica en forma casi exclusiva hasta los años 60. A partir de esa década se sumaron los abordajes de tipo social. Ambos modelos, que siguen vigentes en la actualidad, prolongan la discapacidad aún con la intención de prevenirla o aliviarla, porque se centran en un paradigma del déficit. En este paradigma la discapacidad es descripta y entendida en función de “lo que falta”, a partir de la limitación, sea cual fuere su naturaleza. De estas características se deduce un enfoque deficitario que se caracteriza por: 44 1. Una marcada dependencia del modelo médico que interpreta la etiología de las deficiencias como un determinismo científico causa-efecto. 2. El “etiquetado” como forma de clasificar las distintas deficiencias. 3. La valoración de los alumnos por medio de tests psicométricos determina que los resultados de los mismos y la no consideración de la validez circunstancial se traduzca en el emplazamiento de estos sujetos en situaciones de exclusión y en el establecimiento de un sistema paralelo de enseñanza. 4. La enseñanza es entendida desde un enfoque de transmisión de conocimientos desde la principal fuente de saber es el profesor especialista, un experto en pedagogía terapéutica, un profesor especial, cuyos conocimientos de los alumnos especiales es único y excepcional. 5. No se considera el entorno del alumno como un elemento favorecedor de su desarrollo. Por tanto la educación inclusiva: - Implica procesos para aumentar la participación de los estudiantes y la reducción de su exclusión, en la cultura, los currículos y las comunidades de las escuelas locales. - Implica reestructurar la cultura, las políticas y las prácticas de los centros educativos para que puedan atender a la diversidad del alumnado de su localidad. - Se refiere al aprendizaje y la participación de todos los estudiantes vulnerables de ser sujetos de exclusión, no sólo aquellos con deficiencias o etiquetados como “con Necesidades Educativas Especiales”. - Además se refiere a la mejora de las escuelas tanto para el personal docente como para el alumnado. - También supone la preocupación por superar las barreras para el acceso y la participación de un alumno en particular puede servir para revelar las limitaciones más generales del centro a la hora de atender a la diversidad de su alumnado. - Implica que todos los estudiantes tiene derecho a una educación en su localidad. - Además la diversidad no se percibe como un problema a resolver, sino como una riqueza para apoyar el aprendizaje de todos - Se refiere al refuerzo mutuo escolares y sus comunidades - Por último, la educación inclusiva es un aspecto de la sociedad inclusiva de las relaciones entre los centros 45 Educar en la diversidad significa ejercer los principios de igualdad y equidad a los que todo ser humano tiene derecho, lo que conlleva a desarrollar unas estrategias de enseñanza-aprendizaje que personalicen la enseñanza en un marco y dinámica de trabajo para todos. Según López Melero (1990, 1993), hay que tener en cuenta algunas claves en el quehacer educativo: La primera clave: Un Curriculum Comprensivo, Único y Diverso. Partir de un curriculum alternativo, no cargado académicamente, sino un curriculum que permita a todos-as los alumnas-os construir mecanismos y estrategias para familiarizarse con el conocimiento y que éste (el conocimiento adquirido) les sirva para resolver problemas de la vida cotidiana. La Segunda clave: La necesaria reprofesionalización de los enseñantes. De la Reflexión a la Emancipación. La educación en y para la diversidad precisa de unos profesionales que sepan crear ambientes para enseñar a aprender. La tercera clave: Interacción y la Heterogeneidad como Nueva Estructura Organizativa. Educar en y para la diversidad no quiere decir que los alumnos tengan que trabajar solos o que la enseñanza no tenga que ser estructurada. Es un lugar donde se disfruta de la diversidad y el aprendizaje se convierte en una actividad placentera. La cuarta clave: un Nuevo Estilo de Enseñanza. El Trabajo solidario y cooperativo entre los profesionales. Este planteamiento llevará a un desarrollo coordinado de la acción educativa, buscando esa misma sintonía de acción en las distintas experiencias educativas, tales como la convivencia en situación de coeducación, las experiencias de integración de personas con necesidades