RESTAURACIÓN DEL RETABLO MAYOR DEL SANTUARIO DE

Transcripción

RESTAURACIÓN DEL RETABLO MAYOR DEL SANTUARIO DE
RESTAURACIÓN DEL RETABLO MAYOR
DEL SANTUARIO DE Ntra. Sra. DE
ARRATE. EIBAR. GUIPÚZCOA.
Septiembre de 2004 – Diciembre de 2004
A petición del departamento de cultura del ayuntamiento de Eibar e iglesia, el informe
técnico e informe del tratamiento de restauración realizado que se presenta
corresponde a elementos ornamentales del retablo barroco y pintura mural e imagen
que componen el Calvario, que corresponden a los elementos restaurados, quedando
excluidos los lienzos de Ignacio de Zuloaga, interior del camarín e imagen de la
Virgen.
l. ESTUDIO HISTÓRICO
l.l El Santuario
El Santuario de Nuestra Señora de Arrate, situado en término de Eibar, ocupa un lugar
muy bello y prominente con extraordinarias vistas panorámicas sobre Guipúzcoa y
Vizcaya.
Se venera la Virgen de Arrate, representativa del misterio de la Purísima Concepción,
que según Lizarralde recibe culto desde la segunda mitad del siglo Xl. La imagen de la
Virgen que se conserva en el templo es de primeros del siglo XlV, a juzgar por su
estilo escultórico. Por el primer testimonio escrito de este Santuario sabemos que
existía en 1498.
Fue proclamada patrona de txistularis en 1927.
El actual edificio no parece que tenga una antigüedad mayor que el S. XVll. Se
construyó en varias fases, su planta de una sola nave, orientada al este con ábside
poligonal y contrafuertes de estilo gótico. En la parte opuesta al mismo una torre
cuadrada y adosada en la parte central descansa sobre cuatro arcos de medio punto
en piedra de sillería. Unos potentes contrafuertes sostienen los muros de mampostería
cuyos ángulos también son sillares e igualmente los de la torre. Un amplio pórtico,
formado por fuerte y tosco maderamen da al conjunto ese aspecto característico de la
arquitectura en los templos de esta zona norteña.
Asimismo conserva en su puerta una aguabendita gótica en testimonio de la primitiva
iglesia. Por algunas donaciones tenemos noticias de que se hallaba en obras a finales
del siglo XVl. Para entonces debían existir ya las pinturas murales y la escultura del
Cristo Crucificado, de estilo renacentista. Del mismo periodo debe datar el artesonado
de la bóveda., tal como hoy lo vemos.
A la talla de la Virgen sentada y coronada, para uso habitual, se la donó una nueva
corona de oro de arte orfebre en 1548.
El exvoto marinero data de 1798. Desde 1904 existen cuatro lienzos del pintor eibarrés
Ignacio de Zuloaga, con motivos de romeros orantes. (1)
Santuario de Arrate. Año 1971
l.2 Descripción.
Este templo mariano de origen medieval, que goza de una enorme popularidad
comarcal, se organiza como una larguísima nave con cabecera ochavada que se
cubre con bóveda de cañón generada por la proyección de un arco rectilíneo. Son
sesenta fajones apainelados de madera, cada uno de ellos formado por tres o cinco
piezas empalmadas, que configuran una techumbre de casetones regulares.
Estructuralmente la armadura se comporta como si fuese un forjado plano cuyos
solivos se curvasen en los extremos para buscar apoyo en un estribo moldurado que
apea sobre ménsulas clásicas de voluta. Las calles entre los solivos se cuajan con
casetones de tabla con cinta y saetín, policromados con labor de menado en blanco.
La techumbre clasicista de Arrate, armada en el curso de las grandes obras de
reedificación de la ermita, entre 1577 y 1583, puede calificarse como la primera
experiencia de abovedamiento renacentista en madera, desvinculándose nítidamente
de la tradición gótica de bóvedas de crucería. Su éxito fue limitado, aunque este tipo
de armaduras fue utilizado como modelo por algunas ermitas del entorno. El
presbiterio se cubre con bóveda de horno en la que las viguetas tienen aplicados seis
registros sucesivos de falsos cortinajes de marquetería rococó dorada y policromada.
Es un trampantojo muy teatral, que enmarca perfectamente la arquitectura del retablo
mayor, configurando una escenográfia barroca de características poco habituales, por
la riqueza de sugerencias que logra crear con tanta economía de medios. (2)
1974. Arrate.
1- MIGUEL CAÑIZAL, JUAN MARIA FERRERAS… Arrate. Centro UNESCO de San Sebastián, 1998
2- DIPUTACIÓN FORAL DE ALABA, VIZCAYA Y GUIPÚZCOA. Ars Lignea. Las iglesias de madera del
país vasco.
ll. ESQUEMA ARQUITECTÓNICO. DESCRIPCIÓN
ll.1. Retablo: El estudio del esquema arquitectónico del retablo que nos ocupa entraña
una gran dificultad debido a los escasos datos hallados sobre el mismo.sí bien es
cierto que el esquema no corresponde en su totalidad al de los retablos de la época.
El retablo de tipo barroco, del característico en nuestros templos, consta de banco, un
único cuerpo, que se extiende a ambos lados encerrando cuatro lienzos, que en la
actualidad son los pintados y donados por el artista eibarres D. Ignacio de Zuloaga. En
el centro, el camarín que alberga la imagen de Ntra. Sra. De Arrate, talla gótica.
El banco lo componen ménsulas de rica decoración con follaje, placa vegetal al centro
de cada una de las calles, sobre fondo marmorizado.
Sobre las ménsulas apoyan columnas que dan paso al único cuerpo. Se trata de
columnas salomónicas del orden compuesto de cinco espiras, cargadas de vides, que
caen a netos rectos a los lados. Rodeando a cada lienzo, un marco de rizada
composición rematado por florón vegetal.
El entablamento de todo el retablo lo componen piezas lisas, policromadas imitando un
marmorizado.
El ático consta de una casa, en la que aparece representado el Calvario, franqueada
por dos columnas salomónicas a los lados, y a los extremos machones con pinjantes
en su frente.
Por la concepción de severidad que guió al artista se monto a modo de coro sobre su
bajo artesonado otro altar y retablo con la imagen de cristo en la cruz.
Durante las obras de restauración que el Santuario sufrió hace años, al quitar el lienzo
barroco que sirvió de fondo al crucifijo tallado, representando al Calvario con María y
san Juan, apareció en el muro la pintura de igual motivo, pero con la imagen de
Magdalena al pie de la cruz y un paisaje de fondo, que recuerda por alguno de los
elementos representados una evocación al pueblo de Eibar.
En opinión de los que intervinieron en la restauración por mandato de Bellas Artes, era
obra barroca del s. XVll, tras la polémica que ello trajo consigo, acabaron
manifestando que era de finales del s.XVl.
ll.2. Escena del Calvario
El conjunto, delimitado por una cruz latina de unos 3,10x 2,75 metros, sin crucifijo,
muestra tres figuras de color y volúmenes bien tratados, así como un paisaje de fondo.
A la derecha de la cruz, se representa a María: en pose estática y serena, enjuga
sus lágrimas con la tela con la que está tocada, y que ase con la mano izquierda. Con
la mano derecha sostiene la capa en su costado izquierdo.
A la izquierda de la cruz, se representa a San Juan: en pose hierática e
impenetrable, entrelaza los dedos de sus manos en el pecho en actitud orante. Largos
cabellos rizados discurren por sus hombros. La capa, plegada bajo los codos, cae por
su propio peso sobre su pie derecho descalzo.
