Liderazgo y mujer
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Liderazgo y mujer
Liderazgo y mujer Creemos e invertimos en mujeres que están cambiando el mundo. ¡Tu voz es vital para nosotras! Liderazgo y mujer “Hoy en día se puede asegurar con certeza que contar con las aportaciones y potencialidades de las mujeres es la manera de conseguir un desarrollo mundial equilibrado y sostenible.” Marisa Álvarez1 Todas hemos, en algún momento, oído hablar de liderazgo y seguramente hemos, en más de una ocasión, identificado a una líder en nuestro propio entorno. Por ejemplo, la vecina que va de casa en casa pidiendo firmas para que la alcaldía fumigue el barrio; la maestra que quiere mejorar las condiciones de su escuelita y organiza las reuniones con sus colegas o bien una emprendedora que de poco en poco ha levantado su negocio y ahora anima a otras a sumarse. ¿Pero somos verdaderamente líderes? ¿Las acciones que llevamos a cabo en nuestra comunidad o en nuestro entorno son tareas que debemos realizar como líderes? ¿Es la manera de ser de una persona la que determina si ejerce o no liderazgo? Las repuestas que demos a estas preguntas serán clave para definir correctamente el significado de liderazgo y conocer sus características principales. La mujer como líder: Algo de historia sobre el tema Para estudiar el significado de liderazgo, el que ejercen las mujeres, tanto para solucionar problemas en su comunidad como para dirigir empresas o microempresas, es importante conocer un poco sobre los antecedentes socioculturales de la vida de las mujeres. Las dudas o preguntas que tengamos sobre el papel que han desempeñado las mujeres como líderes tienen su origen en el rol que han jugado en la sociedad. Por ejemplo, las mujeres, históricamente, habíamos estado detrás del poder y no ejerciéndolo. La dirección de organismos, de instituciones o de empresas había estado, durante siglos, en manos de hombres. Hasta hace poco se empezó a discutir y analizar las barreras que han obstaculizado la participación en igualdad y la carencia de modelos de referencia en los cargos directivos (Escapa, 2010). 1 Marisa Álvarez es secretaria general de la Fundación Internacional en Iberoamérica de Administración y Políticas Públicas (FIIAPP) en “Género y responsabilidad social”. 1 Vivimos en una sociedad organizada jerárquicamente, es decir, que el que más poder tiene es quien manda cómo y cuándo se deben hacer las cosas. No se consulta, ni se discute la manera de resolver un problema. Esto se vive de la misma manera en nuestras casas como fuera de ellas; en lo político y hasta en lo económico. Por eso se habla de una cultura de la obediencia, base de esta sociedad jerárquica. Es ella quien sostiene un orden que responde casi siempre a la ley del más fuerte, produciendo así el sistema autoritario en el que una gran parte de nosotras nos movemos (Asociación de Mujeres por el Aprendizaje de sus Derechos, el Desarrollo y la Paz, 2005). Sin embargo, esto ha ido cambiando poco a poco. En la actualidad, hay cada vez más mujeres que se incorporan a puestos de dirección o que deciden ser jefas, dirigiendo sus propios negocios. En Nicaragua, durante el II foro Mujeres: Voces vitales de la economía se dieron a conocer los datos de un diagnóstico realizado con emprendedoras y empresarias que participan en Voces Vitales. De un total de más de 300 mujeres participantes en el foro, el 85 por ciento de ellas son dueñas de empresas. Esto, además de líderes las hace generadoras de empleo: • • • Un 62 por ciento emplea de una a cinco personas. El 11 por ciento emplea al menos seis trabajadores. Un 27 por ciento cuenta con 10 y más empleados (Voces Vitales, 2012). De estos estudios se deduce que en Nicaragua se está impulsando el desarrollo económico de las mujeres líderes y que éstas, a su vez, crean oportunidades económicas para el resto de la población nicaragüense. Por otro lado, tanto en Nicaragua como en el mundo entero, desde hace unos años se viven cambios relacionados con la manera de gestionar los