educativas específicas, las experiencias de intercambios permanentes con el medio... La quinta clave: La participación de la familia y de la comunidad como recurso y apoyo en el proceso de la educación intercultural. Las personas con discapacidades no tienen muchas posibilidades de elegir según sus propios deseos y gustos, debido a la rutina institucional fomentada en la familia y en la escuela y a los programas asistenciales y poco educativos a los que han sido sometidos. · Resilencia y discapacidad Lo fundamental es un cambio de enfoque, el que propugnamos, el fomento de la resiliencia. Cada ser humano y la sociedad de la que es miembro, pueden ir presentando diferentes expectativas respecto de lo esperado de una persona en cada etapa de la vida y en los distintos ambientes en que se desenvuelve. Si al momento del nacimiento, o por diversas circunstancias durante su vida (enfermedades, accidentes), resulta que esta persona no posee las facultades mínimas 46 esperadas para su desenvolvimiento, se comienza a reconocer a la misma como con alguna discapacidad ya sea esta del orden físico y/o psíquico. El rótulo de discapacitado supone disminución, y la palabra en sí puede predisponer a una connotación negativa de la persona, reconociéndose a la misma con un sentido que puede resultar hasta peyorativo. La expresión “es un discapacitado” muchas veces define a todo aquel al que se lo “diagnostica” como deficitario en algún aspecto. De esta manera, nos detenemos sólo en lo que alguien no puede hacer, debido a que sus propias facultades lo limitan para ello, sin contemplar la posibilidad de que esta persona pueda estar capacitada para algún o muchos tipos de realizaciones. Existen diferentes actitudes frente a alguien con alguna discapacidad (sin importar el grado de incapacidad que esta tenga). El abanico se despliega desde quien presenta una total indiferencia (y al no adoptar ninguna responsabilidad es cómplice de “abandono” ante la situación) hasta el que, con afán de ayudar, se muestra sobreprotector (haciéndose cargo de todo y de todos, sin permitir su crecimiento). En ambos extremos el resultado es el mismo: la persona con alguna discapacidad asume un papel pasivo, que la instala en su cuadro, agravando de esta manera su propio estado. Teniendo en cuenta lo expuesto, se debe fomentar aquellas actitudes relacionadas con reconocer las otras capacidades que la persona tiene, en vez de detenerse en todo aquello que no puede hacer. Nos estamos refiriendo a la resiliencia que se define como la “capacidad de una persona o de un sistema social de vivir bien y desarrollarse positivamente a pesar de las condiciones de vida difíciles, y esto de manera socialmente aceptable” . Pero la resiliencia “no es una cuestión individual, es el signo visible de un tejido de relaciones y experiencias que enseñan a la gente dominio, arte de vencer obstáculos, amor, coraje, moral y esperanza” . Pero no se trata sólo de aguantar la adversidad; con aquello que era una circunstancia adversa, el resiliente hace algo que lo lleva hacia adelante en la vida. Este "modelo del desafío" concibe a cada daño en sí mismo como un desafío y cada ser humano posee como un escudo de resiliencia y tiene que descubrir la posibilidad de fortalecerla. Para el desarrollo de la resiliencia hay factores que son decisivos, por Ej. el estilo de crianza, la manera como se va conduciendo la educación, entre otros. El lugar que tengan en esta sociedad las personas con capacidades especiales debiera estar sostenido desde todo el colectivo social (instituciones gubernamentales, no gubernamentales, ciudadanía) y convertirse en tarea de cada uno buscar y prepararse para posicionarse de acuerdo a sus propias capacidades. El concepto de Resiliencia (capacidad de una persona o de un sistema social de vivir bien y desarrollarse positivamente a pesar de las condiciones de vida difíciles, y esto de manera socialmente aceptable) en los niños nos aporta valiosos elementos en los distintos aspectos de nuestra práctica. Por ejemplo en los programas de adopciones 47 especiales, entendiendo por tales: la búsqueda de familias para niños de más de 5 años de edad o con discapacidades físicas o mentales o diversos problemas de salud, por lo general estos niños vienen de historias muy traumáticas. El concepto de resiliencia es