Al pie de la cruz, María Magdalena: en pose genuflexa con su rodilla derecha, que
toca el suelo, alza la mirada a la cruz. A la altura de la cintura, el brazo derecho se
extiende hasta la parte inferior de la cruz sin que se vea su mano. A la altura de los
ojos, la mano izquierda descansa en la cruz sin que se vean sus dedos. Los cabellos,
lisos, discurren por la espalda hasta más abajo que la cintura, cubriendo parte de la
capa que se ha desprendido de los hombros, y estaría en el suelo de no sujetarla la
pierna izquierda que, doblada en ángulo recto, presiona sobre la cruz desde atrás.
Al fondo, en primer plano, un pueblo con dos torres, cuya altura no rebasa la
cabeza de María Magdalena; y, en segundo plano, hasta la altura de los brazos de
San Juan, montes. (3).
En el centro la imagen de Cristo crucificado de origen Mexicano.
lll. LUGAR DE EXPOSICIÓN Y CONDICIONES CLIMÄTICAS HABITUALES
Uno de los objetivos prioritarios cuando se afronta un tratamiento de restauración,
debe ser frenar los daños y las causas que han originado el deterioro de la obra.
Muchas de las alteraciones que presenta el retablo de Arrate dependían directa o
indirectamente del grado de humedad, tanto de los materiales que lo componen, como
el ambiente donde la obra esta situada. El grado de humedad al que esta expuesto,
sus eventuales variaciones y la frecuencia de las mismas pueden ser causas
importantes de alteraciones de diverso tipo, físicas, químicas o biológicas que afectan
a los materiales constitutivos del retablo, por ello se han realizado mediciones de
humedad y temperatura del ambiente en el lugar de exposición, para controlar algunos
de los fenómenos de alteración de la obra, que serán importantes para su posterior
conservación.
El retablo se encuentra, en el momento de comenzar su restauración, situado en el
muro que da al presbiterio, con orientación nor-este.
La dureza del clima y las guerras han puesto en peligro la vida del Santuario en
repetidas ocasiones a lo largo de su historia y, como consecuencia, ha sufrido
reformas y transformaciones. El viento y las lluvias, por su situación, han sido los
peores enemigos de la vida del mismo. El problema de las goteras ha sido continuo y
poco a poco ha ido afectando al conjunto de elementos que lo componen y que en las
diversas intervenciones acometidas se han ido solucionando.
Actualmente el retablo se encuentra situado a unos 100cm del muro (banco y primer
cuerpo); mientras que, el ático se encuentra pegado al mismo.
En las mediciones de temperatura y humedad realizadas durante el periodo que ha
durado su restauración (septiembre-diciembre de 2004), la temperatura sufría
oscilaciones entre 20ºC y 9ºC, y en parámetros de humedad entre 54 y 76%. Estas
variaciones tan importantes de temperatura y humedad han afectado a los materiales
constitutivos del retablo de diferente manera; variaciones dimensionales
(deformaciones, roturas de soporte), pérdida generalizada de adherencia de la película
pictórica. La humedad es también un factor importante en el desarrollo de ataque de
insectos, bacterias y microorganismos.
Sería importante estudiar durante un año los cambios que se producen en los
parámetros de temperatura y humedad y evaluarlos hasta conseguir el equilibrio
óptimo para su conservación.
Actualmente se esta realizando un estudio con el fin de instalar un aparato de
deshumidificación que logre estabilizar estos parámetros.
El 22 de septiembre el técnico de la empresa, a la que la iglesia ha solicitado la
propuesta, realizó las primeras mediciones: Los resultados obtenidos a las 16H.
Fueron: 63% H.R. 20ºC y 12,70 Punto roció.
Otro factor a tener en cuenta es el sistema de calefacción actual, instalado durante la
intervención que la iglesia sufrió en los años 70, en la que se realizaron unos canales
subterráneos para el paso de aire caliente. El sistema empleado no proporciona un
reparto equilibrado del calor, concentrándose en las zonas altas de la iglesia y
ocasionando importantes variaciones de temperatura entre las zonas bajas y altas del
retablo.
lV. ESTUDIOS PREVIOS
Uno de los mayores problemas que nos encontramos fue la falta de documentación
sobre la historia material del retablo. La desaparición de gran parte de la
documentación a raíz de un incendio ha dificultado enormemente la reconstrucción de
los diferentes momentos del retablo a lo largo de la historia tras las diferentes
intervenciones y modificaciones acometidas.
Para conocer la estructura interna de la obra y su estado de conservación nos hemos
apoyado en diferentes métodos:
-
Examen visual del retablo con apoyo de lentes de aumento.
-
Realización de catas en diferentes elementos del retablo, mediante la ayuda
de lentes de aumento y bisturí.
-
Recopilación y búsqueda de los fondos documentales relativos al
Santuario y concretamente la del retablo e intervenciones realizadas:
El libro Arrate editado en 1998 por la editorial centro UNESCO de San
Sebastián, del que hemos obtenido los datos actualmente existentes sobre la
historia del Santuario y la intervención de restauración que sufrió en los años
70.
Informe resumido de las obras de restauración que se acometieron en el
Santuario entre los años 1973-77, facilitado por Juan María Ferreras.
Datos facilitados por el departamento de cultura del Ayuntamiento de Eibar.
Datos facilitados por D. Luis María Ulacia, arquitecto responsable de las obras
de restauración de los años 70.
-
-
Toma de muestras para la realización de exámenes de laboratorio.
-
Realización de catas de limpieza: Las pruebas se realizaron siguiendo la tabla
de disolventes de Massclhein- Kleiner hasta hallar las mezclas más adecuadas
para la disolución de los materiales empleados en los repintes, sin dañar los oros
y policromías originales.
Con el resultado de todos los estudios comenzamos a comprender el conjunto de la
obra que debíamos restaurar, si bien es cierto que la falta de documentación hallada,
motivada por el incendio acaecido durante la guerra, en la parroquia de Eibar, donde
se encontraban los archivos, hace que las conclusiones a las que hemos llegado sobre
las intervenciones realizadas en el retablo correspondan a meras hipótesis.
Exámenes de laboratorio
Sobre el soporte de madera (retablo) y muro (pintura mural), la pintura se presenta
como una sucesión de preparación, color y barniz o capa de protección final, estratos
fundamentales para el conocimiento de la obra. Se han realizado los análisis de 15
muestras de policromía. El objeto de estos análisis es la identificación de los
materiales presentes; los pigmentos y aglutinantes presentes en las capas de pintura,
así como el análisis de la superposición de los distintos estratos pictóricos que se han
empleado en la ejecución de la obra, y la existencia de posibles repintes repolicromias
aplicados en momentos posteriores.
Las técnicas analíticas que se han utilizado para este estudio son las siguientes:
-
Estudio de la micromuestra mediante microscopía óptica con luz incidente y
trasmitida. Tinciones selectivas y ensayos microquímicos. La medida del espesor
de las diferentes capas se realiza mediante una lente micrométrica con el objetivo
de 10 X / 0,25 en la zona más ancha del estrato.
-
Microscopía óptica de fluorescencia.
-
Espectroscopia infrarroja por transformada de Fourier (FTIR)
-
Microscopía electrónica de barrido – microanálisis mediante espectrometría por
dispersión de energías de rayos X (SEM – EDXS)
V. MODIFICACIONES E INTERVENCIONES ANTERIORES
V.1. Retablo.
Cuando en septiembre del 2004 se monta el andamio para iniciar los trabajos de
restauración del retablo que nos ocupa nos encontramos con que el estado de
conservación tanto de la pintura mural como del retablo es lamentable. En un primer
análisis visual nos encontramos con un conjunto totalmente retocado en una
intervención de restauración anterior, que hasta el momento es la única de la que
tenemos datos fiables:
En 1973 el retablo sufrió una intervención de restauración constatada, que dirigió
el arquitecto Luis Maria Ulacia, de San Sebastián. En este momento el estado del
Santuario es ruinoso y el retablo acusa importantes daños. Durante las obras se
observa y estudia la problemática del presbiterio y con el asesoramiento de D.