recursos humanos. Se está tratando de dar la vuelta a las formas verticales de dirección para sustituirlas por formas más democráticas; así, la implicación de los trabajadores en la solución de los problemas sería más participativa. En la actualidad se habla de que el éxito de las empresas “depende directamente del compromiso efectivo de las personas” (Escapa, 2010). Se enfatiza mucho, además, en que la persona que dirige una empresa tenga, sobre todo, muy desarrolladas cualidades que apoyen la buena gestión del personal. ¿Quién es una líder? Según el diccionario de la Lengua Española, una líder es “una directora, jefa o conductora de un partido político, de un grupo social o de otra colectividad.” De esta definición se deduce que una líder es, entonces, una mujer que goza de una posición de mucha influencia o poder dentro de una colectividad. 2 Para otros, tiene que ver con la capacidad de acción, el impacto que producen los hechos objetivos de la gestión que realizan (…) su mérito y productividad dependen de la calidad de la interacción que tengan con las personas, colaboradores, defensores o seguidoras (Vásquez Vargas, 2010). También se afirma que una líder es quien hace “uso de su poder de manera positiva”, porque esto ayuda a que las organizaciones que dirigen cumplan con sus objetivos. Además, se puntualiza en que “el uso del poder no se opone a la democracia, siempre que se haga dentro de los límites establecidos por la organización y se oriente con sentido social” (Vásquez Vargas, 2010). Una líder puede ejercer como vecina, como activista política o simplemente puede ser alguien que percibe un problema básico en su vida o en su comunidad e interviene para solucionarlo (Asociación de Mujeres por el Aprendizaje de sus Derechos, el Desarrollo y la Paz, 2005). Sin embargo, existen ciertas características que facilitan que una persona se convierta en líder. Toda líder debe poseer o desarrollar siete bases de poder o influencias (Vásquez Vargas, 2010). Éstas tienen que ver con: 1. Poder de conexión: con instituciones y personas de contacto que ayuden a obtener recursos para el desarrollo de la organización. 2. Poder del experto o experta: que proporciona conocimientos, destrezas y experiencias. 3. Poder de información: es poseer y usar información valiosa y necesaria que ayude al desarrollo de la empresa. 4. Poder legítimo: para aprovechar la posición de liderazgo y los derechos que ésta implica para influenciar positivamente la conducta de los demás. 5. Poder de referencia: en función de la atracción que los miembros sienten por la líder, para influir sobre el resto del grupo. 6. Poder de recompensa: al utilizar estímulos concretos o verbales para influenciar la conducta de otros. 7. Poder de coerción: al establecer sanciones o castigos para los miembros que no cumplen con las normas del grupo. 3 El trabajo como líder Algunas de las funciones que debe asumir una líder están relacionadas con: Facilitar: Tiene que ver con hacer fácil, posibilitar u orientar el camino que se debe seguir para lograr los objetivos propuestos. Se ordenan las tareas prioritarias, se da seguimiento a las acciones implementadas y se retroalimenta al grupo sobre los resultados. Crear un adecuado clima de trabajo: Uno de los propósitos es el de contribuir a crear un clima de confianza y de seguridad en el que cada persona pueda desarrollar al máximo sus capacidades personales. Debe promoverse el sentido de pertenencia a un equipo de trabajo. Debe existir unidad en el grupo. La líder debe ayudar a resolver los conflictos y a reducir las tensiones. Animar a la participación: Es importante promover la participación de todas las personas, escucharlas con atención y respeto, solicitar sus opiniones y tomarlas en cuenta. Delegar responsabilidades: Para que un equipo funcione, su líder debe ser necesaria pero no imprescindible. Ésta, debe ejercer su función las tareas que mejor domina, mientras que en otras, donde no posee las habilidades requeridas, debería compartir la función del liderazgo