sumamente importante porque permite trabajar en estos niños sus aspectos resilientes y potenciarlos para su preparación y futura inclusión en sus nuevas familias. Es importante destacar que casi siempre se constata en estos niños la presencia de alguna figura, aunque sea temporaria, de amor incondicional -uno de los pilares de la resiliencia- y esto sumado a otros aspectos resilientes les han permitido "sobrevivir" y pensar para ellos en un futuro distinto. Todo ello, en un contexto difícil, como es el nuestro, caracterizado por: centralismo, brechas étnicas, distancias sociales, analfabetismo, discriminación cultural, y otras situaciones de exclusión social (informalidad, subempleo, pobreza) La socialización en niveles de pobreza de vastos sectores y el deterioro creciente de valores erosionan los procesos de afirmación (de niños y jóvenes) como personas que deben crecer en un ambiente de violencia y desconfianza . Así, se ubican en los linderos y márgenes de un sistema social y de una promesa de desarrollo que no se concreta. Pero, y simultáneamente, se observa también, la emergencia de nuevos sectores sociales, y de una nueva cultura de la igualdad, que levanta valores como la autenticidad y fines como el sentido de logro. A contracorriente, de una cultura dominante caracterizada por el individualismo, el pragmatismo y la desesperanza. Así, en convivencia difícil, sobre la base de los antiguos lazos de parentesco y compadrazgo, el trabajo de grupo, la cooperación, el soporte social, se yuxtaponen, al sentido de logro individual y familiar, la competencia y el riesgo. 13.- LA CONSTRUCCIÓN DE UNA COMUNIDAD INCLUSIVA Una comunidad inclusiva es aquella que se plantea a través de sus grupos y organizaciones dar arrope, dar apoyo, a los miembros más débiles de la misma, actuar de manera que estos miembros más débiles se sientan formando parte de la misma, se sientan acogidos, interrelacionados, apoyados, comprendidos y puedan participar en la misma desde su propia realidad. No es solo una cuestión de servicios sociales (que también), de prestar servicios, sino de promover actitudes, cultivar tomas de postura ante las necesidades de la comunidad, de las personas de la comunidad, inventarse determinadas mediaciones muchas de ellas espontáneas, de apoyo mutuo entre el vecindario. Cuando hablamos de los miembros más débiles, hablamos de la infancia y la adolescencia, pero hablamos también de las personas mayores; hablamos de las personas inmigrantes que llegan a nuestros pueblos y barrios en búsqueda de una vida digna y de un trabajo que les permita llevar esta vida con dignidad, pero hablamos también de las personas niños y adultos con especiales dificultades en su vivir, con 48 discapacidad, con discapacidad intelectual; hablamos de mujeres maltratadas y hablamos de personas con enfermedad mental, por hablar de diversos colectivos especialmente vulnerables, sin tratar de agotar el listado de los mismos. Y estamos hablando no de algo abstracto y genérico sino de la apuesta intencional de las fuerzas vivas de la comunidad por promover una comunidad inclusiva. Dentro de estas nos referimos a las asociaciones ciudadanas, a las AMPAS, a los clubs deportivos, los grupos culturales, las organizaciones de consumidores, las asociaciones de tiempo, libre, los partidos políticos en sus sedes sociales, los sindicatos, las organizaciones empresariales, las organizaciones de comerciantes , de hosteleros…. Y las instituciones presentes en el pueblo. En la cabeza el Ayuntamiento, pero el Ambulatorio, las Escuelas, las parroquias y centros de culto de distintas confesiones etc. Las fuerzas vivas de la comunidad deben actuar para la construcción de un entramado, de una red de solidaridades, de apoyos, que configuran una comunidad inclusiva, que promueven la autonomía personal, las habilidades de interacción social, las habilidades para participar de manera competente en la vida de la comunidad y aquellas necesarias para que cada cual de manera individual y colectiva sea capaz de tomar sus propias decisiones. Y los apoyos necesarios para que esto sea posible. Y en esta comunidad inclusiva, ocupa un lugar muy importante la “escuela inclusiva”. La Escuela inclusiva es parte de una comunidad inclusiva, en interacción con ella. Se necesitan nuevas propuestas para la gestión de la