José María Zunzunegui, se decide realizar un replanteo total de acuerdo con las
normas litúrgicas del Concilio Vaticano ll.
La reforma del presbiterio es uno de los mayores cambios que ha sufrido el
Santuario. Se realiza un anteproyecto. En él se eleva el conjunto del pavimento
para una mayor visibilidad, se da solución para las misas concelebradas en torno
al altar y se crea un paso devocional que sirve también para una mejor visibilidad
del mural y de los cuadros de Zuloaga y, sobre todo, para el tradicional paso por
debajo de la Virgen. En la restauración acometida se introdujeron algunas
modificaciones en la distribución de elementos, e incorporación de elementos
nuevos.
Tras la restauración, el conjunto barroco situado en el altar superior, se coloca tal
como lo estaba originalmente, mientras que el conjunto barroco del altar inferior se
adapta al superior formando una unidad y resaltando los cuadros de Zuloaga. En
esta intervención son numerosas las piezas que son sustituidas por otras nuevas,
probablemente al encontrarse en mal estado. Estos cambios afectan
fundamentalmente a las piezas lisas de la mazonería del conjunto del retablo,
conservándose solamente algunas piezas originales del banco y primer cuerpo.
(ver gráfico)...
Los cambios realizados en el presbiterio obligan a la modificación o eliminación de
algunos elementos. No disponemos de datos documentales que hagan referencia
a estos cambios. Consultado a D. Luis María Ulacia, no existen datos sobre quien
y que tipo de intervención se realizó en el retablo. A través de varias fotografías
extraídas del libro “Arrate”, anteriores al desmontaje del retablo, se pueden
apreciar algunas de las piezas que tras la intervención se han eliminado como son:
- Sustitución y modificación de las piezas del entablamento que separan los dos
cuerpos del retablo.
- Eliminación de la Verja que separa el camarín de la Virgen.
- Modificación del Camarín de la Virgen.
- Modificación de la zona del banco.
- Incorporación del zócalo y paneles laterales para la colocación de huchas, que
actualmente podemos ver.
Estos cambios no suponen la pérdida de los elementos artísticos sustituidos o
modificados. A estos se les da el uso de acuerdo con las funciones que pueden
desempeñar. Las verjas que separaban el camarín de la Virgen, se adaptan al arco
del coro. Es posible que las piezas del entablamento modificadas se reutilizaran al
montar el banco.
El acceso al reverso del retablo también ha aportado datos sobre esta
intervención:
- Desmontaje del retablo.
- Montaje del retablo: El sistema de amarre se ha realizado mediante la
aplicación de tirantes de madera de pino.
La unión de piezas se ha realizado con tirafondos. En las piezas del banco y
primer cuerpo se aprecia la utilización de araldit madera, aplicado en grandes
cantidades y sin rebajar (aplicación burda). En algunas zonas se han reforzado
estas uniones con escuadras de madera de pino y piezas de madera de okumen.
Las piezas nuevas se han realizado con madera de pino y madera de okumen
en los fondos de los paneles del banco.
Ábside y presbiterio del Santuario antes de las reformas de 1970
Año 1772. antés del desmontaje. Se aprecia parte del
Entablamento que da paso al ático y que es sustituido
T modificado en las obras de restauración.
Año 1973. Durante el desmontaje. Es posible
apreciar que la disposición del banco y primer
Cuerpo no corresponde a la actual.
Intervenciones policromas
Con los resultados de los estudios de laboratorio, datos documentales recopilados y
catas realizadas, podríamos describir la siguiente secuencia partiendo de la primera
intervención realizada hasta llegar a la última:
A diferencia de la pintura mural de la que disponemos de datos sobre la intervención
realizada en los años 70 y su autoría, del resto del retablo no existe documentación
sobre su historia y las intervenciones sufridas, por lo que las hipótesis sobre su historia
material se han realizado en función de los resultados de los estudios previos
realizados.
1ª intervención: Original. S.XVll. De este periodo nos queda el interrogante de la
disposición del banco y primer cuerpo, debido a que hasta 1905 aproximadamente los
lienzos de Zuloaga no formaban parte del retablo; así como, la luna de cristal que
cierra el Camarín de la Virgen de Arrate. A este periodo correspondería la 1ª
intervención policroma reflejada en los resultados de la analítica: - Elementos
decorativos: Aplicación de pan de oro (Au-Ag) sobre bol de tierra roja y estrato de
aparejo compuesto de yeso y silicatos, aplicado al temple. En Las zonas policromadas
también aparece la aplicación de la capa de aparejo compuesta a base de yeso y
silicatos. En las piezas lisas del entablamento aparece un estrato de pintura imitando
marmoleados en tonos rojos, verde y blanco. En algunas de las muestras aparece un
estrato de cola de origen animal, aplicado sobre la policromía.
2ª intervención: No documentada. Se repolicroma el retablo. Sobre las zonas doradas
se aplica pan de oro falso (Cu-Zn) sobre bol de tierra roja y carbonato cálcico aplicado
al temple. En las zonas con imitación de marmoleados se aplica un nuevo estrato de
aparejo, compuesto de yeso sobre el que se reproduce un marmoleado con veteado
en tonos rojos y azules. Es posible que se realizase a principios del XlX, coincidiendo
con las modificaciones que posiblemente sufrió el retablo al añadir las pinturas de
Zuloaga.
3ª intervención: Correspondería a la intervención de restauración acometida en 1973,
aunque no disponemos de datos sobre su autoría. Se trata de una intervención de
pésima calidad que desvirtúa profundamente la imagen general de la obra:
- Zonas doradas: Aplicación de purpurina en zonas localizadas con el fin de ocultar
daños o pérdidas.
- Elementos policromados de columnas y florones: Se cubren las pérdidas de
policromía,sin nivelar la superficie, imitando el color subyacente.
- Marmorizado de elementos nuevos de la mazonería, con la intención de reproducir el
de las piezas originales.
- Aplicación de una fina veladura gris en algunos elementos decorativos.
- Gruesa capa de barniz aplicado de frma desigual.
V.2. Escena del Calvario
-
Una primera intervención original datada en el s. XVl ¿ de estilo renacentista,
escuela italiana. La escena estaba enmarcada por un marco-retablo, de sabor
barroco, pintado en tonos rojos y amarillos y con representaciones de
arquitecturas, fustes y capiteles (similares a las representaciones de
arquitecturas a modo de hornacinas descubiertas en Aguinaga, de Eibar, el 28
de febrero de 1998). Al pie de la pintura mural una peana de piedra tallada,
que se supone, sería el pedestal de la imagen de la Virgen de Arrate, siendo el
-
mural un entorno decorativo. En el libro “Arrate”, editado por el Centro
UNESCO de San Sebastián, Juan San Martín, apunta ya este dato. De esta
primera intervención es posible que queden muy pocos restos, ya que cuando
se descubrieron las pinturas, estaban muy pérdidas. Por pequeños restos
encontrados durante la restauración se podría pensar que esta se realizó a
modo de grisalla.
