DE LA POBREZA RESIGNADA A LA POBREZA INDIGNADA
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DE LA POBREZA RESIGNADA A LA POBREZA INDIGNADA
DE LA POBREZA RESIGNADA A LA POBREZA INDIGNADA Infancia y pobreza Escritos para debatir, opinar y actuar DE LA POBREZA RESIGNADA A LA POBREZA INDIGNADA Cuando una persona que sufre pobreza es atendida en el sistema de salud mental no solo plantea problemas de conceptualización (diagnóstico), de contextualización (cómo considerar lo social) o de respuestas (medicalización). Pone también en cuestión los objetivos finales a perseguir. Obliga a que los profesionales se hagan dos preguntas sin respuesta fácil: Las dificultades que el empobrecimiento añade a la vida cotidiana pueden hacer “enfermar” o generar reacciones de rebeldía, • Cómo se ayuda a las personas a que de la pobreza de autorresignación pasen a la pobreza de autoindignación. • Cómo se ayuda a las personas para que pasen de la pobreza como condición y estigma individual a la pobreza como realidad compartida que tiene sus orígenes en la desigualdad. de contestación. Es perfectamente posible que, buscando ser útiles, unas atenciones inmovilicen y otras dinamicen. Las dificultades que el empobrecimiento añade a la vida cotidiana pueden hacer “enfermar”, pero igualmente, o también, pueden generar reacciones de rebeldía o, cuando menos, de contestación o enfrentamiento. Es perfectamente posible que, buscando ser útiles, unas atenciones inmovilicen y otras dinamicen, como personas singulares y como miembros de una comunidad, a una sociedad. Los profesionales de la salud mental se ven interpelados a configurar nuevos discursos sobre privaciones, fracaso, culpa, que tienen que ir mucho más allá de las dimensiones individuales. También deben moverse entre las soluciones mágicas, o religiosas, o las promesas políticas. Deben trabajar gestionando con cuidado los “consuelos” que proporcionan, las razones que añaden para seguir esperando, el grado de fe en viejas promesas y nuevos paraísos. 2 Infancia y pobreza Escritos para debatir, opinar y actuar Cuando se trata de los niños y adolescentes también tiene que irse con mucho cuidado en no creer que viven del mismo modo que los adultos todas estas categorías de privación, culpa, depresión, etc. Lo mismo puede ocurrir con la rabia o el pasotismo. Es perfectamente posible que parte de la generación de recesión viva sin que las frustraciones se conviertan en movilizadoras, generadoras de reacción. También hay que escuchar, descubrir, los mecanismos de autolimitación que pueden ir creando. En su realidad, los impactos de la crisis y los discursos dominantes del poder conservador y del mercado pueden estar creando vivencias Tenemos que trabajar de suerte (“tendré suerte y todo cambiará”) o convicciones de que tan solo el gestionando con cuidado esfuerzo personal y el de buscarse la vida son la solución a sus problemas. los “consuelos” que proporcionan, las razones En la medida que muchos adolescentes y jóvenes ya no han conocido otra que añadimos para seguir realidad que la crisis y el empobrecimiento, aparece el problema de las “heridas” esperando, el grado de fe y las “cicatrices” comentado en diferentes textos. La pobreza no es ya tan solo en viejas promesas y nuevos una cuestión que tiene que ver con la construcción de la propia identidad y con paraísos. cómo ayudamos en su sana construcción, sino que pasa a ser una cuestión de afiliación social. El problema pasa a ser cómo ayudar a convertir un ser social que desea formar parte activa de la sociedad cuando su experiencia le lleva a desconfiar de las instituciones que sirven para organizar la sociedad y dar respuestas a las necesidades colectivas. Será normal que no crea o desconfíe de las promesas generacionales, de las promesas adultas. No pueden darse respuestas alienadoras en ningún sistema. Las respuestas desde la salud mental (como las que pueden darse desde otros sistemas) no pueden olvidar que cualquier atención debe proporcionar siempre: 1 La reducción de los sufrimientos. 2 El hacer posible experiencias de satisfacción personal y compartida (de felicidad subjetiva y de grupo) en el día a día. 3 La búsqueda de explicaciones por lo que está sucediendo en sus vidas, dejando muy claro que no son culpables, que tienen todo el derecho a indignarse. 3 Infancia y pobreza Escritos para debatir, opinar y actuar 4 Ayuda con escucha para externalizar sus malestares. 5 La construcción de motivos para vivir, para intentar tener otras formas de vivir. 6 La movilización, la construcción de las correspondientes actuaciones (personales y compartidas) para intentar modificar la situación. Hoy el problema ya ha pasado a ser cómo ayudar a convertir un ser social que desea formar parte activa de la sociedad cuando También la gestión de los malestares y el abordaje de las patologías derivadas o agravadas deben tener en cuenta dichas dimensiones. su experiencia infantil y adolescente le lleva a desconfiar de las instituciones que sirven para organizar la sociedad y dar respuestas a las necesidades colectivas. 4 Infancia y pobreza Escritos para debatir, opinar y actuar El proyecto Reflexiones: La pobreza vista desde la infancia es una iniciativa del Palau Macaya y CaixaProinfancia Organización: Palau Macaya Dirección científica: Jaume Funes Redacción: Jaume Funes a partir de las reflexiones y debates de los seminarios “La pobreza vista desde la infancia”, coordinados por Anna-Bel Carbonell, Marta Comas, Josep Torrico y Jordi Bernabeu, que también han hecho aportaciones a las redacciones finales. Estos agrupan temática y libremente ideas aportadas por una sesentena de profesionales, a lo largo de veinticinco encuentros de debate. Igualmente resumen ideas de las investigaciones e informes sobre pobreza infantil aparecidos en los últimos dos años. 5
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