diversidad desde una perspectiva más comunitaria, ya hemos señalado antes la insuficiencia del sistema educativo formal para satisfacer todas las necesidades formativas y educativas de todas y todos. Una de estas propuestas, muy concreta y real, es la que se denomina “Comunidades de Aprendizaje”, que persiguen la transformación de los contextos sociales donde están insertas, en lugar de adaptarse a ellos, para proporcionar respuestas educativas mucho más igualitarias basándose en la idea que expresa Ramón Flecha de que el aprendizaje no depende tanto de lo que acontece en el aula, como de la relación de esto con lo que pasa en el resto de los espacios en los que el alumnado desarrolla su vida diaria. Las bases teóricas de las “Comunidades de Aprendizaje” tienen un carácter claramente interdisciplinar, sus raíces surgen de autores como Vigotsky, Freire y Habermas. También se basan en experiencias educativas de probado éxito como el Programa de Desarrollo Escolar –School Development Program (Corner, 1980)–, el Proyecto de las Escuelas Aceleradas –Accelerated Schools (Levin, 1987)– y el Programa Éxito escolar para todos y todas –Success for All (Slavin, 1987)–. Las Comunidades de aprendizaje se basan en cuatro principios: • La participación. Para conseguir una educación de calidad para todas y todos, no es suficiente con la implicación del profesorado sino que deben participar todos los agentes: profesorado, familia, instituciones, voluntariado, etc. • La centralidad del aprendizaje. Para lograr que todas y todos desarrollen todas sus capacidades al máximo, superando condicionantes sociales hay que buscar fórmulas alternativas: más tiempo, más apoyos, mayor coordinación, más interacción, etc. • Las expectativas positivas. Para lograr el éxito la primera condición en que todo el alumnado tenga unas expectativas muy altas. • El progreso permanente. El proceso educativo y el proceso de transformación de una Comunidad de Aprendizaje tiene que ser evaluado de forma permanente, con la implicación de todas las personas que han participado. El proceso de puesta en marcha de una Comunidad de Aprendizaje tiene cinco fases que no siempre tienen que ser consecutivas, en ocasiones se pueden superponer: 49 Fase de sensibilización. Es un momento de formación de los distintos agentes de la comunidad educativa. Fase de toma de la decisión. Los distintos sectores de la comunidad educativa deciden por amplia mayoría iniciar el proceso y se llega al compromiso de toda la comunidad. Fase del sueño. Los distintos sectores sueñan con la escuela que desean, se trata de dibujar la utopía hacia la que constantemente caminará la Comunidad de Aprendizaje. Fase de priorización. Teniendo en cuenta el análisis del contexto y los sueños de todos los sectores, se trata de definir y de priorizar los temas que se van a abordar. Fase de planificación. Para cada propuesta de trabajo se crea una comisión mixta con participación de todos los sectores que se encargará de diseñar su puesta en marcha, así como su seguimiento y evaluación. Fase de consolidación. Una vez se haya iniciado el proceso de transformación, las nuevas planificaciones parten de las dinámicas que se hayan generado en el proceso anterior. 14.- LA CONSTRUCCIÓN DE UNA SOCIEDAD INCLUSIVA Al igual que la construcción de una escuela inclusiva, la construcción de una comunidad, de una sociedad es un proceso, que requiere la actuación intencionada de las fuerzas vivas de una comunidad. El primer paso trata de identificar las barreras de la pertenencia y de la participación, las barreras del acceso a la información y los servicios. Se trata de identificar y suprimir estas barreras. Así como en la escuela hablamos de asistencia, participación y rendimiento, en la comunidad hablaremos de pertenencia, participación y bienestar. La construcción de la comunidad inclusiva se centra en aquellos grupos en riesgo de exclusión. Una sociedad inclusiva es una sociedad, una comunidad, que esencialmente es educadora. Es decir, que acompaña a sus ciudadanos y ciudadanas, a los niños y los jóvenes, a las personas mayores, a las personas más débiles, en riesgo de exclusión, en sus procesos de crecimiento, de participación, de mejora de su pertenencia. De unos años a esta parte, viene emergiendo una corriente de pensamiento que se denomina “Movilización