-
Una segunda intervención, que se podría datar en el siglo XVll, aunque
durante la intervención realizada en los años 70 y el descubrimiento de las
pinturas murales, su datación fue polémica. Las opiniones se decantaron a
favor del siglo XV, en unos casos y a favor del siglo XVl y XVll, en otros,
prevaleciendo la opinión de que pertenecía al S. XVll, aunque con tendencias
de épocas anteriores. El restaurador, Joaquín Ballester Espí, miembro del
equipo técnico del Museo del Prado y del Instituto de Conservación y
Restauración de Obras de Arte, declaró al Correo, el 29 de enero de 1975, el
mismo día de comenzar las obras de restauración. “a simple vista, la pintura
puede enmarcarse tanto en el s. XVl como en el XVll, pero si nos fijamos en
algunos detalles, yo lo enmarcaría en el s. XVll. En cuanto al estilo es barroco
con reminiscencias renacentistas. Este es un hecho que se da con mucha
frecuencia en un período de transición y que, además, se puede explicar, como
deduzco yo del hecho bastante probable de que el artista no fuera ningún
maestro ni tuviera estilo determinado y definido, sino más bien es posible que
fuera un artista popular que estuviera influenciado por varios estilos y
escuelas”. Estas tendencias a una época anterior que se apunta en este
articulo se podría deber a que al realizarse esta intervención se tomo como
modelo la pintura original, pero adecuándola al gusto y estilo del momento,
ganando en riqueza en cuanto a detalle y color.
-
Una tercera intervención en la que se cubren las pinturas, posiblemente
debido a que se encontraban en un pésimo estado de conservación, con un
lienzo barroco que servía de fondo a una talla de Cristo crucificado (1680) y en
el que se representaba el Calvario con las figuras de María y San Juan
solamente. No disponemos de datos sobre la época en la que se realiza esta
modificación.
-
Una cuarta intervención documentada, realizada durante la restauración del
conjunto del Santuario en 1970. De esta intervención disponemos del informe
facilitado por D. Juan María Ferreras.
Estado en que fue encontrada la pintura mural de Arrate.
A finales de abril de 1973, mientras se procedía a las obras de restauración del
santuario de Arrate (iniciadas en 1970), al retirarse un lienzo barroco que servía de
fondo a una talla de Cristo crucificado (1680) y en el que se representaba el Calvario
con las figuras de María y San Juan solamente, apareció en el muro del ábside una
pintura de igual motivo; pero con las figuras añadidas de María Magdalena al pie de la
cruz y un paisaje al fondo.
La pintura mural estaba muy deteriorada por causa de la humedad externa e interna,
que reblandeció las colas y abarquilló el conjunto.
La escena estaba enmarcada por un marco-retablo, de sabor barroco, pintado en el
muro en tonos rojos y amarillos y con representaciones de arquitecturas, fustes y
capiteles (similares a las representaciones de arquitecturas a modo de hornacinas
descubiertas en Aguinaga, de Eibar, el 28 de febrero de 1998).
Al pie de la pintura mural se descubrió, asimismo, una peana de piedra tallada que, se
supuso, sería el pedestal de la Virgen de Arrate, siendo el mural un entorno
decorativo.
Datación y factura de la pintura mural.
Polémicas.
Tras el descubrimiento, fueron consultadas diversas personalidades artísticas
guipuzcoanas y foráneas, las cuales coincidieron en que la pintura tenía indudables
valores, y que debería ser conservada. La pintura era buena dentro de lo que es el
arte popular y reflejaba tendencias de una época anterior.
Pero comenzadas las obras de restauración de la pintura mural (29 de enero de 1975)
se planteó una viva polémica. No tanto referida a su valor in cuestionado, por su
carácter único en Guipúzcoa, como a su datación y técnicas utilizadas para su
elaboración.
En cuanto a la fecha, las opiniones se decantaron a favor del siglo XV, en unos casos,
y a favor del siglo XVl y XVll, en otros, prevaleciendo mayoritariamente la opinión de
que pertenecía al siglo XVll, aunque con tendencia de épocas anteriores.
En cuanto a las técnicas empleadas, unas opiniones defendieron que la pintura estaba
hecha al óleo y otras al huevo; pero pudo determinarse que el mural estaba pintado al
óleo y no al huevo, como se había pensado en un principio.
Dictamen de la Dirección General de Bellas Artes.
Juan María Álvarez Emparanza recomendó se solicitara a la Dirección General de
Bellas Artes el envió de un experto en murales para que dictaminara sobre el estado y
valor de la pintura.
La Dirección General de Bellas Artes envió al director del Instituto de Conservación y
restauración de Obras de Arte y miembro del Equipo técnico del Museo del Prado,
Gonzalo Perales Soriano, quien en su informe resaltó la incurable necesidad de
conservar esta pintura mural restaurándola adecuadamente. Añadía que, si bien su
valor artístico no era excepcional, sin embargo, dado que era lo más antiguo de
Guipúzcoa en este género pictórico, su interés estaba sobradamente justificado.
Examinado el informe, la Dirección General de Bellas Artes, dependiente del Ministerio
de Educación y Ciencia, aprobó el presupuesto presentado por el instituto de
Conservación y Restauración de Obras de Arte y otorgó la subvención necesaria para
cubrir íntegramente el presupuesto presentado, que ascendía a la cantidad de unas
doscientas mil pesetas.
La restauración.
Desde ese momento la problemática planteada era pura y esencialmente técnica.
Había que elegir entra tres posibilidades que habían sido barajadas por los expertos
que intervinieron en la polémica: trasplantar la pintura a un lienzo; fijar el mural tal y
como se encontraba; o restaurarlo, reconstruyéndolo, acercándose al máximo a su
estado primitivo.
La primera hipótesis quedó descartada, porque, por una parte, desde un punto de vista
técnico, era imposible realizar el trasplante de la pintura y, por otra, carecería de
interés sacarla de donde estaba.
La segunda posibilidad también se descartó, porque el mural estaba desconchado en
más de un 40%, por lo que no podría obtenerse una imagen correcta ni se podría
reconocer el tema, salvo después de haber realizado un examen deductivo. A ello
había que añadir que desde la nave del templo se obtendría una imagen tan difusa
que parecerían manchas en vez de una pintura, lo cual haría desmerecer el conjunto
del interior del santuario.
La tercera solución, restaurar el mural incluyendo el 40% absolutamente perdido, fue
elegida. Ello devolvería al mural primitivo su carácter decorativo a la vez que realzaba
el ábside.
En la restauración fue ayudado por Arquímedes Ballester.
Lo que hicieron fue fijar, limpiar y recomponer algunas piezas; pero con un
cromatismo, en esta última función, que dejó a salvo la diferencia con la plástica
antigua que se conservaba. Conservando, así, lo primitivo, fijándolo donde fue preciso
y destacando lo que había se logró la integridad y efecto de la pintura decorativa de
Arrate.
Las pinturas murales de Aguinaga venían a corroborar la opinión que, en 1975,
expresara en la prensa Joaquín Ballester, restaurador del mural de Arrate: “Para
identificar y estudiar el mural con exhaustiva exactitud sería necesario investigar por
toda la zona para comprobar si existen más obras de este desconocido artista ya que
es relativamente posible, si como creemos puede ser un popular artista de esta zona,
que existan obras suyas diseminadas por esta zona” (El Correo Español. El Pueblo
Vasco, 29 de enero de 1975). Aunque no pueda afirmarse que este artista fuera el
pintor Antonio de Bolumbizcar, de Ermua, el historiador Luis Martínez de Morentin de
Goñi, en su obra titulada Aguinaga de Eibar. Historia de la parroquia, que editó el
Centro UNESCO de San Sebastián, en 1997, señala que este artista realizó obras el
Aguinaga de Eibar en la misma época: ¿El mural de Aguinaga Y el de Arrate? Otra
obra titulada Aguinaga de Eibar. La pintura mural y el retablo de Santa María, de la
parroquia de San Miguel Arcángel de Aguinaga, elaborada por su actual párroco, Juan
María Ferreras, y editada por el centro UNESCO de San Sebastián, en octubre de
1998, apunta relaciones entre las pinturas de Arrate y Aguinaga.
TABLA DE LOS DIFERENTES MOMENTOS DEL RETABLO
Pintura mural
S. XVl. La escena estaba
enmarcada por un marcoretablo, pintado en el muro
en tonos rojos y amarillos. Al
pie de la pintura mural, una
peana de piedra tallada que,
se supuso, sería el pedestal
de la Virgen de Arrate,
siendo el mural un entorno
decorativo.
