El Príncipe y El Mendigo

El Príncipe y el Mendigo
Todos los derechos reservados
El Príncipe y el Mendigo
Basado en la novela original de Mark Twain, publicada originalmente en 1881 en
Canadá y en 1882 en los Estados Unidos.
Adaptado al español e ilustrado por Alonso Ramos de LunaEva.com.
Narrado por Shirley Moriano de LunaEva.com.
Comunicaciones al correo electrónico [email protected].
2015 © Luna Eva Co.
El contenido de este libro electrónico es únicamente para entretenimiento. Los nombres y las personas
son totalmente ficticios y no tienen similitud con ninguna persona viva o fallecida. Excepto por el uso
en revisiones, la reproducción o utilización de este trabajo en forma completa o en parte, de manera
electrónica, mecánica o de cualquier otra forma está prohibida sin el permiso del autor.
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El Príncipe y el Mendigo
En una noche fría de Londres,
dos niños de familias muy
diferentes, resultaron parecerse
mucho el uno al otro.
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El Príncipe y el Mendigo
Uno de ellos, Eduardo,
príncipe de Gales,
nació rodeado de lujos.
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El Príncipe y el Mendigo
El otro niño, Tomás, nació en
un barrio muy pobre.
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El Príncipe y el Mendigo
Juan, el papá de Tomás,
lo obligaba a pedir limosna,
y, si regresa sin nada,
le daba una paliza.
El sacerdote Andrés se
encargó de educar a Tomás,
y le hablaba de la realeza.
El mendigo creció con un sueño:
conocer el palacio real.
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El Príncipe y el Mendigo
Un día Tomás decidió ir a ver
el palacio real desde afuera.
Cuando se acercó a la entrada,
un soldado del rey lo hirió.
El príncipe Eduardo, al ver lo
sucedido, bajó de inmediato a
reprender al soldado, y se llevó
a Tomás adentro del palacio.
Era un sueño hecho realidad.
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El Príncipe y el Mendigo
Se hicieron amigos de inmediato.
Los dos se sintieron fascinados
por el estilo de vida del otro.
Por diversión, se intercambiaron
sus ropas y se asombraron de
su gran parecido. En eso, el
príncipe se percató que el
soldado había herido al
mendigo, y bajó a disciplinarlo.
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El Príncipe y el Mendigo
Los guardias confundieron a
Eduardo con el mendigo y lo
expulsaron del palacio.
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El Príncipe y el Mendigo
Por casualidad, termina
llegando al barrio de Tomás.
Cuando Juan lo ve,
lo empuja adentro de su
casa creyendo que es su hijo.
Eduardo dice ser el príncipe,
pero creen que se ha vuelto loco.
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El Príncipe y el Mendigo
Tomás empieza su vida en el
palacio, pero su conducta es
totalmente inusitada. Como
teme ser atrapado, confiesa la
verdad, pero nadie le cree.
Cuando lo llevan donde el rey,
cree que su hijo tiene una
enfermedad mental, y ordena
que nadie hable al respecto.
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El Príncipe y el Mendigo 10
El rey sentencia de muerte al
duque para asegurar que el
príncipe sea el único heredero.
Pero para que el decreto sea
oficial, se necesita tener el
Gran Sello de Inglaterra,
que nadie logra encontrar.
Sólo Eduardo sabe en donde
se encuentraba el valioso sello.
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El Príncipe y el Mendigo 11
Entretanto, la mamá de Tomás,
con su intuición de madre,
sabía que el niño no era su hijo.
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El Príncipe y el Mendigo 12
La situación se complicó
cuando Juan mata al
sacerdote, y tiene que
huir a esconderse.
El príncipe aprovecha la
confusión para escapar
en busca del palacio.
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El Príncipe y el Mendigo 13
Eduardo logra llegar al palacio
en donde un soldado está por
lastimarlo cuando Miguel, un
soldado que regresaba de la
guerra, lo pone a salvo y le
ayuda a refugiarse, sin creer
que es el verdadero príncipe.
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El Príncipe y el Mendigo 14
Eduardo le permite sentarse en
su presencia, reservado sólo
para miembros de su familia.
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El Príncipe y el Mendigo 15
Dentro del palacio se anuncia
la muerte del rey, y el mendigo
asume el trono. Su primer acto
es indultar al duque. Es cuando
Oscar, un niño que recibía
latigazos cuando el príncipe se
portaba mal, ayuda al mendigo
a entender los detalles de la
vida en el palacio.
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El Príncipe y el Mendigo 16
Entretanto, la pandilla de
Juan encuentra a Eduardo,
quien sale huyendo hacia el
bosque donde Juan lo logra
alcanzar.
La pandilla efectúa un robo e
inculpan a Eduardo quien
queda arrestado.
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El Príncipe y el Mendigo 17
Miguel lo defiende en la
corte y finalmente logra
ponerlo en libertad.
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El Príncipe y el Mendigo 18
El príncipe regresa a Londres
en donde se efectúa un desfile
previo a la próxima coronación
del mendigo como rey.
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El Príncipe y el Mendigo 19
Cuando pasa por el barrio
donde vivía, su madre
le reprocha el haberse
olvidado de ellos.
El mendigo la niega pero
luego se siente culpable.
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El Príncipe y el Mendigo 20
Cuando el Arzobispo está a
punto de poner la corona sobre
la cabeza de Tomás, Eduardo
levanta la voz y reclama que él
es el verdadero rey.
Tomás lo confirma y Eduardo
revela donde está el Gran Sello
de Inglaterra, y finalmente logra
coronarse rey.
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El Príncipe y el Mendigo 21
Una de las primeras acciones
del rey Eduardo fue buscar a
Miguel. Cuando lo encontraron,
Miguel no podía creer que
Eduardo era el rey, así que se
sentó en su presencia, lo cual
fue permitido por Eduardo, quien
le otorgó el título de conde,
dándole además tierras y oro.
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El Príncipe y el Mendigo 22
El rey Eduardo le concedió a
Tomás el título de “Protegido
del Rey”, así como cuidados
vitalicios para su familia.
Durante su reinado, Eduardo
nunca dejó de recordar sus
aventuras y fue conocido
como uno de los reyes más
justos de la historia.
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El Fin
El Príncipe y el Mendigo 23
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El Príncipe y el Mendigo 24
Acerca del autor
Alonso Ramos es un ilustrador y autor de
cuentos infantiles bilingües en español e inglés,
y dirige un blog de consejos para padres.
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