Educativa” que promovidas por el filósofo y profesor José Antonio Marina, impulsa la implicación de todas las fuerzas vivas de la comunidad en los procesos educativos en el ámbito formal como informal. A partir de la idea fundamental que resume en su epílogo José Antonio Marina se configura un ambicioso proyecto que consiste en la Movilización Educativa de la sociedad civil que requiere la colaboración activa y coordinada de un amplio abanico de actores educativos y sociales: de todos aquellos, que de alguna manera, intervienen en la socialización de la infancia y juventud. En este movimiento se incluyen desde las comunidades de aprendizaje y las redes de innovación hasta diversas intervenciones de ONG, asociaciones deportivas, empresas, municipios, la sanidad y la justicia... Es una propuesta sugerente en la que podemos vernos involucrados de muy diversas formas. Es interesante reflexionar sobre la filosofía de fondo de la propuesta, y analizar los recursos disponibles en la comunidad para movilizarse en favor de la educación de los niños y niñas y adolescentes. 50 Merece la pena dedicar nuestros esfuerzos para movilizar la sociedad en favor de la educación de sus ciudadanos más jóvenes, de acoger, acompañar, dar apoyo a los colectivos más vulnerables. “Al proverbio africano “Para educar a un niño hace falta la tribu entera”, se incorpora otro no menos necesario: “Para educar bien a un niño hace falta una buena tribu” Hay una serie de movimientos, de corrientes que toman como referencia la comunidad, y la constituyen en una herramienta o una palanca educativa, de acompañamiento para las personas en general y para las personas en especiales dificultades en particular: Cito algunas de ellas: · Ciudades educadoras · Escuela y entorno: educación ambiental (agenda 21) · Las asociaciones de padres y madres de la escuela · Las comunidades de aprendizaje · El aprendizaje-servicio · Las redes educativas · El aprendizaje complementario · Etc. Pero en este camino, en este proceso progresivo de construcción se encuentran también las ONGs, las asociaciones deportivas, las empresas, los médicos de familia, los jueces de paz y la judicatura en general, los comerciantes, los pequeños y los medianos y las grandes superficies. 15.- EL PAPEL DE LOS MUNICIPIOS EN LA PROMOCIÓN DE UNA COMUNIDAD INCLUSIVA Es evidente que los municipios, como la administración más cercana a la ciudadanía, y como aquella institución que aborda cuestiones claves para la calidad de la vida cotidiana de todos y todas los ciudadanos y ciudadanas, tiene un papel relevante en la construcción de una sociedad, una comunidad, un pueblo inclusivo. Le podríamos plantear las mismas cuestiones que nos planteábamos para la construcción de una comunidad inclusiva: · Cuáles son las barreras de participación que experimentan los ciudadanos más en riesgo de exclusión. · Cómo pueden superarse, levantarse esas barreras. · Que apoyos se precisan para que esto sea posible. Y aquí puede surgir un sinfín de iniciativas que crean movimiento, que crean corrientes solidarias, corrientes de acogida, corrientes de apoyo… · Establecer un itinerario inclusivo desde la escuela hasta la vida cotidiana, las transiciones, de la escuela al trabajo, de un tramo educativo a otro. · Formar a los comerciantes, dependientes, tenderos de barrio, en el trato de personas con especiales dificultades, como dar apoyo facilitar la vida, respetando su autonomía, considerando a todos sus clientes como personas cabales, ciudadanos de primera que precisa ayuda y apoyo. · Fomentando con las organizaciones locales corrientes de buen vecindario donde se prestan apoyo unas personas a otras · Fomentando redes de ayuda mutua entre distintas generaciones· Dinamizando procesos de inclusión educativa en la escuela y pactando sistemas inclusivos, filosofías inclusivas…. · Establecimiento de servicios de apoyo social 51 · Promover iniciativas vecinales para integrar educativamente la ciudad, el pueblo · Realizar actuaciones complementarias de la escuela en cuanto a experiencias de los escolares en diversos campos de la vida ciudadana siempre y cuando estas cumplan la función de inclusividad. · Establecer planes conjuntos para una inclusión de los adolescentes en la comunidad previniendo conductas de riesgo · Crear una corriente de pensamiento: · Establecer redes de asociaciones, de grupos, de vecinos que configuran una comunidad amable, acogedora, que da apoyo y soporte a las personas más débiles o en riesgo de exclusión. Y no de la perspectiva caritativa (que también , por qué no) sino de la perspectiva ciudadana. Crear ciudadanía, construir pueblo. En definitiva, construir una comunidad que incluye y trabaja para que se crean actitudes de ayuda mutua y solidaridad. 