Retablo
2º intervención
S. XVll. Repolicromado de la
pintura mural y el Cristo.
Posterior a esta intervención
es posible que se cubriesen
las pinturas, con un lienzo
barroco que servía de fondo
a la talla del Cristo.
S. XVll. Se incorporan las
piezas en madera
policromada que
actualmente conforman el
retablo, aunque
desconocemos la
disposición en este
momento del banco y primer
cuerpo. Elementos
decorativos dorados.
Elementos lisos de la
mazonería imitando mármol
blanco con veteado en rojos
y verdes
3ª intervención
La pintura mural sigue
cubierta con el lienzo
barroco, o es en este
momento cuando se coloca.
Repolicromado de la talla del
Cristo.
Principios del S.XlX.
Redorado y aplicación de un
nuevo marmorizado,
coincidiendo con las
modificaciones realizadas al
incorporar al retablo las
pinturas de Zuloaga
4ª intervención
Restauración de los años 70
Sustitución de gran parte de
las piezas de la mazonería
por otras nuevas.
Modificación de algunas de
las piezas del retablo.
Repinte total del retablo..
1º intervención
Vl. ESTADO DE CONSERVACIÓN. ELEMENTOS ORNAMENTALES
Las obras de arte, a lo largo del tiempo, sufren una serie de transformaciones que
contribuyen a su deterioro, alejándolas irreversiblemente de su estado original.
Estas alteraciones son provocadas por una serie de factores de diversa índole;
algunos son propios de los materiales constitutivos de la obra de arte y por lo tanto es
un proceso natural e inevitable; otros son exteriores, y pueden abarcar desde factores
medioambientales hasta la intervención del hombre.
Vl.1. Soporte
Entendemos como soporte la base sustentante sobre la que se realiza una pintura o
decoración. En este caso, estaríamos hablando de un soporte ligneo. El estado del
soporte es fundamental para la conservación de las obras puesto que traslada sus
alteraciones a los estratos superiores. Por eso es tan importante el estudio de su
naturaleza, composición y estructura, además del estado de conservación y
alteraciones que presenta.
El retablo de Arrate esta compuesto por un armazón o estructura de madera, tal y
como era habitual en las obras de este tipo realizadas en esta época en el País Vasco
y resto de la Península.
La elección de la especie solía estar influenciada por la vegetación de la zona en la
que se realizaba la obra. No obstante, aunque la profusión de ciertos árboles favorecía
su utilización, otro tipo de factores determinaba en mayor medida su elección tales
como dureza o facilidad de labra, buen estado de la madera seleccionada (sin nudos,
fibras revidadas u otros defectos) etc...
El soporte de las piezas originales empleado en la realización de este retablo es de
nogal. Su madera es de gran valor, de fácil elaboración y permite un acabado óptimo
siendo el duramen muy resistente al ataque de insectos xilófagos; por lo que la parte
de la madera empleada influye en el grado de ataque de unas zonas u otras.
Se aprecia ataque de insectos xilófagos en las piezas de madera original. Las piezas
de madera nueva colocada en intervenciones posteriores, se encuentran en buen
estado.
El ataque de xilófagos afecta, especialmente, a elementos decorativos del retablo,
ocasionando el debilitamiento del soporte de madera con pérdida de materia en zonas.
Pérdida de soporte por ataque de xilófagos
En su construcción es muy importante la elaboración de una buena estructura de
amarre tanto del retablo al muro como de las diferentes piezas entre sí. Actualmente el
sistema que presenta no responde a lo que originariamente fue al haber sufrido varias
intervenciones en las cuales se desmontó. El sistema de anclaje del retablo al muro no
presenta problemas; pero sería conveniente revisarlo junto con el sistema de unión de
las diferentes piezas que componen el retablo.
Actualmente se tiene acceso al interior del retablo a través de una puerta situada en el
lateral izquierdo del zócalo, que nos ha aportado información sobre el sistema de
amarre y unión de piezas actual, fruto de la intervención realizada en los años 70. (ver
gráfico)
Algunos de los clavos de forja originales, utilizados en la unión de piezas, actualmente
están a la vista, con pérdida del dorado que los cubría. La oxidación ha ocasionado
esta pérdida. El resto de las piezas están unidas entre sí mediante tirafondos,
aplicados en la intervención de los años 70.
Reverso del retablo. Diferentes sistemas de unión
de piezas empleados en la restauración de los años
70
Sistema de anclaje al muro
En algunas de las piezas originales se han localizado injertos en madera nueva (pino).
El motivo de esta intervención es posiblemente el debilitamiento y rotura de la madera
original en estas zonas. En pequeñas pérdidas de soporte se utilizó en su
reconstrucción araldite.
Reconstrucción con araldite
Injertos en piezas originales
Injertos en piezas originales
Cierre de grietas en la unión de piezas con araldite.
Se observan numerosas pérdidas de piezas o fragmentos, de forma puntual, como
consecuencia del deterioro del soporte por ataque de xilófagos y en mayor medida en
partes sobresalientes de elementos decorativos y molduras debidos a golpes y
pequeños accidentes.
Otro factor importante corresponde a la intervención del hombre y las diversas
intervenciones que se han llevado a cabo en el retablo.
Se aprecian pequeñas pérdidas de soporte en zonas salientes, cornisas, florones…;
así como, grietas en el soporte producidas por el movimiento natural de la madera.
Existen algunas piezas sueltas especialmente en elementos decorativos del retablo. Y
en zonas del banco.
Apoyando en las bases de las columnas de las calles 2 y 4 se han colocado dos tablas
de madera, posiblemente para posar centros de flores.
En la unión de piezas se han utilizado tirafondos. Actualmente las cabezas están a la
vista y presentan oxidación. En algunas de las piezas originales se pueden ver los
clavos de forja utilizados en el sistema de unión original.
Fijación de piezas con tirafondos.
Las piezas originales se han realizado en madera de nogal. Las piezas rehechas se
han realizado en madera de pino y chapa de okumen en los fondos de las piezas del
banco. ( ver gráfico reverso).
En algunas zonas aparecen piezas que no corresponden al lugar donde han sido
colocadas (intervención de los años 70).
Ciertas zonas del retablo cercanas al muro (Piezas de okumen-reverso del retablopredela) presentan la aparición de hongos, producida por la diferencia de temperatura
entre la piedra del muro y el retablo. De la misma forma se observa la formación de
sales en superficie (muro).
Formación de hongos. (predela)
Formación de sales en el muro.
Vl.2. Preparación y capa pictórica
La primera fase o labor de preparación es el aparejado que consiste en disponer por
medio de la imprimación antes de dorarlos y pintarlos.
Es está una operación de vital importancia ya que de la preparación dependía en gran
medida del inmediato asentamiento del dorado y la pintura así como su posterior
conservación.
El aparejo constaba, a su vez, de varias operaciones: Preparación previa en blanco
con encolado final, embolado de las zonas receptoras de oro y pulido. Ante el
problema típico de los vástagos de madera tallados- grietas y junturas- se aplicaban
cuñas, lienzos, tejidos de cáñamo y estopa, telas embadurnadas de yeso y cola, plaste
y grapas, entre otras. En este retablo nos hemos encontrado con aplicaciones de tela.
Aplicación de tela bajo la policromía de la 2ª intervención.
El Banco y primer cuerpo son las zonas que presentan mayores problemas.
Los problemas de humedad debidos, entre otros, a la orientación del muro en el que
se encuentra situado el retablo, han ocasionado pérdidas de dorado y policromía por
toda la superficie; así como, mala adhesión de las capas de policromía, en
prácticamente la totalidad del retablo, con peligro de desprendimiento.