con otras personas del equipo de trabajo (Romero, 2000). Características principales del liderazgo Hay quienes definen liderazgo como el intento que hace una persona para influir sobre la conducta de otra o de un grupo. Se relaciona con la capacidad de movilizar a la gente a que haga algo. El concepto de liderazgo implica entonces acción y está directamente relacionado con el ejercicio del poder. Cuando se ejerce liderazgo “el poder se convierte en influencia. Quien tiene liderazgo tiene influencia en los demás” (Vásquez Vargas, 2010). Ahora bien, la influencia puede hacerse de manera positiva o negativa. Por ejemplo, se ejerce una influencia negativa cuando se emplea la fuerza para obligar a que una persona o un grupo haga lo que uno quiera. Por el contrario, se ejerce influencia positiva cuando se interviene en el comportamiento de personas o grupos con el objetivo de definir y alcanzar, de manera conjunta, voluntaria y eficaz, los objetivos planteados para la consecución de un fin determinado (Vásquez Vargas, 2010). Aunque exista una relación estrecha entre poder y liderazgo, hay que entender ese poder más bien como una influencia recíproca entre la persona que lidera y el grupo sobre quien ejerce su influencia (Escapa, 2010). Hoy en día, cuando hablamos de liderazgo pensamos en uno que sea democrático, que esté contra cualquier tendencia dominante y que además rechace la idea generalizada de que el liderazgo lo ejercen sólo los hombres o grandes actores de la sociedad, como políticos, religiosos, licenciados o personas con dones especiales (Vásquez Vargas, 2010). 4 El liderazgo debe por tanto diferenciarse de situaciones y estructuras autoritarias. “El liderazgo se construye”. Se afirma que es comunicación e interrelación con otras personas por lo que los mandos autoritarios o las relaciones verticales no forman parte del liderazgo (Vásquez Vargas, 2010). Por eso no se considera liderazgo a: • • • La autoridad legal que tienen padre y madre sobre sus hijos o hijas. La autoridad formal tradicional. Por ejemplo, la de una directora de escuela. La autoridad legítima, es decir la que tiene una jefa sobre sus empleadas. En conclusión, contrariamente a lo que se suele decir, el liderazgo no es una característica que nace con las personas, ni una actitud exclusiva de unas cuantas personas; el liderazgo “se puede aprender si existe un entrenamiento en las habilidades y competencias para desarrollar bien el trabajo” (Vásquez Vargas, 2010). Tipos de liderazgo Las mujeres presentan algunos rasgos comunes en su estilo de dirigir una empresa. Éste tiende a ser menos competitivo, más abierto, innovador y con un sentido claro de la calidad, además de comunicativo y persuasivo. Es un tipo de liderazgo más “democrático, dialogante, mediador con una actitud más receptiva y participativa, que busca el consenso” (Vásquez Vargas, 2010). Si bien existen varios modelos de liderazgo, distintos al democrático o participativo, Vásquez Vargas (2010) los clasifica en cuatro modelos, afirmando que éstos tienen un denominador común: tratar de dominar al grupo y actuar siempre bajo la necesidad egoista de obtener poder. Así por ejemplo, el modelo: 1. Autoritario: Se caracteriza por la ausencia de diálogo. Un ejemplo de este tipo de liderazgo son las organizaciones militares y algunas relaciones entre patrón y trabajador. 2. Caudillista o carismático: Parte del convencimiento de que su visión del mundo es la única que se debe de adoptar y seguir. 3.Paternalista: Genera dependencia extrema de los miembros del grupo, partido político u organización en relación con su persona. Cree en la idea de que hay que darle a la gente todo lo que necesite porque esa gente no está en capacidad de producir o conseguir objetivos que les beneficien. Aquí se situan organizaciones religiosas o caritativas o algunas organizaciones no gubernamentales de desarrollo. 4. Presuntuoso: Este tipo de liderazgo aparece cuando existe una marcada diferencia entre los conocimientos o experiencia de una persona y los otros participantes. 