16.- LA PARTICIPACIÓN DE LA FAMILIA EN EL ÁMBITO ESCOLAR ES FUNDAMENTAL PARA UNA ESCUELA INCLUSIVA La educación es una tarea compleja que no debe recaer de manera aislada sobre ninguno de los sectores que componen la comunidad educativa. Todos los elementos del sistema son responsables solidarios del ofrecimiento de una educación de calidad para todo el alumnado. En este sentido, las relaciones que se establecen entre las familias y la escuela adquieren un papel de una relevancia esencial, ya que son ambos los dos agentes educativos por antonomasia. Sin embargo, en muchas ocasiones nos encontramos cómo las posturas de ambos sectores son dispares o incluso se encuentran enfrentadas, cuando en realidad, la actitud adecuada, desde nuestro punto de vista, sería la de un acercamiento y una unificación de metas a través de una ampliación de la participación conjunta. Vivimos un momento muy complejo en el cual educar resulta extremadamente complicado. Tenemos un escenario social que va cambiando constantemente y de manera acelerada. El concepto de familia se ha transformado y hablamos de familias, en plural, por su composición diversa. Los adultos que forman una familia trabajan fuera del hogar y mayoritariamente tampoco tenemos el apoyo de los abuelos o la familia extensa, esto comporta que las madres y padres vayamos tejiendo una red de apoyo alrededor de la escuela pública que interacciona con el barrio o el municipio. Así, desde la escuela vamos adquiriendo compromisos con el tejido social cercano y participamos como ciudadanos. Educar en la incertidumbre sin parámetros fiables desconcierta cuanto menos. Los modelos de familia que se han ido transfiriendo a través de generaciones ya no son válidos y se ven modificados por gran cantidad de información sobre otros modelos, que asimilamos sin reflexión alguna. Venimos de una época en que los expertos han ido marcando el ritmo educativo de nuestros hijos e hijas, haciendo tambalear la función paterna espontánea. 52 Luego hemos pasado por una época en la que se nos ha reprochado el hecho de dimitir de nuestras responsabilidades educativas a favor de la escuela y la verdad es que la sociedad ha traspasado a la escuela demasiadas cargas educativas. Ya va siendo hora de que padres, madres y tutores restablezcamos nuestra confianza en la función educativa basada en el afecto, los sentimientos y las emociones; una familia es algo tan simple como una unidad de acogida donde se establecen unas relaciones afectivas entre adultos y niños no sólo de protección, sino también educativas. Ahora, la labor educativa se comparte entre la familia y las distintas instancias educativas, entre ellas, la escuela, sumándose a ella los diversos grupos sociales que nos rodean, los medios de comunicación, sin olvidar las estructuras sociales como grupos de poder social, político o económico que pueden decidir temas como que el precio de la vivienda suba o que la economía esté basada en los servicios con unos horarios imposibles y unos contratos precarios. Por lo tanto, la función educativa como padres y madres atraviesa el pequeño círculo de la comunidad educativa para dimensionarse en la participación como ciudadanos. 17.- BIBLIOGRAFÍA Y WEBGRAFÍA Arnaiz, P. (1997). Integración segregación e inclusión. En P. Arnaiz y R. De Haro (Coord.). 10 años de integración en España (pp. 313-353). Murcia: Servicio de Publicaciones de la Universidad. Arnaiz, P. (1997). Innovación y diversidad; hacia nuevas propuestas didácticas. En J. A. Torres González; M. Román Rayo y E. Rueda López (Coords.): La innovación de la Educación Especial (pp. 333-358). Jaén: Servicio de Publicaciones de la Universidad. Arnaiz, P. (1999). El reto de educar en una sociedad multicultural y desigual. En A. Sánchez Palomino y otros (Ed.): Los desafíos de la Educación Especial en el umbral del siglo XXI (pp. 61-105). Almería: Servicio de Publicaciones de la Universidad. Arnaiz, P. (2000). Educar en y para la Diversidad. 