Las pérdidas más recientes presentan la capa de preparación a la vista, el resto de
lagunas han sido cubiertas, en una intervención anterior, intentando imitar el color
original. Esta intervención se ha realizado aplicando el color directamente sobre la
preparación original o el soporte, invadiendo la policromía existente en muchos casos.
Se aprecian abrasiones en zonas doradas que dejan a la vista la capa de bol.
La apariencia que actualmente presenta el retablo es fruto de la intervención de
restauración sufrida en los años 70.
´
Reintegración imitativa, aplicada sobre lagunas de color y restos de suciedad.
. Intervención de los años 70. Marmorizado de
piezas nuevas de la mazonería, con la intención
de imitar el marmorizado de la intervención
anterior.
En piezas originales de la mazonería, aplicación de una gruesa capa de barniz sobre la capa de color ya
existente, que corresponde al marmorizado imitado en las piezas nuevas. En muchas zonas esta
intervención invade partes originales, cubriéndolas.
Intervención de los años 70. Reintegración imitativa, realizada directamente tanto sobre zonas
policromadas como con pérdidas de color.
Aplicación de purpúrina en elementos dorados con la intención de cubrir pérdidas o abrasiones.
Pérdidas de policromía que dejan la preparación a la vista.
Intervención de los años 70. Detalle
marmorizado.
Intervención de los años 70.
Reintegración realizada sobre
suciedad y depósitos superficiales.
Vl.3. Estrato superficial
Una gruesa capa de barniz alterado y suciedad superficial cubren toda la superficie del
retablo, ocultando los colores de su policromía y la viveza del dorado de toda su
arquitectura.
Gran acumulación de polvo y suciedad superficial.
Gruesa capa de barniz alterado
Vll. TRATAMIENTO DE CONSERVACIÓN Y RESTAURACIÓN.
Los estudios y posteriores trabajos de Conservación y Restauración del retablo central
del Santuario de Arrate se han venido desarrollando durante el periodo comprendido
entre septiembre y diciembre del 2004.
Tratamiento de desinsectación
Una de las principales causas de deterioro del soporte de madera es el ataque de
insectos xilófagos.
En el retablo de Arrate se ha encontrado el Anobium Punctatum o carcoma común.
Produce unos pequeños orificios circulares de 1 a 3 Mm. de diámetro. El ciclo vital de
estos insectos es de 3 o más años, Después de la pupación, los adultos salen de la
madera perforando orificios circulares de 2 a 3 Mm. de diámetro.
En general las zonas más deterioradas de la madera se corresponden a las de la
albura, donde la madera puede perder totalmente su resistencia mecánica y
consistencia, convertida en serrín. La policromía en estos casos resulta dañada,
pudiendo llegar a perderse.
En este caso nos hemos encontrado con que las zonas con ataque corresponden a las
piezas originales; mientras que, las piezas nuevas presentan buen estado de
conservación.
Urretxu a 03 de Enero del 2004
Muy Sra... Nuestra.
Atendiendo a sus deseos pasamos a remitirle informe sobre la
realización de un TRATAMIENTO CURATIVO en el Retablo Mayor del Santuario
Arrate de Eibar.
(Guipúzcoa)
DIAGNOSTICO
Durante el mes de septiembre del 2004, a petición de Carmen Martín, se procedió a la
realización del tratamiento de desinsectación del Retablo Mayor del Santuario de Arrate
en Eibar.
Este retablo presentaba signos generalizados de ataque de distintos insectos xilófagos.
Se comprueba la presencia de elementos intensamente afectados tanto en la parte
inferior como superior del retablo, con especial incidencia en aquellos donde las
características de las maderas empleadas en su construcción no han limitado la
extensión del ataque (p. Ej. algunas columnas, etc.). El ataque se extiende tanto a
elementos de soporte (estructurales), como decorativos del retablo.
Los signos de ataque de insectos xilófagos analizados corresponden mayoritariamente a
Anóbidos y Curculiónidos, aunque el ataque de los Anóbidos (Anobium punctatum y
Xestobium Rufovillosum), han originados los principales daños. En definitiva el insecto
que ha originado los daños en la madera es la que comúnmente conocemos como polilla
pequeña.
TRATAMIENTO REALIZADO
El tratamiento aplicado ha sido curativo y ha consistido en la Fumigación con Bromuro de
Metilo.
Este tratamiento insecticida curativo ha exigido la instalación de una lona o lámina de
plástico sobre todo el frente de los retablos, sellándolos sobre la pared. En el caso del
retablo Mayor como en este caso de Arrate este sellado se ha realizado justo en el límite
del retablo procurando no dañar las pinturas de la pared. Una vez creada la cámara
estanca para la fumigación se ha procedido a la inyección del Gas que ha permanecido
24 horas en el interior para alcanzar unos niveles adecuados de eficacia. No se aconseja
la realización de este tipo de fumigaciones con temperaturas inferiores a los 10ºC, siendo
la temperatura óptima aquella que se acerque a los 20ºC o superior. En Arrate se ha
trabajado con una temperatura de 13 ºC.
Finalizados los trabajos de restauración se ha realizado el tratamiento preventivo
mediante la impregnación de un liquido “Corpol” por el reverso. se decidió aplicar un
tratamiento preventivo mediante la aplicación por impregnación de un líquido
desinsectante en todas las zonas de soporte en madera vista.
Consolidación
Las zonas debilitadas de la madera por el ataque de xilófagos ha ocasionado el
debilitamiento del soporte con pérdidas del mismo en algunas zonas del retablo.
Estas partes han recibido un tratamiento de consolidación para restablecer la
resistencia y consistencia del material deteriorado. Se ha aplicado un producto
consolidante en la zona tratada, ya sea a brocha o jeringuilla, en aplicaciones
sucesivas y proporciones crecientes para facilitar su penetración. Se ha aplicado
Paraloid B72 disuelto en Tolueno en concentraciones del 5 al 20%.
Fijación de capas de preparación y policromía
Para el sentado de color se utilizó en la mayoría de los casos cola animal “coletta”
aplicado mediante brocha o jeringuilla y ayudada por presión y espátula térmica, en
zonas puntuales, para conseguir una mayor penetración. Puntualmente se ha utilizado
un adhesivo acrílico “Acrill AC 33” diluido 1:1 en agua desmineralizada.
Ajuste de piezas desencoladas y elementos desprendidos
Las piezas desencoladas se han encolado de nuevo, y se han ubicado y fijado
aquellos elementos desprendidos o inseguros. Ver gráfico estado de conservación.
La unión de piezas se ha realizado con acetato de polivínilo y resina epoxídica (Araldit
SV27).
Limpieza y tratamiento de elementos metálicos: clavos.
En los elementos metálicos se procedió a la limpieza mecánica, inhibición de las
corrosiones y protección final.
Limpieza: el oxido y el polvo adherido al soporte metálico se eliminó con métodos
mecánicos: micro torno.
Pasivación del metal: con ácido tánico al 5% en alcohol por impregnación.
Protección: con barniz metal antióxido incoloro.
Limpieza. Eliminación del barniz oxidado y la suciedad adherida
En primer lugar se acometió la limpieza superficial de la madera y la policromía,
eliminando el polvo con brochas suaves y aspirador. Así mismo se eliminaron las
acumulaciones de polvo y escombros existentes en el reverso del retablo, con
posibilidad de acceso.
En segundo lugar, se ha procedido a la eliminación de los diferentes estratos de
suciedad que modifican la visión de la obra, como son las capas de protección que con
el tiempo se alteran y oscurecen. Los resultados de la analítica han identificado como
“ goma laca” esta capa de protección. La eliminación de esta capa nos ha ayudado en
la comprensión de la última intervención realizada, ayudándonos en la identificación de
las piezas originales sin retocar y las retocadas. La elección de los disolventes
empleados se ha realizado previa realización de las pruebas del test de disolventes.