5 En un inicio y aún en la actualidad, las mujeres en puestos de dirección tuvieron y tienen que asumir como propios los modelos de liderazgo ya existentes en sus empresas, casi como condición básica para acceder, por ejemplo, al mundo de los negocios o de la política. Para poder cambiar esta situación, “es importante tener confianza en las propias habilidades y capacidades; pero, además, saber valorar la experiencia que se vive, como mujeres, de lo que sucede a nuestro alrededor” (Escapa, 2010). El liderazgo que se persigue2 Género-inclusivo: Idealmente, los hombres y las mujeres son aliados en la definición, ejecución y logro de metas que benefician a todas las personas. Comunicativo: Todos y todas contribuyen con algo y cada intervención se convierte en un momento de liderazgo. Con propósito: Definir y elaborar un propósito es participar en un proceso de aprendizaje. Al mismo tiempo, es participar en el ejercicio del poder. Democrático e igualitario: En una sociedad participativa y comunicativa, los y las participantes se respetan y se valoran mutuamente como seres humanos. Sensible a los medios: Los fines no justifican los medios. Esto significa que no se debe hacer uso de medios antiéticos para lograr metas a pesar de su importancia o necesidad. 2 Asociación de Mujeres por el Aprendizaje de sus Derechos, el Desarrollo y la Paz. 6 Ejercicio No. 1: ¿Cuáles de los siguientes enunciados sobre liderazgo son verdaderos o falsos? 1. Ejercer liderazgo es pensar y actuar en nombre de los demás. 2. A la autoridad que una madre o un padre ejerce sobre su hija o hijo, se le denomina liderazgo. 3. Todas podemos ejercer el liderazgo, pues es una acción que puede ser aprendida. 4. No se necesita tener atributos especiales para ejercer el liderazgo. 5. El liderazgo autoritario da órdenes y espera una obediencia inmediata. 6. El liderazgo democrático tiene la capacidad de proponer una visión integradora que lleva a sus seguidores a la consecución de objetivos socialmente útiles. Respuestas: 1. Falso 2. Falso 3. Verdadero 4. Verdadero 5. Verdadero 6. Verdadero Fuente: Vásquez Vargas, 2010. 7 Ejercicio No. 2: ¿Qué tipo de líder soy? De los estudios realizados con personas líderes destaca su confianza en ellas mismas, el convencimiento en la defensa de los valores y la determinación de llevar a cabo sus ideas, pese a las dificultades que puedan encontrar en el proceso. La autoestima se debe desarrollar para “confiar en lo que se es y en lo que se puede hacer, recibir las críticas de forma constructiva y adquirir el valor necesario para cambiar las situaciones que lo requieran, sin cuestionarse el conjunto de la propia actividad (Escapa, 2010). Por ello, se considera que para mejorar la autoestima se requiere iniciar un proceso de cambio en algunos aspectos personales, tales como la conducta, los pensamientos, las emociones o las actitudes físicas. El siguiente ejercicio nos ayudará a evaluar nuestro trabajo y a mejorar en nuestras funciones. Trata de responder sinceramente a: ¿Qué tipo de líder soy? ¿Cuál modelo de liderazgo se parece más al que yo ejerzo? Si todavía no soy la líder, ¿Qué modelo seguiría? 8 ¿Cuáles serían los compromisos personales para llegar al modelo de liderazgo que quiero alcanzar? Mencione al menos tres. 1. 2. 3. Fuente: Vásquez Vargas, 2010. Bibliografía Asociación de Mujeres por el Aprendizaje de sus Derechos, el Desarrollo y la Paz (2005). Liderazgo para la toma de decisiones. Estados Unidos. Diccionario de la lengua española. Vigésima segunda edición. Escapa, R. (2010). Estrategias de Liderazgo para Mujeres Directivas. Barcelona: Subdirecció General de Programes d’igualtat. Romero, I. (2000). Manual de Liderazgo para las Mujeres. Centro de Estudios y Capacitación Cooperativa R.L. Heredia, Costa Rica. Vásquez Vargas, S. (2010). Mujeres y Liderazgo. Cuaderno de Trabajo 7. Guatemala: M´ks Comunicación. Voces Vitales de la Economía (2012). Auto diagnóstico. Situación de desarrollo empresarial de mujeres empresarias y emprendedoras. Managua. 9