Alteridad
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Guía de Facilitación y Acompañamiento Segundo Año “Vivir en Fraternidad” Sesión 2: El Reconocimiento del otro Página 51 Alteridad Frei Betto 2 Tomado de: http://www.adital.com.br/site/noticia2.asp?lang=ES&cod=7063 - ¿Qué es alteridad? Es ser capaz de aprehender al otro en la plenitud de su dignidad, de sus derechos y, sobre todo, de su diferencia. Cuanta menos alteridad existe en las relaciones personales y sociales, más conflictos suceden. Nuestra tendencia es colonizar al otro, o partir del principio de que yo sé y le enseño a él. Porque él no sabe. Yo sé más y mejor que él. Toda la estructura de la enseñanza en Latinoamericana, criticada por el profesor Paulo Freire, está basada en esa concepción. El profesor enseña y el alumno aprende. Es evidente que nosotros sabemos algunas cosas y los que no fueron a la escuela saben otras tantas, y gracias a esa complementación vivimos en sociedad. Como dijo un obrero en un curso de educación popular: “Sé que, como todo el mundo, no sé muchas cosas”. En una sociedad como la nuestra, en que el apartheid está tan arraigado, predomina la concepción de que los que hacen trabajo manual no saben. Mientras que los que fuimos formados como ángeles barrocos, que sólo tienen cabeza sin cuerpo, no sabemos qué hacer con las manos. Pasamos años en la escuela, salimos con un título de Doctor, pero no sabemos cocinar, coser, arreglar un interruptor, identificar un fallo del automóvil… y nos consideramos eruditos. Y, lo que es peor, no tenemos equilibrio emocional para lidiar con las relaciones de alteridad. De ahí el porqué ahora sustituyeron el C.I. por el C.E., el Cociente Intelectual por el Cociente Emocional. Porque las empresas están constatando que entre sus altos funcionarios hay algunos niñotes infantilizados, que no consiguen enfrentarse con el conflicto, discutir con el colega de trabajo, aceptar una advertencia del jefe y, mucho menos aún, hacerle una crítica al jefe. Bien, ni siquiera necesitamos hablar de empresas. Basta fijarse en la relación de las parejas. Se dan reacciones infantiles… Ojalá fuera llevada a la práctica la idea de, al menos cada tres meses, hacer una evaluación de un sector de la empresa, según el método de crítica y autocrítica. Y que nadie quedara exento de tal evaluación. Como hizo Jesús un día, al reunir al grupo de los doce y preguntarles: “¿Quién dice la gente que soy yo?”. Y después añadió: “¿Y ustedes quién dicen que soy yo?”. En la cultura occidental quien mejor ha enfatizado la radical dignidad de cada ser humano, Guía de Facilitación y Acompañamiento Segundo Año “Vivir en Fraternidad” Sesión 2: El Reconocimiento del otro incluyendo la sacralidad, fue Jesús. El sujeto puede ser paralítico, ciego, imbécil, inútil, pecador, pero es templo vivo de Dios, es imagen y semejanza de Dios. Eso es una herencia de la tradición hebrea. Todo ser humano, dentro de la perspectiva judía o cristiana, está dotado de dignidad por el simple hecho de ser vivo. No sólo el ser humano, todo el Universo. Pablo, en la carta a los Romanos, afirma: “Toda la creación gime sufriendo dolores de parto por su redención”. Dentro de ese marco el desafío que se nos plantea es el de cómo transformar esas cinco instituciones pilares de la sociedad en que vivimos: familia, escuela, estado (el espacio de poder público, de la administración pública), iglesia (los espacios religiosos) y trabajo. ¿Cómo convertirlos en comunidades de rescate de la ciudadanía y de ejercicio de la alteridad democrática? El desafío es transformar esas instituciones en aquello que ellas debieran ser siempre: comunidades. Y comunidades de alteridad. Aquí entra la perspectiva de la generosidad. Sólo existe generosidad en la medida en que percibo al otro como otro y la diferencia del otro en relación a mí. Entonces, soy capaz de entrar en relación con él por la única vía posible, porque, si salgo de esa vía, caigo en el colonialismo, voy a querer ser como él o que él sea como yo –la vía del amor, si quisiéramos utilizar una expresión evangélica; la vía del respeto, si queremos usar una expresión ética; la vía del reconocimiento de sus derechos, empleando una expresión jurídica; la vía del rescate del realce de su dignidad como ser humano, si queremos utilizar una expresión moral. O sea, eso supone la vía más corta de la comunicación humana, que es el diálogo y la capacidad de entender al otro a partir de su experiencia de vida y de su interioridad.