Las mezclas más idóneas resultaron ser: Dimetilformamida + tolueno 1:3 y Dimetil +
tolueno 1:1.
Eliminación de repintes
El retablo como ya se ha explicado presenta varias intervenciones anteriores en su
policromía. La primera operación ha consistido en estudiarlas a fin de deducir en que
momento se realizaron estas intervenciones y porque motivo, que puede oscilar entre
una intervención con cierto valor artístico y sentido histórico o motivado por
importantes cambios estructurales en el retablo o una burda reinterpretación sin
interés alguno.
En el primer grupo, que denominaremos repolicromía y que presenta cierta calidad
incluiremos la segunda intervención, realizada a consecuencia de las modificaciones
que a principios del S. XlX sufre el retablo, motivada por la incorporación de los
cuadros de Zuloaga y la urna que cierra el camarín de la Virgen.
En el segundo grupo, que denominaremos repinte, de factura burda y tendente a
esconder o disimular daños, incluiremos la última intervención realizada durante la
restauración que sufrió el retablo en los años 70.
En esta intervención las importantes transformaciones que sufre el retablo en su
estructura, con la incorporación, modificación y reposición de elementos de la
mazonería obligan al repolicromado de las piezas nuevas. Los resultados de los
estudios realizados nos hacen pensar que la intención fue la de reproducir el
marmorizado (correspondiente a la 2ª intervención) de las piezas originales. Nos
encontramos con un marmorizado que no sigue fielmente el modelo original. Sobre
una base blanca se aplica una capa color gris, que reproduce el tono gris, producto de
la acumulación de suciedad, del marmorizado de las piezas originales. Sobre este
tono, veteado en rojo y azul aplicado burdamente. En muchas zonas esta intervención
invade piezas originales.
Eliminación de repinte
Bajo la capa de repinte aparece el marmorizado de la
2ª intervención.
Tras la eliminación de repintes salen a la luz las
piezas originales con su policromía y las piezas
nuevas sobre las que se ha aplicado una base
de color blanca.
Eliminación de suciedad superficial de los paneles
laterales.
Eliminación de repintes. Bajo la policromía de la 2ª
Intervención se aprecian restos ( rojo)de la policromía original
El criterio de intervención seguido ha sido el de la eliminación de las intervenciones
realizadas burdamente.
En la eliminación de repintes se han usado distintos métodos físico-químicos, previa
realización de la analítica y las pruebas del test de disolventes de Massclhein- Kleiner
hasta hallar las mezclas más adecuadas para la disolución de los materiales
empleados en los repintes, sin dañar los oros y policromías originales.
Las mezclas más adecuadas resultaron ser:
Nº 17: Isopropanol:amoniaco:agua (90:10:10)
Vulpex en concentración de 1:10 en agua desmineralizada.
Citrato de diamonio al 4% en agua desmineralizada.
Dimetil+tolueno al 50%.
Se han eliminado la capa de suciedad superficial que cubría el conjunto, la purpúrina
aplicada puntualmente en zonas doradas, restos de la última intervención que invaden
la policromía anterior y el marmorizado realizado en la última intervención en piezas de
la mazonería. Durante la eliminación del marmorizado se ha mantenido la preparación
blanca.
Eliminación de cera.
Se localiza fundamentalmente en las zonas bajas del retablo, debidas a la
acumulación de cera de cirios y velas y la aplicación de sucesivas manos de algún
producto encerante para lustrar la madera.
Los restos se han eliminado con aire caliente controlado (Leister) y disolventes
adecuados.
Estucado y reintegración de lagunas
En cuanto a la reintegración cromática se han utilizado diversas soluciones en función
de la problemática a tratar. Si la laguna no interfería en la visión general de la obra, se
ha optado por intervenir sobre ella haciéndola retroceder a un segundo plano mediante
la aplicación de una tinta neutra que también se ha aplicado en bordes y uniones entre
partes originales y rehechas para ocultar los blancos. En la reintegración cromática se
han empleado pigmentos al barniz “Maimeri”, previa aplicación de la capa de
protección.
Se han estucado y reintegrado lagunas que por su disposición suponían una ruptura
en la visión de zonas policromadas. Esta intervención se ha realizado en piezas
originales del banco y primer cuerpo.
Para el estucado se ha utilizado cola orgánica y sulfato de cal.
En las piezas lisas de la mazonería (elementos nuevos), se ha reproducido el
marmorizado de la 2ª intervención, que es lo que suponemos se pretendió en la última
intervención acometida.
Estucado de lagunas
- Reintegración cromática de zonas con la preparación
a la vista, mediante aplicación de un tono neutro.
- Dorado de piezas nuevas tras la eliminación de purpúrina
Marmorizado de piezas de la mazonería nuevas
Protección final
Respetando el grado de matidez original de la policromía visible, se ha realizado con
resina acrílica tipo Paraloid B72 en tolueno al 5% mediante impregnación. La
protección se realizó antes del proceso de reintegración cromática.
Las piezas nuevas, donde se ha realizado el marmorizado, se han protegido con cera
microcristalina para matizar brillos e igualarlas con la superficie del resto del retablo.
Antes y después de la restauración.
Antes y después de la restauración.
Antés y tras la restauración.
Fotografía antes de la restauración
Foto final tras la restauración
TRATAMIENTO DE CONSERVACIÓN Y RESTAURACIÓN DE LA ESCENA DEL
CALVARIO
Vlll. DESCRIPCIÓN TECNICA. PINTURA MURAL
Soporte
Las pinturas se han realizado sobre muro de piedra.
Mortero
El mortero perteneciente a la obra que nos ocupa está compuesto de tres capas que
en las micromuestras analizadas aparecen como estratos comunes. Es un mortero
compuesto de cal y arena.
Capa pictórica
En las micromuestras analizadas no aparecen restos de la capa pictórica más antigua.
El estrato pictórico más interno está aplicado sobre un posible estuco de yeso, lo que
indica que, al menos en esta zona, se perdió la pintura original, después se estucó y
seguidamente se realizaron dos intervenciones, la última aplicada en el S.XX y la otra
anterior. Entre estas dos intervenciones no aparecen estratos intermedios.
ESTADO DE CONSERVACIÓN
Muro: Las pinturas murales que representan el Calvario se encuentran situadas en el
presbiterio de la iglesia.
El muro sobre el que se encuentran situadas es el más desprotegido y expuesto a las
inclemencias climáticas debido a su orientación norte, lo que ha provocado la filtración
de humedades ocasionando el deterioro de las pinturas. El muro presenta numerosas
irregularidades que se han trasladado a las pinturas.
Mortero: El mortero, en general, se encuentra bien adherido a la pared siguiendo las
irregularidades del muro que lo sustenta.
Se observan algunas grietas y desprendimientos no muy extensos.
El mortero se encuentra desprendido del muro en algunas zonas. En algunas zonas
estos desprendimientos no suponen un peligro; mientras que, en otras los
abolsamientos podrían ocasionar su desprendimiento y pérdida.
Película pictórica: Una gruesa capa de polvo y suciedad cubre la película pictórica.
Se observan restos de algodón por toda la superficie, sobre los que se han acumulado
gran cantidad de suciedad. Estos restos son producto de la restauración sufrida en los
años 70.
Tras el montaje de andamios y posible acceso a las pinturas se comprueba que su
estado es peor del que se suponía.
Nos encontramos con que la totalidad de la película pictórica esta levantada y
totalmente fragmentada. Posiblemente los materiales utilizados en anteriores
intervenciones es uno de los factores que han contribuido a este deterioro, tirando del
estrato pictórico. En el estudio de los materiales orgánicos presentes en las
micromuestras analizadas se han obtenido dos compuestos sintéticos: acrílico y
acetato de vinilo. Actualmente se observan brillos en superficie producto de los
materiales utilizados.
