FRACTURAS DE CAPARAZÓN EN QUELONIOS

FRACTURAS DE CAPARAZÓN EN QUELONIOS
Joanna Hedley BVM&S DZooMed (Reptilian) DipECZM (Herpetology) MRCVS
Royal Veterinary College
Beaumont Sainsbury Animal Hospital, Royal College Street, London, NW1 0TU
Reino Unido
El caparazón de las tortugas es una estructura robusta compuesta de hueso dérmico cubierta por una
capa de placas de queratina. Sin embargo, suelen verse lesiones traumáticas del caparazón en
quelonios, y a veces pueden ser extensas. Las causas pueden ir desde ataques por parte de perros,
traumatismo por segadoras de césped, traumatismos por vehículos o aplastamientos. Un manejo no
óptimo puede convertirse en un factor de contribución en quelonios mantenidos en cautividad, por lo que
deberíamos obtener una historia completa al no ser infrecuente que haya enfermedades concurrentes.
La evaluación inicial del paciente empieza con una exploración clínica completa. Las lesiones pueden ser
extensas y haber llegado hasta la cavidad celómica, aunque el animal puede seguir respirando
normalmente porque la ventilación no depende de la presión negativa creada por el diafragma y
músculos intercostales como ocurre en los mamíferos. La evaluación del dolor en quelonios puede ser
difícil pero, aún así, es importante proporcionar analgesia de forma temprana. Para lesiones menores,
los antiinflamatorios no esteroides tales como el meloxicam pueden ser suficiente, pero para lesiones
más graves está indicada la administración de un opioide como la morfina [1]. Sin embargo, algunos
pacientes pueden necesitar cierto calentamiento para que los fármacos se absorban. También debe
considerarse la fluidoterapia, sobe todo en pacientes que sufren choque o en los que ha habido
hemorragia.
Luego,debe limpiarse la herida. Es probable que el lavado riguroso requiera sedación o anestesia
general, pero puede realizarse un lavado inicial con suero fisiológico estéril para eliminar la
contaminación macroscópica. Sin embargo, debe irse con cuidado al lavar si se sospecha que se ha
alcanzado la cavidad celómica. La mayoría de las lesiones traumáticas en quelonios pueden estar
contaminadas, por lo que los antibióticos suelen estar indicados. Para un tratamiento a largo plazo, el
cultivo y antibiograma nos ayudan a elegir el antibiótico, pero suelen emplearse antibióticos tales como la
ceftazidima a corto plazo [2].
Las pequeñas heridas superficiales pueden responder bien al tratamiento con antibióticos y
antiinflamatorios. Puede ser necesario aplicar un apósito para proteger la herida, que debería cambiarse
de forma regular. También puede considerarse el eso de tratamientos tópicos como pomadas
antibacterianas o miel. Los quelonios acuáticos pueden necesitar un periodo de estancia en seco durante
las fases iniciales de la cicatrización de las heridas.
Sin embargo, para heridas penetrantes o lesiones más extensas, es necesario el diagnóstico por imagen
para establecer la extensión de la lesión en el caparazón y las otras estructuras subyacentes. En
pacientes conscientes pueden obtenerse múltiples proyecciones radiográficas fácilmente o, si se puede,
una tomografía que proporciona mucha más información [3]. Para casos de lesión medular o penetración
en los pulmones u otras vísceras, el pronóstico es malo y debería considerarse la eutanasia.
Dependiendo de la extensión de la lesión, puede ser necesario desbridar la herida quirúrgicamente bajo
anestesia general. Si hay fractura del caparazón, los fragmentos deben realinearse y estabilizarse.
Pueden emplearse alambres, placas y tornillos de ortopedia, e incluso bridas fijadas con resina epoxi.
Como alternativa, si falta un fragmento de caparazón, el defecto puede manejarse como una herida
abierta con un vendaje cambiado de forma regular para permitir que se forme un lecho de tejido de
granulación. El caparazón de los quelonios es capaz de recuperarse de lesiones graves, pero el proceso
de cicatrización el lento y puede requerir entre varios meses o años en función de la extensión de la
lesión original.
El cierre asistido por vacío es una técnica relativamente nueva de manejo de heridas en medicina
veterinaria, aunque se utiliza de forma habitual en seres humanos para acelerar la cicatrización de las
heridas y actualmente se considera útil para la reparación de defectos del caparazón en tortugas [4]. La
presión negativa aplicada de forma continua en las heridas elimina los líquidos del espacio extravascular,
mejora la circulación y puede incrementar la eliminación de bacterias. Suele estar bien tolerado por los
quelonios. Por desgracia, las unidades de presión negativa pueden ser caras y requieren un periodo de
hospitalización.
BIBLIOGRAFÍA
1. Sladky KK, Mans C: Clinical analgesia in reptiles. Journal of Exotic Pet Medicine 2012; 21(2):
158-67.
2. Fleming GJ: Clinical technique: chelonian shell repair. Journal of Exotic Pet Medicine 2008; 17(4):
246-58.
3. Abou-Madi N, Scrivani PV, Kollias GV, Hernandez-Divers SM: Diagnosis of skeletal injuries in
chelonians using computed tomography. Journal of zoo and wildlife medicine 2004; 35(2): 22631.
4. Lafortune M, Wellehan, J, Heard, DJ et al. Vacuum-assisted Closure (Turtle VAC) in the
Management of Traumatic Shell Defects in Chelonians. Journal of Herpetological Medicine and
Surgery 2005;15(4):4-8