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Duración 30 horas. 2001. Socorrismo y Primeros Auxilios. El Excmo. Ayuntamiento de Mairena del Alcor. Duración 20 horas. 2001. Prevención de Malos Tratos y Abusos Sexuales a Menores para Profesionales. Fundación Radio ECCA- Andalucía. Duración 60 horas. 2002. Atención a la Diversidad. Fundación Radio ECCA- Andalucía. Duración 60 horas. 2002. 56 El Tutor, la Tutoría y la Acción Tutorial en la Reforma Educativa. Central Sindical Independiente y de Funcionarios. Duración 60 horas. 2002. Aspectos Biológicos, Evolutivos y Psicosociales de la Educación Sexual. Asociación para la Formación y el Empleo. Duración 90 horas. 2003. Evaluación e Intervención en el Lenguaje Oral Infantil. Carpe Diem. Duración 80 horas. 2003. Declaración Eclesiástica de Idoneidad. Conferencia Episcopal Española. 2003. El Autismo y la Hiperactividad: La Antítesis de los Trastornos Infantiles. Universitas. Duración 120 horas. La Organización y Resolución de Conflictos en el Aula. Universitas. Duración 120 horas. 2004. La Docencia y la Eficacia: Factores Psicológicos, Pedagógicos, Didácticos y Organizativos. Universitas. Duración 120 horas. 2004. Tripulante de cabina de pasajeros. Centro de Estudios Aeronáuticos de Andalucía. 2006. Lenguaje de signos. Centro de Integración de Sordos y oyentes. Duración 150 horas.2006. Estrategias de Intervención para profesionales de la Educación en Trastornos del Espectro Autista. Federación andaluza de autismo. Duración 40 horas. 2009. Jornadas y Conferencias:La Educación hacia el Nuevo Milenio. Escuela de Magisterios Cardenal Spínola. 2000. Proyectos: Escuela : Espacio de Paz. CEIP Antonio González. Mairena del Alcor (Sevilla). Curso escolar 2006/2007. La atención educativa al alumnado con trastornos del espectro autista. CEIP Juan Caraballo Manfredi. Duración 30 horas. Curso escolar 2007/2008. Publicaciones: Libros: La relación familia escuela. ISBN 978 84 691 7919 2. Publicación 24-09- 2008. El alumnado con trastornos del espectro autista. ISBN 978 84 692 57 12 8. Publicación 31-08-2009 57 Idiomas: Inglés nivel medio. Francés nivel elemental. Informática: Nivel del usuario. Experiencia Profesional: · 1999-2000 Impartición de clases particulares. · 2000 Colegio Público Isabel Esquivel. Mairena del Alcor (Sevilla). Con la categoría profesional de profesora de Educación Primaria en Prácticas. · 2001 Colegio Público Alcalde León Ríos. El Viso del Alcor (Sevilla), con igual categoría y función que el anterior. · 2002 Colegio Público Isabel Esquivel. Mairena del Alcor (Sevilla). Con la categoría profesional de profesora de Educación Especial en Prácticas. · 16 de Octubre al 20 de Diciembre de 2002. Colegio Público Antonio González. Mairena del Alcor (Sevilla). Con la categoría profesional de monitora de alumnos/as con necesidades educativas especiales en Educación Infantil y Primaria. · 8 de Enero al 7 de Marzo de 2003. Colegio Público Antonio González con igual categoría y función que la anterior. · 4 de Julio al 31 de Agosto de 2005. Colegio Público Manuel Arregui. Mairena del Alcor (Sevilla). Con la categoría profesional de monitora de Educación Infantil. · 15 de Septiembre de 2005 al 19 de Mayo de2006. Colegio Público Antonio González. Mairena del Alcor (Sevilla). Con la categoría profesional de monitora de alumnos/as con necesidades educativas especiales de Educación Infantil y Primaria. · 22 de Mayo al 26 de Junio 2006.Colegio Público Miguel Pintor González. Santa Cruz de Tenerife (Tenerife). Con la categoría profesional de maestra de Pedagogía Terapéutica. · 15 de Septiembre 2006 al 30 de Junio de 2007. Colegio Público Antonio González. Mairena del Alcor (Sevilla). Con la categoría profesional de monitora de alumnos/as con necesidades educativas especiales de Educación Primaria. · 15 de Octubre de 2007 al 30 de Junio de 2008. Colegio Público Juan Caraballo. Mairena del Alcor (Sevilla). Con la categoría profesional de monitora de alumnos/as necesidades educativas especiales de Educación Infantil y Primaria. 58 · 15 de Septiembre de 2008 al 22 de Junio de 2009. Colegio Público Antonio González. Mairena del Alcor (Sevilla). Con la categoría profesional de monitora de alumnos/as con necesidades educativas especiales de Educación Primaria. 59