El exceso de humedad ha producido eflorescencias salinas y, en consecuencia, una
falta de cohesión con levantamiento de policromía y pigmentos pulverulentos, en
zonas localizadas.
Las manchas oscuras atribuidas a la humedad, en el informe previo realizado, se ha
comprobado que son debidas a alteraciones del color aplicado en la intervención
realizada en los años 70.
Se aprecian pequeñas lagunas por toda la superficie.
En la intervención de restauración de los años 70, además de fijar la capa pictórica se
reintegró casi el 50% de la policromía que se encontraba perdida. Esta intervención no
se limito a las zonas con pérdidas, invadiendo zonas con policromía original,
ocultándola. Teniendo en cuenta que los criterios de restauración de la época difieren
de los que actualmente se siguen, la restauración llevada a cabo es acertada para los
tiempos en que se realizó. Actualmente la reintegración pictórica se integra en el
conjunto, salvo en algunas zonas donde el tono es más oscuro que el de las partes
adyacentes.
Formación de grietas de mortero.
Pequeñas pérdidas de policromía.
Detalle de levantamiento de policromía.
Detalle. Perdidas de policromía.
Detalle. Levantamiento de policromía
Detalle. Irregularidades de soporte
Detalle. Estado de la policromía
Detalles. Estado de la policromía
Detalle. Desprendimientos de mortero.
TRATAMIENTO REALIZADO
Eliminación de polvo y depósito de suciedad con brochas suaves, con sumo
cuidado debido a que el estrato pictórico se encontraba levantado en la totalidad de la
superficie.
Fijación de estratos con adhesivo acrílico (Acril AC33 diluido 1:2 en agua
desmineralizada), aplicado sobre papel kleenex y tamponando. Los brillos producidos
por los restos en superficie del adhesivo, se han eliminado con acetona.
Engasado con Paraloid al 25% en acetona de las zonas más delicadas donde se iba a
inyectar PLM (argamasa hidráulica de bajo peso específico).
Inyección en profundidad de mortero hidráulico PLM en las bolsas producidas por
la separación entre el mortero y muro.
Eliminación de suciedad superficial y repintes
Teniendo en cuenta que en el momento de realizar la última intervención de
restauración casi el 50 % de la policromía se había perdido, se decidió realizar una
limpieza selectiva. Se han eliminado en la medida de lo posible los retoques que
ocultaban la policromía subyacente, manteniendo el resto, por considerar que se
integraban perfectamente.
Para su eliminación fue necesario el empleo de varias mezclas de disolventes. La
selección se decidió tras el resultado del test de disolventes. Las mezclas más idóneas
resultaron ser:
- Isopropanol + amoniaco + agua 90:10:10
- Tolueno + isopropanol 50:50
Relleno de lagunas y grietas con mortero
Reintegración estética de pintura mural y mortero aplicado con acuarelas y lápices
acuarelables.
Se han utilizado diferentes métodos:
- En pequeñas lagunas, con mortero o preparación a la vista, se ha realizado
una reintegración con acuarela, a base de puntos o a “serpentello”, consistente
en pequeñas serpentinas, que forman una trama abierta, que permiten una
clara distinción entre el original y las zonas intervenidas.
- En la policromía aplicada en la restauración de los años 70, que hemos
mantenido, se han reintegrado las zonas en las que el tono empleado desvirtúa
la visión global. Se ha realizado una reintegración con lápices acuarelables,
empleando la técnica de “rigattino”.
Detalle. Reintegración cromática.
Detalle. Reintegración cromática.
Antes y tras la reintegración cromática
Antes de la restauración.
Foto final tras la restauración.
lX. DESCRIPCIÓN. IMAGEN CRISTO CRUCIFICADO
En el libro “ Arrate” se hace referencia al soporte en el que esta realizado el Cristo. En
la intervención de los años 70, un escultor mejicano apunta que, posiblemente este
realizado en madera de coral-mejicano, con caña de maíz que rellena la madera y
envuelto con papel especial propio de Méjico. Esta opinión no se llega a comprobar,
quedando pendiente.
Durante los trabajos de restauración se confirma esta hipótesis. Son ya algunos los
Cristos de origen Mejicano que han aparecido en iglesias de Guipúzcoa, como es el
caso del perteneciente a uno de los retablos laterales del Convento de San Francisco
de Mondragón. Es un Cristo del S. XVl, que guarda similitudes con el de Arrate.
Cristo perteneciente al Convento de San Francisco. Policromia del S. XVl
TRATAMIENTO REALIZADO.
Limpieza de polvo y suciedad superficial, mediante brochas y aspirador
Fijación de estratos de policromía, mediante la aplicación de un alcohol polivinílico,
Gelvatol, y en zonas puntuales Acril AC33, 1:1 en agua desmineralizada y ayuda de
presión y calor.
Realización del test de solubilidad para determinar los disolventes más adecuados
para realizar la limpieza.
Realización de catas de limpieza. Limpieza de policromía y eliminación de
repinte.
Con los resultados de las catas realizadas y resultados de la analítica se puede hablar
de la existencia de cuatro intervenciones policromas, la última de ellas aplicada en la
restauración de los años 70. Esta última policromía esta compuesta de un estrato de
aparejo grisáceo a base de yeso y un estrato de color blanquecino, sobre esta capa se
ha aplicado un color rojo en ciertas zonas que intentan reproducir las manchas de
sangre en el rostro, rodillas pies y torso . Una capa de goma laca, oscurecida, cubre
toda la imagen. Esta intervención es de aplicación burda.
Bajo esta capa se puede observar la aplicación de otra repolicromía, aunque esta de
mayor calidad (S. XVll ¿. Esta policromía sufrió alguna intervención ya que aparecen
zonas puntuales retocadas (Principios SXlX ). Bajo ellas aparece una fina capa que
corresponde a la policromía original, de calidad, que correspondería a la policromía del
S. XVl.
Se ha eliminado la policromía aplicada en los años 70, por considerarla de aplicación
burda y carente de valor artístico.
La limpieza se ha realizado con:
- dimetil-formamida + tolueno al 50%, en zonas puntuales.
- Isopropanol+amoniaco+agua desmineralizada.
Estucado y reintegración cromática.
Tras la limpieza y eliminación de repinte, la policromía aparece con importantes
abrasiones de color y pequeñas pérdidas.
Se han estucado puntualmente aquellas que rompían la visión global, mediante la
aplicación de sulfato cálcico y cola animal.
La reintegración cromática se ha realizado con pigmentos al barniz (Maimeri), previa
protección de la policromía. Debido al pequeño tamaño de las lagunas, aunque
generalizadas, se ha utilizado una técnica a base de puntos o a “serpentello”,
consistente en pequeñas serpentinas, que forman una trama abierta, que permiten una
clara distinción entre el original y las zonas intervenidas.
Protección final con paraloid B 72 en tolueno al 5%.
FICHA TECNICA DE LA RESTAURACIÓN DEL RETABLO DEL SANTUARIO
DE ARRATE.
Empresa restauradora:
Restauración de patrimonbio Taller CM
Coordinación:
Carmen Martín
Asesoramiento técnico (pintura mural):
Diana Pardo
Restauradoras: Retablo (soporte de madera):
Amaia Galdones
Beatriz Beasain
Marta Camarero
Olatz Martinez
Rakel Herrero
Silvia Martinez
Pintura mural:
Carmen Martín
Mª Dolores Sanz
Elaboración de gráficos:
Kyra Borst
Trabajos de marmorizado:
Francisco Álvarez Bajon
Analítica
Laboratorio Arte-Lab, Madrid.
Tratamiento de desinfección.
Oprocon S. L.
Andamiaje.
Serviobras Donosti S.A.

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